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Profetizando Vida

Existen muchas “visiones” en la Biblia que han sido predicadas a través de la


historia de la Iglesia Cristiana. Muchas de ellas muy conocidas, tal como la del
Valle de los Huesos secos.

Esta visión es una dada al pueblo de Israel en un momento determinado, bajo


circunstancias determinadas, en un pacto determinado. Por lo tanto, aplicarla tal
como está a nuestro tiempo sería un grave error. Pero sí en ellas, podemos
encontrar tipos y sombras, no solo de Cristo sino de la Ekklesia.

Para poder entender este suceso, hay que comenzar a leer del final al principio.
Ya que al final, está la revelación del principio. Por eso para poder leer y conocer a
los profetas primero hay que leer y conocer a Cristo. En El están los tesoros del
conocimiento.(Col 2.3)

La representación de huesos secos realmente era un argumento mental que tenía


el pueblo.

El poder de un pensamiento
En Ezequiel 37.11 Dios le explica a Ezequiel la visión espiritual, y le comenta
sobre el sentir del Pueblo de Israel. “Luego me dijo: «Hijo de hombre, estos
huesos representan al pueblo de Israel. Ellos dicen: “Nos hemos vuelto huesos
viejos y secos; hemos perdido toda esperanza. Nuestra nación está acabada”

Los Huesos, representaban el Pueblo de Israel. En lo natural no estaban secos,


pero en sus mentes ellos mismos se consideraban secos. La representación de
huesos secos realmente era un argumento mental que tenía el pueblo.
Probablemente era lo que dialogaban entre ellos, era el tema de la semana para el
pueblo de Israel.

En las plazas lo que se escuchaba eran conversaciones pesimistas,


conversaciones de derrota. Sus conversaciones se basaban en el argumento: “nos
hemos vuelto huesos viejos y secos, hemos perdido toda esperanza, nuestra
nación está acabada”

Tal vez muchos de nosotros nos hemos sentido como ellos, sin esperanza,
sentimos que nuestra nación está acabada y que el resultado será secarnos y
hacernos viejos.

Tras el paso del huracán María por Puerto Rico mucha gente ha tenido este
mismo pensamiento con relación a lo que está sucediendo en la Isla. En otros
países el resultado de manifestaciones, huelgas, protestas muchas veces llevan a
un pueblo a pensar de la misma manera: “nos hemos vuelto huesos viejos y
secos, hemos perdido toda esperanza, nuestra nación está acabada”

¡Pero que Bueno que Dios en este tiempo también ha levantado una Iglesia que
camina en lo profético y que se levanta a cambiar el mensaje de muerte por uno
de vida!

Los huesos secos eran símbolo de


muerte y desánimo:
Ezequiel fue llevado en el Espíritu a un valle de Huesos secos. La pregunta que
nos podemos hacer es ¿De qué sirve un valle de huesos secos?

• Los huesos no escuchan


• Los Huesos no se mueven
• Los huesos no pueden tomar decisiones
• Los huesos secos representan inmovilidad
• Los huesos secos representan es incapacidad
• Los huesos secos representan es muerte

Frente a este panorama, Dios le pregunta a Ezequiel: ¿Podrán estos huesos vivir?
En otras palabras, ¿habrá forma de que estos huesos vuelvan a su propósito
original? ¿Podrán estos huesos ser restaurados? (Restaurar – es Arreglar los
desperfectos de una obra de arte.) ¿Podrán regresar a la condición que estaban
antes que se dañaran?

Ezequiel le contesta: Señor tú sabes la respuesta… Seguro que Dios sabía la


respuesta, pero decide no actuar solo y convierte a Ezequiel en parte de la
historia. ¡Dios podía levantar a estos huesos sin la ayuda de nadie, pero Su
Gracia, incluyó a Ezequiel en Su Obra!
Dios puede obrar El solo, pero decide incluirnos en Su plan eterno. Su favor
inmerecido, nos hace parte de lo que Dios está haciendo.

¡Dios podía levantar a estos huesos sin la ayuda de nadie, pero Su Gracia, incluyó
a Ezequiel en Su Obra!

Ezequiel es una sombra de la Ekklesia


Ezequiel nos está representando a nosotros, dicho de otra manera, la encomienda
de Ezequiel es la encomienda de la Ekklesia!!! Dios le dice a Ezequiel: Anuncia un
mensaje profético a estos huesos, diles: Huesos secos, escuchen la palabra del
Señor.
Pero, espera!!! Estos huesos no pueden escuchar!!! Ellos están muertos!!. Como
mencioné, estos huesos no tenían la capacidad de escuchar. Pero debemos
entender que la visión fue en el espíritu, Ezequiel dijo que él fue llevado a una
dimensión espiritual. Ezequiel fue llevado al lugar en el cual se revela lo que
nuestros ojos naturales no pueden ver.

El problema con la Ekklesia hoy en día es que se está moviendo más en lo carnal
y no por una revelación espiritual. La Ekklesia fue diseñada para caminar en lo
espiritual, de ver en lo espiritual y de ministrar a lo espiritual. Somos la
manifestación de Aquel que lo llena todo en todo. Pero al vivir la vida en el espíritu
superficialmente nos hemos quedado viendo “lo que se ve” sin mirar más allá “lo
que no se ve”.

Ezequiel estaba viendo la verdadera condición espiritual del pueblo de Israel. Ellos
se habían convertido en lo que precisamente confesaban de ellos mismos. Sus
palabras, sus conversaciones se convirtieron en su realidad. Mucas veces los
cristianos desconocen su verdadera identidad y confiesan derrota, sequía para sus
vidas. Estos pensamientos transforman sus conductas y muchas veces llegan a
ser precisamente lo que han hablado de ellos mismos.

Pero gracias a Dios, que hay un mover de la identidad de la vida impartida de


Cristo en el Cuerpo. Esto está produciendo madurez en el Cuerpo, hijos del Reino
que reconocen quienes son en Cristo y que permiten que la vida impartida de
Cristo se manifieste en sus vidas.

Profetizando Vida
Dios le dice a Ezequiel, profetízales a los huesos, háblales a los huesos y diles:
Esto dice el SEÑOR Soberano: ‘¡Atención! ¡Pondré aliento dentro de ustedes y
haré que vuelvan a vivir! 6 Les pondré carne y músculos y los recubriré con piel.
Pondré aliento en ustedes y revivirán. Entonces sabrán que yo soy el
SEÑOR’ Ez.37.5-6”.

Dios no se limita por la incapacidad de lo que está muerto.

