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Resumen
Los objetivos del presente trabajo fueron: 1) Explorar la presencia o ausencia de síntomas psicosomáticos
auto-informados en estudiantes de psicología; 2) Explorar la correlación entre los niveles de estrés percibido y los
síntomas psicosomáticos; 3) Comparar los niveles de estrés y síntomas psicosomáticos entre hombres y mujeres; 4)
Comparar los resultados entre los estudiantes de psicología de una universidad pública y una privada. Con este
propósito se trabajó con una muestra de 234 estudiantes de psicología, encontrando presencia de síntomas psico-
somáticos con una severidad media o alta en el 21.8% de los estudiantes; una correlación significativa entre el
estrés y los síntomas psicosomáticos; mayor nivel de ambas variables en mujeres y diferencia significativa en sín-
tomas psicosomáticos auto-informados al comparar la universidad privada con la pública.
Palabras clave: Estrés, síntomas psicosomáticos, estudiantes de psicología.
Correspondencia con los autores: Facultad de Psicología de la Universidad Autónoma de Nuevo León, Mutualismo
110, Col. Mitras Centro, 64460 Monterrey, N.L., tel. 8333-7859, fax: 8348-3781, correo electrónico:
monygzz77@yahoo.com y rlandero1_mx@yahoo.com.mx
© 2006 by Fundación Infancia y Aprendizaje, ISSN: 0213-4748 Revista de Psicología Social, 2006, 21 (2), 141-152
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Introducción
Las actividades cotidianas de los estudiantes de psicología llevan a estos jóve-
nes a un ritmo de vida acelerado, en muchas ocasiones los estudiantes invierten
más de10 horas cada día para cumplir con sus responsabilidades como estudian-
tes, contando sus clases, sus practicas, para algunos el servicio social, para otros el
trabajo remunerado. En cualquiera que sea el caso, sus actividades como estu-
diantes de psicología les demandan dar lo mejor de sí y, por supuesto controlar el
estrés y sus manifestaciones tanto somáticas, cognitivas como conductuales. Fre-
cuentemente hemos escuchado a nuestros alumnos mencionar que tienen gastri-
tis, colitis o dolores de espalda y cuello, que suelen relacionar con la época de
exámenes o trabajos finales, es decir, lo relacionan con el estrés; sin embargo, a
pesar de que el estrés psicológico entre estudiantes universitarios representa una
preocupación relevante respecto a la salud (Morrison y O’Connor, 2004) y que
las quejas son cotidianas, se observa una falta de estudios que contemplen los sín-
tomas psicosomáticos en estudiantes de psicología. En un primer abordaje a esta
problemática, exploramos los niveles de estrés entre los estudiantes de psicología
de 2 universidades –pública y privada– y su relación con los síntomas psicoso-
máticos auto-informados.
Autores como Lipowski (1988), Gucht y Fischler (2002), Santiago y Belloch
(2002), Stone, Colyer, Feltbower, Carson y Sharpe (2004), Mayou, Kirmayer,
Simon, Kroenke y Sharpe (2005) han realizado revisiones acerca de los conceptos
somatización y psicosomático, así como sobre su clasificación. No es el objetivo del
presente trabajo realizar una revisión de los términos, sin embargo, considera-
mos necesario clarificar a que nos referimos con síntomas psicosomáticos auto-infor-
mados, para lo cual, incluiremos algunas definiciones, distinguiremos entre tras-
tornos y síntomas y explicaremos por qué utilizamos el término psicosomático. La
otra variable de interés en el presente trabajo es estrés, por lo que se incluye
información sobre esta variable y la relación entre ambas.
De acuerdo a Holloway y Zerbe (2000) los trastornos de somatización son las
manifestaciones físicas del dolor mental. Dichos trastornos han sido definidos de
diversas maneras, un elemento en común al definirlos es que existen síntomas
somáticos que no son explicados adecuadamente por causas orgánicas (Gucht y
Fischler, 2002).
El diagnóstico puede ser difícil, antes de diagnosticar trastorno de somatiza-
ción los médicos deben descartar otras causas como cardíacas, gastrointestinales,
enfermedades neurológicas, entre otras (Holloway y Zerbe, 2000). De acuerdo al
Manual Diagnóstico y Estadístico de trastornos mentales [DSM-IV] (American
Psychiatric Association, 1994), los desordenes de somatización se caracterizan
por dolores recurrentes múltiples y síntomas gastrointestinales, sexuales y
seudo-neurológicos que ocurren durante años.
