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METODOS DE INCLUSION SOCIAL TEMPRANA DE

NIÑOS-AS CON MUTISMO SELECTIVO EN EL


COLEGIO AMERICANO
CAPITULO I.

INTRODUCCION

El mutismo selectivo es un trastorno de la conducta que se inicia en la infancia y que


se caracteriza por la dificultad del niño, con competencia lingüística y comunicativa
adecuada para su edad, para interactuar verbalmente con determinadas personas y en
determinadas situaciones; es decir, los niños con mutismo selectivo se comunican
verbalmente con normalidad en los entornos más familiares y próximos y no lo hacen
en entornos y situaciones menos familia res y/o con personas poco conocidas.

Se puede definir el mutismo selectivo como la dificultad que presentan algunos


niños- as para comunicarse verbalmente en entornos y situaciones sociales poco
familiares y/o con personas poco conocidas, esto en diferentes grupos sociales tanto
dentro y fuera de la escuela.

La característica esencial del mutismo selectivo es la inhibición persistente del habla


en situaciones sociales específicas. Su inicio se produce generalmente en los primeros
años de vida, y se manifiesta de forma evidente cuando el niño se incorpora a la
escuela.

En algunas ocasiones, el mutismo puede iniciarse progresivamente como


consecuencia de una timidez extrema o también a partir de alguna situación estresante
(hospitalización, cambio de residencia, ciudad, etc.). Sea como fuere, el mutismo
selectivo puede resultar altamente incapacitante tanto en el terreno educativo como en
el social para los niños que lo padecen y siempre representa un problema a tratar.
Dentro de las características del mutismo selectivo es evidente que existe una
variabilidad de síntomas o características que pueden presentarse en sus interacciones
sociales. Algunos de ellos disfrutan activamente del contacto con los demás y juegan
sin mayores problemas, sin embargo, permanecen en silencio. Hay otros que
desarrollan con el amigo más cercano estrategias de comunicación alternativa (signos,
miradas, gestos, etc.). Hay también otro grupo que considera la mayor parte de las
interacciones sociales incomodas y no participan en absoluto. Por tanto, estamos
delante un mismo trastorno que puede tomar diferentes niveles de expresión y
afectación social.

Algunos estudios parecen avalar la hipótesis de una posible relación entre mutismo
selectivo en la niñez con fobia social en la etapa adulta, lo que les lleva a plantear una
misma base común que tomaría formas diferentes. Esta base la constituirían factores
de tipo ansiógeno ante situaciones sociales. No obstante, siguiendo a algunos
autores (J.Olivares; F.X.Mendez; R.M.Bermejo), parece razonable considerar que el
mutismo selectivo y la fobia social pueden compartir el supuesto de estar definidos
por patrones de respuestas de ansiedad y, en este sentido, constituir el primero un
factor de vulnerabilidad en relación con el segundo en determinadas circunstancias,
pero sin olvidar que entre ambos existen notables diferencias tanto en el contexto
evolutivo como en relación con el sistema cognitivo.

JUSTIFICACION TEORICA

El mutismo selectivo como trastorno forma parte de un continuo que va


desde aquellos que se comunican oralmente pero lo hacen de manera escueta
(aversión a hablar), pasa por los que seleccionan las personas y las situaciones en las
que hablan (mutismo selectivo) y finaliza en los niños-as que van restringiendo
progresivamente las situaciones y las personas hasta no hablar con nadie (mutismo
total).
El mutismo progresivo o total cuenta generalmente con una historia previa de
mutismo selectivo y/o de aversión a hablar muy intensa. Varios estudios demuestran
que si se deja que el problema se mantenga en el tiempo, no sólo no desaparecerá
sino que con mucha probabilidad se agravará, el niño-a irá ampliando el rechazo a
hablar en más situaciones y con más personas. De ahí la importancia de
intervenir lo más tempranamente posible. La intervención se realiza de forma
paralela en los dos ámbitos: familia y escuela

La escuela suele ser el primer entorno social diferente al familiar al que se


enfrentan los niños y, por ello, es el escenario en el que, en primer lugar, se hacen
evidentes las dificultades de interacción y comunicación verbal y donde puede
detectarse con mayor facilidad el mutismo incipiente.

