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Estado absolutista

En el Estado absolutista, el gobernante (monarca), se considera como la


autoridad máxima, por encima de todas las leyes. La expresión del derecho
romano "princeps legibus solutus", de la que deriva ese uso de los
términos absoluto y absolutismo, se aplica en el sentido de que el gobernante está
sujeto a la ley y hace que estas se cumplan en su totalidad bajo su mandato, y
ejerce su gobierno sin límites ni restricción alguna más que consigo mismo.
Esta forma de gobierno corresponde a la monarquía absoluta, expresión de
la forma de gobierno por la cual los súbditos del Estado estaban conscientes de
ser sometidos a la autoridad única y soberana de un monarca absoluto.
El autor Perry Anderson en su libro "Lineages of the Absolutist State", el cual se
tradujo al castellano bajo el nombre de "El Estado absolutista", de la primera
edición en inglés de 1974, explica el desarrollo del estado absolutista en los
principales países como Francia, Inglaterra y España, en los cuales se llegó a
concentrar de mayor manera este sistema de gobierno autoritario.
Aunque existen precedentes de Estados con una fuerte concentración de poder en
todas las formas de monarquía e imperiosde la Antigüedad (despotismo
hidráulico, Imperio romano, etc.), su definición historiográfica se limita a su
aparición en la Europa Occidental de la Edad Moderna como expresión política de
la formación social histórica denominada Antiguo Régimen(siglos XV al XVIII).
Este periodo termina con la Revolución francesa de finales del siglo XVIII, que
terminó con antiguo régimen, con la notable excepción de la autocracia zarista
rusa, que llega hasta 1917. Su utilización para designar a otros Estados de épocas
posteriores y hasta la actualidad es habitualmente objeto de controversia.
Anteriormente en la historia política de Europa medieval, la monarquía había
pasado por fases de monarquía feudal y monarquía autoritaria, en las que la
autoridad real se fue haciendo cada vez mayor, después de que la disolución
del Imperio carolingio disgregara y descentralizara de forma muy acusada el poder
político y militar.
El historiador Perry Anderson en su libro El estado absolutista explica el
surgimiento de esta forma de gobierno como se ve a continuación:
La reorganización del sistema político feudal en su totalidad, y la disolución del
sistema original de feudos, la propiedad de la tierra tendió a hacerse
progresivamente menos "condicional", al tiempo que la soberanía se hacía
correlativamente "más absoluta". El debilitamiento de las concepciones
medievales de vasallaje se desarrolló en ambas direcciones: mientras confería a la
monarquia unos poderes nuevos y extraordinarios, emancipó las propiedades de
la nobleza de sus tradicionales limitaciones.
El Estado absolutista se conforma como: un poder soberano, desvinculado de
cualquier autoridad, sin límite alguno (como los que supondría la división de
poderes hacia el interior o exterior de otras soberanías, durante la Edad Media se
representaban los poderes universales -pontificado e Imperio-); por otra parte esto
no significó que fuera exclusivo, es decir, presupone y asume la existencia de
otros poderes simultáneos (descentralizados: señorial), asambleas representativas
de uno o varios reinos (parlamentos, estados generales, cortes), que pueden tener
particularismos e instituciones locales, (los municipios, etc.; pero respecto a los
cuales era superior) El derecho divino que daba la iglesia para con el monarca,
legitimaba su derecho a gobernar su reino, este factor fue decisivo a para el
desarrollo de una concentración de poder a manos del monarca, lo que permitió
con el tiempo el nacimiento del estado absolutista al ser el la máxima figura
política del reino.
Al gobierno de Luis XIV se le atribuye la frase «L'état c'est moi», esta es una clara
visión del Estado absolutista. Aquí el Estado adopta esta forma de relación dada
entre sus tres elementos constitutivos que son: el territorio (o país), la población
(o nación) y el poder (o forma de gobierno). El historiador Voltaire nos relata en su
obra "El siglo de Luis XIV" como era el gobierno de un monarca absolutista el Rey
Sol durante su reinado.
Los fueros y privilegios estamentales, locales, institucionales y personales; estos
afectaban a clérigos, universidades, gremios y multitud de otras situaciones
privativas, suponen otro límite, también pretende superar mediante la común
condición de súbditos, esto supone una relación directa con el rey sin cuerpos
intermedios. El absolutismo de la monarquía absoluta nunca se ejerció de forma
total (dado el rudimentario desarrollo de los instrumentos para ejercerlo -
burocracia, ejército, hacienda-), sino que se consideraba un ideal.
Para Europa el absolutismo comienza con la Edad Moderna. El monarca es el
soberano y está por encima de las leyes que él mismo monarca crea (la palabra
del rey es ley). La forma de gobierno es el absolutismo. La doctrina económica
