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INTEGRACIÓN DE RAMAS DE LOS DERECHOS PRIVADOS

EJE TEMÁTICO DERECHO PRIVADO I


Sub-Eje Temático 1: PERSONA HUMANA.
1. Derechos y actos personalísimos. Concepto. Naturaleza jurídica. Caracteres.
Derecho Privado Concepto:

Derechos y actos personalísimos. Concepto. Naturaleza jurídica. Caracteres.

Concepto. Naturaleza jurídica


Hombre: relación ontológica “ es un ente bio psíquico espirtual”
Persona: Ente que puede o no ser humano que goza de capacidad de derecho. Esa persona desde
el punto de vista jurídico es quien el CC le da derechos y actos personalísimos.
Los derechos personalísimos son los que recaen sobre ciertos aspectos o manifestaciones de la
personalidad del hombre para proteger su libre desenvolvimiento: derecho al honor, a la intimidad,
a la libertad, a la integridad física, etc.
Estos derechos subjetivos no sólo tienen reconocimiento expreso en el Código Civil y Comercial; el
derecho supranacional de derechos humanos constitucionalizado (art. 75 inc. 22 CN) establece las
bases fundacionales del régimen de los derechos personalísimos, toda vez que la dignidad personal
como sus emanaciones (intimidad, imagen, identidad, honor y derechos sobre el propio cuerpo) son
reconocidos de manera explícita en la Convención Americana sobre Derechos Humanos y en otros
instrumentos supranacionales.

Caracteres

Estos derechos son absolutos, extrapatrimoniales, irrenunciables, relativamente


disponibles por las partes y por ende no transmisibles. Otro carácter es que la vulneración de
ellos da derecho a su titular a reclamar la prevención y reparación de los daños conforme lo
estipulado en los arts. 1708 a 1780 inclusive del Código Civil y Comercial.
Son absolutos porque se dan contra todos, erga omnes, ya que todos y cada uno de
los miembros que constituyen la comunidad jurídicamente organizada están obligados a
respetar la persona de los demás.
Decimos que son relativamente disponibles por las partes pues, de conformidad al art.
55 del Código Civil y Comercial, se puede disponer de los derechos personalísimos bajo
ciertas condiciones: que medie consentimiento por el titular de los derechos, que éste no sea
contrario a la ley, la moral o las buenas costumbres.
Asimismo, prevé que el consentimiento no se presume, es decir que debe otorgarse en
forma clara, ya sea expresa, tácita, o incluso por vía de silencio, y “es de interpretación
restrictiva, y libremente revocable” Art. 55

2. Atributos de las personas. Concepto. Naturaleza. Caracteres. Nombre. Noción. Régimen


legal. Acciones de protección. Domicilio. Noción. Caracteres. Capacidad. Noción. Clases.
Estado civil.

Concepto
La persona, en tanto tal, posee ciertos atributos que son sus cualidades esenciales.
Éstas son inherentes y consideradas a priori de la persona, es decir que comienzan con su
existencia.
Estos atributos de la persona humana son: capacidad, nombre, estado y domicilio. A
toda persona individual le es inherente la capacidad, cualidad que la distingue como sujeto
potencial de derechos y deberes; el nombre que la individualiza, el estado que la sitúa en el
medio familiar en el que se desenvuelve y el domicilio que la sitúa jurídicamente en un lugar
determinado.

Naturaleza
Los atributos no son derechos ni deberes, sino cualidades inherentes a la calidad de la
persona que no se adquieren luego, sino que son contemporáneos a la persona, a su
existencia, y la acompañan toda su vida protegiéndola e identificándola.
Caracteres
Los atributos participan de los siguientes caracteres:
Son necesarios e inherentes a las personas: no se concibe que la persona física
pueda carecer de alguno de estos atributos por cuanto, la determinan en su
individualidad.
Son únicos: una misma persona no puede poseer más de un atributo de cada clase
en un momento determinado. Así, la persona humana no puede ser capaz e incapaz a
la vez de adquirir un derecho, no puede tener más estados civiles familiares del mismo
orden, por ejemplo solterocasado.
Son indisponibles: no pueden ser transferidos, pues están fuera del comercio.
Son inmutables: sólo se modifican cuando se verifica el supuesto normativo que así
lo prevé.
Son imprescriptibles: por cuanto no se adquieren ni pierden por el transcurso del
tiempo.
Nombre. Noción
El nombre es el atributo de la persona que la identifica y la individualiza del resto. Está
compuesto por dos elementos: el pronombre o nombre de pila (o apelativo) y el apellido (o
cognomen o patronímico). Ambos cumplen funciones diferentes; el nombre de pila
individualiza a la persona en su familia y el apellido la individualiza en la sociedad.
Régimen legal o El prenombre o Apellido de los hijos.
Es dable señalar que el apellido, nombre familiar o patronímico, es la designación común
a todos los miembros de una misma familia, que, unido al prenombre, identifica a la persona
física, conformando su nombre propiamente dicho. Así, el apellido designa el grupo familiar,
pues cada individuo lleva el apellido que le corresponde en razón de su pertenencia a dicho
grupo.
El art. 64 del CCCN prevé que el hijo matrimonial lleva el primer apellido de alguno de
los cónyuges; en caso de no haber acuerdo, se determina por sorteo realizado en el Registro
del Estado Civil y Capacidad de las Personas. A pedido de los padres, o del interesado con
edad y madurez suficiente, se puede agregar el apellido del otro. Asimismo, dispone que, en
caso de que un mismo matrimonio tuviera muchos hijos, todos deben llevar el mismo que se
haya decidido para el primero.
Ahora bien, en el caso del hijo extramatrimonial con un solo vínculo filial, éste lleva el
apellido de ese progenitor.
Si la filiación de ambos padres se determina simultáneamente, se sigue la regla
establecida para los hijos matrimoniales en cuanto a que llevarán el primer apellido de alguno
de los cónyuges.
Si la segunda filiación se determina después, ambos padres deberán acordar el orden de
los apellidos. A falta de acuerdo, será determinado por el juez según sea el interés superior
del niño.
Para el supuesto de la persona menor de edad sin filiación determinada, se establece que
debe ser anotada por el oficial del Registro del Estado Civil y Capacidad de las Personas con
el apellido que esté usando o, en su defecto, con un apellido común (art. 65) o bien, si la
persona tiene edad y grado de madurez suficiente, puede solicitar la inscripción del apellido
que esté usando (art. 66).
Apellido de los cónyuges. Por otro lado, en relación al apellido de los
cónyuges, el art. 67 dispone: Cualquiera de los cónyuges puede optar por usar el
apellido del otro, con la preposición “de” o sin ella.
La persona divorciada o cuyo matrimonio ha sido declarado nulo no puede usar el
apellido del otro cónyuge, excepto que, por motivos razonables, el juez la autorice a
conservarlo.
El cónyuge viudo puede seguir usando el apellido del otro cónyuge mientras no
contraiga nuevas nupcias, ni constituya unión convivencial (art. 67).
Cambio del prenombre y del apellido
Los arts. 69 y 70 del Código Civil y Comercial receptan la posibilidad del cambio del
prenombre y del apellido sólo de mediar, a criterio del juez, justos motivos. Al respecto,
formula una enunciación de justos motivos: a) cuando el seudónimo hubiese adquirido
notoriedad; b) por “la raigambre cultural, étnica o religiosa”19; c) por “la afectación de la
personalidad de la persona interesada, cualquiera sea su causa, siempre que se encuentre
acreditada”Art. 69.
Así, para lograr el cambio del nombre y/o del prenombre, es precisa la intervención del
Poder Judicial y esa es la regla, con excepción de los dos supuestos contemplados en el
último párrafo del art. 69.
En tales casos no se requiere la intervención judicial y se consideran justos motivos
cuando se pretende “el cambio del prenombre por razón de identidad de género y el cambio
de prenombre y apellido por haber sido víctima de desaparición forzada, apropiación ilegal o
alteración o supresión del estado civil o de la identidad”Art. 69.
El cambio de nombre tramitará “por el proceso más abreviado que prevea la ley local, con
intervención del Ministerio Público” Art. 70, debiendo “publicarse en el diario oficial una vez
por mes en el lapso de dos meses”, a fin de que presenten las oposiciones y se soliciten
informes respecto de “las medidas precautorias que existieren con relación al interesado” Art.
70.
Una vez inscrita en el Registro de Estado Civil y Capacidad de las Personas, será oponible
a terceros.
Acciones de protección.
Art. 71. Acciones de protección del nombre. Puede ejercer acciones en defensa de su
nombre:
a) aquel a quien le es desconocido el uso de su nombre, para que le sea reconocido y se
prohíba toda futura impugnación por quien lo niega; se debe ordenar la publicación de la
sentencia a costa del demandado;
b) aquel cuyo nombre es indebidamente usado por otro, para que cese en ese uso;
c) aquel cuyo nombre es usado para la designación de cosas o personajes de fantasía, si
ello le causa perjuicio material o moral, para que cese el uso.
En todos los casos puede demandarse la reparación de los daños y el juez puede disponer
la publicación de la sentencia.
Las acciones pueden ser ejercidas exclusivamente por el interesado; si ha fallecido, por
sus descendientes, cónyuge o conviviente, y a falta de éstos, por los ascendientes o
hermanos. Art. 71
Así, las acciones para proteger el nombre son tres:
La acción de reclamación o reconocimiento del nombre: se requiere que el demandado haya
desconocido el derecho de usar el nombre por pare del sujeto afectado, debiendo el juez ordenar la
publicación de sentencia a costa del demandado.
La acción de impugnación, o usurpación del nombre: se requiere que el demandado use en forma
indebida el nombre de otra persona y el efecto propio de la sentencia es el cese en dicho uso
indebido.
La acción de supresión del nombre: debe mediar un uso indebido por parte del demandado del
nombre de otra persona para individualizar una cosa o un personaje de fantasía y dicho uso
provocar un perjuicio material o moral. El efecto de la sentencia es el cese de dicho uso indebido.
Por último y en orden a quiénes pueden interponer estas acciones, se establece que el titular
exclusivo es el interesado y, si éste ha fallecido, podrá ser ejercida por sus descendientes, cónyuge
o conviviente, y a falta de éstos, por los ascendientes o hermanos.
Domicilio.Noción. Caracteres.
El ordenamiento jurídico requiere situar a la persona en un determinado lugar, aun cuando no actúe
necesariamente allí. Domicilio, en sentido jurídico, es el lugar que la ley considera como centro o
sede legal de la persona.
Como veremos seguidamente existen distintas clases de domicilio, el domicilio general y el
especial. El domicilio general es el atributo, cualidad o propiedad inherente a la persona que
representa su indispensable asiento o sede legal para el ejercicio de sus derechos y cumplimiento
de sus obligaciones (Tagle, 2002).
Este domicilio general puede ser legal, es decir instituido por la ley o real, que es la efectiva
residencia de la persona en un cierto lugar con ánimo de permanecer allí. El domicilio general sea
legal o real, es necesario, ya que no puede faltar en ninguna persona y es único ya que una
persona no puede tener más de un domicilio general.
Por último decimos que el domicilio general es mutable, es decir que es modificable, ya sea por
cambio en la capacidad de las personas (por ejemplo, un menor que cumple la mayoría de edad
pasa de domicilio legal a domicilio real) o por un cambio en la de su situación (por ejemplo: una
persona que es designada en un puesto de funcionario público y que requiere trasladarse, cambia
de domicilio real a domicilio legal).

Clases de Domicilio
Por último decimos que el domicilio general es mutable, es decir que es modificable, ya sea por
cambio en la capacidad de las personas (por ejemplo, un menor que cumple la mayoría de edad
pasa de domicilio legal a domicilio real) o por un cambio en la de su situación (por ejemplo: una
persona que es designada en un puesto de funcionario público y que requiere trasladarse, cambia
de domicilio real a domicilio legal).
El domicilio real, definido en el art. 73 del CCCN, es donde la persona humana tiene su residencia
habitual. Ahora bien, si ejerce actividad profesional o económica, lo tiene en el lugar donde la
desempeña para el cumplimiento de las obligaciones emergentes de dicha actividad.
Como podemos ver, la ley contempla la residencia como un elemento del domicilio, dado que el
mismo se determina en función de la residencia habitual, entendida como el lugar en el que
habitual y permanentemente habita una persona.
También se considera domicilio real el lugar de desempeño de la actividad profesional o económica
para las obligaciones nacidas de éstas.
Este domicilio toma en cuenta la efectiva residencia de la persona, es voluntario, pues sólo depende
de la voluntad del individuo, y, además, es de libre elección e inviolable (art. 18 CN).

Domicilio Legal

El art. 74 del CCCN define el domicilio legal como el lugar donde la ley presume, sin admitir prueba
en contra, que una persona reside de manera permanente para el ejercicio de sus derechos y el
cumplimiento de sus obligaciones.
Así, prevé los casos de personas que tiene domicilio legal:
a) los funcionarios públicos tienen su domicilio en el lugar en que deben cumplir sus
funciones, no siendo éstas temporarias, periódicas, o de simple comisión;
b) los militares en servicio activo tienen su domicilio en el lugar que lo están
prestando;
c) los transeúntes o las personas de ejercicio ambulante, como los que no tienen
domicilio conocido, lo tienen en el lugar de su residencia actual;
d) las personas incapaces lo tienen en el domicilio de sus representantes. Art. 74
Este domicilio es forzoso, en tanto la ley lo impone independientemente de la voluntad
del interesado; es ficticio, pues el sujeto puede no estar allí presente; es excepcional y de
interpretación restrictiva, pues sólo funciona en los casos previstos por la ley; y es único, en
tanto es una clase de domicilio general u ordinario.
Por último y en relación al domicilio especial, cabe poner de relieve que éste no es un
atributo de la persona, sólo lo es el general en todas sus clasificaciones.
El domicilio especial es el que las partes de un contrato eligen para el ejercicio de los derechos y
obligaciones que de él emanan (art. 75).
Este domicilio produce sus efectos limitados a una o varias relaciones jurídicas determinadas, es
decir, tiene eficacia sólo para aquellas relaciones jurídicas para las que ha sido instituido. Es elegido
libremente por las partes y el domicilio convenido tiene fuerza de ley para los contratantes, es decir
que tiene efecto vinculante, salvo que, por acuerdo común de partes, lo modifiquen.
Este domicilio es temporario en principio y se termina cuando la situación finaliza. Por eso no se
puede decir que éste sea un atributo de las personas, sino que puede faltar. Un ejemplo de
domicilio especial es, en el caso de las sociedades que poseen este tipo de domicilio, el de la
jurisdicción en el que se encuentra constituida; además pueden tener una sede diferente donde
funciona.
El domicilio especial participa de los siguientes caracteres:
a) no es necesario, pues la persona puede no tener constituido domicilio especial
alguno;
b) puede ser múltiple, porque la persona puede tener varios domicilios especiales;
c) es voluntario, convencional, transmisible tanto a los sucesores universales como a
los singulares.

Capacidad. Noción.
La capacidad es uno de los atributos más importantes de la persona. Como se expuso
anteriormente, este atributo forma parte del concepto mismo de persona;
La capacidad de derecho siempre está presente.
Clases
La noción de capacidad no se agota en la capacidad de derecho –atributo de la persona–
puesto que comprende también la capacidad de hecho o de obrar, que consiste en la aptitud
de las personas físicas para ejercer por sí mismas los actos de la vida civil.
La capacidad tiene los siguientes caracteres:
a) las reglas que gobiernan la capacidad son de orden público y no pueden ser
modificadas por voluntad de los particulares;
b) es principio general que tanto las incapacidades como las restricciones a la
capacidad son la excepción;
c) las restricciones a la capacidad son de interpretación restrictiva.
Capacidad de derecho.
El artículo 22 del CCCN definela capacidad de derecho:“Capacidad de derecho. Toda
persona humana goza de la aptitud para ser titular de derechos y deberes jurídicos. La ley
puede privar o limitar esta capacidad respecto de hechos, simples actos, o actos jurídicos
determinados.”Art. 22. Así, la capacidad de derecho se define como la aptitud de que goza
toda persona humana para ser titular de derechos y deberes jurídicos.
Capacidad de ejercicio
Por su parte, el artículo 23 define la capacidad de ejercicio o de hecho, y prevé
“Capacidad de ejercicio.Toda persona humana puede ejercer por sí misma sus derechos,
excepto las limitaciones expresamente previstas en este Código y en una sentencia
judicial”Art. 23. La capacidad de ejercicio es la aptitud para ejercer derechos por sí mismo.

