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En una estructura isostática, como puede ser una viga biapoyada, es
irrelevante la rigidez de los apoyos. Por ejemplo, calculamos una viga
biapoyada de 5 m de luz y 10 kN/m de carga uniforme. Hemos
introducido un perfil de concreto 30×30, pero es irrelevante porque la
sección es igual y porque desactivamos el peso propio de la viga.
En el caso A tenemos apoyos articulados, con desplazamiento nulo y giro
libre.
En el caso B hacemos los apoyos elásticos en dirección Z, con k=100000
kN/m.
Aunque hay un ligero descenso de los apoyos, igual en ambos, el
momento flector y las reacciones en los apoyos no varían.
En el caso C hacemos que el desplazamiento de ambos extremos se
elástico, pero un con k=100000 kN/m y otro con k=200000 kN/m, es decir,
el doble. Aunque varía la deformada porque un apoyo desciende más que
otro, los momentos flectores y las reacciones en los apoyos se mantienen.
Podemos ver que la suma de las reacciones es igual en los tres casos:
D 18,766+62,468+18,766=100 kN
E 18,885+62,230+18,885=100 kN
F 18,800+62,400+18,800=100 kN
No podía ser de otra manera, los 100 kN que suman las tres reacciones
son exactamente los 10 kN/m de carga lineal aplicada en los 10 m de
longitud de la viga.
La conclusión es que la rigidez de los apoyos no afecta a las reacciones y
los esfuerzos de la viga isostática, pero sí afecta en el caso de la viga
hiperestática. En estos ejemplos la variación es escasa, por eso en la
mayoría de los edificios es asumible suponer apoyos fijos.
Ahora bien, si por la razón que sea el apoyo central tiene muy poca rigidez,
el gráfico de flectores puede variar de manera considerable. En casos
extremos podrían desaparecer los negativos en apoyos. En los siguientes
ejemplos se ha reducido la rigidez del apoyo central a k=20000 kN/m y
k=2000 kN/m.