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Caracteres
Concepto
La persona, en tanto tal, posee ciertos atributos que son sus cualidades esenciales.
Éstas son inherentes y consideradas a priori de la persona, es decir que comienzan con su
existencia.
Estos atributos de la persona humana son: capacidad, nombre, estado y domicilio. A
toda persona individual le es inherente la capacidad, cualidad que la distingue como sujeto
potencial de derechos y deberes; el nombre que la individualiza, el estado que la sitúa en el
medio familiar en el que se desenvuelve y el domicilio que la sitúa jurídicamente en un lugar
determinado.
Naturaleza
Los atributos no son derechos ni deberes, sino cualidades inherentes a la calidad de la
persona que no se adquieren luego, sino que son contemporáneos a la persona, a su
existencia, y la acompañan toda su vida protegiéndola e identificándola.
Caracteres
Los atributos participan de los siguientes caracteres:
Son necesarios e inherentes a las personas: no se concibe que la persona física
pueda carecer de alguno de estos atributos por cuanto, la determinan en su
individualidad.
Son únicos: una misma persona no puede poseer más de un atributo de cada clase
en un momento determinado. Así, la persona humana no puede ser capaz e incapaz a
la vez de adquirir un derecho, no puede tener más estados civiles familiares del mismo
orden, por ejemplo solterocasado.
Son indisponibles: no pueden ser transferidos, pues están fuera del comercio.
Son inmutables: sólo se modifican cuando se verifica el supuesto normativo que así
lo prevé.
Son imprescriptibles: por cuanto no se adquieren ni pierden por el transcurso del
tiempo.
Nombre. Noción
El nombre es el atributo de la persona que la identifica y la individualiza del resto. Está
compuesto por dos elementos: el pronombre o nombre de pila (o apelativo) y el apellido (o
cognomen o patronímico). Ambos cumplen funciones diferentes; el nombre de pila
individualiza a la persona en su familia y el apellido la individualiza en la sociedad.
Régimen legal o El prenombre o Apellido de los hijos.
Es dable señalar que el apellido, nombre familiar o patronímico, es la designación común
a todos los miembros de una misma familia, que, unido al prenombre, identifica a la persona
física, conformando su nombre propiamente dicho. Así, el apellido designa el grupo familiar,
pues cada individuo lleva el apellido que le corresponde en razón de su pertenencia a dicho
grupo.
El art. 64 del CCCN prevé que el hijo matrimonial lleva el primer apellido de alguno de
los cónyuges; en caso de no haber acuerdo, se determina por sorteo realizado en el Registro
del Estado Civil y Capacidad de las Personas. A pedido de los padres, o del interesado con
edad y madurez suficiente, se puede agregar el apellido del otro. Asimismo, dispone que, en
caso de que un mismo matrimonio tuviera muchos hijos, todos deben llevar el mismo que se
haya decidido para el primero.
Ahora bien, en el caso del hijo extramatrimonial con un solo vínculo filial, éste lleva el
apellido de ese progenitor.
Si la filiación de ambos padres se determina simultáneamente, se sigue la regla
establecida para los hijos matrimoniales en cuanto a que llevarán el primer apellido de alguno
de los cónyuges.
Si la segunda filiación se determina después, ambos padres deberán acordar el orden de
los apellidos. A falta de acuerdo, será determinado por el juez según sea el interés superior
del niño.
Para el supuesto de la persona menor de edad sin filiación determinada, se establece que
debe ser anotada por el oficial del Registro del Estado Civil y Capacidad de las Personas con
el apellido que esté usando o, en su defecto, con un apellido común (art. 65) o bien, si la
persona tiene edad y grado de madurez suficiente, puede solicitar la inscripción del apellido
que esté usando (art. 66).
Apellido de los cónyuges. Por otro lado, en relación al apellido de los
cónyuges, el art. 67 dispone: Cualquiera de los cónyuges puede optar por usar el
apellido del otro, con la preposición “de” o sin ella.
La persona divorciada o cuyo matrimonio ha sido declarado nulo no puede usar el
apellido del otro cónyuge, excepto que, por motivos razonables, el juez la autorice a
conservarlo.
El cónyuge viudo puede seguir usando el apellido del otro cónyuge mientras no
contraiga nuevas nupcias, ni constituya unión convivencial (art. 67).
Cambio del prenombre y del apellido
Los arts. 69 y 70 del Código Civil y Comercial receptan la posibilidad del cambio del
prenombre y del apellido sólo de mediar, a criterio del juez, justos motivos. Al respecto,
formula una enunciación de justos motivos: a) cuando el seudónimo hubiese adquirido
notoriedad; b) por “la raigambre cultural, étnica o religiosa”19; c) por “la afectación de la
personalidad de la persona interesada, cualquiera sea su causa, siempre que se encuentre
acreditada”Art. 69.
Así, para lograr el cambio del nombre y/o del prenombre, es precisa la intervención del
Poder Judicial y esa es la regla, con excepción de los dos supuestos contemplados en el
último párrafo del art. 69.
En tales casos no se requiere la intervención judicial y se consideran justos motivos
cuando se pretende “el cambio del prenombre por razón de identidad de género y el cambio
de prenombre y apellido por haber sido víctima de desaparición forzada, apropiación ilegal o
alteración o supresión del estado civil o de la identidad”Art. 69.
El cambio de nombre tramitará “por el proceso más abreviado que prevea la ley local, con
intervención del Ministerio Público” Art. 70, debiendo “publicarse en el diario oficial una vez
por mes en el lapso de dos meses”, a fin de que presenten las oposiciones y se soliciten
informes respecto de “las medidas precautorias que existieren con relación al interesado” Art.
70.
Una vez inscrita en el Registro de Estado Civil y Capacidad de las Personas, será oponible
a terceros.
Acciones de protección.
Art. 71. Acciones de protección del nombre. Puede ejercer acciones en defensa de su
nombre:
a) aquel a quien le es desconocido el uso de su nombre, para que le sea reconocido y se
prohíba toda futura impugnación por quien lo niega; se debe ordenar la publicación de la
sentencia a costa del demandado;
b) aquel cuyo nombre es indebidamente usado por otro, para que cese en ese uso;
c) aquel cuyo nombre es usado para la designación de cosas o personajes de fantasía, si
ello le causa perjuicio material o moral, para que cese el uso.
En todos los casos puede demandarse la reparación de los daños y el juez puede disponer
la publicación de la sentencia.
Las acciones pueden ser ejercidas exclusivamente por el interesado; si ha fallecido, por
sus descendientes, cónyuge o conviviente, y a falta de éstos, por los ascendientes o
hermanos. Art. 71
Así, las acciones para proteger el nombre son tres:
La acción de reclamación o reconocimiento del nombre: se requiere que el demandado haya
desconocido el derecho de usar el nombre por pare del sujeto afectado, debiendo el juez ordenar la
publicación de sentencia a costa del demandado.
La acción de impugnación, o usurpación del nombre: se requiere que el demandado use en forma
indebida el nombre de otra persona y el efecto propio de la sentencia es el cese en dicho uso
indebido.
La acción de supresión del nombre: debe mediar un uso indebido por parte del demandado del
nombre de otra persona para individualizar una cosa o un personaje de fantasía y dicho uso
provocar un perjuicio material o moral. El efecto de la sentencia es el cese de dicho uso indebido.
Por último y en orden a quiénes pueden interponer estas acciones, se establece que el titular
exclusivo es el interesado y, si éste ha fallecido, podrá ser ejercida por sus descendientes, cónyuge
o conviviente, y a falta de éstos, por los ascendientes o hermanos.
Domicilio.Noción. Caracteres.
El ordenamiento jurídico requiere situar a la persona en un determinado lugar, aun cuando no actúe
necesariamente allí. Domicilio, en sentido jurídico, es el lugar que la ley considera como centro o
sede legal de la persona.
Como veremos seguidamente existen distintas clases de domicilio, el domicilio general y el
especial. El domicilio general es el atributo, cualidad o propiedad inherente a la persona que
representa su indispensable asiento o sede legal para el ejercicio de sus derechos y cumplimiento
de sus obligaciones (Tagle, 2002).
Este domicilio general puede ser legal, es decir instituido por la ley o real, que es la efectiva
residencia de la persona en un cierto lugar con ánimo de permanecer allí. El domicilio general sea
legal o real, es necesario, ya que no puede faltar en ninguna persona y es único ya que una
persona no puede tener más de un domicilio general.
Por último decimos que el domicilio general es mutable, es decir que es modificable, ya sea por
cambio en la capacidad de las personas (por ejemplo, un menor que cumple la mayoría de edad
pasa de domicilio legal a domicilio real) o por un cambio en la de su situación (por ejemplo: una
persona que es designada en un puesto de funcionario público y que requiere trasladarse, cambia
de domicilio real a domicilio legal).
Clases de Domicilio
Por último decimos que el domicilio general es mutable, es decir que es modificable, ya sea por
cambio en la capacidad de las personas (por ejemplo, un menor que cumple la mayoría de edad
pasa de domicilio legal a domicilio real) o por un cambio en la de su situación (por ejemplo: una
persona que es designada en un puesto de funcionario público y que requiere trasladarse, cambia
de domicilio real a domicilio legal).
El domicilio real, definido en el art. 73 del CCCN, es donde la persona humana tiene su residencia
habitual. Ahora bien, si ejerce actividad profesional o económica, lo tiene en el lugar donde la
desempeña para el cumplimiento de las obligaciones emergentes de dicha actividad.
Como podemos ver, la ley contempla la residencia como un elemento del domicilio, dado que el
mismo se determina en función de la residencia habitual, entendida como el lugar en el que
habitual y permanentemente habita una persona.
También se considera domicilio real el lugar de desempeño de la actividad profesional o económica
para las obligaciones nacidas de éstas.
Este domicilio toma en cuenta la efectiva residencia de la persona, es voluntario, pues sólo depende
de la voluntad del individuo, y, además, es de libre elección e inviolable (art. 18 CN).
Domicilio Legal
El art. 74 del CCCN define el domicilio legal como el lugar donde la ley presume, sin admitir prueba
en contra, que una persona reside de manera permanente para el ejercicio de sus derechos y el
cumplimiento de sus obligaciones.
