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Trabajo Final Integrador

“Periodismo:
Entre el oficio y la profesión”

La calidad de la información según periodistas de


oficio y periodistas formados académicamente que
integran un mismo periódico

Postítulo y Licenciatura en Periodismo

Escuela de Comunicación Social

Facultad de Ciencia Política y Relaciones Internacionales

Universidad Nacional de Rosario

Realizado por Bruno Camusso

Fecha de Entrega: 01/04/2016


Proyecto de T.F.I.

Cátedra: Taller de Integración


Docente: José Dalonso
Alumno: Bruno Camusso
Fecha: 12/12/2014

Tema: El estudio de la redacción de periodistas autodidactas en medios gráficos de


pequeñas poblaciones y su relación con la calidad de la información.

Descripción: Desde febrero de este año, un grupo emprendedor creó el diario Noticias
Chañar, con el objetivo de informar sobre los acontecimientos de la localidad santafesina
de Chañar Ladeado y la región. Este medio gráfico realiza publicaciones de manera
mensual y ya está en circulación el décimo número de este nuevo medio de
comunicación.
El cuerpo periodístico del periódico tiene un staff fijo de seis personas y cuenta con siete
cronistas que colaboran continuamente, aportando informaciones regionales que
componen el total. A su vez, la participación está abierta a los ciudadanos que quieran
exponer alguna idea o proyecto en el diario.
Los directores del proyecto (Guillermo Font, Jefe de Redacción y Editor, y Juliana
Lauretti, Directora y propietaria legal) no poseen una formación académica (exceptuando
diversos cursos) y no diseñaron un manual de estilos ni bajaron directriz alguna para con
sus redactores. La responsabilidad de las notas publicadas es delegada a los periodistas
que las firman y no necesariamente coinciden con la opinión dirigencial. A su vez, Font
aclaró el perfil comercial que tiene Noticias Chañar.
Es decir, en este espacio conviven periodistas egresados de instituciones educativas, que
se dedican a la enseñanza de esta disciplina, y periodistas autodidactas. Teniendo en
cuenta que el periódico surgió de la iniciativa de dos habitantes de la localidad, sería más
preciso enunciar que nos referimos al periodismo cívico o periodismo ciudadano.
Cabe realizar primeramente la definición de periodista, a través de las palabras de
Manuel López en una cita realizada por Koldobika Meso Ayerdi: “Profesionales que
realizan día a día un producto comunicacional, diseñado y sostenido técnica y

1
financieramente por una empresa”.1 En sintonía cabe mencionar la conceptualización que
realizó el mismo autor acerca del periodismo ciudadano, el vasco afirmó que es aquel que
hace posible la participación activa de los actores sociales que intervienen en todo el
procesamiento de la información de interés público. Por lo tanto, sus características
esenciales son formar opinión pública mediante la creación de públicos deliberantes y
promover la participación ciudadana (Koldobika Meso, pág. 9, 2005).
Por otro lado, en su obra Periodismo Cívico, pasado, presente y futuro, Marcio
Fernández citó al periodista brasileño Carlos Castilho que entregó la siguiente definición
en referencia al periodismo cívico: “Por periodismo cívico, comunitario, de contacto con la
comunidad o de interés público se entiende la acción de retomar contacto con la
comunidad, descubriendo lo que los sectores quieren y abriendo espacio para charlas de
temas de interés público”.2 Cabe aclarar que Castilho se refiere al periodismo ciudadano y
al periodismo cívico como sinónimos.
Si bien los artículos 14 y 32 de la Constitución Nacional Argentina le permiten a cualquier
ciudadano la libre expresión de publicar sus ideas sin censura previa y la libertad de
imprenta sin restricción federal, y a su vez el artículo 13 de la Convención Americana
sobre Derechos Humanos, garantiza la libertad de pensamiento y expresión, el ejercicio
del periodismo impone ciertas normas de carácter académico que hacen al proceso de
redacción y más concretamente a la calidad de la información.
En cuanto al proceso de redacción de una noticia, se puede citar uno de los ejemplos
más simples y fundamentales, la estructura narrativa de la pirámide invertida. “La pirámide
invertida es la estructura más popular y mejor valorada entre los periodistas que
consideran que responde a las necesidades del lector que exige saber, desde las
primeras líneas, lo más importante que ha sucedido. Esta estructura consiste en iniciar la
nota con lo más importante de la información; luego se coloca aquello que sigue en
interés, y así sucesivamente”.3
Referidos a la noción de calidad de la información, primero vale resaltar que concebir
una definición de calidad resulta un trabajo arduo. Como señala Liliana Gutiérrez Coba, es
un concepto complejo, no sólo por la dificultad para definirla, sino porque está compuesta

1
KOLDOBIKA MESO, Ayerdi (2005). Español, profesor titular de la Universidad del País Vasco. “Periodismo
ciudadano: voces paralelas a la profesión”. Revista Latinoamericana de Comunicación Chasqui, N°90,Ciespal.
Centro Internacional de Estudios de Comunicación para América Latina. Quito, Ecuador.
2
FERNÁNDEZ, Marcio (2003): “Periodismo Cívico, pasado, presente y futuro”. Revista Latinoamericana de
Comunicación Chasqui, N° 82, Ciespal.
3
DE LA TORRE, Lidia y TÉRAMO, María Teresa (2009): “La calidad periodística en un medio regional: los
periodistas, el medio y sus lectores”. Volumen 12, N° 1, Palabra Clave.

2
de gran variedad de elementos: partes de un todo sin las cuales no podría hablarse de
que un servicio o producto es bueno o de calidad (Gutiérrez Coba, 2006).
Más allá de esto, algunos autores se han pronunciado concretamente acerca de la calidad
de la información periodística. “Calidad significa bien hecho, tanto en su apariencia
exterior como en su contenido. Existe, por lo tanto, una calidad formal –papel, impresión,
formato- que hoy la tecnología hace posible casi hasta la perfección máxima, y una
calidad moral en razón al respeto a la verdad y la máxima objetividad posible, selección
de contenidos y recto comportamiento profesional”.4
El sociólogo y periodista francés, Robert Escarpit, opinó sobre este concepto guardando
cierta sintonía con lo expuesto por Benito. “Una información periodística es de buena
calidad cuando otorga datos que disminuyen la incertidumbre sobre la realidad a la que se
refiere, el relato sitúa adecuadamente el acontecimiento o proceso, se entiende lo que
está en juego entre los actores y el perceptor puede controlar o intervenir en ese proceso
y tomar decisiones adecuadas, mejores que si esa información fuera deficiente,
deformada o no existiera”.5
Por todo lo expuesto, resulta pertinente el análisis de las ediciones mensuales impresas
del periódico Noticias Chañar y establecer una relación entre los criterios de calidad de la
información y el periodismo ciudadano.

Justificación: La intención es estudiar la relación que se puede establecer entre el


periodismo autodidacta o ciudadano y los estándares de calidad de la información
periodística, esbozados por académicos y estudiosos del tema.
El proyecto ideado es factible y a la vez es válido y significativo encarar un estudio de
estas características ya que existen diversos trabajos publicados acerca de la calidad de
la información y del periodismo cívico, pero no existen demasiadas investigaciones que
combinen ambos conceptos y tejan un entramado que los relacione.
La relevancia social tiene una estrecha relación con el derecho de los ciudadanos a
informarse adecuadamente, tal como versan diversos artículos de la Constitución
Nacional y como lo exponen en sus principios éticos diversos escritos editados, por
ejemplo, por el Sindicato de Prensa de Rosario, el Foro de Periodismo Argentino (Fopea)
o el Centro Internacional para Periodistas, así como también la reciente Ley de Servicios
de Comunicación Audiovisual, promulgada en 2009.

4
BENITO, Ángel (2001): “Diccionario de periodismo”. Acento. Madrid.
5
ESCARPIT, Robert (1990): “Teoría de la información y práctica política”. Siglo XXI, México.

3
A su vez, estos organismos instan y garantizan la participación ciudadana en ámbitos
informativos. Dos ejemplos del ámbito internacional, aunque no de la prensa gráfica, son
el diario digital Que! o Periodista digital, ambos españoles, y el sitio Oh My News, de
Corea del Sur, que en poco más de tres años ha logrado una media diaria de 14 millones
de visitas. Existen diversos datos numéricos más estrechamente ligados con el
periodismo gráfico que también dan cuenta de la importancia social que tiene el estudio.
Los periódicos gratuitos, por ejemplo, representan más del 25 % del mercado de venta en
España, Italia, Dinamarca y Portugal. Otro dato resonante es el que indica que más de
396 millones de personas compran periódicos diariamente, 21 millones más que en 1999
(Koldobika Meso, pág. 13, 2005).
El tema ha de ser relevante en cuanto a lo profesional si se tiene en consideración lo
expresado por el periodista Pablo Mendelevich, director de la carrera de periodismo en la
Universidad de Palermo desde 2003, quien dijo que el periodismo “sufre de una crisis de
calidad” (Mendelevich, pág. 210, 2007). Sumado a esto, el director periodístico de La Voz
del Interior, Carlos Jornet, opinó que desde el seno del ámbito periodístico se realiza una
descalificación de las herramientas de gestión periodística. Afirmando que burocratizan la
actividad y limitan la autonomía editorial, crítica que va en consonancia con la hecha a los
manuales de estilo, de los cuales se dice que atentan a la creatividad. “Nada más alejado
de la realidad”, según el cordobés (Jornet, pág. 95, 2007).
Por el lado académico, el periodista Miguel Wiñazki deslizó su opinión en cuanto a la
formación académica: “La formación del periodista requiere de una tarea pedagógica
híbrida entra la educación teórica y la capacitación operativa. La educación es el lugar de
las preguntas filosóficas sobre la tarea comunicacional, y la capacitación es el espacio
concreto de las respuestas”.6
Retomando a Mendelevich, el autor afirmó que en el plano académico actual no se
entiende qué es el periodismo y que la profesión sufre de una pérdida de paradigma. A su
vez, reflejó las tensiones existentes entre los periodistas con formación académica, que
muchas veces miran con recelo la actividad ciudadana en el campo comunicacional, si
bien lo expresado tiene una relación más estrecha con las tecnologías digitales
(Mendelevich, pág. 210, 2007).
En cuestiones de esta índole radica la argumentación para poder llevar a cabo el
proyecto.

6
WIÑAZKI, Miguel (2007): “Estándares profesionales e indicadores de calidad periodística”. II Congreso
Nacional e Internacional del Foro de Periodismo Argentino. Universidad de Palermo. Argentina.

4
Antecedentes: Existen diversos artículos y estudios que abordan al periodismo
ciudadano y la calidad de la información. Si bien Fopea y diversos organismos nacionales
e internacionales han realizado investigaciones y se pronunciaron al respecto, también
existen algunos autores que han abarcado estas temáticas.
Además del anteriormente citado Koldobika Meso Ayerdi, también José Manuel de
Pablos Coello lo ha hecho en su obra Estrategias informativas para acceder a un
periodismo de calidad, en prensa y TV. Patologías y tabla de ‘medicación’ para recuperar
la calidad en la prensa.
Para citar algunos autores, es valioso rescatar lo expuesto por Ana María Miralles en
cuanto al periodismo cívico: “El periodismo cívico o periodismo público es más que una
nueva modalidad para el tratamiento profesional de la información (…) En realidad se
trata de una sugestiva invitación a traspasar las fronteras del periodismo tradicional y a
involucrarse en las esferas de la deliberación pública, en vez de quedarse en el registro
de los hechos que producen”.7
En relación a la calidad de la información es destacado el aporte de José Villamarín,
periodista y académico, quien ha trabajado para el Observatorio de Medios de Ciespal
donde tuvo a su cargo la sección denominada Carpintería Periodística. Buena parte de su
trabajo consiste en analizar los mensajes mediáticos y proponer maneras de elevar la
calidad de la información. Para este analista, lo que conecta el periodismo con la
responsabilidad social es la promoción de los estándares de calidad. Plantea los
siguientes:
a. Contrastación y equilibrio de fuentes
b. Contextualización de hechos
c. Verificación de datos
d. Exactitud
e. Rigor idiomático
f. Separación entre información y opinión
Una de las maneras de cumplir con esta propuesta es poniendo en práctica los
estándares de calidad o recomendaciones para un buen periodismo, a saber:
contrastación y equilibrio de fuentes, separación entre información y opinión, verificación,
contextualización, exactitud y rigurosidad idiomática. Estándares que, de hecho, forman

7
MIRALLES, Ana María: “La construcción de lo público desde el periodismo cívico”. Universidad Pontificia
Bolivariana. www.eca.usp.brc/alaic/Congreso1999/2gt/Ana%20Maria%20Miralles.doc

5
parte de la práctica periodística diaria, constan en cualquier manual de estilo e incluso en
los códigos de ética de prácticamente todos los medios de comunicación del mundo.
(Villamarín, pág. 25, 2013).
También se puede sumar lo expuesto por De la Torre y Téramo acerca de la calidad de
la información. “La calidad de las noticias se traduce en una forma de informar sobre la
realidad en la que fundamentalmente predomina la preocupación del periodista por
satisfacer la sed de saber del público, y por mejorar día a día los procesos de selección y
creación o edición de las noticias”.8 Las autoras enmarcan su investigación empírica en el
Programa de Medición de la calidad Periodística, impulsado por el Instituto de
Comunicación Social de la Universidad Católica Argentina en 2001, en pos de identificar
parámetros de calidad de la información periodística.
En otro de sus escritos, Téramo avanza en la concepción de calidad y afirma que esta
tiene que ver directamente con los valores/noticia conceptualizados por Mauro Wolf
(1987). “Los parámetros con los que coinciden, en mayor medida, los analistas son
proximidad, impacto y relevancia. Estos criterios suponen que interesa más un
acontecimiento cuando es geográficamente próximo, o cuando el impacto emocional es
más fuerte, o cuando mayor es el número de involucrados afectados por el
acontecimiento”.9
En resumen, existen diversos estudios que se explayan sobre el periodismo ciudadano y
la calidad de la información, pero ninguno trata ambos conceptos de manera conjunta. No
se ha producido demasiado conocimiento acerca de la relación entre los parámetros
académicos que rigen la calidad y el accionar de los periodistas ciudadanos o
autodidactas.

Interrogante: ¿Qué impacto tiene en la calidad de la información que la redacción de


algunos artículos periodísticos esté a cargo de periodistas autodidactas o ciudadanos?

Objetivos: General: Analizar comparativamente los conceptos académicos que


determinan los estándares de calidad periodística y los artículos redactados por los

8
DE LA TORRE, Lidia y TÉRAMO, María Teresa (2009): “La calidad periodística en un medio regional: los
periodistas, el medio y sus lectores”. Volumen 12, N° 1, Palabra Clave.

9
TÉRAMO, María Teresa (2006): “Calidad de la información periodística en Argentina. Estudio de diarios y
noticieros”. Palabra-Clave, N°1. Universidad de La Sabana, Bogotá, Colombia.

6
periodistas autodidactas o ciudadanos del medio gráfico Noticias Chañar, desde su
primera entrega mensual realizada en Enero de 2014.

Específicos:

- Indagar en el concepto de periodismo ciudadano y de calidad de la información que


tienen los mismos periodistas ciudadanos que integran el equipo de redacción.

- Dar cuenta de la aparición o la ausencia de conceptos que hacen a la calidad


periodística en los artículos publicados por periodistas autodidactas.

- Ahondar en las opiniones que tienen los periodistas con formación académica del staff
de redacción, acerca de la calidad de la información y del periodismo autodidacta o
ciudadano.

Planificación: Teniendo en cuenta de que se dispone de seis meses para la realización


del Trabajo Final Integrador, he decidido planificar las actividades y dividir los tiempos y
tareas de la siguiente manera:

- Dos meses para continuar el relevamiento de antecedentes y realizar una lectura


exhaustiva del material teórico recabado.
- Un mes para realizar las entrevistas a los periodistas autodidactas y a los
periodistas egresados de instituciones educativas. Más allá de tratar de buscar
una pluralidad de voces, la cantidad de entrevistas no está definida, pero no
deberían ser demasiadas y considero que el tiempo que escogí dedicarle es
suficiente para el cumplimiento de esta tarea.
- Tres meses para la redacción del Trabajo Final Integrador. Incluidas las revisiones,
correcciones o reelaboraciones previstas antes de entregar el escrito.

7
Bibliografía:

BENITO, Ángel (2001): Diccionario de periodismo. Acento. Madrid, España.

ESCARPIT, Robert (1990): Teoría de la información y práctica política. Siglo XXI, México.

WOLF, MAURO (1987): La investigación de la comunicación de masas. Ediciones Paidós,


Barcelona, Buenos Aires, México.

Publicaciones especializadas y artículos en diarios y revistas especializadas:

DE LA TORRE, Lidia y TÉRAMO, María Teresa (2009): “La calidad periodística en un medio
regional: los periodistas, el medio y sus lectores”. Volumen 12, N° 1, Palabra Clave.

FERNÁNDEZ, Marcio (2003): “Periodismo Cívico, pasado, presente y futuro”. Revista


Latinoamericana de Comunicación Chasqui, N° 82, Ciespal. Quito, Ecuador.

GUTIÉRREZ COBA, Liliana (2006): “Análisis de la calidad informativa. Primer paso hacia el
cambio”. Palabra-Clave, N°1, Universidad de La Sabana, Bogotá, Colombia.

KOLDOBIKA MESO, Ayerdi (2005): “Periodismo ciudadano: voces paralelas a la profesión”.


Revista Latinoamericana de Comunicación Chasqui, N°90, Ciespal. Centro Internacional de
Estudios de Comunicación para América Latina. Quito, Ecuador.

SINDICATO DE PRENSA ROSARIO (2007): “Declaración de Principios sobre Ética Periodística”.


Rosario, Argentina.

TÉRAMO, María Teresa (2006): “Calidad de la información periodística en Argentina. Estudio de


diarios y noticieros”. Palabra-Clave, N°1. Universidad de La Sabana, Bogotá, Colombia.

VILLAMÍN CARRASCAL, JOSÉ (2013): “Estándares de calidad de la información y democracia de


calidad”. Revista Latinoamericana de Comunicación Chasqui, N° 122, Ciespal. Quito, Ecuador.

Conferencias, congresos, ponencias y presentaciones:

JORNET, Carlos (2007): “Estándares profesionales e indicadores de calidad periodística”. II


Congreso Nacional e Internacional del Foro de Periodismo Argentino, 30 de Noviembre a 1 de
Diciembre. Universidad de Palermo. Buenos Aires, Argentina.

8
MEDELEVICH, Pablo (2007): “Estándares profesionales e indicadores de calidad periodística”. II
Congreso Nacional e Internacional del Foro de Periodismo Argentino, 30 de Noviembre a 1 de
Diciembre. Universidad de Palermo. Buenos Aires, Argentina.

WIÑAZKI, Miguel (2007): “Estándares profesionales e indicadores de calidad periodística”. II


Congreso Nacional e Internacional del Foro de Periodismo Argentino, 30 de Noviembre a 1 de
Diciembre. Universidad de Palermo. Buenos Aires, Argentina.

Otras fuentes consultadas:

T.F.I.:

AGUIAR, LEANDRO (2010): “La ética periodística y la privacidad en la construcción de la noticia”.


Trabajo Final Integrador, Postítulo y Licenciatura en Periodismo, Universidad Nacional de Rosario.
http://postituloperiodismo.com.ar/tfi/id/42/title/La-%C3%A9tica-period%C3%ADstica-y-la-privacidad-
en-la-construcci%C3%B3n-de-la-noticia – Visitado el 24/11/2014.

COLMAN, SAMANTA M. (2011): “Periodistas que trabajan en medios de comunicación sin título de
periodistas”. Trabajo Final Integrador, Postítulo y Licenciatura en Periodismo, Universidad Nacional
de Rosario. http://postituloperiodismo.com.ar/tfi/id/34/title/Profesionales-que-trabajan-en-medios-
decomunicaci%C3%B3n-sin-t%C3%ADtulo-de-periodistas – Visitado el 24/11/2014.

PANIAGA, GUILLERMO ADRIÁN (2009): “La responsabilidad social del periodista y el ejercicio de
la profesión en un contexto laboral precarizado”. Trabajo Final Integrador, Postítulo y Licenciatura
en Periodismo, Universidad Nacional de Rosario.http://postituloperiodismo.com.ar/tfi/id/3/title/La-
responsabilidad-social-del-periodista-y-el-ejercicio-de-la-profesi%C3%B3n-en-un-contexto-laboral-
precarizado – Visitado el 26/11/2014.

VALLASCIANI, ANDRÉS (2009): “Producciones periodísticas gráficas en pequeñas poblaciones”.


Trabajo Final Integrador, Postítulo y Licenciatura en Periodismo, Universidad Nacional de Rosario.
http://postituloperiodismo.com.ar/tfi/id/7/title/Producciones-Period%C3%ADsticas-Gr%C3%A1ficas-
en-peque%C3%B1as-poblaciones – Visitado el 25/11/2014.

Sitios web:

http://www.afsca.gob.ar/ley-de-servicios-de-comunicacion-audiovisual-26-522/ - Visitado el
08/12/2014.

9
http://alertacontraelracismo.pe/wp-content/uploads/2013/01/Convenci%C3%B3n-americana-sobre-
derechos-humanos.pdf – Visitado el 11/12/2014.

http://www.argentina.gob.ar/pais/63-constitucion-nacional.php - Visitado el 09/12/2014.

http://www.fopea.org/ - Visitado el 06/12/2014.

MIRALLES, Ana María: “La construcción de lo público desde el periodismo cívico”. Universidad
Pontificia Bolivariana. <www.eca.usp.brc/alaic/Congreso1999/2gt/Ana%20Maria%20Miralles.doc>-
Visitado el 14/12/2014.

http://www.revistachasqui.com/index.php/chasqui - Visitado el 07/12/2014.

http://es.wikipedia.org/ - Visitado el 10/12/2014.

10
Proyecto de T.F.I. (Corrección)

Cátedra: Taller de Integración


Docente: José Dalonso
Alumno: Bruno Camusso
Fecha: 12/12/2014

Tema: El análisis de la convivencia entre periodistas de oficio y periodistas egresados


académicamente en una misma redacción y su mirada sobre la calidad de la información.

Descripción: Desde febrero de 2014, un grupo emprendedor creó el diario Noticias


Chañar (recientemente renombrado como La Noticia Zonal), con el objetivo de informar
sobre los acontecimientos de la localidad santafesina de Chañar Ladeado y la región.
Este medio gráfico realiza publicaciones de manera mensual y ya está en circulación el
décimo número de este nuevo medio de comunicación.

El cuerpo periodístico del periódico tiene un staff fijo de seis personas y cuenta con siete
cronistas que colaboran continuamente, aportando informaciones regionales que
componen el total. A su vez, la participación está abierta a los ciudadanos que quieran
exponer alguna idea o proyecto en el diario.

Los directores del proyecto (Guillermo Font, Jefe de Redacción y Editor, y Juliana Lauretti,
Directora y propietaria legal) son periodistas de oficio. La responsabilidad de las notas
publicadas es delegada a los periodistas que las firman y no necesariamente coinciden
con la opinión dirigencial. A su vez, Font aclaró el perfil comercial que tiene Noticias
Chañar.

Es decir, en este espacio conviven periodistas egresados de instituciones educativas, que


se dedican a la enseñanza de esta disciplina, y periodistas de oficio, que se dedican al
periodismo por pura pasión y vocación y no tienen formación académica alguna. Esta
situación suele ocurrir en muchísimas salas de redacción y ha sido así durante años,
aunque el avance de la institucionalización académica en esta disciplina.

Históricamente ha existido una discusión en el ámbito periodístico sobre la competencia


de los periodistas de oficio y los formados académicamente, sobre la experiencia que da
el trabajo de campo o las cuestiones teóricas que se aprenden en la universidad, entre
otros temas. Lo que marca fundamentalmente esta brecha entre periodistas de oficio y
periodistas con formación académica tiene que ver con una cuestión generacional. Con el
11
avance de la tecnología y la educación es difícil encontrase con periodistas jóvenes y que
sean de oficio, aunque existen casos especiales.

Antes de hacer un análisis más profundo, cabe realizar primeramente la definición de


periodista, a través de las palabras de Manuel López en una cita realizada por Koldobika
Meso Ayerdi: “Profesionales que realizan día a día un producto comunicacional, diseñado
y sostenido técnica y financieramente por una empresa”.10
En su vigésima tercera edición, el diccionario en español de la Real Academia Española
define al oficio como una ocupación habitual. Según Gabriel García Márquez, el
periodismo “se aprendía en las salas de redacción, en los talleres de imprenta, en el
cafetín de enfrente, en las parrandas delos viernes”.11 Según Ryszard Kapuscinski, el
periodismo “era una misión practicada por unas pocas personas con amplio conocimiento
de cultura e historia”.12
Si bien el periodismo nació como un oficio, con el correr de los años se han establecido
reglas generales, normativas y consensos en relación a varios aspectos que hacen a la
generalidad del periodismo en todos sus formatos: prensa escrita, televisión, radio o
digital.
En lo referente a un marco legal y social, los artículos 14 y 32 de la Constitución
Nacional Argentina le permiten a cualquier ciudadano la libre expresión de publicar sus
ideas sin censura previa y la libertad de imprenta sin restricción federal, y a su vez el
artículo 13 de la Convención Americana sobre Derechos Humanos, garantiza la libertad
de pensamiento y expresión, el ejercicio del periodismo impone ciertas normas que
hacen al proceso de redacción y más concretamente a la calidad de la información.
Referidos a la noción de calidad de la información, primero vale resaltar que concebir una
definición de calidad resulta un trabajo arduo. Como señala Liliana Gutiérrez Coba, es un
concepto complejo, no sólo por la dificultad para definirla, sino porque está compuesta de
gran variedad de elementos: partes de un todo sin las cuales no podría hablarse de que
un servicio o producto es bueno o de calidad (Gutiérrez Coba, 2006).

10
KOLDOBIKA MESO, Ayerdi (2005). Español, profesor titular de la Universidad del País Vasco. “Periodismo
ciudadano: voces paralelas a la profesión”. Revista Latinoamericana de Comunicación Chasqui, N°90,
Ciespal. Centro Internacional de Estudios de Comunicación para América Latina. Quito, Ecuador.
11
GARCÍA MÁRQUEZ, Gabriel (Octubre, 1996) “El mejor oficio del mundo” 52ª Asamblea General de la
Sociedad Interamericana de Prensa, Los Ángeles, Estados Unidos.
12
KAPUSCINSKI, Ryszard (Enero, 2001): Texto recuperado en memoria de Google de Revista Mexicana de
Comunicación,
<http://mexicanadecomunicacion.com.mx/Tables/RMC/rmc69/periodismo.htm>, página inactiva en
05.2006

12
Más allá de esto, algunos autores se han pronunciado concretamente acerca de la calidad
de la información periodística. “Calidad significa bien hecho, tanto en su apariencia
exterior como en su contenido. Existe, por lo tanto, una calidad formal –papel, impresión,
formato- que hoy la tecnología hace posible casi hasta la perfección máxima, y una
calidad moral en razón al respeto a la verdad y la máxima objetividad posible, selección
de contenidos y recto comportamiento profesional”.13
El sociólogo y periodista francés, Robert Escarpit, opinó sobre este concepto guardando
cierta sintonía con lo expuesto por Benito. “Una información periodística es de buena
calidad cuando otorga datos que disminuyen la incertidumbre sobre la realidad a la que se
refiere, el relato sitúa adecuadamente el acontecimiento o proceso, se entiende lo que
está en juego entre los actores y el perceptor puede controlar o intervenir en ese proceso
y tomar decisiones adecuadas, mejores que si esa información fuera deficiente,
deformada o no existiera”.14
Por todo lo expuesto, resulta pertinente el análisis de las ediciones impresas del
periódico La Noticia Zonal e indagar en la relación entre los periodistas formados
académicamente y los de oficio y la visión que cada uno tiene acerca de la calidad de la
información, sin desmerecer la opinión de ninguna de las dos clases de periodistas.
Justificación: La intención es estudiar la relación entre los periodistas de oficio y los
egresados académicamente y la visión particular de ambos sobre lo que significa realizar
un producto informativo de calidad.
El proyecto ideado es factible y a la vez es válido y significativo encarar un estudio de
estas características ya que existen diversos trabajos publicados acerca de la calidad de
la información y del periodismo de oficio, pero no existen demasiadas investigaciones que
planteen mostrar la relación entre ambos bandos y la opinión particular acerca de un
tópico tan importante como es la calidad informativa.
La relevancia social tiene una estrecha relación con el derecho de los ciudadanos a
informarse adecuadamente, tal como versan diversos artículos de la Constitución
Nacional y como lo exponen en sus principios éticos diversos escritos editados, por
ejemplo, por el Sindicato de Prensa de Rosario, el Foro de Periodismo Argentino (Fopea)
o el Centro Internacional para Periodistas, así como también la reciente Ley de Servicios
de Comunicación Audiovisual, promulgada en 2009.

13
BENITO, Ángel (2001): “Diccionario de periodismo”. Acento. Madrid.
14
ESCARPIT, Robert (1990): “Teoría de la información y práctica política”. Siglo XXI, México.

13
El tema ha de ser relevante en cuanto a lo profesional si se tiene en consideración lo
expresado por el periodista Pablo Mendelevich, director de la carrera de periodismo en la
Universidad de Palermo desde 2003, quien dijo que el periodismo “sufre de una crisis de
calidad” (Mendelevich, pág. 210, 2007).
Por el lado académico, el periodista Miguel Wiñazki deslizó su opinión en cuanto a la
formación académica: “La formación del periodista requiere de una tarea pedagógica
híbrida entra la educación teórica y la capacitación operativa. La educación es el lugar de
las preguntas filosóficas sobre la tarea comunicacional, y la capacitación es el espacio
concreto de las respuestas”.15
Retomando a Mendelevich, el autor afirmó que en el plano académico actual no se
entiende qué es el periodismo y que la profesión sufre de una pérdida de paradigma. A su
vez, reflejó las tensiones existentes entre los periodistas con formación académica, que
muchas veces miran con recelo la actividad ciudadana en el campo comunicacional, si
bien lo expresado tiene una relación más estrecha con las tecnologías digitales
(Mendelevich, pág. 210, 2007).
En cuestiones de esta índole radica la argumentación para poder llevar a cabo el
proyecto.

Antecedentes: Existen diversos artículos y estudios que abordan al periodismo


ciudadano y la calidad de la información. Si bien Fopea y diversos organismos nacionales
e internacionales han realizado investigaciones y se pronunciaron al respecto, también
existen algunos autores que han abarcado estas temáticas.
Para citar algunos autores, es valioso rescatar lo expuesto por José Villamarín, periodista
y académico, quien ha trabajado para el Observatorio de Medios de Ciespal donde tuvo a
su cargo la sección denominada Carpintería Periodística. Buena parte de su trabajo
consiste en analizar los mensajes mediáticos y proponer maneras de elevar la calidad de
la información. Para este analista, lo que conecta el periodismo con la responsabilidad
social es la promoción de los estándares de calidad. Plantea los siguientes:
a. Contrastación y equilibrio de fuentes
b. Contextualización de hechos
c. Verificación de datos
d. Exactitud

15
WIÑAZKI, Miguel (2007): “Estándares profesionales e indicadores de calidad periodística”. II Congreso
Nacional e Internacional del Foro de Periodismo Argentino. Universidad de Palermo. Argentina.

14
e. Rigor idiomático
f. Separación entre información y opinión
Una de las maneras de cumplir con esta propuesta es poniendo en práctica los
estándares de calidad o recomendaciones para un buen periodismo, a saber:
contrastación y equilibrio de fuentes, separación entre información y opinión, verificación,
contextualización, exactitud y rigurosidad idiomática. Estándares que, de hecho, forman
parte de la práctica periodística diaria, constan en cualquier manual de estilo e incluso en
los códigos de ética de prácticamente todos los medios de comunicación del mundo.
(Villamarín, pág. 25, 2013).
También se puede sumar lo expuesto por De la Torre y Téramo acerca de la calidad de
la información. “La calidad de las noticias se traduce en una forma de informar sobre la
realidad en la que fundamentalmente predomina la preocupación del periodista por
satisfacer la sed de saber del público, y por mejorar día a día los procesos de selección y
creación o edición de las noticias”.16 Las autoras enmarcan su investigación empírica en
el Programa de Medición de la calidad Periodística, impulsado por el Instituto de
Comunicación Social de la Universidad Católica Argentina en 2001, en pos de identificar
parámetros de calidad de la información periodística.
En otro de sus escritos, Téramo avanza en la concepción de calidad y afirma que esta
tiene que ver directamente con los valores/noticia conceptualizados por Mauro Wolf
(1987). “Los parámetros con los que coinciden, en mayor medida, los analistas son
proximidad, impacto y relevancia. Estos criterios suponen que interesa más un
acontecimiento cuando es geográficamente próximo, o cuando el impacto emocional es
más fuerte, o cuando mayor es el número de involucrados afectados por el
acontecimiento”.17

En referencia a lo académico, la actualidad marca que los periodistas, que se han


convertido en un grupo profesional cada vez más valorado y cualificado, mayoritariamente
se adentran en el mundo laboral a través de las puertas de la titulación terciaria o
universitaria (Labio: 2001).El ex jefe de la Federación Internacional de Periodistas, Marcel
Stijns, en un informe elaborado por la Organización de las Naciones Unidas para la
Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO), opinó: “La indiferencia –e incluso la

16
DE LA TORRE, Lidia y TÉRAMO, María Teresa (2009): “La calidad periodística en un medio regional: los
periodistas, el medio y sus lectores”. Volumen 12, N° 1, Palabra Clave.

17
TÉRAMO, María Teresa (2006): “Calidad de la información periodística en Argentina. Estudio de diarios y
noticieros”. Palabra-Clave, N°1. Universidad de La Sabana, Bogotá, Colombia.

15
hostilidad- que antaño se manifestaba hacia las escuelas de periodismo ha aminorado
bastante en los últimos años. Aunque todavía se oiga a decir a menudo que “el periodista
nace, no se hace”, se va reconociendo ya que para ejercer el periodismo no basta con
tener talento, saber escribir y dar rienda suelta a la imaginación”.18

Con una postura más crítica, y en este caso en lo que concierne a los Derechos
Humanos, la Dra. Elena Real Rodríguez tiene una opinión formada: “La concepción del
Periodismo como un mero hecho de uso y disfrute de un derecho humano esencial (el de
la libertad de expresión y, por consiguiente, el de la libertad de información) que
pertenece a todos y cada uno de los ciudadanos, se ha convertido en la disculpa más
recurrente para retrasar […] su natural transición del nivel de actividad a la categoría de
profesión”.19

En un trabajo publicado en 2013, Hugo Ojeda realizó una investigación que contenía
entrevistas a periodistas miembros de una sala de redacción de un diario bonaerense (el
autor no especifica cuál) y luego de escuchar diversas opiniones, elaboró una serie de
conclusiones. “Los aspectos asociados a la profesión son innegables y el grupo de
periodistas entrevistados valoran fundamentalmente al oficio como la base fundamental
para esta profesión […] Casi la mitad de la población del diario es “profesional” mientras
que la otra mitad es de “oficio”.20

A su vez, agregó que la idea que prevalece a nivel general es la del oficio, la
profesionalización no es un acto fundamental, queda en segundo plano, el oficio no es
reemplazado. Más allá de la constante profesionalización del periodismo el oficio no se
deja de lado, se re significa. Lo primero es el oficio, “se aprende trabajando” (Ojeda: 2013,
pp. 12).

En resumen, existen diversos estudios que se explayan sobre el periodismo ciudadano y


la calidad de la información, pero ninguno trata ambos conceptos de manera conjunta. No
se ha producido demasiado conocimiento acerca de la relación entre los parámetros

18
STINJS, Marcel (1958): La formación de periodistas. Estudio mundial sobre la preparación del personal de
información. Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO).
Oberthur, Rennes, Francia.
19
REAL RODRÍGUEZ, Elena (2006): Periodistas sin identidad profesional: puntualizaciones al proyecto para un
futuro Estatuto. Ámbitos. Nº 15. Universidad de Sevilla, España.
20
OJEDA, Hugo (2013). Cuando la gestión y la profesión se encontraron: La identidad profesional de los
periodistas de una sala de redacción. X Jornadas de Sociología. Facultad de Ciencias Sociales, Universidad de
Buenos Aires, Buenos Aires.