La Palabra de Dios es más poderosa que aquello que se ha secado. ¡Dios le


estaba diciendo, aunque ustedes no tienen la capacidad de escucharme, yo les
voy a dar vida! Los Huesos secos no necesitaban una palabra de juicio o de
condenación, ellos necesitaban una palabra de Vida!!!
Ni Puerto Rico, Méjico, Venezuela, Honduras, Ecuador, Chile, España ni el mundo
entero no necesitan una palabra de condenación, el mundo necesita escuchar que
no importa lo que hagan y cuán lejos se sientan de Dios, Dios tiene el poder de
darles VIDA, de traer esperanza, de transformar! Necesitan una Palabra de
transformación, una Palabra de VIDA, necesitan escuchar y ser impartidos de la
Vida de Cristo.
La predicación de la Buenas Nuevas no depende de quien la escucha sino del
poder que reside en quien la predica.

La predicación de la Buenas Nuevas no depende de quien la escucha sino del


poder que reside en quien la predica.

Aquellos huesos secos no podían escuchar, pero tampoco pudieron resistir la


Palabra de Vida impartida. En aquel momento, en aquella visión, Ezequiel fue el
instrumento profético para la voz de Dios. Por eso, lo muerto no pudo quedarse
muerto ante la voz de Dios. Hoy en día, los huesos pueden estar secos, pero el
Espíritu que mora en el que profetiza y da la Palabra, hará retumbar los huesos y
traerán como resultado VIDA ETERNA!!

El mensaje de Ezequiel era uno de restauración. No solo iban a ser reanimados


sino que iban a ser completamente restaurados. Hay una diferencia entre reanimar
y restaurar. Mucha gente oye el mensaje del evangelio y se reanima, pero Dios
quiere que más que ánimo, haya restauración.

Para esto fuimos predestinados, para volver al modelo original, Cristo.

Podemos motivar a la gente a través de un mensaje, pero lo importante es que al


final ellos sean restaurados. Restaurar es llevar algo a lo original. Cuando un
mueble es restaurado es dejarlo tal y como el creador del mueble lo ideó. Dios
quiere restaurarte al momento de tu perfección antes de la creación del mundo.
Para esto fuimos predestinados, para volver al modelo original, Cristo.

Podemos motivar a la gente a través de un mensaje, pero lo importante es que al


final ellos sean restaurados.

¡Aquellos huesos secos estaban siendo llamados a un nuevo nacimiento, a un


nuevo tiempo! En este tiempo que nos ha tocado vivir, tenemos que entender que
nos enfrentamos a personas que por fuera se ven vivos, pero por dentro son valles
de secos muertos. Cuando nos metemos en la dimensión espiritual vemos que sus
vidas son secas y vacías. Pero nuestro deber no es juzgar ni señalar, sino
profetizar VIDA.

Ezequiel profetizó y dice que hubo un estruendo y se juntaron los huesos, y se


formaron esqueletos, y le nació piel y tendones y carne, pero aún no tenían aliento
de vida.

Y Dios le dijo: ahora profetiza que venga el Espíritu de los 4 vientos e


inmediatamente, los cuerpos volvieron a vivir.
La Palabra que Dios ha puesto dentro de ti es Vida. Es Cristo mismo en ti. El
desea ser impartido a través de ti a otros. El señor está llevando a Su Iglesia a
caminar en el Espíritu de la profecía. Tu trabajo no es convencer ni obligar, sino
predicarles de la Vida.

Aquel viento que sopló de los 4 vientos


trajo la VIDA, en Pentecostés el viento
recio trajo al Dador de la VIDA
En Pentecostés el Autor de la Vida vino a hombre pecadores y trajo una nueva
VIDA.

Efesios 2.5 RV60

4Pero Dios, que es rico en misericordia, por su gran amor con que nos amó, 5aun
estando nosotros muertos en pecados, nos dio vida juntamente con Cristo (por
gracia sois salvos), 6y juntamente con él nos resucitó, y asimismo nos hizo sentar
en los lugares celestiales con Cristo Jesús, 7para mostrar en los siglos venideros
las abundantes riquezas de su gracia en su bondad para con nosotros en Cristo
Jesús.

Nosotros estábamos muertos en pecados, éramos como huesos secos. Pero de


alguna manera un día escuchamos la voz de Dios, un día Él nos alcanzó y nos dio
vida.

A través de Ezequiel, Dios profetizó un ejército que se levantaba, a través de


nosotros, Dios profetiza una Iglesia que se levanta. ¡Es un ejército de creyentes,
es un ejército de redimidos, de ex pecadores, de gente común que fueron
transformados por el poder de Dios, es el ejército de los que fueron traslados del
reino de las tinieblas al Rey del Hijo Amado! Dios te quiere usar, por gracia, para
reconciliar al mundo con El, Dios quiere usar a su Iglesia para llevar a la gente al
propósito original en Cristo. En nuestras manos está, el dar vida por medio de
Cristo a una sociedad que se seca y se muere.
La Iglesia Generosa
No pretendo dar un estudio bíblico de finanzas ni del diezmo, pero si
deseo establecer algunos principios que regían el corazón de la Iglesia
Primitiva con relación a un corazón generoso.

Recientemente en el mes de Junio del año 2017, nuestra congregación


pasó financieramente por un momento difícil. Esto, me llevó a la
decisión de renunciar a la ofrenda que mensualmente recibía de la
congregación. Por el bien del funcionamiento saludable de la obra, tuve
que tomar la decisión de poner en riesgo las finanzas personales para
que las del “Reino” subsistieran. Cuando uno tiene claro de donde viene
nuestro sustento podemos tomar estas decisiones sin temor.

Esta decisión, dependiendo del origen teológico de quien lea este


artículo, pudiera tener muchas opiniones a favor y muchas en contra.
Muchos pudieran defender el “derecho” del sostenimiento pastoral y
otros pudieran ver que es algo innecesario, “que el Pastor se busque un
empleo y trabaje” podrían decir.

Pero el tema no va en esa dirección. Prefiero mejor preguntar e indagar


en las siguientes preguntas: ¿Por qué hay que hacer ventas de
empanadas, almuerzos, bacalaítos, etc. para sufragar la obra del
“Reino”? ¿Por qué los que salen en un viaje misionero tienen que hacer
doscientas actividades pro-fondos para llevar el Evangelio y provisiones
a lugares que lo necesitan? ¿Por qué hay que casi rogar a los hermanos
en una congregación que den una ofrenda especial para el área de
Educación, o para el Congreso de Jóvenes? ¿Por qué es tan difícil
levantar una ofrenda para la construcción de un salón para albergar los
niños de la comunidad y poder hablarles de Reino en un lugar seguro?

Estás y muchas preguntas nos pudiéramos hacer con relación al


sostenimiento financiero de la “Obra del Señor”.

