Beruflich Dokumente
Kultur Dokumente
R E F
julio - diciembre 2011
Í N
12
REVISTA LÉGEIN N° 13 • JULIO DICIEMBRE 2011 LA CRÍTICA PLATÓNICA A LA RETÓRICA
1
Es menester señalar que no existió jamás un “movimiento so istico”, tal idea surge de la
uniformidad con que Platón trata a estos intelectuales, puesto que incluye a personajes
tan disimiles como, Isócrates y Gorgias en tal clasi icación.
92 13
REVISTA LÉGEIN N° 13 • JULIO DICIEMBRE 2011 CRITERIOS DE PUBLICACIÓN
popular, la preocupación por la expresión y por “el arte de hablar bien” especi icación del sujeto) deberá realizarse entre corchetes
en público se convirtió en un rasgo distintivo de la época que posibilitó cuadrados. Adicionalmente, si se desea realizar un énfasis particular
el surgimiento y fortalecimiento de la sofistica y la retórica. en la cita a través de cursivas, se deberá indicar esto con la expresión
Ahora bien, puesto que el correcto uso o ejercicio tanto de las “énfasis mío”, luego del número de página de la cita seguido por una
libertades sociales como de las libertades políticas supone la necesidad coma —como se hizo en (ii).
de una educación que cualifique al hombre, revitalizándose el papel 7. Al inal del artículo deben recopilarse todas las referencias
de la educación (παιδεία) en la polis. De este modo, el surgimiento de bibliográ icas citadas o empleadas en la elaboración del artículo,
la paideía sofista responde a la necesidad de una educación en torno bajo el título ‘R B ’. Las referencias deberán
al ejercicio del lenguaje, impuesta principalmente por las libertades ser organizadas primero alfabéticamente, según el apellido del
políticas que conlleva el modo de vida democrático. Mientras que, las autor, y luego cronológicamente, según el año de la publicación. Si
libertades civiles cargarán de un renovado interés la reflexión ética, un autor tiene varias obras publicadas en el mismo año, entonces se
teniendo como resultado, principalmente, el surgimiento de la paideía le agrega una ordenación con las letras del alfabeto junto al año (ver
socrática. Así pues, la Atenas democrática del siglo V a.C. proporcionó ejemplo a continuación). Véase el siguiente ejemplo de referencias
los elementos necesarios para que se gestara la polémica entre Sócrates bibliográ icas, en las que se introducen obras, artículos de revista y
y los sofistas. secciones dentro de compilaciones:
A .
2. ¿C ? [Met.] (1982) Meta ísica (trad. V. García Yebra). Madrid: Gredos.
[Pol.] (1989) Política (trad. J. Marías & M. Araujo). Madrid:
Centro de Estudios Constitucionales.
La polémica entre Sócrates y los sofistas indudablemente tiene validez
H , Jurgen.
histórica y dos razones podrían sustentar tal afirmación. En primer
lugar, en los textos que se conservan de los escritores contemporáneos a (1998) Escritos sobre la moralidad y eticidad. Barcelona:
Sócrates—sin importar si su finalidad es elogiarlo o caricaturizarlo— se Paidós.
presenta reiterativamente la imagen de éste como un hombre inquisitivo R , Cristopher.
y curioso al que le gustaba debatir sobre todo tipo de temas con todo tipo (2000) “La ética de la Grecia antigua”, en Compendio de Ética
de hombres, principalmente con aquellos que predicaban de sí mismos (comp. P. Singer). Madrid: Alianza, pp. 183-197.
ser sophoi (sabios) o poseedores de algún saber hacer. En consecuencia,
T , Charles.
resulta casi imposible que no confluyeran algunos sofistas y Sócrates
en algunos debates, no sólo producto del carácter de éste último sino (1995a) Philosophy and the Human Sciences. Cambridge:
también dadas las importantes relaciones sociales que sostenía2, en gran Cambridge University Press.
parte, debido al renombre de sus discípulos y amigos. (1995b) The Ethics of Authenticity. Cambridge, MA: Harvard
University Press.
En segundo lugar, la acusación de impiedad y corrupción de
jóvenes que pesaba sobre Sócrates3 —por la cual resultó enjuiciado y W , Ludwig.
(1965) “A Lecture on Ethics”, en The Philosophical Review, vol.
74, Nº 1, pp. 3-12.
2
Sobre este punto bastaría recordar, la importancia de personas como Critón y Platón,
de quienes no está en duda que fueran seguidores o amigos suyos.