16
académicos que rigen la calidad y el accionar de los periodistas ciudadanos o
autodidactas.

Interrogante: ¿Qué visión tiene los periodistas de oficio y los periodistas egresados
académicamente sobre la calidad de la información?

Objetivos: General: Producir conocimiento acerca del periodismo de oficio y el


periodismo proveniente de la academia y la opinión de cada ‘bando’ acerca de la calidad
de la información.

Específicos:

- Ahondar en el concepto de periodismo y de calidad de la información que tienen los


periodistas de oficio que integran el equipo de redacción.

-Indagar en el concepto de periodismo y de calidad de la información que tienen los


periodistas egresados de una institución académica que integran el equipo de redacción.

- Cotejar las diversas visiones, profundizar en la investigación acerca de la relación laboral


entre estos dos grupos y exponer las opiniones de ambos sectores sobre la convivencia
de trabajo y la repercusión que tiene la misma en el producto periodístico final.

Planificación: Teniendo en cuenta de que se dispone de seis meses para la realización


del Trabajo Final Integrador, he decidido planificar las actividades y dividir los tiempos y
tareas de la siguiente manera:

- Dos meses para continuar el relevamiento de antecedentes y realizar una lectura


exhaustiva del material teórico recabado.
- Un mes para realizar las entrevistas a los periodistas autodidactas y a los
periodistas egresados de instituciones educativas. Más allá de tratar de buscar
una pluralidad de voces, la cantidad de entrevistas no está definida, pero no
deberían ser demasiadas y considero que el tiempo que escogí dedicarle es
suficiente para el cumplimiento de esta tarea.
- Tres meses para la redacción del Trabajo Final Integrador. Incluidas las revisiones,
correcciones o reelaboraciones previstas antes de entregar el escrito.

17
Bibliografía:

BENITO, Ángel (2001): Diccionario de periodismo. Acento. Madrid.

ESCARPIT, Robert (1990): Teoría de la información y práctica política. Siglo XXI, México.

WOLF, MAURO (1987): La investigación de la comunicación de masas. Ediciones Paidós,


Barcelona, Buenos Aires, México.

Publicaciones especializadas y artículos en diarios y revistas especializadas:

DE LA TORRE, Lidia y TÉRAMO, María Teresa (2009): “La calidad periodística en un diario
regional: los periodistas, el medio y sus lectores”. Volumen 12, N° 1, Palabra Clave.

FERNÁNDEZ, Marcio (2003): “Periodismo Cívico, pasado, presente y futuro”. Revista


Latinoamericana de Comunicación Chasqui, N° 82, Ciespal. Quito, Ecuador.
GUTIÉRREZ COBA, Liliana (2006): “Análisis de la calidad informativa. Primer paso hacia el
cambio”. Palabra-Clave, N°1, Universidad de La Sabana, Bogotá, Colombia.

KOLDOBIKA MESO, Ayerdi (2005). “Periodismo ciudadano: voces paralelas a la profesión”.


Revista Latinoamericana de Comunicación Chasqui, N°90, Ciespal. Centro Internacional de
Estudios de Comunicación para América Latina. Quito, Ecuador.

REAL RODRÍGUEZ, Elena (2006): Periodistas sin identidad profesional: puntualizaciones al


proyecto para un futuro Estatuto. Ámbitos, Nº 15. Universidad de Sevilla, España.

SINDICATO DE PRENSA ROSARIO (2007): “Declaración de Principios sobre Ética Periodística”.


Rosario, Argentina.

STINJS, Marcel (Unesco) (1958): “La formación de periodistas: Estudio mundial sobre la
preparación del personal en formación”. Prensa, cine y radio en el mundo de hoy. Estudios
monográficos de la Unesco. Oberthur. Rennes, Francia.

TÉRAMO, María Teresa (2006): “Calidad de la información periodística en Argentina. Estudio de


diarios y noticieros”. Palabra-Clave, N°1. Universidad de La Sabana, Bogotá, Colombia.

VILLAMÍN CARRASCAL, JOSÉ (2013): “Estándares de calidad de la información y democracia de


calidad”. Revista Latinoamericana de Comunicación Chasqui, N° 122, Ciespal. Quito, Ecuador.

18
Conferencias, congresos, ponencias y presentaciones:

JORNET, Carlos (2007): “Estándares profesionales e indicadores de calidad periodística”. II


Congreso Nacional e Internacional del Foro de Periodismo Argentino, 30 de Noviembre a 1 de
Diciembre. Universidad de Palermo. Argentina.

MENDELEVICH, Pablo (2007): “Estándares profesionales e indicadores de calidad periodística”. II


Congreso Nacional e Internacional del Foro de Periodismo Argentino, 30 de Noviembre a 1 de
Diciembre. Universidad de Palermo. Argentina.

OJEDA, Hugo (2013). Cuando la gestión y la profesión se encontraron: La identidad profesional de


los periodistas de una sala de redacción. X Jornadas de Sociología. Facultad de Ciencias Sociales,
Universidad de Buenos Aires, Buenos Aires.

WIÑAZKI, Miguel (2007): “Estándares profesionales e indicadores de calidad periodística”. II


Congreso Nacional e Internacional del Foro de Periodismo Argentino, 30 de Noviembre a 1 de
Diciembre. Universidad de Palermo. Argentina.

Otras fuentes consultadas:

T.F.I.:

AGUIAR, LEANDRO (2010): “La ética periodística y la privacidad en la construcción de la noticia”.


Trabajo Final Integrador, Postítulo y Licenciatura en Periodismo, Universidad Nacional de Rosario.
http://postituloperiodismo.com.ar/tfi/id/42/title/La-%C3%A9tica-period%C3%ADstica-y-la-privacidad-
en-la-construcci%C3%B3n-de-la-noticia – Visitado el 24/11/2014.

COLMAN, SAMANTA M. (2011): “Periodistas que trabajan en medios de comunicación sin título de
periodistas”. Trabajo Final Integrador, Postítulo y Licenciatura en Periodismo, Universidad Nacional
de Rosario. http://postituloperiodismo.com.ar/tfi/id/34/title/Profesionales-que-trabajan-en-medios-
decomunicaci%C3%B3n-sin-t%C3%ADtulo-de-periodistas – Visitado el 24/11/2014.

PANIAGA, GUILLERMO ADRIÁN (2009): “La responsabilidad social del periodista y el ejercicio de
la profesión en un contexto laboral precarizado”. Trabajo Final Integrador, Postítulo y Licenciatura
en Periodismo, Universidad Nacional de Rosario.http://postituloperiodismo.com.ar/tfi/id/3/title/La-
responsabilidad-social-del-periodista-y-el-ejercicio-de-la-profesi%C3%B3n-en-un-contexto-laboral-
precarizado – Visitado el 26/11/2014.

19
VALLASCIANI, ANDRÉS (2009): “Producciones periodísticas gráficas en pequeñas poblaciones”.
Trabajo Final Integrador, Postítulo y Licenciatura en Periodismo, Universidad Nacional de Rosario.
http://postituloperiodismo.com.ar/tfi/id/7/title/Producciones-Period%C3%ADsticas-Gr%C3%A1ficas-
en-peque%C3%B1as-poblaciones – Visitado el 25/11/2014.

Sitios web:

<http://alertacontraelracismo.pe/wp-content/uploads/2013/01/Convenci%C3%B3n-americana-
sobre-derechos-humanos.pdf> – Visitado el 11/12/2014.

<http://www.afsca.gob.ar/ley-de-servicios-de-comunicacion-audiovisual-26-522/> - Visitado el
08/12/2014.

<http://www.argentina.gob.ar/pais/63-constitucion-nacional.php> - Visitado el 09/12/2014.

<http://www.fopea.org/> - Visitado el 06/12/2014.

<http://www.revistachasqui.com/index.php/chasqui> - Visitado el 07/12/2014.

<http://es.wikipedia.org/> - Visitado el 10/12/2014.

KAPUSCINSKI, Ryszard (Enero, 2001): Texto recuperado en memoria de Google de Revista


Mexicana de Comunicación,
<http://mexicanadecomunicacion.com.mx/Tables/RMC/rmc69/periodismo.htm>, página inactiva en
05.2006- Visitado el 11/12/2014.

MIRALLES, Ana María: “La construcción de lo público desde el periodismo cívico”. Universidad
Pontificia Bolivariana. <www.eca.usp.brc/alaic/Congreso1999/2gt/Ana%20Maria%20Miralles.doc>-
Visitado el 14/12/2014.

20
Introducción

El presente trabajo se plantea indagar sobre preguntas de este tipo: ¿Oficio o profesión?
¿Periodista se nace o se hace? ¿El egresado de una institución académica está más
calificado que el que se formó en la sala de redacción y en la calle? ¿Qué garantiza que
quien haya sido formado en una institución en donde se enseña periodismo, esté más
capacitado que alguien que realiza esta disciplina por pura pasión? ¿No estar formado
académicamente afecta de algún modo el correcto tratamiento de la información? ¿La
formación académica o la ausencia de ella, afectan la calidad de la información del
producto periodístico?

Estos interrogantes y muchos otros han estado en el seno del mundo periodístico por
generaciones y aún en la actualidad son temas constantes de debate. Las posturas
respecto a estas discusiones son variadas y muchas veces responden a distintos factores
como lo generacional o lo tradicional.

Desde febrero de 2014, un grupo emprendedor creó el diario La Noticia Zonal


(primeramente, bautizado como Noticias Chañar), con el objetivo de informar sobre los
acontecimientos de la localidad santafesina de Chañar Ladeado y la región. Este medio
gráfico realiza publicaciones de manera mensual y ya está en circulación el vigésimo
cuarto número de este nuevo medio de comunicación.

El cuerpo periodístico del diario consta de seis miembros fijos y además cuenta con siete
cronistas que colaboran continuamente, aportando informaciones regionales que
componen el total. A su vez, la participación está abierta a los ciudadanos que quieran
exponer alguna idea o proyecto en el diario.

Los directores del proyecto (Guillermo Font, Jefe de Redacción y Editor, y Juliana Lauretti,
Directora y propietaria legal) no poseen una formación académica y no diseñaron un
manual de estilos ni bajaron directriz alguna para con sus redactores. La responsabilidad
de las notas publicadas es delegada a los periodistas que las firman y no necesariamente
coinciden con la opinión dirigencial. A su vez, Font aclaró el perfil comercial que tiene el
periódico.

Es decir, en este espacio conviven periodistas egresados de instituciones educativas, que


se dedican a la enseñanza de esta disciplina, y periodistas autodidactas o de oficio. Esta
situación suele ocurrir en muchísimas salas de redacción y ha sido así durante años,

21
aunque el avance de la institucionalización académica en esta disciplina, suele plantear
diversas posturas ante el panorama actual.

Cabe mencionar también, que muchos periodistas de oficio, que no se han formado
académicamente para la práctica del periodismo, han dado sobradas muestras de su
vocación y su capacidad para realizar dichas tareas (o por lo menos han sido reconocidos
por sus pares o por el público), y en ocasiones, se han destacado aún más que algunos
de sus colegas que sí cuentan con una trayectoria estudiantil enfocada en la
comunicación.

De todas maneras, este es un debate que se ha desarrollado desde hace muchos años y
existen posturas enfrentadas al respecto. Según Gabriel García Márquez, el periodismo
“se aprendía en las salas de redacción, en los talleres de imprenta, en el cafetín de
enfrente, en las parrandas delos viernes” (García Márquez, 7 de Octubre, 1996). Según
Ryszard Kapuscinski, el periodismo “era una misión practicada por unas pocas personas
con amplio conocimiento de cultura e historia” (Kapuscinski, 18 de Enero, 2001).

En un trabajo publicado en 2013, Hugo Ojeda realizó una investigación que contenía
entrevistas a periodistas miembros de una sala de redacción de un diario bonaerense (el
autor no especifica cuál) y luego de escuchar diversas opiniones, elaboró una serie de
conclusiones. “Los aspectos asociados a la profesión son innegables y el grupo de
periodistas entrevistados valoran fundamentalmente al oficio como la base fundamental
para esta profesión […] Casi la mitad de la población del diario es profesional mientras
que la otra mitad es de oficio” (Ojeda; pp. 10-11, 2013).

A su vez, agregó que la idea que prevalece a nivel general es la del oficio, la
profesionalización no es un acto fundamental, queda en segundo plano, el oficio no es
reemplazado. Más allá de la constante profesionalización del periodismo el oficio no se
deja de lado, se resignifica. Lo primero es el oficio, “se aprende trabajando” (Ojeda; 2013,
pp. 12).

Por otro lado, Miguel Wiñazki se ha expresado con más dualidad respecto al tema: “La
formación del periodista requiere de una tarea pedagógica híbrida entra la educación
teórica y la capacitación operativa. La educación es el lugar de las preguntas filosóficas
sobre la tarea comunicacional, y la capacitación es el espacio concreto de las respuestas”
(Wiñazki; Noviembre-Diciembre de 2007).

22
Con una postura más crítica, y en este caso en lo que concierne a los Derechos
Humanos, la Dra. Elena Real Rodríguez tiene una opinión formada: “La concepción del
Periodismo como un mero hecho de uso y disfrute de un derecho humano esencial (el de
la libertad de expresión y, por consiguiente, el de la libertad de información) que
pertenece a todos y cada uno de los ciudadanos, se ha convertido en la disculpa más
recurrente para retrasar […] su natural transición del nivel de actividad a la categoría de
profesión” (Real Rodríguez; 2006, pp. 336).

En un ensayo publicado en la Revista Latinoamericana de Comunicación Social Chasqui,


el periodista español, Ángel Arrese, se refirió al panorama actual, relacionándolo más
concretamente con el auge de las nuevas tecnologías de la información. “Cada vez se
está más cerca de hacer realidad el sueño de que la información sea eso que queda entre
anuncio y anuncio publicitario. Antes, para rellenar el hueco, para elaborar eso, eran
necesarios profesionales del periodismo, al menos para rellenarlo con cierta dignidad;
hoy, en muchos casos, lo que se necesita son simplemente procesadores de textos –
personas y/o máquinas- capaces de seleccionar con rapidez y eficiencia contenidos
informativos, procedentes de todo tipo de fuentes secundarias, adaptados a los intereses
y necesidades de diversos targets publicitarios” (Arrese; 2007, pp. 48).

Están claras las diversas posturas que existen; la que apoya a la formación mediante el
oficio, la que reivindica la formación académica y otras voces más conciliadoras, que
observan la necesidad de combinar ambos factores para lograr un periodismo de calidad.
Y justamente, en el término calidad, radica otro de los aspectos a tratar en este trabajo.

En uno de sus escritos, María Teresa Téramo avanza en la concepción de calidad y


afirma que esta tiene que ver directamente con los valores/noticia conceptualizados por
Mauro Wolf (1997). “Los parámetros con los que coinciden, en mayor medida, los
analistas son proximidad, impacto y relevancia. Estos criterios suponen que interesa más
un acontecimiento cuando es geográficamente próximo, o cuando el impacto emocional
es más fuerte, o cuando mayor es el número de involucrados afectados por el
acontecimiento” (Téramo; 2006, pp. 59).

Teniendo en cuenta lo expuesto anteriormente, el presente escrito intentará abordar en


los conceptos mencionados y en la visión que los periodistas de oficio y los periodistas
formados académicamente del diario La Noticia Zonal, tienen respecto del periodismo y
de la calidad de la información. Para dicha tarea, son de vital importancia los testimonios
que han brindado varios de los integrantes del staff periodístico del periódico, a fin de

23
ahondar en ambas posturas, su relación laboral y cotejar las similitudes y diferencias de
dos grupos que, de un modo u otro, intentan hacer lo mismo: un producto periodístico de
calidad.

24
CAPÍTULO 1

Periodismo ¿Oficio o profesión?

La Real Academia Española define al periodismo de la siguiente manera: “Captación y


tratamiento, escrito, oral, visual o gráfico, de la información en cualquiera de sus formas o
variedades”. Por otro lado, el profesor de la Universidad del País Vasco, Kodolbika Meso
Ayerdi, citó una definición de Manuel López sobre lo que significa ser periodista:
“Profesionales que realizan día a día un producto comunicacional, diseñado y sostenido
técnica y financieramente por una empresa” (Meso Ayerdi; 2005, pp. 5).

En su vigésima tercera edición, el diccionario en español de la mencionada academia,


define al oficio como una “ocupación habitual”. Mientras que, por profesión, especifica que
se trata de un “empleo, facultad u oficio que alguien ejerce y por el cual recibe una
retribución”.

En lo que concierne al marco legal, los artículos 14 y 32 de la Constitución Nacional


Argentina le permiten a cualquier ciudadano la libre expresión de publicar sus ideas sin
censura previa y la libertad de imprenta sin restricción federal. A su vez, el artículo 13 de
la Convención Americana sobre Derechos Humanos, garantiza la libertad de pensamiento
y expresión. Más allá de esto, el ejercicio del periodismo impone ciertas normas que
hacen al proceso de redacción, tratamiento de la noticia y su posterior publicación, y
tienen que ver también, en resumen, con la calidad de la información; he aquí uno de los
puntos que refuerzan el debate sobre el periodismo entendido como oficio o como
profesión.

Estas normas son entendidas por Mauro Wolf de la siguiente manera: “Un inextricable
amasijo de retóricas de fachada y astucias tácticas, de códigos, estereotipos, símbolos,
tipificaciones latentes, representaciones de roles, rituales y convenciones, relativos a las
funciones de los media y de los periodistas en la sociedad, a la concepción de los
productos-noticia y a las modalidades que dominan su confección” (Wolf; 1987, pp. 215).
Si bien se puede coincidir en mayor o menor medida en esta mirada un tanto cínica, el
concepto está debidamente explicado por el autor.

Continuando por la misma línea, el sociólogo desarrolla su teoría del Newsmaking y


desarrolla los pasos que deben seguir los medios de comunicación con el objetivo de

25
lograr producir contenido: a) Reconocer un acontecimiento como un hecho noticiable; b)
Elaborar y articular formas para producir y presentar esos acontecimientos; y c) Organizar
el trabajo de manera temporal y espacial para lograr darle a esos acontecimientos
planificación y fluidez (Wolf; 1987, pp. 214-215).

Los conceptos expuestos en los párrafos anteriores, tienen que ver con una logística
productiva que los periodistas adoptan o deben adoptar a la hora de generar contenido
noticioso. Logística que los miembros no academizados del mundo periodístico quizá no
posean por el hecho de no haber recibido instrucción teórica.

Fundamentalmente en los institutos académicos dedicados a la enseñanza de esta


disciplina, es donde los futuros trabajadores de prensa se instruyen sobre estos
conceptos y modalidades a fin de aplicarlas en el futuro, todo bajo el soporte de contenido
teórico, además de ejercicios prácticos. Si bien luego cada medio tiene un manual de
estilos o una política de publicación interna, la mayoría comparte las mismas directrices,
al menos en la generalidad.

Más allá de esto, el periodismo no nació directamente de instituciones educativas ni se


empezó a enseñar contenido teórico de la nada. Como la mayoría de las profesiones, el
periodismo no surgió como tal y sus primeros pasos fueron forjados por hombres con
cierta instrucción en diversos temas, hombres que se animaron y tomaron la
responsabilidad de informar a la comunidad mediante sus plumas. Como bien lo marcaron
Kapuscinski y García Márquez en la introducción de este trabajo, las formas de aprender
y ejercer el periodismo eran más caseras, más artesanales.

Para Turow (1984; pp. 130) “las principales perspectivas que guían el trabajo noticioso se
constituyen al interior de las actividades noticiosas; el trabajo guía a la persona”. El autor
se expresa en consonancia con García Márquez y Kapuscinski y destaca la importancia
que posee el formarse periodísticamente en la práctica diaria.

En la misma línea de pensamiento, Alsina (1993; pp. 145) resalta la “importancia de la


práctica” por sobre un “conjunto de conocimientos previos” a la hora de la inserción en el
mercado laboral. De hecho, es una ideología compartida por muchas de los miembros del
mundillo periodístico.

26
En una exposición realizada en la X Jornada de Sociología en la Facultad de Ciencias
Sociales de la Universidad de Buenos Aires (U.B.A.) en el año 2013, Laura Rosenberg
presentó un trabajo en el que se destacaban las entrevistas realizadas a un grupo de
periodistas jóvenes que hacía poco habían ingresado en el periódico Tiempo Argentino.
Allí, la autora tocó conceptos tales como el periodismo en su faceta académica y en su
faceta de oficio y consulto sobre el tema a los entrevistados.

Uno de los entrevistados, llamado Emiliano, sostuvo en charla con Rosenberg que “el
periodismo es un oficio que se aprende trabajando”. De todas maneras, el joven destacó
su paso previo por las aulas de Taller Escuela Agencia (T.E.A.), y comentó que la
experiencia académica lo ayudo para aprender “lo básico” y acercarse a la puesta en
práctica del trabajo periodístico (Rosenberg; 2013, pp. 3).

Emiliano comentó que en TEA aprendió conceptos tales como las reglas de escritura
mencionadas por Neveu, que son inherentes al género periodístico. Normas tales como la
pirámide invertida, que “exige que lo esencial de la información sea condensado en el
encabezado, y a continuación los detalles y las explicaciones” (Neveu; 2001, pp. 63).

De todas maneras, el entrevistado también destacó la convergencia generacional que se


da entre periodistas viejos y periodistas nuevos en la sala de redacción. Emiliano explicó
que los integrantes del primer grupo asumieron el rol de docentes y guiaron a los más
jóvenes y les enseñaron los modos de hacer el trabajo (Rosenberg 2013; pp. 4).

El Doctor en Ciencias Sociales y Magister en Sociología y Ciencias Políticas, Hugo Ojeda,


expuso también en la X Jornada de Sociología organizada por la U.B. A. un trabajo que se
desprende de una tesis doctoral editada como libro en 2011, de la autoría del mismo
Ojeda. En la investigación, el autor trató de exponer las características de la identidad
profesional de un grupo de periodistas de un diario de alcance nacional de Capital
Federal.

Ojeda define a la identidad profesional como “el conjunto de atributos, creencias, valores y
experiencias que los individuos utilizan para definirse en tanto miembros de un grupo
profesional” (Ojeda 2013; pp. 2). El autor llegó a la conclusión de que ese grupo de

27
periodistas se percibe a sí mismo como profesionales, más que como trabajadores de
prensa.

Ojeda también dijo: “Los aspectos asociados a la profesión son innegables y el grupo de
periodistas entrevistados valoran fundamentalmente al oficio como la piedra fundamental
para esta profesión”. Además, el autor afirmó que la casi la mitad del cuerpo periodístico
del periódico es profesional, mientras que la otra mitad es de oficio. El autor destacó que
los periodistas entrevistados no dudaron en valorar la contribución fundamental que se
logra con el “aprender haciendo” (Ojeda 2013; pp. 10-11).

La idea que más prevaleció entre los integrantes del staff del diario fue la del oficio. La
profesión es tomada como un adherente, pero no se considera una condición casi
suficiente a la hora de encarar un trabajo periodístico. A su vez, los entrevistados
remarcaron que el oficio se encuentra en una etapa de resignificación, pero que de
ninguna manera está perdiendo terreno o se lo ha desplazado por la profesión.

Retomando la entrevista realizada por Rosenberg (2013) a Emiliano, la autora destacó


que la injerencia de las generaciones de periodistas más experimentados para con los de
menos experiencia en el periódico Tiempo Argentino, no sólo se limitaron a la enseñanza
de las modalidades de trabajo, sino que también implicaron el “compartir una mirada que
sitúa al periodista como trabajador dentro del campo, diferenciándolo de otros miembros”.

Velázquez (2003; pp. 27), sostiene: “En la actualidad el preconcepto negativo hacia el
graduado universitario ha quedado bastante relegado. En consecuencia, el universo
periodístico argentino va nutriéndose día a día de nuevos profesionales de academia”. El
autor da casi por desterrado uno de los debates más longevos de los que se han dado en
las salas de redacción y propone un plano en donde los periodistas de oficio (que integran
el grupo generacional más longevo) pueden trabajar en total concordancia con los
periodistas profesionales (los más jóvenes, egresados de instituciones académicas).

Los trabajos realizados por Ojeda y Rosenberg en dos salas de redacción distintas, ponen
de manifiesto la posición de la mayoría de los periodistas entrevistados que ponderan el
oficio por sobre la profesión. Sin embargo, no desacreditan a las academias formadoras
de periodistas (ya que varios de los entrevistados provienen de allí) ni tampoco

28
discriminan o diferencian a los compañeros que han formado parte de las mismas.
Entienden al periodismo como una combinación entre ambos aspectos; el oficio y la
profesión.

En este sentido, se aplica perfectamente un aporte realizado por Pereira (2010; pp. 106)
que refiere al periodismo como un proceso de interacción en el cual “se orientan, se
confrontan, confirman o modifican sus visiones del mundo y prácticas teniendo en cuenta
su relación con el otro”. Aquí se pone de manifiesto esta relación que se produce entre
periodistas profesionales y de oficio. Pereira refuerza su idea con un concepto deslizado
por Strauss (1992), que afirma que esta interacción “adquiere un carácter evolutivo y
transformador”.

Por otro lado, existen periodistas que se han emparentado con esta disciplina, cuando en
realidad provenían de otra. Tal es el caso del periodista rosarino Luis Novaresio, que en
realidad se formó como abogado y luego acuñó al periodismo desde su innata vocación, y
que con el tiempo se convirtió en un periodista destacado y elogiado por sus pares y por
el público.

Por la misma vía se desarrolla la historia de Tito, otro de los entrevistados por Rosenberg,
quien se desenvuelve en la sección policial de Tiempo Argentino. Al momento de ingresar
en el diario, el joven estaba cursando una Licenciatura en Letras y consideraba que había
una concurrencia entre sus estudios y su trabajo periodístico. Lo que Tito debió aprender
eran los modos de hacer noticia y las reglas de escritura antes mencionadas, para poder
discernir la importancia de los datos que recababa y darles un marco y un ordenamiento
lógicos antes de presentarlos (Rosenberg 2013; pp. 9-10).

De hecho, Martini (2003; pp. 2) dijo: “Los préstamos y contactos entre la literatura y el
periodismo son múltiples y complejos, especialmente en el soporte de la prensa gráfica, y
el policial resulta el género paradigmático para su estudio”. Además, la autora agregó: “Se
pueden leer los intertextos del relato clásico y del relato negro: el crimen aparece en
general como un enigma a resolver (por las instituciones) y por ello se publican algunas
pistas […] el cronista hace casi de detective, cuando el caso tiene un alto impacto en la
sociedad o incluye corrupción policial o judiciales y no hay resultados relevantes”.

29
En efecto, el periodismo presenta un paradigma interdisciplinario, en el que distintas
afluentes se conectan con él o lo alimentan, tal es el caso de la literatura, quizá el ejemplo
más marcado. Por lo tanto, el abanico laboral o de inserción se abre para muchos otros/as
candidatos/as.

Lo expuesto hasta el momento indica que el periodismo es una disciplina que está en
contacto con otras áreas que lo enriquecen. También destaca (con las posturas de
diversos entrevistados mediante) que el debate sobre el periodismo de oficio o el
profesional parece haber quedado atrás y que ya no se mira con desdén al periodista
egresado como tampoco el egresado hace diferencia con el periodista de oficio. Las dos
ramas, la de la juventud y la de la experiencia, mancomunan sus esfuerzos en pos de
lograr un mejor producto informativo.

Contextualizando un poco más el debate, en una mesa de debate organizada por el Foro
de Periodismo Argentino (Fopea), el profesor de la Universidad de Cuyo y subdirector del
diario digital MDZ, Luis Abrego, se refirió a la tensión existente entre los periodistas de
oficio y los periodistas profesionales o comunicadores sociales que ejercen como
periodistas.

“La cuestión central específicamente desde Fopea está en el hecho de que muchos de los
que formamos parte de Fopea, más allá de tener un pie en el oficio, tenemos un pie en la
academia” (Abrego; Noviembre-Diciembre de 2007). Y agregó: “Esta tensión histórica
presentada en nuestro país, y la que vivimos o se vive a diario en las distintas salas de
redacciones, también se vive en otro sentido y de otra manera en la discusión en las
universidades”.

En la misma charla el periodista comentó que ni desde un plano sólo académico o sólo
desde el oficio, se puede dar respuesta de lo complejo que significa la formación de
comunicadores sociales o periodistas en un contexto complejo como lo es el de la
Argentina.

A su vez, en la misma mesa de debate en la que Abrego ofició de moderador, el


periodista Miguel Wiñazki aportó conceptos interesantes para enriquecer el debate. “La
reflexión filosófica sin el oficio cotidiano de informar suele estar vacía, y el oficio sin

30
reflexión es ciego, y suele desviarse hacia un operativismo superficial” (Wiñazki;
Noviembre-Diciembre de 2007).

Wiñazki también dijo: “La formación del periodista requiere de una tarea pedagógica
híbrida entre la educación teórica y la capacitación operativa. La educación es el lugar de
las preguntas filosóficas sobre la tarea comunicacional, y la capacitación es el espacio
concreto de respuestas”. Y remató: “Es necesario conocer a Habermas, leer a
Kapuscinski y entonces aprender a interrogar sobre los fundamentos de la profesión, y es
necesario saber escribir un epígrafe con claridad, rapidez y precisión”.

El también director de la capacitación periodística del diario Clarín, afirmó que esa
necesaria articulación entre la teoría y la práctica debe estar destinada a la representación
y no a la fabulación. Para explicar mejor este punto, Wiñazki utilizó dos ejemplos:
“Desplegar una crónica sobre el perro de una estrella de televisión es un acto
comunicacional lúdico en el que emisores y receptores saben que el relato es autónomo
de todo territorio originariamente noticioso. Eso es construcción de la noticia” (Wiñazki;
Noviembre-Diciembre de 2007).

Sobre el segundo ejemplo, el también filósofo dijo: “Si, en cambio, estalló una bomba y
hubo muertos y heridos, o si aconteció una manifestación en las calles, o hubo un choque
de automóviles en una esquina, debe haber representación y no mero relato sobre la
nada”.

En última instancia y para culminar su exposición, Wiñazki expresó: “El periodismo es una
cartografía dinámica de un territorio antropológico que opera un sistema de
representación no ficcional de los hechos. Y esa exigencia primordial, inherente a la
educación y a la capacitación permanentes, constituye el mandamiento más profundo e
insoslayable de esta profesión” (Wiñazki; Noviembre-Diciembre de 2007).

El aporte de Miguel Wiñazki le otorga elementos al debate y se suma a la palabra de los


periodistas anteriormente citados, subrayando el papel que juega el oficio a la hora de
hacer periodismo. Sin embargo, Wiñazki remarcó con ahínco la necesidad de
mancomunar esfuerzos en cuanto a la práctica y la teoría, y vislumbró un horizonte en
donde el plano académico que impulsa a los profesionales del futuro, y el plano práctico,

31
deben ir indiscutidamente de la mano. Tener los conocimientos teóricos necesarios dotará
de sentido a la puesta en práctica del periodismo.

A pesar de las muchas voces que se encolumnan en una postura más conciliadora, hay
otros actores que ven el panorama actual de una manera distinta, con un punto de vista
más crítico. En este último grupo se encuentra el director de la carrera de Periodismo de
la Universidad Palermo, Pablo Mendelevich, que se presentó junto a Wiñazki en la misma
mesa de debate llamada Oficio vs Comunicadores Sociales, organizada por Fopea en una
jornada dictada entre Noviembre y Diciembre de 2007.

“Hoy no sabemos qué es el periodismo. Hasta nosotros siempre se supo qué se quería
decir cuando se hablaba de periodismo. Tres siglos hacían que se estaba haciendo
periodismo de una determinada manera, con determinados métodos y metas más o
menos precisas. Muchas de esas certezas se derrumbaron en nuestras narices”,
manifestó Mendelevich (Mendelevich; Noviembre-Diciembre de 2007).

El periodista explicó que “en el campo del Periodismo se fabricaban licenciados en


Ciencias de la Información, origen de un primer equívoco, dado que el Periodismo de
ciencia tiene poco y nada; es una disciplina que conjuga oficio con profesión”. De esta
manera, Mendelevich marcó un error que tiene que ver concretamente con la formación
académica de los periodistas de un tiempo a esta parte.
Para el docente, un segundo foco de conflicto se presenta en la distinción generacional
que se da entre los periodistas de oficio, más veteranos, y los académicos, más jóvenes.
A pesar de lo que marcaron algunos de los periodistas entrevistados por Rosenberg en su
trabajo, Mendelevich remarcó que no siempre es pacífica la convivencia de estos dos
grupos.

“A nosotros nos tocó coexistir dentro de los medios de comunicación con el periodismo de
origen académico, que bien o mal salió de esta ola de Ciencias de la Comunicación de
estos últimos años. Si ustedes hoy hacen un corte en las redacciones de muchos diarios,
sobre todo diarios grandes, van a encontrar una pirámide. Arriba están los periodistas de
origen empírico, en el medio hay una laguna y los demás son de origen académico”,
afirmó.

32
Mendelevich opinó que “se trata de una coexistencia, pero que no es pacífica, también
tiene problemas de resquebrajamiento de paradigmas”. Y además agregó: “Van a
escuchar a muchos periodistas de veteranos, de mi generación y mayores, diciendo que a
los más jóvenes les sobra teoría, les sobran conocimientos teóricos, pero les faltan
hormigas en el culo. Quiere decir inquietud, movimiento permanente, esa cosa
desbordante, casi neurótica del tipo que se obsesiona con la información” (Mendelevich;
Noviembre-Diciembre de 2007).

El periodista también se refirió a un nuevo punto de debate entre las dos generaciones
que tiene que ver con la objetividad y la subjetividad. “Las nuevas corrientes, en mi
opinión, introdujeron una nefasta teoría de la subjetividad generalizada mezclada con el
derecho a la expresión individual, lo que llevó a algunos nuevos periodistas a sobrevalorar
sus puntos de vista personales sobre las cosas sin cuidar la máxima que lo primero es
enriquecer al lector”, disparó.

Relacionando la cuestión también con el surgimiento y auge del Periodismo ciudadano o


Periodismo cívico y el uso del internet y los blogs, Mendelevich puso especial énfasis en
el verbo editar, tomándolo como una cuestión central en el ejercicio del periodismo, ya
que se relaciona directamente con el criterio periodístico a la hora de encarar una
publicación. “Es parte fundamental del Periodismo ¿Por qué? Porque ahí es cuando
jerarquizamos la información. Organizamos el mundo. Ahí le estamos diciendo al lector si
desde nuestro enfoque esto importa o esto no importa. Por supuesto, si al lector no le
gusta mi enfoque, debe tener la oportunidad de comprar otro diario, que tendrá otro
enfoque (diario competidor, que si tiene factura profesional va a ser elaborado mediante el
mismo procedimiento)”, afirmó.

En última instancia y finalizando su postura, Mendelevich expresó: “Como profesionales


del periodismo, no tenemos más derecho que el verdulero de la esquina a expresar una
opinión. El derecho no es lo que está en discusión. El punto es la utilidad social que tiene
una opinión enriquecida por su factura profesional, nuestra capacidad como profesionales
de brindar un servicio público” (Mendelevich; Noviembre-Diciembre de 2007).
Lo que plantea Mendelevich no es el desmedro de la opinión que cualquier persona
puede hacer (porque es su derecho) sobre determinado tema o debate. Lo que el
catedrático intenta, es enfatizar y revalorizar el lugar que ocupa el periodista en ese

33
debate. Cuando el cruce de informaciones y opiniones se hace caótico, el periodista es
quien tiene las herramientas necesarias para dotar de sentido ese debate, para remarcar
lo importante y presentarlo en debida forma, siempre teniendo en cuenta la propia
subjetividad, si bien la profesión intenta presentar los hechos desde la máxima neutralidad
posible.

En sintonía con lo expuesto por Mendelevich, el periodista y Vicedecano de la Facultad de


Comunicación de la Universidad de Navarra, Ángel Arrese, habló de un nuevo y poco
promisorio escenario para el periodismo. Para el español, “en ese nuevo escenario, poco
importa la preparación periodística de quienes protagonizan”.

El español también aseguró que aún importa menos “la aplicación de criterios
periodísticos a temas que, por otra parte, cada vez están más alejados del interés público,
o al menos del interés público que históricamente ha dado sentido a la función del
periodismo en una sociedad democrática” (Arrese; 2007, pp. 48). La postura del autor
también tiene que ver con una crítica que realiza sobre el auge del periodismo ciudadano.