Así, prevé los casos de personas que tiene domicilio legal:
a) los funcionarios públicos tienen su domicilio en el lugar en que deben cumplir sus
funciones, no siendo éstas temporarias, periódicas, o de simple comisión;
b) los militares en servicio activo tienen su domicilio en el lugar que lo están
prestando;
c) los transeúntes o las personas de ejercicio ambulante, como los que no tienen
domicilio conocido, lo tienen en el lugar de su residencia actual;
d) las personas incapaces lo tienen en el domicilio de sus representantes. Art. 74
Este domicilio es forzoso, en tanto la ley lo impone independientemente de la voluntad
del interesado; es ficticio, pues el sujeto puede no estar allí presente; es excepcional y de
interpretación restrictiva, pues sólo funciona en los casos previstos por la ley; y es único, en
tanto es una clase de domicilio general u ordinario.
Por último y en relación al domicilio especial, cabe poner de relieve que éste no es un
atributo de la persona, sólo lo es el general en todas sus clasificaciones.
El domicilio especial es el que las partes de un contrato eligen para el ejercicio de los derechos y
obligaciones que de él emanan (art. 75).
Este domicilio produce sus efectos limitados a una o varias relaciones jurídicas determinadas, es
decir, tiene eficacia sólo para aquellas relaciones jurídicas para las que ha sido instituido. Es elegido
libremente por las partes y el domicilio convenido tiene fuerza de ley para los contratantes, es decir
que tiene efecto vinculante, salvo que, por acuerdo común de partes, lo modifiquen.
Este domicilio es temporario en principio y se termina cuando la situación finaliza. Por eso no se
puede decir que éste sea un atributo de las personas, sino que puede faltar. Un ejemplo de
domicilio especial es, en el caso de las sociedades que poseen este tipo de domicilio, el de la
jurisdicción en el que se encuentra constituida; además pueden tener una sede diferente donde
funciona.
El domicilio especial participa de los siguientes caracteres:
a) no es necesario, pues la persona puede no tener constituido domicilio especial
alguno;
b) puede ser múltiple, porque la persona puede tener varios domicilios especiales;
c) es voluntario, convencional, transmisible tanto a los sucesores universales como a
los singulares.
Capacidad. Noción.
La capacidad es uno de los atributos más importantes de la persona. Como se expuso
anteriormente, este atributo forma parte del concepto mismo de persona;
La capacidad de derecho siempre está presente.
Clases
La noción de capacidad no se agota en la capacidad de derecho –atributo de la persona–
puesto que comprende también la capacidad de hecho o de obrar, que consiste en la aptitud
de las personas físicas para ejercer por sí mismas los actos de la vida civil.
La capacidad tiene los siguientes caracteres:
a) las reglas que gobiernan la capacidad son de orden público y no pueden ser
modificadas por voluntad de los particulares;
b) es principio general que tanto las incapacidades como las restricciones a la
capacidad son la excepción;
c) las restricciones a la capacidad son de interpretación restrictiva.
Capacidad de derecho.
El artículo 22 del CCCN definela capacidad de derecho:“Capacidad de derecho. Toda
persona humana goza de la aptitud para ser titular de derechos y deberes jurídicos. La ley
puede privar o limitar esta capacidad respecto de hechos, simples actos, o actos jurídicos
determinados.”Art. 22. Así, la capacidad de derecho se define como la aptitud de que goza
toda persona humana para ser titular de derechos y deberes jurídicos.
Capacidad de ejercicio
Por su parte, el artículo 23 define la capacidad de ejercicio o de hecho, y prevé
“Capacidad de ejercicio.Toda persona humana puede ejercer por sí misma sus derechos,
excepto las limitaciones expresamente previstas en este Código y en una sentencia
judicial”Art. 23. La capacidad de ejercicio es la aptitud para ejercer derechos por sí mismo.
Estado civil
El estado es un atributo propio de las personas físicas y hace referencia a la posición o rol
que ocupa una persona en la sociedad, por ejemplo estado civil, o en una familia, por
ejemplo estado de padre, de hijo, etc.
Caracteres
El estado participa de los siguientes caracteres:
a) las normas que regulan el estado de las personas son de orden público; no
pueden ser modificadas por la voluntad de los interesados;
b) es indivisible y oponible erga omnes;
c) generalmente es recíproco o correlativo, porque a cada estado de una
persona le corresponde el de otro que resulta correlativo;
d) es inalienable, es decir intransmisible;
3. Personas por nacer. Importancia jurídica de la concepción.
Personas por nacer.
Noción de persona y viuda humana
En primer lugar cabe distinguir entre persona y vida humana. Tal como señalamos
anteriormente, la noción de persona es una categoría jurídica, pues se trata de ser portador
de derechos,mientras que la vida humana es un suceso de la naturaleza, es su asiento
natural.
Importancia jurídica de la concepción.
El artículo 19 del Código Civil y Comercial prevé: “Comienzo de la existencia. La existencia
de la persona humana comienza con la concepción”Art. 19 .
De conformidad al mencionado artículo, la concepción determina el momento a partir del
cual se es persona, es decir que el sujeto tiene personalidad jurídica y goza de protección de
la ley.
Así, el Código Civil y Comercial subsume el concepto de vida humana con el de persona en
el sentido técnico del término, reconociendo su comienzo en el momento mismo de la
concepción. De esta manera, se considera que hay persona durante todo el proceso de
gestación: desde su inicio hasta el nacimiento y,luego, habrá persona física desde ese
instante hasta la muerte.
Como se advierte, la ley no exige que haya transcurrido plazo alguno para peticionar ante el juez
competente la declaración de ausencia simple, ni que la desaparición se vincule con un hecho extremo
del cual se presuma la muerte del ausente; sólo se impone que existan bienes para cuidar, de manera
tal que se adopten aquellas medidas necesarias para proteger el patrimonio del ausente.
Procedimiento Los artículos 80, 81, 82, 83 y 84 regulan el procedimiento para obtener la declaración de ausencia.
Así, el art. 80 establece quiénes se encuentran legitimados para incoar el proceso de ausencia:
a) El Ministerio Público
b) Toda persona que tenga interés legítimo respecto de los bienes del ausente.
La solicitud de la declaración deberá incoarse ante el juez el domicilio del ausente; si éste no lo tuvo en
el país o no es conocido, es competente el juez del lugar donde existen bienes, y si hubiere bienes en
distintas jurisdicciones, el que haya prevenido; todo ello conforme lo prevé el art.
El artículo 82 regula el procedimiento para la petición de la declaración de ausencia simple,
disponiendo, en primer término, que el presunto ausente debe ser citado por edictos durante cinco días,
y, si vencido el plazo no comparece, se debe dar intervención al defensor oficial o, en su defecto,
nombrarse un defensor al ausente, debiendo nombrarse un abogado de la matrícula. Asimismo se
prevé que el Ministerio Público es parte necesaria en el juicio y su intervención resulta imprescindible.
“En caso de urgencia, el juez puede designar un administrador provisional o adoptar las medidas que
las circunstancias aconsejan”39 a fin de la preservación del patrimonio.
Una vez oído el defensor y producida la prueba correspondiente, que tendrá por fin acreditar la
desaparición del ausente y que podrá rendirse por cualquier medio, si concurren los extremos legales,
el juez estará en condiciones de dictar la sentencia de declaración de ausencia simple y designar al
curador.
Efectos
Dictada la sentencia de simple ausencia, se designará un curador a fin de que realice los actos de conservación y
administración ordinaria de los bienes. Para el supuesto de que deba realizar un acto que exceda la
administración ordinaria, deberá requerir autorización al juez, la que debe ser otorgada sólo en caso de
necesidad evidente e impostergable.
La curatela del ausente termina por su presentación personalmente o por apoderado; por su muerte o
por su fallecimiento presunto declarado judicialmente (art. 84).
Muerte presunta
Régimen legal.
Casos y términos
La presunción de fallecimiento, al igual que la muerte, constituye supuestos jurídicos extintivos de la
persona humana. Así, los efectos de la sentencia judicial que declara el fallecimiento presunto son
idénticos a los de la muerte, pero la ley establece diferencias fundadas en la eventual reaparición del
declarado muerto presunto y en la necesidad de proteger sus intereses.
El Código prevé distintos supuestos, ya sea porque se ha perdido totalmente la noción o los datos del
paradero de una persona durante un tiempo prolongado o porque la persona se haya encontrado en
circunstancias en las que se presume su muerte.
Así, el Código contempla en el art. 85 el caso ordinario y en el art. 86 los supuestos extraordinarios.
Caso ordinario. La ausencia de una persona de su domicilio sin que se tenga noticia de ella por el
término de tres años, causa la presunción de su fallecimiento aunque haya dejado apoderado.
El plazo debe contarse desde la fecha de la última noticia del ausente.40
Casos extraordinarios. Se presume también el fallecimiento de un ausente:
a) si por última vez se encontró en el lugar de un incendio, terremoto, acción de guerra u otro suceso
semejante, susceptible de ocasionar la muerte, o participó de una actividad que implique el mismo riesgo,
y no se tiene noticia de él por el término de dos años, contados desde el día en que el suceso ocurrió o
pudo haber ocurrido;
b) si encontrándose en un buque o aeronave naufragados o perdidos, no se tuviese noticia de su
existencia por el término de seis meses desde el día en que el suceso ocurrió o pudo haber ocurrido.
Conforme lo prescribe el art. 85, para que nazca la presunción de fallecimiento es preciso que la
persona se ausente de su domicilio sin que se tenga noticias de ella por el término de tres años, sin
requerir la norma que la ausencia de la persona haya ocurrido en virtud de una circunstancia que traiga
aparejada la muerte (supuesto de buque o aeronave naufragada, incendio, terremoto, etc.), como
ocurre en los casos extraordinarios. Por último, el plazo de tres años debe contarse desde la fecha de
la última noticia que se haya tenido del ausente.
La disminución de los plazos en los casos extraordinarios en relación al supuesto ordinario, se debe a
que se trata de hipótesis que se sustentan en circunstancias particulares, en las que las posibilidades
de supervivencia resultan ínfimas.
Procedimiento para su declaración
En primer lugar, debe señalarse que, de conformidad lo establece el art. 87, cualquier persona que
tenga “algún derecho subordinado a la muerte de la persona de que se trate, puede pedir la declaración
de fallecimiento presunto, justificando los extremos legales y la realización de diligencias tendientes a la
averiguación de la existencia del ausente”42 que arrojen resultado negativo.
La acción debe interponerse en el juez del domicilio del ausente.
El artículo 88 prescribe el procedimiento que debe seguir el juez en orden al trámite del pedido de declaración de
fallecimiento presunto.
