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En contacto íntimo; Virginia Satir

Psicosociología. Autoestima. Cinco libertades. Coherencia. Conciliación.


Irrelevancia. Congruencia. Sentidos. Palabras. Comunicación interpersonal
Introducción

Establecer contacto es un medio para hacer las cosas con honestidad y para compartir los temas y las
preocupaciones. Es una forma de mantener la integridad, de alimentar la autoestima y de fortalecer las
relaciones consigo mismo y con los demás.

Para llegar a tener ese tipo de sabiduría se requiere de una vida de búsqueda cuya clave es el
conocimiento de sí mismo y el entrar en contacto con los demás.

Cuanto más completo sea el contacto que podamos establecer con nosotros mismos y con los demás
habrá más posibilidades de que nos sintamos amados, valorados, sanos y de que aprendamos a resolver
nuestros problemas con mayor eficiencia.

Para establecer contacto se requieren dos personas a la vez y tres partes. Cada quien en contacto
consigo mismo y cada persona en contacto con la otra. Si en una conversación dos personas están
colocadas de espaldas entre sí, unos de pie y la otra sentada, contribuye a que sigan sintiendo lo que
están sintiendo. Tienen que adivinar y a menudo se inclinan por lo negativo. Lo que ocurre es que estas
personas conocen únicamente la máscara que cada quien lleva puesta. Frecuentemente la conclusión de
ambas personas llega a ser: “¿A quién le importo?” Esto es una carga muy pesada para llevar sobre sí
mismo.

Este ejemplo de diálogo es un reflejo de nuestro aprendizaje en el transcurso del tiempo. Como se trata
de algo aprendido, podemos cambiarlo en cualquier momento de nuestras vidas. En esta conversación
las palabras aportan muy poca información y parecen más un ataque que un contacto útil.

Si en otra conversación, dos personas se colocan de tal manera que están cara a cara, con los ojos a la
misma altura y están al alcance de sus brazos, tienen una mejor oportunidad de verse y escucharse.
Además, si están diciendo lo que ocurre en su interior, los sentimientos internos son acordes con la
expresión externa. La franqueza que demuestran refleja el afecto mutuo de la pareja. No hay daño para la
autoestima de cada quién. Ahora pueden usar sus energías para establecer un contacto útil y para
comenzar a construir juntos.

Todo lo que daña la autoestima reduce la posibilidad de establecer un buen contacto. El objetivo es la
preservación y acrecentamiento de la autoestima. Entonces podemos abandonar la posición defensiva y
enfrentarnos uno al otro.

La gente puede herir la autoestima de otro. La mayoría de las veces se trata de una conducta no
deliberada.

La autoestima es el centro de todo nuestro ser y es esencial para vivir la vida en libertad. Para conseguir
el acrecentamiento de la autoestima lo único que necesitamos es cambiar nuestras actitudes y aprender
nuevos conocimientos personales. En esto radica lo doloroso del cambio, para cambiar nuestras actitudes
y aprender nuevos conocimientos personales hay que abandonar la comodidad de la familiaridad. Una
vez que se abandona lo familiar, se entra en lo desconocido, algo que produce temor a la mayoría de
nosotros. Este dolor a menudo se denomina ansiedad o inseguridad.

Lo que posibilita que incrementemos nuestros sentimientos de autoestima es nuestra disposición de


aceptar nuevas posibilidades, de probarlas para ver si nos van y luego, si es así, de ponerlas en práctica
mientras llegamos a apropiárnoslas.

Para iniciar el proceso, Virginia Satir ha desarrollado “las cinco libertades”:

Coherencia
Cambiar consiste en aceptar con franqueza los sentimientos, esto es esencia para establecer contacto. A
esta condición la denomina coherencia. La mayoría de la gente da por sentada la deshonestidad
emocional. Piensan que están haciendo lo que deberían y luego sufren innecesariamente a consecuencia
de ello.

La coherencia se refiere también a hacer algo que nunca antes se ha hecho o en hacer lo mismo pero de
una manera diferente. Al enfocar el tema, considera cuatro aspectos: la autoestima, la comunicación, las
reglas, y el arriesgarse. Puede empezarse por cualquiera porque cualquier cambio influye en las demás
partes.

Una vez comenzado el proceso de cambio, si seguimos fomentándolo, nos aproximaremos más a ser
personas que pueden establecer un contacto real, creativo y afectuoso.

La gente necesita sentirse fuerte porque eso asegura la necesidad de la supervivencia. La mayor parte de
nuestra comunicación va de acuerdo con esa necesidad.

Para sentir que podemos sobrevivir es necesario que nos sintamos poderosos. Necesitamos sentirnos
fuertes. Es esencial para la autoestima. Necesitamos sentir que contamos. Pera ello, necesitamos
desarrollar la responsabilidad personal y crear formas para ayudar a que ocurra esto con los demás.

Pienso en el poder como una forma de energía, algo que puede utilizarse, canalizarse, tanto hacia fines
destructivos como constructivos.

La posesión de poder es el punto de partida para llegar a escoger por mi misma y para llegas a ser un ser
humano responsable. Las cinco libertades es la posición más fuerte de poder personal que uno puede
tener.

El poder y la energía adaptan muchas formas...

Se necesita poder y energía para mantener erecto nuestro cuerpo y para moverlo. Para protegernos a
nosotros mismos. Para conectarse con otra persona. La mayoría de la gente anhela seto, pero muchas
personas lo descartan atribuyendo la responsabilidad a la otra persona.

El establecer un contacto real significa que nos responsabilizamos de lo que surge de nosotros. El pensar
o actuar como si la otra persona fuera responsable de nosotros, equivale a poner nuestro poder en manos
de la otra persona.

En este caso, una persona tiene que estar arriba y la otra abajo, por lo que no puede haber un verdadero
contacto.
La comunicación es la aportación y recepción de significado entre dos personas cualesquiera.

La comunicación es a la relación como la respiración es al mantenimiento de la vida. Hay cuatro tipos de


comunicación que a menudo realizan las personas que tienen una pobre opinión de sí mismas.

Estos tipos de comunicación encasillan las relaciones de tal manera que éstas se vuelven destructivas,
inertes, distantes y frustrantes. Las denominó: Conciliador, Culpabilizador, Hiperracional, Irrelevante.

Estas formas de comunicación son las que aprendimos para sobrevivir. Constituyen también el medio por
el cual manejamos nuestro poder.

Todos necesitamos Poder y todos lo tenemos, aunque tal ve no lo reconozcamos. Las interrogantes son
cómo lo manifestamos.

El poder en la conciliación

La gente que siente culpa, lástima y desprecio no puede establecer un contacto afectivo. La complacencia
verdadera forma parte del amor a la otra persona. Conviene distinguir entre la verdadera complacencia y
el simple hecho de tratar de ganar su favor.

El poder en la culpabilización

Las parejas con miedo, impotencia y resentimiento no pueden establecer un contacto afectivo. La gente
que tiente miedo no va a acercarse a la persona que se lo provoca. Es necesario que podamos criticar,
pero no debe hacerse culpabilizando a los demás.

El poder en la hiperracionalidad

Apabullado y abrumado por muchas palabras altisonantes, es fácil que uno se sienta inferior, estúpido y
que se aburra. Es probable que la gente que se siente así evite acercarse. Nuestras capacidades
intelectuales no son esenciales. Es necesario que la gente distinga las palabras como información y el
hecho de que los “listos” las empleen en representación de su valor como personas.

El poder en la irrelevancia

Este tipo de comunicación aparentemente no tiene nada que ver con nada. A menudo hace que la otra
persona se sienta inestable y prevenida. Al principio, podría parecer divertida, pero pronto se acaba y
aparecen el miedo, la ira y el rechazo.

Necesitamos tener la capacidad de ser alegres y divertidos y también ser capaces de cambiar nuestra
orientación. La irrelevancia no es divertida.

Creo...

A menudo la gente no escucha lo que ella misma dice, por lo que no se da cuenta de que está utilizando
estas formas de comunicación. La gente no quiere abandonarlas una vez que las reconoce.

La forma en que mantenemos nuestra supervivencia se refleja en nuestra comunicación y se vuelve el


marco para el establecimiento del contacto. Aunque resulten ser ineficaces, estas posiciones son
esfuerzos para crear la autoestima.

En todas estas formas de comunicación entregamos nuestro poder a otros a cambio de que nos
proporcionen un medio de supervivencia.

No puede darse un verdadero contacto humano de esta manera. Eso da como resultado el desarrollo de4
relaciones personales en las cuales ambas personas son destructivas, se decepciones y no se muestran
afecto. La autoestima sigue resultando lastimada.

Relativamente son muy pocas las personas que REALMENTE se conocen. Hay una comunicación que
crea la autoestima propia y la del otro, denominada congruente.
El poder de la congruencia

El poder en la congruencia proviene de que las palabras reflejan los sentimientos, las expresiones
corporales y faciales van de acuerdo con las palabras y que las acciones van de acuerdo con todo eso.

Lo entienden con facilidad y porque uno es claro. Los demás se sienten predispuestos a favor de uno.
Uno se siente libre y puede sentir alegría en vez de temor. Uno puede vivir las cinco libertades. Uno sabe
que puede escoger.

Este poder posibilita que uno tenga un cuerpo sano, unas relaciones positivas, que disfrute las cosas que
le rodean, que se sienta feliz por considerar que uno vive una vida con pleno sentido.

Para descubrir las antiguas reglas

La mayoría de nosotros aprendió en su infancia una serie de reglas que todavía utiliza en la actualidad. El
problema es la imposibilidad de que estas reglas puedan aplicarse en todas las situaciones por las que
pasamos.

