Beruflich Dokumente
Kultur Dokumente
Para poder entender este suceso, hay que comenzar a leer del final al principio.
Ya que al final, está la revelación del principio. Por eso para poder leer y conocer a
los profetas primero hay que leer y conocer a Cristo. En El están los tesoros del
conocimiento.(Col 2.3)
El poder de un pensamiento
En Ezequiel 37.11 Dios le explica a Ezequiel la visión espiritual, y le comenta
sobre el sentir del Pueblo de Israel. “Luego me dijo: «Hijo de hombre, estos
huesos representan al pueblo de Israel. Ellos dicen: “Nos hemos vuelto huesos
viejos y secos; hemos perdido toda esperanza. Nuestra nación está acabada”
Tal vez muchos de nosotros nos hemos sentido como ellos, sin esperanza,
sentimos que nuestra nación está acabada y que el resultado será secarnos y
hacernos viejos.
Tras el paso del huracán María por Puerto Rico mucha gente ha tenido este
mismo pensamiento con relación a lo que está sucediendo en la Isla. En otros
países el resultado de manifestaciones, huelgas, protestas muchas veces llevan a
un pueblo a pensar de la misma manera: “nos hemos vuelto huesos viejos y
secos, hemos perdido toda esperanza, nuestra nación está acabada”
¡Pero que Bueno que Dios en este tiempo también ha levantado una Iglesia que
camina en lo profético y que se levanta a cambiar el mensaje de muerte por uno
de vida!
Frente a este panorama, Dios le pregunta a Ezequiel: ¿Podrán estos huesos vivir?
En otras palabras, ¿habrá forma de que estos huesos vuelvan a su propósito
original? ¿Podrán estos huesos ser restaurados? (Restaurar – es Arreglar los
desperfectos de una obra de arte.) ¿Podrán regresar a la condición que estaban
antes que se dañaran?
¡Dios podía levantar a estos huesos sin la ayuda de nadie, pero Su Gracia, incluyó
a Ezequiel en Su Obra!
El problema con la Ekklesia hoy en día es que se está moviendo más en lo carnal
y no por una revelación espiritual. La Ekklesia fue diseñada para caminar en lo
espiritual, de ver en lo espiritual y de ministrar a lo espiritual. Somos la
manifestación de Aquel que lo llena todo en todo. Pero al vivir la vida en el espíritu
superficialmente nos hemos quedado viendo “lo que se ve” sin mirar más allá “lo
que no se ve”.
Ezequiel estaba viendo la verdadera condición espiritual del pueblo de Israel. Ellos
se habían convertido en lo que precisamente confesaban de ellos mismos. Sus
palabras, sus conversaciones se convirtieron en su realidad. Mucas veces los
cristianos desconocen su verdadera identidad y confiesan derrota, sequía para sus
vidas. Estos pensamientos transforman sus conductas y muchas veces llegan a
ser precisamente lo que han hablado de ellos mismos.
Profetizando Vida
Dios le dice a Ezequiel, profetízales a los huesos, háblales a los huesos y diles:
Esto dice el SEÑOR Soberano: ‘¡Atención! ¡Pondré aliento dentro de ustedes y
haré que vuelvan a vivir! 6 Les pondré carne y músculos y los recubriré con piel.
Pondré aliento en ustedes y revivirán. Entonces sabrán que yo soy el
SEÑOR’ Ez.37.5-6”.
4Pero Dios, que es rico en misericordia, por su gran amor con que nos amó, 5aun
estando nosotros muertos en pecados, nos dio vida juntamente con Cristo (por
gracia sois salvos), 6y juntamente con él nos resucitó, y asimismo nos hizo sentar
en los lugares celestiales con Cristo Jesús, 7para mostrar en los siglos venideros
las abundantes riquezas de su gracia en su bondad para con nosotros en Cristo
Jesús.
El Diezmo
Voy a tocar brevemente este tema, ya que es uno muy controversial y
no quiero que sea el centro de este artículo.
Hay mucho más para tocar con referente al Diezmo en el Antiguo Pacto,
pero solo quería establecer su origen y propósito.
Pero, aun así, nos queda sin resolver el asunto del diezmo antes de la
ley. Abraham y Moisés diezmaron sin obligación, lo hicieron por medio
de un espíritu generoso y de agradecimiento.
La Iglesia Primitiva
La Iglesia primitiva no solo se componía de judíos conocedores de la ley,
sino que también incluía gentiles que habían abrazado el Evangelio de
Cristo.
“La iglesia primitiva estaba gobernada por una cultura de amor, respeto
y generosidad.”
Recuerdo un líder que en una ocasión me dijo que el diezmaba para sus
vacaciones, pero no para la expansión del Reino.
