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LA ETAPA DE JUZGAMIENTO: PRECEPTOS GENERALES – LA

CONCLUSION ANTICIPADA O CONFORMIDAD DEL JUICIO ORAL


INDRODUCCCIÓN:

En el presente artículo trataremos todo lo referente a los preceptos generales


de la Etapa de Juzgamiento. En cuando al primer punto, analizaremos de
manera sistemática el articulado del 356° al 366° en el estudiaremos, en un
primero momento, a los principios del juicio, luego de ellos, a la publicidad del
juicio y sus restricciones, las condiciones para la publicidad del juicio, la
concurrencia del juez y de las partes, la continuidad, suspensión e interrupción
del juicio, la oralidad y su registro, los incidentes en el juicio, la dirección del
juicio, el poder disciplinario y discrecional del juez, el delito en el juicio y,
finalmente, al auxiliar jurisdiccional. Y, como segundo punto conoceremos de
qué manera se puede concluir anticipadamente el juicio oral, visto en el artículo
372°, evitando así las actuaciones de las pruebas en el juicio oral o “etapa
estelar” del proceso, aquella en la que el debate oral cobra vital importancia.

El tópico que a continuación -seguido de esta introducción- pasaremos a


desarrollar sería de mayor importancia y por ende, también de utilidad, si
abarcáramos todo lo concerniente a la etapa de juzgamiento, en donde no sólo
nos ciñamos a hablar sobre los preceptos generales contenidos en el Título I,
de la Sección III del Libro Tercero del NCPP-2004 y apenas del Título III
cuando hablemos, en su debido momento sobre el juicio de conformidad o
conclusión anticipada, sino también a los demás Títulos contenidos en esta
sección referentes a la preparación del debate, el desarrollo del juicio – con su
estudio integral-, la actuación preparatoria, los alegatos finales y, la
deliberación y la sentencia, no obstante dado a conocer nuestra inquietud y
atendiendo a lo ordenado por el catedrático del curso (1), nos inclinaremos
sólo por desarrollar parcialmente todo lo correspondiente a la etapa de
juzgamiento, pero por fines académicos, integraremos algunos puntos que
obedecen a los otros títulos citados y así captar con mejor el mensaje que
anhelamos compartir con el trabajo académico.

Con la salvedad del caso, nos dedicamos ahora a proponer qué es lo que se
debe de entender por principio; en derecho se debe de entender como: norma
o idea fundamental que rige el pensamiento o la conducta (2), conjunto de
valores que se representarán en las leyes escritas y sobre los cuales la
autoridad competente intentará organizar y comprometer a un buen
comportamiento a los seres humanos que la integran (3). Por ello, se debe de
entender por principios del juicio oral a las reglas que regularan las conductas y
actividades de los sujetos procesales durante la audiencia de juicio oral.

En ese orden de ideas, los principios que regirán las actuaciones en el


escenario de la audiencia estelar serán el principio de oralidad, de publicidad,
de inmediación y de contradicción. Como es sabido, el sistema acusatorio,
respetuoso de los derechos fundamentales recoge estos principios previstos
tanto en la Constitución Política del Estado como en los Pactos Internacionales
relativo a Derechos Fundamentales ratificados por el Perú- Convención
Americana sobre Derecho Humanos celebrado de San José de Costa Rica,
Pacto Internacional de los Derecho Civiles y Políticos y, la Declaración
Universal de los Derechos Humanos. Principios a los que el legislador peruano
ha querido sumar los “principios de continuidad del juzgamiento, concentración
de los actos del juicio, identidad física del juzgador y, presencia obligatorio del
imputado y su defensor”(4). Como reparamos, además de los principios
especiales, existen otros principios que trabajan de la mano con ellos y que se
integran durante el desarrollo del juicio oral como: el principio de continuidad,
por el que según SÁNCHEZ VELARDE (5), “se pretende que un caso se inicie
y termine antes de empezar otro”; el principio de concentración de los actos del
juicio, por el que las pruebas que se lleven a juicio deben ser -en lo posible-
actuadas en una sola audiencia; identidad física del juzgador, que aconseja
que el mismo juez que intervine en las audiencias apreciando las pruebas
actuadas debe ser quien emita la sentencia; presencia obligatoria del imputado
y su defensor, en virtud de este principio y en aras de efectivizar un principio
constitucional (6), no habrá juicio sin la concurrencia de éstos, con todo, del
imputado.

Por otro lado, advertiremos también que si bien la publicidad del juicio es una
regla que debe de cumplirse como principio rector del nuevo sistema de justicia
oral, que “garantiza la transparencia de la función jurisdiccional en la
tramitación del proceso”(7), que busca la solemnidad y el respeto que merece
el juzgador quien ya no dictará sentencia en su oficina en la oscuridad, si no en
una sala, con público y que gracias a su transparencia se podrá combatir la
corrupción y la impunidad, pues el proceso se hace a la vista de todos, que a
estos juicios puede concurrir el que así lo desee, pues las puertas de la sala
han de permanecer abiertas a la sociedad que observará con sus respectivos
ojos como se imparte justicia y podrá calificar a los funcionarios intervinientes
(8); sin embargo, existe excepciones, en donde se limita el acceso o
permanencia del publico en él y, en otras circunstancias, que la audiencia se
lleve a cabo en total privacidad, siempre que dicha decisión, aún de oficio sea
dictada mediante “auto especialmente motivado” cuando se afecte
directamente el pudor, la vida privada o la integridad física del alguno de los
participantes en el juicio o cuando se afecte gravemente el orden público o la
seguridad nacional, etc. (9). También, veremos que quien dirige el debate
haciendo el rol de moderador es el juez, quien observará de manera directa e
inmediata los actos de prueba que se realicen en frente de él, en donde las
actuaciones de los intervinientes en el proceso se efectuarán a través de la
comunicación oral. Sin menosprecio de ello, debemos dejar constancia que no
hemos dejado del todo a la escrituralidad, toda vez que las sesiones de
audiencia se van registrando y consolidando en actas que pasan a formar parte
de los cuadernos de audiencia, sin perjuicio del registro auditivo, a cuyas
copias tienen derecho las partes.

Con la presencia de todos estos principios que acompañaran el desarrollo


en esta etapa del proceso es que se advierte el verdadero sentido del modelo
acusatorio adversarial que impone el Código Procesal Penal en nuestro país,
en donde los sujetos procesales – en especial, el fiscal y la defensa técnica-
desplegarán sus conocimientos, destrezas y habilidades para demostrar que
tienen la razón en sus pedidos, para convencer al juez. Todos estos principios
orientarán el desarrollo de las actuaciones de todos los intervinientes en ella,
máxime, de los sujetos procesales más importantes como lo son el juez, el
fiscal y la defensa técnica del imputado.

Ya para finiquitar el preámbulo del tema a trabajar, debemos de comprender


que “el juicio oral es la etapa principal del proceso penal y la única etapa en la
cual se puede dar la producción de la prueba la que puede fundar una
sentencia de culpabilidad, éste debe realizarse en especial cumplimiento de
los principios de contradicción, publicidad, imparcialidad del juzgador, teniendo
como vehículo de comunicación la palabra hablada, instrumento denominado
´oralidad´ ”(10). Así tendremos un Juicio Oral que se desenvolverá como un
triángulo equidistante: a la cabeza –como tercero imparcial– tendremos al
Juzgador (Unipersonal o Colegiado) y debajo de éste, al Fiscal sosteniendo la
tesis de culpabilidad del acusado y frente a éste al acusado con su abogado
defensor, que replicará el ataque del Ministerio Público. Para BINDER “el
Juicio Oral es un acto realizado por un juez que ha observado directamente la
prueba, que ha tenido contacto directo con las partes fundamentalmente
acusador y acusado, que se hace de un modo público, tal que los ciudadanos
puedan ver por qué razones y sobre la base de qué pruebas un conciudadano
será encerrado en la cárcel, y donde se garantiza la posibilidad de que el
acusado se defienda”(11).

