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DESCRIPCION DE LA RED CRIMINAL ORELLANA

El abogado y empresario Rodolfo Orellana Rengifo después de estar 130 días


prófugo fue capturado en la ciudad colombiana de Cali, y su detención ha
remecido la política nacional. De él se dice que es el cabecilla de una red de
estafa y lavado de activos que logró amasar unos US$ 100 millones. ¿Pero quién
es realmente Orellana y por qué se dice esto de él?

Los crímenes que se le imputan a Orellana derivan, de manera general, de la


apropiación de inmuebles de terceros, la participación fraudulenta en licitaciones
convocadas por el Estado, y el lavado de los activos conseguidos empleando
cualquiera (u otra) de estas formas. Como resulta evidente, para realizar este tipo
de actos Orellana tuvo que contar, por un lado, con el apoyo de un grupo
organizado de personas que incluyese, entre otros, jueces, registradores públicos,
notarios, etc.; y, por otro lado, con el empleo de distintas personas jurídicas con la
finalidad de encubrir y facilitar el desarrollo de tales actos.

La primera denuncia que apareció contra este empresario en la prensa se


remonta a junio del 2005. La hizo el Colegio de Abogados de Lima (CAL). En ese
entonces, este gremio dio a conocer que le habían retirado la confianza a
Orellana por sus malos manejos presupuestales, por haber tomado decisiones
unilaterales y por una serie de inconductas cuando estaba al frente de la
Dirección de Economía del CAL. Él, por supuesto, se declaró inocente de los
cargos.

Paralelamente, en el Ministerio Público ya le seguían el rastro, pues existía la


sospecha de que comandaba una organización dedicada al tráfico de terrenos y al
lavado de activos.

Pero eso fue solo el preludio de una serie de denuncias que luego presentarían
personas perjudicadas por este empresario de 50 años, nacido en Tocache.

Una de ellas es Giovanni Paredes, quien logró, luego de una interminable batalla
judicial contra los allegados a Orellana, recuperar su propiedad: el camal de
Yerbateros.

Paredes sindicó a este empresario, en televisión nacional, como el jefe de una


mafia dedicada al tráfico de terrenos. “Rodolfo Orellana Rengifo es un gánster
jurídico que, a través de laudos arbitrales, despoja a terceros de sus legítimas
propiedades”, afirmó Paredes en setiembre de 2011.

El director de la Dirección de Investigación Criminal e Interpol de Colombia, Jorge


Rodríguez, dijo en una rueda de prensa que Orellana "estaba escondido en Cali",
en un conjunto residencial de un exclusivo barrio del sur de la ciudad y que "no
salía (de allí) para evitar ser detectado".

La procuradora de Lavado de Activos, Julia Príncipe, detalló en una comisión


del Congreso cómo opera la red criminal de Orellana. A continuación te
presentamos 10 claves para entender su funcionamiento:

1. Rodolfo Orellana y su hermana Ludith constituyeron empresas de rubros de


asesoría legal, inmobiliarias, compañías liquidadoras, cooperativas,
asociaciones, fundaciones, empresas editoras de medios de comunicación y
mineras para cometer diversos delitos.
2. Para apropiarse de inmuebles, un testaferro de la red criminal adquiere un
aparente derecho de dominio —generado por documentos públicos falsos—
sobre terrenos de terceras personas o que le pertenecen al Estado a través
de una minuta o escritura pública.

3. Luego, las inscribe en la Superintendencia Nacional de Registros


Públicos (Sunarp), convirtiendo ese título de dominio aparente en un título
inscrito dotado de todas las cualidades que otorga un proceso regular, con lo
que se inicia el ocultamiento de su origen delictivo.

4. Se transfiere la propiedad adquirida a otros testaferros. Al pasar por más


manos, se aleja el bien del origen delictivo.

5. En algunos casos, se simulan procesos judiciales o arbitrajes para que el


dominio del inmueble pase a otro testaferro por un laudo o una resolución
judicial. En estos procesos participan abogados, notarios, árbitros, tasadores
y hasta funcionarios públicos coludidos con el prófugo Orellana Rengifo.

6. Finalmente, los bienes son comprados por la Cooperativa de Ahorro y Crédito


para los Exportadores ( Coopex), una de las empresas creadas por Orellana
para sus fines ilícitos; testaferros u otras empresas de propiedad del prófugo
abogado.

