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EL POBLADO DE LOS CONCEJILES (LOBÓN, BADAJOZ) EN


EL CONTEXTO DEL BRONCE FINAL DEL GUADIANA MEDIO

Raquel VILAÇA
Universidad de Coimbra - CEAUCP - FCT

Javier JIMÉNEZ ÁVILA


Junta de Extremadura

Eduardo GALÁN DOMINGO


Museo Arqueológico Nacional

RESUMEN

Este trabajo aborda el estudio del material de superficie recogido en el poblado de Los Concejiles (Lobón,
Badajoz). En las cerámicas destacan las decoraciones bruñidas externas tipo Lapa do Fumo, de clara vinculación con
el Bronce Final de la Beira Interior y el Alentejo, junto a otras modalidades que otorgan al grupo gran variedad y
riqueza. También se ha recogido un lote de bronces en los que se perciben relaciones con este mismo mundo
portugués y, de un modo general, con las Beiras. El poblado, un espolón desde el que se controla una amplia
perspectiva del Valle del Guadiana, se considera un lugar central de los que flanquean el curso del río en esta época y
en torno al que se desarrollaría un poblamiento en llano, del que se presentan algunos ejemplos.

RESUMO

Este trabalho debruça-se sobre o estudo do material de superfície recolhido no povoado de Los Concejiles
(Lobón, Badajoz). Entre as cerâmicas destacam-se as que possuem decoração brunida de tipo Lapa do Fumo, de clara
vinculação com o Bronze Final da Beira Interior e do Alentejo, juntamente com outras modalidades estilísticas que
conferem ao conjunto grande variedade e riqueza. Recolheu-se igualmente um lote de bronzes onde se vislumbram
relações com o mesmo mundo do território português e, de um modo geral, das Beiras. O povoado, um esporão a
partir do qual se controla visualmente uma ampla perspectiva do Vale do Guadiana, é considerado um dos lugares
centrais que flanqueiam o curso do rio nesta época e nas imediações do qual se desenvolve um povoamento em
planície, de que se apresentam alguns exemplos.

ABSTRACT

This paper presents for the first time a significant group of archaeological remains coming from the site named
Los Concejiles (Lobón, Spain). All of them are surface findings where stand out the Late Bronze typical «Lapa do
Fumo» pottery. Such type of hand-made pottery with polish external decoration makes a clear relationship with both
the Beira Interior and Alentejo regions of Portugal during the Late Bronze Age. Furthermore, it is shown an
interesting set of little bronzes (fibulae, tools, wheigts…) in which we can see the same cultural connections. The site
is a big hill-spur from where is possible to take a great territorial control over the Guadiana and his valley. Similar
archaeological Late Bronze items have been located in adjoining little plane sites. So, Los Concejiles can be
considered a Central Place into the Late Bronze territorial ordering along the river.
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126 Raquel Vilaça - Javier Jiménez Ávila - Eduardo Galán Anejos de AEspA LXII

INTRODUCCIÓN nocer el sitio de primera mano, lo que nos permitió,


por un lado, proceder a nuevas recogidas que per-
El poblado del Bronce Final de Los Concejiles mitían confirmar las primeras valoraciones crono-
(Lobón, Badajoz) no constituye sensu stricto una lógicas y culturales que habíamos hecho sobre el
novedad bibliográfica, aunque su incorporación a material inicial: esto es, la adscripción del poblado
la investigación de la Protohistoria del Guadiana de Los Concejiles al Bronce Final y la importancia
Medio es bastante reciente. Así, solo a principios de las decoraciones de ambiente portugués en la
del presente siglo comienza a ser conocido, a través muestra. De otro lado, el conocimiento directo del
de unas pocas referencias en obras de carácter ge- sitio y de su entorno nos permitió comprender la
neral o en trabajos de arqueología territorial de las importancia estratégica de la instalación de Los
Vegas Bajas del Guadiana que, en algunos casos, Concejiles en el panorama del poblamiento del
incluían la presentación selectiva de algunos de sus Guadiana Medio en la transición del II al I Milenio
materiales más destacados, en particular las fíbulas a.C. algo que, por otra parte, también presagiaban
de codo de bronce, que constituían las primeras evi- ya algunos de los materiales recuperados. Es im-
dencias de este tipo de adornos en el entorno del portante subrayar, por tanto, que todos los materia-
Guadiana Medio y que presagiaban la importancia les de Los Concejiles, aquí estudiados, provienen
de este enclave en el panorama del Bronce Final de rastreos y prospecciones superficiales, sin que
bajoextremeño1. Más recientemente, en las actas de nunca se hayan realizado en el lugar excavaciones
la anterior reunión de esta misma serie, SIDE- ni sondeos estratigráficos de ningún tipo.
REUM ANA I, dedicada al período post-orientali-
zante en la región, aparecían algunas breves
referencias sobre este yacimiento, con inclusión de 1. SITUACIÓN Y CARACTERÍSTICAS DEL
algunos de sus materiales más representativos y, al POBLADO
mismo tiempo, se anunciaba el estudio más deta-
llado que aquí presentamos y que permite su mejor El poblado de Los Concejiles se asienta sobre
valoración histórica y cultural2. una formación amesetada que se suma a los más re-
El descubrimiento del yacimiento de Los Con- conocibles vestigios de lo que en esta zona consti-
cejiles se debe a un grupo de aficionados de la po- tuyen las terrazas aluviales de la margen izquierda
blación de Guadajira (Badajoz) entre los que hay del Guadiana4. En este área, la plataforma terciaria,
que nombrar muy destacadamente a Julián García ocupada en su superficie por abundantes cantos
Méndez y J. Manuel Jerez Linde, que han colabo- cuarcíticos, se extiende hacia poniente por una am-
rado con nosotros de manera intensiva en los di- plia extensión, que abarca desde la zona del po-
versos proyectos de arqueología protohistórica del blado hasta la localidad de Guadajira, a lo largo de
Guadiana que hemos venido desarrollando en los más 10 km ocupados por una abundante cantidad
últimos 15 años. A principio de los años 90 se ini- de yacimientos pre y protohistóricos que flanquean
ciaron las visitas a este y a otros yacimientos del el curso del Guadiana, entre los que destacan los
entorno de las vegas del río, muchos de ellos afec- asentados bajo las actuales localidades de Lobón y
tados por los constantes trabajos de remoción agrí- Guadajira5.
cola que acarreaban frecuentes deterioros, cuando El borde septentrional de esta formación geoló-
no destrucciones totales, de los sedimentos ar- gica es un pronunciado corte paralelo al curso del
queológicos. Poco después, al comenzar a intere- río que aparece festoneado por multitud de entran-
sarnos por el estudio del Primer Milenio a.C. en la tes y salientes, a modo de «lengüetas» que, a vista
comarca emeritense, los materiales que habían sido de pájaro, le confieren una característica silueta po-
recogidos en las numerosas visitas realizadas a lo lilobulada, efecto de la erosión fluvial que ha ge-
largo del tiempo nos fueron cedidos para su estudio nerado la abundante red de cauces secundarios que
y posterior depósito en el museo correspondiente3. han desembocado el en Guadiana a lo largo del
Al mismo tiempo, tuvimos la oportunidad de co- Cuaternario. En una de estas características «len-
güetas» se instala el poblado (Fig. 1). Esta situa-
ción hace que podamos hablar de un modelo de
1
Duque 2001: 30-31; Rodríguez Díaz y Enríquez 2001:
153; Jiménez Ávila 2002: fig. 10.
2
Jiménez Ávila 2008.
4
3
Algunos escasos materiales, no obstante, habían sido ya Rodríguez Vidal et al. 1988.
5
depositados en la entonces recién creada Colección de Prehis- Recientemente Almagro-Gorbea et al. 2009, con biblio-
toria de la Comarca de Mérida. grafía.
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Fig. 1. 1. El poblado de Los Concejiles, en una imagen del SIGPAC de 2002. Al norte el curso del Guadiana; al oeste
la localidad de Lobón (Badajoz); 2. Restitución del relieve de la zona en un MDT.
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Fig. 2. Vista del yacimiento de Los Concejiles (2006), 1. Desde el Este; 2. Desde el Oeste.

poblado ‘en espolón’ o ‘en espigón’, aunque estos El Guadiana fluye a 500 m al norte, sin que el
conceptos suelen usarse en entornos paisajísticos trazado actual tenga que coincidir exactamente con
bastante más anfractuosos que los que genera el el que discurriera 3000 años atrás, pues el manso
Guadiana en su tranquilo tramo medio6. El poblado régimen del río en esta zona favorece la formación
se instala, por tanto, en un promontorio sobreele- de cortas y meandros que van modificando el cauce
vado del territorio circundante por un pronunciado a lo largo del tiempo. Del mismo modo, la amplia
talud de más de 50 m sobre la cota marcada por el vega que se extiende a los pies del yacimiento se
río. Un talud que, sin embargo, se interrumpe en la ve hoy radicalmente transformada por los regadíos
parte meridional del yacimiento generando un del Plan Badajoz que no ha hecho sino multiplicar
ancho istmo que lo une a la plataforma terciaria, la potencialidad agraria de unos suelos cuya fera-
con la que apenas concurre diferencia de cota al- cidad ya debió constituir un potente factor de atrac-
guna a lo largo de varios kilómetros de amplia pe- ción para el asentamiento de las poblaciones pre y
nillanura (Fig. 2). protohistóricas de la zona, tal y como se desprende
La extensión del poblado puede calcularse entre de la concentración de yacimientos arqueológicos
3 y 4 ha a partir de la dispersión del material de su- de estas épocas situados en el entorno de la vega.
perficie y de la propia morfología del asentamiento, Hacia el sur, de espaldas al río, el paisaje se mo-
si bien no se ha realizado ningún estudio de detalle difica sustancialmente. Algo en lo que el subsuelo,
sobre el terreno que permita calibrar mejor sus di- constituido ahora por arcillas y areniscas de origen
mensiones. En la parte meridional del poblado, en terciario, juega un importante papel. En esta zona,
la zona donde el espigón se estrecha para unirse al cuyo aspecto sugiere un entorno menos alterado por
terreno llano, se detectan algunas piedras menudas el discurso del tiempo, los aprovechamientos ac-
movidas por los arados que podrían corresponder a tuales son cultivos de secano, en particular vides y
una antigua línea de delimitación o fortificación olivos que, a veces, se combinan con cereal.
muy derruida, recurso que se estima innecesario en Dadas las condiciones de elevación sobre el
los otros flancos del asentamiento debido a los pro- valle, desde el poblado de Los Concejiles se do-
nunciados taludes que se forman con el terreno cir- mina visualmente una amplia porción del territorio
cundante, y que ya han sido mencionados. No circundante, en particular hacia los flancos oeste,
obstante, la existencia o no de estas construcciones, norte y este, quedando algo más restringidas estas
así como su posible estructura, es algo que habría posibilidades hacia el sur por la propia morfología
que determinar mediante futuros sondeos o exca- del terreno. Esta disponibilidad estratégica y de
vaciones arqueológicas. control visual sobre el Guadiana se ve incremen-
tada por el hecho de coincidir la implantación de
Los Concejiles con tradicionales zonas de vado del
río que hoy se ven perpetuadas por el puente que
6
Martin Bravo 1999. une la Autovía A-5, que transcurre a los pies del ya-
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cimiento, con la próspera localidad de Montijo, que


queda en la orilla derecha. No obstante, al hablar
de la vadeabilidad del Guadiana en esta zona hay
que tener en cuenta los considerandos relativos a la
variabilidad de su cauce anteriormente señalados,
así como a su régimen fluvial, que hace que los
puntos de cruce, en determinadas épocas del año,
se multipliquen extraordinariamente.
En consecuencia, tanto por su extensión, como Tabla 1. Recuento del material cerámico por zonas del
por su ubicación privilegiada junto al curso del recipiente.
Guadiana, como por su situación en una zona de
extraordinaria potencialidad agraria propiciada por
la propia vega del río, Los Concejiles cumple con
los requisitos para ser tenido por uno de los yaci-
mientos que capitalizan el territorio de las Vegas
del Guadiana durante la época en que duró su ocu-
pación; los materiales arqueológicos recogidos, que Tabla 2. Recuento del material cerámico. Fragmentos
estudiaremos a continuación, no desdicen en abso- decorados.
luto de esta condición principal.

