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El otoño marcaba su
comienzo. El BMW esperaba con impaciencia que el semáforo le diera el
paso. Con un brazo tomo la palanca de cambio y acelero. Estaba llegando
tarde pero ello ya no le importaba, ni siquiera sentía verdaderamente
ganas de ir a aquel lugar. Solo lo hacía por obligación, por compromiso,
porque era lo que debía hacer. Quizás la mayor parte de su vida había
actuado así, por simple convencimiento y no por tener deseos de hacerlo.
Ahora estaba en un punto de su vida que no podía resolver de modo
racional o estratégico, debía ser capaz de decidirse solo por su conciencia,
nada más. El mismo se sorprendía al ver que era la primera vez en años
que algo le daba algún tipo de remordimientos. Nunca antes pensó en los
sentimientos de otros, su total egoísmo lo había segado mucho tiempo y
no le permitía abrir los ojos a una realidad que lo golpeaba cada vez más
fuerte, y que lo terminaría por derribar si no hacia algo pronto.
-¿Cómo dice eso? por favor permítame que al menos la lleve al sanatorio.
-De ningún modo, al menos deje que la lleve a su casa por favor.
-Harding.
-Buenas noches.
-No me dijiste tu nombre esa noche, en cambio vos sabes quién soy.
-Por supuesto que no, solo quise ver como estabas, asegurarme de que no
fuera nada la herida.
-Pues ya ve estoy bien. ¿Ahora me diría que hace otra vez aquí parado?
-Nada. Es solo que me empieza a preocupar que usted este todos los días,
¿Qué es esto una especie de cámara oculta para la tv?
-Claro que no, pero por favor no me trates más de usted.
Valentina se detuvo a pensar y sabia que no era lo que debía hacer, pero
algo le decía que aceptase. Y por ello se convenció de que podía hacerlo.
-Está bien, pero solo para que te quedes tranquilo y no te preocupes por
mí. ¿Estamos?
-Valentina Fiore.
-Lindo coche.
-Es que tengo cuentas que pagar, y siento responsabilidad por la imprenta.
-No lo sientas, no. Ya está. Quiero empezar de nuevo y empezar con vos
Valentina.
-Todo esto está bien, nada está mal aquí entiendes. Yo me enamore de
vos la noche que te conocí.
-Por dios, no somos dos niños, dime Valentina ¿Cuántos años tienes?
-Tengo 31
Entonces al ver que ella asentía con el rostro Gustavo la beso allí mismo
en la puerta de la casa. La tomo del rostro para acariciarle la mejilla.
Valentina le devolvió el beso y le acaricio el cabello rubio. Era feliz de
poder besar a ese hombre, tantas veces había imaginado tener esa
oportunidad, tantas películas del había visto y soñado protagonizar. Y
ahora estaba allí, besándolo diciéndole lo mucho que lo quería y lo que lo
había extrañado. Gustavo estaba contento de que ella le correspondiese el
amor y no dudaba en que la haría muy feliz.
-Lo cierto es que luego de que mis padres muriesen, como sabes, me aleje
de mis tíos, como mis abuelos habían muerto no fue más a la casa en la
que crecí.
-¿Todos quienes?
-Mis padres, mi tía y su marido, mi primo Marcos y yo. Salvo con mi tía con
los demás nunca tuve problemas. Lucrecia me comenzó a tomar bronca el
día que supo que su hijo estaba enamorado de mí.
-Si, por más que mi tía Lucrecia quiso que ambos nos quisiéramos como
primos, él sabía que no éramos familia de sangre. A los diecisiete años,
como ya sabes, mis papas murieron y me quede con mis tíos. Lucrecia no
me trataba muy bien, pero yo no me enojaba por ello. La entendía. Tenía a
mi mejor amigo para defenderme, Marcos. Y eso era lo que enfurecía a mi
tía, que Marcos me defendiera a mí en vez de su madre. Mi tía no estaba
de acuerdo con mi novio, pero como mis padres lo habían aceptado y lo
querían tanto yo seguía con él. Daniel era mi compañero de escuela, y
desde los quince años éramos novios.