Para Arrese, la banalización de los contenidos y la escasa formación que presentan los
periodistas de la actualidad, como también lo amplio del espectro informativo que le da la
chance a muchas personas que no son periodistas a manejarse como tales, ponen en
riesgo el papel del verdadero periodista, aquel que se formó y posee los elementos
teóricos y prácticos para cumplir esa función.

“Como comenta Andrew Keen en El culto del amateur, en ese universo informativo, cada
vez más caótico, es urgente recuperar el papel de los expertos, de los periodistas que
profesan el periodismo, que viven plenamente sus principios y exigencias”, afirmó el
Vicedecano (Arrese; 2007, pp. 49).

En una posición aún más crítica respecto del paradigma actual se encuentra la española
Elena Real Rodríguez, profesora de Ética y Deontología de la Información del
Departamento de Periodismo III de la Facultad de Ciencias de la Información de la
Universidad Complutense de Madrid.

34
En primera instancia, la doctorada se refiere al concepto de profesión diciendo: “Existe
hoy por todas partes una tendencia generalizada hacia la profesionalización. Todos se
consideran profesionales (arquitectos, abogados, médicos, enfermeros, bomberos,
confiteros, artistas, deportistas, ferroviarios, escritores, sastres, panaderos, notarios…), y
elevan la actividad o empleo que desempeñan al ya poco selecto catálogo de
profesiones”.

Y a su vez agregó: “La conformación de una profesión empieza por tener en claro en qué
consiste una determinada ocupación y cuál es su misión ante la sociedad. Prosigue en el
desarrollo de un cuerpo de conocimientos desconocidos para los no expertos”. Y
prosiguió diciendo: “En el siguiente paso se institucionaliza la transmisión de dichos
conocimientos, con lo que se consolida el monopolio o derecho exclusivo para ejercer el
quehacer en cuestión”.

Para la catedrática, lo expuesto en los párrafos anteriores sólo puede llevar al periodismo
a seguir un único y determinado rumbo: la colegiación. Para Real Rodríguez “la
instauración de una organización válida que garantice tanto el control del acceso a la
profesión como el desempeño responsable de la misma”, se encuentra en el “Colegio
Profesional”, en donde será posible elaborar un “estatuto profesional” en el cual se verán
reflejados sus “funciones, derechos y obligaciones” y en donde también se confeccionará
un necesario “código deontológico” (Real Rodríguez; 2006, pp. 335).

Para la española, la colegiación es la única vía por la cual el periodismo puede legitimar,
de una vez por todas, su posición dentro de la gama de las profesiones para dejar de ser
tomado como un oficio. La doctora considera que para que el imaginario popular no
piense que “el periodista no se conduce sin más como un ciudadano cualquiera en el
ejercicio de este derecho universal”, la profesionalización de la disciplina mediante un
colegio profesional es el camino.

“El periodista actúa, ante todo, como un profesional al servicio de unas facultades (las de
investigar y difundir […]) que le han sido confiadas por el conjunto de la sociedad, dada la
dificultad del propio colectivo social de poder desarrollarlas con el debido cuidado por sí
mismo”, afirmó la autora.

35
En consonancia con lo expuesto en el párrafo anterior, la ibérica expresó: “La satisfacción
del deber de informar (correlativo al derecho que todos disfrutamos), es la especialidad
que al Periodismo le corresponde, el que identifica al periodista frente al resto de los
ciudadanos sin distinción profesional, es decir, que no se comportan igual que él
consagrando su quehacer diario a las obligaciones y responsabilidades que la práctica
periodística conlleva”.

Para la autora “resulta indispensable” el lograr establecer diferencias entre “el uso y el
disfrute de un derecho constitucional y el derecho al ejercicio profesional de una actividad
determinada” (Real Rodríguez; 2006, pp. 336). De esta manera, deja en claro su postura
respecto a los periodistas desprovistos de los conocimientos teórico-académicos
necesarios para su formación, como así también sus escritos se direccionan en una crítica
directa al periodismo cívico.

Si bien la autora se refiere al plano de sucesos que presenta España en cuanto al


periodismo y su profesionalización, la situación es comparable con la de nuestro país,
teniendo en cuenta que Argentina tampoco cuenta con un nivel colegiado en donde se
enmarque al periodismo.

Continuando con su artículo publicado en la revista europea Ámbitos, Real Rodríguez


argumentó su postura de la siguiente manera: “Graves y perniciosos efectos que un
desempeño interesado y no convenientemente cualificado del Periodismo podría acarrear
a la sociedad, hacen preciso que esta actividad sea ejecutada únicamente por aquellos
que previamente hayan sido preparados con la imprescindible suficiencia; ya que
prevalece […] el interés social de asegurar la idoneidad profesional sobre los intereses del
individuo o de la empresa a elegir profesión y personal laboral, respectivamente, para
evitar los daños que pudieran derivarse de la impericia” (Real Rodríguez; 2006, pp. 336).

En la consideración de la catedrática española, “la mejor defensa de la libertad de


expresión” no se encuentra en la aplicación de una política de apertura “donde todos
quepan independientemente de su sapiencia y responsabilidad para con esta ciencia-arte
de incuestionable valor social” (Real Rodríguez; 2006, pp. 337). La autora considera que
se estaría realizando una reivindicación a un derecho humano esencial como la libertad
de expresión si se logra garantizar una mayor capacitación y autonomía por parte del

36
periodista, factor indispensable para lograr un “cumplimiento eficaz y eficiente del derecho
a la información reconocido a cada ser humano”.

Real Rodríguez argumentó su pensamiento tocando dos cuestiones fundamentales; el


derecho de cada ser humano a expresarse libremente y sin censura previa y el derecho a
la información (contenidos en la Declaración de Derechos Humanos y en la Constitución
Nacional y el Pacto de San José de Costa Rica, mencionadas previamente).

A la postura de Real Rodríguez, se suman otros actores del ámbito comunicacional


europeo, que la autora cita para reforzar sus propias conclusiones. Este es el caso de, por
ejemplo, Justino Sinova, quien en su obra Garantías en el ejercicio profesional del
periodismo, dijo: “Interesa que los periodistas realicen bien su trabajo, no ya para ser
respetados los derechos de la personalidad, el honor, la intimidad, la propia imagen, no ya
para que en una sociedad libre la información realice también una tarea de vigilancia y
control del ejercicio de la actividad pública, sino para que cada persona pueda disponer
plenamente y en la práctica de su derecho natural a la información”.

A lo que Sinova agregó: “Cabría deducir, que la sociedad está interesada en asegurarse
buenos periodistas, porque de su formación, de su recta intención, del conocimiento cabal
de su responsabilidad –virtudes profesionales que se adquieren o mejor que se
perfeccionan más eficazmente mediante el estudio y la cultura en un ambiente
universitario- depende el que cada ciudadano pueda disponer eficazmente de su derecho”
(Sinova; 1997, pp. 13).

Por su parte, las autoras María Pilar Diezhandino y Ofa Bezunartea, sumadas a César
Coca, en una publicación llamada La elite de los periodistas, expresaron: “Si ser
periodista significa aprender a detectar el mayor o menor valor noticioso de individuos,
hechos o situaciones, a nadie mínimamente informado y consciente de la dificultad que
supone ser periodista se le escapa que ahí radica la síntesis de todo el saber del
periodista: es la capacidad de observar, descubrir, analizar, transmitir el latido profundo de
la sociedad, día tras día. Captar la noticia y su trasfondo requiere de un cúmulo de
saberes. Y ésa es la justificación de por qué, pese al derecho a la libertad de expresión,
no todo el mundo que lo desee puede, ni acaso deba, ser periodista” (Dezhandino,
Bezunartea y Coca; 1994, pp. 40-41).

37
En última instancia, es José María Desantes quien suma su voz calificada para sostener
lo expuesto por la Dra. Elena Real Rodríguez. “La exigencia científica, sin la cual no se
completa prácticamente el perfil profesional informativo, no va contra la libertad de
expresión o, su variante, la libertad de información. [..] La libertad de expresión, en
nuestro campo, es el modo libre de ejercitar el derecho a la información. Y el servicio a
este derecho, la siempre perfectible satisfacción del débitum informativo, será tanto más
libre, cuanto más conozca el informador de la fenomenología informativa, cuantas más
posibilidades de cumplimiento tenga. Este conocimiento a fondo es el científico”
(Desantes; 1992, pp. 32).

Así están planteadas las cosas en el panorama actual. Periodismo de oficio y de


profesión, conviven y debaten en un mismo espacio sus posibilidades, sus virtudes y
defectos, y sus obligaciones éticas para con sí mismos y para con la sociedad que los lee,
oye o ve.

Algunos autores se inclinan por la necesaria complementación del oficio y la profesión, ya


que una no puede desarrollarse independientemente de la otra. Otros, con una postura
más crítica, sin despreciar el oficio, opinan que el periodismo sólo debe ser ejercido por
quienes se han formado teóricamente para dicha función, de lo contrario, el derecho a la
información por parte del público podría verse vulnerado debido a la impericia o a la
negligencia por parte de los comunicadores. De todas maneras, ambas facciones buscan
lo mismo; realizar un producto periodístico de calidad.

38
CAPÍTULO 2

¿Qué es la calidad periodística?

¿De qué hablamos cuando hablamos de calidad dentro del periodismo? ¿Cómo
identificamos o distinguimos una publicación sobre otra? ¿Qué requisitos debe reunir un
trabajo periodístico para que pueda llevar el rótulo de calidad? Muchos otros interrogantes
pueden dispararse cuando se plantea esta cuestión ya que, claro está, es
extremadamente difícil definir qué o cómo es la calidad en el periodismo.

No es un concepto tangible, empírico, o que se pueda medir de acuerdo a un valor


numérico, por lo contrario, es una variable abstracta, cualitativa y, si se quiere, subjetiva.
“La calidad es un concepto complejo, no sólo por la dificultad para definirla sino porque
está compuesta de una gran variedad de elementos, partes de un todo sin el cual no
podría hablarse de que un producto o un servicio es de calidad”, afirmó la Doctora en
Ciencias de la Información de la Universidad del País Vasco, Liliana Gutiérrez Coba
(Gutiérrez Coba; 2006, pp. 31).

La también Jefa del Área de Periodismo y Directora del Grupo de Investigación de


Periodismo (GIP) de la Facultad de Comunicación Social y Periodismo de la Universidad
de la Sabana (Colombia), de la cual es egresada, aporta un primer e importante concepto
al resaltar que, para hablar de calidad dentro del periodismo, se deben considerar
distintos aspectos, ninguno independiente del otro, los cuales componen el total de la obra
publicada.

En palabras de la autora, es importante comprender en primera instancia que el


periodismo es un “servicio de interés público” ya que el “sistema democrático se sostiene
de él” (Gutiérrez Coba; 2006, pp. 31).

Para sumar voces autorizadas al debate, cabe mencionar la palabra del sociólogo y
periodista francés, Robert Escarpit: “Una información periodística es de buena calidad
cuando otorga datos que disminuyen la incertidumbre sobre la realidad a la que se refiere,
el relato sitúa adecuadamente el acontecimiento o proceso, se entiende lo que está en
juego entre los actores y el perceptor puede controlar o intervenir en ese proceso y tomar

39
decisiones adecuadas, mejores que si esa información fuera deficiente, deformada o no
existiera”21.

Para María Teresa Téramo y Lidia de la Torre, en el proceso de selección de la


información y en la posterior redacción de la noticia, se expresan varios de estos
conceptos, conceptos que pueden ser compartidos o no por los receptores, o sea, el
público. “Los valores que ambos –periodistas y público- ponen en juego fueron descritos
por los estudios de newsmaking y constituyen parámetros de noticiabilidad que regulan,
de alguna manera, el trabajo periodístico” (de la Torre y Téramo; 2009, pp. 84).

Las expertas en sociología y ciencias de la información, se basan en el concepto de


newsmaking, previamente explicado por Mauro Wolf. Citado este elemento anteriormente,
el newsmaking recoge los principales parámetros en los cuales se basan los criterios de
selección de noticias para el grueso del mundo periodístico, cuestión que para de la Torre
y Téramo resulta fundamental a la hora de hablar de calidad.

Para Wolf, la pregunta es simple: “¿Qué acontecimientos son importantes?” (Wolf; 1997,
pp. 216). En el mismo trabajo el autor expresa que la noticiabilidad está dada por un
conjunto de factores que los aportan el mismo periodista, el medio donde trabaja y a su
vez la mecánica profesional con la que se manejan otros medios o sus colegas.

Esa noticiabilidad responde al concepto de newsvalues (valores/noticia). Los mismos son


“criterios de importancia difundidos a lo largo de todo el proceso de producción: es decir,
(criterios que) no están sólo presentes en la selección de noticias, sino que impregnan
también las fases sucesivas del proceso, aunque con distinto grado de importancia” (Wolf;
1997, pp. 222-223). Para la mayoría de los estudiosos de la materia, los ítems a tener en
cuenta en el newsmaking son: proximidad, impacto y relevancia (Wolf; 1997: pp 231-232;
Rodrigo; 1996, pp. 105-106; López; 1995, pp. 46; Tuggle; 2001, pp. 18-20).

Wolf ha enfatizado en valorar la calidad tomando en cuenta las relaciones que tienen
estos factores entre sí. “Es importante señalar que los valores/noticia son valorados en
sus relaciones recíprocas, en conexión unos con otros, por conjuntos de factores

21
ESCARPIT, Robert (1990): Teoría de la información y práctica política. Siglo XXI, México.

40
jerarquizados y complementarios entre sí, y no considerados en sí mismos aisladamente”,
afirmó el autor.

A su vez, agregó: “Cada noticia exige pues una valoración (aunque sea automática o
inconsciente) de disponibilidad y fiabilidad de las fuentes, de la importancia o del interés
del acontecimiento, de su novedad, además de los criterios relativos al producto, al medio
y al formato” (Wolf; 1997, pp. 247).

Otros autores como Del Río Reynaga consideran fundamental a la actualidad, lo que
implica determinar la atemporalidad de algunos sucesos y cuáles otros deben ser tratados
de inmediato. Cuanto menor sea el tiempo empleado en la difusión de la noticia, mayor
actualidad tendrá (Del Río Reynaga; 1992, pp. 44). Claro está que uno de los pilares del
periodismo es la actualidad, la noticia, reciente, fresca, lo inmediato, pero el apuro y la
vertiginosidad muchas veces puede recaer en una precariedad o descuido que atente
contra el producto, por eso Jack Fuller trata de poner paños fríos a este concepto cuando
habla del “prejuicio de la inmediatez” (Fuller; 1996, pp. 7).

De todas maneras, no todos pueden estar de acuerdo con estos criterios de selección. “La
noticiabilidad de un acontecimiento se halla generalmente sujeta a desacuerdo, pero
depende siempre de los intereses y de las necesidades del aparato informativo y del
periodista”, afirmó Wolf (Wolf; 1987, pp. 220). Y a su vez expresó que “es noticia lo que –
hecho pertinente por la cultura profesional de los periodistas- es susceptible de ser
trabajado por el aparato sin excesivas alteraciones y subversiones del normal ciclo
productivo” (Wolf; 1987, pp. 217).

Si bien, existen otros autores que afirman que los criterios de selección de los
acontecimientos también deben estar supeditados a las preferencias del público (Gans;
1980, pp. 78-79). Por eso para de la Torre y Téramo, la “producción noticiosa es el
resultado de un proceso en el que entran en juego el conocimiento de los intereses y las
necesidades del público”, como así también la “capacidad que tiene el periodista de
entregar y procesar la información sin distorsionar la realidad, seleccionando y
jerarquizando lo que es noticia” (Téramo y de la Torre; 2006, pp. 84).

41
Para lograr otorgarle más transparencia al producto otorgado, el autor considera
fundamental el correcto uso de las fuentes de información, pieza clave en todo este
entramado. Por fuentes, Wolf entiende a “todas las personas que el periodista observa o
entrevista […] y las que proporcionan únicamente las informaciones de base o los apuntes
para una noticia” (Wolf; 1987, pp. 253).

Sobre las fuentes, López opina que “la potencia informativa del periódico se pone de
manifiesto […] en el número, la calidad y el pluralismo de sus fuentes de información”
(López; 1995, pp. 59). Por ende, la obtención y el buen uso de estas fuentes por parte del
periodista no sólo beneficiaran su trabajo, sino que también enaltecerán al medio de
comunicación en el que trabaje, en caso de que lo haga en uno.

Además de los valiosos aportes de Wolf, en los cuales muchos investigadores posteriores
cimentaron sus estudios, existen otros autores interesados en inmiscuidos en el tema.
Este es el caso de José Villamarín, periodista y académico, quien ha trabajado para el
Observatorio de Medios de Ciespal donde tuvo a su cargo la sección denominada
Carpintería Periodística. Buena parte de su trabajo consiste en analizar los mensajes
mediáticos y proponer maneras de elevar la calidad de la información. Para este analista,
lo que conecta el periodismo con la responsabilidad social es la promoción de los
estándares de calidad. Plantea los siguientes:

a. Contrastación y equilibrio de fuentes

b. Contextualización de hechos

c. Verificación de datos

d. Exactitud

e. Rigor idiomático

f. Separación entre información y opinión

42
Una de las maneras de cumplir con esta propuesta es poniendo en práctica los
estándares de calidad o recomendaciones para un buen periodismo, a saber:
contrastación y equilibrio de fuentes, separación entre información y opinión, verificación,
contextualización, exactitud y rigurosidad idiomática. Estándares que, de hecho, forman
parte de la práctica periodística diaria, constan en cualquier manual de estilo e incluso en
los códigos de ética de prácticamente todos los medios de comunicación del mundo
(Villamarín; 2013, pp. 25).

Como Villamarín, existen otros afluentes que se refieren a la calidad desde diversas
miradas. Tal es el caso del sociólogo Denis McQuail, que encara el concepto de calidad
desde el “interés público” desde una mirada cultural occidental acerca del rol que cumple
la información en la sociedad. La libertad, la igualdad, el orden y la solidaridad se
destacan en ese análisis (McQuail; 1998, pp. 23-66, 108-126).

El sociólogo alemán Winfried Schulz, entiende a la calidad periodística desde tres ítems:
1) la disponibilidad de recursos adecuados para realizar un buen trabajo periodístico; 2)
un ordenamiento político y legal que proteja y garantice la libertad de los medios de
comunicación; 3) la adhesión total del periodista al cumplimiento de unos estándares
profesionales (Schulz; 6-7 de Octubre del 2000). A su vez este autor remarca la
importancia de la diversidad y la objetividad, valores fundamentales para Schulz,
conectados a la libertad y la igualdad que aseguran que el periodismo se desenvuelva en
una sociedad participativa y democrática.

En sintonía con lo expresado por Schulz, el polaco Leo Bogart (Bogart; 2004, pp. 40-45)
afirmó que el respeto y la adhesión a determinados estándares de funcionamiento
aceptados por la generalidad a través de un reconocimiento de los méritos logrados por
los mismos, determinarían el sello de calidad a la hora de presentar un producto.

En mayor o menor medida, la mayoría de los autores coinciden en le necesidad de que


los periodistas logren ceñirse a algún tipo de esquema o tabla conceptual de valores para
lograr guiarse por los mismos y lograr exponer un trabajo periodístico de calidad. Estos
valores, claro está, deberían ser previamente debatidos y aceptados por las máximas
autoridades y la generalidad del espectro periodístico.

43
De la misma manera piensa el norteamericano Robert Picard, para quien la calidad
periodística es un concepto abstracto y lleno de aristas y complicaciones a la hora de
buscar una definición certera. Para el escritor la calidad no sólo puede estar relacionada
con el contenido y a los métodos periodísticos para hacerse de la información (sobre todo
el uso de las fuentes, destacado por Wolf), sino también a las actividades relacionadas
con el propio medio de comunicación, como, por ejemplo, la calidad de la impresión, la
estrategia de venta, la eficacia tecnológica y técnica, etc. (Picard; 2004, pp. 54-66). De
todas maneras, esas son cuestiones ajenas a la actividad periodística profesional, pero
que sin embargo influyen a la hora de evaluar el producto final.

Respecto al proceso de selección de noticias en sí mismo, Wolf lo ha comparado con un


“embudo”. En ese embudo “son introducidos muchos datos, pero sólo una cantidad
limitada pasará el filtro”. También, el autor hizo una analogía con un “acordeón”,
argumentando que “algunas noticias son añadidas, cambiadas de sitio, incorporadas a
último momento” (Wolf; 1997, pp. 277).

En mayor o menor medida, estos son los conceptos con los que la mayoría de los autores
considera que debe analizarse la calidad periodística. Será fundamental entonces, por
sobre todas las cosas, la correcta utilización de los criterios de selección de noticias y una
concienzuda consulta de las fuentes de información para lograr que lo publicado responda
a estos conceptos y se logre presentar un producto periodístico de calidad que no sólo
beneficie al medio, sino también y en mayor medida, al periodista.

44
CAPÍTULO 3

La calidad de la información y el panorama actual

Para algunos estudiosos, el horizonte de estos tiempos no otorga garantías en cuanto a la


calidad de la información, o se ven muy escasos ejemplos. Esto fue expresado por José
Manuel Pablos de Coello, catedrático de Periodismo de la Universidad de La Laguna en
España, y por Concha Mateos Martín, especialista universitaria en Comunicación y
Gestión Política de la Universidad Complutense de Madrid, y doctorada en Ciencias de la
Información, también de la Universidad de La Laguna.

Para los autores “el periodismo está en crisis”. Ya que “el producto informativo que están
ofreciendo actualmente los medios de comunicación no responde con garantías a las
exigencias que un periodismo de calidad marca”. Esos tips de exigencia son “veracidad,
actualidad, interés público, comprobación, contraste de fuentes, pluralismo y rigor” (Coello
y Mateos Martín; 2004, pp. 341). Hay que tener en cuenta que, si los medios no ofrecen
un producto de calidad, es porque, más allá de las directrices o las bajadas de línea, los
periodistas no están cumpliendo con estos requisitos.

Los catedráticos españoles expresan que los informadores de la actualidad no reparan en


el cumplimiento de esas normas fundamentales que hacen al buen periodismo, esas
medidas básicas que el público espera de ellos, tales como:
“- Que cuenten lo que ven o lo que les dice quien vio o lo sabe. Y que lo hagan con
respeto hacia los intérpretes de los hechos, hacia los lectores, hacia su medio y hacia su
profesión. Hacia el periodismo, en suma.
- Que, si no lo entienden, lo analicen, lo estudien, lo contrasten, lo fundamenten, lo
consulten. Se aclaren antes de transmitirlo.
- Que procuren consultar con quien está capacitado, reconocido y autorizado por
sus conocimientos y su demostrada fiabilidad (especialistas, estudiosos, expertos,
institutos, bases de datos, etc.)
- Que cuando cuenten lo que les cuentan digan expresamente quién se los ha
contado. No vale la fuente anónima sin más.
- Que si no pueden decir quién se los ha contado, digan por qué no lo pueden decir.

45
- Que cuando sólo cuenten lo que les ha contado una fuente, lo adviertan, adviertan
que están ofreciendo una versión, no una verdad fruto del cruce de varias
versiones.
- Y que cuando quien les informan a ellos tiene intereses en lo contado, los
expresen, detallen esos intereses” (Coello y Mateos Martín; 2004, pp. 345).

Con una postura crítica, el dúo ibérico detectó ciertas falencias que los periodistas
cometen en el día a día. Por ejemplo, han expresado que “al periodista no le gusta
redactar” y que “prefiere copiar literalmente la nota que le llega”. A su vez, notan aspectos
relacionados con la falta de recursos e inclusive con la negligencia.

“El periodista quisiera redactar y además sabe cómo hacerlo, pero no tiene tiempo ni
medios para trabajar la pista que le ha dado la nota de prensa y, sin embargo, tiene que
llenar el espacio que le han asignado”, comentaron los autores. También, relativizaron
estos problemas, ya que no les han caído con toda la culpa a los trabajadores de prensa,
sino que también el entorno influye en el bajo nivel. “El periodista ha intentado trabajar la
pista que le ha dado la nota de prensa, pero su jefe le ha dicho que no pierda tiempo”,
redactaron Coello y Mateos Martín (Coello y Mateos Martín; 2004, pp. 347), evidenciando
el poco cuidado que las propias autoridades que manejan los medios de comunicación
ponen en el correcto tratamiento de la noticia.

Teniendo en cuenta la relación laboral y el mensaje que se baja desde las empresas
periodísticas, proponiendo medidas rutinarias y tratando al preciado bien de la información
como mercancía, teniendo en cuenta que “la buena información es costosa”, los autores
se preguntan: “¿Están capacitados los profesionales del periodismo para afrontar el reto
de hacer buen periodismo, o sea, para hacer periodismo y no convertirse en correas de
transmisión mediáticas de las entidades de todo tipo convertidas en fuentes interesadas
de material periodístico?” (Coello y Mateos Martín; 2004, pp. 348).

Seguramente la respuesta esté en cada uno, pero a veces les resulta difícil a los
periodistas escapar del aparato mediático en el que se encuentran, poder expresarse por
fuera de una estructura comunicacional que se auto solvente, como lo son los medios
actuales, puede resultar muy costoso y altamente complicado. De todas maneras, las
culpas están repartidas en el escenario presente.

46
Esto resulta sin dudas un gran inconveniente para los periodistas que no pueden ejercitar
correctamente la tarea diaria de redactar, de escribir una noticia. “Los periodistas que no
redactan dejan de ser redactores y un periódico sin redacción es como un automóvil sin
ruedas; no funciona”, afirmaron.

“Los redactores no redactan porque redactar no es copiar notas ajenas: esos redactores
se transforman en copistas, que es un tipo de personal más barato para el empresario
que sueña con aumentar beneficios sin percatarse de que el periodismo, la prensa, los
medios informativos, a pesar de ser empresas con un fin comercial, son también un
servicio público, de modo que no es comparable una empresa periodística con una
empresa que vende chorizos o alpargatas, aunque hay muchos editores que lo confunden
y que piensan que el periódico es una empresa de ese tipo, porque algunos de ellos
tienen mentalidad de traperos”, expresaron con dureza los expertos (Coello y Mateos
Martín; 2004, pp. 352).

De esta manera ambos autores plantean lo que sucede en la actualidad; ni desde los
dueños de las empresas periodísticas ni desde los periodistas se hace algo por cambiar la
situación. Si bien el trabajo se basa en lo que sucede en España, lo que ocurre en
Argentina no va mucho más lejos, teniendo en cuenta que resulta muy dificultosa la
situación para los periodistas, como así también la chance de encontrarse con medios
pluralistas, que busquen la diversidad de voces y presenten la información sin
distorsionarla, tratando de lograr la máxima objetividad posible, más allá de la ideología
que cada medio tenga.

Cabe recordar que los primeros perjudicados en este sentido, son los propios
consumidores, el público. La American Society of Newspaper Editors (Asne) realizó un
estudio de tres años para lograr descubrir las causas de la disconformidad del público
para con los medios.

Según esta investigación, el público percibe los siguientes errores:

“- Se observan demasiados errores factuales y faltas gramaticales en los medios.

47
- Se percibe que los diarios no demuestran respeto y conocimiento de su público.

- Se sospecha que el punto de vista y el sesgo del periodista influyen en las


historias y cómo deben ser reporteadas.

- Se cree que el medio busca y sobredimensiona las historias sensacionalistas


porque son atractivas y venden y cree que éstas no merecen la atención que se
les da.

- Se percibe que los valores y prácticas de la sala de redacción a veces entran en


conflicto con las prioridades del medio.

- Los miembros del público que han tenido alguna experiencia con el proceso
informativo son los más críticos con la credibilidad medial”22.

Este tipo de estudios pone de manifiesto la opinión que tienen los ciudadanos para con
los medios, una opinión que no se da sólo en España o Argentina, sino que también en
países pioneros en el periodismo ocurre la misma situación. De hecho, no sólo el público
realiza la misma crítica, sino que también la misma nace desde el seno de los periodistas.

El Pew Research Center realizó un estudio en 1999 con resultados similares al hecho por
la Asne. El 40% de los periodistas sostuvo que las crónicas están repletas de errores
factuales y de reporteo mal hecho o descuidado. Por otro lado, el 69% de los periodistas y
editores de prensa en el ámbito nacional que fueron consultados coincidieron en que la
brecha entre la información y la opinión se ha desdibujado23.

En la consideración de Coello y de Mateos Martín, la información de calidad debe


responder a varios preceptos que la relacionan con la vida en democracia. Estos ítems
son:

22
Examining our credibility, why newspaper credibility has been dropping. A report for the American Society
Newspaper Editors, Urban & Associates, Inc., 1998.
23
Striking the balance, The Pew Research Center for the People and the Press, 1999.
www.people_press.org/press99rtp.htm.

48
“- La posibilidad de contrastar puntos de vista diferentes.

- El acceso a información de calidad.

- La publicidad de los acontecimientos frente a toda forma de secretismo.

- La participación lo más completa posible en los procedimientos de selección


colectivos” (Coello y Mateos Martín; 2004, pp. 353-354).

En última instancia, vale citar un párrafo que ambos autores confeccionaron y que sirve a
modo de cierre, para darle un correcto epílogo a las ideas expresadas hasta aquí.

“Los ciudadanos en democracia necesitan periodismo de calidad, información que les


permita conocer con veracidad lo que hacen sus encargados de la cosa pública, las
personas en las que han delegado el gobierno”, expresaron. Y además agregaron: “Nada
impide que además de publicarse información de calidad, en el escenario social fluyan
también otras publicaciones”. Para Mateos Martín y Coello “lo único que necesitan los
ciudadanos es saber dónde está la información veraz”.

Pero no sólo debe ocurrir esto en el plano del periodismo político, también en el de
espectáculos, en el de sociales, en el de economía y finanzas, en el deportivo. Todos los
ciudadanos merecer acceder a una información precisa, clara, veraz y provista de calidad,
es un derecho que comprende a todos y es la responsabilidad que les cabe a los
periodistas y a los medios de comunicación.

Propuestas para un periodismo de calidad

Con la misma visión crítica de la actualidad, se pronunciaron miembros de la Federación


Internacional de Periodistas (FIP) en una declaración sobre políticas para la cumbre
mundial de las Naciones Unidas sobre la sociedad de la información en Febrero de 2003.
Entre sus observaciones principales, la FIP opinó que la calidad de la información “se está
reduciendo a causa de una excesiva comercialización y una incapacidad para invertir en
periodismo profesional y mantener condiciones de trabajo seguras y equitativas para el
personal de los medios de comunicación” (FIP; Febrero de 2003, pp. 4).

49
A su vez, la federación se pronunció acerca del derecho a la información por parte de los
ciudadanos. Los mismos “gozan del derecho de poder recibir información fiable y
adecuada que no esté en controversia con las leyes nacionales que rigen la libertad de
expresión”. En este punto se hizo especial hincapié a la aplicación de “las leyes que
proporcionan la libertad de expresión y opinión y la protección de los derechos culturales”
(FIP; Febrero de 2003, pp. 6).

Algunas de las recomendaciones aportadas por la FIP en esa exposición, se centraron en


diversas cuestiones como la ética, la formación y la autorregulación. Valen destacar los
ítems número 14, 15, 17, 20 y 21 que rezan:

“14) Se puede garantizar la calidad de la información mediante un apoyo cada vez mayor
los medios de comunicación independientes y profesionales, que trabajan con las más
elevadas normas profesionales y éticas.

15) Por otra parte, que la información sea útil y para probar adecuadamente su
credibilidad, se debe obligar a los proveedores de servicios de información que den a
conocer los orígenes y la propiedad de toda la información que se pone a disposición del
público.

17) El reto para los medios de comunicación es el de crear un marco mediante el cual el
papel tradicional del periodismo de proporcionar un filtro profesional se extienda a la
recolección, almacenamiento y difusión de la información electrónica. Este marco, exigirá
nuevas iniciativas en el campo de la formación periodística […].

20) La FIP insiste que la autorregulación proporciona la forma más efectiva, profesional y
democrática para mantener la calidad y las normas en el periodismo. Recomendamos con
insistencia que los procesos de autorregulación existentes se consoliden para tomar en
cuenta los nuevos servicios de información y las publicaciones transnacionales […].

21) Para salvaguardar la calidad y la profesionalidad se debe aplicar la independencia


editorial a los nuevos servicios informativos. En este respecto, sería útil el estudio de los
códigos existentes, por ejemplo, los que cubren los contenidos editoriales o la publicidad,

50
así como su efectividad en el mantenimiento de las normas” (FIP; Febrero de 2003, pp. 9-
10).

En lo concerniente al pluralismo y la diversidad cultural, la FIP insistió en que las leyes


deben tomar un nuevo sentido para “promover condiciones de mercado justas y
competitivas que garanticen el pluralismo de opiniones y la libertad de acceso” (FIP;
Febrero de 2003, pp. 10). Este aspecto es uno de los que se intentó mejorar en nuestro
país, con la promulgación de la nueva Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual N°
26.522, que vio la luz en 2009.

Otro de los puntos importantes para la federación, fue la de garantizar el derecho de la


propiedad intelectual, muchas veces obviado, sobre todo, en los portales web de noticias.
En última instancia, la FIP instó a la Cumbre Mundial a que:

“- Apoye las acciones para defender y mejorar los derechos de propiedad intelectual
establecidos y tradicionales de los periodistas y otros creadores en el contexto de los
nuevos servicios de información.

- Reconozca que la calidad de los servicios informativos depende de unas


condiciones laborales seguras, de seguridad laboral y justas para todos los que
trabajan en los sectores de la información, las comunicaciones y la cultura.

- Proporcionar un marco legal y normativo para proteger los derechos sociales y de


empleo de los trabajadores freelance y los trabajadores externos.

- Asegurar que todos los empleados –de media jornada, de jornada completa o los
freelance- estén habilitados para recibirá los beneficios de la legislación nacional e
internacional.

- Garantizar a las organizaciones sindicales el derecho a representar los intereses


de todos los empleados antes mencionados, incluidos aquellos que trabajan en
lugares remotos.

51
- Insistir que los cambios en la formación y la organización del trabajo se lleven a
cabo mediante la negociación con los sindicatos y que exista un enfoque integrado
para el desarrollo de los programas de formación requeridos” (FIP, Febrero de
2003, pp. 13-14-15).

A su vez, la federación insta a la producción de contenidos locales y regionales, contando


con la participación de todos los involucrados en la producción noticiosa para lograr “una
distribución justa de la información y el acceso a la misma a todas las personas” (FIP;
Febrero de 2003, pp. 16).

Una amalgama de proposiciones interesantes es la que reunió la Federación Internacional


de Periodistas, la cual nuclea a más de 500 mil trabajadores de prensa alrededor del
mundo. A la vez que realizan los reclamos correspondientes ante una entidad suprema
como lo es la Organización de las Naciones Unidas, las propuestas rodean todo lo
relacionado al mundo periodístico para asegurar de esta manera un mejor producto.

Insisten con la revisión y correcta aplicación de leyes, a la cooperación por parte de los
medios y hacen especial hincapié en la participación y la formación de los periodistas.
Claro está, sin ellos, no habría periodismo posible, los periodistas son los primeros
encargados de cumplir con estos mandatos y las propuestas realizadas por los diversos
estándares de calidad existentes.

Por otro lado, el Foro de Periodismo Argentino (Fopea), en su segundo congreso


internacional celebrado entre el 30 de Noviembre y el primero de Diciembre de 2007 en la
Universidad de Palermo, Buenos Aires, tuvo algunas consideraciones para con los
estándares profesionales y los indicadores de calidad periodística. Varias de estas fueron
expuestas por el presidente de la federación, Gabriel Michi, en el prólogo de apertura de
la versión digitalizada del encuentro, realizado un año después.

Para el directivo resulta indisoluble la unión que deben tener la ética y el rigor periodístico
a la hora de pensar en un periodismo de calidad. Y cuando se habla de rigor, Michi se
refiere a que “no sólo lo que se informe sea cierto”, sino que también “la forma en que se
transmite se ajuste de la mejor manera a la realidad”. O sea, de qué manera se explica el
tema (con un uso adecuado del lenguaje) y cómo se lo contextualiza. De qué forma los

52
periodistas utilizan las armas que les da la profesión para lograr un periodismo de
precisión, una de las claves para lograr un periodismo de rígor, según el autor, está en
contar con una amplia y múltiple gama de fuentes, tal como otros autores expresaron
previamente (Michi; Septiembre de 2008, pp. 6).

