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Nota de Autor
Al incluir el nombre del estudiante indicado en el título de esta página, tal estudiante
certifica que ha leído y comprendido la política de honestidad e integridad académica, tal como
Al añadir esta declaración a la página del título, certifica que los pasos correctos para
completar la presente tarea fueron seguidos y que la misma es un trabajo original diseñado para
este curso.
que este acto puede resultar en una expulsión del Seminario Wesley tal como lo describe los
reglamentos de la Universidad.
Cornisa: EL MODELO DE CAMBIO…
Hay una frase que sintetiza el tiempo que vivimos hoy en día: “la única constante es el
encontradas, amor y odio. La gente ama el cambio cuando es beneficioso; una esposa ama cuando
su marido cambia y comienza a ayudarla alrededor de la casa. Un empleado ama cuando su jefe
cambia su actitud y se vuelve más agradable. Los padres aman cuando sus adolescentes cambian
y se vuelve más respetuoso y responsable. Los ejemplos podrían seguir y seguir. Por otro lado,
hay momentos en que la gente detesta el cambio. Puede no ser tanto como odiar el cambio, como
es el miedo al cambio. Esto describe la iglesia evangélica también, sobre todo a la occidental. Con
más de la mayoría de las iglesias (de todas las denominaciones) que experimenta caída en USA,
para sobre vivir será el cambio. También es un reto para la Iglesia Hispana, que sólo copia los
modelos del Norte. Sin embargo, el cambio de paradigmas y modelos causa miedo entre las
personas de la iglesia. Algunos tienen miedo porque "nunca lo han hecho así". Otros tienen miedo
porque amenazan su tradición y sus posiciones obtenidas. Aún otros pueden tener miedo de salir
de las cuatro paredes y convertirse en vulnerables a la gente fuera de la iglesia. El remedio implica
constante cambio. Este cambio requerirá de fuertes líderes misioneros para navegar y hacer
Un cambio de mentalidad
Alan Roxburgh y Fred Romanuk, en su libro, “El Líder Misional”, (2006), explican el tipo
de líder que se necesita para conducir ese cambio. Presentan una manera de entender qué tipo de
líder se requiere en la navegación a través del cambio, así como un modelo para cómo estos líderes
pueden formar congregaciones misionales. Roxburgh y Romanuk creen que hay mucha confusión
Cornisa: EL MODELO DE CAMBIO…
todavía en cuanto a lo que una iglesia misional es en realidad. Por lo tanto, ellos definen en
primera instancia lo que es una iglesia misional como tal: "Es la comunidad del pueblo de Dios
que vive esa expresión, por su misma naturaleza. El pueblo misionero de Dios viviendo como una
demostración de lo que Dios planea hacer en y para toda la creación a través de Jesucristo ". Gran
parte de la iglesia hoy en día no encaja dentro del marco de esta definición. Muchos se encuentran
tendencias de mercado. Iglesias como esta tienden a centrarse en las tácticas, programas y técnicas
Por otro lado, hay muchas otras que están en una nebulosa, arrojadas en un medio cultural
escenarios como “culturas de organización”, uno puede ser “adaptativo” y el otro “reactivo”.
Ambos modelos existen en la mayoría de las iglesias de Occidente, con el “adaptativo” siendo
Una tercera zona organizativa descrita por los autores es la "emergente". La zona
emergente se expresa en formas creativas, imaginativas y con nuevas energías. Una iglesia
misional se encuentra dentro de esta franja. Las iglesias que se encuentran como adaptativas y
reactivas deben aspirar a convertirse en una iglesia en la zona emergente. En un medio cultural
que está cambiando constantemente, las iglesias que pueden navegar el cambio con fluidez son
las que están mejor equipadas para llegar a los que están fuera de la iglesia y traer el reino de
Dios.
Por su puesto esto requerirá un nuevo “liderazgo misional”, que tenga la capacidad de
navegar una congregación a través de todas las zonas: emergentes, adaptativas, y reactivas. En
otras palabras, los líderes misionales deberán tener la capacidad de crear una cultura de adaptación
Cornisa: EL MODELO DE CAMBIO…
al cambio y de transición, que es en esencia contextualización, para llegar luego con los principios
del reino de Dios a traer transformación, que es otra manera de decir: “crear cultura”.
