Sie sind auf Seite 1von 39

La Teoría de la Tectónica de Placas y la Deriva Continental

Gustavo Tolson

Antecedentes históricos

En 1885 y basándose en la distribución de floras fósiles y de sedimentos de origen glacial, el


geólogo suizo Suess propuso la existencia de un supercontinente que incluía India, África y
Madagascar, posteriormente añadiendo a Australia y a Sudamérica. A este supercontinente le
denominó Gondwana.

En estos tiempos, considerando las dificultades que tendrían las plantas para poblar continentes
separados por miles de kilómetros de mar abierto, los geólogos creían que los continentes habrían
estado unidos por puentes terrestres hoy sumergidos. El astrónomo y meteorólogo alemán Alfred
Wegener (1880-1930) fue quien propuso que los continentes en el pasado geológico estuvieron
unidos en un supercontinente de nombre Pangea, que posteriormente se habría disgregado por
deriva continental. Su libro Entstehung der Kontinente und Ozeane (La Formación de los
Continentes y Océanos; 1915) tuvo poco reconocimiento y fue criticado por falta de evidencia a
favor de la deriva, por la ausencia de un mecanismo que la causara, y porque se pensaba que tal
deriva era físicamente imposible.

Los principales críticos de Wegener eran los geofísicos y geólogos de los Estados Unidos y de
Europa. Los geofísicos lo criticaban porque los cálculos que habían llevado a cabo sobre los
esfuerzos necesarios para desplazar una masa continental a través de las rocas sólidas en los
fondos oceánicos resultaban con valores inconcebiblemente altos. Los geólogos no conocían bien
las rocas del hemisferio sur y dudaban de las correlaciones propuestas por el científico alemán. A
pesar del apoyo de sus colaboradores cercanos y de su reconocida capacidad como docente,
Wegener no consiguió una plaza definitiva en Alemania y se trasladó a Graz, en Austria, donde fue
más ampliamente reconocido.

En 1937, el geólogo sudafricano Alexander Du Toit publicó una lista de diez líneas de evidencia a
favor de la existencia de dos supercontinentes, Laurasia y Gondwana, separados por un océano de
nombre Tethys el cual dificultaría la migración de floras entre los dos supercontinentes. Du Toit
también propuso una reconstrucción de Gondwana basada en el arreglo geométrico de las masas
continentales y en correlación geológica. Hoy en día el ensamble de los continentes se hace con
computadoras digitales capaces de almacenar y manipular enormes bases de datos para evaluar
posibles configuraciones geométricas. Sigue habiendo cierto desacuerdo en cuanto a la posición
de los distintos continentes actuales en Gondwana.
Los datos a favor de un supercontinente

La glaciación de Gondwana

La expansión de los casquetes polares durante las glaciaciones deja huellas en el registro geológico
como lo son depósitos de material acarreado por el hielo y marcas de abrasión en rocas que
estuvieron en contacto con las masas de hielo durante su desplazamiento. Ambos de estos tipos
de evidencia de un evento glacial pérmico (hace 280 millones de años) han sido reportados en
Sudamérica, África, India, Australia y Antártida. En las reconstrucciones de Gondwana, las áreas
afectadas por la glaciación son contiguas a pesar de ocupar lo que hoy en día son distintos
continentes. Inclusive las direcciones de flujo del hielo, obtenidas a partir de las marcas de
abrasión, son continuas de África occidental a Brazil y Argentina así como lo son de Antártida a
India.
Datos litológicos y estructurales

Las distribuciones de rocas cristalinas, rocas sedimentarias y yacimientos minerales forman


patrones que continúan ininterrumpidos en ambos continentes cuando Sudamérica y Africa son
restituidos cerrando el océano Atlántico. Por ejemplo, las cadenas montañosas orientadas E-W
que atraviesan Sudáfrica continúan cerca de Buenos Aires, Argentina. Los estratos sedimentarios
tan característicos de sistema Karoo en Sudáfrica, que consisten en capas de arenisca y lutita con
mantos de carbón, son idénticos a los del sistema Santa Catarina en Brasil.
Datos paleontológicos

Estudios de la distribución de plantas y animales fósiles también sugieren la existencia de Pangea.


Impresiones de hojas de un helecho, Glossopteris, están ampliamente distribuidas en rocas de
África, Sudamérica, India y Australia. La reconstrucción de Gondwana restringe el área de
influencia de Glossopteris a una región contigua del supercontinente. La distribución de fósiles de
vertebrados terrestres también apoya esta interpretación. La existencia de tetrapodos en todos
los continentes durante el Triásico es una indicación de que había conexiones terrestres entre las
masas continentales. En particular la distribución del reptil fósil Mesosaurus en África y
Sudamérica, dadas sus características tan distintivas y la ausencia de especies similares en otras
regiones es un fuerte indicio de una continuidad entre estos continentes durante el Pérmico.

Hoy en día la idea de que los continentes actuales estuvieron unidos formando Pangea en el
Permo-Triásico, y que empezaron a disgregarse a partir del Jurásico, es aceptada con pocas
reservas. Examinaremos ahora los mecanismos para la deriva continental.
El rompecabezas de placas tectónicas

Después de que los geofísicos habían sido los más asiduos críticos de la hipótesis de deriva
continental, es curioso que la evidencia más contundente que finalmente se acumuló a favor de la
hipótesis haya sido precisamente de índole geofísica. En los años 30 el geofísico japonés Wadati
documentó el incremento en la profundidad de los sismos en función de la distancia tierra dentro
hacia el continente. Al mismo tiempo el sismólogo Hugo Benioff documentaba la misma variación
y resaltaba el hecho de que las zonas de alta sismicidad no estaban distribuidas de manera
uniforme sobre el globo terráqueo, sino que éstas se alojaban en fajas más o menos continuas
asociadas a algunas márgenes continentales.
Después de la Segunda Guerra Mundial, y en gran medida por razones militares, se desarrolló la
nueva ciencia de la oceanografía, durante los años 50. Los oceanógrafos documentaron la
presencia de una enorme cadena montañosa submarina en el medio del Atlántico Norte que se
levantaba más de 2,000 m sobre los abismos de aproximadamente 4,000 m de profundidad a cada
lado. A principios de los años 60 el geofísico H.H. Hess sugirió un mecanismo que podría explicar la
deriva continental, basándose en las variaciones topográficas de los océanos. Hess propuso que las
rocas de los fondos marinos estaban firmemente ancladas al manto que les subyacía. Conforme se
apartaban dos enormes masas de manto, acarreaban pasivamente el fondo oceánico y surgía de
las profundidades terrestres material fundido que formaba una cadena volcánica y que rellenaba
el vacío formado por la separación de los fondos oceánicos. Si esto fuera cierto, razonó Hess, para
evitar un crecimiento indefinido de la Tierra era necesario que en alguna parte de ella fuera
consumido material cortical. Propuso entonces que los sitios donde esto ocurría eran las
profundas fosas oceánicas que bordeaban algunos continentes y arcos de islas.