“Hay una realidad, la Ekklesia se mueve en una esfera terrenal de


gobierno(aunque opera en lo espiritual) que hace que todo lo que desee
hacer una congregación, conlleve un gasto económico.”
Cabe señalar que esta es una de las áreas más abusadas por muchos
ministros, congregaciones y ministerios. Pero hay una realidad, la
Ekklesia se mueve en una esfera terrenal de gobierno que hace que
todo lo que desee hacer una congregación, conllevará un gasto
económico.

Y precisamente el problema está ahí, en querer operar los principios del


Reino Espiritual al que pertenecemos, con la mente del reino natural en
el que caminamos. En otras palabras, queremos ver resultados a favor
del Reino con una mentalidad basada en los principios de este Mundo
(Kosmos).

Por lo tanto, se requiere la transformación de nuestro entendimiento


para poder operar una mente espiritual dentro de las finanzas terrenales.

El Diezmo
Voy a tocar brevemente este tema, ya que es uno muy controversial y
no quiero que sea el centro de este artículo.

La realidad es que la primera vez que aparece la palabra diezmo en la


Biblia es en Génesis 14.17-24, cuando Abraham entrega el diezmo a
Melquisedec, un tipo de Cristo en las escrituras.

Cabe señalar que es la única vez que se menciona a Abraham


entregando un diezmo a Melquisedec. Por lo tanto, no podemos
relacionar este acto como algo que precede a la ley, más bien es un acto
de una sola vez que muestra la generosidad del corazón de Abraham.

Si se hubiese establecido un patrón lo pudiéramos ver en otros pasajes


de la Biblia como por ejemplo Números 31.35–36, cuando vemos que
las instrucciones de Dios con referencia del Botín obtenido fueron
diferentes a las acciones voluntarias de Abraham.

“El diezmo tenía dos propósitos: mantener el servicio de adoración y


para proteger a los más necesitados”

La segunda mención del Diezmo es en Genesis 28.22, en esta ocasión


Jacob, en agradecimiento y generosidad, promete apartar el diezmo.
Una vez más como una acción voluntaria.
Quien establece el Diezmo como algo que se debía hacer fue la Ley dada
a Moises. La Ley eran los Reglamentos culturales y divinamente
establecidos para vivir. Todas las regulaciones siempre implicaban un
castigo por desobedecerla. Por lo tanto, no obedecer la ley con relación
al diezmo era castigado.

El diezmo tenía dos propósitos: mantener el servicio de adoración y para


proteger a los más necesitados (Dt. 14:22,27–29, Dt. 26:12).

Hay mucho más para tocar con referente al Diezmo en el Antiguo Pacto,
pero solo quería establecer su origen y propósito.

Nuevo Testamento y el Diezmo


El Diezmo es mencionado en el Nuevo Testamento solo 8 veces (Mt
23:23; Lc 11:42; Lc 18:12; Hb 7:2,5,9) y en ninguna se menciona como
una instrucción u orden.

Como ya hemos aprendido, Cristo cumplió la ley, por lo tanto, el aspecto


del diezmo a través de la ley fue totalmente satisfecho por medio de El.
Esto significa que no tenemos que diezmar por medio de la ley.

Pero, aun así, nos queda sin resolver el asunto del diezmo antes de la
ley. Abraham y Moisés diezmaron sin obligación, lo hicieron por medio
de un espíritu generoso y de agradecimiento.

La Iglesia Primitiva
La Iglesia primitiva no solo se componía de judíos conocedores de la ley,
sino que también incluía gentiles que habían abrazado el Evangelio de
Cristo.

Por lo tanto, no todos conocían la ley pero si todos vivían en


agradecimiento por lo que Cristo había hecho.

Veamos como lo relata el escritor del libro de los Hechos (voy a


ennegrecer algunos términos para su estudio personal):

42 Todos los creyentes se dedicaban a las enseñanzas de los


apóstoles, a la comunión fraternal, a participar juntos en
las comidas (entre ellas la Cena del Señor), y a la oración.
43 Un profundo temor reverente vino sobre todos ellos, y los
apóstoles realizaban muchas señales milagrosas y maravillas.

44 Todos los creyentes se reunían en un mismo


lugary compartían todo lo que tenían. 45 Vendían sus
propiedades y posesiones y compartían el dinero con aquellos en
necesidad.

46 Adoraban juntos en el templo cada día, se reunían en


casas para la Cena del Señor y compartíansus comidas con gran
gozo y generosidad, 47 todo el tiempo alabando a
Dios y disfrutando de la buena voluntad de toda la gente. Y cada
día el Señor agregaba a esa comunidad cristiana los que iban siendo
salvos. Hch 2.42–47 NTV

¡Wow! Que tal si comparamos esas cualidades con las congregaciones


hoy en día. Mejor vamos a dejarlo ahí.

La realidad es que esta iglesia primitiva estaba gobernada por una


cultura de amor, respeto y generosidad. Ellos sabían que eran Cuerpo,
ellos sabían que eran una sola cosa, que no había fragmentación, ellos
vivían como una UNIDAD, vivían como la Ekklesia.

“La iglesia primitiva estaba gobernada por una cultura de amor, respeto
y generosidad.”

Había un claro conocimiento del corazón de Dios. Ellos sabían que, si


Cristo se había entregado por completo, un diez por ciento no era
suficiente. Ellos tenían que entregarlo todo.

Por lo tanto, la Iglesia Primitiva no vivía bajo una mentalidad de diezmo,


sino bajo una mentalidad de entrega total en agradecimiento.

El problema hoy en día


El problema hoy en día es que nos enseñaron a diezmar religiosamente.
Nos dijeron: “es algo que tienes que hacer”, “no le puedes robar a
Dios”, “Dios no te bendice sino diezmas”, “si diezmas vas a ver las
puertas abiertas”, “si no diezmas, no puedes estar en el liderazgo”” y la
lista puede seguir.
“La realidad es, que donde hay un corazón generoso no se necesita
hablar de diezmo.”

Esto creó una generación que diezma, pero no es generosa. La realidad


es, que donde hay un corazón generoso no se necesita hablar de
diezmo. Cuando la misma esencia del Evangelio, el mismo Espíritu de
Cristo está en nosotros, no pensamos en limitar los recursos que Dios
nos da.

Si volvemos a las preguntas del inicio, pudiéramos llegar a la conclusión


de que no hay una mentalidad de generosidad que nos gobierna.
Decimos que creemos en el Reino, pero no sostenemos la visión del
Reino. Somos más prontos a sostener nuestras necesidades antes que
sostener a un misionero.

Recuerdo un líder que en una ocasión me dijo que el diezmaba para sus
vacaciones, pero no para la expansión del Reino.

Creo que ni los misioneros, ni proyectos, ni Congregaciones deben


realizar ventas para lograr alcanzar a más personas para Cristo. Creo
que es en el Cuerpo en quien ya Dios depositó los recursos económicos
para lograr los proyectos del Padre.

