Instrumentos en la Manos del Redentor 1 de 2

Caracas, 01 de diciembre de 2013

Lección 12
Jonathan Aldana

EL PROCESO DE HABLAR LA VERDAD EN AMOR

¿Cual es la agenda que guía nuestra confrontación? ¿Estamos tratando que la gente haga lo que nos
plazca? ¿O estamos frente a ellos como embajadores, utilizando La Palabra de Dios para conducirlos
al arrepentimiento?

I. COMPRENDIENDO LOS PASOS DEL PROCESO DE CONFRONTACIÓN

Con ese propósito, analizaremos cuatro pasos en el proceso de confrontación, y utilizaremos una
situación de la vida real.

“Jaime y Dan son amigos cercanos. Dan va a usted preocupado porque Jaime está haciendo cosas que son
impropias de un cristiano. Él ha admitido que hace fraude con sus horas de trabajo y de vez en cuando “toma
prestado” material de oficina.
Habla de “relajarse” con compañeros de trabajo en los clubs; locales que Dan piensa deberían estar vetados a
un cristiano. Dan también se ha sentido herido porque Jaime ha violado su confianza cuando ha compartido
cosas personales con él. Dan ha tratado de hablar con Jaime sobre su relación con Dios, pero Jaime ha sido
resistente, y expresa solamente que está “desanimado con Dios” en este momento. Jaime ha dicho más de una
vez que es considerando cambiar de iglesia y marcharse. Usted está preocupado por Jaime lo conoce bien, y
tiene una relación de confianza mutua. Usted decide a hablar con él”.

Los siguientes cuatro pasos enmarcan el proceso de confrontación:

La pregunta que debe hacerse es, “¿Qué necesita ver esta persona (acerca de sí misma, Dios, los
demás, la vida, la verdad, el cambio) que ahora no ve, y cómo puedo ayudarle a verlo?”.
Cinco preguntas pueden ayudar a la gente a ver lo que Dios quiere que vean.
1.¿Qué estaba pasando?
2. Qué pensó y sintió cuando todo ocurría?
3. ¿Qué hizo usted en respuesta?
4. ¿Por qué lo hizo? ¿Qué estaba tratando de lograr?
5. ¿Cuál fue el resultado?

2.

3.
(Véase Ef. 4:22-24). El compromiso es el primer paso de la fase “vestíos de arrepentimiento.
Él no está dispuesto a conformarse con nada menos que nuestros corazones. (Ver Isaías 1:10-20;
29:13, y Mateo 23.)
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4.

II. CÓMO CONFRONTAR BÍBLICAMENTE

“Hablad la verdad (contenido) en amor (método)”.

Cristo empleó sabiamente este método de confrontación en Sus parábolas. (Lucas 7:36-50; 14:1-14)
Otro ejemplo de confrontación interactiva se encuentra en 2 Samuel 12:1-7.
El enfoque de Natán es digno de mencionar, pero veremos solamente doce aspectos:
1. Tenga en cuenta la de los problemas.
2. Tenga en cuenta el grado de espiritual.
3. No hay evidencia de que Natán entre en el salón del trono con ojos brillantes, venas dilatadas,
ardientes palabras y acusando con el dedo. (“David, eres un asesino y adúltero!”) De hecho, es
posible que usted se inquiete al ver la forma paciente de Natán.
4. Natán está ante David y le cuenta una historia, una larga diseñada para abrir
los ojos del corazón de David.
5. Tenga en cuenta que la historia se basa en un tema con la vida de
David (las ovejas).
6. En el estilo interactivo de confrontación de Natán, la atención se centra en la historia, con el
objetivo de estimular a David a ver lo que no ha visto.
7. Tenga en cuenta que la historia es corta en los detalles, pero muy específica en su
.
8. La historia cumple su objetivo, dando lugar a una del corazón: “se
encendió el furor de David” (y. 5).
9. Tenga en cuenta que David es el primero en después que la historia se
termina.(v. 5).
10. Natán sigue la auto-confrontación de David al aplicar específicamente la historia a sus pecados de
adulterio y asesinato (vv. 7-12).
11. David entonces habla palabras claras de que están libres de culpar a otros y
de excusas (y. 13).

12. Natán termina a David del perdón de Dios y las consecuencias de su

pecado (vv 13-14).

Para hablar la verdad, el principio es comenzar con la interacción. Esto incluye:

Comunicación en dos sentidos.

El uso de la metáfora.
Declaraciones de auto-confrontación.
Es para los tercos y los duros de corazón. Siempre debemos comenzar con la interacción (que la
persona participe en un auto-examen sincero) y solo pasar a la declaración (“Así dice el Señor, por lo
tanto, arrepentíos”) cuando la persona se ha negado a escuchar y considerar. (Ver Mateo 18:15-20;
23:13-39; Amos 6.)