Los trastornos hacen referencia a una categoría diagnóstica dentro de las noso-
logías psiquiátricas (Santiago y Belloch, 2002), incluyendo un conjunto de sín-
tomas, es decir: síndromes. Al hablar de síntomas, se ha intentado profundizar
en los usos y significados dados al término por diferentes autores (Santiago y
Belloch, 2002).
Gucht y Fischler (2002) indican que el primero en usar el concepto somatiza-
ción fue Stekel en 1943, haciendo referencia a un proceso hipotético en donde la
neurosis podría causar un desorden corporal y estaba relacionado, más no era
idéntico al concepto de conversión (Lipowski, 1988).
Los síndromes caracterizados por múltiples síntomas somáticos fueron estu-
diados desde 1859 y 1916 por Briquet y Freud, respectivamente, quienes llama-
ron a estos síndromes histeria y neurastenia, dependiendo del origen psíquico o
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somático (Gucht y Fischler, 2002); desde este punto de vista teórico –el psicoa-
nálisis–, se planteó la hipótesis psicosomática, de acuerdo a la cual los síntomas
corporales pueden tener como causa un bloqueo de la expresión emocional (Sara-
son y Sarason, 1996).
Lipowski (1988) consideraba que el término somatización era usado por los
psicoanalistas para describir un mecanismo de defensa y que era un concepto teó-
rico. Por el contrario, Lipowski proponía considerar la somatización como una
tendencia para experimentar y comunicar el distrés somático. Esta definición
representa una inferencia por parte del observador, ya que las personas usual-
mente no reconocen y podrían rechazar la explicación de una relación de su dis-
trés y sus síntomas. Esta información se confirma con los estudios citados recien-
temente por Epstein, Quill y McWhinney (1999), quienes afirman que entre
0.2% y 2% de los pacientes que presentan un gran número de síntomas somáti-
cos, no aceptan ninguna explicación psicológica o social de su distrés.
Actualmente, diferentes autores consideran la somatización como manifesta-
ciones del estrés psicológico (Gucht y Fischler, 2002). Bajo esta misma línea, Kir-
mayer y Robbins (1991 en Gucht y Fischler, 2002) proponen separar el concepto
de somatización como 2 fenómenos clínicos diferenciados: 1) somatización pre-
sente y 2) somatización funcional. La somatización presente, fue definida como la
presentación predominante o exclusiva de síntomas somáticos en un desorden
como depresión o ansiedad; y la somatización funcional, se refiere a altos niveles
de síntomas médicamente inexplicables en varios sistemas fisiológicos.
Respecto a la diferencia entre los términos psicosomático y somatización,
Santiago y Belloch (2002) mencionan que en el primero si se constata una dolen-
cia física, junto con la posibilidad de que factores psicológicos puedan vincularse
con su aparición, mantenimiento o agravamiento. Mientras que en la somatiza-
ción no hay un justificación médica para estos síntomas.
En esta misma línea, Cardenal y Oñoro (1999) señalan que psicosomático no
debe entenderse como psicogénico, ya que este concepto implica una causalidad
unidireccional en la aparición de la enfermedad, es decir, a partir de algún factor psi-
cológico se produce alguna enfermedad física. En cambio, apoyan el principio de
multicausalidad para la consideración etiológica de la enfermedad: muchos de los
factores (tales como genéticos, familiares, socioculturales, cognitivos y emocionales)
interactúan unos con otros contribuyendo a la aparición de un trastorno físico.
Asimismo, Rodado y Barcia (2003) definen lo psicosomático como una acti-
tud frente a la enfermedad somática, cualquiera que esta sea, una actitud que
haga pensar en la relación particular que tiene una enfermedad con el lugar y el
momento determinado (en la vida del sujeto) en que apareció. Considerando lo
anterior, plantean que incluso el cáncer sería una enfermedad psicosomática
Respecto al uso del concepto, Stone et al. (2004) realizaron una búsqueda sis-
temática del uso del término psicosomático en artículos publicados en Estados
Unidos e Inglaterra entre 1996 y 2002, encontrando que solamente 121 artícu-
los de los 262 incluidos en el análisis, presentan un uso adecuado del término (se
usó el término para describir problemas en los cuales las emociones afectaban el
cuerpo –56%–).