imperante en el Estado absolutista es el mercantilismo. El desarrollo del gobierno
absolutista en el siglo XVIII se denominó como despotismo ilustrado, descrito por
otra famosa expresión: todo para el pueblo, pero sin el pueblo, y que se suele
contraponer a la definición de la democracia de Abraham Lincoln: "gobierno del
pueblo, por el pueblo y para el pueblo".
El inicio del fin del Estado absolutista en Europa Occidental, se llevó a cabo con
la Revolución francesa de 1789, este evento no solo rompió con el sistema del
antiguo régimen, sino que además marca el fin de la época moderna cuando Luis
XVI convoca a los Estados Generales de Francia para resolver la crisis del
momento, este fue el inicio del final de la monarquía francesa con la decapitación
del rey,
Los estados generales eran el último medio que tenía el pueblo francés para hacer
oír su voz y la oportunidad para que personas destacaran en la política como
Mirabeau quien fue enviado a los treinta años a los Estados Generales.
En la actualidad los estados absolutistas han desaparecido casi en su totalidad,
sin embargo aun existen algunos países que aún se rigen bajo este modelo
como Arabia Saudita, Brunéi, Ciudad del Vaticano, Omán, Suazilandia.En
resumen el absolutismo es una persona que lo controla TODO
Un Estado absolutista es un país cuyo sistema político concentra toda la autoridad
en la figura del soberano. Es característico de las potencias europeas de la era
moderna. El absolutismo nació con las monarquías nacionales en el siglo XVI y
alcanzó su apogeo en el siglo XVII con Luis XIV de Francia, el Rey Sol. Durante el
siglo XVIII, en Europa, siguió la misma forma de gobierno, pero en lugar de
absolutismo, a continuación, tomó la definición de Despotismo Ilustrado con
inspiraciones en el movimiento de la Ilustración. Las revoluciones de finales del
siglo XVIII y durante el siglo XIX terminaron con el Antiguo Régimen (forma de
gobierno existente antes de la Revolución Francesa de 1789) y, con ello, al
absolutismo en Francia. En Inglaterra, el absolutismo fue iniciado por Enrique VIII
y consolidado por Elizabeth I en el siglo XVI. Duró hasta el siglo XVII, cuando
Inglaterra fue sacudida por las revoluciones nacionales y los movimientos de
insurrección.
La ascensión del poder real
El poder real creció al mismo tiempo que el Estado-nación progresó. El rey
representaba el ideal nacional, el interés de la nación Ejercía su poder de facto:
reducía las leyes, organizaba la justicia, arrendaba el cobro de impuesto, mantenía
el ejército, nombraba funcionarios, todo en nombre del Estado que representaba.
Las guerras intensificaron el sentimiento de amor a la patria, cuyo defensor era el
rey. La competencia comercial con otros países rivales y la dispuesta de los
mercados coloniales recrudeció la tensión entre los países enfrentados y
contribuyó al fortalecimiento del poder real.
Este poder creciente no resultó solamente a la voluntad de los reyes.
Correspondió a una necesidad social. El rey atacó a las particularidades de las
diferentes regiones del país y se opuso a los privilegios de las diversas clases
sociales. La lucha entre las clases sociales fue la característica esencial del
fortalecimiento del poder real. El propio rey instigó esta lucha para anularla.
Protegido por la burguesía, el soberano concedió monopolios comerciales e
industriales, arrendado sus impuestos, favorecido en la competencia comercial
contra los nobles y contra la Iglesia. Asimismo, protegía a las corporaciones de
artesanos en contra de los empresarios capitalistas, garantizando sus derechos, y
defendió a los artesanos y los comerciantes contra el proletariado. La burguesía
tenía más gastos que se disminuyeron por la inflación.
La guerra resultó una manera de proporcionar medios de vida, así como una
pensión para sus hijos. En pocas palabras, el rey se abalanzó sobre las dos clases
sociales más importantes, mostrando un leve favoritismo hacia la burguesía.

Nicolás Maquiavelo debe ser visto como uno de los primeros teóricos del poder
real. En el libro El Príncipe, consideraba que el rey tenía que ser racional en busca
del interés del Estado, lo que justificaba el uso de la violencia. Para Maquiavelo, el
Estado quedaba sobrepuesto al pueblo. Jean Bodin, en La República, afirmaba
que el poder del rey es ilimitado, asemejándose a la autoridad del propio padre.
Thomas Hobbes, en Leviatán, consideraba que el Estado asume las proporciones
de un monstruo: propone que, inicialmente, la sociedad viva en estado natural, de
anarquía, y que los individuos formaran el estado civil para protegerse de la
violencia; sólo así el poder del soberano era ilimitado, porque sería fruto del
consentimiento espontáneo. El más importante entre todos los teóricos defensores
del poder absoluto fue Jacques Bossuet, obispo francés escritor de Política y
cuyas ideas fueron extraídas de las Sagradas Escrituras. Para Bossuet, la
autoridad del rey es sagrada y absoluta porque emana de Dios.

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