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TRATAMIENTO DE LA PRÓRROGA AUTOMÁTICA EN EL RÉGIMEN

LABORAL ESPECIAL DE CONTRATACIÓN ADMINISTRATIVA DE


SERVICIOS (CAS):
Análisis a partir del IV Pleno Jurisdiccional Supremo en Materias
Laboral Y Previsional.

Por: José Luis Jara Bautista*

I. INTRODUCCIÓN

El régimen laboral especial de contratación administrativa de servicios (CAS),


regulado por el D.Leg Nº 1057, su reglamento aprobado por D.S Nº 075-2008-
PCM, modificado por el D.S Nº 065-2011-PCM, y Ley Nº 29849 “Ley que establece
la eliminación progresiva del régimen especial del Decreto Legislativo 1057 y
otorga derechos laborales”, nunca fue pacífico, desde la pretendida e indefendible
negación de su naturaleza laboral, hasta los inacabables debates en torno a la
posibilidad de su desnaturalización, y con ello la reincorporación laboral de un
servidor sujeto a la referida modalidad de contratación laboral.

La figura legal denominada prórroga automática, entendida esta como una ficción
de contratación producida cuando exista prestación de servicios bajo el régimen
CAS sin suscribir una adenda que amplíe la vigencia del contrato inicialmente
celebrado con el servidor, dicho en otras palabras con un contrato administrativo
de servicios vencido.

Precisamente este tema recientemente fue materia de discusión en el IV Pleno


Jurisdiccional Supremo en Materias Laboral y Previsional, publicado el pasado 13
de mayo de 2016, en el Diario oficial el Peruano, precisando su vigencia y
legalidad, dejando de lado la última postura de nuestro Tribunal Constitucional –en
adelante TC-, así como lo acordado en el II Pleno Jurisdiccional Supremo en
materia laboral del año 2014.

En las siguientes líneas desarrollaremos las principales consideraciones en torno


al tratamiento que ha recibido la figura legal denominada prórroga automática
dentro del Régimen Laboral Especial de Contratación Administrativa de Servicios
(CAS), su inconstitucionalidad, así como el panorama que se avizora con este IV
Pleno Jurisdiccional Supremo en materia Laboral y Previsional.

II. CONSIDERACIONES EN TORNO A LA NATURALEZA JURÍDICA DEL


CONTRATO ADMINISTRATIVO DE SERVICIOS.

Para entender la naturaleza jurídica de Contrato Administrativo de Servicios o


coloquialmente denominado CAS, resulta necesario remitirnos a su norma legal
de creación, de la cual advertiremos que esta modalidad contractual tal como en
la actualidad la conocemos ha pasado hasta por tres momentos diferenciados
desde su incorporación a nuestro ordenamiento jurídico, conforme pasamos a
detallar1:

* Abogado por la Universidad San Pedro de Chimbote, Maestría en Derecho del Trabajo y de la Seguridad Social por la UNMSM,
expositor en diversos eventos académicos en materia laboral y administrativo.

1
Primer momento.- En junio del 2008 cuando se instaura en nuestro sistema
jurídico esta nueva modalidad de contratación de personal en el Estado. Dos
fueron las normas que sirvieron de base al nacimiento de este nuevo régimen: el
Decreto Legislativo Nº 1057, -Decreto Legislativo que regula el régimen especial
de contratación administrativa de servicios-, norma legal que fue publicada en el
diario oficial El Peruano el 28 de Junio del 2008, y reglamentado por el Decreto
Supremo Nº 075-2008-PCM, publicado el 25 de noviembre del referido año.

En este primer momento esta modalidad contractual tenía la naturaleza de


contrato administrativo, rigiéndose por las normas del Derecho Administrativo, de
ello se derivaba que los servidores que tenían vínculo contractual con el Estado
bajo esta modalidad no eran considerados del todo trabajadores, argumento
serviría para negarles el acceso a muchos derechos propios a todo trabajador
como el otorgamiento de vacaciones, aguinaldo, entre otros.