-No lo sé, tal vez buscaba sentir que las cosas no habían cambiado tanto
después de la muerte de mis padres y él era todo en ese momento. Pero
cuando supe que Marcos estaba enamorado de mí, mi tía me lo dijo en la
discusión, decidí cortar con mi novio.
-¿Querías a Marcos?
-Yo no te voy a abandonar como él. Lo prometo mi amor. Ven aquí dame
un abrazo- dijo él mientras la contenía, y trataba de enmendar los celos.
Gustavo la estrecho en su pecho.
-La medallita que gracias a vos conservo aun, era de mi madre biológica,
me da dejo al abandonarme. Por eso la quiero tanto.
-Se que Valentina no quiere verme, en estos años no contesto mis cartas,
la entiendo la lastime mucho.
-¿Tienes idea imbécil del daño que le hiciste? Ella sufrió por vos.
-Te dije que iría a cualquier sitio contigo te pedí que me lleves y no
quisiste.
-Eras grande para que mi tía te haga irte así solamente amenazado.
-No sobre porque te mentí todo el tiempo. Pero este no es lugar para que
hablemos.
-No sabía, perdón. Dime cuando podemos hablar, necesito saber todo la
verdad de mi vida.
-Esta vez no. Te lo juro, por este gran amor que siento aun por vos
Valentina.
Tres semanas después fue a la dirección que Marcos le había dado. Subió
al piso 8 y golpeo la puerta. Una mujer salió a atenderla, era la mucama.
Le dijo que esperara que su patrón viniera enseguida.
-El patrón dice que estará de viaje un mes. Y que lea esa carta.
Val pensó que esa no podía ser una carta, ni una explicación, era más bien
una broma cruel, ahora se sentía más enojada con Marcos que antes. Era
un maldito insensible y no creería mas en sus palabras, en realidad jamás
debía de haber vuelto a confiar en él. Se sentía tan traicionada de a verlo
visto, de haberle lado el pésame y solo recibir una tonta carta escrita hacia
ya siete años. Se sentía una estúpida por confiar en él. Y decidió romper
todo lo que estaba en el sobre, incluida la carta azul sin leer.
-Siempre te ame Valentina, pero eras mi prima. O eso creía yo. Cuando le
conté a mi madre lo mucho que te amaba ella al principio te odio, pero
supo que eras mi felicidad y de algún modo intento aceptarte, por eso me
confesó que tu madre y ella no eran hermanas realmente, sino
hermanastras. Recuerdo el revuelo que se armo con esa confesión, tu
madre se enojo con la mía, nunca más se hablaron. Creo que nunca se
quisieron como hermanas ellas. Cuando supe que no éramos nada quise
conquistarte, pero amabas a otro y me partía el corazón verte con ese
noviecito tuyo Daniel. Y entonces la familia empezó a decir que no eras
hija de tus padres de crianza, si quieres saberlo te diré quien empezó el
rumor.
-Claro que quiero saberlo Marcos necesito saber toda la verdad. Por favor
cuéntame exactamente cómo sucedieron las cosas.
-Mi madre siempre estuvo desequilibrada, tenía un odio por ti, y a veces
creo que también por mí, me amaba pero a la vez me odiaba y no sabía el
motivo. Ella le dijo a todos que eras adoptada, y yo sabía lo difícil que
había sido la muerte de tus padres, lo que habías sufrido. Quise
protegerte, por eso confesé a todos mi amor, para que sepan que yo
cuidaría de vos.
-Claro que sí, porque yo llore por alguien que no era mi padre.
-¿Qué dices?