Es importante señalar que el mutismo selectivo conlleva altos niveles de


sufrimiento personal, además de importantes problemas de adaptación al entorno.
Puede dificultar el desarrollo afectivo-emocional y repercutir negativamente
(siempre en función de su gravedad y del grado de generalización del rechazo a
hablar) en el desarrollo personal y psicológico del niño-a.

JUSTIFICACION SOCIAL

La importancia de analizar e implementar los métodos mas eficaces para la inclusión


de niños con mutismo selectivo se reflejara en un mejor desarrollo tanto emocional,
social y académico de los niños a intervenir, ya que mejorando sus capacidades de
poder comunicarse con sus compañeros hará que los aspectos mencionados brinden
mayor seguridad en cualquier tipo de entorno en el que se encuentre, ya sea
ambientes no familiares, en caso de cambio de unidad educativa o cambio de ciudad
de residencia.

Además de las características propias del mutismo estos alumnos suelen presentar
algunos rasgos de personalidad característicos como timidez, retraimiento social,
dependencia, perfeccionismo, etc., que pueden agudizar el problema o contribuir a
su consolidación. Para algunos autores es un problema de comunicación, para otros
es la manifestación de un estado de ansiedad que afecta en el desarrollo de sus
actividades académicas como también en la inclusión en los grupos sociales y
actividades en su entorno inmediato en la escuela.

JUSTIFICACION PRÁCTICA.

Durante del proceso de investigación se considerara algunos métodos de inclusión


social para este tipo de patología, puesto que tratar de considerar todos los métodos
mencionados o ya investigados generaría tanto una confusión como una sobrecarga
de actividades en los sujetos a intervenir, por lo cual no estaría beneficiando a su
mejor desarrollo social.

Los casos a analizarse e intervenir en el desarrollo del documento son de niños ya


identificados con esta patología, a los cuales se inducirá métodos de adaptación
ajustados a la realidad de cada niño, ya que el grado y tipo de mutismo es diferente
en cada niño, por lo cual sería inconveniente implementar los mismos métodos a
todos los niños, lo que se espera lograr es tener los resultados más óptimos en cada
caso. Desde el punto de vista del autor de esta monografía, las condiciones,
características y funcionamiento del mutismo nos hablan de un problema multicausal.

De igual manera consideraremos que cada caso estudiado tendrá conclusiones


positivas o negativas, puesto que puede existir una aversión por parte de los niños a
los métodos planteados, ya que el grado de mutismo tanto como el grado de
complacencia y comodidad de los niños durante las dinámicas hará que estos
resultados varíen, de igual manera las condiciones de sus entornos serán
determinantes para conseguir un resultado (ya sea positivo o negativo como se
menciono anteriormente), al final de la investigación se tendrán variables múltiples
que darán como resultado un producto que reflejara el mejor entendimiento y
tratamiento en estos tipos de casos.

PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA.

Se puede evidenciar que dentro del colegio Americano existen niños con este
padecimiento entre las edades de 4 a 5 años en el grado de pre-kínder, los cuales
presentan problemas de inclusión en los grupos sociales en su entorno, tanto en el
aula propia y los diferentes paralelos además de la discriminación, no adaptación y
aislamiento de los sujetos dentro de sus grupos sociales respectivos, al igual
identificar los métodos más efectivos para lograr una mejoría durante la adaptación
social de los niños a los grupos sociales.

PLANTEAMIENTO DE OBJETIVOS.

 Objetivo general

Identificar metodologías y métodos tanto didácticos como prácticos que ayuden al


niño a lograr promover la utilización correcta de la capacidad de comunicación oral
comprensiva y expresiva en todo tipo de situaciones y con distintas personas, una
inclusión en sus grupos sociales inmediatos así mejorando los niveles de autoestima,
académico y social.

 Objetivo especifico
- Identificar las principales características o consecuencias del mutismo
selectivo en los niños.
- Analizar las metodologías de inclusión en aplicadas en los niños
verificando los resultados de los mismos.
- Definir la metodología con mejores resultados aplicados a los niños de 4 a
5 años en el colegio Americano.
- Sociabilizar con el entorno familiar del niño metodologías aplicables a su
medio para mejorar el aspecto psicológico y social del niño.

CAPITULO II.

MARCO TEORICO.

