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EL 4TO. COLOR
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Obras del autor Dr Pedro A. Pernigotti Olmedo Santillàn
pedropernigotti@hotmail.com
Capìtulo I
Teorìa del 4to. color Pàg. 7
Capìtulo II
Bases para la formulacion de Axio
mas a la Metafìsica Religiosa y a la
Filosogìa de la Religiòn Pàg. 35
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CAPÌTULO I
2018
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Resumen:
THE THEORY OF THE 4TH. COLOR
Natural Theology and Rational Knowledge. Theory on the
Demonstration and Testing of the Invisible
The knowledge of God, inseparable to man, his nature and his history, when
we theorize using paths away from the Faith but not exclusive of it, to what
we call the Right and Absolute Reason, or we pretend that it is, a final ans
wer to millena rian questions about ¿exists God ?, leaving behind those phi
losophical or metaphy sical paradigms of the past, all unsatisfactory, and
now questioning the silence of the Human Paleon tology, the Biology and its
Evolutionary Theories, the Cognitive Science, the Neurology, the Psicologìa,
Psychoanalysis, Theories of the Mind of Psychology, the Anthropology
Cultural - Philosophical and Medical, and the Philosophy of Percep tion, in
omitting them or stopping their studies, promoting as a consequence of their
inaction, although without that intention, to the forma tion of scho ols of
sciences and agnostics rai sed for centuries before the religion.
And there is no doubt that this also obeys, to what I impose on force, I
have to prove materially to an abstract Entity (for some), if we can call it,
dividing them and assigning to Metaphysics the concept of God with its
modes to ap prehend them by the senses, and sciences
( pq) ^ ( rq ) = ( r p )
For what in pàg. 43 its premises are described, and also the following ones
are deduced in what atypically they conclude in ontològicas truths verified
scientifically, and without margin of error, it is irrefutable what:
c) What man is not free to decide what is or is not within the universe, why biolo
gically, his memory and the senses have their functions and "limits" (and what
this theory shows) what activate or they inhibit how imaginable that which man
can perceive or may not perceive to material entities or ideals, by means of his
sensorial resources, for what from that, reason or inte llectualize him of being ne
cessary or of his interest. Only in this way does the total reality operate, be cause
everything is given to man.
d) God is indiscernible by man. This can only be separated from him, as he does
from an object, but he and the object will continue to exist, and the ob server will
give ignored
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arrive at the existence of God by mathematical deductions,
what would be complex to the unsuspecting reader.
INTRODUCCIÒN
Este desconcierto reinante entre el àrea del saber, sea el religioso, el o los filo
sòficos o el cientìfico, sobre quièn tendrìa bajo de si a su investigaciòn, ès ella
la razòn por la què esta nueva teorìa del 4to. color se desnaturaliza destipifi
cando su encuadre en una u otra rama de tales conocimientos y termina par
ticipando en algo de todas ellas, ya què si bien su contenido està fòrmulado
desde la Lògica formal, su base son verdades empìricas, mostràndose còmo u
na teorìa filosòfica o Metafìsica en fusiòn con las ciencias concretas què tie
nen por objeto al hombre en cuànto a su realidad biologìca a travèz de su evo
luciòn
Èsta àrea poco explorada por esos estadios del saber, ès cuàndo el conoci
miento racional exhibe sus estados mentales fronterisos de las libertades, de
permisiones y negaciones y de bloqueos a la imaginaciòn, la què avanzando
tras un esfuerzo en què se la abandona, pero persistiendo en su inimagina
ciòn, se concluye en afirmaciones fundamentadas y fecundas. Son esos los seg
mentos de la naturaleza humana misma, como potencias o capacidades inter
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nas del hombre, en cuànto las posea y los horizontes hasta dònde ellos llegan,
lamentablemente desapercibidos en su mayor medida què sè sugieriera
Esta teorìa del 4to. color, busca en la simplicidad del lenguaje comùn, erigir
una inèdita proposiciòn de la Lògica Formal expresada en su fòrmula:
. ( pq) ^ ( rq ) = ( r p )
c) Què el hombre no ès libre de decidir què ès lo què existe o no dentro del uni
verso, por què biologicamente, su memoria y los sentidos tienen sus funciones y
“lìmites” (y què esta teorìa lo demuestra) què activan o inhiben còmo imagina
ble aquello què el hombre puede percibir o puede no percibir a entes materia
les o ideales, mediante sus recursos sensoriales, para què a partir de ello, lo ra
zone o intelectualice de serle necesario o de su interès. Sòlo asì opera la total
realidad, porquè todo le està dado al hombre.
d) Dios ès indiscernible por el hombre. Èste puede sòlo apartarse de Èl, còmo lo
hace de un objeto, pero Èl y el objeto seguiràn existiendo, y el observador que
darà ignorado
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NUESTRA MATERIA
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encadenado e impedidos a ver lo real por sìglos y siglos. Creemos en
muchos fenòmenos de la naturaleza què tampoco vemos por su
invisibilidad, què còmo el viento què ni ve ni toca, pero què si creemos
en el porquè lo sentimos cuàndo una ràfa ga nos mueve o vemos
suspender papeles en el aire, o què còmo al èter, esa inmensa
dimensiòn de la nada entre nosotros y las estrellas, què nada eran a yer
y hoy ha cambiado por tener riquezas sub-atòmicas impensables, què
qui zàs, pero real, què còmo los brazos fuertes de Hèrcules què
sostiene el mun do en la mitologìa, hoy se teoriza què en èl està
alojado la partìcula del gravi tòn què sostiene a todos los cuerpos
celestes del universo. Tambièn creemos en la bondad o la perdiciòn por
las experiencias què con ellos tenemos y vivi mos a diario pero por sus
efectos dañinos o placenteros, pero negamos al Pa raiso o al Infierno
porquè no hemos vivido esas experiencias por nosotros mis mos o por
narraciòn de terceros. Ignoramos què viene despuès de la muerte y
tampoco lo què sucederà llegado el dìa. Tambièn volvemos a èsto
Pero decimos què estas dudas persistiràn hasta què las ciencias se
hagan car go de su descifrado, o què de èsto se ocupa la Metafìsica o
Teologìa natural, dàndonos la confianza què todas èstas inquietudes
està a buen resguardo, lo què no es cosa cierta. Porquè en realidad la
Metafìsica se ocupaba en sus pri meros tiempos con màs interrogantes
què respuestas y menos aùn de sus pruebas, o al menos ahora por su
decodificaciòn inferida por la contrastabili dad cuyo tèrmino adopto en
algùn grado de las ciencias empìricas para nues tro anàlisis, aunque
sabemos què la certeza de estàs ùltimas dependen no de ellas mismas
sino del nivel de sabidurìa de quièn o su audiencia las recibe o escucha,
al grado tal, què la magnitud del material probatorio deberà acumu
mularse en cantidad y calidad en mayor medida, si es la ignorancia la
què pre domina en quièn la recepciona
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por mètodos probatorios de la razòn, y son a quiènes dedico èstas
lìneas, porquè con nuestro raciocinio gozamos de otro modo de
conocer y probar, còmo lo hace Santo Tomàs de Aquino y logra con
sus “Quintas vìas” racionales por deducciòn de lo general a lo par
ticular, sìn contraponerse a lo ya sabido por la fe - lo què no requiere
de justificaciòn racional-, còmo lo trato ahora de explicar porquè los
conocimientos particulares no tienen fronteras y son aprovechables
cuàndo y cuànto de ellos se requieran
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pòsito y para no perturbar con nuevos conceptos què debiera de
crear para èsta ocasiòn Debemos convenir en què a este concepto de
“contrasta bilidad” al què recurro de las ciencias experimentales, nosotros
lo utiliza remos en su sentido inverso, al punto de confundir què nuestras
deducciones parte impropiamente de la nada, o por el principio del
contrario opuesto y asì estamos prevenidos y atentos, cuàndo concluyo y
sugiero a nuestro inter locutor imaginario què “sì tù sos quièn niega la
legìtima existencia de nuestro Ser Invisible, entonces ¿porquè no
escarbas, buscas y obtienes en tu mente ese extraño color primario y
desconocido por nosotros?” Y sin alterar nuestra lògica y percepciòn
continuo y afirmo:”entonces sì tu me muestras ese nuevo color, entonces
nuestro Invisible no existe y significa què he aprendido de tì”, terminando
usando èste modo del contrario opuesto y por ende se invierte la
contrastaciòn a negativa, cuàndo en formulaciòn opuesta se concluye
"pero sì tù no has podido imaginarte a ese color imprimièdolo en tu
percepciòn, significa què Dios si existe còmo evidente" Lo vemos a esto
adelante
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“Pero, aùnque nuestro pensamiento aparenta poseer èsta libertad
ilimita da, encontraremos en un examen más detenido que, en realidad,
la men te no viene a ser más que la facultad de mezclar, trasponer,
aumentar o disminuir los materiales su ministrados por los sentidos y la
experiencia [...] Cuàndo pensamos en una montaña de oro, unimos dos
ideas compa tibles: oro y montaña, que conocíamos previamente [...] En
resumen, to dos los materiales del pensar se derivan de nuestra
percepción interna o externa. La mezcla y composición de èsta
corresponde sólo a nuestra mente y voluntad. O, para expresarme en
un lenguaje filosófico, todas nuestras ideas o percepciones más
endebles, son copias de nuestras impre siones o percepciones más
intensas."