Segundo momento.- Este momento tiene inicio con la sentencia del TC, recaída
en el Exp. N° 00002-2010-PI/TC, específicamente en el fundamento 19 cuando
desarrolla el contenido del contrato regulado en la norma (Decreto Legislativo N°
1057), al señalar que tenía las características de un contrato de trabajo y no de un
contrato administrativo, en la medida en que prevé aspectos tales como la
determinación de la jornada de trabajo, descansos semanales y anual. Cabe
considerar que la denominación dada por el legislador a la norma cuestionada
resulta, cuando menos imprecisa, dado que se pretende conferir un significado
distinto al contenido que regula, debiendo entenderse como una contratación
laboral de carácter especial.

Tercer momento.- Un tercer y último momento que ha experimentado el contrato


administrativo de servicios, tiene lugar con la introducción de modificaciones
realizadas al reglamento del régimen CAS, a través del D.S Nº 065-2011-PCM;
asimismo, la publicación de la Ley Nº 29849 “Ley que establece la eliminación
progresiva del Régimen Especial del Decreto Legislativo 1057 y otorga derechos
laborales” la cual establece que “El Contrato Administrativo de Servicios
constituye una modalidad especial de contratación laboral, privativa del Estado.
Se regula por su propia norma, no se encuentra sujeto a la Ley de Bases de la
Carrera Administrativa, el régimen laboral de la actividad privada ni a otras normas
que regulan carreras administrativas especiales. El Régimen Laboral Especial del
Decreto Legislativo 1057 tiene carácter transitorio.”

En la definición precisada líneas arriba se hace énfasis a un vinculo entre la


administración y una persona natural, con el objeto de que este último realice una
determinada actividad a favor de la otra parte, estableciéndose derechos y
obligaciones de las partes que la suscriben, en la actualidad se ha reconocido de
modo expreso la existencia de una relación laboral y no de un mero contrato de
prestación de servicios administrativos que vincula a una entidad pública un
tercero que presta servicios de manera no autónoma, tal como inicialmente estuvo
regulado.

1JARA BAUTISTA, José Luis. Régimen Laboral Especial de Contratación Administrativa de Servicios (CAS). Ediciones Imagen.
1era edición. 2013, Huacho. Pág. 31-32.

2
En ese sentido en la actualidad nos encontramos frente a un contrato laboral,
establecido de modo expreso por la norma, en la que se distingue la dependencia
del prestador de servicios al efectuar la actividad encargada por la entidad del
Estado, lo que no es otra cosa que la existencia de la subordinación en este tipo
de relación. Además, de prever el otorgamiento de una remuneración, que como
cualquier otro contrato laboral, este significa el sustento del prestador de servicios
y de su familia. La conclusión arribada se reafirma con lo expuesto por el Tribunal
Constitucional (fundamento 19 de la STC N° 00002-2010-PI/TC), cuando
desarrolla el contenido del contrato regulado en la norma (Decreto Legislativo N°
1057), al señalar que esta modalidad contractual tiene las características de un
contrato de trabajo y no de un contrato administrativo, en la medida en que prevé
aspectos tales como la determinación de la jornada de trabajo, descansos
semanales y anual.

II. TRATAMIENTO DE LA PRÓRROGA AUTOMÁTICA EN EL RÉGIMEN


LABORAL ESPECIAL DE CONTRATACIÓN ADMINISTRATIVA DE
SERVICIOS (CAS).

Pues bien, recordemos que por mandato expreso de la norma el contrato


administrativo de servicios tiene naturaleza temporal, no admitiendo una duración
mayor al año fiscal, de modo que cualquier prórroga o renovación no podrá
superar el referido plazo de vigencia2. Según el artículo 5.2º del D.S Nº 065-2011-
PCM, en caso el trabajador contratado bajo el régimen CAS, continúe laborando
después del vencimiento del contrato sin que previamente se haya formalizado su
prórroga o renovación, el plazo de dicho contrato se entiende automáticamente
ampliado por el mismo plazo del contrato o prórroga que este por vencer, sin
perjuicio a la responsabilidad que corresponda a los funcionarios o servidores que
generaron tal ampliación automática.