Michi también hace referencia al criterio de selección, del cual ya se han referido otros
autores citados previamente en este trabajo. Pero, fundamentalmente, a lo que alude el
directivo de Fopea para que todas estas condiciones del buen periodismo estén dadas, es
a “la capacitación permanente por parte de los periodistas”. Una capacitación que
“además de enriquecerlos, es un deber ético del profesional de prensa, dado el lugar que
ocupa en la sociedad” (Michi; Septiembre de 2008, pp. 6).

El presidente de Fopea, insiste en esta cuestión diciendo que “la capacitación mejora las
competencias y herramientas comunicacionales de estos actores”. Por eso hace hincapié
en que “los periodistas deben profundizar sus estudios –si es posible con formación
académica y universitaria- de manera que también alcancen una mayor autoconciencia de
la profesión” (Michi; Septiembre de 2008, pp. 6).

Aquí el periodista presenta un elemento clave, como lo es la formación. Tal como lo han
expresado otros autores como Wiñazki o Real Rodríguez páginas atrás, el deber que
tiene el periodista y el lugar que ocupa dentro de la sociedad merecen que quien se siente
delante de un micrófono, en frente de una cámara, o ante el teclado de una computadora
cuente con las herramientas esenciales para lograr un producto de calidad. Esto sólo
puede darse con la necesaria competencia del quehacer diario en cuanto a la práctica, y
con la formación teórica que otorga la academia. Esta tarea híbrida es fundamental, ya
que una parte no puede convivir sin la otra.

“En la combinación de capacitación y responsabilidad, existe todo un campo que sostiene


que, al tener mayores conocimientos sobre el tema que se aborda, además se logra un
mayor compromiso, por el cual no sólo se busca dar la información acerca de un
problema, sino también sus potenciales soluciones”, expresó Gabriel Michi, para culminar
su ponencia (Michi; Septiembre de 2008, pp. 6).

53
Además, Michi se expresó sobre temas tales como la labor del periodista en la
construcción de ciudadanía, la garantización de la pluralidad de voces para evitar los
monopolios o los oligopolios, la reivindicación de los valores democráticos, la fomentación
de la figura del Defensor del Público y la insistencia por parte de las empresas y de los
mismos periodistas al periodismo de investigación, lo cual, según el autor, lograría darle
un salto de calidad a la labor del profesional de prensa. Así como también remarcó como
importantes, cuestiones como la autocorrección y el derecho a réplica (Michi; Septiembre
de 2008, pp. 6-7-8-9).

Sobre el final, el directivo realizó una serie de proposiciones expuestas luego de los dos
días de debate realizados en el congreso. Este apartado llamado de “compromiso con la
calidad”, trabajó en área tales como: la ética, la política de errores, la agenda, la
transparencia, las citas, el marco laboral y las lenguas (Michi; Septiembre de 2008, pp. 10
-11).

A su vez, se redactaron una serie de ítems concernientes a la responsabilidad tanto del


periodista como de los medios de comunicación con la información. Como este trabajo
pone su énfasis en la actividad profesional de los periodistas, vale mencionar, aunque
sea, los puntos que tienen que ver con los trabajadores de prensa:

“A) Origen de la información:

1) Toda noticia debe estar atribuida a una fuente oral (cita en forma on the record si
es posible) o documental. Los receptores tienen derecho a conocer el origen de la
información. Esta es una norma básica del contrato de los periodistas con los
lectores, televidentes u oyentes.

2) Hay que resistirse a conceder el off the record, que puede ser contemplado sólo
cuando esté en peligro la vida, la integridad física, la estabilidad laboral de la
fuente o que se pueda recusar a un juez o fiscal entre otras circunstancias
importantes. El off the record se concede a pedido del entrevistado o fuente y no a
la inversa.

54
3) Todo trabajo basado en fuentes anónimas deberá citar al menos dos fuentes
independientes entre sí.

4) Nunca se publicarán ataques, opiniones descalificatorias o agresiones basados a


terceros en fuentes anónimas.

B) Responsabilidades adicionales del periodista:

1) En las noticias controversiales, como denuncias o críticas, deberá requerirse la


opinión del denunciado y publicarla. Si se niega, se informará a los lectores que la
gestión en tal sentido fue hecha.

2) Corresponde que el periodista se identifique como tal siempre que se va a citar el


testimonio de una persona en una nota. Se deberá tener el consentimiento del
entrevistado cuando se lo grabe.

3) Las citas textuales deben respetar fielmente lo que las fuentes dicen, tanto en su
contenido como en su espíritu, sin supresiones distorsivas. Cuando se trata de
fuentes no entrenadas para enfrentar a los medios, se evitará potenciar su
dificultad de expresión o mala praxis.

4) El periodista deberá consignar siempre el lugar en el que se encuentra para


reportear. Los hechos que no fueron presenciados o declaraciones que no fueron
obtenidas deberán ser atribuidos correctamente.

5) Copiar fragmentos de trabajos ya publicados por otros medios sin mencionar su


procedencia es una falta grave. Informar el hecho como un hallazgo propio es una
explotación deshonesta del trabajo ajeno.

6) Los periodistas deben tener una formación de suficiente nivel, preferentemente


universitaria, que les permita manejar todas las herramientas necesarias para
ejercer con calidad nuestra profesión. Los periodistas están obligados éticamente
a la capacitación permanente” (Michi; Septiembre de 2008, pp. 11-12).

55
En este sentido, la Red de Periodismo de Calidad de México propuso una Propuesta de
indicadores para un periodismo de calidad, planteada en el año 2006. Según el ente
periodístico, “aspirar a un periodismo de calidad es una necesidad para la consolidación
de las democracias”. Además, se encargaron de explicar que esta serie de propuestas
otorgan “mayores elementos para discriminar la multiplicación de informaciones, mayor
profesionalismo en el manejo del contenido e información más atractiva para el
ciudadano” (VVAA; 2006, pp. 18-19).

Divididos en dos grupos, esta serie de principios se desarrollan en cuanto a los factores
que dependen directamente del periodista, como así también los que dependen de su
entono. Al igual que en el caso anterior, vale resaltar los puntos que tienen que ver con el
trabajo del periodista:

“1) Principios que dependen directamente del trabajo del periodista, de la formación, el
compromiso, la ética:

a) Transparencia en los procesos de construcción y procesamiento de la información.

b) Verificación y contextualización de los datos y la información.

c) Investigación periodística.

d) Derechos y obligaciones en la relación entre los periodistas y sus directivos”


(VVAA; 2006, pp. 36-37).

En última instancia y con una orientación profesional basada en la escuela alemana,


María González expuso en su tesis doctoral una propuesta de carácter integral, la cual
engloba a la calidad formal, la calidad de contenidos y la calidad social. Aspectos
vinculados a la legalidad y a la deontología.

Su análisis se centra en tres aspectos: la diversidad (temas, protagonistas y ámbitos


geográficos), la independencia (origen de la información, tipo de fuentes, grado de
facticidad –a partir de la distinción entre hechos, afirmaciones y conjeturas- adecuación al
momento –currency o timeless- y relevancia). Y en último término, las cuestiones

56
vinculadas al proceso de elaboración (precisión, exhaustividad, número de perspectivas,
adecuación de los elementos adicionales y uso apropiado del lenguaje) (González; 2011,
pp. 258-345).

Con esta serie de propuestas, la autora plantea la posibilidad de la detección de posibles


errores en la faz técnica, en los contenidos y en la presentación y la transmisión de la
información.

57
CAPÍTULO 4

¿Cómo se mide la calidad de la información?

Se pueden analizar diversos parámetros, calificar a la calidad como un concepto difícil de


precisar. Exigir mejores productos periodísticos y mayor competitividad por parte de los
periodistas fundamentalmente, y también por el lado de los medios de comunicación. Pero
¿de qué manera puede medirse la calidad de la información? ¿Qué métodos existen o se
proponen para lograr tener ciertas certezas a la hora de hacer una evaluación?

Lo más importante de lograr confeccionar o instalar un sistema que permita analizar a


profundidad una publicación periodística o la expresión del periodismo en otros ámbitos,
sería la de lograr establecer una especie de listado que contenga los puntos
fundamentales a tener en cuenta para darle a la información el mejor tratamiento posible.
Además, tener presente este tipo de cuestiones, permitiría una nueva instancia
evaluatoria, más allá de la propia subjetividad derivada del gusto tanto de los pares o
colegas periodistas y el del mismo público.

De todas maneras y cómo lo ha expresado el profesor Héctor Borrat en relación a uno de


los métodos implementado llamado Control de la Calidad Periodística (CCP), el autor
afirmó que “la calidad de un periódico nunca se ha dar por supuesta ni, una vez
reconocida, por irrevocable y definitiva”. Y a su vez agregó que “no es su manera de ser
esencial, sino un atributo contingente”.

A forma de otorgar un panorama más abarcativo de su opinión, Borrat dijo: “El CCP de
mayor alcance es aquel que se despliega sincrónica y daicrónicamente, a lo largo de cada
temario, y de la secuencia de temarios de un periódico. La calidad de un periódico es
inseparable de la calidad de sus textos, y, por tanto, de sus autores, sus fuentes y sus
lectores” (Borrat; 2005, pp. 8).

Esta postura habla a las claras de lo que han expresado otros autores anteriormente, si
bien se han desarrollado varios métodos para medir la calidad de la información, las
aristas que componen el todo son muchas y ningún método puede garantizar una correcta

58
valoración que pueda ser aceptada tanto por el público como por toda la comunidad
periodística y comunicacional.

El Consejo de Calidad Informativa y las Etiquetas de Calidad

En la zona de las propuestas aparecen nuevamente Coello y Mateos Martín, que en el


mismo trabajo publicado en la revista Ámbitos en 2004, proponen analizar la calidad
periodística desde distintos planos. En primer lugar, piensan apropiado rotular a cada
publicación con una Etiqueta de calidad, que ahondaría en tres índices: el índice laboral,
el índice periodístico y el índice empresarial, tratando de abarcar de esta manera todo el
espectro que nuclea al quehacer periodístico diario.

Cada índice contiene los siguientes ítems:

“Índice Laboral: Mediría las condiciones de la plantilla de redacción:

1) Número suficiente.

2) Productividad adecuada.

3) Cualificación profesional actualizada.

4) Especialización acorde con los contenidos de la publicación.

5) Normas: libros de estilo, estatuto de redacción, defensor del lector.

6) Conflictividad laboral.

7) Salario justo.

8) Turnos y jornadas de dedicación racionales.

9) Vacaciones y tiempo libre del personal homologables.

59
Índice periodístico: Mediría la calidad de las informaciones:

1) Pluralidad de fuentes utilizadas y citadas.

2) Frecuencia de uso de fuentes corporativas.

3) Uso de bases documentales primarias.

4) Porcentaje de temas propios.

5) Grado de cumplimiento normativo (códigos éticos y normas de autorregulación).

6) Porcentaje de periodismo de investigación,

7) Libertad de redacción en sus cometidos.

8) Continuidad de las informaciones ofrecidas.

9) Grado de corrección lingüística.

Índice empresarial: Contabilizaría el papel del empresario ante la información:

1) Composición de intereses accionariales insertados en el diario.

2) Cuenta de resultados publicada y bien a la vista, no escondida.

3) Datos de distribución y ventas expuestos al lector en el propio periódico” (Coello y


Mateos Martín; 2004, pp. 359-360).

El objetivo sería colocar estas etiquetas en todos los ejemplares de la publicación, así
como también un órgano de carácter pluralista, controlaría la asignación de dichos rótulos.
A su vez, se otorgarían distintas categorías:

60
“- Medio de referencia. Un periodismo que se destaque por una producción
especialmente rigurosa, cuidada, ética, pluralista, veraz e investigadora.

- Medio de calidad. Aquel que cumpla con respeto los preceptos del periodismo, sin
llegar a destacarse.

- Medio popular. Para aplicarlo al periodismo correcto pero simplificado, de temática


general, poco especializado y común denominador de lectura muy accesible a
todo tipo de lectores.

- Medio sin clasificar. Aquel que se somete al control del Consejo de Calidad
Informativa y, por tanto, mantiene un mínimo de calidad, pues no se le retira la
etiqueta, pero presenta deficiencias en algunos indicadores o está en proceso de
reconversión de calidad” (Coello y Mateos Martín; 2004, pp. 360).

La propuesta constaría en realizar un control mediático periódico y que los medios tengan
la posibilidad de subir de categoría a través de sus méritos o a través de una petición, de
esta manera, el ascenso se otorgaría luego de la revisión de un comité evaluador. A su
vez, se trataría de coordinar un trabajo mancomunado junto a los observatorios de medios
para publicar guías de calidad, además de las clasificaciones de las distintas empresas
periodísticas.

Para dicha tarea, además de los observatorios de medios, se crearía el Consejo de


calidad informativa (CCI), con el objeto regular la calidad de dichas publicaciones. Este
ente formado por especialistas, trabajaría “por y para los lectores” y tendría en cuenta
cuestiones como “averiguar los ingredientes y el proceso de elaboración, vigilar el
cumplimiento de las normas éticas y de autorregulación, hacer análisis comparativos de
medios, medir indicadores de calidad”, etc.

“El Consejo de Calidad Informativa necesita ser un órgano independiente y contar con una
composición equilibrada de:

- profesionales de prestigio,

61
- representantes de los lectores,

- representantes sociales (gobierno, sindicatos, empresarios),

- así como un porcentaje del diez por ciento de miembros honoríficos vinculados a
instituciones culturales defensoras o protectoras de la lengua, la ética, los
derechos fundamentales, etc.” (Coello y Mateos Martín; 2004, pp. 361).

En último término y para garantizar la pluralidad, Mateos Martín y Coello proponen que la
financiación de dicha entidad sea de fuentes variadas, contando obviamente con un
natural aporte del Estado, que debería ser el principal interesado en que los medios y sus
periodistas trabajen de manera correcta, para garantizar el derecho a la información por
parte de los ciudadanos.
Y en referencia al público, los autores proponen que sean una parte activa de esta tarea,
que no sólo se sienten en sus casas a leer y dar el visto bueno o criticar, sino que también
participen. Para eso, se crearía la Asociación de lectores de los medios, para garantizar la
activación de los lectores (Coello y Mateos Martín; 2004, pp. 361).

Los observatorios de medios

La creación de estos espacios consistiría en “asociaciones de especialistas, con


intervención libre de lectores concienciados del valor primario de los medios informativos
e interesados vivamente por la permanencia de la prensa de calidad”.

El proyecto fue ideado por el reconocido periodista y catedrático español, Ignacio


Ramonet, quien le otorgó el nombre de Media Global Watch (MWG) al órgano en
cuestión. Dicho ente sería una “asociación civil, de derecho privado, de carácter socio-
político sin fines lucrativos”, según reza el primer artículo de un de sus estatutos.

En el segundo apartado, el observatorio establece sus intenciones: “El MWG tiene como
objetivos principales: fiscalizar la media, en cualquiera que sea su medio de
comunicación, luchar por un periodismo ético y libre, en el ámbito local, nacional e
internacional, además de fomentar la creación de otras asociaciones civiles de igual
naturaleza, en todos los países del mundo” (Coello y Mateos Martín; 2004, pp. 362).

62
Una de las formas que la MWG propone para observar a la prensa, es simplemente la de
“leer el periódico”, sólo que con mucha atención y minuciosidad ya que al hacerlo de esta
manera el diario empieza a mostrar “sus puntos débiles, sus errores, sus campañas, sus
formas de navegar por el mundo de la información periodística”. Los encargados de hacer
las evaluaciones de las falencias registradas por los responsables del observatorio o los
lectores, serán un grupo de fiscales que emitirán un informe del objeto de estudio que
será publicado en un sitio web para la consulta de los lectores o de los mismos redactores
del medio en cuestión o de cualquier otro medio que quiera conocer las apreciaciones
realizadas (Coello y Mateos Martín; 2004, pp. 362).

La participación del público

Para los autores “los lectores no pueden seguir quejándose de los periódicos, cuando lo
hacen, en sus círculos de amigos o al envío de una carta al director o al defensor del
lector”. Coello y Mateos Martín redoblan la apuesta y dicen: “No se puede acabar ahí su
compromiso con la calidad informativa, con la perdurabilidad del periódico como modelo
de transmisión informativa” (Coello y Mateos Martín; 2004, pp. 363).
De esta manera los españoles instan a la participación activa de los lectores, con
propuestas que surjan por parte de los observatorios de medios. “Son muchos los lectores
y alta su capacidad de crítica y de comunicar apreciaciones de lo que han leído y de lo
que ellos saben o han visto cuando han sido testigos del acontecimiento que se narra”,
afirman Mateos Martín y Coello en su publicación.

Esta participación, que sería uno de los pilares de los observatorios de medios ya que no
se puede obviar que el diario se hace para la gente, se daría mediante foros de discusión
o listas de correos electrónicos en las que el público pueda opinar, consultarse entre ellos
y cotejar esas opiniones entre sí.

Más allá de que este trabajo se centre en la actividad profesional de los periodistas, no se
puede obviar que, si se habla de calidad, se debe incluir en los mismos términos tanto a
los medios de comunicación como a muchas otras variables que hacen al todo. Variables
de tipo laboral, legal, social y económico, pero por sobre todas las cosas, no se puede

63
obviar al público, porque para el público es para quien tanto el periodista como los medios
trabajan.

Por eso resulta interesante y saludable la propuesta realizada por Mateos Martín y Coello,
resaltando además el aporte de Ramonet que es un especialista en la materia. El
proyecto parece comprender todos los aspectos que rodean a la calidad y los pone de
manifiesto con instancias evaluatorias en todos sus puntos.

Es importantísimo no desviarse del último punto, que se centra en la participación activa


del público. Es innegable que tanto los medios como los periodistas, se deben por
completo a sus lectores.

El Valor Agregado Periodístico

En 2001, un grupo de investigadores de la Escuela de Periodismo de la Pontificia


Universidad Católica de Chile (encabezados por la ex decano y profesora de la Facultad
de Comunicaciones, Silvia Pellegrini), diseñaron la fórmula del Valor Agregado
Periodístico (VAP). El mismo es un sistema métrico ideado para medir la calidad
periodística según dos variables: la selección (pauta) y la creación (mensaje). Teniendo
en cuenta estos dos factores, se procede a la profunda observación y la posterior
evaluación para obtener resultados.

El objetivo de este grupo de investigadores al crear la fórmula denominada VAP-UC, era


“medir la calidad informativa con el objetivo de establecer la coherencia entre los intereses
del público consumidor de la información y la entrega noticiosa de los medios”. Además,
el equipo definió a su creación en estos términos: “El VAP se entiende como la capacidad
que tiene el periodista de entregar y procesar información sin distorsionar la realidad,
seleccionando y jerarquizando profesionalmente lo que es noticia, y las fuentes
involucradas en el hecho” (Alessandri y otros; 2001, pp. 112).

Al momento de enunciar la evaluación de un trabajo o publicación periodística


determinadas, “el mensaje se difundirá de manera comprensible y atractiva para el
público, contextualizándolo, profundizándolo y dándole el énfasis y el enfoque adecuados”
(Alessandri y otros; 2001, pp. 112).

64
Según el panel de expertos encargados de darle vida al VAP, el método fue creado
debido a las demandas por parte del público hacia el periodismo, argumentando que las
noticias no reflejan lo cotidiano, no se relacionan con la cultura actual o que la estructura
periodística no logra generar consensos sobre diversos temas de importancia. Tales
conceptos fueron revisados por el Asne en la investigación anteriormente citada, que
ponía de manifiesto la visión de los ciudadanos respecto de los medios de comunicación.

Además de la selección y la creación, los ítems que hacen a la medición del VAP tienen
que ver con el quehacer periodístico en su faz cotidiana como lo son pautear, reportear,
redactar, editar la información y diseñar su presentación (Alessandri y otros; 2001, pp.
115). Al verificar la dificultad que planteaba analizar estos conceptos por separado, se
optó por agruparlos y darles el nombre ya mencionado.

Sin embargo, no debe confundirse la intencionalidad de este proyecto con la de otros


realizados con la comparación de un medio, por poner un ejemplo, sudamericano con otro
reconocido a nivel mundial, como si se comparara el diario Página 12 con el periódico
estadounidense Los Angeles Times. La investigación “apunta a calificar la calidad del
valor agregado de una información respecto del grado de cumplimiento de parámetros
preestablecidos sobre la base de lo que un determinado medio es capaz de hacer y –
efectivamente- logra hacer” (Alessandri y otros; 2001, pp. 115).

Aquí aparecen nuevamente los conceptos marcados por autores como Wolf o Villamarín,
se ponen de manifiesto ese grupo de conceptos o valores que deben ser tenidos en
cuenta de modo preestablecido a la hora de evaluar la calidad de la información. Valores
que no sólo los medios deben respetar y hacer respetar, sino que fundamentalmente los
periodistas deben tener incorporados.

Fundamentalmente, y aquí aparece Wolf nuevamente en escena, se les pondrá especial


atención a los criterios de selección de fuentes; los mismos deben apuntar a la diversidad,
la pluralidad y el pluralismo, además de la verificación de datos, otra tarea importantísima
(Alessandri y otros; 2001, pp. 115).

65
En cuanto a la gama variada de fuentes, el grupo de expertos apunta a que comprendan
todo el espectro, clasificándolas en oficiales-institucionales, expertas y personales-
documentales, de la misma manera, se las deberá utilizar desde el punto de vista
ideológico (Alessandri y otros; 2001, pp. 116).

Este modelo se trabajó desde 1995, y se examinó desde todas las variables posibles para
poder idear un método muy afinado y que analice todas las aristas y que envuelven al
trabajo periodístico para poder determinar su calidad.

Ingrediente por ingrediente: El contenido neto del VAP

Quedó expuesto anteriormente que este método se centra, a grandes rasgos, en dos
conceptos fundamentales: el proceso de selección y el proceso de creación. Resta ahora
saber de qué manera se desglosan estos dos componentes.

Tres dimensiones existen para investigar el proceso de selección, las mismas son: el nivel
de selectividad de la noticia; los indicadores que se encargan de analizar el acceso a las
fuentes; los que dan cuenta de la equidad informativa (Alessandri y otros; 2001, pp. 118).

En cuanto a la selectividad, el tipo de noticia, el origen de la información y la relevancia


son sus indicadores. En cuanto a selectividad, los expertos se refieren a la capacidad
para diferenciar entre diferentes acontecimientos noticiosos, para dar cuenta de la pauta
informativa de cada medio, su originalidad y su diversidad informativa(Alessandri y otros;
2001, pp. 118).

Para el tipo de noticia, se utiliza la clasificación de las mismas en blandas (de limitado
interés noticioso) y duras (de gran relevancia) expuestas en el libro editado en
1999Televisión: La noticia se cuenta de Soledad Puente, una de las integrantes del staff
de expertos.

Para el origen de la información, se distinguen tres canales de afluencia de datos y se


valora en mayor medida a las publicaciones generadas por la investigación original. En

66
cuanto a la relevancia, la proximidad y la consecuencia son tenidas en cuenta,
consideradas conceptos complementarios a la hora de hablar de relevancia24.

También tendrá vital importancia el acceso que tengan los periodistas a la información,
cuestión que será revisada a través de las fuentes utilizadas para la construcción de la
noticia y el número de las mismas, el tipo de fuente y el aporte informativo hecho a la
noticia informativa (Alessandri y otros; 2001, pp. 118). En palabras de Gay Tuchman,
entre mayor número de fuentes, mejor trabajo. La metáfora de la red es usada por el autor
para graficar esta relación que resulta vital para la calidad informativa del periódico; el
periodista debe saber qué fuentes considera legítimas a la hora de informarse25.

La equidad, se refiere “al equilibrio informativo de la pauta en relación con los sectores
que dice cubrir el área temática respectiva del diario” (Alessandri y otros; 2001, pp. 118).
En última instancia, resta saber de qué manera se evalúa el proceso de creación, el cual
está determinado por el estilo, el contenido y el énfasis.

Con estilo los autores se refieren a la forma que adquieren las noticias al ser relatadas por
los medios. “Comprenden estructuras y elementos narrativos que son determinantes en el
momento de le elaboración de aquello que el periodista ha investigado y, así mismo, en la
manera en que el público consume las noticias” (Alessandri y otros; 2001, pp. 119). En
prensa gráfica, se consideran al foco, la estructura, la adjetivación y los verbos de
atribución para definir al nivel narrativo.

Con foco, los autores se refieren al acceso de la información en “términos de


desplazamientos espaciales y temporales” realizados por el redactor. La estructura tiene
que ver con las formas de ordenar los hechos dentro de una nota (sea mediante el uso de
la pirámide invertida, la estructura cronológica o de forma mixta) (Alessandri y otros; 2001,
pp. 120).

En cuanto al contenido, los autores del VAP citan palabras de la ABC News, que
aseguran que el mismo “no se limita al relato pormenorizado y veraz de lo sucedido; exige

24
Cfr ROZAS, Eliana (1997): La selección noticiosa, entre la importancia y el interés. Cuadernos de
Información N° 12.
25
TUCHMAN, Gay (1983): La producción de la noticia. Ediciones G. Gili, Barcelona.

67
también dar cuenta del contexto, los hechos y las causas que lo motivaron”26. En última
instancia, el énfasis o el enfoque tienen que ver con la importancia dada a determinados
temas. Según un estudio realizado por el Comitee of Concerned Journalists en 1997, los
medios norteamericanos les han otorgado mayor preponderancia a noticias relacionadas
con las celebridades y el entretenimiento4.

La utilización del VAP y sus resultados

En lo que a periódicos se refiere, cuando aún el sistema no estaba dispuesto de manera


completa, directivos del diario peruano El Comercio de Lima, solicitaron a la Escuela de
Periodismo de la Universidad Católica realizar un análisis de la calidad periodística del
diario. El trabajo estuvo a cargo de los profesores/as Gonzalo Saavedra, Soledad Puente,
William Porath, Francisca Alessandri, Cristóbal Edwards, Eliana Rozas y Silvia Pellegrini,
los autores del VAP.

El equipo de expertos analizó un total de 453 artículos periodísticos contenidos en las


portadas y cuatro secciones del periódico, elegidos a través del método de semana
construida (Stempel; 1989, pp. 125). El estudio se realizó entre el 5 de septiembre y el 23
de octubre del año 1999.

En ese entonces, se aplicó un instrumento que contenía 64 variables, 30 de ellas


correspondientes a los criterios de selección, 23 al proceso de creación y 11 descriptivas
o de identificación, algunas de ellas actuaban de manera independiente o como variables
de segmentación. En mayo de 2000 fueron entregados los resultados, en un seminario
interno realizado por el mismo periódico al cual asistieron directivos, editores y
periodistas.

Lo que indicaron los datos finales de dicho estudio fue que las distintas secciones de El
Comercio presentaban diferencias en los valores que obtenían las dimensiones del VAP,
y que los mejores índices se vieron reflejados en las noticias ubicadas en la portada y
algunas secciones especializadas, como la llamada Tema del Día (Alessandri y otros;
2001, pp. 117).

26
GARCÍA AVILÉS, José Alberto (1996): Periodismo de calidad: Estándares informativos en la CBS, NBC y ABC.
EUNSA. Pamplona, España.

68
Estudios de este tipo se extendieron por Latinoamérica y varios autores utilizaron el VAP
para medir la calidad en diversos países. Tal es el caso de Liliana Gutiérrez Coba y María
Teresa Téramo.

En el caso de Gutiérrez Coba, la colombiana seleccionó a los periódicos El Tiempo y El


Colombiano, y analizó notas periodísticas compuestas por título, bajada y desarrollo,
sumando también recuadros, gráficos o epígrafes en caso de que estuviesen ligados a la
nota en cuestión. Las unidades de muestreo seleccionadas fueron 14 ediciones diferentes
de cada medio, correspondientes al período comprendido entre Agosto y Noviembre de
2004. De El Tiempo se analizaron 680 unidades noticiosas correspondientes a 407 notas
periodísticas, mientras que de El Colombiano se tomaron 745 unidades divididas en 423
artículos (Gutiérrez Coba; 2006, pp. 35-36).

Más allá de los datos estadísticos y las tabulaciones realizadas por la autora, el análisis
de estos dos medios le dejó algunas conclusiones, unas positivas y otros aspectos que se
deben mejorar. Por ejemplo, dentro de las cuestiones positivas, Gutiérrez Coba destacó el
interés por identificar a los protagonistas del relato periodístico y a las fuentes, cosa que
“le da credibilidad a la información”.

Por otro lado, la doctorada observo poca predisposición de ambos medios para la
investigación y la ampliación de la agenda noticiosa, la cual observó que está muy
marcada por las fuentes, sobre todo las de carácter oficial o constitucional. A su vez,
remarcó falencias en las formas de narrar los hechos, a los cuales notó demasiado
escuetos y con falta de contextualización. También hizo hincapié en las falencias de
formación de los mismos periodistas, quienes se limitan a repetir lo expresado por las
fuentes y realizan pocos ejercicios de análisis, no de opinión, sino de análisis informativo
(Gutiérrez Coba; 2006, pp. 54-56).

En el caso de María Teresa Téramo, la profesora seleccionó a los dos diarios de mayor
tiraje y alcance de Argentina, como lo son Clarín y La Nación, y los comparó con un diario
regional del sector cuyano del país llamado Diario de Cuyo. Años más tarde, más
precisamente en 2009, Téramo amplió su investigación junto a Lidia de la Torre y le
aportó otras variables por fuera del VAP. El análisis constó de “1611 unidades noticiosas

69
(408 para Diario de Cuyo y 1203 para Clarín y La Nación), agrupadas en 399 unidades de
registro (100 para Diario de Cuyo y 299 para Clarín y La Nación)” (Téramo; 2006, pp. 61).

Obviando también todas las cuestiones netamente estadísticas, vale centrarse en las
conclusiones que Téramo obtuvo de su análisis. En el caso de Diario de Cuyo, la autora
destacó la variedad y la diversidad informativa del periódico, por otro lado, observó
debilidades a la hora de generar agenda, debido a la importante dependencia de las
fuentes por parte de los periodistas. En cuanto a las fuentes, destacó el buen uso de
fuentes testimoniales y expertas, como también el hecho del énfasis en publicaciones
cercanas geográficamente, con proximidad para el lector.

La estructura narrativa que observó fue la de la pirámide invertida, con una abundante
adjetivación, y el enfoque lo definió como informativo/ descriptivo, poniendo el énfasis en
lo fáctico por sobre lo especulativo. También, indicó que las publicaciones tienen un bajo
factor relacionado a lo humano y poco impacto, además remarcó falencias en la
contextualización y poca observación por parte de los periodistas.

En los diarios de mayor tirada, como lo son Clarín y La Nación, Téramo observó que la
selección noticiosa se produce respecto de la proximidad, el impacto, el factor humano y
el estatus de los implicados. Con más cobertura de noticias internacionales y más
iniciativa para generar agenda, estos medios marcan la diferencia a nivel recursos con el
humilde diario cuyano.

Las fuentes de expertos y testimoniales predominan y en lo narrativo, ambos se apoyan


en la estructura mixta, aunque también tienen una falta de contextualización. La
información tiende a inclinarse ante lo fáctico, con un marco descriptivo/informativo. El
tratamiento de la información se realiza para darle un alcance nacional y multinacional,
también suele predominar un único punto de vista, aunque algunas notas presentan
multiplicidad de miradas. Por último, la autora remarcó que el medio “no siempre concilia
entre los acontecimientos y su público, sino entre las fuentes y sus lectores” (Téramo;
2006, pp. 77-78).

Estos son algunos de los resultados que aportó el uso del VAP-UC como método para
medir la calidad de la información. Si bien ya se dijo que el concepto es algo abstracto

70
para definir, debido a la subjetividad y a la cantidad de aristas y aspectos que lo
conforman, esta es una forma interesante de tratar de analizar el periodismo actual en
busca de mejoras. Si una gran parte de la responsabilidad está puesta en los medios, que
son los que bajan su línea editorial, también les cabe a los periodistas tener en cuenta
este tipo de estudios, porque es parte de su responsabilidad para con la sociedad y para
con él mismo, el lograr un producto periodístico de la mayor calidad posible.

71
CAPÍTULO 5

La formación académica

Este capítulo se centra en una de las cualidades fundamentales que debe tener un
profesional de prensa para poder enfrentarse a la realidad cotidiana. Ya lo han marcado
los distintos autores citados y las diversas propuestas en búsqueda de un periodismo de
mayor calidad; el periodista debe poseer una capacitación y una formación permanente, sí
es de carácter académico, mucho mejor.

Tal y como lo han expresado diversos miembros de la comunidad periodística a los cuales
se les ha pedido prestada su voz para la conformación de este trabajo, atrás han quedado
los tiempos en los que los periodistas se formaban plenamente en la calle. Inclusive, las
históricas rispideces que se suscitaban entre los periodistas de oficio (de las viejas
generaciones) y los que llegaban a una sala de redacción contando con una experiencia
académica previa (de las nuevas generaciones), han quedado en el pasado.

Sin dudas que aún son útiles los consejos de aquellas viejas guardias, que albergaban a
los jóvenes bajo su ala y les explicaban el quehacer diario y cómo enfrentarse a las
diversas dificultades que otorga el trabajo de campo. Pero conforme las sociedades han
avanzado, se hace indispensable para el periodista tener incorporadas además de las
cuestiones prácticas, el bagaje teórico necesario para entender e interpretar de la mejor
manera la actualidad, comprendiendo además los procesos históricos, sociales,
económicos y políticos que la componen. Todo este conocimiento sólo puede ser
aprendido con la formación académica adecuada.

Tal es así, que hace más de 70 años que se inauguró la primera escuela de periodismo
en Latinoamérica. Fue en Argentina y se dio en el espacio de la Universidad Nacional de
La Plata (Marqués de Melo; 1988, Ferreira, Tilson y Salwen; 2000). Lo cual demuestra la
antigüedad que la enseñanza de esta disciplina de manera académica tiene hasta estos
días.

Un ejemplo de la preocupación acerca de la importancia de la buena formación de los


periodistas, se da en un informe publicado por la Organización de las Naciones Unidas

72
para la Ciencia y la Cultura (Unesco) publicado en 1958. Se trata de un estudio a nivel
mundial en el que participaron diversos autores, que indaga en las formas de enseñar el
periodismo en diversos países, así como también analiza propuestas para mejorar la
calidad educativa.

En una sección escrita por parte de la secretaría de la entidad, se hace hincapié en


algunas cuestiones fundamentales relacionadas con la necesidad de formación. “Ninguna
restricción debe dificultar el acceso a la profesión periodística […]. Sin embargo, los
participantes estiman que ese principio de libertad no excluye la necesidad, para los
principiantes que quieren dedicarse a la profesión, de poseer un nivel mínimo de cultura
general”.

Y en otro ítem, el órgano se explaya aún más sobre este tema: “Los que desean hacer
carrera en la información deben, en el momento de entrar a la profesión, saber
exactamente lo que pueden esperar de ella y lo que se espera de ellos” (Unesco; 1958,
pp. 15).

Además, ya en ese entonces, la Unesco consideró que “los cursos de perfeccionamiento


[…] constituyen probablemente en el inmediato el medio más eficaz para elevar el nivel de
la profesión en todas las regiones del mundo”. A su vez, se agregó que “la formación de
los periodistas debe responder a dos necesidades básicas: ofrecer a los interesados una
formación práctica en lo que respecta a las técnicas de la información; ofrecerles la
posibilidad de adquirir un conocimiento lo más amplio posible sobre las cuestiones que
tenga que tratar”.

Estos dos aspectos, deben “concebirse de manera que desarrolle en el periodista el


sentido de la investigación y de la objetividad en la exposición de las conclusiones de su
encuesta”. Además de “la costumbre de investigar y relatar todos los hechos y
acontecimientos sin omitir ninguno, y de hacer una distinción neta entre la información y la
opinión, de acuerdo con el más alto nivel profesional” (Unesco; 1958, pp. 16).

La Unesco, también propuso ciertos puntos a llevar a cabo para con las universidades
(como, por ejemplo, el estudio de los problemas relativos a la formación y sus posibles
soluciones) y la creación de Centros para la formación de Periodistas en los cuales se

73
apunte a lograr “elevar el nivel de formación y la educación de los periodistas de las
diversas partes del mundo”. Uno de los puntos que el órgano que se desprende de la
ONU consideró fundamentales, fue la capacitación de los distintos periodistas que
oficiarían de docentes, alrededor de diversos consejos, charlas, reuniones y experiencias
que les permitan cotejar los métodos de enseñanza implementados en otros puntos del
mapa (Unesco; 1958, pp. 17-18-19).