Èste pensador sobresaliente, para quièn las ideas venìan de los sentidos,
con el modelo elegido còmo el unicornio o montaña de oro, queda obli
gado a seguir su deducciòn directa para concluir en lo què èl habrìa
desea do còmo era la prueba de la inexistencia del Ser Supremo, para lo
cual re querìa necesariamente elegir ese modelo empirista de observar
al objeto, què desdoblando la idea, vuelve a su fuente què nada
explicaba, còmo ser dos objetos materiales distintos y separados còmo
es el caballo y cuerpo humano y demàs dentro de un marco teòrico del
què ya se sabìa sobre las percepciones por los sentidos y las ideas desde
Aristòteles y Platòn
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Nuestro dìàlogo imaginario con el interlocutor
negacionista
“Si tù sos quièn piensa que Dios es ese ser incorpòreo e invisible què
ha sido solo imaginado y no real, y sos el què concluye què el no es
evidente y por ello no existe, entonces te propongo y te doy el sabemos
que no existe en este mundo, en forma de pintura sobre objetos o
destellos o luces alborales inmateriales suspendidas en el espacio, y
què còmo sè que no vas a lograr aprehenderlos, mejor imagìnatelo,
igual què segùn tù, otros sè han solo imaginado al Dios invisible e
inexistente, y descrìbimelo tal còmo tù puedas entenderte y hacerme a
mi ver què tu color existe y què me has convencido de ser real y de
existir èl (el color) nìtidamente en tu percepciòn”
"If you are the one who thinks that God is that incorporeal and invisible
being that has only been imagined and not real, and you are the one who
concludes that he is not evident and therefore does not exist, then I propose
and give you the time you need to what do you bring me a new primary
color that we know does not exist in this world, in the form of painting on
objects or flashes or immaterial alboral lights suspended in space, and how
do I know that you will not be able to apprehend them, better imagine it,
same as You, others have only imagined the God invisible and non-
existent, and describe it to you as you can understand and make me see
what your color exists and what you have convinced me to be real and to
exist (color) clearly in your perception "
2º- Or you come to me telling me what you have not found and that you
have not been able to imagine how this other and different primary color
would be fantastic to those that you know in natural or artificial nature,
then I will tell you what I already knew that you would fail to despite your
efforts to please me, because there is only in this world what already
existed in my reason or why I can not contain in my reason something that
does not exist in this world
And if after having consulted with your teacher, you come back to me and
if you continue to persist and insist on your denial or skepticism and do not
give up, then you, should you tell me what I'm trying to confuse with
parables or apparent fishes truth, or what the reason does not support the
evidence of e pisteme, or that it only leads to error because the reason is a
defective mirror so what distorts and leads to incoherence to the logical
relationship that exists between the premise and your conclusion, and you
see? that is your result "
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En cambio si elijo otro modelo a observaciòn y estudio còmo el Arco Iris y
sus siete colores puros o primarios, tàn o màs antiguo desde el nacimiento
de la tierra y el espacio, el resultado diferirà radicalmente, por què a la
razòn debe mos someterla a prueba mediante un test de inferencias,
corroboraciones y sus contrastaciones para obtener la certeza de lo què
pensamos o imaginar nos. Evitemos de envolvernos oscureciendo en què
existen màs de tres colo res còmo el verde, el azul y el rojo, porquè son los
què no comparten pigmen tos de otro, o de ser ellos màs de siete, sì es
què en crisol vertimos todos de ellos y miles de miles de combinaciones
hasta lograr millones de tonalidades diferentes, o què sì surge a màs de los
antes constatados, otro diferente por obra de un meteoro o traìdo de
algun viaje espacial, no alterarìa este anàlisis en nada, porquè èl se
incorporarìa a nuestra tabla de colores, y volverìamos a planternos la
necesidad de imaginarnos el 5to. o el 9no. color, por què lo què estamos
buscando es algo concreto de lo què tenemos conocimiento de què ese
color no existe dentro del universo ni de nuestras percepciones al dìa de
hoy, muy opuestos a Hume en èsto, quièn en su trance permanente de
empi rista, expone un alegato a favor de los objetos concretos, del
conocimiento y pensamientos ahora limitado a la realidad, y de imposible
prueba a la existencia de Diòs, olvidando què su esencia sì podìa ser captu
ra por la razòn
Asì còmo decimos què son solo tres los colores primarios por ser
ùnicos, o los siete del Arco Iris, entonces hàgase èsta prueba por
contrastaciòn invertida e imagìnense si es posible otro color què no se
parezca a esos otros indicados y conocidos a hoy y concluirà què no
puede hacerlo. Dirà què esto es imposible o què siente algo extraño
què le invade su mente còmo la agonìa de la nada y optarà por
abandonar èsta prueba y si insiste en persistir en èsta prueba y abusa
del ejercicio, hasta la razòn puede irònicamente llegar a perder en vez
de reencontrarse con ella. Entonces a Dios y a todo lo invisible e
incorpòreo, ¿còmo puede habèrselo alguien imaginado sino ha
existido realmente? Si di ce què Èl es un ser irreal e imaginado solo,
entonces pruèbese usted si asì lo cree, y entonces haga aparecer en
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su mente algo què no existe en este mundo, que es lo que propone Hume,
còmo es ese otro color, y descrìbalo “ y asì aprenderemos de tì” Pero
relacionado y unido a nuestro punto, dònde el conocimiento empìrico es
insuficiente para explicar y probar conceptos y entidades absolutas, entre las
què està Dios con sus inmanencias y la demostraciòn de su esencia, tema què
la Metafìsica explora con su mètodo racional deductivo, tambièn existen
otros temas de menor trascendencia, què nunca he leido què sean parte es
cencial de la Creaciòn, porquè estàn guardadas còmo si se tratara de dos de
sapercibidas caracterìsticas o condiciones innatas del ser humanos, què ga
rantizan la convivencia pacìfica entre ellos y la supervivencia de la raza y ello
porquè sòlo y exclusivamente estàn tratado en las Sagradas Escrituras Ju
deos-Cristianas y la Doctrina de la Iglesia, y sì a ellas nos remitimos, solo en el
Antiguo Testamento, en Apocalìpsis 10 està escrito el pasaje de lo què los
truenos hablan y se prohibe què se escriba lo què ellos dan cuenta hasta ha
cerlo conocer recièn en el fin de los tiempos, contemplando la no revelaciòn
de esto.
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Y la segunda què es la màs cotidiana, cuàndo el arrogante caminante
presu roso - imponièndose, y aùn màs, còmo jactàndose soberbio de
estar seguro en su verdad del vacìo en què se precipitarà al final de sus
dìas y de què no podrà ser superado por su interlocutor - lo dice al otro
resignado y buen sa maritano què descansa reposando bajo la sombra
del àrbol - y èste enmude ce còmo cuando nos està negado algo por
obligada y necesaria ignorancia – de què nadie sabe lo què es la vida
despuès de la muerte, y menos de què modo vive el alma en el paraiso,
pero eso sì, què haya sido demostrada y con firmada còmo evidencia
cierta, soslayàndose ingenua e demostrada y con firmada còmo
evidencia cierta, soslayàndose ingenua e inadvertidamente la sòrdida y
tràgica existencia humana què nos sobrevendria ante la seguridad de
gozar de este conocimiento pleno, què solo logràrìa la supervivencia de
los fuer tes y el autoaniquilamiento voluntario de los dèbiles por sus
flaquezas, o solo por gustar cambiar el destino de sus vidas
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Es què el negacionista solo evoca una actitud irracional, còmo
asì lo ès una re acciòn inconsciente mecanizada, que enraiza en
la personal, intrascendente y subjetiva voluntad reducta, que
nada tiene que ver con la contemplaciòn inqui sitoria què
conducen a la verdad de lo evidente y seguro, o su negaciòn, què
no elucida ni concluye, y sin que le preceda por fundamento un
juicio de valor legìtimo
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necesitas para vivir, còmo el perverso agnòstico que solo vive por èl
y a merced de los vientos? Si dices que obviamente si los necesitas,
entonces revisa lo que hablas y rectifìcate por contradictorio,
porquè no puedes sostener què sì necesitas algo què no existe. Estàs
Infringiendo reglas bàsicas de la razòn
Vèn entonces tù al hombre, què por èl haz de ver los dos univer
sos, y èntrale por su raciocinio, por ser a quièn el Invisible le ha
dotado y confiado el conocimiento de todo lo què ès corpòreo y
de lo què no lo ès
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La lògica y Procedimientos internos para esta in
vestigaciòn
Abordo este tema no menos complejo, sobre dos aspectos a un solo objetivo què
es la prueba de la existencia del Invisible o demostraciòn de la esencia del
Supre mo, y què asì lo simplifico mostrando estas dos posibilidades de ver este
proble ma a dilucidar. La primera, ilustrada por David Hume por la què al
Invisible solo se lo podrìa probar en su existencia por medios empìricos, ya què
no tenemos u na experiencia con Èl, y menos alguna idea de Èl. Y en la segunda
tenemos a San to Tomàs de Aquino y nuestro estudio, en què elaboramos una
teorìa racional què muestra solo la esencia del Invisible por la inmaterialidad
del objeto obser vado y del mètodo utilizado. Por el primero concluirìamos
“que Dios existe” y por el Segundo “que hay un Dios”, consideràndolo dentro
del criterio estricto de Ra fael Alvira de la Universidad de Navarra-España-, por
los mecanismos intelectua les e internos de la razòn, renunciando a nuestra
mayor pretensiòn què inicial mente albergàbamos ante el novedoso hallazgo
irrefutable obtenido y que su resultado terminaba en que probàbamos tambièn
la “existencia” de Dios, que dàndo en el lector la intectualizaciòn de los
conceptos utilizados, percepciones e i deas creadas y sus conclusiones a que
arribamos, y sacar su propia opiniòn basa dos en su mayor capacitaciòn
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Si lo què observamos es una entidad intangible ¿què impide al anàlisis, someter
las conclusiones derivadas de otra entidad igual e invisible còmo es ese 4to,
color y què se manifieste en la percepciòn o què lo niegue?
Porquè podemos empezar el estudio y su prueba, no por el objeto de nuestra
observaciòn, quièn es al què debemos manifestar como evidente, sino por el
rigor a su negaciòn del otro objeto imaginario que lo reflejarìa al Invisible por
confirma ciòn, cuàl es su testigo
Asì, el juicio està compuesto de ideas y el raciocinio lògico està integrado de jui
cios, y èste estudio se tràta de un ejercicio ùtil del raciocinio para recrear lo
imagi nario, con otro testigo imaginativo y ambos intangibles, pero mostràndose
ese tes tigo còmo verificador, contrastàndolo con algo de una naturaleza similar
y elemen tal què conocemos como son los colores, què solo es una caracterìstica
añadida al objeto segùn Aristòteles, o tambièn es un ente propio y autònomo
còmo se mues tra el arco iris y otros muchos efectos lumìnicos del espacio, por
proyecciòn de las luces què el sol emite y què traspasan a los gases suspendidos,
dando sus tonali dades segùn cual ès el alcanzado. Y què si en ellos recae su
elecciòn de testigo, es porquè en sus grandiosidades parecen mostrar al mismo
Invisible, como cohabi tantes en un mismo espacio, o còmo si a travès de ellos
vemos algunos de los ros tros de Dios, o còmo si ellos tambièn le alcanzan a Èl
mismo, y què por su proyec ciòn a travèz de Èl, o los rayos què al pasar por Èl, es
què nos imprime a nosotros y salimos creados a su semejanza o copia de Èl?
Esto, què si bien son subjetivacio nes, solo ès parte de una tècnica para
seleccionar al testigo què nos explique con simplicidad lo què pretendemos
demostrar
El objeto observado y su testigo, ambos son invisibles e intangibles y por uno po
demos llegar al otro. David Hume, què como empirista agnostico y positivista
que era, utiliza y usa a dos entes fìsicos ya conocidos por nuestra experiencia
como las mujer y el pez, quedando encerrado por querer analizarlos bajo su
propias ideas apriori, de què no se podìa probar la existencia de Dios ya què no
tenìamos la ex periencia de Èl o su idea al menos, y porquè la razòn tenìa su
barrera de conten ciòn en la percepcion de aquellos objetos què existen en
nuestras percepciones, re legàndolo en la pràctica a los pensamientos a su
misma suerte. Dirìa Hume què al no tener el hombre la capacidad de ver y sentir
lo què no ve, no podrìa probarse nada a su respecto.