7. Otra de las modalidades que utilizaba Orellana para apropiarse de inmuebles


—que luego venderá a través de su inmobiliaria— es generar derechos de
créditos a favor de un tercero (testaferros que están dentro de un proceso
concursal) para librar inmuebles de cargas y/o gravámenes.

8. La red Orellana habría cometido así delitos como apropiación de inmuebles y


lavado de títulos, simulación de deudas y derecho de lavados de créditos,
defraudaciones al Estado, lavado de activos de procedencia del tráfico ilícito
de drogas. Además de amedrentamiento e intimidación, seguimiento e
interceptaciones telefónicas, actividades mineras ilegales y tala ilegal.
Trabajadores de galería Santa Lucía protestan contra Orellana. (Mario
Zapata)

9. Para los actos ilícitos, la organización criminal de Orellana tiene cuatro


aspectos: de carácter técnico-profesional, gestión empresarial y/o comercial,
amedrentamiento y difamación, y captación.

10. El aparato de amedrentamiento e intimidación de la organización criminal


actuaba a través de determinados medios de comunicación (Juez Justo,
Juez Justo TV, TV Video SAC, UCONA SAC y Miraflores Corp Radial SAC)
en contra de funcionarios que obstaculizan la labor delictiva. Este aparato es
liderado por Heriberto Benítez y Benedicto Jiménez.

¿Y CÓMO LO HACE?
Según contó el mismo Paredes a El Comercio, Orellana utiliza tres modalidades
para llevar a cabo sus operaciones. La primera de ellas: el laudo arbitral para
despojar a los privados de sus propiedades. “Orellana se aprovecha de que existe
un vacío legal en la ley de arbitraje para crear un falso proceso arbitral que
termina en un laudo declarado como cosa juzgada. El verdadero propietario
recién se entera de esta operación cuando ya está inscrita en Registros Públicos
y lo están por desalojar”, señala.

Para realizar este tipo de operaciones, Orellana contaba con el apoyo de un


equipo de notarios, jueces, policías e incluso funcionarios municipales. Bajo este
mecanismo, cerca de 100 personas y asociaciones se han visto despojadas de
sus bienes.

La segunda modalidad que empleó Orellana fue la creación de liquidadoras que


levantaban las hipotecas de los bancos. “Ellos se aprovechan de un vacío en la
ley concursal y simulan una deuda con el propietario de un bien que le está
adeudando al banco. Esto se da a través de un testaferro de Orellana. Ellos
utilizan empresas liquidadoras para fabricar una deuda y ejecutar la liquidación. Al
final, este proceso termina en un remate, y así los embargos, hipotecas y todas
las deudas con la entidad financiera se cancelan. Cuando el banco se entera de lo
que hicieron, ya es demasiado tarde”, sostiene.

El tercer artilugio era la emisión de las cartas-fianza de Coopex. Esta cooperativa


las elabora para que sean presentadas por empresas constructoras a los
respectivos organismos del Estado con el fin de demostrar su solvencia en un
proceso de licitación. Una vez concretado el contrato, estas compañías piden un
adelanto por la obra, pero después no cumplen con la obra y sencillamente
desaparecen. La fiscalía ha denunciado que, a través de Coopex, Orellana ha
estafado al Estado por más de S/.56 millones, pues estas cartas serían
falsificadas.

Para tener éxito, Coopex tuvo entre sus socios a ex jueces, figuras políticas,
personajes vinculados tanto al narcotráfico como al tráfico de terrenos.

Rodolfo Orellana ha sido vinculado en el caso 'la Centralita', el presunto centro de


espionaje manejado por el suspendido presidente regional de Áncash, César
Álvarez, ahora preso de manera preventiva mientras es investigado por las
autoridades.

En un informe publicado el pasado 15 de junio muestra los documentos de la


Procuraduría Anticorrupción explicando las razones para incluir a Orellana en las
investigaciones contra la red criminal que opera en Áncash.

El informe es claro: Orellana no solo integraba la mafia, sino que era parte de la
cúpula de la misma. “Habría estado encargado del suministro de información
obtenida mediante interceptaciones telefónicas; así como de beneficiarse en
determinadas obras del Gobierno Regional de Áncash” precisa la procuraduría.

El empresario aparece en el listado de asociación ilícita para delinquir junto a


César Álvarez, Heriberto Benítez, Víctor Crisólogo, Martín Belaunde, y otras 112
personas. Todos en calidad de coautor. El abogado también aparece en el cuadro
de "interceptación telefónica", donde solo lo acompaña César Álvarez.
ACOSO JUDICIAL A MÁS DE 20 PERIODISTAS
Más de 25 periodistas denunciaron en abril de este año que fueron acosados con
demandas judiciales por parte de Rodolfo Orellana. La razón: haber investigado
su presunta red criminal.

