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Post-Gutenberg es Pre-Gutenberg.

Quinientos años de textualidad son


suficientes
Published by Piscitelli on mayo 24, 2010

La tesis del paréntesis de Gutenberg

Hace un mes descubrí un meme nuevo. Se trata de la tesis del paréntesis de Gutenberg.
Formulada originalmente por el profesor Lars Ole Sauerbergdel Institute for Literature, Media and
Cultural Studies de la University of Southern Denmark, Sauerberg forma parte de un grupo de
trabajo en curso de institucionalización que lanzó recientemente el proyecto “The Gutenberg
Parenthesis Research Forum“, y que ha logrado sintetizar en forma virtuosa sus principales puntos
de vista en este poderoso diagrama.

Estos investigadores (muy afines sin saberlo a Alesandro Baricco y Los Barbaros) defienden la
hipótesis de que los 500 años de texto que tenemos/tuvimos (asociados a lo mas sagrado
del Canon Occidental como convirtieron en teología secular obras como El canon occidental: La
escuela y los libros de todas las épocas (Anagrama, 2005) de Harold Bloom, a lo mejor no habria
sido, contrario sensu de lo que la escolástica humanista imagina, nada mas que un mero
paréntesis, entre el mundo oral de casi toda la historia previa a la invención de la imprenta
y la oralidad secundariaque estaríamos viviendo a partir de la invención de Internet.

Esta tesis no es tan nueva y ya fue delineada porMarshall McLuhan en sus libros seminales de la
década de los años 60/70, especialmente en La Galaxia Gutenberg y también había sido
prefigurada por Walter J Ong en obras imperdibles como Ramus, Method, and the Decay of
Dialogue: From the Art of Discourse to the Art of Reason(Cambridge, MA: Harvard UP,
1958); Interfaces of the Word (Ithaca: Cornell UP, 1977) y la esencialOralidad y escritura.
Tecnologías de la palabra, México, FCE, 1997.

El futuro está en el pasado

Contra ese trasfondo la novedad de la tesis del paréntesis es que en realidad Internet estaría
provocando una (contra)-revolución que estaría traicionando a Gutenberg en vez de
complementarlo. Nuevamente estaríamos avanzando como el cangrejo… yendo hacia atrás.

Quien así cree esto no son esta vez un Nicholas Carr con toda la sarasa que despertó su
canónico articulo del 2008 Is Google Making us stupid, sino alguien con mucho mas tupé
intelectual como es el caso de Thomas Pettitt, quien en una nota fascinante (eso si con un
aburridisimo video introductorio que es mejor pasar por alto) cual es The Gutenberg
Parenthesis: On parallels between the pre-print era and our own Internet ageremueve el avispero y
airea las neuronas como pocos.

Porque endosar esta hipótesis llevaría a ver a Gutenberg con otros ojos. En vez de calificarlo
como el revolucionario que inventó afiortunadamente a la época moderna (tesis que siempre
compartimos de la mano de Elizabeth Eisenstein en The Printing Press as an Agent of Change),
también podría haber sido (simultánea y concurrentemente) el contrarrevolucionario que
interrumpió el arco mas amplio de la comunicación oral a destajo. Gracias a la red y al intento de
convertir a Gutenberg en un mero paréntesis (¿qué son 500 años en una historia filogenética que
tiene al menos 100.000 años de duración?), la oralidad volvería a convertirse en el oxígeno
cultural pervasivo que siempre fue antes de su emergencia a mediados del siglo XV, y la mayoría
de las interacciones humanas volverían a su estado líquido de conversaciones, chimentos
y rumores -según Robin Dunbaren Grooming, Gossip, and the Evolution of Language
el verdadero orígen del lenguaje, y reivindicación de lo efímero, estos tres elementos
definitorios de nuestra cultura de la remediación interneteana actual.

¿Y si la verdad en si misma no está contenida en el texto?

Si hoy, además de pensar en esa alternativa, podemos reinventar esa sensibilidad oral perdida,
ello se debe a que la teoría incorporada como la que viene incluida en la iPad, podria ser la punta
de lanza para cerrar este paréntesis gutenberguiano.

Una de las personas que mas se ha movido en esta direccion ha sido justamente Thomas
Pettitt de la University of Southern Denmark, quien ha tenido el saludable descaro de discutir a
fondo las implicancias culturales del libro como objeto intelectual, y muy especialmente la curiosa
y sorprendente idea (Bíblica o Talmudista) de que la verdad en si misma puede estar
contenida en el texto.