Debera nombrarse un defensor al ausente a fin de garantizarle el derecho de defensa defensa durante la
tramitación del juicio.
Debera citarse al ausente por edictos que se publicarán una vez por mes durante seis meses, publicación que
deberá disponerse en el Boletín Oficial y en otro que resulte de importancia.
En el supuesto que existan bienes y no haya mandatario o si el que hubiere ejerciera incorrectamente el
mandato, deberá nombrarse un curador a sus bienes a los fines de que los administre y conserve.
Por último, el artículo 88 aclara que la declaración de simple ausencia no constituye presupuesto
necesario para la declaración de fallecimiento presunto, ni suple la comprobación de las diligencias
realizadas para conocer la existencia del ausente.
Así las cosas, pasados los seis meses –tiempo en que se publican los edictos–, recibida la prueba que
acredite que la búsqueda del ausente dio resultado negativo y oído el defensor, el juez debe declarar el
fallecimiento presuntivo si están acreditados los extremos legales, fijar el día presuntivo del
fallecimiento y disponer la inscripción de la sentencia en el Registro Civil.
Por su parte, el art. 90 dispone qué día debe fijare como el presuntivo del fallecimiento.
Día presuntivo de fallecimiento. Deberá fijarse como día presuntivo del fallecimiento:
a) en el caso ordinario, el último día del primer año y medio;
b) en el primero de los casos extraordinarios, el día del suceso y si no está determinado, el día del
término medio de la época en que ocurrió o pudo haber ocurrido;
c) en el segundo caso extraordinario, el último día en que se tuvo noticia del buque o aeronave
perdidos;
d) si es posible, la sentencia debe determinar también la hora presuntiva del fallecimiento; en caso contrario, se
tiene por sucedido a la expiración del día declarado como presuntivo del fallecimiento.
Efectos de la declaración
En orden a los efectos patrimoniales, los artículos 90 y 91 regulan sobre el punto.
Así, tenemos que, dictada la declaratoria, el juez mandará abrir, si existiese, el testamento que hubiese
dejado el desaparecido; los herederos y los legatarios deben recibir los bienes del declarado
presuntamente fallecido, previo inventario. El dominio se inscribirá en el registro correspondiente
(Registro de la Propiedad, Registro de la Propiedad del Automotor) con el pre notación del caso, a
nombre de los herederos o legatarios que podrán hacer partición de los mismos, pero no enajenarlos ni
gravarlos sin autorización judicial. Ahora bien, si, entregados los bienes, aparece el ausente o se tiene
noticia cierta de su existencia, queda sin efecto la declaración de fallecimiento, procediéndose a la
devolución de aquéllos a petición del interesado.
La conclusión del pre notación se encuentra regulada en el art. 92. Éste prevé que el pre notación
queda sin efecto transcurridos cinco años desde la fecha presuntiva del fallecimiento u ochenta años
desde el nacimiento de la persona. Desde ese momento puede disponerse libremente de los bienes, es
decir que los herederos y legatarios pasan a tener el dominio pleno.
Efectos sobre el matrimonio: según el art. 435 inc “b”, la declaración de ausencia con presunción de
fallecimiento es una causal de disolución del matrimonio, por lo que el otro cónyuge podrá contraer
nuevo matrimonio.
Reaparición del presunto muerto Ahora bien, si el ausente reaparece, puede reclamar:
a) la entrega de los bienes que existen en el estado e que se encuentran;
b) los adquiridos con el valor de los que faltan;
c) el precio adeudado de los enajenados; d) los frutos no consumidos.
Sub-Eje Temático 2: LA INCAPACIDAD.
1. La incapacidad. Noción. Clasificación. Incapacidad de ejercicio. Concepto. Caracteres.
Enumeración legal.
La incapacidad
Noción. Clasificación
Además de las capacidades, existen las incapacidades de derecho y de hecho. Las mal llamadas “incapacidades de
derecho”, en realidad, son incompatibilidades o prohibiciones que la ley prevé en casos concretos para evitar un daño
al interés público. Es decir, son restricciones a la aptitud genérica para ser titular de ciertos derechos en una
determinada relación jurídica.
El fin concreto de estas prohibiciones es ése: proteger el interés público y castigar al incapaz para evitar que cometa
actos o hechos que puedan ser perjudiciales para otras personas.
La incapacidad de derecho
Definición. Caracteres
Tal como señaláramos anteriormente, las incapacidades de derecho se presentan como prohibiciones o restricciones
impuestas por la ley teniendo en cuenta distintas circunstancias e implican la total imposibilidad de adquirir el derecho,
contraer el deber o realizar el acto prohibido, no solamente por actuación propia sino también por intermedio de otra
persona. (Tagle, 2002).
De la circunstancia de que la capacidad de derecho se vincula con los derechos inherentes al hombre como tal, se
desprenden los siguientes caracteres acerca de los casos de incapacidad de derecho:
a) Son excepcionales. La regla es la capacidad; sólo por excepción se establecen ciertas incapacidades de derecho en
forma de prohibiciones de realizar determinados “hechos, simples actos, o actos jurídicos determinados”, las que
suelen ser precisas, es decir sin tener carácter general.
b) Obedecen siempre a una causa grave: la restricción a la capacidad de derecho responde siempre a un interés
superior o una razón moral y de buenas costumbres.
c) No pueden suplirse por representación: la incapacidad de derecho no puede subsanarse por representación como se
prevé para los incapaces de hecho (Borda, 2008).
Las incapacidades de derecho no están sistematizadas en el Código Civil y Comercial, sino que aparecen diseminadas.
Se refieren a prohibiciones o restricciones en relación con: a) la calidad de las personas que intervienen en el acto; b)
las cosas que constituyen su objeto y c) la clase de acto de acto de que se trate.
Un ejemplo de incapacidades en razón de la calidad de las personas que intervienen es el art. 689 del Código Civil y
Comercial, que refiere a los contratos que tienen prohibido celebrar los progenitores con el hijo que está bajo su
responsabilidad. Por caso, no pueden comprar por sí ni por persona interpuesta bienes de su hijo, ni constituirse en
cesionarios de créditos, derechos o acciones contra su hijo, ni hacer partición privada con su hijo de la herencia del
progenitor pre fallecido, entre otros actos.
Un ejemplo de prohibiciones en relación a las cosas es el art. 1002 del código único, que señala que:
No pueden contratar en interés propio:
a) los funcionarios públicos, respecto de bienes de cuya administración o enajenación están o han estado encargados;
b) los jueces, funcionarios y auxiliares de la justicia, los árbitros y mediadores, y sus auxiliares, respecto de bienes
relacionados con procesos en los que intervienen o han intervenido;
c) los abogados y procuradores, respecto de bienes litigiosos en procesos en los que intervienen o han intervenido;
d) los cónyuges, bajo el régimen de comunidad, entre sí.
Los albaceas que no son herederos no pueden celebrar contrato de compraventa sobre los bienes de las
testamentarias que estén a su cargo.3
En lo que toca a prohibiciones con relación a ciertos actos, podemos citar el art. 120, que prevé los actos prohibidos del
tutor; el art. 1646 inc. “b”, que establece que no pueden hacer transacciones “los padres, tutores o curadores respecto
de las cuentas de su gestión, ni siquiera con autorización judicial”4.
La incapacidad de ejercicio
Definición. Caracteres
Tal como sostuvimos, debe partirse de que la capacidad es la regla y la incapacidad la excepción. La incapacidad de
obrar resulta de un precepto legal que establece quiénes son los incapaces de ejercicio (art. 24 CCCN). Consiste en la
falta de aptitud o en la imposibilidad del sujeto para realizar por sí mismo actos jurídicos válidos, pero esta ineptitud
legal puede suplirse a través del instituto de la representación, previsto en los arts. 100 y 101 del código único.
La incapacidad de hecho, por su parte, se verifica cuando determinada persona no tiene aptitud para ejercer por sí
misma determinados actos de la vida civil, por lo que podemos decir que se trata de una persona necesitada de un
régimen de protección jurídica que la ampare y que impida el aprovechamiento, por parte de terceros, de esa situación
de debilidad.
Las incapacidades de hecho –de ejercicio o de obrar– han sido establecidas en interés mismo del incapaz y por ello la
ley ha procedido con un criterio tutelar.
Esta incapacidad es susceptible de grados, ya que una persona puede carecer de capacidad de hecho de manera
absoluta, o bien, sólo para determinados actos jurídicos.
Enumeración legal
El art. 24 del Código Civil y Comercial dispone:
Personas incapaces de ejercicio. Son incapaces de ejercicio:
a. la persona por nacer;
b. la persona que no cuenta con la edad y grado de madurez suficiente, con el alcance dispuesto en la Sección 2ª de
este Capítulo;
c. la persona declarada incapaz por sentencia judicial, en la extensión dispuesta en esa decisión.
De acuerdo al precepto, tenemos que son incapaces de hecho:
a. La persona por nacer, que es la persona que está concebida en el seno materno y aún no ha nacido; para que sus
derechos y obligaciones queden irrevocablemente adquiridos, debe nacer con vida, pues, de lo contrario, se
considerará que ella nunca existió.
b. Menores de edad y mayores que no cuentan con edad y grado de madurez suficiente. Este inciso debe estudiarse
en correlación con lo dispuesto en el art. 25, el que dispone que “menor de edad es la persona que no ha cumplido
dieciocho años”
. En efecto, el supuesto de análisis refiere que son incapaces de ejercicio las personas “que no cuentan con la edad y
grado de madurez suficiente”, por lo que incluye a todas las personas que no han cumplido los dieciocho años, salvo:
a) el supuesto de los adolescentes en relación a los tratamientos no invasivos (que veremos más adelante); b) el caso
de los menores emancipados por matrimonio que gozan de plena capacidad de ejercicio con las limitaciones previstas
(arts. 27 y 28) y c) la persona menor de edad con título profesional habilitante que puede ejercer profesión sin
necesidad de previa autorización (art. 30).
Fuera de estas situaciones excepcionales, la regla es que las personas, para gozar de la plena facultad para ejercer los
derechos, deben ser mayores de dieciocho años.
También son considerados incapaces de obrar las personas mayores de edad que no cuenten con madurez suficiente,
pues el artículo utiliza la conjunción copulativa “y”, requiriéndose ambos requisitos para que alguien sea considerado
capaz.