Estado civil

El estado es un atributo propio de las personas físicas y hace referencia a la posición o rol
que ocupa una persona en la sociedad, por ejemplo estado civil, o en una familia, por
ejemplo estado de padre, de hijo, etc.
Caracteres
El estado participa de los siguientes caracteres:
a) las normas que regulan el estado de las personas son de orden público; no
pueden ser modificadas por la voluntad de los interesados;
b) es indivisible y oponible erga omnes;
c) generalmente es recíproco o correlativo, porque a cada estado de una
persona le corresponde el de otro que resulta correlativo;
d) es inalienable, es decir intransmisible;
3. Personas por nacer. Importancia jurídica de la concepción.
Personas por nacer.
Noción de persona y viuda humana
En primer lugar cabe distinguir entre persona y vida humana. Tal como señalamos
anteriormente, la noción de persona es una categoría jurídica, pues se trata de ser portador
de derechos,mientras que la vida humana es un suceso de la naturaleza, es su asiento
natural.
Importancia jurídica de la concepción.
El artículo 19 del Código Civil y Comercial prevé: “Comienzo de la existencia. La existencia
de la persona humana comienza con la concepción”Art. 19 .
De conformidad al mencionado artículo, la concepción determina el momento a partir del
cual se es persona, es decir que el sujeto tiene personalidad jurídica y goza de protección de
la ley.
Así, el Código Civil y Comercial subsume el concepto de vida humana con el de persona en
el sentido técnico del término, reconociendo su comienzo en el momento mismo de la
concepción. De esta manera, se considera que hay persona durante todo el proceso de
gestación: desde su inicio hasta el nacimiento y,luego, habrá persona física desde ese
instante hasta la muerte.

4. Ausencia de la persona. Definición. Presupuestos. Muerte presunta. Régimen legal. Casos


y términos. Efectos de la declaración.
Ausencia de la persona
Definición El Código Civil y Comercial contempla en seis artículos (79 a 84) las normas sustantivas y
procedimentales correspondientes a la simple ausencia y al procedimiento previsto a los fines de
obtener tal declaración. El fin último de esta regulación es la protección del patrimonio del ausente,
pues lo que se pretende es la designación de un curador especial a los bienes para que estos puedan
ser administrados en debida forma mientras dure el estado de ausencia.
Presupuestos fácticos y jurídicos Art. 79. Ausencia simple. Si una persona ha desaparecido de su
domicilio, sin tenerse noticias de ella, y sin haber dejado apoderado, puede designarse un curador a
sus bienes si el cuidado de éstos lo exige. La misma regla se debe aplicar si existe apoderado, pero sus
poderes son insuficientes o no desempeña convenientemente el mandato. 38
De conformidad a dicho artículo, para configurarse el presupuesto de la ausencia simple es preciso
que:
a) La persona haya desaparecido de su domicilio, sin que se tenga noticias sobre su existencia;
b) Haya dejado bienes que exijan protección;
c) No haya dejado apoderado o que los poderes del apoderado del ausente resulten insuficientes o que
éste haya incurrido en un desempeño inconveniente de su mandato.

Como se advierte, la ley no exige que haya transcurrido plazo alguno para peticionar ante el juez
competente la declaración de ausencia simple, ni que la desaparición se vincule con un hecho extremo
del cual se presuma la muerte del ausente; sólo se impone que existan bienes para cuidar, de manera
tal que se adopten aquellas medidas necesarias para proteger el patrimonio del ausente.
Procedimiento Los artículos 80, 81, 82, 83 y 84 regulan el procedimiento para obtener la declaración de ausencia.
Así, el art. 80 establece quiénes se encuentran legitimados para incoar el proceso de ausencia:
a) El Ministerio Público
b) Toda persona que tenga interés legítimo respecto de los bienes del ausente.

La solicitud de la declaración deberá incoarse ante el juez el domicilio del ausente; si éste no lo tuvo en
el país o no es conocido, es competente el juez del lugar donde existen bienes, y si hubiere bienes en
distintas jurisdicciones, el que haya prevenido; todo ello conforme lo prevé el art.
El artículo 82 regula el procedimiento para la petición de la declaración de ausencia simple,
disponiendo, en primer término, que el presunto ausente debe ser citado por edictos durante cinco días,
y, si vencido el plazo no comparece, se debe dar intervención al defensor oficial o, en su defecto,
nombrarse un defensor al ausente, debiendo nombrarse un abogado de la matrícula. Asimismo se
prevé que el Ministerio Público es parte necesaria en el juicio y su intervención resulta imprescindible.
“En caso de urgencia, el juez puede designar un administrador provisional o adoptar las medidas que
las circunstancias aconsejan”39 a fin de la preservación del patrimonio.
Una vez oído el defensor y producida la prueba correspondiente, que tendrá por fin acreditar la
desaparición del ausente y que podrá rendirse por cualquier medio, si concurren los extremos legales,
el juez estará en condiciones de dictar la sentencia de declaración de ausencia simple y designar al
curador.

Efectos

Dictada la sentencia de simple ausencia, se designará un curador a fin de que realice los actos de conservación y
administración ordinaria de los bienes. Para el supuesto de que deba realizar un acto que exceda la
administración ordinaria, deberá requerir autorización al juez, la que debe ser otorgada sólo en caso de
necesidad evidente e impostergable.
La curatela del ausente termina por su presentación personalmente o por apoderado; por su muerte o
por su fallecimiento presunto declarado judicialmente (art. 84).

Muerte presunta
Régimen legal.
Casos y términos
La presunción de fallecimiento, al igual que la muerte, constituye supuestos jurídicos extintivos de la
persona humana. Así, los efectos de la sentencia judicial que declara el fallecimiento presunto son
idénticos a los de la muerte, pero la ley establece diferencias fundadas en la eventual reaparición del
declarado muerto presunto y en la necesidad de proteger sus intereses.
El Código prevé distintos supuestos, ya sea porque se ha perdido totalmente la noción o los datos del
paradero de una persona durante un tiempo prolongado o porque la persona se haya encontrado en
circunstancias en las que se presume su muerte.
Así, el Código contempla en el art. 85 el caso ordinario y en el art. 86 los supuestos extraordinarios.
Caso ordinario. La ausencia de una persona de su domicilio sin que se tenga noticia de ella por el
término de tres años, causa la presunción de su fallecimiento aunque haya dejado apoderado.
El plazo debe contarse desde la fecha de la última noticia del ausente.40
Casos extraordinarios. Se presume también el fallecimiento de un ausente:
a) si por última vez se encontró en el lugar de un incendio, terremoto, acción de guerra u otro suceso
semejante, susceptible de ocasionar la muerte, o participó de una actividad que implique el mismo riesgo,
y no se tiene noticia de él por el término de dos años, contados desde el día en que el suceso ocurrió o
pudo haber ocurrido;
b) si encontrándose en un buque o aeronave naufragados o perdidos, no se tuviese noticia de su
existencia por el término de seis meses desde el día en que el suceso ocurrió o pudo haber ocurrido.
Conforme lo prescribe el art. 85, para que nazca la presunción de fallecimiento es preciso que la
persona se ausente de su domicilio sin que se tenga noticias de ella por el término de tres años, sin
requerir la norma que la ausencia de la persona haya ocurrido en virtud de una circunstancia que traiga
aparejada la muerte (supuesto de buque o aeronave naufragada, incendio, terremoto, etc.), como
ocurre en los casos extraordinarios. Por último, el plazo de tres años debe contarse desde la fecha de
la última noticia que se haya tenido del ausente.
La disminución de los plazos en los casos extraordinarios en relación al supuesto ordinario, se debe a
que se trata de hipótesis que se sustentan en circunstancias particulares, en las que las posibilidades
de supervivencia resultan ínfimas.
Procedimiento para su declaración
En primer lugar, debe señalarse que, de conformidad lo establece el art. 87, cualquier persona que
tenga “algún derecho subordinado a la muerte de la persona de que se trate, puede pedir la declaración
de fallecimiento presunto, justificando los extremos legales y la realización de diligencias tendientes a la
averiguación de la existencia del ausente”42 que arrojen resultado negativo.
La acción debe interponerse en el juez del domicilio del ausente.
El artículo 88 prescribe el procedimiento que debe seguir el juez en orden al trámite del pedido de declaración de
fallecimiento presunto.

Debera nombrarse un defensor al ausente a fin de garantizarle el derecho de defensa defensa durante la
tramitación del juicio.
Debera citarse al ausente por edictos que se publicarán una vez por mes durante seis meses, publicación que
deberá disponerse en el Boletín Oficial y en otro que resulte de importancia.
En el supuesto que existan bienes y no haya mandatario o si el que hubiere ejerciera incorrectamente el
mandato, deberá nombrarse un curador a sus bienes a los fines de que los administre y conserve.
Por último, el artículo 88 aclara que la declaración de simple ausencia no constituye presupuesto
necesario para la declaración de fallecimiento presunto, ni suple la comprobación de las diligencias
realizadas para conocer la existencia del ausente.
Así las cosas, pasados los seis meses –tiempo en que se publican los edictos–, recibida la prueba que
acredite que la búsqueda del ausente dio resultado negativo y oído el defensor, el juez debe declarar el
fallecimiento presuntivo si están acreditados los extremos legales, fijar el día presuntivo del
fallecimiento y disponer la inscripción de la sentencia en el Registro Civil.
Por su parte, el art. 90 dispone qué día debe fijare como el presuntivo del fallecimiento.
Día presuntivo de fallecimiento. Deberá fijarse como día presuntivo del fallecimiento:
a) en el caso ordinario, el último día del primer año y medio;
b) en el primero de los casos extraordinarios, el día del suceso y si no está determinado, el día del
término medio de la época en que ocurrió o pudo haber ocurrido;
c) en el segundo caso extraordinario, el último día en que se tuvo noticia del buque o aeronave
perdidos;
d) si es posible, la sentencia debe determinar también la hora presuntiva del fallecimiento; en caso contrario, se
tiene por sucedido a la expiración del día declarado como presuntivo del fallecimiento.
Efectos de la declaración
En orden a los efectos patrimoniales, los artículos 90 y 91 regulan sobre el punto.
Así, tenemos que, dictada la declaratoria, el juez mandará abrir, si existiese, el testamento que hubiese
dejado el desaparecido; los herederos y los legatarios deben recibir los bienes del declarado
presuntamente fallecido, previo inventario. El dominio se inscribirá en el registro correspondiente
(Registro de la Propiedad, Registro de la Propiedad del Automotor) con el pre notación del caso, a
nombre de los herederos o legatarios que podrán hacer partición de los mismos, pero no enajenarlos ni
gravarlos sin autorización judicial. Ahora bien, si, entregados los bienes, aparece el ausente o se tiene
noticia cierta de su existencia, queda sin efecto la declaración de fallecimiento, procediéndose a la
devolución de aquéllos a petición del interesado.
La conclusión del pre notación se encuentra regulada en el art. 92. Éste prevé que el pre notación
queda sin efecto transcurridos cinco años desde la fecha presuntiva del fallecimiento u ochenta años
desde el nacimiento de la persona. Desde ese momento puede disponerse libremente de los bienes, es
decir que los herederos y legatarios pasan a tener el dominio pleno.
Efectos sobre el matrimonio: según el art. 435 inc “b”, la declaración de ausencia con presunción de
fallecimiento es una causal de disolución del matrimonio, por lo que el otro cónyuge podrá contraer
nuevo matrimonio.
Reaparición del presunto muerto Ahora bien, si el ausente reaparece, puede reclamar:
a) la entrega de los bienes que existen en el estado e que se encuentran;
b) los adquiridos con el valor de los que faltan;
c) el precio adeudado de los enajenados; d) los frutos no consumidos.
Sub-Eje Temático 2: LA INCAPACIDAD.
1. La incapacidad. Noción. Clasificación. Incapacidad de ejercicio. Concepto. Caracteres.
Enumeración legal.
La incapacidad
Noción. Clasificación
Además de las capacidades, existen las incapacidades de derecho y de hecho. Las mal llamadas “incapacidades de
derecho”, en realidad, son incompatibilidades o prohibiciones que la ley prevé en casos concretos para evitar un daño
al interés público. Es decir, son restricciones a la aptitud genérica para ser titular de ciertos derechos en una
determinada relación jurídica.
El fin concreto de estas prohibiciones es ése: proteger el interés público y castigar al incapaz para evitar que cometa
actos o hechos que puedan ser perjudiciales para otras personas.

La incapacidad de derecho
Definición. Caracteres

Tal como señaláramos anteriormente, las incapacidades de derecho se presentan como prohibiciones o restricciones
impuestas por la ley teniendo en cuenta distintas circunstancias e implican la total imposibilidad de adquirir el derecho,
contraer el deber o realizar el acto prohibido, no solamente por actuación propia sino también por intermedio de otra
persona. (Tagle, 2002).
De la circunstancia de que la capacidad de derecho se vincula con los derechos inherentes al hombre como tal, se
desprenden los siguientes caracteres acerca de los casos de incapacidad de derecho:
a) Son excepcionales. La regla es la capacidad; sólo por excepción se establecen ciertas incapacidades de derecho en
forma de prohibiciones de realizar determinados “hechos, simples actos, o actos jurídicos determinados”, las que
suelen ser precisas, es decir sin tener carácter general.
b) Obedecen siempre a una causa grave: la restricción a la capacidad de derecho responde siempre a un interés
superior o una razón moral y de buenas costumbres.
c) No pueden suplirse por representación: la incapacidad de derecho no puede subsanarse por representación como se
prevé para los incapaces de hecho (Borda, 2008).

Incapacidades de derecho: enunciación ejemplificativa

Las incapacidades de derecho no están sistematizadas en el Código Civil y Comercial, sino que aparecen diseminadas.
Se refieren a prohibiciones o restricciones en relación con: a) la calidad de las personas que intervienen en el acto; b)
las cosas que constituyen su objeto y c) la clase de acto de acto de que se trate.
Un ejemplo de incapacidades en razón de la calidad de las personas que intervienen es el art. 689 del Código Civil y
Comercial, que refiere a los contratos que tienen prohibido celebrar los progenitores con el hijo que está bajo su
responsabilidad. Por caso, no pueden comprar por sí ni por persona interpuesta bienes de su hijo, ni constituirse en
cesionarios de créditos, derechos o acciones contra su hijo, ni hacer partición privada con su hijo de la herencia del
progenitor pre fallecido, entre otros actos.
Un ejemplo de prohibiciones en relación a las cosas es el art. 1002 del código único, que señala que:
No pueden contratar en interés propio:
a) los funcionarios públicos, respecto de bienes de cuya administración o enajenación están o han estado encargados;
b) los jueces, funcionarios y auxiliares de la justicia, los árbitros y mediadores, y sus auxiliares, respecto de bienes
relacionados con procesos en los que intervienen o han intervenido;
c) los abogados y procuradores, respecto de bienes litigiosos en procesos en los que intervienen o han intervenido;
d) los cónyuges, bajo el régimen de comunidad, entre sí.
Los albaceas que no son herederos no pueden celebrar contrato de compraventa sobre los bienes de las
testamentarias que estén a su cargo.3
En lo que toca a prohibiciones con relación a ciertos actos, podemos citar el art. 120, que prevé los actos prohibidos del
tutor; el art. 1646 inc. “b”, que establece que no pueden hacer transacciones “los padres, tutores o curadores respecto
de las cuentas de su gestión, ni siquiera con autorización judicial”4.

La incapacidad de ejercicio
Definición. Caracteres
Tal como sostuvimos, debe partirse de que la capacidad es la regla y la incapacidad la excepción. La incapacidad de
obrar resulta de un precepto legal que establece quiénes son los incapaces de ejercicio (art. 24 CCCN). Consiste en la
falta de aptitud o en la imposibilidad del sujeto para realizar por sí mismo actos jurídicos válidos, pero esta ineptitud
legal puede suplirse a través del instituto de la representación, previsto en los arts. 100 y 101 del código único.
La incapacidad de hecho, por su parte, se verifica cuando determinada persona no tiene aptitud para ejercer por sí
misma determinados actos de la vida civil, por lo que podemos decir que se trata de una persona necesitada de un
régimen de protección jurídica que la ampare y que impida el aprovechamiento, por parte de terceros, de esa situación
de debilidad.
Las incapacidades de hecho –de ejercicio o de obrar– han sido establecidas en interés mismo del incapaz y por ello la
ley ha procedido con un criterio tutelar.
Esta incapacidad es susceptible de grados, ya que una persona puede carecer de capacidad de hecho de manera
absoluta, o bien, sólo para determinados actos jurídicos.
Enumeración legal
El art. 24 del Código Civil y Comercial dispone:
Personas incapaces de ejercicio. Son incapaces de ejercicio:
a. la persona por nacer;
b. la persona que no cuenta con la edad y grado de madurez suficiente, con el alcance dispuesto en la Sección 2ª de
este Capítulo;
c. la persona declarada incapaz por sentencia judicial, en la extensión dispuesta en esa decisión.
De acuerdo al precepto, tenemos que son incapaces de hecho:
a. La persona por nacer, que es la persona que está concebida en el seno materno y aún no ha nacido; para que sus
derechos y obligaciones queden irrevocablemente adquiridos, debe nacer con vida, pues, de lo contrario, se
considerará que ella nunca existió.
b. Menores de edad y mayores que no cuentan con edad y grado de madurez suficiente. Este inciso debe estudiarse
en correlación con lo dispuesto en el art. 25, el que dispone que “menor de edad es la persona que no ha cumplido
dieciocho años”
. En efecto, el supuesto de análisis refiere que son incapaces de ejercicio las personas “que no cuentan con la edad y
grado de madurez suficiente”, por lo que incluye a todas las personas que no han cumplido los dieciocho años, salvo:
a) el supuesto de los adolescentes en relación a los tratamientos no invasivos (que veremos más adelante); b) el caso
de los menores emancipados por matrimonio que gozan de plena capacidad de ejercicio con las limitaciones previstas
(arts. 27 y 28) y c) la persona menor de edad con título profesional habilitante que puede ejercer profesión sin
necesidad de previa autorización (art. 30).
Fuera de estas situaciones excepcionales, la regla es que las personas, para gozar de la plena facultad para ejercer los
derechos, deben ser mayores de dieciocho años.
También son considerados incapaces de obrar las personas mayores de edad que no cuenten con madurez suficiente,
pues el artículo utiliza la conjunción copulativa “y”, requiriéndose ambos requisitos para que alguien sea considerado
capaz.
En definitiva, estas dos pautas, edad y madurez suficiente, predeterminan el límite, ya que, si la persona tiene edad y
madurez suficiente, puede validar su actuación autónoma; de lo contrario es incapaz de ejercicio. (Fernández, 2014).
c. La persona incapaz por sentencia judicial. Este supuesto implica que, mediante sentencia, se puede restringir la
capacidad para determinados actos, debiendo partirse siempre del presupuesto de la capacidad, y que sus limitaciones
son de carácter excepcional. Cuando la persona se encuentre absolutamente imposibilitada de interaccionar y expresar
su voluntad, el sentenciaste puede declarar la incapacidad y designar un curador. Por último, comprende a los
inhabilitados por prodigalidad, a quienes se les designará un apoyo para el otorgamiento de actos de disposición ente
vivos y en los demás actos que determine la sentencia.