En 1963, los geofísicos ingleses Frederick Vine y Drummond Matthews, de la Universidad de


Cambridge, publicaron un artículo en la revista Nature donde presentaron datos a favor de la
brillante pero especulativa idea de Hess. En este artículo, Vine y Matthews reportaron mediciones
de anomalías magnéticas en los fondos marinos al sur de Islandia, obtenidas mediante un
magnetómetro muy sensible remolcado por un buque. Los registros magnetométricos indicaban
patrones lineales muy claros de anomalías magnéticas positivas (donde la fuerza magnética era
mayor que el promedio) y negativas (donde la fuerza magnética era menor que el promedio). Las
anomalías magnéticas eran también simétricas con respecto al eje de la cadena montañosa del
fondo marino.

Esta observación encajaba con la del francés Bernard Bruhnes, quien en 1906 había propuesto que
el campo magnético terrestre se invertía más o menos cada medio millón de años. Vine y
Matthews concluyeron que las rocas volcánicas de los fondos marinos estaban registrando la
polaridad del magnetismo terrestre en el momento de su cristalización; conforme se invertía esta
polaridad cada 500,000 años, las rocas que se formaban constantemente en las dorsales oceánicas
iban registrando los cambios de polaridad. De esta manera propusieron que la anchura de las
franjas magnéticas debería ser igual a la velocidad de separación de las placas, multiplicada por la
duración del intervalo de tiempo entre inversiones de polaridad.
Tectónica de placas
No debe confundirse con Placa tectónica.

Vectores de velocidad de las placas tectónicas obtenidos mediante posicionamiento preciso GPS

La tectónica de placas (del griego τεκτονικός, tektonicós, "el que construye") es una teoría
geológica que explica la forma en que está estructurada la litosfera (porción externa más fría y
rígida de la Tierra). La teoría da una explicación a las placas tectónicas que forman parte de la
superficie de la Tierra y a los deslizamientos que se observan entre ellas en su movimiento sobre el
manto terrestre fluido, sus direcciones e interacciones. También explica la formación de las
cadenas montañosas (orogénesis). Así mismo, da una explicación satisfactoria de por qué los
terremotos y los volcanes se concentran en regiones concretas del planeta (como el Cinturón de
Fuego del Pacífico) o de por qué las grandes fosas submarinas están junto a islas y continentes y
no en el centro del océano.

Las placas tectónicas se desplazan unas respecto a otras con velocidades de 2,5 cm/año1 lo que
es, aproximadamente, la velocidad con que crecen las uñas de las manos. Dado que se desplazan
sobre la superficie finita de la Tierra, las placas interaccionan unas con otras a lo largo de sus
fronteras o límites provocando intensas deformaciones en la corteza y litosfera de la Tierra, lo que
ha dado lugar a la formación de grandes cadenas montañosas (por ejemplo las cordilleras de
Himalaya, Alpes, Pirineos, Atlas, Urales, Apeninos, Apalaches, Andes, entre muchos otros) y
grandes sistemas de fallas asociadas con estas (por ejemplo, el sistema de fallas de San Andrés). El
contacto por fricción entre los bordes de las placas es responsable de la mayor parte de los
terremotos. Otros fenómenos asociados son la creación de volcanes (especialmente notorios en el
cinturón de fuego del océano Pacífico) y las fosas oceánicas.

Las placas tectónicas se componen de dos tipos distintos de litosfera: la corteza continental, más
gruesa, y la corteza oceánica, la cual es relativamente delgada. La parte superior de la litosfera se
le conoce como Corteza terrestre, nuevamente de dos tipos (continental y oceánica). Esto significa
que una placa litosférica puede ser una placa continental, una oceánica, o bien de ambos, si fuese
así se le denomina placa mixta.

Uno de los principales puntos de la teoría propone que la cantidad de superficie de las placas
(tanto continental como oceánica) que desaparecen en el manto a lo largo de los bordes
convergentes de subducción está más o menos en equilibrio con la corteza oceánica nueva que se
está formando a lo largo de los bordes divergentes (dorsales oceánicas) a través del proceso
conocido como expansión del fondo oceánico. También se suele hablar de este proceso como el
principio de la "cinta transportadora". En este sentido, el total de la superficie en el globo se
mantiene constante, siguiendo la analogía de la cinta transportadora, siendo la corteza la cinta
que se desplaza gracias a las fuertes corrientes convectivas de la astenósfera, que hacen las veces
de las ruedas que transportan esta cinta, hundiéndose la corteza en las zonas de convergencia, y
generándose nuevo piso oceánico en las dorsales.

La teoría también explica de forma bastante satisfactoria la forma como las inmensas masas que
componen las placas tectónicas se pueden "desplazar", algo que quedaba sin explicar cuando
Alfred Wegener propuso la teoría de la Deriva Continental, aunque existen varios modelos que
coexisten: Las placas tectónicas se pueden desplazar porque la litósfera tiene una menor densidad
que la astenósfera, que es la capa que se encuentra inmediatamente inferior a la corteza. Las
variaciones de densidad laterales resultan en las corrientes de convección del manto,
mencionadas anteriormente. Se cree que las placas son impulsadas por una combinación del
movimiento que se genera en el fondo oceánico fuera de la dorsal (debido a variaciones en la
topografía y densidad de la corteza, que resultan en diferencias en las fuerzas gravitacionales,
arrastre, succión vertical, y zonas de subducción). Una explicación diferente consiste en las
diferentes fuerzas que se generan con la rotación del globo terrestre y las fuerzas de marea del Sol
y de la Luna. La importancia relativa de cada uno de esos factores queda muy poco clara, y es
todavía objeto de debate.
Placas tectónicas en el mundo[editar]

Actualmente existen las siguientes placas tectónicas en la superficie de la tierra con límites más o
menos definidos, que se dividen en 15 placas mayores (o principales) y 43 placas menores (o
secundarias).

