Beruflich Dokumente
Kultur Dokumente
El término cultura, que proviene del latín cultus, hace referencia al cultivo
del espíritu humano y de las facultades intelectuales del hombre. Su
definición ha ido mutando a lo largo de la historia: desde la época
del Iluminismo, la cultura ha sido asociada a la civilización y al progreso.
En general, la cultura es una especie de tejido social
que abarca las distintas formas y expresiones de una
sociedad determinada. Por lo tanto, las costumbres, las
prácticas, las maneras de ser, los rituales, los tipos de
vestimenta y las normas de comportamiento son
aspectos incluidos en la cultura.
Según el enfoque analítico que se siga, la cultura puede ser clasificada y definida de diversas
maneras. Por ejemplo, hay estudiosos que han dividido a la cultura en tópica (incluye una lista de
categorías), histórica (la cultura como herencia social), mental(complejo de ideas y
hábitos), estructural (símbolos pautados e interrelacionados) y simbólica(significados asignados en
forma arbitraria que son compartidos por una sociedad).
Clasificación
Para Mendoza “tiene que ver con un conjunto de manifestaciones identitarias de cierto sector
o contexto social. Tiene que ver mucho con la identidad. Expresarse es una necesidad que
nos hace y nos ayuda a identificarnos, a diferenciarnos y es una responsabilidad hacia los
demás”.
Las distintas manifestaciones artísticas como la música, la danza, el teatro, etc. son formas de
exteriorizar o de contar nuestra historia, narrar el contexto. Por esto la cultura también es un
legado y sirve de base en una sociedad porque en ella se transmiten enseñanzas para las
siguientes generaciones. Mendoza afirma que “las manifestaciones artísticas permiten
adaptarnos a distintos soportes para la transmisión de saberes y además sirven para el
cuidado de la salud mental y corporal de la humanidad. Cuando la gente se siente vulnerable
busca salir de esa situación, busca fuerza, busca poder y justamente eso es la cultura: poder”.
Como dijo el actor, el centro de la cuestión está en que la cultura es fuerza, es poder, y a
través de ella la sociedad encuentra un punto común, que es la identidad, es lo que somos.
Por un lado, la cultura es importante porque ante situaciones adversas sirve para replegamos
sobre nosotros mismos y recordar quiénes somos, y por otro lado porque nos sirve para
expresarnos y la libre expresión es tan vital como la supervivencia.
La cultura y el hombre
Cultura. Se trata de una palabra clave para comprender nuestra situación. Pero igualmente
difícil por las implicaciones filosóficas que contiene. Cultura, etimológicamente deriva del verbo
latino cólere que significa cultivar, cultivar desde la tierra hasta los hábitos humanos. Colere
Deum, significa adorar a Dios. Dos formas principales hay para entender lo que es la cultura:
la primera, es la actividad mediante la cual el hombre «se cultiva a sí mismo» para alcanzar la
verdadera y plena humanidad; con ella el hombre desarrolla en sí mismo sus facultades
específicamente humanas, con un fuerte componente espiritual, y se realiza como persona,
situándose de este modo como un elemento nuevo y original ante los demás. De aquí derivan
los significados de cultura calificada, 1) por su matriz filosófica: cultura liberal, marxista,
budista, cristiana, materialista, etc.; 2) por su contenido preponderante: cultura humanista,
religiosa, científica, tecnológica, atea, etc.
La segunda forma se refiere al conjunto de datos que todo hombre recibe del ambiente en que
se encuentra inevitablemente inserto y por el que está, igualmente, condicionado: esos datos
son el lenguaje, el nacimiento, la raza, las estructuras reproductivas y los métodos educativos,
organización de la producción y del consumo. Se trata del carácter pasivo de la cultura.
Esta segunda forma de entender la cultura es la que tiene una gran incidencia en nuestra vida.
Se trata de lo que «se bebe» ambientalmente, de todo aquello que se cultiva y se hace propio
porque constituye el contexto vital en el que naturalmente nos vamos desarrollando. Suele
decirse que, “la educación se mama”, para significar, de este modo, cómo desde nuestra más
tierna infancia, incluso antes de nacer, se van modelando nuestros hábitos. Algo, pues, muy
parecido a lo que llamamos “ambiente”. Entonces la cultura acaba por modelarnos. Aquí
aparece la importancia de la primera forma de entender la cultura. Si esta cultura es
meramente materialista, va a determinar cierta clase de individuos, si es más bien de índole
religiosa en la que existan perspectivas de trascendencia –cristiana, por usar los opuestos–,
se producirá otro tipo de persona. Entonces es la cultura la que determina en gran medida
todo nuestro sistema de relación, de valores, de interacción. En cierto sentido, puede alterar
nuestro ser, la autocomprensión, todo nuestro sistema de navegación por la vida. ¿Qué es lo
que, social y humanamente, estamos cultivando? Pues bien, eso cosecharemos. Frente a una
influencia ambiental determinada, debemos colocar otro cultivo, (cólere), pensado,
encaminado a obtener otros resultados.
Pongamos un ejemplo: sería inútil predicar la familia como lugar de fomento del amor, como
una primerísima e insustituible escuela de humanidad, como comunidad íntima de vida y amor
y como el santuario de la vida y formadora de personas, cuando el ambiente cultural hace
imposible, psicológica o materialmente, una convivencia basada en la entrega recíproca de las
personas; cuando el ambiente ridiculiza los valores de fidelidad, de sacrificio, de entrega, de
perdón, de esfuerzo, que serían los soportes del ente familiar. Esta es la razón por la que
muchos padres se sienten desconcertados cuando sus hijos hacen opciones de vida que
claramente terminarán en la muerte. Si nosotros nunca les dimos ese ejemplo, dicen
desconsolados; lo que sucede es que el ambiente cultural influye más en los hijos que la
educación familiar; es más influyente en ambiente de la calle, de la pandilla, de la música, etc.
La familia tiende a desaparecer y ha perdido el protagonismo educativo. Esto es, pues, lo que
significa un dato cultural.