En el presente trabajo se utiliza el término síntomas psicosomáticos auto-informados
para hacer referencia a síntomas que se relacionan con el estrés, es decir, conside-
rando la definición propuesta por Lipowski para somatización y lo comentado por
Kellner (1991, en Santiago y Belloch, 2002) respecto a que psicosomáticas son
enfermedades o dolencias físicas en las que los procesos emocionales y factores psi-
cológicos pueden jugar algún papel. Diferenciando este término de trastorno, por
la limitación del presente trabajo para realizar un diagnóstico completo, descar-
tando una enfermedad física; por lo cual se habla de síntomas auto-informados.
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FIGURA 1
Efectos del estrés en el Sistema Inmune
ESTRESOR
LIBERACIÓN DE
REACCIÓN HORMONA
DE ALARMAN CORTICOTRÓPICA
EN EL ESTIMULACIÓN DE
ORGANISMO GLANULAS ADRENALES
objetivos se plantearon como hipótesis: 1) Existe una correlación entre los sínto-
mas psicosomáticos auto-informados y el estrés; 2) Existe diferencia en los niveles
de estrés entre hombres y mujeres y 3) Existe diferencia en el nivel de los síntomas
psicosomáticos auto-informados entre hombres y mujeres.
Método
El diseño de la investigación fue correlacional. Se trabajó con una muestra
incidental de 234 estudiantes de psicología, 115 de la universidad pública y 119
de la universidad privada. La mayor parte de la muestra eran mujeres (81.2%),
como es de esperarse en una Facultad de Psicología. El rango de edad de los suje-
tos fue de 16 a 27 años, con una media de 19.73. Se encuestó a estudiantes de
todos los semestres.
Instrumentos
Específicamente en el área de evaluación de los trastornos psicosomáticos o
somatizaciones, existen pocos instrumentos y los que existen no son ampliamen-
te usados (Kroenke, Spitzer y Williams, 2002).
Uno de los instrumentos auto-administrado es el Patient Health Question-
naire (PHQ), diseñado por Kroenke et al. (2002), como una medida de la inten-
sidad o severidad de los síntomas y para la identificación de potenciales pacientes
de sintomatología clínicamente manifiesta, y que pudiera ser utilizado en pobla-
ción general.
El PHQ se compone de 15 ítems tipo likert, 13 de ellos se encuentran en la
subescala de síntomas somáticos y los dos últimos pertenecen al módulo de
depresión del PHQ. Las 13 primeras cuestiones investigan el grado de preocupa-
ción que han producido en el paciente cada una de ellas (nada, un poco, mucho)
y se puntúan como 0-1-2. Las dos últimas establecen un marco temporal de dos
semanas e investigan también el grado de preocupación en el paciente (nada,
algunos días, más de la mitad de los días) y se puntúan de igual modo que las
anteriores (Kroenke et al., 2002). El rango de la escala es de 0 a 30 puntos. Se han
establecido, cuatro categorías de severidad de los síntomas somáticos: 0-4 (míni-
ma), 5-9 (baja), 10-14 (media) y 15-30 (alta).
El instrumento se ha aplicado en Estados Unidos (Kroenke et al., 2002) y en
Arabia Saudita, donde se detectó una prevalencia del 19.3% de somatización
–69% en mujeres– (Becker, Al Zaid y Al Faris, 2002); pero no se encontró ni la
validación ni el uso de este u otro instrumento para medir somatización en
México.
Al tratarse de un instrumento autoadministrado, no puede distinguir entre
síntomas médicamente explicables o inexplicables, razón por la cual en el pre-
sente trabajo se buscó correlacionar los síntomas con el estrés.
En el estudio de Kroenke et al. (2002) la consistencia interna de este instru-
mento, calculada a través del alfa de Cronbach fue de .80. En la muestra de esta
investigación el alfa con los 15 ítems fue de .77 y con los 13 primeros ítems fue
de .75. Se calculó la consistencia interna de esta manera ya que en los análisis se
excluyeron los 2 ítems que pertenecen al factor de depresión, con excepción de
los datos de la tabla VIII, donde se presenta la clasificación de severidad de los
síntomas.
