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Contenido

El ministerio de la reconciliación 5

Un tiempo de reconciliación Lucas 1:79 7

Jesús regalo de paz Romanos 5:1

Jesús nos guía a la paz interior Romanos 1:7

Jesús nos guía la paz con otros Romanos 12:18

Disfrutemos la paz de Dios Lucas 2:14


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5
El ministerio de la
Reconciliación

E l más increíble ministerio al que se puede aspirar en este


mundo, es el que Dios le ha dado a sus discípulos. Y se
trata del ministerio de la reconciliación.
18
Y todo esto proviene de Dios, quien nos reconcilió consigo mismo
por Cristo, y nos dio el ministerio de la reconciliación; 19 que Dios
estaba en Cristo reconciliando consigo al mundo, no tomándoles en
cuenta a los hombres sus pecados, y nos encargó a nosotros la palabra
de la reconciliación. 2 Corintios 5:18-19

Como dicen las Escrituras, hay diversidad de dones y de


ministerios, y cada uno de ellos es importante en tanto se
desarrollan para dar la gloria a Dios y ministración a la Iglesia.
Pero el ministerio de la reconciliación es el centro mismo de la
misión de Cristo y por ende también de su Iglesia. Todos los
otros ministerios de alguna forma son una especie de vasos
comunicantes, para llegar a este que es el fin principal de toda la
experiencia cristiana.

Alabanzas, servicio social, cultos, fraternidad. Cualesquiera que


sean los ministerios ejercidos por su Iglesia, han de llevar a las
personas a que se reconcilien con Dios. Porque la celebración
misma de la navidad, sin el mensaje de Cristo y la reconciliación
que solo en Él se puede hallar, se transformaría en cualquier
otro evento social, que tendría como fin nuestra propia
satisfacción. Tan llena de egoísmo y autocomplacencia como
cualquier actividad donde lo más que podríamos llegar a obtener
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es el sentirnos altruistas durante algunas horas.

El mensaje de la reconciliación es central para la fe cristiana. Sin


esta reconciliación, como escribió el Apóstol Pablo aún
andaríamos en nuestros delitos y pecados.

Ser participantes de este ministerio, no es otra cosa que


sumarnos al proyecto de Dios, por el cual El Hijo de Dios, vino
a este mundo. Vivió en él y dio su vida, para que los seres
humanos pudieran experimentar la paz y la buena voluntad del
Padre.

Al darnos Dios este ministerio, nos hace participes de lo que


para Él es el proyecto más importante. Pues se trata de la
reconciliación del ser humano con Su Creador. El proyecto es
más que regresar al momento de origen cuando el ser humano y
Dios gozaban de plena comunión. Reconciliación es superar la
ruptura, aplicando los méritos de Cristo al pecador para que
reciba salvación. Y siendo salvos ser conformados a la Imagen
de su Hijo.

A este que es el proyecto más grande de Dios, es al que nos


convoca a participar. Para que nuestra vida misma, sirva para
extender reconciliación a los que aún moran en tinieblas.

Que nuestro Dios use estos estudios, para que podamos cumplir
con Su propósito.
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Un tiempo de
Reconciliación

N uestra cultura popular se caracteriza, por el desarrollo de


una vida manejada por los medios masivos de
comunicación, donde destacan, la televisión y el internet. A
través de estos medios se va construyendo una realidad social,
ajena a lo que realmente ocurre en el día a día de millones de
personas. De forma que a través de los reality´s se va formando
un mundo de fantasía.

Desde otra perspectiva pero también con el mismo destino


están la mayor parte de los sistemas noticiosos, pues parecen
dedicados a dar malas noticias. La especialidad es darnos
información de hechos delictivos, grandes catástrofes o el
último fraude cometido. Y si cambiamos de canal, posiblemente
solo encontremos notas de la farándula caracterizadas por su
frivolidad.

Pero cuando volvemos nuestros ojos a la realidad, nos


encontramos con otro mundo diferente al que se nos presentan
por la televisión.

Se trata de un mundo, bastante más sórdido donde las luces de


los reflectores no alumbran. Donde el dolor, y las carencias son
lo cotidiano. Donde personas, familias y aún toda una sociedad
permanece quebrada. Se trata de un mundo, que parece
destinado a solo tratar de ir sobreviviendo en el día a día.
Ante un mundo con estas características, pareciera que no hay
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mucho que hacer, el entorno mismo está rodeado de tal
ambiente de desesperanza, que invita a las personas a dejar de
luchar y conformarse. Algunos parecen decirse: Así es el mundo
y eso no cambia. Pero aún en medio de esa aplastante realidad,
y sin reconocerlo abiertamente el ser humano espera que algún
día su realidad cambié. Realmente queremos oír buenas noticias
que traigan paz y bendición a nuestra vida.

E l mensaje de la Navidad, puede resumirse como un


mensaje de Esperanza. Donde los actos de Dios se
manifiestan para la humanidad, como un anuncia de que las
cosas no tienen por qué seguir en ese curso de acciones sin
sentido y que traen tristeza y dolor a este mundo. La razón de la
navidad es traer un mensaje de bendición a quienes viven en
medio del dolor. Dolor por las relaciones rotas. Rupturas en una
sociedad ávida de dinero acosta de las personas. Rupturas
relacionales entre padres, hijos y hermanos. Rupturas en
nuestras relaciones de pareja.

Navidad es un mensaje de Esperanza. Para decirnos que aún hay


solución para esas relaciones que están rotas. Se trata de un
mensaje bendición y restauración para quienes viven en medio
de relaciones que hoy se encuentran fragmentadas.
Para dar luz a los que habitan en tinieblas y en sombra de muerte;
Para encaminar nuestros pies por camino de paz. Lucas 1:79

Este texto, es en sí mismo un testimonio de quien ha


experimentado la bendición del Señor. Es importante verlo
como testimonio, pues lo que el Señor hizo en la vida de este
hombre y su esposa, sin duda puede hacerlo la vida de muchos
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más.

La historia de Zacarías y Elizabeth empezó mucho antes.


Habían pasado toda una vida de rechazo social, por no ser
padres. Se había generado una ruptura con su propia sociedad al
no cumplir ellos a los requerimientos sociales.

Piense un momento en toda la presión que nos ejerce la


sociedad, al proponer moldes de vida y de conducta que se
intentan plantear como lo normal.

En el nivel personal. Se imponen estilos, tallas, y éxito social


como los criterios del ser personas.
En lo social. Se dan los lineamientos de una familia exitosa.

Esta presión social que se ejerce y que se perpetúa a través de la


cultura. Obtiene sus modelos de la mercadotecnia. Y tiene como
objetivo no el desarrollo-realización de la persona, sino el
hacerle un consumidor adecuado para la sociedad. Por ello los
modelos planteados, son siempre con altos niveles, no
alcanzables para el 99% de la sociedad y al mismo tiempo
cambiables, de acuerdo con las nuevas tendencias. Pues se trata
de fortalecer el mercado y no la vida de las personas. El
resultado de toda esta presión es el de personas que alno cumplir
con el estándar propuesto, pueden ser segregadas por la
sociedad o en muchas ocasiones, vivir con el estigma que la
sociedad les impone o hasta el complejo de culpa, por no ser
como los otros.

