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Introduccion al Conocimiento de la Sociedad yel Estado — _ Catedra: Cicogn’s * MODULOII Primer Cuatrimestre 2018 Universidad de Buenos Aires - Ciclo Basico Comun EZEQUIEL ADAMOVSKY Historia de las clases . populares en la Argentina Desde 1880 hasta 2003 Los inmigrantes y el mito del “crisol de razas” Aunque el 75% de los inmigrantes fueron’ de origen espa- ol o italiano, también Hegaron briténicos, alemanes, france- ses, judios de Europa del Este, sirio-libaneses y otras nacio- nalidades.Y no sélo venian de ultyamar: los nacidos en paises limftrofes siempre constituyeron entre un 2 y un 3% de la poblacién argentina. La gran mayoria de los que legaron fue~ ron de origen social modesto. Muchos de ellos‘eran de zonas rurales pobres y habjan abandonado sus paises por falta de ~ oportunidades laborales. La mayoria eran hombres’ de entre 20 y 40 afios (por cada 10 mujeres llegaban 22 varones). Mu- chos venian con la idea de quedarse; otros, con la intencién de ahorrar algo de dinero'y volverse luego a sus paises. Poco de la mitad de los que legaron se radicaron definitivamense. La gran mayoria terminé viviendo en ciudades. Aunque b mayor parte del.comercio y la naciente indasiria quedsron en manos de inmigrantes, ellos también nutriemi la-chase e- bajadora. Todavia en 147 el 20% de los obreros-urbancs exa extranjero, El impacto que tuvieron fae distinto segim la zon del pais. Hacia 1914 constirufan un altisimo porcentaje de Iz poblacién, cercano a la mitad, en la Capimal y en San Fee areas ‘mis favorecidas por el modelo agroexportador puesto en marcha por l dice. También tenian un peso enorme en Mendoza y en algunes sertitorios poco poblados como La Pamps y Santa Craz. Us poco menor, entre 12 y 20%, era su spore en zonas come Cérdoba o Entre Rios y apenas del 2% 98 cc menos favorecicss, como Catamarca 0 La Rioja (Cees, indios y mescizos “incultos”, inmigrantes viejos y weexe auc hablaban decenas de Jenguas distintas... La pobla- ‘Gsm = inbia vuclto més heterogénea que munca. Para asegu- sare orien, las élites necesitaban homogenizar de alguna ma- ‘per eis masa informe, Con. ese-fin, se difuandis por la época - dél Centenario uno de los grandes mitos de la historia angen- nacel delcxisol de-razas!". La imagen sageria que todos los _ grupos émicos que habitabar la Argentina, viejos y nuevos, se habian ja fasionado y habian generado una ‘raznargentina” ghomogéneds Esta idea no ponfa fin al agresivo racismo del siglo XIX, que por el contrario continué de manera velads Es que la idea del crisob incluia una,jerarguie- racial oculta. Se argumentaba que todas las “razas” se habian findido en una sob, pero al mismo cexpo se sostenia que esa fusi6n habia dado como msultade una nueva que era blanca-curopea. Sea smimimizande be preseaxis inicial de los mestizos, negros, mu- Jieas 0 indios, sea afirmando que todos ellos habian desapa- secido imndados or ls inmigracién, se daba 2 entender-que dzeeurine ex blanco-europeo.La creencia muy difandida cme “los argentinos descienden de-los barcos' se volviss ‘smmcnces parte de un sentido-comin que; sin embargo, no: sepa i alia demopritica: esos gendsicoscientes weweimon que mis del 50% de-lz poblatién cma tiene-sangre indigena corriendo por sus venas y que cerca del*l0% cuenta con ancestros de origen africano. La discriminacin o invisibilizacién de los argentinos no blancos en el plano de las ideas se combiné con otras en sen- tido similar en el plano de la economia. Como Ja mayor pare de la riqueza se concentré en las ciudadts y en specu = Buenos Aires y el Litoral (que eran las zonas = k= cue kes descendientes de europeos tenian mis presenc. ¥ amc ix que tenian las habilidades més requeridas por ed ssexcado ¥ & interés por aprovecharlas eran también los de ong: ==ore= fueron Jos mas blancos los que tendieron a benefciarse de kes nuevas oportunidades de progreso. No existen estadisticas que distingan color de piel, pero las que tienen en cuenta el Ingar de nacimiento pueden. darnos un indicio indirecto: de cada 100 habitantes de origen: popular-en 1895, 31. de los-que eran inmigrantes habian ascendido a los sectores medios, mientras que’sélo 10. de los nativos de la Argentina habian tenido la misma suerte (y debe tenerse-en cuenta que los hijos de inmi- grantes ya figuraban en los censos como: “natives”, de modo que los propiamente “criollos” que lograroni ascender deben ‘haber sido muchos menos). Juan Bialet-Massé,en.su_célebre informe sobre la condicién de los obreros publicado en 1904. criticé fixertemente el prejuicio extendido enmre kes empl dores de entonces tegiin el cuat los “hijos del pas” san peo trabajadores que los inmigrantes. Esta discrimi motes algunas expresiones.de hostilidad popalar comms Sos === egados. Si bien las reacciones xenéfobas de gam sxaka me fueron habituales, no faltaron los conflictos de bois intensida. Los-prejuicios anticriollos también estaban exmacidos ex 2 {os inmigrantes, que solian mirar por encima del hombro a los que no eran suficientemente europeos. & Como en un circulo vicioso, el hecho de que les fuera peor écondmicamente a los de pieles mis oscuras y 2 los de zomas menos urbanizadas del interior parecta confirmar el prejicio segan el cual eran personas “inferiores” y poco apeas pars iz ‘civilizacién. Y como los empleadores tenian ese prejuicio, at zelegir personal para los mejores puestos terldian a preferir a Hos de piel blanca. ¥ como nadie queria sultir-esa discrimi- Eaacién, es probable que incluso: las personas de-color de piel ~’dudoso”, pero que podian pasar por blancos, discriminaran '@ su vez a los mis morenos, como para diferenciarse de ellos lp mis posible. Aunque no: hay estudios que tengan en. cuenta, ih importancia del color de piel a la hora de elegir pareja, los jonibles sugieren’ que; contrariamente al mito. del -de:razas”, los. inmigrantes-europeospreferfarl.chsarse otros europeos o susidescendientes (aunque to fueran-de surmismnd procedeficia) antesique:con:criollos:« ‘~ (Ba,desiguabtadt''racializada'" se hizo-entonces omnipresen- texipor todos:lados las diferencias sociales se’ superponfan con diferenciasideseolor de piel, un rasgo de la sociedad argencin= que se reprodujo generacién tras generacién y hoy sigue es- tando presente. Sin embargo, rara vez en la historia nacicesl se-reconocié: esta forma de desigualdad como una injusticia. “La ideologia oficial sostenia el’mito del “crisol-de razas” y los descendientes de europeos no tenfan ningiin interés en contradecitlo. Para os més miorenos, que eramlos timicos alos que les hubiera coiwenido hacetlo,résultaba| extremadamente dificd, Bs que el mito del crisol no exchiia dela pertenencia *” 3 2 ls nacién a las personas que no eran “como, corresponde” desde el punto de vista émico. Mis bien, las fGreaba a “disic mular” o dejar de lado cualquier marca de su origen diverso, como condicién para participar en le vida nacional. Un per- manente “patrullaje-cultmal” fimcionS desde enronces part borrar cualquier presencia que pects sero amenazar la consistencia de esa imagen de una 2=zexina blnc> europea. Tal patrullaje no estnvo silo en sax Se Eaacix mediante Ja intimidaci6n, las burlas, la disoesinc c socesn bi violencia, también los habitames commes paiceare 22 & Los aftaargentinos se vuelven invisibles Como consecuencia de esa presién, de hecho, Ia comu- nidad affoportefia pronto se volveria invisible. Uninet muy extendida supone que los negros, que hasta entonces eran muy numeroses, ‘desaparecieron”.en Buenos Ainsséomo consecuencia de.su participacién como. carme:de-cadsémeh la Guerniidel Paraguay (18641870) y de le epidemia-de-fiebre amazilla que los.dieomé en 1871. Por esuies Silsocaunue muchos perecieron por zmies canses, ena décads-de-188i Comnnidad affoporteia mda somai-xmess ice personas Petiédicos propios, animaban dives asecSaciones mutuales, educativas