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OBJETO DE LO DISCIPLINARIO
Se denomina tratamiento tradicional, aquel que viene desarrollando las criminologías positivas
y clínicas junto con las ciencias de la conducta que pretenden transformar la institución en
reeducadora y de reinserción como fin resocializador, rehabilitador y readaptador.
GARCÍA VALDES recalca que el tratamiento pretende hacer del interno una persona con la
intención y la capacidad de vivir socialmente. Se fomentará que el interno partícipe en la
planificación y ejecución de su tratamiento y colaborará para, en el futuro, ser capaz de llevar
con conciencia social, una vida sin delito.
“El fin del régimen penitenciario, aparte de facilitar algunos objetivos procesales, sería lograr
una ordenación normal de la convivencia en las prisiones y posibilitar la labor de tratamiento”
1.- “Demanda una organización previa con servicio y personal idóneos para practicar el
tratamiento” (Manuel López Rey y Arrojo)
1.- Es la acción individualizada sobre el interno tras su examen, diagnóstico y pronóstico, con el
fin de alejarlo de la reincidencia y favorecer su reinserción social” (Carlos García Valdés)
1.- “Es el trabajo en equipo de especialistas, ejercido de forma individual sobre el delincuente,
con el fin de anular o modificar los factores negativos de su personalidad y dotarle de una
formación general que lo aparte de la reincidencia y lograr su readaptación en vida social”
(Luis Garrido Guzman)
Existe además una falta de estadísticas fiables sobre el grado de adaptación del delincuente a
la sociedad.
¿La cárcel es un ámbito adecuado para el tratamiento?
Jeffery (1970), da su opinión sobre la opción del establecimiento de privación para aplicar la
metodología del tratamiento
“No es el ámbito adecuado para modificar la conducta delictiva, lo que hay que cambiar es el
entorno (físico) donde se produce la conducta delictiva, las oportunidades situacionales y
refuerzos materiales de la misma. En esta postura crítica están todos los defensores del
tratamiento en comunidad, especialmente porque al ambiente al que retorna el excarcelado
mantiene la conducta delictiva y es lo que se trata de evitar.”
Parte del tratamiento reformador practicado está basado en teorías erróneas o desfasadas de
la conducta criminal.
Parte del tratamiento que se dice aplicado no es propiamente tratamiento, como las
actividades de ocupación.
Los postulados positivistas y conductistas se han ido plasmando desde principio del siglo XX,
hasta construir el llamado mito de la resocialización y rehabilitación interviniendo al
delincuente que cumplía una pena privativa de la libertad.