Las 15 placas mayores[editar]

Las 15 placas tectónicas mayores.

 Placa Africana
 Placa Antártica
 Placa Arábiga
 Placa Australiana
 Placa del Caribe
 Placa de Cocos
 Placa Euroasiática
 Placa Filipina
 Placa India
 Placa Juan de Fuca
 Placa de Nazca
 Placa Norteamericana
 Placa del Pacífico
 Placa de Scotia
 Placa Sudamericana
Las 43 placas menores[editar]
Mapa detallado que muestra las placas tectónicas con sus vectores de movimiento.

 Placa de Altiplano
 Placa de Amuria
 Placa de Anatolia
 Placa de los Andes del Norte
 Placa Apuliana o Adriática
 Placa del Arrecife de Balmoral
 Placa del Arrecife de Conway
 Placa de Birmania
 Placa de Bismarck del Norte
 Placa de Bismarck del Sur
 Placa Cabeza de Pájaro o Doberai
 Placa de las Carolinas
 Placa de Chiloé
 Placa del Explorador
 Placa de Futuna
 Placa Galápagos
 Placa de Gorda
 Placa Iraní
 Placa de Juan Fernández
 Placa de Kermadec
 Placa de Manus
 Placa de Maoke
 Placa del Mar de Banda
 Placa del Mar Egeo o Helénica
 Placa del Mar de las Molucas
 Placa del Mar de Salomón
 Placa de las Marianas
 Placa Niuafo'ou
 Placa de Nubia
 Placa de las Nuevas Hébridas
 Placa de Ojotsk
 Placa de Okinawa
 Placa de Panamá
 Placa de Pascua
 Placa Rivera
 Placa de Sandwich
 Placa de Shetland
 Placa Somalí
 Placa de Sonda
 Placa de Timor
 Placa de Tonga
 Placa Woodlark
 Placa Yangtze
Se han identificado tres tipos de bordes: convergentes (dos placas chocan una contra la otra),
divergentes (dos placas se separan) y transformantes (dos placas se deslizan una junto a otra).

La teoría de la tectónica de placas se divide en dos partes, la de deriva continental, propuesta por
Alfred Wegener en la década de 1910, y la de expansión del fondo oceánico, propuesta y aceptada
en la década de 1960, que mejoraba y ampliaba a la anterior. Desde su aceptación ha
revolucionado las ciencias de la Tierra, con un impacto comparable al que tuvieron las teorías de la
gravedad de Isaac Newton y Albert Einstein en la Física o las leyes de Kepler en la Astronomía.

Causas del movimiento de las placas[editar]


El origen del movimiento de las placas está en unas corrientes de materiales que suceden en el
manto, las denominadas corrientes de convección, y sobre todo, en la fuerza de la gravedad. Las
corrientes de convección se producen por diferencias de temperatura y densidad, de manera que
los materiales más calientes pesan menos y ascienden y los materiales más fríos, son más densos,
pesados y descienden.

El manto, aunque es sólido, se comporta como un material plástico o dúctil, es decir, se deforma y
se estira sin romperse, debido a las altas temperaturas a las que se encuentra, sobre todo el
manto inferior.

En las zonas profundas el manto hace contacto con el núcleo, el calor es muy intenso, por eso
grandes masas de roca se funden parcialmente y al ser más ligeras ascienden lentamente por el
manto, produciendo unas corrientes ascendentes de materiales calientes, las plumas o penachos
térmicos. Algunos de ellos alcanzan la litosfera, la atraviesan y contribuyen a la fragmentación de
los continentes.

En las fosas oceánicas, grandes fragmentos de litosfera oceánica fría se hunden en el manto,
originando por tanto unas corrientes descendentes, que llegan hasta la base del manto.

Las corrientes ascendentes y descendentes del manto podrían explicar el movimiento de las
placas, al actuar como una especie de "rodillo" que las moviera.

Antecedentes históricos[editar]
La tectónica de placas tiene su origen en dos teorías que le precedieron: la teoría de la deriva
continental y la teoría de la expansión del fondo oceánico.

La primera fue propuesta por Alfred Wegener a principios del siglo XX y pretendía explicar el
intrigante hecho de que los contornos de los continentes ensamblan entre sí como un
rompecabezas y que estos tienen historias geológicas comunes. Esto sugiere que los continentes
estuvieron unidos en el pasado formando un supercontinente llamado Pangea (en idioma griego
significa "todas las tierras") que se fragmentó durante el período Jurásico, originando los
continentes actuales. Esta teoría fue recibida con escepticismo y finalmente rechazada porque el
mecanismo de fragmentación (deriva polar) no podía generar las fuerzas necesarias para desplazar
las masas continentales.

Las placas se mueven y causan terremotos[editar]


La teoría de expansión del fondo oceánico fue propuesta hacia la mitad del siglo XX y está
sustentada en observaciones geológicas y geofísicas que indican que las cordilleras meso-
oceánicas funcionan como centros donde se genera nuevo piso oceánico conforme los continentes
se alejan entre sí. Esto fue propuesto por John Tuzo Wilson.

La teoría de la tectónica de placas fue forjada principalmente entre los años 50 y 60 y se le


considera la gran teoría unificadora de las Ciencias de la Tierra, ya que explica una gran cantidad
de observaciones geológicas y geofísicas de una manera coherente y elegante. A diferencia de
otras ramas de las ciencias, su concepción no se le atribuye a una sola persona como es el caso de
Isaac Newton o Charles Darwin. Fue producto de la colaboración internacional y del esfuerzo de
talentosos geólogos (Tuzo Wilson, Walter Pitman), geofísicos (Harry Hammond Hess, Allan V. Cox)
y sismólogos (Linn Sykes, Hiroo Kanamori, Maurice Ewing), que poco a poco fueron aportando
información acerca de la estructura de los continentes, las cuencas oceánicas y el interior de la
Tierra.