Siguiendo la aplicación literal de la norma en mención el Poder Judicial y Tribunal


Constitucional rechazaron innumerables demandas de reincorporación laboral que
eventualmente se amparaban en una presunta desnaturalización del contrato
administrativo de servicios celebrado inicialmente, pero que a pesar de su
vencimiento este continuó surgiendo sus efectos, vale decir siguieron
concurriendo los tres elementos de la relación laboral, prestación personal de
servicios, pago de una remuneración y subordinación, alegando que en estos
casos no se podría hablar de una desnaturalización de contrato, por cuanto a falta
de la formalización de la ampliación de su vigencia operaría la figura legal
denominada prórroga automática.

Sin embargo, a pesar del carácter temporal de este régimen laboral la figura legal
denominada prórroga automática no estaba regulada con anterioridad a la emisión
del D.Leg.Nº065-2011-PCM, entendida esta como aquella extensión automática
del plazo de vigencia, cuando el contrato o adenda tenía vencido el plazo de
vigencia y el servidor seguía prestando servicios, quizás por descuido de las
personas encargadas de supervisar estos contratos u otras razones que hayan
motivado la falta de la oportuna elaboración y suscripción de la respectiva adenda.

2 La norma ha establecido que el contrato administrativo de servicios podrá renovarse cuantas veces la entidad lo considere
necesario en función a la necesidad de servicio, con la única limitación de que el plazo de vigencia no deberá exceder el año
fiscal, bajo esta premisa se podrá suscribir una adenda de prórroga cuando la extensión de la vigencia se produzca al interior
del mismo año fiscal; mientras que habrá renovación cuando esta se produzca de un año fiscal a otro.

3
Es preciso señalar que la figura legal de prórroga automática actuaba como una
suerte de presunción, careciendo de base legal, por cuanto ni el D.Leg. Nº 1057,
ni el D.S Nº 075-2008-PCM, regulaban expresamente en ningún extremo, el
supuesto de que un trabajador siga laborando con un contrato CAS vencido,
identificándose de este modo un vacío normativo; sin embargo, paradójicamente
fue el propio Tribunal Constitucional (TC) quien en sendos pronunciamientos
aplicó la figura de prórroga automática, a pesar de su evidente
inconstitucionalidad.

De otra parte debemos referir que con posterioridad el TC, ante el vacío
normativo, se pronunció cambiando de criterio refiriendo que “la regla
jurisprudencial de presunción de “prórroga automática del CAS” no es compatible
con nuestro régimen constitucional del trabajo, pues no protege los derechos del
trabajador como parte débil de la relación laboral; por el contrario, se interpreta a
favor del empleador y en contra del trabajador, lo que justamente la Constitución
en sus artículos 1º y 26º busca equiparar en virtud de los principios rectores o de
igualdad compensatoria, por el cual, reconociéndose la existencia asimétrica de la
relación laboral, se promueve por la vía constitucional y legal la búsqueda de un
equilibrio entre los sujetos de la misma(Cfr. STC Exp. Nº0008-2005-PI/TC,
fundamento 20, in fine); principios que no podrían ser satisfechos en la medida en
que, desde la opinión de la mayoría, las consecuencias del incumplimiento de las
normas laborales por parte del respectivo empleador(al permitir a una persona
laborar sin contrato) lejos de favorecer al trabajador, lo pone en una situación de
desventaja frente al empleador.”3

Sin embargo, a pesar de que el TC cambió de postura con relación a la prórroga


automática, refiriendo que no es compatible con nuestro régimen constitucional
del trabajo, contra todo pronóstico a partir de la emisión del D.S Nº 065-2011-
PCM, se incorporó en el numeral 5.2 del artículo 5º del Reglamento del Decreto
Legislativo Nº 1057 la disposición que recoge de modo expreso la figura legal de
denominada prórroga automática, en el siguiente sentido:

“Artículo 5.- Duración del contrato administrativo de servicios


(…)
5.2. En caso el trabajador continúe laborando después del vencimiento del
contrato sin que previamente se haya formalizado su prórroga o renovación, el
plazo de dicho contrato se entiende automáticamente ampliado por el mismo
plazo del contrato o prórroga que esté por vencer, sin perjuicio de la
responsabilidad que corresponde a los funcionarios o servidores que generaron
tal ampliación automática. Para tal efecto, la entidad contratante informa al
trabajador sobre la no prórroga o la no renovación, con una anticipación no
menor de cinco (5) días hábiles previos al vencimiento del contrato…”