Dios no necesita que nadie pague lo que el ya financió a través de Su


Cuerpo. El necesita que renovemos nuestro entendimiento y
comencemos a dar lo que generosamente podemos dar. El Diezmo sigue
siendo una buena guía para que un corazón generoso pueda medir su
generosidad. Pero la mejor medida es Cristo, el no se diezmó por
nosotros, sino que se entregó completamente.

“Dios no necesita que nadie pague lo que el ya financió a través de Su


Cuerpo.”

Mira lo que Pablo escribió a la Iglesia de Corintios:

6 Así que le hemos pedido a Tito —quien los alentó a que comenzaran a
dar— que regrese a ustedes y los anime a completar este ministerio de
ofrendar.

7 Dado que ustedes sobresalen en tantas maneras —en su fe, sus


oradores talentosos, su conocimiento, su entusiasmo y el amor que
reciben de nosotros— quiero que también sobresalgan en este acto
bondadoso de ofrendar.

8 No estoy ordenándoles que lo hagan, pero pongo a prueba qué tan


genuino es su amor al compararlo con el anhelo de las otras iglesias.

9 Ustedes conocen la gracia generosa de nuestro Señor Jesucristo.


Aunque era rico, por amor a ustedes se hizo pobre para que mediante
su pobreza pudiera hacerlos ricos.

10 Éste es mi consejo: sería bueno que completaran lo que comenzaron


hace un año. El año pasado, ustedes fueron los primeros en querer dar
y fueron los primeros en comenzar a hacerlo.

11 Ahora deberían terminar lo que comenzaron. Que el anhelo que


mostraron al principio corresponda ahora con lo que den. Den en
proporción a lo que tienen.

12 Todo lo que den es bien recibido si lo dan con entusiasmo. Y den


según lo que tienen, no según lo que no tienen. 13 Claro, con eso no
quiero decir que lo que ustedes den deba hacerles fácil la vida a otros y
difícil a ustedes. Sólo quiero decir que debería haber cierta igualdad.

14 Ahora mismo ustedes tienen en abundancia y pueden ayudar a los


necesitados. Más adelante, ellos tendrán en abundancia y podrán
compartir con ustedes cuando pasen necesidad. De esta manera, habrá
igualdad. 15 Como dicen las Escrituras:

«A los que recogieron mucho, nada les sobró,

y a los que recogieron sólo un poco, nada les faltó».

2 Co 8.6–15 NTV

Conclusión
En fin, debemos dar de corazón. El ofrendar también es parte de la
revelación. Oremos por que entendamos la importancia de ofrendar
generosamente. Si todos tuviéremos un corazón generoso se eliminarían
las ventas de donas, alcapurrias, bacalaítos, etc. Y el mensaje de la
reconciliación no tendría limites.
“mientras los creyentes no entiendan el propósito de la ofrenda,
seguiremos con tiendas en nuestras congregaciones.”

Pudieramos llegar a más personas con servicios sociales, alimentos, etc.


Pero mientras los creyentes no entiendan el propósito de la ofrenda,
seguiremos con tiendas en nuestras congregaciones.

Termino con el siguiente extracto de la 2 da carta de Pablo a los


Corintios y se explica por sí solo. Si todos los creyentes tuviéramos un
corazón generoso, entenderíamos que nuestra ofrenda va a alcanzar al
necesitado y sobre todo a aquel que ha de conocer la maravillosa gracia
del Señor.

“Recuerden lo siguiente: un agricultor que siembra sólo unas cuantas


semillas obtendrá una cosecha pequeña. Pero el que siembra
abundantemente obtendrá una cosecha abundante. Cada uno debe
decidir en su corazón cuánto dar; y no den de mala gana ni bajo
presión, «porque Dios ama a la persona que da con alegría».

Y Dios proveerá con generosidad todo lo que necesiten. Entonces


siempre tendrán todo lo necesario y habrá bastante de sobra que
compartir con otros. Como dicen las Escrituras:

«Ellos comparten con libertad y dan generosamente a los pobres.

Sus buenas acciones serán recordadas para siempre».

Pues es Dios quien provee la semilla al agricultor y luego el pan para


comer. De la misma manera, él proveerá y aumentará los recursos de
ustedes y luego producirá una gran cosecha de generosidad en ustedes.

Efectivamente, serán enriquecidos en todo sentido para que siempre


puedan ser generosos; y cuando llevemos sus ofrendas a los que las
necesitan, ellos darán gracias a Dios. Entonces dos cosas buenas
resultarán del ministerio de dar: se satisfarán las necesidades de los
creyentes de Jerusalén y ellos expresarán con alegría su
agradecimiento a Dios. 2 Co 9.6–12

El reino está aquí


14 Más tarde, después del arresto de Juan, Jesús entró en Galilea,
donde predicó la Buena Noticia de Dios. 15 «¡Por fin ha llegado el
tiempo prometido por Dios! —anunciaba—. ¡El reino de Dios está cerca!
¡Arrepiéntanse de sus pecados y crean la Buena Noticia!».

Uno de los temas más relevantes y de mayor reto para la Iglesia en este
siglo, es la manera en que se defina el propósito del Cuerpo de Cristo. La
forma en que lo entendamos va a definir como se cumple o se deja de
cumplir dicho propósito.

Lo primero que tenemos que entender es que el propósito de la Iglesia


opera en la realidad del Reino de Dios. En otras palabras, la Iglesia no se
mueve en los principios terrenales, sino que opera desde el principio
eterno no visible del Reino de Dios. A medida que conozcamos estos
principios, vamos a poder interpretar el propósito en el cual la Iglesia se
manifiesta.

“el propósito de la Iglesia opera en la realidad del Reino de Dios.”

Esto es importante para el desarrollo congregacional, pues el propósito


de la Iglesia no es añadir miembros a un lugar, sino movilizar ciudadanos
capaces de transformar. Por mucho tiempo, hemos estado preparando
muy buenas personas capaces de aprender a realizar tareas en una
congregación, pero no hemos podido desarrollar ciudadanos capaces de
transformar y reconciliar a la gente con Dios.

Conocemos más de los avivamientos y acontecimientos del pasado, que


de la manera en que vive un ciudadano del Reino. O sea, podemos contar
la historia, pero no manifestar Su Gloria.

Trasladados de reino
Para poder comenzar a entender la Iglesia y su relación con el Reino es
importante recordar que Cristo no nos traslado de una barra a una Iglesia,
sino que nos trasladó del reino de las Tinieblas al Reino de Su Hijo. Él no
te movió de lugar físico, sino que te movió de un reino a otro Reino.