Límites de placas[editar]
Son los bordes de una placa y es aquí donde se presenta la mayor actividad tectónica (sismos,
formación de montañas, actividad volcánica), ya que es donde se produce la interacción entre
placas. Hay tres clases de límite:

Divergentes: son límites en los que las placas se separan unas de otras y, por lo tanto, emerge
magma desde regiones más profundas (por ejemplo, la dorsal mesoatlántica formada por la
separación de las placas de Eurasia y Norteamérica y las de África y Sudamérica).
Convergentes: son límites en los que una placa choca contra otra, formando una zona de
subducción (la placa oceánica se hunde bajo de la placa continental) o un cinturón orogénico (si las
placas chocan y se comprimen). Son también conocidos como "bordes activos".

Transformantes: son límites donde los bordes de las placas se deslizan una con respecto a la otra a
lo largo de una falla de transformación.

En determinadas circunstancias, se forman zonas de límite o borde, donde se unen tres o más
placas formando una combinación de los tres tipos de límites.

Límite divergente o constructivo: las dorsales[editar]

Artículo principal: Borde divergente

Son las zonas de la litosfera en que se forma nueva corteza oceánica y en las cuales se separan las
placas. En los límites divergentes, las placas se alejan y el vacío que resulta de esta separación es
rellenado por material de la corteza, que surge del magma de las capas inferiores. Se cree que el
surgimiento de bordes divergentes en las uniones de tres placas está relacionado con la formación
de puntos calientes. En estos casos, se junta material de la astenosfera cerca de la superficie y la
energía cinética es suficiente para hacer pedazos la litosfera. El punto caliente que originó la dorsal
mesoatlántica se encuentra actualmente debajo de Islandia, y el material nuevo ensancha la isla
algunos centímetros cada siglo.

Un ejemplo típico de este tipo de límite son las dorsales oceánicas, como la dorsal mesoatlántica
entre otras, y en el continente las grietas, como el Gran Valle del Rift.

Dorsal oceánica.

Límite convergente o destructivo[editar]


La placa oceánica se hunde por debajo de la placa continental.

Artículo principal: Borde convergente

Las características de los bordes convergentes dependen del tipo de litosfera de las placas que
chocan. Con frecuencia las placas no se deslizan en forma continua; sino que se acumula tensión
en ambas placas hasta llegar a un nivel de energía acumulada que sobrepasa el necesario para
producir el deslizamiento brusco de la placa marina. La energía potencial acumulada es liberada
como presión o movimiento; debido a la titánica cantidad de energía almacenada, estos
movimientos ocasionan terremotos, de mayor o menor intensidad. Los puntos de mayor actividad
sísmica suelen asociarse con este tipo de límites de placas.

Cuando una placa oceánica (más densa) choca contra una continental (menos densa) la placa
oceánica es empujada debajo, formando una zona de subducción. En la superficie, la modificación
topográfica consiste en una fosa oceánica en el agua y un grupo de montañas en tierra.

Cuando dos placas continentales colisionan (colisión continental), se forman extensas cordilleras
formando un borde de obducción. La cadena del Himalaya es el resultado de la colisión entre la
placa Indoaustraliana y la placa Euroasiática.

Cuando dos placas oceánicas chocan, el resultado es un arco de islas (por ejemplo, Japón).

Límite transformante, conservativo o neutro[editar]

Falla de San Andrés.

Artículo principal: Borde transformante


El movimiento de las placas a lo largo de las fallas de transformación puede causar considerables
cambios en la superficie, lo que es particularmente significativo cuando esto sucede en las
proximidades de un asentamiento humano. Debido a la fricción, las placas no se deslizan en forma
continua; sino que se acumula tensión en ambas placas hasta llegar a un nivel de energía
acumulada que sobrepasa el necesario para producir el movimiento. La energía potencial
acumulada es liberada como presión o movimiento en la falla. Debido a la titánica cantidad de
energía almacenada, estos movimientos ocasionan terremotos, de mayor o menor intensidad.

Un ejemplo de este tipo de límite es la falla de San Andrés, ubicada en el Oeste de Norteamérica,
que es parte del sistema de fallas producto del roce entre la placa Norteamericana y la del
Pacífico.

Medición de la velocidad de las placas tectónicas[editar]

La medición actual de la velocidad de las placas tectónicas se realiza mediante medidas precisas de
GPS. La velocidad antigua de las placas se obtiene mediante la restitución de cortes geológicos (en
corteza continental) o mediante la medida de la posición de las inversiones del campo magnético
terrestre registradas en el fondo oceánico.

Véase también[editar]

Anexo:Placas tectónicas

Geología

Litosfera

Orogénesis

Referencias[editar]

Volver arriba ↑ Read HH, Watson Janet (1975). Introduction to Geology. Nueva York: Halsted. pp.
13-15.

Bibliografía[editar]

Murphy, J.B.; Gutiérrez, G.; Nance, R.D.; Fernández, J.; Keppie, J.D.; Quesada, C.; Strachan, R.A. y
Doatal, J. (2008): Rotura de las placas tectónicas. Investigación y Ciencia, 380[mayo]: 31-41.

Deriva continental
Animación que explica la teoría de deriva continental de Alfred Wegener.
La deriva continental es el desplazamiento de las masas continentales unas respecto a otras. Esta
hipótesis fue desarrollada en 1912 por el alemán Alfred Wegener a partir de diversas
observaciones empírico-racionales, pero no fue hasta la década de los sesenta, con el desarrollo
de la tectónica de placas, cuando pudo explicarse de manera adecuada el movimiento de los
continentes.1

La teoría de Alfred Wegener[editar]

La geográfica de los fósiles fue los argumentos que usó Alfred Wegener para demostrar la
veracidad de su teoría.

La teoría de la deriva continental fue propuesta originalmente por Alfred Wegener en 1912, quien
la formuló basándose, entre otras cosas, en la manera en que parecen encajar las formas de los
continentes a cada lado del océano Atlántico, como África y Sudamérica, de lo que ya se habían
percatado anteriormente Benjamin Franklin y otros. También tuvo en cuenta el parecido de la
flora fósil de los continentes septentrionales y ciertas formaciones geológicas. Más en general,
Wegener conjeturó que el conjunto de los continentes actuales estuvieron unidos en el pasado
remoto de la Tierra, formando un supercontinente, denominado Pangea, que significa «toda la
tierra». Este planteamiento fue inicialmente descartado por la mayoría de sus colegas, ya que su
teoría carecía de un mecanismo para explicar la deriva de los continentes. En su tesis original,
propuso que los continentes se desplazaban sobre otra capa más densa de la Tierra que
conformaba los fondos oceánicos y se prolongaba bajo ellos, de la misma forma en que uno
desplaza una alfombra sobre el piso de una habitación. Sin embargo, la enorme fuerza de fricción
implicada motivó el rechazo de la explicación de Wegener y la puesta en suspenso, como hipótesis
interesante pero no probada, de la idea del desplazamiento continental. En síntesis, la deriva
continental es el desplazamiento lento y continuo de las masas continentales.[cita requerida]

La teoría en la actualidad[editar]

Mapa que muestra la ubicación y movimiento de las placas tectónicas en la corteza terrestre.