Para medir el estrés se utilizó la Escala de Estrés Percibido de Cohen, fue diseña-
da para medir el grado en que las situaciones de la vida son evaluadas como estre-
santes (Cohen, Kamarak y Mermelstein, 1983). La adaptación al español fue reali-
zada por Remor y Carrobles (2001). Los ítems evalúan el grado en que las personas
encuentran que su vida es impredecible, incontrolable o está sobrecargada (Cohen
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et al., 1983). Remor y Carrobles (2001) mencionan que estos tres aspectos han sido
repetidamente confirmados como componentes centrales del estrés. Consta de 14
ítems con puntuación de nunca –0– a muy a menudo –4–. Invirtiéndose la pun-
tuación en los ítems negativos (4, 5, 6, 7, 9, 10 y 13). La mayor puntuación corres-
ponde a mayor estrés percibido. La escala puede ser utilizada para hombres y muje-
res de cualquier edad, ya que en el estudio psicométrico del PSS realizado por
Remor y Carrobles (2001) no se encontraron diferencias por sexo (t =.928; p
=.355) o relación entre el nivel de estrés y la edad (r = -.128; p =.203).
En esta muestra el ítem 12 correlacionó negativamente con el resto de la esca-
la (r = -.02); por lo cual fueron eliminados de los análisis, buscando mejorar la
medición de estrés y sin importar respetar la escala original, el alfa de Cronbach
con 13 ítems fue de .86. En otro estudio donde se utilizó este instrumento, se
encontró correlación negativa y baja (r = -.05) del ítem 12 con el resto de la esca-
la (Landero y González, 2004) por lo que se sugiere que en futuras aplicaciones
del instrumento se revise este ítem.
Resultados
Los análisis fueron realizados en el SPSS versión 10.0, se utilizaron pruebas no
paramétricas debido que los datos no se distribuyeron con normalidad, de acuer-
do a la prueba de Kolmogorov-Smirnov.
Las características de la muestra se presentan en la tabla I, en ambas universi-
dades la mayoría de los sujetos eran de sexo femenino y no trabajaban. La media
y rango de edad varia de una universidad a otra, siendo menores los de la univer-
sidad pública.
TABLA I
Descripción de la muestra
Edad Sexo
Desviación Trabajan
Universidad Media Mediana estándar Hombres Mujeres
Estrés Síntomas
Psicosomáticos
Universidad Media Mediana D.E. Media Mediana D.E.
U de Mann-Whitney Z Nivel de
significancia
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TABLA V
Correlación entre estrés y síntomas psicosomáticos
medidas de tendencia central por universidad y por sexo se presentan en las tabla
VI, y en la tabla VII se muestran los resultados de la prueba U de Mann-Whit-
ney al comparar por sexo los niveles de estrés y síntomas psicosomáticos.
TABLA VI
Niveles de estrés y síntomas psicosomáticos por sexo
Hombres Mujeres
Estrés Síntomas Estrés Síntomas
Universidad psicosomáticos psicosomáticos
Media Mediana D.E. Media Mediana D.E. Media Mediana D.E. Media Mediana D.E.
Ambas 16.8 16.5 7.7 2.8 2.0 2.7 20.6 20.5 7.2 4.8 4.0 3.7
Pública 16.6 15.0 8.4 2.6 2.0 2.5 20.19 20.0 7.1 4.3 4.0 3.6
Privada 17.3 17.5 5.5 3.6 3.0 3.2 20.9 21.0 6.9 5.2 4.0 3.8
Puede observarse que al tomar la muestra completa existe una diferencia sig-
nificativa entre hombres y mujeres en cuanto al estrés y los síntomas psicosomá-
ticos, siendo mayores los puntajes en las mujeres. El tamaño del efecto es medio
(d=-.52 para estrés y d=-.57 para síntomas psicosomáticos). Con la muestra
completa se sustenta la segunda hipótesis.
Sin embargo al separar la muestra, se observa en la tabla VII que en la univer-
sidad privada no hay diferencia significativa entre hombres y mujeres para nin-
guna de las variables. En la universidad pública se encontró diferencia significa-
tiva en ambas variables, en la tabla V se puede ver que en las mujeres las puntua-
ciones son más altas. Por lo que la segunda hipótesis se sustenta parcialmente.
TABLA VII
Diferencia entre sexos
Por último, se analizó cada unos de los 15 ítems para determinar cuales eran
los que presentaban diferencia entre ambas universidades, para esto se utilizó la
prueba U de Mann-Whitney; en los síntomas en que se encontró diferencia sig-
nificativa se analizó la distribución dentro de las categorías de respuesta, estos
resultados se presentan en la tabla IX.