En cuanto a la conclusión anticipada, diremos que se trata de una facultad


que tiene el imputado para que se ponga de manera precoz término al juicio
siempre que acepte total o parcialmente los cargos en su contra y el monto de
la reparación civil (12).
Sin más preámbulo y deseosos que el trabajo académico que ofrecemos
sea de utilidad para todo estudiante, abogado, juez o fiscal empeñoso en
aprender cada día más sobre esta fascinante especialidad del derecho adjetivo,
procedemos a desarrollar el asunto citado.

PRECISIONES:

Como sabemos, tres son los ámbitos o etapas del proceso penal:

1° Etapa Preparatoria

2° Etapa Intermedia

3° Etapa de Juzgamiento

Como podemos observar, el juzgamiento es la última fase del


proceso penal común de acuerdo al Código Procesal Penal de 2004; y, sólo
para una mejor comprensión del tema damos a continuación las principales
características de esa etapa tan comentada por todos los penalistas y
procesalistas penales.

JUICIO ORAL: ¿FASE SIMBÓLICA?


Si entendemos el juicio oral como la etapa principal del proceso penal y como
la única etapa en la cual se puede dar la producción de la prueba que puede
fundar una sentencia de culpabilidad, éste debe realizarse en cumplimiento de
los principios de contradicción, publicidad, imparcialidad del juzgador, teniendo
como vehículo de comunicación la palabra hablada, instrumento
denominado “ORALIDAD”.
Así tendremos un Juicio Oral que se desenvolverá como un triangulo
equidistante: a la cabeza –como tercero imparcial tendremos al Juzgador
y debajo de éste, al Fiscal sosteniendo la tesis de culpabilidad del
acusado y frente a éste al acusado con su abogado defensor, que replicará
el ataque del Ministerio Público.
En ese sentido, compartimos las aseveraciones realizadas por BINDER en
torno a esta etapa procesal, cuando señala que el Juicio Oral es “un acto
realizado por un juez que ha observado directamente la prueba, que ha tenido
contacto directo con las partes fundamentalmente acusador y acusado, que se
hace de un modo público, tal que los ciudadanos pueden ver por qué razones
y sobre la base de qué pruebas un conciudadano será encerrado en la cárcel,
y donde se garantiza la posibilidad de que el acusado se defienda”
Dentro de la concepción de juicio oral que nosotros manejamos, se hace
la ineludible diferenciación entre la actividad realizada en la etapa de
instrucción y la actividad realizada en el Juicio Oral. Por ello, se debe entender
que la actividad realizada en la etapa de instrucción solo tiene el carácter de
ser PREPARATORIA, porque la instrucción es una institución orientada a la
preparación del Juicio Oral, su función consiste en hallar los elementos
necesarios que le permitan al Fiscal formular acusación y que se abra la
siguiente etapa. Por lo tanto los actos allí realizados no deben constituir
ACTOS DE PRUEBA, sino solo ACTOS DE INVESTIGACIÓN.
Sin embargo, en la actualidad el CdePP de 1940 en su Art. 280 nos señala que
al momento de valorar las pruebas, el juzgador no solo tendrá que apreciar las
pruebas ofrecidas en la Audiencia, sino también las actuaciones de la etapa de
instrucción al momento de sentenciar. De esta manera, el legislador le
otorga la misma fuerza probatoria a actuaciones que se han obtenido
con diferentes niveles de garantías. Los actos de investigación no tienen el
mismo nivel de garantías que los actos de prueba, porque no se realiza bajo los
principios de publicidad, inmediación, contradicción ni utilizando el instrumento
de la oralidad.
Logrando con ello que sentencias condenatorias se puedan fundamentar
en información obtenida solo en actos de investigación desarrollados
durante la etapa de la instrucción, bajo la dirección del juez penal y la
colaboración del Fiscal Provincial. Valorando los Vocales Superiores
elementos que no han sido producidos ante ellos y por el contrario obtenidos
en forma escrita reservada y sin contradicción.
Otra muestra más de lo “simbólica” que es la etapa de juicio oral, la
constituyen las facultades de investigación de oficio y la posibilidad
amplia no solo de dirección sino de participación activa con las que cuentan
los Vocales durante la realización del juicio oral.
Así tenemos, por ejemplo, que al Tribunal se le atribuye las funciones de exa
men del acusado e interrogatorio de los testigos y peritos, siendo ellos quienes
examinan en primer término en el caso del acusado y en segundo término en el
caso de testigos. De este modo, los Vocales Superiores, dejan de lado la
imparcialidad consustancial a su función y se sustituyen a la actuación que
deberían tener las partes. Esto lo encontramos regulado en los artículos
247 y 251 del CdePP de 1940.
Asimismo, una característica más de la cultura inquisitiva que vive nuestro
proceso penal, se manifiesta en el hecho que se le permite a los Vocales
Superiores, actuar prueba de oficio. Regulado en el artículo 240 del CdePP de
1940, en donde si el tribunal lo cree conveniente se puede presentar objetos
que tengan relación con el delito.
Las razones esgrimidas, de modo puramente ejemplificativo, nos sirven
para concluir que en la actualidad el Juicio Oral –solo regulado para el 10% de
delitos– resulta ser meramente simbólico, porque no está en consonancia con
las concepciones de un proceso penal respetuoso de las garantías individuales
esgrimidas en el contexto de un Estado Democrático de Derecho,

CARACTERÍSTICAS PRINCIPALES DE LA ETAPA DE JUZGAMIENTO

A.- El juicio oral esta bajo la dirección del juez penal o presidente del juzgado
colegiado (o de alguno de sus integrantes), a quien le corresponde toda
organización y responsabilidad del caso; así mismo, debe de garantizar el
ejercicio pleno de la acusación y de la defensa. La dirección del juicio incluso
posibilita la labor docente del juez a las partes y al acusado respecto a los
derechos y garantías existentes así como a las diligencias que son propias de
dicha etapa.

B.- En esta fase se manifiesta a plenitud el principio acusatorio en virtud del


cual se produce “el desdoblamiento, de las funciones de perseguir y de juzgar
en dos órganos estatales diferentes. El principio acusatorio no sería suficiente
para separar los roles persecutorios y decisorios, sino se asegura una efectiva
separación entre el Ministerio Público y Poder Judicial, así se mantiene el
principio de oficialidad, pero juez y acusador no son la misma persona. Es por
ello que el juicio oral se realiza sobre la base de la acusación.

C.- El juez controla la intervención de las partes, algunos la llaman a esto “ el


rol de moderador del debate”, limitando el uso de la palabra fijando limites
igualitarios en casos complejos o interrumpir su ejercicio si hace “uso
manifiestamente abusivo de su facultad” (Art. 363).y así garantizar el principio
de contradicción , de igualdad de armas, etc., en el desarrollo del juzgamiento.
D.- El juicio oral será continuo, se suspenderá en los casos que prevé la ley y
no se podrá iniciar otro juicio mientras no se culmine con el primero (art. 360.5).
Se pretende con ello que iniciada una audiencia continúe esta hasta su
culminación, de esa manera el juzgador se deberá avocar solo a un caso penal
de manera concentrada y resolverá el mismo en el tiempo estrictamente
necesario, esto es, una vez iniciada la audiencia de juicio oral se cierra toda
posibilidad de llevarse a cabo otras audiencias por el mismo, mismos o algunos
de los mismos- tratándose del juez unipersonal o el colegiado-, entre sesiones
de la misma a efectos de no desconcentrar o distraer a los jueces con la
avocación a otra causa penal antes de culminar con la audiencia de
juzgamiento ya iniciada por ellos.