Dentro del marco teórico se abarcara y ampliara las características, patologías,


métodos de identificación y varias características que corresponden al mutismo
selectivo, esto para tener un conocimiento más amplio sobre el tema, lo cual nos
permitirá tener un entendimiento y comprensión más preciso del tema, además el cual
nos ayudara a tomar y aplicar los métodos de inclusión más recomendables de
acuerdo a las características identificadas en los niños, y tener resultados más
positivos al respecto, así garantizando que los métodos a utilizar sean los más
recomendables aplicados al medio social de los niños a intervenir.

Abordaremos varios aspectos que van desde la parte médica, psicológica y social
dentro del desarrollo del tema, pero cabe recalcar que la base fundamental de la
investigación de los niños a intervenir es el lograr tener avances en la inclusión en sus
grupos sociales, evidentemente los aspectos mencionados son temas de amplio
estudio, pero, solo se considerara los aspectos que influyan en la parte social, las
cuales se mencionaran en el desarrollo del tema, esto para definir que el tema
principal de estudio es la inclusión social de los niños.

Principalmente es necesario tener el conocimiento respectivo sobre el tema, es por


eso que se debe tener en cuenta los siguientes aspectos principales del mutismo que
se describen a continuación.
 Epidemiología

El Mutismo selectivo, según diferentes estudios epidemiológicos, sitúan el número de


afectados en la escuela primaria en un porcentaje del 1% o menos de la población
total. Por tanto estaríamos delante de uno de los trastornos denominados “raros”.

La mayoría de investigaciones apuntan a una mayor incidencia en la población


femenina. Sin embargo, hay discrepancias con otros estudios epidemiológicos. Estas
diferencias se explicarían dado que la frecuencia de ocurrencia parece depender tanto
de la edad de los sujetos de las muestras como de la delimitación y
operacionalización del problema.

 Características del trastorno

Tal como se ha explicado e independientemente de la forma que adopte el mutismo


selectivo, los niños que la padecen suelen haber manifestado con anterioridad algún
tipo de ansiedad ante situaciones sociales. Con frecuencia su historia incluye un
periodo de desarrollo del lenguaje normal y apropiado en el hogar pero con
restricciones cuando están en la presencia de personas desconocidas o con las que se
encuentran en pocas ocasiones.

Muchos de estos niños han mostrado, en algún momento de su desarrollo, formas


leves o moderadas de ansiedad de separación. También timidez excesiva, aislamiento
y retraimiento social, negativismo, tartamudeo, enuresis y conducta oposicionista o
manipuladora en el hogar.

Hay que destacar que, en algunos casos, el inicio del problema se da a edades
tempranas como consecuencia de los factores antes señalados de timidez o ansiedad.
No obstante, el problema puede prolongarse más allá de la edad de inicio debido,
también, a factores familiares como un exceso de protección y la acomodación a
sistemas alternativos no verbales que se consolidan. Igualmente una excesiva
atención a estos comportamientos silenciosos por parte de los padres o algunos
familiares pueden reforzar en el niño dichas conductas al obtener una atención
“extra”. Esto puede ser especialmente cierto cuando además se da circunstancias
especiales de tipo afectivo como puede ser la presencia de un hermano más pequeño
(celos y necesidad de tener más protagonismo).

En definitiva, el mutismo selectivo sería el resultado de la presencia de diferentes


factores empezando por una vulnerabilidad de tipo ansiógeno delante situaciones
sociales pero también de factores afectivos, conductuales y familiares que podrían
prolongar en el tiempo el trastorno. Todo ello hace necesario un exhaustivo estudio
previo de todas estas variables para intentar descifrar el origen y mantenimiento del
trastorno.

Para poder realizar un buen estudio sobre el tema se debe tener conocimientos básicos
al respecto, los cuales ayudaran en el desarrollo del mismo, dentro de las principales
se encuentra el saber diagnosticar esta patología, además de saber la variables con las
que cuenta la misma, así se podrá dar un mejor diagnóstico y tratamiento de las
misma.

Se proponen diferentes variables explicativas que pueden estar en la base del


mutismo selectivo y que se engloban en uno u otro de los dos grandes modelos que se
exponen a continuación.