6 Así que le hemos pedido a Tito —quien los alentó a que comenzaran a
dar— que regrese a ustedes y los anime a completar este ministerio de
ofrendar.
2 Co 8.6–15 NTV
Conclusión
En fin, debemos dar de corazón. El ofrendar también es parte de la
revelación. Oremos por que entendamos la importancia de ofrendar
generosamente. Si todos tuviéremos un corazón generoso se eliminarían
las ventas de donas, alcapurrias, bacalaítos, etc. Y el mensaje de la
reconciliación no tendría limites.
“mientras los creyentes no entiendan el propósito de la ofrenda,
seguiremos con tiendas en nuestras congregaciones.”
Uno de los temas más relevantes y de mayor reto para la Iglesia en este
siglo, es la manera en que se defina el propósito del Cuerpo de Cristo. La
forma en que lo entendamos va a definir como se cumple o se deja de
cumplir dicho propósito.
Trasladados de reino
Para poder comenzar a entender la Iglesia y su relación con el Reino es
importante recordar que Cristo no nos traslado de una barra a una Iglesia,
sino que nos trasladó del reino de las Tinieblas al Reino de Su Hijo. Él no
te movió de lugar físico, sino que te movió de un reino a otro Reino.
Pero si comienzo a ver que Dios no me sacó del mundo para ser un
miembro de una congregación sino para ser ciudadano de un Reino. Me
daré cuenta de que todo lo que haga no corresponde a una agenda
pastoral sino a la agenda del Rey que me gobierna.
Por eso Cristo no pidió que los sacará del Mundo, sino que los librara del
Maligno, la intensión no era sacarte del mundo sino infiltrarte en el mundo
para que pudieras implantar en otros el Reino de Dios.
La Buena Noticia no era que iban a ser Salvos sino que un Nuevo
Gobierno iba a ser establecido. Era que un nuevo gobierno se estaba
acercando a ellos.
Por eso cuando Cristo llamó a los discípulos a seguirlo, ellos no dudaron
en dejar lo que estaban haciendo y seguirlo, ellos habían escuchado el
mensaje. Había una Noticia Buena, un Nuevo Reino se estaba
acercando, una nueva forma de Gobiernos estaba a punto de
establecerse.
El Reino
En el libro de Daniel había una gran profecía, que había sido revelada por
medio de un sueño a Nabucodonosor. Una gran estatua que representaba
los reinos del mundo y una gran roca que rompía los pies de la estatua.
Las características de esta piedra eran: 1. no formaba parte de la estatua,
2. venia fuera de ella 3. No había sido cortada por mano humana 4. era
enviada por Dios mismo. Esta piedra iba a destruir todos los reinos y de
una roca iba a formar una gran montaña que cubriría la tierra, el Reino
iba a expandirse hasta llenar la tierra
La predicación de Cristo era que aquel reino que ellos esperaban estaba
a punto de manifestarse, era el Reino del cual Cristo era el Rey y Mesías.
Lc 17.20–21 RV 60 – 20Preguntado por los fariseos, cuándo había de
venir el reino de Dios, les respondió y dijo: El reino de Dios no vendrá
con advertencia, 21ni dirán: Helo aquí, o helo allí; porque he aquí
el reino de Dios está entre vosotros
El Reino tiene que ver con una Nueva Vida Impartida y con el Propósito
Eterno de Dios de restaurar todas las cosas.
Predicar el Reino
Predicar del Reino, no es otra cosa que predicar del gobierno del Hijo,
predicar del establecimiento de una Nueva forma de Vida, de una
operación divina en la realidad natural.
“El Nuevo Nacimiento es la impartición de una Vida Eterna a nuestras vidas por
medio de la fe, llamada Cristo.”
Una vez recibimos esta Vida Eterna, comienzan las cuatro Dimensiones de Cristo.
El termino dimensiones proviene del latín “dimensio”, el cual significa un aspecto o
una faceta de algo. Una “faceta” es una cara. Entonces, pudiéramos decir que la
obra de Dios en nosotros por medio de Cristo tiene 4 caras o cuatro facetas. No son
4 pasos, ni 4 escalones, sino 4 caras de una misma cosa.
“No hay forma de caminar en el propósito de Dios si Cristo no vive en ti. No naces
con Cristo dentro, debes Creer y hacerlo tu Señor.”
Estas dimensiones trabajan simultáneamente a medida que vamos conociendo la
Vida de Cristo en nosotros. Las primeras dos dimensiones están relacionadas con
lo que sucede en nosotros una vez hemos nacido de nuevo. Las otras dimensiones
están relacionadas con el resultado del progreso de las primeras dos.