toria del Suroeste peninsular y por sus tratamien-


2. MATERIALES CERÁMICOS tos se aproximan al resto del elenco cerámico re-
pertoriado. Formas diagnósticas del III milenio,
2.1. CARACTERIZACIÓN GENERAL como los bordes engrosados, etc. están totalmente
ausentes del registro superficial recogido.
El conjunto cerámico proveniente de Los Con- El análisis de los materiales pone de manifiesto
cejiles que aquí se presenta comprende 208 frag- una evidente selección en la recogida, mostrándose
mentos, todos de factura manual, que integran una clara preferencia hacia de las mejores fábricas,
diversas categorías morfológicas y decorativas. las piezas con formas o los fragmentos decorados.
Como ya hemos señalado, las condiciones de Esta situación se encuentra claramente expresada
recogida de la muestra condicionan cualquier posi- en las tablas 1 y 2. En la primera se verifica que los
ble certitud en cuanto a la coetaneidad de los frag- galbos suponen una baja cuantía frente a los bor-
mentos analizados, pues se trata siempre de des. En la segunda, los fragmentos decorados al-
hallazgos superficiales. Sin embargo, tampoco esta canzan un elevado porcentaje (41%), situación que
coetaneidad debe ser cuestionada necesariamente, a no es común en los contextos coetáneos documen-
la vista de lo que se sabe de otros contextos bien tados a través de excavaciones arqueológicas. Por
conocidos del Suroeste Peninsular. Por tanto, y aun- consiguiente, no podemos adoptar este muestreo de
que esta metodología comporta sus riesgos, el con- fragmentos como representativo de la realidad ce-
junto ha sido estudiado como una unidad desde el ramológica del poblado.
punto de vista cronológico-cultural y, consecuen- A excepción del empleo de la lupa binocular en
temente, atribuido a finales de la Edad del Bronce. nueve fragmentos con decoración pintada (o cuya
Es cierto que algunos de los fragmentos podrían ca- existencia se sospechaba), el estudio se ha basado
racterizar igualmente la fase inicial del período si- en un análisis macroscópico, lo que imposibilita la
guiente, pero solo la realización de excavaciones identificación rigurosa de diferentes tipos de pasta.
donde puedan identificarse en estratigrafía distin- Así, solo se han registrado determinados atributos
tas fases de ocupación podría solventar esta cues- en términos de composición de las arcillas, distri-
tión. Por otra parte, hay que señalar que no se han bución y calibre de los desgrasantes, del trata-
identificado elementos que avalen de manera ine- miento y del color de las superficies.
quívoca la existencia de una ocupación calcolítica De manera general, y en total sintonía con lo
en el poblado, como se ha propuesto en ocasiones que se puede esperar de una muestra selectiva, las
anteriores. A pesar de que algunas de las formas re- pastas presentan texturas homogéneas y compac-
cogidas podrían recordar a las de la Edad del Cobre, tas, con elevado grado de dureza. Aun así, se regis-
se trata siempre de vasos de perfiles simples que tran 63 items cuya fábrica es completamente
aparecen comúnmente a lo largo de toda la Prehis- distinta, incluyendo pastas groseras con desgrasan-
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tes de gran calibre, que suelen corresponder a frag-


mentos de grandes recipientes.
Entre los desgrasantes, de origen mineral, se
identifican pequeñas partículas de granos de cuarzo
y algunas laminillas de mica. Pero también están pre-
sentes elementos de origen vegetal, lo que propor-
ciona una información adicional para un poblado
Tabla 3. Tratamientos superficiales de las cerámicas de
cuyos datos nos han llegado en las condiciones an- Los Concejiles.
teriormente descritas. Se trata de dos improntas
sobre las superficies de sendos fragmentos cerámi-
cos. Uno corresponde a la impresión de una carióp- ducir la reconstrucción de los respectivos perfiles,
side de Grammineae, muy probablemente de aunque no hemos trasladado esta inferencia a las
centeno (Secal cereale L.) y el otro a una hoja de ace- correspondientes tablas.
buche (Olea europea L. var. Sylvestris) 7, (Fig. 3).
Se han establecido tres tipos de cocción: oxi-
dantes o de tendencia oxidante (60 ejemplares), re- Tipo 1
ductoras (91) e irregulares/mixtas (26).
El tratamiento final de las superficies responde Este tipo agrupa cazuelas carenadas con distin-
a cuatro técnicas distintas (Tabla 3), siendo de des- tos perfiles y tamaños (Fig. 4). Las carenas pueden
tacar desde el primer momento el elevado porcen- ser altas o medias, angulosas o suaves. Los cuer-
taje de los acabados bruñidos. Aparte de éstos, se pos presentan las paredes de tendencias rectas o
distinguen las superficies alisadas, espatuladas y ru- arqueadas y desconocemos la solución de las
gosas o groseras. Estos tratamientos pueden coin- bases, que podrían ser planas y/o umbilicadas. Los
cidir simultáneamente en ambas caras o bien en bordes tienen orientación vertical o exvasada, con
distintas combinaciones, habiéndose documentado labios convexos, biselados o ligeramente engrosa-
las siguientes variantes: bruñido externo/alisado in- dos. Los diámetros oscilan entre 12 y 28/34 cm.
terior y alisado externo/espatulado interior. Los modelados son, por lo general, finos, con
superficies alisadas o bruñidas, de tonalidades gri-
ses y acastañadas. Pueden aparecer ejemplares
2.2. LAS FORMAS lisos y decorados con motivos bruñidos, sea al
exterior o al interior del recipiente. Hemos distin-
Como ya referimos, del total de los fragmentos guido la variante b donde aparecen distintos tipos
analizados, tan solo 63 corresponden a galbos. Los de suspensores: asas de cinta (normalmente unien-
restantes son casi todo bordes, con escasa concu- do el labio a la carena) o apliques mamilares, que
rrencia de fondos o bases (un ejemplar) y cinco pueden ser simples o dobles y que a veces apare-
fragmentos con los cortes limados o preparados que cen perforados. La variante c, con un único ejem-
designamos bajo la denominación de ‘recortados’. plar, corresponde a una cazuela muy abierta, de
De este total, 124 son susceptibles de ser adscritos grandes dimensiones y superficies pulidas. El tipo
a los tipos morfológicos definidos, lo que consti- 1 está representado por 58 ejemplares (46,8%).
tuye un 60% del total de los fragmentos.
Del análisis de los diversos atributos y con base
en las semejanzas y diferencias, se han definido Tipo 2
ocho tipos morfológicos, en algún caso con varian-
tes. No obstante, se podrían haber definido algunas Está formado por recipientes provistos de cue-
variantes más, especialmente atendiendo a la forma llo de tendencia vertical bien diferenciado del
y orientación de los bordes o de los labios. Solo en cuerpo (Fig. 5.1 a 5.8), a veces marcado con un li-
dos casos se conoce la forma completa (tipo 3c) o gero estrangulamiento o ensanchamiento del hom-
casi completa (tipo 8). En otros casos se puede de- bro de carácter intencional (variante b). Los
cuerpos presentan las paredes curvadas o hemisfé-
7
La identificación y caracterización de estas especies se
ricas (variante b) sin que se conozcan las bases. Los
deben a Jorge Paiva y António Xavier Coutinho, del Departa- diámetros oscilan entre los 9 y los 14 cm. La fabri-
mento de Botánica de la Facultad de Ciências e Tecnologia de cación es cuidada, con superficies de tonalidades
la Universidad de Coimbra. Agradecemos a ambos su colabora- grises y acastañadas, alisadas y bruñidas. Puede
ción y el informe que elaboraron sobre este tema.
aparecer decoración con ornatos bruñidos al exte-
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Fig. 3. Improntas de centeno y acebuche sobre dos fragmentos cerámicos de Los Concejiles.

rior (variante a). En un ejemplar de la variante b se Tipo 5


conserva impresa, por la parte interior, la impronta
de una pequeña hoja de acebuche. Se han identifi- El tipo 5 integra pequeños vasos (Fig. 6.1 a 6.5)
cado 10 ejemplares (8,1%). de cuello vertical o ligeramente exvasado y panza
de tendencia globular o elipsoidal, atributos que
permiten distinguir las dos variantes definidas. Solo
Tipo 3 se han podido determinar los diámetros de la va-
riante a, que oscilan entre los 6,5 y 14 cm. Las fac-
El tipo 3 corresponde a las cazuelas o cuencos turas son cuidadas, con superficies alisadas y
hemisféricos o en calota (Fig. 5.9 a 5.13) de diversa bruñidas de tonos grises-acastañados. Totalizan
capacidad, con diámetros que varían entre los 11 y siete ejemplares que suponen un 5,6%.
los 29 cm y a veces superiores. Las facturas son
cuidadas o semicuidadas, con superficies alisadas y
pulidas, y tonalidades que varían de los castaños a Tipo 6
los grisáceos. Se pueden estructurar por la diversi-
dad de sus labios. La variante a se define por poseer A este tipo corresponde un único ejemplar
la extremidad del borde bien marcada. En la va- (0,8%) de factura grosera (Fig. 8), en forma de
riante b el perfil del labio a la base (que se intuye) saco, sin que sea posible determinar su diámetro.
es continuo, habiendo también ejemplares con pe- Tiene un pequeño mamelón de prensión junto al
queños mamelones. La variante c se distingue no borde y sus superficies son alisadas y de tonalida-
solo por sus grandes dimensiones, sino por el suave des grisáceas.
resalte que ostenta entre el borde y el labio, que es
plano y engrosado. Dentro de este tipo se contabi-
lizan 16 ejemplares (12,9%). Tipo 7

Este tipo corresponde a vasos de distinto tama-


Tipo 4 ño (Fig. 6.6 a 6.9) con cuellos verticales o exvasa-
dos, por lo general desarrollados y bien diferen-
El tipo 4 está definido por un único ejemplar ciados de las panzas, originando perfiles en S.
(0,8%) correspondiente a una gran cazuela o Los diámetros de abertura que se han podido
cuenco (Fig. 8) de cuerpo hemisférico y borde determinarvarían entre 52/54 cm. Las facturas son
reentrante o redoblado al interior, con labio con- semicuidadas o groseras, con superficies normal-
vexo. La relación de los diámetros de la emboca- mente alisadas y, a veces, también bruñidas y
dura y del cuerpo es de ±46 y ±50 cm. Su factura espatuladas. Reúne diversas modalidades decora-
es grosera, de pasta acastañada. La superficie es tivas: incisiones en los labios, incisiones asocia-
alisada con vestigios de engobe anaranjado al das a punzones en los bordes y ornatos bruñidos.
exterior. Se han contabilizado 30 ejemplares (24,2%).
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Fig. 4. Los Concejiles, material cerámico. Elementos representativos del Tipo 1 (cazuelas).
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Fig. 5. Los Concejiles, material cerámico. Elementos representativos de los Tipos 2 y 3 (Dibujos J.M. Jerez).
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Fig. 6. Los Concejiles, material cerámico. Elementos representativos de los tipos 5 y 7 (Dibujos J.M. Jerez).
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Tipo 8 tan características. Hay que destacar la enorme va-


riedad en los tipos de carenas y paredes, así como
El tipo 8, representado por un único ejemplar en los distintos tamaños. Se trata de un buen ejem-
(0,8%), corresponde a un soporte de factura fina plo de normalización genérica, que resulta muy ca-
(Fig. 7), con anillo central simple y en arista. Su racterístico de la época, pero al que tenemos que
diámetro es de 19-20 cm, con superficies pulidas añadir, atendiendo a todas estas pequeñas diferen-
de tono grisáceo y decoración bruñida. cias, una elevada dosis de flexibilidad, dictada por
las particularidades regionales e incluso locales.
Estos tipos dan lugar a una tabla de ocho for- En cuanto a los vasos, con casi un 25% y cuya
mas (Fig. 8) que no tienen implicaciones en térmi- funcionalidad se articula bien con tareas de conte-
nos de funcionalidad de los recipientes, aunque en nedores de sólidos y líquidos, hay que destacar, una
algún caso concreto, la utilidad sea evidente. vez más, que suelen corresponder a manufacturas
La distribución porcentual de los distintos tipos groseras, de pastas y tratamientos superficiales poco
definidos refleja una situación en líneas generales cuidados, aunque también se encuentran algunos de
equivalente a la de otros conjuntos donde se ha re- excelente calidad, con pastas de gran dureza y su-
alizado una clasificación similar. Así, las cazuelas perficies muy bien tratadas, pulidas y bruñidas e,
carenadas –generalmente de factura fina, lisas o de- incluso, con decoración de ornatos bruñidos.
coradas– por un lado y los vasos de diverso tamaño Entre las formas más anómalas, a veces reduci-
–de tratamientos semicuidados o groseros, que in- das a un único ejemplar, hay que destacar la del so-
corporan diversas técnicas decorativas– por otro, porte, por su funcionalidad específica y cuyos
constituyen las dos principales familias morfológi- atributos (anillo central simple y sin arista) nos rela-
cas de finales de la Edad del Bronce del Centro y ciona con los ejemplares de cronología más antigua,
Sur del Occidente peninsular (Fig. 9). pero también, teniendo en cuenta su dimensiones,
En este conjunto, las cazuelas carenadas alcan- con las grandes cazuelas o cuencos de los tipos 1c,
zan un porcentaje relativo muy elevado, casi el 3c y 4, que sugieren un empleo en la preparación o
47%, cifra ciertamente abultada por la metodología el consumo de grandes cantidades de comida y, con-
de recogida, que ha debido preferir estas formas secuentemente, un uso colectivo de la misma.

