Sie sind auf Seite 1von 8

En Egipto se crearon las instituciones de defensa y de ayuda mutua, que prestaban auxilio en

caso de enfermedad, como el servicio de salud pública, financiado con un impuesto especial.

En Egipto a pesar de las condiciones climatológicas desfavorables, se produjo un gran desarrollo


de la agricultura, caza, pesca, ganadería, el comercio y desde luego la arquitectura. Los alfareros
utilizaban tornos, invención de la época, y es importante hacer mención de un gran número de
egipcios dedicados a los oficios de la vida de ultratumba. En el libro “La sátira de los oficios”, se
subraya el carácter físico de los obreros, refiriéndolos como sucios y al trabajo como denigrante,
enfatiza además la fatiga y deformaciones físicas debido a posturas incómodas, algunos riesgos
profesionales y el mal trato por parte de los patrones, que sostenían “El hombre tiene una
espalda y sólo obedece cuando se le pega”.

Los trabajadores recibían escasa alimentación con la que apenas podían subsistir y en
consecuencia se producen afecciones oculares y parasitarias contraídas en el barro y las aguas
sucias de los canales. Tan despreciable les parecía el trabajo que en algún periodo de su cultura,
prohibieron por ley su ejecución por los ciudadanos, incrementándose aún más la esclavitud. En
los escritos de Ramsés II conocido como ¨ el personaje histórico más popular de finales de este
siglo ¨ nacido en el año 1326 A.C accede al trono imperial hacia 1301 A.C y muere alrededor de
1234 A.C por lo que se trata de uno de los reinados más largos que duró aproximadamente 65
años, lo cual justifica el esplendor de un reinado en un mundo en plena transformación y la
prosperidad que llevó a su pueblo por la belleza y magnitud de las construcciones que mandó
levantar y, por último, se menciona que este personaje, ¨ ofrecía las mejores condiciones de
trabajo a quienes construían su estatua, para que al hacerla con gusto resultase más estética y
eran atendidos además en sus accidentes de trabajo7, con lo cual se muestra una tendencia a la
protección contra los riesgos profesionales y sus consecuencias. La aplicación de tal práctica era
dejada a la consideración de los patrones y se sabe de la instalación de asociaciones religiosas
como organizaciones cooperativas para cubrir los gastos de las enfermedades de sus miembros,
pero únicamente se trataba de iniciativas privadas, siendo éste el primer antecedente histórico
de la antigüedad de un sistema de seguro médico.

Además, en el papiro de Smith y en las Ebers (1550 años a.C) y Berlín se ¨ hace alusión a hipótesis
lógicas e inteligentes para explicar la causa de las enfermedades de trabajo y su tratamiento.

Egipto la medicina adquiere una posición definida y una proyección social propia, aunque
vinculada y regulada por la religión. Inhotep (2980–2900 a.C.) es el primer médico comprobado
históricamente (18 siglos antes de Esculapio) y los papiros Eberson E. Smith son los primeros
tratados médicos conocidos (el primero, una lista de remedios y rezos, y el segundo, un tratado
de cirugía). La salud ya no es exclusivamente magia. Los sistemas de alimentación (silos y
distribución) y la preocupación por el medio ambiente y por el cuerpo en la sociedad egipcia de
entonces pueden ser también vistos como medidas de salud pública.

En Egipto la asistencia social estaba limitada a los servidores de los señoríos eclesiásticos cuyos
sacerdotes tenían que atender las necesidades más apremiantes únicamente quienes hubieran
sido sus propios esclavos o trabajadores. Esto fue así debido a que los almacenes de los dioses
(administrado por los sacerdotes) estaban repletos, mientras que los pobres que servían al
Estado se morían de hambre. En el caso de los labradores aquellos que dejaban de cultivar su
campo podían ser castigados. A estos no se les daba ninguna protección, ni se les amparaba en
caso de enfermedad o necesidad. Lo mismo le ocurría a su familia.

En Babilonia se obligaba a los dueños de los esclavos al pago de los honorarios a los médicos
que los atendían en casos de enfermedad.

Mesopotamia, es uno de los pueblos más avanzados de su tiempo, en donde se sucede el reparto
agrario, la distribución del trabajo y la jerarquización de acuerdo al oficio desarrollado. Aparece
la fabricación de cerveza y el pan de cebada, los primeros hornos para la elaboración de ladrillos,
forjadores y orfebres, dentro de la industria textil se mencionan los hilados, los tejidos y los
teñidos. Es también evidente la utilización del cuero y la madera, la fabricación de
embarcaciones y la industria del vidrio, por lo que es fácil deducir la exposición de los
trabajadores a diversos agentes químicos, condiciones térmicas alteradas, mecánicas y
radiaciones infrarrojas.

