La gaita colombiana como instrumento de viento, es lo mas representativo musicalmente de
la cultura indígena del caribe colombiano. A diferencia del acordeón que es algo mas general y actual dado que hace parte del vallenato, la gaita colombiana hace parte de algo más folclórico que es la cumbia tradicional y de otros ritmos como el porro y la puya, dando así una identidad única entre las culturas indígenas con un sonido agradable y alegre. Para empezar, la gaita colombiana es nombrada así por españoles, dada la similitud en su sonido con la gaita europea, aunque físicamente sean diferentes, dado que la europea está hecha con una bolsa que comúnmente es de piel de animal y se imprime aire a dos tubos que suenan, mientras que la colombiana es parecida a una flauta. También es llamada “el kuisi” y “tolo” en algunas comunidades nativas como Koguis, Arhuacos, Ika, Wiwa, Atánques, entre otros; todos ellos localizados en la Sierra Nevada de Santa Marta. Con respecto a su elaboración, la gaita es fabricada con materiales de la tierra a través de un proceso artesanal. El cuerpo de la gaita se hace a partir de tubos provenientes de diferentes tipos de cactus como el Cardón o la Pitahaya, entre otros. Su cabeza de color negro es fabricada con cera de abeja o abejorro combinada con carbón vegetal en polvo, para conseguir que la cera sea más resistente al calor. La embocadura por la cual se sopla la gaita para producir el sonido se hace a partir del cañón de una pluma de ave como el pato y la longitud total de la gaita puede medir entre 70cm y 80cm de largo. Cabe destacar que, la gaita tiene dos clases: la gaita hembra (kuisi bunsi) y la gaita macho (kuisi sigi), ambas con diferencias. La gaita hembra tiene cinco orificios y es la que proporciona la melodía. La gaita macho, por el contrario, tiene dos orificios y hace la función de acompañamiento, marcando el compás y el contrapunto con notas más graves. Al unir las dos, se halla su enigmático sonido y no hay quien al escucharlo se quede indiferente. En consecuencia, existen algunos grupos de música folclórica que tienen de instrumento principal la gaita colombiana, atravesando generaciones con sus trayectorias musicales. Este es el caso de Los Gaiteros de San Jacinto, nacen en bolívar en el caribe colombiano en el año 1930 y de Paíto y los Gaiteros de Punta Brava que desde entonces no solo han difundido el folclor de este instrumento en Colombia sino también en diferentes lugares del mundo como Asia y Europa. Además, los grupos enigmáticos de la gaita colombiana como los anteriores nombrados, inspiran a nuevos músicos llevando la gaita a otro nivel con mezclas y experimentos, asi lo hace la agrupación Bozá. Nace en el año 2008 en barranquilla con intención de juntar la música de gaita con otras músicas como el funk, jazz o el reggae, creando así un sonido de gaita urbano dando sonido intrépido y generando interés a otro tipo de audiencia. Del mismo modo, en el caribe colombiano es donde siguen surgiendo de forma natural el talento con este instrumento, no solo por tradición y cultura si no como escape a cualquier conflicto, ya que allí las condiciones de vida no son las mejores. Esto pone a la gaita colombiana y su música en un papel fundamental en la sociedad, sobre todo en la juventud permitiéndoles continuar con el folclor y autenticidad de esta región. Sin embargo, hay muchas festividades en donde participan muchos grupos de gaita. El festival nacional de gaitas francisco llirene en el municipio de Ovejas y surgen en el año 1985 con el objetivo de recatar la música folclórica reuniendo a los grupos de gaita de la región caribe. En san jacinto es celebrado el festival nacional autóctono de gaitas, asistiendo numerosos grupos musicales de gaita tanto profesionales como aficionados, acompañados con grupos de danza tradicional. Así pues, Las gaitas suenan a la raíz indígena de un pueblo lleno de tradición, junto con la importancia que ofrece al factor social que ocupa la música en la cultura popular, en las poblaciones del caribe colombiano y cómo no, su sonido poderoso y ancestral. Siendo así la gaita, el origen de algunas de las músicas folclóricas más importantes, evolucionando y haciéndola tan rica y digna de reconocimiento.