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Comunicación, desarrollo y

cambio social
Interrelaciones entre comunicación, movimientos
ciudadanos y medios

Editores
José Miguel Pereira G. y Amparo Cadavid B.
C3
Centro de
Competencia en
Facultad de Comunicación y Lenguaje Comunicación para América Latina Pontificia Universidad
JAVERIANA

Reservados todos los derechos Corrección de estilo


© Pontificia Universidad Javeriana Gustavo Patiño Díaz
© UNIMINUTO Diseño de cubierta
© Cl audia Rodríguez
José Miguel Pereira González Diagramación
Amparo Cadavid Bringe Lina María Pradilla Acero
Adrián Restrepo Dirección Nacional de Mercadeo y
Adriana Ángel Botero Comunicaciones - UNIMINUTO
Alejandro Barranquero Apoyo en edición
Alfonso Gumucio Dagron Jesús David Gómez Penagos
César Augusto Rocha Impresión
Clemencia Rodríguez
Javegraf
Diana Coryat
Elssy Yamile Moreno
Gonzalo Ortiz Charry Facultad de Comunicación y Lenguaje
Gustavo Cimadevilla Transversal 4ª 42-00, sexto piso
Hernán Rodríguez Uribe Edificio José Rafael Arboleda, S.J.
Ibeth Johana Molina UNIMINUTO Corporación Universitaria M i nuto de Dios
Jair Vega Calle 81B # 7 2 B -70 Teléfono: 5 33004
Jeanine El’ Gazi Editorial Pontificia Universidad Javeriana
John D. H. Downing Carrera 7ª # 37-25 Oficina 1301
Jorge Iván Bonilla Teléfono: 3208320 ext. 4752
Juan Gonzalo Betancur www. javeriana.edu.co/editorial
Katalina Vásquez Bogotá, D. C.
Manfry Gómez Ditta
Mario Alfonso Murillo
Maryluz Vallejo Mejía Primera edición: Bogotá, D. C., agosto de 2011
Mónica Pérez Marín ISBN:
Omar Rincón Número de ejemplares: 1.000
Orley Reinaldo Durán Gutiérrez Impreso y hecho en Colombia
Rafael Obregón Printed and made in Colombia

Comunicación, desarrollo y cambio social: interrelaciones entre comunicación, movimientos ciudadanos y medios
/ editores José Miguel Pereira González y Amparo Cadavid Bringe. -- 1a ed. -- Bogotá: Pontificia Universidad Javeriana: Universi-
dad Minuto de Dios: UNESCO, 2011.

522 p. ; 24 cm.
Incluye referencias bibliográficas.
ISBN:

1. COMUNICACIÓN Y DESARROLLO. 2. CAMBIO SOCIAL. 3. MOVIMIENTOS SOCIALES. 4. COMUNICACIÓN Y CUL-


TURA. 5. CÁTEDRA UNESCO DE COMUNICACIÓN SOCIAL (BOGOTÁ, COLOMBIA). I. Pereira González, José Miguel, Ed. II. Cadavid
Bringe, Amparo, Ed. III. Pontificia Universidad Javeriana. IV. Corporación Universitaria Minuto de Dios. V. UNESCO.

CDD 302.2 ed. 21

Catalogación en la publicación - Pontificia Universidad Javeriana. Biblioteca Alfonso Borrero Cabal, S.J.

ech. Agosto 09 / 2011

Prohibida la reproducción total o parcial de este material, sin autorización por escrito de la Pontificia Universidad Javeriana.
Contenido

Introducción 9
José Miguel Pereira G. y Amparo Cadavid B.

I. Cuestiones conceptuales: balances y debates

Comunicación para el cambio social: 19


clave del desarrollo participativo
Alfonso Gumucio Dagron
Trayectoria de un recorrido: 37
comunicación y cambio social en América Latina
Clemencia Rodríguez
La comunicación para el desarrollo en Colombia,
los últimos 20 años 57
Amparo Cadavid Bringe
El espejismo de la comunicación para el cambio
social, radiografía de un concepto insostenible 81
Hacia una comunicación de cambio ecosocial
Alejandro Barranquero
Dialéctica de la participación 101
Gustavo Cimadevilla
¿Diálogo o comunicación para el desarrollo
y cambio social? 113
Reflexiones e implicaciones
Rafael Obregón y Adriana Ángel Botero