Fig. 7. Los Concejiles, material cerámico. Soporte con decoración bruñida externa –Tipo 8– (Dibujo J.M. Jerez)
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Fig. 8. Tabla de formas del material cerámico de Los Concejiles


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Finalmente, señalar la existencia de algunos


fragmentos (tipo 7), normalmente con decoración
bruñida, que poseen orificios de reparación o la-
ñado.

2.3. LAS DECORACIONES

Como ya hemos referido, el universo ceramo-


lógico analizado presenta un elevado porcentaje
de fragmentos decorados (más del 40%), solo
entendible por tratarse de materiales selecciona-
dos en el momento de su recogida. Si este aspecto
numérico no debe, por tanto, ser valorado en tér-
minos culturales, la diversidad de técnicas deco-
Fig. 9. Diagrama de frecuencias de los distintos tipos rativas y la cantidad y riqueza gráfica de los moti-
formales representados en Los Concejiles. vos y las composiciones constituyen, sin duda,
aspectos a destacar dentro de las producciones
cerámicas elaboradas por los habitantes de Los
Otros Concejiles.
De este modo, se han diferenciado nueve
Aparte de los fragmentos que han proporcio- modalidades decorativas (Tabla 4), siendo una de
nado la definición de los ocho tipos descritos, la ellas de carácter mixto (asociación de incisiones e
muestra de Los Concejiles integra varios fragmen- impresiones a punzón). Destaca del conjunto la
tos que requieren algún comentario adicional. Así decoración bruñida, que se aplica tanto al exterior
sucede con una base umbilicada de fábrica fina y como al interior de los recipientes, aunque nunca
1,5 cm de diámetro. Su realización debe hacerse de modo simultáneo8. Esta modalidad bruñida es
con las formas 1 y/o 2. mayoritaria, afectando al 54% del total de los
Son muy pocos (12 ejemplares) los fragmentos fragmentos decorados. También están presentes
que poseen elementos de suspensión. Sin embargo, las cerámicas pintadas, acanaladas, peinadas,
se registran diversas soluciones, todas ellas cono- impresas a punzón e incisas, incluyendo un caso
cidas en contextos coetáneos del Centro-Suroeste de incisión post-cocción (Fig. 11).
peninsular. Es el caso de las asas de cinta, que se
desarrollan directamente desde el labio y van a
morir a la línea de carena o de inflexión (Fig. 10.1);
los mameloles simples o dobles, con o sin perfora-
ción, también a la altura de las carenas y los apli-
ques extendidos en horizontal a lo largo de los
cuerpos o desarrollándose perpendicularmente a los
labios, a veces adoptando forma de mamelones de
disposición vertical.
En otro grupo, constituido por cinco ejempla-
res, consideramos los ‘recortados’ (Fig. 10.2),
fragmentos cerámicos cuyo contorno ha sido
transformado mediante el pulimento de las fractu-
ras. Las fábricas son de calidad mediana. Están
presentes las fichas circulares (con diámetros de
3,5; 3,9 y 4,3 cm), bastante comunes tanto en tér- Tabla 4. Técnicas decorativas de las cerámicas de Los
minos cronológicos como geográficos, u otras Concejiles.
formas más raras como las triangulares, con un
único ejemplar de bordes intensamente pulidos. 8
No obstante, entre las piezas que se conservan en la Co-
Hay que referir también un borde con una sola lección de Prehistoria de la Comarca de Mérida como proce-
fractura pulida, interpretable, por tanto, como una dentes de Los Concejiles existe un fragmento de cazuela que sí
pieza en curso de elaboración. combina la decoración bruñida por ambas superficies.
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138 Raquel Vilaça - Javier Jiménez Ávila - Eduardo Galán Anejos de AEspA LXII

Fig. 10. Cerámica de Los Concejiles: 1. Elementos de suspensión; 2. Recortados y pulidos (las flechas indican la
superficie pulida). (Dibujos J.M. Jerez).

Coincidiendo con estas técnicas se han identifi-


cado 50 motivos y/u organizaciones de motivos,
que tienen como elementos estructurantes los seg-
mentos rectos. Desgraciadamente, la acentuada
fragmentación de los vasos no ha permitido la re-
construcción completa de la forma en que se orga-
nizarían los temas.

Decoración bruñida (exterior)

La decoración de motivos bruñidos al exterior


constituye el mayor conjunto de fragmentos deco-
rados, y suponen el 47,1% del total. Si en algunos
fragmentos la decoración es claramente visible
Fig. 11. Diagrama de frecuencias de las distintas moda- (Fig. 12), en otros los motivos se encuentran muy
lidades decorativas representadas en las cerámicas de borrados y solo se vislumbran cuando la luz incide
Los Concejiles. en un determinado sentido.
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Anejos de AEspA LXII EL POBLADO DE LOS CONCEJILES (LOBÓN, BADAJOZ) 139

Fig. 12. Los Concejiles, material cerámico. Fragmentos con decoración bruñida externa (Dibujos J.M. Jerez).
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140 Raquel Vilaça - Javier Jiménez Ávila - Eduardo Galán Anejos de AEspA LXII

Desde el punto de vista técnico, están presentes Los bruñidos interiores se circunscriben al tipo
las dos variedades establecidas, de fajas bruñidas y 1, siendo igualmente reducidas las composiciones
de finos trazos bruñidos (Fig. 12.8), variante tam- presentes (Fig. 14), lo que contrasta abiertamente
bién conocida como «pseudo bruñido» o «pseudo con el caso anterior. La decoración se da en el in-
acanalado». Es frecuente la asociación entre sí en la terior de los bordes, pudiendo desarrollarse hacia
creación de composiciones. Las tonalidades de los el cuerpo, donde afectaría, ciertamente, la parte
motivos varían entre los negros o grises oscuros, central y la base de los recipientes, o bien limitán-
aplicados en superficies bruñidas de tono pardo-gri- dose a los cuerpos, dejando el borde en reserva, ve-
sáceo, o bruñidos acastañados sobre superficies de rificándose entonces la típica decoración reticulada,
los mismos tonos pero más claras, o bruñidos de que puede ser simple, doble o rellena, en este caso
color ladrillo sobre tonalidades de color castaño originando rombos. En otros casos encontramos lí-
claro. neas bruñidas o con un bruñido de forma continua
La decoración bruñida se da en los bordes y que acompaña la base del labio.
cuellos de grandes y pequeños vasos, desarrollán-
dose igualmente en los cuerpos. Algunas de las pie-
zas más delicadas parecen haber limitado la Pintadas
decoración a los bordes.
Se han definido 31 patrones decorativos, 18 de Los fragmentos con decoración pintada, o con
los cuales corresponden a los bordes y cuellos y los posibles vestigios de la misma, exigieron cuidados
restantes a los cuerpos (Fig. 13). especiales, y se les aplicó un lavado en baño ultra-
En los primeros están presentes los motivos re- sónico con agua destilada durante unos 5 minutos,
ticulados, simples o dobles (a y j); zigzags de dis- para la eliminación de la suciedad de superficie.
posición diversa, lineal o definiendo bandas, Después fueron observados con lupa binocular con
algunos encajados unos en otros como las «ma- aumentos de entre 8 y 50x.
trioscas» rusas (f e i); triángulos íntegramente bru- Podemos decir con total certeza que se halla-
ñidos (g y l) o definidos por líneas bruñidas (p y q), ron cuatro fragmentos con pintura de tonalidad
y otros asociados a líneas muy finas y densas de roja oscura aplicada sobre superficies bruñidas o
formando flecos (m y n); líneas paralelas con trans- alisadas. Los motivos suelen encontrarse bastante
versales internas formando escalera; secuencias de perdidos. Otros ejemplares que suscitaban dudas
rombos (d); metopas que conjugan reticulados con y que presentan tenues manchas irregulares de
líneas verticales (c), etc. En algunos casos es noto- coloración rojiza y aspecto resinoso, no parecen
rio un cierto horror vacui. poder encuadrarse en este grupo de cerámicas.
En los cuerpos, donde se produce una mayor Estas manchas deben corresponder, por tanto, a
disponibilidad espacial, las composiciones son más pequeñas concreciones de líquenes adheridas a las
libres y complejas, con asociación de distintos pa- superficies durante los procesos post-deposiciona-
trones y combinación de las distintas técnicas –ban- les del material y no a ninguna aplicación inten-
das anchas y líneas finas– que juegan entre sí cional con fines decorativos. No obstante, solo un
originando composiciones que pueden alcanzar un análisis de composición podría establecer eficaz-
marcado barroquismo. La información es, sin em- mente estas diferencias.
bargo, bastante limitada, habida cuenta de que des- La lupa permitió verificar también que la pin-
conocemos cómo se desarrollarían y articularían tura se encontraba craquelada (Fig. 15). En este
determinados motivos, especialmente, el l y el m. caso, la pintura roja desapareció en la mayor parte
La decoración bruñida externa se da en los tipos 1, del fragmento, pero se conservan las marcas reme-
2, 7 y 8. morando, o incluso constituyendo, un bruñido pre-
vio a la aplicación de la pintura, aunque, una vez
más, esta cuestión solo se resolvería recurriendo a
Decoración bruñida (interior) la realización de análisis detallados.
Los motivos identificados se limitan a bandas
Hay que destacar el carácter residual de la de- de líneas paralelas entre sí (Figs. 16 y 17) de trazo
coración bruñida interna en comparación con los muy firme, que convergen con otras dispuestas
ornatos exteriores, ya que este tipo decorativo se horizontalmente. La decoración pintada se asocia,
verifica en apenas 6 fragmentos (6,9%). Técnica- al menos en un caso, al tipo 2, desconociéndose
mente corresponden a trazos bruñidos, algunos de las formas a las que corresponden los restantes
difícil definición, siempre en tonos negros. fragmentos.
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Anejos de AEspA LXII EL POBLADO DE LOS CONCEJILES (LOBÓN, BADAJOZ) 141

Fig. 13. Tabla de motivos de la cerámica con decoración bruñida externa de Los Concejiles.
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142 Raquel Vilaça - Javier Jiménez Ávila - Eduardo Galán Anejos de AEspA LXII

Fig. 14. Los Concejiles, material cerámico. Fragmentos con decoración bruñida interna y tabla de motivos (Dibujos
J.M. Jerez).

Incisiones post-cocción zigzags asociados a líneas oblicuas que definen


triángulos de forma alterna (Figs. 16 y 17).
Aunque reducida a un único ejemplar, hay que
destacar la presencia de decoración incisa post-
cocción, técnica también conocida en la biblio- Incisas
grafía como «esgrafiada», hecha con un fino esti-
lete, posiblemente metálico. Esta técnica, que Los restantes motivos incisos, presentes en 16
remite a la misma gramática decorativa que ejemplares, se realizaron antes de la cocción, aun-
encontramos entre las cerámicas con bruñidos que con distintas profundidades, definiendo reticu-
externos, resulta bastante extraña en los contextos lados de malla larga y estrecha o bandas de
donde estas últimas prevalecen. El fragmento en triángulos invertidos parcialmente rellenos con lí-
cuestión corresponde a un cuerpo de tratamiento neas (Figs. 16 y 17). Las incisiones se instalan nor-
fino con una organización decorativa a base de malmente en los labios, orientadas bien de forma
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Anejos de AEspA LXII EL POBLADO DE LOS CONCEJILES (LOBÓN, BADAJOZ) 143

aleatoria, o en zigzags acompañados de dobles ali-


neaciones de puntos circulares muy profundos
(Figs. 16 y 17).
En este conjunto, y no obstante algunas afini-
dades técnicas con las cerámicas del mundo de Co-
gotas I, hay que subrayar la total ausencia de la
técnica de boquique y de la excisión.