Zacarías y Elizabeth, pasaron por todo esto. Era una familia que
no cumplía con los estándares de su cultura. Tenían buenas
características personales. Sin embargo vivían con el estigma de
10
que algo no andaba bien en ellos. En el caso de ellos esto era
una fuente de infelicidad.

Las palabras de Zacarías, revelan que esa situación que él y su


esposa vivieron por años, un día cambio, gracias a la acción de
Dios. Pero el poder de Dios que actuó para transformar la vida
de Zacarías y Elizabeth, también es accesible hoy para nosotros.
La navidad es un mensaje de Esperanza, de que nuestra
situación puede ser cambiada por Dios.

E n el plan de Dios, se encontraba Zacarías y su esposa, y se


encuentran también todos aquellos que sufriendo dolor,
necesitan ser restaurados por Dios. Dios nos ha amado y la
Navidad señala hacia el inmenso amor de quien viéndonos en el
sufrimiento ha venido hasta nosotros para traer salvación. Y es
que hay una razón, por la que Dios llega hasta nuestra vida.
Por la entrañable misericordia de nuestro Dios, Con que nos visitó
desde lo alto la aurora, Lucas 1:78

Dios nos ha amado más de lo que algún día pudiéramos llegar a


pensar. Su amor por los que sufren es inmenso. La presencia de
Dios entre nosotros, es para hacernos sentir su amor. Amor, que
no queda en el nivel del sentimiento, sino que se transforma en
acciones concretas para cambiar la realidad del dolor hacia el
gozo, de la desesperanza hacia la confianza, y de las tinieblas a
la luz.

El amor de Dios es también entrañable, nos ama como el Padre


que ve a sus hijos experimentar dolor. Y no puede quedar
impávido frente al sufrimiento de sus hijos. Así que Dios, como
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Padre viene hasta nosotros, para rescatar del dolor a sus hijos
que está sufriendo.

Y así como el amor del Padre es la razón por la que Dios es


movido a misericordia para venir a ayudar a sus hijos, del mismo
modo también el sufrir de sus hijos, tiene un nombre. A eso se
le llama pecado. Esa es la verdadera causa que esta atrás de todo
el sufrimiento humano. Las rupturas que se han generado en las
familias, las que existen en una sociedad, marcada por la
corrupción o la ansiedad que causa quebranto personal.

El pecado es nuestro mismo alejamiento, de la fuente de


bendición que es Dios mismo. Nos alejamos cuando no
tenemos comunión con Dios, cuando seguimos nuestro propio
andar en lugar del Suyo, cuando sabiendo hacer lo bueno,
dejamos de hacerlo. Todo ello en diversas formas va generando
una ruptura primero con nuestro Dios, y después en nuestras
familias, con los que eran nuestros amigos, y en algún momento
con las personas que nos rodean e incluso hasta con nosotros
mismos, cuando no nos aceptamos como somos.

En este panorama Dios, se hace presente. Para mostrar nuestra


necesidad de Salvación. Para que podamos reconocer nuestra
necesidad de ser restaurados. Pero al mismo tiempo, no para
hacernos sentir más culpables y sin salida.
Para dar conocimiento de salvación a su pueblo, Para perdón de sus
pecados, Lucas 1:77

Pues su propósito es llevarnos mediante el reconocimiento y el


perdón a experimentar de una forma más plena el amor de
nuestro Padre.
E
12
l plan de Dios, es para nuestro bien. No se trata de
inculparnos por el pecado. Dios ya sabe que lo hemos
cometido. El reconocimiento de nuestras faltas, no es para
hacerle saber, a Dios lo que Él ya sabe. Reconocer mis pecados
es, para que nosotros podamos ser liberados de nuestras culpas.
Pues mientras cargamos con nuestros pecados nos afectamos
nosotros mismos y no podemos experimentar la reconciliación
de Dios.
Mientras callé, se envejecieron mis huesos En mi gemir todo el día.
Salmo 32:3

Su Plan es sacarnos de las tinieblas y de las sombras de muerte


de nuestro pecado, y que han causado todo ese dolor en nuestra
vida. Para llevarnos a la luz de su presencia. Para mostrarnos su
bondad, para sanar nuestros quebrantos. El modo de hacerlo es
restaurando primero nuestra relación con El mismo.

Al restaurarse nuestra relación con Dios, Él toma nuestra vida


para conducirnos por sus caminos. Caminos que son de paz y
bendición para todos aquellos que transitan por ellos.

Navidad es el mensaje de Dios, para todos aquellos, que


reconociendo nuestro pecado, nos acogemos a la misericordia
de Dios. Para que el restaure nuestra vida, y nos conduzca por
los caminos de paz, que Él ha preparado para que nosotros
andemos.
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Jesús regalo de paz

C uál es el regalo más impresionante que las personas podrían


esperar esta navidad. Si le hacemos la pregunta a un niño,
posiblemente consten pensando en una consola de videojuegos,
o el último teléfono celular. Seguramente para una madre, el ver
bien a sus hijos, sería una excelente noticia. Los varones, quizá
tengan otras expectativas, un auto deportivo, o algo por ese
estilo.

Pero ahora pensemos a un nivel más grande. ¿Cuál sería el mejor


regalo para un país? Posiblemente en el momento que está
atravesando el nuestro. Un buen regalo sería que se acabe la
corrupción, otros pensarían que es mejor la supresión del
narcotráfico.

Y si este ejercicio, lo llevamos aún más lejos. ¿Cuál sería el mejor


regalo para nuestro planeta? Aquí seguramente los deseos se
vuelven más filantrópicos. Para muchos, la respuesta puede estar
entre estas tres cosas.
 Que no haya hambre en el mundo
 Que cesen las guerras
 Que la salud sea una realidad para todas las personas.

Seguramente mi lista de deseos y la suya concordaron en algunos


puntos y en otros opinamos distinto. Pero para nosotros esto
no deja de ser meros deseos. Y que si los empezáramos a
considerar con más cuidado, incluso algunos, por más altruistas
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que nos puedan parecer, pueden tener cierto sesgo de egoísmo
o la realización de uno de esos deseos puede llegar a generar un
colapso, en otras áreas para la humanidad.

Nos queda aún entonces, por resolver. La misma pregunta.


¿Cuál es el regalo más maravilloso que una persona pudiera
recibir? Y que sea adecuado para un niño, para una mujer o un
varón. Y que al mismo tiempo pueda suplir todas las
expectativas, no solo de un país, sino de todo un planeta.

La Biblia habla de ese regalo. Es el regalo que Dios dio a la


humanidad en la navidad. Jesús es el regalo de paz, para la
humanidad. Consideremos ahora juntos, en que consiste este
regalo.

L a paz es el regalo más importante para toda la humanidad,


pero aquí cuando hablamos de paz, no estamos refiriendo
al cese de guerras y conflictos entre las personas o los países.