La mayoría de nosotros intenta vivir de acuerdo con reglas imposibles e inhumanas y luego se sienten
culpable o se enoja porque dichas reglas existen. Uno puede descubrir sus reglas si pone atención a
todas las veces que dice que hay que, no hay que, habría que y tengo que. Cada cambio representa una
etapa de riesgo y un nuevo aprendizaje. Es conveniente tener una guía referente a las discusiones.

Si el lector trata de vivir de acuerdo con su regla, fácilmente podría llegar a tener ulcera u otro tipo de
padecimientos psicosomáticos y se le consideraría una persona rígida y hosca.

Vivir la expectativa catastrófica

La mayoría de nosotros tiene una gran imaginación, especialmente para pensar en las cosas terribles que
podrían suceder. A menudo nos ocupamos tanto en imaginar esto, que no percibimos la realidad. El lector
puede ver de qué manera esto podría dificultar el contacto.

Mi pasado

Nuestro pasado constituye los cimientos a partir de los cuales funcionamos en el presente. La experiencia
del pasado es una fuerza poderosa. Si embargo, no es cierto que no podamos modificar nuestro presente
o nuestro futuro.

La repetición de determinada conducta sólo significa que no hemos aprendido nada nuevo. En algunos
casos, lo que hemos aprendido funciona bien. No hay necesidad de cambiar. En otros, funciona muy mal,
por lo que se necesita el cambio.

Llegar a familiarizarse con las palabras que nos hieren...

Hay palabras que cuando las escuchamos hacen que rememoremos toda una serie de imágenes y
sentimientos del pasado, asociados con el dolor, la humillación o la vergüenza y nos hieren.

Nadie puede llegar a saber tanto que conozca las palabras que hieren a cada quien. Al establecer un
buen contacto, las personas afectuosas aprenden cuales son estas palabras y las evitan, las aclaran o las
descartan. Cuando hay rupturas ese tipo de palabras empeoran la situación.

Hacer suposiciones

Muchas posibilidades de relación han fracasado por la suposición de que el simple hecho de decir algo
equivale a que el otro oiga o entienda. La misma palabra puede tener significados completamente
diferentes para dos personas.

Comprobar mi percepción
Es muy fácil que nos malinterpreten. La expresión externa no siempre va acorde con la interna, por eso lo
que los demás ven no tiene porque ser lo que nosotros sentimos.

Uno posee todas las herramientas que necesita

Todos poseemos las herramientas que necesitamos para establecer un buen contacto humano., la
respiración, el cuerpo, las expresiones faciales, los sentidos, la voz... Es necesario que sepamos en qué
condición está cada una de estas herramientas.

Depende de saber como funcionan, darse cuenta de cómo y cuando las utilizamos, tener paciencia
mientras se aprenden y practicar para adquirir habilidad. Sabemos que necesitamos practicar para llegar
a tener la habilidad que deseamos. La mayoría de la gente tiene mucho nuevo por aprender y mucho viejo
por sustituir en lo que se refiere al uso de las herramientas humanas para establecer un contacto
satisfactorio.

Uso de los sentidos

Los sentidos, constituyen los principales medios para captar la información que proviene de fuentes
externas a nosotros.

La vista

Tomamos las imágenes mentales que creamos, las cuales a menudo responden a nuestras experiencias
pasadas, en vez de considerar la presencia actual de la persona ahora.

La vista puede hacernos jugarretas porque en la infancia aprendimos todo tipo de tabúes, por ejemplo...
no hay que ver los objetos sexuales... las cosas malas... y a veces tampoco las cosas buenas (si las hacía
la persona que no debía ser).

El tacto

Hay demasiados tabúes referentes a tocar a otros. El cuerpo, es sistema nervioso, las satisfacciones con
los demás y la creatividad podrían incrementarse en gran medida si tan sólo tocáramos más. Las manos
pueden ser portadoras de una energía vital cuando han aprendido a ser sensibles.

El oído

Muchas veces, cuando uno está en presencia de alguien que está hablando sólo oye fragmentos. En
muchas situaciones especiales, estos fragmentos desencadenan algunos temores o esperanzas
vinculados con experiencias del pasado.

Tomar en cuenta las palabras

Las palabras son herramientas importantes para el contacto. El acto del lenguaje es el resultado de todo
un conjunto de procesos que el cuerpo lleva a cabo. Participan en ello todos los sentidos, el sistema
nervioso, el cerebro, las cuerdas vocales, la tráquea, los pulmones y todas las partes de la boca. Esto
significa que, fisiológicamente, hablar es un proceso muy complicado.

El acto del lenguaje proviene de dos tipos de estímulos: lo que ocurre en nuestro interior y la respuesta a
algo que ocurre fuera de nosotros.

Más sobre las palabras

Las palabras que usamos tienen consecuencias en nuestra salud. Definitivamente, influyen en las
relaciones afectivas entre las personas y en la forma en que la gente puede funcionar entre sí.

Las palabras tienen poder

Nueve de cada diez personas no pueden recordar lo que dijeron hace un minuto.
Hablar en primera persona

Lo más importante es que hablar en primera persona significa claramente que uno se responsabiliza de lo
que dice. El hablar en primera persona enuncia con toda claridad que soy “yo” el que esta hablando y por
lo tanto conviene usar esta manera de expresión.

Cuando no queda muy claro si lo que se dice corresponde a la primera persona, es fácil que el interlocutor
entienda que el mensaje se le atribuye, lo que a menudo se interpreta como una humillación.

Atribuir todo al interlocutor

Cuando esta manera de expresarse se emplea en ordenes o instrucciones claras puede interpretarse
como una acusación.

Recurrir al impersonal (en singular o plural)

Esta manera de expresarse puede ser un recurso para manifestar nuestras fantasías negativas.
Especialmente cuando la gente busca quién tiene la culpa. Otra manera de entender mejor las
expresiones impersonales en singular consiste en sustituirlas por expresiones en primera persona.

Usar el termino “eso” (sin especificar)

Al no quedar claro a que se refiere el “eso”, puede que se malinterprete. Por eso convendría especificar a
qué nos referimos cuando decimos “eso”.

Uso del “pero”

El uso del pero es una manera más de decir “si” y “no” en la misma oración. También podía representar
que alguien, con su mejor intención, aunque con cierto miedo, trata de plantar una exigencia incomoda
escudándose en lo afectivo, con la esperanza de que la otra persona no se sienta lastimada.

Uso del sí y no

Cuando el “si” y el “no” se dicen con toda la claridad y significan ahora y no siempre, y además queda
claro que el “si” o el “no” se refieren a un tema y no al valor de alguien como persona, son términos muy
útiles para establecer contacto.

La gente se siente tan insegura que la falta de claridad deja campo para la malinterpretación y los
subsecuentes sentimientos negativos. Es fácil que crezcan los sentimientos negativos una vez que han
aparecido.

Es muy frecuente que la g3nte diga “tal vez” o “si” cuando realmente quiere decir “no”, con el fin de no
encarar la situación.

Uso del siempre y del nunca

A veces, los términos siempre y nunca ocultan la ignorancia. Generalmente se vuelven términos con una
gran carga emocional y son nocivos para la situación, en vez de favorecerla o aclararla.

Uso de una forma del potencial del verbo deber

No es fácil responder a las presiones que los debería o tendría que representan. En el plano biológico,
realmente solo podemos avanzar en una dirección a la vez

Para mucha gente, hablar es sólo un hábito...

Si no prestamos atención a lo que decimos, podríamos decir todo tipo de cosas que realmente no
queremos decir. El establecer contacto con nosotros mismos equivale a descubrir de que manera
podemos darnos cuenta de lo que estamos haciendo, de lo que estamos diciendo, de cómo estamos
moviéndonos y que estamos pensando y sintiendo.
La mayoría de nosotros habla en taquigrafía...

Lo anterior tiene el único propósito de recordar al lector que, con un poco de tiempo, de esperanza, de un
nuevo enfoque, de un nuevo esfuerzo y algunos conocimientos nuevos, muchas cosas pueden
evolucionar.

Canales

Estar al alcance de los brazos, con los ojos a la misma altura posibilita que todos los canales de la
comunicación (los ojos, los oídos, la boca, la piel y la nariz)se conecten fácilmente. Si todos los canale
están conectados entre sí, se está dando una buena comunicación.

A las partes que en una conversación no se dicen pero que internamente conocemos, las denomina
barreras del contacto. Para aclarar las cosas hay que usar una comunicación franca, que incluya estas
barreras.

La posición física en relación con otro es una parte importante que posibilita el establecimiento de
contacto.

La libertad de ver y escuchar lo que está aquí, en lugar de lo que debería estar, estuvo o estará.

La libertad de decir lo que se siente y se piensa, en lugar de lo que se debería sentir y pensar.

La libertad de sentir lo que se siente, en lugar de lo que debería sentirse. La libertad de pedir lo que se
quiere, en lugar de tener siempre que pedir permiso.

La libertad de arriesgarse por su propia cuenta, en lugar de optar únicamente por estar “seguro” y no
perturbar la tranquilidad.

Satir, Virginia (1976). En contacto íntimo. 19-20

La Autoestima según Virginia Satir

Yo soy yo

En todo el mundo, no hay nadie exactamente como yo. Hay personas que tienen algunas partes que se
parecen a mí, pero nadie es idéntico a mí, por lo tanto, todo lo que sale de mí es auténticamente mío
porque yo sola lo elegí.

