Sie sind auf Seite 1von 8

---

EL NIÑ(l EN L:\ ~:N( 'Rl l( 'I.IAl>A: ENTUE LA


l\r1:\lll{E V LA Mll.JEI{.
7
;.1\,r qué dccinws qm· en el ps icoa11úl1 ~1~ c,,n nir'\r,<i, tic
illlj'l11ll' 1.·lmh1 prclimin;1r - p;ir;1 el pr;1ctr c;111tc- el •<.; tudi ri y 1;.1
inv1.·sti~:1ci(\n Sl,hrc l;1sexual idad fc11H.:ni11;1'!.
~,l\1r qué ese paso ohl igado en la fnrma c1,·in del íin,tl 1<Jt;1 de
la ('lrienttción lacanüma?.
En primer lugar, si prestamos atcnci<'> n al d, ~curso
corriente. cuando se habla del niño, se lo relaci ona a sus padres
considerándolo como el producto del enlace amoroso de una
mujer y un hombre.
Hay un saber popular allí, sobre el niño como producto del
deseo del otro, en relación al lugar de objeto que el niño ocupa al
entrar a la vida.
Incluso, cuando recibimos a un niño en la consulta,
hacemos entrevistas con los padres -quienes lo traen- no
precisamente para preguntar si ese chico fue deseado, a qué edad
se lo destetó, etc, cuestionario que sí arman los pediatras y los
psicólogos, pero no un psicoanalista, en tanto apunta a la lectura
del deseo inconsciente, el que no se expresa en enunciados tales
como: quiero al niño, planeamos tenerlo, etc.
Tampoco hurgueteamos sobre la sexualidad de la pareja de
sus padres, al modo de : ¿cómo van en la cama?; en tanto el modo
sintomático de relacionarse entre los sexos, no tiene que ver con
~l acto sexual entre ellos.
Sí, buscamos ubicar desde qué lugar cada sujeto habla en
relación al significante niño ; aunque aún no sepamos qué lugar
eligió el sujeto llamado niño para alojarse en el deseo del Otro.
Cuando es el niño el que habla, ¿qué extraemos de sus
dichos?.
En primer lugar, leemos si en su discurso opera la metáfora
paterna o nó, es decir que vamos más allá de los personajes del
padre y de la madre, dando relevancia a las ficciones cdípicas

pág. 99
· - t). y ~1 b construcción del síntoma ba_¡·o
que arma el 111 11
transfrrenci:1. , l ·
L ·tc~n nnchaco en a primera parte ele su
Es In que l , ' , • •

J ) • tnvés de b mctatora paterna, rcmterpretó


_
cnsc1ianza. • ,
cu<1nutl
1 l • • • • .

. -d· t· . 'tidi·mo en tanto un ,1ucgo de s1g111ficantcs, para


el1 e lp 0 1L L. • :1· · _ J . ,
,
• d . .•'tci oncs en el ps1coc1nc1 1s1s en re ac1on a la
correglf 1as L SV e 1

ló!.úca freud iana. .


~ Así. los pos-frcudianos buscaban la pretendida armonía de
las relaciones entre el niño Ysu nrndre. ,. .~
Por ejemplo, solía deci~s?: _A madre fahca, cl_~mo s~ ubic~
como su salame; a madre ps1cot1ca, tenemos un nmo autista; si
los padres están ·separados, el nifio tiene problemas; si el padre
está ausente, también, etc.
Y, al contrario, con la metáfora paterna, cons~deramos la
lógica de la subjetivación en el analizante llamado nifio.
Porque a través de la metáfora paterna, Lacan rompe con la
pretendida idea de que la madre y su hijo tendrían una relación
dual, cerrada como en un círculo.
La metáfora paterna introduce la . inqidenc_ia __g._el Jalo
~rticulado a la castración en el proceso de la subjetivación, por la
operación de un significante privilegiado: el Nombre del padr.e~
Y podemos observar que Lacan no habló de la madre en
tanto un concepto psicoanalítico, sinodel des-eo de-la madre~
es un concepto que incluye de entrada a la función deLp-ªdr~ en
tanto posibilita que una mujer esté dividida, entre su ser madre..x.,
muJer.
Como madre, es por la incidencia del menos fi que ella se
siente privada del tener, y busca su complemento en su hijo.
El problema es que la metáfora paterna sólo da cuenta de!.~-
respuesta del sujeto ante el deseo de la madre, y n~ de lo ·queJé!..
excede, en tanto que mujer (¿qué quiere ella?).
Desde esta perspectiva, Freud consideraba la importancia
del lazo amoroso que las mujeres hacen con el falo, pasando de la
madre ~l padre, al descubrir -la niña- que la madre está fallada
(modah_dad de inscripción de la castración en las mujeres).
Decepcionada de la madre que no es toda, la niñita busca del

