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BOLETÍN DE INFORMACIÓN DISCOGRÁFICA

AÑO X - Nº 92 - ABRIL 2001


c/ELOY GONZALO, 27 • 28010 MADRID • TFNO.: 914 47 77 24 • FAX: 914 47 85 79
e-mail: diverdi@diverdi.com

El disco del mes


VERSO, el nuevo sello español, presenta su colección PORTUS MUSICE

Alumbramiento barroco

El Monteverdi sacro de Balestracci

Der geliebte Adonis, ópera barroca de


Reinhard Keiser, en primicia CPO

Integral de las Trio Sonatas, op. 1,


de Albinoni por Parnassi Musici
Meyerbeer francés por partida doble: Robert le diable y L’africaine

César Franck en los órganos vascos de Cavaillé-Coll

Un Scarlatti agitanado en WINTER & WINTER

En contraportada, lo más reciente de Berganza

COL LEGNO publica Santi, un Concierto para


piano de Jan Beran en versión electrónica

Sarka a dos voces: Janácek


(en primicia mundial) y Fibich
Sellos en Distribución
D
IVERDI anun-

exclusiva cia la incor-


poración a
(Abril 2001) su catálogo del se-
llo belga EUFODA. Entre los numerosos títu-
Los sellos indicados con un ✺ los de su colección destacan con luz propia
disponen de catálogo gratuito a los dedicados a la polifonía flamenca de los
disposición de nuestros lectores siglos XV y XVI, interpretados por la Capella
Sancti Michaelis y el Currende Consort bajo la
ACCENT dirección de Erik van Nevel.
Los seis primeros títulos, dedicados a los auto-
AGORA✺ res que figuran en las respectivas portadas, se
ALIA VOX✺ encuentran ya disponibles y serán debida-
ALMAVIVA✺ mente reseñados en nuestro próximo número.
AMBROISIE✺
ARCANA
ARKADIA ADRIAAN WILLAERT EN ITALIA / Ref.: EUF 1160 (1 CD) D2

ARTS✺ PHILIPPE ROGIER EN ESPAÑA / Ref.: EUF 1161 (1 CD) D2

BBC LEGENDS✺ ORLANDUS LASSUS / Ref.: EUF 1162 (1 CD) D2

BIS✺ CANCIONES Y DANZAS DE FLANDES / Ref.: EUF 1163 (1 CD) D2

BONGIOVANNI✺ PHILIPPUS DE MONTE Y LOS HABSBURGO / Ref.: EUF 1164 (1 CD) D2

COL LEGNO NICOLAAS GOMBERT Y LA CORTE DE CARLOS V / Ref.: EUF 1165 (1 CD) D2

CPO✺
DURIAN
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DYNAMIC✺
ENCHIRIADIS EL TELETIPO
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ENSAYO✺
EUFODA Entre los nuevos volúmenes de la colección El Richard Strauss desconocido, de la que
GLISSANDO✺ DIVERDI ya ha distribuido los diez primeros, aparecerán próximamente en nuestro país los
GLOSSA✺ números 11 (Conciertos de piano para la mano izquierda), 12 (oberturas e intermedios de
distintas óperas y músicas incidentales), 13 (los ballets Josephslegende y Schlagobers) y 14 (coros a
GOLDEN MELODRAM✺ cappella). A todo ello debe añadirse una nueva edición en estudio de la aún poco conocida La mujer
KOCH✺ silenciosa, con Kurt Moll, Iris Vermillion y la Orquesta de la Radio de Múnich dirigida por Pinchas
LINDORO Steinberg.
MUSIC & ARTS De aquí al verano ONDINE anuncia, entre otros lanzamientos, un disco dedicado al
MYTO✺ Clasicismo en Finlandia, a la vez que prosigue en su exhaustivo recorrido por la obra de
NUOVA ERA✺ autores de aquellas latitudes, incluido el lituano Bronius Kutavicius (Los últimos ritos
paganos, para coro, órgano y trompas) y los finlandeses Olli Mustonen (Concierto para
OLYMPIA tres violines, Suite para cello y orquesta de cámara, Nonetos...), Väinö Raitio (obras orquestales) y Pehr
ONDINE Henrik Nordgren (Las luces del cielo, para instrumentos populares, solistas, coro mixto y orquesta).
ON STAGE
ORFEO presenta interesantes novedades en sus dos series. En la histórica ORFEO D’OR,
OPERA RARA✺ la serie Grandes cantantes de nuestro siglo ofrece recitales de Arleen Auger, Nicolai
OPERA TRES✺ Gedda y Margaret Price, así como la ópera Columbus de Werner Egk, bajo la dirección
ORFEO✺ del autor y con la participación de Wunderlich. Entre lo más destacado de la serie «azul», consagra-
da a grabaciones de estudio, se encuentran el Te Deum y la Misa en re mayor de Jommelli y un nuevo
PANTON✺ recital monográfico de Julia Varady dedicado en esta ocasión a arias de ópera de Tchaikovsky.
PEARL✺
GLOSSA, el noble e infatigable sello escurialense, anticipa más novedades de las que
PREISER✺
aquí habría espacio para anunciar. Baste mencionar un Dido y Eneas purcelliano por
RICERCAR Le Concert Spirituel de Hervé Niquet y un monográfico dedicado a piezas para órga-
RICORDI no de François d’Agincourt por el mismo intérprete. Tiempo habrá de anunciar y comentar debida-
mente otras propuestas programadas para finales de abril y comienzos de mayo (Bach por Pandolfo,
ROMOPHONE✺ motetes franceses del siglo XIII, la Misa de la Asunción de Morales, suites orquestales de Rameau...
STRADIVARIUS etcétera).
SUPRAPHON✺
BIS tampoco para. Amén de un nuevo volumen (¡el décimo!) de los conciertos
SYMPHONIA✺ para teclado de Carl Philipp Emanuel Bach por Miklós Spányi, un disco de can-
SYMPOSIUM tatas sacras de Haendel por Emma Kirkby y sendas grabaciones dedicadas al
TESTAMENT✺ piano de Debussy y Scriabin, las propuestas más llamativas de Robert von Bahr son la reciente graba-
ción integral del Kullervo sibeliano en un disco de más de ochenta minutos de duración, con solistas,
TIMPANI✺ coro y las huestes de la Orquesta Sinfónica de Lahti dirigida por Osmo Vänskä, a lo que hay que aña-
WERGO✺ dir la última de las ambiciosas empresas a que nos tiene habituados el Bach Collegium Japan de
WINTER & WINTER✺ Masaaki Suzuki: el Vespro della Beata Vergine de Monteverdi. Ahí es nada.

(2)
VERSO estrena su catálogo con las 12 Sinfonie a quattro de Antonio Caldara en primicia historicista EL DISCO
Alumbramiento barroco
L
as orquestas barrocas no son precisamente los conjuntos más las sinfonías originales de los oratorios. Muy
abundantes en el panorama musical español. Por ello, y subra- pertinentemente los intérpretes del registro han
yando la especial dificultad que entraña la creación de una añadido una sinfonía más -procedente del ora-
formación de este tipo, hay que saludar con el mayor de los torio Gerusalemme convertita- ante la
DEL MES
alborozos la existencia de toda una orquesta de instrumen- constancia de la pérdida de uno de los
tos barrocos firmemente establecida desde hace ya una fascículos de la colección manuscrita, para completar el
larga década. Nos referimos a la Orquesta Barroca de la número de 12, sin duda originario.
Universidad de Salamanca, fundada en 1990 al calor Como bien prueban estas 12 sinfonías a cuatro,
de la Academia de Música Antigua de la Universidad Caldara es uno de los compositores más completos del
salmantina, institución que viene desarrollanado un último Barroco, habiendo legado una obra extraordi-
magnífico trabajo pedagógico en la formación de naria en todos los campos que cultivó: música de
músicos con criterios interpretativos historicistas y en cámara y orquestal, música sacra, oratorios y óperas.
la recuperación de las distintas familias de los pretéri- Modelo del docto compositor barroco, el veneciano
tos instrumentos del Barroco. La orquesta, fundamen- trabajó profusamente en su ciudad natal, en Roma, en
tada en una amplia plantilla de instrumentistas de Bolonia y, posteriormente, en la Viena imperial, donde
cuerda de tripa, está dirigida por Ángel Sampedro, fue nombrado Vizekapellmeister del emperador Carlos
experimentado violinista barroco, colaborador habitual VI. Su escritura atesora siempre un magistral dominio
en formaciones historicistas europeas de primer nivel. La del contrapunto y una inventiva melódica excepcional.
labor concertística de la Orquesta Barroca de la Las 12 sinfonías grabadas ofrecen toda la riqueza de su
Universidad de Salamanca, jalonada en la última década con genio creador: hallamos en ellas una escritura de concep-
exitosas actuaciones dentro y fuera de España, por fin ha dado ción muy contrapuntística, explotando las formas y emociones
paso a la grabación de su pri- del lenguaje corelliano, pero
mer y muy esperado disco. incorporando muy particula-
Para ello se ha contado con la res soluciones melódicas y
participación de un nuevo armónicas, con encendidos
sello discográfico español, episodios virtuosísticos que se
VERSO, de muy reciente crea- intercalan entre las severas
ción, al que desde aquí desea- secciones fugadas que capita-
mos toda suerte de éxitos. lizan los movimientos rápi-
Desde luego, el primer regis- dos. Música magistralmente
tro de VERSO, que inaugura la comprendida e interpretada
colección de su catálogo por la Orquesta Barroca de
Portus Musice, dedicada a la Ángel Sampedro, que exhibe
música antigua, no puede ser unas cualidades técnicas de
más interesante: el ya aludido primer orden: afinación impe-
debut discográfico de la cable, pulido empaste, articu-
Orquesta Barroca de la lación expresiva del fraseo,
Universidad de Salamanca se gran claridad de líneas y
produce con la intepretación exquisitez estilística. Una pro-
de un repertorio excelso ducción admirable, feliz inau-
donde los haya, como es la guración del sello VERSO,
música del compositor veneciano Antonio Caldara (1671-1736). En que ya prepara nuevos registros de música antigua dentro de su
primicia mundial, con instrumentos originales, se nos ofrecen 12 colección Portus Musice.
Sinfonias a cuatro partes; 11 de ellas se conservan en un manuscri- Pablo Queipo de Llano Ocaña
to en Viena, y las 11 son coincidentes con otras tantas sinfonías o
introduzioni de oratorios caldarianos, cuyos títulos aparecen escri-
tos en las sinfonías correspondientes del manuscrito vienés, que A. CALDARA: 12 Sinfonie a quattro / Orquesta Barroca de la Universidad de
Salamanca. Dir.: Ángel Sampedro / VERSO / Ref.: VRS 2001 (1 CD) D2 (-15% de des-
además incorpora por lo general dos movimientos finales respecto a cuento) [Oferta especial de lanzamiento]

VERSO presenta ya la segunda referencia de su prometedor


catálogo: un disco dedicado por entero a obras españolas para
órgano de los siglos XV al XVIII, con páginas de Correa de
Arauxo, Cabezón, Del Encina, De Nebra, Oxinaga, etc.

Colecc
LA MÚSICA EXTREMADA
Música española para tecla de los ss. XV al XVIII
Academia de Música Órgano de la Real Capilla de San Jerónimo de la Universidad de Salamanca
Antigua Carlos García-Bernalt
VRS 2002 (1CD) D2
(-15% de descuento)
[Oferta especial de lanzamiento]

(3)
Cantatas para soprano e instrumentos de Primicia mundial de los Concerti Ecclesiastici, Opus VIII
Alessandro Melani (1639-1703), en DYNAMIC (Venecia, 1604) de Giacomo Moro da Viadana, en STRADIVARIUS

El hijo del El moro de Venecia


campanero A
unque nacido a mediados del siglo XVI en la ciudad de Viadana, uno
de los centros musicales más importantes de la Italia renacentista, la
vida y la obra del desconocido compositor Giacomo Moro da

V
er cómo siete hijos, todos varones, llegan a adul- Viadana se desarrolló, fundamentalmente, en algunas de las ciudades más
tos no ha sido nunca frecuente. En nuestros tiem- cosmopolitas y activas desde el punto de vista musical de principios del
pos, por descontado, sería insólito. Pero también período barroco, como Carrara, Bolonia y, sobre todo, Venecia, donde posi-
cuando imperaba el antiguo régimen demográfico. Entre blemente trabajaría como cantor o maestro de capilla (las lagunas docu-
otras razones, por las mil trampas mortales que salpica- mentales impiden afirmar con precisión qué puestos ocupó), y donde tam-
ban la infancia y que no bién publicaría entre los años 1595 y 1604 sus excelentes Psalmi ad veper-
cesaban de enviar ange- tinas omnium solemnitatum oras, el espectacular Officium et Missa defunc-
torum a 8, los Cento concerti ecclesiastici, y los Concerti ecclesiastici, Opus
litos al cielo. Pero fue lo
VIII, que ahora comentamos, obra que alcanzó en vida del autor un reco-
que sucedió en la fami- nocido y merecido éxito editorial con varias ediciones sucesivas no sólo en
lia de Domenico di la ciudad de los canales, sino también en Amberes.
Sante Melani (1588- Sin embargo, y a pesar de su copiosa y
1649), campanero de la celebrada producción musical, y de la alta
catedral de Pistoia desde estima que este enigmático personaje llegó a
1624 hasta su muerte. Y, alcanzar por parte de algunas de las perso-
otro rasgo no excesiva- nalidades más destacadas e influyentes de la
mente habitual, todos se vida política y cultural italiana de comienzos
dedicaron a la música, del Seiscientos -entre las que sobresalen
salvo el sucesor del Julio César Gonzaga, Bárbara Sanseverina
padre en el campanario de Aragón, condesa de Sala y marquesa de
-¿o debemos incluir tam- Colomo, o Ambrogio Magnanino, rector de
bién éste entre los oficios musicales?-. Fueron, a veces la iglesia de Fivizzano- la biografía de Moro
simultáneamente, cantantes, instrumentistas y composi- da Viadana, y por añadidura su música, no
tores (hubo quien, además, formuló votos religiosos o cuentan todavía en la actualidad con el
desempeñó misiones diplomáticas y se implicó en intri- puesto de honor que la historia de la música
gas políticas). Aunque no todos descollaron en la misma debería haberles reservado. Por ello, esta
medida. Hoy se reconocen como superiores los méritos grabación se nos antoja proverbial, pues nos descubre a un maestro pleno
de ideas musicales renovadoras, con aportaciones fundamentales en la tran-
de los dos mayores, Jacopo (1623-1676) y Atto (1626-
sición de la Prima a la Seconda prattica y para el desarrollo del Novus Stylus
1714), y del benjamín, Alessandro, que ahora nos o Stilo Concertato que por aquellas fechas comenzaba a imponerse en la
ocupa. Comenzó éste su carrera cantando, para centrar- música litúrgica de la Iglesia católica. Las piezas aquí grabadas, excelentísi-
se pronto en la composición y desempeñar cargos de mas todas ellas, y entre las que se incluye una breve misa completa, con-
algún relieve en su ciudad natal y otros lugares, reca- tienen desde pasajes de inspirada factura madrigalesca a otros de sobreco-
lando finalmente en Roma, donde fue maestro di cap- gedora belleza (atentos al In columbae para tenor y bajo continuo), sin pasar
pella de Santa María la Mayor, del Oratorio del por alto la acertada elección de incluir una grave Toccata de Claudio
Crocifisso y de San Luis de los Franceses (desde 1672 Merulo, obras que nos ponen sobre aviso, una vez más, de la importancia
hasta su muerte), además de atender diversos encargos fundamental de las producciones discográficas para rescatar del olvido
privados. Precursor en ciertos aspectos de Alessandro muchas composiciones todavía dormidas en el silencio de los archivos.
Scarlatti, en su producción sobresalen una docena de Así parece entenderlo Giovanni Acciai quien, dirigiendo una vez más a
óperas (entre ellas, L’Empio punito, la primera que, en su conjunto Nova Ars Cantandi, nos ofrece un CD que merece nuestro más
1669, trató el mito de Don Juan), diez oratorios y, como sincero aplauso. Desde luego, el esfuerzo de edición y grabación de las
era de esperar en un compositor de iglesia y romano, obras de un maestro tan desconocido y olvidado (no sólo ya para los afi-
una considerable cantidad de música religiosa y canta- cionados a la música antigua, sino incluso para los musicólogos especiali-
tas de cámara. zados en la música italiana del primer barroco) supone un riesgo comercial,
Cantatas han sido, precisamente, las que de vez en pero también revela, sin duda, la curiosidad y el talento de un director y
cuando han llevado su nombre al disco (recordamos, unos intérpretes volcados en la difusión de un pasado musical histórico
por ejemplo, uno de Judith Nelson y el trompetista soberbio. La interpretación discurre por los cauces a los que Acciai nos tiene
acostumbrados en sus anteriores grabaciones para STRADIVARIUS; alter-
Dennis Ferry con obras suyas y de A. Scarlatti). Y son
nando la belleza intrínseca de la música, cargada de audacias armónicas y
también las que, en número de seis, integran el que cre- colorido veneciano, con una ejecución plena de vitalidad, de luz y de buen
emos primer registro monográfico dedicado al composi- gusto. Todo un acierto.
tor. Son páginas de temática amorosa (a veces se com-
paran las lides del amor con la guerra, lo que permite Francisco de Paula Cañas Gálvez
recurrir a un instrumento marcial) o histórica, estructu-
radas en la clásica sucesión de recitativos y arias y des- G.M. DA VIADANA: Concerti ecclesiastici a una, dos, tres, cuatro y ocho voces / Nova Ars
tinadas a una voz de soprano sostenida por una trom- Cantandi. Dir.: Giovanni Acciai / STRADIVARIUS / Ref.: STR 33582 (1 CD) D2
peta concertante (en un caso), dos violines (en tres) o
trompeta y dos violines (uno más) y, naturalmente, bajo
continuo. La bella voz de Rosita Frisani, con el siempre ensayo
competente y por momentos brillante acompañamiento
del Alessandro Stradella Consort que dirige Esteban
Velardi y en el que figuran nombres de la talla de
Gabriele Cassone (trompeta natural) y Fabrizio Cipriani
(violín), consigue trasladarnos, a poco que dejemos
volar la imaginación, a aquellas aristocráticas y cultas
conversazioni en que vieron la luz por primera vez. Y
un pedazo de historia revive en nuestra mente.

Mariano Acero Ruilópez M. RAVEL: Prélude; Sonatine; Jeux


d’eau; Pavane pour une infante défunte;
Valses nobles et sentimentales; Gaspard
A. MELANI: 6 Cantatas para soprano, instrumentos y bajo continuo / de la nuit / Joaquín Achúcarro (piano) /
Rosita Frisani (soprano) / Alessandro Stradella Consort. Dir.: Estevan ENSAYO / Ref.: ENY 9808 (1 CD) D3
Velardi / DYNAMIC / Ref.: CDS 274 (1 CD) D2

(4)
Balestracci regresa al catálogo SYMPHONIA de la mano de Monteverdi y La Stagione Armonica

Mariano Monteverdi
E l preponderante interés que la produc-
ción sacra de Monteverdi dedica a la
Virgen no es casual. A lo largo del siglo
XVI, la Contrarreforma había relanzado el
otras piezas con el objetivo de integrarla en
un contexto litúrgico más orgánico. Intro-
ducida por una tocata de Claudio Merulo, el
momento de la comunión es acompañado
Armonica. Esta primera prueba suya ofrece
resultados alentadores. Si tuviéramos que
elegir, acordaríamos cierta superioridad a la
interpretación del Magnificat. Aquí se apre-
culto mariano en polémica contraposición por un ricercare de Andrea Gabrieli, mien- cian las voces mórbidas de los solistas Lia
con la doctrina de los reformistas luteranos, tras que un motete de Monteverdi (Jubilet) y Serafini, Alessandra Gargiulo y Alberto
que habían puesto su figura en segundo Mazzocco. El clima de cada episodio es rea-
plano. Por otro lado, el culto mariano daba lizado con acierto. No se exageran los acen-
pie para una representación de la religión tos jubilosos sino que se escoge un tono afa-
en clave sentimental (el amor de la madre ble e íntimo. Las sonoridades del coro son
por el hijo), lo que casaba perfectamente calurosas y tiernas, alejadas de aquellas a
con el talante afectivo del naciente Barroco. las que nos acostumbran los coros ingleses.
El Magnificat II, que Monteverdi incluyó en En el Magnificat, que es música más centra-
las Vísperas de la Virgen (1610), conjuga el da en la pintura de los affetti deducibles del
fausto de la escritura concertada con el des- texto, el resultado es altamente positivo. En
pliegue de efectos emocionales y el rigor de la Misa a 4 voces, los intérpretes escogen el
la escritura a más voces. El resultado, como mismo enfoque. Las sonoridades acaricia-
casi siempre ocurre en Monteverdi, es doras de las líneas vocales consiguen logros
esplendoroso. La Misa a 4 voces hurga en el notables (Agnus Dei) pero en las secciones
terreno de la polifonía a capilla, poniendo más largas (Gloria, Credo) la intensidad se
en evidencia la maestría del compositor en ablanda un poco. Buena la calidad de gra-
el ámbito del contrapunto riguroso y «anti- una canzona de Andrea Gabrieli finalizan la bación.
guo». Plenamente monteverdiana es la liturgia. Los momentos del proprium de la
capacidad de animación que se consigue a misa son intercalados por antífonas y salmos Stefano Russomanno
través de la variación sutil de los ritmos de gregorianos.
la palabra, incluso en la óptica abstracta del Tras su éxito como solista de viola de C. MONTEVERDI: Salve Sancta Parens - Messa a 4 da
cappella; Magnificat II a 6 voci / La Stagione Armonica.
estilo antiguo. Como va siendo costumbre gamba, Sergio Balestracci se presenta aquí Dir.: Sergio Balestracci / SYMPHONIA / Ref.: SY 00181
desde hace tiempo, la misa se completa con como director del coro italiano La Stagione (1 CD) D2 [-20% de descuento (precio especial de lan-
zamiento)]

RICERCAR añade un nuevo título a la serie English Consort Music de Philippe Pierlot

