>Actividad 1: literatura española III.

1. Según Alborg (1970), Fray Benito Gerónimo Feijoo nace en octubre de 1676, en Casdemiro,
provincia de Orense. Se convierte en uno de los eruditos de su época debido a su interés por
universalizar el conocimiento a través de sus escritos. Pertenece a una familia hidalga y acomodada,
uno de los linajes más ilustres y antiguos del reino de Galicia.

En su formación académica, previo a cumplir sus catorce años ingresó en el Monasterio de San
Julián de Samos, y a los dos años de estar allí recibe el hábito monástico. Más adelante, a sus treinta
y tres años es maestro de novicios en el colegio de San Vicente de Oviedo, donde permanece
durante casi toda su vida, a excepción de algunos viajes a la Corte. Otro cargo importante que
obtiene es el de abad en su monasterio, en el año 1729. Con respecto a su personalidad, - según
Valbuena Prat (1937) - posee un temperamento distinguido y amable, considerado un entusiasta
luchador para desterrar los errores comunes de la sociedad.

Sus obras alcanzaron una difusión nunca antes igualada en España, se dice que de algunos
volúmenes se llegan a hacer hasta tres mil ejemplares. Fueron traducidas durante el siglo XVIII a
cinco idiomas: francés, italiano, portugués, inglés, y alemán.

2. Se puede ubicar a Feijoó en el siglo XVIII, llamado siglo de las luces por la renovación científica
del conocimiento. Si nos posicionamos particularmente en España, el país está transformándose a
través de nuevas leyes agitadas por ideas reformistas. Dichas ideas reformistas consisten en la
introducción de métodos científicos, como por ejemplo, enseñanzas de matemática, química o física
para complementar los estudios preparatorios de las facultades específicas. Perteneció al nuevo
grupo de ilustrados que se sostuvo durante el reinado de Carlos IV. Según Alborg, este autor busca
erradicar las supersticiones y los errores comunes en la sociedad debido a su espíritu intelectual.
Caro Baroja – al igual que Alborg – afirma que Feijoó busca erradicar específicamente las
supersticiones y elementos mágicos como duendes, hadas o especies adivinatorias. Estas creencias
no necesariamente son globales o universales, sino que se encuentran instaladas dentro del territorio
español de la época.

3. Debido a su dialéctica globalizadora, es decir, apta para todo público, es que Feijoó se considera
el primer ensayista de su época, principalmente debido a su capacidad de difusión y penetración
social. El ensayo puede definirse como un género literario en el cual se argumenta sobre un tema
específico, partiendo desde la subjetividad de su autor. Lo que Feijoó hace es justamente eso, dar su
opinión acerca de diferentes temas de importancia para la sociedad en la que se encuentra inmerso,
pero siempre con seriedad, a pesar de su léxico vulgarizador.

4. Teatro crítico universal, posee ocho volúmenes en total, los cuales reúnen 118 discursos. De
algunos de estos se llegan a hacer hasta 3000 ejemplares. Según Alborg (), el nombre del libro
significa algo así como “escenario crítico de todas las materias” debido a la etimología de la palabra
“teatro”, que remite a “escenario”. Algunos de los asuntos tratados son: arte, astronomía, geografía,
economía, derecho político, filosofía, metafísica, filología general y particular de España, física y
matemática, historia natural, literatura y estética, moral cristiana y filosófica, medicina, historia y
crítica histórica, supersticiones. En su totalidad, la obra posee una finalidad enciclopédica, es decir,
abarca diferentes temáticas de interés general a los ciudadanos; más allá de eso, cabe destacar que la
obra de Feijoó recién provoca interés durante el siglo XX. De la mano con este aspecto dice Alborg
“Emprende una tarea vulgarizadora dirigida a una basta gama de lectores. Escritos compuestos en
un tono ameno y coloquial, salpicado de anécdotas y digresiones, pero llenos también de
conocimientos eruditos.” Como se resalta aquí, el hecho de que la obra se caracterice por ser de
interés general no significa que no implique conocimientos científicos y críticos, valiéndose de una
actitud experimental e innovadora para su época.