Esto es importante entenderlo, porque si veo mi vida como alguien que


Dios sacó de las barras, de las drogas, del “mundo”, de la prostitución y
que fue puesto en una congregación específica para una tarea específica,
probablemente mi enfoque será ocupar un puesto específico en la
congregación específica. Entonces comenzaré a vivir mi vida de creyente
tratando de cumplir las metas establecidas en el lugar y dejaré de cumplir
el propósito para lo que fui diseñado.

Pero si comienzo a ver que Dios no me sacó del mundo para ser un
miembro de una congregación sino para ser ciudadano de un Reino. Me
daré cuenta de que todo lo que haga no corresponde a una agenda
pastoral sino a la agenda del Rey que me gobierna.

Por eso Cristo no pidió que los sacará del Mundo, sino que los librara del
Maligno, la intensión no era sacarte del mundo sino infiltrarte en el mundo
para que pudieras implantar en otros el Reino de Dios.

‘la intensión no era sacarte del mundo sino infiltrarte en el mundo”

Es tiempo de que se levante la Iglesia compuesta por los Ciudadanos del


Reino en lugar de más congregaciones llenas de miembros. Llegó el
momento de transicionar de una mentalidad de miembro de congregación
a una mentalidad de ciudadanía del Reino de los cielos. En la manera en
que aprendamos a ser un buen ciudadano del Reino, nos convertiremos
en miembros productivos en una congregación.

El Evangelio del Reino


La pregunta que tendríamos que hacernos es: ¿Cuál ha sido la razón
por la cual se han producido más miembros de iglesias que ciudadanos
del Reino? ¿Será que el mensaje se distorsionó al pasar de los años?

¿Cuál era el mensaje de Cristo? ¿Predicaría Cristo de Sanidad, de


salvación, de libertad? ¿Sería prosperidad o guerra espiritual?
¿predicaría Cristo de superación personal y como ahuyentar a los Judas?
¿Avivamiento?

¿Cuál era el mensaje principal de Cristo? El Reino. Veamos los


siguientes pasajes:

Mt 4.17 (RVR60) 17Desde entonces comenzó Jesús a predicar, y a


decir: Arrepentíos, porque el reino de los cielos se ha acercado.

Marcos 1.15 “Jesús vino a Galilea predicando el evangelio del reino de


Dios, 15diciendo: El tiempo se ha cumplido, y el reino de Dios se ha
acercado; arrepentíos, y creed en el evangelio.
Lucas 4.43 RV60 43Pero él les dijo: Es necesario que también a otras
ciudades anuncie el evangelio del reino de Dios; porque para esto he
sido enviado

Cristo predicaba el Evangelio del Reino como tema principal. Evangelio


significa Buenas Nuevas o Buenas Noticias.

La Buena Noticia no era que iban a ser Salvos sino que un Nuevo
Gobierno iba a ser establecido. Era que un nuevo gobierno se estaba
acercando a ellos.

Por eso cuando Cristo llamó a los discípulos a seguirlo, ellos no dudaron
en dejar lo que estaban haciendo y seguirlo, ellos habían escuchado el
mensaje. Había una Noticia Buena, un Nuevo Reino se estaba
acercando, una nueva forma de Gobiernos estaba a punto de
establecerse.

Ellos querían ser parte de una revolución y de un cumplimiento


profético. Ellos no siguieron a Jesús por las señales o las
manifestaciones sino por el mensaje del Reino.

Lamentablemente hoy en día la gente quiere seguir a Cristo por las


Señales sin entender el mensaje. Esto ha producido una generación de
gente que se congrega para ver lo que Dios va a hacer, y ver si el culto
está bueno, en lugar de crear personas que expandan y prediquen el
mensaje del Reino.

El Reino
En el libro de Daniel había una gran profecía, que había sido revelada por
medio de un sueño a Nabucodonosor. Una gran estatua que representaba
los reinos del mundo y una gran roca que rompía los pies de la estatua.
Las características de esta piedra eran: 1. no formaba parte de la estatua,
2. venia fuera de ella 3. No había sido cortada por mano humana 4. era
enviada por Dios mismo. Esta piedra iba a destruir todos los reinos y de
una roca iba a formar una gran montaña que cubriría la tierra, el Reino
iba a expandirse hasta llenar la tierra

La predicación de Cristo era que aquel reino que ellos esperaban estaba
a punto de manifestarse, era el Reino del cual Cristo era el Rey y Mesías.
Lc 17.20–21 RV 60 – 20Preguntado por los fariseos, cuándo había de
venir el reino de Dios, les respondió y dijo: El reino de Dios no vendrá
con advertencia, 21ni dirán: Helo aquí, o helo allí; porque he aquí
el reino de Dios está entre vosotros

Donde estaba el Rey estaba el Reino, Cristo es la piedra, la roca no


cortada con manos humanas, sino separada desde la eternidad para ser
establecida como Gobierno absoluto, un Gobierno que lo llene todo.

El Reino tiene que ver con una Nueva Vida Impartida y con el Propósito
Eterno de Dios de restaurar todas las cosas.

Un reino que destruye cualquier reinado que haya en tu vida. Un Reino


inconmovible, un Reino Eterno, un Reino que permite la manifestación de
lo invisible en el plano visible.

Cristo predicaba el Reino, en otras palabras, predicaba la manifestación


misma de Dios a través de Él. Los primeros creyentes predicaron el Reino,
no era un tema de moda, sino una realidad en sus vidas. Ellos
proclamaban a un Nuevo Rey, Bajo un Nuevo Gobierno y bajo una nueva
economía.

Por eso la persecución, hasta el momento había habido un solo señor, el


Cesar. Pero ahora, los seguidores de Jesús hablaban de un Nuevo Reino
basado en unas Buenas Noticias y hablaban de Cristo como su Señor. ¡No
tan solo eso predicaban de un Pacto con mejores promesas, para esta
gente ya el gobierno que los gobernaba había sido derrotado y sustituido
por el gobierno del Rey!

Predicar el Reino
Predicar del Reino, no es otra cosa que predicar del gobierno del Hijo,
predicar del establecimiento de una Nueva forma de Vida, de una
operación divina en la realidad natural.

¡Entender esto es vital! De este entendimiento es que parte la edificación


de la Iglesia. No se trata ya de programas para cumplir una agenda
eclesiástica, sino de una agenda divina de expansión y conquista. De
expansión por que el Cuerpo crece y de conquista por que se enfoca en
el mensaje reconciliador de la Gracia.
Prediquemos pues este mensaje. Anunciemos que el Reino ya está entre
nosotros, que no es una realidad del futuro, sino que es una vivencia del
presente. Entendamos que ahora, la manifestación del Reino se hace real
por medio de la Iglesia. Y que la Iglesia en su Misión debe estar basada
en la manifestación de ese Reino.