2.4. ANÁLISIS GLOBAL DEL CONJUNTO CERÁMICO

El análisis pormenorizado previamente expuesto


revela que el conjunto cerámico de Los Concejiles
se encuadra globalmente en lo que se conoce de
Fig. 15. Fragmento con decoración pintada en la que se otros contextos coetáneos del Centro y Sur del Oc-
aprecia el craquelado del pigmento (Fotografía con lente cidente peninsular. Son múltiples los paralelos que
binocular). se pueden apuntar, tanto en la propia región de la
Alta Extremadura, especialmente en el Tajo Medio,
oblicua o bien perpendicularmente, pudiendo ser a ambos lados de la frontera (El Risco, Cabezo de
profundas y sobre la superficie interna. Un modo Araya, Monte de S. Martinho, Castelo Velho do Ca-
particular es la incisión en los bordes engrosados ratão, Fortaleza de Abrantes, etc.), como en el Bajo
de recipientes de paredes entrantes, presentes en va- Guadalquivir (Sierra de Huelva) y también en el ter-
rios ejemplares. rritorio portugués, desde la Beira interior (Alegrios,
Moreirinha, Monte do Frade, Monte do Trigo, etc.)
al Alentejo (Castelo de Serra d’Ossa, Ratinhos) y al
Acanaladas Bajo Tajo (Lapa do Fumo, Moinhos da Atalaia,
Quinta do Percevejo, Castelo dos Mouros, etc.).
Las decoraciones acanaladas constituyen un pe- Sin embargo, es notoria la variedad de formas y,
queño grupo de cuatro fragmentos. Corresponden a especialmente, de tipos decorativos, lo que quizá
motivos ejecutados con un instrumento de punta pueda estar expresando alguna diacronía temporal,
roma, anchos y profundos, o de forma bastante más que abarcaría las últimas etapas del Bronce Final y,
tenue, definiendo líneas paralelas entre sí, zigzags eventualmente, los inicios ya de la fase siguiente,
y triángulos encajados unos en otros (Figs. 16 y 17). aunque están completamente ausentes las cerámi-
cas a torno. Sin que nuestro propósito sea desarro-
llar un estudio comparativo exhaustivo, que no
Peinadas tendría cabida en el espacio de que disponemos en
este volumen, nos limitaremos a algunos de los as-
Los recipientes con decoración peinada, cuyos pectos que nos parecen más pertinentes.
trazos pueden alcanzar un grosor de 2,2 cm, forman De todo el conjunto destaca la decoración con
un interesante conjunto de 11 ejemplares (Figs. 16 motivos bruñidos, especialmente al exterior. La ri-
y 17), siendo de destacar la conjugación de los pei- queza y variedad decorativa, con 31 organizacio-
nados finos (cuatro casos) con otros bastante gro- nes distintas, que alcanzan a veces un elevado
seros, así como la de los motivos lineares con la barroquismo a pesar de desconocerse la decoración
posible configuración de otros ondulares. integral de los vasos, nos lleva a reconocer una evi-
dente proximidad estilística con las cerámicas alen-
tejanas, especialmente con las de la margen
Incisas + impresas a punzón izquierda portuguesa del río Guadiana, donde A.
Monge Soares indentificó, justamente, «um estilo
Igualmente interesantes son los ejemplares que regional caracterizado pela variedade e complexi-
asocian la decoración incisa, superficial o profunda, dade dos motivos, por um barroquismo, mesmo,
con punzones de tendencia circular o irregular, con- dessas decorações»9.
servando aún posibles restos de pasta blanca. Una
vez más, la decoración se basa en triángulos relle-
nos al interior con puntos distribuidos de manera 9
Soares 2005: 142.
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144 Raquel Vilaça - Javier Jiménez Ávila - Eduardo Galán Anejos de AEspA LXII

Fig. 16. Los Concejiles, material cerámico decorado: 1-2. Pintadas; 3. Incisa post-cocción; 4-7. Incisas; 8-9.
Acanaldas; 10-12. Peinadas; 13-15. Inciso-impresas.
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Anejos de AEspA LXII EL POBLADO DE LOS CONCEJILES (LOBÓN, BADAJOZ) 145

La decoración bruñida parece remontarse a fi- ficada y caracterizada por primera vez18. Actual-
nales del II milenio a.C. y a la transición con el si- mente, ni siquiera el argumento numérico de que
guiente, teniendo en cuenta datos cronológicos que Lapa do Fumo reúne el más significativo conjunto
combinan contextos estratigráficos y dataciones ra- cerámico de este tipo (36 ejemplares) tiene validez.
diométricas conocidos y publicados en diversos si- Aún aceptando que el criterio del número de frag-
tios del territorio portugués, ya sea de hábitats de la mentos cerámicos es un argumento polémico y
Beira Interior y el Alentejo10, ya sea de la Quinta siempre discutible –porque tal cantidad depende de
do Marcelo e Percevejo, en el estuario del Tajo11, o factores que no son científicamente controlables–
ya sea, incluso, de necrópolis como las de Roça do lo cierto es que, a fecha hoy, el número de items
Casal do Meio12 o Alpiarça13. con decoración bruñida procedente de otros yaci-
Pero las decoraciones pintadas y peinadas po- mientos supera con creces al del sitio epónimo.
drían evidenciar ya una cronología un poco más Ello, sin necesidad de recurrir al notable inventa-
avanzada, al igual que sucede con determinadas rio del Castro de Ratinhos, que solo en la campaña
formas específicas, especialmente el tipo 8 (so- de 2004 proporcionó 373 fragmentos que, incluso,
porte) del conjunto analizado. No obstante, y sea han permitido hablar a sus editores de un «estilo
como fuere, es importante destacar la total ausen- Ratinhos»19. Así, Moreirinha cuenta con 109 ejem-
cia de materiales fabricados a torno, cuya asocia- plares y Santa Margarida con más de 150, por citar
ción con las cerámicas bruñidas puede producirse. solo dos situaciones distintas en cuanto a la reco-
Estas situaciones justifican, también, que haya in- gida del material: en excavación la primera y en
vestigadores que defiendan una cronología baja prospecciones la segunda20.
para estas cerámicas, que abarcarían desde media- Las evidencias disponibles en aquellas fechas
dos del siglo IX al VII a.C.14, o que se hayan suge- (1995) fueron, entre tanto, ampliamente corrobora-
rido propuestas cronológicas que barren un período das con nuevos argumentos geográficos y numéri-
de más de 500 años, entre los siglos XIII-XII y cos. Pero solo un estudio sistemático de los
VIII-VII a.C.15 diversos conjuntos (formas, patrones decorativos y
Si la cronología de la decoración bruñida ex- tipos de pasta) permitirá confirmar en el futuro la
terna no plantea hoy mayores problemas, sí que re- existencia de estos o de otros estilos regionales,
quiere cierta atención la cuestión de la existencia probablemente con núcleos propios de producción.
de uno o más núcleos productores de esas cerámi- La investigación que se ha desarrollado en los últi-
cas que la historiografía consagró con la denomi- mos años en el Alentejo, particularmente en la lla-
nación de «tipo Lapa do Fumo». mada Margen izquierda del Guadiana, parece
Ya en 1995 se sugirió que debía descartarse la converger hacia ese sentido, conforme ha propuesto
idea de la existencia de un único núcleo productor recientemente A. Monge Soares21, a lo que se unen
de estas cerámicas en el Bajo Tajo, pareciendo por las valiosas contribuciones del ya mencionado Cas-
contra evidente la necesidad de reconocer otros dos tro de Ratinhos22.
núcleos independientes: uno en la Beira Interior y La misma hipótesis puede aplicarse a las evi-
otro en el Alentejo16. dencias del Alentejo Central, donde se observa la
Además, la idea aún hoy sostenida, de que el configuración de otra sub-región de notable expre-
núcleo originario debía situarse en la península de sividad, en la que despuntan diversos sitios como
Setúbal, extendiéndose desde alllí a la de Lisboa y Coroa do Frade (Évora), Alto do Castelinho da
al Alentejo17, tendría que ser revisada, contando Serra (Montemor-o-Novo), Castelo de Évora-
hoy a su favor, únicamente, con el hecho de que monte, Serra d’Ossa, Outeirão, en la Serra de Por-
fuera precisamente allí donde, en los años 50 del tel, Castelo Velho do Lucefécit (Alandroal) o
siglo pasado, esta categoría cerámica fuera identi- Castelo de Arraiolos (ver Almeida et al., en este vo-
lumen), por citar solo algunos ejemplos de lugares
donde se han realizado excavaciones. La verdad es
10
Berrocal y Silva 2010; Silva y Berrocal 2005; Vilaça que encontramos una gran variedad de motivos que
1995.
11
Soares 2005: 139.
12
Vilaça y Cunha 2005.
18
13
Vilaça et al. 1999. Serrão 1959.
19
14
Gibson et al. 1998. Silva y Berrocal 2005: 153, 159.
20
15
Soares 2005: 140-141. Vilaça 1995: 278; Soares 2005: 118.
21
16
Vilaça 1995: 299. Soares 2005: 135
22
17
Soares 2005: 134. Silva y Berrocal 2005; Berrocal y Silva 2010.
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146 Raquel Vilaça - Javier Jiménez Ávila - Eduardo Galán Anejos de AEspA LXII

Fig. 17. Tabla de motivos decorativos de las cerámicas pintadas, incisas post-cocción, incisas, acanaladas, peinadas
e inciso-impresas.
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Anejos de AEspA LXII EL POBLADO DE LOS CONCEJILES (LOBÓN, BADAJOZ) 147