Todo lo mío me pertenece –cuerpo, incluyendo todo lo que este hace; mi


mente, incluyendo todos sus pensamientos e ideas; mis ojos, incluyendo las
imágenes que perciben; mis sentimientos, cualesquiera que éstos puedan
ser- coraje, alegría, frustración, amor, desilusión, excitación; mi boca, y
todas las palabras que salgan de ella, agradables, dulces o bruscas, justas o
injustas; mi voz, fuerte o suave; y todos mis actos, sean éstos para otros o
para mí misma.

Me pertenecen mis fantasías, mis sueños, mis esperanzas, mis temores. Me


pertenecen todos mis triunfos y éxitos, todos mis fracasos y errores. Porque
todo lo mío me pertenece puedo llegar a familiarizarme íntimamente
conmigo misma. Y al hacer esto puedo amarme y aceptarme, y aceptar
todas las partes de mi cuerpo.

Entonces puedo hacer posible que todo lo que me pertenece trabaje para lograr lo mejor para mí. Sé que
hay aspectos de mí misma que me confunden, y otros que que no conozco. Pero mientras me conozca y
me ame puedo buscar valerosamente y con esperanza la solución a mis confusiones y la forma de
conocerme más. La forma como luzca, como suene para los demás, lo que diga o haga, lo que piense y
sienta en un momento determinado, soy yo. Esto es auténtico y representa donde estoy en este
momento.

Cuando más adelante analice cómo lucía y sonaba, lo que dije e hice, y cómo pensé y sentí, algo parecerá
no encajar.

Puedo descartar lo que parece no encajar, y conservar lo que si encajó, e idear algo nuevo para
reemplazar lo que descarté. Puedo ver, oír, sentir, pensar, hablar y actuar. Tengo los instrumentos para
sobrevivir, para acercarme a los demás, para ser productiva y para hacer sentido y sacar del mundo a las
personas y cosas ajenas a mí. Me pertenezco y por lo tanto puedo manejarme. Yo soy yo Y yo estoy bien

El tema de este poema es lo que yo llamo autoestima” (VIRGINIA SATIR, En contacto Intimo, 1994,
páginas 16 – 18)

La Idea de Comunicación en la Terapia Familiar Sistémica de Virginia Satir

Entrada y justificación
Virginia Satir es un personaje poco conocido al hablarse de Palo Alto y su centro de
terapia breve que fuera tan famoso y se apuntalara como una de las aportaciones
más concretas derivadas de esa suma de autores que forma la “universidad
invisible”. Satir despuntó como una terapeuta familiar sumamente exitosa sobre
todo en los sesenta y setenta; no en balde en su proceso de elaboración de lo que
se conocería desde los ochenta como Programación Neuro-lingüística, sus creadores
Bandler y Grinder (1990), en la búsqueda de la descripción de los patrones de
excelencia en la comunicación humana, escogieron, entre muchos otros terapeutas
“exitosos” a Satir.

Su obra no aparece regularmente en cursos sobre comunicación; su asociación con


el campo conceptual de la comunicación proviene de la idea de comunicación en la
familia que abarca un capitulo en sus obras. Su estilo desenfadado, sus formas
coloquiales y gráficas de exponer sus conceptos explica un poco que sea visto con
recelo y poco utilizado fuera del estricto ámbito de la terapia familiar donde Satir es
una autoridad sustentada en la experiencia.

En este artículo queremos reivindicar el uso comunicativo de Satir, polemizar con


algunas de sus afirmaciones y ponderar la importancia que reviste para una
descripción sistémica de la comunicación. Las paradojas que cubren a algunos
autores hacen considerar que una mujer para la cual existen documentos con
varias centenas de casos en la regulación e impulso de los sistemas familiares,
fuese al mismo tiempo una mujer que en su vida privada no pudo encontrar la
estabilidad que sabía dar, mediante las más diversas estrategias, ejercicios y
recursos, a las familias con las que trabajaba.

Para la mayoría de los profesores y estudiantes en el campo académico de la


comunicación el nombre de Satir no es conocido; si acaso, para quienes han
trabajado familia o tengan interés por las teorías de la comunicación en la
descripción de los sistemas de interacción dentro del entorno familiar. La editorial
mexicana PAX ha hecho varias ediciones en las que condensan algunos datos,
frases o ejercicio, que más que explicar, llevan la finalidad de promover en el lector
un grado de reflexividad sobre el estado de las relaciones humanas, el
conocimiento de nosotros mismo o la conciencia de los medios que disponemos
para sentirnos básicamente más satisfechos en nuestras relaciones sociales.

Todos los libros que se conocen traducidos al castellano de Satir aparece la


comunicación como una constante; y nos parece que por añadidura las aplicaciones
de sus nociones de comunicación presentan amplias posibilidades heurísticas, así
como una terapéutica aplicable al ámbito de las relaciones interpersonales. Como
primera operación, para hacer cualquier aplicación a la comunicación, hay que
partir de los objetivos que la propia Satir tuvo. En principio, la autora se preocupa
por el análisis y conocimiento de las estructuras familiares el cómo están
conformadas, por quiénes y los vínculos que se establecen entre sus miembros1.
Nuestra hipótesis es que estas premisas y el trabajo empírico que realizó tiene
varios grados de aplicación a la comunicación (en distintos entorno y no sólo en los
estrictamente familiares que trabajó, como puede ser la organizacional o educativa)
y en concreto al estudio de la interacción en distintos ambientes, porque se
comparte un mismo sujeto: la comunicación como un hecho complejo, una técnica
(manejo de recursos de distinto tipo) y como un horizonte para hacer que las
personas en las interacciones cumplan sus objetivos y con ellos se sientan
básicamente satisfechas.

Previas
Satir cursó estudios de maestra antes de hacerse trabajadora social en el Mid-
Wester el Illinois Psychiatric Institute, el primer instituto en enseñar las dinámicas
internas de la vida familiar. Su trabajo en el Hospital y como trabajadora social le
llevó a desarrollar una técnica muy personal y rica en medio y recursos para
resolver problemas de interacción en el entorno familiar. Para 1959, año de la
fundación del célebre Mental Research Institute (MRI2) la autora había visto más de
500 familias (entonces lo no lo sabía, pero ya había visto y entrevistado mas
familias). Don Jackson quedó seducido por su elocuencia cuando la conoció, lo que
la llevó a contratarla inmediatamente en el para el MRI a donde estaría 10 años. El
proyecto del MRI consistía en observar el lazo existente entre la interacción familiar
y el desarrollo de la salud (o enfermedad) en los miembros de una familia; de
cualquier forma el espíritu más practica le hizo preferir las cuestiones terapéuticas
más que las estrictamente académicas o de investigación. Desgraciadamente las
diferencias con el grupo y sobre todo con Jackson van en aumento lo que hace que
abandoné el MRI. Desde entonces Satir sigue su trayectoria como terapeuta y el
desarrollo de un trabajo centrada en la optimización de los canales de comunicación
en el seno familiar. Honrada por su trabajo innovador en las relaciones humanas,
Virginia compartió sus visiones con las personas a lo largo del mundo a través de
los libros, talleres y seminarios de entrenamiento. El primer libro Satir (Terapia
familiar conjunta) fue publicado en la época en el auge de su época en el MRI
(1964) y es un clásico en el campo de la Terapia Familiar y se ha traducido en
varios idiomas.

Satir fue conocida por su visión notable en la comunicación humana y autoestima,


durante casi 50 años; trabajó para ayudar a otros a comprender sus potenciales
humanos. Durante su vida, dirigió centenares de talleres en varias partes del
mundo, incluido México, donde ofreció a sus posiciones de comunicación clásicas y
su Modelo "de Proceso de Aprobación Humano". Ella se enfocó en el crecimiento
personal y salud, en lugar de la enfermedad y patología, con tal de que el ambiente
en los individuos y familias pudieran desarrollarse y florecer.

La idea de comunicación en la obra de Satir


Partir de la Autoestima
Como gran parte de los autores que tienen un grado reinfluencia humanista, Satir
considera la autoestima, el propio valor como una aspiración muy importante. La
autora, notable pedagoga en sus formas múltiples de explorar el potencial humano,
contaba con una serie muy amplia de ejercicios para saber quienes somos; para
reconocer nuestras distintas máscaras. Más que libros de teoría o sesudas
reflexiones, la mayoría de sus textos se organizan como recuentos de ejercicios
(véase por ejemplo Satir et al, 1991), listado de visualizaciones que le permitan a
la persona escudriñe y sacar de ella algún conocimiento sobre las máscaras y
estereotipos, problemas de la autoestima. El objetivo de mucho de estos ejercicios
es que la persona encuentre nuevas posibilidades en su comunicación y en sus
relaciones humanas.

En El primer paso para ser amado Satir sugiere comenzar por el reconocimiento de
la unicidad de la persona (en su dimensión corporal, física, social, sexual…). “Al
mismo tiempo, cada uno es una combinación de lo mismo y lo diferente…” Existen
tendencias de agrupación por sexo, gusto, similitudes. La pérdida de la autoestima
afecta la capacidad para gozar de las relaciones interpersonales. En su concepción
de persona comparte los rasgos antropológicos de los enfoques humanista, a saber:
(a) Unicidad e irrepetibilidad: ser humano idéntico a sí mismo y diferente a los
demás; (b) Responsable: Podemos invocar y apelar; pero también ser invocados y
apelados. Somos capaces de responder a los retos del exterior. La responsabilidad
aplica para todas nuestras capacidades (responsabilidad para actuar, imaginar,
pensar, sentir); (c) Libertad: la capacidad de elegir la mejor de las posibilidades; la
vida nos esta ofreciendo un sinfín de posibilidades. La elección de la mejor de ellas
es la oportunidad de alcanzar efectivamente nuestra realización como personas. Y
finalmente Capacidad de aprender a amar: el mejor ejercicio de la libertad tiene
encuentro en el amor. Movimiento del amor: éxodo-libertad-creatividad.

