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EL ORIGEN DE LA SOCIEDAD

De acuerdo con la visión clásica (Aristóteles-Cicerón-Padres de la Iglesia-Medievales) hay una


naturaleza humana originada por vía de generación (especie humana) de la cual surgen los
individuos, que forman la sociedad, la cual es efecto de la ley natural.
Los elementos a través de los cuales se da el paso del individuo a la sociedad están tomados
de la naturaleza humana y son:
 Generación: es el elemento más ligado a la parte biológica. El hombre procrea y
vive en un ámbito familiar, que constituye un primer núcleo de sociedad.
 Lenguaje: permite la comunicación y entendimiento mutuo. Junto con el lenguaje
está el elemento de la razón (logos significa lenguaje y razón). El hombre es animal
racional, por lo cual puede comunicarse y entenderse con los otros.
 Instinto de asociación: lleva al hombre a superar la soledad, a convivir y a ayudarse
unos a otros.

Estos elementos que provienen de la naturaleza humana estructuran la sociedad. Esta visión está
presente hasta el siglo XVII, y se conserva hoy en los autores neoescolásticos. En la visión clásica,
entonces, la constitución de la sociedad es un efecto de la ley natural.

A partir de la modernidad se va gestando una nueva visión de la sociedad, visión inspirada en el


nominalismo, concepción en la que el ser humano es entendido como individuo singular y donde la
naturaleza humana es una entidad nominal. No existe ninguna esencia humana. La comunidad de
individuos sería una clase y no hay una naturaleza común participada por los individuos. Hay un
fuerte acento puesto en el individuo. De esta concepción donde se subraya el primado de los
individuos con sus facultades, la sociedad va a ser entendida como fruto de un contrato. Es lo que se
llama contractualismo. Acuerdos de los individuos. Se da énfasis a la propiedad individual. Cuando
se pasa a la formación de la sociedad se pone en juego un elemento de contrato. Tomas Hobbes
(1588-1676) es contractualista. Tiene una concepción pesimista. Cada individuo es un enemigo
potencial de los otros. Hay un instinto primordial de cuidar la propia subsistencia. El otro es visto
como alguien que puede quitarme lo mío. Auto conservación, estado primordial de guerra. El
contrato está en función de evitar la destrucción. Prevalece el que tiene más fuerza.
Hobbes formuló por primera vez la tesis de que el individuo está en la naturaleza, entendida
como el mundo material. Es una tesis nominalista. Habla de ley natural pero se refiere al individuo
o a la especie humana en cuanto se comporta en el contexto del mundo material. Considera la
conducta pre-humana como argumento para llegar a lo que denominamos derecho natural, porque
es derivado de la conducta en la naturaleza. Esta interpretación sostiene que todo lo instintivo tiene
un derecho porque es una propiedad del hombre en la naturaleza, y la legislación tiene que regular
estos instintos naturales para que la especie humana no se destruya, pero si se puede permitir la
satisfacción de instintos que no dañen al otro, hay que ampliar la legislación de los derechos
humanos.
Esta tesis se aparta de la visión clásica, la cual habla de naturaleza humana como estructura
esencial del ser humano, lo que lo hace humano en cuanto tal: la razón, el lenguaje, la capacidad de
valorar, de producir cultura, de amar en sentido personal, y la capacidad de trascender. De acuerdo
con esta visión (la clásica), los derechos humanos surgen de la ley natural. Los derechos nacen de la
estructura personal del hombre.
En Locke (1632-1704) hay una interpretación más optimista. Cada individuo tiene derecho
a su propiedad. Como no hay una esencia humana participada por individuos, cada individuo es un
pequeño absoluto que tiene derechos fundamentales con los que nace. Se considera que el individuo
tiene instinto de convivencia y para poder convivir y entenderse con sus semejantes se hace un
contrato. Esto da origen a la sociedad. Lo que nosotros consideramos consecuencia de la caída,
Hobbes lo considera un instinto primordial. En Locke hay una tendencia a ver al otro como
semejante. Podemos hacer un contrato para ponernos de acuerdo.
Rousseau (1712-1778) parte del presupuesto de la negación del pecado original y de la
afirmación de la bondad del individuo. Toma de Locke el contractualismo pero le da un aspecto que
se va a transformar en revolucionario, porque cuando el gobernante no cumple el contrato social se
lo puede deponer y elegir otro.