- - - - - - - - - pág. 100 - -- - - -- - -
. del padre al _falo_que 1~ falta, transfiriendo ~u demanda al
0
i.1d , .c un ob1do 1mpos1ble : que le done un 111ño.
Jrc so 1,1 ·
Pª '- Notablemente- en sus t~~t_os sobre la sexualidad
. . I•rcud a(lrcQa una concl1c1on para esta soluci ón que la
ft:rncntnl1- , :::- .. . , , . .. . . . .
. -, _,1contrara del lado del pc1chc . Que la., tendencias pasivas
111nc1 t::1 · ·¡ · · ¡ ··
. +, ~c·iones infont I es v1vcnc1oc os en su exclusivo lazo con
(wt1~ 1ac • . . . . ,
t· drc) no sucumhon oí anl{¡u!Íam wnto, pues ellas haran de
la ma. ,n /a transferencia · de la mcwre
1
al pacre.
I
mow, c . .
Es decir, que ya Freud n1arca la relevancia de ese aspecto
·onºl no siunificante,
pU 1SI c1 ' o
en el can1ino de las mujeres
.
hacia la
maternidad. . . .
Entonces, investigar sobre la sexualidad femenina, quiere
decir investigar sobre la sexuali_dad de l_a madre de~ anal izante?.
No, porque como cualquier anahzante, el niño construirá
sus ficciones sobre el Otro del deseo, dibujándose en la cura en
qué lugar él se ubica en relación al deseo de la madre y la mujer
(lo que excede a la madre).
No vamos a preguntarle a la madre si ella es buena o mala
madre, sino que deducimos por los dichos del analizante -bajo
transferencia- si hay o no !a buena madre, en e_l senüdo.A~u~--
para el niño, ella no satura la falta en la_que~se_sitstiene $1.J.•des_e.o,,
¿Qué queremos decir con esto?: que desde la perspectiva
del niño, la madre será suficientemente buena, si no lo es
demasiado, si no es la madre buena solamente, aquella que sólo
es un vehículo de la autoridad paterna, la que enseña a tener
buenos hábitos, a tener buenos modales en los comportamientos
sociales, la que introduce al lazo social con los demás.
Es preciso que todos esos cuidados al niño -que la
sociedad espera de las madres- no disuadan a cada madre de
desear como mujer.
De modo que, no basta con la puesta en función de la
metáfora paterna. .
. Es preciso que la madre, en tanto mujer, no se vea
disuadida de encontrar al significante de su deseo en el cuerpo
de un hombre, al falo positivizado: e!)
. ¡1 111 c t.11111 ,1 p ,11l· 111.1 c11 11 ¡1 . l
• 1 · 111 ' ' ,kd111· 11 q111 . 1 ·1 ' Cll ,I
l ,,, '. . 1 I· 1 11¡'1' l1 c11d1, 111,, 1111 ,q,.111 ll·:1 ~o n c¡1 1c el
¡ 1,1..· td'll' . ,I
11·.111 tr,11 . in,tr, •11 dr ~c<, <1e 1:1 111 :H 1re. :1 tr•1v(:,, 1 1
. ·l · \1 11 . , 111..·11111' 11 ' ' , , ( {'
1J · ,1 "11 . .. 11 11 , rl 1,,11,, r n l.1 b11r .1drl C(lrodrd () J) ' ir-
1 l1 1
· I l· \ ,l lllt11ll1.. ' ,1
, 11 ~ 1' 1i ,1 . , .
. • • ·t1 ~ 1ll l,1 , 1:-ll1..11.l j ' 1
, ; 1-· 1 1 :- • • •. , . ·rn., rcirntc
1
el (k!-lri i c¡u"
:1 1111 :1 , 1\' l S lPll <
L,\ 1l1 · ( ·1l 1 'I •.1 1. ,I .l . ,
kl Jesn.1- el o b1 r tr 111110 n,, In sea to-'
1
'-

. ll . • ll O t l' 11..1l 11 l.. uO


11 1 ,n
. 1 ·I , \l j 'h' tll,\t Tlh' 1
lJ • · •
11 . 1,, 11 ,kl 111)- todP que e dese o de l;i ni ad rc
!l J \ \111 ,l \.l llh l , . • . • . . • . .