Ayer Byrd, hoy Ferrabosco


GLOSSA presenta en promoción

L
a carrera de Alfonso Ferrabosco II (ca.1578-1628) muestra caras todavía oscuras. El número dos que
sigue a su apellido sirve para distinguirlo del padre, de quien recibió sus primeras clases de música. especial las grabaciones
Desde 1560, Ferrabosco padre había entrado al servicio de Isabel I. La reina inglesa se proponía reu- madrigalísticas de La Venexiana
nir a su alrededor a los músicos más ilustres de la época. Esto motivó el traslado de Ferrabosco I a Londres, con un 20% de descuento
como reconocimiento de su reputación europea (Ronsard le había dedicado un poema). Pese a su proce- sobre su precio habitual.
dencia italiana, los Ferrabosco lograron adaptarse de manera extraordinaria a las exigencias y al lenguaje
de la corte inglesa.
Las piezas para consort de violas de Ferrabosco II que recoge el compacto RICERCAR no resultan nada
inferiores a las de los más destacados autores ingleses de la época. Sus fantasías polifónicas brillan por la
intensidad melódica de todas las voces y el trabajo contrapuntístico
revela un consumado oficio. Las fantasías, las pavanas y el In Nomine
(en donde se utiliza un cantus firmus de origen gregoriano) están escri-
tos para 4, 5 y 6 voces, aportando quizá un matiz de dulzura dentro de
la tradición inglesa del consort, siempre un tanto impregnada de melan-
colía. Las piezas se componen de secciones diversas, en donde suele
abrirse brecha el juego de la variación. El tono es por lo general medi-
tativo, aunque el autor consigue alcanzar ocasionalmente acentos más
amenos (Fantasía a 6 en do). Entre las piezas grabadas destaca la
SIGISMONDO D’INDIA
Fantasía Exacordo, una verdadera obra maestra en la inventiva y la Libro Primo de Madrigali [1606]
construcción armónica capaz de unir tonalidades lejanas. Dos cortes Coladonato, Ragni,
Sciannimanico, Cavina,
del disco están dedicados a la producción de Ferrabosco para lira-viola Maletto, Naglia, Carnovich
(a la que el compositor dedicó una colección de piezas en 1609). Con La Venexiana. Dir.: Claudio Cavina
este nombre se indicaba una técnica de tocar la viola de gamba GLOSSA / Ref.: GCD 920908 (1 CD) D2
[-20% precio especial]
mediante scordatura, con el objeto de alcanzar una mayor resonancia
de las cuerdas al aire y permitir un más suelto juego polifónico en el instrumento. Completan el programa
Otras grabaciones de La Venexiana
obras de autores anónimos de la época. En algunas se aprecia una fresca vena naturalista y descriptiva de también disponibles en iguales condiciones
Cuckoo de Richard Nicholson y This merry pleasant Spring. La interpretación del Ricercar Consort, aquí
S. D’INDIA: 3er Libro de Madrigales
encabezado por Philippe Pierlot, manifiesta un profundo entendimiento de la poética de Ferrabosco, GCD 920903
explorando tanto su vertiente inglesa como buscando dónde resulta posible un tinte más airoso. La sopra-
no Susan Hamilton interpreta las piezas vocales con timbre fresco y algo acerbo, cercano al estilo vocal C. MONTEVERDI: 7º Libro de Madrigales
GCD 920904
que fue de Emma Kirkby.
S.R. L. LUZZASCHI: 5º Libro de Madrigales
GCD 920905
ENGLISH CONSORT MUSIC (Vol. II) - A. FERRABOSCO: 17 Canciones / Susan Hamilton (soprano) / Ricercar Consort. Dir.: Philippe L. MARENZIO: 9º Libro de Madrigales
Pierlot / RICERCAR / Ref.: 233372 (1 CD) D2 GCD 920906
También disponible: G. DA VENOSA: 4º Libro de Madrigales
ENGLISH CONSORT MUSIC (Vol. I) - W. BYRD: 17 Canciones / James Bowman (contratenor) / Ricercar Consort. Dir.: Philippe Pierlot GCD 920907
/ RICERCAR / Ref.: 206442 (1 CD) D2

(5)
Tras la publicación de sus Conciertos para violoncello, llega ahora
la Diana amante, de Leonardo Leo (1694-1744)

El oro de Nápoles
S ucede a veces, sin causa aparente posible, como en el caso
que ahora nos ocupa, que un compositor más o menos olvi-
dado recupera repentinamente el interés para algunas casas
discográficas. Este es el caso del napolitano Leonardo Leo, maestro
ameno, Sieguo l’orme y Di quel labbro, o la bellísima Amoretti
vezzosetti, entre otros muchos y destacados ejemplos).
Los solistas encargados de animar a los mitológicos protagonis-
tas de la serenata revelan un buen gusto y una gracia exquisita en
de indudable calidad creativa y compositiva que hasta fechas muy la interpretación de sus respectivos papeles. La soprano Rossella
recientes no ha comenzado a recibir el apoyo, tímido de momen- Ragatzu tiene, en el papel principal de Amore, pasajes verdadera-
to, del mundo de la fonografía; desde estas mis- mente memorables en los que se dan cita la
mas páginas (Boletín de enero de 2001) nuestro sensualidad y el lirismo más napolitanos. El
buen amigo Mariano Acero Ruilópez se deshacía resto del elenco vocal discurre por los cauces
en merecidos elogios sobre la reciente grabación habituales de la casa italiana BONGIOVANNI,
de una colección de conciertos para violonche- que van desde el buen hacer y las bellas voces
lo de este gran músico. de la mezzo Monica Bacelli y el bajo Danilo
Presentamos ahora una composición vocal de Serraiocco en los papeles de Diana y Proteo
cierta envergadura, la Serenata a cuatro voces respectivamente, hasta la más discreta actua-
Diana amante, con texto atribuido al abate ción del tenor Filippo Piccolo en el de
Giuseppe Papis y estrenada por los miembros de Endimione. Por su parte, la Orquesta Leonardo
la Real Capilla en el Palacio Real de Nápoles el Leo y su director, Vito Paternoster, correctos
4 de diciembre de 1717 para festejar el cumple- aunque no deslumbrantes, y superados en todo
años de María Bárbara von Herbstein, esposa del momento por la calidad de la música que
virrey austríaco Wirich Philipp Lorenz. recrean, realizan sin embargo un verdadero y
La partitura, a pesar de tratarse de una obra de saludable esfuerzo al rescatar esta joya napoli-
juventud del genio napolitano, presenta ya muchas de las caracte- tana del olvido de los siglos. Quizá lo menos atractivo de toda la
rísticas que harían célebre a Leo durante sus años de madurez. grabación sea la toma de sonido, un tanto lejana, efectuada en
Arias brillantes, cargadas de una sensualidad y emotividad que sólo concierto a principios de diciembre de 1998 en la iglesia de San
los maestros italianos consiguieron plasmar a la perfección, una Juan de Brindisi.
fina acción dramática en los elaborados recitativos, complejos Una magnífica ocasión para acercarse a uno de los composito-
números a cuatro voces con los que culminan cada una de las dos res más sobresalientes y desconocidos de la primera mitad del siglo
partes en las que se solían dividir estas composiciones alegóricas. XVIII.
Podemos calificar esta serenata como una obra de transición entre
el munod musical barroco que llegaba a su fin (escúchense con F.P.C.G.
atención las arias Sol chi ben ama y E’ un bel piacer) y las prime-
ras y frescas manifestaciones del gusto galante y rococó que L. LEO: Diana amante / Ragatzu, Bacelli, Piccolo, Serraiocco / Orquesta Leonardo Leo.
Dir.: Vito Paternoster / BONGIOVANNI / Ref.: GB 10019/20-2 (2 CD) D2 x 2
comenzaba a imponerse en toda la Europa occidental (Prato

La serie roja de ORFEO publica las 6 Partitas de J.S. Bach por Carl Seeman, en piano

Las maravillas de Bach


en el teclado
E
l alemán Carl Seeman (Bremen, 1910-Friburgo, 1983) fue sin duda un pianista notable, aun-
que su nombre no se encuentre entre los más grandes del siglo que acaba de terminar.
Formado en el Conservatorio de Leipzig, y posteriormente con Carl Adolf Martienssen, uno
de los nietos de Liszt, Seeman se convirtió tras su graduación en organista de la Iglesia de San
Nicolás en Flensburg y en la Catedral de Verden. Todo ello explica sin duda su devoción hacia el
autor que protagoniza esta grabación de ORFEO, J.S. Bach. Seeman se acerca a su hermosísima
colección de Partitas con una técnica y mecanismo impecables. Caben pocas dudas sobre la cla-
ridad de su articulación, y su entendimiento de la polifonía es
irreprochable (como puede apreciarse en el pasaje fugado de
la Sinfonia de la Segunda Partita o en el Capriccio de esa
misma obra, uno de los momentos más felices del álbum). No
pretende, ni podía pedírsele en 1965, cuando el movimiento
historicista andaba sus primeros pasos, especial rigor en cuan-
to al estilo (algo bastante visible en su a menudo peculiar rea-
lización de los adornos). Su manejo dinámico y agógico se
aleja de criterios excesivamente románticos, lo que es elogia-
ble, aunque su manera de decir esta música, al menos para
quien esto firma, adolece en ocasiones de cierta rigidez en el
fraseo, ultrapreciso y exactísimo en la medida y el dibujo rít-
mico, pero que no permite la mínima inflexión (como las que
hace en nuestros días un Leonhardt), lo que limita el vuelo expresivo de algunas danzas, espe-
cialmente las sarabandes y las allemandes. Los tempi aplicados tienden a lo vivo, especialmente
en éstas últimas, que resultan así algo deslucidas. A cambio, la vitalidad y absoluta nitidez de CANTOS DE ESPAÑA
momentos como el antes mencionado Capriccio o las Gigues de las Partitas 3 y 4, presentan lo Obras originales y transcritas para vio-
loncello y piano de Granados, Albéniz,
mejor del arte bachiano del alemán. Álbum, en todo caso, interesante, entre otras razones por- Turina, Cassadó, Castillo y Falla
que uno nunca se cansa de bucear en esta maravillosa colección, quizá no tratada por los pia- Luiza Nancu (cello)
Tatiana Postnikova (piano)
nistas -más inclinados a la brillantez de las Goldberg- con toda la justicia que merece. LINDORO
Ref.: MPC 0706 (1 CD) D2
Rafael Ortega Basagoiti
J.S. BACH: 6 Partitas, BWV 825-830 / Carl Seeman (piano) / ORFEO / Ref.: C014002I (2 CD) D4 x 2

(6)
CPO presenta Der geliebte Adonis, una nueva CPO publica la integral de las 12 Trio Sonatas
y bella ópera de Reinhard Keiser (1674- 1739) del genio veneciano por Parnassi Musici

Temprana madurez Albinoni:


felices aniversarios
D
e repente, la celebrada grabación de Croesus por René
Jacobs nos ha puesto ante los ojos a Reinhard Keiser, el pri-

S
i las divisiones historiográficas de la música atendieran a la
mer patrón musical (y más tarde, fecundo inspirador y dimensión universal de los repertorios, la sonata en trío del
«prestamista») de Haendel en Hamburgo. Y hemos comprendido Barroco tendría que ser tenida como el género clásico por
los porqués de la sólida reputación que le acompañó en su tiempo excelencia de todos los tiempos. Este género de la música de cáma-
y de su consideración por los musicólogos como la primera gran ra, glorificado por las cuatro colecciones de Arcangelo Corelli
figura de la historia operística alemana. Pero, recordémoslo, Keiser -publicadas en Roma entre 1681 y
no es un recién llegado a la discografía. Sin pretensión de exhaus- 1684- supuso el modelo irrenuncia-
tividad, andaban por ahí, en algún caso desde hace más de diez ble y el medio musical predilecto
años, además de otro Croesus dirigido por René Clemencic, nada para innumerables compositores a
menos que tres versiones de una Pasión según San Marcos demos- lo largo de decenios durante el perí-
trativa de que las grandes Pasiones de Hamburgo precedieron y odo Barroco. Repertorio que explora
hasta inspiraron a las de Leipzig, un disco de cantatas de su las posibilidades contrapuntísticas
Gemüths-Ergötzung y un par de de tres voces -dos superiores y el
óperas más, Tomyris (o Die bajo continuo-, resultaba perfecto
Grossmütige Tomyris) y Mas- para la experimentación musical del
saniello furioso, esta última con Barroco, piedra de toque para
la rebelión antiespañola de demostrar el genio compositor. La
Nápoles de 1647 como fondo, edad de oro de la triosonata la pode-
en CPO. mos cifrar en los años comprendidos
Es también CPO quien edita entre 1675 y 1710, lustros en los
que vieron la luz un sinfín de colecciones consagradas a la legen-
ahora una de sus primeras ópe-
daria formación. La ciudad de Venecia, siempre en vanguardia, fue
ras para el Teatro del Mercado escenario señero del desarrollo del género. Allí, y al calor de los
de los Gansos de la próspera ejemplos boloñeses y romanos, surgió toda una generación de ins-
ciudad hanseática, Der geliebte trumentistas que recogieron la influencia corelliana pero sin
Adonis (El amado Adonis, 1697). renunciar a la sabrosa tradición veneciana. Pirro Albergati,
Con libreto del distinguido poeta Giovanni Maria Ruggiero, Giorgio Gentili, Francesco Bonporti,
C.H. Postel enteramente escrito en alemán -todavía no había lle- Benedetto Vinacessi, Giulio Taglietti, Antonio Caldara o Antonio
gado el tiempo en que intercalaba arias en italiano-, desarrolla la Vivaldi son sólo algunos compositores que publicaron tríos en la
historia mitológica de los amores entre la diosa Venus y el pastor Venecia de circa 1700.
Adonis, trágicamente rotos por los celos de Marte. Y presenta ya En medio de este universo debutó el veneciano Tomaso Albinoni
muchos de los que serán rasgos distintivos del compositor. En pri- (1671-1751), legando su inevitable colección de 12 Triosonatas
mer lugar, la feliz síntesis estilística de elementos italianos (arias da (para dos violines y bajo continuo, como mandan los cánones),
capo), franceses (ritornelos e intervenciones orquestales, estructu- aparecida como su Op. 1, publicada en Venecia en 1694, y graba-
ra de ciertas escenas), germánicos (arias estróficas, melodías de da ahora integramente en primicia mundial por Parnassi Musici.
origen popular; más propio de Hamburgo, el personaje gracioso, Todo un epítome de una estética y de una cultura, estos tríos albi-
aquí sagazmente empleado para humanizar la acción). Añadamos nonianos son un monumento a la recién nacida sensibildad ilumi-
la destreza en la caracterización de los personajes y la expresión nista, son la cristalización de la ilustración y de la edad de la razón.
musical de los sentimientos; no menos importante, la poderosa Siguiendo los pasos de Corelli, de quien toman al pie de la letra su
inventiva melódica y el admirable dominio del color orquestal; y, severa construcción formal, Albinoni compone una colección que
por último, la habilísima utilización del recitativo y la solidez dra- es un modelo de su clase, la sonata de iglesia: una sucesión inva-
mática del conjunto. Lo que, unido a una sorprendente madurez - riable de cuatro movimientos abstractos que siguen el esquema
fue compuesta a los veintitrés años-, hace de Adonis un digno fruto lento-rápido-lento-rápido, cincelados todos con una gravedad con-
de quien para J. Mattheson era «el mayor compositor de óperas del ceptual y un magisterio contrapuntístico exquisito. Los movimien-
mundo» y para J. Scheibe, «quizá el más original genio musical tos rápidos, de una plasticidad y vitalidad memorable, son todos
fugados -siendo especialmente jugosos los segundos de cada sona-
que haya producido Alemania».
ta- y los lentos son maravillosas suertes contemplativas: suspensio-
En este registro, realizado en directo en abril de 1999, Thomas
nes armónicas y pausadas secuencias imitativas de los violines
Ihlenfeld asume la dirección con buen pulso y sentido teatral. La sobriamente cimentadas por el bajo continuo. El musicólogo
Capella Orlandi Bremen, grupo especializado en la interpretación Michael Talbot, máxima autoridad albinoniana, no deja lugar a
historicista relativamente joven y de muy elevada calidad, respon- dudas cuando afirma que la Op. 1 de Albinoni «es una obra muy
de magníficamente, tanto en bloque como en las intervenciones meritoria para ser primeriza, demostrando una firme aprehensión
solistas. Es, además, muy de agradecer el imaginativo y rico bajo de la forma, una verdadera intuición contrapuntística y los comien-
continuo desplegado (clave, órgano, arpa, guitarra y chitarrone en zos de un estilo personal». El conjunto Parnassi Musici, especiali-
combinaciones diversas con viola de gamba, violoncelo y fagot). Y zado en la música camerística barroca, nos brinda una grabación
el equipo vocal, en el que figuran las sopranos Marietta Zumbült y excelente de estas joyas barrocas, demostrando una vez más su
Mona Spägele y el contratenor Ralf Popken, raya en general a pleno dominio estilístico del Barroco. Ofrecen los dos violinistas
notable altura. El directo no influye en el sonido, tan limpio, claro un técnica historicista impoluta, muy nórdica, desgranando las
y próximo como es habitual en la casa. En consecuencia, las tres líneas con una tersura oceánica y completamente limpia, pero no
horas y media de audición transcurren casi en un suspiro, como por ello plana o inexpresiva: el fraseo resulta articulado, y la clari-
suele ocurrir en circunstancias placenteras. Terminamos expresan- dad polifónica del discurso es palmaria, exponiendo todo el con-
do un deseo que es una petición: más Keiser, por favor. Porque hay junto la trama de las tres voces con una transparencia que nos per-
donde elegir, ya que fue, por ejemplo, uno de los primeros en mite gozar sin pausa del apolíneo contrapunto albinoniano. El bajo
poner música al famoso texto pasional de Brockes y, dejando al continuo está realizado con una solvencia incontestable, aportan-
margen otros géneros en los que también fue prolífico, se conser- do la profunda gravedad que exigen la obras. Una grabación, en
van íntegras cerca de veinte óperas de las casi setenta que compu- suma, inexcusable para las discotecas barrocas, que además viene
so. a celebrar de la mejor manera los aniversarios de nacimiento y
muerte del gran compositor veneciano que depara el presente año
M.A.R. 2001.
P.Q.O.
R. KEISER: Der geliebte Adonis / Zumbült, Popken, Rydén, Spägele, Kobow / Capella
Orlandi Bremen. Dir.: Thomas Ihlenfeldt / CPO / Ref.: 999636-2 (3 CD) D2 x 2 [3 CDs T. ALBINONI: 12 Trio Sonatas, Op. 1 / Parnassi musici / CPO / Ref.: 999770-2 (1 CD)
al precio de 2] D5

(7)
DYNAMIC presenta el 8º volumen Romeo y Julieta, desde el Met, con Corelli y Boky
de los Conciertos para violín
de G.B. Viotti (1755- 1824)
La voz varonil
El singular
S
e puede considerar a Charles Gounod uno de los máximos representantes de la
encanto música francesa, con su particular concepción del romanticismo, distinto de otros
lugares pero igualmente válido, a partir de un lirismo delicado y de gran sutileza,
que es el reflejo del perfume galo. Romeo et Juliette es,
de Viotti después de Faust, su ópera más conocida; parte del
drama de Shakespeare, con libreto de Jules Barbier y

E
l inquieto sello genovés DYNAMIC ha Michel Carré. Tuvo gran éxito en su estreno y su fama
llegado ya al volumen octavo de su se extendió por todo el mundo, llegando a Nueva York
integral de los Conciertos para violín el mismo año. Se trata de una obra de una rara entidad
(29, nada menos) compuestos por armónica y ambiental, con un cierto contenido dramá-
tico, donde se produce un interesante desarrollo musi-
cal de los personajes, con elegancia. Se la ha definido
como «un largo dúo de amor con interrupciones».
Desde su pronto estreno en la ciudad de los rasca-
cielos, la obra ha ido subiendo a los escenarios neo-
yorquinos con una cierta asiduidad, con artistas de la
talla de De Reszke, Gigli, Thill, Gedda y, como no
podía ser menos, Franco Corelli, cantante que se convirtió en participe habitual de las
temporadas americanas. Corelli debutó el rol en Filadelfia, en una única representación
en 1964, y no volvió a ella hasta 1968, en el Met, cantándola continuamente hasta 1975.
En 1973 hizo una única representación que ahora se nos ofrece, donde el tenor surge con
su gran belleza de timbre, refulgente, lleno, varonil, que se expande con una fuerza
extraordinaria, sin buscar formas que no son la suya y reflejando todas las evoluciones
del personaje con momentos sutiles, apasionados, sin olvidar las notas contenidas ni la
composición lírica. A su lado la canadiense Colette Boky es la clásica soprano ligera de
la época, musical, con facilidad en el registro agudo y para las agilidades. Dentro del
Giovanni Battista Viotti (1755-1824), amplio reparto cabe destacar la nobleza de John Macurdy, la línea de Judith Forst y la
músico esencial en la historia del instru- veteranía de Charles Anthony, todos ellos dirigidos con eficacia por Martin Rich, muy
mento, que enlaza a Corelli y Gaetano pendiente de los cantantes...
Pugnani con Paganini por un lado, y con
Kreutzer, Rode y Baillot por otro, sin olvi- Albert Vilardell
dar a Wieniawski e Isaÿe, que escribieron
cadencias para dichos conciertos. La agita- C. GOUNOD: Romeo y Julieta / Corelli, Boky, Macurdy, Harvuot, Anthony, Forst / Orquesta y Coro del
Metropolitan Opera House de Nueva York. Dir.: Martin Rich (31.3.73) / MYTO / Ref.: 2MCD 011.236 (2 CD) D10
da vida de Viotti transcurrió entre su Italia x2
natal, Alemania, el París de la revolución y
Londres, donde fue empresario teatral y
comerciante de vinos. Allí falleció en
1824, prácticamente en la miseria. Entre La soprano dramática, en un nuevo disco de «Arias sin voz» de BONGIOVANNI
sus conciertos destaca el número 22 en la
menor, una obra deliciosa y bien conocida
de los estudiantes avanzados de violín,
Ejercicios sopraniles
que ha merecido la atención de Perlman,

D
Grumiaux, Uto Ughi, Stern y -por encima espués de otros varios registros dedicados a las diferentes cuerdas vocales operís-
de todos- Oistraj. Fue muy apreciada por ticas, masculinas o femeninas, Silvano Frontali-
Brahms, como recuerda en sus documen- ni, antes con la Sinfónica Moldava, ahora con la
tadas notas de carpeta Danilo Prefumo. Filarmónica de Ucrania, regala varias interpretaciones
De los tres Conciertos que ofrece este de «Arias sin voz» para sopranos dramáticas. Tomada
CD destaca el número 25, en el tono de la esta palabra en una doble vertiente: tanto la de las can-
menor/mayor, que recuerda a su hermano tantes que necesitan, precisamente, ese material instru-
más conocido. En los otros dos, numera- mental «dramático» para sacar con holgura el papel
dos 10 y 26, Viotti usa la tonalidad de si (Turandot, Abigaille), como la de aquellas otras heroí-
bemol mayor y, aun siendo menos origina- nas que, siendo de origen lírico o lírico-spinto, en ese
les y creativos, merecen la escucha, parti- instante de la acción de encuentran en situaciones más
cularmente en sus tiempos lentos centra- bien «dramáticas» (la Butterfly que está a punto de
les. Viotti tiene siempre encanto y chispa, harakiriarse). Al lado de este tipo de sopranismo ver-
aunque nadie debe buscar en estas obras diano y pucciniano, Frontalini propone otras «donne»
el genio que Mozart derrochó en sus con- de los mismos compositores que, precisando un mate-
ciertos KV 216, 218 y 219. Mezzena toca rial suficientemente denso y sólido, están viviendo
con vigor, elegancia y alegría, supera las situaciones no tan dramáticas como quisiera indicar el
abundantes dificultades técnicas que Viotti registro: las dos Leonoras hispanas (de Guzmán o de Vargas) en plan contemplantivo o
prodiga y canta con lirismo y efusión. plañidero, la nostálgica Aida, la Amelia más maternal y la Tosca del remanso del Vissi
Además, dirige con acierto la Symphonia d’arte. De cualquier manera este disco puede servir, una vez superada la ausencia del
Perusina y da una versión plenamente solista vocal, de goce auditivo o, como sus previos hermanos gemelos, de ejercicio case-
satisfactoria de estas obras. ro para los alevines cantantes, máxime cuando los tiempos marcados por Frontalini son
los lógicamente correctos y cómodos.
Roberto Andrade
Fernando Fraga
G.B. VIOTTI: Integral de los Conciertos para violín
(Vol. 8) - Conciertos núms. 10, 25 y 26 / Franco ARIAS SIN VOZ - La soprano dramática / Acompañamiento orquestal de «Anch’io dischiuso un giorno» y «Salgo
Mezzena (violín y dirección) / Symphonia Perusina / già» (Nabucco); «Tacea la notte placida» y «D’amor sull’ali rosee» (Il trovatore); «Morrò, ma prima in grazia» (Un
DYNAMIC / Ref.: CDS 364 (1 CD) D2 ballo in maschera); «Ritorna vincitor»y «O cieli azzurri» (Aida); «Pace, mio dio» (La forza del destino); «Vissi d’ar-
te» (Tosca); «Tu, tu piccolo Iddio» (Madama Butterfly); «In questa reggia» (Turandot) / Orquesta Filarmónica de
Volúmenes anteriores también disponibles. Ucrania. Dir.: Silvano Frontalini / BONGIOVANNI / Ref.: GB 8005-2 (1 CD) D2
Solicite catálogo sin compromiso.

