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ansiedad
24 ABRIL, 2017 ESCRITO POR CLAUDIO ALMARCEGUI3 COMENTARIOS
El organismo señaló que entre 1990 y 2013, el número de personas que sufría
de ansiedad aumentó casi el 50%, de 416 millones a 615 millones.
Eso sí, quiero dejar claro que no soy psicólogo ni médico. Pero sí que por
suerte o por desgracia yo he padecido ansiedad y he tratado con mucha gente
que o bien la sufrido o la está sufriendo en sus carnes. Por eso este artículo
tendrá un efecto pragmático y me limitaré a dar una serie de técnicas que nos
ayudarán a vencer la ansiedad.
¿Qué es la ansiedad?
La ansiedad es una respuesta emocional ante una situación real o imaginaria
generada por unos estímulos internos o externos. La ansiedad a lo largo de los
años ha adquirido muy mala fama, muy mala publicidad y cuando hablamos de
ansiedad, enseguida nos viene a la cabeza la imagen de alguien miedoso,
débil, atormentado y nervioso. Y la verdad es que la realidad es muy diferente a
todo esto cuando se trabaja la ansiedad en ambientes clínicos o académicos y
más se sabe de ella.
Cuando nos encontramos ante un peligro real o imaginario saltan las alarmas y
son la adrenalina, ante el peligro inminente, y la dopamina, ante estímulos que
pueden provocar la pérdida de algo placentero, los que toman el control. Estos
neurotransmisores nos hacen que tengamos una visión túnel, es decir,
focalizamos nuestra atención hacia ese estimulo considerado como peligroso,
se nos acelera el ritmo cardiaco, se nos dilatan las pupilas y un gran número de
cambios fisiológicos experimentados como molestos que van a seguir ahí si no
realizamos ninguna acción que acabe con ese nivel de alerta.
Después de este “tocho”, pasemos con las posibles soluciones. Eso sí, antes
de seguir, quiero puntualizar que la ansiedad la puedes y la debes controlar,
pero no la puedes eliminar ni hacer que no vuelva a aparecer nunca más. La
ansiedad es una emoción inherente al ser humano.
1. Medita
La meditación es una técnica ancestral que tiene la increíble (y probada
científicamente) capacidad de mejorar la vida de las personas. Numerosos
estudios demuestran que las técnicas de meditación reducen la ansiedad a la
mayoría de pacientes, aumentando su sensación de bienestar tras una práctica
de 20 minutos durante 8 semanas.
2. Respira profundo
Inhala y exhala profundamente. Tan simple como eso. Es curioso, pero, a
veces olvidamos que el simple hecho de respirar profundamente nos ayuda a
relajarnos al instante. Una respiración profunda ha demostrado disminuir los
niveles de cortisol, lo que puede ayudar a reducir el estrés y la ansiedad. Los
estudios sugieren que también puede nivelar la presión arterial.
Son solo ejemplos, lo importante es que el sitio que elijas te traiga paz y
serenidad. Cuando lo hagas pon toda tu atención en ello. Cuanto más nítida e
intensa sea la visualización, más tranquilidad conseguirás.
4. Haz ejercicio
Uno de los consejos más recomendados para las personas que sufren de
ansiedad. Uno de los pilares básicos que debemos tener para una mente sana,
es un cuerpo sano. Mens sana in copore sana. La salud mental empieza por la
salud física.
También conlleva una bajada del cortisol, la hormona del estrés. Nos ayuda a
descansar mejor por las noches, etc…
Por todos estos motivos y muchos más, el ejercicio físico debe formar parte de
tu vida.
5. Alimentación equilibrada
Ya lo dice la famosa frase de somos lo que comemos. Una alimentación sana
es necesario para cualquier persona, padezca alguna patología o no. Básate
en la dieta mediterránea, la cual está considerada como una de las más
saludables del mundo. Evita los azucares, los fritos, los precocinados y por
norma general, cuanto menos procesado sea el alimento, mejor será para tu
salud.
8. No te escanees
Las personas con ansiedad suelen ser también muy hipocondriacas. Están
continuamente comprobando sus constantes vitales… que si palpito, que si
estoy pálido, que si tengo ojeras, que si no puedo respirar, que mira cómo
tengo la tensión. Aléjate de todo el chequeo. No tienes nada más que la
reacción de tu sistema nervioso. Al cual lo tienes totalmente loco con tantos
pensamientos amenazantes. El sistema nervioso está todo el día en guardia,
en alerta, esperando salir corriendo o atacar. Y resulta que las amenazas son
situaciones tan cotidianas y comunes como no pasar una entrevista de trabajo
o que la persona que te gusta no te haga caso. En el momento en el que dejes
de contemplar tu mundo como una amenaza, dejará de latir el corazón como si
se te saliera del pecho.
9. Acepta la incertidumbre
Hay ciertas cosas que por mucho que nos esforcemos en controlar, están
totalmente fuera de nuestro control. Cosas como las condiciones
climatológicas, las actitudes de otras personas, la economía, la política, la
suerte, etc… Al céntranos en lo que no puedes controlar, tus preocupaciones
se van haciendo mucho mayores y tu sensación de control disminuirá, lo que
hará que nuestra ansiedad e inseguridad aumenten.
Por eso tenemos que poner en práctica la aceptación del azar. Que pase lo que
tenga que pasar. No anticipes lo que va a ocurrir. Incluso sería recomendable
que estos aspectos de los que no nos podemos ocupar nos lo tomáramos con
humor. Mejor reír que llorar, ¿verdad?
10. Ríe
La risa tienes múltiples beneficios. Desde estimular mantenernos más jóvenes,
pasando por prevenir el insomnio, hasta mejorar el sistema inmunológico. Y por
supuesto, también es una buena aliada para la lucha de enfermedades como la
ansiedad y la depresión.
Una de las mejores cosas que puedes hacer para desconectar y salir de la
rutina es quedar con otras personas. Da igual si es con amigos, familiares o
compañeros del trabajo. Lo importante es relacionarte, interactuar, sociabilizar.
13. No “terribilices”
Este original término es propiedad del psicólogo Rafael Santandreu. Según él,
“la terribilitis” es la creencia de que cualquier suceso adverso es terrible, la
guerra nuclear, el fin del mundo. Tanto si te ha pasado como si piensas que
puedes pasar. Este pensamiento de ver las cosas negras solo nos conlleva a
la infelicidad.
Para llevar esto a la práctica, Santandreu nos propone una pregunta, para cada
vez que “terribilicemos”: ¿En qué medida eso que me ha pasado/me podría
pasar me impediría hacer cosas valiosas por mí y por los demás? Seguramente
la respuesta en la mayoría de los casos será que en poco te limitaría.
Aparte del diario emocional, existen varios ejercicios específicos para estos
casos de preocupaciones o miedos excesivos, si quieres conocerlos, dímelo en
los comentarios para que haga un artículo enseñándotelos.
Si esta actividad puede ser durante el día y con la luz del sol, mejor que mejor.
La luz solar ayuda a sintetizar más vitamina D, lo que nos ayudará a regular los
niveles de esta vitamina en el cuerpo y esto contribuirá a mejorar nuestro
estado de ánimo.