Consideramos reprochable que se haya recogido la figura de la prórroga


automática, a través de la modificación de reglamento del régimen CAS; toda vez
que, si bien inicialmente el mismo TC había opinado a favor de la prórroga
automática, posteriormente el máximo intérprete de la constitución cambió de

3STC. Exp.02975-2011-PA/TC-Arequipa, recaída en el recurso de agravio constitucional interpuesto por don Rafael
Augusto Perez Yquice contra la sentencia expedida por la 2da Sala Civil de la Corte Superior de Justicia de
Arequipa.

4
criterio, refiriendo que esta no era compatible con nuestro régimen constitucional
de trabajo, creando indefensión del trabajador.

En primer lugar queremos descartar toda posibilidad de considerar un contrato


CAS verbal, tanto al inicio de la relación laboral, como al momento de una
eventual extensión de la vigencia del contrato vencido. Por su parte HUAMÁN
ORDOÑEZ4 señala que es impropio hablar de un contrato CAS “verbal” por cuanto
este es inexistente al requerir necesariamente ser suscrito.

Somos enfáticos al considerar que no existe un contrato verbal, por cuanto la


figura legal de prórroga automática es una suerte de ficción ante la falta de
suscripción de una adenda de renovación o prórroga, y como toda ficción, es
meramente una presunción, la misma que opera cuando vencido el contrato CAS
se siguen dando los elementos de la relación laboral, es decir, el servidor sigue
prestando servicios(prestación personal), la administración sigue dirigiendo la
forma en que se presta los servicios(subordinación), y se siguen pagando los
referidos servicios(remuneración).

Entonces no es que las partes -Administración y contratado- pacten verbalmente


en relación al ánimo de seguir manteniendo el vínculo laboral, sino que esta opera
en virtud a una ficción, persistiendo los elementos que permiten mantener viva la
relación laboral.

III. LA PRÓRROGA AUTOMÁTICA EN EL RÉGIMEN LABORAL ESPECIAL


CAS A PARTIR DEL IV PLENO JURISDICCIONAL SUPREMO EN
MATERIAS LABORAL Y PREVISIONAL (2016)

Pues bien realizadas las precisiones en torno a la prórroga automática y su


evidente inconstitucionalidad advertida por el TC, antes de pasar al estudio del IV
Pleno Jurisdiccional Supremo en materia laboral y previsional (2016), conviene
precisa que el II Pleno Jurisdiccional Supremo en materia Laboral, realizado los
días 8 y 9 de mayo de 2014, también abordó el tema de la prórroga automática,
conforme al siguiente detalle:

“TEMA Nº 02. DESNATURALIZACIÓN DE LOS CONTRATOS. CASOS


ESPECIALES 2.1: CONTRATO ADMINISTRATIVO DE SERVICIOS
¿En qué casos existe invalidez de los contratos administrativos de servicios?
El Pleno acordó por mayoría:
(…)
2.1.4 Si el trabajador inicia sus servicios suscribiendo contrato administrativo de
servicios, pero continúa prestando los mismos sin suscribir nuevo contrato CAS, no
existe invalidez de los contratos administrativos suscritos; sin embargo, esta
circunstancia no origina la prórroga automática del contrato CAS suscrito y se
entiende que la relación laboral posterior fue o es, según sea el caso una de
naturaleza indeterminada.”