Pues al hablar de la Paz de Dios, lo hacemos desde dos sentidos.


1. Paz de Dios
2. Paz con Dios

Ambos sentidos se encuentras contenidos en el texto de


Romanos 5:1 Justificados, pues, por la fe, tenemos paz para con Dios por
medio de nuestro Señor Jesucristo;

Cuando El Apóstol Pablo explica las implicaciones de la


presencia de Jesucristo en nuestra vida. Entonces, hemos de
considerar: 1. Como es que esta paz, llega a nuestra vida. 2.
Cuáles son los efectos de esta para para nosotros. 3. Porque es
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el mejor regalo de Dios para la humanidad.

J ustificados. La primer palabra de nuestro texto, nos lleva a


un ámbito legal, y eso suena raro cuando hablamos de regalos
e incluso cuando se habla de paz. Pues nuestra experiencia
común, lo legal, no tiene que ver con cosas que sean beneficiosas
para el ser humano, así que de forma natural el ser humano
rehúye de la ley. Y si puede omitirla es mejor. Pero esta aversión
en realidad es porque lo legal de nuestra sociedad, no siempre es
correcto ni ético. Entonces el problema no en sí mismo con la
ley, sino con el mal uso que se hace de ella.

Aquí vamos a hablar no de nuestras leyes, sino de la ley de Dios,


que es perfecta (Salmo 19:7). Cuando esta ley llega a nosotros,
siempre es buena. Porque el propósito de Dios es siempre para
nuestro bien. Además aquí estamos considerando un acto legal
que Dios hace a favor nuestro. Nos justifica. Aclaremos que es
eso de justificar.

Justificar, en términos legales, no es pasar por alto las faltas. La


falta está allí y es real. Dios en ese sentido cuando nos justifica
no pasa por alto nuestras faltas. Pues eso sería injusto y Dios no
va a quebrantar sus propias leyes. Entonces aquí justificar tiene
otro sentido. Se trata de aplicar la justicia de, quien ha cumplido
con la ley, para aplicarla sobre nosotros.

Aquí es donde empezamos a vislumbrar el regalo de Dios para


nosotros. Jesús vino a cumplir con la Ley (Mateo 5:17), para
aplicarla a favor de nosotros.
Sigamos la Epístola a Los hebreos, para tener un panorama más
16
claro de cómo Jesús logro esto para nosotros.
a) 9:26…ahora, en la consumación de los siglos, se presentó una vez
para siempre por el sacrificio de sí mismo para quitar de en
medio el pecado.
b) 10:10 En esa voluntad somos santificados mediante la ofrenda
del cuerpo de Jesucristo hecha una vez para siempre.
c) 10:12 pero Cristo, habiendo ofrecido una vez para siempre
un solo sacrificio por los pecados, se ha sentado a la diestra de
Dios,
d) 10:14 porque con una sola ofrenda hizo perfectos para siempre
a los santificados.

Jesús fue quien cumplió totalmente con voluntad de Dios, por


su perfecta obediencia a la Ley. Al dar la vida es substitución
nuestra Él logró que todos nuestros pecados nos fueran
perdonados. Por su sacrificio, Jesús se hace la ofrenda por
nuestros pecados. Este sacrificio, es la ofrenda que cumple toda
la Ley. Y ahora el regalo más grande de Dios es que habiendo
Jesús cumplido con la Ley, nos da esos méritos a nosotros, que
nunca podríamos haber cumplido de modo perfecto con la Ley
de Dios. Al recibir nosotros, los méritos de Cristo es que somos
santificados. A todo este proceso es al que llamamos
Justificación. Jesús nos dona su santidad y justicia que Él logró
a precio de su sangre. Por esta donación, Dios nos declara
justificados. Por los méritos de Cristo.

Entonces, la paz de Dios llega a nosotros, cuando la Justicia de


Cristo nos es aplicada a nuestra vida. Entonces, no hay más
pecados que perdonar. Si observamos nuestros textos
anteriores, podemos observar que se enfatiza algo. Esto es para
siempre. La paz de Dios que recibimos por los méritos de Cristo
es Para siempre. Y nada ni nadie podrán cambiar eso. Porque es
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Dios quien así lo ha decretado.

L a paz, como hemos dicho tiene dos sentidos principales. En


primer lugar es paz de Dios. No somos nosotros quienes la
ganamos, es Dios quien nos la otorga. Es la paz de Dios, que
llega hasta nosotros. Dios quiere darnos su paz, Es la paz, que
sobrepasa todo entendimiento (Filipenses 4:7), es también la paz
que puede estar en nuestra vida más allá de cualquier conflicto
por el que pudiésemos estar atravesando (Juan 14:27).

La paz de Dios, tiene como propósito conducir nuestra vida, al


tiempo que nos brinda protección no solo de los ataques del
maligno sino aún de nosotros mismos. Pues es por la paz de
Dios sobre nosotros, que habremos de ser preservados hasta el
fin. Entonces nuestra perseverancia en la fe, no es algo que
nosotros tenemos que lograr. Es también la paz de Dios la que
habrá de acompañarnos como su gracia perpetúa sobre nuestra
vida a fin de un día llevarnos a Su presencia.

En segundo lugar la paz, con Dios, es el efecto de la obra de


Cristo en nuestra vida. Esa paz con Dios, es la que crea las
condiciones para la transformación de nuestra persona a fin de
que en nosotros, se forme la Imagen de Cristo. Esta paz, con
Dios tiene diversas fases, por las que el creyente va pasando.

1. La paz de Dios, inicialmente significa reconciliación con


El. Esta primera área restaurada, implica nuestra
salvación inicial. En el sentido de que a partir de ese
momento nuestra vida cambia de orientación. También
podemos llamar a esto conversión o nacer de nuevo.
Pues implica un cambio inicial de nuestra forma de
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pensar. Es también el momento a partir del cual dejamos
de ser solo criaturas, de Dios, para ser hijos de Dios.
2. La paz, de Dios aplicada a nuestra vida nos llevará a un
cambio para con las personas con las que nos
relacionamos. No quiere decir esto que no tendremos
problemas con los otros, sino que aprendemos a
resolverlos usando los principios de Dios. También
nuestras relaciones empiezan a ser orientadas según el
proyecto de Dios, y no con nuestras ideas. En este paso
vamos a ir cambiando poco a poco, al principio, ni
siquiera nosotros nos daremos cuenta, pero el cambio
poco a poco habrá de irse haciendo evidente. Se generan
cambios en nuestras prioridades, en nuestra forma de
relacionarnos, en nuestras conversaciones, etc.
3. La paz de Dios, también es paz interior, primero por ser
liberados de la culpa del pecado, pero también en esto
va creciendo, para pasar de la auto aceptación a ir hacia
la libertad plena con la Cristo nos hizo libres, que entre
otras cosas, también genera conformidad, con la
voluntad de Dios. En esto por supuesto se estarán
generando cambios en nuestros sentimientos y
emociones, para ser más cercanos al Cristo
4. La paz de Dios, experimentada nos lleva también a
desarrollar ministerios donde compartimos, de lo que
Dios nos ha dado. Invitando a otros para que también
la puedan experimentar.

