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Grecia y Turquía se han visto en estos días ante dos casos similares en los que estaban
implicados ciudadanos del otro país. Las reacciones de sus sistemas judiciales han sido
exactamente opuestas.
El 2 de mayo de 2018, el ciudadano turco Musa Alerik, trabajador del municipio turco de
Andrinopla (Edirne), pasó inadvertidamente al lado griego de la frontera, cerca de la aldea
de Kastanies, y fue arrestado por los soldados griegos en el puesto avanzado de control
fronterizo.
De inmediato se tuvo la impresión de que el caso de Musa Alerik era «ideal» para que
Grecia pudiera negociar el problema en base al principio de reciprocidad y obtener así la
liberación de dos militares griegos que habían sido arrestados el jueves 1º de marzo, luego
de haber penetrado inadvertidamente en territorio turco.
El ciudadano turco que penetró ilegalmente en Grecia está actualmente detenido en espera
de que se complete próximamente el procedimiento para su expulsión hacia Turquía.
Veamos ahora cómo proceden las autoridades turcas en el caso del teniente Mitretodis y el
sargento Kouklatzis, que es más bien un simple incidente –exactamente el mismo que el
protagonizado por el ciudadano turco Musa Alerik ya que estos dos militares griegos
entraron en Turquía inadvertidamente, precisamente por el mismo lugar, a pocos cientos de
metros del punto por donde cruzó el turco Musa Alerik. Lo que hace la justicia turca es
convertir a esos dos seres humanos en herramienta política del Estado turco, de una política
que busca chantajear al gobierno griego y abolir el Estado de Derecho de Grecia, país y
Estado de Derecho que han favorecido a los 8 oficiales turcos que solicitaron asilo político
en Grecia.
En medio de esta controversia aparece la justicia turca con sus manipulaciones del caso de
los dos militares griegos, lo cual demuestra que el Estado de Derecho no está en vigor
en Turquía y justifica más que nunca la decisión de la justicia griega sobre el pedido de
extradición de los 8 militares turcos.
Como si todo eso no fuese suficiente, el presidente turco [Recep Tayyip Erdogan], que
busca la reelección en las elecciones del 24 de junio, instó abierta y públicamente a Grecia
a entregarle los 8 militares turcos, en violación de los principios del Estado de Derecho, y
acto seguido mencionó a los dos militares griegos.
Estos casos deberían, en primer lugar, llamar la atención de los países europeos,
principalmente a los países miembros de la Unión Europea, que consideran el Estado de
Derecho una conquista primordial del mundo moderno y un arma contra la barbarie.
Pero esos países, en función de sus ganancias económicas y de sus intereses particulares,
miran para otro lado para no ver las violaciones de los derechos humanos que comete
el gobierno de Ankara, con la participación y la complicidad de la justicia turca, lo cual trae
como consecuencia un progreso de la barbarie en la propia Europa, ¡en vez de humanizar
Turquía!
Savvas Kalèndéridès
Savvas Kalèndéridès
Red Voltaire
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