La autoestima —como para la comunicación— existen obstáculo o mecanismos que


van impedir el desarrollo de las potencialidades, uno de ellos son los juicios que
hacemos acerca de la realidad sobre nuestros mismos; desvelar la imagen de
quienes creíamos que somos. El principal temor a “recorrer el velo” es encontrar
algo que nos pueda lastimar. “Lo que no conozco, no lastima”, luego entonces
optamos por la comodidad que genera ese velo interior sobre nuestro ser real. La
autoestima es el sentimiento, las percepciones de valía que tenemos sobre nosotros
mismos. Ante esta tarea, Satir (1989) despliega una serie de recursos, imágenes
variadas, mecanismos para dialogar y encontrar los diversos rostros; es lo que la
psicopatología llama con otros nombres (neurosis, obseso-compulsivo, histeria…) y
que por la acción pedagógica de la autora se traduce en figuras, formas, personas
en dar vida a la “gran obra de teatro” que subyace en cada uno de nosotros y sobre
la que podemos aprender a tomar el control mediante la imaginación y la voluntad;
en suma es un ejercicio de concienciación sobre esas voces y roles que están ahí”.
La conciencia es otro nombre del amor; reconocer que no soy quien creía ser y por
extensión que quienes me rodean no se encuentra restringidos por en las cárceles
de mis preconcepciones. Mirarse con nuevos ojos es arriesgarse a ver algo nuevo.
“Creencias y pensamiento nuevos son la fuente principal para abrir nuevas
posibilidades. El siguiente paso es nuestra disposición para arriesgarnos a explorar
estas posibilidades” (Satir, 1989: 73). El paso más grande que uno puede dar es
arriesgarse a lo desconocido; la preservación de nuestro estatus-quo particular es
una forma de renunciar a nuevas posibilidades y reproducir esos roles y voces que
nos habitan.

Todo cambio tienes tres fases (a) luna de miel, la fase de excitación o ansiedad; (b)
la fase en que las cosas parecen todas confundidas y ajenas; (c) la integración,
cuando la parte nueva resulta más cómoda y familiar. Desde esta perspectiva un
nombre nuevo de la neurosis, puede ser justamente la resistencia al cambio, lo
nuevo lo desconocido; los esfuerzos denodados que hacen las personas y los
sistemas para reproducir y permanecer. La muerte anticipada de la persona es un
esfuerzo por mantener el estatus-quo. En la evolución de una persona, no existe un
solo camino, es una especie de horizonte que va cambiando y que cada estado
demanda nuevos caminos y estrategias conducentes. Aprender otros caminos para
hacer las cosas no es una instrucción automática que provenga del exterior; se
trata de aprender a tomar riesgos y descubrir las cosas en un entorno de confianza
y afecto.

Rasgos del “Enfoque Satir”


Estos conceptos que hemos explicado Satir los ha llevado a un plano terapéutico al
grado que sin exageración podemos hablar de un “enfoque Satir”. En su terapia, la
primera hipótesis de la autora se basa en una arraigada fe en que la gente está
capacitada para crecer y cambiar, y es capaz de toda clase de transformación.
Todos los seres humanos llevan consigo todos los recursos que necesitan para
florecer. Satir supone que la familia es un sistema donde todos reciben influencias e
influyen en todo y todos los demás; la persona y las concepciones del terapeuta
son los elementos más importantes a su disposición. En la estructura genérica,
encontramos tres grandes etapas de la terapia familiar: en la primera, se establece
contacto y realizar un contrato de trabajo informal; el terapeuta se reúne con la
familia y termina cuando se considera que ha recopilado suficiente información y ha
establecido la confianza necesaria para proseguir con la siguiente fase.
Posteriormente viene una etapa de “caos” durante la cual el terapeuta suele
intervenir en el sistema para perturbarlo; esta etapa se caracteriza por la
disposición de uno o más miembros de correr el riesgo de adentrarse en un
territorio desconocido. Finalmente se aspira a una nueva integración, caracterizada
por una sensación de esperanza y la disposición para hacer las cosas de una
manera distinta y nueva; cambian las percepciones que los miembros tienen sobre
el sistema, las formas de comunicación y en suma la “autoestima familiar”.

En este proceso es muy importante el papel el terapeuta quien tiene que ser un
especialista de la comunicación. Este “promotor de la comunicación” se forma sobre
la base de una serie de compromisos: en primer lugar si profundo aprecio por la
vida en toda sus manifestaciones, y la fe de que, en condiciones adecuada, toda
forma de vida esta dirigida hacia el crecimiento; el segundo, la suposición de que
los pacientes poseen las semillas del crecimiento personal; el tercero, el aprecio de
los procesos familiares de sus luchas y posibilidades. En todo momento Satir
considera las habilidades terapéuticas humanas deben llevar a un encuentro
auténtico con cada integrante de la familia, con sus emociones, sin importarle
cuales sean; la congruencia es un requisito para estar centrados por lo que una
persona con esta característica toma la responsabilidad de sus sentimientos y no
culpa a las influencias externas de haberlas puesto en su interior también es
importante que el terapeuta sepa cuando pierde la objetividad y en consecuencia el
control y su equilibrio, por lo que la capacidad del facilitador para controlar sus
manifestaciones internas es uno de los elementos terapéuticos mas importantes
que posee.

La forma cómo pueden adquirir habilidades y cualidades los terapeutas es lograr un


compromiso hacia lo que Virginia denomina las “Siete C”, Compromiso;
Congruencia, Compatibilidad, Competencia, Cooperación, Compasión, Conciencia y
Comunidad que funcionan como operaciones amplias que promueven el cambio.
Para hacer concreto este esquema Satir menciona los medios y técnicas,
actividades especificas que usa con regularidad y explica que su aplicación eficaz
depende de la comprensión del contexto mayor de su trabajo, dentro de estos
medios y técnicas encontramos actividades experimentales que dan vida real al
sistema familiar como lo son la escultura, la metáfora, el drama, replanteamiento o
refraseo, humor y contacto, posturas de comunicación, estas posturas dan vida a
cinco de los patrones básicos de interacción que se observan en las familias de
cualquier parte del mundo (sistemas de comunicación adelante referiremos:
aplacadora, acusadora o inculpadora calculadora, irrelevante y congruente), ballet
de estrés familiar, familia simulada, las cuerdas como instrumento terapéutico,
autonomía en una relación, reconstrucción familiar y por ultimo fiesta de las partes.

La idea de comunicación
En varias de sus obras encontramos un capítulo aparte a la comunicación, cuando
no algunos textos abocados de manera exclusiva a este tema. La comunicación es
el factor más importante que determina el tipo de relaciones que genera con los
demás para poder sobrevivir. “La comunicación es el sentido que la gente da a su
propia información." En Terapia familiar sistémica (1989: 71) la autora define la
comunicación como el proceso de dar y recibir información; reconoce que para
estudiar la comunicación hay que hacerlo también de los procesos que intervienen:
la conducta verbal y no verbal; las técnicas que las personas usan para interactuar,
los modos para obtener, procesar y emitir información de acuerdo a distintas
finalidades. Una preconcepciones sobre la comunicación lleva a identificarla
únicamente con una dimensión (verbal o no verbal). En su definición de
comunicación, Satir comparte las acepciones que Watzlawick et al (1981) ha
esbozado en su teoría de la comunicación y que constituyen la síntesis más
acabada de lo que para la Escuela de Palo Alto es comunicación: (a) No es posible
no comunicarse, lo que equivale a decir que conducta es igual a comunicación; (b)
así mismo ésta tiene dos aspectos o dimensiones, uno contenido y un aspecto
relacional; el segundo califica al primero y es, por ende, una metacomunicación.
(c) Una serie de comunicaciones puede entenderse como una secuencia
ininterrumpida de intercambios (puntuación de secuencia de hechos). (d) La
comunicación tiene un nivel digital y otro analógico. Y (e) Todos los intercambios
comunicacionales son simétricos o complementarios, según se basen en la
igualdad o en la diferencia.

Si bien Satir no reflexiona sobre los principios sistémicos de la comunicación, sus


definiciones y ejercicios encontramos una puesta en práctica muy eficiente de los
mismos: el Principios de Totalidad y como la suma de elementos no hace el
todo. No es solo analítico (descomponer para estudiar las parte); se trata se
estudiar el todo con las partes interrelacionadas en la interacción; el principio de
Interrelación e interdependencia de objetos, tributos y acontecimientos; el
Principio de causalidad circular: el comportamiento de cada actos del sistema
forma parte de un juego (implicaciones, acciones, retroacciones) y las estructura
del orden / desorden (Entropía / Negentropía) con las que el facilitador juega
durante la terapia (Cf. Marc y Picard, 1991).

Para comunicarse adecuadamente es necesario que las personas aprender a


obtener / recibir información que necesitan de los otros; aprender a comunicarse
con claridad, esto en principio quiere decir que el otro sepa lo que pensamos y
sentimos con claridad:

a) lo que hemos aprendido o lo que creemos saber.


b) Lo que esperamos de otros.
c) Cómo interpretamos lo que otros hacen
d) Cuál es la conducta que nos agrada y cuál es la que nos desagrada.
e) Cuáles son nuestras intenciones
f) Cuáles es la imagen que otros nos dan de ellos mismos.