La teoría de la deriva continental, junto con la de la expansión del fondo oceánico, quedaron
incluidas en la teoría de la tectónica de placas, nacida en los años 1960 a partir de investigaciones
de Robert Dietz, Bruce Heezen, Harry Hess, Maurice Ewing, Tuzo Wilson y otros. Según esta teoría,
el fenómeno del desplazamiento sucede desde hace miles de millones de años gracias a la
convección global en el manto (exceptuando la parte superior rígida que forma parte de la
litosfera), de la que depende que la litosfera sea reconfigurada y desplazada permanentemente.

Se trata en este caso de una explicación consistente, en términos físicos, que aunque difiere
radicalmente acerca del mecanismo del desplazamiento continental, es igualmente una teoría
movilista, que permitió superar las viejas interpretaciones fijistas de la orogénesis (geosinclinal y
contraccionismo) y de la formación de los continentes y océanos. Por esto, Wegener es
considerado, con toda justicia, su precursor y por el mismo motivo ambas teorías son
erróneamente consideradas una sola con mucha frecuencia aceptada.

Pruebas de la deriva continental[editar]


El meteorólogo alemán Alfred Wegener reunió en su tesis original pruebas convincentes de que
los continentes se hallaban en continuo movimiento. Las más importantes eran las siguientes.2

Pruebas geográficas[editar]
Wegener sospechó que los continentes podrían haber estado unidos en tiempos pasados al
observar una gran coincidencia entre la forma de las costas de los continentes, especialmente
entre Sudamérica y África. Si en el pasado estos continentes hubieran estado unidos formando
solo uno, (Pangea), es lógico que los fragmentos encajen. La coincidencia es aún mayor si se tienen
en cuenta no las costas actuales, sino los límites de las plataformas continentales.3

Pruebas geológicas[editar]
Se basaban en los descubrimientos a partir de esta ciencia. Cuando Wegener reunió todos los
continentes en Pangea, descubrió que existían cordilleras con la misma edad y misma clase de
rocas en distintos continentes que, según él, habían estado unidas. Estos accidentes se
prolongaban a una edad que se pudo saber calculando la antigüedad de los orógenos.

Pruebas paleoclimáticas[editar]
Utilizó ciertas rocas sedimentarias como indicadores de los climas en los que se originan, dibujó un
mapa de estos climas antiguos y concluyó que su distribución resultaría inexplicable si los
continentes hubieran permanecido en sus posiciones actuales. A causa de antiguas glaciaciones se
han encontrado tillitas en zonas muy separadas geológicamente.

Pruebas paleontológicas[editar]
Alfred Wegener también descubrió otro indicio sorprendente. En distintos continentes alejados
mediante océanos, encontró fósiles de las mismas especies, es decir, habitaron ambos lugares
durante el periodo de su existencia. Y es más, entre estos organismos se encontraban algunos
terrestres, como reptiles o plantas, incapaces de haber atravesado océanos, por lo que dedujo que
durante el periodo de vida de estas especies Pangea había existido.

Referencias[editar]

Volver arriba ↑ Oreskes, Naomi (1999). The Rejection of continental drift : theory and method in
American earth science. New York: Oxford University Press. ISBN 0195117336.

Volver arriba ↑ Jorge Llorente; Nelson Papavero y Marcello G. Simoes. «LA DISTRIBUCIÓN DE LOS
SERES VIVOS Y LA HISTORIA DE LA TIERRA». Consultado el 12 de febrero de 2015.

Volver arriba ↑ Gribbin, 2006, pp. 366-367.

Bibliografía[editar]

Gribbin, John (2006). Historia de la ciencia, 1543-2001 (2ª edición). Barcelona: Crítica. ISBN 84-
8432-607-1.
Wegener, A. (1912): Die Entstehung der Kontinente. Petermanns Geographische Mitteilungen, 58:
185-195, 253-256, 305-309 [de estos artículos existe traducción española de Cándido Manuel
García Cruz en Enseñanza de las Ciencias de la Tierra, vol. 20, Nº 1, pp. 27-63 (2012), monográfico
dedicado al Primer Centenario de la deriva continental, 1912-2012].
http://www.raco.cat/index.php/ECT/article/view/257521/346114

Wegener, A. (1912): Die Entstehung der Kontinente. Geologische Rundschau, 3(4): 276-292

Wegener, A. (1915): Die Entstehung der Kontinente und Ozeane. Sammlang Vieweg, 23, 94 págs.
Braunschweig (hubo varias ediciones posteriores) [El origen de los continentes y océanos.
Ediciones Pirámide, S.A. Ciencias del hombre y la naturaleza. 230 págs. Madrid, 1983 ISBN 84-368-
0233-0]

Teoría tectónica de placas y la deriva continental


La teoría tectónica de placas explica el proceso de deformación, destrucción y movimientos de la
corteza del planeta. La misma fue creada por diversos científicos quienes se basaron en la teoría la
deriva continental propuesta por Wegener y la teoría de expansión de los océanos.

La teoría de la deriva continental y la teoría tectónica de placas, erróneamente suelen ser


consideradas como sinónimos. La teoría tectónica de placas explica cómo está conformada la
litosfera (capa más superficial de la Tierra) y como se mueven las placas tectónicas; como se
forman las cadenas montañosas, el origen de los volcanes y terremotos, entre otros fenómenos.
Ésta teoría recoge otras de mayor antigüedad, tal es el caso de la teoría de la deriva continental
propuesta Alfred Wegener 50 años antes.

Existe una zona denominada "Anillo de Fuego" que se encuentra alrededor del océano Pacífico, a
lo largo de la costa oeste de Sudamérica y Norteamérica, al igual que a lo largo de la costa este de
Asia y la costa norte de Antártica. En este anillo se localizan más de 450 volcanes activos, es la
zona tectónica más activa del planeta. También es donde se producen gran parte de los
terremotos y sismos de mayor magnitud. Ésto es debido al movimiento de las placas tectónicas y
la expansión de los océanos.
Deriva continental.