2. Distinción entre menor de edad y adolescente. El derecho a ser oído. Decisiones en materia de salud.
Menor de edad y adolescencia
Definición
De conformidad al art. 25 del Código Civil y Comercial, menor de edad es la persona que no ha cumplido dieciocho
años y adolescente, la persona menor de edad que cumplió trece años.
Es decir que todas las personas, desde su nacimiento hasta que cumplen dieciocho años, son “menores de edad”,
especificando la denominación de “adolescente” a la persona menor de edad que ha cumplido la edad de trece años.
Distinción entre menor de edad y adolescente
La Real Academia Española define adolescencia como la “Edad que sucede a la niñez y que transcurre desde la
pubertad hasta el completo desarrollo del organismo” (RAE, 2015, http://lema.rae.es/drae/?val=adolescencia).
La diferente categoría entre menor de edad y adolescente parece tomar el antecedente de la Ley de Protección Integral
de los Derechos de las Niñas, Niños y Adolescentes (Ley 26.061), creando una categoría jurídica no prevista por la
Convención de los Derechos del Niño, que integra nuestro ordenamiento jurídico dentro del bloque federal de
constitucionalidad y define al niño como “todo ser humano menor de dieciocho años de edad, salvo que, en virtud de la
ley que le sea aplicable, haya alcanzado antes la mayoría de edad”8. De tal modo, en nuestro ordenamiento jurídico,
los “adolescentes” son indudablemente niños, sin que el Código pueda afectar este carácter, por estar consagrado en
una norma de jerarquía superior.
Influencia de los tratados internacionales
El Código Civil y Comercial, en relación al Código de Vélez, ha introducido modificaciones importantes en la capacidad
de ejercicio, a fin de adecuar el derecho positivo a la Convención Internacional de los Derechos del Niño y a la
Convención Internacional de las Personas con Discapacidad.
De tal modo, el Código Único parte del principio de capacidad y dispone que las restricciones a la capacidad son
excepcionales, establece las facultades judiciales para la determinación de esas restricciones así como los sistemas de
apoyo, la obligación del juez de oír y valorar las opiniones de las personas interesadas así como el deber de darle la
debida intervención en el proceso, la revisión de la sentencia en un plazo máximo de tres años ello también acorde a la
Ley de Salud Mental, entre otras modificaciones importantes que introduce en materia de capacidad.
La Convención sobre los Derechos del Niño consagra la “capacidad o autonomía progresiva”, sistema que ha sido
asumido por el código único, estableciendo que es de dicha capacidad de donde resulta la autonomía del niño que
constituye el principio general.
La expresión “autonomía progresiva” implica reconocer que el niño es un sujeto de derecho que tiene necesidades
propias y específicas. Por lo tanto, implica la obligación de darle la participación que corresponda de acuerdo con su
edad y desarrollo, además de respetar su ámbito de autonomía. Éste deberá ser mayor a medida que transcurren los
años, lo que implica que será progresivamente menor la injerencia de los padres en las decisiones que involucren los
intereses del menor. En este proceso, el niño deberá ser escuchado y su opinión deberá ser tenida en cuenta cuando
tenga la edad suficiente para ser su propio portavoz.
Todos estos criterios fueron tomados en consideración cuando se dictó, en el año 2006, la ley 26.061 de Protección
Integral de Derechos de los niños, niñas y adolescentes. Así, la autonomía progresiva fue calificada por la ley como
integrante del interés superior del niño, al establecer que debe respetarse su condición de sujeto de derecho, edad,
grado de madurez, capacidad de discernimiento y demás condiciones personales. (Santi, 2012).
El reconocimiento de los derechos y garantías procesales del niño adquiere tal relevancia que ha dado origen a la
Convención Europea sobre el Ejercicio de los Derechos del Niño, que comenzó a regir el 1 de julio de 2000, y a la cual
han ido prestando adhesión en forma sucesiva los miembros de la Unión Europea.
La Corte Interamericana de Derechos Humanos, en su Opinión Consultiva Nº 17/02, del 28 de agosto de 2002,
estableció en su art. 10 que, en los procedimientos judiciales o administrativos que involucren a los niños, deben
atenderse a las particularidades que se derivan de su situación específica, y que se proyectan razonablemente sobre la
intervención personal en dichos procedimientos, aspectos que son receptados por nuestra ley 26.061 y por el Código
Civil y Comercial.

Modo de ejercer los derechos los menores de edad

En primer lugar, debemos sentar la regla según la cual la persona menor de edad ejerce sus derechos a través de sus
representantes legales, que son los padres, tutor o curador (sobre este tema volveremos al tratar el instituto de la
representación).
Sin embargo, la persona menor de edad que cuenta con edad y grado de madurez suficiente puede ejercer por sí los
actos que le son permitidos por el ordenamiento jurídico, salvo que hubiere conflicto de intereses con sus
representantes legales, en los que ejercerán sus derechos mediante asistencia letrada.
Alguno de los derechos que pueden ejercer los menores de edad sin necesidad de que intervengan sus representantes
legales son:
a) El menor de edad que ha obtenido título habilitante puede ejercer la profesión por cuenta propia (art. 30).
b) La persona mayor de dieciséis años es considerada adulta para las decisiones sobre su propio cuerpo, así como el
adolescente tiene aptitud para decidir sobre tratamientos que no resulten invasivos, ni comprometan su estado o
provoquen un riesgo grave para su vida o integridad física (art. 26).
c) El adoptado con edad y grado de madurez suficiente tiene derecho a conocer los datos relativos a su origen y puede
acceder a ellos cuando así lo requiera (art. 596).
d) Los progenitores adolescentes, estén o no casados, ejercen la responsabilidad parental de sus hijos, pudiendo
decidir y realizar por sí mismos las tareas necesarias para su cuidado, educación y salud (art. 644).
e) El hijo menor de edad puede reclamar a sus progenitores por sus propios intereses sin previa autorización judicial, si
cuenta con la edad y grado de madurez suficiente y asistencia letrada (art. 679).
f) El hijo adolescente no precisa autorización de sus progenitores para estar en juicio cuando sea acusado
criminalmente (art. 680).
En definitiva, la persona menor de edad debe actuar por medio de sus representantes legales, salvo en los casos en
que el Código establezca que pueden hacerlo por sí solos (art. 26).

El derecho a ser oído

El artículo 26 del Código Civil y Comercial, en concordancia con el art. 12 de la Convención de los Derechos del Niño y
con la ley 26.061, consagra el derecho de los menores a ser oídos, el que implica que, siempre que los menores
tengan edad para poder expresar una opinión con fundamento, deben ser escuchados y debe ser tenido en cuenta su
parecer.
De esta forma, se contempla y reafirma un importante protagonismo del niño, en cuanto se le reconoce mayor
intervención en los actos que le competen y afectan. Este reconocimiento implica destacar la autonomía de la voluntad
del sujeto, a pesar de su condición de menor.
En definitiva, se establecen las condiciones de participación de los menores en los procesos judiciales que le
conciernen, teniendo en cuenta el juez el grado de madurez, reconociendo en forma progresiva su capacidad sobre la
base de la regla del discernimiento, en particular en aquellos casos en los que pudiera haber conflictos de intereses
entre el menor y sus representantes legales.
Las decisiones de los menores en el ámbito de la salud
a) Tratamientos no invasivos
El artículo 26 del código unificado establece una presunción de que el adolescente de entre trece y dieciséis años
puede y se considera facultado para aceptar y consentir por sí mismo ciertos tratamientos, siempre que estos no
resulten invasivos ni comprometan su estado de salud o provoquen un riesgo grave en su vida o integridad física.
Esta presunción funcionará siempre que el adolescente pueda comprender los aspectos esenciales relativos a la
práctica propuesta, aunque, de ser necesario, una última determinación siempre quedará en manos de los tribunales, la
ley artes y la costumbre, y, por lo general, será el médico tratante quien decida acerca de la aptitud del tratamiento, con
base en criterios que desde el ámbito médico se van pautando.
b) Tratamientos que comprometen la salud del menor
Ahora, si se trata de un tratamiento que compromete su estado de salud o está en riesgo su vida, el adolescente debe
prestar su consentimiento con la asistencia de sus progenitores, y, en caso de existir un conflicto entre ambos, se
resolverá judicialmente teniendo en cuenta el interés superior del niño y la opinión médica respecto de las
consecuencias de la realización del acto.

c) Los cuidados del propio cuerpo del mayor de dieciséis años


Por último, el art. 26 establece que la persona mayor de dieciséis años es considerada como un adulto para las
decisiones sobre el cuidado de su propio cuerpo.
De esta manera, se reconoce una anticipación de la capacidad de los menores para dar consentimiento o asentimiento
para ciertos actos de intrusión en su cuerpo.
En el caso de desacuerdo entre el menor, el médico y los padres, deberá intervenir la justicia a fin de que se valore la
situación concreta del sujeto.
La persona menor de edad con título profesional habilitante. Efectos
La persona menor de edad que ha obtenido un título habilitante para ejercer la profesión puede ejercerla por cuenta
propia sin necesidad de previa autorización; consecuentemente, se le otorga la facultad de administración y disposición
de los bienes que adquiera con el producto de aquélla, pudiendo también estar en juicio civil o penal por cuestiones
vinculadas con dicho ejercicio (art. 30 CCCN).
En lo referente a la expresión “por cuenta propia”, se ha entendido que no obsta a que el menor pueda emplearse,
pues sería contradictorio que, si puede trabajar por cuenta propia, no pueda trabajar en relación de dependencia,
máxime teniendo en cuenta que, en este último ámbito, se encuentra amparado por la legislación protectoria del
derecho del trabajo.
Por el contrario, en los casos del menor sin título habilitante debe tenerse en cuenta las prohibiciones de la ley 26.390
de Prohibición de Trabajo Infantil y Protección del Trabajo Adolescente. Así, cabe destacar que la ley laboral prohíbe
trabajar a los menores de 16 años; luego de esa edad, sólo pueden hacerlo, hasta los 18, si cuentan con autorización
de los padres, tal como lo prevé el art. 32 de la ley 20.744.
Por último, es dable destacar que los bienes adquiridos por el menor con su trabajo constituyen un patrimonio especial
que queda bajo su libre administración y disposición, mientras que los bienes del patrimonio general siguen bajo la
administración del representante legal.

3. Noción de persona con capacidad restringida y con incapacidad. Distinción. Presupuestos


jurídicos y fácticos. Procedimiento para su declaración. Sentencia. Alcances. Revisión.

Reglas generales. La restricción al ejercicio de la capacidad jurídica se rige por las siguientes reglas generales:
a) la capacidad general de ejercicio de la persona humana se presume, aun cuando se encuentre internada en un
establecimiento asistencial; b) las limitaciones a la capacidad son de carácter excepcional y se imponen siempre en
beneficio de la persona; c) la intervención estatal tiene siempre carácter interdisciplinario, tanto en el tratamiento como
en el proceso judicial; d) la persona tiene derecho a recibir información a través de medios y tecnologías adecuadas
para su comprensión; e) la persona tiene derecho a participar en el proceso judicial con asistencia letrada que debe
ser proporcionada por el Estado si carece de medios; f) deben priorizarse las alternativas terapéuticas menos
restrictivas de los derechos y libertades. 10
Estas reglas generales que se agrupan en la norma rigen todo lo referido a las restricciones al ejercicio de la capacidad
jurídica de las personas, y son producto especialmente de la aprobación de la Convención sobre los Derechos de las
Personas con Discapacidad (ley 26.378) y de la Ley Nacional de Salud Mental (ley 26.557).
Manteniendo el criterio biológico-jurídico, el art. 32 del código unificado prevé dos supuestos diferenciados: a)
incapacidad de ejercicio relativa, que alcanza los actos señalados en cada sentencia e b) incapacidad de ejercicio
absoluta.
De la lectura del art. 32 del Código se advierte que, a partir de los trece años se puede restringir judicialmente la
capacidad de una persona cuando ésta padece una adicción o alteración mental permanente o prolongada de entidad
suficiente – elemento biológico- y se estime que de no restringirle la capacidad pueda ocasionar un daño a su persona
o a sus bienes – elemento jurídico; o excepcionalmente declarar la incapacidad “cuando la persona se encuentre
absolutamente imposibilitada de interaccionar con su entorno y expresar su voluntad por cualquier modo, medio o
formato adecuado y el sistema de apoyos resulte ineficaz”11.
Presupuestos jurídicos y fácticos
La persona con capacidad restringida es, por regla, una persona capaz y sólo no podrá ejercer por sí sola
determinados actos que se especifiquen en la sentencia (art. 24 inc “c”).
El juez, en la sentencia, debe designar el o los apoyos que estime convenientes, siempre tratando de limitar lo menos
posible la autonomía de la persona, favorecer las decisiones que respondan a las preferencias de la persona tutelada
y, de esta manera, garantizar el respeto de los derechos de la persona protegida.
El o los apoyos que se designen no tienen por misión sustituir la voluntad del sujeto, sino todo lo contrario; promueven
la libertad, la autonomía, “la comunicación, la comprensión y la manifestación de la voluntad de la persona para el
ejercicio de sus derechos”12.
Ahora bien, se considerará una persona incapaz de ejercicio absoluta cuando: a) se encuentre imposibilitada de
interaccionar con su entorno y expresar su voluntad por cualquier modo, medio o formato adecuado y b) el sistema de
apoyos cualquiera que fuere resulte ineficaz. En este supuesto, el juez deberá designarle un curador para que
represente al incapaz, siendo de aplicación los arts. 138 a 140 (curatela).
Es dable señalar que, si no se dieran estos requisitos esenciales, corresponderá una sentencia de capacidad
restringida y no una declaración de incapacidad absoluta.

Procedimiento para su declaración


Medios de protección: noción y enunciación. Legitimados.
Legimitimados art 33
Estable que las personas legitimadas para iniciar la acción de declaración de incapacidad y de capacidad restringida
son:
a)El propio interesado
b)El conyuge, el conviviente en las uniones convivenciales
c) Los parientes dentro del cuarto grado
d) El ministerio publico
Art 35. Se tiene que dar una entrevista personal donde el juez va a conocer al interesado. En esa audiencia tiene que
concurrir el interesado con su abogado y el ministerio publico. La persona tendrá la entrevista con el juez y aparte este
tendrá una entrevista con el equipo interdiciplinario. Este equipo es que va a brindar un dictamen al juez,
conjuntamente con el dictamen y la entrevista el juez va a declarar la incapacidad absoluta o va a desestimar la acción.
Esta sentencia debe ser registrada en el registro civil y capacidad de la persona, en la partida de nacimiento, margen
superior izquierdo, porque es la forma de darle publicadad de la sentencia. Se puede revisar la sentencia en cualquier
momento, puede ser de oficio y/o a pedido del ministerio fiscal en un plazo no mayor a 3 años, al realizarse la revisión
se debe repetir el mismo procedimiento por el cual se lo declaro incapaz , el cese de la incapacidad lo debe hacer el
mismo juez que la declaro. Tiene que restablecer la capacidad mediante de otra sentencia, la que deberá ser registrada
nuevamente.
Cabe aclarar que los dictamenes del equipo interdiciplinario no son vinculantes para la resolución del juez. Pero este es
un requisito de forma.

