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ACCIÓN DE CUMPLIMIENTO

LA ACCIÓN DE CUMPLIMIENTO PERUANA


En 1993, la Constitución peruana seguiría los pasos de su par colombiana. Sin embargo, y a
diferencia de lo que sucedió allí, en el Perú, como ha puesto de relieve Domingo García Belaunde,
la introducción de la Acción de Cumplimiento se realizó casi en forma clandestina, si es que se tiene
en cuenta la ausencia de debate al introducirse esta nueva figura durante los debates constituyentes
de 1993. En los mismos términos como se halla previsto en el inciso 6° del artículo 200°
constitucional, apareció en el Primer Anteproyecto de Constitución (Título dedicado a las “garantías
constitucionales”) elaborado por la Comisión de Constitución del Congreso Constituyente
Democrático (en adelante CCD). Se mantuvo en el Segundo Anteproyecto (artículo 286, inciso 6)53
, como en el Tercer Proyecto (artículo 219, inciso 6), para finalmente ser aprobado por el Pleno del
CCD, antes de someterse a referéndum su texto íntegro.
Tras la somera alusión a un proceso existente en la legislación constitucional brasileña, finalmente
quedó así redactado el inciso 6º del artículo 200 de la Constitución:
“Son garantías constitucionales:
(...)6º La Acción de Cumplimiento, que procede contra cualquier autoridad o funcionario renuente
a acatar una norma legal o un acto administrativo, sin perjuicio de las responsabilidades de ley”.
Como ya se ha dicho, a raíz de la inexistencia de un debate detenido sobre los alcances de esta
institución procesal, se pensó en cierto momento que fue “innecesaria su plasmación...como
institución autónoma y distinta a las restantes garantías existentes”, pues su objeto bien podía ser
tutelado mediante el proceso de amparo.
NATURALEZA DE LA ACCIÓN DE CUMPLIMIENTO
Es un proceso, pues se trata de un mecanismo instrumental compuesto por un conjunto de actos
jurídico procesales “concatenados entre sí de modo ordenado”, a través del cual una o varias
pretensiones litigiosas, invocadas por los justiciables, son resueltas por los órganos de la jurisdicción,
aplicando el derecho objetivo, con el objeto de restablecer la paz social y la justicia.
Que proceda contra toda autoridad o funcionario que se muestre renuente a acatar lo dispuesto en
una norma legal o en un acto administrativo, esto es, constituya un mecanismo de control de la
inactividad de la Administración, conlleva que, por la función que cumple, se le considere como un
proceso en cuyo seno pueden resolverse dos clases de pretensiones: Por un lado, ya que a través
de él se persigue obtener una resolución judicial que declare la ilegalidad del incumplimiento, será
un proceso de conocimiento con una pretensión “de condena”. De otro, dado que la sola
declaración de la ilegalidad de la omisión no puede constituir in toto su objeto, pues es preciso que
se disponga el cumplimiento de lo ilegalmente omitido, constituye parcialmente un proceso de
“ejecución”.
En ese sentido, siguiendo a Allan Brewer Carías, bien puede decirse que el proceso de Cumplimiento
“contra la carencia de la Administración no persigue que sólo se declare la ilegalidad de la
omisión…de la Administración…, sino lo que se persigue, es que formalmente se ordene a la
Administración adoptar determinados actos, o si ello no es suficiente para amparar el derecho, que
el Juez restablezca por sí mismo la situación jurídica violada”.
TIPOLOGÍA DE LA INACTIVIDAD MATERIAL DE LA ADMINISTRACIÓN
A fin de distinguir la diversidad de comportamientos materialmente omisivos de la Administración,
tal vez sea útil esbozar algunos criterios, valiéndonos para ello de clasificaciones esbozados en torno
a la inactividad administrativa, pero también, mutatis mutandi, adaptando lo que con las omisiones
inconstitucionales y el acto lesivo por omisión en el Amparo, se ha realizado en el derecho
comparado.
POR LOS ALCANCES DE SU INCUMPLIMIENTO
Omisión total. Presupone una pluralidad de obligaciones impuestas por una norma legal o un acto
administrativo, respecto de las cuales ninguna es debidamente cumplida. En tal supuesto, a través
del proceso de Cumplimiento se procurara que todas ellas se cumplan.
Omisión parcial. Las omisiones parciales, en cambio, suponen el cumplimiento de algunas de las
obligaciones que le han sido impuestas, pero que no alcanzan la totalidad. En la medida que sólo
algunas han sido ejecutadas, el proceso de Cumplimiento, en un supuesto semejante, se destinará
a exigir que la autoridad o funcionario cumpla con realizar los extremos de la obligación aún
pendientes, no pudiéndose invocar en tal caso la sustracción del objeto de la controversia, pues,
siguiendo a Ignacio Burgoa, la cesación de los efectos de la omisión reclamada sólo se producirá
cuando desaparezca totalmente la ausencia de actuación administrativa, y no cuando ella fuera
solamente parcial.
POR EL MODO DE AFECTACIÓN:
Omisión absoluta. Se produce con la no realización de ningún acto ordenado por la ley o por un
acto administrativo, cuando se estaba obligado a realizar una o algunas prestaciones.
Omisión relativa, en cambio, se presenta cada vez que realizándose una actuación administrativa
ordenada, sin embargo, con su prestación se excluye un ámbito de lo debido o se discrimina de su
beneficio a un sector de la totalidad de beneficiarios a la que estaba dirigido la actuación
administrativa ordenada por la ley o el acto administrativo.

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