Teoría de la deriva continental (1915)

En 1915, Alfred Wegener propuso su Teoría de la deriva continental. Wegener fue uno de los
pioneros en proponer que la superficie de la Tierra había cambiado con el paso del tiempo. Al igual
que Magallanes, Wegener notó que los bordes de las líneas costeras de los continentes parecían
encajar entre sí, tal como un rompecabezas. Por lo cual expuso que éstos pudieron haber formado
un solo continente en el pasado al cual denominó “Pangea” que en griego significa “toda la tierra”.
A su vez, diversos paleontólogos habían descubierto fósiles de criaturas similares a las encontradas
en otros continentes. Además, se realizaron estudios del clima y revelaron que los glaciares
cubrieron grandes partes del mundo que hoy se encuentran extensamente distanciadas. Estos
hallazgos fueron suficientes para que Wegener considerara que la litosfera había estado en
constante movimiento.

Ésta teoría fue rechazada por los científicos de la época, ya que no explicaba el por qué de los
movimientos ni cómo se producían.

Pangea

Pangea (Pangaea) fue el nombre dado por Wegener a un supercontinente que existió hace más de
300 millones de años, en las eras Paleozoica y Mesozoica. La separación de este supercontinente a
lo largo del tiempo dio origen a los continentes actuales.

Se estima que Pangea era una masa de tierra con forma de "C”, la cual se encontraba distribuida a
través del Ecuador y estaba rodeada por un extenso océano llamado Pantalasa (Panthalassa).

Pangea
Se cree que Pangea comenzó a separarse entre los períodos del Triásico y Jurásico. Como
consecuencia de los cambios y movimientos de las placas tectónicas. Inicialmente Pangea se
dividió en dos continentes, el continente al sur se denomino Gondwana y el del norte fue llamado
Laurasia, los cuales se encontraban separados por un mar circumecuatorial (mar de Tetis).

Así sucesivamente se fueron produciendo nuevos cambios y movimientos de las placas tectónicas
que dieron origen a los continentes actuales. Cabe destacar que el proceso geológico de
desplazamiento de los continentes o deriva continental, continúa en marcha.

Placas tectónicas

En el ámbito geológico se entiende por placa a un bloque rígido de roca sólida que conforma la
superficie de la Tierra (litosfera), el cual se mueve sobre el manto superior del planeta llamado
astenósfera.

Tipos de placas tectónicas

Continental: Son aquellas que poseen principalmente litosfera continental.

Oceánica: Estas no poseen continentes.

Mixtas: Poseen litosfera oceánica y continental.

Tipos de bordes de placas:

Constructivos: Son en los que se crea nueva litosfera. Coinciden con las dorsales.

Destructivos: En éstos se destruye litosfera. Coinciden con las fosas o zonas de subducción y zonas
de colisión continental.

Pasivos: Son neutrales, ya que no se crea ni se destruye litosfera. Las placas se desplazan
lateralmente.

Teoría tectónica de placas

Gracias a los avances en las técnicas de exploración geológica, la teoría de la deriva continental
comenzó a ganar mayor credibilidad en la comunidad científica. Sirviendo como base para el
desarrollo de la teoría tectónica de placas.
La teoría tectónica de placas fue creada entre la década de los 50 y 60.Diversos científicos
colaboraron en la creación de esta teoría, tal es el caso de los geólogos Wilson y Pitman; los
geofísicos Hammond Hess y Allan V. Cox; y los sismólogos Sykes, Kanamori y Ewing.

La teoría explica el proceso de deformación, destrucción y movimientos de la corteza del planeta.


La tectónica de placas establece que la litosfera se encuentra divida en placas principales y
diversas placas menores, las cuales se encuentran juntas y se mueven independientemente. Éstas
placas se encuentran dispuestas sobre una “cama” de magma (roca fundida) , la cual fluye
lentamente desde el manto de la Tierra hacia las zonas externas más frías, produciendo un
movimiento continuo y circular (corrientes de convección), lo cual empuja y rompe la placa
creando nueva corteza terrestre.

Placas principales.

La teoría tectónica de placas recoge los postulados de la deriva continental y la teoría de


expansión del océano.

Teoría de la expansión del fondo oceánico

La teoría de la expansión del fondo oceánico fue propuesta por Harry Hess en la década de los 60 y
establece que el fondo marino se desplaza debido a las corrientes de convección, lo cual produce
que los continentes se muevan con él, mientras éste se expande desde un eje central.
Formación de un rift continental.

De esta manera el calor debajo del continente provoca la dilatación de los materiales y un
abultamiento. Esto crea grandes fracturas que adelgazan la litosfera, formando un surco central o
rift continental a través del cual fluye magma desde el manto interior de la Tierra, generando
actividad volcánica. El magma al enfriarse se solidifica en forma de rocas llamadas ígneas. El
movimiento continuo producido por el magma, empuja y rompe la placa. De esta manera
comienza a generarse entre ambos fragmentos nueva litosfera oceánica y una pequeña dorsal.
Seguidamente la separación continúa y la extensión del nuevo fondo oceánico aumenta.

Consecuencias de los movimientos de las placas tectónicas

El movimiento de las placas tectónicas produce diversos procesos geológicos como: terremotos y
sismos (ocasionados por la colisión de las placas); vulcanismo; suducción o hundimiento de la
litosfera, formación de cadenas montañosas, entre otros.
Hundimiento de la tierra provocado por un terremoto.

Como será la tierra en el futuro.

Se estima que todos los continentes volverán a unirse dentro de 250 millones de años, formando
un supercontinente al cual han llamado “Amasia” y “Pangea Última”, a su vez poseerá un extenso
océano.

Se cree que la mayor parte de este supercontinente sea un desierto. Fuertes tormentas golpearán
las costas de un océano turbulento y sin oxigeno en su profundidad.

Los científicos consideran que los movimientos de los continentes son cíclicos, por lo tanto cada
500 a 700 millones de años se vuelven a unir. Cabe destacar que los científicos consideran que
para entonces la raza humana esté extinta.
Movimiento de los continentes en el futuro

http://www.escuelapedia.com/la-deriva-continental-y-la-tectonica-de-placas/

Las placas de la corteza terrestre


http://www.astromia.com/tierraluna/placas.htm
Foto 1

La superfície terrestre, la litosfera, está dividida en placas que se mueven a razón de unos 2 a 20
cm por año, impulsadas por corrientes de convección que tienen lugar bajo ella, en la astenosfera.