Algunos periodistas señalaron haber sido víctimas de amenazas telefónicas y


persecuciones que hacen peligrar sus vidas.

VÍNCULOS CON EL NARCOTRÁFICO


El diario Perú21 presentó un informe realizado por la Unidad de Inteligencia de la
Superintendencia de Banca, Seguros y AFP señalando que Rodolfo Orellana
tendría vínculos con el narcotráfico. Según el documento, ello "indica el posible
conocimiento de la ilicitud de los activos canalizados a través de sus cuentas
bancarias y empresas".

"Rodolfo Orellana y las personas sujetas a análisis en el presente informe estarían


utilizando diversos sectores como construcción, minería, telecomunicaciones,
madereras y servicios, para sustentar los ingresos registrados de presunta
procedencia ilícita", revela el informe.

El hijo adoptivo de Orellana, Churchill Bruce Orellana Rengifo, también está


incluido en el documento al igual que William Zenobio Cruzalegui Caballero,
Hernán Villacrez Torres y la empresa Orellana Asesores y Consultores SAC. Ellos
habrían recibido dinero en efectivo proveniente de actividades ilícitas.

APROPIACIÓN DE TERRENOS QUE NO LE PERTENECEN


Toda inversión trae consigo una ganancia y Orellana quiso llevarse el premio
mayor. Según denunció Lourdes Flores Nano, el empresario intentó adueñarse,
mediante un irregular proceso de arbitraje, de dos propiedades pertenecientes a
la Fundación por los Niños del Perú, una ubicada en Chaclacayo y otra en Surco.

Flores Nano explicó que en la propiedad de Chaclacayo funcionaba una aldea


infantil, pero esta tuvo que cerrar debido a los altos costos para su mantenimiento.
El terreno, así como el de Surco, fue alquilado la empresa Brida SAC, que está
vinculada a Orellana.

Brida realizó en dichas propiedades reparaciones costosas que la Fundación no


puede pagar y por tal razón intentó quedarse con ellas.

Adicionalmente, en diversos medios de comunicación han aparecido numerosos


ciudadanos quienes aseguran que Orellana, a través de varias empresas de su
propiedad, desde apropiación de inmuebles y terrenos de manera ilegal. Se le
vincula también al tráfico de terrenos.

ESTAFA
Una perla más se suma al largo historial de Orellana Rengifo. De acuerdo al diario
'La República' la Cooperativa de Crédito y Ahorro para Empresas Exportadoras
(Coopex), gerenciada por Orellana, emitió hasta 54 cartas de fianza por más de
56.4 millones de soles en procesos de licitación o contratación sin estar
autorizado por la Superintendencia de Banca y Seguros (SBS).

Ya en 2011 la SBS había alertado que Coopex “no está autorizada a emitir cartas
fianza en procesos de contrataciones con el Estado”, Pese ello la empresa “viene
sorprendiendo a postores, entidades públicas y autoridades judiciales señalando
que se encuentra supervisada por esta Superintendencia, lo cual no tiene ningún
sustento fáctico ni legal”.

Carlos Juárez Muñoz, titular de la 38º Fiscalía Provincial Penal de Lima, indicó
que las carta de fianza “resultarían ser falsificadas”, debido a que Coopex no
contaba con el respaldo de "económico patrimonial que le permitiría garantizar los
montos establecidos en cada carta fianza”.

Benedicto Jiménez, ha desmentido dichas acusaciones al asegurar que las cartas


de fianza emitidas por Coopex fueron avaladas por una medida cautelar emitida
por un juez de Chimbote, la que fue anulada en 2012, año en el que según
Jiménez la empresa dejó de vender dichas cartas.
La fiscal especializada en delito de lavado de activos, Marita Barreto, informó que
la investigación contra la red liderada por Rodolfo Orellana, inicialmente
involucraba a 20 personas, pero que en el camino se ha identificado a cerca de
400 personas entre funcionarios, magistrados, empresarios y notarios.

Detalló que eso hace que la investigación sea compleja y que constituya un
megaproceso. Agregó que en los próximos días solicitará la desacumulación de
los procesos contra 40 presuntos integrantes del denominado Clan Orellana, a
fin de proceder a la acusación fiscal y el inicio del juicio oral en su contra.