Esto no siempre es tan fácil, en principio por el carácter polisémico del lenguaje, las
connotaciones que las palabras y acciones pueden tener. Una misma acción-signo
puede connotar diferentes cosas. Satir encuentra en “el significado real de la
palabras” uno de los principales problemas en la comunicación interpersonal. De los
problemas más comunes por el significado y uso de las palabras están:
a) La generalización: un caso es igual a todos los casos.
b) Intolerancia. Lo que a “mi” me gusta (disgusta) tendría que gustarle
(disgustarle) a los demás
c) Las propias evaluaciones son completas (por tanto no se puede poner en “tela
de juicio”
d) Naturalización: se dan por natural las cosas, las cosas son como son y no vana
cambiar (“ella no cambiará, así es”)
e) Dicotomización (ella me quiere o no me quiere; este grupo es bueno o mala)
f) Enjuiciamieto: se cree que las evaluaciones corresponde al “ser” de las
personas (“ella es fea”; “él es egoísta”)

El comunicador funcional no da las cosas por supuesto, no asiente o disiente sin


más; explica y pide explicaciones, escucha y pregunta, explora posibilidades para
explicar o comprender mediante nuevas preguntas, ejemplos. Satir resume que una
persona que se comunica claramente puede expresar con firmeza su opinión,
aclarar y clarificar lo que se dice, pedir la replica, ser receptivo a la replica que se
resumen en las tres habilidades básicas para la comunicación: saber escuchar,
retroalimentar y confrontar. La comunicación no es solamente expresarse con
elocuencia, sino y sobre todo dirimir y negociar, resolver y encontrar puntos
comunes, como construcción de un proceso.

Las aclaraciones mutuas reducen las generalizaciones y reducen al menos el umbral


de incertidumbre al saber cada uno de los interlocutores lo que el otro se refiere.
Satir es consciente que no podemos en nuestras interacciones estar pidiendo
retroalimentación, casi no tendríamos tiempo de decir lo que pensamos. La
comunicación es disfuncional cuando el patrón dominante en la interacción es la
generalización, la dicotomización, la naturalización o cualquier otro mecanismo. La
comunicación “absolutamente” clara no es posible porque la comunicación es por su
naturaleza misma, incompleta; hay grados. El comunicador disfuncional deja al
receptor buscando a tientas y adivinando qué hay dentro de la cabeza.

En varios de los libros Satir sugiere muchos ejercicios, siempre concretos, en un


lenguaje coloquial y cercano, con entrecomillados múltiples donde coloca ejemplos
provenientes de su extensa experiencia clínica. En Talleres de comunicación… (Satir
et al, 1991) señalan los obstáculos de la comunicación con una propuesta
operativa, así elabora una serie de ejercicio para concienciar los efectos e a postura
corporal, las reacciones, la polisemia del lenguaje, los estereotipos y rumores.
Optimista como se desprende de la lectura de su obra y algunos testimonios de
quienes le conocieron, Satir gusta en el común estilo estadounidense, de sugerir
recetas, dar formas y atisbar soluciones específicas a los problemas más complejos
de comunicación, lo que no puede desdeñarse de su compromiso práctica por
mejorar las relaciones humanas.

Para Satir la importancia de la comunicación es vital. Todos los seres humanos,


salvo aquellos que carecen de algún sentido (vista, oídos, tacto, etc.), poseen los
mismos elementos para comunicarse: Su propio cuerpo, el cual se mueve y tiene
forma propia; valores, es decir, aquellos conceptos que representan su estilo de
vida; sus expectativas, provenientes de experiencias pasadas; sus órganos de los
sentidos; el lenguaje y su parte intelectual que incluye lo que la persona ha
aprendido de sus experiencias pasadas, lo que ha leído y lo que se le ha enseñado.
La clave para tener relaciones básicamente favorecedoras del crecimiento, la salud
y el bienestar es la comunicación.

La comunicación es el principal mecanismo en las interacciones que los seres


humanos establecen, a través de ella se conocen y se negocian los espacios en la
vida cotidiana, al igual que se entregan o vivencian las creencias, las costumbres y
los estilos de vida propios de cada familia, comunidad o espacio social al que se
pertenece. Virginia Satir al considerar que cuando el individuo llega al mundo, la
comunicación es el factor determinante de las relaciones que establecerá con los
demás, y lo que sucederá con cada una de ellas en el mundo... abarca la diversidad
de formas como la gente transmite información, qué da y qué recibe, cómo la
utiliza y cómo te da significado... cada familia comunica algo para enfrentar el
mundo exterior. Cómo desenvolverse, qué hacer ante determinadas situaciones y
cómo relacionarse.

La forma en que nos comunicamos puede afectar lo que sentimos respecto de


nosotros mismos, de los demás y las situaciones; esos sentimientos afectan en
distinto nivel y grado nuestras interacciones que se traducen en pensamientos,
sentimientos, respuestas corporales. Estudiar la comunicación es hacerlo de la
manera como las personas reaccionamos en distinta situaciones e indagar por el
significado que tiene para cada actor los hechos; en ese sentido sigue Satir los
celebres axiomas de la comunicaciones de la comunicación (Watzlawick, 1981), el
primero de los cuales dicta que conducta es igual a comunicación y por tanto toda
reacción puede tener un valor significativo para alguien dentro del sistema.

Patrones de la comunicación en la vida familiar


Uno de los aspectos más citados de su trabajo, son los “patrones” o formas
recurrentes de comportarnos (que incluyen un conjunto de subsistemas como es el
‘verbal’, ‘corporal’, ‘cognitivo’…). Satir identifica cuatro modelos-patrones que utiliza
las personas usan para comunicarse y que responden a una manera de evitar el
rechazo o las amenazas del entorno o el medio. En todos los casos, el individuo
siente y reacciona a la amenaza, pero como no quiere demostrar debilidad intenta
disimular así. Estos patrones son sistemas que la persona aprende a manejar,
regular para sobrellevar las disfunciones con el exterior. Estos modelos-posiciones
de la comunicación no son rígidas e inmutables, pueden “renovarse”. Si se manejan
los problemas con respuestas aplacadoras, el daño interno del mensaje emitido a sí
mismo de minusvalía; no obstante, si se encuentra la manera, es posible renovar la
capacidad para sentir y expresar ternura, expresar afecto sin sentirse amenazado,
no dependen de la aceptación (o falta de ella) de los demás), ni mucho menos
someter al otros marcados estereotipos (Satir, 1989: 230)

1.- ACUSADOR O CULPADOR Es la figura de un “superyo” (palabra no usada por


Satir) desmedido, aparte del significado literal que se diga en su tono hay una
inculpación y desacuerdo de principio con el interlocutor (parece decir: “Nunca
haces nada bien. ¿Qué es lo que te pasa?). El cuerpo habla también y parece decir
con su postura erguida: "Yo soy el que manda aquí"; el interior tiene otro relato
caracterizado por la frustración y soledad de un individuo que clama en realidad ser
aceptado y querido.

2.- APLACADOR – Las palabras concuerdan: "Todo lo que tu quieras esta bien. Sólo
deseo tu felicidad". El cuerpo suplica: "Estoy desamparado". El interior: "Me siento
una nulidad; sin el estoy perdida. No valgo nada"

3.- SÚPER RAZONABLE- Las palabras ultra razonables: "Si uno se pusiera a
observar cuidadosamente las personas presentes, notaria que hay quien tiene las
manos maltratadas por el trabajo." El cuerpo calcula: "Soy calmado, frío e
imperturbable." El interior: "Me siento vulnerable".

4.- IRRELEVANTE.- De la misma manera que los otros patrones, las palabras que
usa esta modalidad parecen decir por encima de su significado: “esto que digo no
tiene sentido”. La visualización del cuerpo bien puede ser la de un objeto
contorsionado y en exceso distraído. En la dinámica interior hay una honda
sensación de no importar a nadie.

Ninguno de estos modelos presentados con anterioridad es efectivo, son formas


que generan también ciertos efectos y que e principio el analista, mediador o
facilitar conoce y puede identificar; sólo la respuesta abierta o fluida, es la única
que permite relaciones fáciles, libres y honestas y hay pocas amenazas para la
autoestima. Además estos modelos tienen valencias y modos de comportamiento
positivo, (lo que llama dimensión renovadora”); por ejemplo, en el caso del
acusador renovado” se convierte en la capacidad de defender los propios derechos,
en levantar la voz cuando es necesario; tener este tipo de comportamiento revela
compromiso, la diferencia está en hacerlo de manera realista y consciente; el
super-razonable “renovado” se convierte en el uso creativo de nuestra inteligencia;
es gratificante usar la inteligencia más allá de la autodefensa o autoprotección lo
que hace de esta facultad algo aburrido y estéril; la “irrelevancia renovada” se
convierte en la capacidad de ser espontáneo y nos da nuevas direcciones para
darnos cuenta de nuestras realidades.

La convivencia familiar y su grado de salud se encuentra muy determinada por al


aprendizaje y modelaje de la comunicación, de sus patrones, la identificación de
sus códigos y la observación total de los componentes proveedores de significado.
Las destrezas comunicativas apelan a todos los elementos del proceso
comunicación y se central principalmente en el binomio “Atender” (ser receptivo en
el sentido más amplio) y “Responder” al contenido, al sentimiento, al significado
pragmático; dar respuesta, retroalimentación, saber confrontar con claridad,
oportunidad, compromiso y afecto, etc. Las metas del proceso de la comunicación
se alcanzan a través de las destrezas que exhibe y ejecuta el comunicador durante
la relación interpersonal y estos a su vez son transmisibles y aprendidos por le
receptor, definiéndose así el carácter bidimensional de la relación. “Atender” y
“Responder”, constituyen la base del proceso de la comunicación entre las personas
y propicia una relación de ayuda. Todas las relaciones Humanas son relaciones de
ayuda (potencialmente), puesto que promueven el desarrollo.

