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El surgimiento de la crítica
Critica y poder
En 1892 Mitre y López se reúnen por motivos políticos coincidentes, pero también para
acordar sobre los aspectos centrales de la historia argentina. A pesar de esto, desde el
despunte del siglo XX la historiografía argentina se apresuro a consagrar a Mitre como
vencedor, en base a dos líneas interpretativas; la primera, seguida por Rojas y Carbia se
basaba en el antecedente de Mitre respecto al valor del documento y el status profesional
de la disciplina, la segunda destacaba la capacidad del historiador para conciliar oficio
con acción política y una obra de carácter moderno de historia social.
Ambas corrientes creían oportuno ubicar la aparición de la historiografía argentina en este
debate.
Buchbinder
Instituciones Públicas
Hasta comenzado el siglo XX estos círculos privados siempre fueron mas fuertes que los
intentos por consolidar instituciones orgánicas de las cuales pudieran desarrollarse la
investigación histórica y se difundieron normas comunes de trabajo. Lo particular es que
fueron estos historiadores quienes incentivaron la formación de instituciones públicas en
el ámbito del Estado donde se pueda desarrollar la práctica de la historia, pero en líneas
generales fracasaron. Mitre impulsó la formación del Instituto Histórico y Geográfico con
el objetivo de reunir documentos históricos dispersos, aglutinar a la comunidad intelectual
y editar una revista mensual, generalizar los principios de asociación y ponerlo a servicio
del trabajo científico y literario; también se presentaría como espacio neutral de la agitada
vida política y publica, debía formar, según Estatuto, un archivo, una biblioteca, una
colección de mapas y un museo de antigüedades. Intento similar se dio en Paraná con el
intento de formación del Instituto Histórico de la Confederación que intento editar una
revista dedicada a la historia, la legislación, la literatura y economía política; también se
proponía formar un circulo literario de Historia Argentina.
II
En el segundo articulo critica el régimen de citas que Piñero emplea: son todas de segunda
o tercera mano, hecho que demuestra en domesticidad mental. El método científico
entendido como critica de fuentes esta ausente en la obra de Mitre y la historiografía
argentina a fines de siglo XIX, a pesar de que este usa el documento como arma contra
López, entiende que hay ausencia total de critica externa o psicológica.
Sin embargo, no es Mitre sino sus discípulos e imitar odres quienes confirieron a esos
textos una autoridad soberana y canónica.
III
El tercer campo de debate se abre con el fin de la revista La Biblioteca, anunciando en el
mes de abril de 1898. Las impugnaciones que desde el Estado se hacían sobre la critica
de Groussac son de orden ético, diplomático y económico: la critica ha llegado a la injuria
y la tensión con Chile; la censura fue tomada como una violación arbitraria del liberalismo
reinante la labor profesional que el desarrollaba.
La conquista de la critica
El enfrentamiento con Groussac arranca en 1914 cuando se establece la discusión
respecto a los aspectos metodológicos que la nueva generación proponía para la
profesionalización de la disciplina; Carbia deslegitima a su adversario en tres direcciones:
su estilo de escritura y la utilización de un léxico anticuado; en segundo lugar, cuestionaba
la complicación de documentos que el director venia realizando por no ajustarse al plan
de corpus orgánico. En tercer lugar, lo descalificaba como critico historiográfico en la
misma clave de enfrentamiento generacional que había anticipado Groussac. Este
sostenía que la metodología era inútil por obvia, ya que, primero desde Heródoto la
historia se hacia con documentos, en segundo lugar, porque la heurística no debía entrar
en la metodología ya que podía ser realizada por trabajos subalternos, y en tercer lugar,
señalaba que la historia no podía hacerse sin haber agotado previamente todos los
documentos ya que el saber histórico era aproximativo, lo que le llevó a sostener que la
historia no es una ciencia, sino un conocimiento científico basado en datos positivos, por
lo tanto si se abolía la subjetividad del autor se cometía abolir la faz literaria de la
producción.
Establecida la controversia entre la nueva generación y la historiografía decimonónica, la
mediación entre sociedad y especialistas se fue agrandando considerablemente formando
espacios cerrados; consolidados con el proceso de institucionalización, tendió a limitar el
campo de la polémica en la medida que los paradigmas historiográficos se fueron
asentando el método, la objetividad y el estilo.
Escudero
Profesionalización e institucionalización de la historia
La generación de jóvenes historiadores que lleva adelante el proceso puso su interés y
énfasis en la discusión en torno al método histórico, cuestión central que no solo dirima
la identidad de la disciplina, sino también el alcance y la anhelada objetividad y
cientificidad. La NEH proponía: disciplina de trabajo, cumplimiento del método, ejercicio
riguroso de la critica documental, considerar la historiografía como practica erudita.
Estas bases se articularon en base a un entramado institucional para definir y situar
también a los miembros de la NEH: varias instituciones de larga data fueron modernizada
por sus criterios metodológicos, entre ellos, el Archivo General de la Nación, el Archivo
de la Provincia de Bs As, el Museo Mitre, la Biblioteca Nacional, entre otros.
La influencia más tangibles en el grupo es el historicismo de Croce, las propuestas de
Berr, Spengler, y los utillajes metodológicos del positivismo y accedió a posiciones de
las universidades nacionales, logrando difusión de sus actividades por medio de
publicaciones, especialmente documentales, que operaron como base de nuevos trabajos
y lecturas del periodo colonial.
Al no pertenecer a las grandes familias, rechazaron la historiografía decimonónica por ser
de carácter “familiar” y facciosa, así presentaron la alternativa método, estilo y
objetividad como puntales de la labor del historiador.