II. Movimientos sociales, tejidos y prácticas comunicativas

Movimientos sociales, esfera pública


y comunicación: lo visible de lo invisible 135
Hernán Rodríguez Uribe
Un tejido de comunicación: 157
medios comunitarios y planes de vida en el norte del Cauca
Mario Alfonso Murillo
Arqueología de las esferas públicas: 191
una mirada a la comuna 13 de Medellín
Mónica Pérez Marín
Redes comunicativas para la construcción
del capital social en Agua de Dios
y Girardot (Cundinamarca, Colombia) 217
César Augusto Rocha - Elssy Yamile Moreno
Ibeth Johana Molina - Gonzalo Ortiz Charry
Cinco estudios de caso sobre buenas prácticas
para superar el conflicto armado en Antioquia:
claves, lecciones y balances 241
Jorge Iván Bonilla - Adrián Restrepo
Katalina Vásquez - Juan Gonzalo Bentancur

III. Medios, narrativas, mediaciones

Estos medios: estéticas activistas y narrativas de uno 289


Omar Rincón
La experiencia de las emisoras ciudadanas y
comunitarias, o cómo hablar de cara al
futuro más allá de un conflicto armado 299
Jeanine El’Gazi
Los colectivos de comunicación ciudadana
en el Magdalena Medio, ¿una apuesta de participación
social hacia la democratización de los medios? 313
Orley Reinaldo Durán Gutiérrez
Una radio que informa una región que se mueve:
dificultades, retos y logros en el manejo de la
información sobre conflicto, construcción de ciudadanía,
sostenibilidad y gobernabilidad de los medios ciudadanos
y comunitarios 327
Manfry Gómez Ditta
Tecnologías de la información y la comunicación,
subjetividad y cambio social: 349
una mirada a partir de algunos casos colombianos
Jair Vega
“Ya veo el mundo de una manera diferente” 361
Reconfigurando relaciones de poder y fomentando agencia:
los jóvenes “mapean” su participación en una experiencia
colectiva de medios comunitarios
Diana Coryat
El debate sobre la (in)seguridad bogotana
en los textos de opinión de la prensa diaria 373
Maryluz Vallejo Mejía

IV. Medios radicales

Presentación 393
Amparo Cadavid Bringe
Medios radicales: comunicación rebelde y
movimientos sociales 399
John D. H. Downing
Conceptos: los medios radicales se intersectan
con la teoría de los medios 407
John D. H. Downing

Autores 507
Tecnologías de la información
y la comunicación, subjetividad
y cambio social:
una mirada a partir de algunos casos colombianos

Jair Vega

Quiero comenzar esta ponencia remembrando algunas imáge-


nes presentadas en el video “Ejercicios con las cámaras”, rea-
lizado por niños y niñas de la Escuela Audiovisual Infantil de
Belén de los Andaquíes, ubicado en piedemonte amazónico,
al sur de Colombia, en el departamento del Caquetá. Dicho
sector es aledaño a la denominada “zona de distensión”, la
cual sirvió de base para los diálogos de paz entre el gobierno
colombiano y las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colom-
bia (FARC), durante el periodo del presidente Andrés Pastra-
na (1998-2002). En el video se muestra a un grupo de niños
jugando con una cámara de fotografía y una cámara de video,
en el patio de una casa completamente rural, mientras expre-
san en sus diálogos la forma como intentan ir construyendo la
historia que quieren narrar.
Aunque he tenido la oportunidad de visitar la sede de este
interesante proyecto y recibir materiales en fotografía y en video
directamente de Alirio González, su director, así como de los ni-
ños participantes en el proceso, en esta oportunidad he podido
acceder al video directamente desde el blog de la Escuela.
Si intentáramos ubicar esta experiencia en el marco del uso
de las tecnologías de información y comunicación, en procesos
de desarrollo y cambio social, es posible que para muchas per-
 Véase en http://escuelaaudiovisualinfantil.blogspot.com. Este blog es
actualizado permanentemente y permite acceder a vínculos directos con
la página Youtube, donde se publican los videos. Éste en particular puede
verse en http://www.youtube.com/watch?v=U0wkUhy82xM.