y de esparcimiento y se deEwSan vignmsimente de las formas de discriminacién que satan Sia embargo, ¢! creciente “patrullaje culmmal” y Ja presiin para impone’ Je idea de una nacién blanca-curopea afcmeon peofmndamente Seer eee eee +a vida comunitaria, Desde fines de la década de 1870 se desa~ 6 un fuerte debate entre sus principales referentes. Para todos jtllos estaba claro que los negros debian participar de la nacién que se estaba construyendo y de las oportunidades de progre- flo-social, que se abrian. Pero jc6mo integrarse? {Habia que hacerlo reivindicindose:como un grupo diferente y particular por su color y su cultura, aunque con el mismo derecho que iugualquier ot a ser recomocido como. parte de Iz nacién? por: eb contrario: conventa:dejar'de lado: cualquier dife- iacion para exigir como individuos, en. cambio, los mismos derechos ciudadanos que la ley aseguraba a’todos los demas? ‘Batsespuesta: nov era sencilla, La primera postura significaba x planteando. El-riesgo era inmenso; ya que-conllevaba la posibilidd de ‘perder los vinculos:politicos que la coleetividad foo: tenia :com personas de ia.clase-alta, fundamentales para sProtegerse.cuarido eran. agredidos. Ademis, plantarse como Sune “raza" aparte-podia complicar las-relaciones con los otros ‘pobres que poblaban: la ciudad; los inmigrantes, com. los. que sténian un trato.cotidiano. y. muy cereano. Por ot0'lado, ya Que-la ley argentina no hacia-diferencias de color gpara qué plantearlas desde la propia comunidad? No se volveria eso en contra de:los:propios negros? -iBin este: debate:terminardn’:predominande las:que-propo ‘ning ke asimnilacibee Desde las péginas de varios de los perié- dicos affopostetios los principales-referentes, de la comunidad insistieron. para: que Jos negros adoptaran. las pautas de con ducta y la cultura consideradas'*civilizadas”, burlindose y cri- ticando severamente alos.que novestaban a la altura del desafio. ~ 35 La colectividad debia “regenerarse” y abrazar la “modernidad” y el espirita de progreso: ese era el llamado de la hora, Todo lo que remitiera a la herencia afticana debia ser abandonado: ya no habia lugar para las antiguas hermandades de “naciones” y para las celebraciones tradicionales. La vestimenta debia estar 2 tono con las modas generales y los modales debian refinarse. En lugar del candombe, exigian que sdlo se bailzran y tocaran misicas de origen curopeo, come tikes. pakcss y mamurcas. Los tambores debian reemplazane porssseramentos mis “res- petables”, como las guitarras, vicwions © clarinezes. Asi, luego de,1880; buscando ¢ cunino mis conveniente para asegurar el bienestar de Jos sayos, los principales-refe- rentes aftoportefios terminaron.famcionando como::canales de: difasiém de-los mandatos de la- lite: y colaborande:-ellos miismos:en-el'patrallajeiéultarakRenegar de la “raza, hacer quel color se olvide, disinmlar todo rasgo:particulaiifara ser aceptados en la nacién: ese era el.camino que parecia-el mis conveniente'y buena parte de la comunidad afroportefia:lo abrazé en estos afios (especialmente los que por su piel menos oscura 0: por su' condicién econémiea podian aprovecharlo mejor). Los referentes de,la propia colectividad colaboraron asi activamente en el proceso que los terminé invisibilizando, Algunos se resistieron: en su moxnento se hicieron oir pro- testas. contra la direcci6n que estabs asamiendo la vida comm nitaria ¢ incluso hubo ataques 2 pexicadss contra los negros que se atrevian a usar galeras m come wemndas tipicas del vestir de los blancos. Hoy sabemos que smacks familias consetirat ron emsprivado durante décadas, casi chmdestinamente, alfa inasiprcticas religiosas o-culturales de maix afficana. Pero-'como tito sdlo era posible fuera de la vista ptiblica, para comienzos ‘del muevo siglo se volvié algo de sentido comin afirmar que JtsrAsgentina ya fo habia negros. $e De esee moda, las transformacionet que impulsé la élite no ‘tic modificaron profiandamente el aspecto demogrifico. de ‘“hepobhacién y bs relaciones entre los diversos grupos étnicos, ‘ano cambién Ia visibilidad que cada uno tenia. BIBLIOTECA ARGENTINA DE HISTORIA Y POLITICA Goleceidn dirigida por Pablo Costantini Hiroshi Matsushita MOVIMIENTO OBRERO ARGENTINO 1930 - 1945 SUS PROYECCIONES EN LOS -ORIGENES DEL PERONISMO I led Smee Quy Ye USO 6 th, Kenworthy, “The Functon 9p. eit, pags 26-7. 1 mach 8 * rae nemae ee Sis eae SA alt ap Unk Wea te a pment eae CE cue aeunm tance sn a ec 1 en CAPITULO 1 TENDENCIAS [DEOLOGICAS DEL MOVIMIENTO: ‘OBRERO ANTES DE 1930 Surgimiento de los sindieatos A partir de mediados del siglo XIX, Argentina entré:en una nueva etapa de su desarrollo econdmico en base 1 Ix produccién y exporte- cidn de productos agropecusrics, etaps que se prolongd hasta 1900 y que cof aclerto Aldo Ferrer ha ciracternado come “i economia primaria expgrtadon”’ Frécticamente durante todo-ese-porfodo, el desarrollo ecsnémico se bastba en diversos fictores de orden internacional y. factores tices 'y econémicos de arden nacional. Como factor politico se esto, esablidad politica de que sl pis yoaaba durante exe perfodo. Entre los factores econémicos merece: ser: destacado el arribo de niumerosos contingentes de extranjeros come’ mano de obra abundgnte y la radicacién de capitales extranjeros. Estos dos factores euya pressnciu ya se notaba en-lrdécada de. 1860 adquirieron gran importancia a partir de 1880. En ‘cuanto a los inmigrantes extranjeros, el saldo. inmigratorio registrado en el pats ‘scilaba entre 10.000 y' 60.000. en Ia ‘de 1870, ascendiendo sibitamente d+ 20.000 « 220.000 en la década de 1880.1 ‘Segin el censo de 1914, los extranjeros representaben casi el 20 % del total de le poblaciin, duplicando el.ms alto porosntaje registrado por ‘los Estados Unidos de Américu. Se tiene asf, como: lo sefialn Arthir P. Whitaker, qie “En proporcida con la poblaciéa, tx Ar- gentina ha recibido més iamigrantes permanentes que cualquier otro ‘puis del mundo”. Una parte considerable de esos extrunjeros se dirigieron. al campo, contribuyendo al desarrollo agropecuario del pais. a En cuanto a los capitales extranjeros, principalmente ius de ongen inglés. aumentaron también el volumen en la década de 1890, A Bes de ese wiv, el monto total de los capitales ingleses inverticos en el puis alcanzaba solamente a 20 millones de bras esterinas. Pero diez os rais tarde, e! monto Begs 2 157 millones de libras y 2.3577 millones a Bnes de 1913. Los zubros principales de esas inversions cal imo ato eran ferrocaries (que representaban ef BD % el toi), bonos piblicos, actividades agropecuarias, organizacines f- rancieras y Eigorficos, entre coms ‘Como fo revela esa distribucién, los capitaies ingleses ‘estaber, cestmade: 2 10s sectores directa 0 indirectamente vinculados con 's acuvidad agropecuaria, de modo preferente, Este desarrollo econdmico oneatsdo al famento del sector agrope- cuario, acentuado a partir de 1850, no Sivorecié al sector industrial, ero inci favorablemente ex ef desarrollo de ln actividad industria Vinculada con el sector agropecuario y otras industrias destinadas.a satisfacer ls demanda local, Asi, segtin el censo de 1895, existian en el pais mis de 23.000 establecimientos industriales —vestido y tocador, constraccién, metales, muebles, alimentos, grifices, etc.— en los cuales estaban ocupadas 170.000 personas.* Reflejando este desarrolle industrial, aunque precario e incipiente, las siltimas décadas del siglo pasado vieron surgir en la capital una cantidad considerable de sindicatos y luchas sindicales. Por ejemplo, la Unigm Tipogrifica, creada en 1877 en base ala Sociedad Bonaerense, una de las entidades obreras més viejas del pals coos 'Stuida en 1857, levé a cabo ia primers huelga importante en el pals al fio siguiente.