En una sección de la autoría de Marcel Stinjs, en ese entonces presidente de la


Federación Internacional de Periodistas, el autor se hace de la voz de las organizaciones
profesionales, las cuales expresaron que “una buena formación periodística, justificaría un
reajuste de sueldos y una mejora en el nivel de vida de las personas que se dedican a
esta profesión” (Stinjs; 1958, pp. 34).

Stinjs, también reconoce ciertas dificultades que a veces deben atravesar los recién
egresados cuando les toca el turno de abrirse paso en la faz laboral. “Los periodistas
formados en universidades se adaptan más lentamente a la disciplina de las redacciones
de periódicos. Con frecuencia no saben servirse de su formación académica”, manifestó.
Aunque, en contrapartida, dijo: “Sin embargo, la experiencia demuestra que la mayoría de
ellos sabe abrirse paso y que los que realmente tienen condiciones se adaptan
inmediatamente a las características de una profesión en la que la posesión de un título
universitario puede constituir una recomendación excelente” (Stinjs; 1958, pp. 35).

En la misma tónica, el autor citó las conclusiones a las cuales se llegaron en un congreso
celebrado del 23 al 25 de Mayo de 1953, organizado por el Instituto de Ciencia
Periodística, perteneciente a la Universidad de Amsterdam. Allí, se coincidió en algunos
aspectos relacionados con las Escuelas de formación de periodistas:

“a) en interés de las escuelas de periodismo deberían completar estas sus respectivos
planes de estudio con una formación universitaria de carácter general, y en particular
manteniendo íntimo contacto con las facultades o institutos de ciencias políticas y
sociales; b) la profesión misma (propietarios de periódicos y periodistas) deberían prestar
su colaboración sobre todo en lo que afecta al aspecto técnico de la formación
profesional, c) aunque no debería exigirse la previa asistencia a una escuela de
periodismo para ingresar en la profesión […], los directores de periódicos deberían, no

74
obstante, dar cierta preferencia a los jóvenes que hayan cursado en dichas escuelas”
(Stinjs; 1958, pp. 39).

Por otro lado, el entonces director del Departamento de Periodismo de la Universidad de


Carleton, en Ottawa, Canadá, Wilfrid Eggleston, se pronunció acerca de aquella vieja
leyenda que dicta que el periodismo se aprende trabajando. “El inconveniente de este
método tradicional […], es que tiende a limitar el desarrollo intelectual del periodista”,
afirmó el también presidente de la Canada Foundation por aquellos años.

“Con este sistema, cualquier joven talento puede convertirse en un periodista sumamente
capaz. Podrá conseguir grandes éxitos como reportero fidedigno y objetivo de los
sucesos. Pero cuando se compliquen los sucesos y situaciones que deba relatar, podrá
encontrarse frente a un muro sin puerta, o frente a una puerta para la cual no tiene llave”,
aportó para cerrar la idea (Eggleston; 1958, pp. 46).

De todas maneras, Eggleston admitió que la formación académica no es ninguna garantía


de resultados. “Las escuelas pueden fallar en muchos sentidos. Los gastos que entrañan
los recursos universitarios excluyen a muchos prometedores candidatos. A veces la
enseñanza literaria que se da no es de la calidad requerida o el nivel medio es muy bajo
resultando que el graduado carece hasta de una buena formación general”, opinó.
Sumado a esto, el autor se refirió a los problemas en la enseñanza de los aspectos
técnicos del periodismo, factor que para Eggleston recae en los profesores. “No todos los
profesores han sido buenos periodistas y no todos los periodistas son buenos profesores”,
afirmó (Eggleston; 1958, pp. 48-49).

En una sección que se adentra en las distintas formas de hacer periodismo en diversos
países, Juan Valmaggia, en ese entonces sub director de La Nación, se encargó de
analizar los casos de América Latina. El periodista hizo referencia al Primer Congreso de
la Prensa Nacional, celebrado en 1901, en el cual Estanislao Zeballos y Manuel Carlés,
directores de La Prensa y La Nación respectivamente, resolvieron la fundación de “una
universidad libre y una escuela de periodismo”.

La ya nombrada Universidad de La Plata dio el primer paso y luego la siguió la de Buenos


Aires, que la inauguró el 25 de mayo de 1934 bajo el nombre de Instituto Grafotécnico, en

75
ese entonces, se encargaba de la formación de ilustradores, traductores y correctores,
luego se dio paso a la Escuela Superior de Periodismo. Allí se procedía a la toma de un
examen de ingreso a los interesados (Valmaggia; 1958, pp. 134-135).

La Escuela Argentina de Periodismo de La Plata, fue mutando su plan académico hasta


que en aquellos años en los que se realizó el estudio, constaba de lo siguiente: bastaba
haber cursado la enseñanza primaria para ingresar, la carrera tenía una duración de tres
años con materias divididas en tres categorías; específicas (las que se refieren
exclusivamente a la profesión), culturales (geografía humana, sociología, derecho,
historia, etc.) y las prácticas (arte tipográfica, información gráfica, inglés y ejercicios de
redacción en todas sus formas) (Valmaggia; 1958, pp. 135-136).

Por su parte, en 1950 el Sindicato de Prensa Argentino creó una escuela que luego se
dividió en dos instituciones de carácter privado. Uno de ellos siguió funcionando en el
edificio del sindicato y en 1958 contaba con un plan de tres años, uno de ellos
preparatorio, integrado por materias de cultura general y otras técnicas. Allí asistían 88
alumnos y había 14 profesores a cargo de ellos.

El segundo establecimiento tenía aspiraciones de convertirse en una cooperativa. La


dirección estaba compuesta por periodistas y profesores a cargo de asignaturas
culturales. La investigación se llevó a cabo un año antes, en 1957, y unos 180 alumnos
supervisados por alrededor de 50 profesores integraban el cuerpo académico. Para
quienes habían cursado la escuela primaria, el plan de estudios era de dos años a modo
de ciclo preparatorio, para quienes habían cursado tres años de enseñanza media en
escuelas normales, liceos, escuelas de comercio o industriales, y para quienes habían
cumplido con los dos años mencionados, podían cursar otros tres años más. Diez
materias técnicas o culturales más dos idiomas extranjeros (que podrían ser francés,
alemán, italiano o inglés) componían el cursado. Ambas escuelas editaban un periódico
desde el mismo seno del establecimiento (Valmaggia; 1958, pp. 136).

Además, hubo experiencias en otras provincias como Tucumán y en la región de Cuyo.


Por otro lado, el Ministerio de Comunicaciones había establecido escuelas teóricas para la
enseñanza de las funciones de un redactor de radio y de locutor, actividades para las
cuales se exigía un certificado de competencia. En aquella década el Ministerio de

76
Trabajo les otorgaba un carnet a los periodistas, aunque para obtener ese carnet bastaba
con trabajar en un periódico, al cual se ingresaba a elección del director o el editor
(Valmaggia; 1958, pp. 136-137).

En otros países de Latinoamérica como Ecuador, en las facultades de Filosofía y Letras


de las Universidades de Guayaquil y Quito, se podía participar del bachillerato para los
cursos de periodismo. En República Dominicana, la Escuela de Periodismo pertenecía a
la Faculta de Filosofía y Letras de la ciudad de Trujillo. Estos cursos basados en el
bachillerato, hacían hincapié en las artes gráficas y los trabajos de redacción a la hora de
formar profesionales de prensa (Valmaggia; 1958, pp. 144-145).

De la parte asiática (más precisamente de India) se encargó Manikonda Chalapathi Rau,


en aquellos años redactor en jefe del National Herald de Lucknow, de la India. En ese
mismo país se dictaron cursos en seis universidades durante 1958. Por ejemplo, en la
Universidad de Calcuta se había iniciado en 1950 un curso para estudiantes licenciados,
que otorgaba un título al cabo de dos años. Se matriculaban alrededor de 50 estudiantes
por año, los cursos constaban de materias como ciencia, política, arte y literatura, derecho
constitucional, historia del periodismo, etc. Además de otras cátedras de carácter práctico.
El curso estaba a cargo de la Comisión Permanente de Periodismo y las cátedras eran
responsabilidad de varios periodistas de la ciudad. Los alumnos, además, estaban
obligados a ejecutar trabajos prácticos en agencias telegráficas, diarios o revistas
conocidos antes de ingresar a los exámenes de ingreso (ChalapathiRau; 1958, pp. 153).

Jacques Bourquin, profesor de Periodismo en la Universidad de Lausana (Suiza) y


director de la Union Romande de Journax en el correr de 1958, expuso sobre los métodos
de enseñanza del periodismo en algunos países de Europa, entre ellos el de su origen,
Suiza. En este país no existían escuelas de periodismo, se trataba sobre todo de cursos,
como el dictado por Bourquin en la Universidad de Lusana, que se centraba en la historia
y el derecho de prensa, la ética profesional, la administración de periódicos y el
funcionamiento de las redacciones. Además, se realizaban visitas a imprentas, salas de
redacción y estudios de televisión y radio. Se han presentado tesis doctorales sobre
materias relativas a la prensa.

77
En 1942 se reanudaron los cursos en la Universidad de Berna. Sigfried Frey continuó la
labor de Carl Weber en la Facultad de Derecho. De 25 a 30 estudiantes participaban de
aquel curso de dos horas semanales (Bourquin; 1958; pp. 190).

E. L. Sommerland, secretario por aquellos años de la Australian Provincial Press


Association en Sydney, Australia, redactó acerca del periodismo en Oceanía. Tanto en
Australia como en Nueva Zelanda, la formación de los periodistas estaba más relacionada
a cuestiones prácticas. En Nueva Zelanda, los periodistas se formaban en las salas de
redacción y a base de observación y captación.

En Australia, en dos universidades se daban cursos de periodismo. Una de ellas, la de


Melbourne, otorgaba un cursado nocturno y a horario parcial, en donde se dictaban
materias como: jurisprudencia y derecho constitucional; un curso superior de historia o de
inglés; ciencia política; economía; periodismo; legislación de prensa; retórica o inglés
moderno, entre otras. En los últimos cinco años alrededor de los cuales se realizó la
investigación, se graduaban unos 20 estudiantes anualmente (Sommerland; 1958, pp.
236).

Viniendo varios años hacia adelante y con datos referentes a América Latina, la
Asociación Colombiana de Facultades de Comunicación Social y Periodismo, reportó en
el año 2005 la existencia de 70 programas para el estudio del periodismo con la asistencia
de alrededor de 15 mil estudiantes. La Federación Latinoamericana de Facultades de
Comunicación Social, destacó en el mismo año 1.027 programas de Comunicación
Social-Periodismo en la región (Arroyave y Blanco; 2005, pp. 366).

Está claro que tanto la enseñanza como los datos estadísticos han cambiado de un
tiempo a esta parte. Tanto en Europa, en donde en la década del ’50 la formación
académica estaba más avanzada que en Latinoamérica, como en Oceanía y mismo en
América Latina, los cursos han dejado de serlo, para convertirse en carreras de carácter
terciario y/o universitario. Ya no se exigen en nuestro país el cursado de la educación
primaria ni se toman exámenes de ingreso, pero sí es de carácter obligatorio tener el
secundario completo para estudiar periodismo.

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Como se afirmó antes, la formación académica no asegurará que el futuro periodista sea
un buen profesional, como así tampoco se puede asegurar lo mismo con la sola captación
de las cuestiones prácticas. Lo que sí es indiscutible es el avance de la formación
académica; existen pocos periodistas en la actualidad que no hayan pasado por la
universidad y eso es un dato que marca que, para entender mejor el lenguaje del mundo,
no basta sólo con saber escribir o expresarse correctamente. La teoría es un
complemento necesario y combinándolo con la correcta asimilación de la práctica (que
también se enseña en las instituciones académicas), se obtendrán mejores resultados
pensando en los profesionales del mañana.

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CAPÍTULO 6

La mirada de los periodistas

Se puede citar a innumerables autores, exponer teorías y explorar propuestas. Analizar


instrumentos, métodos y resultados, pero como enunciaron algunos estudiosos
anteriormente, se puede coincidir bastante en los parámetros relacionados con la calidad
periodística, pero resulta complicado concebir una definición universal para este concepto.
Por eso resulta fundamental ahondar en la opinión que tienen algunos de los periodistas
que integran La Noticia Zonal acerca de este tema y cotejar la visión tanto de los
periodistas de oficio, como de los periodistas que poseen un título académico e indagar
en cómo se desarrolla la relación laboral entre estos dos sectores.

Para empezar, es conveniente presentar las miradas de Guillermo Font y Juliana Lauretti,
los dos periodistas de oficio que llevaron a cabo la fundación del periódico. “Empezamos
al revés de lo que se hace usualmente. Iniciamos con el sitio web de Noticias Chañar por
Facebook y al mes y medio nos mudamos a la parte gráfica. Surgió porque vimos interés
y buenas respuestas de la gente en lo que era la faz digital, además hacía alrededor de
siete u ocho años que no había ningún medio gráfico en Chañar y nos pareció que
podíamos ocupar ese lugar”, recordó Font acerca de los inicios del diario.

El director de La Noticia Zonal también aseguró que realizan su trabajo “desde la pasión”
y que su actividad económica principal “era otra” pero que, al notar que el producto
funcionaba y conseguían pauta publicitaria, se dedicaron plenamente al periodismo. “En
este momento estamos haciendo y viviendo de lo que nos gusta”, aseguró.

A pesar de provenir del lado del oficio, en entrevistas anteriores la pareja ponderó el valor
del estudio y la formación dentro del campo. Ambos valoraron las herramientas y la
amplitud de visión que la formación académica le otorga al periodista.

Lauretti no sólo es la cofundadora del periódico, sino que también es la pareja de Font.
“En mi caso fue un campo que siempre me interesó. De chica había hecho radio, pero
nada vinculado a la parte noticiosa. La idea la tuvo Guillermo y yo lo seguí, como era algo
que siempre me había inquietado y notaba desde mi punto de vista que hacía falta en el
pueblo, me metí”, comentó.

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Y a su vez, la encargada de la sección de noticias sociales del diario, agregó: “Más allá de
que había otros medios en la localidad, nos parecía que el desempeño que tenían no era
el mejor, no eran inquisitivos, eran políticamente correctos. Modestamente creo que
nuestro medio vino a romper con el molde”.

La pareja planteó el surgimiento del periódico como un nuevo espacio que vino a romper
con la pasividad del resto de los medios de la localidad y la zona. “No pensábamos que
los otros medios tenían una mala producción, sino que estaban un poco quedados
fundamentalmente en lo que era la cuestión política en Chañar, nos pareció que faltaba
debate y darle participación a la gente”, manifestó Font.

Mientras que, por su parte, Lauretti dijo: “Si vos querés respuestas, tenés que generar
preguntas. Me parecía que la gente se quedaba con lo que veía por la tele o escuchaba
por la radio, más allá de que tenían los medios, faltaba participación, los ciudadanos no
podían preguntarle, por ejemplo, a los políticos, sobre las cosas que los inquietaban. Creo
que generamos un espacio en donde el público puede participar”.

De esta manera, Guillermo Font explicó cuál es la ideología del periódico a la hora de
construir la agenda del día e informar: “Al no tener formación académica trabajamos de
otra manera, nosotros contamos lo que vemos como lo vemos, de la manera más
descarnada, tratamos de observar la mayor cantidad de cosas posibles y después
dejamos que la gente saque sus propias conclusiones, no creemos que podamos formar
opinión”.

Mientras que, por su parte, Lauretti expresó: “Nos pasa a veces en nuestro programa de
radio que yo tengo una postura y Guillermo otra y la decimos al aire y no hay
inconvenientes. Inclusive en el diario participan los distintos partidos políticos y cada uno
dice lo que quiere, con respeto lógicamente, pero nosotros tratamos de indagar y que la
gente forme su propia idea, después lo que cada uno diga es opinión”.

Tras la presentación y las intenciones con las que surgió el proyecto, vale la pena meterse
en esa relación laboral que se desarrolla entre los periodistas de oficio y los periodistas
con bagaje académico en este mismo espacio, punto que ha originado rispideces en
infinidad de salas de redacción durante años.

En el caso de La Noticia Zonal, Font desdramatizó el debate y aseguró que esa relación
“se da de forma muy respetuosa”. Además, el periodista agregó: “Más allá de que

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pareciera que hay una secta y que los periodistas formados académicamente no aceptan
a gente como nosotros, nuestro trabajo ha hablado por sí solo y nuestros colegas nos
tratan como pares. De esa manera se hace más fácil”.

El director del proyecto se pronunció acerca de los métodos laborales que lleva a cabo La
Noticia Zonal: “Operamos con colaboradores a los que se les paga por nota publicada, no
podemos costearlos para que estén ocho horas trabajando en la redacción y además esa
metodología de trabajo todavía no está instalada en el pueblo en general”.

Desde un primer momento, Font y Lauretti intentaron asesorarse con periodistas de una
vasta trayectoria en la región, con el fin de dotar al periódico de un orden, de una forma
de trabajar y realizar las publicaciones, fundamental fue en este punto la aparición de
Raúl Sabino. “Producir contenido es difícil y es caro, nosotros íbamos recabando
información día tras día y nos manejábamos con Raúl Sabino, oriundo de la localidad de
Monte Maíz, que fue nuestro gerente de noticias y alguien fundamental para el
crecimiento del periódico”, afirmó Font.

Por desgracia para la pareja, Sabino murió y la dupla tuvo que encarar el proyecto sin su
mano derecha. “Lamentablemente falleció hace pocos meses y es una pérdida de la que
no nos hemos podido recuperar tanto en lo humano como en lo laboral. Nos va a costar
tener el mismo dinamismo de antes, hoy trabajamos el triple para hacer lo mismo”, dijo
Font.

Lauretti también se refirió al importante rol que jugaba Sabino en La Noticia Zonal: “Nos
allanaba el camino en muchos aspectos, en la parte periodística, en la planificación,
contactos, relaciones humanas, logística”.

Por otro lado, la periodista marcó con énfasis las intenciones de apertura y pluralidad del
diario: “Nuestro proyecto no es egoísta, mientras más personas participen, mejor. Volver
al medio egocentrista y marcar mi opinión o la de Guillermo harían que el alcance sea
local y nos quite posibilidad de crecimiento y expansión en la zona. La idea es que haya
una columna vertebral y que de ahí se desprendan distintas opiniones”.

En este punto comienzan a aparecer otros actores, es el turno de otorgarles voz al lado
académico de la redacción, porque como se marcó antes, son periodistas de oficio y
periodistas egresados los que componen el periódico.

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Cristian Montecchiesi tiene 32 años y es oriundo de la localidad cordobesa de Isla Verde.
Es Licenciado en Periodismo y Técnico en Periodismo Deportivo. Obviamente es
periodista y está encargado del trabajo de prensa para la municipalidad de Isla Verde.

Montecchiesi contó cómo se sumó al proyecto: “La posibilidad de trabajar como redactor
en el periódico regional La Noticia Zonal, surgió debido a una intención propia y del
director de dicho medio, por realizar entrevistas a distintos protagonistas (principalmente
del deporte) y difundir las actividades que realizan en una pequeña localidad del interior
de Córdoba como lo es Isla Verde”.

El licenciado valoró la posibilidad de que la publicación del periódico se haga de forma


mensual: “El periódico mensual te brinda la posibilidad de seleccionar cuidadosamente la
nota destacada y trabajarla con tiempo, darle un marco a la imagen, construir la historia,
enlazando la vida del personaje con su mérito en la actividad que realiza; la que muchas
veces despierta el interés de la comunidad”.

Un colega de Montecchiesi, también proveniente de Isla Verde, sumó su voz al debate. Se


trata de Luis Ortiz, de 40 años, Licenciado en Comunicación Social y periodista de una
vasta trayectoria en la provincia de Córdoba. Ortiz está vigente desde 1994, fue director
de la desaparecida radio LB2 de Córdoba, también dirigió algunos periódicos y tuvo
colaboraciones con diversos periódicos, como, por ejemplo, La Capital de Rosario. Ortiz
también es Presidente del Consejo Regional de Medios del Sudeste Cordobés.

Acerca de su arribo a La Noticia Zonal, el periodista dijo: “Mi lugar en el periódico llegó
tras el fallecimiento de un colega como lo fue Raúl Sabino. Guillermo Font me ofreció
unirme al equipo y acepté”.

Acto seguido, Ortiz se refirió a su tarea dentro del diario: “Mi función tiene que ver sobre
todo con supervisar algunas cuestiones técnicas y legales. Lo que pretende el periódico
es un periodismo confrontativo, debatir y poner en tela de discusión ciertos temas en la
sociedad. Yo estoy para colaborar y lograr que la comunicación sea un poco más prolija y
que no acarree problemas legales”.

La relación laboral que surge entre Montecchiesi y Ortiz para con Font y Lauretti se da de
distinta manera según el caso. Por su parte, Montecchiesi dijo que “la relación de trabajo
es muy cordial”.

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El encargado de prensa de la municipalidad de Isla Verde, además agregó: “En mi caso
particular, elijo un tema y lo propongo. Si coincide con la temática de la publicación cobra
aún más importancia y lo trabajo con anticipación. Sucede algunas veces que el periódico
demora su salida porque hay hechos relevantes referidos a elecciones, visitas
destacadas, conmemoraciones, y en ese caso puede modificarse el artículo. Como
también trabajo en el área de prensa y difusión del municipio de Isla Verde, en algunos
casos hago la cobertura de acontecimientos políticos en los que participo y utilizo esa
novedad para el periódico”.

En el caso de Ortiz, la situación es otra. “La relación en mi caso es buena y a la vez


conflictiva, pero hay veces en que no podemos chocar. Yo soy muy estricto en materia
profesional y observé algunos errores que se habían cometido en temas de noticias. Hay
cuestiones que el periodista sin formación no entiende, más que nada en la parte
deontológica y ética”, expresó.

El ex director de LB2, se extendió en su explicación para contextualizar el porqué de esa


relación que por momentos tiene matices. “Tuve varias discusiones con los directores del
periódico sobre lo que representa el escrito, es un documento que perdura, si alguien
habla por radio lo que dice es más efímero, pero a la hora de escribir creo que la
responsabilidad es mayor, de todas maneras, cada vez vamos avanzando más y
entendiéndonos mejor”, comentó.

Para Ortiz, esa relación a veces tensa, se suscita por una razón en particular: “Lo que
ocurre, fundamentalmente en el interior, es que los medios de comunicación son
manejados por gente que no estudió la profesión, en el caso puntual de mi localidad
somos más o menos tres profesionales, el resto tiene experiencia en medios, pero no
estudios, no conocen de algunas cuestiones técnicas o teóricas que tienen que ver con la
comunicación y son extremadamente necesarias”. Y a su vez, agregó: “Por eso opino
que hay que estudiar, porque el estudio te genera un blindaje para que puedas afrontar la
noticia, con exactitud y objetividad, o te permite ser lo menos subjetivo posible”.

A pesar de su formación, tanto Montecchiesi como Ortiz se suman a la expresión que dice
que el periodismo se aprende trabajando. “En partes, creo que sí. El conocimiento que te
otorga la experiencia recorriendo el lugar del hecho, conociendo las causas del suceso y a
sus protagonistas, ofrece un panorama preciso de la realidad para después poder

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corroborarla o contrastarla con el compendio de saberes que debe tener el periodista: en
materia social, política e histórica de un acontecimiento”, opinó Montecchiesi.

Por su parte, Ortiz dijo: “Antes de formarme trabajé mucho tiempo en gráfica, radio y
televisión. Considero que no es bueno que alguien salga de un instituto y haya
incorporado únicamente la teoría, la práctica es esencial en todo y es muy importante en
esta profesión como en cualquier otra”.

De todas maneras, los dos licenciados oriundos de Isla Verde no desestimaron el valor
que tiene la formación teórica –y por ende académica- en el periodista. “Considero que el
periodista necesita tener un sustento teórico, una formación académica, o en su defecto
que se convierta en autodidacta. Son todas herramientas que el periodista requiere para
poder analizar esos mismos hechos que se producen en la calle o en la simple vida
cotidiana de los ciudadanos y de esa forma crear un pensamiento crítico o reflexivo en la
población; atendiendo y respetando los pensamientos o posturas ideológicas de cada
uno, siempre y cuando no afecte el derecho de una persona a expresarse libremente”, dijo
Montecchiesi.

Mientras que Ortiz expresó: “Para hacerse en el periodismo es necesario estar en los
medios de comunicación. Cuando uno tiene la chance de estudiar y acarrea experiencia
laboral previa, puede pulir ciertos conceptos que ya tenía incorporados, por eso creo que
el estudio es esencial, porque es necesario para poder otorgarles a todos los ciudadanos
una buena comunicación desde la capacidad intelectual que tenga cada uno, sin ser
manejados por nada ni nadie y entendiendo los límites que existen a la hora de informar.
En resumen, le otorgo un punto a favor a la teoría y un punto a favor a la práctica, es un
50 por ciento y otro 50 por ciento”.

Y también afirmó: “La persona recibida, que estudió y entendió las distintas teorías puede
entender y leer mejor a la sociedad que un periodista aficionado. No digo que el
aficionado no pueda realizar esta tarea, pero su capacidad de análisis va a ser inferior
comparada con un periodista de experiencia. Ese también es un tema fundamental, ya
que el solo hecho de recibirte no te da esa experiencia, salir a la calle con un título no te
garantiza que vas a tener un buen desempeño”.

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Más allá de esto, Montecchiesi tuvo una postura muy abierta en relación a los periodistas
de oficio como Font y Lauretti. “Si algo aprendí con el correr de los días de trabajo, es que
no se puede menospreciar el oficio de los periodistas sin diploma”, afirmó.

Y además comentó: “Si bien es cierto que la formación es esencial para saber enfrentar la
tarea diaria, tampoco se debe desconocer la capacidad que tiene el periodista que
construye la información en las calles, que establece relación con las fuentes y convierte
todo eso en un producto final. Tal vez es necesario hallar un punto de encuentro entre
ambos periodistas (profesionales y de oficio) y retroalimentarse intercambiando el
conocimiento teórico de uno y la experiencia cotidiana del otro”.

En este punto resulta propicio presentar a dos nuevos interlocutores, dos actores que se
presentan por fuera de la estructura del periódico, pero que pueden otorgar una mirada
desde la distancia, desde su propia experiencia y viniendo desde medios de comunicación
diferentes.

En primera instancia, Román Cavaglia, comunicador social egresado de la Universidad


Nacional de Rosario. Con una vasta trayectoria en la radiofonía de Chañar Ladeado y la
región, en el año 2003 Cavaglia fundó Radio On, una FM que se situó en el dial 94.1 y
que hoy cuenta con más de 12 años de vigencia.

Retomando la frase de que el periodismo se aprende trabajando, el director de Radio On


otorgó su punto de vista: “Coincido con esa frase, porque la sociedad cambia, es
dinámica, todo evoluciona, la tecnología avanza, cambian las tradiciones. De hecho, el
cambio que se ha dado en los últimos ocho o diez años en materia de tecnología ha
modificado los hábitos de consumo de la gente rotundamente, ha generado un nuevo
paradigma en la comunicación, fundamentalmente internet, que desde su llegada cambió
todo”.

Recordando tópicos anteriores, Cavaglia también se pronunció sobre el periodismo de


oficio: “Yo creo en ese tipo de personas, de hecho, en la localidad Marcelo Muratori ha
oficiado de periodista y es alguien con una trayectoria muy respetable, más allá de las
diferencias de criterio que uno pueda tener, y si yo no fuese académico podría tenerlas
igual. Pero con su trayectoria ha logrado hacer un periodismo respetable y ha colaborado
con muchas cuestiones que han generado un archivo histórico para la localidad”.

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Para reforzar su postura, el licenciado acotó: “Creo en el periodismo de oficio, pero
tampoco creo que por ser de oficio valga cualquier cosa dentro de lo que se llama
periodismo. Creo en la gente que realmente siente y respeta la profesión, en quienes lo
piensan como una filosofía de vida, pero también creo en los parámetros de lo permitido y
en el criterio”.

La persona mencionada por Cavaglia, Marcelo Muratori, es la otra voz que se sumó al
debate. Muratori tiene 55 años y hace más de 20 que es la cara reconocida del
periodismo televisivo en Chañar Ladeado, si bien sus inicios fueron en la radio y datan de
1978. Todos esos años de trayectoria en la conducción de Telenoticias, el noticiero de
CL3 Cable Visión (la emisora de televisión por cable del pueblo), fueron llevados a
cuestas por el mismo Muratori sin tener estudios de ningún tipo, por lo tanto, nos
encontramos ante otro periodista de oficio.

“Hubiese querido estudiar, no lo hice porque no nació de mí esa decisión de irme a la


ciudad. Me encontré en un momento de mi vida muy difícil, con mi padre y yo viviendo
solos y mi papá era una persona grande y me costaba mucho romper ese vínculo,
teniendo en cuenta su avanzada edad y que éramos solamente nosotros dos. Fue algo
que se fue postergando y que al final nunca encaré”, comentó Muratori.

Sobre la formación académica, el periodista también dijo: “Me hubiese gustado ser
Licenciado en Comunicación, porque el estudio te abre la cabeza y te otorga más
herramientas, más aún si uno cuenta con ambiciones dentro del campo, como yo luego
decidí quedarme en el pueblo, deseché la idea”.

Muratori reveló las claves por las cuales llegó a mantenerse por tantos años en el
periodismo local: “En primer lugar yo soy periodista de oficio y siempre lo aclaro, no me
creo más que nadie y me hice pateando la calle. Y segundo, tener la vigencia de 20 años
creo que es producto de una línea de conducta, trato de llevarme bien con todos, sean
trabajadores o políticos, otorgarles su espacio, si bien puede surgir alguna rispidez propia
de este trabajo”.

Acto seguido, se refirió a su forma de hacer periodismo: “Yo elegí un estilo de periodismo
no confrontativo, un periodismo social, comprometido con las instituciones. Lo mío no es
periodismo de investigación, por ejemplo, sino simplemente ser un medio para que el que

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quiera reflejar su trabajo, lo que siente o lo que piensa, lo haga, siempre y cuando se
respeten ciertos parámetros”.

Y agregó: “Este canal no es mío, pertenece a una empresa que está asociada a un club,
que por decirlo de alguna manera alberga a una mitad del pueblo y el otro club a la otra,
entonces todo lo que salga desde este espacio de mala manera o de manera tendenciosa
puede verse mal reflejado en el público”.

Muratori afirmó que, si el medio de comunicación en el cual trabaja fuera de su propiedad,


se “manejaría de otra manera”, pero como es un empleado lo acepta y asume “las culpas
o las consecuencias”.

El periodista manifestó: “Las decisiones van más allá de mí y por eso prefiero
mantenerme en armonía. Como este espacio se encuentra en las instalaciones de una
institución deportiva como lo es Independiente Atletic Club, muchas veces se piensa mal,
pero eso no tiene nada que ver con el trabajo, de hecho, yo no reniego ser hincha de
Chañarense (el otro club de la localidad, rival histórico de Independiente) o peronista,
cosas que no me influyen a la hora de ponerme el traje y hablar ante las cámaras”.

Más allá de estas cuestiones, Muratori aclaró que desde la empresa jamás le “han
llamado la atención”. Y en última instancia, dijo: “Si veo que se avecina un tema
complicado lo consulto con las autoridades del canal y siempre me han dado el visto
bueno para que lo encare a mi manera. A veces, por estar en un pueblo, hay ciertas
cosas que me guardo, para evitar polémicas o rispideces que se pueden generar en una
localidad tan pequeña. De todas maneras, cuando hago una editorial en el programa
siempre aclaro que es lo que yo pienso, no es el pensamiento ni del canal, ni del club y
uno puede estar de acuerdo o no”.

El conductor de Telenoticias valoró su forma de encarar el periodismo en la localidad y la


justificó con un ejemplo: “Alguna vez en este espacio hubo otros periodistas de oficio
como Ángel Giovanetti, que en algún punto de su carrera se puso demasiado crítico y se
terminó enojando con los funcionarios políticos y con la sociedad porque no aceptaban
sus críticas, llegó un momento en donde tenía personas que estaban a su favor y otros en
su contra, cuestión que desvirtuó su trabajo”.

Sobre el mismo ejemplo, comentó: “Era difícil dilucidar si Giovanetti era objetivo, más allá
de que no creo en la objetividad, ni creo que haya periodistas independientes porque

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todos tienen su forma de pensar, se dediquen a la política o a lo deportivo, el periodista es
un ser humano y por lo tanto es subjetivo. El desafío está en encontrar un punto medio, si
esta empresa hubiese sido privada y me contrataran con el objetivo único de generar
rating porque al dueño no le importan los criterios, después habría que ver si tengo
respaldo, si puedo afrontar las consecuencias”.

Retomando la voz de Román Cavaglia, el comunicador social se refirió a su metodología


a la hora de formar equipos de trabajo, intentando encontrar gente idónea o que se haya
formado en el campo del periodismo o la comunicación, tarea difícil en una localidad tan
pequeña como Chañar Ladeado.

“Yo aposté a eso desde un principio, una de mis metas era darle a la radio un perfil
profesional, no lo he logrado ni lo voy a lograr en un 100 por ciento. Lo pensé de esta
manera porque observaba lo que ocurría, voy a poner un ejemplo paradigmático para que
no queden dudas de lo que pienso, yo creo que la quema de tribunales en la localidad de
Corral de Bustos fue influenciada en un alto porcentaje por gente inexperta que estaba en
los medios de comunicación, o de oficio, o no profesionales”, comentó.

Cavaglia recordó el hecho de la quema de tribunales en la localidad vecina y se pronunció


sobre los incidentes: “Lo que ocurrió fue que en esa ciudad cordobesa abusaron de una
menor, la población indignada salió a la calle a manifestarse y los periodistas, motivados
por otros poderes que estaban detrás, fueron a incendiar tribunales al lado de la gente.
Me parece que este caso fue un claro ejemplo de lo que ocurre cuando hay gente que
toma el rol del periodista inmerecidamente, si se quiere analizar el mal que se puede
producir cuando hay personas que se ponen el rótulo de periodistas sin serlo, el hecho
sucedido en Corral de Bustos es incuestionable”.

De esta manera, el fundador de Radio On dejó en claro su postura, las precauciones que
se deben tener y las responsabilidades que los periodistas acarrean a la hora de emitir su
opinión.

Estas últimas declaraciones nos llevan necesariamente al tema de la formación


académica, porque, como lo han afirmado los entrevistados anteriormente, la experiencia
laboral en el día a día es fundamental, pero el estudio le aporta al periodista diversas
herramientas que lo hacen estar más preparado a la hora de encarar su trabajo.

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“Tanto el trabajo del periodista de oficio como del profesional están imbuidos por un
acercamiento hacia la realidad y la experiencia. Es cierto que el profesional tiene un
sustento teórico detrás para efectuar análisis más precisos, elaborar comentarios con un
vocabulario amplio y la posibilidad de ingresar en los medios en donde se exige mayor
preparación. Sin embargo, ambos se necesitan para llevar a cabo un producto
periodístico”, opinó Cristian Montecchiesi.

Y, además, agregó: “Aquel que posee el oficio tiene su trayectoria y conocimiento que son
respetables. Como así también el comunicador profesional cuenta con un amplio
repertorio para desempeñarse en todos los soportes. Al manejar nuevas herramientas
posee la capacidad de combinar la teoría con la práctica. Por su parte, el periodista de
oficio suele estar más preparado sobre el terreno, aunque al carecer de ciertos contenidos
que brinda una carrera profesional pierde cierta habilidad para elaborar conceptos
teóricos, realizar comparaciones con textos de otros autores, en otros contextos históricos
y políticos. Muchas veces, el periodista, llámese de oficio, utiliza el sentido común para
acercarse más al pensamiento general de la población”.

En cuanto a la formación académica en sí, Montecchiesi manifestó: “El nivel de


capacitación ha crecido con los años. Y así también la exigencia hacia los periodistas.
Hoy al periodista no le alcanza con tener una formación terciaria si pretende insertarse en
un medio de comunicación. Por eso la universidad abrió sus puertas para que los
periodistas sin carreras de grado logren avanzar hacia un periodismo de mayor calidad”.