En cuanto a las regulaciones jurídicas, “esta civilización se destaca por el Código de Hammurabi
(2000 a. De J.), el cual se ha conocido completamente por encontrarse escrito en una columna
de basalto en caracteres cuneiformes” En cuanto se refiere a la prevención de accidentes o
indemnizaciones, se aplicaba la ley del talión, en la cual debían pagarse “ojo por ojo, diente por
diente”, pero en el caso de lesiones laborales a un esclavo, se pagaba en dinero a su dueño una
cantidad correspondiente a la lesión sufrida. Esta relación causa-efecto trabajo-daño obligó a
los gobiernos a legislar acerca de las relaciones laborales, buscando la protección del pobre ante
los abusos de los pudientes. También se establecían en este código contratos de trabajo con
salarios fijos y tres días de descanso obligatorio al mes para artesanos.

Más tarde aparecen ¨el Código de Urnammu, el de Lipit-Ishtar, las Leyes Eshunna, las Leyes
Asirias, Neobabilónicas y las Israelitas¨.
En la Mesopotamia, en el Código de Hammurabi, encontramos exigencias a los integrantes de
los gremios de una responsabilidad profesional, no sólo en los aspectos relacionados con la
profesión y el aprendizaje, sino en aquellos que tenían que ver con la vida cotidiana y los
diferentes acontecimientos de la misma, tales como la enfermedad, los nacimientos, los
fallecimientos, etc.

En Grecia, los ciudadanos que por sus limitaciones físicas no podían subvenir a sus necesidades
eran auxiliados, y educados los hijos de quienes habían perecido en defensa del Estado. Las
erans consistían en asociaciones de trabajadores con fines de ayuda mutua. Las hetairas
tuvieron también existencia en Grecia, cuando el trabajo estuvo a cargo exclusivo de esclavos.

Esta civilización deja representaciones históricas de trabajos hechos por guerreros, zapateros y
alfareros, indicando que había cierta consideración y respeto por estos oficios. En el año 460
A.C. nace Hipócrates el Grande; pese al valor puramente mítico de su genealogía, se sabe que
nació en Cos y de los 60-70 escritos que le son atribuidos, encontramos el tratado “Aires, aguas
y lugares” que fue el primero que se produjo sobre la salubridad, geografía médica, climatología
y fisioterapia, en el que se hallan consignadas las primeras observaciones generales acerca de
los factores determinantes de la enfermedad y la importancia del medio ambiente laboral, social
y familiar. Destaca la mención de vientos, aguas, suelos, modo de vivir y trabajar de los hombres,
los efectos del ejercicio físico tanto en la vida diaria como en el trabajo. Escribe también en otro
tratado ¨....sobre las enfermedades de los mineros entre los que destacan sus trabajos sobre el
Saturnismo y la Anquilostomiasis ¨, establece además una metodología para visitar los centros
laborales, identificar y dar a conocer factores causales de las enfermedades describiendo, por
primera vez, la intoxicación por plomo como una enfermedad ocupacional.

En Grecia los gremios o diversos oficios tendían a concentrarse en barrios determinados de la


ciudad, los artesanos eran vecinos y a la vez rivales, podían ser competidores pero en momentos
de mucho trabajo, de penuria, de enfermedad, etc., la proximidad entre ellos los convertía en
camaradas. Muchos oficios se organizaban no tanto sobre bases económicas, sino más bien con
finalidades de tipo social o religioso y cada oficio practicaba sus especiales ritos, ayudas o
misterios.

El Estado veía con buenos ojos este tipo de organizaciones pero no asumía ningún compromiso
de ayuda a los necesitados, excepto con algunos huérfanos: “Los hijos de ciudadanos que
murieron en guerra eran mantenidos con el presupuesto público durante su minoría de edad”3.
Los Estados griegos ni en la paz ni en la guerra tuvieron un sistema fiscal que les permitiese
atender las necesidades humanas y sociales más primitivas solicitadas por sus ciudadanos, y esto
debido a que se comportaban aproximadamente igual que el muchacho que va a la escuela, el
cual considera como caído del cielo todo el dinero que recibe y por lo tanto lo gasta alegremente
y sin pensar en el mañana. Es notable el caso del “dinero de las fiestas”, que era un “fondo
público” destinado a subvencionar a los ciudadanos pobres pero únicamente con el fin de que
asistieran a las fiestas públicas o espectáculos4.

En el caso de Alejandría fue diferente; en la plenitud de su prosperidad el control del Estado se


extendía tanto a las operaciones comerciales como a la cobertura de las necesidades más
apremiantes (enfermedad, ancianidad, etc.). Junto a magníficas bibliotecas se podían
contemplar los hospitales o casas de salud construidas para dar amparo y asistencia al
necesitado. Pero es sobre todo entre los hebreos donde encontramos una solidaridad
corporativa, derivada del pacto que Dios formalizó con Israel por intermedio de Moisés.