En definitiva, estas dos pautas, edad y madurez suficiente, predeterminan el límite, ya que, si la persona tiene edad y
madurez suficiente, puede validar su actuación autónoma; de lo contrario es incapaz de ejercicio. (Fernández, 2014).
c. La persona incapaz por sentencia judicial. Este supuesto implica que, mediante sentencia, se puede restringir la
capacidad para determinados actos, debiendo partirse siempre del presupuesto de la capacidad, y que sus limitaciones
son de carácter excepcional. Cuando la persona se encuentre absolutamente imposibilitada de interaccionar y expresar
su voluntad, el sentenciaste puede declarar la incapacidad y designar un curador. Por último, comprende a los
inhabilitados por prodigalidad, a quienes se les designará un apoyo para el otorgamiento de actos de disposición ente
vivos y en los demás actos que determine la sentencia.
2. Distinción entre menor de edad y adolescente. El derecho a ser oído. Decisiones en materia de salud.
Menor de edad y adolescencia
Definición
De conformidad al art. 25 del Código Civil y Comercial, menor de edad es la persona que no ha cumplido dieciocho
años y adolescente, la persona menor de edad que cumplió trece años.
Es decir que todas las personas, desde su nacimiento hasta que cumplen dieciocho años, son “menores de edad”,
especificando la denominación de “adolescente” a la persona menor de edad que ha cumplido la edad de trece años.
Distinción entre menor de edad y adolescente
La Real Academia Española define adolescencia como la “Edad que sucede a la niñez y que transcurre desde la
pubertad hasta el completo desarrollo del organismo” (RAE, 2015, http://lema.rae.es/drae/?val=adolescencia).
La diferente categoría entre menor de edad y adolescente parece tomar el antecedente de la Ley de Protección Integral
de los Derechos de las Niñas, Niños y Adolescentes (Ley 26.061), creando una categoría jurídica no prevista por la
Convención de los Derechos del Niño, que integra nuestro ordenamiento jurídico dentro del bloque federal de
constitucionalidad y define al niño como “todo ser humano menor de dieciocho años de edad, salvo que, en virtud de la
ley que le sea aplicable, haya alcanzado antes la mayoría de edad”8. De tal modo, en nuestro ordenamiento jurídico,
los “adolescentes” son indudablemente niños, sin que el Código pueda afectar este carácter, por estar consagrado en
una norma de jerarquía superior.
Influencia de los tratados internacionales
El Código Civil y Comercial, en relación al Código de Vélez, ha introducido modificaciones importantes en la capacidad
de ejercicio, a fin de adecuar el derecho positivo a la Convención Internacional de los Derechos del Niño y a la
Convención Internacional de las Personas con Discapacidad.
De tal modo, el Código Único parte del principio de capacidad y dispone que las restricciones a la capacidad son
excepcionales, establece las facultades judiciales para la determinación de esas restricciones así como los sistemas de
apoyo, la obligación del juez de oír y valorar las opiniones de las personas interesadas así como el deber de darle la
debida intervención en el proceso, la revisión de la sentencia en un plazo máximo de tres años ello también acorde a la
Ley de Salud Mental, entre otras modificaciones importantes que introduce en materia de capacidad.
La Convención sobre los Derechos del Niño consagra la “capacidad o autonomía progresiva”, sistema que ha sido
asumido por el código único, estableciendo que es de dicha capacidad de donde resulta la autonomía del niño que
constituye el principio general.
La expresión “autonomía progresiva” implica reconocer que el niño es un sujeto de derecho que tiene necesidades
propias y específicas. Por lo tanto, implica la obligación de darle la participación que corresponda de acuerdo con su
edad y desarrollo, además de respetar su ámbito de autonomía. Éste deberá ser mayor a medida que transcurren los
años, lo que implica que será progresivamente menor la injerencia de los padres en las decisiones que involucren los
intereses del menor. En este proceso, el niño deberá ser escuchado y su opinión deberá ser tenida en cuenta cuando
tenga la edad suficiente para ser su propio portavoz.
Todos estos criterios fueron tomados en consideración cuando se dictó, en el año 2006, la ley 26.061 de Protección
Integral de Derechos de los niños, niñas y adolescentes. Así, la autonomía progresiva fue calificada por la ley como
integrante del interés superior del niño, al establecer que debe respetarse su condición de sujeto de derecho, edad,
grado de madurez, capacidad de discernimiento y demás condiciones personales. (Santi, 2012).
El reconocimiento de los derechos y garantías procesales del niño adquiere tal relevancia que ha dado origen a la
Convención Europea sobre el Ejercicio de los Derechos del Niño, que comenzó a regir el 1 de julio de 2000, y a la cual
han ido prestando adhesión en forma sucesiva los miembros de la Unión Europea.
La Corte Interamericana de Derechos Humanos, en su Opinión Consultiva Nº 17/02, del 28 de agosto de 2002,
estableció en su art. 10 que, en los procedimientos judiciales o administrativos que involucren a los niños, deben
atenderse a las particularidades que se derivan de su situación específica, y que se proyectan razonablemente sobre la
intervención personal en dichos procedimientos, aspectos que son receptados por nuestra ley 26.061 y por el Código
Civil y Comercial.
En primer lugar, debemos sentar la regla según la cual la persona menor de edad ejerce sus derechos a través de sus
representantes legales, que son los padres, tutor o curador (sobre este tema volveremos al tratar el instituto de la
representación).
Sin embargo, la persona menor de edad que cuenta con edad y grado de madurez suficiente puede ejercer por sí los
actos que le son permitidos por el ordenamiento jurídico, salvo que hubiere conflicto de intereses con sus
representantes legales, en los que ejercerán sus derechos mediante asistencia letrada.
Alguno de los derechos que pueden ejercer los menores de edad sin necesidad de que intervengan sus representantes
legales son:
a) El menor de edad que ha obtenido título habilitante puede ejercer la profesión por cuenta propia (art. 30).
b) La persona mayor de dieciséis años es considerada adulta para las decisiones sobre su propio cuerpo, así como el
adolescente tiene aptitud para decidir sobre tratamientos que no resulten invasivos, ni comprometan su estado o
provoquen un riesgo grave para su vida o integridad física (art. 26).
c) El adoptado con edad y grado de madurez suficiente tiene derecho a conocer los datos relativos a su origen y puede
acceder a ellos cuando así lo requiera (art. 596).
d) Los progenitores adolescentes, estén o no casados, ejercen la responsabilidad parental de sus hijos, pudiendo
decidir y realizar por sí mismos las tareas necesarias para su cuidado, educación y salud (art. 644).
e) El hijo menor de edad puede reclamar a sus progenitores por sus propios intereses sin previa autorización judicial, si
cuenta con la edad y grado de madurez suficiente y asistencia letrada (art. 679).
f) El hijo adolescente no precisa autorización de sus progenitores para estar en juicio cuando sea acusado
criminalmente (art. 680).
En definitiva, la persona menor de edad debe actuar por medio de sus representantes legales, salvo en los casos en
que el Código establezca que pueden hacerlo por sí solos (art. 26).
El artículo 26 del Código Civil y Comercial, en concordancia con el art. 12 de la Convención de los Derechos del Niño y
con la ley 26.061, consagra el derecho de los menores a ser oídos, el que implica que, siempre que los menores
tengan edad para poder expresar una opinión con fundamento, deben ser escuchados y debe ser tenido en cuenta su
parecer.
De esta forma, se contempla y reafirma un importante protagonismo del niño, en cuanto se le reconoce mayor
intervención en los actos que le competen y afectan. Este reconocimiento implica destacar la autonomía de la voluntad
del sujeto, a pesar de su condición de menor.
En definitiva, se establecen las condiciones de participación de los menores en los procesos judiciales que le
conciernen, teniendo en cuenta el juez el grado de madurez, reconociendo en forma progresiva su capacidad sobre la
base de la regla del discernimiento, en particular en aquellos casos en los que pudiera haber conflictos de intereses
entre el menor y sus representantes legales.
Las decisiones de los menores en el ámbito de la salud
a) Tratamientos no invasivos
El artículo 26 del código unificado establece una presunción de que el adolescente de entre trece y dieciséis años
puede y se considera facultado para aceptar y consentir por sí mismo ciertos tratamientos, siempre que estos no
resulten invasivos ni comprometan su estado de salud o provoquen un riesgo grave en su vida o integridad física.
Esta presunción funcionará siempre que el adolescente pueda comprender los aspectos esenciales relativos a la
práctica propuesta, aunque, de ser necesario, una última determinación siempre quedará en manos de los tribunales, la
ley artes y la costumbre, y, por lo general, será el médico tratante quien decida acerca de la aptitud del tratamiento, con
base en criterios que desde el ámbito médico se van pautando.
b) Tratamientos que comprometen la salud del menor
Ahora, si se trata de un tratamiento que compromete su estado de salud o está en riesgo su vida, el adolescente debe
prestar su consentimiento con la asistencia de sus progenitores, y, en caso de existir un conflicto entre ambos, se
resolverá judicialmente teniendo en cuenta el interés superior del niño y la opinión médica respecto de las
consecuencias de la realización del acto.
Reglas generales. La restricción al ejercicio de la capacidad jurídica se rige por las siguientes reglas generales:
a) la capacidad general de ejercicio de la persona humana se presume, aun cuando se encuentre internada en un
establecimiento asistencial; b) las limitaciones a la capacidad son de carácter excepcional y se imponen siempre en
beneficio de la persona; c) la intervención estatal tiene siempre carácter interdisciplinario, tanto en el tratamiento como
en el proceso judicial; d) la persona tiene derecho a recibir información a través de medios y tecnologías adecuadas
para su comprensión; e) la persona tiene derecho a participar en el proceso judicial con asistencia letrada que debe
ser proporcionada por el Estado si carece de medios; f) deben priorizarse las alternativas terapéuticas menos
restrictivas de los derechos y libertades. 10
Estas reglas generales que se agrupan en la norma rigen todo lo referido a las restricciones al ejercicio de la capacidad
jurídica de las personas, y son producto especialmente de la aprobación de la Convención sobre los Derechos de las
Personas con Discapacidad (ley 26.378) y de la Ley Nacional de Salud Mental (ley 26.557).
Manteniendo el criterio biológico-jurídico, el art. 32 del código unificado prevé dos supuestos diferenciados: a)
incapacidad de ejercicio relativa, que alcanza los actos señalados en cada sentencia e b) incapacidad de ejercicio
absoluta.