La narrativa es la forma más eficaz de proporcionar un sistema y una estructura por la cual
una iglesia puede operar. Roxburgh y Romanuk escriben sobre la importancia de las narrativas
la esfera privada frente a la esfera pública; el clero y el laicado, y nos orienta a ver nuestra vida,
trabajo, ministerio y congregación a través del lente de la gran narración de Dios. En otras
palabras, en vez de usar la Escritura como una herramienta para "uso privado solamente", o peor
aún “sólo para justificar ciertos puntos doctrinales o teológicos”, la usamos para redescubrir y
vernos todos, como la comunidad del pueblo de Dios, inmersos en Su narración, es decir en el
Plan cósmico de la redención de todas las cosas. (Efesios 1). Esto puede parecer pequeños
cambios en la semántica, pero la narrativa moldea la realidad. Por lo tanto, en lugar de invitar y
pedir a Dios para que Él se una a la historia de nuestras vidas, de mi vida y mi congregación, soy
yo, y mi congregación que debe aplicar y pedir si puede ser parte de la historia de Dios y de lo
que Él está haciendo en el mundo. Por lo tanto, las congregaciones misionales se forman a partir
de la interacción entre la narrativa cristiana (ligada a una cultura) en la que viven y que se les ha
transmitido, y su interacción con las narrativas de las personas en su comunidad (ligada a una
cultura del mundo), para que ahora todos juntos sigamos la narrativa de Dios (la cultura del reino
de Dios). Cultivar este tipo de sistema misional no ocurre en un vacío o dentro de una narrativa
participación misionera son alentados y guiados por el poder de Su Espíritu Santo, ¡hay
oportunidad!
Como fruto del trabajo de Alan Roxburgh , nos ha quedado también un Manual, que
provee a la iglesia de las herramientas y cierta metodología, que va a necesitar para desarrollar de
manera continua sus propias actividades misionales. Actividades que nacen de adentro de la
lo tenemos que disfrutar, ya nos vamos a embarcar en un viaje en el cual usted y su congregación
podrán descubrir maneras maravillosamente nuevas de ser el pueblo de Dios donde él los ha
puesto, local y globalmente. Durante el proceso, puede ser que encuentre que se está uniendo a la
narrativa de lo que Dios está haciendo de maneras que quizás nunca se hubiera esperado. Este
proceso tiene que ver con escuchar a Dios, escucharse el uno al otro, de darse cuenta de las
historias y las narrativas que están formando a su congregación y a sus comunidades, y cómo a
través del diálogo quizás puedan iniciar experimentos en misión y testimonio de la Verdad, a un
El MCM se basa en la premisa de que el cambio rara vez es lineal, pero si es progresivo.
Los modelos en general, según Stephen Bevans, no captan plenamente la realidad del sujeto que
se va, pero sí buscan simplificar realidades complejas que producen un verdadero conocimiento
de la realidad en particular. Por lo tanto, Roxburgh presenta un modelo por el que muestran la
realidad simplificada (o “marco”) de cómo las iglesias pueden cambiar a inclinarse más hacia una
postura misional. Hay cinco etapas, según los autores, que una iglesia local necesita para moverse
con el fin de cultivar una comunidad misional. Construyendo uno sobre otra, estas cinco etapas
son: conciencia, comprensión, evaluación, prueba y compromiso. Los cinco elementos se basan
Cornisa: EL MODELO DE CAMBIO…
en el trabajo del antropólogo Everett Rogers, cuyas ideas ayudan a comprender los elementos
El modelo de cambio misional (MCN) que perdura ocurre cuando una congregación
atraviesa una serie claramente definida de etapas de cambios. Es decir “vive el proceso”. Esto es
particularmente valido también para las personas en forma individual. El proceso de cambio está
Conciencia: A menudo congregaciones “sienten” que algo está mal o que necesitan
reformular la manera en que participan en misión, pero no encuentran una manera significativa
de explicar lo que sienten. Un error común es suponer que tales sentimientos, tensiones o
ansiedades son una base suficiente para iniciar planes estratégicos o programas nuevos para
cambiar la iglesia. Pero la gente necesita de suficiente tiempo experimentando tales sentimientos
y tensiones como para poder dar significado y poner en palabras lo que está sucediendo. Esto
lleva tiempo. Necesitamos de tiempo y oportunidad para dejar que los sentimientos nos guíen a
un lugar en el que arribamos a una nueva conciencia de qué los está causando, y de lo que está
sucediendo en nuestro mundo cambiante. Pocos de nosotros nos comprometemos al cambio hasta
que hayamos pasado por varias etapas definidas, que comienzan con la voluntad de afrontar
seriamente nuestra propia necesidad de darle sentido a las nuevas experiencias de confusión,
ansiedad y pérdida que resultan de los cambios que nos rodean. La conciencia es el primer paso;
se trata del primer paso en un camino que lleva a introducir novedades que transforman un
sistema. Comenzamos del lugar donde se encuentra nuestra gente, no del lugar donde nos gustaría
que estuviesen ni de donde deberían estar de acuerdo con algún programa o plan.