La vida de quien está en paz, con Dios, es una vida que disfruta
de la adoración y el compañerismo con El, así como con su
Pueblo. Y celebra de forma jubilosa los designios de Dios sobre
su vida.
L
19
a paz de Dios, es el mejor regalo que necesita la humanidad,
porque en la Paz de Dios se cumplen todas las expectativas
de realización del ser humano. Un salmista lo expreso así:
En Dios solamente está acallada mi alma; De él viene mi
salvación. Salmo 62:1

Es el don más preciado, que al ser humano, pudiera recibir.


Porque este don nos conecta con la eternidad, nos lleva
directamente a la trascendencia para con Dios. Que es el más
grande sueño de la humanidad. No simplemente morir en este
mundo y que cese nuestro existir, sino trascender a la eternidad.

Pero en el terreno del aquí y ahora de nuestro existir, nos libera


de la culpa, la angustia y la lucha de intentar ser alguien. Pues la
paz de Dios nos transfiere la identidad y misión del Cristo, para
nosotros mismos.

La paz de Dios nos permite ser participantes de la naturaleza


divina, desde el ahora en un proyecto que día a día crece y que
entre más tiempo pase, en lugar de desvanecerse se hace más
cercano y real, de modo que desde el interior de nuestro ser,
podemos decir con toda vehemencia. Venga a nosotros, tu
Reino.
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21
Jesús nuestra guía
a la paz interior

E n nuestra cultura hay escuelas y métodos para aprender casi


cualquier cosa que deseemos aprender. Algunas son de
educación formal y otras de educación informal. Abundan
también institutos, academias y talleres, donde se pueden
aprender oficios, artesanías. El énfasis por el aprendizaje ha
generado en las redes sociales una gran cantidad de tutoriales
sobre una gama inmensa de actividades. Un énfasis más cercano
en el aprendizaje es el trabajo de tutores, mentores y
entrenadores personales para lograr el fin deseado.

Aun en el terreno de la espiritualidad es frecuente encontrar


diferentes opciones de entrenamiento, guías, o cursos, para
lograr la espiritualidad. Curiosamente muchas de las guías de la
espiritualidad están basadas en lo que las personas pueden lograr
e incluso los fines de muchos de estos programas tienen que ver
con la auto-superación.

Generando de esta forma una paradoja, pues los fines de la


espiritualidad, no están precisamente en este mundo, como para
pensar en auto-superación ni pueden ser logradas por nuestros
medios (esfuerzo propio), pues para ello estamos apelando al
poder del Espíritu.

En el cristianismo, existe también la noción de mentor-


mentoreado, para el desarrollo de la espiritualidad. Pero la forma
y los fines de este entrenamiento espiritual son particularmente
singulares. Empecemos señalando algunas distinciones al
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respecto de otros proyectos de entrenamiento espiritual

1. La relación entre el guía y el guiado.


Existen diferentes tipos de relaciones entre el guía y la persona
que es guiada y cada una de esos tipos de relaciones. Cada relación
también está vinculada con una forma de transmitir contenidos.

Maestro-Alumno Conocimiento Yo enseño, tu


aprendes
Entrenador- Experiencia Obtener tu
Aprendiz máximo potencial
Mentor- Formación Transmite
Mentoreado experiencia
personal para
lograr los
objetivos del
mentoreado

En el primer caso, solo se brinda información. En este esquema


es muy posible que las personas se pasen años aprendiendo pero
no son capaces de interiorizar lo aprendido para ponerlo en
práctica. Es común que el maestro incluso solo posea
información y no necesariamente tiene la práctica de lo que está
enseñando.
En el segundo caso, está enfocado en que el aprendiz, logre su
máximo potencial. El entrenador o coach, no necesariamente
participa del proceso. El caso típico es el del entrenador de
futbol, el cual da instrucciones, sabe de estrategia, pero el mismo
no está en la cancha, jugando.
El tercer caso es el mentor. Es alguien que tiene una experiencia
que trasmitir. El mentoreado reconoce la experiencia y
autoridad del mentor y junto con el desarrollan el recorrido.
En el entrenamiento espiritual, la relación necesita darse en la
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relación mentor-mentoreado.

2. Mentores y Mentor
En el cristianismo es más común que utilicemos la palabra
discipulado en lugar de mentorear. Pero hemos hecho la
distinción para hacer notar las diferencias entre el mentoreo-
discipulado y las otras expresiones. En la iglesia la formación o
entrenamiento espiritual, requiere mentores. Porque no se trata
solamente de conocimiento que deba ser transmitido.
El mentor-dicipulador, personalmente ha pasado por el proceso
de formación. Aunque en un sentido más específico, está
pasando también por el proceso, pues no es aún una obra
terminada.
Hermanos, yo mismo no pretendo haberlo ya alcanzado; pero una
cosa hago: olvidando ciertamente lo que queda atrás, y
extendiéndome a lo que está delante, Filipenses 3:13

El mentor no es alguien que enseña para que el otro aprenda, y


tampoco es el entrenador que desde fuera del campo da
instrucciones. Los mentores en este caso son también
peregrinos, compañeros que si bien tienen más experiencias y
por ello nos la transmiten, también ellos están siendo formados
por Su Mentor.

Jesús es el mentor de nuestros mentores. Él ya ha pasado por


todo el proceso, pues…habiendo sido perfeccionado, vino a ser autor de
eterna salvación para todos los que le obedecen; Hebreos 5:9

Mientras que nuestros mentores, son como uno de nosotros, y


se espera según las palabras de Jesús que los mentoreados
lleguen a ser como su mentor. El discípulo no es superior a su maestro;
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mas todo el que fuere perfeccionado, será como su maestro. Lucas 6:40

Y en el sentido último, se espera como como mentoreados,


lleguemos a ser como Jesús. Entonces la relación queda
establecida así:
Sed imitadores de mí, así como yo de Cristo. 1 Corintios 11:1

3. El sentido del mentoreo


En los distintos procesos de mentoreo, la finalidad está en que
el mentoreado, logre sus propósitos, mientras que el mentor,
provee su experiencia, contactos a favor de su mentor, al tiempo
que anima y cuando es necesario corrige a su mentoreado.

Podemos decir que el mentoreo cristiano es semejante a eso,


pero además se agregan cuatro elementos.
 No se trata obtener nuestros fines, sino los de nuestro
Mentor Cristo.
 Cristo mismo, participa como nuestro mentor, actuando
en nosotros y en nuestros mentores.
 El mentoreo está enfocado hacia Cristo mismo
 La práctica de las disciplinas espirituales son un medio a
través del cual somos mentoreados.

4. Mentoreo enfocado en Cristo


El entrenamiento espiritual provisto desde la fe cristiana, está
enfocado en formar la imagen de Cristo en cada creyente. Para
ello el mentoreado ha de seguir a su maestro.