De la lectura del art. 32 del Código se advierte que, a partir de los trece años se puede restringir judicialmente la
capacidad de una persona cuando ésta padece una adicción o alteración mental permanente o prolongada de entidad
suficiente – elemento biológico- y se estime que de no restringirle la capacidad pueda ocasionar un daño a su persona
o a sus bienes – elemento jurídico; o excepcionalmente declarar la incapacidad “cuando la persona se encuentre
absolutamente imposibilitada de interaccionar con su entorno y expresar su voluntad por cualquier modo, medio o
formato adecuado y el sistema de apoyos resulte ineficaz”11.
Presupuestos jurídicos y fácticos
La persona con capacidad restringida es, por regla, una persona capaz y sólo no podrá ejercer por sí sola
determinados actos que se especifiquen en la sentencia (art. 24 inc “c”).
El juez, en la sentencia, debe designar el o los apoyos que estime convenientes, siempre tratando de limitar lo menos
posible la autonomía de la persona, favorecer las decisiones que respondan a las preferencias de la persona tutelada
y, de esta manera, garantizar el respeto de los derechos de la persona protegida.
El o los apoyos que se designen no tienen por misión sustituir la voluntad del sujeto, sino todo lo contrario; promueven
la libertad, la autonomía, “la comunicación, la comprensión y la manifestación de la voluntad de la persona para el
ejercicio de sus derechos”12.
Ahora bien, se considerará una persona incapaz de ejercicio absoluta cuando: a) se encuentre imposibilitada de
interaccionar con su entorno y expresar su voluntad por cualquier modo, medio o formato adecuado y b) el sistema de
apoyos cualquiera que fuere resulte ineficaz. En este supuesto, el juez deberá designarle un curador para que
represente al incapaz, siendo de aplicación los arts. 138 a 140 (curatela).
Es dable señalar que, si no se dieran estos requisitos esenciales, corresponderá una sentencia de capacidad
restringida y no una declaración de incapacidad absoluta.
Inhabilitados
Noción. Presupuestos fácticos
De conformidad al art. 48 del Código Civil y Comercial, podrán ser inhabilitados los pródigos, es decir
aquellos a quienes, por la mala gestión de sus bienes, en el sentido de dilapidar, malgastar, expongan
el patrimonio familiar a que se vea menoscabado.
Cuyo procedimiento es el mismo que el de la declaración de capacidad restringida y el de incapidad.
El mencionado artículo define a la persona del pródigo como aquélla que padece una alteración
funcional permanente o prolongada, física o mental, que, en relación a su edad y medio social, implica
desventajas considerables para su integración familiar, social, educacional o laboral.
Lo que la ley pretende es justamente proteger al grupo familiar –es decir a las personas del cónyuge,
conviviente, hijos menores de edad o con discapacidad– de la pérdida del patrimonio, legitimando a
promover la inhabilitación al cónyuge, conviviente, ascendientes y descendientes.
En definitiva, para que proceda la inhabilitación se requiere: personas a quienes proteger y prodigalidad en la
gestión del patrimonio por parte de la persona que se pretende inhabilitar.
Efectos de la declaración
Persona jurídica
Noción
El artículo 141 del Código Civil y Comercial precisa el concepto de persona jurídica. Dispone que “Son
personas jurídicas todos los entes a los cuales el ordenamiento jurídico les confiere aptitud para adquirir
derechos y contraer obligaciones para el cumplimiento de su objeto y los fines de su creación.”
Naturaleza Juridica
Existieron tres grandes posturas a lo largo de la historia que trataron de descifrar la naturaleza jurídica
de estos entes de existencia ideal; al respecto de las teorías existen distintas maneras de agruparlas.
Buteler Cáceres (2000), las clasifica o agrupa de la siguiente manera:
a. La teoría de la ficción: elaborada por Savigny, parte de la proposición de que el derecho subjetivo es
un poder que se sustenta en la voluntad moral, por lo tanto, la única persona que lo puede detentar es
la real, la persona física. Pero la realidad demuestra la necesidad de los hombres de actuar
conjuntamente y administrar bienes durante esa actuación, por lo tanto sólo pueden lograrlo a través de
la creación de un ente artificial, producto de la ficción, al que denomina “sujeto del derecho de bienes”;
sin embargo, este sujeto no tiene voluntad propia, por eso actúan por el mismo las personas físicas que
lo representan.
b. Las teorías negatorias de la personalidad jurídica: estas teorías parten de la base de que estos
sujetos que se unen para lograr sus objetivos no logran crear un sujeto distinto, por lo tanto ese sujeto
no existe; la base para lograr la protección de la ley ,es sólo que estos grupos persiguen fines de
acuerdo a la solidaridad social. Entre estas teorías se encuentran las de los patrimonios de afectación y
la de la propiedad colectiva.
c. Las teorías realistas: éstas reconocen que el sujeto creado por sus miembros conforma un ente
diferente. Estas teorías a su vez presentan diferentes posturas:
i). Las que se fundan en la voluntad: sostienen que la persona jurídica es un verdadero ente semejante
al organismo de las personas físicas, se basa en una fantasía que asimila biológicamente y
orgánicamente a las personas físicas y jurídicas. Este grupo a su vez tienen un subgrupo:
ii). La teoría del órgano: este es un concepto que se toma en la actualidad y reemplaza el concepto de la
representación de la persona jurídica por el del órgano de voluntad de la misma
iii). Las que se basan en los intereses: y sostienen que las personas jurídicas poseen un interés distinto
al de los miembros que las componen, entonces este ente representa la configuración jurídica legal de
ese interés
iv). La teoría de la institución: de Hauriou, quien sostiene que la persona jurídica es una institución, es
una idea de obra o de empresa que se realiza y dura jurídicamente en un medio social; para la
realización de esta idea, se organiza un poder que le procura los órganos necesarios. Por otra parte,
entre los miembros del grupo social interesado en la realización de la idea, se producen
manifestaciones de comunión dirigidas por órganos de poder y reglamentadas por procedimientos. El
elemento más importante de toda institución corporativa es la idea de la obra a realizar. Todo cuerpo
constituido lo es por la realización de una obra o de una empresa. La idea de la empresa es el objeto de
la empresa, porque la empresa tiene por objeto realizar la idea. El segundo elemento de toda institución
corporativa es un poder de gobierno organizado para la realización de la idea de la empresa, y que está
a su servicio. Y el tercer elemento de la institución corporativa, para Hauriou, es la "manifestación de
comunión" de los miembros del cuerpo y también de los órganos de gobierno, tanto en la idea de la
obra a realizar como en los medios a emplear.
Buteler Cáceres adhiere a la concepción realista, destacando que la persona jurídica es una realidad,
pero es tan sólo realidad-idea, realidad que vive en el mundo del pensamiento jurídico. Comienzo de la
existencia
La regla general, de acuerdo al art. 142 del código unificado, es que la existencia de la persona jurídica
privada comienza siempre desde su constitución, siendo la autorización legal para funcionar la
excepción a dicha regla.
De este modo, para que se reconozca la existencia del ente ideal, es necesario que el contrato
constitutivo se inscriba en el Registro de Personas Jurídicas; a partir de allí, los actos realizados se
tendrán como realizados por la sociedad.
El art. 169 del Código Civil y Comercial dispone que el acto constitutivo de la asociación civil debe ser otorgado
por instrumento público e inscripto en el registro correspondiente una vez otorgada la autorización estatal para
funcionar. Hasta la inscripción, se aplican las normas de la simple asociación.
Por su parte, el art. 187 del mismo cuerpo legal establece que la simple asociación se debe constituir
por instrumento público o por instrumento privado con firma certificada por escribano público. Al nombre
debe agregársele, antepuesto o pospuesto, el aditamento “simple asociación” o “asociación simple”.
Y el art. 195 estatuye que el acto constitutivo de la fundación debe ser suscripto por el o los fundadores
o apoderado con poder especial, si se lo hace por acto entre vivos, o por el autorizado por el juez del
sucesorio, si es por disposición de última voluntad. El instrumento debe ser presentado ante la
autoridad de contralor para su aprobación.
En consecuencia, frente a los diferentes tipos de personas jurídicas privadas que contempla el código, la forma de
constitución de dichas personas dependerá en cada caso del tipo de que se trate.
Clasificación
Clasificación
Las personas jurídicas se clasifican en públicas y privadas.
La distinción de las personas jurídicas en públicas y privadas tiene gran interés práctico.
Lloveras de Resk(1995)entiendeque son personas jurídicas públicas aquellas que son titulares
de poderes o prerrogativas públicas. Mientras que son personas jurídicas privadas las que no
los poseen, lo cual determina que las personas públicas seanreguladasprincipalmente por el
derecho público, yque las personas jurídicas privadas lo sean por el derecho privado
respectivo, sobre todo en orden a su creación, organización y funcionamiento (Lloveras de
Resk, 1995, p. 302). Esta afirmación no importa desconocer que las personas jurídicas
públicas puedendesarrollar parte de su actividad en el ámbito del derecho privado y las
personas jurídicas privadas pueden hacerlo en el campo del derecho público, con lo cual cada
una de estas personas se regirá por la rama del derecho que corresponda a esa actividad.
Persona jurídica:
Carácter Publico
Estado nacional
Provincial
Municipal y ciudad autónoma de buenos aires
Entidades autárquicas
Estados extranjeros
Iglecia Catolica
Carácter privado
Los que no requieren autorización para funcionar: sociedades comerciales y consorcio de propiedades
3.2 Atributos de las personas jurídicas. Noción. Nombre. Régimen legal. Domicilio y sede
social. Patrimonio. Capacidad de derecho.
Atributos de las personas jurídicas
Noción
La persona jurídica tiene su fundamento en la constitución, cuando dice que nos podemos asociar
libremente para desarrollar fines, en donde la ley autorize y reconoce a la persona jurídica como medio
técnico para las personas.
Hemos señalado que la persona jurídica tiene personalidad jurídica y que, por ende, posee atributos: el
nombre para individualizarse, el domicilio para determinar la ley aplicable y la jurisdicción donde puede
demandar o ser demandada, la capacidad siempre de derecho y limitada al objeto para el que se
constituyó y el patrimonio, a los fines del cumplimiento de sus fines.
Nombre.
Régimen legal
El nombre o razón social es un atributo de las personas jurídicas, toda vez que es necesario a los fines
de su individualización y designación que permita distinguirlas.