Col. 1.27 dice: “Y el secreto es: Cristo vive en ustedes. Eso les da la seguridad de
que participarán de su gloria.” Nos han enseñado por mucho tiempo que Cristo va
a nuestro lado a los lugares que vamos, pero lo que nos enseña la Palabra es que
hay un secreto, él no está afuera, sino que vive dentro. Dicho de otra manera, usted
no necesita estar diciéndole al Señor que no te vas a mover si Él no va contigo,
porque la realidad es que lo llevas dentro. No es alguien que va a tu lado, sino que
Vive en ti.
Esto es importante, porque no se nos dio solo la salvación, sino que nos convertimos
en el Cuerpo por el cual Cristo ahora vive en la Tierra. La Vida de Cristo se nos fue
impartida a nosotros sus hijos. Ahora Cristo vive en nosotros. Pablo lo entiende bien
al decir: “Ahora no vivo yo, sino que Vive Cristo en mi” Gal 2.20
Cuando comprendemos que la salvación es solo la “llave” que nos lleva al propósito
y no el propósito en si mismo, comienzo a caminar en la Vida del Hijo y no en mis
propias fuerzas. Fíjate lo que dice Filipenses 1.6-7: “estando persuadido de esto,
que el que comenzó en vosotros la buena obra, la perfeccionará hasta el día de
Jesucristo;”. Lo hemos predicado, pero no lo hemos entendido. Pablo estaba seguro
de que el proceso de formación en nuestras vidas no tenía nada que ver con lo que
hiciéramos o provocáramos, sino con Aquel que comenzó la obra en nosotros.
Somos una obra de construcción comenzada por Dios mismo. El versículo dice que
quien comienza la obra, es el mismo que la perfecciona.
Este crecimiento es formativo. En Gal. 4.19 Pablo dice: “Hijitos míos, por quienes
vuelvo a sufrir dolores de parto, hasta que Cristo sea formado en vosotros” (énfasis
mío). Si te fijas bien, Pablo no dice hasta que tu seas formado en Cristo, sino que
dice hasta que Cristo sea formado en ustedes. En otras palabras, nosotros no
somos formados, el proceso es, Cristo siendo formado en nosotros. No estamos en
las manos del alfarero, es Cristo el que está formándose (moldeándose en
nosotros).
Muchas veces hemos estado orando erróneamente diciendo: “Dios cámbiame a la
imagen de Cristo” la oración correcta debería ser: Dios, que Cristo sea formado en
mi”. Una vez Cristo es formado y Su vida vive libre en ti entonces tú serás
transformado. La formación (morphoō) de Cristo en nosotros, nos lleva a una
transformación (metamorphoō). (Gal 4.9, Rom 12.2)
“Él quiere ocupar todo dentro de ti, y nosotros debemos someter todo a Él.”
Resumen
Como resumen de esta primera parte, podemos decir que estas dos dimensiones
(Cristo Vive en Mí, y Cristo creciendo en mi) son fundamentales para entender
nuestra asignación en el Cuerpo de Cristo. El saber que ahora Cristo Vive su vida
por medio mío y entender que no fui llamado a sentarme en un asiento año tras
años y no hacer nada, sino que fui diseñado para que Cristo sea formado en mi
tiene que ser libertador.
Estas primeras dos dimensiones tienen que ver con la obra de Dios en nosotros. La
primera era Cristo viviendo en nosotros, en la cual aprendimos, que, al momento de
creer en Cristo, el comienza a vivir Su vida a través de nosotros. La segunda
dimensión, está ligada a la primera y es Cristo creciendo en nosotros.
En esta dimensión, exploramos un poco la realidad del propósito eterno de Dios que
es que Cristo sea formado en nosotros. En otras palabras, una vez Cristo comienza
a vivir en nosotros, lo siguiente que sucede es el crecimiento y desarrollo de la
formación de Cristo. No que seamos formado sino Cristo formándose en nosotros.
Las próximas dos dimensiones son parte del resultado de las dimensiones
discutidas. Te invito a que me acompañes a explorar y estudiar el resultado de la
vida de Cristo en nosotros.
Hay una verdad espiritual que es importante que mantengamos siempre en nuestra
mente y en nuestro entendimiento de la verdad presente. Esta realidad es, que lo
visible es formado de lo invisible. En otras palabras, el resultado de lo que vemos
surgió de una realidad que no vemos. Esto es importante, porque si en nuestro
interior (lo que no vemos) Cristo se está formando, lo de afuera (visible) debe
manifestar esa realidad interna(NO VISIBLE). Dicho de otra manera, es imposible
que, si adentro no está pasando nada, lo de afuera pueda expresar alguna realidad.