Las Cuatro Dimensiones de Cristo – Parte 1


Las cuatro Dimensiones de Cristo
La Palabra nos habla de que Dios tenía un Propósito Eterno. Esto significa que Dios,
desde antes de la fundación del mundo tenía una meta, un fin. Este propósito, está
centralizado en el Hijo y no en el hombre (Efesios 3.11). El hombre está dentro del
propósito eterno que Dios tenía en Cristo Jesús. La inclusión nuestra en ese
propósito es dar a conocer la multiforme sabiduría de Dios (Ef. 3.10). En otras
palabras, es mostrar o dar a conocer al mundo la revelación de ese Plan Eterno.
Pero para revelar este plan el Ser humano tiene que cumplir el propósito para lo que
fue predestinado: Ser semejante a Cristo. (Rom 8.29)

Ahora, ¿Cómo trabaja ese propósito en la vida del Ser Humano?

“El Nuevo Nacimiento es la impartición de una Vida Eterna a nuestras vidas por
medio de la fe, llamada Cristo.”

La palabra dice que, al nacer naturalmente, nacemos muertos en delitos y pecados.


Pablo registra que fue precisamente en ese momento de muerte que Dios nos dio
Vida. Ef 2.1 “Y él os dio vida a vosotros, cuando estabais muertos en vuestros
delitos y pecados” Quiere decir, que nuestra inclusión en el Plan Eterno comienza
a suceder en nosotros una vez se nos dio vida. Debo aclarar que el propósito para
nuestras vidas es desde la eternidad, pero se comienza a gestionar en nosotros una
vez recibimos la Vida (Cristo), esto se le conoce como nuevo nacimiento. El Nuevo
Nacimiento es la impartición de una Vida Eterna a nuestras vidas por medio de la
fe, llamada Cristo.

Una vez recibimos esta Vida Eterna, comienzan las cuatro Dimensiones de Cristo.
El termino dimensiones proviene del latín “dimensio”, el cual significa un aspecto o
una faceta de algo. Una “faceta” es una cara. Entonces, pudiéramos decir que la
obra de Dios en nosotros por medio de Cristo tiene 4 caras o cuatro facetas. No son
4 pasos, ni 4 escalones, sino 4 caras de una misma cosa.

“No hay forma de caminar en el propósito de Dios si Cristo no vive en ti. No naces
con Cristo dentro, debes Creer y hacerlo tu Señor.”
Estas dimensiones trabajan simultáneamente a medida que vamos conociendo la
Vida de Cristo en nosotros. Las primeras dos dimensiones están relacionadas con
lo que sucede en nosotros una vez hemos nacido de nuevo. Las otras dimensiones
están relacionadas con el resultado del progreso de las primeras dos.

Primera Dimensión: CRISTO VIVIENDO EN TI


No hay forma de caminar en el propósito de Dios si Cristo no vive en ti. No naces
con Cristo dentro, debes Creer y hacerlo tu Señor. (Jn 3.36, Rom 10. 8-9, Gal 2.20).
Hay una realidad, todo nuestro desarrollo espiritual real ocurre una vez Cristo está
en nosotros.

Col. 1.27 dice: “Y el secreto es: Cristo vive en ustedes. Eso les da la seguridad de
que participarán de su gloria.” Nos han enseñado por mucho tiempo que Cristo va
a nuestro lado a los lugares que vamos, pero lo que nos enseña la Palabra es que
hay un secreto, él no está afuera, sino que vive dentro. Dicho de otra manera, usted
no necesita estar diciéndole al Señor que no te vas a mover si Él no va contigo,
porque la realidad es que lo llevas dentro. No es alguien que va a tu lado, sino que
Vive en ti.

Esto es importante, porque no se nos dio solo la salvación, sino que nos convertimos
en el Cuerpo por el cual Cristo ahora vive en la Tierra. La Vida de Cristo se nos fue
impartida a nosotros sus hijos. Ahora Cristo vive en nosotros. Pablo lo entiende bien
al decir: “Ahora no vivo yo, sino que Vive Cristo en mi” Gal 2.20

“Cuando nos reunimos, no nos reunimos nosotros, sino el Señor.”

Si no tenemos esta dimensión no podremos participar de las otras. Es importante


señalar, que Cristo vive en nosotros para hacernos parte de un todo, en otras
palabras, esta vida impartida no es solo en lo individual, sino en lo colectivo llamado
Ekklesia. Por eso, cuando nos reunimos, no nos reunimos nosotros, sino el Señor.
¡Formamos parte de una misma sustancia e imagen: Cristo!. Por esta razón
podemos decir que la Reunión de los Santos es la manifestación visible más amplia
de Cristo en la tierra.

La Salvación es solo una parte del Plan Eterno de


Dios, pero no es el todo
Creo que la “Iglesia” ha enfocado su enseñanza al tema exclusivo de la salvación.
Esto ha producido ignorancia con relación a lo que verdaderamente es el propósito
de Dios con el Ser Humano. Les predicamos salvación y les decimos, oren por un
ministerio en el que Dios te use, asiste a todos los cultos para que no te apartes,
ora, ayuna, sube al monte y métete con Dios. La realidad es, que lo que hemos
enseñado es que debemos hacer un esfuerzo humano para lograr lo que solamente
puede producir la Vida de Cristo en nosotros.

“Somos una obra de construcción comenzada por Dios mismo.”

Cuando comprendemos que la salvación es solo la “llave” que nos lleva al propósito
y no el propósito en si mismo, comienzo a caminar en la Vida del Hijo y no en mis
propias fuerzas. Fíjate lo que dice Filipenses 1.6-7: “estando persuadido de esto,
que el que comenzó en vosotros la buena obra, la perfeccionará hasta el día de
Jesucristo;”. Lo hemos predicado, pero no lo hemos entendido. Pablo estaba seguro
de que el proceso de formación en nuestras vidas no tenía nada que ver con lo que
hiciéramos o provocáramos, sino con Aquel que comenzó la obra en nosotros.
Somos una obra de construcción comenzada por Dios mismo. El versículo dice que
quien comienza la obra, es el mismo que la perfecciona.

La palabra perfeccionar es “epiteleō” que significa completar, terminar, alcanzar una


meta. Quiere decir que desde antes de la fundación del mundo Dios comenzó algo
en nosotros con el objetivo de llevarnos a una meta. Esta meta no es ser reconocido
como el mejor pastor, evangelista, profeta o como el de más influencia, o el de más
emisoras y más programas de televisión, sino que fuimos elegidos para que el
resultado final y Su meta sea llevarnos a ser semejantes a Cristo.(Rom 8.29)
Puedes ser el mejor en tu campo (pastor, maestro, apóstol, etc), pero al final te
sigues pareciendo a ti mismo, el proceso fracasó.