349
Jair Vega

sonas este video pasara desapercibido, pues no presenta contenidos ex-


plícitos relacionados con algunas temáticas específicas referidas a lo que
regularmente se relaciona con desarrollo o cambio social, como salud,
educación, derechos, medio ambiente, entre otras.
Se puede hablar de tecnologías de información y comunicación en
procesos de comunicación, desarrollo y cambio social desde varias pers-
pectivas; sin embargo, autores como Silvio Waisbord (2001) y Jan Ser-
vaes (1996) clasifican tres paradigmas desde los cuales se ha trabajado la
comunicación para el desarrollo y que, de alguna manera, ubican el uso
de las TIC en procesos de desarrollo y cambio social.
La primera de ellas, denominada paradigma dominante o de la informa-
ción, ubica el foco de la comunicación en la contribución a la difusión de
información desde una perspectiva “de arriba hacia abajo”, partiendo del
supuesto de que en el lado de los emisores se encuentran los actores (paí-
ses, especialistas, sujetos) desarrollados o expertos, quienes utilizan los
medios —dentro de ellos las TIC— como herramientas de transmisión
de información. Desde esta perspectiva, uno de los aspectos en los que
se enfatiza es en la necesidad de universalizar el “acceso” de las personas
de los países denominados “subdesarrollados”, a las tecnologías de in-
formación y comunicación, y su capacitación para su uso, en un sentido
meramente técnico.
Esto es, en la medida en que las personas tengan acceso a los medios
y a las tecnologías, y puedan “usarlas adecuadamente” —repito, en el
sentido meramente técnico—, estarán aptos para recibir la información
necesaria que permitirá su desarrollo. Es así como en los indicadores de
desarrollo se incluye el acceso a medios y TIC.
Como críticas a este paradigma se han planteado la naturaleza etno-
céntrica que se asigna al desarrollo, el fracaso del modelo vertical y jerar-
quizado de comunicación, la escasa atención a los procesos de construc-
ción de mensajes y características de las audiencias, la consideración de la
exposición a los medios como falso indicador de desarrollo y la ausencia
de proceso participativo en la comunicación y el desarrollo.
Por otra parte, el paradigma denominado de la dependencia ubica la
comunicación como un instrumento de dominación económica y cultu-
ral, los medios son vistos como escenarios de concentración de poder,
desde los cuales se transmiten ideologías y valores, constituyéndose en
escenarios que posibilitan la dominación cultural. Desde esta perspec-
tiva, el “acceso” a las TIC no se considera relevante; pues, por un lado,
la tecnología enajena y deshumaniza, y, por el otro, el “acceso” a estas
tecnologías nunca compensará el desequilibrio existente en los flujos de
información.

350
Tecnologías de la información y la comunicación, subjetividad y cambio social

Este paradigma ha tenido sus principales críticas en el sentido en que


sobreconcentra en factores externos las causas del subdesarrollo, y, final-
mente, tiene diferencias mínimas con el modelo modernista, en cuanto
sigue considerando el desarrollo económico como elemento central. Así
mismo, fue contrarrestado con propuestas como el Nuevo Orden Mun-
dial de la Información y Comunicación, iniciativa lanzada en el inicio de
la década de los setenta, por el Movimiento de Países no Alineados, la
cual recibió en su momento apoyo de la Unesco. Dicho apoyo culminó
con el Informe MacBride, el cual no se pudo implementar por la oposi-
ción de los conglomerados privados de medios y ahora ha virado hacia
nuevas agendas, como democratización de la comunicación, la sociedad
de la información y la inclusión digital.
Finalmente, el paradigma alternativo, que surge a partir de movi-
mientos sociales pluralistas, el cual hace mayor énfasis en lo social que
en lo económico, al pensar el desarrollo y rechazar la concepción de una
visión universal de éste. En tal sentido concibe la comunicación como un
proceso horizontal, de doble vía y que debe contribuir al empoderamien-
to de los sujetos que participan en los procesos de comunicación.
En relación con esta perspectiva, igualmente se dan críticas, como
considerarlo utópico, con poca relevancia para la toma de decisiones so-
bre lo público, que ha privilegiado una concepción individualista del
sujeto y que además la polisemia del término participación hace que sea
interpretado de múltiples maneras.
Sin embargo, estas aproximaciones a la comunicación y el desarrollo,
formuladas todas a partir de la Segunda Guerra Mundial, es decir, en los
años cincuenta del siglo pasado, parten de la consideración de un mun-
do bipolar, en el cual uno de sus extremos está desarrollado y el otro es
“subdesarrollado”, “en vía de desarrollo” o “tercer mundo”, entre otras
acepciones. Y en este sentido, si hay una sociedad “subdesarrollada” o
en “proceso de desarrollo”, se supone siempre que existe una sociedad
desarrollada.
La idea es, entonces, ubicar en otro momento la mirada y remitirnos
un poco atrás, en el periodo donde se dio el quiebre entre un mundo
“subdesarrollado” hacia un mundo “desarrollado”, para preguntarnos:
¿cómo contribuyó la comunicación para los cambios que se dieron desde
esa sociedad hacia la que hoy consideramos “desarrollada”?
Para ello sugiero remitirnos a un momento que muchos estudiosos,
como el sociólogo Alfred von Martin (1977), han considerado como pun-
to de quiebre, y podríamos marcar el origen de esos procesos de cambio
en diferentes transformaciones que tuvieron lugar en el Renacimiento,
entre los siglos XV y XVI.