Como podrá advertirse el II Pleno Jurisdiccional Supremo en materia Laboral,


realizado los días 8 y 9 de mayo de 2014, optó por la última postura del TC, al

4HUAMÁN ORDOÑEZ, Luis Alberto. El Contrato Administrativo-Laboral Especial de Servicios. Editorial GRIJLEY.
Año 2012. Pág. 542-551

5
considerar la inconstitucionalidad de la figura denominada prórroga automática,
toda vez que la misma no resulta compatible con nuestro régimen constitucional
del trabajo, en virtud a que no protege los derechos del trabajador como parte
débil de la relación laboral; siendo por el contrario, una creación a favor del
empleador y en contra del trabajador, poniendo a este último en una situación de
desventaja frente al primero.
Sin embargo, contra todo pronóstico recientemente fue publicado el IV Pleno
Jurisdiccional Supremo en materia laboral y previsional (2016), el mismo que
establece lo siguiente:

“TEMA Nº 02 PRÓRROGA AUTOMÁTICA DEL CONTRATO CAS


Si el trabajador inicia sus labores al servicio del Estado, mediante un contrato
administrativo de servicios, y luego del vencimiento continúa laborando ¿Se
produce la prórroga automática del contrato de servicios en sus mismos términos?
El pleno acordó por unanimidad:
Si el trabajador ha iniciado sus labores al servicio del Estado, mediante un
contrato administrativo de servicios, y luego de su vencimiento continúa
laborando, se produce una prórroga automática de dicho contrato, en sus
mismos términos y por el mismo plazo.”

En consecuencia conforme al IV Pleno Jurisdiccional Supremo en materia laboral


y previsional (2016), en la actualidad no sería factible hablar de una
desnaturalización de la relación laboral en el caso de que un servidor del régimen
CAS continúe laborando después del vencimiento de su contrato o adenda sin que
previamente se haya formalizado su prórroga o renovación, por cuanto en el
referido supuesto operaría la figura legal denominada prórroga automática.

De este modo el servidor que continúe laborando con un contrato CAS vencido se
verá inmerso en una incertidumbre que agravaría aún más la situación de
vulnerabilidad en la que se encuentran miles de servidores del Estado contratados
en esta modalidad contractual, por su carácter de temporal, quienes no solo
tendrán que lidiar con la incertidumbre del vencimiento del plazo de vigencia de su
contrato, sino que además ni siquiera tendrán certeza de cuándo terminará este
plazo.

Los efectos negativos saltan a la vista, no se puede pretender un adecuado clima


laboral manteniendo trabajadores CAS con contrato vencido condenados a una
interminable prórroga automática a discreción de su entidad empleadora,
generando bajo rendimiento y falta de compromiso exigible a todo servidor.

Seguidamente debemos señalar la figura legal denominada prórroga automática,


carece de todo fundamento legal y constitucional, toda vez que esta contradice en
forma directa a la esencial de la regulación del régimen laboral especial de
contratación administrativa de servicios, esto en virtud a que debido a la
especialidad de esta modalidad contractual se exige que en forma estricta cumpla
determinada formalidad, siendo esta su escrituriedad, vale decir no puede existir
contratos administrativos de servicios o adendas verbales, hacerlo atentaría
contra su propia naturaleza especial.

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De ello podemos señalar que la prórroga automática actuaría como una suerte de
contratación verbal, que bajo las normas del régimen CAS no resulta admisible,
por lo cual consideramos que en el eventual supuesto que el trabajador continúe
prestando servicios con un contrato CAS vencido en forma indefectible deberá
sujetarse a las reglas de una relación laboral a plazo indeterminado, según
corresponda, sea que esta fuese el régimen laboral de la actividad privada, o por
aplicación de la Ley Nº 24041, dependiendo del régimen laboral imperante en la
entidad en que se desempeñe el servidor.

Cabe señalar que si el trabajador inició sus labores al servicio del Estado en la
condición de contratado bajo el régimen especial de contratación administrativa de
servicios, los contratos y adendas suscritas con anterioridad al vencimiento no
resultan inválidos, siempre que estos hayan cumplido con la formalidad exigida
por la normativa legal, empezando a computar desde la fecha en que el servidor
empezó a laborar sin un contrato, dicho en otra palabras con un contrato CAS
vencido, el término requerido para alcanzar su estabilidad laboral.
No obstante consideramos que con la publicación del IV Pleno Jurisdiccional
Supremo en materia laboral y previsional (2016), se avizoran tiempos realmente
difíciles para los servidores que se encuentren en esta situación laboral de
indefensión; toda vez que si bien resultaría viable –por qué no decirlo justificable-
una apartamiento de este reciente Pleno, y sustentando la inconstitucionalidad de
la figura denominada prórroga automática reafirmada por el propio TC, aplicar el II
Pleno Jurisdiccional Supremo en materia Laboral, realizada los días 8 y 9 de mayo
de 2014; sin embargo, muchos juzgados optarán por el camino más fácil de una
aplicación literal y mecánica, del reciente Precedente.