3
“Existe certeza documental de que existió y fue ajusticiado un tipo de nombre Sócrates
y por los cargos que se contenían en el acta de acusación. Cuyo testimonio lapidario
14 91
REVISTA LÉGEIN N° 13 • JULIO DICIEMBRE 2011 LA CRÍTICA PLATÓNICA A LA RETÓRICA
palabras en otros idiomas, para títulos de libros y para nombres de posteriormente condenado a tomar la cicuta— da cuenta de lo incómoda
revistas indicados dentro del texto. Cuando se trae a colación un que resultaba su actividad filosófica para el quehacer político, que sin
artículo o un aparte de un libro, se hace entre comillas dobles. duda, debido al momento histórico, estaba permeado por la labor de los
6. Todas las citas deben ir acompañadas de su referencia correspondi- sofistas y el uso de la retórica. De modo que en el campo que compete
ente; no hacerlo equivale a cometer plagio. Dichas referencias deben a asuntos políticos, el enfrentamiento entre los sofistas y Sócrates no
hacerse entre paréntesis con el apellido del autor, el año de la obra y, sólo fue factible sino que, incluso, es posible pensar que el malestar que
luego de dos puntos, la(s) página(s): (Apellido Año: pág.). Sin embar- se generó producto de sus disputas fue trascendental para el juicio y la
go, cuando las referencias bibliográ icas sólo contemplan una única condena del pensador ateniense. Así, puede leerse un pasaje del Gorgias
obra para un autor, se puede omitir el año de la misma en las citas en el que Platón pone en boca de Sócrates un conjunto de razones por
—esto es, en la información entre paréntesis— sin que esto genere las cuales él podría ser condenado en caso de ser llevado a juicio, las
confusiones. Síganse los tres ejemplos a continuación: cuales coinciden plenamente con lo hasta aquí desarrollado:
i) Las citas realizadas al interior del texto que no superen cuatro Creo que soy uno de los pocos atenienses, por no decir el
renglones de extensión deben ir entre comillas de la siguiente único, que se dedica al verdadero arte de la política y el único
manera: “Citar es como aportar testigos a un juicio” (Eco 1982: que la practica en estos tiempos; pero como, en todo caso, lo
195). Esto signi ica que las citas deben ser pertinentes y su que constantemente digo no es para agradar, sino que busca el
número debe ser moderado. mayor bien y no el mayor placer, y como no quiero emplear esas
ingeniosidades que tú me aconsejas, no sabré qué decir ante un
ii) Las citas realizadas al interior del texto que superen cuatro tribunal [...] Si alguien me acusara de corromper a los jóvenes
renglones de extensión deben ir separadas del párrafo, sin porque les hago dudar, o de censurar a los mayores con palabras
comillas, en letra tamaño 10, a espacio sencillo y con sangría de 1 ásperas en privado o en público, ni podré decir la verdad: «Todo
cm a cada lado, tal como se muestra a continuación: lo que digo es justo y obro en beneficio vuestro, oh jueces», ni
Este método es muy cómodo porque inmediatamente ninguna otra justificación, de manera que probablemente sufriré
pone ante los ojos los textos citados, permite lo que me traiga la suerte (P 1983: 521d-522c)
saltárselos cuando se hace una lectura transversal, Si bien a partir de lo anterior podemos afirmar que la disputa entre
detenerse exclusivamente en ellos cuando el lector se los sofistas y Sócrates fue real, el hecho de que este último no dejara
interesa más por los textos citados que por nuestro nada escrito de su propio puño, no nos permite hablar con propiedad de
comentario y, por último, permite localizarlos su punto de vista en este debate. No obstante, aunque podemos tratar
rápidamente cuando es necesario para una consulta hacernos una imagen de los rasgos esenciales de su pensamiento a
(Eco 1982: 194-195, énfasis mío). través de la gran cantidad de fuentes indirectas que poseemos, Sócrates
iii) Las referencias a textos clásicos seguirán los parámetros nombrados será una figura en la que:
en los incisos anteriores, pero podrán llevar en la nota al pie la
abreviatura correspondiente según la convención: “El timón del Quedará siempre un residuo enigmático que no será posible
jamás eliminar del todo. Tan misterioso e insondable apareció
piloto es inanimado, el vigía, animado (pues el subordinado hace
ya a sus contemporáneos, que por algo Alcibiades [...] les dice lo
las veces de instrumento en las artes)” (Pol. I-4, 1253b 31-33.). La
siguiente a los mismos que diariamente lo frecuentaban: «sabed
abreviatura empleada para la obra clásica deberá especi icarse en que ninguno de vosotros le conoce» (G R. 1994: 8).
las referencias bibliográ icas (ver punto 7).
Nota: cualquier alteración de una cita textual (supresión de se conservaba en los archivos de Atenas todavía en el siglo II de nuestra era. Sócrates
texto indicada por puntos suspensivos, adición de palabras o sufrió la pena de muerte por el crimen de impiedad, en el año de Laques (399 a. c.)”
(G R. 1994: 8).
90 15
REVISTA LÉGEIN N° 13 • JULIO DICIEMBRE 2011
16
REVISTA LÉGEIN N° 13 • JULIO DICIEMBRE 2011 LA CRÍTICA PLATÓNICA A LA RETÓRICA
R B es, no sólo para justificar el título que lleva este texto, sino también para
justificar los modos de expresión que usaré de aquí en adelante y para
proceder de una manera prudente sin atribuirle al maestro cosas que
B , M.
pueden ser de autoría del discípulo. De este modo y en síntesis de lo
(2002) “Acting From Duty” en Groundwork for the Metaphysics of Moral, anterior, es necesario enfatizar que quizá lo único que podamos afirmar
Immanuel Kant (pp. 92-110). New York: Yale University Press. sobre Sócrates es que “las figuras de la historia universal, al igual que
G , D. M. las grandes obras de arte, tienen la cualidad de ser inagotables” (G
(2010) Lecciones de Kant para hoy. Barcelona: Athropos.
R. 1994: 15). Más de veinte siglos de reflexión filosófica así lo sustentan.
H , F.
3. C R .R A
[PFD] (1999) Principios de la Filosofía del Derecho. Barcelona: Edhasa.
[FE] (2008) Fenomenología del Espíritu. México D.F.: Fondo de Cultura
Económica. En el medio académico resulta bastante difundida la crítica que
Platón realiza tanto a los sofistas como a la retórica. Sin embargo, hay
K , I.
algunos aspectos de esa crítica que comúnmente no se tienen en cuenta,
[MC] (1989) Metafísica de las Costumbres. Madrid: Tecnos. puesto que ésta termina por simplificarse al punto de quedar definida
[FMC] (2005) Fundamentación de la Metafísica de las Costumbres. Madrid: la retórica como una práctica que busca adular al auditorio y el sofista
Tecnos. como una especie de charlatán que puede persuadir sobre toda materia
y tema sin tener ningún conocimiento. La crítica a la retórica y a los
[CJ] (2007). Crítica del Juicio. Madrid: Espasa Calpe S.A.
sofistas no se define solamente por lo mencionado anteriormente, es
M , H. preciso mostrar los aspectos más fuertes y determinantes en los que
(1994) Razón y Revolución. Hegel y el surgimiento de la teoría social. ellos se articulan y no quedarse en una comprensión superficial del
Barcelona: Ediciones Altaya. problema.