pueden estar definiendo territorios estilísticos de Por el contrario, como es sabido, esta peculiar
posible significado social o, incluso, étnico. técnica decorativa tiene su «núcleo duro» en el
E idéntica situación puede plantearse para el Planalto Beirão, en la región de Viseu, de donde
Guadiana Medio, concretamente para la zona occi- proceden las cerámicas que Celso Tavares da Sil-
dental más próxima a la actual frontera política, en va designó como «Tipo Beira Alta» 27 y que la
función de los datos actualmente disponibles, como bibliografía posterior ha consagrado como «Tipo
los de Nogales y Badajoz, a los que se agregan Baiões/Sta. Lucía».
ahora los de Los Concejiles o El Rayo que aquí pre- El interés de esta categoría decorativa se mani-
sentamos. fiesta, igualmente, cuando abordamos su estudio
En algunos de los sitios que acabamos de refe- conjuntamente con la de ornatos bruñidos. Desde
rir, las cerámicas con decoración bruñida se aso- el punto de vista técnico son totalmente distintas,
cian a otras modalidades decorativas también pero en términos de elementos y composiciones de-
presentes en Los Concejiles, aunque siempre de corativas se asemejan bastante. Dicho de otro
modo minoritario respecto de aquéllas. modo, se pude afirmar que se trata de dos estilos o
Entre los elementos compartidos podemos dos caligrafías para escribir lo mismo. Y si con-
apuntar, por ejemplo, el caso de las cerámicas templamos las áreas de dispersión de estos dos
pintadas en rojo, principalmente de «tipo Caram- tipos cerámicos, podemos visualizar una amplia re-
bolo», que se localizan desde el mundo andaluz gión del Centro-Sur peninsular con áreas de mutua
precolonial hasta la Beira Interior (Moreirinha, exclusión: donde se dan decoraciones bruñidas, las
Argemela), pasando por el Alentejo (Serra Alta, incisiones post-cocción son residuales, y donde
Crespa, Santa Margarida) y Alta Extremadura. En aquéllas imperan éstas presentan una expresión re-
el Guadiana Medio, y próximo al área que abor- ducidísima o, incluso, inexistente.
damos, destaca el Cerro del Castillo de Medellín, Las demás decoraciones incisas, acanaladas,
donde la decoración pintada en rojo es conocida peinadas e impresas a punzón, corresponden a un
por hallazgos antiguos y recientes, como los que universo estilístico y de factura que debe conside-
se presentan en este mismo volumen23. Algo muy rarse aparte y que, por regla general, presentan un
similar sucede con las decoraciones bruñidas al aspecto considerablemente más tosco. Desde el
interior o con los soportes, aunque en este caso en punto de vista cultural quizá merezca la pena
una distribución mucho más meridional. subrayar la presencia de cerámicas peinadas y la
En este análisis regional circunscrito al Suro- total ausencia de la técnica de Boquique y de la
este y Centro-Occidental (Beira Interior y Alta Ex- excisión. Sin embargo, no podemos dejar de refe-
tremadura) merece la pena detenerse también en la rir los fragmentos don decoración incisa e impre-
cuestión de las cerámicas decoradas con incisiones sa rellena con pasta blanca, que revela afinidades
post-cocción, porque esta particularidad decorativa con las producciones típicamente meseteñas del
podría implicar, en términos de ejecución –pero ámbito Cogotas. Recientemente, materiales de
también conceptualmente– la existencia de dos in- este tipo han parecido en el Castro de Ratinhos,
tervinientes distintos24. estación con la que la de Los Concejiles encuen-
En Los Concejiles esta modalidad decorativa tra otras muchas afinidades, como queda de mani-
está evidenciada por un único fragmento. Esto fiesto en la recién publicada monografía28.
coincide con lo que conocemos de la Beira Interior, El estudio que hemos podido realizar ha pro-
donde las cerámicas con incisiones post-cocción porcionado, además, algunas informaciones com-
son casi inexistentes, reduciéndose su presencia a plementarias a las que no siempre se otorga la
dos puntos (Alegrios y Cachouça), y también del debida atención. En este sentido, hay que referir
«mundo tartésico precolonial», donde esta técnica, las impresiones de macrorrestos vegetales, que
presente en algunos yacimientos como Mesas de pueden constituir un campo de análisis de elevado
Asta25, es conocida como esgrafiada o grabada26. potencial informativo en términos paleoeconómi-
En todas estas regiones, incluida la nuestra, se trata, cos y paleoambientales29 . En dos fragmentos se
por tanto, de un tipo decorativo marginal. identificaron improntas de centeno y de una hoja
de acebuche. Teniendo en cuenta sus característi-
23
Almagro-Gorbea 1977; Almagro-Gorbea y Martín Bravo
1994: 113; Jiménez Ávila y Guerra en este volumen.
27
24
Vilaça 2006: 14. Silva 1978.
28
25
González Rodríguez et al. 1995: 235. Silva y Berrocal 2010.
29
26
Escacena et al. 1998. Vilaça et al. 2004.
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148 Raquel Vilaça - Javier Jiménez Ávila - Eduardo Galán Anejos de AEspA LXII

cas de fabricación, el fragmento con negativo de «plataforma giratoria» que constituyó Extremadura
centeno (tipo 2b), de más que probable origen en aquella época. Pero en esa trama de relaciones,
local, o en todo caso regional, ofrece un cierto debieron integrarse de manera especial las regiones
respaldo a la idea de que los habitantes de Los portuguesas del Alentejo Interior y la zona más me-
Concejiles desarrollaran el cultivo de este cereal. ridional de las Beiras, cuya proximidad parece tras-
Finalmente, es también evidente la preocupa- cender la mera cercanía geográfica.
ción de las comunidades que habitaron el poblado A partir de todos los argumentos anteriormente
por la reutilización de los recipientes cerámicos. Es aducidos, la cronología propuesta para estos mate-
este otro de los campos de análisis que suelen pasar riales se centra en los momentos finales de la Edad
desapercibidos y que pueden aportar argumentos del Bronce y, eventualmente, ya en la transición
de interés. En contextos coetáneos, pero también hacia la fase siguiente.
de otras épocas, es recurrente el reaprovechamiento
o transformación de las cerámicas, sea en estructu-
ras (pavimentado de suelos, hogares, etc.); sea para 3. LOS MATERIALES METÁLICOS
realizar nuevos artefactos como tapas, cucharas,
pesos, fichas, etc. o sea a través de su restauración Los materiales de bronce constituyen un con-
mediante lañas o grapas que se aplican tanto a las junto variado de pequeñas piezas, muestra que
cerámicas finas (lo que, por su mayor valor es com- viene siendo habitual en los poblados de esta épo-
prensible) cuanto a otras más toscas. ca32, especialmente en los conocidos por la reali-
En el conjunto estudiado encontramos algunas zación de excavaciones sistemáticas. Se trata de
de estas soluciones en las piezas que hemos deno- instrumentos y de elementos de uso cotidiano o
minado «recortados», que presentan los bordes pu- personal, no faltando los desechos que muestran
lidos y que responden a varias formas, así como en procesos de fundición realizados localmente. Fal-
los orificios de lañado y reparación, donde se po- tan, sin embargo, de forma sistemática en el Suro-
drían haber usado cordones de fibra o cuero que este peninsular, los elementos más característicos
con el tiempo habrían desaparecido o, incluso, hilos de la metalurgia del Bronce final Atlántico, como
metálicos. No obstante, esta última solución hipo- son las hachas, de la misma forma que resultan
tética tropieza con el hecho del alto valor que al- escasas las armas localizadas en poblados, pese a
canza el metal en la época para desarrollar una su abundancia relativa en lechos fluviales y depó-
solución de este tipo y con la ausencia de datos ar- sitos o hallazgos aislados terrestres.
queológicos, pues nunca ha sido constatada en ex- En el conjunto que describimos destacan dos
cavaciones30. Pero es un asunto que merecería fragmentos pertenecientes a sendas fíbulas de codo,
mayor atención en el futuro. así como tres interesantes ponderales de variada ti-
En definitiva, el conjunto cerámico estudiado pología.
en Los Concejiles y ampliado con el cercano sitio
de El Rayo constituye un testimonio de excepcional
importancia para el estudio del Bronce Final en el 3.1. FÍBULAS DE CODO
tramo medio del Guadiana. Algunos tipos y moda-
lidades decorativas, como las cerámicas peinadas Están representadas por dos piezas fragmenta-
o las incisas post-cocción, se documentan por vez rias ya dadas a conocer, aunque sin estudiar deta-
primera en este entorno geográfico. Otras, como las lladamente33. En ambos casos se trata de la mitad
Lapa do Fumo, a pesar de haberse referido desde posterior del puente, desde el codo al resorte, con-
las primeras aproximaciones al Bronce Final de servando igualmente este (Fig. 18). Ambas perte-
este territorio31, encuentran en este yacimiento unos necen al tipo de sección circular-ovoide, sin
índices de intensidad, variedad y expresividad hasta molduración interna, sustituida en muchos casos
ahora desconocidos en la Extremadura española. por decoración incisa en la parte superior del
Conforme atestiguan muchos de los materiales puente, como sucede en uno de los ejemplares que
cerámicos aquí revisados, los contactos entre An- presentamos, que muestra a cada lado una decora-
dalucía Occidental y el Valle Medio del Guadiana ción de series de líneas paralelas que se combinan
parecen evidenciarse especialmente a través de la

32
Véase, por ejemplo, Arnaud 1979; Vilaça 1995; Martín
30
Vilaça 2006: 15-16. Bravo 1999.
31 33
Almagro-Gorbea 1977: 86. Jiménez Ávila 2002: fig. 10.
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Anejos de AEspA LXII EL POBLADO DE LOS CONCEJILES (LOBÓN, BADAJOZ) 149

Fig. 18. Fíbulas de codo de Los Concejiles (Dibujo J.M. Jerez) y dispersión de las fíbulas de codo en la P. Ibérica.

perpendicularmente entre sí, formando un dibujo o depósito del Castro de La Muralla de Alcántara35,
de triángulos en reserva (Fig. 19). El puente es di- desgraciadamente solo conocida por un deficiente
simétrico y el resorte el clásico de una sola vuelta. dibujo; las del yacimiento de Talavera la Vieja36 y
El paralelo formal más cercano para las fíbulas las recientemente dadas a conocer del castro de La
de Concejiles lo constituyen las piezas procedentes Muralla de Valdehúncar37. En el entorno del valle
de Mondim da Beira34, con idénticas características del Guadiana solo podemos citar las piezas proce-
estructurales, aunque diferente patrón decorativo. dentes del Castro de Nossa Senhora da Cola38.
Los paralelos regionales, de diversa morfología, in-
cluyen las piezas localizadas en el tramo extremeño
del valle del Tajo, como la procedente del conjunto 35
Martín Bravo 1999: 39-40 y fig. 12.21; Esteban 1988.
36
Jiménez Ávila y Gónzalez Cordero 1999.
37
Barroso y González Cordero 2007.
34 38
Carreira 1994: est. XXXIII. Vilhena 2006.
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150 Raquel Vilaça - Javier Jiménez Ávila - Eduardo Galán Anejos de AEspA LXII

Sin embargo, una tercera pieza, de forma cúbica,


nos remite, cuando menos morfológicamente, al
ámbito de influencia fenicia, donde tales pondera-
les, tanto en bronce como en plomo43 resultan ca-
racterísticos de la fase de expansión de los semitas
por el Mediterráneo, documentándose en la Penín-
sula Ibérica en el Cerro del Villar, en un contexto de
siglo VIII a.C. avanzado44, y en los recientemente
publicados materiales de Huelva, en una posición
cronológica más difícil de establecer45, aunque ge-
néricamente anterior al establecimiento estable de
Fig. 19. Fragmento del puente y resorte de una fíbula de
los asentamientos fenicios en las costas del medio-
codo decorada de Los Concejiles. día peninsular. No obstante, el hecho de estar rea-
lizado en bronce puede ser un indicio para proponer
para el mismo no una cronología anterior, si no un
El más reciente intento de tipología y seria- origen cultural diferente, pues los citados pondera-
ción cronológica para este tipo de objetos39 sitúa les de Huelva y del Cerro del Villar están ya reali-
esta clase de fíbulas de puente sin moldurar en un zados en plomo.
ámbito marginal al desarrollo del modelo clásico Los pesos46 de las piezas halladas en Conceji-
de fíbulas de codo «tipo Huelva», y le otorga una les 19,01 g para el peso bitroncocónico completo,
datación avanzada dentro de su evolución formal, 14,18 g para el peso bitroncocónico perforado
aunque los argumentos empleados para ello son incompleto47, y 6,37 g para el peso cúbico, podrí-
más coyunturales (los análisis de composición an insertarse sin demasiados problemas en torno a
conocidos para las piezas incluidas en su estudio) la unidad de 9,4/9,5 g que presentan muchos de
que claramente tipológicos. En el caso de las pie- los pesos portugueses conocidos, así como los
zas de Concejiles, su composición –bronces bina- recientemente publicados de Huelva. La magnitud
rios con un 13,6% y 10,8% de Sn– en nada desen- de 19,01 g correspondería a un doble siclo (en la
tona de la metalurgia característica del Bronce terminología mediterránea para estas unidades) y
Final en la región. 6,37 g representaría un divisor de 2/3 de la misma
La aparición de estas fíbulas viene a llenar un unidad. Pesos cercanos a la pieza bitroncocónica
vacío en la dispersión general de las fíbulas de codo están documentados en Portugal48, sobre pesas de
peninsulares40, sirviendo de puente geográfico entre similar tipología, tanto en Monte do Trigo (19,48
el grupo de Huelva/Valle del Guadalquivir y las g, aunque con la adición de una pequeña pieza
piezas localizadas en la Meseta Norte/Centro-Norte discoidal) y Castro de Pragança (18,72 g). El mis-
de Portugal y Alta Extremadura española. mo peso parece factible que alcanzase un peque-
ño ponderal bicónico, levemente dañado, recien-
temente identificado en el conjunto de la Ría de
3.2. PONDERALES Huelva 49 . En el caso de la pesa cúbica, pesos
similares proceden del Castro de Baiões (6,2 g) y
Uno de los hallazgos más estimulantes entre el de Pragança (6,28 g), en ambos casos sobre pesas
material metálico de Concejiles es el de al menos de forma esférica. En el ámbito fenicio no se
tres ponderales de bronce (Fig. 20), dos de ellos bi-
troncocónicos y de tipo análogo al modelo más fre-
cuente entre los hallazgos portugueses publicados 43
Elayi y Elayi 1997.
44
por uno de nosotros41, y que también se documenta 45
Aubet 2002.
en el conjunto de Cabezo de Araya en Cáceres42. González de Canales et al. 2004.
46
Todos los pesos referidos al momento posterior a la res-
tauración de las piezas.
47
Se ha intentado la restitución del peso original, que podría
39
Carrasco y Pachón 2006a: 114; 2006b. alcanzar entre *18 y 20 g. por lo que resulta posible que se iden-
40
El mapa muestra únicamente la dispersión de las fíbulas tifique con la misma unidad ponderal que el peso bitroncocó-
de codo tipo Huelva y variantes, no incluyendo las de tipo ad oc- nico completo.
48
chio, lo que excluye los ejemplares de Baleizão y N.S. da Cola Vilaça 2003; 2011.
49
en la zona de estudio. Entre el material del depósito de la Ría de Huelva con-
41
Vilaça 2003; 2011. servado en el MAN existe un ponderal de bronce actualmente en
42
Almagro 1961. estudio por parte de uno de nosotros (EGD).
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Anejos de AEspA LXII EL POBLADO DE LOS CONCEJILES (LOBÓN, BADAJOZ) 151