* En la década siguiente, fueron constituidas a Uniin Obreros Pana- deros, Sociedad de Obreros Molineros (ambas en 1881), ia Union Oficiales Yeseros (1882), Sociedad Obreros Tapiceros, Sociedad de Mayorales y Cocheros devTranvias (ambas en 1883). ‘Aunque estos gremios eran bisicamente de ayuda mutua, paco a poco aparecieron los gremios con fines de lucha, tales como la Socte- dad de Resistencia de Obreros Marmoleros (1883) y Sociedad de Obreros Panaderos (1885). En 1887. los conductores y foguistas fe- rovlarios organizaron La Fraternidad con foes principaimente de ayuda mutua Las huelgas también se registraban en forma creciente en las [times décadas del sigh, Mient=s ex 1887 bubo uma sols hoes é 5 zapateros, 1896 registrd 26 Buelgas, siendo sus protagonistas, Bdeeros. curtidores, bronceros, madererus. etc." 2 medida que crecia te actividad sindical, so realiaron varia anti baa Wins gua one shor en BOL foe see ellerackin de Trabajleres de s Region Argentina (F-T.R.A), como te peimert aentrd del pas, En 190] se cred la Fadcrcin Obrers Argentina (F.O.A.), que cambié su aombre en 1904 por la Federa- [Bh Obrers Regimal ‘rgentina (0.8.40, ls cual so convertiia en Gna de ls oonbes nhs importantes on ls primers decals de este "das estas actividades « nivel de los nnn» de econ cbrera estuvieron principalmente & cargo de obreras txtranjeron. Ya Se dijo que los inmigrntes Gesempenaron tn B5pel pore desarrollo de la econornia agropectara, pero s destacaron chal secon intl Segin dean de i goer rine, 1 85 % de los propietarios eran extranjeras y lo eran también los tercios de las ‘personas ocupadas."" En especial entre los obreros manuales, cl porcentaje de los extranjeros en la ciudad de Buenas Aires era excesivamente alto, legando a un 84,2 %." El alto porcen- taje de extrinjeros entre los obreros de la capital fue una earacte- ristie descollante en el primer momento del saovimiento obrero fentino, 7 sigus siéadolo hasta bien entrada fa decid de 1800. Te nba por const. ques elo bro Tyan sido tw buena medida, una Teproducabn de sur corres Ponriovtcs auropeas, En tres termlace «poser dol gro prewar incipiente del desarrollo industrial del pals, Argentina fue siempre receptora de_tas ideologias obreras mis avanzadas de Europa. El Wesfasaje entre tales ideologias y la realidad nacional se convirtio en ‘uno de los problemas con los que los dirigentes obreros y los ideglo- gos de izquierda tenfan que enfrentarse constantemente, Nuestro Ibteres radiea en la evolucsin deoligiea del movimiento obrero en ol periodo 1930-45, por lo cual examinaremos brevemente las corrientes doolégicas de mayer gravitaciéa en el movimiento abrero argentino-y dus aleances en el periodo anterior a 1990. Anarquismo Una de: las prit s corrientes que influyé en el movimiento bree stgpntila os periods ited eel aacqao,rrocso al pais hacin 1870. Se difundié principelmente entre los obreros de las sociedades de resistencia en las tltimas dos décadas del siglo pasido a través de la propaganda que realiaban destacdor ana 2 quistas europens, como Enrico Malatesta y Pietro Gori, quienes estuvicron en el puts durante 1885-89 y 1898-1902, respectivamen. te-'* Aungue habla diversas tendeneias dentro del anarquisme y se observa clerta diferencia ain entre Malatesta y Cori" el anarquisme que se difundis « fines de siglo tenia ciertas curacteristicas Randa. mentales. La primera era ss acento en la accidn colectiva antes que en la individual, tendencia que predominaba en el anarquismo, sprosima. damente hasta 1890." La accién colectiva implieaha la’ accion. del sindicato 0 de las crgsngaciones obreras o en otros términos, el anarquismo de aque epoca reconocia “la nevesidad que ewe el Prgletarade de orgasizarse para combatir con éxito a la clase expt lista”. Es por esta raza que Jos anarquistas se dedicaron con mucho gentusiasmo a la tarea de organizar los sindicatos, eneuadrandose el anarquismo de entonces en el anarco-sindicalismo, ‘La segunda caracteristica era su preferencia por la accién directa, con especial énfisis en Is huelga general como el método de lacha ands eficaz, rechazarido absolutamente la lucha parlamentaria. Para fos anarquistas, “la buelga general a través de los sindicatos es ol ‘nico medio’para derribar a fa burguesia”. La F.O.A.. por su parte, en el congreso cofstituyente realizado en 1901, reconocis ofeisimen tela huelga general como “base suprema de la lucha econémica”* ‘Como tervers caracteristica encontramos 1 oposicica al partido: politico o sea su denominado “antipoliticismo”, Al respecto. el IV gongreso de Ja F.0.4., celebrado ‘en 1904, declaraba lo siguiente: _ iets organizacita, puramente econdmica, e dina y puesta @ |e de todos los partidos politicos burgueses y politics obreroe, puesto ue asf como ellos se organizan para la conquista del poder politico, ‘osotros nos organizamos para que los Estados politicos y juridicos sctualmente existentes, queden reducidot a finciones puramente ‘econémicas™ (subrayado nuestro). La cnarta caracteristica era su internacionalisino marcado. El V congreso de la F.O.R.A. realizade en 1905 —el cambio de nombre se habia en el congreso anterior— declarabe su internaciona- lismo sefulando que “las fronteras que separan a los pueblos no licen razém de ser para los que no reconocen otra patria que el mundo entero, pura lor que no ven en lor hombres nacidos em o&08 paises, enemigos, simo a ‘La quinta caractecistics era su intencién de dir un contenide u stolen‘ movinionto obra Prohs de lo cy ae ca ae eee gio WE Orth Schama prinsga Hosen emo Jos de} scoanuanke gore nico” que ae ‘una norma de hichs Se nctied tod ka ater . Se ee spiye ca te sea apes rst lima dod del siglo pasado y la primera del actual. S¢ puede afirmar con certeaa que ntina era el pais sudamericano donde el anarquismp fue mas Serie delle oapenre a se tainy Cag poe oe ll taneia e influencia, = habida cuenta del arraigo popular de que gozaba “1S gotble sin del aagulsmo sepia on pce pr esfuerzmi de algunos anarquistas europeos tales como Malatesta, Gori, é Frat y Antonio Pellicer Paraire,* pero algunas condiciones vee eintey dt Mgmnt dan cucu ‘arbien df eon men Gn primer término, debe destacarse el hecho de que la inmensa mayoria de los inmigrantes, que eran los componentes mis numero- sos de los obreros, provenisn de Italia y Espatia,* donde habian sido ya inlluidos por el anarquismo, En segundo lugar, la sitvacién en que Se encontraban los obreros inmigrantes no era tan promisoria como Jo prometfan las compaiias de inmigracién. En especial después de la crisis de 1890 y el ciclo econdmico fevesivo, muchos iamigrantes se ‘prod condenados a una situaciéo miserable, sintiéndose atraidos por sprédica emotive del snarquismo.™ TE Be teres lugar lor inmigante etabansurgindos de a poltca, ‘ya .que carecian del derecho de voto mientras no se racionalizaran, "Por consiguiente, el tinico recurso del que: podian valerse los-in- migrantes extranjeros era la accién directs propugnada por los amar~ ‘quistas. En cuanto a su marginalidad politica, la misma suerie-coreian 1NO- pocos obreros nativos, ya que mediante el fraude electoral su 'paicipacién politica estaba severamente limitada.