Y por último afirmó: “La capacitación desde lo académico permite que el periodista
incorpore herramientas más vinculadas a las nuevas tecnologías, con cierto espíritu crítico
también hacia los soportes tradicionales, demostrando que en esta famosa post
modernidad o modernidad líquida (según Bauman) necesitamos manejar las herramientas
modernas pero también recuperar algunas disciplinas de otros tiempos, como la
rigurosidad en la escritura, la precisión en el lenguaje y la capacidad de desarrollar un
pensamiento complejo”.

Por su parte, y a pesar de venir de la comunicación social, acerca de la formación


académica, Román Cavaglia se pronunció a favor. “Es algo muy importante. La verdad es
que desconozco el contenido académico de la carrera, pero por lo menos desde mi punto
de vista y desde mi experiencia académica personal es un aporte importante, que te

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muestra conceptos y formas de ver las cosas que previo a insertarte en lo académico ni
siquiera podrías imaginar”.

Sobre el mismo concepto, acotó: “Incorporas conceptos de antropología, sociología,


psicología, de comunicación, son cosas que te forman con otra visión, de eso no tengo
ninguna duda. Yo siempre aclaro que no soy periodista porque me pesa ese rótulo, no
puedo compararme con personas que ponen en riesgo su credibilidad, por ejemplo, a la
hora de hacer una investigación. Si bien existe desde nuestra parte un trabajo diario que
tiene que ver con la disciplina, algunos aportes y cuestiones que ayudamos a esclarecer,
me pesa mucho esa palabra. Por eso no tengo dudas de que para realizar el trabajo
periodístico hace falta estar formado y tener criterio profesional”.

Luis Ortiz, también dio su punto de vista: “La comunicación es la base de la vida, sin ella
somos seres totalmente individuales, la necesitamos para conformar una sociedad y si los
encargados de enseñar la comunicación no son buenos, sin dudas la comunicación está
muerta”.

En cuanto a su experiencia personal en lo académico, Ortiz afirmó que ha “tenido


excelentes profesores” y otros a los que desde su punto de vista “les faltaba experiencia”.
A pesar de esto, remarcó que “siempre estuvieron abiertos al debate de las diversas
teorías” y también afirmó que “eso es importante, porque eso es la comunicación, la
comunicación es amplia y da lugar al intercambio de ideas”.

Además, el Presidente del Consejo Regional de Medios del Sudeste Cordobés, dijo: “Los
comunicadores estamos muy bien preparados a nivel académico, pero desde las mismas
academias no se orienta al comunicador para entender cómo está la comunicación en la
actualidad, por eso muchos profesionales no consiguen trabajo o terminan haciendo
comunicación institucional. Creo que el nivel de la comunicación es muy pobre debido a
que los profesionales no nos hemos hecho valer desde la práctica”.

Y a modo de cierre, expresó: “La comunicación se basa en cuestiones muy complejas y


reales como lo son la objetividad y la verdad. He visto algunos profesores que no han
sabido plasmar los conceptos teóricos en cuestiones de la realidad y eso hace que uno
carezca de argumentos para sostener esas teorías. A modo de crítica constructiva, creo
que hay que avanzar en el análisis de cómo se manejan los medios de comunicación y la
práctica profesional”.

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Muchos periodistas coinciden en que el periodismo se ha desgastado y ha sido muy
trivializado, por lo tanto, perdió credibilidad. Para Cavaglia, este problema tendría una
posible solución mejorando la formación académica para los profesionales del futuro,
optando por una colegiación e incitando a los medios de comunicación a ocupar puestos
de trabajo con personas que cuenten con estudios previos.

“Creo que la banalización del periodismo se da por muchos motivos, la irrupción de


internet ha tenido algo que ver, si bien, si el periodista hace correctamente su trabajo va a
tener preponderancia por sobre los demás y su palabra va a tener más valor. Por ejemplo,
existen algunos medios a los cuales yo les doy más crédito que a otros porque a mi
criterio lo que dicen se ajusta más a la realidad, si bien uno no termina de creer nunca en
todo lo que se dice”, opinó.

Y agregó: “Internet ha sido uno de los grandes responsables. Hoy en día cualquier
persona con una cámara puede realizar el trabajo de campo del periodista, pero detrás de
esto hay algunas cuestiones de criterio y de valor que deben estar avaladas por un
profesional”.

Para reforzar su postura, Cavaglia tomó como ejemplo una situación personal: “Hace
poco tiempo en Chañar se vivió un caso de abuso sexual del que a mí particularmente me
ha costado mucho hablar, pero he investigado muchísimo, me he cuidado muchísimo,
pude hablar de ello y creo que no he tenido errores groseros ni he caído en la tentación
de dar sentencia antes de que lo haga la justicia, más allá de tratar de esclarecer desde
mi lugar los hechos y acompañar el reclamo, para que sepamos qué fue lo que pasó”.

Sobre el mismo tema, agregó: “Lo hice principalmente por la víctima y por quienes se
fueron al carajo, con el perdón de la expresión, desde el otro lado, además del deber
profesional. Me ha dolido cuando por la calle escuché que se decía que nadie hablaba del
caso porque implicaba a familias adineradas y se quería mantener cierto estatus social,
eso te incita aún más a querer saber qué fue lo que ocurrió”.

Al llegar a su conclusión, el comunicador social manifestó: “Por eso creo que, si yo no


hubiese estado formado, hubiese caído en un error de impulso, de justicia o de lo que uno
quiera llamarle, que pueden llevarte inclusive a cometer abusos indeseados. Si uno no es
criterioso puede caer en esa clase de situaciones como le puede haber pasado a la gente
de Corral de Bustos, si bien algunos respondieron a otros intereses, otros quizá en el afán

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de justicia cometieron un ilícito que llevó a la quema de muchos expedientes de personas
con causas judiciales”.

También, agregó: “Por eso creo en esto, sin llegar al punto del fanatismo. Duele cuando
uno estudió, se formó, se está esforzando, trata de hacer bien las cosas, de la manera
más profesional a la hora de informar, sumado a la locura que es manejar un medio y con
los años de experiencia, duele que te comparen con alguien, que más allá de las buenas
intenciones que pueda tener, se le otorga una entidad que no tiene”.

A su vez, aclaró: “Reitero que en las diferencias de criterio no hay inconvenientes, por eso
marco mi relación con Marcelo Muratori con quien, si discutimos, de 10temas, vamos a
coincidir en dos, con mucha suerte en tres o cuatro, pero ha habido un respeto a lo largo
de los años que inclusive nos posibilitó trabajar juntos en algunas ocasiones. De todas
maneras, creo que debe haber un respeto para con el que se formó, no creo que para ser
periodista hagan falta sólo tener buenas intenciones”.

Esta opinión, deja muy en claro la postura que tiene el director de Radio On para con La
Noticia Zonal, aunque vale la pena deslizar las declaraciones que realizó concretamente
sobre el periódico y las responsabilidades que tiene el periodista.

“Creo que hay una confusión total de la gente de lo que se entiende por periodismo y lo
que no lo es, entre lo que puede aportar alguien formado y alguien que no lo está. Si yo
quisiera poner una farmacia, no podría hacerlo porque no entiendo de drogas, podría
realizar una cirugía, pero no entiendo de medicina, podría atender a un perro enfermo,
pero no soy veterinario”, afirmó.

Aunque también se encargó de aclarar su formación y su lugar como comunicador social.


“Soy muy cauto en este sentido y hablé de esto cuando edité mi libro, si bien creo que he
aportado desde mi lugar a lo que es un trabajo de índole periodística en estos últimos 10
años, no me considero periodista. Yo soy comunicador social, de hecho, pienso que un
comunicador puede trabajar inclusive con mayor criterio que un periodista técnico, no
mejor, sino con mayor criterio, porque la formación de la carrera de comunicación es muy
amplia, es excelente, por eso a mi criterio el comunicador social cuenta con elementos
profesionales que le permiten desenvolverse y desarrollarse criteriosamente”.

Y, por último, comentó: “No diría que esta situación me provoque indignación, pero sí creo
que el común de la gente está muy equivocada en cuanto a eso. Lo que también ocurre

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es que nuestra carrera no está colegiada y en el periodismo existe un problema de egos
que no permite que los profesionales se unan y se defiendan. Básicamente pienso que en
Argentina no estamos de acuerdo en esto, más allá de que la Ley de Servicios de
Comunicación Audiovisual tuvo un principio de acuerdo, no se ha llegado a ningún lado
aún en esta cuestión. No coincido en el darle entidad a algo que no es, más allá de la
vocación, los buenos trabajos y las buenas intenciones”.

En sintonía con lo expuesto por Cavaglia se encuentra el pensamiento de Luis Ortiz, a


pesar de formar parte del staff del diario. Consultado acerca de su opinión sobre la calidad
del producto gráfico, Ortiz habló con total sinceridad: “No puedo opinar porque leo lo que
puedo y es muy poco, algunas secciones, así que no sería correcto. A las publicaciones
que no vienen por el lado de la comunicación profesional no suelo darles mucho crédito,
pero como el panorama está planteado de esta manera, dejo que todo siga como está, no
porque no quiera cambiar, sino porque somos menos los que pensamos así y somos un
poco egoístas en ese sentido, no todos estamos juntos para pelear por la comunicación”.

Lo expuesto por Ortiz nos lleva al terreno de la calidad, con la opinión de los entrevistados
sobre la calidad en sí y la valoración personal de estos periodistas acerca de La Noticia
Zonal.

Prosiguiendo con Ortiz, el periodista dio su impresión acerca de lo que significa la calidad
periodística: “Una nota periodística tiene que tener buenas fuentes, correctas, confiables,
veraces, por lo menos cinco que no sean dudosas. Esto sirve para quienes leen y para
quienes supervisan tú trabajo, las fuentes le acreditan credibilidad a un trabajo
periodístico. Inclusive si una de esas fuentes es un delincuente, después se puede sumar
una fuente que certifique la información otorgada por ese delincuente y que sume
veracidad al testimonio”.

Y además comentó: “Creo que eso es una nota de excelencia, tener todas las fuentes
confirmadas y dar veracidad sobre lo que se escribe, aquel que escribe, tiene que escribir
la verdad y esa es la verdadera nota periodística, la verdad por sobre todas las cosas”.

Y, en última instancia, culminó: “Hay que tener los datos confirmados en todos sus
puntos, para que en el momento en que esa información salga a la luz, nadie pueda
objetar absolutamente nada, ni siquiera un gran periodista, ya que lo que uno escribe o
dice es la verdad”.

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Para Guillermo Font, desde su lugar como editor del periódico, la calidad periodística
conlleva los siguientes aspectos: “En primer lugar, que la información sea fidedigna, que
se chequeen las fuentes, confiar obviamente en nuestros colaboradores. En mi caso soy
el editor y me encargo de decidir algunas cosas puntuales, como los títulos, busco un
golpe de efecto con los mismos, veo qué temas incluir en la tapa, analizo cuáles son más
preponderantes”.

Por su parte, Cristian Montecchiesi dijo: “La calidad en el periodismo tiene que ver con
lograr ser lo más fidedigno posible a la hora de narrar un hecho. No puede faltar en el
inicio de una nota: la descripción, el suspenso creado desde un principio para llegar al
punto máximo en que el cuerpo del artículo exprese la emoción del entrevistado junto con
la pasión manifiesta del narrador. Lo crudo. Siempre la crudeza llega al ojo de la gente. Y
no debemos confundir esto con hacer amarillismo. Se trata de contar la realidad tal cual
es. Lo más sencillo posible, para que el lector se sienta identificado con los lugares que
describimos, con las personas de carne y hueso que observamos todos los días; y no
como en tantas oportunidades quieren inculcar los medios más poderosos poniendo
etiquetas como la de monstruos para referirse, por ejemplo, a un criminal”.

Y en última instancia, afirmó que “la calidad reside en el grado de involucramiento que
tiene el periodista con la realidad carnal de un acontecimiento, el cual se verá reflejado en
lo que escribe”.

Su valoración acerca del periódico difiere de la de su coterráneo Luis Ortiz. “Considero


que el producto periodístico de La Noticia Zonal es de calidad porque la gente reconoce la
labor de sus periodistas (aunque algunos sean de oficio, hay varios profesionales que
colaboran) y el producto logó instalarse en distintas localidades, tanto de la región de
Santa Fe, como en algunas de la provincia de Córdoba”.
Y, además, acotó: “Retomando párrafos anteriores, la calidad también se reconoce por las
notas que hace el periódico, el alcance que tiene en las distintas localidades y la opinión
de periodistas especializados de la ciudad de Buenos Aires, por ejemplo. Son pequeños
detalles que hacen a la calidad del periodismo. Sumando voces, consiguen que convivan
los periodistas profesionales con aquellos que lograron sus propios méritos mediante la
experiencia de muchos años en el terreno; a los que llamamos en este caso: periodistas
de oficio”.

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Acerca de la calidad periodística, Román Cavaglia expresó: “En principio, la información
debe ser veraz, obviamente, me fijo mucho en la forma en que se trata una noticia, en la
manera en que es tematizada, en los criterios al momento de analizar la información. Si
en este caso que mencioné del abuso sexual, se hiciese foco en la víctima y no en los
hechos, estaríamos hablando de la misma noticia, pero de distintos criterios, por ejemplo,
politizar un caso de estas características sería incurrir en un error, excepto en el caso de
que los gobernantes no estén haciendo nada al respecto o se vean implicados. Por eso
creo que el criterio periodístico es fundamental, es lo que hace que la información sea de
calidad o sea verdura podrida”.

Y, sobre La Noticia Zonal, el director de Radio On dijo: “No es un lugar de referencia para
mí, pero sí, obviamente lo he leído. Me parece un producto amateur, pero no por eso
menos válido. Si nos referimos al periodismo, al criterio, la calidad, no me parece verlo en
las páginas del diario, pero no por eso deja de ser válido”.

Además, agregó: “Para ejemplificar la diferenciación, El Observador (un periódico fuera de


circulación que tiempo atrás ocupó el lugar que hoy tiene La Noticia Zonal) era un
producto en mi opinión mejor logrado, si bien también era amateur, creo que tenía otra
visión, otro estilo, otra forma y otros elementos que lo hacían mejor. Para mí La Noticia
Zonal no tiene mucho valor periodístico, pero no por eso debe dejar de ser leído, de
hecho, la gente lo lee”.

Finalmente, Cavaglia matizó de alguna manera su postura: “Si pensamos en qué otra
opción puedo proponer o qué otra alternativa existe, la respuesta es que no la hay, se
debe tener en cuenta que estamos en un pueblo y es mejor pensar que en hora buena
que haya algo en vez de que no haya nada. Me parece bien que participen personas con
buenas intenciones y con ganas, aunque no es lo mismo que un producto bien logrado o
de calidad”.

Con un pasado como redactor ocasional en el ya mencionado El Observador, Marcelo


Muratori también aportó su visión respecto al tema: “Marcelo Corvalán (director de El
Observador) hacía un producto distinto, él no era periodista ni le interesaba serlo,
simplemente era redactor del diario. Él tenía mucha facilidad para armar las noticias y
presentarlas, a su vez contaba con una red de personas que escribían para él y que
tenían la intención de reflejar lo que ocurría en cada localidad, y estaba el director del
periódico que era Carlos Manfredi, que sí es periodista y uno muy capaz”.

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Y, además comentó: “Las buenas cualidades de Marcelo (Corvalán) para armar el diario,
sumadas a la visión periodística de Carlos (Manfredi) lograron un muy buen producto, que
se terminó por el cansancio de Marcelo y porque le surgieron otras oportunidades
laborales, pero fue una etapa muy interesante en Chañar Ladeado, que demostró que se
podían hacer cosas en materia de periodismo. Lamentablemente termina siempre en lo
mismo en los pueblos, porque la actividad no te reditúa, tenés que vivir y dedicarte
plenamente a eso y a Marcelo no le gustaba el periodismo”.

En última instancia y referido al periódico en cuestión, Muratori dijo: “En el caso de


Guillermo Font que dirige La Noticia Zonal, la diferencia es que a él le gusta hacer
periodismo. La mirada que aplica es diferente, tiene más libertad para diagramar la nota
sobre su propia mirada. Creo que los dos productos son buenos, en la época de El
Observador en Chañar había algunos medios, pero estaban atrasados en algunos
aspectos, al ser una publicación mensual quizá las notas quedaban atrasadas, pero
tenían cierta vigencia porque aún no estaba este panorama actual tan vertiginoso que
promueven las redes sociales. Guillermo (Font) corre contra el tiempo, su publicación
también es mensual y hoy la información corre demasiado rápido y es muy efímera. El
producto es bueno, es interesante, tiene algunas cosas lindas para leer. Además, lleva
mucho trabajo y mucho tiempo”.

Por otro lado, Font también se refirió a la recibida que le dieron sus colegas en el ámbito
del periodismo gráfico cuando La Noticia Zonal adoptó su nombre definitivo y empezó a
circular por la región.

“En la parte gráfica nos recibieron con mucho recelo, pareciera que es un mundo aparte.
Nos pasó que cuando comenzamos a vender periódicos en Monte Maíz, en donde hay un
periódico llamado El Observador -al igual que el que existió en Chañar años atrás- y es
una localidad muy fuerte periodísticamente hablando, nos enteramos que no cayó para
nada bien”, recordó.

Y agregó: “Éramos un diario nuevo, veníamos de afuera, nos trataban de esa forma
peyorativa pensando que como no éramos oriundos de la localidad, no podíamos hablar
de ese lugar, cuando en realidad nuestro gerente de noticias era de allí. Costó que
entendieran que íbamos a dedicar cierto espacio para hablar de lo que ocurría en el
pueblo porque vendíamos diarios ahí también.Al principio fue con un poco de recelo, pero
hemos logrado superar esos obstáculos y puntualmente en Monte Maíz, vendemos una

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gran cantidad de ejemplares por mes”.

En cuanto a los periodistas de Chañar Ladeado, la situación fue diferente y así lo comentó
Juliana Lauretti: “Los colegas que estuvieron en el pueblo en algún momento nos
recibieron bien. Como el caso de Marcelo Corvalán que tenía el diario El Observador,
Carlos Manfredi o Ignacio Cutella que dirige el Semanario Pasión. Nos han ayudado
muchísimo y sabemos que podemos contar con ellos”.

La periodista también expresó: “Suele pasar que no existe un diario por pueblo, cuando
vas a otra localidad piensan que por no ser de ahí no vas a poder brindar información de
su localidad, hasta que abren el diario y lo descubren”.

A raíz de estas respuestas, resulta propicio indagar en la opinión de los entrevistados


acerca de la calidad periodística a nivel regional. Montecchiesi, Cavaglia, Ortiz y Muratori,
los periodistas con más rodaje y experiencia, fueron los encargados de responder sobre
este tópico.

“Quizás falta instalar un poco más el espíritu crítico en los pobladores. Con esto me
refiero a incentivar a cada lector u oyente de nuestros productos periodísticos para que
forme su propia opinión, sin caer en la generalidad”, manifestó Montecchiesi.

Y agregó: “Sucede que los medios del interior con frecuencia incurren en estos vicios:
buscar la aprobación del conjunto social. Y sabemos que en el conjunto hay opiniones
diversas. Según mi punto de vista, los integrantes de una comunidad tienen que identificar
el mensaje de los medios, no adquirir el vicio de adoptar la opinión del periodista, sino
forjar una propia, contrarrestando lo que sabe, su bagaje cultural, con aquello que
interpreta del discurso periodístico”.

Para el encargado del área de prensa de la municipalidad de Isla Verde, para que esto
suceda son muy importantes “la educación y la convivencia de las distintas culturas”, lo
cual calificó como“una dura tarea al menos en las localidades pequeñas”.

Con una mirada más crítica al respecto, Luis Ortiz comentó: “En lo que es el
departamento de Marcos Juárez en provincia de Córdoba y el departamento Caseros en
provincia de Santa Fe, la calidad no es buena, pero dentro de todo se hace algo. El
problema es que ese algo está vacío, porque nosotros no estamos colegiados, no

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existimos dentro de un rubro, sólo estudiamos y tenemos que hacernos valer por nosotros
mismos”.

El cordobés opinó que “muchas veces los periodistas escriben por inercia y no hacen las
preguntas básicas y eso es malo”, a lo que sumó que es “peor aun teniendo en cuenta
que lo hacen por dinero”. También dijo que “en la región es muy difícil ver notas en donde
estén citadas las fuentes o se hagan citas directas o indirectas, por dar un ejemplo”.

Por esa razón el periodista opinó que “los lugares dentro del periodismo deben estar
reservados para analistas de la información que estén a la altura”, ya que “el periodismo
no es para cualquiera”. Si bien manifestó que de sus amistades dentro del medio no
puede decir lo mismo, Ortiz siente que “hay muchos problemas que tienen que ver con el
propio ego de los periodistas”, problemas de los cuales no se excluyó.

Por su parte, Román Cavaglia se expresó de esta manera en cuanto a la calidad


periodística en la región: “Como avanzó la tecnología, aumentó la oferta, lo cual es bueno.
Cuando nosotros arrancamos no había radio con producción propia, eso lo reconozco
como un logro, el poder haberle devuelto a Chañar la producción radiofónica, hoy en día
con la cantidad de medios que hay, pasa a ser algo casi anecdótico”.

Si bien el comunicador social admitió que “los pueblos tienen cierta diversidad en la
oferta”, no cree que “sean de buena calidad o que valga demasiado la pena escucharlas,
verlas o leerlas”.

Y agregó: “Le faltan a la zona productos bien elaborados, si bien en cada pueblo hay
canales de televisión, programas de radio o periódicos, para mi gusto los productos no
son buenos, no son logrados, aunque también entiendo que eso es una problemática
propia de los pueblos, en comunidades pequeñas resulta complicado poder hacer cosas
lindas, es muy difícil. Porque el mercado es chico, porque no hay recursos humanos,
porque el estrés de quienes lo hacemos juega, porque te cansas o te aburguesas, por
miles de razones”.

En última instancia, Cavaglia dio según su punto de vista, algunos de los motivos por lo
cual la baja calidad se presenta en las producciones periodísticas de la región. “Pasa en
todos los ámbitos, en el deporte también, los mejores deportistas se van a las ciudades.
En los pueblos es mucho más difícil, pero a su vez es meritorio que existan cosas que
puedan ser valiosas, por eso repito y rescato el trabajo de Marcelo Muratori, que aún con

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diferencias de criterio está dejando cosas para el archivo, después si uno quiere ser
crítico habría que revisar cada cosa, como seguramente habría que hacerlo también con
mi trabajo, pero su aporte, sostenido por una empresa que ha podido solventarlo durante
todo este tiempo, es válido”, expresó.

Lo que nos lleva a la palabra de Marcelo Muratori, que guarda una opinión similar a la del
resto de los intervinientes en este tópico. “Salvo dos o tres casos puntuales, no hay un
periodismo desarrollado. En Corral de Bustos está Claudio Bravo que es un muy buen
periodista y con una vasta trayectoria en televisión, el problema del cual adolece el canal
de Corral de Bustos es que cuenta con periodistas locales y que trabajan muy firmemente
en temas que no conocen, como cuando se refieren a las localidades vecinas”, comenzó
el periodista.

Y prosiguió: “Cafferata tiene cable, pero no tiene periodismo, salvo algunas cositas que
hacen algunos chicos con muy buena voluntad, en Beravebú pasa lo mismo, excepto con
el periodismo deportivo, pero también es a pulmón. Godeken ya no tiene canal de
televisión, Los Quirquinchos tiene canal y no tiene programación, Cañada del Ucle igual y
recién en Firmat encontramos buen periodismo, en un canal bien conformado, con
profesionales y con otra estructura. Para Chañar eso es una deuda, el canal nos brinda el
espacio para hacer diferentes programas, pero el trabajo de publicidad y de producción lo
tenemos que hacer nosotros y es todo a pulmón”.

Muratori también dijo: “Lamentablemente lo tengo que hacer solo y no tengo a nadie que
se acerque a ayudarme a pensar las notas, fomentar las relaciones personales e
institucionales, etc. Además, en una localidad pequeña muchas veces no hay material ni
siquiera para hacer tres notas por semana, salvo en algunas excepciones. Tribunales no
hay, por lo tanto, no hay policiales, también porque el jefe de policía si no tiene resultados
se niega a hablar, entonces hay que buscar las noticias institucionales, en las escuelas, el
cuerpo de bomberos voluntarios, etc. Pero para eso hay que estar y conocer”.

Además, comentó: “Yo ni siquiera puedo hacer el programa en vivo por falta de personal,
de camarógrafos, de lo que sea, por eso lo grabo, no está ese apoyo económico. Esa es
la diferencia que hay a nivel estructura con el canal de cable de Corral de Bustos o de
Firmat. Si yo no estoy, no tengo quien me reemplace, cosa que me gustaría porque
cambiaría la óptica y la cara que se ve siempre, pero entiendo que eso es algo que te
tiene que gustar y te tiene que nacer hacerlo. Otra cosa importante es el archivo mental

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que uno debe tener, el no olvidar ningún detalle para tener presente el contexto a todo
momento”.

Y, por último, dio su opinión acerca de una posible mejora en la calidad del producto
sujeto a diversas condiciones: “Me gustaría poder explotar más este espacio, si
tuviésemos más posibilidades. Con una estructura diferente creo que podríamos hacer
algo mucho mejor, pero se hace lo que se puede”.

A modo de cierre, resulta interesante citar las reflexiones que un periodista de oficio como
Muratori hace del oficio/profesión. Una persona que más de allá de no contar con
formación alguna, vive el periodismo desde la pasión, quizá uno de los componentes más
importantes, de esos valores que no vienen en los libros.

“Creo que es una de las profesiones más lindas, porque te abre la cabeza, te permite
conocer el mundo real, sea cercano o lejano, te permite (sí uno así lo quiere) buscar una
objetividad permanente en todos los temas, con todas sus herramientas se puede
aprender a leer las noticias, a interpretar hechos y acontecimientos, descubrir la verdad, la
mentira o buscar un equilibrio lo más objetivo posible”, comenzó el conductor televisivo.

“También te da la experiencia de saber qué vas a decir cuando se prende la cámara,


porque lo que uno escriba o diga en radio o televisión, genera consecuencias. Depende
también de cómo se quiera encarar el periodismo, si se busca ir hasta el fondo de la
cuestión, investigar y denunciar, o si se quiere tomar una postura más armoniosa como lo
decidí yo, y que todos quieran seguir viniendo, que nadie se sienta intimidado, mantener
el criterio y seguir trabajando”, opinó.

Y, en última instancia, cerró su reflexión diciendo: “El periodismo te permite tener una
visión general de las cosas, quizá un poco por arriba de otras miradas. El médico, el
arquitecto, el abogado, todos están condicionados por su profesión a la hora de hablar (si
bien algunos pueden tener una capacidad de análisis mayor), el periodista no, porque
tiene las herramientas para interpretar la opinión de todos ellos y del común de la gente.
Uno puede sacar sus propias conclusiones de todos los temas”.

No hubiese sido coherente realizar este trabajo sin la mirada de quienes integran el
espectro periodístico sobre el cual se investigó. Quedó claro que existen diversas miradas
y que, contando con formación académica o no, periodistas de oficio y periodistas que
cuentan con estudios pueden convivir.

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Lo dejó claro Luis Ortiz, que teniendo una opinión desencontrada para con Lauretti y Font,
aún sigue formando parte del staff, o Montecchiesi, de un perfil más conciliador, que no
desprecia la tarea de los periodistas de oficio.

Lo rubricaron las opiniones de Muratori y Cavaglia, periodistas que aportaron su voz


periféricamente, sin formar parte de La Noticia Zonal, pero esgrimiendo sus razones a la
hora de evaluar el trabajo ajeno y el propio. Porque más allá de que Cavaglia sienta que
La Noticia Zonal no es un lugar de referencia, no denosta el trabajo de sus colegas y
sostiene el valor de la tarea de Marcelo Muratori como periodista de oficio, más allá de las
diferencias de criterio entre ambos.

También se ponen de manifiesto las dificultades que supone el hacer periodismo en


localidades pequeñas. Muchas veces con poco presupuesto y personal idóneo o formado,
algunas veces, en condiciones de precariedad. Es necesario poner toda la discusión en
contexto, antes de sacar cualquier conclusión.

De todas maneras y como lo han expresado los protagonistas, sea un periodista de oficio
como uno formado, no se deben dejar de lado las reglas del periodismo, el uso del criterio
y la responsabilidad a la hora de expresarse. No se puede tomar con liviandad un trabajo
como el del periodista, ya que lo que se escribe o lo que se dice, repercute de diferentes
maneras en la sociedad y hacerlo sin responsabilidad, puede incurrir a los periodistas a
caer en un grave error.

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Conclusión

Resulta raro decir en este apartado que, de alguna manera, este trabajo no tiene
conclusión. De hecho, la misma fue expuesta a lo largo de todo el T.F.I. en la voz de
distintos autores y de los mismos protagonistas.

No se puede tener una respuesta fáctica acerca de lo que significa la calidad periodística,
ni de si el periodismo de oficio es superior al académico o viceversa. En este punto la
subjetividad se hace presente y toda sentencia queda supeditada a una opinión, una
opinión que en definitiva es individual.

Sin embargo, no es propicio terminar este camino sin un análisis y existe una conclusión
de este trabajo que tiene que ver con los puntos en común y con las discordancias. En
primer término, referido a las diferencias, las mismas se suscitaron en cuestiones como la
entidad periodística y las responsabilidades que conlleva el trabajo de prensa,
responsabilidades de índole social, moral, laboral y ética.

Como anteriormente marcó la Dra. Elena Real Rodríguez, no se puede pasar por alto que
la tarea periodística no es para cualquiera, pues esta conlleva grandes compromisos. En
consonancia con la autora se pronunció Román Cavaglia, director de Radio On, quien por
fuera del aparato mediático de La Noticia Zonal hizo un análisis similar al de la española,
sosteniendo que el dar entidad de periodistas a personas que no lo son, puede traer
graves consecuencias, si esas personas no se manejan según las normas implícitas y
explícitas del periodismo.

Para rubricar su ejemplo, el comunicador social se refirió al hecho de la quema de


tribunales en la ciudad cordobesa de Corral de Bustos que, según Cavaglia, estuvo
influenciada por poderes con intereses ocultos y por personas inexpertas sentadas frente
a un micrófono.

De igual manera, se refirió a La Noticia Zonal como un producto de baja calidad


comparándolo con su antecesor, El Observador. Sin embargo, el director radial no
denostó el producto en su totalidad, a pesar de carecer de calidad “no dejar de ser válido”,
reconoció el entrevistado. A su vez, prefirió valorar la existencia de un nuevo medio de
comunicación que aporte una mirada distinta, en lugar de que no exista ningún medio
gráfico en la localidad.

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En una sintonía similar se expresó Luis Ortiz, integrante del cuerpo periodístico del diario.
El cordobés, de una vasta trayectoria, no pudo determinar si el producto era de calidad,
debido a su acotada participación en el periódico, que está abocada a otras cuestiones un
tanto menos periodísticas.

También reveló que su relación con los periodistas de oficio que llevan adelante el medio,
Juliana Lauretti y Guillermo Font, suele ser conflictiva ya que según el entrevistado “hay
cuestiones que el periodista sin formación no entiende, más que nada en la parte
deontológica y ética”, temática a la cual se refirió Real Rodríguez.

Sin embargo, Ortiz reconoció que la relación laboral se fue tornando más amena. “Cada
vez vamos avanzando más y entendiéndonos mejor”, dijo el periodista. A pesar de esto, el
Presidente del Consejo Regional de Medios del Sudeste Cordobés, mencionó que no
suele darles crédito a las publicaciones que no provienen de un perfil profesional, o sea
académico, ya que para el entrevistado la calidad se proyecta siempre desde el aspecto
profesional.

En tonos más conciliadores se pronunciaron tanto Cristian Montecchiesi como Marcelo


Muratori. El primero, integrante del periódico, subrayó la importancia de la formación
académica, pero se expresó a favor del trabajo de los periodistas de oficio, a los cuales no
desprecia y con los que lleva una buena relación laboral.

Por otro lado, Muratori (también por fuera del espectro de La Noticia Zonal y desde el
umbral del periodismo televisivo) destacó lo que el criterio profesional, a pesar de ser un
periodista de oficio, puede generar en la disciplina, él mismo es un ejemplo de ello con
más de 20 años de vigencia ininterrumpida en la televisión de Chañar Ladeado. A su vez,
valoró el producto realizado por Lauretti y Font y el perfil periodístico que intentan darle al
producto.

Inclusive los mismos Font y Lauretti mencionaron la recepción algo despectiva que
recibieron por parte de sus colegas del periodismo gráfico a nivel zonal, colegas que,
como mencionaron los mismos entrevistados, provienen en su mayoría del mismo lugar
que ellos, del oficio, de la pasión. Si bien, luego reconocieron que se han ido ganando un
lugar dentro del periodismo en la región.

Diversas miradas y distintas opiniones sobre un debate que lleva décadas instalado en
salas de redacción en todo el mundo. Aunque sin lugar a dudas, la situación ha cambiado,

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los datos que aporte el informe de la Unesco que data de 1958, como así también las
estadísticas que anunciaron la Asociación Colombiana de Facultades de Comunicación
Social y Periodismo y la Federación Latinoamericana de Facultades de Comunicación
Social, hablan a las claras de que el avance de la formación académica en el periodismo
es una realidad.

Resulta complicado encontrar periodistas sin formación, sobre todo en las grandes urbes,
aunque sin dudas aún existen regiones como la que compete a Chañar Ladeado, en las
que el periodismo está más representado desde el lado del oficio. La exposición del
capítulo referido a la formación académica, también demuestra la importancia que tiene el
estudio para el periodista, como lo han mencionado los autores y lo han reconocido los
entrevistados, inclusive quienes provienen del terreno del oficio.

Como mencionó Miguel Wiñazki, no se puede dejar de lado de ninguna manera el aporte
de la práctica, de la experiencia y del trabajo de campo, el de palpar y sentir lo que pasa
en la calle. Sin embargo, esta tarea debe estar acompañada necesariamente por
conceptos académicos que ayuden al periodista a desenvolverse de la mejor manera en
sus tareas cotidianas.

Esa tarea híbrida entre oficio y academia es la fórmula necesaria para un buen
desempeño. El entender al mundo y sus complejidades mediante la captación de
conceptos provenientes de la sociología, la antropología, la economía, la política o la
historia (conceptos que se suelen estudia en el periodismo) y expresarlos mediante
normas deontológicas y éticas, lograran que esa formación académica se vea reflejada en
la práctica.

En cuanto a la calidad periodística, resulta claro que es un concepto intangible y de la


misma forma subjetivo. A pesar de su dificultad para ser definida, se han elaborado
diversos métodos para medirla y cuantificarla, métodos como el citado Valor Agregado
Periodístico (VAP), elaborado en la Universidad Católica de Chile en 2001, y aplicado por
sus creadores y por autoras como María Teresa Téramo, Liliana Gutiérrez Coba o Lidia
De La Torre en diversas investigaciones sobre medios de comunicación.

La mayoría de los lineamientos generales que componen a este tipo de instrumentos de


estudio han sido tematizados por una amplia gama de autores, aunque se podría afirmar

105
que la mayoría, se han basado en la conceptualización que de los mismos ha realizado
Mauro Wolf con sus valores/noticia.

La tarea de concebir y seleccionar correctamente los criterios de noticiabilidad corren por


cuenta del periodista, aunque un gran número de investigadores y analistas han
coincidido que, en reglas generales, los parámetros de mayor importancia son la
proximidad, el impacto y la relevancia.

También cabe lugar para otros, como la veracidad, el chequeo de fuentes y de la


información y la búsqueda de la máxima objetividad posible, criterios con los que han
coincidido tantos los autores como los entrevistados, en mayor o menor medida.

En síntesis, todo el esfuerzo realizado se enfoca en una sola cosa: el público. Con decir
público me refiero a la sociedad, una sociedad que merece el mejor producto, una
sociedad que merece estar informada de la mejora manera porque para ella se trabaja y
porque es un derecho fundamental de los ciudadanos.

Cualquier ser humano puede expresar sus ideas por la prensa sin censura previa porque
ese es su derecho. Porque no hace falta tener el título de periodista para sentarse frente a
una computadora, frente a un micrófono o una cámara. Por eso existe el periodismo de
oficio, porque antes de las academias de periodismo, la actividad se aprendía trabajando,
ensayando, en la calle y en las salas de redacción.

