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I. INTRODUCCIÓN
La figura legal denominada prórroga automática, entendida esta como una ficción
de contratación producida cuando exista prestación de servicios bajo el régimen
CAS sin suscribir una adenda que amplíe la vigencia del contrato inicialmente
celebrado con el servidor, dicho en otras palabras con un contrato administrativo
de servicios vencido.
* Abogado por la Universidad San Pedro de Chimbote, Maestría en Derecho del Trabajo y de la Seguridad Social por la UNMSM,
expositor en diversos eventos académicos en materia laboral y administrativo.
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Primer momento.- En junio del 2008 cuando se instaura en nuestro sistema
jurídico esta nueva modalidad de contratación de personal en el Estado. Dos
fueron las normas que sirvieron de base al nacimiento de este nuevo régimen: el
Decreto Legislativo Nº 1057, -Decreto Legislativo que regula el régimen especial
de contratación administrativa de servicios-, norma legal que fue publicada en el
diario oficial El Peruano el 28 de Junio del 2008, y reglamentado por el Decreto
Supremo Nº 075-2008-PCM, publicado el 25 de noviembre del referido año.
Segundo momento.- Este momento tiene inicio con la sentencia del TC, recaída
en el Exp. N° 00002-2010-PI/TC, específicamente en el fundamento 19 cuando
desarrolla el contenido del contrato regulado en la norma (Decreto Legislativo N°
1057), al señalar que tenía las características de un contrato de trabajo y no de un
contrato administrativo, en la medida en que prevé aspectos tales como la
determinación de la jornada de trabajo, descansos semanales y anual. Cabe
considerar que la denominación dada por el legislador a la norma cuestionada
resulta, cuando menos imprecisa, dado que se pretende conferir un significado
distinto al contenido que regula, debiendo entenderse como una contratación
laboral de carácter especial.
1JARA BAUTISTA, José Luis. Régimen Laboral Especial de Contratación Administrativa de Servicios (CAS). Ediciones Imagen.
1era edición. 2013, Huacho. Pág. 31-32.
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En ese sentido en la actualidad nos encontramos frente a un contrato laboral,
establecido de modo expreso por la norma, en la que se distingue la dependencia
del prestador de servicios al efectuar la actividad encargada por la entidad del
Estado, lo que no es otra cosa que la existencia de la subordinación en este tipo
de relación. Además, de prever el otorgamiento de una remuneración, que como
cualquier otro contrato laboral, este significa el sustento del prestador de servicios
y de su familia. La conclusión arribada se reafirma con lo expuesto por el Tribunal
Constitucional (fundamento 19 de la STC N° 00002-2010-PI/TC), cuando
desarrolla el contenido del contrato regulado en la norma (Decreto Legislativo N°
1057), al señalar que esta modalidad contractual tiene las características de un
contrato de trabajo y no de un contrato administrativo, en la medida en que prevé
aspectos tales como la determinación de la jornada de trabajo, descansos
semanales y anual.
Sin embargo, a pesar del carácter temporal de este régimen laboral la figura legal
denominada prórroga automática no estaba regulada con anterioridad a la emisión
del D.Leg.Nº065-2011-PCM, entendida esta como aquella extensión automática
del plazo de vigencia, cuando el contrato o adenda tenía vencido el plazo de
vigencia y el servidor seguía prestando servicios, quizás por descuido de las
personas encargadas de supervisar estos contratos u otras razones que hayan
motivado la falta de la oportuna elaboración y suscripción de la respectiva adenda.
2 La norma ha establecido que el contrato administrativo de servicios podrá renovarse cuantas veces la entidad lo considere
necesario en función a la necesidad de servicio, con la única limitación de que el plazo de vigencia no deberá exceder el año
fiscal, bajo esta premisa se podrá suscribir una adenda de prórroga cuando la extensión de la vigencia se produzca al interior
del mismo año fiscal; mientras que habrá renovación cuando esta se produzca de un año fiscal a otro.
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Es preciso señalar que la figura legal de prórroga automática actuaba como una
suerte de presunción, careciendo de base legal, por cuanto ni el D.Leg. Nº 1057,
ni el D.S Nº 075-2008-PCM, regulaban expresamente en ningún extremo, el
supuesto de que un trabajador siga laborando con un contrato CAS vencido,
identificándose de este modo un vacío normativo; sin embargo, paradójicamente
fue el propio Tribunal Constitucional (TC) quien en sendos pronunciamientos
aplicó la figura de prórroga automática, a pesar de su evidente
inconstitucionalidad.
De otra parte debemos referir que con posterioridad el TC, ante el vacío
normativo, se pronunció cambiando de criterio refiriendo que “la regla
jurisprudencial de presunción de “prórroga automática del CAS” no es compatible
con nuestro régimen constitucional del trabajo, pues no protege los derechos del
trabajador como parte débil de la relación laboral; por el contrario, se interpreta a
favor del empleador y en contra del trabajador, lo que justamente la Constitución
en sus artículos 1º y 26º busca equiparar en virtud de los principios rectores o de
igualdad compensatoria, por el cual, reconociéndose la existencia asimétrica de la
relación laboral, se promueve por la vía constitucional y legal la búsqueda de un
equilibrio entre los sujetos de la misma(Cfr. STC Exp. Nº0008-2005-PI/TC,
fundamento 20, in fine); principios que no podrían ser satisfechos en la medida en
que, desde la opinión de la mayoría, las consecuencias del incumplimiento de las
normas laborales por parte del respectivo empleador(al permitir a una persona
laborar sin contrato) lejos de favorecer al trabajador, lo pone en una situación de
desventaja frente al empleador.”3
3STC. Exp.02975-2011-PA/TC-Arequipa, recaída en el recurso de agravio constitucional interpuesto por don Rafael
Augusto Perez Yquice contra la sentencia expedida por la 2da Sala Civil de la Corte Superior de Justicia de
Arequipa.