P , H. J. En el diálogo El Gorgias, Platón revela prontamente la intención y los
(1948) The Moral Law. London: Hutchinson University Library. interrogantes que guiarían el desarrollo del mismo, estos son: cuál es el
poder del arte que proclama Gorgias el sofista y qué es lo que proclama
P , A. y enseña (Cfr. P Gorg. 447c). Gorgias después de un preámbulo y
(1991) Ética y Moral: Una introducción a la filosofía práctica. Barcelona: envuelto por la capacidad dialéctica de Sócrates, señala que su arte es
Editorial Crítica. la retórica, por lo cual puede ser llamado orador y que además puede
S , S. enseñar su arte a otros (Cfr. P Gorg. 449a-b). Ahora bien, la crítica
de Platón estriba en que la retórica no cumple las condiciones para ser
(1988) “Hegel’s critique of the subjective idealism of Kant’s ethics” en
un arte (τέχνη 5) —tal y como pretende sustentar Gorgias— sino que
Journal of History of Philosophy, 26 (1), pp. 89-105.
es una práctica (ἐμπειρία) que busca la adulación (κολακεία) y que
5
Traducir el término Techné es una tarea compleja en sumo grado, implica tener en
consideración varios factores. Techné puede signi icar: técnica; un arte que se adquiere
y se desarrolla de manera ordenada, es decir, por un método; artesanía; o icio; saber ha-
cer. En este texto traduzco la techné como “arte” puesto que es el término moderno que
resulta más incluyente respecto de los otros sentidos, un arte implica una técnica para
88 17
REVISTA LÉGEIN N° 13 • JULIO DICIEMBRE 2011 LA CRÍTICA DE HEGEL AL FORMALISMO DE LA MORAL KANTIANA: UNA REVISIÓN DEL ARGUMENTO
al basarse tan sólo en la rutina o la costumbre (τριβή), entonces es la moral kantiana, y en especial el concepto de deber eran de ese modo:
irracional (ἄλογον). formales y vacíos. Sin embargo, pasó por alto que el concepto de deber
también adquiere una determinación, es decir, de la misma forma que
En primer lugar, empecemos por notar las condiciones que Platón
en tales fórmulas se intercambian los valores o en términos de Hegel,
supone necesarias para que una práctica sea considerada como una
adquieren determinaciones concretas. Obrar por amor al deber es obrar
techné. En este sentido Platón expresa:
con el fin de alcanzar la propia perfección en términos del cultivo de las
A esto [la retórica] lo llamo adulación y afirmo que es feo, Polo propias facultades y la felicidad ajena en tanto felicidad moral (Cfr. MC,
—pues es a ti a quien me dirijo—, porque pone su punto de mira VB). Las máximas que conducen a actuar en esta dirección —es decir,
en el placer sin el bien; digo que no es arte, sino práctica, porque teniendo como objetivo la propia perfección y la felicidad ajena— son,
no tiene ningún fundamento por el que ofrecer las cosas que según Kant, acordes al imperativo categórico que no manda más que
ella ofrece ni sabe cuál es la naturaleza de ellas, de modo que no
a elegir máximas con las que se trate tanto a la propia persona como
puede decir la causa de cada una. Yo no llamo arte a lo que es
a la de todo otro no sólo como medio sino también como fin y, en esa
irracional; si tienes algo que objetar sobre lo que he dicho, estoy
dispuesto a explicártelo (P Gorg. 265a) medida, se respete la dignidad humana. De esa manera, se tienen en
cuenta tanto los propios intereses como el bienestar de los demás y
Así pues, es preciso notar, que un arte se define por: i) está esto se refiere a la vida concreta de los hombres que reconocen a otros
direccionado siempre a lo bueno, al bien; ii) toda techné conoce la hombres en una relación intersubjetiva.
naturaleza del objeto sobre el que versa para poder servirlo lo mejor
En conclusión, la crítica de Hegel a la moral de Kant radica en la
posible, razón por la cual, el saber hacer cuenta con un método de acción
fundamentación formal que se presenta en la FMC; en ella, Kant parece
que puede dar cuenta de todas las actividades y de los medios de los que
sumir al sujeto en un solipsismo en el que no tiene más que relaciones
hace uso para desarrollarlas; y iii) en virtud de ser un saber ordenado
consigo mismo y, por tanto, cae en la pura indeterminación. Hegel
y estructurado, entonces puede ser tanto enseñado como aprendido.
considera que esa auto-referencialidad o conciencia moral formal es un
El ejemplo por excelencia de lo anterior será para Platón la medicina,
impedimento para el paso hacia la eticidad, pues, al estar abstraído de
puesto que: i) procura el bien del cuerpo: busca curar; ii) “ha examinado
todo lo empírico, no puede reconocer a lo otro de sí que es fundamental
la naturaleza de aquello que cura”, razón por la que “conoce la causa de
para las relaciones de los hombres en el marco de la familia, la sociedad
lo que hace y puede dar razón de todo lo que hace” (P Gorg. 501a)
civil y el Estado. Sin embargo, parece que Hegel no tuvo en cuenta que el
y iii) puede ser enseñada y aprendida. De este modo, la práctica médica
tránsito de la fundamentación formal de la moral a la eticidad en Kant no
no es irracional —siendo un verdadero arte—, puesto que sustenta su
se da propiamente en la FMC cuanto más en la MC y que si bien la moral
acción en un método que la ordena y direcciona a cumplir cabalmente
kantiana es formal, no se sigue de ello que sea vacía o impracticable,
con su fin (proporcionar la salud del cuerpo), dejando de lado la
puesto que en esta última obra Kant da cuenta de las relaciones de los
irracionalidad que supone el proceder según el azar que se desprende
individuos, con conciencia del deber, con otros individuos dentro de
del desconocimiento de los mejores medios para servir bellamente a su
una sociedad concreta.
objeto.