Este enfoque podemos verlo claramente en dos textos que nos


indican no solo el seguimiento, sino los propósitos de Cristo
para sus seguidores.
Y les dijo: Venid en pos de mí, y os haré pescadores de hombres.
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Mateo 4:19

Estas cosas os he hablado para que en mí tengáis paz. En el


mundo tendréis aflicción; pero confiad, yo he vencido al mundo. Juan
16:33

Ambos textos tienen en común, que el enfoque no está en una


organización, o en el aprendizaje de algún conocimiento. El
enfoque está dirigido hacia Cristo mismo. A Él es hacia donde
han de ir sus seguidores a su persona, no solo a sus ideas, ni a
sus obras. El mentoreo está enfocado en una relación con El
Cristo.

Los propósitos de este enfoque se muestran en dos aspectos


principales.

El primero es la misión. Donde sus seguidores se incorporan a


la misión escatológica de Dios para atraer hacia el a su pueblo
disperso por el mundo.
He aquí que yo envío muchos pescadores, dice Jehová, y los pescarán,
y después enviaré muchos cazadores, y los cazarán por todo monte y
por todo collado, y por las cavernas de los peñascos. Jeremías 16:16

El segundo de estos propósitos, también tiene una dimensión


escatológica, en el sentido de su cumplimiento final. Pero hay
un área de aplicación en nuestra realidad actual. Se trata de hallar
en El Cristo, la paz y reposo que necesita todo ser humano. En
el hallamos paz.
En el tiempo presente. Cristo es nuestra paz, cuando nos
encontramos frente a peligros o situaciones que nos angustian.
En el sentido final. Cristo es nuestro destino, donde el hallamos
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la paz perfecta para nuestra vida.

C risto es nuestra paz. El propósito de Dios para el ser


humano es darles su legado de paz. La paz os dejo, mi paz os
doy; yo no os la doy como el mundo la da. No se turbe vuestro corazón, ni
tenga miedo. Juan 14:27

A esto vino Cristo al mundo a traer paz para el ser humano,


¡Gloria a Dios en las alturas, Y en la tierra paz, buena voluntad para con
los hombres! Lucas 2:14

El propósito del llamado de Dios a nuestra vida es transmitirnos


tres cosas: Amor, Gracia y Paz. A todos los que estáis en Roma,
amados de Dios, llamados a ser santos: Gracia y paz a vosotros, de Dios
nuestro Padre y del Señor Jesucristo. Romanos 1:7

Toda la obra de Cristo estuvo centrada en lograr estos objetivos


y guiar a su Pueblo, para que pueda experimentar la paz más
perfecta. Pero esta se trata de la paz de Dios y no la paz que este
mundo puede dar. Veamos cuatro de sus características:

La paz de Dios es gratuita para su Pueblo. Es un don del


Señor para nosotros, no es algo que conseguimos u
obtenemos de modo alguno. Pero el ser gratuita para
nosotros se debe a la misericordia del Señor, pues si bien es
gratuita para nosotros, tuvo un alto costo, pues el Hijo de
Dios, dio su vida para que nosotros pudiéramos gozar de la
paz de Dios.
La paz de Dios es perfecta. Su paz en perfecta en sí misma,
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no hay nada que agregarle. Y No tiene repercusiones
colaterales como suele ocurrir con la paz que este mundo es
capaz de producir. Esa perfección le hace plena, pues toda la
experiencia humana está incluida en ella. Por su paz, también
somos llevados al perfeccionamiento. Para que cada creyente
en sí mismo llegue a ser la obra más prefecta de Dios.

La paz de Dios es Eterna. No se acaba nunca, durara toda


nuestra vida, pero particularmente esta paz de Dios, nos
impulsa hacia la eternidad. Nos hace desear desde ahora el
momento de nuestro encuentro con nuestro creador. La
Iglesia para expresar este deseo aprendió a decir maranatha,
(ciertamente vengo en breve) Amén; sí, ven, Señor Jesús.
Apocalipsis 22:21. Como una forma de manifestar su anhelo
de ya estar en la presencia de Su Señor. También la Iglesia en
su relación con su Señor y la experimentación temporal de la
paz de Dios, se descubre a sí misma como una comunidad
escatológica, donde de manera anticipada vive la eternidad,
al actuar en sí misma los valores del Reino de Dios y propiciar
que otros, también lleguen a experimentar la paz con Dios.

La paz Dios es interior. No quiere decir esto que la paz de


Dios es simplemente un sentimiento o una espiritualidad
desencarnada. Sino que la paz de Dios está anclada en
nuestros corazones, para que desde allí afecta a toda nuestra
experiencia humana. Es la paz de Dios la que inclina nuestro
corazón a los propósitos de Dios. Desde allí, nos da la
certidumbre de fe necesaria para seguir viviendo y
construyendo el Reino de Dios en medio de un entorno de
tinieblas. Y en esa paz interior hallamos la fuerza necesaria
para sobreponernos de las luchas en y de este mundo. Pues
sabemos en Quien hemos confiado. Esta paz interior
28
también nos permite encontrar el más amplio
contentamiento, cuando estamos en El Señor, pues al estar
con Él no nos hace falta ningún bien.
29
Jesús nuestra guía
a la paz con otros

V ivir teniendo paz, sin duda es una experiencia gratificante,


para nuestro ser interior. Pero esta experiencia sería
limitada si no pudiéramos experimentar esa paz con nuestros
semejantes. De hecho la prueba de que en verdad
experimentamos paz interior no es el aislamiento monástico, o
la práctica de una espiritualidad interior ajena a la vida cotidiana.
La verdadera paz, no es la que se experimenta en un ambiente
bucólico, sino aquella que se vive en la cotidianidad con nuestros
semejantes.

Jesús enuncio una nueva y mejor forma de relacionarnos con


nuestro prójimo en lo que Él denominó el nuevo mandamiento.
Un mandamiento nuevo os doy: Que os améis unos a otros; como yo
os he amado, que también os améis unos a otros. Juan 13:34

Como podemos leer, la experiencia de estar en Cristo,


necesariamente pasa por la relación con el otro. E incluso es una
marca de que efectivamente somos discípulos de Cristo.
En esto conocerán todos que sois mis discípulos, si tuviereis amor los
unos con los otros. Juan 13:35

El tema de relacionarnos con otros, será determinante en la


relación de fe, con Cristo, de modo que no es posible asumir
una relación con Cristo de forma unipersonal. Sino que siempre
se da esta en función primero con la comunidad de los creyentes,
pero después habrá de ir creando distintos círculos de relación
donde se viven las relaciones de fe. De modo que la misma
30
relación con Dios, nos lleva a experimentar las bendiciones que
de ella surgen ahora hacia los distintos círculos donde nos
movemos. Los cuales pueden representarse de la siguiente
forma.

Cristo y los suyos


El pueblo de la fe

Familiares y
amigos que no
están en Cristo
Comunidad
donde vivimos

En el círculo más más pequeño nunca estamos solo con Cristo


sino que al mismo tiempo estamos con Su Pueblo, pues el
llamado del Pacto es desde el inicio a hacernos pueblo suyo.

