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Estilo: Se emplea un estilo Galante, sencillo, especifico, claro y preciso.

Lugar y época: obra que publicara Tulio Manuel Cestero en 1914, es una novela que logra
reflejar aspectos del ambiente urbano y de las tribulaciones político-sociales de la época.

Por el ventanillo del calabozo, un rayo de sol entra jocundo, adorna con ancho galón de oro los
ladrillos y trepando por las patas del catre, cosquillea al durmiente en el rostro. Antonio Porto
carrero despierta restregándose los ojos con ambos puños, bosteza, la boca abierta de par en
par y mira en torno suyo con asombro.

Descripción de los rasgos físicos y morales de los personajes principales:

Los personajes más conspicuos se sientan en las primas-noches a tertuliar en las puertas
vistiendo viejas, él come en vajilla de porcelana de Sevres a ropas franjas rojas —el color de su
divisa—, pintada a mano, y con sus iniciales doradas. Cuida de mantener su predominio: cierto
día, uno de sus edecanes se le presenta calzado con botines de charol, iguales a los suyos;
imperioso, le ordena quitárselos y le increpa por su falta. Cinco veces le alzan sus partidarios
hasta la presidencia, sin que una sola, en las tantas revoluciones que acaudilla, aparezca en los
campamentos. En el peñón de Curazao, bien regalado, espera que vayan a buscarle para
ofrecerle el poder conquistado a costa de la sangre de sus huestes fascinadas. Cuando pasea
por Europa, escribe a los que vagan hambrientos en el exilio, sus triunfos en las Cortes: ha
bailado un rigodón con Isabel II; Luis Napoleón le promete cinco mil zuavos que, equipados y
pagados por el emperador francés, le restaurarán en el poder tan pronto como arregle la
pendiente cuestión de la Iglesia, para lo cual tiene concertada entrevista con el Papa. Y tales
epístolas se leen con deleite, y son creídas, y aquellos hombres se lanzan al campo, y de nuevo,
Báez, figuración del principio aristocrático del Orden, rige la República.

Idea central

De esas novelas, es La sangre la que perdura como una de las obras capitales de la literatura
nacional: Cestero se revela en las páginas de ese libro no solo como un narrador fluente, sino
como maestro en la reconstrucción de sucesos históricos como el de la muerte del presidente
Heureaux, y en el arte de enlazar esos hechos a la acción de la novela centralizada en unos
cuantos personajes de leyendas que en siglos pasados dieron un aire de barbarie románticas a
nuestras turbulencias civiles.

Antonio porta carrero despierta restregándose los ojos con ambos puños bosteza, la boca
abierta de par en par y mira en torno a él con asombro. Antonio es un joven de estatura
eminente, la fisonomía enérgica y simpática. Los cabellos negros de rebeldes mechones, la
nariz roma y los labios carnosos de bordes morados. El preso registra la estancia como si la
viera por primara vez. Entre las cosas que ve en la estancia se observa algunas obras, entre
estas hay una escrita por él; la cual después de haber leído un par de veces exclama con dolor
“¡un año ya!” Y se pone de pie caminando al lavabo. Con vigor se enjuaga el rostro y demás
partes. El ambiente con serenidad jubilosa afirma que el hombre fuera de esta naturaleza, no
ha de sufrir, sin embargo, Antonio es un hombre contemplador importante.
Idea secundaria

Cada día le aportaba en sus horas un momento de dicha. En los atardeceres de la hierva
emergía deliciosas tibieza. Cumplidos los 8 años sufrió los primeros cambios desagradables de
su vida. En su casa había aprendido a deletrear, la escuela fue siempre el castigo con que su
madre le amenazó, ya no le llevaron más a bañarse con las mozas del vecindario y terminaron
los retozos en la grama con la chiquilla.