3.1 La retórica no está direccionada al Bien
Recordemos que dentro del diálogo, Gorgias después de un largo rodeo
de ine la retórica como una práctica que busca persuadir sobre los discursos de
tipo judicial, es decir, aquellos que discurren sobre lo justo y lo injusto, naciendo
18 87
REVISTA LÉGEIN N° 13 • JULIO DICIEMBRE 2011 LA CRÍTICA PLATÓNICA A LA RETÓRICA
el respeto por la dignidad que ellos proclaman sean ejemplo de lo que entonces como “un simulacro de una parte política” (P Gorg. 463d). Sin
él podía tener en mente cuando presentó la segunda formulación del embargo, también admite que el orador no precisa conocer su icientemente la
imperativo categórico como materia del mismo. materia sobre la que versa el discurso para ser persuasivo, de modo que bien
puede el orador persuadir ora sobre lo justo ora sobre lo injusto según sea
En esta misma línea de interpretación de la crítica de Hegel a Kant, conveniente y no necesariamente según sea correcto. Así pues, “la retórica es
Sedgwick afirma que “uno puede más bien mostrar que una extensión artí ice de la persuasión que da lugar a la creencia [sin el saber], pero no a la
de lo que Kant nos presentó en líneas muy generales de aplicación del enseñanza sobre lo justo y lo injusto” (P Gorg. 455a)
imperativo categórico (contiene deberes del hombre hacia el hombre)
Según Platón, para persuadir sobre lo justo o lo injusto se precisa conocer
puede llevarse a cabo en una ‘ética aplicada’ sin violar los principios qué es la Justicia. Así pues, dado que el objeto del discurso del orador es lo justo
formales de su filosofía moral” (S 1988: 90). Por tanto, parece y lo injusto, es condición necesaria que éste sepa qué es la justicia y qué es
que Hegel pasó por alto este aspecto del imperativo categórico que contrario a ella. Asimismo, el intelectualismo socrático indica que todo el que
lo dota con un contenido concreto y permite que, aunque sea formal, obra mal lo hace por ignorancia del bien, de modo que si el orador conoce lo que
pueda tener una aplicación concreta ulterior. es justo, se sigue necesariamente que querrá o deseará (βουλήσεται 6) actuar
con justicia (Véase, P Gorg. 260b-c). De tal suerte que ningún orador
Finalmente, la crítica al concepto de deber llama la atención porque
habiendo sido instruido en la justicia —como es necesario que lo esté por ser
parece que Hegel se basó únicamente en su presentación en FMC, y no orador— podría actuar bajo el esquema de lo conveniente, sino que de manera
tuvo en cuenta la determinación que adquiere dicho concepto en la imperativa debe conducirse en los tribunales y ante el público siguiendo lo que
Doctrina de la virtud, segunda parte de MC. Allí, el deber tiene un contenido es justo. En otras palabras, aceptando el esquema de argumentación platónico
concreto, a saber, la propia perfección y la felicidad ajena (Cfr. MC, IV- se seguiría que: si el orador conociera lo bueno, entonces actuaría conforme a
V). Esta determinación del deber hace que se salga de la unilateralidad ello y no buscaría lo conveniente, persuadiendo entonces con saber y no con
señalada por Hegel, y se pase a un estadio de intersubjetividad. Alguien creencia.
podría objetarme en este punto que es claro que Kant dota de contenido No obstante, y teniendo en cuenta que Gorgias ha aceptado que el discurso
el concepto de deber, pero que sigue siendo oscura la manera como lo retórico da lugar a una persuasión por medio de la creencia, entonces se sigue
hace, es decir, su tránsito del sujeto moral formal al ciudadano concreto. que el orador no procura lo que es mejor para el público (instruirlo), puesto
A lo que puedo responder, por un lado, que para Kant es importante dar que no lo conoce7. El orador se encarga de adular al auditorio por medio de
cuenta de lo que el ser humano puede ser y hacer en el ámbito moral sin la apariencia de lo que es bueno diciendo en cada caso lo que resulte más
relación con el mundo concreto, es decir, dar cuenta de su constitución conveniente, halagando a la audiencia si es preciso pero buscando a toda
independientemente de las determinaciones externas. Luego, Kant costa la persuasión en lugar de la verdad. En este sentido, Platón señala que
pone a ese sujeto moral con otros que tienen su misma constitución y éstas prácticas retóricas de las que se valen los so istas se “conducen al placer
procurando solamente éste y desconociendo lo que es mejor y lo que es peor”
su misma capacidad moral dentro de una sociedad en la que, en virtud
(P Gorg. 500b).
de la racionalidad, se pueden dar acciones morales que procuren una
buena convivencia; en caso de no obrar por amor al deber, los hombres
estarán en una sociedad civil en la que las leyes del Estado garanticen 6
Este término traduce “deseo”, no obstante también implica una elección razonada, es
dicha convivencia.
decir un impulso que ha pasado por el iltro de la razón —que nos indica qué es lo bue-
Por otro lado, se puede responder respecto al imperativo categórico no— y que persiste en el hombre, impulsándolo a actuar.
7
El orador no conoce lo bueno, es decir, no conoce la justicia. Aceptando el esquema
que con él sucede lo mismo que con una fórmula matemática o física, que
de argumentación platónico, se seguiría que: si el orador conociera lo bueno, entonces
es formal y no se fundamenta en las determinaciones empíricas —esto actuaría conforme a ello y no buscaría lo conveniente, persuadiendo entonces con saber
con el fin de evitar caer en las contingencias y en particularidades—, y y no con creencia. No obstante, aceptar sin más el esquema platónico de argumentación
no por ello se considera vacía e inútil. A mi modo de ver, Hegel pensó que resulta sumamente di ícil, pues es posible pensar alguien que aún sabiendo lo que es
bueno no lo siga, lo que se ha llamado Akrasía (ἀκρασία).