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criterio, refiriendo que esta no era compatible con nuestro régimen constitucional
de trabajo, creando indefensión del trabajador.
4HUAMÁN ORDOÑEZ, Luis Alberto. El Contrato Administrativo-Laboral Especial de Servicios. Editorial GRIJLEY.
Año 2012. Pág. 542-551
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considerar la inconstitucionalidad de la figura denominada prórroga automática,
toda vez que la misma no resulta compatible con nuestro régimen constitucional
del trabajo, en virtud a que no protege los derechos del trabajador como parte
débil de la relación laboral; siendo por el contrario, una creación a favor del
empleador y en contra del trabajador, poniendo a este último en una situación de
desventaja frente al primero.
Sin embargo, contra todo pronóstico recientemente fue publicado el IV Pleno
Jurisdiccional Supremo en materia laboral y previsional (2016), el mismo que
establece lo siguiente:
De este modo el servidor que continúe laborando con un contrato CAS vencido se
verá inmerso en una incertidumbre que agravaría aún más la situación de
vulnerabilidad en la que se encuentran miles de servidores del Estado contratados
en esta modalidad contractual, por su carácter de temporal, quienes no solo
tendrán que lidiar con la incertidumbre del vencimiento del plazo de vigencia de su
contrato, sino que además ni siquiera tendrán certeza de cuándo terminará este
plazo.
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De ello podemos señalar que la prórroga automática actuaría como una suerte de
contratación verbal, que bajo las normas del régimen CAS no resulta admisible,
por lo cual consideramos que en el eventual supuesto que el trabajador continúe
prestando servicios con un contrato CAS vencido en forma indefectible deberá
sujetarse a las reglas de una relación laboral a plazo indeterminado, según
corresponda, sea que esta fuese el régimen laboral de la actividad privada, o por
aplicación de la Ley Nº 24041, dependiendo del régimen laboral imperante en la
entidad en que se desempeñe el servidor.
Cabe señalar que si el trabajador inició sus labores al servicio del Estado en la
condición de contratado bajo el régimen especial de contratación administrativa de
servicios, los contratos y adendas suscritas con anterioridad al vencimiento no
resultan inválidos, siempre que estos hayan cumplido con la formalidad exigida
por la normativa legal, empezando a computar desde la fecha en que el servidor
empezó a laborar sin un contrato, dicho en otra palabras con un contrato CAS
vencido, el término requerido para alcanzar su estabilidad laboral.
No obstante consideramos que con la publicación del IV Pleno Jurisdiccional
Supremo en materia laboral y previsional (2016), se avizoran tiempos realmente
difíciles para los servidores que se encuentren en esta situación laboral de
indefensión; toda vez que si bien resultaría viable –por qué no decirlo justificable-
una apartamiento de este reciente Pleno, y sustentando la inconstitucionalidad de
la figura denominada prórroga automática reafirmada por el propio TC, aplicar el II
Pleno Jurisdiccional Supremo en materia Laboral, realizada los días 8 y 9 de mayo
de 2014; sin embargo, muchos juzgados optarán por el camino más fácil de una
aplicación literal y mecánica, del reciente Precedente.
5 Seguidamente el citado autor señala “De otro lado, teniendo en cuenta que el principio de progresividad y no regresividad de los
derechos laborales tiene su base y sustento en el principio protector creemos pertinente citar el primer párrafo del artículo 23 de
la misma Constitución que establece que el trabajo, en sus diversas modalidades, es objeto de atención prioritaria del Estado, el
cual protege especialmente a la madre, al menor de edad y al impedido que trabajan y especialmente el tercer párrafo que
sentencia que ninguna relación laboral puede limitar el ejercicio de los derechos constitucionales, ni desconocer o rebajar la
dignidad del trabajador.” TOLEDO TORIBIO, Omar. El Principio de Progresividad y no regresividad, disponible en
www.derechoycambiosocial.com
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reserve una modalidad contractual que además de tener el carácter de especial,
este sujeto a interminables prórrogas automáticas a discreción de la entidad.
En la doctrina del Derecho laboral es sabido que una relación laboral se configura
por la prestación de servicios personales, subordinados y remunerados en la cual
se presumen, si no existe una precisión del plazo en la contratación, se entiende
que estamos frente a una relación laboral a plazo indeterminado, ello deriva del
carácter tuitivo que distingue al Derecho Laboral de las demás ramas del Derecho;
sin embargo, si seguimos en razonamiento dado en el IV Pleno Jurisdiccional
Supremo en materia laboral y previsional (2016), tendremos que por alguna
extraña razón esta regla no se podría aplicar de modo alguno a los servidores
públicos que prestan servicios personales, subordinados y remunerados bajo un
contrato administrativo de servicio vencido; es decir que están sujetos al Régimen
Laboral Especial CAS, dado que tiene naturaleza de temporal, sin importar los
efectos desfavorables en la prestación de servicios que ello pueda generar.
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laboral, sino que además se les pretender condenar a una interminable
incertidumbre de laborar con un contrato de trabajo vencido, sin la posibilidad de
realizar cuestionamiento alguno, mientras tanto estaremos atentos al impacto del
IV Pleno Jurisdiccional Supremo en materia laboral y previsional (2016), y su
aplicación.
IV. CONCLUSIONES.
Del desarrollo del presente trabajo podemos extraer las siguientes conclusiones: