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Basta con una interpretación literal para comprender que estos elementos son los
que le dan vida jurídica al acto administrativo; si faltase tan solo uno de ellos, a la
luz de una interpretación a contrario sensu, podemos inferir que el acto
administrativo es inválido; es decir, sin capacidad permanente para generar
efectos jurídicos; consecuentemente ─ al no haberse dictado conforme al
ordenamiento jurídico ─ será pasible de nulidad declarada por acto administrativo
posterior, configurándose con ello la causal número 2, contenida en el artículo 10º
de nuestra ley de procedimiento administrativo. Por esta razón, uno de los
exponentes más destacados del derecho administrativo peruano afirma, y con
toda razón, que estos requisitos esenciales pueden entenderse como “aquellos
que si faltan o están viciados provocan la invalidez del acto, retrotrayéndose todo
a la situación anterior, como si no se hubiera emitido acto administrativo
alguno”[1].
Aquí podemos advertir que la relación entre requisitos de validez y nulidad resulta
bastante estrecha, a tal punto que el profesor Ramón Parada, citando a Waline,
señala que “estudiar las condiciones de validez de un acto equivale prácticamente
a estudiar los casos de nulidad (…)”[2]; por ello, coincidimos plenamente con
Gamero y Fernández cuando afirman que “los elementos de los actos
administrativos son aquellos componentes que deben reunir para alcanzar validez,
y por consiguiente, cuya carencia determina la imperfección o invalidez del
acto”[3]. Sin embargo, debemos señalar que la intención del presente estudio no
es analizar los supuestos de nulidad del acto administrativo; por ello, tan sólo
buscaremos desarrollar cada componente de los actos administrativos. De esta
manera, pasemos a identificar cada uno de sus requisitos de validez:
CLASIFICACIÒN DE
CONCEPTO EJEMPLO
LA COMPETENCIA
Se refiere a las actividades Cuando el Ministerio de
o tareas que, legalmente, Cultura expide un acto
puede desempeñar el administrativo denegando
MATERIA órgano, al objeto de los la certificación de un
actos y a las situaciones de inmueble como patrimonio
hecho ante las que puede cultural dela Nación.
dictarlos.
Hace referencia al ámbito Cuando cualquier
espacial respecto del cual municipalidad otorga una
se establece las facultades licencia de
TERRITORIO
del ente administrativo, al funcionamiento para
lugar donde la entidad establecimiento comercial
ejerce su influencia. dentro de su
circunscripción.
Se establece en cuanto la Cuandola Gerenciade
ubicación jerárquica del Desarrollo Urbano y no el
órgano destinado a Alcalde de una
resolver, al nivel que ocupa municipalidad, expide un
GRADO en el organigrama del ente acto administrativo
en cuestión. multando a un
administrado por construir
sin licencia de
construcción.
Hace referencia en primer El Tribunal de
lugar, a los turnos de los Contrataciones del Estado
entes administrativos que se encuentra conformado
ejercen la misma función por cuatro (04) Salas que
en momentos distintos. Por conocen y resuelven los
otro lado, la competencia casos sobre la materia de
TIEMPO
temporal se adquiere una acuerdo a un rol de turnos
vez que el funcionario o consagrado enla Directiva
autoridad se encuentra Nº 003-2012/OSCE-CD.
investido en el cargo, a fin
de poder cumplir sus
funciones.
Se establecen El artículo 53º del D. Leg.
competencias por el monto Nº 1017, Ley de
o el valor de los bienes o Contrataciones del Estado
servicios respecto de los prescribe en su tercer
cuales se resuelve. párrafo lo siguiente: “El
recurso de apelación será
conocido y resuelto por el
Titular dela
Entidadsiempre y cuando
el valor referencial del
proceso no supere las
CUANTÍA
seiscientas (600)
Unidades Impositivas
Tributarias (UIT). En caso
el valor referencial del
proceso de selección sea
superior a dicho monto,
los recursos de apelación
serán conocidos y
resueltos por el Tribunal
de Contrataciones del
Estado (…)”.
Por otro lado, el numeral bajo análisis desarrolla el requisito de la competencia en
relación a los órganos colegiados[8], precisando que no sólo interesa que la
entidad colegiada se encuentre facultada por ley para expedir el acto
administrativo (observancia de los requisitos comunes); sino que dichos órganos
no podrán dejar de observar los requisitos de sesión, quórum y deliberación
(observancia de los requisitos especiales). Por ello, no deja de tener razón el
profesor Morón Urbina al afirmar que “en los órganos colegiados también
constituye exigencia para actuar dentro del elemento competencia, que las
decisiones se produzcan siguiendo los requisitos de sesión (convocar y acudir los
integrantes del colegiado en número suficiente), quórum (número adecuado para
tomar decisión) y deliberación (debate y votación)”[9]. Si no se observan estos
requisitos especiales, queda claro que serán de aplicación las reglas de la nulidad
de los actos administrativos.