¿Es por eso menos válido el periodismo de oficio? De ninguna manera; existen muchos
de ejemplos de excelentes periodistas que no provienen de la academia y han realizado y
realizan una destacada labor, han sido reconocidos por sus pares y fundamentalmente
por el público, que es lo más importante.

Entonces ¿es necesaria la formación académica? Sin lugar a dudas; la absorción de los
conocimientos que las escuelas de periodismo enseñan le servirán al periodista para
tener una visión más acabada del mundo, para poder saber de qué habla y bajo qué
contexto, para entender el qué, cuándo, cómo, dónde y por qué de las cosas y lograr
formar un pensamiento independiente, sin influencias externas de ningún tipo. La
asimilación de estos conceptos, ayudarán al futuro periodista a destacarse en la práctica
profesional.

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¿La formación académica o la ausencia de ella, afecta a la calidad de la información?
Puede que sí y puede que no; la calidad puede depender de la formación según el caso,
si el periodista se ciñe a los lineamientos morales, éticos y deontológicos, si se desarrolla
según las normas y principios del periodismo, sea de oficio o académico, la información
será tratada de la mejor manera y llegará más correctamente al receptor.

Tal y como se mencionó anteriormente, la calidad es un concepto arduamente tratado y


muy difícil de definir. Más allá de la opinión de los estudiosos y de los mismos periodistas,
quizá la respuesta a este interrogante resida en el mismo público, en la gente.

Existen numerosos ejemplos a lo largo de la historia en los cuales el periodismo ha sido


usado como una herramienta de persuasión y convencimiento, distorsionando la realidad
hasta límites insospechados, omitiendo ciertos datos y brindando otros. A pesar de que el
paradigma en los tiempos actuales ha cambiado sustancialmente, aún se pueden ver
ciertos ejemplos.

De todas maneras, cada medio, como así también cada periodista, realiza una edición, un
recorte de la realidad que está relacionado con sus ideales, sus intereses, sus
pensamientos y valores, con su opinión, con su propia subjetividad, a pesar de esa
búsqueda de la máxima objetividad posible, algo prácticamente inalcanzable.

Esta visión, esta expresión de la realidad será comunicada al público, y el mismo público
se encargará de tomarla o dejarla, de acordar con ella o ponerse en una postura
radicalmente diferente. Si no es una, será otra, la que más coincida con la ideología o la
idiosincrasia de cada individuo o con su visión de los hechos.

Al fin y al cabo, el periodista trabaja para la sociedad, para el público, para la gente. Si no
se está de acuerdo con la mirada de un medio de comunicación, se elegirá otro, sea
amplio o no, el espectro periodístico presenta variantes.

¿La Noticia Zonal es un producto de calidad? Cada uno tendrá su respuesta; para
Montecchiesi, Font, Lauretti y Muratori sí, para Cavaglia y Ortiz no tanto. Al fin y al cabo,
lo importante es lo que piense la gente, de la gente dependerá el éxito o el fracaso, no
olvidemos que el periódico es un producto periodístico, pero también un producto
comercial. La ecuación es simple,si al público no le gusta el diario, no lo leerá o elegirá
otro, porque, como dijo Guillermo Font: “Más allá de todo, como siempre, la gente elige”.

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Diciembre. Universidad de Palermo. Buenos Aires, Argentina.

MICHI, Gabriel (2007): “Estándares profesionales e indicadores de calidad periodística”. II


Congreso Nacional e Internacional del Foro de Periodismo Argentino, 30 de Noviembre a 1 de
Diciembre. Universidad de Palermo. Buenos Aires, Argentina.

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presentada en la Conferencia Internacional “News Media and Politics – Independent Journalism”,
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WIÑAZKI, Miguel (2007): “Estándares profesionales e indicadores de calidad periodística”. II


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COLMAN, SAMANTA M. (2011): “Periodistas que trabajan en medios de comunicación sin título de
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de Rosario. <http://postituloperiodismo.com.ar/tfi/id/34/title/Profesionales-que-trabajan-en-medios-
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<http://mexicanadecomunicacion.com.mx/Tables/RMC/rmc69/periodismo.htm>, página inactiva en
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En:<http://prende.masimagen.com.mx/images/stories/file/librodigitalpropuestaindicador
esperiodismocalidadmexico.pdf>- Visitado el 10/08/2015.

114
ANEXO

Entrevistas:

1) Entrevista a Guillermo Font y Juliana Lauretti

¿Cómo surgió la iniciativa de crear un medio gráfico?

Guillermo Font: Empezamos al revés de lo que se hace usualmente. Iniciamos con el


sitio web de Noticias Chañar por Facebook y al mes y medio nos mudamos a la parte
gráfica.

Surgió porque vimos interés y buenas respuestas de la gente en lo que era la web, y
además ya hacía alrededor de siete u ocho años que no había ningún medio gráfico en
Chañar Ladeado y nos pareció que podíamos ocupar ese lugar.

¿Desde qué lugar realizan sus actividades? ¿Desde la pasión y la vocación o


cuentan con algún tipo de curso o taller realizado?

GF: Desde la pasión. Nuestra actividad económica era otra, pero cuando vimos que el
producto funcionaba e íbamos consiguiendo pauta publicitaria, nos dedicamos de lleno a
esto. En este momento estamos haciendo y viviendo de lo que nos gusta.

Juliana Lauretti: En mi caso fue un campo que siempre me interesó. De chica había
hecho radio, pero nada vinculado a la parte noticiosa. La idea la tuvo Guillermo y yo lo
seguí, como era algo que siempre me había inquietado y notaba desde mi punto de vista
que hacía falta en el pueblo, me metí. Más allá de que había otros medios en la localidad,
nos parecía que el desempeño que tenían no era el mejor, no eran inquisitivos, eran
políticamente correctos. Modestamente creo que el periódico vino a romper con el molde.

GF: No pensábamos que los otros medios tenían una mala producción, sino que estaban
un poco quedados fundamentalmente en lo que era la cuestión política en Chañar, nos
pareció que faltaba debate y darle participación a la gente.

JL: Si vos querés respuestas, tenés que generar preguntas. Me parece que la gente se
quedaba con lo que veía por la tele o escuchaba por la radio, más allá de que tenían los
medios faltaba participación, los ciudadanos no podían preguntarle, por ejemplo, a los
políticos sobre las cosas que los inquietaban. Creo que generamos un espacio en donde
el público puede participar.

115
GF: Creo que ese espíritu de participar de la noticia antes de Noticias Chañar no sucedía.
He visto que otros colegas como los chicos de Radio On (más allá de que estamos
hablando de otro tipo de medio) le han puesto más énfasis, por ejemplo, a la parte virtual.
Nosotros generamos otro espacio de debate y participación con el público y se logró una
mejor promoción de los contenidos.

El cuerpo periodístico de la redacción se amplió y conviven periodistas de oficio


con periodistas formados académicamente ¿Cómo se da esta relación? ¿Cuál es la
metodología de trabajo?

GF: Se da de forma muy respetuosa. Más allá de que pareciera que hay una secta y que
los periodistas formados académicamente no aceptan a gente como nosotros, nuestro
trabajo ha hablado por sí solo y nuestros colegas nos tratan como pares. De esa manera
se hace más fácil.

Trabajamos con colaboradores a los que se les paga por nota publicada, no podemos
costearlos para que estén ocho horas trabajando en la redacción y además esa
metodología de trabajo todavía no está instalada en el pueblo en general. Producir
contenido es difícil y es caro, nosotros íbamos generando información día tras día y nos
manejábamos Raúl Sabino, oriundo de la localidad de Monte Maíz, que fue nuestro
gerente de noticias y alguien fundamental para el crecimiento del periódico.
Lamentablemente falleció hace pocos meses y es una pérdida de la que no nos hemos
podido recuperar tanto en lo humano como en lo laboral. Nos va a costar tener el mismo
dinamismo de antes, hoy trabajamos el triple para hacer lo mismo.

JL: Nos allanaba el camino en muchos aspectos, en la parte periodística, en la


planificación, contactos, relaciones humanas, logística.

GF: De todas maneras, seguimos trabajando igual, con mucho esfuerzo. En Monte Maíz
tenemos a Candelaria García, que es una chica recién recibida, pero que es muy sagaz,
buena productora y tiene una llegada más importante a otro tipo de público, lo que nos
ayudó a generar más contenidos en esa parte de la región.

En resumen, nos relacionamos bien y el trabajo es part time, por razones económicas.

JL: Nuestro proyecto no es egoísta, mientras más personas participen, mejor. Volver al
medio egocentrista y marcar mi opinión o la de Guillermo harían que el alcance sea local y

116
nos quite posibilidad de crecimiento y expansión en la zona. La idea es que haya una
columna vertebral y que de ahí se desprendan distintas opiniones.

No hay una bajada de línea estricta.

JL: No, para nada.

GF: Muchas veces nuestros mismos compañeros nos lo reclaman. Germán Giachero, que
es un orgullo que esté con nosotros ya que es un periodista con una carrera vasta, ha
escrito libros, tuvo ciclos muy exitosos en radio y es una persona muy formada, hasta el
día de hoy no puede entender que nosotros no le demos órdenes en relación al tema de
cobertura. Él va haciendo una lectura de la situación y nos manda sus escritos que
publicamos en la página 19 mensualmente.

JL: En la sección de arte también. Ahí tenemos una colaboradora fija que es Betita
Carpinetti y ella tiene libertad de escribir lo que quiera, lo único que le pedimos es que
haya una parte para niños y otra para adultos. No le decimos qué escribir a ninguno de
nuestros periodistas.

¿Cómo trabajan en relación a la construcción de agenda?

GF: Al no tener formación académica trabajamos de otra manera, nosotros contamos lo


que vemos como lo vemos, de la manera más descarnada, tratamos de ver la mayor
cantidad de cosas posibles y después dejamos que la gente saque sus propias
conclusiones, no creemos que podamos formar opinión.

JL: Nos pasa a veces en la radio que yo tengo una postura y Guillermo otra y la decimos
al aire y no hay inconveniente. Inclusive en el diario participan los distintos partidos
políticos y cada uno dice lo que quiere, con respeto lógicamente, pero nosotros tratamos
de indagar y que la gente forme su propia idea, después lo que cada uno diga es opinión.

Tanto para ustedes como para periodistas con formación, existen ciertas
exigencias y responsabilidades para con el público al momento de expresar una
idea o de hacer una publicación, desde su punto de vista ¿qué tiene que tener una
publicación para que sea de calidad?

GF: En primer lugar que sea fidedigna, que se chequeen las fuentes, confiar obviamente
en nuestros colaboradores. En mi caso soy el editor y me encargo de decidir algunas

117
cosas puntuales, como los títulos, busco un golpe de efecto con los mismos, veo qué
temas incluir en la tapa, analizo cuáles son más preponderantes.

JL: La tarea de Guillermo es que cada uno se luzca. Si uno trae una nota buscar una
imagen adecuada para acompañarla, revisar el título, la bajada, los textuales, todo.

¿Se manejan con algún sistema a la hora de escribir, como por ejemplo, la pirámide
invertida?

JL: Yo me encargo de la sección social y en lo particular busco una introducción que haga
una especie de paralelismo con lo cotidiano o algún hecho histórico. En el centro escribo
la información pura, por así decirlo, y después le doy un remate. Desde el amateurismo
con una noticia de temática social creo que es la mejor manera de encararla para que
después la gente la lea, si uno hace una nota muy cargada probablemente lean una parte
y después la abandonen.

En eso juega un papel importante la diagramación de las páginas, de las que Guillermo
hizo averiguaciones y tomó consejos para lograr que las notas tengan más impacto visual
y sean más llamativas. La inclusión de fotos, la ubicación de las columnas y demás está
todo pensado, después la forma de escribir de cada uno no. A mí me llama la atención
cómo escribe uno de nuestros compañeros, Cristian Montecchiesi, él una nota de
deportes te la relata de manera romántica, cada uno tiene su prosa y su manera, la mía
es esa y trato de aportar elementos cotidianos para tener una forma más de entrarle al
lector.

GF: En mi caso y diciéndolo de manera vulgar, trato de contarlo cortito para que no se
haga insoportable. Otra cosa es una investigación como la que hicimos del caso Monticas,
que hoy por hoy forma parte de un expediente judicial. Trato de lograr que los datos sean
fidedignos y relatar los hechos de forma novelada dentro de lo que se puede para hacerlo
más atractivo.

En el caso de esta investigación fue un trabajo arduo, que llevó meses y se hizo en
conjunto con periodistas de otras localidades y por suerte tuvo un golpe de efecto y nos
hizo más conocidos en la zona. Todo gracias a que la hicimos desde nuestro lugar con el
máximo rigor periodístico posible y contenía aportes de otros colegas. El hecho de poder
vincular a personas reconocidas como los hermanos Cirigliano con Monticas resultó
positivo, sobre todo porque era cierto.

118
Yo trabajo de esa manera, buscando un golpe de efecto, pero con rigor y seriedad.

Más allá de lo que me contaron, el periódico no se convierte en un espacio público


de denuncia, sino que revela hechos, tal vez con un perfil crítico, pero con las
armas que dispone el periodismo.

GF: Exactamente, eso es lo que es.

Más allá de la buena acogida que ustedes sienten que tuvieron en el público ¿Cómo
los recibieron o los miraron desde otros medios?

GF: En la parte gráfica, con mucho recelo, pareciera que es un mundo aparte. Nos pasó
que cuando comenzamos a vender periódicos en Monte Maíz, en donde hay un periódico
llamado El Observador y es una localidad muy fuerte periodísticamente hablando, nos
enteramos que no cayó para nada bien. Éramos un diario nuevo, veníamos de afuera, nos
trataban de esa forma peyorativa pensando que como no éramos oriundos de la localidad,
no podíamos hablar de ese lugar, cuando en realidad nuestro gerente de noticias era de
allí. Costó que entendieran que íbamos a dedicar cierto espacio para hablar de lo que
ocurría en el pueblo porque vendíamos diarios ahí también.

Al principio fue con un poco de recelo, pero hemos logrado superar esos obstáculos y
puntualmente en Monte Maíz vendemos una gran cantidad de ejemplares por mes.

JL: Los colegas que estuvieron en el pueblo en algún momento nos recibieron bien.
Como el caso de Marcelo Corvalán que tenía el diario El Observador, Carlos Manfredi o
Ignacio Cutella que dirige el Semanario Pasión. Nos han ayudado muchísimo y sabemos
que podemos contar con ellos.

Suele pasar que no existe un diario por pueblo, cuando vas a otra localidad piensan que
por no ser de ahí no vas a poder brindar información de su localidad, hasta que abren el
diario y lo descubren.

GF: Más allá de todo, como siempre, la gente elige.

119
2) Entrevista a Cristian Montecchiesi

Presentación.

Me llamo Cristian Gabriel Montecchiesi. Tengo 32 años. Soy Licenciado en Periodismo y


Comunicación; Técnico en Periodismo Deportivo y realicé el Trayecto Pedagógico para
Graduados no Docentes. Me desempeño como periodista y Encargado de Prensa en la
Municipalidad de Isla Verde, provincia de Córdoba.

¿Por qué elegiste el periodismo como forma de vida?

El periodismo es una profesión en la cual hay que buscar todas las alternativas para que
se convierta en una forma de vida. No tiene una ocupación fija, está lleno de vetas en
donde se pueden expresar el tipo de sociedad que se pretende, teniendo en cuenta que la
población consume muchos medios de comunicación, no uno en particular. Con esto
quiero decir que no es fácil precisar que nosotros elegimos el periodismo; en todo caso él
nos elige. De modo que a través de algunos de sus soportes nos tienta: ya sea a través
de la gráfica, del espectro radial o de la imagen televisiva.

A pesar de todas las posibilidades que ofrece, no es fácil vivir del periodismo, y considero
que el profesional que se dedica a esto muchas veces necesita otros medios para
subsistir. Por lo tanto, entre las vetas anteriormente mencionadas también aparece la
docencia, el lugar donde además de trabajar en contacto con la problemática social
también nos aproxima a nuestra principal fuente: el contexto de los sujetos sociales y sus
conflictos.

¿Sentís que fue una elección correcta?

Con el tiempo me fui dando cuenta de que elegí correctamente ser periodista. Al principio,
cuando comencé los estudios terciarios de periodismo deportivo descubrí que algunas
formas textuales me despertaban interés, como por ejemplo los cuentos de fútbol. Idea
que se potenció al articular esta carrera con otra de nivel universitario, allí se incorporaron
conceptos y teorías necesarias para analizar a la sociedad en su conjunto. Surgió la
posibilidad de aprender herramientas interactivas para comprender la nueva era
informática en la que estamos insertos.

120
Por tal razón, considero que fue una elección correcta porque me sirvió para la vida
cotidiana; a través del periodismo se comprende el accionar de la sociedad y se le otorga
interés a la manera en que nos comunicamos como ciudadanos.

Esta profesión me dio las herramientas para saber la importancia que tiene una
conversación, las vivencias de la gente, en fin, para recolectar las historias que andan por
ahí sueltas, a la expectativa de que un comunicador las recolecte. Siempre y cuando sea
capaz de captar el hecho relevante, que tiene una verdad parcial, ya que no hay una
absoluta, y es imprescindible reconocer las voces de todas las personas involucradas en
un acontecimiento.

¿Qué pensás del panorama periodístico actual a nivel nacional?

El periodismo argentino está trazando un camino diferente. Desde el surgimiento de las


nuevas formas de llevar a cabo la profesión, se tornaron visibles las ideologías que
persiguen los comunicadores. Todavía no puedo arriesgar si beneficia la tarea o la reduce
a un simple periodismo de “luchas” políticas.

Mientras la polarización periodística se hace cada vez más evidente, resulta difícil
comprender cuáles son las multiplicidades de voces que busca alentar la nueva Ley
26.522 de Servicios de Comunicación Audiovisual porque se observan sólo dos opiniones
en el país: los que están muy a favor de una realidad; y aquellos que están totalmente en
contra. Quizás las opiniones múltiples se deban hurgar entre los intelectuales más
silenciosos.

¿Cómo surgió la propuesta para trabajar en el diario La Noticia Zonal?

La posibilidad de trabajar como redactor en el periódico regional “La Noticia Zonal” surgió
debido a una intención propia, y del director de dicho medio, por realizar entrevistas a los
distintos protagonistas (principalmente del deporte) y difundir las actividades que realizan
en una pequeña localidad del interior de Córdoba, Isla Verde.

El periódico mensual te brinda la posibilidad de seleccionar cuidadosamente la nota


destacada y trabajarla con tiempo, darle un marco a la imagen, construir la historia,
enlazando la vida del personaje con su mérito en la actividad que realiza; la que muchas
veces despierta el interés de la comunidad.

121
¿Te “hacía ruido” que el proyecto estuviera a cargo de dos personas que no tienen
título de periodistas?

Si algo aprendí con el correr de los días de trabajo es que no se puede menospreciar el
oficio de los periodistas “sin diploma”. Si bien es cierto que la formación es esencial para
saber enfrentar la tarea diaria, tampoco se debe desconocer la capacidad que tiene el
periodista que construye la información en las calles, que establece relación con las
fuentes y convierte todo eso en un producto final.

Tal vez es necesario hallar un punto de encuentro entre ambos periodistas (profesionales
y de oficio) y retroalimentarse intercambiando el conocimiento teórico de uno y la
experiencia cotidiana del otro.

¿Cómo se da la relación laboral? ¿Trabajan con libertad? ¿Hay un ida y vuelta a la


hora de evaluar las publicaciones?

La relación de trabajo es muy cordial. En mi caso particular, elijo un tema y lo propongo.


Si coincide con la temática de la publicación cobra aún más importancia y lo trabajo con
anticipación. Sucede algunas veces que el periódico demora su salida porque hay hechos
relevantes referidos a elecciones, visitas destacadas, conmemoraciones, y en ese caso
puede modificarse el artículo. Como también trabajo en el área de prensa y difusión del
municipio de Isla Verde, en algunos casos hago la cobertura de acontecimientos políticos
en los que participo y utilizo esa novedad para el periódico.

El diario no tiene una bajada de línea editorial y eso no es usual ¿Te sentirías más
cómodo trabajando con una bajada de línea o la posibilidad de armar la agenda
según tus convicciones es una experiencia más enriquecedora?

Mi labor tal vez se ajusta más a lo realizado por periodistas que autogestionan sus
producciones. A medida que crece el desencanto por las presiones editoriales de los
medios masivos de comunicación, algunos periodistas se inclinan por armarse con sus
propias convicciones y tratar de solventar sus propios proyectos. Pretendo ser uno de
ellos.
No necesito tener una bajada de línea, pero sí una temática como la que propone el
medio de comunicación en el cual trabajo. Es decir, como periodista siempre tenemos la
libertad de elegir dónde y cómo trabajar. Muchas veces esto no sucede con aquellos que
trabajan en los medios masivos. En mi experiencia capto el mensaje del periódico y

122
trabajo libremente, incorporando mis apreciaciones sobre el contexto social, permite
sobrevolar el texto.

¿El hecho de no trabajar en un mismo espacio físico de redacción afecta de alguna


forma el trabajo que realizas? Teniendo en cuenta que no podés consultar ciertas
dudas al instante.

El trabajo a distancia que mantengo con el periódico no se ve afectado porque


compartimos todo tipo de contacto a través de las radios en las que cada uno trabaja.
Entonces, en algún punto, intercambiamos los hechos que ocurren encada localidad. Y
teniendo en cuenta que el periódico “La Noticia Zonal” es mensual, podemos manejar una
serie de temas y optar por los que generaron más repercusión en la población. De todos
modos, eventualmente las dudas se disipan personalmente, ya que las localidades de Isla
Verde y Chañar Ladeado distan en unos 35 kilómetros.

¿Qué debe tener en tu opinión una publicación periodística para que sea de
calidad?

La calidad en el periodismo tiene que ver con lograr ser lo más fidedigno posible a la hora
de narrar un hecho. No puede faltar en el inicio de una nota: la descripción, el suspenso
creado desde un principio para llegar al punto máximo en que el cuerpo del artículo
exprese la emoción del entrevistado junto con la pasión manifiesta del narrador. Lo crudo.
Siempre la crudeza llega al ojo de la gente. Y no debemos confundir esto con hacer
“amarillismo”. Se trata de contar la realidad tal cual es. Lo más sencillo posible, para que
el lector se sienta identificado con los lugares que describimos, con las personas de carne
y hueso que observamos todos los días; y no como en tantas oportunidades quieren
inculcar los medios más poderosos poniendo etiquetas como la de “monstruos” para
referirse, por ejemplo, a un criminal.

La calidad reside en el grado de involucramiento que tiene el periodista con la realidad


carnal de un acontecimiento, el cual se verá reflejado en lo que escribe.

¿Cómo ves la relación entre el periodismo de oficio y el periodismo ejercido por


profesionales egresados de una institución académica?

Tanto el trabajo del periodista de oficio como del profesional están imbuidos por un
acercamiento hacia la realidad y la experiencia. Es cierto que el profesional tiene un

123
sustento teórico detrás para efectuar análisis más precisos, elaborar comentarios con un
vocabulario amplio y la posibilidad de ingresar en los medios en donde se exige mayor
preparación. Sin embargo, ambos se necesitan para llevar a cabo un producto
periodístico. Aquel que posee el oficio tiene su trayectoria y conocimiento que son
respetables. Como así también el comunicador profesional cuenta con un amplio
repertorio para desempeñarse en todos los soportes. Al manejar nuevas herramientas
posee la capacidad de combinar la teoría con la práctica. Por su parte, el periodista de
oficio suele estar más preparado sobre el terreno, aunque al carecer de ciertos contenidos
que brinda una carrera profesional pierde cierta habilidad para elaborar conceptos
teóricos, realizar comparaciones con textos de otros autores, en otros contextos históricos
y políticos. Muchas veces, el periodista, llámese de “oficio”, utiliza el sentido común para
acercarse más al pensamiento general de la población.

En tu experiencia ¿qué opinión te merece el nivel de capacitación que otorgan las


entidades que se dedican a la enseñanza del periodismo? ¿Qué herramientas
otorga la academia?

El nivel de capacitación ha crecido con los años. Y así también la exigencia hacia los
periodistas. Hoy al periodista no le alcanza con tener una formación terciaria si pretende
insertarse en un medio de comunicación. Por eso la universidad abrió sus puertas para
que los periodistas sin carreras de grado logren avanzar hacia un periodismo de mayor
calidad.
La capacitación desde lo académico permite que el periodista incorpore herramientas más
vinculadas a las nuevas tecnologías, con cierto espíritu crítico también hacia los soportes
tradicionales, demostrando que en esta famosa post modernidad o modernidad líquida
(según Bauman) necesitamos manejar las herramientas modernas pero también
recuperar algunas disciplinas de otros tiempos, como la rigurosidad en la escritura, la
precisión en el lenguaje y la capacidad de desarrollar un pensamiento complejo.

¿Estás de acuerdo con las expresiones que afirman que a esta profesión se la
aprende trabajando, en la calle, en el día a día?

En partes, creo que sí. El conocimiento que te otorga la experiencia recorriendo el lugar
del hecho, conociendo las causas del suceso y a sus protagonistas, ofrece un panorama
preciso de la realidad para después poder corroborarla o contrastarla con el compendio

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de saberes que debe tener el periodista: en materia social, política e histórica de un
acontecimiento.

Pero por otro lado considero que el periodista necesita tener un sustento teórico, una
formación académica, o en su defecto que se convierta en autodidacta. Son todas
herramientas que el periodista requiere para poder analizar esos mismos hechos que se
producen en la “calle” o en la simple vida cotidiana de los ciudadanos y de esa forma
crear un pensamiento crítico o reflexivo en la población; atendiendo y respetando siempre
los pensamientos o posturas ideológicas de cada uno, siempre y cuando no afecte el
derecho de una persona a expresarse libremente. Es decir, que no observemos
expresiones de odio o fanatismo religioso o político que impidan el respeto de una opinión
pública.

¿Estás conforme con el resultado de lo producido en el periódico?

Un periodista nunca está conforme con su trabajo, si es que mantiene un nivel de


exigencia hacia sus producciones. Quiero decir que hará todo lo posible para superarse y
ser crítico con cada nota que realiza. De todas formas, el termómetro de lo que
producimos lo tiene la gente. Por lo tanto, acepto mucho las opiniones de los lectores, y
más allá de quedar conforme siempre encuentro algo por cambiar. Algo que no dije, o se
perdió entre las palabras.
No obstante, los artículos que escribo para el periódico mencionado me posicionan como
persona y me exponen favorablemente ante la sociedad, ya que puedo difundir a las
personalidades del deporte de mi localidad en la región y además tener una sección
específica para desarrollar mi nota, lo que me da espacio para expresarme y manejar mis
propios límites.

¿Opinás que hacen un producto de calidad?

Considero que el producto periodístico de “La Noticia Zonal” es de calidad porque la gente
reconoce la labor de sus periodistas (aunque algunos sean de oficio, hay varios
profesionales que colaboran) y el producto logó instalarse en distintas localidades, tanto
de la región de Santa Fe, como en algunas de la provincia de Córdoba.
Retomando párrafos anteriores, la calidad también se reconoce por las notas que hace el
periódico, el alcance que tiene en las distintas localidades y la opinión de periodistas
especializados de la ciudad de Buenos Aires, por ejemplo. Son pequeños detalles que

125
hacen a la calidad del periodismo. Sumando voces, consiguen que convivan los
periodistas profesionales con aquellos que lograron sus propios méritos mediante la
experiencia de muchos años en el terreno; a los que llamamos en este caso: “periodistas
de oficio”.

¿Cómo ves la calidad del periodismo en la zona y la región?

Quizás falta instalar un poco más el espíritu crítico en los pobladores. Con esto me refiero
a incentivar a cada lector u oyente de nuestros productos periodísticos para que forme su
propia opinión, sin caer en la generalidad.

Sucede que los medios del interior con frecuencia incurren en estos vicios: buscar la
aprobación del conjunto social. Y sabemos que en el conjunto hay opiniones diversas.
Según mi punto de vista, los integrantes de una comunidad tienen que identificar el
mensaje de los medios, no adquirir el vicio de adoptar la opinión del periodista, sino forjar
una propia, contrarrestando lo que sabe, su bagaje cultural, con aquello que interpreta del
discurso periodístico.

Aquí entra en juego la educación y la convivencia de las distintas culturas; una dura tarea
al menos en las localidades pequeñas en las que vivimos, como así también en las que
observamos en las zonas urbanas de nuestro alrededor.

3) Entrevista a Luis Ortiz

Presentación: Nombre, edad, ocupación, trayectoria.

Mi nombre es Luis Ortiz, tengo 40 años y soy periodista. Amo esta profesión y me parece
de las más importantes que existen, ya que te da la chance de llegar a todo el mundo con
la comunicación pero siempre correctamente, con la verdad.

Empecé en 1994 y sigo hasta la fecha. Trabajé mucho tiempo en radio, estudié la carrera
de Comunicación Social y luego la licenciatura, carreras que me aportaron cosas
esenciales, importantes, vitales. Creo que todo periodista o comunicador social debe tener
estudios, ya que eso representa la calidad y la templanza, aporta el equilibrio a la hora de
escribir una noticia.

126
He tenido varios cargos, por ejemplo, en dirección de periódicos en 1996 cuando era muy
joven. Fui director de LB2 de Córdoba una de las radios más antiguas no solamente de la
provincia sino de la nación. Tuve la chance de estar en varias radios importantes cuando
se dio el auge de las FM, pasé por todas las etapas: como operador técnico, locutor y
como periodista.

Finalmente llegué a la sección policiales que fue algo que siempre me interesó mucho y
pude contribuir, desde mi lugar como periodista, en el descubrimiento de varios casos,
como uno de coimas en Santa Fe por el cual recibí un premio.

He colaborado también para La Capital, puntualmente en un caso de la muerte de un


remisero en Fisherton.

En resumen amo esta profesión y la valoro, sé que a veces uno corre peligro cuando
denuncia muchas cosas, pero no estoy arrepentido de haber estudiado esto. Pienso que
estudiar es lo mejor que puede hacer cualquier ser humano, no solo a nivel profesional
sino también para poder tener una facultad de opinión propia y poder sentarse en una
mesa para debatir cualquier tópico con cualquiera.

Creo que para ser periodista, uno tiene que estar formado, se debe estudiar. De lo
contrario, van a faltar cosas elementales. Yo siempre le digo a todo el mundo que estudie
porque es la mejor forma de liberarse, el periodista colabora de una manera ejemplar
estudiando, logra llevar el mensaje de forma correcta, lo decodifica para que el receptor lo
reciba de la mejor manera. Si el periodista no estudia y no se prepara para eso, sin dudas
el mensaje no llega de forma correcta, lo que expresa el periodista puede ser entendido a
medias pero no en su totalidad.

Estudiar ayuda y agiliza la comunicación para el periodista, por eso es bueno que todo
periodista y todo comunicador estudie, es la mejor forma de lograr una buena
comunicación y que el día de mañana los medios de comunicación sean respetados como
corresponde. Hay algunos periodistas que vienen de abajo y no es que los discrimino,
pero requieren de cierto aprendizaje para poder estar a la altura.

La persona recibida, que estudió y entendió las distintas teorías puede entender y leer
mejor a la sociedad que un periodista aficionado. No digo que el aficionado no pueda
realizar esta tarea, pero su capacidad de análisis va a ser inferior comparada con un
periodista de experiencia. Ese también es un tema fundamental, ya que el solo hecho de

127
recibirte no te da esa experiencia, salir a la calle con un título no te garantiza que vas a
tener un buen desempeño.

¿Cómo surgió la chance de participar en la La Noticia Zonal?

Mi lugar en el periódico llegó tras el fallecimiento de un colega como lo fue Raúl Sabino.
Guillermo Font me ofreció unirme al equipo y acepté.

Mi función tiene que ver sobre todo con supervisar algunas cuestiones técnicas y legales.
Lo que pretende el periódico es un periodismo confrontativo, debatir y poner en tela de
discusión ciertos temas en la sociedad. Yo estoy para colaborar y lograr que la
comunicación sea un poco más prolija y que no acarree problemas legales.

¿Cómo se da la relación laboral entre los periodistas formados académicamente


como es tu caso con los que no cuentan con ningún tipo de formación?

La relación en mi caso es buena y a la vez conflictiva, pero hay veces que no podemos
chocar. Yo soy muy estricto en materia profesional y observé algunos errores que se
habían cometido en temas de noticias. Hay cuestiones que el periodista sin formación no
entiende, más que nada en la parte deontológica y ética.

Tuve varias discusiones con los directores del periódico sobre lo que representa el escrito,
es un documento que perdura, si alguien habla por radio lo que dice es más efímero, pero
a la hora de escribir creo que la responsabilidad es mayor, así y todo, cada vez vamos
avanzando más y entendiéndonos mejor.

Lo que ocurre, fundamentalmente en el interior, es que los medios de comunicación son


manejados por gente que no estudió la profesión, en el caso puntual de mi localidad
somos más o menos tres profesionales, el resto tiene experiencia en medios, pero no
estudios, no conocen de algunas cuestiones técnicas o teóricas que tienen que ver con la
comunicación y son extremadamente necesarias. Por eso opino que hay que estudiar,
porque el estudio te genera un blindaje para que puedas afrontar la noticia, con exactitud
y objetividad, o te permite ser lo menos subjetivo posible.

¿Te afecta la cuestión de no contar con una bajada o línea editorial por parte del
diario o te sienta mejor tener libertad para armar la agenda?

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Yo no tengo bajada de línea desde hace años, cuando me ocurrió eso, renuncié. Me
manejo con mi libertad de pensamiento y aprendizaje, mi forma de trabajar es sobre la
libertad: mi pensamiento, lo que considero correcto y ético se hace.

En el periódico a veces hay cosas que no me gustan, pero los dejo en libertad para que
se choquen con el problema y lo entiendan desde ese lado. Actualmente soy presidente
del Consejo Regional de Medios del Sudeste Cordobés y he explicado estas cuestiones
en miles de reuniones y muchas veces lo que uno explica, porque tiene la experiencia y
los conocimientos necesarios, no porque se crea superior, no es escuchado, entonces
dejo que se choquen y después de ese choque les explico por qué chocaron.

Los comunicadores estamos muy bien preparados a nivel académico, pero desde las
mismas academias no se orienta al comunicador para entender cómo está la
comunicación en la actualidad, por eso muchos profesionales no consiguen trabajo o
terminan haciendo comunicación institucional. Creo que el nivel de la comunicación es
muy pobre debido a que los profesionales no nos hemos hecho valer desde la práctica.

¿Qué evaluación haces del nivel de las academias encargadas de la enseñanza del
periodismo?

La comunicación es la base de la vida, sin ella somos seres totalmente individuales, la


necesitamos para conformar una sociedad y si los encargados de enseñar la
comunicación no son buenos, sin dudas la comunicación está muerta.

En mi caso he tenido excelentes profesores y otros a los que desde mi punto de vista les
faltaba experiencia, pero siempre estuvieron abiertos al debate de las diversas teorías y
eso es importante porque eso es la comunicación, la comunicación es amplia y da lugar al
intercambio de ideas.

La comunicación se basa en cuestiones muy complejas y reales como lo son la


objetividad y la verdad. He visto algunos profesores que no han sabido plasmar los
conceptos teóricos en cuestiones de la realidad y eso hace que uno carezca de
argumentos para sostener esas teorías.

A modo de crítica constructiva creo que hay que avanzar en el análisis de cómo se
manejan los medios de comunicación y la práctica profesional.

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¿Qué tiene que tener en tu criterio una publicación periodística para que sea de
calidad?

En la comunicación la calidad siempre viene por el lado de la profesión. El profesional


deja calidad, el que no es profesional deja información, pero no es de calidad.

Una nota periodística tiene que tener buenas fuentes, correctas, confiables, veraces, por
lo menos cinco que no sean dudosas. Esto sirve para quienes leen y para quienes
supervisan tú trabajo, las fuentes le acreditan credibilidad a un trabajo periodístico.
Inclusive si una de esas fuentes es un delincuente, después se puede sumar una fuente
que certifique la información otorgada por ese delincuente y que sume veracidad al
testimonio.

Creo que eso es una nota de excelencia, tener todas las fuentes confirmadas y dar
veracidad sobre lo que se escribe, aquel que escribe, tiene que escribir la verdad y esa es
la verdadera nota periodística, la verdad por sobre todas las cosas.