Satir en suma no es una teórica en el sentido lato del término, pero aparte de
compartir y explicar una dimensión sistémica de la comunicación, operacionaliza
una propuesta muy dinámica y viva que se caracteriza por su accesibilidad; en ese
sentido su “teoría” tiene que ser la articulación de tres operaciones: una idea clara
de la vivencia de la comunicación, una terapia para promover entornos
comunicativos y dentro de éstos un enfoque original y dinámica aplicada a la vida
familiar. Después de leer a este autora se tiene la impresión de una cierta sencillez
para manejar los problemas de comunicación; en realidad es un efecto de la
pedagogía Satir quien señala lo más relevante para encontrar soluciones a los
conflictos interpersonales en el seno familiar. Queda pendiente, más allá del
semillero de nociones o frases que puedan ser melosas, un estudio más descriptivo
sobre los componentes educativos y didácticos (que de alguna manera la
Programación Neuro-lingüística de Bandder y Grinder exploraron), que a los
estudiosos de la comunicación interpersonal y grupal nos queda desgranar y aplicar
creativamente en otros entornos; cabe pro ejemplo preguntarnos qué tanto de lo
dicho por Satir puede ayudar a analizar fenómenos de interacción en entornos
virtuales que aunque éstos no se basan en el modelo cara-cara, comparten
elementos afectivos, referenciales y cognitivos que Satir exploró y para los cuales
da algunas ideas.

Notas:
1 Por ejemplo, la familia nuclear está conformada por el padre, la madre y los hijos, los que a su vez se
organizan en las redes: conyugal, progenito-filial, paterno-filial y fraternal)
2 Centro de esa universidad invisible como se le conoce a la Escuela de Palo Alto

La familia como unidad de tratamiento (Virginia


Satir)
Un artículo clásico de Virginia Satir

La aceptación de la familia como unidad de tratamiento


en psicoterapia es consecuencia inevitable de la
experiencia e investigación sobre esta tema, que han
proporcionado nuevos conocimientos sobre la conducta
humana, con distintas concepciones del significado y
causas de la misma, haciendo posible así distintas técnicas de tratamiento.

Tratar a la familia como una unidad significa tener a todos los miembros
de la misma presentes al mismo tiempo, y en el mismo lugar, con uno o
dos terapeutas; coterapeutas masculino y femenino. Se entrevista y trata a
la familia entera como un sistema primario desarrollado por el hombre y
la mujer adultos que son los «arquitectos» que la han construido.

Un síntoma de cualquier miembro de la familia en un momento


determinado se ve como expresión de un sistema familiar disfuncionante.
Al portador del síntoma, el que se identifica como paciente, se le ve como
distorsionado, negativista o/y con un proceso de maduración alterado. Al
mismo tiempo está mostrando la presencia de dolor, incomodidad o
inquietud en sus figuras protectoras. (Figuras protectoras son las que le
han proporcionado, y continúan haciéndolo, alimento, soporte económico
y dirigen sus actividades.) El arma más importante del tratamiento en
terapia familiar es la aplicación de conceptos y procedimientos relativos a
la interacción y comunicación.

Para empezar a considerar el sistema familiar se puede pensar que cada


miembro de cualquier familia está inevitablemente ligado al sistema de su
familia, aunque sólo sea porque es allí donde empezó el desarrollo. Si el
sistema es abierto, puede serle útil para su desarrollo. Sigue moviéndose
dentro y fuera de su sistema familiar, según va madurando.
Posteriormente se convertirá en arquitecto creando una rama más del
sistema, relacionándose con otras personas en otras situaciones.

Para existir como un sistema abierto, la familia necesita jefes que


permitan cambiar libre y directamente, con claridad y de una manera
adecuada. La capacidad para la expansión y desarrollo se necesita para
tres cambios consustanciales a la naturaleza de la vida y al modus vivendi.
Son:
1. Cambios dentro de cada miembro; por ejemplo, cambios que ocurren
entre el nacimiento y la madurez en el concepto y uso de la autoridad,
independencia, sexualidad y productividad.

2. Cambios entre los miembros de la familia; por ejemplo, entre los


adultos y un niño desde el nacimiento a la madurez, entre marido y mujer
antes y después de tener un hijo, la enfermedad o lesiones de uno de los
esposos o la edad avanzada de ambos.

3. Cambios determinados por factores sociales; por ejemplo, guerra, un


nuevo trabajo, colegio, vecindad, país o nuevas leyes.

Si el sistema familiar es cerrado, la familia manejará estos cambios


inevitables de manera que no alteren su statu quo, negándolos por tanto o
distorsionándolos. Esto crea una discrepancia entre la presencia del
cambio y el reconocimiento del mismo, y presenta un dilema que ha de
solucionarse para que pueda normalizar su vida y las relaciones con sus
parientes.

Como al cambio hay que hacerle frente, un sistema familiar que no tenga
vías funcionales para asimilarlo quiere decir que estas vías están
distorsionadas. Hablando en términos generales, un sistema cuyos
directores ven el presente en términos de pasado es un sistema
disfuncional. Si los directores son capaces de vivir en el presente, este
sistema será funcional. La familia disfuncional, cuando se enfrenta al
cambio, produce síntomas.

Los precursores de lo que llamamos síntomas, de las modernas entidades


clínicas, son las personas enfermas físicamente, las brujas, indigentes,
idiotas y criminales. Hace ya tiempo que se aceptó que todas estas
entidades tenían algo en común. La terapia familiar está relacionada con
todas ellas.

Inicialmente el tratamiento de los problemas de conducta —desviación de


conducta— se centraba alrededor de la persona portadora del síntoma.
Esto fue así hasta la aparición de las clínicas para reeducación de niños,
donde se visitaba a la madre junto al niño portador del síntoma. Los
padres se descubrieron en estos centros muy posteriormente. Más tarde se
inició la terapia marital con ambos esposos.

Actualmente tenemos una concepción de la terapia familiar que considera


a la persona como individuo y en sus papeles respectivos de: marido,
padre, hijo y hermano. Además, las consecuencias sacadas de la
experiencia en familias nos dicen que el origen de los problemas viene
unido a la selección de esposa y a la habilidad para educar a los niños. Al
síntoma se le ve como una información acerca del individuo que lo tiene,
de su familia y de las reglas que la rigen; para comprender el síntoma se
debe comprender no sólo al portador del síntoma, sino también a la
familia y al sistema familiar.
Esto significa que un síntoma, como una psicosis, por ejemplo, en alguno
de los padres significa disfunción en la relación marital, así como en la
educación de los niños. De la misma manera, los síntomas en un niño
significan disfunción en la relación marital. Por esto, si vemos a toda la
familia junta, podemos hacer al mismo tiempo el tratamiento y profilaxis.

Cremos que, observando y aprendiendo a


comprender la comunicación en una
familia, podemos descubrir las reglas que
rigen la conducta de cada miembro. El
sistema familiar tiene reglas acerca del, 1)
yo y mi manifestación o «cómo debo
comportarme»; 2) yo y la exceptuación de
otros o «qué puedo esperar de ti», y 3) yo
y el uso del mundo fuera de la familia o
«cómo debo ser fuera de la familia». Los
miembros de la familia no tienen por qué
estar al corriente de estas reglas. Nosotros
creemos que éstas se forman con la
experiencia interaccional y adecuadas a la
forma en que cada uno espera sobrevivir,
crecer, relacionarse con los demás y
producir.

Dado que cada persona viene al mundo


sin unas normas para relacionarse en este
sentido, debe desarrollarlas mientras
crece; desde que nace. El principio de
estas normas vendrá marcado necesariamente por aquellos que le rodean.
Éstos son los adultos que se espera provean su supervivencia mediante el
aporte económico y alimentario, dirigiendo sus acciones y
proporcionándole un modelo de lo que puede ser.

Muchos adultos tienen una ligera noción acerca de su importancia como


modelos de los niños. Se comportan como si los niños sólo vieran y
oyeran aquello que va expresamente dirigido a ellos. Si la manera en que
los adultos se comportan entre sí y con los extraños es distinta de la que se
pide como norma a los niños, el niño lo percibe. Como el niño está
confinado por las reglas acerca de lo que puede decir, por su falta de juicio
y por su falta de interpretación de símbolos, el adulto llega a creerse que él
está escogiendo lo que el niño ve y oye. En otras palabras, los padres
creen que los niños sólo ven y oyen lo que directamente va dirigido para
que ellos lo vean y lo oigan. Nosotros creemos que los síntomas de los
niños son una clara aunque distorsionada muestra de las discrepencias que
han experimentado o están experimentando. El niño no puede
desarrollarse si está viviendo con importantes discrepancias acerca de las
cuales no puede opinar libremente. Una guía de la naturaleza de las
discrepencias se puede encontrar en la manera en que se comunican las
familias.
Nosotros nos planteamos el análisis de la comunicación, observando y
comprendiendo el sentido de la misma; el significado dado, recibido y el
reprimido por cada uno se revela por el uso de palabras, el tono y la
medida de la voz, expresiones faciales y el tono y posición del cuerpo.
Luego observamos el resultado: qué sucede actualmente en el proceso de
la comunicación y qué clase de decisiones conjuntas o entendimientos se
dan.

Después examinamos algunos procesos para aclarar cómo ocurre esto.


