Beruflich Dokumente
Kultur Dokumente
Cada uno de nosotros tiene una función importante que cumplir para hacer
avanzar la obra de Dios.
Dios declaró a Moisés: “Tengo una obra para ti” (Moisés 1:6). ¿Alguna vez se han
preguntado si nuestro Padre Celestial tiene una obra para ustedes? ¿Hay cosas
importantes que lograr para las cuales Él los haya preparado a ustedes
especí�camente? Testi�co que la respuesta es ¡sí!
Estas asignaciones divinas no están reservadas para unos pocos privilegiados, sino
que son para todos nosotros, sin importar nuestro sexo, edad, raza, nacionalidad,
https://www.lds.org/generalconference/2017/10/ihaveaworkforthee?lang=spa 1/6
19/1/2018 “Tengo una obra para ti” Por el élder John C. Pingree Jr.
Algunos dudamos de que el Padre Celestial pueda utilizarnos, a nosotros, para hacer
contribuciones importantes; pero recuerden, Él siempre ha utilizado a personas
comunes y corrientes para lograr cosas extraordinarias (véanse 1 Corintios 1:27–28;
D. y C. 35:13; 124:1). “[Somos] agentes” y “el poder está en [nosotros]” para “efectuar
mucha justicia” (D. y C. 58:27–28)3.
“El Señor tiene más en mente para ustedes de lo que ustedes tienen en mente para
ustedes mismos! “Ustedes han sido reservados y preservados para esta época y
lugar…
“El Señor necesita que cambien el mundo. A medida que aceptan y siguen Su voluntad
para ustedes, ¡se encontrarán logrando lo imposible!”4.
De modo que, ¿cómo llegamos a comprender y hacer la obra que Dios espera que
hagamos? Permítanme compartir cuatro principios que ayudarán:
Podemos abordar las decisiones importantes de nuestra vida —como qué estudiar,
en qué trabajar o dónde vivir— dentro del contexto de ayudar a los demás.
Una familia se mudó a una nueva ciudad, y en lugar de buscar una casa en un barrio
próspero, sintieron la impresión de establecerse en un zona con grandes necesidades
sociales y económicas. A través de los años, el Señor ha trabajado por medio de ellos
para apoyar a muchas personas y para edi�car su barrio y estaca.
https://www.lds.org/generalconference/2017/10/ihaveaworkforthee?lang=spa 2/6
19/1/2018 “Tengo una obra para ti” Por el élder John C. Pingree Jr.
el Señor proporcionó una manera para que ellos apoyaran a cientos de pacientes
necesitados al mismo tiempo que criaban a su gran familia.
A veces sentimos que no tenemos ningún don que sea particularmente importante.
Un día, una hermana que se sentía desanimada rogó: “Señor, ¿cuál es mi ministerio
personal?”. Él contestó: “Estar pendiente de los demás”. ¡Era un don espiritual! Desde
entonces, ella ha encontrado gozo al estar pendiente de aquellas personas que a
menudo están olvidadas, y Dios ha bendecido a muchas personas por medio de ella.
Mientras que algunos de nuestros dones espirituales tal vez no nos hagan
prominentes según las normas del mundo, son esenciales para Dios y Su obra7.
Utilizar la adversidad
https://www.lds.org/generalconference/2017/10/ihaveaworkforthee?lang=spa 3/6
19/1/2018 “Tengo una obra para ti” Por el élder John C. Pingree Jr.
Tercero, utilizar la adversidad. Nuestras pruebas nos ayudan a descubrir la obra que
el Padre Celestial tiene para nosotros y a prepararnos para ella. Alma explicó:
“… después de mucha tribulación, el Señor… me ha hecho instrumento en sus manos”
(Mosíah 23:10)8. Igual que el Salvador, cuyo sacri�cio expiatorio le permite
socorrernos (véase Alma 7:11–12), nosotros podemos usar el conocimiento que
adquirimos de las experiencias difíciles para levantar, fortalecer y bendecir a los
demás.
Una pareja joven tuvo una bebé que nació muerta. Con corazones rotos, para honrar
a su hija, decidieron proporcionar terapia y apoyo material a padres que estaban
pasando por situaciones parecidas. El Señor ha trabajado por medio de esa pareja
debido a la empatía especializada que obtuvieron por medio de la adversidad.