Pero si bien a muchas personas entre ellas a mi querido amigo Roberto Guareschi le interesan
mucho las implicancias y la relevancia periodística de esta movida, a mi me llamó mucho mas la
atención otro aspecto de sus planteos cual fue, que remontándose a la época isabelina, (como
queda mas que bien representado en este útil diagrama), lo que hoy llamamos mashup, era la
estopa de la cual estaba hecha la literatura isabelina (o para nuestro caso la cervantina).

Por mas que leamos mil y una veces esa pieza oratoria clave cual fue La lecon inagural de Mivhel
Foucault de 1970 al ingresar al College de France, titulada justamente ¿Qué es un autor? , no hay
año que pase que no refuerce nuestro olvido de que el autor es una invención moderna y que
como bien decía Foucault al final de Las Palabras y las Cosas , está condenado a desaparecer
de la fase de la tierra como una escultura de arena bañada por el mar.

Culturas Pre, parentética y postparentética

Mientras que la cultura parentética está dominada por la composición original, individual,
autónoma, estable y canónica, la cultura preparentética había estado dominada por los opuestos
de estos rasgos. A saber la performance re-creativa, colectiva, contextual, inestable,
tradicional, todos términos que probablemente no sean sino otra forma de nombrar o
emparentarse con el sampleo, el remix, el préstamo, el rediseño, la apropriación y la
recontextualización, propios de la cultura digital interneteana “post-paréntetica”.

Desde el Renacimiento, la comunicación (transmisión) de la cultura occidental ha estado


dominada/determinada por textos producidos mecánicamente (es inolvidable la célebre alusión
de Marshall McLuhan al libro como a la primera encarnación del fordismo avant la lettre, teniendo
en él a su encarnación suprema).

Para Sauerberg, para Pettitt, para nosotros, el golpe mortal que Gutenberg quiso asestarle a la
cultura oral -esa divisoria sin resto entre medios fríos y calientes, entre sociedades frías y
sociedades calientes como sostenía Claude Levi-Strauss en El Totemismo Hoy y en El
Pensamiento Salvaje a principios de los años 60)-, visto desde la era interneteana no seria sino
un paréntesis que estaría llegando a su fin
El meme “paréntesis” es mas que poderoso y sugestivo, marca claramente un antes, un en medio
y después en el tiempo, revelando sobretodo profundas afinidades, y continuidades materiales y
simbólicas entre el antes y el después, y relegando el medio (el “core” de la cultura occidental)
a una estación de paso, a una búsqueda de cierre, o a un intento colonizador de las formas
disruptivas de la oralidad que habrían sido silenciadas, castigadas y colonizadas del mismo modo
que los pueblos autóctonos de la mano de un capitalismo simbólico/depredador que habría tenido
en la Imprenta a su agente viral de control

VJ´s, performance, mashups y la disolución de la categoria de autor

Tardamos un par de décadas, la red debió pasar de ser de territorio de nerds a ágora masiva, de
acceso vía lenguajes controlados, a los íconos de las ventanas mas aprehensibles, de una barrera
cognitiva y de uso poderosa, a una forma cada vez mas integrada con las formas tecnológicas de
vida, para que nos diéramos cuenta de que la oralidad secundaria que encarnaba era una
continuidad y profundización del mundo de la oralidad primaria preguntenberguiano.

Las tecnologías pre y postparenéticas que viven y se potencian del morphing, son compartidas
por comunidades cada vez mas incluyentes, y ambas carecen del concepto de items
autocontenidos, autocomprensibles y atomizados que es lo propio de la ecología del libro maduro.

Ya ha habido numerosas referencias a mediados de la década pasada hacia estos neo-géneros y


neo-formatos. Particularmente en las obras Personas en Loop de Dietrich Diederichsen y La
utopía de la copia de Mercedes Bunz. También en la seguidilla de obras de Nicolás
Bourriaud como fueron Estética Relacional, Postproducción o Radicante, que permanentemente
aluden al cut-upconvertido en género, al mashup y a los VJ´s y a todas las formas de jamming e
improvisación, como características cada vez mas masivas y pervasivas de una cultura que está
negando permanentemente la autoíia, las formas cerradas, la pertenencia a tradiciones, pero
fundamentalmente el derecho de autor. No solo y tanto en términos jurídicos cuanto en términos
de inteligencia colectiva.