(8)
Carlos Kleiber y un reparto de excepción componen una Bohème milanesa memorable

¡Arde La Scala!
¡ Arde la Scala!... El foso, el escenario, el patio de butacas, su escan-
daloso gallinero, coro, profesores... Aquel inflamado 22 de marzo
de 1979 la temperatura del legendario teatro milanés alcanzó uno
de sus puntos más cruciales e incandescentes. Todo fue obra de un
Cappuccilli. Las bondades vocales
del prodigio se completan con el
fornido Colline de Evgueni
Nesterenko y el Schaunard de
único y prodigioso pirómano musical. El inflamado suceso escalígero Giorgio Giorgetti.
fue felizmente documentado por una grabación que permite revivir - Desde la pareja protagonista
más bien «vivir en presente»- la noche memorable en que Carlos Kleiber hasta el último instrumentista del
-el prodigioso pirómano- cargó de novedosas tintas y acentos la mil foso o corista, todo contribuye a
veces escuchada Bohème de Puccini. configurar una versión absoluta-
Casi todo suena a nuevo en esta lectura abrasadora y tierna, de pro- mente redonda que hay que emplazar como una de las máximas refe-
nunciadas dinámicas y llamativos detalles. Lo grande es grandísimo y lo rencias disponibles. Karajan (Freni, Pavarotti), Beecham (Victoria,
sutil, sutilísimo, siempre dentro de un increíble discurso narrativo en el Bjoerling) y, quizá, Chailly (Gheorghiu, Alagna), son las únicas lecturas
que ese afán natural por llevar los extremos más allá de sus últimas con- que pueden equiparse a este vivísimo y palpitante registro. El entusias-
secuencias no hace sino -paradójicamente- cargar de contenido y razón mo del público ante el prodigio obrado aquel 22 de marzo de 1979 por
la normalidad verista de una ópera en la que la protagonista es una lán- Kleiber y sus entregadísimos e implicados colaboradores provocó que
guida y sencilla costurera que «non va sempre a messa» y que vive aquel día La Scala fuera una gozosa fiesta animada por el embeleso, la
«sola, soletta». pasión y el gozo que genera una gran función de ópera. Las ovaciones
Cada nota, cada célula melódica, cada frase, es mostrada por la al principio de cada acto fueron siempre clamorosas y eran el mejor tes-
genial batuta kleiberiana con un esmero, pulcritud y vitalidad expresiva timonio del lírico fervor del público milanés ante el milagro obrado por
tan desbordantes como contagiosos. Pocas ocasiones -quizá nunca- la el maestro.
partitura pucciniana se escuchó con tan absoluta transparencia y vitali- Coda freniana. Este completísimo álbum de dos discos no se ha olvi-
dad. La claridad de las texturas orquestales, el impulso rítmico, las cui- dado de los fieles devotos de la maravillosa Mimì de Mirella Freni, quie-
dadísimas gradaciones dinámicas... ¡una orquesta que frasea y canta nes encontrarán a su fascinante diosa en el lujoso bonus que contiene
con la misma belleza melódica con la que lo hacen los ilustres solistas el cofre. Se trata de una extensa selección de fragmentos procedentes de
vocales! una excitante y casi juvenil Bohème cantada por la Freni en Roma el 17
La Mimì de Ileana Cotrubas se implica y entrega con fervor al dicta- de julio de 1969 bajo la dirección de Thomas Schippers. Su Rodolfo es,
do de la genial batuta. La desaparecida gran soprano rumana se inflama naturalmente, su paisano Luciano Pavarotti. Una y otro se implican con
de efusividad y sirve, con sus proverbiales facultades expresivas, una esa unicidad que ha hecho de la pareja de modeneses uno de los pila-
encarnación tierna y sensual, de infinito y conmovedor dramatismo. A res interpretativos más emblemáticos de la maravillosa e infinita «storia
su lado, el paradigmático Rodolfo de un Luciano Pavarotti en estado de la vicina che la vien fuori d’ora a importunare».
pletórico vibra y se contagia de todo para poner su entonces aún bellí-
sima voz al servicio de un personaje emblemático en su repertorio. Justo Romero
Cálido y comunicativo hasta lo indecible, su racconto del primer acto <justito@arrakis.es>
es un modelo del mejor canto verista. El teatro, al final, se vuelve loco
ante el orondo divo modenés. Sensual y maravillosamente delineada la G. PUCCINI: La Bohème / Cotrubas, Pavarotti, Cappuccilli, Popp, Nesterenko,
Musetta de Lucia Popp, y de antología el Marcello del gran Piero Giorgetti / Orquesta y Coro del Teatro alla Scala. Dir.: Carlos Kleiber / MYTO / Ref.:
2MCD 011.240 (2 CD) D10 x 2

Gencer y Bergonzi en un Ballo boloñés del 61

Una pareja imprescindible


de Bergonzi y Gencer para aquel estreno? este sutil y difícil personaje de Amelia. No
Pues éstos son los que asumen los roles de es, quizá, el papel que mejor conviene a
Riccardo y Amelia respectivamente en esta sus cualidades canoras, pero tiene esta can-
grabación del sello MYTO que era ya cono- tante la habilidad de transformarse en esce-
cida desde hace bastantes años y había na y entregarse al personaje que interpreta
desaparecido de catálogos y distribuidores, de tal forma que llega a convertir sus defec-
pero que ahora se nos devuelve con un tos en cualidades. No olvidemos que es una
buen sonido, procedente de una represen- artista que ha dejado su legado en graba-
tación del Teatro Comunale de Bolonia del ciones recogidas en directo por aficiona-
28 de noviembre de 1961. dos, lo que le ha valido el sobrenombre de

E l 17 de febrero de 1859 se estrenaba


en el Teatro Apollo de Roma una de la
óperas más completas y geniales de
Verdi, Un ballo in maschera, que había
tenido un parto más que difícil debido,
Carlo Bergonzi no sólo es el Riccardo de la
década de los sesenta sino posiblemente el
de la segunda mitad del siglo que acaba de
pasar, y parece que todavía tardaremos
«la reina de la grabación pirata». Su aria
«Ecco l´orrido campo», seguida del maravi-
lloso dúo con Riccardo, así como su segun-
da aria «Morrò, ma prima in grazia», si no
mucho en escuchar a otro de similar cate- son estrictamente modélicas del canto ver-
como es bien sabido, a los múltiples pro- goría. Esta es probablemente su primera diano, sí son una muestra y ejemplo de una
blemas de censura que estuvieron a punto grabación del Ballo, y ya aparece como el forma de entregarse al canto única y lamen-
de dar al traste con este proyecto extraordi- Riccardo por excelencia, con una línea ver- tablemente ya inexistente.
nario. A pesar de todo, un nuevo triunfo diana rigurosa, con un fraseo elegantísimo Completan el reparto Mario Zanasi y
pudo añadirse a la carrera de éxitos del y de una claridad meridiana, una línea de Adriana Lazzarini, que canta una Ulrica
maestro, pero parece ser que el mérito no canto y una atención a las indicaciones con bastante holgura y suficiencia; pero en
se debió en mayor medida a los intérpretes, absolutamente modélica además de un sen- esa época triunfaban en el rol Simionato y
como el propio compositor dejó escrito en tido musical sobresaliente que permiten Verrett. Correcto el Oscar de Dora Gatta.
una carta al empresario del teatro romano: olvidar algunos de sus defectos tímbricos. Oliviero de Fabritiis dirige con brío y maes-
«Ponte la mano en el corazón y confiesa Magistral: como muestra, el recitativo y aria tría a la orquesta y coro del Comunale de
que fui un modelo de abnegación al no «Ma se m´è forza perderti» y la escena de la Bolonia. Imprescindible por la pareja prota-
coger mi partitura y marcharme a otro muerte. Estas cualidades se irían resaltando gonista.
lugar, porque hasta el ladrido de los perros en las grabaciones posteriores de los años
habría sido preferible a las voces de los sesenta con otras partenaires como Rysanek Francisco García-Rosado
intérpretes que me ofreciste». (J. Budden, Le dirigiendo Santi, Nilsson y Solti, y Price con
opere di Verdi II y F. Abbiati, Giuseppe Leinsdorf. A su lado la soprano turca Leyla G. VERDI: Un ballo in maschera / Gencer, Bergonzi,
Verdi. Le vite). ¿Qué hubiera dicho el maes- Gencer muestra una vez más sus capacida- Zanasi, Lazzarini, Gatta / Coro y Orquesta del Teatro
tro de Busseto de haber podido escuchar, al Comunale de Bolonia. Dir.: Oliviero de Fabritiis
des camaleónicas asumiendo con maestría (28.11.61) / MYTO / Ref.: 2MCD 011.238 (2 CD) D10 x 2
menos, a dos protagonistas de la categoría

(9)
Wunderlich protagoniza Der Wasserträger o Les deux journées, de Luigi Cherubini, en MYTO

Rescate de una ópera «de rescate»


E l florentino Luigi Cherubini (1760-1842), tan apreciado en
Francia que llegó a ser director del Conservatorio de París, fue
compositor de gran oficio y preparación. Sus obras líricas
tuvieron gran predicamento en su tiempo. El triunfo le llegó al
tenemos, sin duda, elementos que luego aparecerían en el Fidelio
beethoveniano -el nº 3, un aria de Micheli, el aguador, preconiza
el canto agradecido de Florestán a Rocco y Leonora y el nº 9,
«Marsch fort!», nos trae a la memoria el dúo Pizarro-Rocco-, ras-
músico con Lodoiska, estrenada en 1791. Más de doscientas repre- gos fuertemente rossinianos, heredados de la ópera cómica france-
sentaciones lanzaron a la fama de aquellos días sa anterior -el nº 4 tiene un dibujo fino y una rit-
esta obra caballeresca, auténtico anticipo de la mica que nos acercan a ciertas cosas del de
ópera netamente romántica. Medée, que es indu- Pesaro- o temas y tratamientos muy de la ópera
dablemente su composición lírica más lograda, alemana posterior, la de los Nicolai, Marschner o
no tuvo, sin embargo, en 1797, un éxito similar. Lortzing. Hay también, qué duda cabe, estilemas
Éste retornó en 1800 con Les deux journées, -ciertos procedimientos métricos, uso del ostinato
conocida también como Le porteur d’eau, pre- entre ellos- hijos del Gluck de Alcestes o las
sentada, como aquéllas, en el Teatro Feydeau y Ifigenias.
seguida ávidamente por el público llano. El tema, Podemos comprobar todo ello mediante la escu-
expuesto en el libreto de Bouilly, de trazado algo cha de esta digna versión de la Radio del Suroeste
complicado por las muchas idas y venidas y los alemán, que gobierna con discreto pulso y relati-
muchos enredos y confusiones, era el propio de va limpieza de ejecución la batuta de Hans
la la ópera conocida con el apelativo «de resca- Müller Kray y que está dominada, como cabía
te». Beethoven, que admiraba enormemente al esperar, por la presencia de uno de nuestros teno-
florentino y aplicó bastantes de sus procedimientos musicales, res preferidos, Fritz Wunderlich, que aquí encarna al noble conde
siguió esa línea en su Fidelio, inspirado por cierto en un texto del Armand, perseguido por la justicia del Cardenal Mazarino. El tem-
mismo Bouilly. ple habitual del cantante, su rico timbre plateado, tantas veces ala-
Les deux journées o Le porteur d’eau pasó rápidamente a otros bados en estas páginas, se hacen igualmente presentes en este
países, en especial a Inglaterra, donde se conoció como The caso, bien que su parte no sea excesivamente protagonista ni sus
Watercarrier, y Alemania, donde se hizo popular con el título Der posibilidades de lucimiento sean excesivas. Flaquea bastante su
Wasserträger. Su estructura sencilla, que denotaba que el otras compañera Constanze, la soprano Hildegard Hillebrecht -en otras
veces alambicado Cherubini había prescindido de sus habituales ocasiones esta parte ha sido servida por una mezzo-, que posee un
retóricas y academicismos, su línea melódica tersa y clara, el colo- instrumento de buen metal y proyección adecuada, pero que desa-
rido de su orquesta, la variedad de sus números -solos, dúos, tríos, fina ostensiblemente. En el dúo nº 5. Mich trennen soll ich von dem
cuartetos, conjuntos diversos, coros- y su impronta aparentemente Gatten tenemos un buen ejemplo. Los demás, incluido Marcel
llana contribuyeron al éxito; aunque después, y durante mucho Cordes en el aguador, cumplen con discreción y nos permiten, a
tiempo a lo largo de los siglos XIX y XX, quedara prácticamente través de una pasable toma sonora, degustar las sencillas bellezas
sepultada en el olvido. Beecham la rescató -nunca mejor emplea- de una obra a considerar. Después de todo parece ser la única posi-
do el término- en 1947 y la llevó a Londres. Precisamente la única bilidad actual de hacerlo, aunque no en el idioma original.
grabación existente hasta ahora, en francés, era la que con tal moti-
vo realizó la BBC y editó Cetra. La que hoy se nos presenta, asi- Papageno
mismo tomada de una interpretación radiofónica, procede de
Stuttgart, de los días 6 y 7 de noviembre de 1962. L. CHERUBINI: Der Wasserträger / Wunderlich, Hillebrecht, Cordes, Hoyem,
Lippmann / Orquesta de la Radio de Stuttgart. Dir.: Hans Müller Kray (6/7.11.62) /
Los anticipos que nos ofrece la música son indudables. Aquí MYTO / Ref.: 1MCD 011.237 (1 CD) D10

CPO publica el volumen ¡14º! de su ambiciosa integral liederística de Loewe

Un discreto encanto
C ontinúa CPO con su integral de lieder
y baladas de Carl Loewe, uno de los
secundarios más prolíficos de la his-
toria de la canción. Ha sido tenido con
razón como un músico de relativo interés, a
empleadas con inteligencia, la línea melódi-
ca es clara y armoniosa, el uso de los temas
populares está realizado con soltura. Pero
las canciones están demasiado emparenta-
das entre sí y siguen pautas bastante previsi-
de Vogl. Ambas en mi mayor, ambas en 4/4,
ambas con el mismo dibujo e idéntico
impulso rítmico. Piezas muy semejantes que
cuentan asuntos diversos pero que a la pos-
tre suenan muy parecido.
pesar de opiniones como la del musicólogo Los aires saludables y directos, la fluidez
Walther Wossidlo, autor del libro Carl de la escritura, los ocasionales rasgos de
Loewe compositor de baladas, que estimaba humor nos pueden compensar en cierto
que si uno «aprendía a conocerlo, aprendía modo. Como la medida interpretación del
a amarlo». La verdad es que -y este disco es bajo Kurt Moll. En 1996, cuando se grabó el
buen ejemplo- el arte del músico nos parece disco, contaba 58 años. Su voz, siempre
limitado; porque además tuvo la mala suer- sólida, compacta, rocosa, oscura, estaba
te de vivir en una época en la que existían aún de buen oír. Quizá su acercamiento sea
otros creadores de más enjundia; incluso un demasiado monolítico, escasamente coloris-
artista menor y algo posterior como Robert ta, y por ello las piezas nos suenan poco
Franz parece a veces más sustancial. No diferenciadas. Pero la intención expresiva es
hablemos de Schubert; aunque haya que adecuada y las notas graves tienen especial
reconocer que algunos lieder de Loewe empaque. Hay un hermoso mi bemol 1 al
poseen entidad cierta, su Erlkönig, sin ir más final de Landgrave Philip der Grossmütige
lejos, sobre el mismo poema de Goethe que nos muestra una de las mejores señas de
empleado por el vienés y que aparece en identidad del cantante. Cord Garben es el
otro de los CDs de esta serie. pianista serio y flexible de siempre.
Las canciones incluidas en éste son sobre bles para que pueda producirse ese pinza-
temas variados y adoptan estructuras con miento emotivo, ese toque misterioso que Papageno
frecuencia dispares, aun cuando predomine nos conmueve; aunque lo contado no posea
la estrófica; pero no podemos evitar una real valor. Observamos esta sensación de C. LOEWE: Lieder y Baladas (Vol. 14) / Kurt Moll (bajo);
Cord Garben (piano) / CPO / Ref.: 999414-2 (1 CD) D5
cierta sensación de monotonía. La escritura cosa plana escuchando dos piezas como
es sólida, los acontecimientos están narra- Friedericus Rex, con texto de Alexis, y Das Volúmenes 1-13 también disponibles.
dos con propiedad, las modulaciones son Erkennen (Reconocimiento), sobre poema Solicite catálogo gratuito.

( 10 )
Martina Arroyo es La africana bajo Robert le diable, una sorpresa de DYNAMIC desde Martina Franca
la batuta muniquesa de Gerd Albrecht

Meyerbeer Diabluras meyerbeerianas


en Múnich E n 1831 dio Meyerbeer a cono-
cer, en la Academia Real de
Música (Salle Le Peletier), Robert
zado, muy propio en estas circunstan-
cias. El chino Warren Mok, en un
papel escrito para Adolphe Nourrit, es