TABLA IX
Diferencia de síntomas psicosomáticos por universidad
Discusión
Para el presente estudio se plantearon 4 objetivos, los cuales fueron cumpli-
dos. Respecto a las hipótesis planteadas, la primera hipótesis se sustenta y la
segunda parcialmente. Como pudo observarse, los síntomas que preocupan más
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a los estudiantes son principalmente respiratorios y gastrointestinales. Los resul-
tados encontrados coinciden con lo reportado por Dobson (1983, en Fernández y
Rusiñol, 2003) dos décadas atrás en España, Dobson encontró que alrededor del
20% de los estudiantes universitarios presentaban manifestaciones que afectaban
fundamentalmente a los sistemas inmunológico, digestivo y dermatológico. En
esta muestra encontramos que el 21.8% de los estudiantes (muestra completa)
presentaban una severidad media o alta de los síntomas psicosomáticos, y el
30.2% de los estudiantes de la universidad privada. En la universidad pública no
se corrobora este dato. Además como se había señalado, en la universidad privada
hay mayor preocupación por los síntomas psicosomáticos.
En ambas universidades se encontró correlación del estrés con los síntomas
psicosomáticos. No se exploró la posibilidad de que los síntomas se debieran a
enfermedades, sin embargo, la correlación fue significativa y moderada entre
estrés y síntomas psicosomáticos (rs=.41; p=.001).
En los estudios citados en la introducción (Cahir y Morris, 1991 y Mallinc-
krodt, Leona y Kralj, 1989 en Hudson y O’Regan, 1994), se menciona que exis-
te una diferencia entre estudiantes de acuerdo al sexo, respecto al estrés, siendo
más alto el nivel de estrés en las mujeres. En el presente estudio, se encontraron
diferencias en los niveles de estrés y en los síntomas psicosomáticos de acuerdo al
sexo en la muestra completa y en la universidad pública, presentándose más en
las mujeres. En la universidad privada también son más altas las puntuaciones de
síntomas psicosomáticos en mujeres, sin embargo, la diferencia con estudiantes
varones no es significativa en ninguna de las dos variables; a pesar de que el
tamaño del efecto es medio.
Es interesante notar que no sólo las estudiantes de psicología presentan pun-
tuaciones más altas que los estudiantes varones. En estudios realizados en Espa-
ña, con estudiantes de Odontología (Miguel-Tobal, Marín-Díaz y Fernández,
1998) y Enfermería (Amat et al., 1990) se encontraron diferencias significativas
entre sexos. Amat et al. (1990) informan que las estudiantes de enfermería pre-
sentaban mayores síntomas de estrés a nivel motor y fisiológico. Por otro lado, a
pesar de que la variable evaluada por Miguel-Tobal et al. (1998) es ansiedad y no
estrés, podríamos considerar que la subescala de ansiedad fisiológica es equiva-
lente a las manifestaciones fisiológicas del estrés; en la cual encontraron valores
más altos en las estudiantes de odontología que en los varones, lo mismo que en
las subescalas de ansiedad cognitiva, motora, de evaluación, cotidiana y en la
escala total. El instrumento usado por Miguel-Tobal y colaboradores (1990) fue
el Inventario de Situaciones y Respuestas de Ansiedad (ISRA).
Conclusiones
Al estudiar los resultados de este trabajo nos surgen más preguntas que res-
puestas, preguntas como: ¿Qué otras variables están relacionadas con la presencia
de los síntomas psicosomáticos?, ¿Qué estrategias de afrontamiento usan los
estudiantes de la universidad pública en comparación con los estudiantes de la
universidad privada?, ¿Qué otras variables se relacionan a la diferencia encontra-
da entre universidades y entre sexos?
Otra pregunta importante es ¿Qué pasará si estos estudiantes siguen con sínto-
mas psicosomáticos y estrés durante mucho tiempo?, es decir, siguiendo los plan-
teamientos de Selye (1956/1976 en Lazarus, 2000) respecto al Síndrome General
de Adaptación, al pasar a una etapa de resistencia, se consumen los recursos orgáni-
cos y si este estrés es suficientemente grave o prolongado, los recursos orgánicos
empiezan a no responder pasando el individuo a un estadio de agotamiento (Lazarus,
2000), donde es fácilmente esperable la presencia de enfermedades.
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Pero más allá de eso, ¿Qué pueden hacer las universidades y los profesores
involucrados para ayudar a los estudiantes de psicología a que aprendan a mane-
jar el propio estrés, antes de pretender graduarlos como Psicólogos capaces de
fungir como facilitadores o terapeutas de otras personas que requieran manejar
su propio estrés y síntomas psicosomáticos?
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