Conviene precisar que el IV Pleno Jurisdiccional Supremo en materia laboral y


previsional (2016), resulta lesivo del “Principio de Progresividad y no regresividad
en materia laboral”, al respecto TOLEDO TORIBIO, señala en forma acertada
“constituye un planteamiento fundamental en la defensa de los derechos laborales
de cara a los nuevos escenarios en los que se desenvuelve la relación de trabajo
y los retos a los que se enfrenta el derecho del trabajo. El derecho del trabajo
tiene como reto actual la consagración de una disciplina que parte de la
consideración de que los derechos laborales constituyen derechos humanos y
cuya tutela no se restringe al ámbito del derecho nacional sino a lo que se ha
denominado el bloque de constitucionalidad.5”

El Estado cuando corresponda cumplir sus obligaciones de empleador no debe


ostentar mayores privilegios a los regulados para el empleador privado, ello en
virtud a que por mandato imperativo de nuestra Constitución Política ninguna
relación laboral puede limitar el ejercicio de los derechos constitucionales, ni
desconocer o rebajar la dignidad del trabajador, entonces si en el régimen laboral
privado, regulado por el D.Leg. Nº 728, no cabe la prórroga automática de los
contratos modales, qué nos hace pensar que resultaría legítimo que el Estado se

5 Seguidamente el citado autor señala “De otro lado, teniendo en cuenta que el principio de progresividad y no regresividad de los
derechos laborales tiene su base y sustento en el principio protector creemos pertinente citar el primer párrafo del artículo 23 de
la misma Constitución que establece que el trabajo, en sus diversas modalidades, es objeto de atención prioritaria del Estado, el
cual protege especialmente a la madre, al menor de edad y al impedido que trabajan y especialmente el tercer párrafo que
sentencia que ninguna relación laboral puede limitar el ejercicio de los derechos constitucionales, ni desconocer o rebajar la
dignidad del trabajador.” TOLEDO TORIBIO, Omar. El Principio de Progresividad y no regresividad, disponible en
www.derechoycambiosocial.com

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reserve una modalidad contractual que además de tener el carácter de especial,
este sujeto a interminables prórrogas automáticas a discreción de la entidad.

En la doctrina del Derecho laboral es sabido que una relación laboral se configura
por la prestación de servicios personales, subordinados y remunerados en la cual
se presumen, si no existe una precisión del plazo en la contratación, se entiende
que estamos frente a una relación laboral a plazo indeterminado, ello deriva del
carácter tuitivo que distingue al Derecho Laboral de las demás ramas del Derecho;
sin embargo, si seguimos en razonamiento dado en el IV Pleno Jurisdiccional
Supremo en materia laboral y previsional (2016), tendremos que por alguna
extraña razón esta regla no se podría aplicar de modo alguno a los servidores
públicos que prestan servicios personales, subordinados y remunerados bajo un
contrato administrativo de servicio vencido; es decir que están sujetos al Régimen
Laboral Especial CAS, dado que tiene naturaleza de temporal, sin importar los
efectos desfavorables en la prestación de servicios que ello pueda generar.