Los discípulos entendieron perfectamente, que nuestra relación


con Cristo, nos lleva a la relación con los otros.
Así nosotros, siendo muchos, somos un cuerpo en Cristo, y todos
miembros los unos de los otros. Romanos 12:5

Los beneficios de esta relación con Cristo, también nos impelen


a alcanzar primero a nuestro círculo más cercano de familiares y
amigos, para que ellos también lleguen a experimentar las
misericordias que tenemos los que son de Cristo.

De modo que estar en Cristo de modo natural ha de


conducirnos a hacernos evangelistas, en el sentido se ser
transmisores de las Buenas Nuevas que hay en Cristo y que han
31
transformado nuestro propio existir.

La fuerza de la paz experimentada en Cristo, también nos lleva


más lejos para que los beneficios de la relación con Cristo,
alcance a toda la comunidad donde Dios nos ha colocado. Esto
lo hacemos de dos formas básicas.
1. Alcanzando con el Evangelio a las personas de nuestra
comunidad a fin de que ellos también sean participantes
de las bendiciones del Señor.
2. Modelando en la comunidad un estilo de vida,
concordante con el evangelio. Al modelar un estilo de
vida cristiana para otros.
3. Influyendo en nuestra comunidad, a fin de que los
valores inherentes de la relación con Cristo, alcancen
también a los más lejanos. Y sirvan estos de medio para
que lleguen a conocer personalmente al Cristo.

L a paz de Dios, experimentada en nosotros mismos es el


medio que Dios usa para llevar su paz a otras, personas.
Por lo que es necesario que veamos, que significa la paz de Dios
en nuestra vida. Pues su Paz, no es precisamente el que las
personas no sufran alteración alguna, que nunca haya
enfermedad o que el que nunca sufran daño alguno. La paz de
Dios realmente es algo que se experimenta en medio de los
quehaceres y preocupaciones del día a día.

A diferencia de otras religiones donde la búsqueda de la paz se


da en medio del asilamiento, en el cristianismo se desarrolla allí
en medio de la vida cotidiana. En el mundo de lo ordinario, es
donde aprendemos a ver los actos de Dios. Su presencia y guía
32
que nos orientan en la vida, no solo como un camino para la
eternidad. El mundo es el escenario de la gloria de Dios y allí es
también donde aprendemos a tener paz.

Por tanto os digo: No os afanéis por vuestra vida, qué habéis de


comer o qué habéis de beber; ni por vuestro cuerpo, qué habéis de
vestir. ¿No es la vida más que el alimento, y el cuerpo más que el
vestido? Mateo 6:25

Los asuntos aquí enumerados son todos, parte del diario vivir.
Asuntos por los que podríamos perder la paz que Dios nos ha
dado. La respuesta que el evangelio nos da no es simplista, pero
si efectiva.

32
Porque los gentiles buscan todas estas cosas; pero vuestro Padre
celestial sabe que tenéis necesidad de todas estas cosas. 33 Mas buscad
primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os
serán añadidas. Mateo 6:32-33

Se trata, primero de Confiar. Porque nuestro Padre, sabe de qué


tenemos necesidad. Y después orientar toda nuestra vida de
acuerdo a sus propósitos. Estar dentro de ellos primero nos
brinda la seguridad de estar haciendo la voluntad de Dios, y
confiar en que Él tiene todo bajo su control.

La paz de Dios también es un bien para nuestra vida en medio


de las tormentas. Ciertamente la Biblia no dice, que nunca
tendríamos quebrantos, pero lo que si enseña es que sin
importar cuales sean las condiciones por las que pasemos
estamos en las manos de Dios. Esta es la confianza que expresa
el Profeta Habacuc, y que le hace seguir en la paz de Dios.
17 Aunque la higuera no florezca,
33
Ni en las vides haya frutos,
Aunque falte el producto del olivo,
Y los labrados no den mantenimiento,
Y las ovejas sean quitadas de la majada,
Y no haya vacas en los corrales;
18 Con todo, yo me alegraré en Jehová,
Y me gozaré en el Dios de mi salvación. Habacuc 3:17-18

Experimentar la paz, de Dios entonces es también confiar, en


sus promesas. Sabiendo que en la vida o en la muerte
pertenecemos a nuestro Salvador.

Consideremos ahora, como esta paz de Dios en nuestra vida se


relaciona con nuestros semejantes.

E n la epístola a los Romanos, el Apóstol Pablo,


encontramos una especie de decálogo, que nos sirven de
orientación sobre cómo manejar la relación de unos con los
otros, y de esa forma llegar a influir en los distintos círculos
donde cada día nos desenvolvemos.