En primer lugar, la perspectiva biologicista plantea la hipótesis de que existe una


base orgánica en la etiología del mutismo. Algunos investigadores han hallado
relaciones entre este trastorno y determinadas alteraciones cromosómicas tales como
el Síndrome X Frágil o la alteración en el cromosoma 18. No obstante no se ha
llegado a conclusiones definitivas y los estudios sólo sugieren una posible relación
pero, no queda probada ninguna relación causa-efecto.
Parece más probado el hecho de una mayor presencia de antecedentes de ansiedad,
fobias y depresión en familiares directos del grupo de sujetos con mutismo selectivo
frente a grupos de control. Esto podría indicar la presencia de ciertos factores de
vulnerabilidad transmitidos genéticamente, sin menoscabo de la influencia que puede
ejercer en los niños la observación directa de ciertos modelos familiares.

Desde la perspectiva psicológica, se asume el supuesto común de que el mutismo


selectivo es una respuesta aprendida, en cuya adquisición y mantenimiento pueden
intervenir procesos de condicionamiento directo (clásico y operante) y procesos de
aprendizaje vicario y/o de transmisión de la información, con independencia de que
esas explicaciones puedan tener en cuenta, además, variables biológicas.

 CRITERIOS DE DIAGNOSTICO

Dentro de los criterios de diagnóstico principales para identificar niños con esta
patología se encuentran los siguientes:

Incapacidad persistente a hablar en situaciones específicas (en la escuela y en


general en situaciones en las que estén presentes personas desconocidas,
específicamente los grupos sociales de niños existentes en la escuela en su
entorno inmediato) a pesar de hacerlo en otras situaciones (con los padres ya sea
en la escuela o en su hogar y con personas muy familiares en situaciones
conocidas y relativamente controladas por el niño-a).
La alteración interfiere en el rendimiento escolar o la comunicación social, esto
debido a que el niño no puede comunicarse con sus compañeros ni el maestro,
por lo cual no puede disipar dudas sobre los temas avanzados durante la clase.
La duración de la alteración es de por lo menos 1 mes aproximadamente, aunque
suele existir casos en el que el trastorno se vuelve patológico y puede extenderse
a edades mayores.
La incapacidad para hablar no se debe a una falta de conocimiento o de fluidez
del lenguaje hablado requerido en la situación social ya que el niño puede
desenvolverse naturalmente con sus padres o familiares o en ambientes
conocidos y cómodos para el niño-a.
La patología no se explica mejor por la presencia de un trastorno de la
comunicación y no aparece exclusivamente en el transcurso de un Trastorno
Generalizado del desarrollo, esquizofrenia o un trastorno psiquiátrico.

Para realizar un correcto diagnóstico del mutismo selectivo, estos deben contar con
todas las características mencionadas anteriormente imprescindiblemente, las cuales
serán identificadas después de realizar evaluaciones visuales y perceptuales de los
niños, y así diagnosticar esta patología

Al margen de las características ya mencionadas existen algunas variables que se


consideran dentro del análisis para un diagnóstico, las cuales se menciona a
continuación.

 VARIABLES PRECIPITANTES Y/O PREDISPONENTES Y DE


MANTENIMIENTO

Las variables predisponentes son las siguientes:

Excesiva inhibición social, timidez y retraimiento que dificulta las relaciones


interpersonales.

Temor a fracasar en tareas escolares.

Predisposición genética hacia la ansiedad.

Las variables precipitantes son:

Modelo familiar con relaciones sociales inadecuadas y/o escasas: ausencia o


escasez de experiencias de contacto e interacciones sociales. Depresión en los
padres, no asistió a guardería, vive a las afueras de la ciudad….
Excesiva atención por no hablar (puede ser que al alumno se le pregunte
reiteradamente si ha hablado, cómo, cuándo, cuánto, con quién,…)

Apego excesivo por parte de la madre lo cual conlleva una sobreprotección.

Las variables de mantenimiento son:

Generación de expectativas negativas del profesorado y del alumnado en


relación a la competencia comunicativa del niño.

Tanto el profesorado que imparte clase al niño como sus compañeros piensa y
verbalizan que no habla, ni va a hablar.

Acomodación del entorno a las dificultades del alumno.

Disminución de situaciones en las que es necesaria la comunicación oral: no se


le propone que hable.

Preocupación excesiva por parte de padres/tutores que sólo incrementan la


ansiedad y el bloqueo en el niño.

