Publicado: Mayo 06, 2017 Un día Jorge Cid Verdugo en su natal Villa Macul fue testigo del robo de una manguera, los sujetos despavoridos huyeron hasta un sitio eriazo ubicado en calle Irán a escasos metros de avenida Quilín y se escondieron ahí a la espera de no ser sorprendidos. La astucia de Jorge, le permitió dar con los sujetos y descubrir a la vez un lugar del cual nunca más se iba a separar. Empezaba una linda unión, deportiva, social y cultural abierta para la comunidad. Era el año 1969 y ese lugar era absolutamente inhóspito: basura, maleza, plantaciones abundantes de zarzamoras y una aguda plaga de ratones era la carta de presentación de un sitio que era un basural de 5 metros de altura. Sin embargo, Cid tenía una convicción que hoy a sus avanzados 80 años podía iniciar algo que parecía inalcanzable para esa época; se mantuvo firme, igual que su lucidez y su vocación por enseñar y fomentar el deporte como un tema integral, más allá de las rivalidades y más allá del resultado. En ese entonces el terreno pertenecía a la comuna de Ñuñoa y se realizó un arduo trabajo con el municipio y Bienes Nacionales, esfuerzo mancomunado que trajo como resultado la fundación dela Rama de Tenis del Deportes Red Star Club, un lugar que hoy (pese a algunos detalles de restauración) resulta acogedor, familiar y lleno de historia. El proyecto partió con 5 adultos que provenían de la Rama de Tenis y entusiastas 30 niños. Cid fue elegido el primer presidente y desde ese día inició una relación entrañable e inseparable con la Corporación. Tuvo la suerte en el proceso previo de que su vecino tenía una flota de camiones y lo ayudó a limpiar el lugar e integrantes del incipiente club que colaboró en el proceso de carga y descarga, además de la realización de “colectas” en la locomoción colectiva para recabar fondos correspondientes al ítem combustible. “Quiero aprovechar la oportunidad de agradecer al dueño de un laboratorio químico que entregó en ese entonces 3 camiones con cal viva para desinfectar el terreno”, recordó Cid. Sus queridos partner, durante el acondicionamiento del court de tenis, entrenaron gratuitamente en las canchas de la Clínica del Carmen. Curiosamente Cid empezó en el fútbol (era mediocampista de contención), pero siempre tuvo facilidad para el tenis y una fortaleza mental a toda prueba, fundamental para practicar este deporte y tener buenos resultados. “Me entusiasmé con la escuela de tenis de esta corporación, ese lindo deporte lo realizaba solo cuando podía, me gustaba mucho. Mi tenis era muy lindo. Los socios y la comunidad en general reconocen que lo hice muy bien, tuve cooperación de mucha gente como los hermanos Nazar por ejemplo”, señaló Cid. “Con este lugar ayudamos a masificar el tenis. Gracias a los buenos resultados de nuestros grandes jugadores (Fillol, Cornejo, Gildemeister, Ríos Massú, González, entre otros),el pueblo empezó a jugar, hacían raquetas de tabla como paletas de ping pong; en las poblaciones adaptaba la gente de árbol a árbol o reja a reja una cuerda y tapaban la misma con diarios improvisando una red”. Después vino el proceso de dar identidad a la Corporación: Fernando OrtizFuentealba, según Cid, “un gran presidente, llamó a concurso público para crear el banderín corporativo y la insignia en Ñuñoa, postularon unas 50 personas y se llegó a la imagen de un águila inglesa con estrellas rojas, como el nombre del club de fútbol de Yugoeslavia”. Y no sólo eso, también se implementó el lugar en el período del presidente Luis Balmaceda en 1969, con la construcción de un hermoso court central de tenis, con gradas conformadas por butacas rojas, los muros verdes con detalles rojos. “Los colores son tu vida, te llenan la vista y el cerebro,si ves todo blanco, no tienes emoción de ver matices en los tonos”, complementa Cid. A nivel gastos, el club sobrevive con un millón de pesos mensuales. Actualmente se deben hacer restauraciones de los muros (serán de cerámica), reparar baños y camarines y gastos de mantenciones y cuentas básicas. “Además se debe pagar a un contador para que haya orden, comprar mercadería, cilindros de gas de 15 kilos y otras eventualidades como robo de especies y reemplazar a Manuel Morales, canchero que falleció hace 12 meses aproximadamente y estuvo 25 años junto a nosotros”, agrega nuestro entrevistado. Cómo sobrevive la Corporación de Deportes Red Star Club: con cuotas mensuales de los no más de 20 socios, porque saturan el uso de la única cancha de arcilla existente. Los socios tienen derecho a cancha dos veces por semana, más redistribución los sábados y domingos. El pago por derecho de hora de arriendo es de 7 mil la hora y 10 mil la hora y media. “Construí esto pero no para mí, sino para la corporación de deportes, pero hay que mantenerlo”, advierte Cid. La rama de tenis ha realizado distintas giras y tiene como jugador destacado a Aldo Sepúlveda. No obstante, Cid tiene la ilusión de que surja una nueva figura de su querida comuna de Macul, porque “me interesa el futro del país, el desarrollo que son los niños y en ese sentido, los particulares son los únicos que pueden ayudar”. Pero este personaje no se queda de brazos cruzados. Desde hace algunos años trabaja con niños en riesgo social. De hecho en algún momento hubo alrededor de 40 y lamentablemente esa cifra ha disminuido de manera ostensible. Hoy solamente hay 5 niños y esa situación desmotiva a Cid, socios y profesor de tenis quienes ni siquiera han logrado tener contacto con sus padres. “Ni siquiera han tenido la delicadeza de venir. Este es un tema más de fondo: al niño le exigen mucho, están en jornada completa, lo que ha significado un desorden en sus vidasy a qué hora los papas traen el niño, que no acepta disciplina ni exigencias. Acá les prestamos raquetas, tienen canastos de pelota y una cancha de primer nivel”. Ahora bien, este hombre vive de sueños y no se arrepiente de lo hecho, que fue su razón de existir: “Si tuviera dinero, haría lo mismo, compraría un terreno y colocaría canchas de tenis y de otros deportes”.