351
Jair Vega

¿Por qué ubicarnos en este momento? Sin desconocer acontecimien-


tos posteriores, el siglo XIV estuvo caracterizado por tres elementos que
podríamos considerar comunes a los países que hoy son considerados
“subdesarrollados”: la Guerra de los Cien Años, que implicaba la con-
frontación por los bloques de poder y control territorial entre Francia e
Inglaterra; la peste bubónica, que generó millares de muertes a partir de
una pandemia incontrolable, y la hambruna, que ha sido ampliamente
caracterizada en textos y películas sobre el medievo.
Tal vez para una generación joven es difícil imaginarse la pobreza en
las diferentes ciudades europeas en el siglo XIV. Sin embargo, hoy somos
testigos “visuales” y “on line” de los sucesos que ocurren en los países de
la periferia, pues podemos ver la guerra “en directo”, como si fuesen pro-
ducto de efectos especiales, así como las figuras cadavéricas del hambre
en estos países y los estragos que aún están ocasionando enfermedades
tropicales y epidemias, como el VIH-Sida en el África.
¿Qué hizo, entonces, que cambiara esta situación? ¿Cuál fue el rol de
la que podríamos llamar la comunicación para el desarrollo de ese momen-
to? Una hipótesis interesante para comprender este periodo es que uno
de los elementos fundamentales fue la emergencia de la subjetividad o la
noción del sujeto, y en esa perspectiva se dio una de las mayores contri-
buciones de lo que podríamos llamar “comunicación para el desarrollo”.
¿A qué tipo de comunicación hacemos referencia entonces? En ese mo-
mento, cuando no existían los medios de comunicación de masas y las tec-
nologías de comunicación e información, tal como los conocemos hoy, po-
demos encontrar al menos cuatro ejes de actuación de esta comunicación
para el desarrollo en una élite que encarnaba la generación del cambio:

a. El arte, en que se considerarán básicamente las transformacio-


nes de la pintura, la escultura y la música.
b. La religión emergente, contenida en la reforma protestante.
c. La ciencia, encarnada principalmente en la figura de Descartes
y su propuesta metodológica de conocimiento.
d. La literatura, que incorporaba la reflexión política desde el sujeto.

En cuanto al primer aspecto, comenzando por la pintura y la escultu-


ra, basta con reconocer a Masaccio —de familia de ebanistas, quien a pe-
sar de la brevedad de su vida tuvo una importancia decisiva en la historia
de la pintura, pues se considera que fue el primero en aplicar las leyes de
la perspectiva científica a la pintura— y a Piero Della Francesca; ambos

352
Tecnologías de la información y la comunicación, subjetividad y cambio social

instauraban la perspectiva. Además de Donatello, con el David (hombre


desnudo). Por no mencionar a Da Vinci, Rafael y Miguel Ángel.
La perspectiva, por su parte, implicaba que por primera vez se pin-
taba incorporando la mirada del sujeto que observaba la pintura, desde
su punto de vista, mientras que en el arte prerrenacentista las formas se
situaban alrededor de las figuras divinas, las cuales le daban significado
a la obra e ignoraban completamente la mirada de quien contempla;
ignoraban así su existencia.
Estos cuadros fueron paulatinamente ubicados en las paredes a la
altura de la vista del sujeto y no como lo hacían con anterioridad, cuando
él quedaba como hincado observando hacia arriba, en una pose de infe-
rioridad. Adicionalmente, aparece la firma del pintor sobre las obras de
arte, lo cual hace que la obra se convierta en un objeto, tal como lo señala
Baudrillard (1999). Anteriormente, la obra tenía validez por sí misma,
independientemente del sujeto; incluso en el siglo XIX una copia de una
obra original tenía un valor propio, era legítima, pues era la imagen pin-
tada la que le daba su valor. Hoy una copia es ilegítima por condición,
pues es la firma del sujeto que pinta la que le da ese carácter.
Los tres casos señalados de transformaciones en la pintura “comuni-
can” al sujeto de manera vivencial su existencia y reconocimiento como
individuos. Por otra parte, aparece la música para la contemplación in-
dividual, para la gente del común, el madrigal. En el caso de la música
clásica, Cristopher Small (1989), en su libro Música, sociedad y educación,
muestra cómo la denominada música clásica posrenacentista está hecha
para la contemplación individual; esto es, se encuentra diseñada de mane-
ra matemática, tal como se registra en las partituras, de manera que ubica
al sujeto en una actitud de contemplación sonora hasta llevarlo al éxtasis.
Esta es otra situación de “comunicación” de su existencia como sujeto.
En cuanto al segundo aspecto, el caso de la religión, durante este
periodo aparecen los postulados de la reforma protestante —Lutero—,
que al proponer la posibilidad de salvación del alma del individuo en una
relación directa con Dios, reconoce y comunica la existencia del sujeto,
pues no es ya la pertenencia a una Iglesia, ni la adherencia al culto de sus
ídolos la garantía de su salvación.
Por su parte, en la ciencia, en el tercer aspecto en mención, aparece
Descartes (1993). “Pienso, luego existo” es también una manera de defi-
nir la existencia del sujeto a partir de su condición de pensante, que comu-
nica de esta manera al sujeto su existencia, en la medida en que por medio

 Su obra El discurso del método fue publicada originalmente en 1637.