Corría el año 1886 el cual no fue de gracia ya que presidía un general de treinta años, con fama
de valor he inteligencia. Meses atrás la capital asustada vio cercada la casa del ex presidente
Guillermo.

Dos candidatos presidenciales se disputaban el triunfo. Uno de ellos era Ulises Heureaux, alias
Lilis, que ya había ejercido el poder. La atmósfera se calentaba pronto, y los periódicos
recogiendo las opiniones de ambos partidarios. La tarde de un domingo, entre alboroto,
bandereas, música y cohetes, desfila por las calles brillantes y numerosas manifestaciones
mayorista.

Mensaje de la obra

La historia comienza cuando Antonio Porto carrera despierta una mañana, él describe el lugar
donde se encontraba. Era una celda pequeña y solitaria, detalla algunos de los objetos de su
alrededor como libros, además relata cómo era el clima en aquella celda.

Siente desanimado y oprimido por la tiranía. Lo que le hace recordar a su pueblo en el verdor
de la sabana, con sus casitas pintadas de colores vivos, de metálicos tejados relucientes, y los
bohíos de adobe cobijados de palma. A los años 5 recuerda cuando una vecina lo lleva tirado
de la oreja porque lo encontró con su hija jugando al matrimonio.

Aspecto sociológico

Es una novela histórica que logra reflejar aspectos del ambiente urbano y de las tribulaciones
político-sociales de la época. Gran parte de la obra de Tulio Manuel Cestero, se caracteriza por
la severidad con que asumió la problemática social del pueblo dominicano, como ocurre en La
sangre, donde que denuncia abiertamente muchos de los desacatos cometidos por la
dictadura de Ulises Heureaux.

Critica

Desde un punto de vista histórico y social, una de las más jugosas y truculentas novelas de la
literatura dominicana es “La sangre” de Tulio M. Cestero (1887-1955), que publicara en 1914
con el subtítulo “Una vida bajo la tiranía”. Su interesante bibliografía incluye, además,
“Impresiones de viaje: Ciudad Romántica” (1911), “Hombres y Piedras” (1915) y “César Borgia”
(1935).
La célebre novela “La sangre”, comparte con el “Enriquillo” de Galván la gloria de contarse
entre las obras capitales del parnaso criollo y de la república de las letras americanas en su
género (romanticismo y modernismo), no sólo por la excelencia de su estilo y realización, sino
por su condición y carácter de fundadora de ideología (falso concepto de la realidad en la
acepción marxista, conjunto de ideas, creencias, imágenes, representaciones, sublimaciones
que proporcionan una representación ficticia de la realidad y del modo en que se desenvuelve
la vida social de los seres humanos). No en balde Manuel Arturo Peña Batlle -numen prolífico
del trujillismo- creía “firmemente que ‘La sangre’ era la mejor novela dominicana”. Opinión
parecida, aunque por razones diferentes, sostenían Pedro y Max Henríquez Ureña.

Bibliografía

 ALCÁNTARA ALMÁNZAR, José. "Tulio Manuel Cestero", En Dos siglos de literatura dominicana (s.
XIX-XX) (Santo Domingo: Colección Sesquicentenario de la Independencia Nacional, 1996), págs.
202-214.

 ALFAU DURÁN, Vetilio. "Tulio Manuel Cestero", en "Apuntes para la bibliografía de la novela en
Santo Domingo" (Santo Domingo), Anales de la Universidad de Santo Domingo, nº 24 (1958), págs.
429-432.

 HENRÍQUEZ UREÑA, Max. "Tulio Manuel Cestero", en Breve Historia del Modernismo (México:
Fondo de Cultura Económica, 1962), págs. 447-448.

 RODRÍGUEZ DEMORIZI, Emilio. Rubén Darío y sus amigos dominicanos (Bogotá: Espiral, 1948)

 http://www.mcnbiografias.com/app-bio/do/show?key=cestero-tulio-manuel

 http://www.escritoresdominicanos.com/cestero.html

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