-Mi madre me hizo creer que él era mi padre, pero él supo siempre la
verdad. E igualmente me amo, más que mi madre tal vez. Ella te odiaba
por eso dijo que eras adoptada, pero eso es mentira, solo quería vengarse
de vos porque toda la vida amo a tu padre y el la eligió a tu madre en vez
de a ella. Te odiaba por eso. Y me odiaba por amar a la hija de la mujer
que había destruido su vida, le había quitado al amor de su vida. Por eso
se embarazo y obligo a mi padre a que se case con ella, quería que tu
madre sufriera, porque mi padre, o el que creí que lo era, amaba a tu
mama. Y de este modo mi madre tendría su lado al hombre que deseaba a
tu mama así como ella tenía al que mi madre deseaba, tu padre.
-No
-¿Cómo que no? Lo sabías todo desde el principio. Vos sabias la verdad y
me la ocultaste es más me mentiste en mi cara, me hiciste sufrir y me
dejaste sola en ese momento. Maldita sea fuiste un maldito.
-Lo admito estuve mal, pero mi madre me prometió que te dejaría en paz
si te hacia sufrir, si yo te mentía y te abandonaba ella sería feliz de su
venganza. Yo pensé que te hacia un favor a sacarte de encima a la loca de
mi mama. De veras creí que era lo mejor.
-Yo le conté todo esto a él. Y no te dijo nada, te engaño. Ahora sabes lo
mucho que él te ama, te mintió y te hizo creer, como yo, que eras
adoptada. ¿No te das cuenta? Te utilizo, y se aprovecho de tu debilidad. El
te está usando para remontar su carrera, solo eres algo comercial,
taquillero para él, planea tener éxito en el cine a tu costa contando la bella
historia de la mujer abandonada al nacer. Venderá la historia y vos te
veras arruinada, te utilizara.
Marcos sabía que le mentía, que Gustavo no sabía eso pero lo utilizaría
para separarlos y lograr que ella volviese con él.
No lloraba por saber del engaño de Marcos, ni por sus padres, menos por
su tía. Lloraba porque quería creer en que eso que decía Marcos sobre
Gustavo era una mentira, una vil calumnia. No podía ser cierto, le
rompería el corazón si fuera así.
-Es decir que lo viste antes de esa noche, me mentiste jamás dejaste de
verte con ese imbécil. Eres…
-Cállate no me hables así, tú no sabes lo que dices, lo vi una vez antes pero
en el velorio de su padre. En realidad no era su padre biológico. Pero lo
había criado.
-Eso tenían en común, ¿por eso lo quieres tanto, ninguna tenia a sus
padres?
-Pues comienza a aprender a vivir sin mí. No quiero volverte a ver nunca
más.
-Es lo mismo que vos, de que me sirve tener a una mujer a mi lado que
ama a otro hombre y que no confía en mí para nada.
-Yo te amo Gustavo, lo sabes. Has sido todo para mí desde el día en que te
conocí.
-Maldigo ese día, no debí defenderte, debí dejar que ese hombre te
cortara el cuello, al menos así no me habrías engañado.
-Yo trabaje en la casa de la familia Fiore por más de veinte años.- comenzó
a contar la señora Roca. –Cuando llegue a esa casa hace ya 35 años la
señorita valentina no había nacido aun. Sus padres habían querido un
bebe durante años pero no llegaba, y cuando la señora Delia descubrió
que estaba embarazada fue la mujer más feliz. La señora Lucrecia hizo un
par de escenas tenía mucha cólera de ver a su hermana feliz. No podía
soportar que el hombre al que amaba fuera a ser padre con otra. Por eso
lo enveneno con que no era suyo el bebe.
-Pero usted dijo que trabajo hace once años para la familia, y valentina
tuvo una relación con su primo hace ocho, usted no pudo verla.
-A lo mejor tiene razón, pero me porte tan mal con ella. Me debe odiar.
No puedo con su rechazo.
Gustavo debía que todo lo que deseaba era volver con su esposa, la
amaba. Entonces fue a verla. Le pidió perdón, pero ella no quería saber de
él. Y le exigió el divorcio.
-Te amo, pero no confiaste en mí, me dijiste que te era infiel con Marcos.
¿Sabes lo que me dolió esa desconfianza?- Valentina comenzó a llorar.