Precisó que la medida constituye la manera más eficaz para culminar esos casos
y permitir al Ministerio Público formular un pronunciamiento final, dado que
existen elementos suficientes para pedir su juzgamiento.

“Solicitaremos la desacumulación al juez de investigación preparatoria, dado que,


en dichos casos, ya no existen más diligencias que realizar por lo que no se
requiere esperar los dos años adicionales que por ley le corresponde a la Fiscalía
para completar la investigación preparatoria”, declaró en el microinformativo del
Ministerio Público ‘Sin Reserva’.

Además, descartó que exista demora en la investigación, precisando que, al ser


un caso complejo, la investigación preparatoria tiene un plazo de 36 meses,
prorrogables a 36 meses más de acuerdo a la ley 30077 o Ley contra el Crimen
Organizado.

DETECTIVISMO
Si hablamos del engranaje con el que funcionaba esta red delictiva, no se puede
dejar de mencionar a su operador de choque: el coronel PNP (r) Benedicto
Jiménez, quien fue abogado de Orellana y hoy está preso en Piedras Gordas.

Jiménez y su patrocinado fundaron en junio del 2008 la empresa Investigaciones


Corporativas S.A.C. En ella también participó el coronel (r) Óscar Cánepa Ruiz,
quien, según informó la revista “Caretas”, fue destituido de su institución por
cambiar 45 kilos de cocaína por sal en un almacén de la división antidrogas que
tenía la policía en Ayacucho. Según la ficha de inscripción, esta firma capta todo
tipo de información usando métodos como el ‘detectivismo’.

El congresista García Belaunde sostiene que esta empresa es usada como


fachada para realizar acciones de espionaje. Un informe de la Procuraduría
Anticorrupción señala que Orellana habría suministrado a la corrupción que
lideró César Álvarez en Áncash información obtenida mediante interceptación
telefónica.

RED DE IMPUNIDAD
Durante años, Rodolfo Orellana consiguió operar de esta manera. Consiguió
armar una red de fiscales y jueces gracias a que, entre otras cosas, Asociación de
Jueces Unidos por la Democracia, ONG creada por él, firmó con el Poder Judicial
una red para capacitar magistrados. Además, Orellana creó la revista "Juez
justo", mediante la cual difamaba a los fiscales, jueces y procuradores que lo
investigaban y exaltaban a quienes lo encubrían.

LAVADO DE ACTIVOS
Los millones que Rodolfo Orellana y sus cómplices obtuvieron en todos estos
años, de acuerdo a la fiscalía, han sido lavados a través de una serie de
empresas. Hoy se conoce que sus allegados viajaron a paraísos fiscales, que el
hijo adoptivo de Orellana, Churchill Orellana, lavó dinero a través de 9 empresas,
y que incluso Benedicto Jiménez y sus hijos participaron de estas actividades.

LOGROS
La fiscal Barreto informó que, en lo que va del proceso, se han incautado 106
inmuebles valorizados en US$ 200 millones y 43 autos de lujo en buen estado,
así como S/.10 millones en efectivo y joyas.

Asimismo, sostuvo que se han obtenido 21 medidas cautelares y se han


identificado S/. 131 millones en cartas finanzas que emitió Orellana a través de la
Cooperativa de Ahorro y Crédito para Empresas Exportadoras (Coopex), entidad
que habría estafado al Estado.

De otro lado, indicó que hay más de 25 detenidos con prisión preventiva, entre
los que se encuentran magistrados y miembros de la Policía Nacional, entre
otros.

La magistrada manifestó que, pese a las diversas dificultades de índole


presupuestal, logístico y procesal, se ha avanzado muchísimo.

“Hemos avanzado a paso firme y la sociedad tiene que estar tranquila porque el
Ministerio Público está cumpliendo su función”, concluyó. (Fuente: Andina)

FISCAL MARITA BARRETO IDENTIFICÓ A 400 PERSONAS VINCULADAS AL


CASO ORELLANA
La magistrada solicitó en Agosto del 2017, al Poder Judicial desacumular proceso
para proceder a la acusación fiscal y el inicio del juicio oral en contra de los
involucrados.

En los próximos días, la fiscal Marita Barreto Rivera, solicitará la desacumulación


de los procesos contra 40 presuntos integrantes del denominado Clan Orellana, a
fin de proceder a la acusación fiscal y el inicio del juicio oral en su contra.

La medida constituye, explicó la magistrada, la manera más eficaz para culminar


esos casos y permitir al Ministerio Público formular un pronunciamiento final, dado
que existen elementos suficientes para pedir su juzgamiento.