En el siglo XIX se desarrollan dos corrientes de pensamiento, el Idealismo y el Positivismo,


las cuales, aunque por motivos distintos, conducen a una teoría de la sociedad que, hablando en
sentido amplio, podría llamarse totalitaria, ya que acentúan más el Todo de la sociedad que la vida
de los individuos, los cuales son considerados como momentos o elementos que forman la sociedad,
el Estado. Es decir que prima el Todo sobre el hombre singular.
El Idealismo:
Hegel, en su Filosofía del Derecho hace una escala dialéctica por la cual el individuo se une
a otros hasta formar la sociedad o el Estado, las cuales son manifestaciones del Espíritu único. Es
una filosofía monista, en la cual Dios, el mundo y el hombre están incluidos en un solo devenir.
Hegel dice que el Estado es la encarnación de Dios en la historia. El idealismo parte del individuo
pero lo ve como destinado a fundirse en el todo. Sacrifica lo personal a lo comunitario.
El positivismo subordina también la persona singular al todo, en este caso a la especie
biológica. Parte de la naturaleza física concebida como el todo material, del cual surgen las
diversas especies animales.
La visión positivista se vio reforzada por El origen de las especies que instaló el tema de la
evolución. Los positivistas encontraron en la teoría de la evolución algo útil para explicar cómo el
hombre surge de la naturaleza sin espiritualidad, y como tiende a estructurarse en sociedad cuando
adquiere el habla.
Con este enfoque se da importancia a ver en los animales superiores elementos de conducta
animal semejantes a una especie de estado social, con la finalidad de explicar que la sociedad
humana no es nada más que una forma biológica, proveniente de los genes, que por vía evolutiva
pasa de los animales al ser humano.
Aunque se admitiera que a través del organismo humano haya conductas preparadas por
instintos anteriores, el lenguaje, la racionalidad, los valores y la libertad, que pertenecen a la
naturaleza humana, no pueden reducirse a herencia genética desde la vida animal. Es cierto que en
ciertas especies animales hay una semiótica, ejemplo entre las abejas, que tienen capacidad de
transmitir signos. Pero esos signos son deterministas. No hay libertad, ni lenguaje propiamente
dicho, valores, cultura propiamente.
Durante el siglo veinte se realizaron estudios sobre la organización social en los animales.
Konrad Lorenz, estudios sobre la conducta animal. Etología, término impropio que se formó para
describir una rama de la zoología que estudia la organización social de algunas especies animales.
Ya había algunos antecedentes.
En el siglo dieciocho Mandeville, de origen belga, escribió La fábula de las abejas. Los vicios
privados forman la virtud colectiva. Tomaba pie de la organización de una colmena: en su régimen
y construcción arquitectónica de la colmena se encuentra lo estructural de la sociedad. Hay una
semiótica: cuando descubren que hay una plantación de flores apta para la miel avisan mediante
ruidos especiales a las otras. El toma este tema para mostrar cómo el espíritu colectivo lo
heredamos de los animales. Tiene un origen biológico y no propiamente espiritual. Luego hace una
derivación amoral. Como cada abeja se interesa por sí misma y de ese interés surge el orden de la
colmena así cada individuo al preocuparse por sí hace surgir un orden social. Lo social se heredaría
de lo animal.
Lorenz se ocupa de las costumbres de las aves y de las especies mamíferas superiores como
los chimpancés. Pone cosas muy curiosas sobre la manera como forman grupos, pueden tener algo
semejante a la familia. Ej. la monogamia de los pingüinos, hacen su nido y no intercambian pareja
continuamente. Después en los animales superiores hay una organización más compleja, con jefes,
división del trabajo, buscar el alimento, defender, etc.
Lorenz describe la pelea de los machos por una hembra y dice que esto se hereda en lo humano.
Lo propiamente social no se identifica con este estrato pre social, preparatorio, que
observamos en los animales superiores. Lo social, en sentido estricto, humano, es consecuencia de
lo intersubjetivo, aunque tenga mecanismos grabados genéticamente, preparados por la evolución
anterior. Así como el comer no es una institución social sino un instinto heredado, al llegar al ser
humano el comer adquiere caracteres culturales (capacidad de preparar comidas cocidas, de
compartir la comida con ciertos rituales, sentarse en torno a la mesa).
El hecho está en que cuando se constituye lo propiamente humano hay creación de
instituciones. La formación de estructuras (por ejemplo la división de roles) es condición necesaria
pero no suficiente para que haya una institución.
La estructura social es condición necesaria para que haya institución social, pero no es
suficiente. Tiene que haber el ejercicio de la razón, el desarrollo del lenguaje, la autoconciencia del
propio rol dentro de la institución y una correlación con lo intersubjetivo, pues en lo humano no hay
sociabilidad sin intersubjetividad, pero en el campo social institucional no se puede pretender el
mismo grado de intimidad que en el encuentro interpersonal.

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