Si dentro no pasa nada, lo externo es pura apariencia. Lo externo debería ser una
manifestación de lo se está formando internamente. Fíjate bien, que no digo
demostrar, sino manifestar, el que intenta demostrar algo simplemente opera en un
principio de esfuerzo propio, por el contrario, manifestar es permitir que su nueva
naturaleza se exprese naturalmente.
Partiendo de 1 Co 6.17 “Pero la persona que se une al Señor es un solo espíritu con
él.” Podemos entender porque la manifestación de Cristo debe ser un proceso
orgánico y no provocado. En otras palabras, no debo esforzarme en cambiar mis
actitudes, sino permitir que la misma vida de Cristo nos renueve y como resultado
podamos manifestar a Cristo. La transformación no es una decisión sino el resultado
de ser un espíritu con Dios.
El deseo de Dios siempre ha sido darse a conocer (Heb 8.11), El desea continuar
lo que estableció en el Hijo, ahora, a través de Su Cuerpo, la Ekklesia. Manifestar a
Cristo es manifestar la naturaleza de Dios. La mayor manifestación de Cristo no son
los dones sino el Amor.
1 Corintios 13: 1-3 (NTV) “1 Si yo pudiera hablar todos los idiomas del mundo y de
los ángeles pero no amara a los demás, yo sólo sería un metal ruidoso o un címbalo
que resuena. 2 Si tuviera el don de profecía y entendiera todos los planes secretos
de Dios y contara con todo el conocimiento, y si tuviera una fe que me hiciera capaz
de mover montañas, pero no amara a otros, yo no sería nada. 3 Si diera todo lo que
tengo a los pobres y hasta sacrificara mi cuerpo, podría jactarme de eso; pero si no
amara a los demás, no habría logrado nada.”
La Cuarta dimensión tiene que ver con el rol o función nuestra dentro del Reino.
Tiene que ver con nuestra misión una vez somos salvos. No fuimos salvos solo para
congregarte sino para formar parte del Cuerpo de Cristo que camina en la Tierra.
Aunque reconocemos que el Plan Eterno está centrado en el Hijo, Dios ha permitido
por medio de Su gracia que nosotros seamos injertados en el mismo. Esto nos hace
partícipe no solo de su naturaleza, sino que nos hace partícipe de SU misión o
asignación.
Pudiéramos hacernos varias preguntas: ¿Para qué Cristo Vive en Mi?, ¿Para que
crece en mí?, ¿Para que se manifiesta a través de mí? ¿Será un asunto individual?
¿Buscará solo cambiar nuestras vidas y ser mejores personas?
Si has creido en Cristo y los has hecho Señor tienes que entender que estas en
medio de una gran asignación: ¡continuar la expansión del Reino!
Por eso en 2da Corintios 5.20 Pablo dice que “Somos embajadores” que
suplicamos que se reconcilien con Dios. La palabra suplicar en el original
es deomai y tiene una connotación de la manera en que un mendigo tiene la
necesidad de alimento. En otras palabras, Pablo pedía a la gente la reconciliación
con Dios, de la misma manera en que un mendigo ruega por su comida. ¡Poderoso!
¡Cuán mendigos deberíamos ser en este tiempo!
La mejor muestra del deseo de Dios en expandir el Reino a través de su Iglesia está
en 1 Pedro 2.9-10 (RV60):
“más vosotros sois linaje escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo
adquirido por Dios, para que anunciéis las virtudes de aquel que os llamó de las
tinieblas a su luz admirable;”
Pedro dice, que somos un linaje escogido, real sacerdocio, nación santa y pueblo
adquirido por Dios. Habla de atributos que ayudan a una misión: anunciar
las virtudes(fama) de Aquel que los llamó de las tinieblas a la luz. La Ekklesia tiene
el llamado a anunciar(expandir) la fama de aquel que lo llena todo, expandir las
buenas nuevas de salvación. Somos llamados a encarnar lo que somos: “Cristo en
nosotros esperanza de gloria”
CONCLUSIÓN
Creo que, en este tiempo, Dios está levantando una generación con un
conocimiento pleno de lo que es la vida de Cristo en nosotros. Creo, que Dios está
reformando al cuerpo para que podamos cumplir la asignación de llevar las buenas
nuevas, llevar el ministerio y la palabra de reconciliación y como resultado la
expansión del Reino de una manera eficiente.
Comprendamos, que las dimensiones no son pasos para el éxito o para una mejor
espiritualidad, sino que son el resultado de la Gracia de Dios en nosotros. Son el
resultado de la vida de Cristo en nosotros, Él es el que pone el querer como el hacer
(Fil. 2.13) por Su propia voluntad. Las dimensiones trabajan en conjunto una vez
que la vida de Cristo es impartida a nosotros por medio de la fe.