“Solicitaremos la desacumulación al juez de investigación preparatoria, dado que,


en dichos casos, ya no existen más diligencias que realizar por lo que no se
requiere esperar los dos años adicionales que por ley le corresponde a la Fiscalía
para completar la investigación preparatoria", especificó la fiscal Barreto, quien
recordó que aún se encuentra dentro del plazo legal de investigación.
La representante del Ministerio Público recordó que el caso de la investigación
contra la red criminal liderada por el abogado Rodolfo Orellana, inicialmente
involucraba a 20 personas, pero que en el camino se ha identificado a cerca de
400 personas entre funcionarios, magistrados, empresarios y notarios, lo que
hace que la investigación sea compleja y que constituya un megaproceso.

Además, descartó que exista demora en la investigación, precisando que al ser un


caso complejo, la investigación preparatoria tiene un plazo de 36 meses,
prorrogables a 36 meses más de acuerdo a la ley.

Sostuvo que se han obtenido 21 medidas cautelares y se han identificado S/. 131
millones en cartas finanzas que emitió Orellana a través de la Cooperativa de
Ahorro y Crédito para Empresas Exportadoras (Coopex), entidad que habría
estafado al Estado.

De otro lado, indicó que hay más de 25 detenidos con prisión preventiva, entre los
que se encuentran magistrados y miembros de la Policía Nacional, entre otros.

La magistrada manifestó que, pese a las diversas dificultades de índole


presupuestal, logístico y procesal, se ha avanzado muchísimo. "Hemos avanzado
a paso firme y la sociedad tiene que estar tranquila porque el Ministerio Público
está cumpliendo su función", concluyó.

FISCALÍA PRESENTÓ ACUSACIÓN CONTRA 23 IMPLICADOS EN CASO


ORELLANA
En el mes de Marzo del 2018, el Ministerio Público señaló que ha pedido ocho
años de prisión contra el exjefe de la Sunarp, Álvaro Delgado Sheelje.

El Ministerio Público informó que el fiscal anticorrupción Elvis Suárez Ferrer


presentó acusación contra 23 presuntos integrantes de la red del
empresario Rodolfo Orellana, entre ellos varios registradores y funcionarios de
Sunarp como el ex Superintendente Álvaro Delgado Sheelje, para quien pidió
ocho años de prisión.
“Como parte de la acusación fiscal también se solicitó 18 años de prisión contra el
registrador público Pedro Guzmán y 13 años y 8 meses para Ludith Orellana
Rengifo, hermana de Rodolfo Orellana”, señaló la institución a través de su cuenta
de Twittter.

También pidió 18 años de prisión contra el registrador público Pedro Guzmán y 13


años y ocho meses para Ludith Orellana, hermana de Rodolfo Orellana.

Los hermanos Orellana y sus presuntos cómplices son investigados por


apoderarse ilícitamente de propiedades de terceros gracias a la complicidad de
algunos funcionarios de la Superintendencia de Registros Públicos (Sunarp).

En marzo de 2017, Rodolfo Orellana fue sentenciado a seis años de prisión y al


pago de una reparación civil de 80,000 soles por la creación de la Cooperativa de
Ahorro y Crédito para Empresas Exportadoras (Coopex), con la que estafó al
Estado a través de la emisión de cartas fianzas sin valor. Orellana Rengifo fue
hallado culpable de los delitos de falsedad genérica, estafa y asociación ilícita
para delinquir.
REFLEXIONES EN TORNO A LA RED CRIMINAL DE RODOLFO ORELLANA
El pasado jueves 13 de noviembre del 2017, fue capturado en Cali, Colombia,
Rodolfo Orellana, quien es actualmente investigado por delitos de corrupción y
crimen organizado. En el presente editorial, trataremos brevemente la forma en la
que la red criminal de Orellana operaba.

Los crímenes que se le imputan a Orellana derivan de la apropiación de


inmuebles de terceros, la participación fraudulenta en licitaciones convocadas por
el Estado, y el lavado de los activos, para realizar este tipo de actos Orellana tuvo
que contar, por un lado, con el apoyo de un grupo organizado de personas que
incluyese, entre otros, jueces, registradores públicos, notarios, etc.; y, por otro
lado, con el empleo de distintas personas jurídicas con la finalidad de encubrir y
facilitar el desarrollo de tales actos.