El efecto de este pacto no era solo unir al individuo a Dios, sino también el de reunir a todos los
miembros del pacto en una sola comunidad. Al punto que cuando un hombre transgredía uno
de los mandamientos de Dios, toda la comunidad quedaba comprometida con su pecado y
cuando alguien pasaba por momentos difíciles, todos sentían la obligación de acudir en su
ayuda. En este pueblo existía una ética social de solidaridad corporativa, que conducía
inmediatamente a la preocupación por el prójimo, era así que los miembros más débiles de la
sociedad (viudas, huérfanos, extranjeros, etc.) estaban especialmente protegidos5.

En Roma surgieron los collegia corpora oficie, asociaciones de artesanos con propósitos
mutuales, religiosos y de asistencia a los colegiados y a sus familiares, que asumían la
obligación de atender a sus funerales. Los collegia subsistieron hasta la caída de Roma como
resultado de las invasiones de los bárbaros.

La civilización Romana se caracterizó por su desarrollo de “la agricultura, ganadería, artesanía,


del comercio y desde luego de su capacidad para la guerra; fue regida por medio del
patriarcado”. Existieron esclavos tratados en condiciones infrahumanas, jornaleros con
jerarquía superior, Se produjo mucha especialización entre los artesanos, gran desarrollo del
comercio y la creación del Gran Senado. En ella los esclavos y los prisioneros realizaban los
trabajos más pesados, especialmente en las minas donde primaban condiciones paupérrimas de
higiene y seguridad y tenían muy poco valor por la vida de los mismos. No obstante, hay cierta
evidencia de justicia para el trabajo, con la aparición de las tablas de Ajuste donde se exige a los
patrones la existencia de medidas de seguridad con sus trabajadores. Existe evidencia, señalada
por escritores como Marcial, Juvenal y Lucrecio, de la presencia de enfermedades específicas en
trabajadores y esclavos, sobre todo los mineros. Entre los médicos más importantes se destaca
Galeno; (quién nació en el año 130 A.C en Pérgamo, en el Asia Menor). Y se caracteriza por
convertirse en la fuente de la medicina y del saber anatómico arábigo – medieval, por enumerar
las enfermedades de los mineros y curtidores, por describir la patología del envenenamiento de
plomo con precisión y reconocer las exposiciones peligrosas de los mineros de cobre a las
lloviznas ácidas. Se tiene evidencia de algunas visitas al medio laboral en las minas de sulfato de
cobre en Chipre, donde reconoce aún sin dar soluciones, de los peligros de las neblinas ácidas,
por lo que estos trabajadores efectuaban sus labores sin ropa y a gran velocidad para evitar la
sofocación. A mediados del siglo I, Plinio el Viejo, nacido en Roma, hace ciertas recomendaciones
sobre el uso de instrumentos destinados a la protección personal, tales como las vejigas de
animales colocadas delante de la nariz para evitar respirar polvo; es autor de la ¨Historia
Natural” donde recoge los conocimientos científicos de mayor importancia en el mundo antiguo
con respecto a la medicina, mineralogía, cosmología, fisiología animal y vegetal etc. ¨...enunció
normas preventivas a los trabajadores de minas de plomo y mercurio11¨ haciendo alusión a
enfermedades debidas a exposiciones de origen ocupacional.

Las guildas, oriundas de Escandinavia y extendidas en Gran Bretaña y los pueblos germanos
en el siglo VII, fueron asociaciones de asistencia mutua, unidas por el juramento de ayudar y
socorrer en determinadas circunstancias a los enfermos, apoyadas en el principio de la
solidaridad.

Las Guildas

Las Guildas eran agrupaciones de familias artificiales formadas por la conjunción de vínculos
sanguíneos entre sus miembros, unidos por juramento de ayudarse y defenderse en
determinadas circunstancias. Las más importantes fueron las germánicas y las anglosajonas.

Su origen se remonta a la costumbre germánica del convite, o sea tratar los negocios
importantes en banquetes. De forma tal, que las personas que hubieran compartido los placeres
de la mesa, quedaban obligadas a defenderse mutuamente, ya en el campo de batalla, o en las
asambleas, con su prestigio.

Las Guildas constituyeron instituciones diversas con un contenido religioso social del que
posteriormente se derivó un contenido político, artesanal o mercantil.

Las Guildas se pueden considerar como las primeras en constituirse para la defensa mutua de
sus integrantes, mediante el fundamento de ideas religiosas, que luego sin perder ese carácter,
se convirtieron en entidades que agrupan a mercaderes y artesanos, con el objeto principal de
asegurar a sus miembros la protección de su persona y de sus bienes. Su característica es la
fusión de intereses, y comunidad de esfuerzos.