L
’Africaine, ópera póstuma de Meyerbeer estrenada en
le diable, sobre un texto de Eugène capaz de cantar con la valentía que
1865, facilitó al repertorio de tenor una de sus arias más
Scribe. El éxito fue clamoroso: la supone ascender a los do y re sobrea-
queridas, «O Paradis» (u «O Paradiso», en la versión ita-
«Grand- Opéra» se instaló así, defini- gudos (dos veces casi seguidas, por
liana mejor difundida). La obra al completo, sin embargo, no
tivamente, en el ejemplo, en el
goza de tamaña consideración, una vez agotados los estu-
gusto parisino, y espléndido dúo
siasmos decimonónicos. Resurgió esporádicamente en el
sus tentáculos se con Bertram del
siglo pasado, como demuestran las ejecuciones casi con-
mantendrían acto III), respetan-
temporáneas de los años treinta en Verona (Bruna Rasa,
hasta bien entra- do el estilo y con
Gigli, Borgioli, Righet-
do el siglo XX. El unos medios bas-
ti) o Nueva York (Pon-
tiempo ha sido tante agradables
selle, Martinelli, Bor-
injusto -no, injus- de timbre y
gioli, Lazzari), reapare-
tísimo- con la potencia. El Ber-
ciendo con algo de asi-
obra y la figura de tram de Surjan
dudidad en los años se-
Meyerbeer. En sólo admite com-
tenta, gracias al interés
parte por la pro- paraciones con el
que por ella demostró
pia obra en sí, de Samuel Ra-
Domingo, quien ya en
exigente de costo- mey, una con-
1971 grababa el aria
sos montajes y necesitada de unos frontación en la que sin duda el bajo
incluyendo la siempre
elementos vocales de excepción. europeo tiene las de perder ante el
olvidada cabaletta
Entre nuestros abuelos canoros aún americano; pero, olvidando esta fasti-
«Deh, ch’io ritorni alla
persistía el interés por la producción diosa e improcedente equiparación,
mia nave». Después de
meyerbeeriana y, en el caso de Surjan perfila un Bertram de enorme
dos celebres ejecuciones italianas, una en el San Carlo de
Robert, lo demostraron acudiendo a estatura musical y dramática. En un
Nápoles en 1963 con Nikola Nikolov y otra para el Maggio
los primitivos estudios de grabación artículo recientemente aparecido en
Musicale Fiorentino de Muti en 1971 con Veriano Luchetti,
para dejar constancia de algunas el último número de «Ópera Actual»,
el tenor hispanomexicano la cantó en San Francisco en 1972
popularísimas páginas solistas. Así, Giancarlo Landini cita entre las can-
(con una reprise en 1988, representación pasada a vídeo), en
Leon Escalais, en 1905, ofrecía una tantes italianas más destacadas de la
el Gran Teatro del Liceo en 1977 y en Covent Garden en
Siciliana de escalofriantes agudos, y nueva generación los nombres de
1978. Precisamente del año 1977 nos llega, veinticuatro
Giovanni Gravina (1902), Adamo Annalisa Raspagliosi y Patrizia Ciofi.
años después, el eco de una ejecución en la Radio Bávara,
Didur (1905), Paul Plançon en francés Le dan la razón electiva aquí las des-
dirigida por el incansable Gerd Albrecht y a la que MYTO,
(1908), Feodor Chaliapin (1912) y tacadas cantantes citadas, porque la
para ofrecer en su más completa totalidad, no duda en aña-
Ezio Pinza (1927), entre otros, hacían primera es una magnífica Alice y la
dir como bonus el ballet del acto IV y el recitativo y el aria
lo mismo con la invocación a las segunda una ostentosa Isabella, pape-
de Inés «Fleurs nouvelles», a cargo de la soprano filipina
monjas libidinosas, que tras esa con- les escritos a la mayor gloria de dos
Evelyn Mandac, tomados de la representación de San
vocatoria diablesca inmediatamente intérpretes francesas que entraron en
Francisco por haber sido ignorados en la ejecución muni-
se lanzaban a una frenética y procaz la mitología lírica Julie Dorus-Gras y
quesa. Para más abundar en esta generosa oferta, se incluye
danza ante la tumba de Santa Rosalía, Laure Cinti-Damoreau. Renato
finalmente una de las lecturas más electrizantes del aria de
patrona de Palermo, donde transcurre Palumbo redondea la faena desde el
Vasco de Gama, la de Jussi Bjoerling de 1951.
la acción de la obra. Por su parte, la foso con una dirección musical tan
La lectura francesa de Albrecht en Múnich, de inmejora-
impresionante Lilli Lehman, «il sopra- cuidada como expresiva.
ble sonido, reúne de relleno a un equipo activo entonces en
no assoluto» pre-Callas, registraba en Finalmente, un añadido. A caballo
teatros alemanes, donde encontramos al solidísimo bajo-
1907 una impecable Gnadenarie de entre la década de los ochenta y los
barítono Roland Hermann (Gran Sacerdote de Brahma), al
Isabelle, en alemán, compitiendo con noventa se sitúa el momento de
camaleónico tenor Donald Grobe (Don Álvaro) y a los bajos
la lectura anterior de otro monstruo mayor esplendor vocal de Chris
Alexander Malta (Don Pedro) y Kurt Rydl (Don Diego). El
del canto, Emmy Destinn. Merritt como cantante rossiniano y,
cuarteto vocal es de enorme eficacia: el tenor Giorgio
En 1968, el Maggio Musicale por derivación, meyerbeeriano. Hasta
Casellato-Lamberti, un todo terreno, es un Vasco de Gama
Fiorentino resucitó en italiano esta el punto de que llegó de hablarse del
de precioso y brillante colorido lírico; Sherrill Milnes, un
ópera. Contó con un equipo vocal en proyecto de realizar una grabación
agresivo (como corresponde) Nelusko, capaz también de
el que sobresalían Renata Scotto en completa de Robert le diable, que
enternecerse cuando nos descubre su amor por la protago-
Isabella y Boris Christoff en Bertram. contaría asimismo con el impagable
nista; y la dulce Inés, la soprano, otra Evelyn, Evelyn
En 1985, la Ópera de París, en una Bertram de Ramey. Todo quedó en
Brunner, que luego realizaría una meritoria carrera afecta
divertida y un tanto irreverente con- agua de borrajas, pero Merritt en
principalmente a la Opera del Rhin en Estrasburgo. Es curio-
cepción de Petrika Ionesco, recorda- 1988 cantó en el Carnegie Hall de
so que en todas estas reposiciones modernas de L’Africana o
ba Robert le diable, con un lujoso Nueva York, bajo la dirección de Eve
de L’Africaine, el papel de la protagonista titular, Selika, esté
reparto: June Anderson (Isabelle), Queler, un recitativo (Où me
encomendado a una cantante, soprano o mezzosoprano, de
Samuel Ramey (Bertram), Rockwell cacher?), una aria (Oh! Ma mère,
origen norteamericano y de raza negra. Porque en aquellas
Blake o Alain Vanzo (Robert), Michèle ombre si tendre) y una cabaletta (Ah!
más cercanas representaciones citadas renglones antes,
Lagrange (Alice) y Walter Donati venez vous), añadidas a la partitura
salvo Monserrat Caballé que fue una tiznada protagonista en
(Raimbaut), con el malogrado Thomas por el compositor en el inicio del acto
el Liceo, Selika era o Shirley Verrett o Grace Bumbry o Jessye
Fulton en el foso. El «pirateo» ha con- II para lucimiento del célebre tenor
Norman. Y aquí, en Múnich, lo es ¡Martina Arroyo! Las cua-
servado la transmisión vídeo (con Mario de Candia, marido de la no
tro intérpretes, magníficas cada una a su aire, dan un perfil
Blake) y la de radio (con Vanzo). En el menos famosa Giulia Grisi, con moti-
vocalmente espléndido a esta mujer de cuerpo entero, prin-
2000 Robert se representó en Praga, vo de su debut parisino de 1838.
cesa en su tierra, esclava en Portugal, apasionada y heroica,
Berlín (dirigida por Marc Minkowski) Felizmente, el disco pirata también ha
capaz de sacrificar su vida por salvar la del amado, como
y Martina Franca. Esta última es obje- conservado esta desprendida interpre-
corresponde a una auténtica protagonista de vicisitudes ope-
to de un preciosísimo registro disco- tación de Merritt.
rísticas, ocurran donde ocurran.
gráfico, el que motiva estas líneas.
Las representaciones del Festival se F.F.
F.F. desarrollaron en un clima de auténti-
co delirio, y no es para menos: los G. MEYERBEER: Robert le diable / Mok, Surian,
Codeluppi, Ciofi, Raspagliosi / Orquesta
cuatro cantantes principales están a la Internacional de Italia. Dir.: Renato Palumbo /
G. MEYERBEER: La africana / Arroyo, Casellato-Lamberti, Milnes, Brunner
/ Coro y Orquesta de la Radio de Baviera. Dir.: Gerd Albrecht (Múnich, altura de las endiabladas circunstan- DYNAMIC / Ref.: CDS 368/1-3 (3 CD) D2 x 3
noviembre de 1977) / MYTO / Ref.: 3MCD 011.235 (3 CD) D10 x 3 cias vocales, y valga el adjetivo utili-

( 11 )
Sarka, en primicia discográfica de Janácek y nueva versión de Fibich, en SUPRAPHON y ORFEO

Simulacros
S eñalaba Borges rasgos de ironía en Decline and Fall, la monu-
mental historia romana de Edward Gibbon. Por ejemplo, al
lamentar la escasa atención de los contemporáneos de la muerte
de Cristo, ninguno de los cuales se molesta en reseñar los terribles
fenómenos naturales que se dieron en ese momento. Por nuestra parte,
reconocidos como nación diferenciada dentro del Imperio no logran
sus objetivos. Están pasando ya los amargos años de la represión pos-
terior a 1848, pero la torpeza de Viena y la presión húngara excluyen
a los checos. Se llega en 1867 al sabio compromiso que desemboca
en la Doble Monarquía, que muy bien podría hacer sido triple, y con
podemos añadir al menos otro, cuando Gibbon se refiere a Ossian, ello más sabio; Francisco José se habría coronado no sólo en
supuesto poeta del siglo III, y a la gesta que escribió sobre Fingal. En Budapest, sino también en Praga, y quién sabe si las consecuencias no
ella, Ossian habla del «hijo del rey del mundo, Caracul [hijo de hubieran sido beneficiosas para todos.
Severo]», vencido por Fingal. En una nota a pie de página se extraña En esos momentos, Smetana es autor de dos óperas, una histórica y
Gibbon de esa referencia al futuro emperador Caracalla: «En la guerra otra comedia de costumbres populares (Los brandemburgueses en
de Caledonia, el hijo de Severo era conocido sólo con el nombre Bohemia y La novia vendida). Se plantea entonces el gran proyec-
de Antonino. ¿No es notable que un poeta escocés le haya to sobre los orígenes legendarios del pueblo checo, lo que le
dado a ese príncipe un sobrenombre inventado cuatro años llevará a escribir Libuse, cuyo estrenó postergó el propio
después de aquella expedición, que los romanos apenas autor hasta que se inaugurara el Teatro Nacional, el
utilizaron durante su vida y que los antiguos historiadores Národní Divadlo (de momento sólo contaban los checos
emplean muy raras veces?» (Gibbon, VI). con el llamado Teatro Provisional), en 1881; y aunque el
La crítica y la filogogía llegaron en su tiempo a la con- teatro se quemó inmediatamente después, se levantó un
clusión de que las traducciones del bardo Ossian, que nuevo edificio (el que conocemos hoy), para cuya inau-
habría vivido hacia el siglo III y escrito en gaélico, son guración en 1883 también se montó Libuse.(3)
una de las falsificaciones más ingeniosas de toda la his-
toria de la literatura, y que los Fragmentos de poesía Lucha de sexos en Vysehrad
escocesa antigua recopilados en las montañas de Escocia Libuse, que se basa en apócrifos y en leyendas, es una de
(1760), Fingal (1762) y Temora (1763) son obras decidi- las realidades más bellas del teatro lírico checo, hijo de
damente apócrifas. El escritor escocés James Macpherson esa nación que pugnaba por vivir y que nunca lo ha con-
(1736-1796) pretendió ser su descubridor y traductor, pero seguido de manera duradera. Como tantas. Libuse apenas
fue nada menos que su autor. Los escoceses nunca perdona- cuenta nada, pero nos sitúa en el origen de una monarquía
ron a los ingleses que se descubriera la super- unificadora del país. El escenario es el legen-
chería, que había conseguido engañar a dario castillo de Vysehard, pero también
Carlyle, a Goethe, a Mendelssohn y a muchos Stadice, donde reside Premysl. El idilio entre
otros. No vamos a negar aquí el encanto y el Libuse y Premysl es la parte bella, prometedo-
valor de esta poesía, pero tampoco debemos ra, de la leyenda, como lo es la gran profecía
negarle su carácter aprócrifo. final de la protagonista, que convierte esta
Algunos escoceses quisieron hacer con ópera en un ceremonial más que en una obra
Escocia lo que los ingleses habían hecho con lírico-dramática. La parte negativa vendrá con
Portugal, pero el imperio no estaba dispuesto la Sarka del propio Smetana. Y con las Sarka
a sufrir el debilitamiento que se intentaba de Janácek y de Fibich, y con Vlasty skon (La
imponer a cualquier otra potencia, a veces muerte de Vlasta), de Otakar Otrcil (1879-
con éxito. Pero el ejemplo fue seguido más 1935), discípulo de Fibich, estrenada en el
adelante. Sólo faltaba el nacimiento del Teatro Nacional en 1904 y compuesta entre
nacionalismo, con orígenes en la Revolución 1900 y 1903. En seguida veremos por qué
francesa, y la generalización del dudoso prin- hablamos de «parte negativa».
cipio de las nacionalidades para que aquello En los seis poemas sinfónicos del ciclo Ma
actuara de manera a menudo letal. Y ahí están Vlást (Mi patria), Smetana hace referencia pro-
los checos y su historia para demostrarlo. Hay gramática a tres dimensiones del imaginario
una línea directa entre el surgimiento en 1817-1818 de manuscritos de su patria en construcción: el paisaje (Vltáva, Los campos y prados
checos apócrifos, como el de Dvur Králové(1) y el de Zelena Hora,(2) y de Bohemia), la derrota de la Montaña Blanca (Tábor, Blaník) y la
las intrigas de Masaryk y Benes ante los aliados durante la gran guerra leyenda alrededor de Libuse (Vysehrad, Sarka). Sarka es una amazona
para conseguir el desmantelamiento del Imperio Austro-Húngaro y la implacable que forma parte del contingente de mujeres guerreras que
independencia de checos y eslovacos en un solo estado-nación, a tras la muerte de Libuse se han visto preteridas en la corte de Premysl,
pesar de la mezcla que se daba en aquellos territorios de poblaciones que impone una sucesión patrilineal y termina con la igualdad o pre-
no checas y no eslovacas. Checoslovaquia, por su pequeñez y la de ponderancia de las mujeres en el gobierno (los reyes posteriores serán
sus vecinos, estaba destinada a ser absorbida por otros (primero el llamados premyslidas. Capitanea a estas mujeres la aguerrida Vlasta
Tercer Reich, más tarde la URSS); pero esa es otra historia, una secue- (atención, Vlast significa patria; Vlasta es patricia, pero también es tie-
la lamentable y tardía. rra paterna), protagonista de la ópera de Ostrcil, que cumple un impor-
tante papel en la Sarka de Fibich y ninguno en el poema sinfónico de
Renacimiento Smetana ni en la ópera de Janácek. Sarka no sólo es valiente, violenta
Gracias a las aportaciones de los apócrifos y también a las leyen- y consciente del peligro que corren las de su sexo con la contrarrevo-
das que permanecían vivas en la tradición oral desde los tiempos de lución de Premysl. Sarka también es bella.
Cosmas de Praga (siglos XI-XII), el autor de la Chronica Boemorum, Frente a ella, siempre (en Smetana, en Fibich, en Janácek) encon-
pasando por los escritos de Hajek de Libocan (siglo XVI) se animó en tramos a Ctirad. Es una de las leyendas que todo checo conoce, como
aquella época de renacimiento nacional todo un corpus legendario conoce el valle que le está dedicado en las cercanías de Praga. Ctirad
que pasó de la literatura y el teatro a la ópera desde el momento es el equivalente a Sarka en la corte de Premysl. Esto es, defensor de
mismo en que Smetana creó la escuela nacional. A partir de este com- la revolución masculina del rey que un día fue consorte. En conse-
positor, los músicos checos empiezan a ser real y verdaderamente che- cuencia, Ctirad es un enemigo a abatir para Vlasta, Sarka y sus parti-
cos, no sólo emigrantes cuyos nombres se adaptan al país que los darias. Smetana pone en marcha la historia de Sarka, que emplea unas
acoge. Como es sabido, Smetana, que militaba en el grupo de los armas de mujer que complementan las de guerrera: Citrad cae víctima
Jóvenes Checos, creó al regreso de su emigración sueca esa escuela de la trampa que le tiende la amazona. Janácek, siguiendo el libreto
nacional, y lo hizo con una estética novedosa, aportadora y de gran de Julius Zeyer que éste había destinado a Dvorák (Dvorák nunca
ambición, frente a las más modestas y conservadoras pretensiones de compuso su Sarka) y que formaba parte de una tetralogía alrededor de
los nacionalistas agrupados en torno a los Viejos Checos. No le impor- Vysehrad, crea ya la historia de amor posterior a la trampa. En cambio,
tó inspirarse eventualmente en Wagner; nada más natural, por otra Fibich, que compone su Sarka poco antes de su muerte, sitúa la histo-
parte, como lo había sido que el fundador de la escuela rusa, Glinka, ria de amor en el centro mismo de la ópera, hasta el punto de que el
se inspirara en la ópera italiana. Pero tanto Glinka como Smetana estu- bellísimo dúo de amor del segundo es lo que da sentido a todo lo
diaron y utilizaron toda la música popular que cayó en sus manos o demás, tanto a la furia de las amazonas del comienzo como a la cul-
que ellos mismos supieron inventar como si fueran bardos campesi- pabilidad que Sarka expía mediante el suicidio en su terrible final.
nos. Expliquemos un poco en qué consiste esa trampa. Para atraer a
Para el nacionalismo, la ópera es vehículo de gran importancia. Ctirad y que se confíe, Sarka se hace atar a un árbol del bosque que
Estamos en los años sesenta del siglo XIX, y los intentos checos por ser refugia a las amazonas. Sus propias compañeras habrían castigado
( 12 )
alguna falta de esta rebelde. Ctirad, solo o con su séquito (depende de especial cariño a esta partitura, y no paró hasta obtener ese permiso).
las versiones), llega hasta Sarka, se apiada de ella y la libera. En ese Estamos casi en los años veinte, y para entonces Janácek ya ha estre-
momento, Sarka tendría que llamar con su cuerno de caza a sus ace- nado Katia. Sarka se estrena por fin en Brno, en 1925, con revisión de
chantes compañeras, que caerían sobre el desprevenido Ctirad (y Janácek y orquestaciones de su discípulo Osvald Chlubna para el pri-
eventualmente, también, sobre su séquito), dándole muerte, tormento mer acto. Se ha revisado en algunos años señalados: a los diez años
o ambas cosas. El amor de Ctirad nace al ver aquella bella y desvali- de la muerte del compositor (Olomouc, 1938), a los treinta (Brno,
da mujer atada a un árbol para que sea pasto de fieras. El amor de 1958), a los cincuenta (Ostrava, 1978). También la vieron en
Sarka surge apenas, o bien brota frondoso. Hay, en el menor de los Edimburgo en 1993. Es decir, que no ha sido un título por completo
casos, piedad y cierto remordimiento ante el destino de aquel esplén- desconocido, pero sí bastante marginal, una curiosidad que no pare-
dido ejemplar masculino. cía digna de llegar a los grandes teatros, incluidos los checos. Ahora,
Renunciamos a imaginar cómo reacciona ante todo esto el imagi- la versión de Janácek y Chlubna ha sido editada cuidadosamente por
nario feminista, especialmente el de raíz protestante, cuyos furiosos y Jirí Zahrádka, bajo supervisión de Charles Mackerras, y editada por
puritanos ideales tienen que llevar a sus partidarios a ponerse de los Universal. Mackerras rinde así un nuevo servicio a la causa de
nervios con historias eróticas como ésta. En cualquier caso, hay que Janácek. Él mismo dirige esta espléndida versión que por fin tenemos
destacar ciertos tópicos: el carácter astuto de la mujer, como com- en disco para escucharla una y otra vez, después de tanto tiempo.
plemento ante la fuerza masculina; la caballerosidad e ingenui- Atención: Sarka es Urbanová, que también es Sarka con
dad del hombre frente a esa astucia. Cosas así. Y no siempre Cambreling, que ha sido Libuse y que parece dispuesta a
es un hombre el que escribe cada libreto; el de la ópera de devorar todo el repertorio nacional con esa voz poderosa,
Fibich, que opta por el amor entre Sarka y Ctirad, está rotunda, bella y de amplia tesitura, con ese timbre algo
escrito por Anna Schulz (Anezka Schulzová), la joven infantil y sin embargo de tendencia dramática y buenos
amada y amante del maduro profesor Fibich, una de graves, con ese centro redondo y ese agudo penetrante.
esas historias románticas hasta la médula que informa
por completo el contenido literario, lírico, sonoro y Fibich: romanticismo encendido
hasta síquico de este bello título. Zdenek Fibich (1850-1900), como hemos visto, acudió
También vemos en las cambiantes relaciones de a una instancia muy distinta para su libreto. En Fibich se
estos dos míticos y excelsos seres a Eros venciendo a advierte un romanticismo wagneriano de muy buena ley.
Tánatos, aunque sólo sea moralmente. Por mucho que, Es el Wagner de Tannhäuser y también el de Lohengrin,
incluso en la más optimista de las versiones, Tánatos se con mucho del espíritu de Tristán, pero sin su letra: Fibich
tome finalmente su venganza: atención a la escena de la es eventualmente cromático, pero su Sarka no va por ahí.
culpabilidad de Sarka, muy a lo Macbeth, en la obra de Sarka, estrenada en 1897, es su obra de gran madurez, su
Fibich. No sería un amor centroeuropeo y título más conocido, pero en el haber de este
romántico si no hubiera muerte y catástrofe tras compositor que murió demasiado pronto cuan-
haber amado. En cualquier caso, lo que intere- do estaba a punto de empezar un siglo nuevo
sa ahora no es sólo la relación hombre-mujer, hay que destacar el intento de un tipo novísimo
por mucho que cada uno de estos artistas la y sin continuidad de recitado dramático, el
desarrolle con inevitable proyección personal. puro melodrama, esto es, palabra hablada
Lo que importa es que con tratamientos operís- sobre trama de acompañamiento orquestal;
ticos de temas así los checos construyen una Fibich hizo tres óperas con tal intento, las de la
mitología lírico-dramática propia y tratan textos Trilogía de Hipodamia. Pero también se acercó
mediante una prosodia cada vez más perfecta a Schiller y compuso la muy bella Novia de
de su idioma (de muy peculiar acentuación), Mesina. No hay términos medios con Fibich:
hasta poco antes marginado de la lírica. Es sus campos favoritos fueron la gran forma de la
decir, hacen nacionalismo. Porque en su caso ópera y la miniatura pianística, aunque no des-
sí hay una invasión, sí hay una persecución del cuidara lo sinfónico ni lo camerístico. Sarka,
idioma, sí hay una disminución de los checos que contiene uno de los más bellos y comple-
como individuos, como pueblo y como nación. tos dúos de amor de la historia de la ópera (por-
que los protagonistas no quieren que aquello
Janácek antes de Janácek sea amor, en especial «ella», y esa lucha es lo
Los aficionados conocen los siete títulos operísticos de Janácek, que traduce con sabiduría una música sublime) es su título más con-
desde Jenufa hasta De la casa de los muertos, todos ellos estrenos del seguido dentro de la tradición.
siglo XX, aunque el primero compuesto en buena parte a finales del En tiempos se le reprochaba a Fibich su carácter conservador, aun-
XIX. Pero, además, esos aficionados saben también que el compositor que su experimento con Hipodamia sugiera lo contrario. Hoy, cuando
escribió dos óperas de juventud (la tardía madurez de Janácek se ve en el tiempo ha puesto en su sitio algunas originalidades fingidas, la Sarka
que están compuestas a unas edades que en cualquier otro serían de de Fibich se alza como una belleza sonora superior. No sabemos su
plenitud creativa) que casi nadie ha escuchado; una de ellas es, preci- viabilidad escénica; no debe de ser fácil. Pero con discos tan hermo-
samente, Sarka, compuesta en 1887. La otra es Comienzo de un sos como este intento de Cambreling con la misma Urbanová pode-
romance (1891). En ambas, el buceador de melodías populares mora- mos hacernos nuestra propia puesta en escena, que no tiene por qué
vas, el transcriptor y autor de coros sigue sobre todo la estela de ser tan ajena a cualquiera que imaginemos de, por ejemplo, La valki-
Smetana. Janácek todavía no era Janácek. El mayor compositor checo ria. Jenis, Lotric, Kirilová y Kubovcík completan un reparto de esplén-
tardó mucho en ser él mismo. Para ello, tuvo que pasar por ejercicios dido nivel, que secunda las prestaciones insuperables de Urbanová. Es
escolares como esta Sarka. Que tiene interés por sí misma, pero que cierto, sin embargo, que esta excelente lectura de Cambreling cuenta
desmerece si la comparamos con una obra del auténtico Janácek. La con un serio rival que ya tiene bastantes años, la de Jan Stych con
estética de éste en ópera fue una negación del romanticismo y una Depoltová, Randová, Pribyl y Zítek (Supraphon, 1978).
afirmación del realismo (en un sentido amplio). En Sarka todavía esta-
mos en la inauguración de la escuela nacional. Como probablemente Santiago Martín Bermúdez
en Comienzo de un romance. En la primera, Janácek es el Smetana de
Libuse, de Dalibor, de Mi patria. En la segunda es el Smetana de La Notas:
novia vendida y El beso. Estamos en pleno romanticismo tardío y en la (1) Localidad de Bohemia cercana a Polonia, a unos cien kilómetros al nor-
primera generación nacionalista. El Janácek de Katia Kabanová, en deste de Praga, cuyo nombre significa La corte de la reina.
cambio, es de la generación de Béla Bartók, a pesar de tener casi trein- (2) Otra localidad, en este caso en Moravia, a unos cuarenta kilómetros al
ta años más que el húngaro. Ahora bien, los aficionados se apresura- nordeste de Brno; significa La montaña verde.
rán a conocer este Janácek anterior a Janácek, y no se sentirán defrau-
dados, porque no buscan una Jenufa ni una Bystrouska; porque saben (3) De todas maneras, hubo muchas Libuse desde el siglo XVII, desde La
lo que van a encontrarse, puesto que hace mucho tiempo que lo espe- comedia de Libussa, que no era checa, sino alemana, muy popular en todo
el área y sin autor individual (al parecer, Albinoni conoció el texto y se plan-
raban, y casi desesperaban de ello. teó la posibilidad de hacer una ópera a partir de él, pero no hay noticia de
Janácek, el muy inocente, había puesto música al poema dramáti- que lo llevara a cabo) hasta los dramas de Brentano y Grillparzer y unas
co de Zeyer sin contar con éste. Zeyer se enfadó muchísimo cuando cuantas óperas prenacionalistas.
le pidieron permiso para usar un texto suyo para una ópera que ya
estaba compuesta, y no dio su consentimiento. De manera que la L. JANÁCEK: Sarka / Urbanová, Straka, Kusnjer, Brezina / Orquesta Filarmónica Checa.
Dir.: Sir Charles Mackerras / SUPRAPHON / Ref.: SU 3485-2 (1 CD) D1
obra, a la que le faltaban algunas orquestaciones, no se pudo estrenar
en su momento. Pero Zeyer murió y la Academia Checa, heredera de Z. FIBICH: Sarka / Jenis, Lotric, Kubovcík, Kirilová, Urbanová / Orquesta Sinfónica de
los derechos, dio permiso por fin (hay que señalar que Janácek le tenía la Radio de Viena. Dir.: Sylvain Cambreling / ORFEO / Ref.: C541002H (2 CD) D2 x 2