De acuerdo a lo normado en el art. 151 del Código, el nombre debe reunir los siguientes requisitos:
a) aditamento de la forma jurídica utilizada para que los terceros conozcan la naturaleza y extensión de
la responsabilidad, por ejemplo “SRL”, “SA”.
b) cumplir con los recaudos de veracidad, novedad y aptitud distintiva, ello así a los fines de que se
distingan entre las personas jurídicas.
c) no contener términos contrarios a la ley, el orden público o las buenas costumbres.
d) no inducir a error sobre la clase u objeto de la persona jurídica.
e) la inclusión en el nombre de la persona jurídica del nombre de personas humanas requiere la
conformidad de éstas, que se presume si son sus miembros.
Domicilio y sede social
El artículo 152 del Código Civil y Comercial regula el atributo domicilio.
En primer lugar, cabe distinguir entre domicilio y sede social. El término “domicilio” remite a la indicación
genérica de la ciudad, localidad o región donde se ha constituido la sociedad, mientras que el término
“sede” alude al lugar geográfico concreto (dirección) donde se ha instalado la persona jurídica. Por
ejemplo, Córdoba capital es el domicilio y Bv. San Juan 710 es la sede.
En el estatuto de las personas jurídicas deberá consignarse obligatoriamente el domicilio y la sede o
dirección, esto es, no sólo la ciudad o localidad sino también la calle, número y designación de la
unidad funcional si la hubiera.
Por otro lado, el precepto establece que la persona jurídica que posee muchos establecimientos o
sucursales tiene su domicilio especial en el lugar de dichos establecimientos, pero sólo para la
ejecución de las obligaciones allí contraídas.
Por último, prevé que, para el caso que se quiera cambiar el domicilio, debe modificarse el estatuto, y, si se
quiere cambiar la sede, puede ser resuelto por el órgano de administración.
Las notificaciones que se realicen en la sede inscripta de la persona jurídica serán vinculantes, aunque
ya no funcione allí, pues lo que se pretende es proteger los derechos de terceros que contraten con el
ente social.
Patrimonio
La capacidad vinculada a las personas jurídicas se refiere sólo a la capacidad de derecho o aptitud para
ser titular de derechos y deberes jurídicos y ejercer por sí o por otros los actos inherentes a los
derechos de los que se es titular. La noción de capacidad de obrar es absolutamente ajena, pues estos
sujetos de derechos siempre actuarán a través de sus órganos o representantes.
La regla general en materia de capacidad de las personas jurídicas es que tienen capacidad de derecho
para todos los actos y todos los derechos que no les estén expresamente prohibidos. Esta capacidad,
sin embargo, tiene sus limitaciones en razón del principio de especialidad y de la naturaleza de las
cosas.
a) El principio de la especialidad: significa que las personas jurídicas tienen capacidad para celebrar
aquellos actos inherentes a la finalidad para la que ha sido creadas, es decir en función de su objeto y
su fin. De tal modo, no pueden celebrar actos que nada tengan que ver son su objeto de creación, pero
ello no significa que no puedan ejecutar los que son convenientes o necesarios para la mejor
obtención de aquél. b) Limitaciones impuestas por la naturaleza de las cosas: las personas jurídicas no
pueden ser titulares, por ejemplo, de los derechos potestativos.
De la lectura de los fundamentos del anteproyecto del Código Civil y Comercial de la Nación se sigue que se
identifica a los bienes con la valoración económica.
Se explica allí que, para este fin, no es determinante si son materiales (cosas) o inmateriales, porque lo que
interesa es que tengan valor, y este elemento es económico y no afectivo. Así, la noción de bien está
estrechamente vinculada al enfoque económico y, por lo tanto, no podría aplicarse a los bienes ambientales,
o al cuerpo, o partes del cadáver.
En relación a las cosas, se las define como los objetos materiales susceptibles de tener un valor. Desde el
punto de vista físico, cosa es todo lo que existe; no sólo los objetos que pueden ser propiedad del hombre,
sino también todo lo que en la naturaleza escapa a esta apropiación exclusiva: el mar, el aire, el sol, etc.
Desde el punto de vista jurídico, esta noción se ha circunscripto para no abarcar toda la materialidad ni la
utilidad, y por ello “debemos limitar la extensión de esta palabra a todo lo que tiene un valor entre los
bienes de los particulares”.
El artículo 16 del código único prevé que los derechos individuales pueden recaer sobre bienes susceptibles
de valor económico. Los bienes materiales se llaman cosas y las disposiciones referentes a las cosas son
aplicables a la energía y a las fuerzas naturales susceptibles de ser puestas al servicio del hombre
. Distintas clasificaciones.
El Código Civil y Comercial contiene varias clasificaciones de las cosas consideradas en sí mismas:
a) muebles e inmuebles;
b) cosas divisibles e indivisibles;
c) cosas principales y accesorias;
d) cosas consumibles y no consumibles; 80
e) cosas fungibles y no fungibles. La importancia de estas clasificaciones radica en que, según el estatuto que
reciba la cosa, el régimen jurídico que se le aplique variará.
Así por ejemplo, la distinción entre muebles e inmuebles tiene importancia desde diferentes aspectos:
a) Por un lado, la determinación de la ley aplicable. Las cosas inmuebles se rigen por la ley del lugar de su
situación (art. 2663 del CCCN), mientras que las cosas muebles se rigen por el domicilio del demandado si se
trata de las cosas que lleva consigo o son de uso personal, o bien por el lugar de situación de los bienes (arts.
2665 y 2666 del CCCN). b) También tiene incidencia en relación al régimen de prescripción adquisitiva, que
es un modo de adquirir el dominio por la continuación de la posesión en forma pública, pacífica, continua e
ininterrumpida durante el tiempo que establece la ley. Así, las cosas inmuebles se adquieren por la posesión
continua de diez años cuando ésta es con justo título y buena fe (art. 1898 CCCN) o bien, veinte años sin
necesidad de título y buena fe por parte del poseedor (art. 1899 CCCN). Ahora bien, el dominio sobre cosa
mueble se adquiere por la simple posesión de buena fe, salvo que se trate de cosas muebles hurtadas o
perdidas, en cuyo caso el dominio se adquiere por la posesión continua y de buena fe de dos años (art.
1898). Si no hay justo título y buena fe y se trata de una cosa mueble registrable, se adquiere si se posee
durante diez años (art. 1899). c) Asimismo, esta clasificación influye en los derechos reales. Así por ejemplo,
el derecho real de propiedad horizontal sólo puede recaer sobre inmuebles (art. 2037), tal como el derecho
de superficie (art. 2114) y el de hipoteca (art. 2205). En tanto, el derecho real de prensa sólo puede recaer
sobre cosas muebles no registrables o créditos instrumentados (art. 2219).
En relación a la división de cosas fungibles y no fungibles, habrá contratos como el de locación, en virtud del
cual se entrega a otra persona el uso y goce temporario de una cosa a cambio del pago de un precio en
dinero (art. 1187); el alquiler o arrendamiento deberá recaer sobre una cosa no fungible, es decir sobre una
cosa que conserve su individualidad, pues la persona que recibe una cosa para usarla 81
estará obligada al término del contrato a restituir la misma cosa que le fue entregada y no otra. Lo mismo
sucede en el comodato, acerca del cual, el art. 1533 expresamente establece “hay comodato si una parte se
obliga a entregar a otra una cosa no fungible, mueble o inmueble, para que se sirva gratuitamente de ella y
restituya la misma cosa recibida”.
Mientras que el contrato de mutuo, por ejemplo, sólo puede recaer sobre cosas fungibles, pues el mutuario,
al término del contrato, no estará obligado a devolver lo mismo que recibió sino igual cantidad de cosas de
la misma calidad y especie (art. 1525).
La distinción entre cosas consumibles y no consumibles tiene importancia debido a que determinados
contratos sólo pueden tener por objeto a las primeras y otros únicamente a las segundas, como el mutuo y
el comodato, respectivamente. Además, la distinción es importante en materia de derechos reales, pues el
usufructo sólo puede recaer sobre cosas no consumibles, puesto que el usufructuario y el usuario pueden
usar y gozar de la cosa ajena sin alterar su sustancia.
La clasificación entre cosas divisibles y no divisibles tiene importancia pues, al dividirse un condominio o la
partición de una herencia, sólo las cosas divisibles pueden ser objeto de partición en especie.
Criterios de distinción
El Código Civil y Comercial realiza una clasificación de las cosas: a) Cosas consideradas en sí mismas; distingue
inmuebles y muebles, cosas fungibles y no fungibles, cosas principales y accesorias, cosas consumibles y no
consumibles, frutos y productos, entre otros. b) Bienes con relación a las personas; distingue los bienes
pertenecientes al dominio público, al dominio privado del Estado y los bienes de los particulares. c) Bienes con
relación a los derechos de incidencia colectiva; relativizando los derechos individuales en función de la protección
de los derechos de incidencia colectiva.
Inmuebles y muebles.
Distintas clases.
Inmuebles y muebles. Distintas clases.
La determinación que la ley le da a estos pasa por la ley que se le va a aplicar. Cuando se habla de
cosas inmuebles se rige por la ley del lugar donde esta la cosa. Esta aferrada al suelo, no se
translada.
Cuando se habla de cosa mueble se rige por el domicilio del demandado. Tiene insidencia en una
prescripción adquisitiva
art. 225:Inmuebles por su naturaleza. Son inmuebles por su naturaleza el suelo, las cosas
incorporadas a él de una manera orgánica y las que se encuentran bajo el suelo
sin el hecho del hombre
Los muebles forman un todo con el inmueble y no pueden ser objeto de un derecho separado sin la
voluntad”,
Art.227: “Cosas muebles. Son cosas muebleslas que pueden desplazarse por sí
mismas o por una fuerza externa
.
Cosas divisibles y no divisibles.
Art. 228: Cosas divisibles. Son cosas divisibles las que pueden ser divididas en porciones reales sin
ser destruidas, cada de las cuales forma un todo homogéneo y análogo tanto a las otras partes
como a la cosa misma.
Para que una cosa sea divisible deben darse los siguientes presupuestos:
Que la cosa pueda dividirse de hecho.
Que las cosas obtenidas formen un todo homogéneo.
Que sean análogas a las demás partes y a toda la cosa.
las cosas no podrán ser divididas,aunque se den todos los requisitos desarrollados anteriormente, si
su división convierte en antieconómico su uso.
Indivisible: Pierde su valor si se divide.
Frutos y productos.
Vivienda. Concepto.