353
Jair Vega

de la razón puede construir su propia verdad, sin necesidad de adherirse a


las verdades definidas desde la Iglesia, a partir de sus postulados.
Así mismo, en la literatura ha hecho carrera la obra de Boccaccio
(1999), quien encarnaba la personalización del individuo. El Decamerón es
la primera obra plenamente renacentista, ya que se ocupa sólo de aspectos
humanos, sin hacer mención a temas religiosos y teológicos. Por su parte,
Maquiavelo (1985) escribe El Príncipe, que le otorga una connotación a la
política a partir de las características de los seres humanos.

Todo lo anterior implica cómo la comunicación —esta comunica-


ción— contribuyó a la construcción del sujeto. A la idea de un
sujeto individual que mira, que pinta, que contempla, que se salva,
que conoce y que asume los espacios de poder. Sin embargo, sólo
hasta tres siglos después se da el periodo conocido como el Siglo de
las Luces (precedido por el de la Razón, en el siglo XVII; la Ilustra-
ción y la República, en el siglo XVIII). Y sólo hasta cuatro siglos
más tarde se proclama la Declaración Universal de los Derechos del
Hombre, el 10 de diciembre de 1948.

Momentos que constituyen la consolidación de la perspectiva de re-


conocimiento del sujeto individual surgido en el Renacimiento.
Ahora bien, ¿qué pasaba en los territorios de América Latina, al mo-
mento de la emergencia del sujeto en Europa? Se iniciaba un proceso
de negación de sujetos a partir de la Conquista, desde una relación de
“comunicación vertical”, que imponía una hegemonía y un desarrollo
institucionales. Además de expresiones políticas de movimientos inde-
pendentistas, y luego de partidos y movimientos sociales, la mayor ex-
presión del sujeto se da entonces a partir de la resistencia, expresada
bien fuese como “malicia indígena”, “resistencia negra” o “sexto sentido
femenino”, aunque este último con un carácter más universal.
Aunque en muchos casos este tipo de expresiones se quieren acuñar
como referentes de identidad de las poblaciones indígenas, afro o de mu-
jeres, las asumo más como expresiones de resistencia, pues considero que
han sido desarrolladas por estas poblaciones como elementos que permi-
ten asumir posiciones desde lo cultural frente a lógicas de dominación.
Si bien es cierto que han existido diversas dinámicas desarrolladas en
América Latina, no sólo desde el arte y la literatura, sino desde distin-
tos procesos culturales, que apuntan a la comprensión y estructuración

 Su obra El Decamerón fue terminada en 1351.


 Publicada, originalmente, en 1532.

354
Tecnologías de la información y la comunicación, subjetividad y cambio social

de nuestras propias subjetividades, quiero hacer referencia de manera


específica a algunos procesos que han intentado construir una noción
de sujeto que la identifique como región, sobre todo dentro de lo que se
ha llamado el campo de la comunicación social, emergente a partir de los
desarrollos del siglo XX.
En esta dirección, cuando uno se detiene en Paulo Freire —no sólo
por sus textos, sino por el trabajo desarrollado en comunicación—, con
La educación como práctica de la libertad (1967) y Pedagogía del oprimido
(1969); Mario Kaplún, Comunicación entre grupos: el método del casete-foro
(1984), El comunicador popular (1985), A la educación por la comunicación.
La práctica de la comunicación educativa (1992); Rosa María Alfaro, Una
comunicación para otro desarrollo (1993); Augusto Boal, Teatro del oprimi-
do (1985); Orlando Fals Borda, Ciencia propia y colonialismo intelectual
(1970), Conocimiento y poder popular (1986); entre muchos otros autores y
experiencias desarrolladas que han generado reflexiones sobre comuni-
cación en América Latina, lo que se encuentra en común es una imperio-
sa búsqueda por la comprensión de los procesos mediante los cuales se
construyen los sujetos en esta región.
Enfatizan en la pregunta por ¿cómo la comunicación contribuye a
que las personas abandonen posiciones negadoras de su propia condición
subjetiva y puedan, de alguna manera, vivir la experiencia de ser orde-
nadoras de su propio mundo?
Sin embargo, en esta perspectiva, esta vez no enfatiza en sujetos ne-
cesariamente individuales, se habla también de sujetos colectivos; no se
trata sólo de sujetos que se estructuran a partir de la negación y com-
petencia con el otro, sino de sujetos estructurados a partir del reconoci-
miento y en relación con el otro; no se habla de sujetos necesariamente
estructurados a partir de la razón, sino de sujetos multidimensionales,
sujetos que no solamente contemplan, sino que actúan con poder.
En América Latina, entonces, hacer comunicación es pensar necesa-
riamente en la construcción de este tipo de sujetos, posición que da pie
a la necesidad de construir sujetos de derechos. Desde esta perspectiva,
entonces, retomo nuevamente el hilo conductor del inicio de la presen-
tación, que hace referencia a la incorporación de las TIC en procesos de
cambio social. Para ello traigo a colación una idea de Clemencia Rodrí-
guez, en su texto “Tres lecciones aprendidas sobre medios ciudadanos en
Colombia”, cuando dice:

Las tecnologías de la información y la comunicación —las llama-


das TIC—, y aquí estoy hablando de la tecnología misma —en

355
Jair Vega

este caso el video—, son herramientas que presionan, seducen,


incitan a quien las usa a emprender procesos de creación simbó-
lica. Cuando se tiene un micrófono en la mano o se mira por una
cámara de video, la misma tecnología incita a apuntar el micró-
fono hacia el entorno, a mirar el mundo propio a través del visor
de la cámara. La tecnología misma nos convierte en artesanos de
sonidos e imágenes —de productos simbólicos— y es precisa-
mente aquí donde pueden surgir formas otras de ver el entorno e
imaginar el futuro. (2006)

Es decir, por medio de la reconfiguración de los signos, desde donde


se generan imaginarios colectivos diferentes, versiones alternativas de
territorio y nuevas utopías para moldear el futuro. Asumo este enuncia-
do de la profesora Rodríguez para afirmar precisamente que cuando se
incorporan las TIC en procesos de cambio social, no desde la perspectiva
“de arriba hacia abajo”, ni con una preocupación centrada en el acceso y
uso técnico como herramientas, sino que, por el contrario, se incorporan
de tal manera que las personas, y principalmente los colectivos, las explo-
ren, las identifiquen, las resignifiquen y las apropien, esta incorporación
genera escenarios de creación y expresión de los sujetos. Ello les permite
reflexionar y reconfigurar su mundo, esta vez desde su propia óptica y no
necesariamente desde los relatos de las ideologías dominantes.
Estas TIC ubican a los grupos humanos como sujetos capaces de construir
su propio relato sobre el mundo; y de alguna manera, si seguimos a Pearce,
nombrar el mundo es construirlo (1994). La incorporación de las TIC, desde
esta perspectiva, haría las veces de “comunicación” de una nueva noción de
sujeto —tal como sucedió en el escenario del Renacimiento—, que asume
su condición y que puede convertirse en ciudadano, de acuerdo con la defi-
nición de Chantal Mouffe (1992), en la medida en que construye pequeñas
porciones de poder a partir de sus diversas interrelaciones. Sólo para ilustrar
esta hipótesis, me voy a referir brevemente a tres experiencias para el caso
colombiano, ubicadas en zonas de conflicto.
La primera se ubica en la región del Magdalena Medio, donde colec-
tivos de comunicación de diferentes municipios adquieren la conciencia
de las potencialidades de las radios comunitarias. Se relacionan con ellas,
aprenden su funcionamiento a partir de diferentes intereses, que podían
ir desde la admiración por el manejo de los equipos, hasta la fascinación
de saber que su voz era escuchada y que podía generar sintonía.
De diferentes formas se fueron apropiando de estas TIC y comenza-
ron a tener incidencia sobre problemáticas locales, hasta llegar a decisio-

356
Tecnologías de la información y la comunicación, subjetividad y cambio social

nes públicas. Se han mantenido en medio del conflicto sólo con la con-
signa de que “no están en contra de algún grupo armado legal o ilegal,
sino que están en contra de la guerra”. Hoy en día han constituido la Red
de Radios Comunitarias del Magdalena Medio (Aredmag). Es así como
narran su experiencia a partir de sus propios testimonios:

Empieza uno a saber que uno puede prestarle un servicio a la co-


munidad, que uno es importante a través de la radio, que la radio
es muy importante en la región; entonces, esa fue una de las cues-
tiones que más me impactó a mí y lo que más me impactó fue
escucharme yo mismo, eso es espectacular para uno.

[…]

Este micrófono quiere decir que soy un amante de la locución, de


la radio, de la música. Esta flechita quiere decir la forma como uno
se interrelaciona con la comunidad, llevándole la música, servicios
sociales, alegría. Y esta grabadora representa la radio, la unión
que uno logra con la comunidad desde la emisora comunitaria.

[…]

Nosotros como personas que trabajamos en el medio de la ra-


dio tenemos la oportunidad tan grande que no tienen las otras
personas de poder crear, crear ventajas y beneficios, lo estaba
diciendo un compañero ayer: nosotros somos creadores, ¿pero
creadores de qué?, ¿qué podemos crear?, no solamente crear
para cambiar, sino crear para de pronto corregir, crear para de
pronto formar, crear para hacer que las personas tengan un po-
quito más de conciencia sobre lo que se está haciendo y que
nosotros no sólo estamos ahí por estar, sino por ellos, para ellos
y porque nos gusta, nos nace.