® Si los obreros ‘argentings compartian la miseria y marginalidad politica de los ex- tranjeros, se’ puede suponer que una parte de los obreros-nativos ‘figron también atraidos por el anarquisinoi™ “En cuarto lugar, el desarrollo precario de la industria nacional, Garacterizada por la preeminencia de! sector artesunal, favorecié i. e#tensién del anarquismo. Por lo general, el anarquismo tendia a trier mas gente entre los obreros del sector artesanal y otros donde las tareas eran poco diferenciadas como se veri més adelante, que Pa entre lus industriales. Bn tal sentido, la Argentina de fines del si pasado offecin un escenario apropiado para la difesion del enarquis. mo, va que hacia 1885, los talleres artesanales representabun el 60 % de ids establecimientos industriales y el 59 4 de las personas ocapa. das en i Indra” : or Ia accidn conjunta de tales fctores. ef anarquisme logré ad’ guirr una inflweneia de tal magnitud que el gobierno remsaoey pea frenar se expansiin. La Ley de Residencia (ley 4.144), suncionadia en 1902 y Ja Ley de Defensa Social ley 7.029) de 1910, fueron ins- trumentos legsle: formulados con tal propiisito.» La’ persecucién gubernamentat asi entablada sirvié para frenar el desarrollo de ana. guisino y reduc su fuer. 4 ello debe agregase que la ley electoral le 1912 elismind en buena medida la marginalidad de los obreros natives, lo cual mesiié tambien en la decadencia del anarquisma, ash como el paulatino desarrollo industrial.» Por ese motivo, en lr década de 1920 se registré sina notable disminucion de los msociadox anar. uistas:* Socialismo : Cuando el anarquisino reclutaba adeptos en el pais durant’ las lias cad el sig patado » In primera de ete sig, i idol fa que se eri fea dl disputande la hegemonia del movin Shere, ors soli “m a El primer intento de difimdir ei socialismo en forma orginica fue el Vorwarts fandado'en 1882 por los inmigrantes alemanes con el pro- posito de difundir los deales de la democracia socialist alemana en la Argentina. Sin embargo, el Vorwirts no consiguié sus abjetvos, Tegando a tener una influencia solamente entre los miembros de ls colectividad alemana = Podemos afirmar que el socialismo recién comenzé a tener in- luencia en el movimiento obrero después de la fundacién del Partido Sootalista (originariamente denominado Partido Socalista Obrero Ar- entino) en 1896 por iniciativa de’ Juan B. Justo ‘Aunque no extraremos en un andlisis pormenorizado de tas ideas de Justo, conviene sefialar que e! fandador del Partido Socialista xe ‘encontraba infinenciado por el socialismo revisionista aleman de Eduardo Bernstein, quien bregaba por la lucha poltica a través de la democracia Es otros terns, Joso procure rea ar el sme en ke Argentina dentro del marco del sistema par- % 4 lamentario, de donde nacia st erftiéa ale buelea general. Para Just, ‘si bien en determinadas circunstancias la huelga general desarrolla robustece en la clase tabsjidora la conciencia de sv fuerza y sh solidaridad. cio dejaba de ser una agitacion coereitiva, destractiva y 2 veces sangrienta”.> Estas ideas evidentemente opuestas a las,anarquistas se reflejaban en Ia actitud del Partido Socialista, que recongeia la efieacia del use de los derechos politicos y el suffagio par preparar la fuerza del proletariado organizado en su declaracién de principios aprobadia en 1896. En cwanto « ls huelga general, el pastido bisicamente se oponia a ella, en especial a las huelgas provocadas con Snes de Derurhacién del onen. Ya en 1900 el Vartido decaraba qe “no Drestari su apoyo a las huelgas que se declaren, siempre que fociodaces jue lt inisien no estén en condioones de afontaras” = dos afios después deploraba las actitudes de algunos gremsios «que bbabtan acudido a la huelga general iniciada por los anarquistas comma protesta a ls Ley de Residencia * No sélo con respecto a la ncoién politica y 2 i huelig general, sino también en torno al papel de! Estado hubo ciertas discrepancias entre el anarquismo y el Partido Socialists. Mientras el primero queria tminimizar su fincign, «) Partido Soctalista proponia sumentarla, en especial'con respecto al problema gremial.™ Por otra parte, el Partido Socialista, en contraste con el anarquitmo que negaha el valor de Ins fronteras entée los paises, reconocia el significado del patriotism, ie por cierto fue moderado. Como sefalaba Justo, “creemos tener ei patriotismo nis sano y mis inteligente, patriotismo que concuerda ‘evicaments com noasrs ialesnteraconat~ Esto ig ‘ca que para Justo y los principales dirigentes socialistas, el 3° ‘oy elintermacionalismo eran perfecamente compatibles, de donde “Barique Dickmann sostenia que “ao hay ningiin antagonismo entre In “bandera azul y blanca, simbolo de la soberania politica de la nacién y ls bandera roja, simbolo de lus reivindicaciones humanas del pro- JJetariado universal, simbolo internacional de paz y de trabajo”. Con respecto al patriotismo debe destacarse también que el Part- do Socialista inchaba por la nacionalizacin de los extranjeros, ya que _segiin Adolfo Dickmann en su discurso de 1915, “dejar alejados de Ia ‘Ecos piblics a tres millones de extranjeros que tienen en sus manos la ‘gmayor parte de la riqueza del suelo y de Ja producetin y del comer- elo” era “el verdadero peligro contra-la nacionalidad”.** e : Las enaniaasonnsobreras acts al Prado seg on bastante ‘sproninucion asas lineas tazudis por ly direscon pamdon te Unidn General de Trabajadores (UC T.), crea en 1000 por los srennios socalistas que se hubian separaly de ls 0.4, eo operon 4 su direceiiu anurquista declaraba en el congress consttonne en Posividn contraria ala huelga general con Snes de violence gee ‘endabv clse trabajors Suc “indepen ten ence FD” gremial los vbreros “se preacupen de ls cha poli ¢ Goanunie leyes protectoras del trabajo, dando sus votos a los partides que tienen eu sus programas reformas coneretay r= pro oe edebaes obrera” Fn resumen, la aprecucion de "Woe poise soPeactn on los parts poliee. cone anezintedespecsio. hacia la acetin directa. fueren las msgos es cs socialists, ae Sin exbargo, esta postura tan opiesta a! conseguir muchos adherentes al principio de ee predominabu la influeneia anarquista. y 94 en 1806 le direston ae ia E.G. foe eopads por una neve corients Hamada sndealste que Drinepio poseia muchos elementos comune: con unanqaiane como se vert mis adelante. — Perdiendo su indueneia en las dos centrales obreras —la F,0.R.A. anarguista y la U.G.T. sindicaliser algunos sociisas roeorteen crear tna Aueva central socialist, pero ests opinion fe mehr 9 el congreso socialisa en 1906, isponiéndase la ka de meantores a neutralidad del partido en materia gremial Dads lies ae tu influencia, el Partido Socialsta apts por coopers con ae neve tendencias sin intentar imponer su propio ceitere al nova, ‘brero, eriterio que eristali en una resdluaion del compen uanic en julio de 118'en Avellaneda. Esta resovoon de tvelaned, que pronto se conviri en una norma Bisa pars reir la relaciores bel Fartide con el movimiento abrera, consistin en dos princpice, El Brimero se releriau i neceskad de munteoer “ane pric je mirss y una Constante armonia" entre el Purtide y ks orpenione nes obreras, ya que el Partido Socialists era b dase Cohejolons politicumente organizada”. El segwado principio, op canbe ot fuabu la Independencia entre las dos , 0 se, "pare que la eficacia de le uceién reeiproca sea mayor, las Segasicabees ne daben hestilzarse ni tampoco confindise, sence ceavenente jee ermunezcan independientes unas de otas pars i mejor sche entro de sus respectivas esferas”, Con tl eres de br nderecdlnn 8 cia, ol Partido aconsejabua sus ufliades que se apusieran ala campaa electoral eo el grec. ‘Obviamente, los dex principe eran contrudctorios, ya que sie Partide insistin en a waded de mira, ello sgnifiabs imponer su eriterio al gremio, lo cual condicionaris cl comportamiento de éste, violando ef principio de independencia del movimiento abrero. De modo que pese 2 haberse aprobulo la sevolgesén de Avellaneda, habian quedado opiniones diversas dentro def Partido relaivas a b, relaciéy entre aquel y los gremios or lo general, el alt iaquierda del Purtida tends a enfitizar Ya relucién estrechu' entre el Partido y el movimiento obrere, y el al derecha, en cambio, se inclinaba a respetar ls independencia mutus, De tal manera, cuando fe creado ol Partido Socialista Independien 16, luego de la eseisién interna del Partido Socialista en 1927, el nuevo partido legs a negar la unidad de miras dal Partido y del movimiento obrero, declurando que “Ios seatimientas religiosos, las ideas politicas, y las convicciones Bilosificas no corresponden a-la organizackin sindical”* (el subrayado es nuestro) ‘Aunque aci no entramos en detalle acerea de la lucha interna del Partido relativa a la relacién entre el Partido y el movimiento obrero, ‘en la dévada del. 1990 el partido en general tendia a enfatizar el principio de la independencia entre los dos. No debe sin embargo ‘alvdarse que el princpo de Independencia wae el moviniets ‘obreroyy ef partido socialsta consagrado en el congreso de Avellaneda 2p significabe el alejamiento completo del Partido respecto del. mo- ‘iimiento obrero: Después del congreso reunido en Sin Nicolés en 19, para. mantener cierta relacién can el aiovimlenta obrero el jEartido creé una organizacién Iamada Comisién Socialist de" tn- formecion Crema (C-S.LG.), ew misin exencahmente consiia [en “orientar las ideas y unificar la aceidn de los uliados socialistas que ian en el movimiento sindical”~ Lo importante de destacar et ‘esta Comisién también actuaba en la désada de 1920 dentro del ineipio de independencia del movimiento obrero, respetando su faatonomia y evitando la intromisién partidists ene) mismo’ como Eregla general.