Vivienda esta en el art 14 bis de la constitución nacional como un derecho a la dignidad de la
persona la nueva ley 14.394(ley de bien de familia). Las modificaciones son importantes, en tanto:
(a) se autoriza la constitución del bien de familia a favor del titular del dominio sin familia,
atendiendo a la situación, cada vez más frecuente, de la persona que vive sola; se permite que el
bien de familia sea constituido por todos los condóminos, aunque no sean parientes ni cónyuges;
(b) la afectación también puede ser decidida por el juez, a petición de parte, en la resolución que
atribuye la vivienda en el juicio de divorcio o en el que resuelve las cuestiones relativas a la
conclusión de la convivencia, si hay beneficiarios incapaces o con capacidad restringida; c) se
amplía la lista de los beneficiarios al conviviente; (d) se prevé expresamente la subrogación real,
reclamada por la doctrina y recogida en diversos pronunciamientos judiciales, que permite adquirir
una nueva vivienda y mantener la afectación, así como extender la protección a la indemnización
que provenga del seguro o de la expropiación; (e) se resuelven problemas discutidos en la doctrina,
los cuales son: la situación de la quiebra, adoptándose el criterio según el cual el activo liquidado
pertenece sólo a los acreedores anteriores a la afectación, y si hay remanente se entrega al
propietario; la admisión de la retroprioridad registral, en tanto se remite a las normas de la ley
registral que así lo autorizan; la inoponibilidad a los créditos por expensas en la propiedad
horizontal y a los créditos alimentarios, etcétera.
Fundamentos del anteproyecto del CCCN
El régimen legal de protección de la vivienda, regulado en el art. 244 del CCCN, tiene un alcance
amplio, pues no sólo protege la vivienda donde reside la familia, sino también la persona individual.
La característica fundamental de este régimen es que,una vez afectada la vivienda e inscripta en el
Registro de la Propiedad, la misma se torna inembargable e inejecutable por deudas que contraiga
su titular, aun en caso de concurso o quiebra e independientemente de cuál sea la causa de la
obligación, si ésta es posterior a la afectación.
Régimen de afectación: presupuestos fácticos.
De acuerdo al art. 244 del código unificado, puede afectarse un inmueble destinado a
vivienda por su totalidad o hasta una parte de su valor. Es decirque la leypermite una
protección parcial a quien posee un inmueble de gran valor, lo que,por un lado,asegura la
vivienda y,por otro, evita el abuso que significa proteger la vida lujosa del deudor mientras su
acreedor no puede cobrar lo que es legítimamente debido.
Por otro lado, tampoco puede afectarse más de un inmueble, por lo que,si alguien es
propietario único de dos o más inmuebles, debe optar por la subsistencia de uno solo dentro
del plazo que fije la autoridad de aplicación, su pena de considerar afectado el constituido en
primer término.
Inscripción en el registro de la propiedad
La afectación del inmueble al régimen de vivienda debe inscribirse en el registro de la propiedad
inmueble para su adecuada publicidad frente a terceros. Asimismo, la inscripción produce el efecto de
prioridad temporal de la afectación, la que se rige por las normas contenidas en la ley nacional del
registro inmobiliario (ley 17.801); de esta manera se permite la retroactividad de la registración a través
del sistema de reserva de prioridad regulado en dicha normativa.
Legitimados
Según el art. 245 del CCCN, la afectación de la vivienda puede constituirse:
a) Por actos entre vivos. En este caso se requiere ser titular dominical o, si hay condominio, la solicitud
debe ser efectuada por todos los cotitulares.
b) Mortis causa. Se prevé que la constitución puede hacerse por actos de última voluntad y, aunque el
Código no lo diga, el único acto por el que podría hacerse la afectación es a través de testamento. En
este caso, el juez debe ordenar la inscripción a pedido de cualquiera de los beneficiarios, del Ministerio
Público o de oficio en el caso de que hubiere incapaces o personas con capacidad restringida.
c) Constitución judicial. Finalmente, se prevé que la afectación pueda ser decidida por el juez, a petición
de parte, en la resolución que atribuye la vivienda en el juicio de divorcio o que resuelve las cuestiones
relativas a la conclusión de la convivencia, si hay beneficiarios incapaces o con capacidad restringida.
Beneficiarios
Según el art. 246 del CCCN, son beneficiarios del régimen las siguientes personas: a) El constituyente
b) Su cónyuge c) Su conviviente d) Los ascendientes o descendientes del constituyente e) En caso de
que el constituyente no tenga cónyuge, conviviente, ascendientes, ni descendientes, pueden ser
beneficiarios los parientes colaterales del constituyente siempre que convivan con él.
Desafectación y cancelación de la inscripción.
La desafectación y cancelación de la inscripción
a) A solicitud del constituyente; si está casado o en unión convivencia inscripta, se requiere el
asentimiento del cónyuge o del conviviente; si éste se opone, falta, es incapaz o tiene capacidad
restringida, la desafectación debe ser autorizada vía judicial.
b) A solicitud de la mayoría de los herederos, si la constitución se dispuso por acto de última voluntad.
Ahora bien, en los casos que exista cónyuge supérstite o conviviente, o beneficiarios incapaces o con
capacidad restringida, el juez resolverá lo que estime más conveniente.
c) A instancia de cualquier interesado o de oficio, si no subsisten los recaudos previstos o fallecen el
constituyente y todos los beneficiarios.
d) En caso de expropiación, reivindicación o ejecución autorizada.
Desafectada y cancelada la inscripción registral, la vivienda dejará de gozar de los beneficios que
concede el régimen estudiado y, por lo tanto, la misma será ejecutable y embargable.
Hechos Humanos: Actos Voluntarios (art260) Simple Acto licito (art 258)
Acto Juridico (art 259)
El discernimiento. Concepto.
Elementos Internos. El discernimiento
El discernimiento se refiere a la aptitud general de conocer, es decir, ala madurez
intelectual para razonar, comprender y valorar el acto y sus consecuencias. Se trata,en
definitiva, de tener una conciencia cabal de nuestras propias acciones, de su conveniencia e
inconveniencia, de su bondad o maldad, de su licitud o ilicitud(Buteler Cáceres, 2000).
Esta aptitud depende del grado de madurez que se haya alcanzado y puede faltar por la edad
o por cuestionesde salud mental.
El discernimiento debe ser distinguido de la capacidad pues,en tanto el primero es una
cualidad o aptitud natural del sujeto de conocer, razonar y comprender,la capacidad es la
cualidad o aptitud jurídica de obrar, de ejercer actos válidos. En una palabra, se puede tener
discernimiento y ser sin embargo incapaz, como c los menores mayores de diez años
que,conforme la ley (art. 261, inc. “b”del CCCN),poseen discernimiento para ejecutar actos
ilícitos y por ende son responsables de sus consecuencias, y sin embargo son incapaces de
obrar, por lo que nopueden celebrar actos jurídicos válidos por sí mismos (Tagle, 2002).
Causas obstativas del discernimiento.
El artículo 261 del código único reza
Acto involuntario. Es involuntario por falta de discernimiento:
a) el acto de quien, al momento de realizarlo, está privado de la razón;
b) el acto ilícito de la persona menor de edad que no hay cumplido diez años;
c) el acto lícito de la persona menor de edad que no ha cumplido trece años, sin
perjuicio de lo establecido en disposiciones especiales. Art. 261
Tal como hemos señalado anteriormente, el discernimiento es uno de los elementos
necesariospara que exista voluntad jurídica, por lo que la ausenciade ésteconlleva la
involuntariedad del acto.
La falta de discernimiento determina la falta de aptitud del sujeto para hacer uso de la
autonomía privada y no se produce a raíz de vicio alguno sino por una circunstancia inherente
a la aptitud intelectual general del sujeto.
Las causas que obstan el discernimientopueden agruparseen dos grandes grupos:
aquellas que presuponen un desenvolvimiento insuficiente de la inteligencia (minoridad, en
tanto inmadurez;puntos “b”y “c”) y las que importan considerar que el sujeto no estaba en
pleno uso de sus facultades intelectuales al realizar el acto (privación de la razón, punto “a”).
Respecto a la privación de razón, ésta puede ser de dos clases según la falta de razón
refleje alguna clase de patología más o menos permanente o bien un oscurecimiento del
intelecto temporal o accidental y sólo relacionado con el acto en cuestión; circunstancias que
incidirán en los extremos a acreditar en un eventual juicio y, todo ello, debiendo tener en
cuenta los alcances concretos de la inhabilidad del sujeto en caso de que hubiera sido objeto
de una declaración (Rivera y Medina, 2014).
En relación a la edad, debe señalarse que,de acuerdo alsistema que adopta el Código
Civil y Comercial, según el cual se presume, sin admitir prueba en contrario, que las personas
obran con discernimiento a partir de determinadas edades, éstas deben ser capaces de
distinguir entre actos lícitos y actos ilícitos.
En el caso de actos ilícitos, la ley ha entendido que el ser humano capta antes la
noción de lo bueno y de lo malo que la apreciación de lo que para él puede ser conveniente o
inconveniente y,por ello, presume,sin admitir prueba en contrario, que los menores mayores
de diez años tienen discernimiento para ejecutar actos ilícitos y por ende habrán de
responder por sus consecuencias, es decir que responderán civilmente con su propio
patrimonio.Esto, sin perjuicio de la responsabilidad de los padres y del derecho de repetición
que,en razón de este discernimiento, estos tienen contra sus hijos (art. 1754 CCCN).
En cambio, respecto de los actos lícitos,la ley considera que se tiene discernimiento
desde los trece años, pero no para todos losactos, sino sólo para que aquellos que la ley
expresamente les permite realizar,como ser: la persona adolescente de entre trece y dieciséis
años puede tomar decisiones respecto de aquellos tratamientos que no resultan invasivos;a
partir de los dieciséisaños,el adolescente puede tomar decisiones sobre el cuidado del propio
cuerpo (art. 26 CCCN);puede ejercer profesión si ha obtenido título habilitante aunque sea
menor de edad (art. 30 CCCN).
La intención. Concepto.
Se ha definido la intencióncomo el discernimiento aplicado al acto concreto de que se
trata. Es representarse los motivos determinantes de la acción y tener conocimiento concreto
del estado de casos (Buteler Cáceres, 2000).
Aun cuando haya discernimiento, puede faltar laintención. Ya veremos,más adelante, que
pueden concurrir vicios como el error o la ignorancia o bien el dolo y en ese caso faltará la
intención. Pero,a la inversa, la intención presupone siempre el discernimiento, ya que no se
puede concebir intención sin discernimiento (Buteler Cáceres, 2000).