( 13 )
MYTO y PREISER presentan dos interesantes Tristanes separados por más de veinte años

De Mehta a Konwitschny
C on la insignificante diferencia de diez
días, los «Huérfanos de Lucas» me
hacen llegar dos registros de Tristán e
Isolda, uno nuevo para mí, el dirigido por
Mehta, y otro, oído alguna vez en los tiem-
dado como dos años después en Bayreuth(2).
Pero dicho esto, no puedo compartir estas
otras lucubraciones: «Como muchos otros
tenores heroicos procedentes de la cuerda de
partes de Brangania y Kurwenal aparecen
servidas por «cantantes de compañía» hoy
poco conocidos, pero de plena solvencia:
ella, Erna Westenberger, canta mejor que
barítono, Brilioth fue también víctima de la
pos de Maricastaña, el de Franz Kont- afinación más alta de la orquesta de ópera
witschny(1). Realizaré el comentario según el moderna (...) La grabación de Tristán de
orden de llegada. Roma es sin duda el más convincente de
El documento romano de MYTO reúne todos sus registros wagnerianos, porque bajo
estas singularidades: es el primer Tristán que la sensible dirección de Zubin Mehta puede
dirigió Zubin Mehta y el único que, hasta desenvolverse mejor que bajo el inflexible
ahora, ha aparecido en CD con su firma; dictado de Herbert von Karajan»(3).
Birgit Nilsson, quien cantó poco en Italia, se En resumen, he aquí un documento que
despidió aquí del país que tiene forma geofí- refleja la gravedad de la crisis wagneriana -
sica de bota apuntada contra el balón pin- directores, tenores heroicos, sopranos dra-
chado de Sicilia; Siegmund Nimsgern máticas (Birgit Nilsson era ya la última de la
(Kurwenal) empezaba a hacerse un nombre especie)- en el comienzo de los años setenta.
en el mercado internacional; y Peter Meven, otras «mezzos» más renombradas la bella
Fafner en Bayreuth en 1971, tocó aquí techo *** intervención desde la atalaya, y él, Karl
con Marke. Sobre Helge Brilioth me extende- Un salto veintidós años atrás nos lleva a la Wolfram, que llegó a ser profesor de canto en
ré después algo más. recién fundada DDR y a la legendaria graba- el Japón una vez retirado en 1967, parece a
El preludio, con la Orquesta de la RAI bas- ción del sello URANIA, la primera de Tristán veces -sólo a veces- por el timbre y la forma
tante mejorada respecto a la que tocó El e Isolda realizada «completa» en estudio. de decir un ancestro remoto del Fischer-
Anillo con Furtwängler en 1953, hace con- PREISER acaba de recuperar, con su dignidad Dieskau que iba a grabar en seguida
cebir algunas esperanzas, aunque al final sor- habitual, el en principio vetusto testimonio Kurwenal para Furtwängler.
prende que la frase de enlace con el primer de unas condiciones técnicas y ambientales Ahora bien, el gran atractivo canoro de
acto se oiga demasiado fuerte. Después, aún precarias. Y digo esto porque, según leo este registro es el Marke -el único existente-
Mehta muestra su vitalidad característica y en la carpetilla, la grabación se realizó en del gran Gottlob Frick, en magnífica forma
también ese quedarse en la superficie de la seis días: ensayo de un acto durante una jor- vocal. Conocemos las glorias ciertas de
música que asimismo suele darse en él. Hay nada, grabación de un tirón veinticuatro Kipnis, de Weber, de Hotter, de Talvela, de
horas después, y así sucesivamente; esto Salminen y las previsibles de Pape; desde
explica la existencia de algunos fallos y el ahora tenemos también la evidencia de las
cansancio que Ludwig Suthaus y varios ins- del soberbio Kaspar -Frick era hijo de un
trumentistas acusan a medida que avanza el guardabosque-, Hunding y Hagen, aquí un
tercer acto. Marke a la vez majestuoso y humano.
¿Y bien? Para empezar, Franz En fin, estos veintidós años de distancia
Kontwitschny «sí» fue un director wagneria- temporal parecen -excluyo del cómputo, por
no conocedor, experto y no poco distingui- supuesto, a la Nilsson-veintidós siglos no de
do, cosa que se sabe por su muy buen evolución y progreso, sino de decadencia.
Tannhäuser para EMI. Con él nos movemos Obviamente, pienso ahora en el orden cro-
en terrenos más elevados que los transitados nológico natural: «De Kontwitschny a
por los Rother, Heger, Rodzinsky, etc. Mehta». ¡Ah! Ambos registros padecen el
Kontwitschny no era Furtwängler, mismo corte «tradicional» en el dúo del
Knappertsbusch o Reiner; pero hoy sería un segundo acto.
un ejemplo muy claro: el interludio para la «kapellmeister» al menos de la talla de Ángel-Fernando Mayo
entrada de Tristán en el camarote de Isolda. Sawallisch. La partitura suena realmente a
Este intenso y dramático pasaje -el caballero Wagner, la música respira con holgura. Hay, Notas:
acude al encuentro con su fatal destino- no además, permanente atención a las notas (1) Un viejo y querido amigo adquirió la edición
puede ser tocado con mayor vigor y vehe- cortas de la madera o del metal, que están de URANIA en LP en la liquidación que, veinte
mencia que aquí; sin embargo, en seguida se escritas como acentuaciones rítmicas o años atrás, hizo alguien pasado con armas y
pequeñas pinceladas de color. Y claro, aun- bagajes al CD triunfante. Así tuve la oportunidad
evidencia que falta la fuerza interior, justa- de oírla.
mente el presentimiento del destino que que Suthaus procedía también de la cuerda
pronto va a materializarse en el falso filtro de de barítono y tenía un timbre relativamente (2) Recientemente comenté estos extremos en la
amor. Así, la dirección de tan aclamado divo oscuro, no tiene que luchar contra la «afina- Hoja parroquial.
de la batuta no es plana ni monótona; senci- ción más alta», por supuesto, pero sobre todo
contra «el exceso de cantidad sonora» - (3) ¡Qué cosas! ¿«Sensible» el estruendoso
llamente, no es metafísica ni, al contrario, Mehta? En cuanto a Karajan, su grabación con
telúrica: fue válida en Roma mientras se pro- vulgo, el exceso de decibelios- de las orques-
Vickers es un ejemplo de tiranía, sí, pero con la
ducía, al igual que lo es ahora mientras se tas actuales, que parecen tocar un Wagner intención de hacerlo todo instrumental, apiana-
escucha el registro. Una vez concluida la para sordos (4) (a lo peor, lo estamos). El can- do, refinado.
audición, poca cosa queda en el recuerdo. tante favorito de Furtwängler tiene sus fallos,
A Birgit Nilsson le escuchamos otra Isolda ya lo he dicho, pero jamás podía aparecer (4) No puedo resistirme a la tentación de contar
«desbordado». aquí esta anécdota, relatada por un aficionado
más en su línea de asombrosa pureza instru- que hace poco estuvo en Italia. En cierto teatro -
mental, pero quizá por causa de la dirección Margarete Bäumer llevaba aquí ya treinta no sé ahora cuál es- el gallinero armó un consi-
o por la falta de espacio escénico -se trata de años de carrera como soprano dramática. En derable escándalo a cierto cantante. Desde el
una versión radiofónica concertante- se per- consecuencia, la voz suena «gastada», sin patio de butacas, uno de esos mafiosos de la
cibe a veces un punto de sonido levemente frescura: es quizá en la Liebestod donde, a Italia profunda que se dejan ver en la ópera, se
pesar del cuidadoso acompañamiento, más volvió hacia lo alto y gritó: «¡Comunistas!».
metálico. Su Brangania, la para mí descono- Entonces, una joven que participaba en la repul-
cida Beverly Wolff, se muestra eficiente aun- se advierte la circunstancia (en paráfrasis de sa contestó: «¡Sordo!».
que sin personalidad, algo que también Ortega, el cantante es siempre «él y su cir-
puede decirse de Nimsgern y de Meven. En cunstancia»). Mas la soprano de Wuppertal - R. WAGNER: Tristán e Isolda / Nilsson, Brilioth, Wolff,
cuanto al hijo del antiguo arzobispo de la patria chica de Kna- poseía el calibre Meven, Nimsgern, Strudthoff / Coro y Orquesta de la
(potencia, extensión) de las verdaderas dra- RAI de Roma. Dir.: Zubin Mehta (Roma, 1.2.72) / MYTO
Upsala, a cuya errónea carrera de tenor / Ref.: 3MCD 011.239 (3 CD) D10 x 3
heroico «en las tarjetas de visita» dedica máticas y, además, su experiencia le permitía
amplio e interesante comentario la carpetilla, aguardar la oportunidad para hacer oír algu- R. WAGNER: Tristán e Isolda / Suthaus, Frick, Bäumer,
Wolfram, Horand / Orquesta de la Gewandhaus de
sí es cierto que aquí no aparece tan arruina- nas frases realmente expresivas y memora- Leipzig. Dir.: Fran Konwitschny (Octubre, 1950) / PREI-
do o, dicho con mayor precisión, tan desbor- bles: por ejemplo, «me miró a los ojos». Las SER / Ref.: 90453 (3 CD) D2 x 3

( 14 )
L’art de varier, de Anton Reicha, una colosal colección Nuevos y variados registros orquestales
de variaciones pianísticas del autor de Lenore de Rudolf Kempe en GOLDEN MELODRAM

Un tratado sobre Añorando la cárcel


pentagrama de papel
T
raemos de nuevo a estas páginas a Antonin Rejcha, de quien hablá-

E
bamos el pasado mes a propósito de su Lenore. Es curioso que este n el número 91 de este Boletín comenté un CD que la
músico sea tan escasamente conocido y que lo sea por haber escri- BBC dedicaba al arte del gran director alemán Rudolf
to 24 Quintetos para vientos, cuando, aparte de ello, tiene en su haber Kempe (1910-1976); ahora, GOLDEN MELODRAM
otras muchas obras de los más variados tipos y, sobre todo, porque fue un recupera grabaciones de sus conciertos en Alemania en un
radical innovador, privado quizá luego de la divina inspiración que abre doble CD y anuncia otro más. El que motiva estas líneas
vías para que esos conocimientos y descubrimientos tengan la salida y el tiene particular interés porque propone obras que Kempe no
ropaje adecuados; para que posean luego un auténtico impacto. En este registró comercialmente;
sentido podríamos, salvando distancias de todo tipo, emparejarlo con la bella orquestación que
Paul Hindemith; aunque el checo-francés sea en realidad -en su día lo Max Reger realizó de la
fue- de talante más claramente rompedor. Serenata italiana de Hugo
Es lo que cabe decir de las novedades que con cierta frecuencia plan- Wolf, El Salón México de
teaba en los órdenes rítmico y Copland y la Séptima
armónico y que él mismo se encar- Sinfonía de Prokofiev.
gó de explicar en sus diferentes tra- Que Kempe acierte en la
tados y que puso en papel pautado primera, a nadie puede
en obras como las 36 Fugas para admirar; la sorpresa surge
piano según un nuevo sistema, en las otras dos, particu-
dedicadas a Haydn, o en el Doble larmente en la partitura
cuarteto para vientos y cuerdas, el de Prokofiev, que la
primero en modo mayor y el Orquesta de la Radio
segundo en menor. Dos composi- Bávara toca primorosa-
ciones distintas que se pueden mente, resaltando su liris-
tocar independientemente o juntas. mo (el segundo tema del primer tiempo, 1’55’’), sin olvidar
En este último caso lo que resulta la elegancia de este Prokofiev «sereno» que al fin de su vida
es un octeto en dos tonalidades. parece volver la vista hacia Chaikovsky. La buena grabación
Reicha -que es como se conoce su mono de 1960 hace honor a la proverbial claridad de este
apellido tras decidir instalarse en extraordinario músico que fue Rudolf Kempe. Un año ante-
París y adoptar más tarde, en 1829, la nacionalidad francesa- dictó prác- rior es la Primera Sinfonía de Schumann que dirigió en
ticamente la abolición entre los modos mayor y menor y abjuró de la Bamberg a la Sinfónica de esa ciudad: notable versión aun-
separación entre ritmos binarios y ternarios. Auténticas herejías para que algo limitada por la orquesta, inferior a sus vecinas de
Cherubini, totalmente burocratizado desde que accedió a la dirección del Múnich.
Conservatorio parisino en 1822, y de quien hablamos elogiosamente en La obra más extensa inlcuida en este doble CD es la suite
este mismo número por otros motivos. Pero no para futuros compositores de El burgués gentilhombre de Richard Strauss, especialidad
tan importantes como Gounod, Berlioz, Franck o Liszt , todos ellos discí- de la casa, que Kempe grabó oficialmente con la
pulos de Reicha. Staatskapelle de Dresde, publicada en un álbum EMI justa-
El arte de variar, op. 57 es otra de las obras que contribuyen a reforzar mente célebre. En concierto confirma su categoría de straus-
el carácter experimental y en ocasiones revolucionario de la obra de este siano pro excelencia sirviendo primorosamente a una parti-
músico nacido en Praga en 1770 y muerto en París en 1836. Nada menos tura cuyos «retornos» pueden, en otras manos, resultar
que 57 variaciones siguen a un tema propio en el que Edward Neill ve un empalagosos, mientras que en esta ocasión tienen verdade-
anticipo schumanniano. Nos encontramos con un auténtico tour de ro encanto, desnudo de todo énfasis. Excelente trabajo de la
force, un monumento al contrapunto pianístico en donde el tema base es Filarmónica de Munich. Tanto esta obra como las de Wolf y
transformado de raíz, en procedimiento muy del gusto del Beethoven de Copland gozan de excelente sonido estéreo.
las Variaciones Diabelli, op. 120, 19 años posteriores (lo que va de 1804 En suma, un estupendo complemento a la discografía ofi-
a 1823). Como sucede en la composición del alemán, la melodía inicial cial de Kempe, que nos permite disfrutar con su acierto en
se desdibuja con frecuencia, con contrapuntos de hasta cuatro voces, y repertorios «distintos y distantes» de los que le asociamos.
aparece esporádicamente en su apariencia primigenia. Hay algunas Único defecto: ni una línea dedicada al gran maestro. En
variaciones que nos soprenden por su modernidad, como la nº 31, una otros tiempos, MELODRAM se hubiera ganado una larga
suerte de Marcha fúnebre -así llamada por el mismo autor-, Un poco piú estancia en la Cárcel de papel de La Codorniz.
lento, cuajada de disonancias y en donde el tema está muy disimulado.
La nº 4 sigue en los tres primeros compases tres compases distintos. R.A.
Evidentemente, no estamos ante la genialidad beethoveniana pese a todo.
R. SCHUMANN: Sinfonía nº 1, op. 38, Primavera - S. PROKOFIEV: Sinfonía
Esos descensos a zonas en las que el misterio es protagonista, esa extra- nº 7, op. 131 - H. WOLF: Serenata italiana - A. COPLAND: El Salón México
ña poesía, ese arrebato, ese rasgo apasionado, ese detalle sorprendente, - R. STRAUSS: El burgués gentilhombre / Orquestas Sinfónica de Bamberg,
esa milagrosa construcción de las Diabelli no se dan aquí. Por algo Sinfónica de la Radio de Baviera y Filarmónica de Múnich. Dir.: Rudolf
Kempe (Grabaciones de 1959-1973) / GOLDEN MELODRAM / Ref.: GM
Beethoven es uno de los más grandes y, después de todo, Reicha, aun con 4.0049 (2 CD) D10 x 2
toda su sabiduría y originalidad de planteamientos, no pasa las más de las
veces de ser un músico sólido y amable.
Hay que echarle ganas y contar con medios pianísticos importantes
para atreverse con una composición como este Arte de variar, un autén-
tico tratado sobre el pentagrama de más de 75 minutos; al menos en las
manos pulcras y seguras de Mauro Masala, el teclista italiano autor de G. ROSSINI
esta proeza discográfica, que se constituye por el momento en la única y Otello
autorizada alternativa del mercado. En esta interpretación, que se adivi- (Primera grabación de la versión
na solvente, podemos seguir sin pestañear las abundantes evoluciones Malibrán-Martina Franca 2000)
Ratiani, Ciofi, Edwards, Bonfatti
del tema propuesto. Orquesta Internacional de Italia.
Dir.: Paolo Arrivabeni
Papageno DYNAMIC
Ref.: CDS 369/1-3 (3 CD) D2 x 3
A. REICHA: L’art de varier, op. 57 / Mauro Masala (piano) / DYNAMIC / Ref.: CDS 363 (1 CD)
D2
( 15 )
CPO completa su integral de Amplio recorrido por la obra organística de César Franck
Cuartetos para cuerda de Cherubini en instrumentos vascos y normandos de Cavaillé-Coll

Nunca es tarde Discúlpame, Fede,...


para ser clásico ...por no poder dirigirme a ti con más
sistema de comunicación que las pala-
ca: «Con las últimas palabras las
muchachas se pierden, riendo, en el
bras que utilizamos quienes imagina- interior del alcázar». Éste es, según la