4. Inhabilitados. Noción. Presupuestos fácticos. Efectos de la declaración.

Inhabilitados
Noción. Presupuestos fácticos
De conformidad al art. 48 del Código Civil y Comercial, podrán ser inhabilitados los pródigos, es decir
aquellos a quienes, por la mala gestión de sus bienes, en el sentido de dilapidar, malgastar, expongan
el patrimonio familiar a que se vea menoscabado.
Cuyo procedimiento es el mismo que el de la declaración de capacidad restringida y el de incapidad.
El mencionado artículo define a la persona del pródigo como aquélla que padece una alteración
funcional permanente o prolongada, física o mental, que, en relación a su edad y medio social, implica
desventajas considerables para su integración familiar, social, educacional o laboral.
Lo que la ley pretende es justamente proteger al grupo familiar –es decir a las personas del cónyuge,
conviviente, hijos menores de edad o con discapacidad– de la pérdida del patrimonio, legitimando a
promover la inhabilitación al cónyuge, conviviente, ascendientes y descendientes.
En definitiva, para que proceda la inhabilitación se requiere: personas a quienes proteger y prodigalidad en la
gestión del patrimonio por parte de la persona que se pretende inhabilitar.

Efectos de la declaración

Declarada la inhabilitación, se restringe la capacidad jurídica de la persona, quien ya no podrá ejercer


libremente determinados actos por sí misma. Así, no podrá ejercer actos de disposición entre vivos, sí
los de última voluntad, y para aquéllos requerirá contar con un apoyo que lo asista. Además de estos
actos, el apoyo deberá asistir al inhabilitado en todos aquellos actos que hayan sido indicados por el
juez en su sentencia de inhabilitación.
La figura del apoyo es necesaria a fin de evitar que el inhabilitado realice actos de otorgamiento que
puedan perjudicar la integridad del patrimonio y perjudicar así a las personas del cónyuge, conviviente e
hijos menores o con discapacidad.
El juez, en la sentencia, deberá establecer las condiciones de validez de los actos y la modalidad de actuación del
apoyo, debiendo inscribirse esta sentencia en el Registro de Estado Civil y Capacidad de las Personas a fin de
resguardar a los terceros que contratan con la persona del inhabilitado.

Sub-Eje Temático 3: PERSONA JURÍDICA.


3.1 Persona Jurídica. Noción. Naturaleza jurídica. Concepción de la personalidad de las
personas jurídicas. Inoponibilidad de la personalidad jurídica. Clasificación.

Persona jurídica
Noción
El artículo 141 del Código Civil y Comercial precisa el concepto de persona jurídica. Dispone que “Son
personas jurídicas todos los entes a los cuales el ordenamiento jurídico les confiere aptitud para adquirir
derechos y contraer obligaciones para el cumplimiento de su objeto y los fines de su creación.”
Naturaleza Juridica

Existieron tres grandes posturas a lo largo de la historia que trataron de descifrar la naturaleza jurídica
de estos entes de existencia ideal; al respecto de las teorías existen distintas maneras de agruparlas.
Buteler Cáceres (2000), las clasifica o agrupa de la siguiente manera:
a. La teoría de la ficción: elaborada por Savigny, parte de la proposición de que el derecho subjetivo es
un poder que se sustenta en la voluntad moral, por lo tanto, la única persona que lo puede detentar es
la real, la persona física. Pero la realidad demuestra la necesidad de los hombres de actuar
conjuntamente y administrar bienes durante esa actuación, por lo tanto sólo pueden lograrlo a través de
la creación de un ente artificial, producto de la ficción, al que denomina “sujeto del derecho de bienes”;
sin embargo, este sujeto no tiene voluntad propia, por eso actúan por el mismo las personas físicas que
lo representan.
b. Las teorías negatorias de la personalidad jurídica: estas teorías parten de la base de que estos
sujetos que se unen para lograr sus objetivos no logran crear un sujeto distinto, por lo tanto ese sujeto
no existe; la base para lograr la protección de la ley ,es sólo que estos grupos persiguen fines de
acuerdo a la solidaridad social. Entre estas teorías se encuentran las de los patrimonios de afectación y
la de la propiedad colectiva.
c. Las teorías realistas: éstas reconocen que el sujeto creado por sus miembros conforma un ente
diferente. Estas teorías a su vez presentan diferentes posturas:
i). Las que se fundan en la voluntad: sostienen que la persona jurídica es un verdadero ente semejante
al organismo de las personas físicas, se basa en una fantasía que asimila biológicamente y
orgánicamente a las personas físicas y jurídicas. Este grupo a su vez tienen un subgrupo:
ii). La teoría del órgano: este es un concepto que se toma en la actualidad y reemplaza el concepto de la
representación de la persona jurídica por el del órgano de voluntad de la misma
iii). Las que se basan en los intereses: y sostienen que las personas jurídicas poseen un interés distinto
al de los miembros que las componen, entonces este ente representa la configuración jurídica legal de
ese interés
iv). La teoría de la institución: de Hauriou, quien sostiene que la persona jurídica es una institución, es
una idea de obra o de empresa que se realiza y dura jurídicamente en un medio social; para la
realización de esta idea, se organiza un poder que le procura los órganos necesarios. Por otra parte,
entre los miembros del grupo social interesado en la realización de la idea, se producen
manifestaciones de comunión dirigidas por órganos de poder y reglamentadas por procedimientos. El
elemento más importante de toda institución corporativa es la idea de la obra a realizar. Todo cuerpo
constituido lo es por la realización de una obra o de una empresa. La idea de la empresa es el objeto de
la empresa, porque la empresa tiene por objeto realizar la idea. El segundo elemento de toda institución
corporativa es un poder de gobierno organizado para la realización de la idea de la empresa, y que está
a su servicio. Y el tercer elemento de la institución corporativa, para Hauriou, es la "manifestación de
comunión" de los miembros del cuerpo y también de los órganos de gobierno, tanto en la idea de la
obra a realizar como en los medios a emplear.
Buteler Cáceres adhiere a la concepción realista, destacando que la persona jurídica es una realidad,
pero es tan sólo realidad-idea, realidad que vive en el mundo del pensamiento jurídico. Comienzo de la
existencia
La regla general, de acuerdo al art. 142 del código unificado, es que la existencia de la persona jurídica
privada comienza siempre desde su constitución, siendo la autorización legal para funcionar la
excepción a dicha regla.
De este modo, para que se reconozca la existencia del ente ideal, es necesario que el contrato
constitutivo se inscriba en el Registro de Personas Jurídicas; a partir de allí, los actos realizados se
tendrán como realizados por la sociedad.
El art. 169 del Código Civil y Comercial dispone que el acto constitutivo de la asociación civil debe ser otorgado
por instrumento público e inscripto en el registro correspondiente una vez otorgada la autorización estatal para
funcionar. Hasta la inscripción, se aplican las normas de la simple asociación.
Por su parte, el art. 187 del mismo cuerpo legal establece que la simple asociación se debe constituir
por instrumento público o por instrumento privado con firma certificada por escribano público. Al nombre
debe agregársele, antepuesto o pospuesto, el aditamento “simple asociación” o “asociación simple”.
Y el art. 195 estatuye que el acto constitutivo de la fundación debe ser suscripto por el o los fundadores
o apoderado con poder especial, si se lo hace por acto entre vivos, o por el autorizado por el juez del
sucesorio, si es por disposición de última voluntad. El instrumento debe ser presentado ante la
autoridad de contralor para su aprobación.
En consecuencia, frente a los diferentes tipos de personas jurídicas privadas que contempla el código, la forma de
constitución de dichas personas dependerá en cada caso del tipo de que se trate.

Clasificación

Las personas jurídicas se clasifican en públicas y privadas.


Personas Jurídicas Publica: Son aquellas que son titulares de poderes o prerrogativas publicas. Son el estado
nacional, las provincias, la ciudadad autónoma de buenos aires, los municipios, las entidades autárquicas como
las universidades, los estados extranjeros y la iglesia católica.
Personas jurídicas Privadas: Son aquellas que necesitan autorización para funcionar cuando no tienen fines de
lucros, pj las asociaciones, fundaciones. Y las que no necesitan autorizaciones para funcionar son las sociedades
civiles y comerciales.

Inoponibilidad de la personalidad jurídica.


Cuando el accionar de la persona jurídica esté destinada a la consecución de fines ajenos a la persona
jurídica o constituya un recurso para violar la ley, el orden público y la buena fe, o para frustrar derechos de
cualquier persona, procede la inoponibilidad de la persona jurídica, es decir que,en tales casos,la actuación
del ente se imputará directamente a los socios, asociados, miembros, controlantes directos e indirectos que
la hicieron posible, quienes responderán solidaria e ilimitadamente por los perjuicios causados (art. 144
CCCN).
Es decir que la inoponibilidad de la personalidad jurídicaopera enun doble sentido: a) la imputación
diferenciada, esto es, atribuye la actuación al miembro del ente en su propia persona;b) la limitación de la
responsabilidad, debiendo responder el miembro ilimitada y solidariamente por los daños causados.

Clasificación
Las personas jurídicas se clasifican en públicas y privadas.
La distinción de las personas jurídicas en públicas y privadas tiene gran interés práctico.
Lloveras de Resk(1995)entiendeque son personas jurídicas públicas aquellas que son titulares
de poderes o prerrogativas públicas. Mientras que son personas jurídicas privadas las que no
los poseen, lo cual determina que las personas públicas seanreguladasprincipalmente por el
derecho público, yque las personas jurídicas privadas lo sean por el derecho privado
respectivo, sobre todo en orden a su creación, organización y funcionamiento (Lloveras de
Resk, 1995, p. 302). Esta afirmación no importa desconocer que las personas jurídicas
públicas puedendesarrollar parte de su actividad en el ámbito del derecho privado y las
personas jurídicas privadas pueden hacerlo en el campo del derecho público, con lo cual cada
una de estas personas se regirá por la rama del derecho que corresponda a esa actividad.

Persona jurídica:
Carácter Publico

Estado nacional
Provincial
Municipal y ciudad autónoma de buenos aires
Entidades autárquicas
Estados extranjeros
Iglecia Catolica

Carácter privado

Los que requieren autorización para funcionar: fundaciones, asociaciones

Los que no requieren autorización para funcionar: sociedades comerciales y consorcio de propiedades

3.2 Atributos de las personas jurídicas. Noción. Nombre. Régimen legal. Domicilio y sede
social. Patrimonio. Capacidad de derecho.
Atributos de las personas jurídicas
Noción
La persona jurídica tiene su fundamento en la constitución, cuando dice que nos podemos asociar
libremente para desarrollar fines, en donde la ley autorize y reconoce a la persona jurídica como medio
técnico para las personas.
Hemos señalado que la persona jurídica tiene personalidad jurídica y que, por ende, posee atributos: el
nombre para individualizarse, el domicilio para determinar la ley aplicable y la jurisdicción donde puede
demandar o ser demandada, la capacidad siempre de derecho y limitada al objeto para el que se
constituyó y el patrimonio, a los fines del cumplimiento de sus fines.
Nombre.
Régimen legal
El nombre o razón social es un atributo de las personas jurídicas, toda vez que es necesario a los fines
de su individualización y designación que permita distinguirlas.
De acuerdo a lo normado en el art. 151 del Código, el nombre debe reunir los siguientes requisitos:
a) aditamento de la forma jurídica utilizada para que los terceros conozcan la naturaleza y extensión de
la responsabilidad, por ejemplo “SRL”, “SA”.
b) cumplir con los recaudos de veracidad, novedad y aptitud distintiva, ello así a los fines de que se
distingan entre las personas jurídicas.
c) no contener términos contrarios a la ley, el orden público o las buenas costumbres.
d) no inducir a error sobre la clase u objeto de la persona jurídica.
e) la inclusión en el nombre de la persona jurídica del nombre de personas humanas requiere la
conformidad de éstas, que se presume si son sus miembros.
Domicilio y sede social
El artículo 152 del Código Civil y Comercial regula el atributo domicilio.
En primer lugar, cabe distinguir entre domicilio y sede social. El término “domicilio” remite a la indicación
genérica de la ciudad, localidad o región donde se ha constituido la sociedad, mientras que el término
“sede” alude al lugar geográfico concreto (dirección) donde se ha instalado la persona jurídica. Por
ejemplo, Córdoba capital es el domicilio y Bv. San Juan 710 es la sede.
En el estatuto de las personas jurídicas deberá consignarse obligatoriamente el domicilio y la sede o
dirección, esto es, no sólo la ciudad o localidad sino también la calle, número y designación de la
unidad funcional si la hubiera.
Por otro lado, el precepto establece que la persona jurídica que posee muchos establecimientos o
sucursales tiene su domicilio especial en el lugar de dichos establecimientos, pero sólo para la
ejecución de las obligaciones allí contraídas.
Por último, prevé que, para el caso que se quiera cambiar el domicilio, debe modificarse el estatuto, y, si se
quiere cambiar la sede, puede ser resuelto por el órgano de administración.
Las notificaciones que se realicen en la sede inscripta de la persona jurídica serán vinculantes, aunque
ya no funcione allí, pues lo que se pretende es proteger los derechos de terceros que contraten con el
ente social.

Patrimonio

El patrimonio constituye un elemento esencial de la persona jurídica; es un atributo y,


consecuentemente, no se concibe la idea de persona jurídica sin patrimonio.
Es por ello que el artículo 154 del código de fondo estatuye: “la persona jurídica debe tener un
patrimonio”.
Así, el patrimonio comienza a formarse desde el mismo momento en que los socios se comprometen a
realizar aportes y es el conjunto de bienes de la persona jurídica con el cual la sociedad actúa y afronta
el pasivo que lo integra.
Este patrimonio no se confunde con el de los individuos que concurren a conformar el sustrato material de la
entidad.

Capacidad de derecho: a) Principio General b) Limitaciones

La capacidad vinculada a las personas jurídicas se refiere sólo a la capacidad de derecho o aptitud para
ser titular de derechos y deberes jurídicos y ejercer por sí o por otros los actos inherentes a los
derechos de los que se es titular. La noción de capacidad de obrar es absolutamente ajena, pues estos
sujetos de derechos siempre actuarán a través de sus órganos o representantes.
La regla general en materia de capacidad de las personas jurídicas es que tienen capacidad de derecho
para todos los actos y todos los derechos que no les estén expresamente prohibidos. Esta capacidad,
sin embargo, tiene sus limitaciones en razón del principio de especialidad y de la naturaleza de las
cosas.
a) El principio de la especialidad: significa que las personas jurídicas tienen capacidad para celebrar
aquellos actos inherentes a la finalidad para la que ha sido creadas, es decir en función de su objeto y
su fin. De tal modo, no pueden celebrar actos que nada tengan que ver son su objeto de creación, pero
ello no significa que no puedan ejecutar los que son convenientes o necesarios para la mejor
obtención de aquél. b) Limitaciones impuestas por la naturaleza de las cosas: las personas jurídicas no
pueden ser titulares, por ejemplo, de los derechos potestativos.

3.3 Representación. Noción. Régimen legal.


Representación
Noción. Régimen legal Las personas jurídicas desarrollan su actividad por medio de personas físicas
que actúan en su nombre y por su cuenta, de modo tal que su gestión es atribuida a la misma entidad.
Así, las personas jurídicas actúan a través de sus órganos, es decir aquellas personas autorizadas a
manifestar la voluntad del ente y a desarrollar la actividad jurídica necesaria para la consecución de sus
fines. El artículo 159 establece una pauta general a la cual debe adecuarse la conducta de los
administradores sociales, disponiendo que los administradores deben obrar con lealtad con la persona
que les encarga la función de administrar sus intereses y con diligencia, es decir con idoneidad, con
aptitud profesional para el exitoso desenvolvimiento de la clase de actividad que constituye el objeto
social.
El deber de obrar con lealtad tiene por fundamento la obligación de fidelidad del mandatario (art. 1324
CCCN), que se extiende a todos los casos de representación de intereses ajenos, y el deber de buena
fe (art. 9 CCCN). El administrador se debe conducir con la corrección de un hombre honrado, en
defensa de los intereses cuya administración se le ha confiado, por encima de cualquier otra
consideración, evitando obtener un beneficio particular a expensas de la persona jurídica. Tiene
prohibido contratar con ésta, salvo que se trate de contratos referidos a su actividad ordinaria y en las
mismas condiciones en que el ente lo hubiera hecho con terceros. Deberá abstenerse de intervenir en
la toma de decisiones en las que tenga un interés contrario a la persona jurídica y no podrá competir
con ella. (Roitman, 2006).
En efecto, el art. 159 menciona las siguientes reglas de conducta: 1) El administrador no puede perseguir ni
favorecer intereses contrarios a los de la persona jurídica. 2) Si, en determinada operación, los tuviera por sí o
por interpósita persona, debe hacerlo saber a los demás miembros del órgano de administración o en su caso al
órgano de gobierno, y abstenerse de cualquier intervención relacionada con dicha operación. En estos supuestos
se encuentra comprometido el deber de lealtad, más allá de que se puedan incorporar situaciones no
contempladas normativamente. El deber del administrador de actuar con diligencia debe examinarse según las
circunstancias de las personas, el tiempo y el lugar, debiendo tenerse en cuenta los siguientes aspectos: 1) La
dimensión de la sociedad. 2) El objeto social. 3) Las funciones genéricas que le incumben y las específicas que le
hubieran confiado. 4) Las circunstancias en que debió actuar. 5) La aptitud que es común encontrar en personas
que administran negocios similares.