E.- Contemplando lo señalado anteriormente, se regula la suspensión y la


interrupción de la audiencia (Art. 360). Esta solo podrá suspenderse por
enfermedad del juez , fiscal, imputado o defensor; por razones de fuerza mayor
o caso fortuito; y en los casos que la ley lo señala (para constituirse fuera de la
sede a recibir una testimonial, por ejemplo). Esta suspensión no puede
exceder de 8 días hábiles. Si fuese mayor a dicho plazo, se producirá la
interrupción del debate y se dejara sin efecto todo lo actuado durante el juicio,
esto es, se sanciona con nulidad a todos los actos procesales de juzgamiento
desarrollados hasta ese momento.

F.- Las incidencias que se promuevan durante la audiencia se realizarán en un


solo acto y resueltos por el juez inmediatamente escuchando a las partes (Art.
363), toda vez que la oralidad prima en el juicio, por lo tanto, las alegaciones
como las decisiones jurisdiccionales serán igualmente orales, dejándose
constancia en acta.

G.- Cabe resaltar que se amplían las facultades del juzgador en cuanto a su
poder disciplinario en la audiencia. En efecto, el juez debe de mantener el
orden en la sala de audiencia; puede disponer la expulsión de la persona,
incluso, de algún sujeto procesal, que perturbe su desarrollo; podrá ordenar,
además, la detención hasta por 24 horas a quien amenace o agreda al juez o
alguna de las partes o sus abogados o de alguna manera impida la
continuación del juzgamiento, sin perjuicio de las acciones legales
correspondientes (Art. 364.1).

H.- Mediante el poder discrecional, el juez puede resolver cuestiones no


regladas ni previstas en la ley procesal y que surjan en el juicio, debiendo dictar
resolución motivada. Ello permitirá al juzgador resolver incidencias o cuestiones
-autorización para atención medica, justificar inasistencia de testigos o
procesados, diligencia judicial, recepción de documento, por ejemplo-
presentados en audiencia, lo que permitirá su mejor desarrollo (Art. 364.5).

I. PRECEPTOS GENERALES PREVIOS SOBRE LA ETAPA DE


JUZGAMIENTO

I.1. CONCEPTO

“´El juicio oral es la etapa principal del proceso. Se realiza sobre la base de la
acusación´ (13). (…)

Como se lee, la norma en su artículo 256° señala que el juicio oral es la etapa
principal del proceso, esto porque es recién en el seno de éste escenario
donde se realizarán los actos de prueba, los mismos que producirán la prueba
y, finalmente, se decidirá la responsabilidad penal del acusado declarándolo
culpable o inocente de los cargos en su contra, todo esto se llevará cabo sobre
la base de una previa acusación hecha en la etapa intermedia y con el solvente
respeto de los principios rectores del juicio oral que lo explicaremos en breves
instantes líneas abajo. En este sentido, NEYRA FLORES (14) manifiesta que
ésta etapa constituye el verdadero debate que presenta el proceso penal, en
donde se ponen de manifiesto todos los principios del sistema acusatorio y en
donde se puede destruir la presunción de inocencia que inspira todo el proceso
penal.

Como en todo sistema acusatorio, las audiencias previas y en especial la


audiencia de juicio oral o conocido, también, como juicio estelar toda vez que
es en donde el sistema acusatorio se manifestaría nítidamente habida cuenta
que es en donde se muestra todo su rigor de ser, sus características propias.
Por ello, una característica de ésta etapa, como ya dimos a conocer líneas
arriba es que confluirán principios que regirán el desarrollo del mismo, entre
ellos se tiene como bandera al principio de oralidad que se contrapone al
burocratismo -caracterizado por la escrituralidad- y, que consiste en la
posibilidad de apreciar los testimonios a viva voz sin que medien interpretes
que puedan desvirtuar el contenido; por ello, la oralidad determina la existencia
de la inmediación.
A decir de SÁNCHEZ VELARDE (15), “La fase de juzgamiento está constituida
por los actos preparatorios, la realización del juicio oral y culmina con la
expedición de la sentencia sobre el proceso penal. La parte central es el juicio
oral, espacio procesal donde las partes habiendo asumido posiciones
contrarias debaten sobre la prueba en busca de convencer al juzgador sobre la
inocencia o culpabilidad del acusado”, así también que “el juicio oral es la
actividad procesal dirigida por el órgano jurisdiccional juzgador de naturaleza
dinámica, pre-ordenada por la ley, con intervención de todos los sujetos
procesales y que tiene por objeto específico el análisis de la prueba actuada y
debatida en la audiencia bajo los principios de oralidad, publicidad,
inmediación, concentración y contradicción principalmente, y que culmina con
la expedición de la sentencia o resolución definitiva correspondiente”.

Para el estudio LOZA ÁVALOS (16) el juicio oral es la etapa principal del
proceso penal, en la que se postula por última vez la admisibilidad de la
prueba, bajo cierto régimen de excepción y constituye el momento oportuno en
la que se realiza la actividad probatoria, bajo la dinámica que impone el
contradictorio, es decir contrastando y verificando los postulados de las partes,
en procura de la afirmación y sustento en la decisión del fondo, que se ve
plasmado en la sentencia emitida por el órgano encargado del juzgamiento.

Por su parte, SALAS BETETA (17) reflexiona que la norma procesal califica al
juicio oral como la “etapa principal del proceso, seguramente, debido a que en
ella se actúa la prueba y se decide sobre la responsabilidad penal del acusado,
a ello se aúna que en esta fase confluyen los principios procesales de
contradicción, inmediación, oralidad y publicidad”. Agrega además, que “bajo tal
apreciación, lo correcto sería calificarla como ´estelar´ y no tanto como
´principal´, ya que en sí, todas las etapas del proceso revisten importancia, de
modo tal que, por ejemplo, no habría acusación sin una adecuada investigación
preparatoria”, y concluye aseverando que “es por ello que el mismo Código
establece que el juicio oral ¨se realiza sobre la base de la acusación´”.

Como en todo sistema acusatorio, la existencia previa de una acusación es una


exigencia para que se viabilice la etapa de juzgamiento. El cumplimiento de
este presupuesto es fundamental porque sin acusación no existe la más
mínima posibilidad de llevar a cabo juzgamiento alguno, respetando la base
del principio “nemo iudex sine actore”, lo que sugiere que sin acusación externa
no hay proceso. De lo que debemos de inferir que el juez no puede acusar toda
vez que por el principio de la división de funciones, el juez, fiscal y demás
sujetos procesales cumplen distintas funciones, de manera que el que acusa
no juzga y el que juzga no acusa.
Alberto BOVINO (18) considera que esta etapa es esencial por ser la porción
mínima del procedimiento penal que debe existir siempre, porque representa la
forma más nítida y acabada de cumplir con la garantía del juicio previo.

Así pues, el juicio oral o llamada también etapa de juzgamiento se realizará de


forma oral, pública y contradictoria ya que representará la fase central del
proceso, y en ella el juez o tribunal decidirá,- en base a argumentos y pruebas
actuados en el debate contradictorio, que se realizara utilizando las técnicas de
litigación oral que construirán una herramienta sustancial-, la solución del
conflicto suscitado como consecuencia de un ilícito penal. Por todo lo anotado,
diremos que es la etapa del procedimiento penal realizada sobre la base de
una acusación, cuyo eje central es un debate oral, publico, contradictorio y
continuo, que tiene por fin especifico obtener la sentencia que resuelve sobre
las pretensiones ejercidas.