C
on estos dos compactos CPO concluye mos que vivimos. Me refiero a que yo dramaturga (¡?) Ellen Hammer, «un cas-
una esperada integral que dio a conocer estoy atado al tiempo -por eso tengo que tillo sumergido, únicamente imaginable
presentándonos los cuartetos para cuer- decirte: «te acuerdas de» o «recuerdas en el mundo de la poesía mágica», cuyo
da 1 y 6 de il maestro Luigi Cherubini; ahora, cuando»- mientras que tú te mueves, ya techo está formado por «una tabla de
nos dulcifica la existencia con las piezas inter- desde hace casi siete años, en el espa- cedro ovalada de la que pende, encade-
medias de un músico dominante a lo largo de cio. Seguro que sabes lo que quiero nado, un tiburón descomunal». El pobre
medio siglo en la vida musical francesa. decir: «Tú lo ves, hijo mío, en espacio se Amfortas deambula con el brazo dere-
Organizador en París del Théâtre de Monsieur convierte aquí el tiempo». Nuestro cho introducido en una funda rígida ver-
creado por el conde de Provenza y director amado Wilhelm Richard Wagner, quien tical «cuyo extremo conforma una rueda
del Conservatorio (1822) serían dos de los car- en realidad fue uno de los ángeles caí- hexagonal» -¿cómo puede ser hexago-
gos de responsabilidad a los que se vería suje- dos con Lucifer y por eso anhelaba que nal una rueda?- dispuesta así para que
to el «enemigo de Napoleón». también le alcanzase a él la obra de la realmente no ruede, pues se corría el
El compositor florentino escribió el Redención, poseía consustancialmente riesgo de que el renqueante rey -para
Cuarteto para cuerda nº 2 cuatro años después el conocimiento del tiempo-espacio, lo que sepamos su condición lleva en la
de haber interpretado una misa para la coro- que otros llamaron la música de las esfe- cocorota una corona como las que se
nación de Carlos X. La obra consta de unos ras. ven en los Burger King- resbale y se dé
momentos cargados de color y dinamismo Por cierto, te comunico que acaba de de bruces contra el suelo(2). El Grial,
que alcanzan la cúspide en el último movi- reponerse al fin Parsifal en el Real. Hace presunta obsidiana que simboliza -dice
miento, en donde un vigoroso finale consuma unos cuatro años se habló de inaugurar- Frau Hammer- la Pasión de Cristo «al
con un marcado acercamiento orquestal la lo con el «festival escénico sacro»; pero igual que el pan y el vino son analogías
partitura. casi todo el seto musical madrileño se del sufrimiento cristiano», no reaparece
De su etapa dedicada casi exclusivamente rasgó entonces las vestiduras y se mesó en la conclusión, aunque la partitura sí
a la docencia, y entre cuyos alumnos pueden los cabellos. En la prensa más conserva- concluye con la expansión de su motivo
señalarse dora se llegó a hablar de «orgullo wag- (el Amén de la catedral de Dresde). Pero
Auber y Ha- neriano» y de «obra extranjera», sin lo más gracioso es la presencia de
lévy datan consideración alguna de que el hispa- Titurel difunto: una armadura de tamaño
los siguien- nófilo Wagner eligió como escenario de natural, ensartado horizontalmente,
tes. El tercer su obra ideal, entre todos los posibles como si el chef presentara avestruz
cuarteto es según Wolfram von Eschenbach, las entero en espetón a la papillote, con el
apasionado montañas de la España gótica. Por el resultado no querido de fortalecer a los
y en él se contrario, ahora todo han sido mieles, caballeros, de puro asco, en su voca-
vislumbra apenas ha habido disonancias críticas ción vegetariana.(3)
un ligero en el concierto de elogios, e incluso un Mas no es esto de lo que quiero
moderantis- profesor de Historia de las Ideas hablarte aquí. En octubre pasado fui a
mo en rela- Políticas ha dispuesto de la codiciada verte donde oficialmente reposas, en tu
ción con el tercera página de la prensa que antes te Bilbao. Desde abril de 1992, cuando me
a n t e r i o r, dije para publicar, con el título de reuní allí contigo para viajar juntos a
con un larg- Wagner: arte y política, una inanidad Nantes con tu mujer y Santi Salaverri,
hetto sostenuto de sutileza impresa, aunque tan vacía como mi cartera a fin de mes. para ver El oro del Rin del inefable
esa aparente seriedad se vea discretamente Mas no quiero dejar pasar esta ocasión Philippe Godefroid, no había vuelto yo
solapada por el uso del pizzicato. De 1835 sin contarte algunas de las cosas disfru- a poner los pies en el País Vasco porque,
datan los cuartetos nº 4 y 5, un año antes de tadas. más que el cuerpo, no me lo pide el
ultimar su Réquiem en re menor. Por ejemplo, apenas se oían las cam- alma. Y mira que me entusiasma San
Sentimentalismo, pasión y agonía acompasan panas, en realidad no llegaban a esqui- Sebastián y recuerdo nuestras andanzas
unas entradas instrumentales que nos presen- las; y así los inmisericordes timbalazos - por el Duranguesado y otros lugares. Tú
tan a un anciano e infravalorado compositor. la partitura pide dos efes, no cinco- me guiaste por el Museo de Bellas Artes
Estructura clásica y aromas románticos vie- durante la música de la transformación de Bilbao, donde yo quería ver la estu-
nen servidos de la mano del conjunto HAUS- atronaban hasta a quienes habían llega- penda colección de pintura vasca.
MUSIK London, con una encandiladora do tarde y seguían la cosa en los televi- Ahora había en él una bella exposición
Monica Hugget vinculada a orquestas como la sores de los salones: a mí no me extraña dedicada a Zurbarán; pero el recinto
Barroca de Portland o la del Siglo de las que el pobre Parsifal enmudezca des- viejo está en reparación y se exhibe sólo
Luces. pués, aturdido, durante la escena de la una reducida muestra de sus tesoros.
La utilización de instrumentación original o consagración. Tampoco se oyó el coro Por otra parte, el Guggenheim no me
de época siempre ha sido un debate abierto en las alturas,(1) y el de caballeros cantó interesa. Tambien fui al nuevo auditorio.
entre especialistas, que con teorías de experi- ora en el proscenio (primer acto), ora en La ABAO programa allí ahora a
mentación filosófica justifican su postura. el foro y detrás de un enjambre de arma- Mussorgsky, a Wagner, a Janácek o a
Aquí, sin embargo, unirá a partidarios y duras traídas sobre ruedas (tercer acto), Weber. La acústica es buena, pero el
detractores. con lo que nos quedamos in albis en espacio resulta frío, desangelado: la
Jaime Arroyo Moya cuanto a la perspectiva sonora -distan- orquesta parece hallarse metida en una
L. CHERUBINI: Cuartetos para cuerda núms. 2 en do
cia, intensidad, polifonía- tan bellamen- caja de zapatos destapada; la altura del
mayor, y 5 en fa mayor / Hausmusik London / CPO / Ref.: te dibujada por Wagner y que, como escenario está limitada forzosamente
999464-2 (1 CD) D5 bien sabes, fascinaba a Manuel de Falla. por el primer puente de luces, colgado
L. CHERUBINI: Cuartetos para cuerda núms. 3 en re menor, Puestos a no dar, también se ahorraron delante a la vista del público; la pantalla
y 4 en mi mayor / Hausmusik London / CPO / Ref.: 999465- la coreografía -seguramente para bien- para los «supertítulos» resulta perturba-
2 (1 CD) D5
de las muchachas-flor, ya que éstas per- dora, por lo grande; pero lo más curioso
También disponible: manecieron tendidas en el suelo duran- es que el acceso a las localidades forma
L. CHERUBINI: Cuartetos para cuerda núms. 1 en mi bemol te toda su escena y luego se marcharon un laberinto, pues uno sube, luego baja,
mayor, y 6 en la menor / Hausmusik London / CPO / Ref.:
999463-2 (1 CD) D5 sin hacer ruido allí donde el autor indi- torna a subir y a lo mejor aún tiene que

( 16 )
irse al otro lado. ¿Será esto deliberado o del Palacio del Trocadero. La Fantasía en La El organista, Joris Verdin, de quien no se
una traición del subconsciente, vulgo inicial posee el arte inquieto que diez años da información biográfica, no sólo toca pri-
«empanada mental»? A ti no te interesaban más tarde animaría la Sinfonía en Re morosamente y con personalidad, sino que
las actividades de la vieja ABAO, ni tampo- menor, e incluso es evidente que parte de también firma un trabajo estupendo sobre
co los toros, aunque tu amigo Germán su material temático volvió a ser utilizado Cavaillé-Coll, sus instrumentos (dice que de
Yanke creía haberte visto alguna vez en el en esta composición. El Cantable y la Pieza este taller salieron unos 600) y la moderna
tendido de Vista Alegre, fumándote un Heroica completan un tríptico de fuerte escuela de órgano francesa. La lectura hace
puro. sabor cromático y gran riqueza dinámica. meditar. Aristide Cavaillé-Coll nació en
Si yo insistía, sin éxito, en dos cosas: afi- El tratamiento del regulador no oculta su Montpellier, su madre era barcelonesa, tra-
cionarte a los toros y conseguir que escri- vocación sinfónica y revela el parentesco bajó pronto en Puigcerdá, en Lérida y en la
bieras para la melomanía, tú lo hacías, con semántico con Berlioz, Wagner e incluso capital de Cataluña, recibió encargos desde
mejores resultados, para descubrirme la Bruckner. Sudamérica, se presentaba a concursos y
música francesa y belga de finales del siglo Por último, los Tres corales, concluidos los ganaba, estuvo asociado con organeros
XIX -Duparc, Chausson, Magnard, Lekeu y en 1890, meses antes del fallecimiento de alemanes, también parece que llegó a tener
otros-, que conocías como nadie en Franck, resumen su estética y constituyen, a mando en plaza en la vida organística fran-
España. Sobre César Franck coincidíamos la vez que ejemplo acabado de la mejor cesa e inevitablemente ejerció como caci-
ya sin necesidad de recomendaciones; pero literatura organística, la última lección del que de la cosa. César Franck era belga de la
tú me animaste a comentar en RITMO, «viejo profesor». La arquitectura cíclica parte valona, pero tenía orígenes austriacos
junio de 1979, la obra para órgano del titu- consigue aquí que los materiales resulten y su música procede de la armonía cromá-
lar de Santa Clotilde, grabada para Erato casi inidentificables y que la estructura tica de Tristán. Los técnicos constructores
por Marie Claire Alain. La verdad es que la musical del coral no aparezca en su totali- de los órganos de San Sebastián y de
ejecución me atrajo poco. Pero allí, entre dad hasta la culminación de la pieza. Azcoitia serían franceses; pero Cavaillé-
otras consideraciones un tanto prolijas, Podría hablarse de pre-variación o de varia- Coll contaría también seguramente con
escribí: ción finalista, ya que el tema es el resultado expertos nativos de los países que le encar-
«Aparte las improvisaciones, algunas de la variación, no su causa o referencia. gaban y le pagaban trabajos y, por supues-
obras menores no publicadas y numerosas Obras sólidas, complejas, de contrapunto to, con artesanos y mano de obra locales.
composiciones para armonio, la obra orga- muy trabajado, modernas en cuanto a lo Luego vienen la conservación, las restaura-
que tienen de renovación del coral, se sitú- ciones, los organistas de aquí y de allá y los
an en ese punto justo del formalismo - oyentes que en todo el ancho mundo -qué
Séptima Sinfonia de Sibelius, por ejemplo- simplificador y petulante es decir «en la
tras el que sólo cabe la repetición o la deca- aldea global»- amamos a esta música y sus
dencia». maravillosos vehículos.
Hoy no escribiría yo esto así, aun reto- ¿Hay en tu tierra, Fede, gentes conscien-
cándolo un poco, como he hecho. Hay un tes del valor universal de estos prodigios?
par de ideas válidas, pero el «formalista» Como te digo, nada me complacería más
era yo. Me desasosiega leer ahora lo del que el alma pudiera pedirme un día que yo
«viejo profesor», un latiguillo de época. El volviera con normalidad al País Vasco, por-
órgano de Franck me entusiasma, y la que entonces intentaría escuchar allí sus
Sonata para piano y violín me parece un órganos Cavaillé-Coll y estaría más cerca
summum artis. La Gran pieza sinfónica no de tu espacio. Mientras tanto, a partir de
es sólo monotemática y cíclica, sino bite- ahora oiré las obras corales de Cesar
mática, y adopta la forma Sonata con liber- Franck, en mi casa, siempre en esta graba-
nística de Franck está integrada por las Seis tad. Lo relativo a las «cualidades más ción; y discúlpame, por favor, si se me sal-
piezas (1862), las Tres piezas (1878) y los estruendosas del instrumento» abunda en el tan las lágrimas durante el andantino canta-
Tres corales (1890). En la primera colección tópico. Además, me deleitan los órganos bile del Preludio, Fuga y Variación op. 18,
predomina la escritura tripartita -lento, rápi- Cavaillé-Coll, para mí los instrumentos de pues será porque, atado por el tiempo, pen-
do, lento-, y es frecuente la dialéctica entre esta clase de más rica y bella sonoridad saré en ti y en todas aquellas cosas -tantas-
los modos menor y mayor, mostrándose, jamás construidos. Imagínate pues mi en las que coincidíamos o en las que,
por lo general, Franck mucho más sugeren- asombro, Fede, cuando vi en DIVERDI esta hablando, llegábamos casi siempre al
te e inspirado en el tratamiento del primero. preciosa edición franckiana del sello mutuo acuerdo.
De estas composiciones, la obra más ambi- RICERCAR y leí que la grabación -septiem- Á.-F.M.
ciosa es la Gran pieza sinfónica, considera- bre de 1998- ha sido realizada en los órga- A Federico Eguillor (Bilbao, 1938-1994)
da cronológicamente la primera sinfonía nos Cavaillé-Coll de la iglesia de Santa
francesa para órgano. Estéticamente contie- María del Coro de San Sebastián (las cinco Notas:
ne todo un tratado sobre la forma cíclica primeras Piezas de 1862), de Santa María (1) Al parecer estaban pregrabados o al menos
mediante la recurrencia a un tema caracte- de Azcoitia (la sexta Pieza y los Corales amplificados. Los micrófonos -dicen- habían sido
disimulados en la gran araña que cuelga sobre el
rístico, expuesto inicialmente en el segundo segundo y tercero) y de la abacial de St- patio de butacas. ¡La órdiga!
movimiento de la obra, que aparece en Ouen en Ruán (el resto). ¡Dos órganos
desarrollos y recapitulaciones para dar a la Cavaillé-Coll vascos! De repente recordé (2) Ofrezco gratis a la dramaturga este hallazgo:
estructura unidad de material. Más equili- que alguna vez me hablaste del de San en vez del tiburón puede colgarse de la tabla de
cedro otra rueda -¡qué maravillosa analogía con
brada y proporcionada, la Fantasía es una Sebastián, instalado en 1863 en la citada la prótesis de Amfortas!-, esto es, un ejemplar del
obra notable por la precisión de su esque- iglesia barroca del casco viejo, casi apoya- «pez marino del orden de los plectognatos, de
ma tripartito y la feliz utilización del color da en el monte Urgull, que presenta la forma casi circular, que llega a tener metro y
orquestal de los registros. Para mi gusto, la curiosa fachada, como de obra de encaje, medio de diámetro; una aleta dorsal y otra anal,
ambas iguales, puntiagudas y juntas con la cau-
composición más redonda, con una melo- al paseante que va al puerto o viene de él. dal; boca pequeña y de mandíbulas unidas, piel
día inolvidable confiada al oboe, es el Pero olvidé el dato y como, además, no lisa, fosforescente (!), verde negruzca por encima
Preludio, fuga y variación. La Pastoral, tam- suelo asistir a conciertos de órgano salvo en y plateada en los costados». (R.A.E.)
bién tripartita, incluye un fugato muy atrac- los veranos, cuando estoy en Menorca, (3) Recordemos que, cuando se anunció en
tivo, y la Plegaria, netamente franckiana, nunca he seguido las posibles convocato- Nueva York el estreno de Palestrina, Rudolf Bing
reincide en la tensión menor-mayor. La rias concertísticas en el País Vasco. ¿Serán contestó así a la pregunta de cómo era: «Como
pieza más convencional y académica es el numerosas y atractivas? Hace al menos diez Parsifal, pero menos divertido».
Final, con su obligada demostración de las años que no me acerco a la Bella Easo. Ya
C. FRANCK: Obras para órgano - Fantasía, op. 16; Gran
cualidades más estruendosas del instrumen- te dije antes la causa. Mas estos dos CDs Pieza Sinfónica, op. 17; Preludio, Fuga y Variación, op.
to. son tan jugosos y están tan bien hechos, es 18; Pastoral, op. 19; Oración, op. 20; Final, op. 21; Tres
Piezas; Tres Corales / Joris Verdin (órganos de Santa
Las Tres Piezas no fueron escritas para tan dulce y a la vez plena la sonoridad de María del Coro de San Sebastián, Santa María de
Santa Clotilde, sino para el órgano, también ambas joyas, que me gustaría oírlas alguna Azkoitia y St.-Ouen de Ruán / RICERCAR / Ref.: 207402
construido por Cavaillé-Coll, de la gran sala vez in situ. (2 CD) D2 x 2

( 17 )
Dieter Klöcker protagoniza diversas grabaciones Ferdinand Ries y Antonio Bazzini,
en los sellos ORFEO y CPO en integrales camerísticas de DYNAMIC

Die Zauberklarinette La belleza


del cantabile
Y
a sea estando al frente -desde el clarinete- de su conjunto Consortium
Classicum o como solista con otras agrupaciones, el instrumentista alemán
Dieter Klöcker no deja impasible al oyente. Sirvan como prueba los compac-
tos reseñados a continuación de las discográficas ORFEO y CPO.
Bajo el sugerente título Kontrafakturen für klarinette se esconden cuatro piezas de
autores prácticamente desconocidos que están basadas en composiciones del indis-
cutiblemente afamado «sordo genial» Ludwig van
E s acostumbrado en el sello DYNAMIC
ofrecernos obras que son llevadas al
disco por vez primera. Obras, por otra
parte, de autores poco promocionados o poco
Beethoven. Así, el primero de los discos ORFEO atendidos, cuando en muchas ocasiones son
comienza con la Meditación sobre el Adagio de la merecedores de una mayor consideración. Es
sonata op.27/2, escrita por el vienés Adolf Wallnöfer. el caso de los dos músicos a los que haremos
En esta obra, el piano del maestro de Bonn se halla jus- referencia.
tificada y elegantemente reemplazado por la orquesta Catorce años más joven que Beethoven fue
de cuerda y el instrumento de tubo cilíndrico y len- su alumno Ferdinand Ries (1784-1838), al
güeta simple. Obra para escuchar en una noche de que ya hemos presentado alguna vez en estas
«luna clara». Usando la más popular de las canciones páginas. Difícil le ha sido evadirse de la som-
del niño prodigio, es decir, Adelaide op.46, Ivan Müller bra de su genial maestro, y ello ha sido causa
asigna al instrumento preferido por Woody Allen un de su poco sobresalir. Sin embargo, una vez
lirismo y brillantez superlativos, rondando lo idílico. escuchadas muchas de sus obras, podemos
Christian Rummel prefiere indagar en la Escena y aria proclamar que Ries tiene una gran identidad
«Ah perfido», op.65, para configurar la Fantasía op.77, personal a pesar de estar siempre bajo la aure-
creando entre la cuerda y el clarinete un estado de ten- ola de su paisano de Bonn.
sión que queda demostrado a lo largo de la partitura. Tres Sonatas para violoncello y piano son
Como colofón, la versión de concierto sobre el incom- las obras elegidas para la ocasión, escritas dos
pleto WoO 5 para violín y orquesta de Johann Sobeck,
en el que las posibilidades técnicas se ven destacadas
en la cadenza. La Orquesta de Cámara de Praga con
Milan Lajcík conduciendo a sus treinta y cinco inte-
grantes, exhibe equilibrio y distinción.
El siguiente CD es una recopilación de distintos extrac-
tos pertenecientes a obras camerísticas u orquestales
que abarcan música de Meyerbeer, Rossini, Haydn o
Weber -entre los ya familiares- y de otros más por des-
cubrir, como Pedro Étienne Solère o Heinrich Joseph
Bärmann. Aunque sea en pequeñas dosis, la versatilidad viene servida en bandeja de
plata.
Los «amigos de Beethoven» acuden a la reunión del anfitrión CPO con regalos de
la más selecta cosecha: Ferdinand Ries fue alumno de piano con nuestro «heroico»
compositor durante tres años en Viena, y escribió Notas biográficas sobre Ludwig van
Beethoven. El Octeto op.128 no rehuye las influencias de Mendelssohn ni el carác-
ter del romanticismo naciente, con unas gotas de elixir weberiano. de ellas en 1807, en los años en los que
En una posición privilegiada entre los pianistas del XIX podemos ubicar a Karl empieza a conocerse como compositor
Czerny. El Notturno brilliant es una mezcla de seriedad vienesa y alegría bohemia en abriéndose camino en Francia. Atienden
modo menor agradable al oído. ambas a los opus 20 y 21 en do mayor y la
Las Siete variaciones para piano sobre un tema de Paisiello (Nel cor più non mi mayor, respectivamente, y compuesta en dos
sento) del noble mecenas Reichsgraf Moritz von Lichnowsky, descubren a un músi- movimientos la primera y la segunda en cua-
co aficionado y con clase, y el Octeto op.12 de Louis Ferdinand von Preussen ejem- tro. Su tercera sonata, la más madura, la escri-
plifica los distintos juegos combinatorios entre las secciones, con una finura propia biría cinco años antes de su muerte, en 1833,
de la monarquía imperante. El sonido global del Consortium Classicum es notable, ya trasladado a Alemania y fijada su residen-
pero algunas entradas de trompa resultan levemente desajustadas. cia en Frankfurt. Será la Op. 125, en la tona-
Franz Schubert aparece venerado en el último de los discos a comentar, y lo hace lidad de sol menor. Estos pentagramas tienen
con el celebérrimo Octeto D 803 y el Noneto D 79 («para su propio funeral»). verdadera calidad musical, y pueden ser apre-
Mostrar la habilidad compositiva siguiendo esquemas mozartianos y beethovenianos ciados tanto por su riqueza de ideas como por
indicaba una debilidad y una pasión perceptible desde los pasajes iniciales que irá su excelente escritura instrumental. Siempre
in crescendo a medida que evolucionan estas piezas. El Consortium Classicum bajo la influencia de un Beethoven bien
puede competir sin ningún pudor con las versiones del Octeto de Viena o del aprendido. Resaltemos la donosura en la
Hausmusik, alcanzando las puntuaciones más altas. Dieter Klöcker sí que es un fenó- expresión de sus intérpretes, Bonucci y
meno socio-cultural y no… pero mejor será no entrar en polémicas. Disfrútenlos. Orvieto, para estas tres piezas merecedoras
de su escucha simplemente por su conjun-
J.A.M. ción entre lo clásico y lo romántico.
Tampoco ha sido dignamente apreciado
F. SCHUBERT: Octeto en fa mayor, D 803; Noneto en mi bemol mayor, D 79 / Consortium Classicum. Dir.: Antonio Bazzini (1818-1897), quien, nacido
Dieter Klöcker / CPO / Ref.: 999744-2 (1 CD) D5 en Brescia y fallecido en Milán, no puede
F. RIES: Octeto en fa menor, op. 128 - K. CZERNY: Nocturno brillante en mi bemol mayor - R.M. VON LICH- disimular su origen italiano. Itinerante como
NOWSKY: 7 Variaciones para piano sobre un Tema de Paisiello - L.F. PRINZ VON PREUSSEN: Octeto en fa virtuoso del violín por los principales centros
mayor, op. 12 / Consortium Classicum. Dir.: Dieter Klöcker / CPO / Ref.: 999745-2 (1 CD) D5
musicales, fue excelente músico de cámara y
DIETER KLÖCKER EN CONCIERTO - Obras de Solère, Meyerbeer, Bärmann, Von Schacht, Rossini, Spohr, poseyó un extraordinario conocimiento de la
Haydn, Kreutzer y Weber / Orquesta de Cámara de Praga; Orquesta Sinfónica de Bamberg; Consortium música austro-alemana. Se retiró de los esce-
Classicum, y otras agrupaciones sinfónicas y camerísticas / ORFEO / Ref.: C542001Z (1 CD) D2
narios al asentarse definitivamente en su
BEETHOVEN KONTRAFAKTUREN - Páginas inspiradas en obras de Beethoven - A. WALLNÖFER: patria, en 1864, y dedicarse a la composición.
Meditation, sobre el Adagio de la Sonata Claro de luna - I. MÜLLER: Pieza de concierto sobre Adelaide, op.
46 - C. RUMMEL: Fantasía, op. 77 sobre Ah perfido, op. 65 - J. SOBECK: Concierto en si bemol mayor / Dieter Sus piezas musicales, sin ser del todo homo-
Klöcker (clarinete) / Orquesta de Cámara de Praga. Dir.: Milan Lajcik / ORFEO / Ref.: C064001A (1 CD) D2 géneas, constituyen un importante tratado de