Segunda Dimensión: CRISTO CRECIENDO EN


NOSOTROS
La segunda dimensión tiene que ver con lo que sucede una vez Cristo vino a vivir
en ti. Una vez se te imparte esa vida, Dios comienza a formar a Cristo dentro de ti y
a medida que Cristo es formado en ti, tú serás transformado.

“Muchas veces hemos estado orando erróneamente diciendo: “Dios cámbiame a


la imagen de Cristo” la oración correcta debería ser: Dios, que Cristo sea formado
en mi”.

Este crecimiento es formativo. En Gal. 4.19 Pablo dice: “Hijitos míos, por quienes
vuelvo a sufrir dolores de parto, hasta que Cristo sea formado en vosotros” (énfasis
mío). Si te fijas bien, Pablo no dice hasta que tu seas formado en Cristo, sino que
dice hasta que Cristo sea formado en ustedes. En otras palabras, nosotros no
somos formados, el proceso es, Cristo siendo formado en nosotros. No estamos en
las manos del alfarero, es Cristo el que está formándose (moldeándose en
nosotros).
Muchas veces hemos estado orando erróneamente diciendo: “Dios cámbiame a la
imagen de Cristo” la oración correcta debería ser: Dios, que Cristo sea formado en
mi”. Una vez Cristo es formado y Su vida vive libre en ti entonces tú serás
transformado. La formación (morphoō) de Cristo en nosotros, nos lleva a una
transformación (metamorphoō). (Gal 4.9, Rom 12.2)

La formación de Cristo en ti es el proceso de El ocupar todo el espacio dentro de ti


y dejarte fuera del mismo. (Gal 2.20) Él quiere ocupar todo dentro de ti, y nosotros
debemos someter todo a Él. A esto se le llama crecimiento y madurez: un cambio
de mente que produce acciones diferentes por el resultado de la formación de Cristo
en nosotros.

“Él quiere ocupar todo dentro de ti, y nosotros debemos someter todo a Él.”

Resumen
Como resumen de esta primera parte, podemos decir que estas dos dimensiones
(Cristo Vive en Mí, y Cristo creciendo en mi) son fundamentales para entender
nuestra asignación en el Cuerpo de Cristo. El saber que ahora Cristo Vive su vida
por medio mío y entender que no fui llamado a sentarme en un asiento año tras
años y no hacer nada, sino que fui diseñado para que Cristo sea formado en mi
tiene que ser libertador.

Las Cuatro Dimensiones de Cristo – Parte 2


En la Primera parte de esta serie, estuvimos hablando de las primeras dos caras o
dimensiones en las cuales somos participes del Plan Eterno de Dios. Ambas tienen
que ver con una obra comenzada en la Eternidad, pero manifestada en este tiempo.

Estas primeras dos dimensiones tienen que ver con la obra de Dios en nosotros. La
primera era Cristo viviendo en nosotros, en la cual aprendimos, que, al momento de
creer en Cristo, el comienza a vivir Su vida a través de nosotros. La segunda
dimensión, está ligada a la primera y es Cristo creciendo en nosotros.

“Una vez Cristo comienza a vivir en nosotros, lo siguiente que sucede es el


crecimiento y desarrollo de la formación de Cristo”

En esta dimensión, exploramos un poco la realidad del propósito eterno de Dios que
es que Cristo sea formado en nosotros. En otras palabras, una vez Cristo comienza
a vivir en nosotros, lo siguiente que sucede es el crecimiento y desarrollo de la
formación de Cristo. No que seamos formado sino Cristo formándose en nosotros.
Las próximas dos dimensiones son parte del resultado de las dimensiones
discutidas. Te invito a que me acompañes a explorar y estudiar el resultado de la
vida de Cristo en nosotros.

TERCERA DIMENSIÓN: CRISTO MANIFESTÁNDOSE A TRAVÉS DE


NOSOTROS

A medida que Cristo es formado y somos transformados naturalmente,


comenzaremos a MANIFESTAR aquello que se ha estado formando en nosotros.
Para comprender un poco esto veamos lo que dice Hebreos 11.3 (RV60) “Por la fe
entendemos haber sido constituido el universo por la palabra de Dios, de modo que
lo que se ve fue hecho de lo que no se veía.”

“Si dentro no pasa nada, lo externo es pura apariencia.”

Pastor Alex Strubbe

Hay una verdad espiritual que es importante que mantengamos siempre en nuestra
mente y en nuestro entendimiento de la verdad presente. Esta realidad es, que lo
visible es formado de lo invisible. En otras palabras, el resultado de lo que vemos
surgió de una realidad que no vemos. Esto es importante, porque si en nuestro
interior (lo que no vemos) Cristo se está formando, lo de afuera (visible) debe
manifestar esa realidad interna(NO VISIBLE). Dicho de otra manera, es imposible
que, si adentro no está pasando nada, lo de afuera pueda expresar alguna realidad.
Si dentro no pasa nada, lo externo es pura apariencia. Lo externo debería ser una
manifestación de lo se está formando internamente. Fíjate bien, que no digo
demostrar, sino manifestar, el que intenta demostrar algo simplemente opera en un
principio de esfuerzo propio, por el contrario, manifestar es permitir que su nueva
naturaleza se exprese naturalmente.

Manifestar en el original es phanerōsis – y tiene varios significados: «manifestar»,


«mostrar», «brillar», «iluminar», p. ej. el brillo del sol, de una lámpara o del día y
también como «aparecer», «ser manifiesto» Manifestar es dar a conocer algo, hacer
visible “algo” que no se ve. En otras palabras, Cristo manifestándose a través de
nosotros, es dar a conocer o hacer manifiesto a Cristo.

Cristo manifestaba al Padre(Nadie ha visto al Padre…Jn 6.46), en otras palabras,


todo cuanto Cristo hacia era una manifestación de la naturaleza del Padre (Jn 5.17-
45). De la misma manera y en la misma naturalidad debería estar sucediendo en
los Hijos redimidos de Dios.

Cuando Cristo es formado en nosotros comenzaremos a reflejar Su Vida, Su


pensamiento, Sus valores, etc. Nuestras respuestas serán un reflejo natural, no de
nuestra propia vida sino de la Vida de Cristo en nosotros. (Fruto)
“No debo esforzarme en cambiar mis actitudes, sino permitir que la misma vida de
Cristo nos renueve”

Partiendo de 1 Co 6.17 “Pero la persona que se une al Señor es un solo espíritu con
él.” Podemos entender porque la manifestación de Cristo debe ser un proceso
orgánico y no provocado. En otras palabras, no debo esforzarme en cambiar mis
actitudes, sino permitir que la misma vida de Cristo nos renueve y como resultado
podamos manifestar a Cristo. La transformación no es una decisión sino el resultado
de ser un espíritu con Dios.