;. \ • , 1 \
·:- ' . \
JI · . l)
,1!11,\1.. l 1
,¡_)I' un Jwmh1L . cULst1on que c.:x1 gc
. ,
que el
'"•' .' ..i ~I 1111,
. 1 . e
-, ' ., .\• un hlllnbrc t;11nb1c11 . ¡ ·~
1 .• ,. Fs J. ·ir. un lwmhrc que tome. a lama 0 r~ 0e nm~) con, 0 su

. cr. -1qudb ,pie crns:1 u Jcsco. o ca: que el pueda Jugarse en


, j ' S ' 1..1 Yirii. .,
· p'-1 rquc ~ ¡ el padre no está? la altura de su func1on, deja al
niñ1.'. lit r3 J 0 a encontrar refugio en e~ fantasma materno, el
•.:mtJSmJ de una madre. negada como muJer.
Esta distinción permite entender cómo el amor de la madre
· uena no basta para el niño. Al contrario!. La clínica
sicoanalitica nos confronta con los estragos del amor materno,
en la medida que falta allí una mujer, ese aspecto más allá de la
madre.
Jacques-Alain Miller, por los años 90/91, en Buenos Aires,
dio una conferencia sobre el tema de las mujeres y los
semblantes poniendo en juego la figura de Medea, como la
opuesta a la madre.
Medea fue abandonada por su amado Jasón, porque se fue
con otra mujer. Ella dejó de ser el objeto causa del deseo de Jasón
y enloqueció, al tomar la decisión en acto de matar a los hijos
tenidos con él para vengarse de la infidelidad de Jasón.
Ella pensó que si le mataba a su amante, él la reemplazaría
P?r otra, en cambio no podría suplir la pérdida de sus propios
h lJúS.
Más allá de horrorizamos con el fuera de límites del acto
vengativo de Medea ante la pérdida del amor de Jasón extraemos
que cada mujer se encuentra dividida entre su función madre . de

- - - p ;1~~ - 102
. . ; cr Je lll.\u1.: r. en tanto tKupa p~1r;1 1m hombre el lu gar Jcl
~ ~ll · ..1us~l de su deseo.
,,l'J ·tl\\' dcst:ic:ir sPl:1mcntl' el valor d~I ni fí o como sust ituto
. . , p:ir:i un:i nw_¡ cr. puede extrav iarnos -en la pr{ictica
t.il 1~¡ 111c1- :--• 1· tH' S cnnducc a promover en form a unihitcr·tl '-
¡-'-1
1
.1n:1 . . • • ,ltn:idtff:l dd hijo para dla: pues nos hace olvidar c.¡uc
f11n~· 11.'ll l 1 l .r · · '
.. mcnns causante Le una u1v1 s1on ~ntrc madre y muJ·cr
. '! l ' ¡1(1 L ~ . J 1 f' .' .. - ,
' · , · ,1 , 1·cn1Cn1I1L) (1uc acccoc a a unc10n materna.
' 1,U]L l - ··· - · -
í.·n l · frcud. había observado esta problemática en la vida de
·info de Vinci. di ciendo: "La madr e puso al hijo en el fugar
L..:1,n, , l . , d
.l.¡ marido. y le mocho o e qwto gran p~~te e su virilidad " .
D~ modo que, por estructura, el nmo en su lugar de objeto
d s~ado no sólo colma, también divide. .
y para no quedar atrapado en el lugar del obJeto que causa
al deseo de ella, es esencial que la madre desee algo más allá del
hi"
Jº· Si el objeto niño no la divide, entonces: o bien el niño cae
como resto de fa pareja de los genitores, o bien entra con la
madre en una relación dual que lo soboma al fantasma materno.
Podemos entonces, tiacer una distinción muy fácil sobre
el lugar que -inconscientemente- elige el niño: O colma o
divide.
En las notas a Jenny Aubry, Lacan establece esta división
en la sintomatología infantil.
Así, encontramos dos clases de síntomas: los ~e e~tán
relacionados con la verdad de· la parej_ª-pare~fa! (como el caso
Juanito, tratado por Freud), y los que remiten a la_relación_dual.
del niño y la subjetividad de la madre.
En el caso en el qu; el sín toma del niño representa la
relación sintomática de la pareja parental, es un síntoma
~omplejo pero es más sensible a la dialéctica que puede ·
introducir la intervención del analista; pues ya está articulado .
con la metáfora paterna.
. Es decir, que el síntoma del niño está atrapado por una
sene de sustituciones y las intervenciones del analista pueden

