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Desgarros Musculares

¿Qué son los desgarros musculares?

Un desgarro muscular se refiere a la rotura de un grupo de fibras musculares.

¿Cómo ocurren?

Un desgarro muscular típicamente ocurre cuando existe una contracción violenta del
músculo afectado. Esto puede ocurrir en actividades tales como saltar, correr o patear.
Esto ocurre especialmente cuando el músculo trabaja en rangos de longitud máxima o
cuando se contrae contra una carga.

¿Qué es lo que se siente?

Lo primero que se debe sentir cuando ocurre un desgarro muscular es un dolor de


inicio brusco en la región comprometida, debido al daño fibrilar. Al mismo tiempo se
puede tener una “sensación de ruptura”. Con lesiones leves, se puede continuar
realizando ejercicio sin una limitación significativa. Sin embargo, durante el período de
enfriamiento, el dolor puede aumentar progresivamente debido a que la inflamación y
el edema continúan avanzando. En lesiones más graves, se produce mayor dolor,
contracción y debilidad muscular, lo que limita al deportista continuar realizando sus
actividades. En algunos casos se puede identificar el aumento de volumen debido al
edema y un defecto muscular asociado.

¿Qué se debe hacer?

Para limitar la gravedad de la lesión se recomienda detener la actividad deportiva e


iniciar el tratamiento inmediatamente. El momento más importante para el
tratamiento son las primeras 24 a 48hrs. La inflamación y el edema controlado son
procesos necesarios para la recuperación, pero el exceso de inflamación puede
retrasar la reparación e incluso podría producir más daño muscular. Para controlar
este proceso y limitar la zona dañada se recomienda iniciar de forma inmediata el
protocolo “PRICE” (Nota anterior). Este incluye el reposo de la extremidad, aplicar
hielo en la zona (10 minutos 3 a 4 veces al día), comprimir con vendaje suavemente y
elevar la extremidad. Esto controlará el flujo sanguíneo a la zona lesionada limitando la
inflamación y el edema muscular.

¿Qué no se debe hacer?

No se debe realizar ninguna actividad que aumente el flujo sanguíneo de forma


considerable en la zona dañada, en las primeras horas de evolución. Esto incluye: calor
local, ejercicios de elongación, masajes, ingerir alcohol y realizar ejercicio.
Tratamiento

El tratamiento de estas lesiones debe ser asistido por un especialista en lesiones


deportivas. En un principio, el especialista puede determinar cuál es el músculo
dañado y el grado de gravedad de la lesión. Con esta información se puede realizar una
estimación del tiempo esperado de recuperación. El especialista además puede utilizar
métodos alternativos de tratamiento que promuevan la regeneración muscular y
eviten la formación de una cicatriz. Luego se debe planificar una rehabilitación en
etapas en base a ejercicios controlados de forma precoz. La primera etapa debe ser
orientada a la recuperación del rango de movimiento, luego se avanza hacia la
recuperación de la fuerza y posteriormente a recuperar la función del músculo
afectado. Finalmente, se debe realizar una rehabilitación dirigida hacia la reinserción
del deportista en el deporte en específico.

¿Puede haber secuelas en el largo plazo?

Aunque la mayoría de estas lesiones se va a recuperar sin secuelas, existe un


porcentaje de ellas que podría presentarlas, dependiendo de la gravedad de la lesión
inicial y el tratamiento que se haya realizado. Un mal manejo de un desgarro muscular
puede finalizar con un músculo contracturado y débil, que además es susceptible de
volver a lesionarse cuando se reinicien las actividades deportivas habituales.

¿Se pueden prevenir los desgarros musculares?

Desafortunadamente no existe suficiente evidencia científica para dar una


recomendación certera sobre cómo prevenir este tipo de lesiones. Sin embargo, los
estudios realizados sugieren que un buen estado físico aeróbico y un buen
fortalecimiento muscular son las mejores tácticas de prevención para enfrentar
actividades deportivas de alta intensidad. Esto significa que a medida que se mejora la
condición física, se puede aumentar la intensidad de forma progresiva. Con respecto al
calentamiento previo a la actividad, es necesario lograr elevar la temperatura muscular
antes de realizar ejercicios intensos mediante ejercicios suaves, el trote y la movilidad
articular. Sin embargo, no existe evidencia de que los ejercicios de elongación
disminuyan la incidencia de las lesiones musculares.

Dr. Michael Marsalli


Traumatología y Ortopedia

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