1. Romanos 12:9 El amor sea sin fingimiento.


Aborreced lo malo, seguid lo bueno. El amor, o es
genuino, o no lo es. Y cada persona con la que tratamos
es sensible a lo genuino en la relación. Una de las
necesidades humanas más importante es el sentirse
amada, sin que esto tenga una connotación sexual. Por
ello la cláusula de este verso incluye también un
alejamiento de lo malo, para proseguir hacia lo que en la
Escritura se nos declara como bueno.
2. Romanos 12:10 Amaos los unos a los otros con amor
34
fraternal; en cuanto a honra, prefiriéndoos los unos
a los otros. El amor fraternal, donde consideras a los
otros como de tu familia, nos permite influir en las
personas para que pasen del círculo de la comunidad, al
círculo de familiares y amigos y posteriormente al círculo
de la familia de la fe.
3. Romanos 12:11 En lo que requiere diligencia, no
perezosos; fervientes en espíritu, sirviendo al Señor;
En las relaciones, hay cosas que hay que hacer justo a
tiempo, pues ese el momento en que se requieren. Pero
no pueden hacerse simplemente por obligación, sino en
amor, y haciéndolas excelentemente, como para el
Señor. De allí que al realizarla se hagan con toda
vehemencia.
4. Romanos 12:12 gozosos en la esperanza; sufridos en
la tribulación; constantes en la oración; La empatía
es importantísima en las relaciones, nos hacemos uno
con ellos, en todas y cada una de las situaciones que los
otros pasan. Pues en esta relación han dejado de ser los
otros, para llegar a ser un nosotros mismos. Son ahora
parte de nuestra vida.
5. Romanos 12:13 compartiendo para las necesidades
de los santos; practicando la hospitalidad. El amor,
no puede quedarse en el nivel de los sentimientos,
necesita demostrarse. La enseñanza de Jesús fue amar a
mí prójimo como a mí mismo. En la ilustración que
Jesús hace del llamado buen samaritano. Nos invita a
nosotros a hacernos prójimos, de los que experimentan
necesidad.
6. Romanos 12:14 Bendecid a los que os persiguen;
bendecid, y no maldigáis. La enseñanza de Jesús en la
denominada regla de oro es la tónica de esta enseñanza.
35
Hacer con los otros, como quisiéramos ser tratados. De
allí que se toma un papel proactivo, en la relación a fin
de hacerlos a los otros próximos e influir en ellos para
hacerlos nuestra familia. Este es el trato que nosotros
recibimos de Jesús. Pues siendo enemigos, por causa del
pecado, fuimos reconciliados, al tratarnos El con
benevolencia y trayendo sobre nosotros bendición. Y
aunque en ocasiones parezca no dar resultado,
recordemos lo dicho por el apóstol: No nos cansemos,
pues, de hacer bien; porque a su tiempo segaremos, si
no desmayamos (Gálatas 6:9).
7. Romanos 12:15 Gozaos con los que se gozan; llorad
con los que lloran. Esto es algo más que empatía con
las otras personas. Se trata de hacerse uno con los otros,
donde la otredad es superada. Donde se nos une un
mismo propósito y un mismo destino. Donde el logro
de los otros es también mi propio logro. Y al mismo
tiempo los momentos difíciles que ellos atraviesan son
también los míos. Nos reconocemos como un mismo
cuerpo. De allí que la solidaridad queda superada por la
unidad.
8. Romanos 12:16 Unánimes entre vosotros; no altivos,
sino asociándoos con los humildes. No seáis sabios
en vuestra propia opinión. La intencionalidad de las
cosas cuenta, aquí se nos brinda una dirección contraria
a lo que comúnmente se desarrolla. Se trata de hacernos
uno intencionalmente con los de condición humilde. Sea
por su situación económica o incluso por alguna
enfermedad. En ese sentido estaríamos haciendo lo que
Dios hizo por nosotros al elegirnos. Pero también se nos
insta a no considerar nuestra opinión como la autoridad
final. Sino poner en práctica la orientación que la
36
literatura sapiencial nos orienta al reconocer que Con
Dios está la sabiduría… Job 12:13
9. Romanos 12:17 No paguéis a nadie mal por mal;
procurad lo bueno delante de todos los hombres.
Algunos códigos humanos piensan en la paz para con
los hombre en términos de respeto. El consejo de Dios,
realmente va más lejos cuando en forma concreta nos
indica que incluso al ser agraviados, no regresemos el
mal que hemos recibido. Pero la paz en la humanidad es
más que el solo respeto y la no agresión, para ir un paso
más adelante, al intencionalmente hacer lo bueno
incluso para quienes nos consideran sus enemigos.
10. Romanos 12:18 Si es posible, en cuanto dependa de
vosotros, estad en paz con todos los hombres. Por
último se apela a nuestra propia experiencia de aquellos
que ya están en la paz de Cristo. Tú no puedes controlar
lo que otros hacen, pero si Cristo mora en tu vida, si
puedes tener control de tus emociones y de tus acciones.
De esta forma propiciamos la paz para con toda la gente
que está en derredor nuestro.

Cuando la paz de Dios, está en nuestra vida, se hace una realidad


la paz también con los demás, pues Su presencia trae plena
satisfacción y confianza, más allá de las circunstancias que
atravesamos, e incluso hasta con los que nos consideran sus
enemigos, pues:
Cuando los caminos del hombre son
agradables a Jehová, Aun a sus
enemigos hace estar en paz con él.
Proverbios 16:7
37
Disfrutemos
la Paz de Dios

H oy en día la mayor parte de las personas usamos relojes


digitales, de los cuales poco sabemos cómo funcionan,
pero años a tras se utilizaban relojes mecánicos. Estas pequeñas
piezas obras de la ingeniería eran maravillosas maquinas que
desarrolla una potencia de 0.00000001 hp. Su construcción
requiere hasta 3500 diferentes operaciones que se realizan a
tolerancias de hasta 0.001 milímetro. Sus piezas móviles
efectúan un recorrido de casi 145,000 kilómetros en un cuarto
de siglo. Lo interesante de estas piezas es que más allá del lujo
que algunos llegan a tener o la complicada ingeniería que se
desarrolló para que tenga una precisión de solo unos segundos
al año, tienen una sola función, marcar el tiempo. Son muchos
detalles para solo una función. Pero si tal inversión de ingenio,
tecnología y belleza son importantes para darnos un dispositivo
que señale con precisión el tiempo. Más impresionante es aun lo
que Dios ha hecho por su Pueblo y que llega hasta nosotros
como un don para nuestra vida. Pues todo el proyecto de Dios
está enfocado en un solo objetivo, el que disfrutemos de su paz.

Hoy en día el mensaje de la navidad, parece estar oculto por la


cantidad de productos culturales que se han colocado encima.
Algunos de ellos de forma originaria tenían como propósito
recordar el evento Crístico, pero la exacerbada publicidad ha
ocultado su propósito. Por ello se hace necesario revisar que hay
detrás de ese mensaje emitido por los ángeles en aquella noche
38
que hoy recordamos.
¡Gloria a Dios en las alturas, Y en la tierra paz, buena voluntad
para con los hombres! Lucas 2:14

E l libro del profeta Isaías es el más utilizado en el Nuevo


Testamento, es por ello que ocasionalmente se le
denomine el Profeta Evangélico. Por la cantidad de pasajes que
son leídos cristológicamente. Revisemos algunos de ellos, para
ver de qué forma Dios fue preparando todo el escenario para
podamos disfrutar de su paz.

Nuestra primera parada la habremos de hacer en el texto que


sirve también en el Evangelio de Mateo, para conectar el
nacimiento, vida y ministerio de Jesús con lo dicho por el
profeta Isaías.
Por tanto, el Señor mismo os dará señal: He aquí que la virgen
concebirá, y dará a luz un hijo, y llamará su nombre Emanuel.
Isaías 7:14

Desde este primer texto se empieza a visualizar el propósito de


Dios para con la humanidad, y que estará conectado con el
anuncio de los ángeles. Podemos ver dos elementos.

1. El nacimiento de este niño, es una señal de la acción de


Dios en medio de los hombres.
2. El nombre que este niño habrá de tener denota también
su misión. Con nosotros Dios. Que también podríamos
leer a favor de nosotros Dios.
Dios no se mantiene ajeno a la situación en la que viven sus hijos
39
y se muestra claramente a favor de ellos. Esto lo podemos ver
con claridad en el siguiente texto.
1
Mas no habrá siempre oscuridad para la que está ahora en
angustia, tal como la aflicción que le vino en el tiempo que
livianamente tocaron la primera vez a la tierra de Zabulón y a la
tierra de Neftalí; pues al fin llenará de gloria el camino del mar, de
aquel lado del Jordán, en Galilea de los gentiles.
2
El pueblo que andaba en tinieblas vio gran luz; los que moraban
en tierra de sombra de muerte, luz resplandeció sobre ellos.
3
Multiplicaste la gente, y aumentaste la alegría. Se alegrarán delante
de ti como se alegran en la siega, como se gozan cuando reparten
despojos.
4
Porque tú quebraste su pesado yugo, y la vara de su hombro, y el
cetro de su opresor, como en el día de Madián.
5
Porque todo calzado que lleva el guerrero en el tumulto de la
batalla, y todo manto revolcado en sangre, serán quemados, pasto del
fuego.
6
Porque un niño nos es nacido, hijo nos es dado, y el principado
sobre su hombro; y se llamará su nombre Admirable, Consejero,
Dios Fuerte, Padre Eterno, Príncipe de Paz.
7
Lo dilatado de su imperio y la paz no tendrán límite, sobre el
trono de David y sobre su reino, disponiéndolo y confirmándolo en
juicio y en justicia desde ahora y para siempre. El celo de Jehová de
los ejércitos hará esto. Isaías 9:1-7

Es texto, podemos verlo como una declaración de los actos de


Dios que va a desarrollar a favor de sus hijos.