~ - - -- - pág. 103
. .¡
, ·,-cuitn '1:1c ic11do que es;1s sust itucioncs .....
al:1rg:11 L e1
. • • • • , • .. • . , , • ,1C
.¡ 1111·1() ¡Hicd:110111,11 1csponst1hil 1dt1d en su goce
dcsarro 11 en. y L .. . . .
· 1,. 11 los c:isns doIHk L'I 111110 se uh1c;1 como ol~¡eto del
• ' . 1, ¡.1 111 -1drc L'S un sí11lom:1 que "bloquc;1", y c¡uc . ..e
t:u1t;1Sll1,I le ' ' ' . .. '' . ' . ' . . .)
. e )llHl un l"L" d 111 dII eren te ltl csf. ucrzo de movtlizarlo
prL'SL'll t ,1 ( . , .' . . · . . I· . · .,
. t,
lllL'(.ltan L
ll)
,J
~nilLHlltco •
en t.111to no .
existe
~
d drt,culac,on

prL'SL'I 11 e
, (lL·I , .. ,,()
... ,1,, • •in!L'rior· l •
: 1 deseo
• . del n1no qu_<.:cla· bloc¡.uc.ado
. ,
congdado. conio se puede deducir de los casos de autismo y
psicosis infantil. . , .
Lacan pone como c_Jcmplo de smtoma bloca] de] niño, al
síntoma somMico.
Podeinos apreciar que cuando el nifio no divide sino que
colnrn al deseo de la madre, más la angustia a ella, en el sentido
de que la angustia expresa la falta de la falta. Y sabemos que 1ª
madre _angu]tiª qa ~~
como muJe[.
~º~- entnt9é!=-~ que n9 ..ctesea D..desea_p.oco

· Conocí el caso de una mujer que me consultó por la


angustia que le generaba una de sus hijas, porque no podía
satisfacer ni acotar sus demandas caprichosas.
Y era claro -en esta mujer- su desinterés y rivalidad con el
marido. En cambio, había una pasión desmedida sobre esa hija.
Otro caso, el de una mujer que me consultó angustiada por
el maltrato verbal de su hijo para con ella.
Esta mujer, que se había liberado de su marido, a raíz de
sus infidelidades y malos tratos para con ella, se reencontró
-tiempo después- con el mismo malestar real en la pareja que
ella sostenía con su niño.
Se les suele negar la perversión a las.mujeres, poniéndola
a cuenta de los hombres, pero en la clínica nos encontramos con
los casos de maltrato infantil, donde el niño llega a ocupar el
lugar del fetiche materno. Muchas veces, el amor materno,
puede llegar hasta la fetichización del objeto infantil.
También -en algunos casos del análisis con adultos, se
observa ese lugar identificatorio al fetiche, que ocupa el sujeto
ante el deseo del otro.
En ocasiones, se escucha la queja de haber ocupado

- - - - -- - - - p [1g. 104
I , /· . ri<>nd;1 o dd IíkrL· p.1r;1 t, 111;1c/rc, de h;1hcr sido
·tr tk •' !11,t
-~ · Ju~• . · llll:ido p<>r /;1 rnadrL·.
I 1
l '•' •¡J
•(() IJl,l! 11 1
~/~ im
., . . , 1
;Hl;í/isis dchc hacc_r v:1c1 ;_ir cs;i pos1c1on c. el
¡·¡·, - , ci·1 de J;1s ¡>s1colcrap1;1s que se la étgarran
I .111: if z.
1
)
.. , / L' ;J ( 1 l 1 l 11
111 ' . . .
• . • , k h m:idrc, sm rcsponsé.1hd1zar al Sll.JdO de la
.