EVALUACION.

La evaluación psicológica en casos de mutismo selectivo comprende diferentes


instrumentos y estrategias. El objetivo es obtener un retrato de todos los elementos y
factores que pueden estar influyendo en la génesis y mantenimiento del problema.

En primer lugar es necesario recoger exhaustivamente los datos evolutivos del niño/a
desde el embarazo hasta la actualidad. También la estructura de la familia mediante
un organigrama (padres, hermanos, abuelos, etc.) y las actuales circunstancias del
entorno. Todo ello puede llevarse a cabo mediante entrevista a los padres.

Necesitaremos información acerca del rendimiento escolar actual (notas, informes) y


su historia de aprendizaje.
Deberemos aplicar pruebas que nos den una valoración de su nivel cognitivo.
Podemos utilizar, según edad, las pruebas no verbales del WPPSI-III o WISC-
IV (Matrices, Conceptos, etc.). También el de matrices progresivas de Raven, el
Toni-2 o el Peabody (Test de vocabulario en imágenes).

Para registrar factores de conducta y emocionales tanto en casa como en la escuela


podemos utilizar el BASC en sus diferentes formas (para padres, maestros o
autoinforme, según edad). Este instrumento incluye tanto una evaluación de los
aspectos positivos (liderazgo, habilidades sociales, adaptabilidad, relaciones
personales, etc.) como de los aspectos negativos (ansiedad, agresividad, problemas de
atención, hiperactividad, retraimiento, somatización, depresión, etc.).

En el BASC, los niños con mutismo selectivo suelen puntuar significativamente alto
en la Escala de somatizaciones y bajo en la de habilidades adaptativas.

Complementariamente puede resultar útil introducir test proyectivos (familia, casa,


etc.) las cuales se consideraran en relación a que sea necesario complementar dicho
test durante el proceso de investigación.

En algunos casos será necesaria la observación estructurada, por parte del profesional,
en los ámbitos naturales del niño.

CAPITULO III

DISEÑO METODOLOGICO

La investigación que a continuación se presenta tiene como objetivo principal


promover la Utilización correcta de la capacidad de comunicación oral comprensiva y
expresiva en todo tipo de situaciones y con distintas personas para su inclusión a los
grupos sociales de su medio.
Dado el origen multicausal del mutismo la intervención que se propone debe
contemplar la actuación en los ámbitos familiar, social y escolar.

La intervención deberá tener en cuenta las siguientes premisas básicas e


imprescindibles, para que las metodologías aplicadas logren el resultado deseado,
caso contrario no se puede esperar un resultado óptimo, ya que las condiciones en las
que se aplicara no son las adecuadas para un buen desarrollo

 Tanto las actitudes de sobreprotección como las que tienden a minimizar o


ignorar el problema y que tienen como objetivo no provocar sufrimiento en
los niños, no hacen más que reforzar e incrementar el mutismo.
 Las situaciones comunicativas naturales no son suficientes para superar el
mutismo. Es necesario planificarlas y diseñar otras situaciones, garantizando
siempre el éxito de los intercambios comunicativos del niño.
 En cada momento de la intervención se partirá de lo que el niño es capaz de
hacer con ayuda.
 La exigencia se ajustará a una progresión y se mantendrá a lo largo de todo el
proceso, evitando la tendencia natural a la acomodación, en el nivel
alcanzado, tanto de los niños como del ambiente.
 La necesidad de rigor y sistematización y la diversidad de ámbitos afectados
exige la coordinación de todos los implicados.

El objetivo final de la intervención es que el niño-a con mutismo selectivo sea capaz
de interactuar verbalmente de forma espontánea con los adultos y niños de la escuela
y de su entorno social y familiar, llevando a cabo peticiones verbales espontáneas y
respondiendo de forma audible a las preguntas que los demás interlocutores le
plantean.

PAUTAS Y ORIENTACIONES PARA LA FAMILIA:

Pautas para mejorar las condiciones familiares, personales y sociales


Es relativamente frecuente que los padres y madres de niños con mutismo selectivo
no sean conscientes del problema, considerando que es una cuestión de timidez que
se resolverá con la edad. Otros, por el contrario, manifiestan gran ansiedad y
exigencia excesiva respecto al habla del niño. El problema debe ser abordado en su
justa dimensión, no debe dejarse que evolucione sin tomar medidas, ni mostrar
excesiva ansiedad y preocupación ya que con ello únicamente se conseguirá
incrementar la ansiedad y el bloqueo del niño-a.

