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“Dios ha muerto”
Esta es una de las frases más rumiadas y desgastadas del autor alemán. Contrario a lo
que muchos piensan, el autor no es tan pesimista como parece. La característica principal
de su pensamiento es el vitalismo que el Ser debe encontrar por medio de la voluntad.
Cuando el autor expresa “Dios ha muerto, ustedes lo han matado” se percibe – más que
el nihilismo – una nostalgia del Ser en un contexto en el que todo parece haber cambiado
de valor, hasta el mismo Dios que el hombre ha eliminado; de ahí se deriva el concepto
central de “transmutación de valores”. Lo anterior no deriva de un cristianismo militante
del filósofo, es más bien el punto de partida para el nacimiento del superhombre, que por
definición está más allá del bien y del mal, siendo su propio dios, ejerciendo la voluntad
por la que ha trabajado y sufrido.
Dicho decálogo fue publicado posteriormente por Salomé en su libro Friedrich Nietzsche
in seinen Werken y se pueden leer como consejos para quienes quieran aspiran a
escribir, ya sea filosofía o cualquier otro tipos de textos.
2. El estilo debe ser concebido tomando en cuenta a la persona específica con la que te
quieres comunicar. (La ley de la relación mutua).
3. Primero, antes de escribir, uno debe determinar con precisión “qué se quiere decir y
presentar”. La escritura debe ser sólo una imitación.
4. Como el escritor carece de los recursos que tiene el orador, deberá por lo general,
hacer una presentación expresiva de su modelo. De cualquier manera, la presentación
escrita de éste siempre resultará más apagada que el modelo en sí mismo.
6. ¡Ten cuidado con la puntuación! Sólo las personas que tienen una respiración larga al
hablar se merecen el punto. Para la mayoría, el punto es una afectación.
7. El estilo debe probar que uno cree en una idea. No solamente que uno la piense, sino
también que la sienta.
8. Entre más abstracta es la idea que se quiere expresar, más importante es guiar los
sentidos del lector hacia ella.
10. Privar al lector de las objeciones más obvias no es una manera eficaz, ni inteligente.
Permitir que el lector pronuncie la quintaesencia de nuestra sabiduría es una mejor y más
inteligente manera de hacerlo.
Gracias a Lou Andreas Salomé, puedes poner en práctica estos consejos que vienen
directamente de la pluma de Nietzsche.