3.4 Responsabilidad civil.


Responsabilidad contractual y extracontractual
La persona jurídica desarrolla su actividad atravez de la persona fisicia, puede ser el administrador,
socio, gerente y la responsabilidad será civil ( responsabilidad para el cumplimiento de las obligaciones
contractuales) por lo que podrá ser demandada a la persona jurídica dependiendo de la responsabilidad
que tenga, solidaria o no. A responder por el daño material o moral por el incumplimiento obligacional,
no tienen responsabilidad penal..
Así, los administradores y representantes de la persona jurídica son responsables ilimitada y
solidariamente frente a la persona jurídica, sus miembros y terceros, por los daños causados por su
culpa en el ejercicio o con ocasión de sus funciones (arts. 160 y 1763 del CCCN).
Responderán ilimitadamente con todo su patrimonio por los daños que produzcan a la persona jurídica,
pues quien causa un daño debe repararlo, y solidariamente entre los administradores que faltaren a sus
obligaciones de lealtad y diligencia en los casos de administración plural. Para que surja la
responsabilidad, es necesario que hayan ocasionado un daño causado ya sea por dolo o culpa, en el
ejercicio o con ocasión de sus funciones.
Por último, debemos señalar que la responsabilidad de los administradores respecto a la persona jurídica es de
naturaleza contractual, y es extracontractual respecto de los terceros. (Rivera y Medina, 2014).
Sub-Eje Temático 4: EL OBJETO DE LA RELACIÓN JURÍDICA PRIVADA:
4.1 Concepto de bienes y cosas
El objeto
El objeto de la relación jurídica
Puesto que las relaciones jurídicas y los derechos subjetivos que ellas contienen son de diferente naturaleza,
el objeto variará según la clase de relación y de derecho subjetivo de que se trate.
Así, en las relaciones que tienen por contenido los derechos personalísimos o los derechos humanos, el
objeto está dado por las diversas manifestaciones o proyecciones que integran la personalidad de la persona
física, como su honor, libertad, integridad física o espiritual; en las que tienen por contenido los derechos
subjetivos potestativos, el objeto está dado por el conjunto de deberes y prerrogativas de los padres para la
educación y pleno desarrollo de la personalidad de sus hijos. En las que tienen por contenido los derechos
reales, el objeto es la cosa, objeto material susceptible de valor, sobre las que se ejercen las facultades o
prerrogativas del titular.
Por otro lado, en las relaciones jurídicas que recaen sobre derechos personales o de crédito, el objeto se
proyecta sobre la conducta del deudor, denominada prestación y por último, en los derechos intelectuales el
objeto es la obra científica, literaria o artística, la expresión de ideas, procedimientos, es decir, el producto
del intelecto humano. En una palabra, objeto de las relaciones jurídicas puede ser: cosas, hechos u objetos
inmateriales
Definición de bienes y cosas 79

De la lectura de los fundamentos del anteproyecto del Código Civil y Comercial de la Nación se sigue que se
identifica a los bienes con la valoración económica.
Se explica allí que, para este fin, no es determinante si son materiales (cosas) o inmateriales, porque lo que
interesa es que tengan valor, y este elemento es económico y no afectivo. Así, la noción de bien está
estrechamente vinculada al enfoque económico y, por lo tanto, no podría aplicarse a los bienes ambientales,
o al cuerpo, o partes del cadáver.
En relación a las cosas, se las define como los objetos materiales susceptibles de tener un valor. Desde el
punto de vista físico, cosa es todo lo que existe; no sólo los objetos que pueden ser propiedad del hombre,
sino también todo lo que en la naturaleza escapa a esta apropiación exclusiva: el mar, el aire, el sol, etc.
Desde el punto de vista jurídico, esta noción se ha circunscripto para no abarcar toda la materialidad ni la
utilidad, y por ello “debemos limitar la extensión de esta palabra a todo lo que tiene un valor entre los
bienes de los particulares”.
El artículo 16 del código único prevé que los derechos individuales pueden recaer sobre bienes susceptibles
de valor económico. Los bienes materiales se llaman cosas y las disposiciones referentes a las cosas son
aplicables a la energía y a las fuerzas naturales susceptibles de ser puestas al servicio del hombre

. Distintas clasificaciones.
El Código Civil y Comercial contiene varias clasificaciones de las cosas consideradas en sí mismas:
a) muebles e inmuebles;
b) cosas divisibles e indivisibles;
c) cosas principales y accesorias;
d) cosas consumibles y no consumibles; 80
e) cosas fungibles y no fungibles. La importancia de estas clasificaciones radica en que, según el estatuto que
reciba la cosa, el régimen jurídico que se le aplique variará.
Así por ejemplo, la distinción entre muebles e inmuebles tiene importancia desde diferentes aspectos:
a) Por un lado, la determinación de la ley aplicable. Las cosas inmuebles se rigen por la ley del lugar de su
situación (art. 2663 del CCCN), mientras que las cosas muebles se rigen por el domicilio del demandado si se
trata de las cosas que lleva consigo o son de uso personal, o bien por el lugar de situación de los bienes (arts.
2665 y 2666 del CCCN). b) También tiene incidencia en relación al régimen de prescripción adquisitiva, que
es un modo de adquirir el dominio por la continuación de la posesión en forma pública, pacífica, continua e
ininterrumpida durante el tiempo que establece la ley. Así, las cosas inmuebles se adquieren por la posesión
continua de diez años cuando ésta es con justo título y buena fe (art. 1898 CCCN) o bien, veinte años sin
necesidad de título y buena fe por parte del poseedor (art. 1899 CCCN). Ahora bien, el dominio sobre cosa
mueble se adquiere por la simple posesión de buena fe, salvo que se trate de cosas muebles hurtadas o
perdidas, en cuyo caso el dominio se adquiere por la posesión continua y de buena fe de dos años (art.
1898). Si no hay justo título y buena fe y se trata de una cosa mueble registrable, se adquiere si se posee
durante diez años (art. 1899). c) Asimismo, esta clasificación influye en los derechos reales. Así por ejemplo,
el derecho real de propiedad horizontal sólo puede recaer sobre inmuebles (art. 2037), tal como el derecho
de superficie (art. 2114) y el de hipoteca (art. 2205). En tanto, el derecho real de prensa sólo puede recaer
sobre cosas muebles no registrables o créditos instrumentados (art. 2219).
En relación a la división de cosas fungibles y no fungibles, habrá contratos como el de locación, en virtud del
cual se entrega a otra persona el uso y goce temporario de una cosa a cambio del pago de un precio en
dinero (art. 1187); el alquiler o arrendamiento deberá recaer sobre una cosa no fungible, es decir sobre una
cosa que conserve su individualidad, pues la persona que recibe una cosa para usarla 81

estará obligada al término del contrato a restituir la misma cosa que le fue entregada y no otra. Lo mismo
sucede en el comodato, acerca del cual, el art. 1533 expresamente establece “hay comodato si una parte se
obliga a entregar a otra una cosa no fungible, mueble o inmueble, para que se sirva gratuitamente de ella y
restituya la misma cosa recibida”.
Mientras que el contrato de mutuo, por ejemplo, sólo puede recaer sobre cosas fungibles, pues el mutuario,
al término del contrato, no estará obligado a devolver lo mismo que recibió sino igual cantidad de cosas de
la misma calidad y especie (art. 1525).
La distinción entre cosas consumibles y no consumibles tiene importancia debido a que determinados
contratos sólo pueden tener por objeto a las primeras y otros únicamente a las segundas, como el mutuo y
el comodato, respectivamente. Además, la distinción es importante en materia de derechos reales, pues el
usufructo sólo puede recaer sobre cosas no consumibles, puesto que el usufructuario y el usuario pueden
usar y gozar de la cosa ajena sin alterar su sustancia.
La clasificación entre cosas divisibles y no divisibles tiene importancia pues, al dividirse un condominio o la
partición de una herencia, sólo las cosas divisibles pueden ser objeto de partición en especie.

Criterios de distinción

El Código Civil y Comercial realiza una clasificación de las cosas: a) Cosas consideradas en sí mismas; distingue
inmuebles y muebles, cosas fungibles y no fungibles, cosas principales y accesorias, cosas consumibles y no
consumibles, frutos y productos, entre otros. b) Bienes con relación a las personas; distingue los bienes
pertenecientes al dominio público, al dominio privado del Estado y los bienes de los particulares. c) Bienes con
relación a los derechos de incidencia colectiva; relativizando los derechos individuales en función de la protección
de los derechos de incidencia colectiva.
Inmuebles y muebles.

Distintas clases.
Inmuebles y muebles. Distintas clases.
La determinación que la ley le da a estos pasa por la ley que se le va a aplicar. Cuando se habla de
cosas inmuebles se rige por la ley del lugar donde esta la cosa. Esta aferrada al suelo, no se
translada.
Cuando se habla de cosa mueble se rige por el domicilio del demandado. Tiene insidencia en una
prescripción adquisitiva
art. 225:Inmuebles por su naturaleza. Son inmuebles por su naturaleza el suelo, las cosas
incorporadas a él de una manera orgánica y las que se encuentran bajo el suelo
sin el hecho del hombre
Los muebles forman un todo con el inmueble y no pueden ser objeto de un derecho separado sin la
voluntad”,
Art.227: “Cosas muebles. Son cosas muebleslas que pueden desplazarse por sí
mismas o por una fuerza externa
.
Cosas divisibles y no divisibles.
Art. 228: Cosas divisibles. Son cosas divisibles las que pueden ser divididas en porciones reales sin
ser destruidas, cada de las cuales forma un todo homogéneo y análogo tanto a las otras partes
como a la cosa misma.
Para que una cosa sea divisible deben darse los siguientes presupuestos:
Que la cosa pueda dividirse de hecho.
Que las cosas obtenidas formen un todo homogéneo.
Que sean análogas a las demás partes y a toda la cosa.
las cosas no podrán ser divididas,aunque se den todos los requisitos desarrollados anteriormente, si
su división convierte en antieconómico su uso.
Indivisible: Pierde su valor si se divide.

Cosas consumibles y no consumibles.


Art 231 Cosas consumibles. Son cosas consumibles aquellas cuya existencia termina con el primer
uso. Son cosas no consumibles las que no dejan de existir por el primer uso que de ellas se hace,
aunque sean susceptibles de consumirse o deteriorarse después de algún tiempo.

Frutos y productos.

Dispone el art. 233:


Frutos y productos. Frutos son los objetos que un bien produce, de modo renovable, sin que se
altere o disminuya su sustancia.
Frutos naturales son las producciones espontáneas de la naturaleza. Ej.: cria de ganado, leche de
los animales.
Frutos industriales son los que se producen por la industria del hombre o la cultura de la tierra.
como ser la sojaoel trigo que se obtienende una cosecha.
Frutos civiles son las rentas que la cosa produce. como el alquiler de un inmueble.
Productos son los objetos no renovables que separados o sacados de la cosa alteran o disminuyen
su sustancia. Los frutos naturales o industriales y los productos forman un todo con la cosa, si no
son separados.
los productos no son accesorios de la cosa,pero,una vez separados,adquieren existencia propia e
independiente y deben ser considerados cosas principales.
4.2 El patrimonio. Definición. Caracteres. Vivienda. Concepto.Régimen de afectación: presupuestos fácticos.

El patrimonio. Definición. Caracteres.


El patrimonio constituyeuna unidad jurídica compuesta por elementos singulares que lo integran,
los cuales pueden ingresar o egresar, aumentar o disminuir o aun ser nulos, sin que el patrimonio
deje de ser tal.
El patrimonio como universalidad jurídica está integrado por los bienes materiales (cosas),
inmateriales (prestaciones, derechos) y por las relaciones jurídicas y derechos que se ejercen
sobre ellos, existiendo acuerdo en que integran la categoría de derechos patrimoniales: los
derechos crediticios, reales, y de propiedadintelectual (Rivera y Medina, 2014).
El patrimonio, conjunto de bienes susceptibles de valoración económica del que es titular
la persona, junto conlas cargas que lo gravan, responde al concepto de patrimonio general, al
que se contrapone el de los patrimonios especiales, conjunto de bienes afectados a un fin
determinado y sometidos a un régimen especial.
El patrimonio generalpresenta los siguientes caracteres:
Es único e indivisible: la persona no puede ser titular de más de un patrimonio
general.
Es inalienable e intransmisible: no puede ser enajenado ni transmitido en su
totalidad como unidad.
Es idéntico a símismo: las variaciones en los elementos singulares que lo componen
no alteran al patrimonio como unidad o universalidad jurídica.
Por otro lado, los patrimonios especiales son conjuntos de bienes que están
afectados a un fin determinado y sujetos a un especial régimen legal. En cuanto a sus
caracteres, podemos decir:
Su existencia depende de la ley, está sujeto a un régimen legal especial.

Vivienda. Concepto.
Vivienda esta en el art 14 bis de la constitución nacional como un derecho a la dignidad de la
persona la nueva ley 14.394(ley de bien de familia). Las modificaciones son importantes, en tanto:
(a) se autoriza la constitución del bien de familia a favor del titular del dominio sin familia,
atendiendo a la situación, cada vez más frecuente, de la persona que vive sola; se permite que el
bien de familia sea constituido por todos los condóminos, aunque no sean parientes ni cónyuges;
(b) la afectación también puede ser decidida por el juez, a petición de parte, en la resolución que
atribuye la vivienda en el juicio de divorcio o en el que resuelve las cuestiones relativas a la
conclusión de la convivencia, si hay beneficiarios incapaces o con capacidad restringida; c) se
amplía la lista de los beneficiarios al conviviente; (d) se prevé expresamente la subrogación real,
reclamada por la doctrina y recogida en diversos pronunciamientos judiciales, que permite adquirir
una nueva vivienda y mantener la afectación, así como extender la protección a la indemnización
que provenga del seguro o de la expropiación; (e) se resuelven problemas discutidos en la doctrina,
los cuales son: la situación de la quiebra, adoptándose el criterio según el cual el activo liquidado
pertenece sólo a los acreedores anteriores a la afectación, y si hay remanente se entrega al
propietario; la admisión de la retroprioridad registral, en tanto se remite a las normas de la ley
registral que así lo autorizan; la inoponibilidad a los créditos por expensas en la propiedad
horizontal y a los créditos alimentarios, etcétera.
Fundamentos del anteproyecto del CCCN
El régimen legal de protección de la vivienda, regulado en el art. 244 del CCCN, tiene un alcance
amplio, pues no sólo protege la vivienda donde reside la familia, sino también la persona individual.
La característica fundamental de este régimen es que,una vez afectada la vivienda e inscripta en el
Registro de la Propiedad, la misma se torna inembargable e inejecutable por deudas que contraiga
su titular, aun en caso de concurso o quiebra e independientemente de cuál sea la causa de la
obligación, si ésta es posterior a la afectación.
Régimen de afectación: presupuestos fácticos.
De acuerdo al art. 244 del código unificado, puede afectarse un inmueble destinado a
vivienda por su totalidad o hasta una parte de su valor. Es decirque la leypermite una
protección parcial a quien posee un inmueble de gran valor, lo que,por un lado,asegura la
vivienda y,por otro, evita el abuso que significa proteger la vida lujosa del deudor mientras su
acreedor no puede cobrar lo que es legítimamente debido.
Por otro lado, tampoco puede afectarse más de un inmueble, por lo que,si alguien es
propietario único de dos o más inmuebles, debe optar por la subsistencia de uno solo dentro
del plazo que fije la autoridad de aplicación, su pena de considerar afectado el constituido en
primer término.
Inscripción en el registro de la propiedad
La afectación del inmueble al régimen de vivienda debe inscribirse en el registro de la propiedad
inmueble para su adecuada publicidad frente a terceros. Asimismo, la inscripción produce el efecto de
prioridad temporal de la afectación, la que se rige por las normas contenidas en la ley nacional del
registro inmobiliario (ley 17.801); de esta manera se permite la retroactividad de la registración a través
del sistema de reserva de prioridad regulado en dicha normativa.
Legitimados
Según el art. 245 del CCCN, la afectación de la vivienda puede constituirse:
a) Por actos entre vivos. En este caso se requiere ser titular dominical o, si hay condominio, la solicitud
debe ser efectuada por todos los cotitulares.
b) Mortis causa. Se prevé que la constitución puede hacerse por actos de última voluntad y, aunque el
Código no lo diga, el único acto por el que podría hacerse la afectación es a través de testamento. En
este caso, el juez debe ordenar la inscripción a pedido de cualquiera de los beneficiarios, del Ministerio
Público o de oficio en el caso de que hubiere incapaces o personas con capacidad restringida.
c) Constitución judicial. Finalmente, se prevé que la afectación pueda ser decidida por el juez, a petición
de parte, en la resolución que atribuye la vivienda en el juicio de divorcio o que resuelve las cuestiones
relativas a la conclusión de la convivencia, si hay beneficiarios incapaces o con capacidad restringida.
Beneficiarios
Según el art. 246 del CCCN, son beneficiarios del régimen las siguientes personas: a) El constituyente
b) Su cónyuge c) Su conviviente d) Los ascendientes o descendientes del constituyente e) En caso de
que el constituyente no tenga cónyuge, conviviente, ascendientes, ni descendientes, pueden ser
beneficiarios los parientes colaterales del constituyente siempre que convivan con él.
Desafectación y cancelación de la inscripción.
La desafectación y cancelación de la inscripción
a) A solicitud del constituyente; si está casado o en unión convivencia inscripta, se requiere el
asentimiento del cónyuge o del conviviente; si éste se opone, falta, es incapaz o tiene capacidad
restringida, la desafectación debe ser autorizada vía judicial.
b) A solicitud de la mayoría de los herederos, si la constitución se dispuso por acto de última voluntad.
Ahora bien, en los casos que exista cónyuge supérstite o conviviente, o beneficiarios incapaces o con
capacidad restringida, el juez resolverá lo que estime más conveniente.
c) A instancia de cualquier interesado o de oficio, si no subsisten los recaudos previstos o fallecen el
constituyente y todos los beneficiarios.
d) En caso de expropiación, reivindicación o ejecución autorizada.