86 19
REVISTA LÉGEIN N° 13 • JULIO DICIEMBRE 2011 LA CRÍTICA DE HEGEL AL FORMALISMO DE LA MORAL KANTIANA: UNA REVISIÓN DEL ARGUMENTO
Este uso de la retórica expuesto por Gorgias no cumple con el primer legitima dicha máxima es la pura subjetividad. Sin embargo, pienso que
punto del esquema planteado, ya que el discurso estaría direccionado hacia lo esta crítica de Hegel tiene sentido sólo en la primera formulación del
agradable y conveniente y no hacía lo justo y, por tanto, bueno. Es acudiendo imperativo que se refiere únicamente a su forma.
a una argumentación de este tipo que es posible comprender algunos pasajes
del Gorgias, en los que Platón reemplaza el tono conciliador propio de quien Como se dijo más arriba, Kant reconoce en el imperativo tres
solamente indaga por la naturaleza de la retórica por la hostilidad de quien aspectos constitutivos, a saber, la forma, la materia y la determinación
sabe que está frente a una práctica perjudicial para el hombre; por ejemplo, integral, y cada una de ellas obedecen a una formulación. La forma se
“para el que no tiene intención de cometer injusticia no es, ciertamente, grande refiere a la pretensión de universalidad de todas las máximas. Pero
su utilidad” (P Gorg. 481b). Kant sabe que esas máximas deben estar dirigidas hacia algo específico
3.2 La retórica no conoce la verdadera naturaleza y, en consecuencia, el imperativo categórico debe tener un contenido
del objeto sobre el que versa que impida que cualquier máxima privada se universalice. Así pues,
Kant —al igual que Hegel— era consciente del peligro de la conciencia
Regularmente los comentaristas del diálogo El Gorgias establecen subjetiva y lo advirtió llamándolo dialéctica natural, esto es, la falsa
una dicotomía entre la retórica considerada como arte (techné) y la creencia de que una máxima privada puede ser ley universal (Cfr. FMC,
retórica considera como práctica o experiencia (empeiría). La razón de II, 405). De ahí surge la segunda formulación del imperativo categórico;
ser de esta dicotomía estriba en que es preciso diferenciar tajantemente en ella se presenta la materia del imperativo o su contenido, esto es, la
entre dos tipos de saber a partir del modo en que se relacionan con humanidad como limitante de dicha subjetividad. Kant reconoce que
el objeto al que refieren. Sin embargo, es preciso esclarecer el sentido el sujeto moral no está solo en el mundo, reconoce, en términos de
desde el cual se trabaja el término empeiría, dado que esto posibilitará Hegel, lo otro de sí en la humanidad de los demás sujetos morales que
comprender por qué la retórica no es un arte en el sentido en que no merecen ser respetados y tratados no sólo como medios, sino también
hay un saber ordenado y estructurado sobre el objeto al que se busca y al mismo tiempo como fines en sí mismos en cada una de nuestras
servir. Platón define la retórica como una práctica o ejercicio rutinario acciones.
(empeiría) que pretende la adulación, no obstante, el uso negativo o
peyorativo que el término empeiría adquiere en el diálogo no es el En consecuencia, con la formulación del imperativo categórico, Kant
sentido usual de éste. Platón utiliza dicho término en dos sentidos en busca que una máxima sólo pueda ser universal y valorada moralmente
todo el diálogo; el primer sentido y de uso común entre los griegos es el como buena, si en ella se respeta la dignidad humana. Según esto, el
de la empeiría concebida como experiencia, tal y como aparece cuando ejemplo presentado por Hegel sobre la existencia o no de la propiedad,
señala por la voz de Polo que: con el que pretende hacer manifiesta la ausencia de contradicción del
imperativo categórico, puede ser puesto en tela de juicio. Pese a que
Existen entre los hombres, Querefonte, muchas artes (τέχναι) Kant hace abstracción de la vida concreta de los hombres, no los deja en
elaboradas hábilmente partiendo de la experiencia (ἐμπειριῶν la pura vaciedad, antes bien, les reserva su valor intrínseco, su dignidad,
ἐμπείρως). En efecto, la experiencia (ἐμπειρία) hace que nuestra
como el criterio para determinar qué está en consonancia con el deber y
vida avance con arreglo a una norma; en cambio, la inexperiencia
qué es contrario a él, qué causa beneficio y qué perjuicio a los hombres.
(ἀπειρία) la conduce al azar. De entre estas artes unos ejercen
unas y otros otras de modo distinto, y los mejores practican las Por tal razón, considero que a partir de la crítica de Hegel no se
más elevadas. Entre estos últimos se encuentra Gorgias, que puede desechar sin más la idea de que el imperativo categórico sí sirva
cultiva la más bella de las artes (P Gorg. 448c. Énfasis mío) como criterio de elección de máximas para actuar. Aunque Kant no
estuviera pensando en su época en los derechos humanos como se
Tal sentido de experiencia (empeiría) no tiene un uso despectivo,
piensan y se practican en la actualidad, es posible pensar, a partir de su
incluso en la cita anterior aparece concebida como un elemento
argumentación sobre la dignidad humana, que los derechos humanos y
fundamental en la adquisición de un arte: es a través de la experiencia
20 85
REVISTA LÉGEIN N° 13 • JULIO DICIEMBRE 2011 LA CRÍTICA PLATÓNICA A LA RETÓRICA
84 21
REVISTA LÉGEIN N° 13 • JULIO DICIEMBRE 2011 LA CRÍTICA DE HEGEL AL FORMALISMO DE LA MORAL KANTIANA: UNA REVISIÓN DEL ARGUMENTO
tal suerte que no puede procurar que las personas se hagan mejores nada puede sugerir a la hora de actuar en una situación concreta. Según
y que se acerquen a lo bueno, sino que se adhieran a bienes aparentes. esto, el imperativo categórico, al llenarse de un contenido concreto,
Es aquí donde el orador emerge como un demagogo que en lugar de se convierte en una máxima contingente y, como señala Hegel, esas
conducir a los ciudadanos a lo que es noble, se contenta con procurar máximas no son leyes sino más bien preceptos que quedan en el plano
sólo su propio beneficio, burlándose de la racionalidad de las personas del deber ser (Cfr. FE: 249).