Hay que tener los datos confirmados en todos sus puntos, para que en el momento en
que esa información salga a la luz, nadie pueda objetar absolutamente nada, ni siquiera
un gran periodista, ya que lo que uno escribe o dice es la verdad.

¿Pensás que La Noticia Zonal es un producto de calidad?

No puedo opinar porque leo lo que puedo y es muy poco, algunas secciones, así que no
sería correcto. A las publicaciones que no vienen por el lado de la comunicación
profesional no suelo darles mucho crédito, pero como el panorama está planteado de esta
manera, dejo que todo siga como está, no porque no quiera cambiar, sino porque somos
menos los que pensamos así y somos un poco egoístas en ese sentido, no todos estamos
juntos para pelear por la comunicación.

¿Coincidís con la frase que reza que al periodismo se lo aprende trabajando, en el


día a día?

Sí, porque yo vengo de ahí. Antes de formarme trabajé mucho tiempo en gráfica, radio y
televisión. Considero que no es bueno que alguien salga de un instituto y haya
incorporado únicamente la teoría, la práctica es esencial en todo y es muy importante en
esta profesión como en cualquier otra.

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Para hacerse en el periodismo es necesario estar en los medios de comunicación.
Cuando uno tiene la chance de estudiar y acarrea experiencia laboral previa, puede pulir
ciertos conceptos que ya tenía incorporados, por eso creo que el estudio es esencial,
porque es necesario para poder otorgarles a todos los ciudadanos una buena
comunicación desde la capacidad intelectual que tenga cada uno, sin ser manejados por
nada ni nadie y entendiendo los límites que existen a la hora de informar. En resumen, le
otorgo un punto a favor a la teoría y un punto a favor a la práctica, es un 50 por ciento y
otro 50 por ciento.

¿Qué opinas de la calidad de la información en la región?

En lo que es el departamento de Marcos Juárez en provincia de Córdoba y el


departamento Caseros en provincia de Santa Fe no es buena, pero dentro de todo se
hace algo. El problema es que ese algo está vacío, porque nosotros no estamos
colegiados, no existimos dentro de un rubro, sólo estudiamos y tenemos que hacernos
valer por nosotros mismos.

Muchas veces los periodistas escriben por inercia y no hacen las preguntas básicas y eso
es malo, peor aún teniendo en cuenta que lo hacen por dinero. En la región es muy difícil
ver notas en donde estén citadas las fuentes o se hagan citas directas o indirectas por dar
un ejemplo, por eso digo que los lugares dentro del periodismo deben estar reservados
para analistas de la información que estén a la altura, el periodismo no es para cualquiera.
Al menos, de mis amigos dentro de la disciplina no puedo decir lo mismo y los rescato,
pero hay muchos problemas que tienen que ver con el propio ego de los periodistas, y no
me excluyo.

4) Entrevista a Román Cavaglia:

Presentación.

Soy Román Cavaglia, tengo 36 años y soy comunicador social. Empecé a laburar como
hobby, en el año 1992, cuando tenía 14 o 15 años y todavía estaba en Chañar Ladeado la
radio de circuito cerrado. Cuando comenzaron a aparecer las primeras FM de manera
experimental y ahí comencé a trabajar en serio. Luego estuve trabajando en algunas
radios de la zona aledaña a Corral de Bustos, como por ejemplo en la localidad de Los

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Surgentes, hice algunas colaboraciones en Radio 2 de Rosario, trabajé un año y medio en
El Ciudadano, también de la ciudad de Rosario, y en el año de 2003 volví al pueblo, fundé
Radio On y hasta hoy sigo acá.

¿Qué opinión te merece la frase hecha que dice que al periodismo se lo aprende
trabajando?

Es cierto porque la sociedad cambia, es dinámica, todo evoluciona, la tecnología avanza,


cambian las tradiciones. De hecho, el cambió que se ha dado en los últimos ocho o diez
años en materia de tecnología ha modificado los hábitos de consumo de la gente
rotundamente, ha generado un nuevo paradigma en la comunicación, fundamentalmente
internet, que desde su llegada cambió todo. Sobre todo la computadora, me acuerdo de
los tiempos en que hacía radio con discos y pasa cassettes. Cuando fundamos la radio y
no contábamos con dichos elementos, decidimos tener todo el material digitalizado,
fuimos un poco innovadores en ese sentido.

También encontramos toda la información en la web. El vago, el que hace mal su laburo
(yo hoy en día soy uno de esos) googlea todo. Creo que también el desafío pasa un poco
por ese lado, por no caer en ese estado de comodidad al que estamos acostumbrados
hoy en día.

En tu caso has pasado por la academia y tenés una formación. Ya no se ven, quizá
por cuestiones generacionales, aquellos viejos periodistas de oficio que en una
sala de redacción le marcaban el camino a los recién ingresados ¿Qué opinión te
merece el llamado periodismo de oficio?

Yo creo en ese tipo de personas, de hecho en la localidad Marcelo Muratori ha oficiado de


periodista y es alguien con una trayectoria muy respetable, más allá de las diferencias de
criterio que uno pueda tener, que de hecho las tengo, y si yo no fuese académico podría
tenerlas igual. Pero repito, con su trayectoria ha logrado hacer un periodismo respetable y
ha colaborado con muchas cuestiones que han generado un archivo histórico para la
localidad.

Por eso creo en el periodismo de oficio, pero tampoco creo que por ser de oficio valga
cualquier cosa dentro de lo que se llama periodismo. Creo en la gente que realmente
siente y respeta la profesión, en quienes lo piensan como una filosofía de vida, pero
también creo en los parámetros de lo permitido y en el criterio.

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De todas maneras, lo académico en mí ha sido más un caballito de batalla
propagandístico que anduvo muy bien, fue una forma, si se quiere, de marketing para
diferenciarme, y eso resultó, cuando yo volví al pueblo lo que me diferenciaba del resto
era que había estudiado y nada más, que tampoco es poca cosa.

En aquel momento fuimos pocos los que pudimos sostener la convicción de estudiar por
lo que creíamos, no era solamente una vocación sino también apuntábamos a que sea
una profesión. No claudicamos a la hora de estudiar cuando a fines de los ’90 y principios
de los 2000 se caía el mundo, se caía el país, estudiar comunicación era una cosa
bohemia y hasta de locos, porque intentar vivir de eso era una utopía. Después en 2003
hubo un cambio, fundamentalmente en los ánimos de la gente como creo que está
ocurriendo ahora, y esos cuatro o cinco años de estabilidad económica que se suscitaron,
nos permitieron generar un medio local e impulsarlo.

Más allá de las dificultades que puede plantear el hecho de encontrar gente idónea
en una localidad pequeña, en tu caso has intentado y sobre todo en los últimos
años, el formar equipos de trabajo con jóvenes que estén estudiando carreras de
periodismo o comunicación, contratar a gente que esté empapada en el tema.

Yo aposté a eso desde un principio, una de mis metas era darle a la radio un perfil
profesional, no lo he logrado ni lo voy a lograr en un 100 por ciento. Lo pensé de esta
manera porque observaba lo que ocurría, voy a poner un ejemplo paradigmático para que
no queden dudas de lo que pienso, yo creo que la quema de tribunales en la localidad de
Corral de Bustos fue influenciada en un alto porcentaje por gente inexperta que estaba en
los medios de comunicación, o de oficio, o no profesionales.

Lo que ocurrió fue que en la ciudad cordobesa abusaron de una menor, la población
indignada salió a la calle a manifestarse y los periodistas, motivados por otros poderes
que estaban detrás, fueron a incendiar tribunales al lado de la gente. Me parece que este
caso fue un claro ejemplo de lo que ocurre cuando hay gente que toma el rol del
periodista inmerecidamente, si se quiere analizar el mal que se puede producir cuando
hay personas que se ponen el rótulo de periodistas sin serlo, el hecho sucedido en Corral
de Bustos es incuestionable.

Recientemente se dio el caso de Guillermo Font y Juliana Lauretti que han formado
La Noticia Zonal como medio gráfico y también se desempeñan en radio y en la

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web. Ellos realizan su trabajo desde la vocación y sin otra intención que la de
comunicar y expresarse de la mejor manera posible, pero pueden llegar a incurrir
en este tipo de errores si no se restringen a los límites que impone el periodismo.

Creo que hay una confusión total de la gente de lo que se entiende por periodismo y lo
que no lo es, entre lo que puede aportar alguien formado y alguien que no lo está. Si yo
quisiera poner una farmacia, no podría hacerlo porque no entiendo de drogas, podría
realizar una cirugía, pero no entiendo de medicina, podría atender a un perro enfermo,
pero no soy veterinario.

De todas maneras yo soy muy cauto en este sentido y hablé de esto cuando edité mi libro,
si bien creo que he aportado desde mi lugar a lo que es un trabajo de índole periodística
en estos últimos 10 años, no me considero periodista. Yo soy comunicador social, de
hecho pienso que un comunicador puede trabajar inclusive con mayor criterio que un
periodista técnico, no mejor, sino con mayor criterio, porque la formación de la carrera de
comunicación es muy amplia, es excelente, por eso a mi criterio el comunicador social
cuenta con elementos profesionales que le permiten desenvolverse y desarrollarse
criteriosamente.

No diría que esta situación me provoque indignación, pero sí creo que el común de la
gente está muy equivocada en cuanto a eso. Lo que también ocurre es que nuestra
carrera no está colegiada y en el periodismo existe un problema de egos que no permite
que los profesionales se unan y se defiendan. Básicamente pienso que en Argentina no
estamos de acuerdo en esto, más allá de que la Ley de Servicios de Comunicación
Audiovisual tuvo un principio de acuerdo, no se ha llegado a ningún lado aún en esta
cuestión. No coincido en el darle entidad a algo que no es, más allá de la vocación, los
buenos trabajos y las buenas intenciones.

¿Te parece que la profesión se ha desvalorizado y que tal vez incitando a la


colegiación e incitando a los medios a tomar personas que cuenten con estudios se
mejoraría el panorama comunicacional actual?

Sí, estaría buenísimo. Creo que la banalización del periodismo se da por muchos motivos,
la irrupción de internet ha tenido algo que ver, si bien si el periodista hace correctamente
su trabajo va a tener preponderancia por sobre los demás y su palabra va a tener más
valor. Por ejemplo, existen algunos medios a los cuales yo les doy más crédito que otros

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porque a mi criterio lo que dicen se ajusta más a la realidad, si bien uno no termina de
creer nunca en todo lo que se dice.

Internet ha sido uno de los grandes responsables. Hoy en día cualquier persona con una
cámara puede realizar el trabajo de campo del periodista, pero detrás de esto hay algunas
cuestiones de criterio y de valor que deben estar avaladas por un profesional.

Hace poco tiempo en Chañar se vivió un caso de abuso sexual del que a mí
particularmente me ha costado mucho hablar, pero he investigado muchísimo, me he
cuidado muchísimo, pude hablar de ello y creo que no he tenido errores groseros ni he
caído en la tentación de dar sentencia antes de que lo haga la justicia, más allá de tratar
de esclarecer desde mi lugar los hechos y acompañar el reclamo, para que sepamos qué
fue lo que pasó.

Lo hice principalmente por la víctima y por quienes se fueron al carajo, con el perdón de la
expresión, desde el otro lado, además del deber profesional. Me ha dolido cuando por la
calle escuché que se decía que nadie hablaba del caso porque implicaba a familias
adineradas y se quería mantener cierto estatus social, eso te incita aún más a querer
saber qué fue lo que ocurrió.

Por eso creo que si yo no hubiese estado formado, hubiese caído en un error de impulso,
de justicia o de lo que uno quiera llamarle, que pueden llevarte inclusive a cometer abusos
indeseados. Si uno no es criterioso puede caer en esa clase de situaciones como le
puede haber pasado a la gente de Corral de Bustos, si bien algunos respondieron a otros
intereses, otros quizá en el afán de justicia cometieron un ilícito que llevó a la quema de
muchos expedientes de personas con causas judiciales.

Por eso creo en esto, sin llegar al punto del fanatismo. Duele cuando uno estudió, se
formó, se está esforzando, trata de hacer bien las cosas, de la manera más profesional a
la hora de informar, sumado a la locura que es manejar un medio y con los años de
experiencia, duele que te comparen con alguien, que más allá de las buenas intenciones
que puede tener, se le otorga una entidad que no tiene.

Reitero que en las diferencias de criterio no hay inconvenientes, por eso marco mi
relación con Marcelo Muratori con quien si discutimos de 10 temas, vamos a coincidir en
dos, con mucha suerte en tres o cuatro, pero ha habido un respeto a lo largo de los años
que inclusive nos posibilitó trabajar juntos en algunas ocasiones. De todas maneras creo

135
que debe haber un respeto para con el que se formó, no creo que para ser periodista
hagan falta sólo tener buenas intenciones.

Existen diversos estudios y diversas voces que coinciden casi siempre en los
mismos parámetros, de todas maneras, resulta complicado definir qué es la calidad
periodística ¿En tu caso qué pensás que debe tener una publicación para ser de
calidad?

En principio debe ser veraz, obviamente, me fijo mucho en la forma en que se trata una
noticia, en la forma en que es tematizada, en los criterios al momento de analizar la
información. Si en este caso que mencioné del abuso sexual, se hiciese foco en la víctima
y no en los hechos, estaríamos hablando de la misma noticia pero de distintos criterios,
por ejemplo, politizar un caso de estas características sería incurrir en un error, excepto
en el caso de que los gobernantes no estén haciendo nada al respecto o se vean
implicados.

Por eso creo que el criterio periodístico es fundamental, es lo que hace que la información
sea de calidad o sea verdura podrida.

Has podido leer seguramente algunas ediciones de La Noticia Zonal ¿Qué te parece
el producto?

No es un lugar de referencia para mí, pero sí obviamente lo he leído. Me parece un


producto amateur, pero no por eso menos válido. O sea, si nos referimos al periodismo, al
criterio, la calidad, no me parece verlo en las páginas del diario, pero no por eso deja de
ser válido.

Para ejemplificar la diferenciación, El Observador era un producto en mi opinión mejor


logrado, si bien también era amateur, creo que tenía otra visión, otro estilo, otra forma y
otros elementos que lo hacían mejor. Para mí La Noticia Zonal no tiene mucho valor
periodístico, pero no por eso debe dejar de ser leído, de hecho, la gente lo lee.

Si pensamos en qué otra opción puedo proponer o qué otra opción existe, la respuesta es
que no la hay, se debe tener en cuenta que estamos en un pueblo y es mejor pensar que
en hora buena que haya algo en vez de que no haya nada. Me parece bien que participen
personas con buenas intenciones y con ganas, aunque no es lo mismo que un producto
bien logrado o de calidad.

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Has elegido la carrera de Comunicación Social, que tiene ciertos paralelismos con
el periodismo. Te ha tocado trabajar con jóvenes que estaban cursando la carrera
de periodismo, más allá de que hace tiempo que estás alejado de la academia ¿te
parece que sus experiencias académicas les aportan elementos a la hora de
desenvolverse en el ámbito periodístico?

Sí, es algo muy importante. La verdad es que desconozco el contenido académico de la


carrera, pero por lo menos desde mi punto de vista y desde mi experiencia académica
personal es un aporte importante, que te muestra conceptos y formas de ver las cosas
que previo a insertarte en lo académico ni siquiera podrías imaginar.

Conceptos de antropología, sociología, psicología, de comunicación, son cosas que te


forman con otra visión, de eso no tengo ninguna duda. Yo siempre aclaro que no soy
periodista porque me pesa ese rótulo, no puedo compararme con personas que ponen en
riesgo su credibilidad, por ejemplo a la hora de hacer una investigación. Si bien existe un
trabajo diario que tiene que ver con la disciplina, algunos aportes y cuestiones que
ayudamos a esclarecer, me pesa mucho esa palabra.

Por eso no tengo dudas de que para realizar el trabajo periodístico hace falta estar
formado y tener criterio profesional.

¿Qué opinión tenés del nivel del periodismo y la comunicación en la región?

Como avanzó la tecnología, aumentó la oferta, lo cual es bueno. Cuando nosotros


arrancamos no había radio con producción propia, eso lo reconozco como un logro, el
poder haberle devuelto a Chañar la producción radiofónica, hoy en día con la cantidad de
medios que hay, pasa a ser algo casi anecdótico.

Los pueblos tienen cierta diversidad en la oferta, aunque no creo que sea de buena
calidad o que valga demasiado la pena escucharlas, verlas o leerlas.

Le falta a la zona productos bien elaborados, si bien en cada pueblo hay canales de
televisión, programas de radio o periódicos, para mi gusto los productos no son buenos,
no son logrados, aunque también entiendo que eso es una problemática propia de los
pueblos, en comunidades chicas resulta complicado poder hacer cosas lindas, es muy
difícil. Porque el mercado es chico, porque no hay recursos humanos, porque el estrés de
quienes lo hacemos juega, porque te cansas o te aburguesas, por miles de razones.

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Eso pasa en todos los ámbitos, en lo deportivo también, los mejores deportistas se van a
las ciudades. En los pueblos es mucho más difícil, pero a su vez es meritorio que existan
cosas que puedan ser valiosas, por eso repito y rescato el trabajo de Marcelo Muratori,
que aún con diferencias está dejando cosas para el archivo, después si uno quiere ser
crítico habría que revisar cada cosa, como seguramente habría que hacerlo también con
mi trabajo, pero su aporte, sostenido por una empresa que ha podido solventarlo durante
todo este tiempo, es válido.

5) Entrevista a Marcelo Muratori

Presentación.

Me llamo Marcelo Muratori, tengo 55 años y empecé en esta profesión, a modo de oficio,
el 28 de Diciembre de 1978 cuando se instaló la primera radio de circuito cerrado en
Chañar Ladeado, en el Club Social Deportivo Mutual Chañarense. Me presenté para un
casting que organizó el dueño de la radio, que era oriundo de Casilda y había trabajado
en Radio Mitre, y como a mí me gustaba hablar fui, un poco de cara dura, todavía a mis
18 años no sabía que iba a hacer de mi vida.

Empecé a hacer algunas cosas todos los días, leía noticias al aire, hacía los cortes cada
30 minutos según el formato del programa. El dueño de la radio (no recuerdo su nombre)
me dio una especie de clase de periodismo, comprábamos todos los diarios en la radio y
él me pedía que armara con recortes la agenda del día con las noticias más importantes,
e ir confeccionando cada 30 minutos un noticiero con dos noticias nacionales, dos
internacionales y una deportiva y a su vez nos íbamos nutriendo de lo que pasaban otras
radios en aquel entonces.

En mi casa trataba de hacer el mismo ejercicio, leyendo los diarios, que en ese momento
era con lo que se trabajaba, o escuchando las noticias por radio.

¿Podrías decir entonces que la profesión te terminó encontrando a vos?

Sí, yo creo que sí, porque fue algo que me gustó, me permitió ampliar mis conocimientos.
Por ejemplo, a mí me gustó leer siempre, era el chico que en la escuela se encargaba de
armar los actos, el típico chico del que dicen “este cuando sea grande quiere ser

138
presidente”. Me gustaban mucho la historia y las ciencias sociales, que son materias un
poco afines al periodismo, creo que la cuestión ya la traía desde chico.

¿Te hubiese gustado estudiar periodismo?

Hubiese querido estudiar, no lo hice porque no nació de mí esa decisión de irme a la


ciudad. Me encontré en un momento de mi vida muy difícil, con mi padre y yo viviendo
solos y mi papá era una persona grande y me costaba mucho romper ese vínculo,
teniendo en cuenta su avanzada edad y que éramos solamente nosotros dos. Fue algo
que se fue postergando y que al final nunca encaré.

Me hubiese gustado ser Licenciado en Comunicación, porque el estudio te abre la cabeza


y te otorga más herramientas, más aún si uno cuenta con ambiciones dentro del campo,
como yo luego decidí quedarme en el pueblo, deseché la idea.

¿Algún hecho destacado o una anécdota de aquellos comienzos en la radio?

Recuerdo que en el año 1981 habíamos traído a la radio un teletipo de esos que se le
cargaban rollos y te iban tirando noticias que surgían desde la agencia de noticias
Saporitti, a la cual le habíamos comprado el aparato. En 1982, cuando se anunció la
rendición argentina en Malvinas, la agencia sacó el comunicado a las cuatro de la tarde
de que Menéndez se reunía con el general Moore para firmar el cese del fuego y la
rendición, y nosotros tuvimos la posibilidad de informarlo al instante, lo que fue un hecho
novedoso e importante para Chañar.

¿Cómo fueron tus inicios en la televisión que es en donde te mantuviste?

Como dije anteriormente, empecé en radio en 1978 y la dejé en 1994. En 1995 me


llamaron desde Independiente Atletic Club, más precisamente desde CL3 Cable Visión
que es la empresa de cable del pueblo, la cual tiene sus estudios en el club y depende del
mismo. A mí también me gustaba la televisión y ya en ese entonces estaba desinhibido,
era maestro de ceremonias de la mayoría de los actos públicos o protocolares o de los
actos de las distintas instituciones del pueblo, por ejemplo, el acto del 25 de Mayo lo
conduje por 30 años ininterrumpidos.

Cuando empecé en televisión no sabíamos mucho de los aspectos técnicos, de cámara o


de edición, pero fuimos aprendiendo, de todas maneras yo me ocupaba plenamente de lo
periodístico. También me encargaba del tema de las publicidades, yo vivo de esto pero no

139
tengo una productora que haga el trabajo comercial o maneje los números por mí como
me gustaría, pero las cosas están dadas así y en el ir a cobrar las publicidades y
convencer clientes muchas veces surge lo periodístico, porque la gente me cuenta o me
consulta ciertas cosas.

¿Siempre te manejaste con libertad a la hora de hacer tu trabajo?

A veces por estar en un pueblo hay ciertas cosas que me guardo, para evitar polémicas o
rispideces que se pueden dar en una localidad tan pequeña. De todas maneras, cuando
hago una editorial en el programa siempre aclaro que es lo que yo pienso, no es el
pensamiento ni del canal, ni del club y uno puede estar de acuerdo o no.

¿Tenés algún tipo de rutina o metodología para llevar a cabo tu trabajo?

Ahora con las facilidades que otorga internet, arranco la mañana y me leo los cinco o seis
diarios, en su versión digital, más importantes a nivel nacional; La Nación, Clarín, Infobae,
Página 12, Perfil, La Voz del Interior de Córdoba, el diario Uno de Santa Fe, El Cronista
Financiero, también leo algunos diarios internacionales.

Realizaba la misma rutina en su momento con los diarios impresos. Por lo general esto no
me sirve, escasas veces vuelco ese tipo de información en mi programa, pero es un buen
ejercicio y me sirve para estar en sintonía con la realidad a otra escala, a otro nivel.

¿Por qué te terminaste dedicando a la televisión?

Porque en el momento tuve que decidir si iba a hacer radio o televisión y me decidí por la
segunda opción porque me parecía más cómoda y atractiva. Me gustaría volver a hacer
radio en algún momento, también escribí algunos artículos cuando circulaba el periódico
“El Observador”. Me quedé en la televisión porque creo que uno tiene que tener una cierta
continuidad.

¿Por qué creés que pudiste mantenerte tantos años en tu posición?

En primer lugar yo soy periodista de oficio y siempre lo aclaro, no me creo más que nadie
y me hice pateando la calle. Y segundo, tener la vigencia de 20 años creo que es
producto de una línea de conducta, trato de llevarme bien con todos, sean trabajadores o
políticos, otorgarles su espacio, si bien puede surgir alguna rispidez propia de este
trabajo.

140
Yo elegí un estilo de periodismo no confrontativo, un periodismo social, comprometido con
las instituciones. Lo mío no es periodismo de investigación por ejemplo, sino simplemente
ser un medio para que el que quiera reflejar su trabajo, lo que siente o lo que piensa, lo
haga, siempre y cuando se respeten ciertos parámetros. Este canal no es mío, pertenece
a una empresa que está asociada a un club, que por decirlo de alguna manera alberga a
una mitad del pueblo y el otro club a la otra, entonces todo lo que salga desde este
espacio de mala manera o de manera tendenciosa puede verse mal reflejado en el
público.

Si el medio fuese mío, me manejaría de otra manera, pero como soy un empleado lo
acepto y asumo las culpas o las consecuencias, las decisiones van más allá de mí y por
eso prefiero mantenerme en armonía. Como este espacio se encuentra en una institución
deportiva como es Independiente, muchas veces se piensa mal, pero eso no tiene nada
que ver con el trabajo, de hecho yo no reniego ser hincha de Chañarense o peronista,
cosas que no me influyen a la hora de ponerme el traje y hablar ante las cámaras. De
todas maneras, desde la empresa jamás me han llamado la atención, si veo que se
avecina un tema complicado lo consulto con las autoridades del canal y siempre me han
dado el visto bueno para que lo encare a mi manera.

Sin tener un estudio, sólo con esas clases de periodismo en tus inicios y con los
años de experiencia y trayectoria pudiste formar un criterio periodístico.

Sí. Alguna vez en este espacio hubo otros periodistas de oficio como Ángel Giovanetti,
que en algún punto de su carrera se puso demasiado crítico y se terminó enojando con
los funcionarios políticos y con la sociedad porque no aceptaban sus críticas, llegó un
momento en donde tenía personas que estaban a su favor y otros en su contra, cuestión
que desvirtuó su trabajo.

Era difícil dilucidar si era objetivo, más allá de que no creo en la objetividad, ni creo que
haya periodistas independientes porque todos tienen su forma de pensar se dediquen a la
política o a lo deportivo, el periodista es un ser humano y por lo tanto es subjetivo. El
desafío está en encontrar un punto medio, si esta empresa hubiese sido privada y me
contrataran con el objetivo único de generar rating porque al dueño no le importan los
criterios, después habría que ver si tengo respaldo, si puedo afrontar las consecuencias.

Podés decir que ese criterio te dio resultado.

141
En Argentina en los últimos años a nivel nacional, el periodismo se dividió en dos
posturas; el fuertemente opositor, a través de los medios más importantes, y la postura de
los medios oficialistas que defendieron el proyecto, en fin, una lucha de poderes. Como
todo eso es a nivel nacional, las demás voces se callan, en Chañar miramos medios
nacionales y muchas veces no sabemos lo que pasa en nuestra propia provincia.

No sabemos lo que pasa en el norte de Santa Fe, sin el canal de Firmat no sabríamos lo
que pasa en el sur de Santa Fe, después también están los canales de Rosario. Hay
estamentos; la lucha de poder a nivel nacional, tratar de conseguir la información y saber
cómo estamos a nivel provincial y regional, y están los medios locales, que reflejan lo que
pasa en las pequeñas comunidades.

Creo que como medios locales, y esta es una discusión que tengo con algunos colegas
del pueblo, no podemos centrarnos en lo que ocurre a nivel nacional y no reflejar lo que
nos pasa a nosotros como comunidad y en relación a las poblaciones aledañas; saber
qué ocurrió en la comuna, qué pasó con las rutas que nadie se hizo cargo, qué sucede
con el gas o con el agua potable. Para lo demás, ya están los otros medios, podemos
hacer alguna referencia a algún tema puntual, pero breve, no vale la pena profundizar.

Por poner otro ejemplo, algo muy fuerte que sucedió en el pueblo fue la cuestión de la
complicada situación económica de Chañarense, en donde desapareció dinero, no se
sabe quién fue ni cómo, las obras del edificio se pararon, los ahorristas que tenían dinero
en la mutual fueron perjudicados, pero para eso hay que hacer una investigación seria y
por eso en el programa nunca se habló. Si bien desde Independiente podrían pensar en
encarar el tema para beneficiarse a nivel posicionamiento institucional, la situación se
consultó con las autoridades y hay que tener en cuenta que hablamos de la otra mitad del
pueblo, por lo tanto se pueden herir susceptibilidades de no tener datos concretos.
Además se puede entrar a criticar al que está caído, pero el que no está caído puede
recelar y pensar que van a caerle a él en cualquier momento, son algunas de las
dificultades que se enfrentan haciendo periodismo en un pueblo.

Sé que está mal callar ciertas cuestiones u omitirlas y cualquiera puede pensar distinto y
lo entiendo, pero desde mi mirada en Chañar las cosas son así y por eso prefiero ser
cauteloso. Creo que he mantenido una armonía y una filosofía, por ejemplo, que venga un
invitado y aproveche el espacio para que diga lo que tiene que decir y que se haga cargo
de sus dichos, al igual que muchas veces no realicé ciertas notas porque no podía

142
escuchar las dos voces o las dos campanas, entonces para quedarme con una sola
versión, preferí no hacerlas.

Por ejemplo, con el tema reciente de la violación, si yo hablaba con la familia de la


víctima, después tenía que ir a hablar con el imputado, porque él es inocente hasta que se
demuestre lo contrario, la justicia se va a encargar de decidirlo. Si yo reflejo únicamente la
versión de la víctima, a esa persona la termino de condenar. Luego tuve algunas
rispideces a nivel político, pero nada para exagerar, siento que en esos momentos cumplí
con mi deber y todos dijeron lo que querían decir.

Lo mismo pasa a la hora de un reclamo, no puedo ser Robin Hood y tomar la lanza si
después atrás mío no viene nadie, si la gente quiere cambiar las cosas yo los acompaño y
voy a reflejar ese pedido, pero yo no puedo reclamar desde mi lugar solo, y porque
además no me corresponde.

No tiene por qué ser lo mismo lo que hacen Lotuf, Lanata o Juan Junco con lo que hago
yo. Chañar no es una ciudad, es un pueblo y tiene una idiosincrasia y hay que tratar de
respetarla, tratar de que todos te llamen, te tengan confianza y te respeten, porque
cuando se genera un clima de desconfianza para con un periodista, nadie quiere hablar.

¿Qué opinás del periodismo a nivel regional?

Salvo dos o tres casos puntuales, no hay un periodismo desarrollado. En Corral de Bustos
está Claudio Bravo que es un muy buen periodista y con una vasta trayectoria en
televisión, el problema del cual adolece el canal de Corral de Bustos es que cuenta con
periodistas locales y que trabajan muy firmemente en temas que no conocen, como
cuando se refieren a las localidades vecinas.

Cafferata tiene cable, pero no tiene periodismo, salvo algunas cositas que hacen algunos
chicos con muy buena voluntad, en Beravebú pasa lo mismo, excepto con el periodismo
deportivo, pero también es a pulmón. Godeken ya no tiene canal de televisión, Los
Quirquinchos tiene canal y no tiene programación, Cañada del Ucle igual y recién en
Firmat encontramos buen periodismo, en un canal bien conformado, con profesionales y
con otra estructura. Para Chañar eso es una deuda, el canal nos brinda el espacio para
hacer diferentes programas, pero el trabajo de publicidad y de producción lo tenemos que
hacer nosotros y es todo a pulmón.

143
Lamentablemente lo tengo que hacer solo y no tengo a nadie que se acerque a ayudarme
a pensar las notas, fomentar las relaciones personales e institucionales, etc. Además, en
una localidad pequeña muchas veces no hay material ni siquiera para hacer tres notas por
semana, salvo en algunas excepciones. Tribunales no hay, por lo tanto no hay policiales,
también porque el jefe de policía si no tiene resultados se niega a hablar, entonces hay
que buscar las noticias institucionales, en las escuelas, el cuerpo de bomberos
voluntarios, etc. Pero para eso hay que estar y conocer.

Yo ni siquiera puedo hacer el programa en vivo por falta de personal, de camarógrafos, de


lo que sea, por eso lo grabo, no está ese apoyo económico. Esa es la diferencia que hay
a nivel estructura con el canal de cable de Corral de Bustos o de Firmat. Si yo no estoy,
no tengo quien me reemplace, cosa que me gustaría porque cambiaría la óptica y la cara
que se ve siempre, pero entiendo que eso es algo que te tiene que gustar y te tiene que
nacer hacerlo. Otra cosa importante es el archivo mental que uno debe tener, el no olvidar
ningún detalle para tener presente el contexto a todo momento.

Me gustaría poder explotar más este espacio, si tuviésemos más posibilidades. Con una
estructura diferente creo que podríamos hacer algo mucho mejor, pero se hace lo que se
puede.

Mencionaste anteriormente que trabajaste en El Observador. Ahora en Chañar


apareció La Noticia Zonal ¿qué valoración hacés del producto?

Marcelo Corvalán hacía un producto distinto, él no era periodista ni le interesaba serlo,


simplemente era redactor del diario. Él tenía mucha facilidad para armar las noticias y
presentarlas, a su vez contaba con una red de personas que escribían para él y que
tenían la intención de reflejar lo que ocurría en cada localidad, y estaba el director del
periódico que era Carlos Manfredi, que sí es periodista y uno muy capaz.

Las buenas cualidades de Marcelo (Corvalán) para armar el diario, sumadas a la visión
periodística de Carlos (Manfredi) lograron un muy buen producto, que se terminó por el
cansancio de Marcelo y porque le surgieron otras oportunidades laborales, pero fue una
etapa muy interesante en Chañar Ladeado, que demostró que se podían hacer cosas en
materia de periodismo. Lamentablemente termina siempre en lo mismo en los pueblos,
porque no te reditúa, tenés que vivir y dedicarte plenamente a eso y a Marcelo no le
gustaba el periodismo.

144
En el caso de Guillermo Font que dirige La Noticia Zonal, la diferencia es que a él le gusta
hacer periodismo. La mirada que aplica es diferente, tiene más libertad para diagramar la
nota sobre su propia mirada. Creo que los dos productos son buenos, en la época de El
Observador en Chañar había algunos medios, pero estaban atrasados en algunos
aspectos, al ser una publicación mensual quizá las notas quedaban atrasadas pero tenían
cierta vigencia porque aún no estaba este panorama actual tan vertiginoso que
promueven las redes sociales. Guillermo (Font) corre contra el tiempo, su publicación
también es mensual y hoy la información corre demasiado rápido y es muy efímera.

El producto es bueno, es interesante, tiene algunas cosas lindas para leer. Además lleva
mucho trabajo y mucho tiempo.

Desde tu lugar de oficio, como te gusta aclararlo, ¿qué reflexión podés hacer sobre
lo que es el periodismo?

No sé si soy la persona más indicada, pero esta es mi opinión. Creo que es una de las
profesiones más lindas, porque te abre la cabeza, te permite conocer el mundo real, sea
cercano o lejano, te permite (sí uno lo quiere hacer así) buscar una objetividad
permanente en todos los temas, con todas sus herramientas se puede aprender a leer las
noticias, a interpretar hechos y acontecimientos, descubrir la verdad, la mentira o buscar
un equilibrio lo más objetivo posible.

También te da la experiencia de saber qué vas a decir cuando se prende la cámara,


porque lo que uno escriba o diga en radio o televisión, genera consecuencias. Depende
también de cómo se quiera encarar el periodismo, si se busca ir hasta el fondo de la
cuestión, investigar y denunciar, o si se quiere tomar una postura más armoniosa como lo
decidí yo, y que todos quieran seguir viniendo, que nadie se sienta intimidado, mantener
el criterio y seguir trabajando.

El periodismo te permite tener una visión general de las cosas, quizá un poco por arriba
de otras miradas. El médico, el arquitecto, el abogado, todos están condicionados por su
profesión a la hora de hablar (si bien algunos pueden tener una capacidad de análisis
mayor), el periodista no, porque tiene las herramientas para interpretar la opinión de todos
ellos y del común de la gente. Uno puede sacar sus propias conclusiones de todos los
temas.

145
ÍNDICE

146
Proyecto de T.F.I. …………………………………………………………………….….Pág. 1

Proyecto de T.F.I. (Corrección) ……………………………………………………….Pág. 11

Introducción ……………………………………………………………………………...Pág. 21

Capítulo 1: Periodismo ¿Oficio o profesión? ……………………………………...Pág. 25

Capítulo 2: ¿Qué es la calidad periodística? ……………………………………....Pág. 39

Capítulo 3: La calidad de la información y el panorama actual ………………...Pág. 45

Capítulo 4: ¿Cómo se mide la calidad de la información? ……………………...Pág. 58

Capítulo 5: La formación académica ………………………………………………. Pág. 72

Capítulo 6: La mirada de los periodistas …………………………………………..Pág. 80

Conclusión ……………………………………………………………………………....Pág. 103

Bibliografía ……………………………………………………………………………....Pág. 108

Anexo: Entrevistas ……………………………………………………………………..Pág. 115

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