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Èsta tècnica de observaciòn indirecta por testigo y contrastaciòn què asumo, y còmo
primera experiencia tenida, la explico gràficamente còmo a otras similares què he
vivido posteriormente, aunque no es frecuente de escucharla, cual es què
pretendiendo ver una pista de aterrizaje a 100 kilòmetros o màs, que segùn su altura
aumenta o achica la distancia, se necesita crear otro punto imaginario de mirada
cercana a dònde se supone què puede estar lo què necesitamos. Lo mismo pasa con las
agujas del reloj de pared y en la penumbra. Debemos crear otro punto o testigo
imaginario para dirigir allì la mira da, por fuera de èl y conservando fija la mirada, se
logra ver la pista o la hora por la agu jas què solo asì se logra que ellas aparezcan, pero
sin dejar de mirar hacia afuera y nunca intentar ver la pista o agujas, lo que nos
interesa, a riesgo de hacerlos desaparecer. Nada tiene que ver esto con la Metafisica o
prueba del Invisible, pero destaco què a veces de bemos recurrir a extrañezas o
mètodos no convencionales para lograr algo, o què todo lo què le sea legìtimo
debemos intentar usar, màxime si del raciocinio se trata, por què èl es del mundo
inmaterial y què por ellos llegamos a conclusiones vàlidas dentro de las reglas
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què montamos dònde ubicamos a todos y algo màs y distinto al observador con sus
cargas intelectuales y reglas, què colaboren en la tarea didàctica y evidenciadora,
como què si giràndolos a todos, algo surgirìa para una nueva propuesta o conclusiòn
y admitiendo què en el curso de nuestros avances, lo extraño puede acontecer o su
ceder, o què otros cauces podrìan presentarse, còmo aquì la aparente deducciòn
desde la nada o inexistencia, pero que invertida, surge, aduce y se deduce la afirma
ciòn de la existencia de algo, còmo si la nada tuviere un contenido tenue por el que
nos rechaza, pero què nos remite a la confirmaciòn o negaciòn de la proposiciòn del
dilema y què nos impulsarà a inferir lo què buscàbamos, còmo si lo lo que some
temos a estudio, ya deja de ser una circunstancia o un caràcter particular, sino que
generamos un nuevo modelo de anàlisis, conviertièndo al individual objeto peculiar
observado en un verdadero fenòmeno lògico complejo, pero con un final deducido
bajo normas, aunque aparentando el quiebre de algunas de ellas. Y ser ellos legì
timos, aunque los usemos para contrastar lo ya razonado, sean conceptos y todas
posibilidades dentro de las pautas mandatorias e inquebrantables de la razòn, hasta
concluir en tèrminos simples y juicios ordenados dentro de un diàlogo imaginario,
expresado con la belleza de la metàfora clarificadora y amena
Què consideramos tambièn, què asì còmo hemos visto los efectos visuales en la pe
numbra, què no se vè adonde necesitamos, sinò dirigièndo la vista a otro punto ima
ginario, para què èl no desaparezca a nuestra mirada, por què no admitir reitero, què
en los pensamientos tambièn ello podrìa suceder en mayor medida por la inmensa
volatibilidad y dèbiles o fugaces ideas en nuestra mente, y sus multiplicidades
repentìnas què llegamos a veces hasta intentar enlazarlas para què se detengan y
que si nos abandonan, aùn asì querer aprisa algo en què subir para alcanzarlas,
cuàndo asumimos què ya la hemos perdido para siempre. Admitamos què aùn se
desconoce todas nuestras posibilidades de pensar y hasta dònde llegamos en
nuestras investigaciones gnoseològicas con pensamientos què no nos estàn
disponibles en nuestro plano cerebral, como si la razòn la tuviere Sòcrates en què el
mismo ce rebro no nos facilita toda la informaciòn què posee, y què lo
experimentamos cuan do de repente viene la idea o soluciòn inmediata a pesar de
haber pasado tiempo què la necesitàbamos, o què nos cae en la mente con la
velocidad de una piedra a la cabeza, una idea que jamàs la hubièramos imginado ni
necesitado y què solo se ex plica èste retaceo a nosotros mismos, por la existencia de
facultades a hoy no conocidas
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Lògica de nuestra perspectiva y deducciòn racionalista
La lògica en nuestra premisa y su conclusiòn, ès por la què se demuestra la esencia del
Invisible diciendo “hay un Dios”, proponièndose èste:
JUICIO LÒGICO
PREMISA-DATO: Si solo se puede conocer o imaginar aquello què existe en nuestra natu
raleza y en su creaciòn artificial
PREMISA-DATO: Sì solo existen 3 colores primarios què se conocen, què son tangibles y
por ende ellos existen y tambièn podemos imaginarlos
INVERSIÒN POR CONTRARIO OPUESTO: Mal podrìa decir alguièn, què sì a igual què a
ese 4to. color invisible e intangible, què no existe y ès inimaginable, entonces què Dios,
invisible e intangible, tampoco existe, porquè sin embargo, aquellos què sì pueden ima
ginàrselo a Dios, no pueden imaginarse ese 4to. color què nadie ve y toca
Esta propuesta no es vàlida, porquè Dios y ese 4to. color son entidades desiguales. En
Dios esas caracterìsticas no existen sino què ès solo un impedimento del observador.
Què verlo o tocarlo no ès parte de su esencia, sinò un requerimiento del observador. En
cambio en ese 4to. color, la mirada y visibilidad ès su esencia y no su caracterìstica. Por
ende, claro què sì puedes admitir a Dios y negar al 4to. color por ser entes diferentes.
Por ello a Dios lo estudia la Teologìa y al color la Estètica
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LA NADA Y LOS PENSAMIENTOS EN NUESTRA PERSPECTIVA
En la galaxia, la nada es infinita, significando què en ella pueden caber los cuer
pos celestes suspendidos en ella, sin medida o lìmites algunos, porquè todos e
llos y la nada son infinitos. No asì nuestra mente. En nosotros, salvo què haga
mos resbalar la idea de la perfecciòn necesarìa, los pensamientos què en ella ca
ben y almacenan, es limitado y finito, por què nuestra humanidad no desperdi
cia cèlulas ni cromosomas
Ved què si los pensamientos estàn dentro de un cuerpo y mente finita, ¿cual es
el significado de poder almacenar màs de lo què se va a usar ¿ No es el comporta
miento lògico ni natural
Y còmo negar què ambos, èter y planetas, no participan de una misma natu
raleza, si una nace y es aupada de y por la otra?
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quedando en reserva el otro, què forman y llevan a la idea hasta què la necesitan
o usan hasta la muerte del individuo. La neutra es principal, porquè tiene su
funcion de reproductora y de dar respuestas cuando se le reclama evolucionar la
idea què està en el activo, o sea està expectante, y es la que las religiones la
conocen como el alma inmortal. No se manifiesta como tampoco lo hace el vacio
de la nada universal, porquè habita en ellos el Dios inmanifiesto
Cada pensamiento què nace y què no sea la continuaciòn de otro existente, repite
su ciclo de origen y avance, sin tener conexiòn con otros, què cuando ello fuere ne
cesario relacionarlos, nace otro pensamiento con esa misiòn, que observamos en
nuestra momentànea detenciòn reflexiva cuando llega ese caso
Pero es obvio porque lo vivimos, què toda acto de creaciòn o nacimiento no es
fortuito, sinò cierto e identificable como acto concreto. El pensar no puede ser la
excepciòn, y como no es incierto ese acto, ès facìl deducir, sin comprobaciòn empì
rica, què el neutro expulsa los nuevos pensamientos por necesidad a comunicarse
de manera entendible del ser con sus congèneres. Quiero significar que el neutro
clasifica a cada uno de ellos para què formen las ideas a cargo del activo, median
te el uso de la memoria para evitar la incoherencia de los juicios.
Vèase asì. La variedad y cantidad de pensamiento què generamos y guardamos en
la memoria no son muchos, como aparenta. Ellos se agrupan y asì quedan hasta
què es necesario. Constituyen las reservas grupos estereotipados en forma de re
cetas y suministran al individuo para facilitarle las ideas y no permitir volver a re
pasar todos y cada uno de los pensamientos què estàn almacenados. Los neutros
son los expendedores que alivian al pensante. Piense Ud. en esto cuando quiere
responder preguntas o arma un relato nuevo. Repase su mente y le harà evidente
què en esta situaciòn, su conversaciòn se parecerà a esos momentos en que saca
fotografìas para mostrarlas a otro, y tomando una tras otra sin ningùn esfuerzo,
agota su gestiòn y le queda màs clara todo a su invitado. No se generan nuevos
pensamientos, sinò què reluce los viejos
Es claro, què en todos nuestros àmbitos de la comunicaciòn humana, reducimos el
uso de facultades creadoras de nuevos pensamiento. Solo, y en casi la totalidad de
èsas ocasiones, le solicitamos a la memoria què nos disponga de sus recetas pre
grabadas en el consciente, y por ende hablamos por memoria sin generar ideas
nuevas, a excepciòn a cuando enfrentamos una situaciòn inèdita, dònde algùn es
fuerzo escaso se observa en coordinar datos preexistentes, què es tarea de los pen
samientos neutros, què nace en par al activo
32
Repase su vida social y concordarà con nuestra posiciòn, què sus exposiciones ver
bales y la de sus invitados, son lanzadas a la mesa còmo con las fotografìas, dònde
su esfuerzo ha sido mìnimo, como al actor en el escenario, por no que rememori
zar su guiòn, lee con disimulo el texto què en cartel le muestran desde un lugar es
condido al pùblico, què aquì son las neutras
El desconocimiento cientìfico empìrico sobre esto, hace què se niegue y nace el
concepto de la “nada”, pero se percibe què èste es el mecanismo del nacimiento y
conexiòn entre los pensamientos. Ellos (sin llegar a la idea) en nosotros gozan de
imàgen que hasta en forma de escritura se nos presentan, y son audibles, que en
ciertas ocasiones su mayor volùmen nos equivoca como venidas del exterior. Esto
què ès imperceptible, lo ès porquè generalmente nadie piensa en sus mismos pen
samientos, què ricos son en sus exposiciones entretenidos y diversos
33
de las què no tengo conceptos para explicarla, pero por la què ha sido po
sible elaborar esta Teorìa racional acerca de mecanismos nuevos de la razòn
Pero en la nada recojemos percepciones ocultas al consciente, repito, que nos
determinaràn a la reflecciòn y determinaciòn al anàlisis. La nada es fuente de
pensamientos què nacen en par, y uno de ellos, el neutro inmanifiesto que pa
tetiza nuestra inmanencia y dignidad superior què podemos alcanzar, què
còmo a otros muchos, les desconocemos su origen cierto. Y estos pensamien
tos e ideas parias, son las de mayor rendimiento para el pensante pesquisa
dor e indagador a dilemas extraordinarios e infrecuentes, quedàndonos solo
por conocer o preguntarnos “ dònde ès què reside Èl ”, y al què yo respondo:
en el neutro inmanifiesto, y no què la cuestiòn sea o no sea su “existencia”
evidente la què se argumenta y debata
Ante una percepciòn nueva, nace un pensamiento, que con los siguientes en
lìnea abren una receta o carpeta que se guarda en la memoria con todos los
pensamientos y lo devenido a èl, sean en ideas y juicios què hayan llegado a
alcanzar
Esta y cada una de estas recetas, son solo una de la gran Enciclopedìa què la
memorias acumula
Nada, ni ningùn pensamiento puede existir què no sean aquellos otros que ya
estaban en la memoria, a excepciòn de los generados por los nuevos y apareci
dos eventos censados, y de esos otros procesados què los combinan a ellos en
miles de autènticas formulaciones què se multiplican hasta formar una mayor
o menor inteligencia al individuo, y en què diferencian a los seres humanos,
segùn sea la facilidad en interrrelacionar con lògica a los conceptos o expresio
nes linguìstica con conjuntos de pensamientos aislados o agrupados en ideas
asentadas
34
Al decir “nuestros pensamientos” hemos querido significar a aquellos què ya
hemos superado y què son èsos que compartimos con todas esas otras
especies naturales - porquè si ellos tambièn sueñan, es porquè tambien tie
nen pensamientos - què surgen còmo respuestas autòmaticas instintivas a
percepciones o ideas bàsicas elementales – y què gobernaban las casi totales
preocupaciones del hombre milenios atràs- para resolver las dificultades què
derivan de la necesidad de tener refugio por tempestades o de sus predado
res, de conseguir el alimento diario, de guarecerse en los nacimientos y la
muerte. Podrìan a gregarse otros a esta lista. Pero son los nuestros aquellos
otros- haciendo caso omiso a esos abundantes pensamientos pueriles què ni
la memoria se digna a guardar- en tanto personas somos, y què propenden a
elevarnos a una vida de labores y logros inteligentes y de vida espiritual, guia
dos por el aprendizaje y apego a las leyes de la sociedad y a los cànones mo
rales de la religiòn
Y asì deslindados estos pensamientos, èstos son el primer ladrillo para avan
zar hacia la formaciòn de las ideas – què hoy dirìamos què son los pixeles de
la imàgen- a intelegir las percepciones, a los conceptos y a los juicios conclu
yentes, còmo son los què he utilizado para crear esta teorìa
Conocer a lo què nos interesa, podemos en nuestro caso, utilizar el mètodo racionalista
para llegar a una verdad lògica, còmo ès la esencia del Invisible, para demostrarla còmo
entidad evidente ante nuestro raciocinio
A una verdad, què ès verdad lògica, llegamos pensando ordenadamente con nuestras
ideas, conceptos y juicios lògicos. Èstos juicios deben proponerse con una premisa
mayor, otra menor u otras y su conclusiòn, què para nosotros serìa de dificil
entendimiento asì exponerlo
35
CAPÌTULO II
36
Repùblica Argentina – Santiago del Estero
1de febrero de 2018
Dr. Pedro A. Pernigotti Olmedo Santillàn
Primer dilema
San Anselmo Aosta, siglo XI, en su Proslogiòn dònde trata a
la Razòn y la Fe, en sus primeras lìneas dice: “....me he dado
cuenta què esta obra tenía el inconveniente de hacer
necesario el encadenamiento de un buen número de
raciocinios...”y ello aùn persiste en este trabajo en què mi
mayor dificultad residìa tambièn en cuàles puertas del
conocimiento estàba aquella què me permitiera entregar este
documento, ya que iba de suyo què todas me estàban ce
rradas, sea porquè las ùnicas ciencias formales què son las
Matemàticas y la Lògica, què no se hacen cargo de la religiòn,
y sì ès la Teologìa Racional o Natural para quièn Dios en su
Entidad estudiada, u hoy a la Filosofìa de la Religiòn, quiènes
no parecen llegar a èste grado de formalizaciòn què ahora les
someterìa a su analìsis con nuevos axiomas que comprenden
tambièn a la Doxàstica, y tambièn què son inevitables ciertos
Principios de la Paleontologìa y la Psicologìa. Y sì ès la Lògica
Modal la què viene al caso, ella puede coadyuvar sòlo en el
modo de armar y hacer càlculos a las proposiciones, pero no a
la verdad o realidad de Dios, què se les escapa.