I.2. PRINCIPIOS RECTORES:

(…). Sin perjuicio de las garanticas procesales reconocidas por la Constitución


y los Tratados de Derecho Internacional de Derechos Humanos aprobados y
ratificados por el Perú, ´rigen especialmente la oralidad, la publicidad, la
inmediación y la contradicción en la actuación probatoria´(19). (…)

Los principios rectores son, como dijimos anteriormente, reglas que


guiarán las conductas, actividades y modus operandi de los sujetos procesales
que interactúan entre sí en el proceso penal, máxime, en un proceso inspirado
por un sistema acusatorio garantista, adversarial o como quieran apellidarlo.
Estos principios establecen parámetros a seguir en el proceso cuyo
cumplimiento es obligatorio por todos y cada uno de los intervinientes en el
proceso – mayor aún tratándose de jueces y fiscales-, de no ser así, la ley
sanciona hasta con nulidad los actos procesales que no hayan sido realizados
con debida observancia de estas directrices. En este sentido, SALAS BETETA
(20) expresa que “el Estado es el principal obligado a respetar y velar por el
respecto de los derechos fundamentales, por lo que, siendo los principios
procesales fundamentos que los establecen en el proceso, aquel está obligado
a respetarlos y hacerlos cumplir”
Por ello, estas líneas directrices son la columna vertebral que
sostiene e inspira la realización y actividad del juzgamiento guiando todo su
desarrollo a efectos de alcanzar la justicia penal o la finalidad del proceso penal
con el debido respeto de los derechos fundamentales de los justiciables.

También puede entenderse a los principios del juicio oral como ideas
fuerzas o políticas que se han acordado para el juzgamiento de una persona
que es como lo señalan Andrés BAYTELAMAN y otros(21) ,agregan que “estos
principios son de aplicación directa en el proceso y deben de integrar los
vacios, forzar la interpretación y erigirse como argumentos últimos en la
argumentación jurídica y del razonamiento judicial”.

Estos principios no sólo están destinados a regir la fase de


juzgamiento, sino también rigen la etapa preparatoria e intermedia, sin perjuicio
de que, es efectivamente, en el juicio oral en donde se manifiestan a plenitud,
resaltando así las características propias de un sistema procesal acusatorio.
Por ello, los principios de oralidad, publicidad, inmediación y contradicción son
la base de un sistema acusatorio.

Principio de oralidad

Es una de las características más sobresalientes del nuevo proceso


penal es el predominio de la oralidad de sus diligencias, sobre todo del juicio.
La oralidad significa que el juez o tribunal que dicte la sentencia en el proceso
penal tiene que condenar o absolver tomando como base los hechos y pruebas
que se hayan practicado ante él en forma oral. De dicho principio se derivan los
principios de inmediación, concentración y publicidad, entre otros.

A través de la oralidad como señala NEYRA FLORES (22), se puede


captar el mensaje vivo y directo, apreciar la comunicación corporal a través de
los gestos, los ademanes y el nerviosismo que puede mostrar la persona al
hablar. Los mismos que son útiles para generar certeza en el juzgador.

Está plenamente garantizado por el CPP-2004 en las normas antes


citadas que quienes intervienen en la audiencia puedan expresar a viva voz sus
pensamientos. Todo lo que se pida, pregunte, argumente, ordene, permita,
resuelva, será concretado oralmente, pero lo más importante de las
intervenciones será documentado en el acta de audiencia aplicándose un
criterio selectivo. CUBAS VILLANUEVA (23), “la oralidad es una característica
inherente al Juicio Oral e impone que los actos jurídicos procesales
constitutivos del inicio, desarrollo y finalización del juicio se realicen utilizando
como medio de comunicación la palabra proferida oralmente; esto es, el medio
de comunicación durante el juzgamiento viene a ser por excelencia, la
expresión oral, el debate contradictorio durante las sesiones de la audiencia es
protagonizado mediante la palabra hablada”. La necesidad de la Oralidad de la
audiencia es indiscutible, en tanto se requiere el debate entre los intervinientes,
por ello está íntimamente ligado al llamado principio de inmediación. La
Oralidad determina una directa interrelación humana y permite un mayor
conocimiento recíproco y personal entre quienes intervienen en el juicio oral.
Mediante la aplicación de éste principio juntamente con los demás ya
mencionados se halla la única forma por medio de las cuales se puede obtener
una sentencia justa en donde el debate oral como procedimiento principal,
permita que la totalidad de los miembros del tribunal cognitivo puedan obtener
una comprensión inmediata de todas las declaraciones y demás medios de
prueba. La oralización de los medios probatorios es el corolario del Principio de
Oralidad.

Por otro lado BURGOS MARIÑOS (24) haciendo una diferenciación con el
sistema anterior y citando a ROXIN, señala que un proceso penal es oral, por
ende, se respeta el principio de oralidad, si la fundamentación de la sentencia
se realiza exclusivamente mediante el material de hecho, introducida
verbalmente en el juicio. Por el contrario, es escrito, si la sentencia se elabora
conforme al resultado de las actas.

Principio de publicidad

Este principio se sustenta en razones filosóficas, sociales o jurídicas


que se afirman en la necesidad de que la ciudadanía conozca cómo los jueces
imparten justicia, lo que se logra al permitir su libre acceso a las sedes
judiciales, especialmente en la fase de juzgamiento. Este principio tiene marco
constitucional y reconocimiento en los instrumentos internacionales relativos a
garantías judiciales. En ese sentido, el principio de publicidad se encuentra
garantizado por la constitución (Art.139, inc. 4) -el mismo que es el sustrato
inmediato del inciso 2 del artículo I del Título Preliminar y, este último, del
artículo 357 del NCPP-,los tratados internaciones sobre derecho humanos:
como la Declaración Universal de los DD. HH., el Pacto Internacional sobre
Derecho Civiles y Políticos, y la Convención americana sobre derechos
humanos (art. 8 inc. 5).

Cabe señalar que la publicidad puede ser directa, cuando hay concurrencia del
publico a la sede judicial, e indirecta cuando la ciudadanía conoce del mismo a
través de las distintas formas de comunicación; sin embargo, se establece que
podrán ser restringidas las cámaras fotográficas o filmadoras u otros medios
técnicos, cuando ello pueda afectar los intereses de la justicia y el derecho de
las partes. Por último, es de precisar que tratándose de un funcionario público
acusado, la audiencia siempre será pública.

Por el principio de la publicidad se garantiza la transparencia de la función


jurisdiccional en la tramitación del proceso es así como señala SALAS BETETA
(25). Pudiendo la sociedad apreciar la forma como los sujetos procesales se
desenvuelven dentro del proceso

Por otro lado, este principio se fundamenta en el deber que asume el


Estado de efectuar un juzgamiento transparente, esto es, facilitar que la Nación
conozca por qué, cómo, con qué pruebas, quiénes, etc. realizan el juzgamiento
de un acusado, este principio es una forma de auto legitimación de las
decisiones de los órganos que administran justicia, se garantiza que el público
tenga la libertad de presenciar el desarrollo del debate y, en consecuencia, de
controlar la marcha de él y la justicia de la decisión misma, así es como se
expresa CUBAS VILLANUEVA (26). La publicidad es considerada como una
garantía del ciudadano sometido a juicio y a la vez como un derecho político de
cualquier ciudadano a controlar la actividad judicial.

Como hemos señalado líneas arriba, los juicios por responsabilidad


de los funcionarios públicos, por los delitos cometidos por medio de la prensa y
por la afectación de derechos fundamentales, siempre serán públicos. Ahora,
La publicidad de los juicios está también referida a la facultad de los medios de
comunicación de poder informar sobre el desenvolvimiento de un juzgamiento y
hacer efectivo el derecho de control ciudadano; pero la información propalada
debe ser objetiva e imparcial, el medio de comunicación no debe convertirse en
medio de presión o de sensacionalismo.