y escapando de la justicia en cuanto le sea conveniente. Por otro lado, En consecuencia, según Hegel, un enunciado ético que procede de
Gorgias acepta que el orador simplemente busca persuadir (πιθανός) la mera autoconciencia —como el caso del imperativo categórico—
sin prestarle importancia a instruir (διδασκαλική) al auditorio (Cfr. “sólo puede apelar a una universalidad formal en la que el precepto
P Gorg. 458e). Resulta evidente que según lo presentado en el no se contradiga” (FE: 249), y esto sólo es posible en una relación
diálogo, el orador propuesto por Gorgias no experimenta “el amor de formal consigo mismo. Hegel se refiere a esa identidad formal de un
la procreación y generación en lo bello” (P Sym. 206e) que es el enunciado ético como tautología, esto es, “tautología que se contrapone
sustento de la tarea del educador y la razón por la cual éste busca que
8
al contenido y que es un saber, no del contenido que es o del contenido
sus discípulos se hagan mejores por medio de razonamientos capaces propiamente dicho, sino de la esencia de igualdad de ese contenido
de imprimir verdades en sus almas. consigo mismo” (FE: 249-250). Es decir, la universalidad y la necesidad
El orador, si bien vive del reconocimiento del auditorio, rechaza de un enunciado ético como el mencionado se dan únicamente en la
el rol de educador y se dedica al mero y vulgar divertimento de la relación del enunciado consigo mismo y no con un contenido concreto.
masa. La incomodidad que genera el filósofo en el auditorio en tanto Así pues, podemos pensar que el imperativo categórico responde a
enuncia la verdad y reclama a cada hombre que viva el modo de vida una tautología que le otorga validez universal y la pierde en cuanto se
más excelente, es una apuesta que es rechazada por el sofista quien confronta con un contenido distinto.
solamente propende por enunciar lo que es placentero. En los diálogos En consecuencia, Hegel considera que la propuesta moral de Kant es
platónicos contrasta la voz fuerte de Sócrates como educador con el formal y vacía y, por tanto, inútil, ya que su universalidad y necesidad
canto de sirena que emana de la garganta de los sofistas, capaces de está basada en una ausencia de contradicción, es decir, ausencia de un
entretener y embelesar al auditorio, pero manteniéndolo preso de sus contenido concreto con el cual contrastar dicha validez. Según él, esta
formulación del imperativo categórico y del deber condena al sujeto a
8
Recordemos los dos tipos de inmortalidad y de procreación expuestos por Platón en un tipo de solipsismo en el que no hay un reconocimiento de lo otro
el Banquete: 1) procreación e inmortalidad por medio del cuerpo (sôma), de tal suerte de sí, y por tanto no hay un criterio objetivo que permita legitimar
que “los que son fecundos —dijo— según el cuerpo se dirigen preferentemente a las las máximas que el sujeto se da a sí mismo. De esta forma, tampoco
mujeres y de esta manera son amantes, procurándose mediante la procreación de hi-
jos inmortalidad, recuerdo y felicidad, según creen, para todo tiempo futuro” (PLATÓN
hay posibilidad de hacer el tránsito hacia la eticidad que supone la
Sym. 208e). 2) Procreación e inmortalidad por medio de la “fecundidad del alma”. En intersubjetividad, siendo ésta fundamental para Hegel. De ahí que
ésta última, se ennoblece la relación entre el maestro y discípulo, en tanto se preten- Marcuse afirme al respecto que “Hegel pretende mostrar que el hombre
de engendrar razonamientos bellos que los transformen a ambos y los acerquen a la existe como un ser-para-otro más que como un ser-para-sí” (M
virtud. Platón señala que: “Ahora bien, cuando uno de éstos se siente desde joven fe-
1994: 136). Ahora bien, el planteamiento de Kant daría la impresión de
cundo en el alma, siendo de naturaleza divina, y, llegada la edad, desea ya procrear y
engendrar, entonces busca también él, creo yo, en su entorno la belleza en la que pueda presentar no a un hombre con una vida concreta y un contexto histórico
engendrar, pues en lo feo nunca engendrará . Así, pues, en razón de su fecundidad, se y social determinado, sino a un sujeto abstracto inmerso en sí mismo y
apega a los cuerpos bellos más que a los feos, y si se tropieza con un alma bella, noble y sin conciencia de los otros y de su entorno.
bien dotada por naturaleza, entonces muestra un gran interés por el conjunto; ante esta
persona tiene al punto abundancia de razonamientos sobre la virtud, sobre cómo debe
ser el hombre bueno y lo que debe practicar, e intenta educarlo.” (P Sym. 209a-
c).
22 83
REVISTA LÉGEIN N° 13 • JULIO DICIEMBRE 2011 LA CRÍTICA PLATÓNICA A LA RETÓRICA
Que no haya ninguna propiedad no contiene por sí ninguna opiniones; tal es el alto costo de la retórica sofistica. El sofista se dirige
contradicción, como tampoco lo encierra el hecho de que este al cuerpo, aún cuando “la flor del cuerpo se marchita”, el filósofo trata
pueblo en singular o esta familia no exista, o que en general de infundir por medio de un diálogo verdadero razonamientos que “se
no viva ningún hombre. Si, por otro lado, se admite y supone escriben con ciencia en el alma del que aprende [ὃς μετ᾽ ἐπιστήμης
la propiedad y la vida humana deben existir y ser respetadas;
γράφεται ἐν τῇ τοῦ μανθάνοντος ψυχῇ]” (P Sym. 276a). En la
entonces cometer un robo o un asesinato es una contradicción
(PFD, §135). acción inconsciente y egoísta del orador que se encamina únicamente
hacia su propio reconocimiento, no hay un intento de moldear al
Según esta referencia, el planteamiento de Kant al hacer abstracción hombre: la masa sigue siendo masa. La acción soberbia del λὀγος del
total del contenido concreto de las vidas de los hombres, hace que sofista homogeniza y destruye al público en lugar de dirigirse al hombre
el imperativo categórico carezca de contradicción, ya que no puede y estimularlo para que sea virtuoso.
referirse a nada a lo que cause beneficio o perjuicio, pues es vacío.