Consideramos que la relación laboral especial que se deriva de la suscripción de


un Contrato CAS, entre una entidad pública y una persona natural, se ha llegado
al absurdo de confundir el papel que desempeñan cada uno de los actores que
intervienen en la relación laboral, por cuanto es sabido que en el Derecho Laboral
la parte más débil es el trabajador y que por tanto merece una protección debida,
lo cual indefectiblemente importa concederle la tan ansiada estabilidad; sin
embargo, en la modalidad contractual sujeta al contrato administrativo de
servicios, se ha logrado revertir esta situación, distorsionando los papeles que
desempeñan los actores en la relación laboral, de modo que el trabajador ha
dejado de ser más la parte débil de la relación laboral y llegamos al absurdo de
atribuirle tal condición al empleador, esto es a propio Estado, por cuanto la Ley
que crea el régimen CAS le concede amplísima libertad para contratar y para
despedir modo injustificado cuantas veces lo considere necesario, ello obedece a
que el contrato CAS, es una burbuja que en muchas ocasiones suele ser ajena a
los principios del Derecho Laboral, a los derechos laborales que deben ser
reconocidos a toda persona por el solo hecho de estar en una relación laboral y a
la cual únicamente se ha decidió considerar a algunos derechos, con el
argumento de que si antes estos trabajadores estaban sujetos a la contratación
atípica de personal denominada Servicios no Personales(SNP) no tenían ningún
derecho deberían sentirse agradecidos de que por lo menos se les concedan
algunos de estos, como si fuera una dádiva las que reciben los trabajadores del
Estado que laboran bajo esta modalidad.

Recordemos que los servicios no personales (SNP) si bien no tenían reconocidos


sus derechos laborales, tenían la posibilidad de recurrir a la vía judicial y lograr
reincorporaciones a sus puestos de trabajo y desnaturalizaciones por cuanto eran
relaciones de trabajo las que se pretendían encubrir con la suscripción de
contratos de locación de servicios, amparable por los principios del Derecho
Laboral, posibilidad que está descartada a los servidores sujetos al régimen CAS.

Esperamos que más adelante pueda eliminarse la denominada prórroga


automática, expulsándola del ordenamiento jurídico por cuanto como ha referido el
mismo Tribunal Constitucional no resulta compatible con nuestro régimen
constitucional de trabajo, empeorando la situación de vulnerabilidad de miles de
servidores sujetos al régimen laboral especial de contratación administrativa de
servicios (CAS), a quienes no solo se les priva de la tan ansiada estabilidad

8
laboral, sino que además se les pretender condenar a una interminable
incertidumbre de laborar con un contrato de trabajo vencido, sin la posibilidad de
realizar cuestionamiento alguno, mientras tanto estaremos atentos al impacto del
IV Pleno Jurisdiccional Supremo en materia laboral y previsional (2016), y su
aplicación.

IV. CONCLUSIONES.

Del desarrollo del presente trabajo podemos extraer las siguientes conclusiones:

- La figura legal denominada prórroga automática no estaba regulada con


anterioridad a la emisión del D.Leg. Nº065-2011-PCM, entendida esta como
aquella extensión automática del plazo de vigencia, cuando el contrato o
adenda tenía vencido el plazo de vigencia y el servidor seguía prestando
servicios, quizás por descuido de las personas encargadas de supervisar
estos contratos u otras razones que hayan motivado la falta de la oportuna
elaboración y suscripción de la respectiva adenda.

- Nuestro Tribunal Constitucional, se pronunció cambiando de postura refiriendo


que la regla jurisprudencial de presunción de “prórroga automática del CAS”
no es compatible con nuestro régimen constitucional del trabajo, pues no
protege los derechos del trabajador como parte débil de la relación laboral; por
el contrario, se interpreta a favor del empleador y en contra del trabajador,
siendo que el incumplimiento de las normas laborales por parte del respectivo
empleador(al permitir a una persona laborar sin contrato) lejos de favorecer al
trabajador, lo pone en una situación de desventaja frente al empleador.

- Conforme al IV Pleno Jurisdiccional Supremo en materia laboral y previsional


(2016), en la actualidad no sería factible hablar de una desnaturalización de la
relación laboral en el caso de que un servidor del régimen CAS continúe
laborando después del vencimiento de su contrato o adenda sin que
previamente se haya formalizado su prórroga o renovación, por cuanto en el
referido supuesto operaría la figura legal denominada prórroga automática.

- La denominada prórroga automática, carece de todo fundamento legal y


constitucional, toda vez que esta contradice en forma directa a la esencial de
la regulación del régimen laboral especial de contratación administrativa de
servicios, esto en virtud a que debido a la especialidad de esta modalidad
contractual se exige que en forma estricta cumpla determinada formalidad,
siendo esta su escrituriedad, vale decir no puede existir contratos
administrativos de servicios verbales, hacerlo atentaría contra su propia
naturaleza especial.

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