3.2. Objeto o contenido.- El numeral 2 del artículo 3º dela LPAG, explica respecto
de este requisito que “los actos administrativos deben expresar su respectivo
objeto, de tal modo que pueda determinarse inequívocamente sus efectos
jurídicos. Su contenido se ajustará a lo dispuesto en el ordenamiento jurídico,
debiendo ser lícito, preciso, posible física y jurídicamente, y comprender las
cuestiones surgidas de la motivación”.
Por ello que recurriendo a la doctrina, podemos identificar al objeto como “un
comportamiento del gobernado, de una administración, de quién dicta el acto; dar,
hacer, no hacer, padecer; un hecho (que se certifica, se documenta, que se
califica); un bien (que se expropia, se transfiere, etc.); una situación jurídica; la
propia organización y la mezcla de esos objetos típicos”[11]. En ese sentido, cabe
preguntarse ¿qué se pretende al determinar correctamente el objeto de un acto
administrativo?; simplemente que el acto administrativo tenga una repercusión real
y concreta en la esfera del administrado; es decir, que genere un efecto jurídico,
una consecuencia en su situación o relación jurídica; en lo que, nosotros
denominamos, su espacio vital. Por consiguiente, entendemos por contenido u
objeto del acto administrativo “el efecto práctico que con dicho acto se pretende
obtener: nombramiento de un funcionario, imposición de una multa, requisa de un
vehículo, etc.”[12].
El siguiente ejemplo nos permitirá visualizar con claridad este requisito de validez:
asumamos que una reconocida franquicia de comida rápida dedicada a la venta
de pollo broaster utiliza aceite reciclado para freír su insumo principal; luego, si la
municipalidad del distrito- posterior a las acciones de fiscalización -decide el cierre
temporal de dicho local por esta infracción; la pregunta es ¿cuál es la finalidad
pública del acto administrativo que ordenó el cierre del establecimiento comercial?
La respuesta es una sola: la protección de la salud de los usuarios. En este
ejemplo, la finalidad pública se encuentra consagrada en las disposiciones
normativas dela Ley Nº 27972, Ley Orgánica de Municipalidades; el artículo 80º,
numeral 3.2 prescribe que es función exclusiva de la municipalidad distrital
“regular y controlar el aseo, higiene y salubridad en los establecimientos
comerciales, industriales, viviendas, escuelas, piscinas, playas y otros lugares
públicos locales”.
En este punto, surge una pregunta relevante: ¿qué sucede cuando no existe
norma que indique la finalidad pública? Como bien ha quedado establecido “la
ausencia de normas no genera discrecionalidad”; es decir, “la Administración
Públicano puede, en ejercicio de sus facultades discrecionales, violar la finalidad
del interés público señalada por la norma”[14]; porque si con pretexto del ejercicio
de su discrecionalidad emitiese un acto administrativo, tal manifestación podría
considerarse como un accionar arbitrario y abusivo, por ende pasible de nulidad
administrativa. Hay que recordar que el accionar dela Administración Pública se
sujeta al principio de legalidad; por lo tanto sólo goza de la denominada libertad
positiva (realiza sólo aquello establecido por ley) más no de la libertad negativa
(nadie está obligado a hacer lo que la ley no manda, ni impedido a hacer lo que
esta no prohíbe).
3.4. Motivación.- El numeral 4 del artículo 3º dela LPAG, enseña que “el acto
administrativo debe estar debidamente motivado en proporción al contenido y
conforme al ordenamiento jurídico”.
Como este elemento constitutivo constituye uno de los pilares en los cuales se
sustenta la doctrina del acto administrativo; nuestra LPAG ha desarrollado en
forma especial la motivación en su artículo 6º; dejando claramente establecido en
el numeral 6.3 que no se puede admitir como motivación los siguientes supuestos:
3.5. Procedimiento regular.- El numeral 5 del artículo 3º dela LPAG, afirma sobre
este requisito que “antes de su emisión, el acto debe ser conformado mediante el
cumplimiento del procedimiento administrativo previsto para su generación”.