A èsto se suma què es tarea previa determinar
ontologicamente la naturaleza de mi propuesta, sì ès – entre
algunas- de lògica proposicional, o què debemos forzosamente
formalizar a la Filosofía racional mìnimamente con èstos tres
axiomas propios o màs dèbilmente bajo enunciados o
principios generales de rigor prescriptible, què ès lo què
37
pretendo, aunque son los Epistemòlogos y los lògicos de la
Lògica Epistèmica Proposicional Extendida, con mètodos de
tablas semànticas, quienes son los descifradores naturales de
lo todo lo dubitativo, y ante ellos lo inicio en la convicciòn
dequè sòlo ès la verdad real lo què perseguimos, a pesar del
medio formal utilizado ampliando a lo sabido a hoy
Segundo dilema
Lejos estamos de leer un texto què fomente una confronta
ciòn de la Fe con la Razòn, còmo el tìtulo y algunos conte
nidos podrìan soltar al descuido esa idea, sinò què ès un en
sayo para construir una nueva teorìa llamada “del 4to. co
lor” què por la Lògica formal y otros conocimientos cone
xos, concluye màs allà de la razòn natural o de las puras
fòrmulsa lògicas, y arriba a verdades filosòficas sustancia
les demostradas e incontestables, para retar al agnòstico en
su hàbitat terrenal y en sus mismos pensamientos con què
arguye su banalidad o el orden conque acomoda sus ideas y
todo aquello a los què recurre para lograr sus sueños, ter
minar proyectos, o para ver crecer los hijos a su fiel refle
jo, y asì, parà què nuestra visiòn sè le haga inevitable hasta
hacerle emerger en èl en evidencia manifestada, y patetice
a su misma necedad en autopropiedad ilegìtima còmo su ù
nico justificador negacionista, y pretendièndole llegar inè
ditamente con una nueva argumentaciòn a la existencia de
Dios desde otra perspectiva no explorada aùn, còmo en una
mirada serena a reflejo de lo expresado en la Carta Encì
clica“Fides et Ratio” del Papa Juan Pablo II de 1998 y en
el Concilio Vaticano I de 1869, por las què y previa afirma
ciòn de la “infalibilidad” què significa què por si sòlo ès le
38
gìtimo y por siempre e irreformable, y por ello se constituye
en un Dogma de la Fe a la razòn (recta y absoluta) en cuàn
to puede por sì misma conocer con certeza la existencia de
Dios y algunos de sus Atributos (pero no ciertas Revelacio
nes) y asì otros muchos conceptos què han dignificado el
rol de la razòn natural en la historia universal del cristia
nismo. Seràn estas pàginas un muestrario de la posibilida
des de la razòn hasta sus ùltimos lìmites
Demuestro desde nuestra posiciòn, o en el lenguaje que a
diario manejamos que Èl tambièn puede ser explicado ar
moniosamente con la Filosofìa, la Axiologìa, y las ciencias
formales de la Lògica y las Matemàticas, con la Epistemo
logìa, y los principios de la Paleontologìa y de la Psicolo
gia, a pesar què San Anselmo ya anticipaba què la Bondad
Suprema no requiere de principios dònde apoyarse, pero
què a màs de ello, nosotros vemos còmo todas las estructu
ras mentales del pensamiento de en todos los òrdenes del sa
ber universal, tienden a encontrarse en un mismo fin tras
cendente a pesar de sus marcos de trabajo diferenciados
-----
Admitiendo la posibilidad de una nueva Lògica Epistemo
lògica-Doxàstica, serìa oportuno asì tratarla para centrar
las crìticas de modo apartado con independencia a la Teolo
gìa, a la Filosofìa de la Religión y a la Metafìsica racional
y tener conceptos màs claro què beneficien al nacimiento
de nuevos axiomas a esta nueva lògica y preocuparme de
ensamblar estos pocos conceptos innovadores con un ex
tracto de mi trabajado pàgs.8 y 63 y publicado en internet
bajo el tìtulo de:
39
https://es.scribd.com/document/371975189/Teologia-Natural-y-
El-Conocimiento-Racional-Teoria-Sobre-La-Demostracion-y-
Contrastabilidad-Del-Invisible
40
so bàsico, al menos, a lo màs elemental de mi teo
rìa del 4to. color y de lo què paso a exponer.
----------
41
TEORÌA DEL 4TO. COLOR
“Asì còmo tù no has podido imaginar al 4to. color inexistente, tam
bièn como gnòstico, no debìas haber imaginado a Dios, què segùn
tù, otros dicen què Èl no es real.
Mìra què muchos hombres imaginan a Dios, pero ningùn hombre
puede imaginar al 4to. color primario.
Què significa què con uno no puedes, y sì con el otro? Què lo no real
ès inimaginable, y sòlo lo puedes sì es real y existe. Prueba èsto e
imàgìnate y logra ese color. Por consiguiente, la negaciòn al 4to.
color, dà muestra de la existencia de Dios (ley de contrastabilidad
indirecta)
SILOGISMO de lògica modal Aristotèlica*
Premisa Mayor- Muchos hombres imaginan a Dios.
Premisa Menor- Ningùn hombre imagina al 4to. color.
M- Tèrtium Comparationis- Dios y el 4to.color. Dios es demostrable
y verdadero en las posibilidades humanas de sus facultades para
imaginarlo, quedando excluido de ello el 4to. color, porquè sì un sòlo
hombre podrìa imaginar este 4to. color, Dios serìa tambièn imagi
nado e irreal. Ellos tienen esencias desiguales, pero los dos son mate
ria de interès filosòfico. Y en cuanto a su aprehensibilidad, se accede
ùnicamente por sus caracterìsticas ùnicas externas similes: en todo
estado natural, Dios y el 4t. color primario desconocido, son intangi
bles e invisibles, y aùn mostràndose èste color lucirìa còmo los tres
colores primarios conocidos, en què todos son intangibles absolutos,
còmo lo ès Dios, y son visibles relativos o por momentos, còmo son
los suspendidos en el espacio.
Conclusiòn: La incapacidad (ningùn hombre puede) de todo hombre
a imaginar del 4to. color irreal inexistente (què ademàs de constatar
los lìmites humanos hasta los confines de la realidad=razòn) contras
ta necesariamente con la existencia real de Dios imaginado por mu
chos hombres por existente.
42
*Rèstanos tabla de valores de verdades
OTRAS PREMISAS Y SU FÒRMULA LÒGICA
A esta conclusiòn podemos expresarla tambièn cò
mo “asì còmo ningùn hombre puede imaginar al
4to. color inexistente, a pesar què otros muchos cien
tos de millones de personas si pueden imaginar a
Dios, entonces Dios es real porquè a èl se lo puede
imaginar por ser existente en algùn lugar de la reali
dado o en toda ella ”. O còmo dirìa las lògicas Deòn
tia y Temporal con sus cuantificadores “ què siem
pre nos estarà prohibido imaginar al 4to. color, y
siempre nos estarà permitido imaginar a Dios”.
Sè puede sintetizar tambièn asì con esta notaciòn:
( pq ) ^ ( rq )
( rp)
43
Contrariedades en el conocimiento racional
¿Pero cuàl ès la causa-efecto en mi teorìa del 4to. co
lor?. Por què ni Dios ni los colores son causa del exis
tir de uno al otro, y aparentemente ni tampoco se vè
la relaciòn lògica entre ambas premisas. Màs aùn:
son dos proposiciones diferentes, aunque verdaderas,
en qué una hace de testigo para contrastar y validar
al otro, cómo sí se tratara de un antecedente vincu
lante, atento a: A- la autodependencia existencial de
ambas premisas al extremis de què si a parece el 4to.
co lor, Dios quedarìa relegado a su falsedad o sòlo
posibilidad de ser real unicamente por el camino de la
fe en principio, quedàndole vedado de ser parte de
deducciones lògicas, por què significarìa què el hom
bre sì posee atributos en su naturaleza para imaginar
todo: sea lo real e irreal, y entre ellos a Dios, quedàn
donos su valor de verdad en la incertidumbre, no sòlo
en el campo de la lògica, sinò de toda realidad tam
44
bièn objetiva, razòn evidente què por ser lo contrario,
Èl ha construido su Reyno en la tierra y el universo en
las almas y cuerpos y B- què tambièn sin embargo el
4to. color sì ès un marco de referencia vàlido y obliga
torio para concluir ambas entidades en una misma
conclusiòn, por la lògica evidente què ellas poseen y
hacen què sus deducciones sean innegables de tratar
las dentro de su mismo con texto y C- bàsicamente el
porquè sì nadie se ha aventurado en anunciar a ese o
tro color, sin embargo sì lo han concretado con Dios, y
no tendrìa ningùn sentido sì no ès el uno con otro, y
esto sigue estando incòlume a hoy por no poder el
hombre biològicamente alterar a este orden de posi
bilidades, quedando al descubierto que la relaciòn lò
gica entre las premisas responde tambièn- a màs de
la lògica- a una sincronìa forzosa de nuestra natura
leza. Vèase ademàs este aspecto de la razòn con el To
do Universal en armonìa correlativa en el tercer pà
rrafo de pag. 23. Sinò pregùntèmonos còmo justificar
que el individuo comùn o el brillante carezcan de fun
ciones cerebrales o intelegidas tras el proceso què se
elija, sòlo para imaginar algo simple o elemental cò
mo ese otro color cualquiera a su elecciòn, entre quiè
nes se destacan còmo la entidad màs Inocente del Uni
verso que posa permanente e interactùa sòlo con no
sotros para que lo contemplemos y maravillemos, con
trarrestàndose con Dios, el Ser màs Completo y Com
45
plejo què sì no fuere real, entonces còmo siempre to
do individuo lo ha imaginado e imagina, lo ve y se
siente aupado en brazos de Èl.