Fig. 20. Ponderales de bronce de Los Concejiles (Dibujo J.M. Jerez), tabla de pesos y medidas y dispersión de los
ponderales del Bronce Final-inicios de la Edad del Hierro en la Península Ibérica.

documentan claramente piezas de este peso. El como Ratinhos50 y Baleizão51, con tipos bitronco-
mapa de dispersión de los hallazgos revela una cónicos (Fig. 20).
importante concentración de hallazgos en el Cen- Dada la procedencia no estratigráfica de los
tro de Portugal, tanto hacia la zona litoral como materiales hallados en Los Concejiles, resulta
en el interior, documentándose tanto en poblados
como en depósitos. La mancha de dispersión se 50
Valério et al. 2010: 3; Berrocal y Silva 2010: 309.
extiende también al Alentejo, incluyendo sitios 51
Vilaça y Lopes 2005; Vilaça 2011.
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152 Raquel Vilaça - Javier Jiménez Ávila - Eduardo Galán Anejos de AEspA LXII

Fig. 21. Contera losángica de Los Concejiles (Dibujo J.M. Jerez) y dispersión de este tipo de elementos en la Penín-
sula Ibérica.

muy difícil establecer ni la relación entre ellos ni referencia en el comercio internacional de la región
su sincronía en el tiempo. En este último aspecto, en esas fechas, siendo paulatinamente sustituido
la composición del metal no nos ayuda tampoco desde comienzos de la Edad del Hierro por el siclo
especialmente, pues mientras la pieza bitroncocó- denominado microasiático de 11,75 g.55
nica completa es un bronce binario, las otras dos
incorporan diversos porcentajes de plomo (1,96%
la pieza perforada incompleta y hasta 5,91% la 3.3. CONTERA DE FUNDA Y TRANCHET
pesa cúbica), por lo que la diversidad tipológica
no se corresponde con una diferenciación tecnoló- Otros dos interesantes objetos procedentes del
gica clara. Por otra parte hay que aclarar que los poblado se conservan en manos privadas, pese a lo
análisis compositivos de estos materiales se reali- que han ser podido documentados y en uno de los
zaron sin limpieza de la pátina, con el fin de no casos analizado. Su interés tipológico y las relacio-
alterar sus valores metrológicos, por lo que algu- nes que señalan con el entorno nos llevan a in-
nas magnitudes pueden encontrarse sobrevalora- cluirlos en nuestro estudio. Se trata de una contera
das respecto a las que habría proporcionado el del tipo denominado losángico (Fig. 21), y de una
metal desprovisto de la pátina. cuchilla o tranchet de mango calado (Fig. 22).
En cualquier caso la coherencia metrológica de La contera es una pieza bien documentada en el
la mayoría de los ponderales localizados en la Pe- Occidente peninsular, especialmente en el Centro
nínsula Ibérica en época precolonial nos lleva a de Portugal, donde se conocen ejemplares proce-
considerar su posible origen en el denominado pa- dentes de O Castro, Fontes do Alviela y Castro de
trón ugarítico o sirio-cananeo52, también documen- Pragança en la Estremadura portuguesa y de Ale-
tado en Chipre53 y en general en todo el Próximo grios y Moreirinha en la Beira, así como del Castro
Oriente durante el Bronce Final en la región, es de Virgen de la Cabeza en Valencia de Alcántara.
decir, antes del 1200 a.C. en fechas convencionales. La cuchilla calada, tipo descrito por Kalb56, y
Este sistema, basado en un siclo de 9,4 g está fuer- recientemente estudiado por uno de nosotros57,
temente relacionado con el patrón egipcio coetá- tiene sus mejores paralelos en el Centro de Portu-
neo54 y se configura como uno de los patrones de gal (Castro de Baiões, Monte do Frade, Tapada das

52 55
Petruso 1984. Zaccagnini 1991; Galán y Ruiz-Gálvez 1996.
53 56
Ibídem. Kalb 1976.
54 57
Cour-Marty 1983. Vilaça 2008-2009.
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Anejos de AEspA LXII EL POBLADO DE LOS CONCEJILES (LOBÓN, BADAJOZ) 153

Fig. 22. Tranchet o cuchilla de mango calado de bronce de Los Concejiles (Dibujo J.M. Jerez) y dispersión de este tipo
de útiles en la Península Ibérica.

Argolas y Castelo Velho de Caratão) y en la Alta blada sobre sí misma en sentido longitudinal, por
Extremadura española (Castro del Aguijón de Pan- lo que estaría ya desechada en el momento de su
toja, El Risco y Castillejo de Salvatierra de San- abandono. La sierra se caracteriza por tener los
tiago, Cáceres). dientes de la hoja inclinados uno a cada lado alter-
Sus variantes permitieron definir a Martín nativamente. Esta configuración, denominada tris-
Bravo58 varios subtipos, resumibles en dos grandes cado, tiene la utilidad de conseguir que la ranura
conjuntos, de los cuales los de hoja corta, a menudo abierta al serrar sea un poco más ancha que la pro-
con nervio central y amplio mango calado, parecen pia hoja, evitando así que la sierra se atasque. Es
anteriores a aquellos en los que la hoja gana terreno una herramienta específica de carpintería, porque
en detrimento del mango, propios ya de contextos esta configuración resulta inútil en el corte de ma-
que parecen enmarcarse en la transición a la Edad teriales de mayor dureza. Probablemente los frag-
del Hierro. La pieza de Los Concejiles presenta ca- mentos de hoja que analizamos perteneciesen por
racterísticas intermedias entre ambos tipos, puesto tanto a una sierra de carpintero, quizás del tipo tra-
que si bien la hoja parece asociarse al conjunto más dicional de tensor o cuerda tensora, ya documen-
moderno de los descritos, la nervadura corresponde tada en la Antigüedad a través de diversas fuentes
al primer tipo. mediterráneas.
En conjunto, ambas piezas nos indican una re- Las sierras de metal, en general, se documen-
lación prioritaria con el mundo del centro y sur de tan ya desde el Calcolítico/Bronce Antiguo, con
Portugal, que subraya lo ya apreciado respecto al ejemplares en el Valle del Guadiana como las reu-
conjunto cerámico recuperado en el yacimiento. nidas por Enríquez59, o el ejemplar del conjunto de
San Bernardo (Moura)60, y nuevamente en el
Bronce Final, donde citaremos solo el ejemplo de
3.4. OBJETOS VARIOS Cabezo de Araya61. Sin embargo, no hemos podido
documentar ningún ejemplo que conserve una dis-
Entre los objetos que entran en la categoría ge- posición similar de los dientes.
neral de instrumentos o herramientas, destaca la Sin entrar en mayores detalles, entre las piezas
presencia de dos fragmentos de una misma hoja de localizadas hay algunas comunes en yacimientos
sierra, o para ser más precisos, de un serrucho (Fig.
23.1). La hoja presenta evidencias de haber sido do-
59
Enríquez 1990.
60
Ferreira 1971.
58 61
Martín Bravo 1999. Almagro 1961; Cardoso et al. 2002.
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154 Raquel Vilaça - Javier Jiménez Ávila - Eduardo Galán Anejos de AEspA LXII

coetáneos, a menudo instrumental más o menos po- con el mango de una navaja de mango calado, ni el
livalente o piezas que formaron parte de otros ob- tamaño medio de estas piezas, ni la forma de los
jetos complejos. Entre los primeros destaca un vástagos y su unión a la argolla son comunes con
pequeño puñal de remaches, con la apariencia de estos modelos, por demás prácticamente ausentes
proceder quizás de la rotura de una pieza de mayor del registro arqueológico peninsular.
tamaño (Fig. 23.2). La presencia de estos pequeños
elementos es general en lugares de habitación du-
rante toda la Edad del Bronce. 3.5. RESTOS DE FUNDICIÓN
También encontramos una pequeña barra pris-
mática que tomamos en principio por otro posible Una referencia final merecen los cuatro restos
ponderal, pero cuyo análisis posterior parece mos- de fundición localizados, como indicio tanto de la
trar que puede tratarse de un pequeño punzón o ma- existencia de prácticas de fundición en el poblado,
triz, con un extremo proximal redondeado y el siguiendo el modelo ubicuo de la metalurgia de este
extremo distal estrechado y rematado en una forma período en todo el ámbito del occidente peninsular,
cuadrangular plana (Fig. 23.3). Este tipo de peque- donde la producción no parece haber estado en ab-
ños instrumentos está mucho peor representado en soluto centralizada, cuanto por el interés que los
el registro arqueológico, quizás porque muchos de análisis compositivos de las diferentes muestras,
ellos han pasado por simples fragmentos de vari- que nos indican tanto el empleo de aleaciones bi-
llas de metal sin trabajar, lo que no parece el caso narias como ternarias, lo cual es un indicio también
de la pieza que mostramos. del rango cronológico en el que se movería la ocu-
Otro objeto es una anilla doble, la menor de las pación del asentamiento.
cuales se encuentra abierta, aparentemente por no
haberse acabado de rellenar en el molde, aunque pu-
diera ser la actual la forma perseguida (Fig. 23.4). 3.6. ANÁLISIS COMPOSITIVOS
Estas anillas múltiples, halladas también en otros
depósitos y yacimientos –por ejemplo en la Ría de El estudio conjunto de los análisis compositi-
Huelva y en Cabezo de Araya– se han identificado vos, realizados por el Dr. Salvador Rovira (MAN)
a menudo con elementos de arreos de caballo, aun- en el marco del Programa de Arqueometalurgia de
que en general su tamaño y factura las hace poco la Península Ibérica, muestra un panorama perfec-
útiles para esta finalidad, pudiendo tratarse también tamente coherente con el del ámbito más amplio
de pasadores para correas o cintas y pertenecer a ob- del Suroeste peninsular (Tabla 5). El predominio
jetos diversos, tanto útiles como de adorno. de las aleaciones binarias es abrumador, en gene-
El colgante amorcillado –de acuerdo con la ter- ral con contenidos de Sn de nivel medio-bajo (11-
minología tradicional– o fusiforme (Fig, 23.5), es 15%), similares por ejemplo a los del Depósito de
una pieza clásica en los yacimientos del Occidente la Ría de Huelva y en general al conjunto de aná-
peninsular, desde Galicia hasta el Suroeste, en con- lisis disponible para la región 62 . En este marco
juntos diferentes que se han datado desde el Bronce general la presencia de Pb es anecdótica (con una
Final hasta bien entrada la Edad del Hierro, siendo mayoría de piezas netamente por debajo de 1%),
esta época a la que responden la práctica totalidad aunque una pequeña parte de la muestra se identi-
de los contextos claros en los que aparecen piezas fica plenamente con una metalurgia de bronces
similares. Su composición, un bronce ternario con ternarios con adición moderada de Pb, que ya
más de un 8% de Pb, avala en principio esa data- anuncia los caracteres que serán propios de la
ción tardía para nuestro ejemplar. Edad del Hierro en la región (Fig. 24). Sin embar-
Finalmente un objeto incompleto, del que resta go, dado lo exiguo de la muestra y su limitado
una argolla ovalada de la que parten dos vástagos grado de contextualización, debido a su naturale-
aplanados (Fig. 23.6), no puede ser identificado a za de materiales de recogida superficial, resultaría
ciencia cierta con ningún artefacto conocido en esta poco coherente sacar de este hecho conclusiones
época. Aunque parece tentadora una identificación cronológicas o culturales demasiado tajantes.