Desafectada y cancelada la inscripción registral, la vivienda dejará de gozar de los beneficios que
concede el régimen estudiado y, por lo tanto, la misma será ejecutable y embargable.

Sub-Eje Temático 5: LA CAUSA FUENTE DEL ACTO JURÍDICO:


5.1 Hecho jurídico. Concepto.
SUBEJE TEMATICO 5: LA CAUSA FUENTE DEL ACTO JURÍDICO
Hecho jurídico. Concepto.
Definiciónde causa eficiente de los derechos
Además de las ideas cardinales de sujeto y objeto de las relaciones jurídicas, tenemos
también otra noción cuya importancia procuraremos destacar: la causa eficiente, en virtud
de la cual las relaciones jurídicas nacen, se modifican, transforman, transmiten o extinguen.
Los hechos jurídicos son todos los acontecimientos que,según el ordenamiento jurídico, producen el
nacimiento, modificación o extinción de relaciones o situaciones jurídicas
(art. 257 CCCN).
Cuando nos referimos a los hechos jurídicos como causa eficiente, debe entenderse que el suceso o
acontecimientoestá previsto de antemano por la ley,para que,según las circunstancias y siempre
que se reúnan los requisitos que impone una determinada norma, produzca efectos jurídicos.
Por ejemplo,elnacimiento con vida es causa eficiente porque,luego de que se produce,el ser
humano adquiere automáticamente,con carácter definitivo e irrevocable,la personalidad
jurídica.
En el Código Civily Comercial se encuentran regulados en el Título IV del Libro I,Parte
General; en este título se trata con gran extensión la teoría de los hechos y actos jurídicos.
Los hechos jurídicos se clasifican en hechos externos o naturales y hechos
humanos.Los primeros son aquellos en los que no interviene para nada la conducta
humana, como el nacimiento, la muerte, la destrucción natural de una cosa, el derrumbe de
un edificio por un terremoto, etc. Estos,si bien son hechos en los que no intervino la voluntad
del hombre, son jurídicos en tanto producenconsecuencias para el derecho.
Los hechos jurídicos humanos son voluntarios o involuntarios.Se considera
que son voluntarios si son realizados con discernimiento (capacidad general de razonar, de
conocer,que aumenta a medida que el sujeto crece o madura), intención (la posibilidad de
dirigir la voluntad hacia lo querido o deseado sobre la base del discernimiento) y libertad (la
posibilidad de movimiento,libertad física, y la posibilidad de decidir sin presión externa,
libertad moral). Los hechos involuntarios,son losejecutados sin discernimiento o sin intención
o sin libertad y no producen obligaciones salvo que causaran daño en otro y se enriqueciera
con ello el autor del hecho; la obligación se producirá según la medida de ese enriquecimiento.
Los hechos voluntarios,a su vez,se dividen en lícitos e ilícitos, según sean
conformes o contrarios a la ley. Los hechos voluntarios ilícitos pueden ser: delitos (se supone
la intención de causar un daño) o cuasidelitos (se causa el daño aunque no haya habido
intención;es por culpa: imprudencia, negligencia o impericia),y los lícitos son los actos
jurídicos ypueden serlos simples actos lícitos.
Diferencia entre simple acto lícito y acto jurídico
El artículo 258 del código único define al simple acto lícito“como la acción
Voluntaria no prohibida por la ley, de la que resulta alguna adquisición, modificación o
extinción de relaciones o situaciones jurídicas” Art. 258; mientras que el art. 259 del mismo
cuerpo legal brinda el concepto de acto jurídicoy refiere que “es el acto voluntario lícito que
tiene por fin inmediato la adquisición, modificación o extinción de relaciones o situaciones
jurídicas.”20
Así las cosas,la principal diferencia entre ambos es que el simple acto lícito no tienepor
fin inmediato crear, modificar o extinguir relaciones o situaciones jurídicas, sino que,por el
contrario, carece de este fin inmediato y sus efectos jurídicos se darán prescindiendo de la
voluntad del agente y por la simplecircunstancia de haberse colocadoen la situación prevista
por la norma como supuesto de hecho. Por ejemplo,el que hace reparaciones urgentes en la
propiedad de un amigo ausente no tiene en miras (o sea, no tienepor fin inmediato)entablar
una relación jurídica (el arreglo de una casa), sino simplemente prevenir un perjuicio
patrimonial al amigo ausente. La ley es entonces la que establece,más allá de la intención de
esta persona,que el beneficiado por esa reparación debe indemnizar al amigo benefactor y
dentro de la medida del beneficio que obtuvo por los gastos hechos por su amigo.
Por su parte, los actos jurídicostienen por fin inmediato adquirir, modificar, extinguir
relaciones o situaciones jurídicas. Es decirqueel acto jurídico es el acto de autonomía
privadamediante el cual simplemente se persigue un fin práctico autorizado por el
ordenamiento.
Ahora bien,¿para qué determinar la distinción entre actos jurídicos y simples actos lícitos? Ello así, por
el régimen aplicable. En efecto, si estamos frente a una categoría como la de los simples actos
lícitos, que producirá efectos por designio legal y con independencia del querer del sujeto, no serían
entonces aplicables las normas del Código en materia de elementos, vicios e ineficacia de los actos
jurídicos,quedando cada acto regido por lo que se disponga en cada hipótesis. Esto nos lleva a
señalar otra distinción entre el acto jurídico y el simple acto lícito: el primero siempre es voluntario,
mientras que el segundo es indiferente que lo sea, requiriéndose cuanto mucho que el sujeto
cuente con discernimiento.
(Rivera y Medina, 2014).
Hechos jurídicos
Hechos: 1- naturales o externos. Por ej.: muerte, nacimiento, destrucción total de una cosa
2- Hechos humanos a) Actos voluntarios -Simple acto lícito (art. 258)
- Acto jurídico (art. 259)
b) Actos involuntarios (art. 261)

Hechos Juridicos (art 257)


Hechos Naturales o externos . Ej: muerte, nacimiento, destruccion total de una cosa

Hechos Humanos: Actos Voluntarios (art260) Simple Acto licito (art 258)
Acto Juridico (art 259)

Actos Involuntarios (art 261)


5.2 Voluntad jurídica. Concepto. El discernimiento. Concepto. Causas obstativas del
discernimiento. La intención. Concepto. La libertad. Concepto. Elemento externo. Vicios de los
actos voluntarios. El error. Noción. Error de hecho. Concepto. Caracteres. Clases de error.
Efectos. El dolo. Dolo esencial e incidental. Efectos. La violencia. Noción. Clases. Efectos.
Voluntad
jurídica. Concepto.
La voluntad individual apreciada en el mundo de las relaciones jurídicas juega un papel
fundamental.
Así, ButelerCáceres (2000) explica que,si partimos de los atributos de las personas
y,dentro de ello, de la capacidad, se advierte que la voluntad o la aptitud de voluntad es el
presupuesto primario, indispensable de la capacidad de hecho.
Asimismo, señala que,si se tiene en cuenta el domicilio, dentro de éste se encuentra el
real o voluntario, el que se constituye por la voluntad soberana de una persona capaz, en
cuanto esté materializada de un modo concreto.
En relación a los contratos, hay contrato cuando dos o más partes manifiestan su
consentimiento para crear, regular, modificar, transferir o extinguir relaciones jurídicas
patrimoniales (art. 957 CCCN).
En definitiva, lo que quiere poner de manifiesto el mencionado autor es que la voluntad
individual,mirada en sí misma y a través de su ejercicio efectivo, a través de su declaración y
condicionada de antemano por la ley, es el factor predominante destinado a reglar las
relaciones jurídicas de carácter privado.
Enunciación de los elementos internos y externos
El artículo 260 del Código Civil y Comercial prevé “Acto voluntario. El acto voluntario
es el ejecutado con discernimiento, intención y libertad, que se manifiesta por un hecho
exterior”.
Los actos voluntariosson aquellos ejecutados con discernimiento, intención y
libertad, presupuestos estos que integran el elemento moral o interno del acto voluntario,
además del elemento material o externo,que es lamanifestación de la voluntad.
Cada elemento interno, comose verá, puede verse obstado por determinadas circunstancias
como la minoridad, la declaración de incapacidad o vicios, oel error, dolooviolencia, que
afectarán a uno o varios de esos elementos,ocasionandola involuntariedad del acto.

Elemento de voluntad jurídica


Interno: Discernimiento, intención, libertad
Externo: Manifestacion de la voluntd

El discernimiento. Concepto.
Elementos Internos. El discernimiento
El discernimiento se refiere a la aptitud general de conocer, es decir, ala madurez
intelectual para razonar, comprender y valorar el acto y sus consecuencias. Se trata,en
definitiva, de tener una conciencia cabal de nuestras propias acciones, de su conveniencia e
inconveniencia, de su bondad o maldad, de su licitud o ilicitud(Buteler Cáceres, 2000).
Esta aptitud depende del grado de madurez que se haya alcanzado y puede faltar por la edad
o por cuestionesde salud mental.
El discernimiento debe ser distinguido de la capacidad pues,en tanto el primero es una
cualidad o aptitud natural del sujeto de conocer, razonar y comprender,la capacidad es la
cualidad o aptitud jurídica de obrar, de ejercer actos válidos. En una palabra, se puede tener
discernimiento y ser sin embargo incapaz, como c los menores mayores de diez años
que,conforme la ley (art. 261, inc. “b”del CCCN),poseen discernimiento para ejecutar actos
ilícitos y por ende son responsables de sus consecuencias, y sin embargo son incapaces de
obrar, por lo que nopueden celebrar actos jurídicos válidos por sí mismos (Tagle, 2002).
Causas obstativas del discernimiento.
El artículo 261 del código único reza
Acto involuntario. Es involuntario por falta de discernimiento:
a) el acto de quien, al momento de realizarlo, está privado de la razón;
b) el acto ilícito de la persona menor de edad que no hay cumplido diez años;
c) el acto lícito de la persona menor de edad que no ha cumplido trece años, sin
perjuicio de lo establecido en disposiciones especiales. Art. 261
Tal como hemos señalado anteriormente, el discernimiento es uno de los elementos
necesariospara que exista voluntad jurídica, por lo que la ausenciade ésteconlleva la
involuntariedad del acto.
La falta de discernimiento determina la falta de aptitud del sujeto para hacer uso de la
autonomía privada y no se produce a raíz de vicio alguno sino por una circunstancia inherente
a la aptitud intelectual general del sujeto.
Las causas que obstan el discernimientopueden agruparseen dos grandes grupos:
aquellas que presuponen un desenvolvimiento insuficiente de la inteligencia (minoridad, en
tanto inmadurez;puntos “b”y “c”) y las que importan considerar que el sujeto no estaba en
pleno uso de sus facultades intelectuales al realizar el acto (privación de la razón, punto “a”).
Respecto a la privación de razón, ésta puede ser de dos clases según la falta de razón
refleje alguna clase de patología más o menos permanente o bien un oscurecimiento del
intelecto temporal o accidental y sólo relacionado con el acto en cuestión; circunstancias que
incidirán en los extremos a acreditar en un eventual juicio y, todo ello, debiendo tener en
cuenta los alcances concretos de la inhabilidad del sujeto en caso de que hubiera sido objeto
de una declaración (Rivera y Medina, 2014).
En relación a la edad, debe señalarse que,de acuerdo alsistema que adopta el Código
Civil y Comercial, según el cual se presume, sin admitir prueba en contrario, que las personas
obran con discernimiento a partir de determinadas edades, éstas deben ser capaces de
distinguir entre actos lícitos y actos ilícitos.
En el caso de actos ilícitos, la ley ha entendido que el ser humano capta antes la
noción de lo bueno y de lo malo que la apreciación de lo que para él puede ser conveniente o
inconveniente y,por ello, presume,sin admitir prueba en contrario, que los menores mayores
de diez años tienen discernimiento para ejecutar actos ilícitos y por ende habrán de
responder por sus consecuencias, es decir que responderán civilmente con su propio
patrimonio.Esto, sin perjuicio de la responsabilidad de los padres y del derecho de repetición
que,en razón de este discernimiento, estos tienen contra sus hijos (art. 1754 CCCN).
En cambio, respecto de los actos lícitos,la ley considera que se tiene discernimiento
desde los trece años, pero no para todos losactos, sino sólo para que aquellos que la ley
expresamente les permite realizar,como ser: la persona adolescente de entre trece y dieciséis
años puede tomar decisiones respecto de aquellos tratamientos que no resultan invasivos;a
partir de los dieciséisaños,el adolescente puede tomar decisiones sobre el cuidado del propio
cuerpo (art. 26 CCCN);puede ejercer profesión si ha obtenido título habilitante aunque sea
menor de edad (art. 30 CCCN).
La intención. Concepto.
Se ha definido la intencióncomo el discernimiento aplicado al acto concreto de que se
trata. Es representarse los motivos determinantes de la acción y tener conocimiento concreto
del estado de casos (Buteler Cáceres, 2000).
Aun cuando haya discernimiento, puede faltar laintención. Ya veremos,más adelante, que
pueden concurrir vicios como el error o la ignorancia o bien el dolo y en ese caso faltará la
intención. Pero,a la inversa, la intención presupone siempre el discernimiento, ya que no se
puede concebir intención sin discernimiento (Buteler Cáceres, 2000).
En una palabra, es la conciencia plena y cabal del acto de los alcances de un acto
determinado.

La libertad. Concepto. Elemento externo. Vicios de los actos voluntarios.

La libertad consiste en el imperio de sí, en la posibilidad de elección sin coacción, en la


determinación propia, la independencia de la voluntad. Consiste en la posibilidad de elegir
entre distintas opciones sin presiones de ninguna naturaleza.
Este concepto comprende dos aspectos: la libertad física y la libertad moral o libre albedrío.
Así, la libertad moral es la espontaneidad en la determinación adoptada por la persona, sin
ningún influjo extraño que pueda torcerla o desvirtuarla.
La libertad física es el poder material de hacer lo que de antemano se ha resuelto hacer, o
bien, abstenerse de hacer lo que de antemano se ha resuelto no hacer.