Además, señala que el imperativo categórico es unilateral, pues no hay
una instancia última objetiva que legitime las máximas que se producen 4. E ēĚĊěĆ ėĊęŘėĎĈĆ
en él. El imperativo queda a merced de la pura subjetividad, esto es, “la
conciencia moral, en cuanto subjetividad formal, consiste precisamente Bajo estas condiciones la retórica no puede ser considerada como
en estar siempre a punto de convertirse en el mal” (PFD, §139). una techné, pues en su afán por la persuasión olvida dirigirse hacia
Con el ejemplo de la propiedad antes mencionado, Hegel logra verdaderos fines, es decir, olvida lo bueno en virtud de lo placentero
mostrar la ausencia de contradicción en el imperativo categórico y y el reconocimiento. No obstante, finalizando el diálogo, Platón dibuja
cómo la abstracción del contenido empírico lo hace inoperante. No la posibilidad de una nueva retórica, idea que se verá continuada en el
obstante, considero que ya antes, en la Fenomenología del Espíritu, había diálogo el Fedro. En éste la nueva retórica aparece subordinada a la idea
hecho un gran análisis de cómo la razón legisladora supone crear leyes del bien y sustentada en un conocimiento del alma del hombre (que es
universales pero formales que pierden su carácter de universalidad a quien sirve), de modo que ayude por medio de su acción a encauzar el
y necesidad al llenarse de un contendido concreto. Para aclarar esto, alma de aquellas personas que no siguen o que no ordenan su vida en
Hegel plantea el ejemplo del enunciado ético “cada cual debe decir la arreglo a la virtud, de este modo señala que:
verdad”. Al respecto, señala dos inconsistencias en dicha máxima: 1) Puesto que el poder de las palabras se encuentra en que son
lo incondicionado de la máxima se invalida, puesto que la formulación capaces de guiar las almas, el que pretenda ser retórico es
como tal implica una condición, a saber, que cada cual conozca la necesario que sepa, del alma, las formas que tiene, pues tantas y
verdad y actúe conforme a ella; 2) la situación misma introduce una tantas hay, y de tales especies, que de ahí viene el que unos sean
contingencia: los hombres pueden conocer o no la verdad y pueden de una manera y otros de otra. Una vez hechas estas divisiones,
actuar o no conforme a ella. Según esto, la universalidad y la necesidad se puede ver que hay tantas y tantas especies de discursos, y cada
de la máxima queda reducida a su mera forma proposicional, ya que uno de su estilo. Hay quienes por un determinado tipo de discurso
y por tal o cual causa, son persuadidos para tales o cuales cosas;
nada puede garantizar en la vida concreta que los hombres conozcan la
pero otros, por las mismas causas, difícilmente se dejan persuadir
verdad o siempre actúen conforme a ella (FE: 248). […] Cuando esté, pues, en posesión de todo esto, y sabiendo la
Si pensamos la formulación del imperativo categórico a la luz del oportunidad de decir algo en tal momento, o de callárselo, del
planteamiento de Hegel, podemos afirmar que “decir siempre la verdad” hablar breve o del provocar lastima, y de las ampulosidades y
es una máxima que perfectamente podríamos querer que se tornara ley de tantas cuantas formas de discurso aprendiera, y sabiendo en
qué momentos conviene o no aplicarlos, entonces es cuando ha
universal. Sin embargo, de acuerdo con el ejemplo, esa máxima sólo tiene
validez universal y necesaria en su aspecto formal, por tanto, poco o
82 23
REVISTA LÉGEIN N° 13 • JULIO DICIEMBRE 2011 LA CRÍTICA DE HEGEL AL FORMALISMO DE LA MORAL KANTIANA: UNA REVISIÓN DEL ARGUMENTO
llegado a la belleza y perfección en la posesión del arte, más no aparece como en su propia esencia el testimonio del espíritu” (PFD,
antes (P 1995: 271e-272a). §147).
Ahora bien, dado que el “carácter” (ἦθος) de la polis se hace De esta manera, la representación del deber no surge en la
evidente en sus leyes y éstas a su vez revelan el modo de ser (êthos) conciencia moral formal, es decir, su representación no puede surgir
de los ciudadanos que las pactaron, entonces la transformación de los de un sujeto aislado de toda determinación, ya que ello implicaría el
ciudadanos proporciona la base para la transformación de las leyes que deber en sentido abstracto. Aunque Hegel reconoce la importancia de
regulan el modo de vivir en la polis. En esta medida, puesto que el poder esa capacidad de abstracción, como se mostró en los tres momentos de
de las palabras se encuentra en su capacidad para guiar almas (Cfr. la voluntad antes mencionados, no concibe que el ser humano, debido
P 1995: 271c-d), la nueva retórica serviría a los más bellos fines a ese nivel de abstracción, llegue al punto de no retorno y caiga en una
ya que impulsaría el mejoramiento de la polis al promover una conducta especie de solipsismo moral. Por tal razón, considera que “una doctrina
reflexiva y disciplinada en cada hombre. No en vano puede señalarse del deber toma su materia de las relaciones existentes y muestra su
que “el hombre no puede transformarse más que transformándose en conexión con las propias representaciones, principios y pensamientos
comunidad” (G ,W 2007: 239). Es en este sentido que universales dados, fines, instintos, sensaciones, etc.” (PFD, §148), pues,
surge en Platón el ideal del filósofo rey como el verdadero político, de no hacerlo sería inoperante, ya que no correspondería a nada de lo
en tanto es capaz de gobernar la polis con justicia haciendo uso de un que sucede en concreto en la vida de los hombres.