Preguntamos: 1) cómo se manifiesta la individualidad de cada persona, 2)
cómo se toman las decisiones y 3) cómo son las distintas reacciones.

En otras palabras, queremos averiguar las reglas para: 1) manifestarse uno


mismo y validar la unidad e individualidad de los otros; 2) tomar
decisiones, y 3) conocer la presencia de, reaccionar ante y usar nuestras
peculiaridades.

Nuestros objetivos en terapia están relacionados con el análisis de la


comunicación familiar. Queremos conseguir tres cosas en el sistema
familiar. Primero, cada miembro de la familia debería ser capaz de
informar congruentemente de una manera total y obvia acerca de lo que ve
y oye, siente y piensa, acerca de él mismo y de los otros, en presencia de
los otros. Segundo, cada persona será entrevistada en términos de su
individualidad, de forma que las decisiones se tomen en términos de
exploración y negociación más que en términos de poder. Tercero, las
diferencias deben ser tratadas libremente y usarse provechosamente
orientándolas hacia la madurez.

Cuando se realicen estos cambios, la comunicación dentro de la familia


permitirá resultados apropiados. Resultados apropiados son las decisiones
y conductas adecuadas a la edad, habilidad y roles de los individuos, que
adecúan las obligaciones de éstos al contexto que los envuelve, facilitando
así el éxito común de la familia.

Me gustaría darles una simple muestra de la relación entre las reglas de


comunicación y la conducta. Supongan que justamente ahora tienen que
retractarse de algo de lo que yo tengo que decir, que no pueden entender
lo que yo quiero decir. Y ustedes tienen reglas que les impiden preguntar
qué estoy diciendo por miedo a exponerse ustedes a exponerme a mí
(sacando una conclusión mala, errónea, estúpida o sin sentido acerca de
mí o de ustedes mismos). Si estas condiciones están presentes,
probablemente culparán ustedes a alguien. Habrá tres puntos a los que
deben dirigir su atención: a ustedes mismos, a mí o a la situación.

Se sentirán a disgusto de alguna manera; sentirán ansiedad, hostilidad


hacia mí e impotencia ante la situación (ansiedad, «no soy bueno»;
hostilidad, «tú no eres bueno»; impotencia, «soy pequeño y débil»).
Probablemente tendrán estos tres sentimientos, en este orden más o
menos: ansiedad, hostilidad e impotencia. Serán debidos al hecho de que
no pueden guardar su individualidad para ustedes solos. Y su incapacidad
para guardar su individualidad para ustedes sólo vendrá determinada por
sus reglas acerca de las clases de preguntas que pueden hacer.

Si tienen reglas que les permiten hacer una exposición arriesgada y


preguntar claramente si hay confusión o falta de claridad, pueden eludir
estos sentimientos de ansiedad, hostilidad e impotencia. Para arriesgarse
se requiere un conocimiento de la propia habilidad para salir airoso frente
al dolor, angustia y daño de los otros y saber que no sucumbirán al ser
dañados, angustiados y/o heridos (dolor, «estoy herido»; angustia, «usted
me hiere», y herir, «yo no cuento»).

Una pregunta directa se considera frecuentemente como un riesgo. El uso


infrecuente de preguntas directas es una de las señales de incapacidad para
comunicarse con una familia turbada; otro es el uso infrecuente de los
nombres de pila.

Está claro hasta este momento que yo creo que los humanos están
continuamente investigando para hacer las cosas bien. La falta de éxitos
para hacer las cosas adecuadamente tiene su manifestación en la aparición
de síntomas. La inhabilidad para explorar mediante preguntas directas y
haciendo informes exactos no interfiere la investigación; la investigación
surge de una manera confusa, indirecta o poco clara, que se muestra en
síntomas o en resultados inapropiados.

Así el análisis de un síntoma comienza con un análisis de la comunicación


y un documental sobre los resultados. Luego viene la exploración del
sistema familiar, que aclara las reglas que mantienen el sistema y señalan
los procesos individuales que instrumentan estas reglas.

En suma, la terapia familiar se centra alrededor de la aplicación de los


conceptos de interacción y trata de las reglas y procedimientos presentes
de los individuos para explorar el sistema familiar. Las teorías que
relacionan la conducta con el proceso interaccional están muy lejos de ser
nuevas. Freud usó esta idea en el tratamiento del pequeño Hans; Sullivan,
Moreno, Ackerman, Lidz, Fleck, Bowen, Bateson, Jackson y Berne —
para mencionar algunos— han usado conceptos inter-accionales para
comprender la conducta humana.
Virginia Satir

Yo Soy Yo

En todo el mundo no hay nadie como yo.


Hay personas que tienen algo en común conmigo, pero nadie es exactamente
como yo. Por lo tanto, todo lo que surge de mí es verdaderamente mío porque
yo sola lo escogí.
Soy dueña de todo lo que me concierne:
De mi cuerpo, incluyendo todo lo que hace; mi mente, incluyendo todos sus
pensamientos e ideas; mis ojos, incluyendo las imágenes de todo lo que
contemplan; mis sentimientos, sean lo que sean, ira, gozo, frustración,
amor, desilusión, excitación; mi boca, y todas las palabras que de ella
salen, corteses, tiernas o rudas, correctas o incorrectas; mi voz, fuerte o
suave, y todas mis acciones, ya sean para otros o para mí misma. Soy dueña
de mis fantasías, mis sueños, mis esperanzas, mis temores. Soy dueña de
todos mis triunfos y logros, de todos mis fracasos y errores.
Como soy dueña de todo mi yo, puedo llegar a conocerme íntimamente. Al
hacerlo, puedo amarme y ser afectuosa conmigo en todo lo que me forma. Puedo
así hacer posible que todo lo que soy trabaje para mi mejor provecho.
Sé que hay aspectos de mí misma que me embrollan, y otros aspectos que no
conozco.
Mas mientras siga siendo afectuosa y amorosa conmigo misma, valiente y
esperanzada, puedo buscar las soluciones a los embrollos y los medios para
llegar a conocerme mejor.
Sea cual sea mi imagen visual y auditiva, diga lo que diga, haga lo que
haga, piense lo que piense y sienta lo que sienta
en un instante del tiempo, esa soy yo. Esto es real y refleja donde estoy en
ese instante del tiempo.
Más tarde, cuando reviso cuál era mi imagen visual y auditiva, que dije y
que hice, que pensé y que sentí, quizá resulte que algunas piezas no
encajen. Puedo descartar lo que no encaja y conservar lo que demostró que si
encaja. E inventar algo nuevo en vez de lo que descarté.
Puedo ver, oír, sentir, pensar, decir y hacer. Tengo las herramientas para
sobrevivir, para estar cerca de otros, para ser productiva, y para encontrar
el sentido y el orden del mundo formado por la gente y las cosas que me
rodean.
Soy dueña de mí misma,
Y por ello puedo construirme.
Yo soy yo y estoy bien.
Mis metas, poema de Virginia Satir
Mis metas

Quiero amarte sin absorberte,


apreciarte sin juzgarte,
unirme a ti sin esclavizarte,
invitarte sin exigirte,
dejarte sin sentirme culpable,
criticarte sin herirte
y si puedes hacer lo mismo por mi,
entonces, nos habremos conocido verdaderamente
y podremos beneficiarnos mutuamente.

Las categorías de Satir

Isabel Hinojosa

Virginia Satir ha sido


reconocida
mundialmente por sus
trabajos sobre terapia
familiar. Y por sus ideas
sobre la comunicación y
la autoestima. A su muerte en 1988 dejó
una gran cantidad de publicaciones,
poemas y ejercicios sobre comunicación.
Virginia Satir identificó cuatro categorías
de comunicación, cuatro caricaturas, que
las personas adoptan en momentos de
ansiedad.
Cualquier comunicación se puede interpretar como una interrelación entre
el comunicador, el receptor y el
contexto en el que se desarrolla la
comunicación. La comunicación de una
persona está en relación con su
capacidad de permanecer alerta y poder
comunicarse con cada una de esas tres
partes. Se pueden describir como
mínimo cuatro canales de
comunicación: las palabras, la voz, los
movimientos corporales y el contexto.
Cada mensaje califica a otro mensaje de
un tipo lógico diferente y en cada canal
cualquier mensaje que califica a otro
pertenece también a un tipo lógico diferente. Existe una inmensa cantidad
de metaniveles. Fue desde esta perspectiva como surgió la teoría del doble
vínculo de Bateson y colaboradores.

Los ejemplos de este artículo están extraídos de People,making, de


Virginia Satir. (Science and Behavior Books, 1972)

1) Conciliador Los ejemplos de este artículo están extraídos de


People,making, de Virginia Satir. (Science and Behavior Books, 1972)

1) Conciliador

 Palabras - asentimiento - "Lo que usted quiera está bien. Estoy aquí para
complacerlo."

 Cuerpo - concilia - "Soy Incapaz"

 Fuero interno - "No soy nada"; "sin él estoy perdido". "No valgo nada"

 Metamodelo. Empleo de los adverbios: si, solamente, apenas, siquiera,


etcétera. Utilización de modo subjuntivo de los verbos: pudiera, quisiera,
etcétera. Violaciones a la Lectura del Pensamiento. (Las trasngresiones al
metamodelo fueron aportaciones que hicieron Bandler y Grinder)

El conciliador habla siempre en un tono obsequioso, tratando de agradar,


disculpándose, sin disentir jamás, no importa de lo que se trate. Es el "hombre
del sí". Habla como si no pudiera hacer nada por sí mismo; busca siempre la
aprobación de alguien. Más adelante podrá comprobar que, si desempeñara
usted este papel tan sólo cinco minutos experimentaría repugnancia y deseos
de vomitar.