“ tS=Reipetando la autooomia sindical y, en parte, aprovechando el Evacio dejado por la declinacisn del anarquismo, el socalismo au- ménté-el mimero de seguidares en la década de 1920, La Confeders- Obrera Argentina (C.0.A.) creada-en 1926 por fniciativa de igentes obreros socialstas, tenia como sus principales szociodos @ Fo a Confruternidad Ferroviaria (compuesta por la Ustién Férroviaria —U.F.— y la Fraternidad), la Unién Obreros Gartadores. Sastres y ‘Costuras y Anexos. la Unién Obreros Curtidores y ta Unidiri Obreros Maniipals (U0. Mi Hai 109) sin lca de alsedo ‘pez, los socios de la U-F., La Fraternidad y la U.O.M. alearrzuban a 80.600. 12.000 y 8.000 respectivarmente.* Sindialieme La tercera corriente ideolépica inportante 25 2! movimiento obrero argentina fue el sindicalismo. mtradmeido hacia 1903 por tos Gisidentes socialists, tal como Jul 2 Araga desde Ear’ pot ‘endo sintetiarse sal so evoncla: “os sindcatge yao aero politico son el arma principal de la lucha proletaria”. Originariamen- fe en Europa, el sindicallemo aparecis tomo ana reaccita contre ky tendeneia reformist y parlamentara de fs partidos socalists ad judicandole al sindieato el rol revolucionario en la lucha obrera contra el régimen capitalista, y exaltando Ja huelga como el mais eficaz medio de Tacha Bajo erte aspect, el sindicaliemo tenfa mucho en comin con el anarquismo y a veces se denomrinaha sindicalismo revolucionario, Empero, importantes diferencias lo sepuraban, ene class apresine cid de ia accida politica, Mientras el anarquismo in despreciabe, el sindicalismo la reconvefa como un medio de conseguir las reivinidica- ciones, i sin que esto significara la subordinacién de las sindi- ‘ato a los paridor politicos. Come manifests ss Sepane de prea! ila ex 105, une de lr met de os india rs ‘it accién lucionaria proletariado por media de la subordinacién de i ain prlamentaa a lov inesccce de tte trabajadora, correspondiendo a ésta sefialar a sus mandatarios In conducta a seguir en los parlamentos burgueses”. O sea, los sindica- listas se negaban rotundamente a quedar subordinados 1 los partidos politicos. pero reconocieron testo valor en sctiviiad de ee paste dos o la parlamentaria, que servirian a los intereses de clase, tales como la Sancién de leyes socials. Sin embargo, esta spreciacis de has actividades parlamentarias estaba tun limitada que el érgano arriba citado adjudicaba al parlamento “Como tnico papel en el proceso revolucionario, funciones de critica y descrédito de ls instituciones politicas del régimen capitalista”." Ex otras términes, los sindicalis- tas no confiaban tantc cn el parlamento come los socialistas, pero 20 tumpoco scentaban el antipoliticismo del arargurismo, ssnmienda una postura intermedia entre amb tendencia De ello resnitaba que rente a la politica, los sindicalists tend prescindir de ella, o tortar au actitnd politicamente neutral, pero sceptando ciertas mejoras obreras realizadas por los particles poltt- os. sin perder kx antonomis de los sindicatos frente 2 aquellos. A pesar de que el sindicalismo ast concebido tra mis moderado que Snarquismc, el sindicalismo de principios del siglo actual, tendia hacia el anarquismo. reilejanelo posiblemente el anibiente politica de | epoca en un puis donde el sistema parlamentario no estaba arrai- ado, y exhibiendo una tendencia hacia la accién directa y violenta. | Asi_fenemos que los sindicalistas que coparaa la direccién de la Se re aa ese aa eas USiando'tn ese ato on call oe desta que la UG T deb soci ‘al proletariado “a capacitrse pars sleroere (la huelga general) no Teer Be iahtr cancels i hegementa eo a U.GT., ln sindicalistas I mantuvieron en le Confederacién Obrera Regional Argentina (C.O. 8. A.) ereada en 1908, en la que participaban no sélo Jos sindicalistas sino también algunos anarquistas y los socialistas. Aungne la C,0.R.A. se fusioné con la F.O.R.A. en 1914, los sindicalistas mantuvieron la begemonia en bb misma, de tal manera que el IX Congreso de la F.O. B.A. realizado al afto siguiente, declars ‘su. carécter sindicalista, aprpbando ae eeeesea el pelea ‘pronunciaba por la prescindencia politica, sino que que ee ee ae eee cee eame areas ee ‘cin de sistemas filoséficos ni ideologias determinadas”.™ a Cuadfo 11, Las centrales obreras argentinas 1890-1943 pees 1801 | Reet 1694 Federaciin | 18K Federsctin pears a | Obrera Argentina | Cheers 1900 Faderneién Ge. [|] teal. de Orpocs. | 190 ROA WO | he Obes | Faden) Bucnos Aires. Obrere Aagentina mW RORA Federasie Obrent Reyional Argentina 19 CORA, Confedersoda Obre- 2 Regioval Aryeatina : OE FORA orci ws Eco [ aR eee wee USA | wet wo FORA [sas "Apjentina \[ sco 1989 Cumité de vs Coniederuciia Unidad Sindical Obrers Argentina 1655 Clans Ton Cat. 1830 t Confederacién General del Trabajo Des 1805. C.-T. de a : 183s Pe CGT. de 107 190 Marae 19 Junio Como puede verse. esta resolueidn reafirmahs la postura politica- mente neutral del sindicalismo, lo cual produjo tna diserepaneia con fos anarquistas que querian seguir abanderando el comunismo andr quico que habia sido aceptado como principio por el V Congreso de 1905. Por consiguiente, constituyeron su propia organizacién con é) nombre de la F.O.RA. del ¥ Congreso, dertmiinindose la otra FO.RA. con el nombre de F.O.R.A. del IX Congreso (ver Cua- aro Ib. ‘A pesur del alejamiento de los grupos anarquistas, a F.O.R.A. del 2X Congreso registrs una notable expansién entre 1915 y 1018, au- meatando lot sindieatas asociados de 66» 166 durante el mismo periodo.™ Puesto que la F.O.R.A. del IX Congreso contabu'en-sa Zeno 20 sélo a los gremios sindicalistas sino alos sovalistas también, 1 aumento numérico de ka F.0.R.A. del 1X Congreso no significsba hecesariamente la expansion del sindicalismo, pero teniendo. en evento predominio del sindiclismo on la FLORA, dl O Cane 0, la expansion de la misma se puede interpretar en buena Jredida cormo la del sndicaliemo. EE cuestion que emerge es la relativa u la explicacioa de la ex- _pansin del sindicalismo en la segunda década de este siglo. Sin duda, Tlavance del sindicalismo rellejba la declinaci6n de] anarquistmo a que ya nos hemas referido. En , la accién’ policial contra los tas imposibiliteba cada vex més su actividad, lo otal pre- ‘un terreno apropiado para ‘a accidn més moderada. de los Beso pare, como nt David ok tana ori {Bs estructura brea habe liad i expansion del sndcalsma ‘Agipedida que se desarrollaba la ecoriomia, los grandes gremios, como bsimaritimos y los ferroviarios empezuron a tener mids impartancis, ‘$eeinplazando a los gremios pequeiios que soln sentirse atraidas por Eisiarquismo.