1. El tiempo de dolor tiene un límite. La acción de Dios


tiene como objetivo cambiar la situación de los que aún
viven en la obscuridad. Sus aflicciones habrán de ser
cambiadas por un entorno donde gocen de las
40
bendiciones de Dios.
2. La luz de Dios resplandece sobre su Pueblo. Aquí
no se trata de la metáfora luz-tinieblas, o de la luz del
conocimiento del entorno griego, sino de la presencia de
Dios alumbrando a su Pueblo.
3. Un niño como signo de cambio. El nacimiento de
este niño, adquiere un carácter mesiánico cuando los
distintos títulos describen la misión que Dios
desarrollará a través de Él.

El conjunto de este texto, lleva a reconocer que este proyecto


de Dios empezó a gestarse siglos antes, del nacimiento del
Cristo, pero también vemos una vez más los énfasis que en ello
se hacen presentes. Pues el plan de Dios es para bien de los
suyos e implica un cambio drástico de las condiciones. Limitar
el sufrimiento de Su Pueblo, Transformar las sombra en Luz y
proveer en ese Niño a quien habría de conducirnos a la paz de
Dios.

Nuestra tercera parada forma parte de una alabanza, que se hace


en esperanza (Isaías 26:1-21).
Jehová, tú nos darás paz, porque también hiciste en nosotros todas
nuestras obras. Isaías 26:12

De forma real, el pueblo aún el pueblo de Dios no experimenta


la plena paz de Dios. Aún es algo que está en el futuro. Pero
elevan a Dios una alabanza, confiando en que Dios habrá de
traer protección-liberación para ellos.

Un canto que se levanta en esperanza es sin duda una de las


experiencias de fe, más importantes. Pues parte de la certeza,
que la fe le da al creyente. De que sin duda ocurrirá así como
41
Dios lo ha dicho. Y desde ahora empieza a celebrar los actos de
Dios. Podríamos decir que empieza a vivir por anticipado la
protección y liberación que Dios hará en ellos. Este cambio en
la perspectiva, de algún modo también genera un cambio en la
forma de cómo vive su presente. Pues su desazón se convierte
en seguridad y su angustia en certeza. De esta forma puede
experimentar, ya la paz de Dios por adelantado. Su futuro se
acerca hasta su presente, y desde allí el creyente vive de cara a la
eternidad.

Nuestra cuarta parada nos presenta el modo en como Dios,


logra la paz para nuestra vida.
Dios inicialmente diseño un proyecto, donde el ser humano
gozase de plena paz para con Dios. Un ambiente donde todo se
encontraba en equilibrio y el ser humano, tenía plena comunión
con Dios. Pero este escenario, es quebrantado por la
desobediencia del ser humano, cuando el ser humano decide
prescindir de Dios, para el mismo formar su propio proyecto.
Esto acarreo desdicha para el ser humano, ruptura en la
comunión con Dios y un rompimiento del ser humano con sus
semejantes y con la creación misma. Las consecuencias han sido
terribles, y han ocasionado desde guerras mundiales, hasta la
separación con nuestros semejantes. Pasando por la destrucción
de nuestro ecosistema.
La solución para este problema ha sido provista por Dios
mismo. Este niño que nace en la navidad, habría de crecer y dar
su vida, por nosotros, tal y como dice el texto.
Mas él herido fue por nuestras rebeliones, molido por nuestros
pecados; el castigo de nuestra paz fue sobre él, y por su llaga fuimos
nosotros curados. Isaías 53:5
El Cristo, da su vida en pago por nuestra vida. La obtención de
42
nuestra paz para con Dios, se logra a dar El su vida a favor
nuestro. La justicia de Dios, habría de ser satisfecha. Pues la paga
del pecado es muerte y El Cristo muere en lugar nuestro para
que pudiéramos recibir la paz de Dios.

Su sufrimiento fue para cumplir con el propósito de Dios, de


que sus hijos pudieran nuevamente experimentar la paz que
originalmente Dios había planeado para nosotros. Por la obra
de ese Niño que habrá de morir en la Cruz, es que hoy nosotros
hemos sido justificados para con Dios y estamos en paz, para
con El (Romanos 5:1).

Cada uno de estos pasos cumplía con un solo propósito que fue
justo el mismo que los ángeles anunciaron. Para que llegado el
cumplimiento de los tiempos, pudiéramos gozar la paz, que
Dios, al precio de la sangre de su Hijo, hoy nos otorga como un
don.

S in embargo gozar de la paz que Dios dispuso para el ser


humano en la Navidad sigue siendo ajena para algunas
personas.

Algunos porque aún no conocen que los propósitos de Dios,


son para su bien. Aún hacen falta personas que siendo
portadoras del mensaje de Dios, lo puedan llevar hasta aquellos
que aún viven en la obscuridad.

Hay otros, que han conocido el mensaje de la Paz de Dios en la


Navidad y sin embargo siguen viviendo como si Dios no hubiera
hecho posible que ellos vivieran en Paz. Siguen intentando con
sus propias fuerzas. Se esfuerzan en ser buenos y luchan por ser
43
buenos cristianos. Sin embargo sus luchas se ven marcadas por
momentos de frustración, pues sus intentos son solo por
temporadas y en otros momentos después de esforzarse
descubren que no pueden lograrlo. La solución para ellos no es
que se esfuercen más. Sino que re-descubran que la Paz de Dios
es un don que Dios nos ha dado. No se trata de obtener o
merecer, sino de recibir. Para empezar a gozar de la Paz de Dios,
han de dejar de luchar por ella, para permitir que sea Dios, quien
les conduzca a su Paz.

Aún hay un tercer grupo. Está integrado por personas que saben
de Dios, que han sido testigos de milagros. Han disfrutado de
las bendiciones de ser hijos de Dios y sin embargo dejan pasar
las bendiciones de Dios con ligereza. Son los que saben cómo
Dios ha de bendecirles. Pero optan por buscar sus propios
intereses. Y aunque anhelan la paz de Dios, solo la ven desde
lejos.

El proyecto de Dios, para nuestra vida, es que gocemos de la


paz de Dios. Que vivamos en ella y desde ahora empecemos a
vivirla de cara a la eternidad donde habremos de tenerla de una
forma plena.

La celebración de este año, es el tiempo aceptable al Señor para


que empecemos a gozar de Su Paz
44

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