Con�ar en Dios
Y cuarto, con�ar en Dios. Cuando le preguntamos a Él con fe y verdadera intención, Él
nos revelará nuestras asignaciones divinas9. Una vez que las descubramos, Él nos
ayudará a cumplir esas asignaciones. “Todas las cosas… están presentes ante [Sus]
ojos” (D. y C. 38:2; véase también Abraham 2:8), y en el momento adecuado, Él abrirá
las puertas que sean necesarias para nosotros (véase Apocalipsis 3:8). Hasta envió a
Su Hijo, Jesucristo, a �n de que podamos depender de Él para obtener fuerza más allá
de nuestras habilidades naturales (véanse Filipenses 4:13; Alma 26:12).
Un hermano, preocupado por las decisiones del gobierno local, sintió la impresión de
postularse para un cargo público. A pesar del proceso abrumador de hacer campaña,
él ejerció la fe y reunió los recursos para hacerlo. Al �nal, no ganó, pero sintió que el
Señor le dio guía y fortaleza para abordar temas que eran importantes para la
comunidad.
Una madre soltera, que tiene hijos con discapacidades de desarrollo, dudaba de
poder satisfacer las necesidades de su familia adecuadamente. Aunque ha sido difícil,
ella siente fortaleza por parte del Señor para cumplir con éxito su misión tan
importante.
Palabras de advertencia
https://www.lds.org/generalconference/2017/10/ihaveaworkforthee?lang=spa 4/6
19/1/2018 “Tengo una obra para ti” Por el élder John C. Pingree Jr.
Al mismo tiempo que Dios nos ayuda a cumplir con nuestras asignaciones divinas, el
adversario intenta distraernos y disuadirnos de tener una vida signi�cativa.
Satanás también busca distraernos con cosas menos importantes. El Señor advirtió a
un líder de los comienzos de la Iglesia: “Tus pensamientos han estado en las cosas de
la tierra más que en las que son de mí… y en el ministerio al cual has sido llamado”
(D. y C. 30:2). ¿Estamos tan preocupados con las cosas del mundo que nos distraemos
de nuestras asignaciones divinas?
Además, Satanás nos desalienta con sentimientos de ineptitud; hace que nuestro
trabajo parezca demasiado difícil o intimidatorio. Sin embargo, ¡podemos con�ar en
Dios!. Él nos ama. Él desea que tengamos éxito. Él “va delante de [nosotros]; él estará
[con nosotros], no [nos] dejará” (Deuteronomio 31:8; véanse también Salmo 32:8;
Proverbios 3:5–6; Mateo 19:26; D y C 78:18).
Puede que Satanás también intente convencernos de que nuestra labor no es tan
importante como la labor asignada a los demás; Pero cada asignación que venga de
Dios es importante, y sentiremos satisfacción a medida que nos “[gloriemos]… en lo
que el Señor [nos] ha mandado” (Alma 29:9).
Al trabajar Dios por medio de nosotros, puede que el adversario nos tiente a
atribuirnos el mérito de cualquier logro; no obstante, podemos emular la humildad
del Salvador al desviar los elogios personales y glori�car al Padre (véanse Mateo 5:16;
Moisés 4:2). Cuando un reportero intentó reconocer a la Madre Teresa por la misión
de su vida de ayudar a los pobres, ella respondió: “Es la obra de [Dios]. Yo soy como
un… lápiz en Su mano… Él es el que piensa. Él es el que escribe. el lápiz no tiene nada
que ver. El lápiz solo tiene que permitir que lo usen”10.
Conclusión
Mis queridos hermanos y hermanas, invito a cada uno de nosotros a que nos
“[presentemos] a Dios… como instrumentos de justicia” (Romanos 6:13). Eso signi�ca
hacerle saber que queremos ser útiles, buscar Su dirección y acceder a Su fortaleza.
Y Jesús respondió: “Heme aquí; envíame” (Abraham 3:27; véase también Isaías 6:8).
A medida que seguimos el ejemplo de Cristo y nos sometemos a Dios, testi�co que Él
también nos utilizará para hacer avanzar Su obra y bendecir a los demás. En el
nombre de Jesucristo. Amén.
https://www.lds.org/generalconference/2017/10/ihaveaworkforthee?lang=spa 6/6