La segunda se ejecuta en la región de Montes de María, zona igual-


mente caracterizada por la fuerte presencia del conflicto armado, en la
cual, a partir de los toques de queda y la intimidación, se fueron limi-
tando las salidas en la noche y la presencia de las personas en el espacio
público. Así, el Colectivo de Comunicación Línea 21 de Montes de Ma-
ría, esta vez con el uso del cine en los parques y canchas del Carmen de
Bolívar y otros municipios de la región, contribuyó a la recuperación del

357
Jair Vega

espacio público y, sobre todo, a establecer los tejidos de confianza que la


guerra hace perder.

A lo mejor se comienza a conversar de manera individual, o en


parejas, o en pequeños grupos, con o a partir de los personajes
salidos de la pantalla, pero poco a poco esta conversación se va
convirtiendo en conversación colectiva, en conversación pública y
va pasando por temáticas que necesariamente tocan los diferentes
aspectos que suceden en la región, incluyendo los conflictos, el
miedo y la guerra. Pero lo más importante es que las conversa-
ciones que se generan permiten ir construyendo nuevamente la
certidumbre del otro, del desconocido, del vecino, del amigo, del
personaje aquel que parecía sospechoso porque todas las mañanas
ronda por mi casa, y que ayer estaba en el cine, y con quien hoy
conversé sobre la película, y de quien sé hoy, que todos los días
pasa por mi calle porque su hija estudia con mi hijo en la escuela
de la otra cuadra y que aunque llegó al barrio Las Margaritas,
desplazado por la violencia, no es mi enemigo.

No sé qué hubiese pasado si él no va al cine de anoche o si yo no lo


hago, siempre tuve miedo de preguntarle de manera directa por
qué pasaba todos los días por mi casa, porque en un ambiente de
guerra y de miedo esas preguntas no se hacen, porque de repente
el sospechoso podría ser yo. (Vega y Bayuelo, 2008, pp. 59,60)

La tercera experiencia es la Escuela Audiovisual Infantil de Belén


de los Andaquíes, con uno de cuyos videos comencé mi intervención.
Habría muchos ejemplos para mostrar sobre cómo un grupo de niños
y niñas, con la sola instrucción de elaborar una historia de su vida coti-
diana, que no tenga nada que ver con la simple repetición de lo que ven
en televisión, han tenido acceso a una pequeña cámara fotográfica, a dos
viejos computadores y, recientemente, a una cámara de video Panassonic
minidv. Así, con los programas de Flash, Adobe Audition y Nero, cons-
truyen fotohistorias y videos en los cuales pueden expresar su mundo
cada vez más desde su punto de vista.
Podríamos observar, entonces, el video “Reportaje Maira”, realizado
por la niña Maira Yuliana, acerca de su percepción sobre el amor y cui-
dado de sus padres, quien plantea una fuerte crítica a partir del derecho
que tiene como niña a tener una propia mirada, así como la pueden tener

 Véase en http://www.youtube.com/watch?v=Lmmm83Rs0aU.

358
Tecnologías de la información y la comunicación, subjetividad y cambio social

otras personas sobre la manera como los adultos de su población asumen


la relación con sus hijos.
Sin embargo, es posible que un decisor, representante de un gobierno
o de alguna agencia de cooperación, pueda objetar que es absurdo es-
perar a que estas subjetividades emergentes puedan tener implicaciones
políticas y sociales de gran envergadura, como lo logrado en Europa en
la Ilustración y la República, a partir de la emergencia del sujeto en el Re-
nacimiento. Podrían sugerir que esos no son los tiempos de la planeación,
que dos o tres siglos son un referente de locura. No obstante, frente a la
pregunta por los retos de los cambios inmediatos sólo es posible respon-
der con otras preguntas: ¿es posible imaginar la existencia del mundo
moderno sin la emergencia del sujeto que se dio en el Renacimiento? ¿Es
posible imaginar la existencia del denominado “mundo desarrollado” sin
la concepción del individuo como un sujeto consciente de sí mismo?
Tal vez este parezca un planteamiento muy retórico; sin embargo,
es importante admitir el amplio reconocimiento que están teniendo no
solamente en Estados Unidos, sino también en Europa, los postulados
del gran legado de América Latina, en cuanto a comunicación, desarrollo
y cambio social; gracias a ellos es posible valorar proyectos como los que
he mencionado anteriormente, los cuales apuntan precisamente a cons-
tatar cómo las TIC, cuando efectivamente se incorporan en procesos de
empoderamiento para el cambio social, contribuyen a construir sujetos.
Sujetos que, al hacer comunicación, al tener las habilidades para produ-
cir radio, cine, fotografía o video, entienden que pueden narrar el mundo a
su manera, desde su punto de vista y reflexión; entienden que ser niño no
se define necesariamente por el simple valor de la “obediencia”, como lo ha
relatado la versión “adulta” dominante de la cultura, y pueden construir
un relato propio, con una apuesta desde su condición de niñez, expresada
a partir de la reelaboración que se visualiza en sus videos.