ejercicio retórico gobernado siempre por la filosofía, que es la única La crítica de Hegel al deber kantiano consiste en acusarle de caer
que es capaz de proporcionar una “visión perfecta y total de lo que es en un formalismo vacío al no tener ninguna determinación más que sí
justo” (P 1970: 326a). A este respecto no es extraño que Platón mismo. Obrar por amor al deber implica que el deber y la conciencia
identificara a Sócrates como el “verdadero político” o el único que se moral a la que pertenece no pueden hacer el tránsito de la moralidad
dedicó al “verdadero arte de la política” (ἀληθῶς πολιτικῇ τέχνῃ) a la eticidad y permanece en el punto de vista moral. Según Hegel, el
puesto que se dispuso a cultivar el mejor tipo de vida que puede llevar punto de vista moral “es el punto de vista de la voluntad en cuanto
un hombre, esto es, vivir filosofando, examinándose a sí mismo y a los no es meramente en sí sino por sí infinita” (PFD, §105). La voluntad
demás, sin abandonar tal tarea ni ante la amenaza de la muerte (Cfr. permanece gracias a sí misma frente a sí misma en una relación de
P 1985: 28e). identidad formal, constituyendo la conciencia moral formal que es la
En concordancia con lo anterior, vale la pena señalar que la discusión base de la moralidad. Sin embargo, Hegel no critica el punto de vista
desarrollada en el Gorgias acerca de la retórica tiene como trasfondo moral como tal, sino el quedarse anclado allí sin dar el paso a la eticidad;
una disputa mayor, acerca de cuál es el mejor modo de vida que el es decir, critica la unilateralidad de los conceptos kantianos. Por tanto,
hombre puede llevar. En ella se contrapone el modo de vida socrático para Hegel es necesario un criterio objetivo que proporciona la eticidad
frente al que propugnan los sofistas. El primero defiende la importancia y en el cual se conjugan la voluntad subjetiva (los individuos) y la
de reflexión filosófica para dirigir la vida hacia la virtud y la belleza9, voluntad objetiva (las instituciones).
mientras que el segundo en tanto descansa sobre meras opiniones se La tercera crítica que Hegel hace respecto al formalismo de Kant
dirige hacia bienes ilusorios (e.g. placer y reconocimiento). Ahora bien, está dirigida al imperativo categórico como criterio de valor moral de
tal debate consta de una gran importancia existencial puesto que pone una acción. Señala que éste también es vacío y, al carecer de contenido,
al hombre frente a la necesidad de tomar una “elección fundamental de carece de contradicción; por tanto, éste no ha de servir como guía para
vida” que oriente sus acciones. Incluso, la estructura en forma de diálogo la acción. Hegel aclara este punto con un ejemplo:
de los textos platónicos envuelve al lector de modo que parece difícil no
9
El bien como telos de las acciones del hombre. Véase, P 1983: 499e.
24 81
REVISTA LÉGEIN N° 13 • JULIO DICIEMBRE 2011 LA CRÍTICA PLATÓNICA A LA RETÓRICA
con las reglas y con el deber de cumplirlas de manera heterogénea, es tomar partido por una u otra postura presentada10. Gran parte de la
decir, las reglas le vienen desde afuera a manera de obligación y no se importancia del pensamiento de Platón se desprende de la actualidad
tiene conciencia de ellas ni de su validez; el niño cumple el deber por que le proporciona lo anteriormente dicho. Así y para finalizar, el
imposición de los demás. Luego, el niño se somete a las reglas porque, llamado socrático a “vivir y morir practicando la justicia y todas las
por experiencia, reconoce que el cumplimiento del deber es una práctica demás virtudes” (P 1983: 527e) no va referido solamente al
generalizada en su entorno. Finalmente, llega al estadio propiamente hombre ateniense, también puede caer con todo su peso sobre aquellos
moral en el que ha logrado una consciencia y autodeterminación del lectores modernos que se abren a la posibilidad de que aquello que
deber, ya que el niño no considera la regla como algo dado y externo que leen los “transforme”. Bajo estas consideraciones no quedan dudas de
nada tiene que ver con él, sino que la reconoce como determinante para las ilustres habilidades retóricas de Platón —quizá bien aprendidas de
su conducta porque él mismo la ha constituido. su maestro—, pues a pesar de haber transcurrido tantos siglos de su
El planteamiento de Piaget es semejante al de Hegel y nos permite muerte sus textos aún siguen causando controversia e influyendo sobre
inferir que la representación del deber no surge de la mera reflexión del los lectores.
yo consigo mismo; antes bien, surge de las relaciones con los otros, de
modo que gradualmente nos hacemos conscientes del deber y regimos
nuestra conducta de manera autónoma de acuerdo a él. Teniendo en
cuenta lo anterior, Hegel no se refiere a un bien ni a un deber abstracto,
y por eso le reprocha a Kant la ausencia de contenido en el deber. Hegel
parece indicar que la moral de Kant adolece de un sistema prescriptivo
de deberes que sirva de parámetro para obrar, pues, si tenemos
una situación particular y debemos obrar por deber, según Hegel, el
planteamiento de Kant es vacío y no podremos saber qué es obrar
según el deber o qué contrario a él, ya que “si sólo sé que el bien es para
mí un deber, permanezco todavía en su abstracción” (PFD, §133). Sin
embargo, de hecho Kant sí tiene tal sistema, y éste aparece en la MC bajo
los conceptos de deber jurídico y deber de virtud. El primero se refiere al
deber que puede ser dado por leyes externas y el segundo por leyes que
vienen autónomamente desde la razón (MC, [379]: 186).
Así pues, el deber sólo hace el tránsito de su aspecto formal al
concreto cuando se actualiza dentro de una comunidad ética concreta,
en la que los deberes son deberes particulares referidos al bienestar
de la comunidad en general. Los deberes exigen su cumplimiento
a partir de leyes, pero éstas no obligan de manera heterogénea a la
voluntad de los individuos. Antes bien, la relación de la voluntad con
las leyes, a través del deber, es sustancial en la medida en que son las
leyes las que garantizan la rectitud de las acciones entre individuos
particulares, quienes no se sienten coaccionados ya que ellos mismos
como ciudadanos formados y autónomos han conformado dichas leyes: 10
Tal es así que también se llega a sentir que es tarea del lector proporcionar más ar-
“estas leyes éticas no son para el sujeto algo extraño, sino que en ellas gumentos que ayuden a concluir los diálogos platónicos que son de carácter aporético.
80 25
LA CRÍTICA DE HEGEL AL FORMALISMO DE LA MORAL KANTIANA: UNA REVISIÓN DEL ARGUMENTO
79