En una palabra, es la conciencia plena y cabal del acto de los alcances de un acto
determinado.
Elemento externo
La violencia. Noción.
La libertad como tercer requisito de la voluntad es aquélla que permite auto determinarse sin
influencias mayores a las habituales. Precisamente, la violencia importaría una influencia superior a
la tolerable: consiste en ejercer coerción sobre una persona para obligarla a realizar
un acto.
Nuestro Código emplea los términos “fuerza irresistible” e “intimidación” parar eferirse a
la violencia como vicio de la voluntad que excluye la libertad. Así, la violencia en términos
jurídicos es la coerción que por distintos medios se emplea sobre una persona para obligarla a
ejecutar un acto que no estaba dispuesta realizar. La violencia se presenta en dos formas
diferentes: la fuerzairresistible, que tiene lugar cuando se excluye la voluntad mediante el
empleode una presión física irresistible o de malos tratamientos corporales; o bien,
la intimidación o amenazas que inspiran en la víctima el temor fundado de sufrirun mal
inminente y grave que suprime su libertad en el obrar.
Clases.
Efectos.
El artículo 276 del Código Civil y Comercial prevé:
Fuerza e intimidación. La fuerza irresistible y las amenazas quegeneran el
temor de sufrir un mal grave e inminente que no sepueden contrarrestar o
evitar en la persona o bienes de la parteo de un tercero, causan la nulidad del
acto. La relevancia de lasamenazas debe ser juzgada teniendo en cuenta la
situación delamenazado y las demás circunstancias del caso. Art. 276
Así, de acuerdo al precepto mencionado, la violencia se puede ejercer a travésde dos
modalidades: la fuerza irresistible y las amenazas o intimidación.
La fuerza irresistible es la coacción física o material que suprime la
libertadconstriñendo al sujeto a obrar en determinado sentido o a dejar de hacerlo. Setrata
de una fuerza suficientemente grave como para impedir a la víctimarepelerla (Tagle, 2002).
Esta fuera gravita sobre la persona de quien la padece a modo dereducirla a
mero instrumento pasivo de la voluntad y del designiode otro. Indiscutiblemente
invalida el acto jurídico. Por unaparte, entenderemos que el acto no sólo no es
voluntario, sin que antivoluntario y por otra parte, que en este caso se configuraun tipo penal, vale
decir cuando se ha ejercitado violencia sobreuna persona humana. (Buteler Cáceres, 2000, p. 259).
Por otro lado, tenemos la violencia moral o intimidación, que consiste eninspirar
temor por medio de amenazas para infundir miedo, alterando el ánimoy la libertad de obrar
para que el amenazado ceda en perjuicio de sus propiosintereses.
Estas amenazas deben ser graves, es decir, deben tener aptitud para crear eltemor
racionalmente fundado, lo que se valorará de acuerdo a la situación delamenazado y las
demás circunstancias del caso (art. 276 del CCCN).
La gravedad se valorará teniendo en cuenta los bienes jurídicos –que puedenser de
naturaleza patrimonial o no; la vida, la salud, la honra, la reputación, laintimidad, etc.– del
propio amenazado, así como de cualquier otro sujeto entanto y en cuanto se demuestren
aptos para alterar la conducta del afectado.
Asimismo, el mal amenazado ha de ser inminente, no necesariamente presenteo
actual, pero sí de realización en un lapso más o menos próximo, de modo queno pueda
evitarse a tiempo ni reclamarse el auxilio de la autoridad pública paraimpedir la amenaza o
defenderse de ella.
Sin embargo, es menester atribuir al término de “inminente” un significado
másamplio, pues, en ocasiones, el factor tiempo carece ciertamente de relevancia.
La amenaza puede recaer sobre cuestiones que el amenazado no quiere
revelar(deshonra por la revelación de hechos inmorales, intimidades indicativas dehechos de
esa naturaleza) o situaciones en que las características de lasamenazas obstan a que la
persona se decida a recurrir a la autoridad pública oadoptar otro tipo de medidas para
contrarrestarlas. En definitiva, lo relevanteno es siempre la temporalidad próxima, sino la
convicción de la dificultad oimposibilidad para contrarrestarlas o evitarlas.
Aunque la ley no lo diga expresamente, la violencia, en cualquiera de susmodalidades,
debe haber sido la causa determinante de la ejecución del acto,pues, si el sujeto, por otros
motivos, igualmente lo habría celebrado, no puedeconsiderare que el vicio de violencia haya
excluido la voluntariedad.
Tanto la fuerza irresistible como las amenazas pueden provenir de una de laspartes del
acto o de un tercero (art. 277 del CCCN) y el autor debe reparar losdaños (art. 278 del
CCCN).
A diferencia de lo que ocurre con el dolo, la existencia de dañosno es un
requisito para que se configure el vicio de violencia. Sinembargo, en la práctica
al ser un ataque a la integridad de lapersona, la violencia siempre apareja un
daño al menos denaturaleza moral.
Quien deberá resarcir será la parte del acto o el tercero autor dela violencia;
ahora bien, si proviene de un tercero, pero ésta eraconocida por la otra parte,
se le atribuye la condición decómplice y responde solidariamente, aun cuando
hubieratomado conocimiento a posteriori y guardara silencio al respecto(Rivera
y Medina, 2014, p. 638).
Sub-Eje Temático 6: Los actos jurídicos:
6.1 Los actos jurídicos. Definición
Accidentales: Son dispocicones accesorias que conforme a la autonomía de la voluntad las partes de común acuerdo
introducen al acto jurídico, son el cargo el plazo y la condición. Subordinando a un acontecimiento futuro la adquisición
o la resolución de un derecho ya adquirido.
Condicion: Art 343. Es la clausula impuesta en el acto jurídico que subordina su plena eficacia o resolución de un
derecho o una obligación ya adquirida a un hecho futuro e incierto. Ya que puede o no llegar a suceder
Condicion suspensiva: Se translada la plena eficacia de el acto jurídico a que se realice el hecho futuro incierto previsto
como condición. Lo que origna un derecho eventual por que si la condición no se cumple, no hay acto jurídico.
Condicion resolutoria: Depende del hecho incierto y futuro para que se extinga el derecho ya adquirido.
Condiciones Prohibidas: Cuando se ponen contrarias a la ley, a la moral y las buenas costumbres.
Condiciones Nulas: También es nula una condición que hace que una cosa sea imposible de cumplir.
No se tendrán por escritas las condiciones que afecten la libertad de la persona.
Plazo: Art 350. Es cuando se fija en el tiempo en el momento en que acto jurídico comienza o deja de producir sus
efectos. Este es futuro y fatal. Este puede ser suspensivo, cierto, incierto y determinado.
Cargo: art 354Es una obligación accesoria y excepcional que se impone al adquiriente de un derecho. No impide los
efectos del acto excepto que su cumplimiento se haya previsto como condición
El plazo y la condición son elementos accidentales, el cargo es una obligación accesoria al que adquiere el derecho.
6.3 Vicios de los actos jurídicos. La lesión. Concepto. Presupuestos de procedencia. Acciones
del lesionado. Efectos. La simulación. Concepto. Elementos. Clases. Acción entre partes y por
terceros. Efectos. El fraude. Noción. La acción de inoponibilidad. Requisitos de procedencia.
Efectos.
Vicios de los actos jurídicos: Son defectos, que provocan la ineficacia del acto por atentar contra la licitud, las buena fé
o perjudicar los intereses de terceros. Art 9. La buena fé es un requisito indispensable para la validez del acto juridco y
por ende cuando falta concurre un vicio que la invalida.
Los vicios propios del acto jurídico son la lesión, la simulación y el fraude. Estos prescriben a los 3 años.
Lesión: Art 332 Lo lleva a la nulidad o modificación del acto jurídico, porque hubo por una de las partes un
aprovechamiento de una necesidad, una debilidad psíquica o inexperiencia de la otra, acarreando para si mismo una
ventaja patrimonial desproporcional e injustificada.
Acciones del lesionado: La puede realizar el lesionado o sus herederos solamente, carácter personalísimo, nulidad o
modificación de el acto lesivo, es decir reajuste equitativo.
Simulación: Tiene lugar cuando se encubre un acto jurídico bajo la apariencia de otro que no es real, o que sus
clausulas y fechas no son verdaderas. Es con el fin de engañar a terceros. Causa simulandi.
Elemento: el negocio simulado
Clases
Simulación absoluta: Cuando se celebra un acto jurídico que nada tiene de real.
Simulación relativa: Cuando las partes encubre la verdadera naturaleza del acto.
La prueba de las partes del acto simulado es el contra documento. Que es lo que establece el acto jurídico real.
Cuando la prueba no esta, se puede probar por cualquier otro medio.
Simulación total: cuando abarca íntegramente el negocio viciando su esencia
Simulación parcial: cuando solo recae sobre una parte del acto.
Es un acto realizado por el deudor que tiene como fin afectar su patrimonio para provocando su insolvencia y perjudicar
a los acreedores.
Inoponibildiad: declaración de nulidad a los actos realizados por el deudor para agravar su insolvencia.
Requisitos: A) Crédito anterior al acto impugnado B) Que haya causado la insolvencia C)Que el comprador conozca
que provoca la insolvencia del deudor. Si el tercero adquiere de buena fé, desconociendo la acción del deudor, y a
titulo honeroso, no pierde su derecho.
Ineficacia: Es cuando se priva o disminuye los efectos del acto jurídico. Puede ser estructura o funcional.
Ineficacia Estructural: Es cuando tiene defecto el acto jurídico en la misma estructura en el momento mismo de
celebrarse, es lo que se llama ineficacia estructural igual a nulidad.
Ineficacia funcional: Cuando comienza a producir eficacia pero se torna ineficaz por el tiempo. Es ineficaz cuando el
negocio se torna imposible. (Teoría de la imprevisión: cuando el acto jurídico se torna imposible de cumplir.)
Nulidad
Es la sanción prescripta por la ley por adolecer el acto jurídico, un efecto constitutivo.
Nulidad absoluta: se afecta el orden publico, los derechos superiores, cuando los actos son contrarios a la ley, moral o
buenas costumbres. El juez puede pedir de oficio la nulidad del acto. Ej: que un padre se case con una hija.
Nulidad relativa: Se afecta el derecho de parte en una simulación, fraude o lesión. Solamente se puede confirmar o
convertir los actos con las nulidades relativas.