que se invita a la gente no a soluciones y respuestas, sino a andar un camino que los lleve más a
Cornisa: EL MODELO DE CAMBIO…
fondo, explorando el significado de lo que están aprendiendo a través de la interacción entre sí.
El entendimiento surge de la conciencia; las perspectivas de la gente entran en diálogo con los de
otros para llegar juntos a explicaciones significativas de todo el cambio que están
experimentando. En este proceso la gente comienza a hacerse preguntas nuevas entre ellos, que
estimulan nuevas formas de pensar. Esto lleva a la tercera etapa de un proceso efectivo de cambio.
Evaluación: Solamente al llegar a esta tercera etapa se invita a la gente a conversar acerca
de las prácticas, los valores, los programas, y la vida de la congregación en su totalidad a la luz
implicaciones que surgen de su conciencia y entendimiento para la vida actual y las acciones de
resultarán en cambio. De igual importancia, la gente comienza a hacer preguntas acerca del tipo
de apoyo que necesitan en cuanto a habilidades, estructuras, y recursos para seguir adelante. Esta
es una etapa en que la congregación toma decisiones mientras se mueve hacia acciones propias
afrontará en los meses venideros – estos retos son experimentos en un camino hacia aprender
nuevas maneras de hacer misión. Solamente a este punto llega a incorporarse el cambio de una
novedades para producir cambio a todos los niveles de la vida de la iglesia y están involucrando
a otros. Están ocurriendo acciones tangibles, mensurables, y observables. Hasta que una
a menudo líderes quieren comenzar con esta etapa. En otras palabras, demasiadas estrategias para
Cornisa: EL MODELO DE CAMBIO…
introducir cambio comienzan con la última etapa, razón por la cual la mayoría o fracasan o no
El MCM está diseñado para ayudar a los líderes a cultivar un ambiente de cambios
nivel y calve Enel proceso son los líderes del proceso. Los líderes misionales empiezan con
fundamentos bíblicos teológicos, talvez tenemos que introducir un nuevo concepto, que es la
“cosmovisión Biblica”, es decir volver a la narrativa de Dios y Sus planes, más que con principios
pragmáticos. Ellos están más preocupados por los “telos” o final, y ese fin es Jesucristo.
Trabajando hacia el final, los líderes misionales se centran en la formación de un pueblo -la
través de una versión cristianizada del “motivador de turno”. Con el fin de innovar una
congregación misional, uno debe centrarse en la formación de la comunidad del pueblo de Dios.
Nuevamente Roxburgh y Romanuk nos señalan el camino. Hay cuatro áreas interconectadas
claves.
La primera área es la del carácter personal del líder, y los autores creen que es primaria.
Los factores clave en el carácter de un líder son: madurez, manejo de conflictos, valor personal y
confiabilidad. Un líder misionero que desea navegar por el cambio congregacional necesitará ser
una persona que demuestre madurez, abrace el conflicto, muestre valor personal y viva confiable.
La segunda área tiene que ver con mover el centro del líder, al pueblo. La clave del cambio
habrá energía y visión para la vida misional. Para lograr esta comunidad misionera se necesitan
cultivar el crecimiento a través de prácticas específicas, dialogar con las personas a través de los
Cornisa: EL MODELO DE CAMBIO…
cambios y crear equipos de personas energizadas para experimentar. La tercera y cuarta áreas
tienen que ver con formar un ambiente y cultura misional, y para luego fijar la participación de
de los no alcanzados.
Si, hay oportunidad, que usted y su iglesia sean parte del Plan global de Dios. Si, todavía
existe la oportunidad y el potencial para llegar a ser una iglesia misional vibrante. Pero este giro,
este cambio de narrativa y de mente, requerirá un nuevo tipo de liderazgo y un nuevo tipo de
modelo comunitario de iglesia. Que Dios conceda a los líderes de las iglesias la gracia y la fuerza
de voluntad necesarias para navegar a través de este mar de cambios guiados por Su Espíritu.
Referencias