Sin embargo, la difusión por estos medios no deja de presentar algunos


problemas, por lo que algunas legislaciones han previsto restricciones para la
prensa cuando se colisiona con otros intereses que deben ser igualmente
protegidos. Así el art. 357º ha previsto esta restricción autorizando al Juez para
que mediante auto especialmente motivado pueda disponer que el acto oral se
realice total o parcialmente en privado en los casos expresamente previstos en
dicha norma.

La finalidad de la publicidad es que el procesado y la comunidad tengan


conocimiento sobre la imputación, la actividad probatoria y la manera como se
juzga, así la comunidad podrá formarse un criterio propio sobre la
manera cómo se administra justicia y la calidad de la misma.

Principio de Inmediación

Este principio exige un acercamiento entre el juez y los órganos de


prueba, sea el acusado, agraviado o testigo, y a través de los interrogatorios en
la audiencia oral le permiten conocer no sólo de la personalidad del examinado,
sino también la forma de reacción frente a otras pruebas, de tal manera que la
autoridad judicial conoce de algo más de lo que se ha dicho en juicio. La
inmediación también se manifiesta cuando el juzgador aprecia directamente las
pruebas materiales o instrumentales (objetos, armas, instrumentos, etc.). El
juez del juicio oral debe ser el mismo que conoce de la prueba de manera
directa

La inmediación es una condición necesaria para la oralidad e impone


que el juzgamiento sea realizado por el mismo tribunal desde el comienzo
hasta el final. La inmediación es el acercamiento que tiene el juzgador con
todos los elementos que sean útiles para emitir sentencia.

CUBAS VILLANUEVA(27) señala que la inmediación rige en dos planos:

En la relación entre quienes participan en el proceso y el tribunal, lo que exige


la presencia física de estas personas. La vinculación entre los acusados y la
Sala Penal que juzga, es una inmediatez que se hace efectiva a través de la
“oralidad”. El Principio de Inmediación impide junto al principio contradictorio,
que una persona pueda ser juzgada en ausencia.
En la recepción de la prueba, para que el juzgador se forme una clara idea de
los hechos y para que sea posible la defensa se requiere que la prueba sea
practicada en el juicio. La inmediación da lugar a una relación interpersonal
directa, frente a frente, cara a cara, de todos entre sí: acusado y juzgador,
acusado y acusador, acusado y defensores, entre éstos con el juzgador y
acusador, el agraviado y el tercero civil. El juzgador conoce directamente la
personalidad, las actitudes, las reacciones del acusado, así como del
agraviado, del tercero civil, del testigo o perito. En consecuencia, la
inmediación es una necesidad porque es una de las condiciones materiales
imprescindibles para la formación y consolidación del criterio de conciencia con
el que será expedido el fallo.
Principio de contradicción
Está plenamente reconocido en el Título Preliminar y en el art. 356º del
CPP. El maestro SÁNCHEZ VELARDE(28) lo define como “una manifestación
del derecho de defensa, que se sustenta en la posibilidad de que las partes
puedan sustentar en juicio sus posiciones respecto de los cargos de imputación
y de la prueba. Las pruebas se actúan y se debaten en el juicio oral –salvo los
casos de conformidad o allanamiento de la acusación fiscal- lo que hace que el
juicio sea contradictorio, con posiciones opuestas. El elemento central radica
en el debate oral sobre la prueba y las argumentaciones parciales y finales
sobre las mismas a efecto de generar convicción en el juzgador para su
decisión en la sentencia”.

La contradicción consiste en el recíproco control de la actividad


procesal y la oposición de argumentos y razones entre los contendientes sobre
las diversas cuestiones introducidas que constituyen su objeto. Se concreta
poniendo en conocimiento de los demás sujetos procesales el pedido o medio
de prueba presentado por alguno de ellos; así el acusado podrá contraponer
argumentos técnico jurídicos a los que exponga el acusador. El contradictorio
sustenta la razón y conveniencia del interrogatorio cruzado en la audiencia y el
deber de conceder a cada sujeto procesal la potestad de indicar el folio a
oralizar. Este principio rige el desarrollo de todo el proceso penal, pero el
momento culminante del contradictorio acontece en la contraposición de los
argumentos formulados en la requisitoria oral del Fiscal (acusación) y los
argumentos de la defensa del acusado y ello nos permite conocer la calidad
profesional del acusador y de los defensores.

El principio de contradicción rige todo el debate donde se enfrentan


intereses contrapuestos y se encuentra presente a lo largo del juicio oral, lo
cual permite que las partes tengan:

ü El derecho a ser oídas por el tribunal

ü El derecho a ingresar pruebas

ü El derecho a controlar la actividad de la parte contraria y

ü El derecho a refutar los argumentos que puedan perjudicarle.


Este principio exige, que toda la prueba sea sometida a un severo
análisis de tal manera que la información que se obtenga de ella sea de calidad
a fin de que el Juez pueda tomar una decisión justa. Por tal razón quienes
declaren en el juicio (imputados, testigos, peritos) y en general en las
audiencias orales, serán sometidos a interrogatorio y contra interrogatorio.
Además permite que la sentencia se fundamente en el conocimiento logrado en
el debate contradictorio, el cual que ha sido apreciado y discutido por las
partes.

I.3. OTROS PRINCIPIOS:

(…).´Asimismo, en su desarrollo se observan los principios de continuidad del


juzgamiento, concentración de los actos del juicio, identidad del juzgador y
presencia obligatoria del imputado y su defensor´´ “(29).

Del tenor del artículo 256° inciso 1, observamos que existen otros
principios juntamente con los principios especiales o medulares del juicio oral,
del cual ya hemos hablado líneas arriba. Somos de considerar que estos
añadidos son imprescindibles dado que con ellos se eficienta a los principios
de contradicción, de oralidad, de publicidad y, en especial, al principio de
inmediación.

Al respecto, algunos doctrinarios, incluso, se atreven a calificar a los


principios de continuidad del juzgamiento, de concentración de los actos del
juicio y de identidad del juzgador como sub-principios del principio de
inmediación (30).

Principio de continuidad del juzgamiento

Este principio tiene mucha afinidad con el principio de concentración,


pues las audiencias deben de realizarse de manera sucesiva e ininterrumpida.
Sin embargo y conforme al artículo 360°, inciso 1, la continuidad puede verse
alterada, de manera excepcional, cuando por razones de enfermedad de los
sujetos procesales no puedan acudir a las audiencias, por razones de fuerza
mayor o caso fortuito o, cuando el Código lo disponga.

En ese orden de ideas SÁNCHEZ VELARDE(31) agrega: “ el


principio de continuidad se evidencia en la posibilidad de que la audiencia oral
se inicie y se siga en sesiones continuas e ininterrumpidas hasta su conclusión.
La misma ley establece que si no fuera posible realizar el debate en un solo
día, este continuará durante los días consecutivos que fueran necesarios hasta
su conclusión (art. 360.1.). Se pretende que un caso se inicie y termine antes
de iniciar otro, a fin de evitar dilaciones y pérdida de concentración. De allí que
se señale que entre las sesiones o dentro del plazo de suspensión no podrán
realizarse otros juicios (art. 360.5). Se atiende también al principio de
concentración que debe merecer un caso que se debate en el juicio oral, ya
que el juez debe estar en condiciones de recordar lo que se debatido en el
juicio”.