Para realizar una buena labor conciliadora resulta de gran ayuda el imaginarse a
sí mismo como algo que carece absolutamente de algún valor. Es usted
afortunado si le permiten comer. Le debe gratitud a todo el mundo, y es
responsable de todo lo que resulte mal. Usted sabe que pudo haber detenido la
lluvia si hubiera ejercitado su inteligencia; pero carece de ella. Naturalmente
que aceptará cualquier crítica que se le haga. Por supuesto que agradece el
hecho de que alguien le dirija la palabra, sin tomar en cuenta lo que se le diga o
la forma en que se lo diga. No osaría pedir nada para sí. Después de todo,
¿quién es usted para solicitarlo? Además, si se porta bien, todo vendrá por sí
solo.

Trate de ser la persona más empalagoso, sufrida y servil. Imagínese a sí mismo


como sí estuviera físicamente semiarrodillado, tambaleándose un poco,
extendiendo la mano en forma suplicante, y asegúrese de levantar la cabeza de
manera que le duela el cuello, forzando los ojos, de modo que tras breves
instantes, estará usted sufriendo una jaqueca.

Cuando usted habla en esta postura, su voz será plañidera y destemplada,


debido a que el cuerpo mantiene una posición tan disminuida que a usted le
falta el aire suficiente para expresarse con una voz profunda y armoniosa.
Persistirá diciendo "sí" a todo, sin importar para nada lo que sienta o lo que
piense. Su actitud conciliadora es la postura corporal que corresponde a la
respuesta apaciguadora.

2) Recriminador

 Palabras - dísienten . "jamás haces nada bien", "¿Qué es lo que te pasa?"


 Cuerpo - acusa - "Yo soy el que manda aquí"

 Fuero interno - "Me siento solo y fracasado"

 Metamodelo. Empleo de los cuantifícadores universales-. todos, cualquiera,


cada vez, etcétera. Empleo de las interposiciones negativas: ¿Por qué no?
¿Cómo es que no puedes? etcétera. Violaciones a Causa-Efecto.

El recriminador es un buscafaltas, un dictador, un amo. Actúa como un ser


superior, y parece estar diciendo, "si no fuera por ti, todo marcharía bien". El
sentimiento interno es de tirantez en los músculos y en los órganos. Entre
tanto, la presión sanguínea aumenta. La voz es áspera, tensa y con frecuencia
chillona y estrepitosa.

La recriminación de categoría exige que usted sea lo más gritón y tiránico que
pueda. Que rebaje a todos y a todo. En el papel de recriminador sería
conveniente que usted se representase a sí mismo apuntando acusadoramente
con el dedo índice e iniciando sus frases con: "nunca haces esto, o siempre
haces aquello, o por qué tú siempre, o por qué tú nunca...", y así
sucesivamente. No se preocupe por la respuesta. Es lo de menos. El acusador
está mucho 'más interesado en darse importancia que en enterarse realmente
de algo.

Ya sea que lo sepa o no, cuando usted está censurando, respira


entrecortadamente o retiene completamente el aliento, debido a que los
músculos de la garganta se encuentran en tensión, ¿Ha visto usted alguna vez a
un recriminador de categoría, con los ojos saltones, los músculos del cuello y las
fosas nasales destacándose, con el rostro enrojecido y la voz que suena como si
alguien estuviera paladeando carbón? Imagínese que está usted de pie, con una
mano sobre la cadera y el otro brazo extendido con el dedo índice apuntando al
frente. Su cara está crispada, los labios torcidos, las fosas nasales
ensanchándose a medida que usted vocifera, insulta y censura todo, cuanto
existe bajo el sol.

3) Computador

 Palabras - ultrarazonables - "Si uno observara cuidadosamente, podría notar


las manos gastadas por el trabajo de alguien aquí presente"
 Cuerpo - computa - "Estoy calmado, sereno y tranquilo"

 Fuero interno – "Me siento vulnerable"

 Metamodelo. Supresión de¡ sujeto en los argumentos nominales; el sujeto de


los verbos activos tales como yo veo puede verse, o el objeto de los verbos
cuando éstos son reflexivos como en me molesta - X es molesto, Empleo de
sustantivo carentes de índices referenciales: eso, uno, gente, etcétera. Empleo
de nominalizaciones: frustración, esfuerzo, tensión, etcétera.

El computador es muy correcto y razonable, no manifiesta ningún sentimiento.


Es calmado, muy tranquilo. Se le podría
comparar con un diccionario o con una
computadora El cuerpo se siente seco,
frecuentemente frío y disociado. La voz es
desabrida y monótona, y las palabras tienden a
ser abstractas.

Cuando usted sea un computador, utilice las


palabras más rebuscadas, aunque no esté muy
seguro de su significado. Esto al menos, le hará
parecer inteligente. De cualquier modo nadie lo
escuchará después del primer párrafo. Para que
usted se posesione realmente de este papel,
trate de imaginarse que su espina dorsal es una
varilla de hierro, larga y pesada, que sube desde
sus caderas hasta la nuca, con un collar del
mismo metal de 30 cm de anchura rodeándole el cuello. Mantenga toda su
persona tan inmóvil como le sea posible, incluyendo sus labios. Le costará
trabajo tener quietas las manos, pero trate de hacerlo.

Cuando usted desempeñe el papel de computador, su voz naturalmente se


volverá inexpresiva, pues de pies a cabeza carece de sensaciones. Su mente está
concentrada en permanecer inmóvil, y está ocupado en elegir las palabras
adecuadas. Después de todo, usted no debe equivocarse jamás.

Lo triste de este papel consiste en que para muchas personas representa una
meta ideal. "Pronuncie las palabras correctas; no demuestre ningún
sentimiento; no reaccione".

4> Impertinente

 Palabras - improcedentes – "Las palabras no tienen sentido"


 Cuerpo - anguloso y distorsionado.

 Fuero interno - "Nadie me toma en cuenta", "No hay sitio para mí"

 Metamodelo. Esta categoría, según lo hemos comprobado, es una rápida


alternación de las tres primeras; por lo tanto, la sintaxis que la identifica es una
rápida variación de los patrones sintácticos descritos anteriormente.
Igualmente, la persona que presenta esta condición, muy rara vez emplea en
sus respuestas pronombres que se refieren a porciones de las frases y
preguntas del terapeuta.

Cualquier cosa que diga o haga el impertinente resultará extemporáneo con


respecto a; lo que cualquier otra persona está diciendo o haciendo. Jamás
corresponde a la ocasión. Su sensación interna es de vértigo. La voz puede ser
cantarina, a menudo en desacuerdo tonal con las palabras, y éste puede subir y
bajar, puesto que no está enfocado a ninguna parte.

Cuando usted represente el papel del impertinente, le será muy conveniente


imaginarse a sí mismo como una especie de trompo desequilibrado, girando
siempre-, pero sin que sepa hacia dónde va, y sin darse cuenta de cuándo llega.
Está usted demasiado ocupado moviendo los labios, el cuerpo, los brazos y las
piernas. Asegúrese de no estar nunca de acuerdo con sus palabras. Ignore las
preguntas de todo el mundo; tal vez responda con alguna propia, sobre un tema
diferente. Quite del traje de alguien una pelusa imaginaria, desate las agujetas
de los zapatos, y así por el estilo.

Imagine que su cuerpo se mueve en diferentes direcciones a la vez junte las


rodillas en forma exagerada como si fuera cascorvo. Esto hará que sus caderas
sobresalgan y le facilitará hundir los hombros haciendo que sus brazos y manos
se muevan en direcciones opuestas.

Al principio, este papel aparenta ser un descanso, pero después de algunos


minutos de representarlo, surge la terrible soledad y la falta de objetivos. No lo
notará mucho en tanto pueda seguir moviéndose lo bastante aprisa.

Para practicar, adopte usted las cuatro actitudes físicas que hemos descrito,
sosténgalas por tan sólo sesenta segundos y observe los resultados. Puesto que
muchas personas no están habituadas a sentir las reacciones de su cuerpo, a
usted le parecerá al principio que está tan ocupado pensando que no siente
nada. Continúe así y comenzará a percibir las sensaciones internas que ya ha
experimentado tantas veces. Entonces, en el momento en que se encuentre de
pie, relajado, tranquilo y capaz de moverse, observará que su sensación interior
cambia.

Estas formas de comunicación se aprenden en la temprana infancia.


Representan lo mejor que el niño puede colegir de lo que observa y escucha a
su alrededor. A medida que el niño trata de abrirse paso a través del
complicado y con frecuencia amenazador mundo que lo circunda, emplea uno u
otro de estos medios de comunicación. Después de ponerles en práctica lo
suficiente, ya no es capaz de distinguir su reacción de su autovaloración o de su
personalidad.

El uso de cualquiera de estas reacciones fragua otro eslabón en el sentimiento


de baja autoestima o baja capacidad de un individuo. Las actitudes prevalentes
en nuestra sociedad refuerzan también estas formas de comunicación (muchas
de las cuales se aprenden en el regazo materno).

"No te impongas; el pedir cosas para ti es egoísta", refuerza al conciliador.

"No consientas que nadie te rebaje; no seas cobarde", fortalece al recriminador.

"No seas tan serio. ¡Disfruta de la vida! ¿A quién le importa?" animan al


impertinente.

"No permitas que nadie sea más listo que tú. Sé más inteligente que todos los
que te rodean. ¡Explícalo todo pero no lo experimentes!" (alientan al
computador).

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