El deseo de Dios siempre ha sido darse a conocer (Heb 8.11), El desea continuar
lo que estableció en el Hijo, ahora, a través de Su Cuerpo, la Ekklesia. Manifestar a
Cristo es manifestar la naturaleza de Dios. La mayor manifestación de Cristo no son
los dones sino el Amor.

1 Corintios 13: 1-3 (NTV) “1 Si yo pudiera hablar todos los idiomas del mundo y de
los ángeles pero no amara a los demás, yo sólo sería un metal ruidoso o un címbalo
que resuena. 2 Si tuviera el don de profecía y entendiera todos los planes secretos
de Dios y contara con todo el conocimiento, y si tuviera una fe que me hiciera capaz
de mover montañas, pero no amara a otros, yo no sería nada. 3 Si diera todo lo que
tengo a los pobres y hasta sacrificara mi cuerpo, podría jactarme de eso; pero si no
amara a los demás, no habría logrado nada.”

CUARTA DIMENSIÓN: CRISTO EXPANDIÉNDOSE A TRAVÉS DE TI:

La Cuarta dimensión tiene que ver con el rol o función nuestra dentro del Reino.
Tiene que ver con nuestra misión una vez somos salvos. No fuimos salvos solo para
congregarte sino para formar parte del Cuerpo de Cristo que camina en la Tierra.

Aunque reconocemos que el Plan Eterno está centrado en el Hijo, Dios ha permitido
por medio de Su gracia que nosotros seamos injertados en el mismo. Esto nos hace
partícipe no solo de su naturaleza, sino que nos hace partícipe de SU misión o
asignación.

Pudiéramos hacernos varias preguntas: ¿Para qué Cristo Vive en Mi?, ¿Para que
crece en mí?, ¿Para que se manifiesta a través de mí? ¿Será un asunto individual?
¿Buscará solo cambiar nuestras vidas y ser mejores personas?

La realidad es que todo Reino busca su expansión. Y el Reino de los Cielos no es


la excepción. Por eso Cristo vino a manifestar, traer y expandir el Reino (Lc 17. 20-
21). En Lc. 10.1-9 vemos como Cristo comparte su misión de expansión con sus
Discípulos. “Y los envió…” ¿A que los envió? A hacer lo que el mismo Jesús hacía:
sanar, libertar y predicar el Reino.
“La realidad es que todo Reino busca su expansión. Y el Reino de los Cielos no es
la excepción”

La palabra “envió” en el original es “apostello” y significa «enviar (hacia afuera) para


servir a Dios con la propia autoridad de Dios» Significa, además, enviar hacia un
propósito u objetivo designado. La Ekklesia en su Misión fue enviada con la misma
autoridad de Cristo a realizar lo mismo que hacía Cristo. La obra de Cristo no
terminó en la cruz, allí se firmó un pacto. La obra de Cristo vive ahora a través de
Su Cuerpo, la Ekklesia. Solo por 40 días después de la ascensión de Cristo hasta
pentecostés, hubo ausencia del propósito designado. En Pentecostés Dios regresó
en forma de lenguas de fuego y de un viento recio y reactivó la obra de Cristo, por
medio del Espíritu Santo a través de personas comunes que más tarde se les llamó
Iglesia.

Si has creido en Cristo y los has hecho Señor tienes que entender que estas en
medio de una gran asignación: ¡continuar la expansión del Reino!

Por eso en 2da Corintios 5.20 Pablo dice que “Somos embajadores” que
suplicamos que se reconcilien con Dios. La palabra suplicar en el original
es deomai y tiene una connotación de la manera en que un mendigo tiene la
necesidad de alimento. En otras palabras, Pablo pedía a la gente la reconciliación
con Dios, de la misma manera en que un mendigo ruega por su comida. ¡Poderoso!
¡Cuán mendigos deberíamos ser en este tiempo!

La mejor muestra del deseo de Dios en expandir el Reino a través de su Iglesia está
en 1 Pedro 2.9-10 (RV60):

“más vosotros sois linaje escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo
adquirido por Dios, para que anunciéis las virtudes de aquel que os llamó de las
tinieblas a su luz admirable;”

Pedro dice, que somos un linaje escogido, real sacerdocio, nación santa y pueblo
adquirido por Dios. Habla de atributos que ayudan a una misión: anunciar
las virtudes(fama) de Aquel que los llamó de las tinieblas a la luz. La Ekklesia tiene
el llamado a anunciar(expandir) la fama de aquel que lo llena todo, expandir las
buenas nuevas de salvación. Somos llamados a encarnar lo que somos: “Cristo en
nosotros esperanza de gloria”

TODOS estamos llamados a expandirnos. ¿Cómo? ¡Siendo Iglesia! La iglesia es el


representante autorizado para hacer visible el Reino de Dios.

“Somos llamados a encarnar lo que somos: “Cristo en nosotros esperanza de


gloria”
Este Reino, debe hacerse visible entre los hermanos en Cristo primero, y luego ser
manifestado al mundo. Expandimos el Reino y a Cristo cuando damos a conocer el
Plan Eterno de Dios, cuando explicamos el Misterio revelado, cuando compartimos
como Cuerpo o en nuestros hogares. Expandimos el Reino cuando hacemos
presencia en nuestras comunidades, cuando continuamos la obra de Cristo en la
Tierra y cuando caminamos en el Ministerio (Acción/Servicio) y la Palabra (Buenas
Nuevas/ Mendigar) de la reconciliación (2da Corintios 5.18-19).

En el libro de los Hechos vemos la expansión del Reino a través de la Ekklesia.


Ellos se habían convertido en una “sociedad alterna” a la cual todos querían
pertenecer. Te invito a que leas Hechos 2:42-47 y busques las características de
aquella “sociedad alterna” de creyentes y Compáralas con lo que el “mundo” ofrece
hoy.

CONCLUSIÓN

Creo que, en este tiempo, Dios está levantando una generación con un
conocimiento pleno de lo que es la vida de Cristo en nosotros. Creo, que Dios está
reformando al cuerpo para que podamos cumplir la asignación de llevar las buenas
nuevas, llevar el ministerio y la palabra de reconciliación y como resultado la
expansión del Reino de una manera eficiente.

Comprendamos, que las dimensiones no son pasos para el éxito o para una mejor
espiritualidad, sino que son el resultado de la Gracia de Dios en nosotros. Son el
resultado de la vida de Cristo en nosotros, Él es el que pone el querer como el hacer
(Fil. 2.13) por Su propia voluntad. Las dimensiones trabajan en conjunto una vez
que la vida de Cristo es impartida a nosotros por medio de la fe.

Caminemos creyendo que Cristo vive en nosotros, crece en nosotros, se manifiesta


a través de nosotros y se expande a través de nosotros. La única manera en que
haya una verdadera transformación en nuestra sociedad es reconocer que somos
la continuación del Ministerio de Cristo en la Tierra.

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