™ Esta transformaciOn también se rellejaba en la cre- EE callicss dels oa de a che obrers, qu sharaba ‘Resde ol abajo més sofisticado hasta el mas humilde trabajo mansal "Bila diversidad de trabajo sefalada duba la razén al sindicaismo que Del ampn, ap, it Sabre stuscton eos eras de Bes del lg Si a peinipio de ose vie ver Panctien, Lae Prahejedors. op, ef, c=nlon are Jy Semin Cermant, hacia 1910 los votantes slewmeaban wa 20% dhe tos los aspen nas toe doco vote. German Flea y Sociedad. a. = it. ot pi 2 Sorta op af fle 21 3 BU, Ei aoe ltr de ey 41 de Reema. Vo wp tt hej. 176, pa 25 58 1 gr irri, PD IE. or fac 91s ois dnote oblomene 1 imporaes Sl cror inde tol moss en rs 1 angen el ec Bests yD dl pal on serpent cB) y 58% operon acre 1. De STR Saas. Tr ont pe, Eire digg Bs ne. 00d, na Se ; “OSE ge ny be lenemane edgy comms on eb sineadS' ecrptt. eran Workng Roan v que OR Sages ee Te Eure smcadn 0 om Ide y 2.000 en 1008 ‘Bcc oo pre Abed So Sau sth ong a ser Mo ecient a0 ton ere anmmee aera, Ain 0.0 series mena sre gent ste ore i eta dl 6 de ete, Bria ge icine Bore We re de 190, i ee ee Pee ee sca en 15000 prt TO, ede cheyenne prs ft Sr, oars RST eo Ven Oo oe Chron, ~~ sen Vo re 08, vanguard Bs so foe 2 Sei mec Stan’ ht jag as tse ver a EAS atten Donald Pe Juan B Jum yu dooce ead. par Carn, Rath B. 8 | Ediciones de Ja Funclacién Juan 8 Justo, Be. As, 1978, pag. 66. ae, ered i Secehoe, op: ety Tomo bP 28 Del hor Cong Sels, “sor etn Bewerdn, ‘Bitorel ta Vongeanta. Br se pe Se Sea i Secilne en. c&, Tomo I. pig 3 SS oe ere pata Srulsn soe 505 ua sipents 2 ais cn te “canons opts Seber ye Se ee Sp reer maui poral aaio™ El tment Seer iets secensy cca” ps © Eat Onion. Hor at Seg ek tore por FO ° MCraio en Dickmann Adair, Nacionallome y Socioliomo, Talleres Grifcos ee ee ExESevamentewblo puede y debe servis desde scrap comatose layer ls SS eet fee eer eet tomy eyarecs SE aca crecinemn sic team agogierm cap ctwem ram eerie rca sume may pid Ppa kee cert ies reieenenas ae anf ciceripe Rioterttriins remote sities ees Spee aes aee Reaemcnancie Retauicress Eerie GN encon amtenirorey Sonar ato eer cee piece ar Pieler SE eee eae Seer pis ES eee eee ae ras ree Pee ae are 2 i a I ere Hee BEETLE PE Ee oat nora ss tron ew (018 Gueron diserbuidor de la siguonte manera. oe indicus 6 Sarge 2 as 6 socialist iterouclonles ‘comuninas) 2 independiantes 2 . Nilson, Jou Elias, “Las oryantzaiones ubreras on Bs, As-Fedeeaién Obreme Regional Arganting”, B-D.N.T..m-t (abri, 1919) pag 138, " ock, David, £1 radicalismo argentino, 190-1800 rad. por Walhiog, Leandre), Amarorty Edltree, SAS, 072, pipe 102 ST, pi. 10, Adomds do ests acores, Nook wf l aumento del mins cu la companion obers como causste del aumento dal sindlcallsmo, yx que eel “lin se notaa ls presencis de mas aber nator que cra las anaruistas iid fg. 102 Aunque ex cie-to que haba ms partispriin dels eativr eal india’ Imo que el snarqutsmo, es wa hecho innapable que babu suche crtraneroe adie 4 aiuél como tefaremes mis adelante. Ast ek que, testo jokin to debe a6 wlan tanta Inport eaten come bat epaatv Gl recon del 3 Crosse, Juan Casi, Law problemas eeoabmicosy scalar y krespueet radia “ asin nel ppbv (10161000) e9 Hamere, Lab Albena, eta, Bt Rabin. C ee ae S308, pac, 100 168. be cuanto spon Ge Yager eae Pare edie, Giatetn, aa 2, Lor bAimcaey CH, ee fee odngucs Cea), Eaiconer La Msi Be as, 1. cptls TW , ” ‘Aires and. the ‘a le, pi, 10 y de "Michine Put is Bact ear cS acetates | LA'S. BY wens, WB. 88 Cte. om a le 2 OER fa os Coed. er, nig 2 te Gevuni Cn, “Hac ura teers del cic, Las intarpretucionessusbisntes wot, Revita Mesicene de Sociologia. XX¥. | enero-narn, 1968, pAb 2D alts movida’ socal de a Argentin, una ver Lats Colombe, we jose dice putrmes ¢ sbroroty quis hays dicho mal rae Suerte pals, porgee equ fos patrons de hoy son los ober de ayer, Slee ay seri bs panes de mat (A. Discurso prance Clo, Ba As, 305, pay 4 i esluidad social de ls Argentina, oe se consis ata in comparindo “Sodatrabes, también ver: Germant, Ginc, “Movlldad social ee norma es tn dey pra eevee emer ‘amas argontinns #10) pubes terperiaitar ens foc sorts i Union ovine. ch Exmintarn deen que “La fatertaional Comonita cima jis de plan Se orden “a uma nega de igo mi an ilo de care pas lot efits pratima on toch contra la Resa Sovitica y cons la Chine revolocoaasi- Unter Sl 3241 (20 de ‘mayo, IRA, nag ‘Chaco em Tlomero, Joné La, Lat ides politics en fe Armen, F.C... Be As, 1875, pips 180-208 iw "Walter op. of. pag. US, Semin Hobest Spalding, una vet La Vonguardie masts desconfarzs act fo ents de loses extrenjoro. 9 contrast con Is lcd de Jest qui Io sceptaba ble condiciones que enarian = poder, Exper, ¢ Tolargo de ns vide tattucionl cl Pete Secaint, nie ce respoote on problema ‘iis lines Ge Jamo. Spalding. 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XI eee ret nate soir an Bs nae ep ie oe Se Sr IRIS ie wn tc et pclae oe eg es oe rin oe rel ace pr roomed te eo, a ee Seanggeiriacrcet te Pe, Aer Liar ae Ae. ae Pe cnentengmts ol rehome dee Semper: Pe jeans Cobos amie Tack sr eet ies ra aera rpeekeee Sageraa : Brake cee Meh of Ee al Docent pete ree FBO Gaur he Sle ee Bears amees so So ok Peg eee male Saat Fee Fe a oa aes toms ol ein Hs Acerca de la relacién entre el Radicalismo argentino y la “clase media” (una vez mas) Ezequiel Adamovsky Ess una creencia profundamente arraigeda en el sentido comin que la Uniéa Civica Radical (UCR) —el mas antiguo de los partidos politicos argentinos— canalzé los intereses de una “clase meds” que, sein se afirma, experiment un crecimiento notable a partir defines del siglo XIX. Los extudios académicos, tanto dentro como fuera de Argentina, han ten- didoareorzar esa creencia, Mis ain, en la medida en quela UCR fue uno de los Primeros partidos modemos de América Latina, y que encabez6 un recambio politico que desplazé a menos parcialmente) ls éitesterratenientes que con trolaban el estada hasta entonces, el aso de los radicalesargentinos ha sido uti- Tizado ommo ejemplo de process tensiones dela modernizacion que afectaron 2 todo el subcontinente. En efecto, trabejoscliscosy enormementeinlayentes nla produccién académicalatinoamericana como los de John Johnson o Gino Germani —por mencionar slo dos— utilizaon el ejemplo de la UCR para argumentaren favor dis ptencialidades‘modernizadoras” del protagonismo dela clase mediaen el desarrollo de América Latina! En los dkimos tempos el papel dela ease media en Amétics Latina viene siendo reeraminado de acuerdo a presupuestos menos ingenuos. La propia wti- lizacin de los conceptos de “clase media” y de “modernicaciGn® ha sido objeto de andlisiscritcos? En estudos recientes, la clase media, para los ltinoarneri- Agradezco los comentarios que sobre versiones anteriores de este trabajo realizaron ‘Alejandro Cataruzza, Ana Virginia Persllo, Brique Garguin y Mirta Lobato 1. Ver John Johnson, Palitizal Change i Latin Arerica: The Emergence of the Middle Sectors Stanford, CA: Stanford Univ. Press, 1958}; adem de los trabajos mencionados rs abajo, Germani covo gran infnencia en la serie de publicaciGnes edtadas por Theo CCrevenna, Materiales para el edie del case media on le America Laina (Washington, DC: ‘Unién Panamericana, 1950) 2. Ver Michael F.Jiméner, “The Elision ofthe Middle Classes and Beyond: History, Politics, and Development Studies in Latin Americe's ‘Shore Twentieth Century”, en Jeremy Adelman, ed. Colonial Legace: The Preble of Peritene in Latin American Hitary (New York: Routledge, 1995), 207-28 Hipenic Ameren Hire Review 89:2 ot tas319/00182168-2008-083 Copyright 2009 by Duke University Press 210 AMR / May / Adamoveky canistas, viene dejando de ser una entidad cuya existencia social se presupone, para convertirse en un tipo de identidad especifica (y por ello contingente) cuya temergencia es necesario explicar en contextos politicos precisos.