Concentración de los actos de juicio

Este principio es de suma importancia porque en virtud de ella se


evita la dispersión de los actos procesales, de tal suerte que se puedan
realizarse todos los actos procesales de manera correlativa y en el menor
tiempo posible.

Además, es mediante éste principio que las pruebas que se lleven a juicio
habrán de ser desahogadas preferentemente en una sola audiencia, con lo cual
se evita que los testigos logren comunicarse entre sí de lo ocurrido en la
audiencia, aunado a que el juzgador, al percibir en una sola audiencia el
material probatorio, tiene una mayor claridad para resolver el proceso; además,
al enfocar su energía y conocimiento a un solo asunto en el desarrollo de todo
el juicio, provee a los ciudadanos mayor confiabilidad y evita distracciones del
juzgador para resolver con justicia.

A decir de CUBAS VILLANUEVA (32), el principio de concentración está


referido, primero, a que en la etapa de juicio oral serán materia de juzgamiento
sólo los delitos objeto de la acusación fiscal. Todos los debates estarán
orientados a establecer si el acusado es culpable de esos hechos. Si en el
curso de los debates resultasen los indicios de la comisión de otro delito, éste
no podrá ser juzgado en dicha audiencia. En segundo lugar, el Principio de
Concentración requiere que entre la recepción de la prueba, el debate y la
sentencia exista la “mayor aproximación posible”. Este principio de
concentración está destinado a evitar que en la realización de las sesiones de
audiencia de un determinado proceso, se distraiga el accionar del Tribunal con
los debates de otro. Es decir, que la suspensión de la audiencia exige que
cuando los Jueces retomen sus actividades, continúen con el conocimiento del
mismo proceso, a fin de evitar una desconcentración de los hechos que se
exponen.

Identidad física del juzgador

Según este principio, ni el acusado, ni el juzgador pueden ser reemplazados


por otra persona durante el juzgamiento. El acusado y el juzgador deben
concurrir personalmente a la audiencia desde el inicio hasta la conclusión. El
juzgador viendo, oyendo, preguntando, contrastando, analizando la actitud y el
comportamiento del acusado, agraviado, testigo y perito, podrá adquirir un
conocimiento integral sobre el caso. Este conocimiento directo e integral no
sería posible si durante el juicio oral se cambiara al juzgador, pues el
reemplazante no tendrá idea sobre la parte ya realizada y su conocimiento será
fragmentario e incompleto. Por eso, los integrantes de la Sala Penal deben ser
los mismos desde el inicio hasta el final del juicio oral. Pues el mismo que
intervino en las audiencias apreciando las pruebas actuadas debe ser aquel
que emita la sentencia.

I.4. LA PUBLICIDAD DEL JUICIO Y SUS RESTRICCIONES

Se encuentra regulado en el artículo 357° de la siguiente manera:

“1. El juicio oral será público. No obstante ello, el juzgado mediante auto
especialmente motivado podrá resolver, aún de oficio, que el acto oral se
realice total o particularmente en privado, en los siguientes casos:
a) Cuando se afecte directamente el pudor, la vida privada o la integridad física
de alguno de los participantes en el juicio;

b) Cuando se afecte gravemente el orden público o la seguridad nacional;

c) Cuando se afecte los intereses de la justicia o, enunciativamente, peligre un


secreto particular, comercial o industrial, cuya revelación indebida sea punible o
cause perjuicio injustificado, así como cuando se sucedan manifestaciones por
parte del público que turben el regular desarrollo de la audiencia;

d) Cuando esté previsto en una norma específica.

2. El juzgado también podrá disponer, individual o concurrentemente, con


sujeción al principio de proporcionalidad, las siguientes medidas:

a) Prohibir el acceso ordenar la salida de determinadas personas de la Sala de


Audiencias cuando afecten el orden y el decoro del juicio;

b) Reducir, en ejercicio de su facultad disciplinaria, el acceso de público a un


número determinado de personas, o, por las razones fijadas en el numeral
anterior, ordenar su salida para la práctica de pruebas específicas;

c) Prohibir el acceso de cámaras fotográficas o de filmación, grabadoras, o por


cualquier medio de reproducción mecánica o electrónica de imágenes, sonidos,
voces o similares, siempre que considere que su utilización puede perjudicar
los intereses de la justicia y, en especial, el derecho de las partes.

3. Desaparecida la causa que motivo la privacidad del juicio se permitirá el


reingreso del público a la Sala de Audiencias. El Juzgado, con criterio
discrecional, podrá imponer a los participantes en el juicio el deber de guardar
secreto sobre los hechos que se presenciaren o conocieren.

4. Los juicios sobre funcionarios públicos, delitos de prensa y los que se


refieran a derechos fundamentales garantizados por la constitución son
siempre públicos.
5. La sentencia será siempre pública, excepto en los casos en que el interés de
menores de edad exija lo contrario”.

Conforme con lo que hemos señalado anteriormente, la publicidad del


juicio es la regla, máxime, los juicios que versan sobre delitos cometidos por
funcionarios públicos, delitos de prensa y los que se desenvuelven en aras de
resolver conflictos suscitados por vulneración de Derechos Fundamentales; no
obstante lo dicho, la excepción a esta regla se da cuando se trata de proteger
el pudor de la víctima, la vida privada e intimidad personal, así como la
integridad física de los sujetos procesales y participantes en el juzgamiento.

Por su parte MAIER, citado por Roberto E. CÁCERES J. y Ronald D.


IPARRAGUIRRE N. (33) , señala que la publicidad del procedimiento también
supone algunas excepciones, pues ahora los juicios ya no son desarrollados en
las plazas públicas, sin restricciones para el ingreso, si no en locales cerrados y
acondicionados para tal fin (salas de justicia) que posibilitan sólo una asistencia
restringida por el tamaño del local, cuando está en juego el pudor de alguna
persona o las buenas costumbres, el debate y la decisión sobre la condición
procesal de un menor o un secreto o acto cuya difusión pública provocaría un
perjuicio, agregado al que ya produjo el delito, es posible ordenar que el debate
se lleve a cabo, total o parcialmente a puertas cerradas.

En resumida cuenta, la publicidad no es irrestricta, si se tiene


presente dos factores: el orden del procedimiento y los intereses de la justicia.
De lo que se trata en realidad es de cuidar la privacidad de determinados
hechos que puedan ser incorporados al proceso. En tales circunstancias el juez
podrá restringir la publicidad del juicio total o parcialmente, dependiendo del
caso materia de debate. La restricción total conforme lo anotado, se podría dar
por motivos de moralidad, cuando se trata de delitos contra la libertad sexual o
cuando se llega a establecer que el testimonio de determinada persona por
razones de seguridad solamente se tiene que hacer en presencia de las partes
procesales; y parcialmente por razones de orden o seguridad, por ejemplo
cuando el caso es de trascendencia y existen protestas públicas -en este
sentido se pronuncia CHERO MEDINA(34)-. En todos estos casos el Juez
tendrá que aplicar criterios de razonabilidad y proporcionalidad para determinar
estas restricciones y además tiene la obligación de motivar adecuadamente las
mismas.

Para el caso concreto el Pacto Internacional de Derechos Civiles y


Políticos en su artículo 14°, inciso 1, señala: “La prensa y el público podrán ser
excluidos de la totalidad o parte de los juicios por consideraciones de moral,
orden público o seguridad nacional en una sociedad democrática, o cuando lo
exija el interés de la vida privada de las partes, o, en la medida estrictamente
necesaria en opinión del tribunal, cuando por las circunstancias especiales del
asunto la publicidad pudiera perjudicar a los intereses de la justicia; pero toda
sentencia en materia penal (…) será pública, (…) excepto en los casos en que
el interés de menores exija lo contrario”.