Bajo una primera modalidad, la red criminal de Orellana buscaba apoderarse de


predios pertenecientes a terceros para luego venderlos. La institución central que
empleaba Orellana en esta modalidad era el convenio arbitral. En efecto, en este
supuesto se presentaban, básicamente, dos posibilidades en cuanto a la red
criminal de Orellana: (i) existía una relación contractual entre el propietario y algún
testaferro de Orellana que involucre el predio, o no existía relación contractual
alguna.

En la primera hipótesis, los contratos celebrados incluían cláusulas de arbitraje


ambiguas, de tal forma que las futuras controversias sean resueltas por un
tribunal arbitral controlado por Orellana. Así, la red criminal de Orellana buscaba
activar otros mecanismos contractuales que posibiliten la adjudicación del bien a
favor del testaferro, aun cuando el dispositivo contractual no sea, en realidad, de
aplicación en el caso concreto. Por ejemplo, una cláusula en la que se disponga
que para la introducción de mejoras, el poseedor (en este caso testaferro de
Orellana) debe contar con el consentimiento del propietario, y que el reembolso
por las mejoras realizadas por el poseedor, cuando no puedan ser pagadas por el
propietario, se realice por medio de la adjudicación del bien. Orellana buscaba
activar un dispositivo de este tipo aun cuando las mejoras realizadas no contasen
con el consentimiento del propietario, lo cual lograba al llevar la controversia a un
arbitraje, como mencionamos, controlado por su red criminal. En la segunda
hipótesis, con la participación de, principalmente, registradores públicos, notarios
y abogados, Orellana lograba inscribir en Registros Públicos una serie de
negocios jurídicos viciados mediante los cuales se transfería la propiedad a un
testaferro suyo. Posteriormente, dicha propiedad era transferida sucesivas veces
(incluso a terceros de buena fe), para reforzar la apariencia de legalidad de las
operaciones. Inclusive, se inscribía un contrato simulado que incluyese una
clausula arbitral entre testaferros de la red de Orellana sobre un inmueble de un
tercero para poder, así, aplicar un mecanismo similar al de la primera hipótesis.
Ambas hipótesis, como mencionamos, funcionaban gracias a que Orellana
controlaba funcionarios públicos de suma importancia (como lo es un registrador
público), así como también distintos árbitros, tergiversando de esta manera el
contenido de los principios registrales y los convenios arbitrales.

Pues bien, una vez que la red criminal de Orellana contaba con la propiedad de
un inmueble, disponían de este empleando distintos mecanismos legales: Por
ejemplo, un testaferro suyo obtenía un crédito en algún banco hipotecando uno de
estos inmuebles. Luego, el inmueble era transferido a otra persona sometida a un
proceso de insolvencia (también simulado por la red de Orellana) llevado por
alguna de las empresas liquidadoras de la misma red (Aladem o Delta). La
empresa encargada incluía el inmueble en la masa a liquidar, y de esta forma
lograban levantar las cargas y gravámenes del inmueble (entre estos, la hipoteca
a favor del banco). Finalmente, el inmueble se transfería a un tercero de buena fe,
sin que el banco logre cobrar nada.

Otra modalidad de operación de la red criminal de Orellana, consistía en que la


Cooperativa de Ahorro y Crédito para los Exportadores (Coopex) –empresa
constituida y controlada por la misma red- compraba los inmuebles y luego emitía
cartas-fianza falsificadas[6] a favor de empresas creadas por la red criminal, las
cuales se presentaban en procesos de licitación a efectos de demostrar su
solvencia. Una vez obtenida la buena pro, estas empresas pedían al Estado un
adelanto para iniciar la ejecución de las obras, tras lo cual desaparecían.[7]
La impunidad con la que operó la red criminal de Orellana llama severamente la
atención sobre la fragilidad de nuestros funcionarios y la debilidad de los controles
anticorrupción con los que actualmente contamos. Como vimos, la columna
vertebral en las operaciones de Orellana no se formaba, al menos no
principalmente, por la ambigüedad del texto de una norma o la duda en su
aplicación. Esta columna vertebral se conformaba por la participación de
operadores jurídicos de distintos ámbitos (léase jueces, árbitros, notarios,
registradores públicos, abogados), los cuales, incluso ante la claridad de una
norma, estaban dispuestos interpretarla y aplicarla de manera distinta -ante
cualquier controversia, Orellana contaba con podía obtener un pronunciamiento
arbitral o judicial favorable, independientemente de si legalmente tenía la razón o
no-. Esta situación debería incentivar el refuerzo de mecanismos de prevención y
fiscalización anticorrupción, en tanto que se trata de un problema medular en un
país como el nuestro.

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