Elemento externo

La manifestación de la voluntad. Nocion


Tal como hemos señalado anteriormente, la voluntad jurídica debe manifestarse a
través de un hecho exterior. Esta exigencia luce razonable, dado que, de no existir alguna
exteriorización, el mero suceso interno no puede ser valorado por el ordenamiento. Es decir
que una voluntad no manifestada no es de interés para el derecho, ya que, sin exteriorización,
no sólo no puede haberhecho voluntario, sino tampoco involuntario: a los efectos legales, en
amboscasos no habría modificación alguna susceptible de ser aprehendida por elderecho
(Rivera y Medina, 2014).
Ahora debemos preguntarnos: ¿qué sucede en aquellos casos en los que
lavoluntad interna no coincide con la declarada?
Es importante, como se ha sostenido anteriormente, que los elementos internos y el
elemento externo se sumen para lograr efectos en el mundo delderecho. Sin embargo, puede
haber falta de coincidencia; por ejemplo, cuandose expresa algo que no se tiene la intención
de expresar, algo diferente a lo querido. En estos casos se plantean cuestiones relativas a la
posibilidad de que esos actos sean válidos y, además, a los criterios de interpretación que se
debenutilizar para determinar qué es lo correcto, si lo que se quiso o lo que semanifestó.
Respecto de este dilema se han planteado teorías que trataron dedar respuesta y que son
explicadas con gran claridad por Tagle (2002).
Señala la mencionada autora que, en la doctrina jurídica moderna, el problemade la
divergencia es resuelto por dos teorías opuestas: la teoría de la voluntad yla teoría de la
declaración.
La teoría de la voluntad, también conocida como teoría francesa,expuesta
originariamente por el alemán Savigny, considera que el efecto jurídico se produce
por consecuencia de la voluntad interna y no por ladeclaración que de ella se hace. Es
decir que, para este teoría, elelemento importante es el elemento interno o voluntad
real, en tantoque la declaración o elemento externo no es más que el medio de dar
aconocer la voluntad real, por lo que, en caso de divergencia, debe darse preeminencia
a la intención efectiva del agente.
Por otro lado, la teoría de la declaración, o teoría alemana, sostiene que la voluntad
interna carece de relevancia jurídica puesto que no es conocida por el derecho sino a
través de sus manifestaciones exteriores,por lo que sólo la declaración de voluntad
tiene valor y merece respeto.
En otro orden de ideas se encuentran las teorías intermedias, que advierten que,
llevadas a sus extremos, la teoría de la voluntad real y la de la declaración resultan
inaceptables; la primera porque protege exclusivamente el interés del autor de la
declaración, dándole la posibilidad de impugnarla cuando no coincide con la voluntad
interna, lo que atenta contra la seguridad jurídica. La segunda, a la inversa, lesión ael
principio de autonomía de la voluntad sobre el que se construye todala teoría del acto
jurídico.
De tal modo, las teorías intermedias, partiendo de uno u otro punto, elaboran soluciones
que combinan la necesidad de respetar la real intención de las partes con la seguridad y
confianza que deben prevalecer en las relaciones jurídicas. Así, la teoría de la
responsabilidad considera que debe respetarse la voluntad interna, a menos que la
divergencia entre la manifestación y la voluntad real sea producto de la negligencia del
declarante, en cuyo caso, éste deberá soportar las consecuencias. Por otro lado, la teoría de
la confianza afirma que la declaración debe prevalecer sobre la voluntad interna cuando haya
suscitado legítima expectativa en el destinatario, y siempre que éste no haya obrado
culposamente al no poner la debida atención que le habría permitido captar los elementos
objetivos que indicaban la falta de voluntad.
Ahora bien, descrito el debate, debemos preguntarnos ¿qué ocurre en elCódigo Civil y
Comercial Argentino?
Si bien nuestro Código no contiene precepto alguno que expresamente establezca cómo
debe resolverse la cuestión, diversas disposiciones demuestran que se ha acogido como
principio rector la doctrina de la voluntad, haciendo predominar la voluntad real del agente
sobre la declaración. Esto se evidencia en la reglamentación de la teoría general del acto
voluntario, en la recepción dela teoría general de los vicios de la voluntad, en la consagración
del respeto al principio de la autonomía de la voluntad que importa la facultad de
los particulares de reglar sus relaciones jurídicas.
Sin embargo, este principio de respeto a la voluntad interna se encuentra atenuado en
diversas disposiciones particulares, en resguardo del valor seguridad en el tráfico jurídico, y
tienen eficacia ciertas declaraciones de la voluntad no obstante su discordancia con el íntimo
querer del sujeto que las realiza.
Así, por ejemplo, en diversas normas, la ley hace prevalecer la buena fe, la confianza o
la responsabilidad a fin de proteger al destinatario de la declaración. Ello sucede en la
adopción del error reconocible (arts. 265 y 266),en la preeminencia de la buena fe en el
ejercicio de los derechos –como en la ejecución e interpretación de las relaciones jurídicas
(arts. 9, 10) –, así como en el no amparo del dolo recíproco (art. 272) ni de la simulación
dirigida a perjudicar terceros (Arts. 333 y 334). (Rivera y Medina, 2015).
Los diversos modos de manifestación de la voluntad
El elemento externo es la declaración de voluntad, la conducta por la cual elsujeto
exterioriza o manifiesta su voluntad. A este elemento alude el art. 262del Código Civil y
Comercial “Manifestación de la voluntad. Los actos pueden exteriorizarse oralmente, por
escrito, por signos inequívocos o por la ejecución de un hecho material”. Art. 262
Este precepto contempla la manifestación de la voluntad expresa, que se
Da cuando hay un signo exterior sensible emitido por el declarante con el único objeto de dar a
conocer su voluntad concreta.
Esta declaración positiva puede concretarse a través de:
a) Manifestación verbal. La manifestación de la voluntad por medio de la
palabra hablada, si bien es un medio que traduce exactamente la voluntad interna
del emisor, tiene el inconveniente de que éste puede más tarde negar o alterar lo dicho,
haciendo muy difícil probar su existencia, por lo que sólo se utiliza en actos de menor
importancia.
b) Manifestación escrita. Ésta se traduce en la exteriorización de la voluntad en
un cuerpo de escritura que contiene la voluntad de quien la emite. Es la que mayores
garantías ofrece, ya que da certeza plena, pudiendo estar contenida en instrumento
público o privado. Es la más conveniente sin dudas, pues, al quedar consagrada por
escrito, adquiere fijeza y por ende otorga seguridad, ya que facilita la prueba de la
declaración de voluntad.
c) Manifestación por signos. Esta declaración consiste en la utilización de gestos
o actitudes dirigidos a otro u otros respecto de determinados objetos,permitiendo lograr
un significado único e inconfundible. Es decir, hay una actitud física del sujeto que no
deja lugar a dudas sobre su voluntad interna. Por ejemplo, quien levanta la mano en un
remate para hacer una postura, o quien levanta la mano en la votación de una
asamblea.
d) La última parte del artículo alude a “hechos materiales”; aquí salimos, sin embargo,
del campo de las declaraciones para pasar al de la mera manifestación, con lo cual se
ingresa al terreno de la exteriorización tácita de la voluntad (Rivera y Medina, 2014, p.
602).
Vicios de los actos voluntarios.
Al tratar los vicios de la voluntad resulta necesario recordar la definición devoluntad
jurídica según la cual: es la voluntad sana y manifestada que genera,modifica, transforma o
extingue relaciones o situaciones jurídicas.
Esta voluntad, tal como señalamos anteriormente, está condicionada por latrinidad de:
discernimiento, intención y libertad.
Ya dijimos que el discernimiento es la aptitud general de conocer, la facultad de discurrir,
es tener conocimiento pleno de las consecuencias de los actos.
Respecto del discernimiento, éste existe o no en caso de que hayan causas obstativas,
pero no es pasible de vicios.
En cambio, en relación a los otros dos elementos, intención y libertad, sí pueden concurrir
vicios. Así, respecto a la intención, pueden afectarla los viciosde error o ignorancia o el vicio
del dolo. En estos casos, no habrá intención. Y,respecto de la libertad, pueden concurrir la
fuerza irresistible o la intimidación.
El error. Noción.
El primero de los vicios que afecta la intención es el error, y consiste en un conocimiento inexacto
de la realidad. Es el falso conocimiento o la falsa noción acerca de alguno de los elementos de las
circunstancias vinculadas al acto que se ejecuta o a su régimen legal. Cabe distinguir entre error de
derecho y error de hecho, según el falso conocimiento se dé respecto de una norma jurídica
aplicable a una determinada situación o relación jurídica o se le dé un alcance distinto; o sobre las
circunstancias o elementos fácticos que hacen al negocio o relación jurídica de que se trate.
También se distingue entre error espontáneo o provocado, según la persona haya cometido la falsa
noción por ella misma o haya sido inducida a la falsa creencia. Y entre error esencial o accidental: el
primero es el que recae sobre la naturaleza del acto, su objeto, la causa principal, las cualidades
sustanciales dela cosa o la persona del otro contratante; el segundo es el que recae sobre algún
accesorio de la cosa. Finalmente, el error puede ser excusable o inexcusable, según haya habido
culpa o no del agente en el yerro (Rivera y Medina, 2014).
Error de derecho. Concepto. Caracteres.
El error de derecho consiste en desconocer la existencia o contenido de una norma jurídica, o
interpretar su significado de una manera distinta a la real, o hacer una aplicación inexacta de esa
norma a una situación jurídica que no la regula, o atribuir a un hecho o una situación jurídica una
calificación jurídica incorrecta, o suponer en vigor una norma inexistente. En una palabra, es la
defectuosa imputación de las consecuencias jurídicas
vinculadas a una determinada relación o negocio, en razón de una falsa noción sobre el
alcance,sentido y significación de la ley (Tagle, 2002).
El artículo 8 del Código Civil y Comercial dispone “Principio de inexcusabilidad.La
ignorancia de las leyes no sirve de excusa para su cumplimiento, si la excepción no está
autorizada por el ordenamiento jurídico”.Art. 8
De este modo, el precepto establece el principio general de que nadie, su pretexto de ignorancia,
podrá impedir la fuerza obligatoria de la ley o eludir las sanciones o responsabilidades que la ley
impone en razón de nuestros propios actos. Ello así, pues, si a cada uno le fuese permitido aducir el
desconocimiento de las leyes para eludir las consecuencias que emanan de sus prescripciones(para
sustraerse de las obligaciones que la ley impone), estaríamos ante un verdadero caos jurídico, pues
ningún derecho podría subsistir y no habría seguridad jurídica.
Ahora bien, este principio no es absolutamente rígido, ya que puede ceder ante excepciones que
contemple el ordenamiento jurídico; así también cuando, por una interpretación judicial, se pueda
hacer mérito de las situaciones de vulnerabilidad.
Error de hecho. Concepto. Caracteres.
El error de hecho, tal como ya referimos, es la falsa noción que recae sobre los elementos o
circunstancias fácticas vinculadas al negocio o a la relación jurídicade que se trate. Éste puede
recaer en el contenido o presupuesto del acto, así como en la identidad de las personas, en la
naturaleza o características de las cosas o los hechos materiales constitutivos de la conducta.
El error de hecho que vicia la voluntad debe ser espontáneo y esencial, ello de acuerdo lo prescribe
el art. 265 del código único, que prevé “Error de hecho. El error de hecho esencial vicia la voluntad
y causa la nulidad del acto. Si el acto es bilateral o unilateral recepticio, el error debe, además, ser
reconocible por el destinatario para causar la nulidad”. Art. 265
Así las cosas, para que el error de hecho pueda ser invocado por quien lo ha sufrido, debe tratarse de
un error esencial, espontáneo y además reconocible.
El error es esencial si recae sobre la naturaleza del acto, sobre un bien o un hecho
diverso o de distinta especie que el que se pretendió designar, o una calidad, extensión o
suma diversa a la querida; sobre la cualidad sustancial del bien que haya sido determinante
de la voluntad jurídica según la apreciación común o las circunstancias del caso; sobre los
motivos personales relevantes que hayan sido incorporados expresa o tácitamente; sobre la
persona con la cual se celebró o a la cual se refiere el acto si ella fue determinante para su
celebración (art. 267 del CCCN); en una palabra, sobre los aspectos primordial es del acto.
El error es espontáneo si se ha cometido por una falsa noción de la persona misma y
no porque la otra parte del negocio jurídico la indujo a error, pues sería un error provocado.
Es reconocible cuando el destinatario de la declaración lo pudo conocer según la naturaleza del
acto, las circunstancias de persona, tiempo y lugar (art. 266 del CCCN). El error debe ser
reconocible en los actos jurídicos bilaterales –por ejemplo el contrato– y en los actos unilaterales
recepticios, en los que la declaración va dirigida a otra persona y, una vez conocida por ella,
comienza a producir efectos (por ejemplo una oferta contractual, una notificación de la cesión del
deudor cedido).
Este requisito de la reconocibilidad significa que cada persona debe comportarse
diligentemente, y sólo se habilita la anulación del acto a favor del emisor cuando el yerro
tendría que haber sido conocido por el receptor de haber actuado con diligencia. Es decir que
lo que hay que determinar es si la persona afectada por la declaración del que yerra estuvo o
no en condiciones de percibir que el emisor se había equivocado y, en consecuencia, de
haberle advertido, ya que, de ser efectivamente así y no haberlo hecho, sería anulable el acto
por haber actuado de mala fe.
Lo que la ley pretende es que ambas partes sean diligentes al celebrar un negocio y
leales la una con la otra: al emisor se le exige que no declare cualquier cosa sin medir las
expectativas que genera y al receptor, que, de percibir que se está incurriendo en error, se lo
advierta a la otra parte para que pueda rectificar, su pena de poder incurrir en reticencia
dolosa (art. 271 CCCN).(Rivera y Medina, 2014).
En una palabra, que sea reconocible por el destinatario de la declaraciónimplica que, si
ella no conoció el error ni lo pudo conocer actuando con una normal diligencia, el acto viciado
por error y, por ende, involuntario, produce la plenitud de sus efectos.
Clases de error. Efectos.
Hemos puesto de relieve anteriormente que hay distintas clases de error.
Así, tenemos por un lado la gran distinción entre error de hecho y error de derecho; tal como
señalamos, el primero recae sobre los elementos o circunstancias fácticas vinculadas al negocio o a
la relación jurídica de que se trate, sobre el dato de hecho, contenido o presupuesto del acto, sobre
la identidad de las personas; mientras que el error de derecho consiste en desconocer la existencia
o contenido de una norma jurídica o interpretar su significado de una manera distinta a la real o
hacer una aplicación inexacta.
Ahora bien, dentro del error de hecho caben dos categorías: error esencial y error accidental.
El error esencial, regulado en el art. 267 del Código Civil y Comercial, es el que afecta los
aspectos primordiales del acto. El precepto contempla distintos supuestos.
a) Error en la naturaleza del acto: es aquel que recae sobre la especie jurídica del acto
que se celebra, produciéndose una divergencia o falta de con cordancia entre la declaración
o comportamiento de una de las partes y la representación de lo declarado o actuado. Por
ejemplo, cuando alguien presta algo a quien entiende que se lo están regalando.
b) Error sobre el objeto: este error se produce cuando el sujeto cree celebrar
un negocio jurídico respecto de un determinado objeto o de un determinado hecho y, en
realidad, se trata de una cosa o hecho distinto. Puede afectar la individualidad de la cosa,
por ejemplo: creo estar comprando un terreno en un determinado lugar y lo estoy
comprando en otro; en su especie: por ejemplo, en una venta de granos, el vendedor ha
entendido que se trata de cebada y el comprador de trigo; error sobre la cantidad,
extensión o suma, este error de cantidad no debe consistir en un mero error en el cálculo.
c) Error en la sustancia: debe entenderse por sustancia o cualidades sustanciales de
una cosa, todas las partes y todas las propiedades de una cosa, sin las cuales dejaría de
ser lo que ella es. Es decir, no sólo debe tratarse de una cualidad dela cosa sino que esa
cualidad se ha tenido en mira al contratar, es decir, no debe ser accidental. En una
palabra, habrá que ver en cada caso cuáles son las cualidades esenciales de la cosa, que
son aquellas que las partes esperaron encontrar en el objeto adquirido y que fueron
especialmente tenidas en cuenta,como también el supuesto de que, sin esas cualidades,
el acto no se habría celebrado, cuestión que debe ser apreciada conforme a las
circunstancias delcaso.
d) Error en la causa: se trata del error que recae sobre el elemento moral, es decir, el
motivo interno que ha inclinado a ejecutar el acto. Al pertenecer al fuero interno de cada
sujeto, los motivos sólo pueden llevar a una anulación cuando surjan expresa o
implícitamente del acto, ya que, de lo contrario, se estaría perjudicando a la otra parte,
que no tiene forma de conocer lo que pensaba el otro. Así, quien compra un automóvil
creyendo por error que el suyo no tiene arreglo no podría, una vez advertido de la realidad
de las cosas, demandar la nulidad del acto, ya que se trata de motivos ajenos al vendedor.
e) Error en la persona: el error sobre la persona es aquel que recae sobre alguno de los
sujetos o partes del negocio, ya sea respecto de la identidad de uno de ellos o de sus
cualidades. Este error es causa de nulidad solamente cuando la consideración de la
persona ha sido causa determinante para su celebración, como la donación hecha a una
persona a quien se toma por otra, o en las obligaciones intuitae personae; pero no es causa
de nulidad cuando la personadel contratante es indiferente, como en el caso de un
prestamista, vendedor o locador.
Por otro lado, el art. 270 del Código prevé el error en la declaración y el erroren la
transmisión. El primero consiste en que lo querido queda desvirtuado ensu manifestación
externa por distracción, apresuramiento o inadvertencia. Estacategoría tiene dos variantes: la
primera, cuando hay una divergencia entre lavoluntad interna y la declaración, que puede
darse al haber escrito algoincorrecto (lapsus calami) o empleado palabras no queridas (lapsus
linguae),por ejemplo, si escribo “compro” cuando, en realidad, quiero decir “vendo”.
Lasegunda variante se da cuando ni siquiera tenía la intención de manifestar algo,por
ejemplo: si alguien ingresa a una sala de remate y levanta la mano parasaludar, y se
interpreta que está ofertando.
El error en la transmisión se origina en una persona distinta del emisor que, encargada
de trasmitir la declaración de voluntad del sujeto dueño del negocio jurídico, la expresa
desvirtuándola. Ambos errores, tanto en la declaración como en la transmisión,
pueden referirse a cualquiera de los casos de error esencial y, por ende, invalidar el acto.
(Rivera y Medina, 2014).
Por último, es dable señalar que el error de hecho esencial y reconocible es el que justifica
la nulidad del acto y por ende puede ser invocado por quien lo ha sufrido a fin de que se deje
sin efecto el acto celebrado, pues se ha viciado la voluntad o, más precisamente, el elemento
interno “intención”.
Ahora bien, si la otra persona afectada por el acto acepta realizarlo en lamanera en que la
entendió el otro, el error en la práctica desaparece y elnegocio deviene exactamente lo que la
víctima del yerro pensaba celebrar desde un principio. Así las cosas, desaparecido el error,
desaparece la causa queda origen a la anulación y el consecuente derecho a reclamarla por
parte dequien antes se veía afectado, todo ello de conformidad al art. 269 del códigoúnico.
Por otro lado, está el error accidental, que es el que recae sobre las cualidadesno
sustanciales de las cosas o sobre los motivos no determinantes del acto, porlo que no acarrea
la nulidad.
El artículo 268 del Código Civil y Comercial prevé “Error de cálculo. El error decálculo no da
lugar a la nulidad del acto, sino solamente a su rectificación,excepto que sea determinante
del consentimiento”.Art. 268
El error de cálculo es un tipo de error accidental que se da cuando, en el acto,se
establecen las bases para fijar el precio, pero se realiza mal el cálculo parafijarlo, se adicionan
mal las cuotas que integran el saldo del precio, etc. En lapráctica, este error no invalida el
negocio jurídico, pues del acto mismo sepuede llegar a la voluntad real y determinar que es
un error. Esto es así siempreque no fuera determinante del consentimiento, pues en ese caso
se convertiríaen error esencial y habilitaría a la nulidad del acto (Rivera y Medina, 2014).
El dolo.
La palabra dolo tiene en derecho distintas acepciones: a) como elemento intencional del acto ilícito,
es la intención o propósito de causar un daño; b) en el ámbito obligacional, el dolo es la deliberada
intención de no cumplir pudiendo hacerlo y c) como vicio de la voluntad, en tanto interviene en la
formación del acto jurídico, consiste en maniobras engañosas empleadas por una de las partes para
inducir a la otra a celebrar un determinado acto jurídico.
Dolo esencial e incidental. Efectos.
El artículo 272 del Código prevé “Dolo esencial. El dolo es esencial y causa la nulidad del
acto si es grave, es determinante de la voluntad, causa un daño importante y no ha habido
dolo por ambas partes” Art. 272
De tal modo, el dolo esencial es el que ha sido causa determinante, causa eficiente del
consentimiento del engañado para la celebración del acto y puede ser invocado para anularlo.
Para determinar si el dolo es esencial, habrá que verificar que se reúnan los cuatro requisitos
que fija el precepto:
Que sea grave: la gravedad del dolo alude a la entidad del engaño, astucia o ardid. La
conducta o maniobra empleada debe ser apta para inducir a engaño a una persona que pone
la diligencia necesaria en los asuntos, calidad que ha de ser evaluada en función de las
circunstancias y condiciones personales del sujeto engañado.
Debe ser determinante de la voluntad: ello es así cuando, de no haber mediado el engaño, el
sujeto no hubiere celebrado el negocio jurídico. Ésta es la principal diferencia con el dolo
incidental que seguidamente veremos.
Debe probar un daño importante: el artículo no sólo requiere que la víctimahaya
sufrido un daño, sino que éste haya sido de relevancia, con cierta significación para la
persona que lo sufre, pero no sólo de significación económica, pues puede tratarse de un
daño moral. (Tagle, 2002).
Ausencia de dolo de ambas partes: quien obra con dolo no puede pretender que se
anule el acto alegando el cometido en su perjuicio por la otra parte. Ello así, pues se trata de
una exigencia negativa, cuyo fundamento radica en la regla de que nadie puede alegar la
propia torpeza. Además, se trata de un deber moral que deben presidir las relaciones entre
las personas, por ello “quien juega sucio no tiene derecho a exigir juego limpio” (Rivera y
Medina, 2014, p. 626).
Por su parte, el dolo incidental es aquel en el que le faltan uno o más requisitos que exige el art.
272 para que el dolo sea apto para actuar como vicio. El dolo incidental no afecta la celebración del
acto, sino sus condiciones. Es decir, la parte que lo sufre lo habría celebrado aun de no haber
mediado el engaño, aunque en condiciones distintas; por ende, no es causa de invalidez del acto,
aunque quien lo comete debe resarcir los daños causados de conformidad al art. 275 del Código
Civil y Comercial.
Finalmente, debemos señalar que el dolo esencial y el dolo incidental pueden ser directo, si es
cometido por una de las partes del acto jurídico, su dependiente o representante; o indirecto, si
proviene de la conducta de un tercero ajeno a la relación de que se trata para beneficiar a alguna
de las partes. Una y otra clase de dolo afectan la validez del acto (art. 274 del CCCN).