Referencias
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Jair Vega

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360
Autores

Alejandro Barranquero
Doctor en periodismo, de la Universidad de Málaga. Licen-
ciado en periodismo y en comunicación audiovisual, completa
sus estudios en la Universidad Complutense de Madrid, donde
realiza los cursos de postgrado “Especialista en Comunicación
y Gestión Política”, “Especialista en Materialismo Histórico
y Teoría Crítica”, y “Experto en Comunicación y Arte”. Ha
trabajado en diferentes medios y en el área de comunicación
e investigación de diversas instituciones (Biblioteca Nacional-
Ministerio de Cultura; Secretaría General de Turismo-Minis-
terio de Economía; Canal Sur-RTVA; Centro de Investigación
para la Paz-CIP-Fuhem, etc.). Ha impartido cursos en univer-
sidades europeas y latinoamericanas, y es autor y coautor de
más de una veintena de artículos sobre su especialidad. En la
actualidad se desempeña como profesor e investigador en la
Universidad Carlos III, de Madrid. alejandrobarranquero@
hotmail.com

Juan Gonzalo Betancur


Comunicador social-periodista. Especialista en análisis polí-
tico y del Estado, de la Universidad Autónoma Latinoameri-
cana (Medellín), y en comunicación y conflictos armados, de
la Universidad Complutense (Madrid). Candidato a magíster
en estudios humanísticos de la Universidad EAFIT. Periodista
durante 10 años del diario El Colombiano (Medellín), donde fue
editor de sección. Exeditor de fin de semana del diario La Pren-
sa (Panamá). jbetan38@eafit.edu.co

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ta Semana, y de otros medios impresos y radiales. Ha participado
en los talleres “Reportajes con Jon Lee Anderson” (2010) y “Perio-
dismo cultural con Héctor Feliciano” (2009), de la FNPI. Cronista
y asistente editorial de diversas publicaciones sobre el conflicto ar-
mado. Presidenta de la Asociación Periodistas U. de A. desde 2009.
En la actualidad dirige el proyecto “Narrativas digitales”, para la
inclusión en la Comuna 13 de Medellín. katavasquez@gmail.com

Jair Vega
Sociólogo. Magíster en estudios político-económicos. Profesor
adscrito al Departamento de Comunicación Social, e integrante
del Grupo de Investigación en Comunicación Social de la Uni-
versidad del Norte. Sus áreas de investigación son: comunicación
y política, y comunicación y salud. Sus publicaciones han estado
orientadas a la reflexión sobre medios ciudadanos; niños, niñas,
jóvenes y ciudadanía; y adolescencia, juventud y salud sexual y
reproductiva. Ha sido coordinador de programas de desarrollo
y de planeación e investigación en la Fundación Social, Regio-
nal Barranquilla, en Colombia, y consultor en proyectos con Pan
American Health Organization, Population Communication In-
ternational, la Fundación Bernard van Leer, la Fundación Frie-
derich Ebert, CHECCHI and Company Consulting Colombia,
y Communication for Social Change Consortium. En la actua-
lidad es también consultor para América Latina de la Iniciativa
de Comunicación (www.comminit.com/la). Ha publicado: Vega,
Jair (2008) “Ganándole terreno al miedo: Cine y comunicación
en Montes de María” En: Rodríguez, C. (2008). Lo que le vamos
quitando a la Guerra. Medios Ciudadanos en contextos de conflicto ar-
mado en Colombia. Bogotá: Friederich Ebert Stiftung; Vega, Jair y
Rodríguez, Clemencia (2009). “Citizens’ media as political sub-
jects: the case of community radio stations in Magdalena Medio,
Colombia”. En: Internationalizing Media Studies. University of West-
minster. Routledge. London; Vega, Manuel Jair. Documento de eviden-
cias sobre el estado del arte de la prevención de la violencia en adolescentes
y jóvenes usando los medios de comunicación —radio, televisión, impre-
sos— y las nuevas tecnologías de la comunicación. Proyecto de Fomento
de Desarrollo Juvenil y Prevención de la Violencia. GTZ-OPS. Lima
(2006); y VEGA, Jair y Escalante, Keyla (2007). “Organizaciones
Juveniles: ¿Espacios de formación ciudadana?”. En: Signo y Pensa-
miento. Universidad Javeriana. jvega@uninorte.edu.co

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