( 18 )
unión entre la tradición instru- Obras de cámara de A. Rubinstein, Tcherepnin,
mental italiana autóctona, en Ippólitov-Ivánov y Tansman, en DYNAMIC
vías de desaparición, y las nue-
vas experiencias del romanticis-
mo alemán. En los dos volúme-
Al hálito del estro
nes grabados se incluyen deli-
ciosas piezas, fundamentalmente y el euro eslavos
C
de salón. Son obras escritas entre onsiderado por la agrupación eslavista vuelta habilidad técnica, hermosura estética y
los años 1863 y 1867. Destaca Poderoso montoncito como cuasi funda- complacencia en la fluidez melódica.
entre ellas la soberbia Sonata en dor de las querencias occidentalizantes Una vidente de Petrogrado auguró en 1918 a
mi menor, op. 55, de estructura en el enfaldo de la música rusa, Antón G. Aleksandr N. Cherepnin -en vez del galicismo
clásica, en tres movimientos, Rubinstein (1829-1894), fecundo compositor de Tcherepnin- (1899-1977) múltiples y largos via-
digna del más grande repertorio más de un centenar de obras, aplaudido pianis- jes. Desde la emigración familiar a París, ocurri-
romántico europeo. Le seguirán ta de estupefaciente virtuosismo, da en 1921, se convirtió en un
numerosas piezas , para violín y celebrado director orquestal e exiliado errabundo, buscador
piano, agrupadas por títulos y incansable impulsor de la vida tanto de mundanas atmósferas
reunidas en colecciones en filarmónica de San Petersburgo - europeas como del orientalismo
fue fundador y primer director asiático, para más tarde arribar a
del Conservatorio capitalino en americanas orillas. Pianista en
dos períodos de su existencia-, continuo peregrinaje y composi-
era en verdad deudor de una for- tor expatriado ni desconcertan-
mación germana y depositario de temente original ni inconfundi-
influencias francesas. Quedaba blemente personal, de pulcro
patente la ausencia de aspiracio- exotismo tamizado de occiden-
nes nacionalistas en su música talismo, escribió en 1976 el
escorada hacia el cosmopolitis- serondo Quinteto para viento:
mo; por lo que al círculo musical siete minutos de natura contra-
petersburgués a él aledaño -en el puntística divididos en tres bre-
cual participaba su congenial ves movimientos, tan fugaces
pupilo Chaikovski- se dio en lla- como si el autor hubiera sido
series de numerosas piezas a las mar con tonillo displicente «los consciente de la inminencia de
que denomina: Piezas fantásti- Teutónicos». su muerte.
cas, Piezas líricas y Piezas carac- Bien que en calidad de divo Inmutable en su concepción
terísticas destinadas a los dilet- caprichoso del piano -cuya estética permaneció durante
tanti y a los aficionados de buen carrera se vio propulsada por su cincuenta años el compositor,
nivel. Oiremos cómo las melodí- amante, la gran duquesa Elena profesor y director orquestal
as se despliegan, calmas e ínti- Pávlovna- concibió para su propio lucimiento Mijaíl M. Ippólitov-Ivánov (1859-1935), aunque
mas, sin ninguna concesión al cinco conciertos para piano y orquesta, en su tras la revolución de 1917 se volteó hacia las
vocalismo de la ópera. Presentes copioso catálogo aparecen numerosas composi- músicas turco-arábigas, uzbekias y kazajias,
estarán las características de ciones destinadas a otros instrumentos solistas. obteniendo gran popularidad con sus Escenas
Robert Schumann, autor, por Al violonchelo le consagró dos relevantes con- caucasianas. Completó en 1931 El casamiento,
cierto, que en el Neue Zeitschrift ciertos y, en el género de cámara, Tres piezas la ópera cómica inconclusa de Músorgski, y
für Musik, con ocasión de un (1854) y dos Sonatas con acompañamiento pia- cuatro años después ofreció el gustoso diverti-
concierto interpretado en Leipzig nístico. Aunque fue escrita en 1852, a continua- mento Un atardecer en Georgia para flauta,
por Bazzini, le alabaría en 1843 ción del Segundo concierto para piano y orques- oboe, clarinete, fagot y piano, fértil en aciertos
como músico que llevara «un ta y de la primera versión de su Segunda sinfo- melodiosos, exóticos timbres, sinuosidades
canto eternamente sereno». nía (Océano), la Sonata núm. 1 para violonche- melismáticas y vigorosos ritmos.
Tampoco faltan asomos a lo y piano en re mayor no se publicó hasta Aunque naciera en Lódz, al pianista, director
Mendelssohn y acentos popula- 1855. Inspirada por el prestigioso violonchelista de orquesta y compositor polaco Aleksander
res que parecen anunciar algu- belga Adrien François Servais (1807-1866), acla- Tansman (1897-1986) se le considera francés
nas páginas de Sarasate. mado en sus dos giras rusas y reputado por por anclar en París a la edad de veintidós años,
Nos hallamos, pues, ante Berlioz cual «el Paganini del chelo», la Sonata pese a recalar en los Estados Unidos durante la
páginas donde domina la melo- dedicada a él y a su enorme Stradivarius está Segunda guerra mundial. A sus primordios pro-
día interior y expresiva del vio- articulada en tres amplios movimientos de gran fesionales parisienses se remonta la Danse de la
lín, en este caso un Meggini de empeño instrumental y abundantes recursos sorcière (1923) para piano y quinteto de vientos,
1620 de nítido sonido en la digi- expresivos. La posterior (1857) Sonata núm. 2 en que en sus menos de cinco minutos de duración
tación de Luigi Alberto Bianchi y sol mayor tiene por dedicatario al conde Albert prefigura con lirismo lúdrico su ulterior estilo
un preciso y dúctil acompaña- de Flemming, y data de una temporada invernal cinematográfico.
miento de Aldo Orvieto. pasada en Niza entre los brazos de la imperial El Quinteto de vientos del Teatro Nacional de
viuda Lena, en una época en la que su renom- Praga, con el concurso del pianista praguense
Manuel García Franco bre de concertista ya había alcanzado eco inter- afincado en Suiza Giorgio Koukl, avalan la eje-
nacional. Se despliega en libertad la fantasía a lo cución del segundo de los comentados compac-
F. RIES: Las Sonatas para violoncello y largo de sus cuatro movimientos, luciendo el tos de DYNAMIC, insuflados del irresistible
piano - Gran Sonata, op. 215; Gran
Sonata, op. 21; Gran Sonata, op. 20 / desfogue de la imaginación y el dominio formal soplo inspirativo del euro y el oriente eslavos.
Arturo Bonucci (cello); Aldo Orvieto de su autor. Concienzudas lecturas de ambas
(piano) / DYNAMIC / Ref.: CDS 246 (1
CD) D2 obras nos ofrecen el sensible y ecléctico chelis- José Luis Gómez Lozano
ta francés Alain Meunier y el véneto pianista
A. BAZZINI: La obra para violín y piano
(Vol. 1) - Sonata en mi menor, op. 55; 2 Gabriele Gorog, especialista en compositores
Novellette, op. 54; 3 Piezas, op. 53; 3 rusos. A. RUBINSTEIN: Integral de Sonatas para violoncello y piano
Piezas, op. 46 / Luigi Alberto Bianchi (vio- - Sonata nº 1 en re mayor, op. 18; Sonata nº 2 en sol mayor,
lín); Aldo Orvieto (piano) / DYNAMIC /
Notorio influjo de Brahms refleja la escritura op. 39 / Gabriele Gorog (piano); Alain Meunier (cello) /
Ref.: CDS 258 (1 CD) D2 del Quinteto para piano, flauta, clarinete, trom- DYNAMIC / Ref.: CDS 249 (1 CD) D2
pa y fagot en fa mayor, originario de 1855 y A. RUBINSTEIN: Quinteto en fa mayor para piano e instru-
A. BAZZINI: La obra para violín y piano
(Vol. 2) - 3 Piezas en forma de Sonata, op. luego revisado por Rubinstein en 1860. Ora mentos de viento, op. 55 - A. TCHEREPNIN: Quinteto para
instrumentos de viento, op. 107 - M. IPPOLITOV-IVANOV:
44; 3 Piezas características, op. 45; 3 cantable, ora sentimental, y decididamente rap- Una velada en Georgia, para piano e instrumentos de viento,
Piezas líricas, op. 41, etc. / Luigi Alberto
Bianchi (violín); Aldo Orvieto (piano) / sódico en la relación establecida entre el piano op. 71 - A. TANSMAN: Danza de la hechicera, para piano y
DYNAMIC / Ref.: CDS 264 (1 CD) D2 y los vientos en el curso de sus cuatro tiempos, quinteto de viento / Giorgio Koukl (piano) / Quinteto de vien-
to del Teatro Nacional de Praga / DYNAMIC / Ref.: CDS 296
es fiel exponente del cuño musical del composi- (1 CD) D2
tor: densidad no tupida mas tramada con desen-
( 19 )
DYNAMIC presenta una grabación de los cuartetos de Ottorino Respighi

Respighi íntimo
E
l Respighi canónico, exuberante de colorido instrumental, fresquista generoso de la orquesta, afecto a
las rumbosas puestas en escena, no es el único. Su obra camarística así lo prueba y fue una constante
de su producción, como se advierte confrontando las fechas (1909 y 1924) de las obras incluidas en
este compacto. Así como su labor orquestal debe mucho a las habilidades de la escuela francesa, estos cuar-
tetos señalan la huella que dejaron en el compositor sus años de estudiante en Alemania.
Lo más destacable, junto a la cumplida redacción puesta en juego, es la diferencia de formas que exhi-
ben estas obras. El cuarteto en re menor tiene una estructura clásica de cuatro partes, con las correspon-
dencias internas pertinentes. El Cuarteto Dórico, en cambio, es una suerte de rapsodia de cámara en un solo
movimiento de oscilante velocidad, con exposiciones, variantes y retomas de motivos que se enfrentan, se contestan y desaparecen para
reaparecer. La apelación al modo antiguo dórico es un gesto de italianismo, un enésimo intento de hacer música a la italiana, sin desde-
ñar las enseñanzas de los maestros extranjeros y sustrayéndose al poderoso imperialismo de la ópera, emblema nacional si los hay.
Estrictez, limpidez, transparencia, pueden ser rasgos de cierto espíritu latino que recuerda la rica tradición peninsular de los siglos clásico
y barroco.

Blas Matamoro
O. RESPIGHI: Cuarteto Dórico; Cuarteto en re menor / Cuarteto de cuerdas de Venecia / DYNAMIC / Ref.: CDS 276 (1 CD) D2

En el ojo de la tormenta reúne, en CPO,


obras para percusión de diversos autores

Cabazazos
D
espués de oír los numerosos compactos protagonizados por grupos de percu-
sión o solistas del género, podemos dividirlos en dos grupos: aquellos que pre-
tenden simplemente dejarnos sordos y aquellos que pretenden conseguir un
clima tranquilo y suave, a pesar de que dichos instrumentos no sean precisamente los
más indicados para ello.
El Cuarteto Cabaza (la explicación del porqué de esta denominación figura en el
loco libreto pero, sinceramente, no la comprendo) se autodefine como «de percusión
creativa», y su lema es: «No exactamente jazz, no
exactamente clásico, no exactamente ritmo, no
exactamente melodía pero todo esto exactamente:
nueva música». Sus integrantes son Herr Hans
Günter-Brodmann (culpable de un disco llamado
Musica Sacra que ha motivado que yo recibiera
varias amenazas de bomba por haber hablado de
él en un boletín anterior), Herr Axel Dinkelmayer,
Herr Roland Schmidt y Herr Herrmann Schwander.
El concierto que nos interpretan en este CD reúne
los postulados surrealistas anunciados anterior-
mente. Al contrario que en otros discos, no se
comienza con una pieza descacharrante: «En el ojo
de la tormenta» es una meditación casi religiosa e ALFONSO V EL MAGNÁNIMO (1396-1458)
introspectiva, bautizada al son de campanas ecle- El Cancionero de Montecassino
siásticas. Si viven ustedes cerca de una iglesia e intentan dormir un domingo por la Música religiosa y profana
La Capella Reial de Catalunya
mañana sentirán la misma sensación que escuchando esta pieza. Tras esta corta intro- Dir.: Jordi Savall
ducción de Kiesewetter (1945), Hundert Wirbel zum Ende des Jahrtausends fue com- ALIA VOX / Ref.: AV 9816 (2 CD) D10 x 2
(-10% de descuento)
puesta por Werner Heider (1930) y es un efluvio a medio camino entre el New Age [Oferta especial de lanzamiento]
y el homenaje a los supervivientes de Stalingrado (lo digo por las fanfarrias militares
que surgen espontáneamente). SiO 2 es una pieza de sonido cristalino y cortante
compuesta por el mismo Brodmann (1955) e inspirada por un pisapapeles con forma
de montaña de vidrio que está sobre la mesa de su despacho. El Divertimento de Herr
Schmidt (1959) es la primera gran pieza para cuarteto de percusión que estábamos
esperando, y los Cabaza desempeñan su labor (por fin podemos apreciarla en su tota-
lidad) de una manera espectacular en una composición que el autor define como
puro entretenimiento visual y sonoro (recomiendo que ustedes acudan alguna vez a
un concierto de cuarteto de percusión: las carreras, los gestos y la coreografía de los
intérpretes suele ser algo muy impactante).
Del finlandés Sven Tüür (1959) se nos ofrece otra pieza explosiva (en el buen sen-
tido de la palabra, no en el que se viene utilizando últimamente), en la que en tres
partes y durante doce minutos se exprimen al máximo las posibilidades del cuarteto.
Se llama Motus II y en ella se alude a la idea de la percusión como algo flotante y en
constante fluir.
Nos encontramos pues ante un concierto in crescendo, no tan salvaje ni tan suave
como los otros discos de boxeadores musicales que han aparecido últimamente y, HARMONIE UNIVERSELLE
por lo tanto, una buena opción para introducirse en el mundo de los golpes. Obras de Des Prés, Holborne, Marín, Bach,
Cabanilles, Lully, Marais, Fontei, etc.
Montserrat Figueras (canto)
Mel Smith Window Hespèrion XXI ~ Le Concert des Nations
La Capella Reial de Catalunya
Jordi Savall
EN EL OJO DE LA TORMENTA - Obras para percusión de Kiesewetter, Heider, Brodmann, Schmidt y Tüür / ALIA VOX / Ref.: AV 9810 (1 CD)
Cuarteto de Percusión Cabaza / CPO / Ref.: 999777-2 (1 CD) D5 P.V.P. 1.295 ptas.-

( 20 )
Lieder, cánones y coros de Paul Hindemith, El Quinteto de Viena presenta dos importantes
en un registro berlinés de WERGO obras camerísticas de Max von Schillings

Varios Hindemith, Los arcos de


todos a cappella Herr Von Schillings
H M
ay en este CD varios Hindemith. Está el Hindemith que trabaja ax von Schillings (1868-1933) pertenece a esa
con poetas de su tiempo, en ocasiones de posturas políticas tan zona conservadora y académica de la música ale-
distintas como las de Bertolt Brecht y Gottfried Benn, con quienes mana (Orff, Suder,
compuso obras vocales operísticas o casi operísticas (El vuelo de Reinecke, Pfitzner) que res-
Lindberg, con el primero; El incesante, con el segundo). Pero también cató la monumental heren-
aparece el Hindemith que se siente atraído por el pasado prerromántico, cia del siglo XIX y la actua-
con textos de Klopstock y G. Keller. Y el lizó en lo mínimo, con tal
que está fascinado ante el alemán anti- de evitar la desazón y la dis-
guo de la baja Edad Media y el período persa variedad de las van-
de la Reforma (de los Minnesänger a guardias. Fue también sutil-
Lutero). No se limita este Hindemith a la mente nacionalista, no en el
poesía compuesta originalmente en ale- sentido folclórico de la
mán, porque también escuchamos aquí palabra, sino por la inten-
poemas de Walt Whitman o Fitz-James ción de sustraerse a los
O’Brien, en este último caso en traduc- vientos del este y a las
ción alemana del propio Hindemith. modas de París.
Destaca también el Hindemith especial- Schillings tuvo vigencia
mente propicio a los desafíos contrapun- en su tiempo y desarrolló una obra variada de géneros que
tísticos con pocos elementos y mucho puede examinarse en otros compactos del sello CPO que
desarrollo. contienen sus fantasías orquestales (999 404-2), su melo-
Pero está presente, sobre todo, el que drama La canción de la bruja (999 233-2), su ópera Mona
busca alternativas a la vanguardia mediante la construcción de una van- Lisa (999 303-2) y piezas para pequeña orquesta (999 233-
guardia propia (tratamiento de la voz, prosodia, recitado, declamación 2). Tuvo la tentación de hacer música alemana racial pero,
libre o sometida a anotación) y el Hindemith de vocación pedagógica, por fortuna, la música no tiene raza, y sus compromisos,
convencido de que «hacer música juntos» es una de las mayores bazas ciertamente antipáticos, con el naciente gobierno nazi
de la preponderancia musical alemana, y de que los coros a cappella (Schillings muere al llegar Hitler al gobierno) no intervie-
suministran el material bruto esencial para las agrupaciones vocales de nen a la hora de escuchar sus composiciones.
base. En su música de cámara se delinea la poderosa sombra
Es, en general, el Hindemith más austero, el que se ha liberado de brahmsiana, por la extensión de sus arcos melódicos, sus
determinados pesos orquestales en exceso coloristas y ha desnudado su soluciones de armonía y su arquitectura estructural. No es
inspiración de los oropeles de la instrumentación y de los excesivos mala referencia y permite que lo percibamos como un
cambios (o sorpresas) de carácter dinámico. El Coro de la Radio de músico aplicado y prudente, que pisa sobre seguro, no se
Berlín demuestra ser un excelente instrumento para esta estética despo- arriesga y prefiere la solidez conocida a la aventura de
jada. Curiosamente, es el británico Robin Gritton el que da vida y senti- rumbo incierto que escogieron, con distintos resultados,
do a este repertorio de vocación y espíritu tan alemanes. Un disco de tantos de sus colegas en aquellos tiempos revueltos, san-
mucho interés que junto a tantos otros demuestra que en el siglo XX grientos y fecundos del arte sonoro y de la civilización en
hubo muchos caminos. general.

S.M.B. B.M.
P. HINDEMITH: 26 Lieder, cánones y coros / Coro de la Radio de Berlín. Dir.: Robin Gritton M. VON SCHILLINGS: Cuarteto para cuerda en mi menor; Quinteto para
/ WERGO / Ref.: WER 6642-2 (1 CD) D2 cuerda en mi bemol mayor, op. 32 / Quinteto de cuerdas de Viena / CPO /
Ref.: 999608-2 (1 CD) D5

CPO publica un disco de poemas sinfónicos y danzas de un croata y un serbio de nuestro tiempo

Ecos balcánicos
« Balcanización» se ha convertido con el
tiempo, con el sangriento tiempo estriado
de bombardeos y gritos de víctimas, en sinóni-
mo de dispersión y querella sin fin. Pero su
man a las fuentes anónimas con una sobriedad
española que recuerda a don Manuel de Falla.
Cuentan asimismo con el gusto por los desarro-
llos breves y la insistencia rítmica del composi-
gente ha sido y es tan devota de la armonía tor gaditano.
como cualquiera de nosotros. Este compacto El folclorismo de estos músicos no es arqueoló-
nos ayuda a aceptarlo. El autor croata Jakov gico sino imaginario. Si citan aires anónimos lo
Gotovac (1895-1982) y el serbio Marko hacen por excepción. En general, inventan a la
Tajcevic (1900-1984) se reúnen felizmente en manera popular, a partir de lo que conocen
un mismo espacio gracias a los buenos oficios como arte tradicional, pero se valen de sus
de la suprema diplomacia, la música. sugestiones con libertad y personalidad.
Ambos provienen de ese intenso movimien- Ciertamente, el auge de las vanguardias y el
to de exploración folclórica que inicia en la experimentalismo los ha traspuesto, pero estos
Europa central la figura señera del húngaro años posmodernos, eclécticos y proclives a los
Franz Liszt. Sus dos máximos relevos pueden balances, los consideran nuevamente con inte-
ser Bartók y Enescu. Sin duda, nuestros balcáni- rés.
cos se encuentran más cerca del segundo. Tienen una formación B.M.
académica de evidente solidez, de compostura tradicional y de que-
rencia romántica tardía. También, cierto pudor en el tratamiento del J. GOTOVAC: Poemas sinfónicos - Kolo, op. 12; Los labradores, op. 18; Guslar el vio-
linista, op. 22; Ero; Balcanes, op. 16 - M. TAJCEVIC: 7 Danzas de los Balcanes / Radio-
color local. No hay en ellos el estallido fauve de la paleta orquestal Filarmonía de la NDR de Hannover. Dir.: Moshe Atzmon / CPO / Ref.: 999724-2 (1 CD)
rusa, ni la menor debilidad pintoresquista. Se diría que se aproxi- D2

( 21 )
COL LEGNO publica Santi, segundo Concierto para piano de Jan Beran (n. 1959), en versión electrónica

En fa mayor
E l reciente fallecimiento de Iannis Xenakis, amén de significar una
de las más dolorosas pérdidas sufridas por la música de nuestro
tiempo, ha vuelto a poner de moda en los medios masivos de
comunicación la cercanía entre música y matemáticas. Relación que es
uno de los maridajes históricos tradicionales entre arte y ciencia desde
ciendo aquí y allá retazos y reflejos
de armonías lejanas o ensoñadas.
Pese a su deliberado (y un tanto
esquemático) «tibetanismo», Santi
se aproxima a la concepción pictó-
los tiempos de Pitágoras y que, de no ser por el modo absolutamente rica de un Rothko: la simplicidad
inédito en que fue abordado por el admirable creador grecofrancés, no es más aparente que real, y el colo-
merecería la singularidad de lo novedoso. Uno, que ya peina canas (per- rido interno de su materia descu-
mítaseme hablar en primera persona), recuerda los lejanos tiempos en bre irisaciones y sonoridades ines-
que don Pedro Puig Adam impartía matemáticas en un instituto madri- peradas.
leño de enseñanza media (el de San Isidro, en la calle de Toledo). Puig Dividido en tres movimientos
había sido discípulo (y colaborador) nada menos que de don Julio Rey de dilatadas proporciones
Pastor, pero el franquismo le vetó la Universidad, injusticia de la que (Prarthana, Sunrise in Tiger Hill,
nos beneficiamos muchos bachilleres de la época (corrían tiempos en Santi, que oscilan entre los once minutos del central y los casi treinta de
que existía el bachillerato y se aprendían en él cosas básicas e impor- cada uno de los extremos), la composición se sitúa en los límites de
tantes: en las cuestiones de la enseñanza estamos infinitamente peor aquéllo que razonablemente cabe definir como música: pero eso no la
hoy que entonces, pero esa es otra historia). Cuando don Pedro murió, hace menos atractiva, si el oyente es capaz de arrojarse a su abismo
y no sin sorpresa para muchos, se celebró un pequeño concierto coral interior. Toda la obra se inscribe en el ámbito acústico correspondiente
de piezas por el compuestas que, si no eran geniales ni innovadoras, sí a una cadencia perfecta (el inicio del movimiento central) y las pedales
acreditaban un conocimiento y un buen gusto musical incuestionables. fa/do (que abren y cierran el texto) y si bemol/sol natural son la materia
Toda esta evocación viene a cuento de Jan Beran, checo nacido en básica y, en cierto sentido (en el de la arquitectura, concretamente), casi
1959, residente en Zurich desde los años ochenta (donde fue también única. A lo largo de un interminable proceso de sístole y diástole, el
campeón de tenis juvenil) y doctorado allí en matemáticas: como en el texto evoluciona hacia (y regresa desde) unas texturas uniformes que de
caso de Puig Adam, estamos frente a un matemático cuya afición domi- modo paulatino avanzan hacia nuevas alturas y registros más acres e
nante se articula en un dominio artístico sólo en apariencia ajeno a la hirientes, dando paso a una relativa movilidad discursiva en la que la
actividad profesional por la que es públicamente conocido. Beran es esporádica presencia del solista cataliza un despliegue y entrecruza-
una autoridad en sistemas de alta complejidad y métodos estocásticos, miento de material que tanto ofrece referencias consonantes y retazos
y ha publicado notable cantidad de artículos y un libro de referencia cadenciales como parafrasea la apariencia quebrada y aperiódica del
sobre la materia, pero su pasión por la música, a la que ha aplicado serialismo. El movimiento final implica una síntesis del material ofreci-
algunos de los principios teóricos de su trabajo, le está dando a conocer do en el primero y esa especie de impromptu (una elaboración de con-
en otros ámbitos. Obras suyas como Aniseikonia, Cirri, Immaculate sonancias simples que desemboca en un larguísimo «re» que le pone
Concept o Hexagon han aparecido ya en conciertos y en grabaciones fin) que sustancia el segundo, dilatando un fondo «orquestal» cuya ini-
comerciales (Cirri, en concreto, está en Centaur Records). Aparece cial tersura evoluciona hacia una ondulación temporal en que se defi-
ahora su Segundo Concierto para piano y orquesta, titulado mediante la nen pulsos ocasionales más claramente isócronos. La presencia del
voz indostánic Santi, escrito en 1998 y cuya segunda versión, realizada piano, por su parte, asume un papel que, según se recorre el espacio
exclusivamente por procedimientos electroacústicos, está editada por sonoro (permítasenos esta metáfora de una experiencia que sólo de
COL LEGNO. modo relativo puede definirse como «escucha») se sitúa en un ámbito
De atenernos a su apariencia inmediata, Santi sería un cruce entre el de heterogeneidad que reclama, casi, el terreno del collage: lo que de
nuevo minimalismo y el retorno a la música meditativa de finales de los él importa no es tanto la música que propone como el hecho de su dis-
sesenta. La realidad es que estamos ante un curioso trabajo en que la paridad con la textura en que se inserta. Con todo, ese movimiento de
improvisación se cimenta sobre un riguroso estudio del material que, cierre (que en modo alguno es un desarrollo, sino otra cosa, en parte
como en otras obras del autor, explora ocasionalmente dominios atem- acumulativa y en parte difractada) carece, tal vez, de la monumentali-
perados y enharmonías (Cirri se basa en una división de la octava en 36 dad del primero y del provocativo ingenuismo del segundo. Obra irre-
microtonos iguales). Santi dilata una suerte de éxtasis sobre la pura gular, si se quiere, desesperante, pero también mórbida y fascinadora,
materia sonora: la versión electrónica aquí presentada apura la exacer- Santi es, también, una radical interpelación sobre las ideas de tiempo,
bada irrealidad de la obra, su distanciamiento, su estatismo. Hay un fino azar e improvisación.
trabajo sobre el timbre y la densidad, de modo que las casi intermina-
bles pedales que constituyen el cuerpo de la composición presentan una José Luis Téllez
rugosidad interior que evacúa todo efecto de saturación: sobre esas
inmensas superficies casi enteramente inmóviles el piano planea ofre- J. BERAN: Santi - Concierto para piano nº 2 (versión electrónica) / COL LEGNO / Ref.:
WWE 20062 (1 CD) D1