 Ofrecer al niño-a un ambiente de seguridad, comunicación, serenidad,


comprensión y afecto.
 Eliminar actitudes de sobreprotección.
 Manifestar confianza en las posibilidades del niño y en la superación del
problema.
 Evitar los estilos de autoridad rígidos y la exigencia excesiva de perfección en
el niño-a.
 Desarrollar hábitos correctos de autonomía y rutinas en la dinámica familiar
adecuados a su edad en relación a la alimentación, higiene, vestido, orden…
 Asignar responsabilidades adecuadas a su edad que repercutan positivamente
en la familia.
 Establecer normas básicas de funcionamiento en el hogar.
 Incidir en lo positivo, destacando sus puntos fuertes, reforzando las tareas que
el niño realiza adecuadamente y utilizando con frecuencia el refuerzo social.
 Buscar actividades físicas de carácter lúdico que permitan descargar las
tensiones que experimentan los niños durante la jornada escolar.
 Facilitar al máximo la interacción con sus compañeros, vecinos y amigos de
su edad (actividades extraescolares, salidas, parques, fiestas, espectáculos).
 Mantener una comunicación recíproca y continuada con la escuela para
coordinar las acciones.

PAUTAS ESPECÍFICAS PARA LA ESTIMULACIÓN DEL HABLA


 Enseñar conductas adecuadas de interacción social no verbal y verbal (cómo
saludar, cómo pedir jugar, cómo acercarse,…).
 Actuar como mediador con otros niños (comenzar a jugar con el niño y los
otros para facilitar la interacción entre ellos).
 Jugar con él y otros niños a juegos que requieran una limitada producción
verbal (el parchís; la oca; dominós; juegos de cartas, quién es quién,...)
 Planificar situaciones que faciliten la comunicación verbal con otros (invitar a
niños a casa, ir a hacer recados, compras, acudir al parque o a la plaza, acudir
a cumpleaños…)
 Reforzar todas las aproximaciones verbales y no verbales del niño hacia otros
compañeros (comentar con él lo agradable que resulta estar y jugar con otros,
tener amigos, invitar a amigos a casa…)
 Ampliar progresivamente el círculo de amigos con los que comienza a hablar
(repetir las situaciones exitosas con frecuencia e introducir poco a poco las
nuevas relaciones)
 Eliminar comentarios que hagan referencia a que no habla, (preguntar si ha
hablado en clase, si ha cantado en música, cuando va a comenzar a hablar,..)
 No reñirle ni anticiparle consecuencias negativas (no amenazarle con posibles
castigos, repetir curso, …)
 Evitar las comparaciones con otros hermanos, compañeros u otros niños.
(señalar que otros niños hablan más y mejor, son más simpáticos,…)
 Evitar comentarios que le sugieran cuándo puede empezar a hablar, cuándo es
el momento idóneo, cómo puede hacerlo (indicar el momento idóneo para
hablar o cómo lo tiene que hacer,..)
 Nunca forzarle a hablar en situaciones sociales en las que se observe ansiedad
excesiva (no insistir en que responda al saludo o preguntas de amigos o
conocidos).
PAUTAS Y ORIENTACIONES PARA LA ESCUELA:

Partiendo del concepto de mutismo como un miedo exagerado a hablar, se entiende


que una de las maneras de superarlo consiste en afrontar las situaciones socio
comunicativas que lo provocan. Dado que en la escuela se producen gran cantidad de
situaciones de este tipo, será uno de los entornos prioritarios en los que se debe
centrar la intervención.

La tarea fundamental del profesorado y especialmente del tutor-a del niño-a será, por
una parte, la de establecer una vinculación afectiva positiva con el niño-a que le
aporte la seguridad suficiente para enfrentarse a las situaciones, y por otra parte, la de
diseñar y planificar actividades de clase que requieran de una comunicación verbal.

Pautas para mejorar las condiciones personales y sociales

Posibilitar en las dinámicas del aula la planificación y el diseño de actividades en


grupo (juego social y trabajo cooperativo, etc).