La violencia. Noción.

La libertad como tercer requisito de la voluntad es aquélla que permite auto determinarse sin
influencias mayores a las habituales. Precisamente, la violencia importaría una influencia superior a
la tolerable: consiste en ejercer coerción sobre una persona para obligarla a realizar
un acto.
Nuestro Código emplea los términos “fuerza irresistible” e “intimidación” parar eferirse a
la violencia como vicio de la voluntad que excluye la libertad. Así, la violencia en términos
jurídicos es la coerción que por distintos medios se emplea sobre una persona para obligarla a
ejecutar un acto que no estaba dispuesta realizar. La violencia se presenta en dos formas
diferentes: la fuerzairresistible, que tiene lugar cuando se excluye la voluntad mediante el
empleode una presión física irresistible o de malos tratamientos corporales; o bien,
la intimidación o amenazas que inspiran en la víctima el temor fundado de sufrirun mal
inminente y grave que suprime su libertad en el obrar.
Clases.
Efectos.
El artículo 276 del Código Civil y Comercial prevé:
Fuerza e intimidación. La fuerza irresistible y las amenazas quegeneran el
temor de sufrir un mal grave e inminente que no sepueden contrarrestar o
evitar en la persona o bienes de la parteo de un tercero, causan la nulidad del
acto. La relevancia de lasamenazas debe ser juzgada teniendo en cuenta la
situación delamenazado y las demás circunstancias del caso. Art. 276
Así, de acuerdo al precepto mencionado, la violencia se puede ejercer a travésde dos
modalidades: la fuerza irresistible y las amenazas o intimidación.
La fuerza irresistible es la coacción física o material que suprime la
libertadconstriñendo al sujeto a obrar en determinado sentido o a dejar de hacerlo. Setrata
de una fuerza suficientemente grave como para impedir a la víctimarepelerla (Tagle, 2002).
Esta fuera gravita sobre la persona de quien la padece a modo dereducirla a
mero instrumento pasivo de la voluntad y del designiode otro. Indiscutiblemente
invalida el acto jurídico. Por unaparte, entenderemos que el acto no sólo no es
voluntario, sin que antivoluntario y por otra parte, que en este caso se configuraun tipo penal, vale
decir cuando se ha ejercitado violencia sobreuna persona humana. (Buteler Cáceres, 2000, p. 259).
Por otro lado, tenemos la violencia moral o intimidación, que consiste eninspirar
temor por medio de amenazas para infundir miedo, alterando el ánimoy la libertad de obrar
para que el amenazado ceda en perjuicio de sus propiosintereses.
Estas amenazas deben ser graves, es decir, deben tener aptitud para crear eltemor
racionalmente fundado, lo que se valorará de acuerdo a la situación delamenazado y las
demás circunstancias del caso (art. 276 del CCCN).
La gravedad se valorará teniendo en cuenta los bienes jurídicos –que puedenser de
naturaleza patrimonial o no; la vida, la salud, la honra, la reputación, laintimidad, etc.– del
propio amenazado, así como de cualquier otro sujeto entanto y en cuanto se demuestren
aptos para alterar la conducta del afectado.
Asimismo, el mal amenazado ha de ser inminente, no necesariamente presenteo
actual, pero sí de realización en un lapso más o menos próximo, de modo queno pueda
evitarse a tiempo ni reclamarse el auxilio de la autoridad pública paraimpedir la amenaza o
defenderse de ella.
Sin embargo, es menester atribuir al término de “inminente” un significado
másamplio, pues, en ocasiones, el factor tiempo carece ciertamente de relevancia.
La amenaza puede recaer sobre cuestiones que el amenazado no quiere
revelar(deshonra por la revelación de hechos inmorales, intimidades indicativas dehechos de
esa naturaleza) o situaciones en que las características de lasamenazas obstan a que la
persona se decida a recurrir a la autoridad pública oadoptar otro tipo de medidas para
contrarrestarlas. En definitiva, lo relevanteno es siempre la temporalidad próxima, sino la
convicción de la dificultad oimposibilidad para contrarrestarlas o evitarlas.
Aunque la ley no lo diga expresamente, la violencia, en cualquiera de susmodalidades,
debe haber sido la causa determinante de la ejecución del acto,pues, si el sujeto, por otros
motivos, igualmente lo habría celebrado, no puedeconsiderare que el vicio de violencia haya
excluido la voluntariedad.
Tanto la fuerza irresistible como las amenazas pueden provenir de una de laspartes del
acto o de un tercero (art. 277 del CCCN) y el autor debe reparar losdaños (art. 278 del
CCCN).
A diferencia de lo que ocurre con el dolo, la existencia de dañosno es un
requisito para que se configure el vicio de violencia. Sinembargo, en la práctica
al ser un ataque a la integridad de lapersona, la violencia siempre apareja un
daño al menos denaturaleza moral.
Quien deberá resarcir será la parte del acto o el tercero autor dela violencia;
ahora bien, si proviene de un tercero, pero ésta eraconocida por la otra parte,
se le atribuye la condición decómplice y responde solidariamente, aun cuando
hubieratomado conocimiento a posteriori y guardara silencio al respecto(Rivera
y Medina, 2014, p. 638).
Sub-Eje Temático 6: Los actos jurídicos:
6.1 Los actos jurídicos. Definición

Art 259 Acto Juridico


El Acto Juridico es el acto voluntario, licito que tiene un fin indemediato, la adquisición, modificación o situación de
ralacion o situación jurica.
Es un acto voluntario: Tiene discernimiento, intención y libertad. Esta voluntad interna debe traducirse a una acción
material que la de a conocer.
Acto licito: debe ser conforme a los preceptos del derecho, no debe ser contrario a la ley, la moral y las buenas
costumbres, o seria invalida
El fin jurídico Inmediato: es el fin jurídico establecido en la ley, es la voluntad encaminada a producir los efectos
jurídicos.

6.2. Elementos esenciales y accidentales.

Elementos esenciales: Se basa en cuanto al sujeto, objeto, causa y forma.

Sujeto: tenemos la voluntad y la capacidad de ejercicio


Objeto: puede ser material o inmaterial. Tiene que ser licito, determinado o suceptible de determinar, no puede ser
contrario a la moral y las buenas costumbres, ni a la ley.
Forma: se exterioriza la voluntad. Hay forma en el sentido estricto que es la impuesta por la ley. Es un conjunto de
prescripciones de la ley respecto de determinadas modalidades que deben observarse al celebrarse el acto jurídico

Accidentales: Son dispocicones accesorias que conforme a la autonomía de la voluntad las partes de común acuerdo
introducen al acto jurídico, son el cargo el plazo y la condición. Subordinando a un acontecimiento futuro la adquisición
o la resolución de un derecho ya adquirido.

Condicion: Art 343. Es la clausula impuesta en el acto jurídico que subordina su plena eficacia o resolución de un
derecho o una obligación ya adquirida a un hecho futuro e incierto. Ya que puede o no llegar a suceder
Condicion suspensiva: Se translada la plena eficacia de el acto jurídico a que se realice el hecho futuro incierto previsto
como condición. Lo que origna un derecho eventual por que si la condición no se cumple, no hay acto jurídico.
Condicion resolutoria: Depende del hecho incierto y futuro para que se extinga el derecho ya adquirido.
Condiciones Prohibidas: Cuando se ponen contrarias a la ley, a la moral y las buenas costumbres.
Condiciones Nulas: También es nula una condición que hace que una cosa sea imposible de cumplir.
No se tendrán por escritas las condiciones que afecten la libertad de la persona.

Plazo: Art 350. Es cuando se fija en el tiempo en el momento en que acto jurídico comienza o deja de producir sus
efectos. Este es futuro y fatal. Este puede ser suspensivo, cierto, incierto y determinado.

Plazo suspensivo: cuando se difiere la obligación. Ej: Te pago del 1 al 10.


Plazo Cierto: Cuando se establece puntualmente la fecha o acontecimiento que si o si sucederá. Ej: dia, mes, año.
Plazo Inierto: Cuando no se establece fecha puntual.
Plazo Determinado: Cuando no se fijo el plazo. Debe ser determinado atreves de sentencia judicial.
Caducidad de plazo: caduca aunque este vigente cuando se produce la quiebra o el deudor no ah constituido garantía.

Cargo: art 354Es una obligación accesoria y excepcional que se impone al adquiriente de un derecho. No impide los
efectos del acto excepto que su cumplimiento se haya previsto como condición
El plazo y la condición son elementos accidentales, el cargo es una obligación accesoria al que adquiere el derecho.

6.3 Vicios de los actos jurídicos. La lesión. Concepto. Presupuestos de procedencia. Acciones
del lesionado. Efectos. La simulación. Concepto. Elementos. Clases. Acción entre partes y por
terceros. Efectos. El fraude. Noción. La acción de inoponibilidad. Requisitos de procedencia.
Efectos.

Vicios de los actos jurídicos: Son defectos, que provocan la ineficacia del acto por atentar contra la licitud, las buena fé
o perjudicar los intereses de terceros. Art 9. La buena fé es un requisito indispensable para la validez del acto juridco y
por ende cuando falta concurre un vicio que la invalida.

Los vicios propios del acto jurídico son la lesión, la simulación y el fraude. Estos prescriben a los 3 años.

Lesión: Art 332 Lo lleva a la nulidad o modificación del acto jurídico, porque hubo por una de las partes un
aprovechamiento de una necesidad, una debilidad psíquica o inexperiencia de la otra, acarreando para si mismo una
ventaja patrimonial desproporcional e injustificada.

Presupuesto de procedencia: Elementos Objetivos y subjetivos


Objetivos: Desventaja desproporcionada e injustificada
Subjetivo: necesidad, debilidad psíquica e inexperiencia de la otra parte

Acciones del lesionado: La puede realizar el lesionado o sus herederos solamente, carácter personalísimo, nulidad o
modificación de el acto lesivo, es decir reajuste equitativo.

Simulación: Tiene lugar cuando se encubre un acto jurídico bajo la apariencia de otro que no es real, o que sus
clausulas y fechas no son verdaderas. Es con el fin de engañar a terceros. Causa simulandi.
Elemento: el negocio simulado
Clases
Simulación absoluta: Cuando se celebra un acto jurídico que nada tiene de real.
Simulación relativa: Cuando las partes encubre la verdadera naturaleza del acto.
La prueba de las partes del acto simulado es el contra documento. Que es lo que establece el acto jurídico real.
Cuando la prueba no esta, se puede probar por cualquier otro medio.
Simulación total: cuando abarca íntegramente el negocio viciando su esencia
Simulación parcial: cuando solo recae sobre una parte del acto.

Fraude: Se tienen que dar 3 requisitos.


1)Acto jurídico del deudor, 2)atreves de este acto jurídico se agrava la insolvencia , 3)sale los bienes del deudor a
terceros. Esto afecta a los acreedores.

Es un acto realizado por el deudor que tiene como fin afectar su patrimonio para provocando su insolvencia y perjudicar
a los acreedores.

Inoponibildiad: declaración de nulidad a los actos realizados por el deudor para agravar su insolvencia.

Requisitos: A) Crédito anterior al acto impugnado B) Que haya causado la insolvencia C)Que el comprador conozca
que provoca la insolvencia del deudor. Si el tercero adquiere de buena fé, desconociendo la acción del deudor, y a
titulo honeroso, no pierde su derecho.

6.4 Ineficacia de los actos jurídicos. Concepto. Categorías de ineficacia. Efectos.

Ineficacia: Es cuando se priva o disminuye los efectos del acto jurídico. Puede ser estructura o funcional.

Ineficacia Estructural: Es cuando tiene defecto el acto jurídico en la misma estructura en el momento mismo de
celebrarse, es lo que se llama ineficacia estructural igual a nulidad.

Ineficacia funcional: Cuando comienza a producir eficacia pero se torna ineficaz por el tiempo. Es ineficaz cuando el
negocio se torna imposible. (Teoría de la imprevisión: cuando el acto jurídico se torna imposible de cumplir.)

Nulidad

Es la sanción prescripta por la ley por adolecer el acto jurídico, un efecto constitutivo.

Nulidad absoluta: se afecta el orden publico, los derechos superiores, cuando los actos son contrarios a la ley, moral o
buenas costumbres. El juez puede pedir de oficio la nulidad del acto. Ej: que un padre se case con una hija.

Nulidad relativa: Se afecta el derecho de parte en una simulación, fraude o lesión. Solamente se puede confirmar o
convertir los actos con las nulidades relativas.

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