Hay siete grandes placas principales además de otras secundarias de menor tamaño. Algunas de
las placas son exclusivamente oceánicas, como la de Nazca, en el fondo del océano Pacífico. Otras,
la mayoría, incluyen corteza continental que sobresale del nivel del mar formando un continente.

Placas de la litosfera

La parte sólida más externa del planeta es una capa de unos 100 km de espesor denominada
litosfera que está formada por la corteza más la parte superior del manto. En las zonas oceánicas
la corteza es más delgada, de 0 a 12 km y formada por rocas de tipo basáltico.

La corteza que forma los continentes es más gruesa, hasta de 40 o 50 km y compuesta por rocas
cristalinas, similares al granito. La corteza continental es la capa más fría y más rígida de la Tierra,
por lo que se deforma con dificultad.

La astenosfera, situada inmediatamente por debajo de la litosfera está formada por materiales en
estado semifluido que se desplazan lentamente. Las diferencias de temperatura ente un interior
cálido y una zona externa más fría producen corrientes de convección que mueven las placas.
Foto 1

Estas placas se forman en las dorsales oceánicas y se hunden en las zonas de subducción. En estos
dos bordes, y en las zonas de roce entre placas (fallas), se producen grandes tensiones y salida de
magma que originan terremotos y volcanes.

Los continentes, al estar incrustados en placas móviles, no tienen una posición y forma fijas, sino
que se están desplazando sobre la placa a la que pertenecen.

La parte oceánica puede introducirse por debajo de otra placa hasta desaparecer en el manto.
Pero la porción continental de una placa no puede, porque es demasiado rígida y gruesa. Cuando
dos continentes, arrastrados por sus placas, colisionan entre sí, acaban fusionándose el uno con el
otro, mientras se levanta una gran cordillera de montañas en la zona de choque.

Pangea y las movimientos de placas


Foto 1

En la historia de la Tierra hubo épocas en que la mayor parte de los continentes estaban reunidos,
después de chocar unos con otros, formando el gran supercontinente Pangea. La última vez que
sucedió esto fue a finales del Paleozoico y principios del Mesozoico.

Durante el Mesozoico, Pangea fue disgregándose. Primero se dividió en dos grandes masas
continentales: Laurasia al norte y Gondwana al sur, separadas por un océano ecuatorial llamado
Tethys. Durante el Mesozoico, hace unos 135 millones de años, empezó a formarse el océano
Atlántico al ir separándose América de Europa y Africa.

Los desplazamientos de los continentes y los cambios climáticos y de nivel del mar que han
provocado, han tenido una gran influencia en la evolución que han seguido los seres vivos en
nuestro planeta. En lugares que han permanecido aislados del resto de las tierras firmes mucho
tiempo, como Australia o Madagascar, rodeadas por mar desde hace más de 65 millones de años,
han evolucionado formas de vida muy especiales. Otro ejemplo es la diferencia de flora y fauna
entre América del Norte y América del Sur, aislados durante decenas de millones de años y
uniedos hace sólo unos 3 millones de años.

La deriva continental

Se llama así al fenómeno por el cual las placas que sustentan los continentes se desplazan a lo
largo de millones de años de la historia geológica de la Tierra.
Este movimiento se debe a que contínuamente sale nuevo material del manto por debajo de la
corteza oceánica. Así, se crea una fuerza que empuja las zonas ocupadas por los continentes (las
placas continentales) y las desplaza.

En 1620, el filósofo inglés Francis Bacon se fijó en la similitud que presentan las formas de la costa
occidental de África y oriental de Sudamérica, aunque no sugirió que los dos continentes hubiesen
estado unidos antes.

La propuesta de que los continentes podrían moverse la hizo por primera vez en 1858 Antonio
Snider, un estadounidense que vivía en París.

La teoría de Wegener
En 1915 el meteorólogo alemán Alfred Wegener publicó el libro "El origen de los continentes y
océanos", donde desarrollaba esta teoria, por lo que se le suele considerar como autor de la teoría
de la deriva continental.

Según esta teoría, los continentes de la Tierra habían estado unidos en algún momento en un
único "supercontinente" al que llamó Pangea. Más tarde Pangea se había escindido en fragmentos
que, a causa de las fuerzas internas de la Tierra, fueron alejándose lentamente de sus posiciones
de partida hasta alcanzar las que ahora ocupan. Al principio, pocos le creyeron.

Lo que volvió aceptable esta idea fue un fenómeno llamado paleomagnetismo. Muchas rocas
adquieren en el momento de formarse una carga magnética cuya orientación coincide con la que
tenía el campo magnético terrestre en el momento de su formación.

A finales de la década de 1950 se logró medir este magnetismo antiguo y muy débil (llamado
"paleomagnetismo") con instrumentos muy sensibles. El análisis de estas mediciones permitió
determinar dónde se encontraban los continentes cuando se formaron las rocas. Se demostró así
que todos habían estado unidos en algún momento del pasado.
Por otra parte, desconcierta el hecho de que algunas especies botánicas y animales se encuentren
en varios continentes. Es impensable que estas especies puedan ir de un continente a otro a través
de los océanos, pero sí podían haberse dispersado fácilmente en el momento en que todas las
tierras estaban unidas. Además, en el oeste de África y el este de Sudamérica se encuentran
formaciones rocosas del mismo tipo y edad.

El movimiento contínuo

Foto 1
Lo que ha ocurrido, por lo menos, una vez, puede volver a ocurrir. Y ocurrirá. El movimiento de las
placas que forman la corteza terrestre deslizandose sobre una capa viscosa, sometida a fuertes
tensiones, no puede detenerse.

¿Por qué no lo notamos? Bueno, es un movimiento muy lento, o nuestra visión muy rápida. Pero
la deriva de los continentes es imparable, como lo es la salida al exterior de nuevos materiales en
las dorsales oceànicas y el hundimiento en las zonas de subducción.

Recordemos que los continentes no son más que las tierras emergidas de algunas placas y, de
buen seguro, en el futuro cambiarán de forma y posición muchas veces, como lo hicieron en el
pasado.