} Sin embargo, ni la clase media argentina, ni su relacién con la UCR, han recibido todavia la atencién de los académicos. El objetivo de este articulo es contribuir al debate analizando los modos ‘en los que la UCR pudo haber participado en la constitucién de una “clase ‘media’ en Argentina, y los contextos politicos especificos en los que esto tavo lugar. Sostendremos que, més que canalizar los intereses de una clase media previamente existente, Ia UCR contribuy6 a la formacién de tal identidad social ‘mediante apelaciones discursivas motivadas més por necesidades y oportuni- dades politico-ideolégicas que por una vocacién de vehiculizar intereses secto- riales particulares. Como tendremos oportunidad de observar, los hallazgos de nuestro trabajo muestran un marcado desfasaje temporal entre los tempranos procesos de cambio de la estructura de la sociedad y de la economia argentinas (que comunmente se nombran como “modernizacién” y que han sido amplis- ‘mente documentados), y'el surgimiento relativamente tardio de una identi- dad sociopolitica de “clase media”, Aunque circunscriptas al caso argentino —supuestamente la mas “clase media” de las naciones del subcontinente—, las razones de tal desfaseje pueden contribuir a repensar otros casos en América Latina y en otras zonas periféricas. UCR, clase media y modemizacién: El debate historiogréfico ‘Ya desde la década de 1960 un conjunto de trabajos ha salido a matizar laimagen de la UCR como partido “de clase media”. Los matices refieren fundamental- ‘mente a la extraccién social de Ia dirigencia radical, al rol de la UCR en un supuesto proceso de “modernizaci6n”, ya la composicin de su base electoral. En su estudio clésico de 1963, Ezequiel Gallo y Silvia Sigal apuntaron que la dirigencia radical en sus primeras épocas inclufa una importante proporcién cde miembros de sectores terratenientes tradicionales. No obstante su hallazgo, Gallo y Sigal contiman afirmando que la UCR fue vehiculo politico de un pro~ cceso de “modernizacién” en el que la clase media ocupaba un lugar central, algo isibie en el creciente reclutamiento de electores y dirigencia partidaria de ese 3 Adem dela bibliografa sobre la clase media en América Latina que se iscutiri més adelante, ver las ponenciaspresentadas en el Simpotio **We Shall Be All: Toward a Global History of the Middle Class", University of Maryland, 27-29 de abril de 2006. identino y ta “el sector a partir de los primeros gobiernos radicales Por su parte, utilizando métodos de sociologia electoral, Dario Cantén y José Luis Moreno demostraron ‘en 1970 que, sien 1916 la UCR aleanz6 sus mayores apoyos en zonas de clase ‘media, con el correr del tiempo fue cosechando mayoresniveles de voto entre los ‘obreros y en zonas menos urbanizadas. De hecho, hacia 1928 y 1930, fueron los sectores de menos recursos los que tendicron a permanecer mis fieles a Hipolito Yrigoyen —lider maximo de losradicales, electo Presidente en 1916 yen 1928—, ‘mientras que la clase media fue desertando.’ También atento a las variaciones regionales, David Rock cuestioné en 1977 la idea de “modernizacién” y a tesis de 1a UCR como su vehiculo. De hecho, durante los primeros gobiernos el partido radical se las arregl6 para movilizar époyo electoral tanto en zonas “moder- nas” como en zonas que lo eran menos; por otro lado, en las zona’ urbanas su apoyo electoral provenfa fundamentalmente de la clase media, pero en medida no despreciable también de los trabajadores. En referencia al origen social de su plantel dirigente, Rock sostiene que a partir de 1924 se harfa evidente una tran- sicin iniciada varios afios antes que, “a la postre, concederfa un rol dominante a los grupos de clase media por oposicién alos dirigentes-hacendados primitivos”. En conclusidn, la UCR fue un partido de “rasgos populistas”, que articulé un “movimiento de coalicién” entre un sector de la élite “e importantes sectores de las‘lases medias’, con una tendencia creciente a apoyarse en estos iltimos 4. Ezequiel Galloy Silvia Sigal, “La formacin de los partidos contemporsneos: La ‘Unién Civie Raia (890~19:6); Dearrallo Kami 3,0. 1=2 abr. -sept. 1963) 173-330. 5. Dario Cantény José Luis Moreno, “Bate sociales del voto radical en lt Argentina de 1p28-30, Revi Laticemericana de Sailg no. epic. 1970: 459-64. Ver también Dario Cann, Elecineyprtider pair ene Argentina Mire, imerpretasin y dalene 1910-1966 (Buenos Aires Siglo Veinivno, 1973), 149-56. Otro importante estado de sociooga electoral es Richard J. Water, “Elections inthe Cy of Buenos Aes daring the First Yrigoyen Administration: Social Cass and Political Preferences", HAH 58, 10.4 (00.1978 595~6ag En est trabajo el ator refi la tse de Peter Snow, sein ln cual no habla correlacionssigniiaias entre clase soc ypreferencias electorates en el periodo de os rimerosgobieras radicals. Peter Snow, “The Class Basis of Argentine Polcial Pate", Amerian Pall Science Review 65 (Ma. 1969): 165-67, Por el concaio, ‘Walter demuestra que la UCR tendiéa tener mis spoyos entre la clase medi en general, ‘con mayor constancia entre los rabajadoresno-manusles de baja categoria especialmente «mpleadospiblico) y nfs varailidad enze los mismos de extegoras media yaa. EL Partido Socialist tenia baneficiarse del voto de trabsjadores manuales tanto clifcados como de bj calicacin. Ambos partidos, sin embargo, obsenian importantes causes de ‘rosea todas las categrfa sociales mencionadas 6, David Rock, EI Radealime argentino r8g0~1930 (Buenos Aire: Amorror, 977), 266-67, 53,238, 243-44. Otro porte cercano sexta interpretacién en el de Patricia Romer, ar AMR / May / Adamovsky ‘Trabajos més recientes volvieron a atacar la tesis de la UCR como vehiculo 0 expresién de un proceso de modernizaci6n. Anibal Viguera ha mostrado la ‘combinacién de pricticas y apelaciones politicas tradicionales y modernas por parte de la UCR en los primeros afios de la democracia, dirigidas a una masa de “sectores populares” que, por su escasa diferenciacién, seria abusivo dividir en clases “obrera” y “media”? Por su parte Paula Alonso ha argumentado que, en ‘el momento de su nacimiento, no podria considerarse a la UCR como represen tante dela clase media o como agente modernizador, ni por las condiciones desu surgimiento, ni por su programa, ni por el origen social de sus dirigentes 0 sus votantes.* Estudios del surgimiento de la UCR en las provincias legan a conclu- siones similares en lo que respecta al radicalismo como supuesta expresién de un proceso de modernizacién socioecondmica; antes ben, su surgimiento obedecié puramente a conflctos faccionales intraoligarquicos? Los matices expuestos, sin embargo, no han alcanzado para poner en cuestién la tesis de ln UCR como partido “de clase media”. En las narrativas hegeménicas de la historia argentina y en la historiografie reciente, se ha hecho Iugar a las nuevas propuestas interpretativas sin desarmar lo que constituye el niileo duro de agquella tesis, a saber: 1) que en la Argentina, aproximadamente a partir del periodo 1869~r895, hubo un crecimiento notable de los sectores de clase media y 2) que el predominio de la UCR (6i no su surgimiento) fue tanto expresién como canal de ascenso de ese grupo social en el terreno politico. Todavia hoy Ia sociologia y la historiografia profesionales contimian difundi- ‘endo esa creencia.!9 La evidencia acerca de la extracci6n predominante de élite “Qué hay de clase media en Ia Uni6n Civica Radical, xpt2~19302", manuscrito inédt, 1095 7. Anibal Viguers, “Parscpsin electoral y prfticas plies de lo sectores populares en Buenos Aires, 1922~1922", Entrepaades, 0.» (993) 5-33. 4. Paula Alonso, Emre le Revol y les rar: Lor erfgenr dle UCR le police argetna en refer 'yo (Buenos Aires: Sadamercans-Univesidad de Son Andrés, 1994), 18. 