Continuaciòn de causa-efecto
47
Su primer orden axiològico negativo
48
Su segundo orden axiològico positivo
Què no siendo ese el planteo correcto en la Lògica, si
nò què debemos analizarlo– a nuestra teorìa - dentro
o còmo reflejo del Orden Natural del Mundo - què la
Filosofìa y Axiologìa tambièn lo admite- y para no al
terarlo por ser èl un valor supremo, es què debemos
mantenerlas juntas en sus escencias y ambas verda
deras, còmo tàl lo son: 1- Què ello hace mandatorio
tratarlos por sus escencias o caracterìsticas què com
parten o no, còmo ès la invisibidad del color por ve
ces ocasional, frente a esa misma caracterìstica ab
soluta y no escencial de Dios. 2) què la intangibilidad
es absoluta en ambos 3) Què por la incapacidad hu
mana a mentir imaginàndose a ciertas entidades na
turales còmo a un simple color, què tàl vez exista en
otro lugar, pero no en el nuestro, ès suficiente prueba
material de la existencia verdadera del Magnànimo
Dios y siempre imaginado por cierto, y por què la ra
zòn clasifica y elimina lo què ès imaginable o no,
suprimiendo la posibilidad incorrecta, siendo esta teo
ria un mètodo eficiente y clarificador cuando los con
juga y no cuando los separa 5) què es tàn verdadera
esta deducciòn, què debemos admitir, què sì un sòlo
hombre tuviere la capacidad mental de poder ima
ginar a ese color, serìa tambièn prueba irrefutable
49
que a Dios podrìa tambièn habèrselo imaginado, y ser
Él, falso, siendo por ello indisolubles. 6) Què ambos en
tes ideales, y sin hallarle aùn su explicaciòn, salvo què
provenga de mi falsa argumentaciòn, son insepara
bles para considerarlos en sus realidades, porquè si
pretendemos verlos de otro modo en què sòlo uno de
ellos sobrevive sì el otro desaparece, sòlo tiene res
puesta sì ambos tienen y participan de algùn modo de
una misma naturaleza, demostrando y exibièndose
ambas Entidades cómo el engendro del ingendrado, y
su irrefutable posiciòn en escala perfecta de causa –
efecto, relegàndole al lector el hallazgo de su verda
dero exàmen, aunque algo màs intentaremos al res
pecto 7) Què la justeza lògica al tratamiento de am
bas entidades, no puede contravenir a las verdades in
dubitables y eternas de ellos, o evitar de ponerlos a
ambos en sus mismos sitios y con estas mismas valo
raciones axiològicas por ser verdades manifiestas
basadas en experiencias autènticas de la vida y con
jugables en dichas proposiciones lògicas del silogis
mo, con los mismos conceptos y trasuntos, còmo en el
orden en què lo estàn.
-- - - - - - - - - - - - - - -
51
El conocimiento racional en el Paso de San
Agustìn
53
adelante se afirma escuetamente, descifren aquello
què:
59
Creo què a este tema de la inversiòn y negaciòn lo su
peramos, a pesar de ciertas objeciones basados en
proposiciones diferentes, pero con interesantes plan
teos, cuàndo de proposiciones con oraciones coordi
nadas con diferentes premisas, objetos y sujetos se
tratara, còmo en nuestra teorìa del 4to. color què sien
do tambièn con dos oraciones què comparten mìnima
mente su verbo, què estàn coordinadas estrechamen
te entrelazadas con condicionantes y subordinaciòn
con una premisa ambivalente què entrega validez a la
otra proposiciòn
60
el què introduciendo otra y segunda proposiciòn fal
sa, ella le entrega verdad a la primera premisa
61
Ès què son sólo contrariedades no fundamentales, por
què en los dos casos se tienen soluciones alternas,
aùnque en la doble imàgen ocular, en què una està in
vertida y puesta a derecho por el cerebro, en la razòn,
para inteligir a Dios tambièn debemos duplicarlo con
otra entidad invertida opuesta, pero no contradicto
ria por sus similitudes externas, para què Èl sea real y
verdadero, todo lo què, no ès lo extraño en la natura
leza permutando existencias por inexistencias
62
Porquè esa garantìa de blindage a toda la naturaleza
de esconderse dentro de sì y con Dios en ella, y por
què la razòn la acompaña receptando sus secretos
intangibles, còmo si ella poseyera otra naturaleza a
màs de ser lo què ès: inmaterial o abstractiva, deduc
tiva por sí sola y encerrada en nuestra mente corpo
ral, què solo vive y sueña por sus propias experien
cias adquiridos autònomamente por sus mismos pro
pios sentidos, para exibirse ahora- la razòn- còmo
un conectivo necesario de la naturaleza exterior pa
ra què los individuos puedan ser parte integrada al
Todo y sus contempladores omnicomprensivos de lo
existente en èl.
63
tos preexistentes y de su hermano gemelo que habìa
permanecido en la tierra.
-----------
64
Tercer dilema
SEGUNDO AXIOMA EPISTÈMICO Y LA RELIGIÒN
65
gión. Asì individual o intercambiables entre ellos,
podemos ahora continuar.
Hoy goza de aceptaciòn què el axioma A10 Kaiϕ →
Baiϕ ès el correcto porquè, las creencias de un sujeto
se mantienen constantes a lo largo de todas las alter
nativas epistémicas, a partir de la què deduciremos, pe
ro en mi opiniòn y sin ser contradictorio a ello, què ès
tambièn un axioma universal y evidente, èste 2do. Axi
oma:_“Sòlo se puede conocer/imaginar lo conocible /
imaginable de la Creaciòn Natural Universal / de la
Creaciòn Artificial” incluyendo en la primera o Crea
ciòn Divina, a Èl imaginado en su ùnica excepciòn po
sible y a todas sus cosas concretas y especies en cuer
pos y mentes con pensamientos completo còmo fun
ciòn biològica innata que se orientan hacia los funda
mentos y a lo concreto-pràctico, siendo el primero lo
què propenden a la meditaciòn de la vida espiritual y
a los què profundizando sus conocimientos tambièn
impulsan al entendimiento de la primeras y ùltimas
causas, y los segundos a los que construyen la Crea
ciòn Artificial què ès la obra del hombre creada u opi
nada o doxa, sean puentes, diques, aviones, libros,
etc., quedando en el limbo de lo innecesario todo aque
llo què no comprendemos aquì en estas dos categorias
explìcitas, ya què la paz y evoluciòn ès patente del co
nocimiento y esfuerzo ùnicamente, sea individual o co
lectivo.
66
Trataremos en el presente sòlo a los eventos de la Cre
aciòn Natural Universal dentro de la perspectiva de G.
W. Leibniz e incluimos aquì a su ùnico Mundo Posi
ble
Consciente de què los conceptos bifurcan caminos y
destinos, còmo resulta en nuestra propuesta, què sin
haber pretendido dicha finalidad, es obvio què según
adscribamos a uno u otro término con què etiqueta
mos las ideas, resultarán o harán propicia la forma
ción de otras teorías o teoremas impensados.
68
tra manera de aprehender entes ideales por recursos
indirectos, pero desprovisto de toda idea de ser viajes
màgicos a la nada inmaterial, sinò què por el contra
rio, porquè a ellos recurro còmo el cientìfico lo hace
dentro de sus protocolos, porquè ellos carecen de lì
mites, digamos definidos, para sus tècnicas de inda
gar, què còmo paseos a esa nada, regresan con nue
vas hipòtesis y logro, tàl hoy en què ya he terminado
este estudio, y no podemos cerrarle los ojos, a la Na
sa qué nos entera què viviendo cierto y poco tiempo en
esa nada espacial, el individuo es alcanzado por ella,
la Nada, modificàndole y alargando su ADN y medida
corporal muy significadamente, en primera hipòtesis,
què de confirmarse demostrarìa què la nada interac
tùa sobre nosotros en distintos modos segùn dònde
estè localizado ese vacìo espacial. Esto significa què
somos fisicamente condicionados por la Nada, màs a
llà de lo creido exacta y literalmente en el dìa de ayer.
En nuestro caso, ya què no puede ser de otro modo,
ese ingreso a la nada ès con la “imaginaciòn”, no
còmo la perla de la fantasìa, y sì còmo primer atribu
to de nuestra naturaleza para buscar y obtener entes
inmateriales, que si no es primera, es anterior a ese
otro concepto “creencia” utilizada por la epistemolo
gìa a la que estimo que de nada nos sirve, salvo en per
sistir en hacer inaprehensibles a entes que pueden ha
cer presencia vital tanto por la fe, y como ahora por la
razòn. Y sì esta ùltima y otra posibilidad no es nove
69
dad, pienso que ahora la establecemos categòrica y de
talladamente con la magnitud de verdad que alcanza
toda y cualquier teorìa aceptada.
Sin entrar a tema hoy dicutido si lo què debatimos ès
el conocimiento concreto sobre el objeto o sobre el co
nocimiento mismo como mètodo de analizar entes, di
gamos què, a no ser el conocimiento por el primer con
tacto con el objeto material o como a los inmateriales
a quiènes se les dà por mùltiples sentidos o modos psi
quicos, al conocimiento nos referimos cuando ya lo e
vocamos por segunda o màs veces para explicarlo cò
mo lo hago, y què sòlo ès posible por la imaginaciòn
de ellos del modo en què la memoria guarda de los
mismos, què podrà ser o no coincidente con aquèl de
su primer acercamiento, y què si se habrìa hecho difu
so serà la observaciòn sobre el otro ente conceptual i
maginado en su sustituciòn què son todas las carac
terìsticas que a los entes los rodean y què ocurre màs
marcadamente en las entidades idealizadas y por ello
explico a la facultad del consciente del imaginar en su
hipotètico instante màs inmediato al acercamiento del
ente abstracto con el individuo del primer contacto, co
rrespondièndonos a nosotros el lugar posterior en la
cadena del aprendizaje trasmitida por milenios, y què
generamos una propia imàgen del ente y una muy per
sonal idea del mismo, què explico en pàgina 45
70
Pero, y por no ser este mi campo, me es incierto el fu
turo de mi teorìa del 4to. color, en cuàndo a sus deri
vaciones ùtiles què pudieren obtenerse para otros dile
mas metafìsicos, porquè retrocedo el “desde el cuàl”
iniciamos el conocimiento, ya què està ìnsito en esta
lectura què los lìmites hasta dònde llega el interès de
observar, indagar y analizar para la doxa religiosa es
ahora con nosotros una realidad objetiva comprensi
va tanto de todo lo material concreto y lo imaginable
justificadamente comprobable a travès de ejercicios lò
gicos irrefutables, y damos a lo “inimaginable” el va
lor de lìmite del contorno de la realidad objetiva y
subjetiva del potencial humano còmo ùltimo y ùnico
recurso para inteligir estas entidades, tal còmo lo pro
pongo.
Para este estudio sustituyo a la creencia (por la ima
ginaciòn) en su estructura sintàctica, anteponiendo a
la “imaginaciòn” de los enunciados axiomáticos lógi
cos apistemológicos-doxàsticos, por fuera del consen
so académico y por ende inválido cualquier intento a
este respecto, a excepciòn de què si ès que cumplo cier
tas condiciones, què la validez de estas construccio
nes lògicas provendrìan del primer teorema de incom
pletitud de Gödel en su Lògica Matemàtica, ya què és
te trabajo persigue al alumnado universitario en sus
trabajos prácticos en test a ejercicios de formulación
de validez o invalidez a estas premisas lógicas, por las
que deduzco y concluyo en la verdad lògica formal y
71
sustancial del enunciado de mi teorìa del 4to. color,
por provenir de dos premisas verdaderas- necesaria la
primera y contingente la segunda- por cuantificado
res universales y existenciales de la Lògica de Predi
cados o de Primer Orden, de corresponder su aplica
ciòn, lo què nos darìa valores de verdad absoluta.