Evitar la sobreprotección, no haciendo las tareas que el niño puede hacer.

Asignar pequeñas tareas de responsabilidad dentro del aula y del centro educativo
ajustadas a la edad (hacer recados, repartir/recoger material, borrar la pizarra, pedir
fotocopias al conserje…)

Aumentar el control del adulto en la interacción escolar con el fin de evitar el


aislamiento del alumno y la existencia de tiempos en los que la actividad depende de
su propia iniciativa.

Incrementar dentro de la programación de aula las actividades que impliquen contacto


físico entre los niños (hacerse cosquillas, formar “montones”, darse abrazos…)

Crear un clima de seguridad, aceptación y confianza en el aula favorable a la


comunicación verbal.
Introducir actividades de relajación de forma habitual tanto con el alumno como con
todo el grupo.

Programar tiempos de coordinación de todo el profesorado que interviene en la


atención educativa del grupo al que pertenece el alumno.

Mantener estrecha relación con la familia para el trasvase de información y el ajuste


de las pautas y estrategias a implantar en el ámbito familiar.

Pautas específicas para la estimulación del habla

Buscar y compartir momentos de comunicación con el alumno para el desarrollo de


una vinculación afectiva y comunicativa.

Realizar juegos en los que el profesor participe con el alumno (juegos de movimiento,
de mímica, verbales, de turnos…)

Planificar y diseñar actividades y juegos de preparación al habla que no exijan


interacción verbal, pero sí comunicación corporal y producción de sonidos.

Juegos de movimiento corporal (imitación de gestos, adivinar objetos o acciones


mediante mímica, dirigir a un compañero con los ojos vendados…)

Juegos de producción de sonidos corporales (palmadas, soplidos, golpes con pies…)

Juegos con sonidos inarticulados y articulados (encadenamiento de sonidos,


gradación de sonido, asociación de sonidos a movimientos,..)

Tener en cuenta al planificar las actividades de juego el número de niños


participantes, empezando con grupos muy reducidos (parejas y tríos) y ampliando
progresivamente el número.
Ofrecer ayudas al alumno en los inicios de la actividad a través de un compañero o
del propio profesor, para la incorporación a la misma con el fin de evitar la tendencia
al aislamiento y a la no participación.

Realizar actividades y juegos de habla enmascarada, en las que al niño se le ve la cara


mientras habla (títeres, marionetas, hablar por teléfono dentro de una casita,
máscaras, juegos de hablar al oído…).

Planificar las actividades en las que se requiere al alumno una emisión fonética o
verbal, teniendo en cuenta tres ejes fundamentales, que deberán graduarse siempre de
menos a más:

Planificar y diseñar momentos diarios y frecuentes en los que el profesor haga una
pregunta sencilla al alumno (inicialmente se solicitará una respuesta de una sola
palabra, progresivamente se plantearán preguntas que requieran respuestas de mayor
longitud).

Plantear juegos de pareja que requieran emisiones verbales sencillas en cuanto a


contenido y breves en cuanto a longitud (lotos, memoris, el mensaje secreto, adivinar
oficios,…)

Organizar en torno a los rincones del aula pequeños grupos de trabajo y/o de juego en
los que se le facilite al niño el intercambio verbal con compañeros. Es importante que
los agrupamientos sean establecidos previamente por el profesor cuidando
especialmente la composición de los grupos (inicialmente con los niños con los que
tiene una mayor relación).

Partir siempre de lo que el niño es capaz de hacer en cada momento, planificando y


llevando a cabo, siempre de forma progresiva, actividades de mayor complejidad.

Reforzar siempre cualquier aproximación del niño a la respuesta exigida.


No mantener la aplicación de una estrategia durante más de dos semanas, si ésta no
ha producido progresos en el niño. Cuando esto ocurra, diseñaremos y probaremos
con otro tipo de estrategias.

Ir aumentando la exigencia y las situaciones de intercambio comunicativo, evitando


con ello la acomodación del niño y del entorno al nivel alcanzado.

Por último señalar que las recomendaciones que se sugieren no van a producir los
mismos cambios en todos los niños: para algunos serán suficientes estas pautas, en
otros, sin embargo, no producirán los efectos deseados. En estos últimos se deberá
profundizar en la evaluación psicopedagógica y desarrollar un programa más
específico en función de ella.

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