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Las ventosas son válvulas que se instalan en las conducciones de agua a presión con la misión
de evacuar o introducir aire en las mismas.
El aire se puede acumular en los puntos altos de las tuberías, llegando a interrumpir la columna
líquida e impidiendo el libre paso del agua. El aire es un fluido fácilmente compresible, por lo
que una bolsa de aire puede disminuir considerablemente su volumen al frenar una columna de
agua en movimiento, incrementándose la presión y dando lugar a roturas en las conducciones.
Tanto en las impulsiones como en las instalaciones por gravedad, cuando se está realizando el
llenado de las mismas es necesario evacuar el aire presente para evitar estos fenómenos. Esta
evacuación deberá ser "controlada" a fin de evitar un excesivo tiempo de puesta en
funcionamiento o unas velocidades de circulación excesivas. En este último caso, en el
momento en que todo el aire es evacuado por la ventosa, el cierre brusco de la misma puede
originar un golpe de ariete en la instalación. Es por ello que para el estudio de ventosa más
adecuada en cada caso hay que estudiar la instalación en su conjunto, así como el
procedimiento de llenado de la misma.
En otras ocasiones resulta necesario permitir la entrada de aire en las paradas de las
instalaciones, dado que en caso contrario puede darse lugar a depresiones importantes que en
algunos tipos de tuberías provocarán la rotura por aplastamiento. En algunos casos incluso
pueden llegar a producir cavitación.
Si esto llega a suceder, las sobrepresiones que se generan tras la fase depresiva pueden ser
muy elevadas. La admisión de aire a presión atmosférica limita dichas depresiones, actuando a
modo de colchón. No obstante es necesario prever, en estos casos, los medios adecuados para
su posterior evacuación controlada.
- Los vórtices que se generan en la aspiración de las bombas pueden arrastrar aire hacia el
interior de las conducciones.
- La cantidad de aire que puede llevar disuelto el agua depende de la presión existente. A mayor
presión, mayor cantidad de aire puede disolver. Una disminución de presión puede dar lugar a
una liberación de parte del aire disuelto, formándose burbujas que quedan atrapadas en los
puntos altos de las conducciones.
- Si existen tramos de las conducciones que trabajen a depresión, habitual o accidentalmente,
pueden producirse entradas de aire a través de fisuras, juntas o incluso de la propia ventosa.
Ventosas bifuncionales: permiten tanto la evacuación del aire acumulado en las tuberías
durante el llenado de las mismas como la admisión de aire durante su vaciado. Disponen
de un flotador que obtura o deja libre el orificio de comunicación con la atmósfera. Se trata
de dispositivos de mucha mayor capacidad que los purgadores (hasta de 400 mm).
Asimismo, existen ventosas unidireccionales, en las que sólo se permite la salida del aire hacia
el exterior.
Se pueden encontrar también ventosas de cierre lento, las cuales disponen de un sistema de
amortiguación del cierre para evitar el golpe de ariete que se puede llegar a generar en el
momento en que ha sido expulsado todo el aire.
El diámetro de las ventosas será en general tanto mayor cuanto mayor sea el diámetro de la
tubería en la que se han de instalar, si bien es necesario tener en cuenta otros aspectos para
su elección. Basándonos en criterios prácticos, podemos dar la tabla 6.2 que relaciona el
diámetro de la conducción con el diámetro de la ventosa bifuncional a emplear:
- A la salida de los pozos (sobre todo si son profundos), aguas arriba de la válvula de retención,
para evacuar durante el arranque el aire acumulado.