Volvamos al punto y vemos a la imaginación què se a
decua más a los principios primitivos con què los a
xiomas deben expresarse para abarcar mayores posi
bilidades de inclusión de sus premisas. Por la larga lis
ta què escribo de diferencias entre creencia e imagina
ción, se explica la evidencia de què ès la imaginación
el término què “salta a los ojos o vista” y es más “cla
ro y lumínico” què la creencia, lo què sin ser sine qua
non, muestra a la imaginación como retrocedida a la
creencia, más simple e inclusiva de posibilidades, có
mo sín habérmelo propuesto, mi teoría del 4to. color
quedaba por fuera y otras què las desconocemos a hoy
San Anselmo de Aosta, insiste que primero està el
“sentir” antes al “conocer”
Tambièn descartemos esas otras posibilidades de sus
tituir para rebatir esta propuesta, ejemplificando cò
mo D. Hume, què podrìa tratarse de imaginar al uni
cornio, o ponerle ojos a un àrbol o tantas otras en què
unimos elementos ya conocidos de antemano pero ya
existentes en la mente. Aquì tratamos a lo inexistente
72
La imaginación és reflejo inmediato de la memoria,
sin otras conecciones retardadoras. Porquè la imagi
naciòn fluye espontànea y ès cronológicamente ante
rior a la creencia, opiniòn o idea de algo. Estos ùlti
mos son conceptos o actos pensados o menos defini
bles en muchos campos del saber. Ellos tienen retar
do en expresarse. La imaginaciòn ès la representa
ciòn inmediata de todo pensamiento què captura per
cepciones, sentidos e ideas, sin nexos previos. Es un sì
mil de lo corpòreo, visual, olfativo, de lo audible y
animado què ès suministrada por la memoria, en con
fusiòn a veces de lo vivido y soñado en imàgenes, sen
saciones, sentimientos, sonidos y hasta sub-pensa
mientos en ese trance onìrico, còmo rèplica del indivi
duo mismo, y ello en la acepciòn Aristotèlica de ser la
imaginaciòn el recuerdo de acontecido en nosotros.
La creencia ès un tèrmino abstracto literario o acadè
mico què nada define a estos efectos de comprender
las relaciones lògicas sobre ellos.
Debiera el epistemólogo descender en la firmeza de
sus conceptos: “conocer/saber=existir” por “ver/to
car”, asì tambièn còmo lo propongo para la doxástica
en sinonimia con” imaginar/creer”, amalgamando en
apariencia a conceptos con significantes acordes, sì ès
què fuere importante o necesario en juntar la lógica
epistemológica con la lógica doxàstica religiosa. Él
existir de uno y el creer del otro, no ès fundamento ni
fin explicale en la instancia què se les requiere. La
73
existencia de uno y la creencia del otro, son conse
cuencias o efectos de “conocer/saber” e “imaginar”.
Sì bièn son utilizados para explicar sus ideas, el axio
ma no lo necesita para sus fines, aunque sì ès ùtil pa
ra explicar o enseñarlos pedagogicamente. El axioma
ès base, què para satisfacerla no necesita en prea
nunciarle en su enunciado, el fin o resultado de sus
prescripciones, asì còmo en los principios generales
del derecho, que sì bièn es otro tema distinto, pres
cribe, pero no enuncia su fin diciendo “si no, iràs a la
càrcel” o “tu acto serà nùlo”, por què nada mejorarìa
o reducirìa la perpetuidad de sus verdades jurìdicas.
El axioma tampoco necesita anunciar el resultado de
su prescripciòn, diciendo “sì conoce/sabe=existe”, si
nò què ès un tèrmino què infortunadamente se le ha
adscripto anticipadamente para diferenciarse a propò
sito de la Religión y de la doxàstica, a quièn le corres
ponderìa “còmo tù no conoces ni sabes, sinò què sòlo
crees, luego no eres real”.
Asì lo anteanterior, se lograrìa contrastar vàlidamente
en el contenido del axioma epistèmico-doxàtico, ads
cribiendo “ver/tocar” (que sucesivamente comprende
“aprehende y aprendes), =”conoce y sabe” a uno, e “i
maginar” y por ello “cree” al otro.
Y por què elimino “saber-existir?. Porque no està en
el fin de la lògica, la existencia o inexistencia de los
objetos o eventos lògicos, sinò la validez y evidencia
74
del desarrollo legìtimo de los procesos lògicos. Y esto
le vale tambièn a “creer”, porque insisto, que ella es
inoficiosa o tardìa.
Sì digo “veo/toco” y luego “conozco y sè”, no se re
quiere decir y agregar què existe, porquè ademàs in
curriria en una triple tautologìa. Y sì digo “imagino”
no requiero epilogar con “creo y no existe”, porquè sò
lo con “imaginar” y sì redundo en agregar “creer” se
agota su propòsito hasta su fin, ès decir porquè su e
xistir o no existir, o creer, no se le requiere al dilema,
o què ès supèrfluo inferir la existencia del doxa, por
què no le ès necesario, lo que sì a la epistemologìa se
gùn el epistemòlogo. O sea que la Filosofìa, la Meta
fìsica, la Filosofía de la Religión, las Doxas y las
Ciencias sòlo necesitan el conocimiento, què ès el ner
vio de la evoluciòn, mediante la eliminaciòn del
falsable y de las utopìas.
El axioma del episteme, ahora religioso, linguistica
mente, a quièn debe incluir entre sus preceptos? Al
ente primigènito o a su consecuente intelectualizado?
Uno u otro poseen distinta fecundidad. Si continua
mos llamando “creer” como primero en la oraciòn, ex
cluye a mi teoria del 4to. color. Si la llamamos “imagi
nar” y luego “creer= real” la incluimos, y vàyase a
saber tambièn a cuàntos otras les cabrìa.
A veces ni la imaginaciòn es necesaria para luego cre
er (excluimos a la fe que es otro conocimiento), puès,
75
ès la prescencia de la imàgen espontànea, no volunta
ria, en forma diversas y personales de la inmanencia
divina, la que lo junta al individuo con el Invisible, y
en estos casos, decir creer no tiene cabida ni cercana
mente, porquè la creencia ès sòlo un repaso personal
e ìntimo o un certificado de pertenecia o pase a una
comunidad sea catòlica, judìa o islàmica. En ciertos
casos, decir creer ès una respuesta a preguntas inqui
sitoriales en ritos y en cumplimiento de los actos
sacramentales.
Què lo imaginable, còmo asì decido denominarlo, ès
anterior a la creencia u opiniòn. Y què sobre un mis
mo ente creido pueden existir muchas opiniones o per
cepciones encontradas. La imaginaciòn ès pura. Es
pureza ìntima. Lo imaginable allí se agota, porquè se
autoabastece per se. Lo imaginable o imaginado ès ù
nico, y ès lo què viene en mente en modo completo y
no ès asì la creencia, salvo què usemos a èste concep
to sòlo cuando argumentemos sobre èl, pero, lo què
acompaña a los individuos o devotos ès la escencia
imaginada, y què la asumen como verdad evidente. E
lla, la imaginaciòn, se le aparece al individuo còmo
respuesta a la orden de requerimiento solicitada por
la voluntad mediante un pensamiento enviado a ese
fin.
Ès què en la etapas sucesivas del conocimiento con
creto al objeto, se empieza mirando al ente y ya ahì,
76
los pensamientos graban inconsciente lo visto u oido
en una imàgen, digamos què son sus pixeles, pasando
al tacto si es posible, lo aprehende, aprende, etc. y ter
minada la aprehensiòn de la imàgen, comienza cons
cientemente la imaginaciòn a recrear lo visto que trae
de la memoria què todo guarda, e inicia el proceso del
conocer con conceptos, inteligir, valorar, etc.formar
ideas y juicios.
Los lògicos crean incorporandolo al tèrmino “creer”,
què ni los textos bìblicos intentan lograrlo. En ellos
no hay referencia suficiente a èl. En todo caso se lo
trae sòlo a colaciòn còmo un pase a la salvaciòn del
alma, pero encerrando en su concepto bifuncional al
creer-acciòn, ès decir actuando en su vida, còmo vida
santa. Interesarìa saber què entendìa la Comunidad
Linguìstica al admitir este tèrmino “creencia”en las
fòrmulas axiomaticas.
Sì la imaginaciòn fuera una cèlula o materia prima,
la creencia ès una molècula o producto en gòndola.
La imàgen ès ùnica y la creencias son imàgenes agru
padas y procesadas. La imaginaciòn se satisface por
sì, la creencia necesita dar explicaciones.
Este ès el lenguaje ingenuo què debemos utilizar para
dimensionar al entendimiento generalizado, y para
capturar al objeto en su principio, desprovisto de los
conceptos què utilizaremos luego para explicar los he
chos o fenómenos. Ergo, la primera instancia del ob
77
servador del conocimiento filosòfico o epistèmico, ès
en usar voces y términos, digamos primitivos para des
pués avanzar.
Hoy en epistemología, explican los axiomas abrasivos
para ella y la doxástica, expresiones del lenguaje desi
guales para el tiempo en que la usan. Y estimo què:
“ver/tocar” serìa el inicio y “conocer/saber” serìa su
fìn o resultado posterior para el epistemólogo, còmo y
cuàndo les sugiero que decrezcan en su fimeza semàn
tica, adecuando a su mayor fecundidad.
Pensar o imaginar serìa el inicio y fín para la doxa re
ligiosa, porque en su inicio se muestra enteramente la
realidad de Èl, què ni llegar al conocimiento ès otra
posterior escala, salvo en su aprendizaje. No tiene “un
posterior” o “resultado”. Cuando el creyente dice:”yo
creo” ès una declamación o declaración íntima de su
postura frente a Dios, pero menos ès, una de fases pa
ra la construcción de un axioma, proposición o con
clusión lógica. Digamos què la creencia ès la institu
ción, y la imaginación ès la recreación natural del en
te observado, sea éste material o idealizado, y por ello,
ella està retrocedida a la creencia y es inequìvoca cò
mo fuente del conocimiento sobre la què se deducirà.
La creencia nos aleja del ente observado, porquè es u
na voz posterior al acto de pensar o “imaginar” y serà
un menor antecedente o de menor generalizaciòn. Por
ella, què ès un postura o actitud ante otros, denota
78
una idea què se comparte algo en común con su gru
po humano, pero no da la idea que sea una postura
frente del objeto, sinó què se identifica con la perte
nencia a ese grupo. La creencia le da la espalda a la
observaciòn y deducciòn. La imaginaciòn la enfrenta.
Esta voz creer, es digamos un agente que llega tarde
al conocimiento incipiente captado de antes por la i
maginaciòn.
Por el pensamiento o imaginación hacemos el primer
contacto genuino e ingenuo cercano, con lo tangible o
intangible. En los objetos concretos, el individuo pri
mero ve y luego toca y asì lo aprenhende, aprende, asì
lo conoce y sabe sobre èl, y sí és què no está cercano a
él, debe saber previamente que ès aprehendible de o
tro modo. Al axioma le satisface para ser eficiente a
su finalidad, la simpleza de los conceptos y procesos,
porquè la ingenuidad acerca al entendimiento y la sa
piencia de los conceptos es posible que nos aleje de él.
Ès entonces definitivo què la imaginaciòn expande a
los recursos, procesos y resultados lògicos, y què la
creencia ès un escollo o inoficioso para el conocimien
to religioso y doxàstico, fuere cual fuere
-------------
79
LA PERCEPCIÒN Y RACIONALIDAD DE DIOS A TRAVÈS DEL
TIEMPO
80
Veamos sì ès por la vista y consideramos a una montaña o a un
glacial o una catarata, salvo què sea el perito Moreno o el cerro
alto de Rio de Janeiro, o el Niàgara, no tenemos una imagen fija
de lo que es el glacial a no ser un manto de hielo blanco
indefinible como lo ès el lecho de agua de un rìo o mar, o la
catarata como simple caida libre verticial del liquido acuìfero y
lo mismo con la montaña, màs allà de la idea de ser una
elevaciòn què termina o no en punta, pero serìa una elevacion
sobre el suelo, lo que nada nos servirìa
Si queremos recordar a una montaña determinada, recurrimos al
album de la memoria y traemos a nuestra presencia algunas de las co
nocidas en nuestros paseos, y asì con los otros
A DIOS:
HOY- Debemos distinguir los tiempos y sus observadores, creo
En general y en su primer aspecto, Èl ès aprendido en las tareas de
la Iglesia, Mezquita, en el hogar, en clases de catecismo y luego en
las misas y en los colegios pero nunca en una imagen fija que po
damos algùn dia levantar el dedo y decir ”ahì està Èl”, còmo lo ha
riamos con un rìo, un edificio o un abuelo. Aprehendemos de Èl su
magnificiencia e inmanencia, lo què no guarda forma alguna para
precisar en un recuerdo concreto de Èl
En su segunda consideraciòn, el creyente en distintas edades, en su
acto ìntimo y personal, le da su propio contenido al concepto de
Dios, pero a diferencia de otros elementos, objetos o ideas, este indi
viduo no lo recuerda a Dios, sino què es màs profundo y complejo
què el evocar. Lo crea en su mente y tantas veces le sea necesario
“construyèndolo” no necesariamente en una misma imagen, o tal
vez vièndolo al hijo- Cristo- ve al padre Javhè, o a Mahoma por Alà.
Es el acto humano màs espòntaneo que exista. No requiere traerlo a
Èl de su memoria. Lo crea y sòlo en ese preciso instante lo imagina,
sin poderse distinguir el tiempo en crearlo e imaginarlo, ya que ès
instantàneo
81
No he leido aùn, què los filòsofos, hayan puesto esmero en
distinguir estos dos momentos y lo resuelven hablando de la
evocaciòn o recuerdo, què a mi criterio es como comenzar a le
er el libros desde la pàgina nª 20.
Màs Màs aùn, porquè decir què lo imaginamos o evocamos por su
imagen¿ No lo creo. Si de imprevisto nos enfrentamos a colo
res fastuosos que maravillan, seguramente ahì lo vemos a Êl y
le pasarà lo mismo al màs destacado de los ateos que no podrà
evitar esa sensaciòn, al menos hasta darse cuenta que èl no cree
en Dios y dirà que son cosas de la naturaleza, y asì en todas la
obras de su Creaciòn Divina e incluso la Artificial, como cuan
do cantan en coro un grupo de niños y mil situaciones màs
AN ES ANTES O PRIMERA VEZ
Pero el conocimiento de Dios por la razòn, creo què presenta
mayores exigencias què cuàndo su camino ès la fe, y debemos
distinguir què no ès lo mismo hacer historia de cuàndo el indi
viduo actùa en los ùltimos 4..000 años, en que rememora su
aprendizaje adquirido de Dios, què a esos primeros hombres y
mujeres de las cavernas que nada sabìan sobre Èl, pero què son
los artìfices “de la creaciòn del mismo Dios”
En el A ellos los debemos ver, como ha hoy a un cientìfico frente a
un fenòmeno de la naturaleza o mirando por un microscopio, y
averiguar còmo han usado sus sentidos y como han sido los
contactos con Dios, còmo para què hoy ya sepamos sobre Èl.
Me refiero a estos primeros padres de nuestra primera concien
cia religiosa, aun què nadie le da estos nombres
Si en Si entramos a la cavernas con ellos, podrìamos tal vez descubrir
ese primer encuentro del hombre con Dios y su primer en cuen
tro tambièn con su primera conciencia, para recièn y despuès
poder hablar del conocimiento racional. O sea que me estoy re
firiendo al primer umbral primitivo antecesor del conocimien
to racional a sus deidades 82
Pero antes a toda investigaciòn, prima ese primer encuentro o
contacto del hombre con otro ser superior intangible e invi
sible, a lo què debemos asumir què lo ha sido de modo no se
lectivo, sino què lo ha sido por todos sus sentidos y por mi
lenos asì y por siempre perdurarà, transmitièndose de hombre
a hombre sensaciones completas de sus inferioridades, bus
cando refugio no ante adversidades de la naturaleza ya, sino a
sus consuelos y plegarias
O sea què el conocimiento racional es posterior en la cadena
evolutiva del hombre y muy posterior a la fe. Diriamos què
la razòn ès de aparente y reciènte apariciòn, cuando las colo
nias ya habìan superados muchas de sus incertidumbre para
su subsistencia, e inicia su ciclo de curiosidades diversas y ya
no personales o familiares, sino dentro de un grupo, cuando
se deben expresar explicaciones y que ellas sean aceptadas.
Es decir cuando nace el conocimiento racional o los procesos
de la razòn para dar un fin consensuado al argumento.
Entonces Dios ya existia en las mentes en ese entonces, en
tiempos què el hombre no seleccionaba, còmo hoy, sus sen
tidos para ver o tocar, sentir una presencia ajena, o los obje
tos o ideas que requerian una respuesta, que ahora esa comu
nicaciòn es con la fe No podemos precisar a ese primer con
tacto con Dios en esos tiempos y a hoy continua indefinido o
no posible de reducir a un solo sentido en su modo de apre
henderlo a Èl, como lo hace actualmente la observaciòn epis
tèmica-empìrista
Quiero decirte Juan Carlos, què podrìa ser como sugieres que
sea por un sòlo sentido (oido) en una nueva nota musical, pe
ro debiera medirse como se los conjuga en el silogismo. Y de
cir si debemos separarlos o llevarlos juntos, para no perder el
rumbo de la justificaciòn de la causa-efecto entre las premi
sas. Habrìa que estudiarlo màs a tu sugerencia
83
Nuevos lìmites del conocimiento racional
Hago un test de inferencia legìtima de lo què a conti
nuaciòn elucubramos, pero què no ès en prèdica de
la religiòn, ya què tampoco ès mi misiòn, y lo hago
desde otra meditaciòn metafìsica para no perder la
oportunidad en contribuir con el conocimiento ge
neral filosòfico, resaltando que existen temas en a
parente confrontaciòn o aunados e inseparables en
nuestra argumentaciòn què son muy significativas
e inadvertibles hasta hoy, que podrìan extender el
campo observable por el conocimiento racional,
todo esto con la imaginaciòn en su base y la inima
ginaciòn y la Nada en su face final, refirièndome a
las dos premisas, la mayor y la menor del enuncia
do lògico que venimos desarrollando. còmo los
lìmites del “antes” y del “despuès” , expandiendo el
campo observable por la razòn y los entes que se
han de incluir dentro de ese conocimiento.
La imaginaciòn, en su estado aislado, espontàneo e
independiente a las otras funciones del intelecto, es
tà en el nacimiento y fin del conocimiento racional,
còmo el candente de la imàgenes en proceso
84
del anàlisis, desde el descubrimiento al finiquito
del ente observado y agotado que ès a los reque
rimientos del expectador, contrarìa a la visiòn A
ristotèlica sobre ella, quièn sòlo la considera en
una de sus caras, cuàl ès la restrospectiva pun
ciòn a la memoria para recordar el pasado.
Se trata de lo antes escrito aquì, pero ya no desde
la lògica y los tres axiomas què establezco, sinò de
poner en frente al observador metafìsico de què
no existe un sòlo hombre capaz de imaginar ese
otro 4to. color del què ya hablamos, a pesar què
si existen cientos de millones de hombres què
desde siempre se han permitido imaginar a sus
deidades. Es decir que siempre han accedido o no,
a imaginar entes idealizados.
Ahora destacamos què este poder o no poder ima
ginar, ès èste, repito, el nuevo lìmite extendido
para la contemplaciòn humana, no còmo mate
ria de la lògica ahora, repito, sinò desde la filoso
fìa y de la metafìsica en su natural espectro dòn
de estàn los entes inmateriales observados y estu
diados por los conocimientos analìticos ontològi
cos con que contamos
85
Estas dos actitudes humanas son tambièn entidades
Estas dos actitudes humanas son tambièn entidades pre
sentes ante y en èl, còmo necesarias, naturales, univer
sales y tan evidentes què no requieren que las demos
tremos como verdaderas, digamos “què son de cògito” al
decir cartesiano.
Y èsto nos lleva a advertir desde la Metafìsica, cuàl ès la
mayor amplitud del discernimiento racional de la què
creìamos tener, en què sin duda el hombre tiene aptitud
para imaginar y aprehender entidades subjetivas “vàli
damente” desde y màs allà de sus sentidos, o què el mar
co contemplativos de la imaginaciòn excede a la reali
dad cognosible, y màs concluyente soy afirmando què el
hombre ya de antiguo llegaba aùn màs lejos a lo què
hoy llegan las ciencias pragmàticas, en cuànto a su vi
siòn cosmogònica de las primeras causas y devenir de la
Creaciòn Natural Universal, relegàndole al cientìfico la
explicaciòn compleja de los mecanismos precisos de es
tos eventos fìsicos.
O sea què la razòn se le adelanta a la realidad. La razòn
mira a la realidad hacia atràs. Hacia adelante sòlo tiene
la nada infinita como la describimos aquì y en trabajo
sobre la teorìa del 4to. color. Sì bien todo racionalista no
ve lìmites, esquivando el compromiso a una mayor preci
siòn anàlìtica, ya què en sus pequeños segmentos pre y
post liminales omitidos puede encontrarse lo buscado y
necesario, què hasta derivaciones insospechadas po
drìan allì esta,
86
còmo Kant què afirma què el lìmite se encuen
tra en esa lìnea entre lo conocido y lo desconoci
do, en què nosotros venimos descartando ese tèr
mino ambiguo de “conocer” y “creer” en reite
rada veces y lo tratamos como a una voz que opa
ca o no esclarece al ente observado por la gran la
titud conceptual què posee, o que trasunta pero
no està en su base.
Què encuentro en la imaginaciòn, còmo a la
posibilidad humana ante y pospuesta al ente u ob
jeto contemplado, y pospuesta tambièn a todo co
nocimiento ya acabado, dicièndole què algo ès
ya inimaginable, y què debemos atravesar al co
nocimiento y rodeàndolo, intentando imaginar a
la nada existencial, aunque sea entrando y regre
sando con las manos vacias en apariencia. Digo
què aquì, en esta coordenada, està el lìmite del
conocimiento racional y no en el conocimiento
mismo, cuàndo èste se ha agotado ya. Nadie pue
de afirmar què el fin està en su ùltimo paso da
do, si nò què debe sostenerlo en aquèl otro paso
adelante y què ya no lo puede dar, què ès dònde
nosotros estamos ahora:El punto del 4to. color
en el Paso de San Agustìn
Difieren en gran medida en què con “conocer”
quedamos en la mitad del camino, y què con lo i
nimaginable o impotencia fìsica-mental de ima
ginar algo què nos proponemos, ès el fin cierto
87
del recorrido. Con nuestra voluntad, denotamos
aparentar una dèbil incursiòn en la neurocien
cia dado una inevitable apariciòn de actividad
celular o neuronal còmo proceso activo de la me
moria en esta cuestiòn, alejàndonos de la me
tafìsica y su ontologìa. No quedàndome otra op
ciòn, he de continuar soslayando estas inatinen
cias e incumbencias, con respetuosa excusa a
quièn se la deba, porquè estar en un punto de el
confìn de un conocimiento, es incierto y muy se
guro de haber entrado al campo de otro conoci
miento afìn o no, sin que lo sepamos al momen
to por cierto, como son las meditaciones pro
fèticas.
Tambièn y sin dudas, es la verosimilitud de los
Misterios, porquè el hombre a Dios le ha llega
do no por su unilateral y voluntaria disposiciòn
a imaginàrselo, ni tampoco sòlo por el temor a
las fuerzas temerosas de la naturaleza, sinò què
han sido los signos de la inmanencia divina què
se les ha trascendido y ellos intuidos y explica
dos por nuestros primitivos de la especie y luego
imaginados e inteligidos en su medida real por
la fe y razòn. A esto el Papa Juan Pablo II nos
lega què “la razòn no ès impermeable a los mis
terios”, en clara y breve sìntesis de este estudio,
o còmo sostengo en otros pàrrafos del presente
què el hombre lo ha aprehendido materialmente
a Dios.
88
Y ès èste el sentido què en otros pàrrafos, digo
(*) La travesìa hacia La Nada y el
regreso de ella
Pero què significa esa travesìa a la nada, en
tèrminos de lo què se obtiene concretamente a
su regreso, dado què no presenta dudas, què de
la nada, solo le sucede la nada. Explico esto en
mi teorìa del 4to. color, què del rechazo de la
nada me ha dado por fruto esa misma teorìa, de
mostràndome el fin del propòsito, hacièndome
evidente el lìmite de las posibilidades humanas
a conocer racionalmente, pero transformando
alguna idea, en algo seguro y verdadero como a
Dios dentro de la razòn, porquè de lo contra
rio, todo ser humano podrìa en sus fantasìas
crear e imponer entidades falsas, aùnque insos
tenibles, què segùn vemos ahora confirmado,
què ello le està prohibido o no permitido de nin
gùn modo en toda proposiciòn lògica, incluyen
do a las ocurrencias liberadas.
Argumento dentro de la razòn, a pesar què los
racionalistas gnòsticos hasta hoy, no logran ex
plicarlo dentro de la razòn y sì sòlo escueta
mente còmo muestra de su devociòn. Yo estimo
que nuestro trabajo se esmera en propuestas
desde varias aristas, y doy dos resultados: den
tro del juicio lògico racional y del conocimien
to epistèmico, todo de incumbencia .
89
La trayectoria, ès avanzar desde nosotros hasta la na
da, sòlo con especulaciòn intuitiva dubitativa, y se de
be continuar a puntos màs profundos y entrar a la na
da espacial y mental, màs lejos al Olimpo, entrando
en la oscuridad ciega dònde nada hay, dònde nadie
ha estado imaginativa o poèticamente y aùn màs le
jano a los Mundos Posibles de Kripker y transmundos
de Pedro Salinas y Leonardo Polo, ès ese què esta
mos allì còmo su primer explorador porquè a èl nun
ca nadie ha tenido o querido tener alguna idea sobre
èl, a ese hueco de vibraciones mudas y sordas de dòn
de nada se recoge, allì en què la ceguera aumenta
porquè ès la nada obsoluta, adònde ni el reflejo de
otros mundos llegan y ni siquiera nuestros conoci
mientos subjetivos, y què finalmente detenièndose el
observador, distante a lo què tiene en mente, còmo
cientìfico fuera de su gabinete, y percibe en tiniebla y
sunsurro de su consciente, què si èstà ese 4to color
buscado, no en tonalidad o densidad, sinò en nega
ciòn absoluta e incomunicable, què no permite hacer
de èl un relevamiento imaginario, comprobando què
estaba en un espacio o mundo nuevo de la nada real,
què rechaza toda intenciòn humana de traer un re
cuerdo què comentarlo imaginado, pero sì negado y
confirmando por verdaderos a los otros entes de apa
riencia similar a ojos y tacto de los observadores
90
Es la Nada que niega a admitir las verdades de la
razòn y los resultados de las ciencias. De la razòn,
de la què nos ocupamos, porquè ya anticipadamen
te nacemos con raciocinio y pensamientos raciona
les subdesarrollados, como negadores de lo què
ella niega tambièn, y admitentes de sòlo lo real y
verdadero. Recurrimos a èl còmo al Ser Verificador
y Clasificador de las entidades subjetivas reales de
las irreales, a esas què no debemos admitir cuàn
do èlla rechaza, sì ès què dudamos de nosotros mis
mos, porquè ya sabemos apriori lo que ès real o i
rreal por nuestra imaginaciòn permitida o prohibi
da. Ès la Nada què no permite imaginar lo què ès
irreal en la mente racional. En ella vemos objetiva
y subjetivamente lo què el mundo ès y què se vè tal
cuàl ès en materia y espìritu. Lo ùnico semejante a
la Nada Universal, ès la Nada Mental, porquè am
bos son vacios simìles de materia intangibles y pen
samientos imposibles de imaginar a lo intangible
irreal.
Ambas nadas, en una ùnica correlaciòn natural, cò
mo un todo ùnico, orgànico y equilibrado, logran al
canzàndolo al hombre hasta fìsicamente, correla
cionàndose ellas e incapacitando al individuo a ver
e imaginar lo què no existe en el mundo concreto y
subjetivo, còmo en su Nada inmaterial.
91
Què rodearlo al ente observado es ampliarlo a“un
antes y un despuès”. Me refiero a tener un concep
to completo de èl. Kant ès de opìniòn què entre el
conocer y el no conocer està el fìn del conocimiento,
sin otra y mayor precisiòn, contra lo que sostengo
què hay otras coordenadas antes y despuès en ello
y del riesgo de entrar en otro campo del saber sub
jetivo u objetivo cientìfico, sea en la Neurociencia y
meditaciones profèticas. Esto còmo le ha ocurrido a
la Psicologìa y esas primeras causas de las conduc
tas por el consciente conocido, le sucede “su antes”
o instancia previas por el Psicoanàlisis con el sub
consiente, què aunque no ès aceptado aùn, el co
nocimiento de esa ciencia se ha ampliado. O no ès
màs claro con la Fìsica General o Mecànica què em
pezaba con el àtomo al què se creìa que no era divi
sible, y reciente ès que nace “un antes” con el descu
brimientos de pàrticulas màs pequeñas y nace un
nuevo conocimiento Cuàntico y Fìsica sub-atòmica?
Nosotros llegamos al nacimiento y fin del conoci
miento racional, ampliàndolo “desde un antes y un
despuès”” con la imaginaciòn y a la inimaginaciòn
o la Nada còmo su fin, capturando una nueva teo
rìa.
92
Tercer dilema
93
emplificativo tàl como lo tratamos en esta materia in
suficiente explorada. Soy consciente que algunas de
estas deducciones, contravienen reglas que no admi
ten la falsedad de aquello que no tiene existencia ma
terial.
Pero a èste axioma foràneo y contrastador opuesto,
debe admitírselo por ser el què eleva al rango de evi
dencia a la realidad del Eterno
Se concluye en mi teorìa del 4to. color, con la misma
verdad de la existencia de un episteme o todo sujeto
del juicio lògico, sobre realidades que no nos consta,
pero que concluimos solo por el razonamiento lògico.
Su convicciòn y fuerza se asemeja a aquella conclu
siòn “Juan ès mortal” sin que a mi me conste su mate
rial evidencia, pero que por la lògica y ciertas expe
riencias personales (como èsa que no tengo antepasa
do vivo) la acepto con profunda y rotunda racionali
dad. Pero sì en vez de estar en el sujeto de la oraciòn
el “hombre”, y fuera una “bacteria” o un “espècimen
marino” con lo què no tengo contacto ni imaginativo,
no lo podrìa negar como algo falso o como algo verda
dero, pero me facilitaria el buen dormir, si tuviera un
axioma que afirme ” la materia orgànica perece” y
màs suficiente serìa si existiere otra màs generalizado
que diga ”toda materia perece”.
Pero la necesaria verdad universal y evidente por sì de
este axioma, cuando se trata sòlo de imaginar y cono
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cer racionalmente a Dios, y por la particular esencia
de este sujeto observado- llamados entidades ideales-
requerìa de un anàlisis lògico igualmente diferente-
importando para satisfacer a los argumentos, què la
estructura del juicio estè bien configurada, actual y
fin ùltimo de la lògica
Esto sòlo puede ocurrir confrontando enunciados lò
gicos o silogisticos con sujetos distintos de esencia y
no de apariencia, con un predicado positivo uno, y ne
gativo el otro, pero què sin duda, corrobora la legiti
midad y completitud del primer, segundo y tercer axio
ma.
Dios y el 4to. color elegido para contrarrestar, ha sido
seleccionado por contener ambos ciertas caracterìs
ticas –no esencias obvias- què dan similitud en el ma
yor grado posible para confrontarlos, utilizando lo pri
mario del agnòstico con què argumenta su negaciòn,
cuales son el inaspecto de Dios por no visible e intan
gible.
Los 3 colores primarios o 7 del arco iris, mientras es
tàn suspendidos, sòlo presentan visibilidad por acciòn
de los gases que atraviesa, siendo èstos intangibles y
su visibilidad es fruto de un efecto lumìnico solar tran
sitorio. Serìa inseguro atribuirle propiedad del color a
un gas de terminado, porquè ellos se juntan en forma
y cantidad incierta y no medibles cientificamente has
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ta hoy. En estos estados fìsicos los colores son intan
gibles y sòlo visibles por momentos.
Cuando el color esta adherido a una flor o un pàjaro,
segùn Aristòteles, no tiene forma ni sustancia y sòlo
son caracterìsticas de las cosas, y por ello, en mi pare
cer, la tangibilidad ès la de los objetos y no del color, y
porquè la ciencia no ha encontrado aùn partìcula que
le contenga.Gozan de visibilidad y tangibilidad sòlo en
este caso. Ellos se admiran, pero tocarlos no ès el a
fàn humano.
Pero en mi teoria del 4to. color radica la elucidaciòn
del problema.
Sì un sòlo hombre se pudiere imaginar a ese otro 4to.
color, què serìa en tèrminos absolutos, invisible e
intangible al igual de Dios, en la apariencia què
interesa de què ellos las posean, ya què es la razòn de
la cuàl deriva principalmente su incredulidad, enton
ces Dios no serìa real, porquè asì còmo alguièn puede
imaginar ese 4to. color inexistente, otro u otros mu
chos hombres tambihèn podrìan del mismo modo ha
berlo imaginado a un Dios irreal.
Asì inferido lògicamente, Dios existe en la realidad,
porquè ès por la realidad què los hombres lo han apre
hendido y no por su invisibilidad e intangibilidad que
ès algo a lo què el hombre no llega, ni ès fruto de sus
especulaciones. Digamos por ende en nuestro racio
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cinio que Dios existe y es real porquè ès imaginable,
y no ese 4to. color inexistente que ès inimaginable.
Y en el lenguaje del axioma epistemològico como sè
expresa, esto ès asì:
*Conoce=sabe (verdadero o existente)
... .... ....
*Cree=sabe (consistente)
......
Debiendo corresponderle:
*Ve/toca(luego:aprehende/aprende)=conoce/sabe (ver
.. .......
dadero /existente)
....
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Nuestro dìàlogo imaginario con el interlocutor
negacionista (sìntesis)
“Sì tù sos quièn piensa què Dios ès ese ser incorpòreo e invisible què ha
sido sòlo imaginado y no real, y sos el què concluye què El no ès evidente
y por ello no existe, entonces te propongo y te doy el tiempo què necesites
para què me traigas un color primario nuevo què sabemos què no existe
en este mundo, en forma de pintura sobre objetos o destellos o luces albo
rales inmateriales suspendidas en el espacio, y què còmo sè què no vas a
lograr aprehenderlos, mejor imagìnatelo, igual què segùn tù, otros sòlo sè
han sòlo imaginado al Dios invisible e inexistente, y descrìbìmelo tal
còmo tù puedas entenderte y hacerme a mi ver què tu color existe y què
me has convencido de ser real y de existir èl (el color) nìtidamente en tù
percepciòn”
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