Teran
Positivismo y Nación en la Argentina
2. En el área del ensayo argentino se centra en la obra de José María Ramos Mejía,
Ingenieros, Álvarez, Bunge; el autor parte por ver que tan próximo o distante se
encuentran de Comte y Spencer y si está presente sus creencias filosóficas con el abordaje
de las problemáticas nacionales.
La experiencia del ’80 se abre para el arco político e intelectual con un optimismo
inmenso. Entusiasmo sobredimensionado al que se le oponía ya Goyena en 1888, quien
reconocía el contraste entre progreso material y disolución de las viejas virtudes
republicanas y que estallarán en la revolución de 1890: la corrupción, la especulación y
el crac financiero serán leídos con lentes moralistas y venía a desnudar la crisis de
legitimidad de la elite gobernante. En este contexto el positivismo apunto a recortar una
zona donde creyó detectar una clave de la historia nacional: el fenómeno de la multitud,
con su consecuente derivación en el fenómeno migratorio y donde la figura del inmigrante
era imposible soslayar, mientras que el problema de la nacionalización de esas masas y
la “cuestión social” que circulaba en torno a la propuesta socialista y anarquista.
5. Estas letras serán tematizadas por Bunge desde parámetros ideológicos que lo colocan
como un caso extremo del biologismo positivista argentino y sus correspondientes
traducciones racistas; buscara la causa de los males argentinos y latinoamericanos en una
sociología psicobiología que se le ocurre fundamentalmente científica. La positividad de
la ciencia y el carácter paradigmático de la biología son elementos necesarios y suficientes
para explicar el creciente y definitivo desprestigio de la idea filosófica. En Nuestra
América Bunge aborda expresamente estas dificultades para la modernización del
continente, mantiene una concepción organicista de la sociedad. La organización social y
política de un pueblo remite según Bunge a su piscología y donde los modelos son
patologizados. La mirada decadentista de la sociedad latinoamericana finisecular, que al
final de la obra son caracterizadas por un trípode: pereza-tristeza-arrogancia en el que se
sostiene ominoso fracaso de la política criolla. La génesis de la arrogancia española se
encuentra en la geografía de la península hispánica, aún cuando los temas raciales ocupen
en la economía de la obra un lugar central; la decadencia colectiva del espiritu español no
basta para explicar la decadencia de la región.
Sobre este suelo teórico Bunge construye al fin las razones de contraste entre la región y
los EEUU, en donde la modernidad se ha nacionalizado exitosamente; un factor fue el
control racial que los colonos ejercieron sobre la reproducción, evitando el cruzamiento
de razas; otro aspecto radica en la disparidad de política económica de las respectivas
metrópolis, mientras Inglaterra sostuvo el librecambio, España opto por el monopolio, así
articulaba su biologismo positivista con la confianza en el libre mercado y así explicar
los procesos políticos, donde las colonias del norte habían tenido una vida política y cívica
más temprana y flexible; finalmente considera al protestantismo y el utilitarismo inglés
como promotores del libre examen, mientras que el catolicismo dogmático reprimió al
individuo y la producción.
Alcanzar un porvenir promisorio dependía de enterrar la política criolla motorizada por
los caudillos hispanoamericanos, más preocupados por sostener sus propias aspiraciones
de poder faccioso que por contribuir al efecto del progreso de la historia; para ello también
se desapega de los postulados de la revolución francesa y el jacobinismo, incita a provocar
la transformación por la vía racional mas que revolucionaria, para ello recurre a la cultura
general evolutiva, inculcando la obediencia y la disciplina en la conducta levantisca de la
juventud argentina; adhería al proyecto institucionalizante mediante el cual el positivismo
estructuro además una respuesta solidada de la nacionalización y ciudadanización de las
masa de una sociedad aluvional. El disciplina miento escolar y jurídico le sumará en
último texto una pedagogía mas alberdiana fundada en la ética del productivismo
civilicemos por el trabajo, a Bunge igual que Mejía le entusiasma la masa migrante
extranjera ya que se formaran en casta y lograra argentinizarse.
Pagano-Rodríguez
Las polémicas historiográficas en el marco de la profesionalización y consolidación de
la disciplina histórica
El sentido común entre los historiadores sitúa los inicios y la constitución de un campo
historiográfico especifico a comienzo del siglo XX; este proceso se vincula con la labor
desarrollada por la Nueva Escuela Histórica Argentina, ya que fue el artífice de la
historiografía profesional, pero, sin embargo, tuvo alcances limitados y peculiaridades.
El articulo se fija en el periodo que va desde 1914 a 1920, que se puede definir como
periodo de búsqueda de afianzamiento disciplinario e institucional: desde 1920 la
dinámica corporativa se asienta y los jóvenes historiadores ocuparan ahora notables
funciones en el campo profesional. Para logara dichos objetivos se intenta entronizar a la
disciplina a la altura de aquellas que ya lo han logrado, la dotan de carácter científico y
un método.
En ambos casos el elemento central es la posesión de las reglas del oficio, cuya
importancia es fijar las formas “validas” de hacer historia; punto neurálgico de estos
historiadores ya que no solo tiene implicancias heurísticas relacionadas con la con la
conformación del corpus documental, sino que también extiende su influencia a la fase
hermenéutica de la investigación marcando de manera decisiva la interpretación del
pasado.
Estos dos pilares se analizan por medio de la obra de Groussac, Carbia, Levene, Molinari
y Levillier. La primera polémica se produce entre Groussac y los jóvenes Carbia y
Molinari.