Prosiguen en CPO las integrales sinfónicas de Wilhelm Peterson-Berger (1867-1942) y Kurt Atterberg (1887-1974)

Infierno o paraíso
E n el tercer volumen dedicado a Kurt Atterberg, el músico y lam-
pista, tenemos la Sinfonía nº 7, escrita en un año tan especial-
mente propenso al amor como el de 1941, y a ello se debe su
sobrenombre de Romántica. Y qué vamos a decir de nuevo: aislada en
su contexto histórico, la Séptima es una obra maestra en la que la idea
suecas de clase alta comienzan a
tener un curioso tacto y olor... ¿de
qué estarán fabricados? Más vale
no preguntarlo: vivamos caminan-
do por nuestros bosques y dando
de furia y rebelión contra los acontecimientos circundantes se mani- de comer a nuestros cervatillos.
fiesta a través de una remotas danzas teñidas de trágico onirismo. Pero Las danzas entran en el tercer
esa angustia vital, esa batalla interior, sólo se manifiesta sutilmente. movimiento, qué mejor manera de
Atterberg utiliza elementos de su expansiva Sexta, la mejor, pero su permanecer ajeno a todo lo que
reflexión sobre la guerra tiene como conclusión que lo mejor es des- pasa en el mundo que bailar hasta
prenderse de todo compromismo musical o ideológico y aislarse en la desfallecer. En el cuarto movimien-
bolita de cristal que era la Suecia de la Segunda Gran Guerra. to, un tema solemne y brioso nos
En la Octava el aislamiento ya es total: es la sinfonía más conserva- induce a pensar en la superviven-
dora del electricista millonario. Compuesta en 1945, parece reflejar cia de las tradiciones y el talante suecos frente a las adversidades mun-
muy lejanamente los ecos de que algo está sucediendo por ahí fuera, diales (parece ser que ellos también dicen tener esto del «seny»). Si
pero la intensidad de esas ideas musicales desgarradoras y solemnes ambas sinfonías son magníficas, sobre todo la Séptima, lo que preten-
parece decirnos: «vamos a aguantar fieles a nuestro mundo». En el do decir con todo esto es que cierto compromiso, cierta denuncia o,
segundo movimiento ya se escuchan algunos zambombazos por ahí como mínimo, cierta comunicación -por no decir que cierta innova-
afuera, y huele un poco a quemado. Los jabones utilizados en las casas ción tras ocho sinfonías e inspirado por el horror de la guerra- no le

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WINTER & WINTER presenta Vivi felice!, Le saxophone et le jazz: un inusitado
una peculiar aproximación de Anzellotti al rococó disco en el catálogo RICERCAR

Scarlatti agitanado La voz solitaria


T
eodoro Anzellotti ya sorprendió en 1998 con un disco dedicado a la música de
Satie, y ahora vuelve a asombrar con una obra consagrada a ciertos movimien-
tos de algunas de las sonatas más célebres de Scarlatti. Puede que la propuesta
del saxofón
escandalice a los acostumbrados a las versiones canónicas, pero el acordeonista ita-

E
l saxofón, y más concretamente el tenor, es el
liano no da un paso sin justificar. En esta ocasión,
único instrumento capaz de disputar a la
su tesis descansa sobre la idea de que la música de
trompeta la supremacía en el jazz. Su perfil
los gitanos andaluces y, en particular, los melismas sinuoso, cargado de llaves, muelles y varillas que
típicos del cante jondo influyeron en Scarlatti parecen formar el sistema nervioso de una criatu-
incluso más de lo que suele admitirse. ra fantástica, ha sido utilizado hasta la saciedad no
Al amparo de esta teoría, el influjo de su segunda sólo por sus originales cualidades sonoras sino
esposa, una gaditana con quien se casó en alguna también por su rutilante atractivo visual. Sin
fecha indeterminada entre 1740 y 1742, provocó embargo, los saxofones todavía eran todavía obje-
que el compositor diversificara sus intereses y, sin tos extraños en la Nueva Orleans de principios del
perder de vista los avances técnicos y estéticos XX: la polifonía típica de la ciudad se basaba en
producidos en su país, empezara a beber de fuen- un endiablado diálogo a tres voces entre cornetas,
tes gitanas (no debe olvidarse que Cádiz es la trombones y clarinetes. El saxo todavía no conta-
patria chica del fandango) para experimentar con ba entonces
nuevas formas híbridas. para nadie pe-
Este es el escenario que Anzellotti elige para situar la acción. El atrevimiento del ro, pese a salir
acordeonista se entiende una vez comprobado que su carrera se cimenta, precisa- rezagado, su
mente, en la experimentación rigurosa y en la aceptación de retos estimulantes. carrera ha si-
Compositores de la talla de Berio, Kurtág, Rihm, Sciarrino y Kagel (cuya música para do tan meteó-
acordeón y teclado también ha grabado para WINTER & WINTER) han alimentado su rica que lleva
años gozando
curiosidad dedicándole obras que, además, han puesto a prueba su resistencia y cali-
del privilegio
dad interpretativa. También en este nuevo disco los resultados demuestran que
de ser el ins-
Anzellotti es el hombre adecuado para empresas de alto riesgo. En Vivi Felice!, su vir- trumento
tuosismo técnico le permite seguir sin problema la escritura scarlattiana más intrinca- ideal para de-
da y su expresividad a flor de piel consigue insuflarles un delicioso aliento popular. El sarrollar una
Scarlatti que canta a través del fuelle de Anzellotti tiene la virtud de sonar familiar y sonoridad
rupturista al mismo tiempo. personal y re-
conocible al instante.
Federico González Y ese es justamente el valor más apreciado por
los jazzmen que empezaron a utilizarlo, primero
VIVI FELICE! - Selección de obras de Domenico Scarlatti transcritas para acordeón / Teodoro Anzellotti (acor- como instrumento de apoyo al colectivo y luego
deón) / WINTER & WINTER / Ref.: 910062-2 (1 CD) P.V.P. 2.995 ptas.-
como ente autónomo de pleno derecho. Sidney
Bechet fue sin duda su primer representante de
importancia y Coleman Hawkins su mejor valedor
que no sabemos a qué responde (siempre en el salto hacia la modernidad. A este último se
representado por unos arpegios combina- debe precisamente una de las grabaciones clási-
dos de arpa y piano). De manera metafóri- cas sin acompañamiento rítmico (Picasso, 1948).
ca, Atterberg es el profesor que hace callar Después, las innovaciones de Anthony Braxton
y que expone la lección solemnemente. con su determinante For Alto (1969), y la de otros
Peterson-Berger es la profesora sueca y vanguardistas contribuirían a crear la idílica situa-
pizpireta de la que algunos se ríen pero ción actual. Con toda seguridad, hoy no existe una
con la que aprendes mucho. familia instrumental más numerosa, diversificada,
Como complemento, una encantadora próspera y respetada en el jazz.
suite de su «Obra de teatro cantada» (ah, Lo que Steve Houben propone en este disco
pero eso ¿no es una ópera?), La historia de supone un compendio actualizado del saxo a par-
la Bella Durmiente, una música algo tir de Charlie Parker (creador principal del bebop
decimnónica pero la verdad es que her- y uno de los genios reconocidos del jazz). El texto
mosísima; y la algo decadente -y por ello de la carpetilla del disco, perteneciente a la serie
encantadora- suite de Las flores de Fröso, que RICERCAR está dedicando a ciertos instru-
piezas pianísticas en miniatura compues- mentos, incluye una larga y bien documentada
tas en 1896 y que nuestro ogro orquestó historia del saxofón, pero no informa acerca del
vendrían mal a nuestro adinerado compo- en 1934. intérprete. No hace falta tener delante el currículo
sitor. Por supuesto, orquestas, directores e de Houben para darse cuenta de que es un saxo-
Así, en esta ocasión, preferimos el CD interpretaciones magistrales en ambos fonista experto, respetuoso con las melodías y flui-
dedicado a la Cuarta de Peterson-Berger, Cds. Sinfonismo apartado del mundo real, do en los desarrollos improvisados. La calidad del
compuesta en 1929. Ya de antemano el pero que cuando se agita en su bolita deja repertorio está garantizada por clásicos como Out
severo crítico wagneriano nos señala que caer preciosos copos de nieve artificial. Of Nowhere, You Must Believe In Spring y All The
se trata de una ampulosa descripción pro- things You Are, de modo que para recomendar el
gramática de la historia de la ciudad de M.S.W. disco a especialistas y curiosos en general sólo
Estocolmo (el sobrenombre Holmia se resta advertir que la resonante toma de sonido,
refiere al origen latino de la ciudad), así W. PETERSON-BERGER: Sinfonía nº 4 en la mayor;
efectuada en una iglesia del siglo XIII, Notre-
que descartamos desde un primer momen- Suite nº 1, Las flores de Frösö; Suite orquestal,
Historia de la Bella Durmiente / Orquesta Sinfónica Dame de Centeilles, no es para todos los gustos y
to cualquier vanguardismo, y eso nos pone de Norrköping. Dir.: Michail Jurowski / CPO / Ref.: que Houben opta en algunas piezas por la técnica
tranquilos. 999669-2 (1 CD) D2
de grabación en multipista para duplicar o tripli-
Peterson-Berger, a pesar de su mala K. ATTERBERG: Sinfonía nº 7, op. 45, Romantica; car la voz de su saxo alto.
reputación de persona desagradable, anti- Sinfonía nº 8, op. 48 / Orquesta Sinfónica de la
pática y wagneriana, escribe unas sinfoní- Radio de la SWR de Stuttgart. Dir.: Ari Rasilainen /
CPO / Ref.: 999641-2 (1 CD) D2 F.G.
as que, contando y todo con una impo-
nente masa orquestal, resultan encantado- También disponibles volúmenes anteriores LE SAXOPHONE ET LE JAZZ - Obras de Maschwitz, Kern,
ras por lo naïf de sus motivos, el casi infan- de Atterberg y Peterson-Berger. Wilder, Mandel, Rosolino, Noble, Fain, Loesser, etc. / Steve
til empaste orquestal y cierto orientalismo Solicite catálogo gratuito. Houben (saxofón alto) / RICERCAR / Ref.: 531012 (1 CD) D2

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AMBROISIE presenta lo más nuevo de Teresa Berganza: integral de Tonadillas de Granados y Canciones de Guridi

La maja eterna

Edita y realiza: DIVERDI, S.L. - Imprime: ESTUDIO - Dep. legal: M-10066-94


(o Berganza Talks) por Gustavo Tambascio

F
ue en 1962, pero yo lo supe bastante después. Ella ya era objeto pre- a un tiempo balaustrada y diván para su pena. O esperarla hasta que
ciado del exilio interior pero también de los gerifaltes del poder. Y en en «De aquel...», su voz salga como un instrumento más (ya sé que
medio de aquellos besamanos de Francos, de zarzuelazos maravillo- suena a lugar común, pero si se ha escrito durante 45 años sobre la
sos, de felicidad y facilidad, se la lleva el vasco. Opta por la izquierda. calidad instrumental de la voz de Berganza y usando palabras como
Prevalece el padre, Guillermo, republicano, preso del régimen, sobre viola o como cello para qué vamos a querer inventar lo ininventable)
el ji ji ja ja de los cincuenta madrileños. Ella se esfuma de España y del seno del conjunto para evocar el «majo amante que fue mi glo-
recorre el mundo bajo custodia euskalduna. Callas le dice Adalgisa, ria».
Italia le dice Violetta, Viena le dice Octavian. Ella mira hacia el piano. La voz está asombrosamente intacta y la inteligencia de su uso
El pelotari mueve la cabeza en señal de negativa. En cuatro años es la debiera sentar cátedra; el tiempo la ha sombreado, la ha ahumado,
mejor rossiniana y la mejor mozartiana del universo. Ella canta en euske- añejado. Berganza es ahora amontillado, una vez que ha sido para
ra y canta una canción de Lavilla en la fiesta del Murciélago de Karajan. gloria del canto oporto ruby y tawny, oloroso Canasta y Alfonso,
Graba disco tras disco y la crítica y el público mundiales se rinden ante el Pedro Ximénez y a veces Pale Cream. De allí que todo es ganancia
milagro. del tiempo. En «Dos horas ha que callejeo» es la veterana del trote
Y llega 1962. La Decca considera suficientemente garantizada a la estrella que mira de reojo al chullillo, como una Dietrich de media sonrisa,
con sus bombazos de Berganza Sings Rossini, Berganza Sings Mozart Arias con una ironía cansina y demoledora. Y en «De aquel majo amante»
y Berganza Sings Eighteenth Century Arias y da el paso. Es verdad que ella es la memoria, es la nostalgia de todos los hombres que han pasado,
había grabado ya para la Columbia tres LP de canciones españolas, dos de golpeando o sin golpear. Pero lo más grande de esta versión en tan-
los cuales con el vasco. Pero se trata del lanzamiento internacional de tos sentidos única, son las adiciones. (Recuérdese que Berganza
Teresa Berganza cantando repertorio español acompañada de Félix Lavilla. nunca había grabado la serie completa de tonadillas.) El majo olvi-
El producto ha de ser aderezado para el paladar cosmopolita con la inimi- dado no es sólo lo mejor de todo el registro, es una de las cosas más
table cara A, de Cesti, Cherubini, de Scarlatti. Pero el milago está en la cara extraordinarias que Berganza ha cantado jamás, convirtiendo su voz
B: Berganza canta Granados y canta Guridi (y canta Turina y canta Lavilla). de nebulosa en nube que se disipa sobre los cellos, que aletea, que
La lista de discos a llevar a una isla desierta incorpora una gema a su colec- trabaja como nadie en el mundo el pianissimo dramático, la media
ción, una festividad sacra a su hagiografía, una cadena áulica de espasmos voz y el canto a fior di labbra cargados de sentido y emoción, la voz
físico emocionales a la historia de la erótica musical. inmaculada surge para la segunda estrofa casi imperceptible y los
Esa placa de vinilo, casi reducida al estado de polvo negro de tanto cellos tocan quedísimo. Cuando Berganza dice «piensa en mí», está
escuchar y escuchar, está aún en mi anaquel. Berganza, ligeramente bizca, todo: desde Tennessee Williams hasta Almodóvar. Un siglo de emo-
me mira con mantilla y peineta. No puede ser más goyesca. (Era la maja ciones. Los suspiros de Berganza remiten acaso a Muzio en los años
de Goya soñada por Menotti: para ella y el majo Plácido escribió la ópera; 30. No existe nadie capaz de transfigurar el sonido en el juego de las
Teresa, para variar, le dejó esperando). Yo pensé entonces, escuchándola sutilezas, de reinventar la palabra sufrir, de sufrir sufriendo y de can-
ser madrileña por dictado de un catalán y castellana por dictado de un tar cantando, para cantar sufriendo. Hay ecos de despedida mahle-
vasco, que era imposible cantar mejor. Y escuchando a Lavilla (que por riana y straussiana, pero no en Granados, sino en la gran sombra que
entonces acompañó a Bergonzi), que era imposible acompañar mejor, con habita hoy la antesala del Monasterio, la penitente de El Escorial.
perdón de Gerald Moore y otros ilustres menos levanta-piedras y menos ¡Berganza, sombra de nuestras sombras! ¿Dónde estás, Teresa!
come-bacalao. ¿Dentro de Granados, o en los huesos de Guridi? ¿Cómo te fundes
Catorce años después la Deutsche Grammophone los reunió por última con aquellos muros y dices y cantas por primera vez para nosotros
vez. Berganza cantó, si todavía fuese posible, mejor a Granados, mas en el disco El mirar de la maja, con la sapiencia, con la voluptuosa
mujer, más dramática, más sufriente; se echaba de menos la sensualidad tristeza, pero con el orgullo de haber sido y de ser? Como dijo una
joven del portamento sobre la frase «ni en la Florida», pero el «Oh, muer- vez Callas en París: ¿Sola yo, en medio de tantos recuerdos?.
te cruel» era desgarrador y hasta cierto punto terrorífico. Viaje emocional único, acompañado por ocho músicos excep-
Y luego transcurrieron otros 24 años. Berganza cantó, dejó los escena- cionales, vuelta a los orígenes. Vuelta de tuerca berganziana: Las
rios, se limitó al concierto, fue reina de los bises (y emperatriz de las sec- currutucas modestas se canta a dúo con Cecilia Lavilla, esa especie
ciones principales), y entre tanto Haydn, Moussorgsky, Massenet, Bizet, de espejo físico de Berganza jovenzuela. Cecilia es la hija del vasco.
Haendel, Monteverdi, Offenbach, habló cada vez más. La voz nasal, vela- Y el apellido Arizcuren, ¿no será por casualidad vasco? El que no
da, inimitable, que sólo puede escucharse a diario si se desea llamar a su compre este CD es un insensato o un enemigo jurado de Teresa.
teléfono de El Escorial (hay quienes lo hacen nada más que para dialogar ¿Y qué del romanticismo con que Teresina canta Guridi, en todo
con ese contestador anónimo). Pero el disco comercial no ha guardado lujo de portamentos y apoyaturas, regalándonos Allá arriba en aque-
más que palabras francesas (Carmen, La Perichole). No habla en castella- lla montaña y Sereno, dos castellanas que no estaban en sus anterio-
no en LP ni CDs, Teresa Berganza, nacida en Madrid un 16 de marzo de la res homenajes al autor de El Caserío? Los cellos son magníficos en la
gloriosa República. Y hete aquí que a 24 años del DGG y a 38 del Decca, apertura de Sereno, mareantes y desconcertantes hasta que Teresa
Berganza canta, como nunca, a Granados, pero también lo habla. grita «¡Sereno!» y de pronto nos trasporta a su juventud y a nosotros
¿Y a quién o quiénes le debemos esta nueva revelación de Santa Teresa? a las nubes. Canta con una extraordinaria serenidad No quiero tus
En primer lugar creo yo al Cello Octet Conjunto Ibérico, que dirige Elías avellanas; está amortiguada, subdued en «hermosa paloma», y aún
Arizcuren, y luego al sello AMBROISIE. Tal vez el orden sea inverso. La puede acunar a un par de amantes, como de hecho lo hizo desde el
agrupación de marras es un prodigioso ensemble de violonchelos que atalaya branganiano de su vinilo hace años, en Mañanita de San
envuelve, sostiene, da muelle, colchón, a la Grande. A veces es sutilísimo Juan. Al llamar con el pañuelo al toro es ahora, sin embargo más
y emocionante como en El mirar de la Maja, otras es introducción tre- duquesa madura en lidia que chica enamorada de maletilla.
mendista como en «Oh, muerte cruel», casi suplien- ¿Y cómo habla Berganza en la historia de la
do -lo cual es muchísimo decir- los acordes admoni- duquesa?: habla como siempre, con la misma
torios de Lavilla en el 76, y permitiendo que el drama naturalidad con que dice Garbo sus primeras
cansado de la mujer ya mil veces destrozada se desli- palabras en el cine. La Metro había publicita-
ce hasta recostarse sobre los acordes tenidos que son do Anna Christie con el eslogan Garbo talks y
todos con el corazón en la boca esperaron a
la esfinge. No pronunció palabras divinas,
RECITAL TERESA BERGANZA - Alma de España - E. GRA- dijo: «Dame un whisky, ginger ale al lado, y
NADOS: 12 Tonadillas - J. GURIDI: 6 Canciones castellanas no seas rácano». Palabras de la vida, y aun-
- M. DE FALLA: El amor brujo (versión instrumental) / Teresa que Teresa discurre por los enfatismos de
Berganza (mezzo) / Octeto de violoncellos Conjunto
Ibérico. Dir.: Elías Arizcuren / AMBROISIE / Ref.: AMB 9908 Periquet, es la misma Teresa que un día
(1 CD) D2 puede decirte: «¿Qué tal, chati?» Pequeña, y
a la vez gigante.
Aconsejo llegar a su ventana y palpitar tras la
piedra cuando ella diga: «Coge niña la enra-
mada, que la noche está serena y la música
resuena en lo profundo del mar».

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