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AÑO II. F e b r e r o de 1 S 7 0 . N.°2.

REVISTA ESPIRITISTA,
PERIÓDICO

DE ESTUDIOS PSICOLÓGICOS,

Sección doctrinal: Los tres Espíritus del Gólgota.— Las aristocracias.—Cartas sobre el Espiritismo, por un
cristiano, VIH.—Espiritismo teórico-experimental: Utilidad de las manifestaciones físicas.—M. Home,
Art. 1.0—Conversaciones familiares de ultra^tumba: La señorita Clary D....—La fatalidad y los presenti-
mientos.—Disertaciones espiritistas: La pereza. (Parábola.)—^La envidia.—Crónica retrospectiva del Es~
piritismo: 1858.

nes; Jesús, el justo por excelencia, agoniza


SECCIÓN DOCTRINAL entre dos malhechores. Uno de ellos le su-
plica que impetre para él la misericordia del
P A D R E . El otro, por el contrario, le insulta y
L o s t r e s E s p i r i t a s del G ó l g o t a .
escarnece. Jesús es el Espíritu que ha llega-
do á la cumbre de la perfección. El buen la-
drón—como vulgarmente se le llama—es el
El Evangelio, ese acabado resumen de la Espíritu que arrepentido, dá principio á la
moral más perfecta, ese libro admirable que vida conscientemente progresiva. El mal la- •
nos ofrece símbolos maravillosos de todas las dron es el Espíritu rebelde aún que se re- >
grandes verdades; presenta también á nues- siste al cumplimiento de su fin providential.
tra vista el cuadro de más horrible inhuma- Estos son, á no engañarnos, los tres funda-
nidad, la más desconsoladora prueba de in- mentales peldaños de la escala espiritista.
gratitud que concebirse puede. Nos referi- Procediendo de menos á más, como la na-
mos á la triple crucifixión del Gólgota , que turaleza, de lo inferior á lo superior; empe-
no vamos á anahzar en sus mil variadas fases, zemos por los dos últimos Espíritus.
sublimes todas eUas. Si esto nos propusiéra- I.
mos, puesto caso que supiésemos hacerlo, ha- Para la humanidad, la vida del Espíritu
bríamos de llenar volúmenes enteros. Nues- rebelde es una página en blanco. No se des-
tro objeto, como proporcionado á nuestras taca en ella ninguna de esas grandes accio-
áscasas fuerzas, es mucho más'humilde. Nos nes, que son como lumbreras para los otros
limitaremos á examinar el sangriento drama Espíritus, en medio de las densas tinieblas de
del Calvario, bajo el exclusivo punto de vista este mundo. Ni un solo sacrificio en bien de
de las tres principales posiciones del Espíri- sus semejantes, ni un rasgo heroico que re-
tu, en su marcha progresiva hacia la perfec- dundo en provecho de sus hermanos. Igno-
ción. rante de la ley suprema de la vida, L A J U S -
Tres cruces se levantan enla cima del Gól- T I C I A , practicada bajo esta subhme fórmula:
gota; tres humanos seres penden de ellas, No quieras para otro lo que para tino
condenados á la infamante pena de crucifi- quieras; preso, por el contrario, en las redes
xión. Jesús, el Maestro vendido por uno de dol error, desenvuelto en la forma de satisfa-
sus discípulos—¡horrible ingratitud!—espera cer á todo trance los instintos materiales ; el
con resignación la muerte, entre dos ladro- Espíritu rebelde ha vivido falsamente para sí

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