9. Ver Esther Marfa Torino, Acena del Valle Michel y Rubén Emilio Cores, “Radiealismo en Sale: Grupos y cubes poticor en le orfgenes de la Uniin Civica Radial de Sala (1876-1891), Cundero de Hmanidades (Universidad Nacional de Sa), {G9965 a51~ 85; Gardenia Vial, Radical de Clo 11930; Le grape interma: Ales, cence, et, acre (Chrdoba: Universidad Nacional de Cérdba, 1998) Marta el Mar Solis Canicer, “Autonomizas,iberslesyradcales: La definici dels idemidades politicas en Corrientes en el perfodo 1909-1930", XII Congreso Nacional y Regional de Hisria Argetina Separat), Academia Nacional de ls Historia, La Plat, 2005 ro. Un ejemplo significa ex el de la Nurse biorie argentina, uma del conocimiento historiogriic local en 1 vlimenes, publicads en 2000 por un grup de prestigiosos oo lacién entre ol Racal gentino y la “el emedia® 213 de la primera camada de dirigentes radicales y las circunstancias del nacimiento de la UCR a nivel nacional y provincial —-més ligadas a los conflictos de poder intraoligérquicos que al ascenso de una nueva clase social—, se circunscribe, justamente, al momento formative del radicalismo, dejando en pie la hipotesis de la UCR madura como partido de clase media. Por otro lado, dada la ori- entacién que ha adoptado la historiografia argentina en las viltimas décadas, la ‘evidencia de los amplios apoyos electorales de la UCR en la clase trabajadora no afecta la tesis central. La idea de la Argentina de “épocas del aluvion inmigra- torio” como una “sociedad de masas de clases medias", marcada por el ascenso de los “sectores populares” —difundida fundamentalmente por Luis Alberto Romero—, permite limar la aparente contradiccién. Porque el concepts de “sectores populares” inclaye a trabajadores y clase media en un magma social tinico, de diferenciaciones poco marcadas, definido por la posibilidad de répido ascenso social en una sociedad abierta e inclusiva.!! En un contexto asi deline- ado, I existencia de un electorado radical entre los trabajadores no cuestiona la tesis de la UCR como partido de clase media, ya que los “sectores populares se definen implicitamenté por el predominio del ideal social y los valores de Ja clase media (como la propia expresin “sociedad de masas de clase media” profesionales. Waldo Ausldi fra alt que “la clase media urbana” ral “base social elisic del electorad radica” durant os primeros gobiernos de la UCR. Ci. Naeua bivorie argentina, 10 vols (Buends Aires: Sadamerieans, 1000), vl 6, p. 50. Ver también vol. 7p. 202-38. Afirmsciones smiles pueden ballarse en mumécosasaaratvas generals de la historia argentina originadasen el caropo académico,inloyendo los infuyemes esudios de Gino German, Policy sida en a Gps de tens (Buenot Aires: Peidés, 1969, 233-27 de José Ls Romero, Lar ideas polis en Argentina (1946; Buenos Aires: FCE, 1987), 205-18; a Hisaria Argentina en 8 volimencs,drigida por “Tio Halperin Donghi (Buenos Ares: Paidés, 1972), vl. 6, pp 53-56: el fasetulo tivalado “La clase medi en el poder (1916-1930), dicgid por Haydée Gorostegui dd Torte y publicado en la serie de divulgscin popular Poléniza (Primera Hire Argentina negro. 36 (Buenos Aires: CEAL, 1973). La tsi de a UCR como partido de clase media es un logar comin en estadios expecficos sobre ere pertido, entre ‘otros (ademas de los yz mencionados epi, y dejando de lado los innumerable textos ensaystios o poléaiens Luis Alberto Romero eta, EY Radialingo (Buenos Aires: CEPE, 1969); Robereo Ferrero, Sebettn la decadencia del yrigayenione (Buenos Aires ‘Mar Dulee, 1982), 11. Ver Luis Alberto Rome, "El spogeo del sociedad de mass’, Revit Digital 8, no. 50 julio 2002) hup/rwefdepores.com/efdso/tomero hi ambien Leandro Gusereey Luis Alberto Romero, Stores popular, cada y pli: Baers Aeon a etregurra (Buenos Aires Sudamericens, 1995; Ricardo Gonzslez Lean, “La neva identi dels secares populares, en Nuc ira argentina, 1 vol. Buenos Ares: Sudamericana, 2000-3093), vol 7, pp 201-38. a4 indica). En algunos trabajos recientes en esta linea, se acenttia incluso més la expansién dela categoria de “clase media” para pasar a referir no ya a un grupo social especifico, sino a un sistema de valores compartidos por la gran mayorfa de una sociedad concebida como un todo integrado y arménico, de modo tal «que incluso la categoria de clase se hace completamente innecesaria. Desaparece centonces la idea de la UCR como partido de la “clase media”, pero sélo porque se sume, implicitamente, que las divisiones de clase no son importantes a la hora de analizar las ideas (ya no ideologias) politicas. Curiosamente, los valores de * progreso social” supuestamente compartidos por los “vecinos y ciudadanos" de toda la sociedad son los mismos que solian caracterizar los del ascenso dela clase ‘media segin la historiografiay Ia sociologia de la modernizacién tradicionales.!2 Cierto, andlisis recientes de los discursos e identidades politicas de la época, como el brillante trabajo de Matthew Karush sobre el radicalismo en la ciudad de Rosario y su relaci6n con Ia clase obrera, han vuelto a situar el surgimiento y la tenacidad de una identidad de clase entre los trabajadores y las dificultades de las élites sociopoliticas para lidiar con ella como un problema crucial que la interpretacién basada en los “sectores populares” oscurece.!¥ Sin embargo, esta interpretacién continta siendo hegeménica tanto en el campo académico como cn la cultura argentina en general El propésito de este trabajo es someter'a un nuevo escrutinio lo que hemos amado el nucleo duro de la tesis de In UCR tomo partido “de clase media”, aunque sin perder de vista el profundo antagonismo social que marca la socie~ Uad del periodo referido y sus manifestaciones ideol6gicas. No lo haremos, sin ‘embargo, a la manera de los estudios de sociologia electoral o institucional, es decir, nspeccionando el origen social de los votantes, los dirigentes, o los miem- bros de la UCR. Tampoco lo haremos analizando los programas y las politicas de los gobiernos radicales para ver si contienen medidas en favor de la clase media. Por motivos que se explican a continuacién, los caminos metodolégicos seguidos por los estudios precedentes no resultan titles a la hora de establecer si Ia UCR fue o no un partido de clase media. 12, Ver Luciano de Prviteli, Vicinsy cudadanas: Police y aciedd en la Buenos Aires de entreguerras (Buenos Aires: Siglo Veintiuno, 003), 208-9, 13, Karush ha también matizado la idea de Ia UCR como canal que habe permitido cl ascenco social de nuevos grupes sociales 2altas posicianes dentro dela ite poltice. Matthew B. Karush, Warkersor Citizens: Democracy and Ident in Rosaria, Argentina (1912-1930) (Albuquerque: Univ. of New Mexico Press, 2002), 50-51, 203. © argentine y la“ 215 Para que los métodos de la sociologia electoral/institucional o los de la com- paracién de programas intereses sociales fueran vidos en la respuesta ala pre- _gunta que nos ocupa, primero deberfamos ponernos de acuerdo sobre uno de los supuestos de la tesis de la UCR como partido de clase media: que en la Argen- tina de principios del siglo XX existfa una entidad social llamada “clase media”. Curiosamente, este supuesto fundamental a través del cual los argentinos tien- den a pensar su pasedo, nunca ha sido sometido a rigor eritico. Resulta indud- able que hacia fines del siglo XIX existia una proporcién creciente de, pequefios ccomerciantes, empleados bancarios o del estado, duefios de pequeiias empresas ‘manufactureras, médicos y maestras. Pero eso no implica que estas categorias sociales constituyan sna clase (o varias “clases medias’, atin asf reductibles @ ‘un comin denominador). En efecto, resulta opinable que individuos con situa- cones tan dispares —patronos y empleados, asalariados e independientes, con cestudios universitatios y sin ellos, vinculados al sector privado o al estatal, con niveles de ingresos variables, etc. — deban consideraise parte de una sola clase social. {Por qué no considerar a un empleado de comercio o estatal como parte de a clase trabajadora (como indicaria, por ejemplo, el hecho de-que vivan de ‘un salario y se organicen sindicalmente en instituelones como la CGT) junto ‘ein obreros fables?

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