62
Rovira 1995; Martín y Galán 1998.
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Fig. 23. Los Concejiles, objetos de bronce diversos: 1. Fragmetnos de hoja de sierra; 2. Puñal; 3. Barra prismática;
4. Anilla doble; 5. Colgante amorcillado; 6. Objeto indeterminado (Dibujo J.M. Jerez).

Tabla. 5. Análisis compositivos de los elementos metálicos procedentes del poblado de Los Concejiles. Base de datos
del Programa de Arqueometalurgia de la Península Ibérica (S. Rovira – I. Montero). Las cifras expresan porcentajes
sobre el peso del objeto. (–) = Elemento no investigado; (nd) = Elemento no detectado; (nº de análisis + P) = Toma
realizada en zona de pátina.
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156 Raquel Vilaça - Javier Jiménez Ávila - Eduardo Galán Anejos de AEspA LXII

Fig. 24. Gráficas de contenidos en Sn y Pb de las muestras analizadas.

3.7. LOS BRONCES DE LOS CONCEJILES: VALORACIÓN los ejemplares bitroncocónicos, el conjunto de Los
DE CONJUNTO Concejiles aporta la documentación de una nueva
forma geométrica que añadir al repertorio regional,
El conjunto de piezas metálicas del poblado de la del ponderal cúbico, documentado por primera
Los Concejiles resulta, en su conjunto, coherente vez lejos de la costa y realizado en bronce en lugar
con el amplio ámbito geográfico en el que se inte- de en plomo como sus paralelos formales ligados al
gra. Los paralelos de los materiales estudiados per- ámbito fenicio.
miten centrar las influencias dominantes en el Los análisis compositivos señalan nuevamente
centro y sur de Portugal, si bien algunos materiales, la identificación de los materiales presentados con
como las fíbulas de codo, pueden ser integradas en los resultados obtenidos para otros contextos del
el marco más abierto del Occidente peninsular. espacio geográfico suroccidental de la Península
Hay que destacar el hecho de documentar nue- Ibérica y del Centro de Portugal, y del ámbito cul-
vamente ponderales como los aparecidos mayori- tural del Bronce Final en esas mismas regiones. La
tariamente en el Centro-Sur de Portugal, así como cronología global de este conjunto material podría
en la Extremadura española y provincia de Huelva. centrarse en un arco entre los siglos XI y IX a.C., si
Además de la integración formal y metrológica de bien algunas piezas como el colgante fusiforme po-
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Anejos de AEspA LXII EL POBLADO DE LOS CONCEJILES (LOBÓN, BADAJOZ) 157

drían ser consideradas de cronología posterior en


función a los contextos que para ellas conocemos
en la actualidad.

4. HUESO

Estando ya en avanzado estado de redacción


el presente trabajo tuvieron lugar una serie de
remociones de terreno en el yacimiento de Los
Concejiles que proporcionaron nuevos materiales
correspondientes a la ocupación prehistórica del
mismo. Hemos decidido incluir un fragmento de
peine de hueso por su elevada significación cultu-
ral, dejando al margen algunos fragmentos cerá-
micos que reiteraban los tipos y los esquemas
decorativos ya conocidos. Fig. 25. Peine de hueso de Los Concejiles (Dibujo J.M.
El fragmento en cuestión corresponde a una de Jerez).
las esquinas superiores de la pieza que se encuen-
tra trabajada en forma oblicua por la parte superior que las estelas con representaciones de peines son
y recta en la lateral, como es frecuente en este tipo mayoritarias en la región del Guadalquivir66.
de creaciones. En el extremo inferior conserva el Varios autores han valorado la importancia de
arranque de las barbas, que se encuentran quebra- los peines como uno de los elementos relacionados
das y que alcanzarían mayor longitud. Sus dimen- con la apariencia corporal y el la belleza física del
siones son de 2,7 x 4,5 cm, y su grosor es de 2 guerrero67. Sin embargo, su presencia en determi-
mm, siendo su sección plano-convexa. En esto se nadas estelas diademadas, donde la iconografía
diferencia de algunos otros peines de la misma guerrera está ausente (por ejemplo Capilla I y To-
época que presentan mejor grado de acabado (Fig. rrejón el Rubio II), parece poder permitir atribuir-
25). les una simbología más amplia, relacionada con el
Se trata, al menos en la parte conservada, de una poder en términos genéricos, sin una connotación
pieza lisa, como el peine de Roça do Casal do Meio masculina tan rígida. Es cierto que el único con-
(Sesimbra), en este caso de marfil. Los demás texto funerario conocido para esta época (Roça do
ejemplares se presentan decorados, con motivos ya Casal do Meio) correspondía a dos varones, un con-
geométricos, ya circulares –como los de Cabeço de texto donde, de manera sintomática, las armas es-
de Vaiamonte (Monforte, Portalegre) y Plaza de las taban ausentes68. Por otro lado, los demás peines
Monjas-Méndez Núñez (Huelva)63– ya triangula- conocidos, incluyendo el de Concejiles, proceden
res, romboidales o de zigzags, etc. como los de Le- de hábitats, lo que abre el abanico de posibilidades
brija (Sevilla), Cerro de la Mora (Moraleda de interpretativas. Y siendo cierto, como bien demos-
Zafayona, Granada) y Mola de Agres (Alicante)64. tró Z. Castro, en un trabajo ya antiguo69, que los
El peine de Los Concejiles constituye la última peines no restringen su uso al tratamiento del ca-
entrada de la creciente lista de productos similares bello70, sino que conllevan también otros usos de
que reuniera en su día M. Almagro-Gorbea en un tipo práctico relacionados con actividades textiles y
estudio de conjunto sobre este tipo de bienes «pre- alfareras, no podemos ignorar que su representa-
coloniales», que ponen de manifiesto la presencia ción en estelas les confiere inequívocamente un
real de estos elementos de prestigio en la misma simbolismo relacionado con el poder, el prestigio
época en que fueron grabados en las estelas deco- y la diferenciación social.
radas65. Con todo, es la primera vez que esta con-
currencia se produce en Extremadura, la zona de
máxima concentración de estos monumentos, aun- 66
Harrison 2004.
67
Ver, por ejemplo, Treherne 1995.
68
Spindler et al. 1973-74; Vilaça y Cunha 2005.
69
Castro 1988.
63
González de Canales et al. 2004: 165, lám. LXVII-3. 70
En un estudio de detalle sobre esta temática sería necesa-
64
Almagro-Gorbea 1997. rio atender a cuestiones como el tamaño de los dientes (muy va-
65
Ibídem. riable) en los casos en que se encuentran peines completos.
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158 Raquel Vilaça - Javier Jiménez Ávila - Eduardo Galán Anejos de AEspA LXII

5. MATERIALES LÍTICOS que se sitúa junto a la orilla izquierda de uno de los


múltiples arroyos que irrigan la zona de Los Entri-
Entre los materiales del conjunto de Los Con- nes, a pocos kilómetros de la localidad de Corte de
cejiles se han recogido algunas piezas líticas talla- Peleas. El terreno está configurado por lomas de
das, pulimentadas y recortadas. suaves pendientes en una zona eminentemente
Al primer grupo pertenecen tres lascas de sílex llana, que conforma las demarcación oriental de la
negro y cuarcita que parecen poder identificarse comarca de Tierra de Barros, y que se extiende
con desechos de talla, salvo un caso que podría co- desde el límite de la vega del Guadiana hasta las
rresponder a un denticulado de hoz compuesta (Fig. serretas de La Caldera y Feria, donde se encuentra
26.3). Este tipo de instrumento, a pesar de su uso situado el Castillo de Nogales, yacimiento que tam-
milenario, es frecuente en contextos coevos al nues- bién ha proporcionado cerámicas de esta época y
tro, relacionándose con la existencia de actividades de estos tipos71. La implantación es por tanto emi-
agrícolas allí donde aparecen. nentemente llana, eludiendo las cotas más elevadas
El resto del material recuperado puede identifi- del entorno y buscando la proximidad del curso flu-
carse con diversos tipos de pesas. Tal sucede con vial, en un terreno actualmente dedicado a cultivo
dos cantos rodados cuarcíticos que han estrechados de frutales (Fig. 27).
en su parte central mediante rebajes simétricos y El yacimiento estaba repertoriado en los traba-
centrales. Para estos objetos se discute si se emple- jos de prospección de Tierra de Barros realizados
arían en redes o telares, usos que, a nuestro parecer, desde los años 90 por el Dr. Hurtado Pérez, y ofrece
no son excluyentes (Fig. 26). una abundante colección de materiales calcolíticos
Al grupo de pulimentados, muy reducido ya en entre los que se encuentra algún fragmento de ídolo
esta época respecto de etapas anteriores, corres- antropomorfo de mármol, similares a los del pró-
ponde la mitad de una pieza anular de gabro ver- ximo yacimiento de La Pijotilla72. También es más
doso que también podría interpretarse como un que probable la existencia de una ocupación de la
peso. Se trabaja por piqueteado y pulido, alcan- Edad del Hierro, especialmente constatable para el
zando un extraordinario brillo en estas zonas (Fig. Hierro II, al haberse recogido superficialmente al-
26.6). Finalmente, algunas pizarras perforadas de gunos fragmentos de cerámicas a torno pintadas y
contornos diversos completan el elenco lítico reco- grises estampilladas típicas de los horizontes pre-
gido en superficie en Los Concejiles. Su función rromanos de la zona.
podría haber sido similar a la de los grupos ante- Las cerámicas del Bronce Final recogidas en
riores. Todas estas piezas se integran en categorías El Rayo, con un criterio igualmente selectivo,
que cuentan con un espectro geográfico y cronoló- reproducen en líneas generales el mismo espectro
gico bastante amplio. tipológico y decorativo de Los Concejiles (Fig.
Al margen de estos materiales, cabe señalar la 28). De este modo, se ha documentado una impor-
presencia de algunos molinos barquiformes de gra- tante colección de fragmentos con decoraciones
nito en la actual superficie del poblado. bruñidas externas correspondientes tanto a vasos
de reducidas dimensiones, próximos a los tipos 1
y 2 de la clasificación anteriormente realizada,
6. LA OCUPACIÓN DEL LLANO como recipientes de mayores capacidades que
podrían encuadrarse en el tipo 7. Los motivos
No querríamos dejar pasar la oportunidad que decorativos son, igualmente, muy similares, des-
nos ofrece la presentación del material superficial tacando las formas triangulares y romboidales
de Los Concejiles para tratar, siquiera brevemente, sobre los bordes y cuellos de las vasijas, frecuen-
el tema del territorio circundante y la ocupación del temente ribeteados con sucesiones de cejas o «fle-
entorno agrícola del Guadiana Medio. Sobre todo cos» que son enormemente característicos de estos
en un compendio donde los asentamientos en el sitios. Las pastas de estas cerámicas de tipo «Lapa
llano detectados en el Alentejo han adquirido tanto do Fumo» suelen estar muy bien cuidadas, siendo
protagonismo. En este sentido, brilla con luz propia lo más usual las superficies externas bruñidas y
el hallazgo de un conjunto cerámico de caraterísti- las cocciones de buena calidad en atmósferas
cas enormemente próximas al recién tratado en el
sitio de El Rayo, a 20 km al sur de Los Concejiles,
71
en el término municipal de Sta. Marta de los Ba- Pavón 1998.
72
rros (Badajoz). El Rayo es una pequeña estación Inédito, MAPB Invº D.6999. Para los ídolos, Hurtado
1980.
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Anejos de AEspA LXII EL POBLADO DE LOS CONCEJILES (LOBÓN, BADAJOZ) 159

Fig. 26. Los Concejiles, industria lítica (Dibujos J.M. Jerez).