·I fK' l"S()ll,l)L ( ' ., .


I L"< 1t1 L . • .. .
.1·1cnc1.1 ,111.1
• litic;i cri rdacwn n su goce puesto cn,1ucgo .
. J' . .~
l·\ /K ,
1 ·hemos difcrcncrnr - en la c mica con nmos- que
I .•/ [L•fIChL
.\¡Hll/llL(l

,n .i
, . ·~
. . · , · t: ntil L'S nornwl, solos, el 111110 no lo es todo para el

1 ' ¡. J·i nwdrc.


h'SL'()~~- ;nodo que en {a dirección de la cu~a con nifíos, es

I .~ , se preserve el no-todo de lo femenino y por lo tanto


1fc'Cl'.i O (/LlC · . J './:'.
f . ~tMora infantil -que se denva de a meta1ora paterna-
l¡uc' 1a lJh.. ' .
prima en la madre su ser de muJer.
no re Porque si el deseo de ser el falo es la forma del _des~o
ncUIO ,
'ti·co esa cuestión debe .
ser tratada en la . expenenc1a
analítica para que el anal1zante no quede atornillado a una
identificación fálica.
Esencialmente -en la praxis psicoanalítica con niños-
debemos considerar que el niño ocupa para cada mujer ese lugar
de objeto no representable por el falo, ya que el hijo -para ella-
no lo es todo en la significación fálica; porque si así fuera,
tendríamos la armonía perfecta de la imagen de la madre virgen
consu niño.
Porque el lugar paradigmátic_o glJ~ QCUQ? e_l !}ip.9. para ella
no es el del significante fálico solamente, sino el .del prodiic.to, .
dd objeto pequeño '·a causa de su deseo.
)J'

E~ relaci9n a ese lug?r dd niñQ .en. el.or.d..eruie.Ldese.o, se.


puede s1tu~r lo que me gusta llamar: la encrucijadª. del niño,
-~WreJamu1ery la madre.
su ·'D:' si recuerdan, Lgcqp nos dio una preciosa indicación en
aliena:c~~so de claus~~a de las Jornadas sobre Ja infancia
cura con mño
ª ·. Que la acczon qel af!alista -en la dirección de la (·--
.
reJ:p.on .1 bs_-es u¡Jonerse a que sea el cuerpo del niño lo que
aea1o :;neto ,.(/ . )J

Teniendo esta pista, .bl


es pos1 e segu1r avanzando en

pág. 105


nucstr:~ invcstig:tCiún sohn· \;1 SL'XU;i\idad f, .
11'\LI
• 1r dando Clll'llta de loo
.~ ¡1r 1' lle . l:ll) L: T)¡h ,,
, •<
1 1.
psicP:m:·i\isis aplicado ;1 los ni11os t:n 1. P ()!-! dt j
. ' el Ofll:flt· ,
b carnana . <1t 1on

Referencias bibliográficas:
Sigmund Freud: Un recuerdo infantil de Leonardo
de Vinci. Tomo V. Obras completas Edit. Biblioteca
Nueva.
Sigmund Freud. Sexualidad femenina. Tomo VIII.
Obras completas. Ed. Biblioteca Nueva. ·
Jacques Lacan, El Seminario Jv, Las relaciones de
objeto. Editorial Piadós.
Jacques Lacan: Discurso de clausura de las
Jornadas sobre psicosis en el ni11o. Revista El Analiticón
Nº 3, Editorial: Correo/Paradiso.
Jacques Lacan, Nota sobre el ni11o (carta de Lacan a
Jenny Aubry en el año 69). Revista El Analiticón Nº 3,
página 16. Editorial Correo Paradiso. España.
Jacques-Alain Miller, El niño, entre la mujer Y;
madre (Página 9). Revista de la Nueva Red CEREDA,
l,julio/ 1998.

- - - - - - - - - - pág. 106 - - -

Das könnte Ihnen auch gefallen