Existieron tres categorías de Guildas:

Religiosas o sociales, que estaban constituidas por asociaciones de defensa mutua de personas
vinculadas por credos religiosos.

De artesanos.

De mercaderes.

Estas últimas están constituidas por individuos unidos en agrupaciones, cuya característica
principal era la fusión de intereses y de comunidad de esfuerzos. Las Guildas estaban regidas
por estatutos elaborados por sus integrantes. Todos sus miembros podían participar en las
asambleas, en la elección de sus autoridades y en la administración de los fondos.

Con referencia a la reglamentación del trabajo, la mayor parte de las obligaciones se referían a
la forma de ejecutarlo y a los materiales que debían emplearse. Había prohibición de mezclar
materia prima de primera calidad con un tipo inferior, vender como nuevo un objeto ya usado,
trabajar después del toque de queda o antes del amanecer.

Como se aprecia, prevalecía más que un carácter gremial, el principio de solidaridad,


consistiendo éste esencialmente, en asistencia a los enfermos, honores a los fallecidos y más
secundariamente, en las normas prácticas de aprendizaje de oficios.

En este tipo de asociaciones, aparece por primera vez configurada la clasificación de aprendices,
oficiales y maestros, que constituyen la base fundamental de la organización corporativa.

En los países del cercano y medio Oriente florecieron los wakouf, a manera de fundaciones
piadosas, en cuya virtud el fundador y sus miembros dedicaban sus propiedades a Dios y
afectaban sus rentas a los hombres menesterosos.

En el siglo VIII, Carlomagno dictaminó que cada parroquia debía sostener a sus pobres, viejos,
enfermos sin trabajo y a los huérfanos, cuando no contaban con ayuda familiar.

En Inglaterra (1601) se estableció un impuesto obligatorio a nivel nacional, para cubrir esta
clase de asistencia parroquial y, dos siglos más tarde, Dinamarca y Suecia adoptan medidas
similares, para asegurar de esta manera la responsabilidad de la comunidad.
El sistema de seguridad social, que contribuyó a impedir el hambre generalizada después de la
Gran Hambre, se basaba en la "caja común" de la parroquia, que se introdujo de manera
informal a finales de la edad media, y luego se institucionalizó por ley bajo los Tudor.

En su forma de vida y sus actitudes podemos reconocer muchas de las características que existen
entre los campesinos de todas partes, un grado de autosuficiencia que suponía que la mayor
parte de su comida procedía de su propia explotación. También gran parte del trabajo que se
requería para el cultivo procedía de sus propios recursos, es decir, de la familia. Su subordinación
social obligaba a muchos a entregar a sus señores una elevada proporción de su excedente de
trabajo, cada vez más en forma de dinero. Incrementaron su seguridad al asociarse con otros
campesinos en comunidades aldeanas, pero debían renunciar inevitablemente a parte de su
independencia. Eran prudentes, reticentes a hacer innovaciones, y evitaban el riesgo. Se
preocupaban por conservar el bienestar de sus familias, intentando conseguir tierra, cuando era
posible, para los hijos que se veían privados de su parte de la explotación familiar, debido a las
costumbres relativas a la herencia, y cuidaban de los ancianos por medio de acuerdos de retiro
que les proporcionaban una parte del producto de la explotación.

La preocupación por la seguridad de una determinada colectividad también se hizo presente


en las antiguas culturas americanas. En el imperio del Tahuantinsuyo los incas garantizaron a
la totalidad de los seres humanos bajo su jurisdicción, el derecho a la vida mediante la
satisfacción plena de las necesidades físicas primordiales, como la alimentación, vestido,
vivienda y salud, que equivalía a la supresión del hambre y la miseria, causados por las
desigualdades sociales y por los no previstos efectos destructores de la naturaleza,
incontrolables por el hombre.

Efectivamente, los sobrantes del cultivo de las tierras del inca eran depositados en las piruas
(graneros del Estado), para cubrir la escasez en los casos de sequías o de calamidades públicas,
así como la de atender a los ancianos, viudas y huérfanos a cargo del Estado, y no
abandonados a su suerte, como ocurría en otras culturas antiguas.3 De otro lado, un sentido
comunitario inspirado en la solidaridad, permitía que los miembros del ayllu, después de
cumplir con sus labores comunales, lo hicieran en los topos correspondientes a otros miembros
del ayllu, que requerían tal ayuda.

Sin llegar a la perfección de la organización incaica, se ha comprobado que el calpulli, versión


mexicana del ayllu, cumplía determinadas funciones de previsión. Frías Olvera escribe que
‘‘cuando el jefe del calpulli o cualquiera de sus miembros se enfermaban, sufrían accidentes o
recibían lesiones en la guerra, tenían derecho a seguir percibiendo la parte de los productos
que sacaban’’.

Das könnte Ihnen auch gefallen