I.5. CONDICIONES PARA LA PUBLICIDAD DEL JUICIO

En aras de garantizar la presencia del público y asegurar el buen


discurrir de las actividades en el escenario de juzgamiento, la nueva ley
procesal regula en su artículo 358° de la siguiente manera:

“ 1. Se cumple con la garantía de publicidad con la creación de las condiciones


apropiadas para que el público y la prensa puedan ingresar a
presenciar la audiencia.

2. Está prohibido el ingreso de aquel que porte arma de fuego u otro medio
idóneo para agredir o perturbar el orden. Tampoco pueden ingresar los
menores de doce años, o quien se encuentra ebrio, drogado o sufre grave
anomalía psíquica”.

Que duda queda que con la existencia de adecuados ambientes que


posibiliten la presencia del público en las salas de audiencia se cumple con la
garantía de publicidad; para ello, el local de juzgamiento tiene que estar
suficientemente amoblado con bancas, sillas etc., para el aforo.

Por otro lado, el ingreso de personas a la audiencia no es


indiscriminado, sino que por seguridad de los sujetos procesales y de todos los
participantes y por respeto de intereses superiores, particulares como el pudor
de la víctima, la dignidad, etc., se puede limitar ingreso a los que porten armas,
cuchillos, navajas, radios, etc. ; también serán prohibidos de ingresar los que
estén en estado de ebriedad, drogadicción, o grave alteración de la conciencia
o los que tengan grave anomalía psíquica.
Asimismo, se les es impedido el ingreso a los niños, esto es, a todos
los menores de 12 años ya sea por razones de moralidad o normal desarrollo
de su personalidad, etc.

I.6 CONCURRENCIA DEL JUEZ Y DE LAS PARTES

Artículo 359°:

“1. El juicio se realizará con la presencia ininterrumpida de los jueces, el fiscal


y de las demás partes, salvo lo dispuesto en los numerales siguientes.

2. Cuando el Juzgado es colegiado y deje de concurrir alguno de sus


miembros siendo de prever que su ausencia será prolongada o que le ha
surgido un impedimento, será reemplazado por una sola vez por el Juez
llamado por Ley, sin suspenderse el juicio, a condición de que el reemplazado
continúe interviniendo con los otros dos miembros. La licencia, jubilación o
goce de vacaciones de los Jueces no les impide participar en la deliberación y
votación de la sentencia.

3. El acusado no podrá alejarse de la audiencia sin permiso del Juez. En caso


de serle otorgado el permiso, será representado por su defensor.

4. Si el acusado que ha prestado su declaración en el juicio o cuando le


correspondiere se acoge al derecho al silencio, deja de asistir a la audiencia,
ésta continuará sin su presencia y será representado por su defensor. Si su
presencia resultare necesaria para practicar algún acto procesal, será
conducido compulsivamente. También se le hará comparecer cuando se
produjere la ampliación de la acusación. La incomparecencia del citado
acusado no perjudicará a los demás acusados presentes.

5. Cuando el defensor del acusado, injustificadamente, se ausente de la


audiencia o no concurra a dos sesiones consecutivas o a tres audiencias no
consecutivas, sin perjuicio de que, en ambos casos, a la segunda sesión se
disponga la intervención de un abogado defensor de oficio, se le excluirá de la
defensa. El abogado defensor de oficio continuará en la defensa hasta que el
acusado nombre otro defensor.

6. Cuando el Fiscal, injustificadamente, se ausente de la audiencia o no


concurra a dos sesiones consecutivas o a tres sesiones no consecutivas, se le
excluirá del juicio y se requerirá al Fiscal jerárquicamente superior en grado
designe a su reemplazo.

7. Cuando el actor civil o el tercero civil no concurra a la audiencia o a las


sucesivas sesiones del juicio, éste proseguirá sin su concurrencia, sin perjuicio
que puedan ser emplazados a comparecer para declarar. Si la inconcurrencia
es del actor civil, se tendrá por abandonada su constitución en parte”

La norma establece que la concurrencia del juez y de las partes es


obligatoria, sin embargo la norma no es tan clara cuando se da la
inconcurrencia de uno de los miembros del tribunal colegiado, máxime si por el
Principio de Inmediación se exige que él suscriba la sentencia. Ante ello surge
la pregunta ¿Qué hacer en esos casos?, proponemos que se debe dar la
instalación de la audiencia, con el magistrado llamado por ley y luego
declararse la suspensión de la audiencia, hasta que esté presente nuevamente
el miembro que estuvo ausente, a efectos de no quebrantar el principio de
inmediación, teniendo en consideración, que en virtud de este principio se
establece que el juez que presenció el juicio oral desde el inicio debe ser el
mismo que delibere en la sentencia, respetándose al mismo tiempo el principio
de identidad del juzgador.

I.6. CONTINUIDAD, SUSPENSIÓN E INTERRUPCIÓN DEL JUICIO

Artículo 360°:

“1. Instalada la audiencia, ésta seguirá en sesiones continuas e


ininterrumpidas hasta su conclusión. Si no fuere posible realizar el debate en
un solo día, éste continuará durante los días consecutivos que fueran
necesarios hasta su conclusión.
2. La audiencia sólo podrá suspenderse:

a) Por razones de enfermedad del Juez, del Fiscal o del imputado o su


defensor;

b) Por razones de fuerza mayor o caso fortuito; y,

c) Cuando este Código lo disponga.

3. La suspensión del juicio oral no podrá exceder de ocho días hábiles.


Superado el impedimento, la audiencia continuará, previa citación por el medio
más rápido, al día siguiente, siempre que éste no dure más del plazo fijado
inicialmente. Cuando la suspensión dure más de ese plazo, se producirá la
interrupción del debate y se dejará sin efecto el juicio, sin perjuicio de señalarse
nueva fecha para su realización.

4. Si en la misma localidad se halla enfermo un testigo o un perito cuyo


examen se considera de trascendental importancia, el Juzgado puede
suspender la audiencia para constituirse en su domicilio o centro de salud, y
examinarlo. A esta declaración concurrirán el Juzgado y las partes. Las
declaraciones, en esos casos, se tomarán literalmente, sin perjuicio de filmarse
o grabarse. De ser posible, el Juzgado utilizará el método de videoconferencia.

5. Entre sesiones, o durante el plazo de suspensión, no podrán realizarse otros


juicios, siempre que las características de la nueva causa lo permitan”.

De la lectura de la norma citada, se desprende que se hace


necesario que el juzgamiento se de en el menor número de audiencias,
debiendo estas ser sucesivas e ininterrumpidas. Sólo podrá suspenderse por
las causas anteriormente señaladas por un plazo no mayor a ocho días hábiles.
En el supuesto de exceso en el plazo previsto, la norma sanciona con nulidad
todas las actuaciones que se hayan dado hasta ese momento y el juicio vuelve
a realizarse nuevamente por otro juzgador.
I.7. ORALIDAD Y REGISTRO

Así se encuentra sumillado el artículo 361°:

“1. La audiencia se realiza oralmente, pero se documenta en acta. El acta


contendrá una síntesis de lo actuado en ella y será firmada por el Juez o Juez
presidente y el secretario. Los Jueces, el Fiscal, y la defensa de las partes
pueden hacer constar las observaciones al acta que estimen convenientes.
Asimismo, la audiencia podrá registrarse mediante un medio técnico, según el
Reglamento que al efecto dicte el órgano de gobierno del Poder Judicial.

2. El acta y, en su caso, la grabación demostrarán el modo como se


desarrolló el juicio, la observancia de las formalidades previstas para él, las
personas que han intervenido y los actos que se llevaron a cabo. Rige a este
efecto el artículo 121º del presente Código.