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160 Raquel Vilaça - Javier Jiménez Ávila - Eduardo Galán Anejos de AEspA LXII

Fig. 27. Vista del yacimiento de El Rayo (Santa Marta de los Barros, Badajoz), al fondo las sierras de Feria y
Nogales.

reductoras, si bien también están documentados excavación en poblados como Los Corvos, Sagra-
los fuegos oxidantes, en algunos casos de gran jas, Santa Engracia y otros ya citados. Poblados en
regularidad (bien entendido que se trata siempre llano que ahora empiezan a ser mejor conocidos
de fragmentos de limitadas dimensiones). Otras gracias a las excavaciones efectuadas en la orilla
modalidades decorativas son las cerámicas peina- izquierda alentejana, y algunos de los cuales se tra-
das, impresas o combinadas (incisas e impresas), tan en este mismo volumen. En este sentido, El
en este último caso con aplicación de pasta blanca Rayo parece reiterar algunas de las pautas determi-
en la incisión. Estas especies, mucho menos nadas para este tipo de asentamientos, en particular
numerosas, suelen trabajarse sobre cerámicas peor la presencia de ocupaciones calcolíticas y prerro-
tratadas, de superficies meramente alisadas y coc- manas que, quizá, estén aludiendo a periodos ocu-
ciones irregulares o de tendencia oxidante, siem- pacionales a muy largo plazo, más o menos discon-
pre en vasos de grandes dimensiones, como tinuos, para este tipo de instalaciones, a pesar de su
denuncia el grosor de sus paredes. condición de pequeñas estaciones rurales72.
La variedad decorativa de las cerámicas locali-
zadas en el yacimiento del Rayo, así como su simi-
laridad –casi identidad– con las de Los Concejiles 7. CONCLUSIONES GENERALES
sugieren, por un lado, una coetaneidad en la ocu-
pación diacrónica de ambos yacimientos y, por A pesar de que el conocimiento que tenemos de
otro, una evidente relación entre ambos sitios que él se desliga únicamente de material superficial, por
quizá pueda establecerse en términos de dependen- sus características, ubicación y ergología, el po-
cia en algunas cuestiones como el abastecimiento blado de Los Concejiles parece desempeñar un
de cerámicas de lujo, algo que, no obstante, con- lugar fundamental en la organización del pobla-
vendría precisar con otro tipo de estudios analíti- miento del Bronce Final del Valle Medio del Gua-
cos más detallados. Además, la distancia que separa diana, justo en la confluencia entre la Comarca de
a ambos (20 km) y las amplias lagunas que aún pa- Mérida y las Vegas Bajas del río. De este modo,
decemos acerca del doblamiento del Bronce Final viene a sumarse a otra serie de poblados en alto que
en la zona, impiden ir más allá a la hora de intentar son ocupados por las comunidades de esta época y
definir territorios y redes de servidumbres que unan en la misma zona, como Medellín, Alange, Badajoz
o separen a los distintos sitios hasta la fecha reco- o Ratinhos, insertándose en una línea de poblados-
nocidos. vigía, que se sitúan estratégicamente a lo largo del
Pero lo que sí evidencia el sitio de El Rayo es la curso fluvial. No obstante, el modelo de gran de po-
generalización del asentamiento en llano durante
este período final de la Edad del Bronce, algo que
para el Valle Medio del Guadiana ya habían puesto 72
Sin embargo también se reiteran lapsus coincidentes en
de manifiesto algunos trabajos de prospección y el Bronce Pleno y en el Hierro Antiguo.
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Anejos de AEspA LXII EL POBLADO DE LOS CONCEJILES (LOBÓN, BADAJOZ) 161

Fig. 28. El Rayo, materiales cerámicos decorados (dibujos J.M. Jerez).


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blado en espolón, aprovechando las propias terra- nal para este poblado, que podría verse refrendada
zas del río, que este nuevo sitio representa se do- por la presencia de algunos elementos de prestigio
cumenta por vez primera en el entorno geográfico entre el material recogido, destacadamente, las fí-
del Guadiana Medio. En este sentido, la posible bulas de codo o el peine de hueso, que deben estar
presencia de una línea de fortificación en el flanco indicando la existencia de sectores sociales dife-
meridional del asentamiento, deberá ser confirmada renciados entre las comunidades que habitaran el
en ulteriores trabajos sobre el terreno. yacimiento.
Su ubicación en un territorio eminentemente Esta posible condición de centro neurálgico jus-
agrícola, que en la actualidad afecta a su propia su- tificaría que entre la cantidad de materiales recogi-
perficie útil, sugiere una vocación primaria y pre- dos, junto a los influjos más o menos alejados del
ferentemente agraria en la orientación económica Mediterráneo, se puedan rastrear afinidades con
de este emplazamiento. Así parecen confirmarlo, distintas áreas circunvecinas del territorio peninsu-
además, algunos de las evidencias documentadas, lar, como el Bajo Guadalquivir, la Alta Extrema-
como las improntas cerealísticas observadas sobre dura o la región de Huelva. Sin embargo, tanto en
un fragmento cerámico de origen local; un denti- las composiciones de las aleaciones metálicas como
culado elaborado en cuarcita tallada y, en menor en el espectro cerámico, dominado por las cerámi-
medida, los molinos de vaivén que aparecen en su cas con decoración Lapa do Fumo, se detectan
superficie74. Esta actividad agrícola se comple- fuertes relaciones con los territorios situados en el
mentaría con la instalación en el llano circundante Centro y Sur de Portugal, en particular con la de-
de pequeños núcleos coetáneos, como el del Rayo, nominada «Margen Izquierda del Guadiana», en el
que aquí hemos tratado sucintamente, y cuya cul- Alentejo, en la que se inscribe el célebre poblado de
tura material presenta una asombrosa semejanza Ratinhos, con el que tantas afinidades guarda el
con la de Los Concejiles. Estos poblados en llano, nuestro.
de los que ya se conocían algunos ejemplos en la En este sentido, resulta tentador hacer alguna
provincia de Badajoz (Sagrajas, San Cristóbal, Los comparación preliminar con los materiales proce-
Corvos…) ven ahora mejorado su conocimiento dentes de un corte realizado en el Cerro del Casti-
gracias a algunas excavaciones realizadas en el llo de Medellín que aquí se presentan75. La escasa
Alentejo portugués cuyos resultados se presentan sintonía que estos conjuntos representan entre sí,
en este mismo volumen. sobre todo en materia de recursos y temáticas de-
Pero al margen a las tareas propiamente agra- corativas, invita –al margen de las posibles moti-
rias, los restos de Los Concejiles se hacen eco de un vaciones cronológicas y de la distinta naturaleza de
elenco de actividades complementarias que desta- la selección– a realizar algunas reflexiones sobre el
can por su variedad y significación. Así, junto a tra- papel de frontera N/S que a veces se ha asignado al
bajos artesanales relacionados con la carpintería o Guadiana en esta época, y sobre la compleja arti-
la industria del cuero, se constata la presencia de ac- culación del río, sus territorios y sus sistemas polí-
tividad metalúrgica, evidenciada por los restos de ticos y de relaciones culturales, en un tramo tan
fundición, siguiendo un modelo de producción de amplio como pueden serlo los más de 200 km que
tipo regional bien conocido para otras zonas penin- constituyen su curso extremeño.
sulares, como el Centro de Portugal. Igualmente, se Los materiales de Los Concejiles indican que la
constata la actividad comercial, evidenciada por los del Bronce Final es la única ocupación que tuvo
ponderales de bronce, que adoptan diversa morfo- este poblado, ya que no se encuentran cerámicas a
logía y que se adaptan a los patrones conocidos para torno en su superficie que indiquen la continuidad
el actual territorio del Centro y sur de Portugal de su habitación en la Edad del Hierro. Durante este
apuntando ya hacia algunas relaciones con el mundo nuevo período, sitios próximos como Guadajira o
mediterráneo fenicio. El Pico de Lobón alcanzarán especial protagonismo
Todo este variado conjunto de actividades en este entorno de las vegas medias del Guadiana.
apunta hacia un papel de cierta centralidad regio- Sin embargo, en el actual estado de nuestro cono-
cimiento no es viable tampoco verificar posibles
trasvases demográficos, toda vez que en estas esta-
74
A menudo se relacionan automáticamente estos molinos
ciones no se han documentado materiales que su-
con la presencia de la agricultura, cuando está documentalmente
demostrado que se usan, igualmente, para molturar productos
silvestres procedentes de actividades predatorias, como bello-
75
tas, etc. Jiménez Ávila y Guerra en este volumen.
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Anejos de AEspA LXII EL POBLADO DE LOS CONCEJILES (LOBÓN, BADAJOZ) 163

gieran ocupaciones del Bronce Final ni de sus fases das en forma de improntas en dos fragmentos
de contacto con el Hierro. Las causas del abandono cerámicos, así como el realizado por Antonio
de Los Concejiles son, hoy por hoy, difíciles de de- Rodríguez Hidalgo, arqueozoólogo, en la determi-
terminar e, incluso, de situar en el tiempo con cierto nación del material del peine como hueso. A Isa-
margen de precisión. No obstante, podrían conec- bel Delgado, restauradora de Patrimonio Nacio-
tarse con el fenómeno de abandono progresivo que nal, su ayuda desinteresada en la limpieza de los
experimentan algunos de estos poblados coetáneos metales del yacimiento, y a Salvador Rovira e
como –con sus particularidades– el Castro dos Ra- Ignacio Montero la realización de los análisis de
tinhos, junto a la presa de Alqueva. composición química de estos mismos objetos.
La instalación de estos poblados centrales don- Por último, es necesario mencionar, una vez más,
de se desarrolla una actividad diversificada y en a Julián García Méndez y a José Manuel Jerez
torno a los cuales se dispone un territorio agrícola Linde, autor de los dibujos de este trabajo, por su
colonizado, contribuye a percibir el territorio del continua cooperación en el conocimiento de la
Guadiana Medio a finales de la Edad del Bronce Protohistoria de las Vegas del Guadiana.
(aún muy mal conocido) como un espacio articu-
lado y vertebrado en unidades de población esta-
bles y jerarquizadas, que explotarían intensiva- BIBLIOGRAFÍA
mente los recursos naturales al tiempo que con-
trolarían las principales rutas de comunicación, en ALMAGRO BASCH, M. (1961): «El depósito del
este caso el propio curso del Guadiana. En el seno Bronce III hispano de Cabezo de Araya, Arroyo
de estas comunidades florecerían grupos sociales de la Luz (Cáceres)». Revista de Estudios Ex-
diferenciados que tendrían acceso a bienes de tremeños 17 (1): 5-26.
prestigio de origen o inspiración mediterránea. ALMAGRO-GORBEA, M. (1977): El Bronce Final y el
Algunos de estos bienes, como las fíbulas o los Período Orientalizante en Extremadura. Bi-
peines, aparecerán grabados en las estelas del bliotheca Praehistorica Hispana XIV. Madrid.
momento, sin que esto nos permita, hoy por hoy, ALMAGRO-GORBEA, M. (1997): «Peines de marfil
identificar en ellas a estos mismos personajes, pre-coloniales en la Península Ibérica». Alle so-
pues aún no hay una clara vinculación entre este- glie della classicità. Il Mediterraneo tra tradi-
las y poblados en Extremadura. En cualquier caso, zione e innovazione. Studi in onore di Sabatino
el panorama que plantean estos nuevos asenta- Moscati. Pisa-Roma: 479-493.
mientos contribuye a superar no solo la visión de ALMAGRO-GORBEA, M., RIPOLLÉS, P.P. y RODRÍ-
hallazgos aislados que tradicionalmente propor- GUEZ MARTÍN, G. (2009): «Dipo. Ciudad “tarté-
cionaban las propias estelas o la rica orfebrería sico-turdetana” en el Valle del Guadiana».
tipo Sagrajas-Berzocana atestiguada en la zona76, Conimbriga XLVIII: 5-60.
sino también algunas recientes propuestas de un ALMAGRO-GORBEA, M. y MARTÍN BRAVO, A.M.
espacio dominado por poblaciones móviles cuyo (1994): «Medellín 1991. La ladera norte del
sustento económico sería, fundamentalmente, la Cerro del Castillo». En M. Almagro-Gorbea y
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Queremos agradecer a Ana Bica Osório Excavações de 1971/72». Madrider Mitteilun-
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prestada en el estudio del conjunto cerámico de AUBET, M.E. (2002): «Notas sobre tres pesos feni-
Los Concejiles, especialmente algunas sugeren- cios del Cerro del Villar (Málaga)». En M.G.
cias que han contribuido a mejorarlo; a Jorge Pai- Amadasi Guzzo, M. Liverani y P. Matthiae
va y António Xavier Coutinho, del Departamento (eds.): Da Pyrgi a Mozia. Studi sull’ archeolo-
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76
la zona suroccidental de la Meseta. Los yaci-
Almagro-Gorbea 1977.
Sidereum Ana II pag. 001-416:M 25/5/12 09:56 Página 164

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