Pangea es sólo un paso

Antes de la deriva de Pangea se sabe que hubo periodos de deriva anteriores. Pangea sólo había
durado unos pocos cientos de millones de años y se había formado inicialmente a partir de la
unión de un conjunto de masas de tierra distintas de los continentes actuales, que eran a su vez
fragmentos de otro supercontinente. Por lo que parece, la rotura, dispersión y reunión de
supercontinentes es un proceso continuo.

De hecho, no son los continentes, sino el propio fondo oceánico el que se mueve y arrastra de este
modo los continentes. El proceso continúa, y los continentes siguen su deriva, por lo general a
razón de unos pocos centímetros al año. Por tanto, su actual disposición no es permanente.

El océano Atlántico se está ensanchando a medida que África y América se separan; en cambio, el
océano Pacífico se está empequeñeciendo. También el mar Mediterráneo se estrecha, y terminará
por desaparecer, pues África avanza hacia el norte, al encuentro de Europa.
Los continentes se separan

Cuando Pangea se escindió en Gondwana y Laurasia, la India formaba parte de Gondwana. Más
tarde se rompió y se desplazó rápidamente hacia el norte a la velocidad inusualmente elevada de
17 cm anuales, hasta chocar con Asia e unirse a este continente. La presión de la India contra Asia
provocó el plegamiento de la corteza y la formación de la cordillera del Himalaya, fenómeno que
aún prosigue.

Se cree que la unión o sutura de masas de tierra continuará repitiéndose una y otra vez en el
futuro y que todos los continentes volverán a reunirse de nuevo en un supercontinente.

Tectónica de placas

Durante miles de millones de años se ha ido sucediendo un lento pero continuo desplazamiento
de las placas que forman la corteza de nuestro planeta Tierra.

Este movimiento se origina por la llamana tectónica de placas, una teoría que complementa y
explica la deriva continental.
Tectónica de placas

Los continentes se unen entre sí o se fragmentan, los océanos se abren, se levantan montañas, se
modifica el clima, influyendo todo esto, de forma muy importante en la evolución y desarrollo de
los seres vivos. Se crea nueva corteza en los fondos marinos, se destruye corteza en la trincheras
oceánicas y se producen colisiones entre continentes que modifican el relieve.

Las bases de la teoría

Según la teoría de la tectónica de placas, la corteza terrestre está compuesta al menos por una
docena de placas rígidas que se mueven a su aire. Estos bloques descansan sobre una capa de roca
caliente y flexible, llamada astenosfera, que fluye lentamente a modo de alquitrán caliente.
Mapa tectónico

Los geólogos todavía no han determinado con exactitud como interactúan estas dos capas, pero
las teorías más vanguardistas afirman que el movimiento del material espeso y fundido de la
astenosfera fuerza a las placas superiores a moverse, hundirse o levantarse.

El concepto básico de la teoría de la tectónica de placas es simple: el calor asciende. El aire


caliente asciende por encima del aire frío y las corrientes de agua caliente flotan por encima de las
de agua fría.

El mismo principio se aplica a las rocas calientes que están bajo la superficie terrestre: el material
fundido de la astenosfera, o magma, sube hacia arriba, mientras que la materia fría y endurecida
se hunde cada vez más hacia al fondo, dentro del manto.
mapa tectónico

La roca que se hunde finalmente alcanza las elevadas temperaturas de la astenosfera inferior, se
calienta y comienza a ascender otra vez.

Este movimiento continuo y, en cierta forma circular, se denomina convección. En los bordes de la
placa divergente y en las zonas calientes de la litosfera sólida, el material fundido fluye hacia la
superficie, formando una nueva corteza.

Expansión oceánica

En los fondos oceánicos las placas se alejan y queda entre ellas un hueco que se llena con material
proveniente del manto, roca fundida (magma) de la astenósfera, que puede fluir por encontrarse
muy caliente. En cuanto llega a la superficie sufre cambios físicos y químicos al perder gases y
entrar en contacto con el agua del fondo del mar. Al descender su temperatura se convierte en
nueva corteza oceánica.

Al continuar separándose las placas, esta nueva corteza oceánica es arrastrada hacia los lados de
la cresta y deja lugar para que ascienda más material del manto. El material que asciende está muy
caliente, y transmite parte de este calor al material que tiene cerca, el cual empuja el material que
tiene encima, dando lugar a las grandes elevaciones sobre el nivel medio del fondo marino que
presentan las cordilleras oceánicas.
Foto 1

Las placas siguen separándose y el nuevo fondo, cada vez más frío, pasa el punto más alto y
comienza un descenso muy rápido, se rompe y se crean nuevas fallas normales, pero ahora el
movimiento relativo de las paredes es en sentido contrario al que ocurre del mismo lado dentro
del valle.

Conforme se aleja del centro de expansión, la nueva corteza oceánica se va enfriando, lo cual la
vuelve más densa y, por tanto, más pesada. Al pesar más, hace más presión sobre el material de la
astenósfera y lo hace descender. El resultado de esto es que el fondo oceánico se encuentra
apoyado sobre una superficie inclinada, y la fuerza de gravedad hace que resbale sobre esta
superficie alejándose del centro de expansión y por tanto de la placa que se encuentra del otro
lado.

Zonas de subducción

Si se está creando continuamente nuevo fondo oceánico y la Tierra no está creciendo, la creación
de nueva superficie debe ser compensada mediante la destrucción de superficie antigua. Por otro
lado, si dos placas se alejan una de otra, esto significa que se acercan a otras placas que se
encuentren en su camino, y si éstas no se alejan lo suficientemente rápido tienen que competir
por la superficie que ocupan.

Dorsal atlántica

En los extremos de dos placas, una continental y otra oceánica, esta última tiende a hundirse,
porque es más pesada que la astenósfera, mientras que la placa continental flota por ser más
ligera. En consecuencia, la placa oceánica se hunde bajo la continental y regresa al manto, donde
las altas temperaturas la funden. Las trincheras oceánicas son, por tanto, zonas de subducción
donde se consume la placa oceánica.

El hueco entre la placa subducida y la subducente forma una trinchera oceánica, donde se
deposita gran cantidad de sedimentos, aportados, sobre todo, por la continental. Algunas veces
parte de estos sedimentos se une al continente y, de esta manera, crecen los continentes.

Das könnte Ihnen auch gefallen