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¿Los lácteos son malos para

la salud?
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Esta es una consulta muy habitual y a la vez, bastante cuestionada. Es
que hay voces a favor y en contra sobre el consumo de leche y lácteos
en general una vez que hemos pasado la etapa de la lactancia cuando
somos bebés.

Algunos pueden decir que es la única forma de incorporar


calcio a nuestra dieta, pero por el otro lado, están lo que
afirman que no es preciso y que el ser humano es la única
especie que sigue consumiendo leche después del “des-
tete”. Conoce un poco más sobre ello en este artículo.

¿Es un mito que la leche es buena?


Desde que somos pequeños nos han metido esa idea en la cabeza:
bebe leche para crecer sano y fuerte. Si no comes quesos, tus huesos
estarán débiles. Si no consumes yogur, no te crecerán los dientes. Por
lo general solemos tener una visión muy positiva sobre
estos productos lácteos. Sin embargo, algunos médicos
están desmitificando esta idea.

Es que los lácteos son, básicamente como comer carne. Tienen los
mismos nutrientes, grasas, colesterol, proteínas y poca fibra. La dife-
rencia principal es que los lácteos causan enfermedades autoinmunes
y alergias, por ejemplo. La gente come sin culpa porque cree que son
buenos para su salud. Tanto la obesidad como los problemas cardía-
cos, la diabetes tipo 1 y 2 y las infecciones pueden ser producto del
consumo de lácteos.
Por otra parte, se relaciona a la leche y derivados con la obtención del
calcio, como si fuera la única fuente que podemos encontrar los
humanos para mantenernos saludables. Lo cierto es que si bien los
lácteos tienen proteínas y calcio, también se ha comprobado que son
la causa de la osteoporosis, porque lo que proporciona al cuerpo pro-
voca balances negativos no positivos en el organismo. Para resumir,
la leche tiene varios componentes que necesitas, pero no precisas la
leche para obtenerlos. La acelga, por ejemplo, tiene más cantidad de
calcio que la leche y la carne juntas.
Los lácteos y los niños
Durante la infancia, los padres “obligan” a sus hijos a que consuman
leche, yogur, cremas, quesos, etc. La mayoría de las calorías provie-
nen o de los lácteos o de las harinas blancas. Se piensa que los que
consumen lácteos tienen huesos fuertes, pero eso no es verdad, sino
todo lo contrario. Las campañas de publicidad y las costumbres nos
hacen creer ello.
El consumo de lácteos genera, según algunas investigaciones, enfer-
medades mamarias, genitourinarias, neurológicas, digestivas, autoin-
munes, alérgicas, de la piel, celular, oftalmológicas, reumáticas, en
las uñas, infecciosas, endócrinas y hematológicas.

También se sabe que la caseína, principal contenido de la leche


vacuna, promueve el desarrollo de las tres etapas del cáncer: inicia-
ción, promoción y progresión.

¿Qué hacer frente al consumo de lácteos?


Este artículo no trata de crear pánico en los lectores ni que dejen de
un día para el otro de consumir lácteos pensando que por ello van a
obtener
tener cáncer u otras enfermedades. Más que nada es para
información diferente a la que estamos acostumbrados a
leer o escuchar en los medios de comunicación. Nadie niega
que la leche es deliciosa y que se pueden hacer muchas recetas en
base a ella, pero puede haber un consumo más responsable o inter-
cambiar con otros alimentos para una dieta más equilibrada.
Hay muchas opciones para dejar de consumir lácteos, sin pasar a ser
vegano. La leche de almendras, de mijo o de amaranto son mucho
mejores para la salud que la leche de vaca, no tienen ningún aditivo,
se pueden consumir con cacao, café o té y son realmente muy delicio-
sas. Se preparan en minutos y son una excelente alternativa para los
lácteos que te venden en las tiendas. A su vez, se pueden hacer quesos
de tofu o de seitán.

Ten en cuenta que hay muchas verduras que ofrecen calcio a monto-
nes, más que la carne o los lácteos. Ya hemos dicho la acelga, pero
todos los vegetales de hoja verde ofrecen una buena cantidad de este
nutriente. Y lo que es mejor, es un calcio de excelente calidad, que no
produce efectos secundarios en nuestra salud.

Si tienes niños, puedes ir intercalando la ingesta de lácteos compra-


dos con otros hechos por ti. Hay miles de recetas posibles para que
tus pequeños (y tu también) se alimenten de manera más sabia.
Imágenes cortesía de Amanda Slater, Liz West, James Rintamaki,
Stormz, US Department of agriculuture, Tetra Pak.

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