Mas similitudes que diferencias, la resonancia isabelina del aqui y ahora

La novedad no es pues el reconocimiento de qué es y hacia donde va la cultura de la


performance, sino su profunda filiación en la cultura isabelina. Lo que importa no es tanto
hacia donde va, si es que va hacia algún lado, sino de donde viene. Porque en rigor esta yendo
justamente alli de donde venía.

Porque si los medios actuales se han movido mas alla del reino parentético (para una primera
aproximaciòn de esta relectura en el ámbito periodístico ver la nota La devaluación de la letra
impresa de Roberto Guareschi), justamente alli donde cada día son mas indistinguibles el autor
del performer, y donde el plagio es casi sinónimo de coautoría, nada hay en la historia mas
parecido a este viaje que el teatro isabelino, del cual Shakespeare fue autor/actor.

El modo en que las obras isabelinas citan sin reconocimiento muestran como las nociones de
propiedad, lenguaje y textualidad se volvieron posibles justamente a partir de la negación de esos
orígenes (Macbeth por ejemplo que fue representada por primera vez en 1606 no vio una versión
escrita hasta 1623). Justo en esas primeras décadas del siglo XVII se abría el paréntesis de
Gutenberg.

Convirtiendo al Paréntesis de Gutenberg en un programa de investigación

Estas intuiciones merecen muchos mas desarrollos. Deben salir de la etapa de la mera analogía
para mostrar las afinidades y los mecanismos de distribución de sentido operando en detalle y
parsimoniosamente. Pero la idea queda mas que clara.
La defensa exagerada y muchas veces contradictoria con los intereses de los propios autores por
parte de los editores e industrias del contenido, revelan que algo muy importante esta en juego.
Curiosamente los autores se aferran histéricamente a las migajas que nos devuelven los
editores y ven la amenaza que supondría a su poder ya no económico, sino simbólico, la muerte
del autor.

La protopolémica que se entabló hace un par de semanas atrás entre Anya Kamenetz autora
de DIY University y Stephen Downes acerca de la decisión de la primera de no poner
simultáneamente en forma de distribución gratuita su libro (que se quiere edupunk, pero que está
a años luz de lograrlo) muestra cuan confundidos estamos todos en estos menesteres.

Por ello mismo, hipótesis como las del paréntesis, la de los Bárbaros, las iniciativas que llevamos
a cabo en los Proyectos Facebook y Rediseñar/2010son tan medulares. Porque lo que está en
juego no es el interrogante pavote de si el libro electrónico mejorará o empeorará la ontología del
libro en papel, o si los diarios se salvarán o no gracias a modelos de negocios mas eficientes -con
la paradoja de que Google su sepulturero ahora está trabajando para salvarlos-, sino de si
efectivamente Gutenberg fue un eslabón indispensable en la marcha hegeliana de la
historia, o si tal vez su aporte no fue muy distinto al añadadido de un nuevo epiciclo en el
herrumbrado sistema Ptolomeico. Ya desglosaremos las mil y una caras de esta pregunta
inisidiosa. Gloria y loor al Gran Johaness!

NB

El sistema Tolomeico se corrigió mil veces, pero nunca podría llegar a predecir correctamente las
órbitas de los planetas a menos de añadirle 1.000 hipótesis ad hoc (los epiciclos). La imprenta
siempre fue saludada como una innovación disruptiva maravillosa que llego a inventarnos como
sujetos y a crear el mundo moderno. En ese sentido y partiendo de Hegel para quien todo lo real
era racional, habría que verla como un inevitable formateador urdido por la historia para
convertirnos en los letrados racionales que somos. Pero ¿ y si la imprenta en vez de haber
jugado es el lugar emancipador, en realidad no fue sino el Caballo de Troya, a través del
cual la estandarizacion, automatización y sobretodo mecanización de la conciencia tuvo
lugar? ¿Y si la verdadera (¿o mas radical?) emancipación pasaba y sigue por la oralidad? Es
especulativo, suena anticientífico y delirante, alguien lo podría haciendolo leer como restauración
conservadora y probablemente sea un despropósito. Pero vale la pena explorar la alternativa.

Imperdible la réplica de Joaquín Rodriguez

Referencias

Pettitt, Tom Before the Gutenberg parenthesis. Elizabethan-american compatibilities

The Gutenberg Parenthesis: Thomas Pettitt on parallels between the pre-print era and our own
Internet age

Reading Up on Gutenberg as the iPad Drops

Archive: Pettit on the Gutenberg parenthesis, 2007 and 2009

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