3. Toda petición o cuestión propuesta en audiencia será argumentada


oralmente, al igual que la recepción de las pruebas y, en general, toda
intervención de quienes participan en ella.

Está prohibido dar lectura a escritos presentados con tal fin, salvo quienes no
puedan hablar o no lo supieren hacer en el idioma castellano, en cuyo caso
intervendrán por escrito, salvo que lo hagan por medio de intérprete.

4. Las resoluciones serán dictadas y fundamentadas verbalmente. Se


entenderán notificadas desde el momento de su pronunciamiento, debiendo
constar su registro en el acta.”

I.8. INCIDENTES

El artículo 362° señala:


“1. Los incidentes promovidos en el transcurso de la audiencia serán tratados
en un solo acto y se resolverán inmediatamente. En su discusión se concederá
la palabra a las partes, por el tiempo que fije el Juez Penal, a fin de que se
pronuncien sobre su mérito.

2. Las resoluciones que recaen sobre estos incidentes son recurribles sólo en
los casos expresamente previstos en este Código.”

I.9. DIRECCIÓN DEL JUICIO

Artículo 363°:

“1. El Juez Penal o el Juez Presidente del Juzgado Colegiado dirigirán el juicio
y ordenará los actos necesarios para su desarrollo. Le corresponde garantizar
el ejercicio pleno de la acusación y de la defensa de las partes. Está facultado
para impedir que las alegaciones se desvíen hacia aspectos impertinentes o
inadmisibles, sin coartar el razonable ejercicio de la acusación y de la defensa.
También lo está para limitar el uso de la palabra a las partes y a sus abogados,
fijando límites igualitarios para todos ellos, de acuerdo a la naturaleza y
complejidad del caso, o para interrumpir a quien hace uso manifiestamente
abusivo de su facultad.

2. En los casos de Juzgados Colegiados, la dirección del juicio se turnará entre


sus demás integrantes.”

En la etapa intermedia y en la etapa de juzgamiento, el director del


proceso lo es el juez, para efectos del tema, en la etapa de juzgamiento, el
director del juicio oral lo será el juez ya sea el unipersonal o el juez presidente
tratándose del colegiado, es por ello que una vez que llega el expediente a
manos del Juez o del presidente del juzgado colegiado que ha de actuar como
director de debates, este ha de estudiar convenientemente la causa, debiendo
tener pleno conocimiento de la secuencia que han de seguir los debates orales,
de acuerdo a las características del caso. Esta potestad de dirección conlleva
el empleo de un actuar metódico y técnico; debiendo el órgano juzgador actuar
en todo momento con eficiencia y con conocimiento cabal del proceso y las
incidencias que obran en el o que se acompañan en cuaderno aparte. Es por
ello que podemos decir citado a MIXÁN MASS, que la “potestad de dirección
consiste en programar, ordenar y mandar ejecutar decisiones destinadas a
concretar la iniciación , desarrollo y finalización de la audiencia o juicio oral
penal”.

Entre algunos actos de de dirección que nuestro actual ordenamiento


procesal ha previsto y dispuesto tenemos los siguientes:

ü Verificar si todos los sujetos procesales ocupan adecuadamente el lugar que


le corresponden en el local de audiencia de juicio oral a efectos de dar inicio a
la audiencia y también durante el desarrollo de esta, en caso que no estuvieran
ubicados correctamente, ordenara que se coloquen en su debidas posiciones.

ü Declarar abierta la audiencia una vez que se encuentra instalada la


audiencia.

ü Ordenar al relator que de lectura a la lista de testigos y peritos, cuya


concurrencia esté ordenada; y del mismo modo disponer la lectura de la
acusación escrita del fiscal provincial.

ü Invitar al Fiscal a que inicie el correspondiente interrogatorio al acusado y,


luego que este concluya, proceder a iniciar intervención para las aclaraciones
necesarias.
ü Disponer el inicio de la lectura de piezas, es decir, la oralización de los
medios probatorios invitando para ello al fiscal, así como indicar por orden, a
los defensores para que procedan a oralizar la prueba que crean conveniente.

ü Decidir –previa coordinación con el Fiscal y los otros sujetos procesales- el


orden en que se actuaran las pruebas admitidas durante la etapa de actos
preparatorios, para luego poder recibirlas.

Podemos acotar también, del presente Artículo se advierte sin duda


alguna al juez como director de debates, como moderador. Ahora, la función del
director de debates le corresponde en forma sucesiva, por turno- aquí
hablamos sobre los integrantes del colegiado-,, en razón y por la distribución
del trabajo a todos los miembros de la Sala, puede delegar en cualquiera de
estos dicha función. Siendo esto así, podemos decir que el director de debates
es aquel que ha hecho un estudio profundo del expediente y ha preparado la
conducción del debate, siendo el designado a interrogar, de ser el caso al
acusado, testigo, perito y parte agraviada, debiendo ser además el encargado
de transmitir las preguntas que hagan los defensores, por otro lado señala al
relator cuales son las piezas procesales que se van a leer; del mismo modo se
encarga la tarea de redactar la sentencia, pero lógicamente esto se hará luego
de dialogar y discutir el sentido de esta con los otros jueces, en el caso de
juzgados colegiados.

Esta designación de un director de debates, también se justifica porque


de todas maneras, alguien se la Sala, ha de asumir la dirección de los debates;
no olvidemos que el juzgamiento es una actividad eminentemente formal, que
sigue una secuencia preordenada, compleja y dinámica, y en razón de ello, se
hace imprescindible u obligatoria la dirección técnica, metódica y responsable.
Ahora, bien cuando el juicio oral lo lleva a cabo el Juez Penal, este lógicamente
es el llamado a constituirse en el director de debates.

I.10. PODER DISCIPLINARIO Y DISCRECIONAL


Artículo 364°:

“1. El poder disciplinario permite al Juez mantener el orden y el respeto en la


Sala de Audiencias, así como disponer la expulsión de aquél que perturbe el
desarrollo del juicio, y mandar detener hasta por veinticuatro horas a quien
amenace o agreda a los Jueces o a cualquiera de las partes, sus abogados y
los demás intervinientes en la causa, o impida la continuidad del juzgamiento,
sin perjuicio de las acciones penales a que hubiere lugar. En el caso que un
acusado testigo o perito se retire o aleje de la audiencia sin permiso del Juez o
del Juez presidente, se dispondrá que sea traído a la misma por la fuerza
pública.

2. El defensor de las partes podrá ser expulsado de la Sala de Audiencias,


previo apercibimiento. En este caso será reemplazado por el que designe la
parte dentro de veinticuatro horas o, en su defecto, por el de oficio.

3. Cuando la expulsión recaiga sobre el acusado se dictará la decisión


apropiada que garantice su derecho de defensa, en atención a las
circunstancias del caso. Tan pronto como se autorice la presencia del acusado,
se le instruirá sobre el contenido esencial de aquello sobre lo que se haya
actuado en su ausencia y se le dará la oportunidad de pronunciarse sobre
esas actuaciones.

4. Cuando se conceda al acusado el derecho de exponer lo que estime


conveniente a su defensa, limitará su exposición al tiempo que se le ha fijado.
Si no cumple con las limitaciones precedentes se le podrá llamar la atención y
requerirlo. En caso de incumplimiento podrá darse por terminada su exposición
y, en caso grave, disponer se le desaloje de la Sala de Audiencias. En este
último supuesto o cuando el acusado se muestre renuente a estar presente en
la audiencia, la sentencia podrá leerse no estando presente el acusado, pero
con la concurrencia obligatoria de su abogado defensor o el nombrado de
oficio, sin perjuicio de notificársele posteriormente.

5. El poder discrecional permite al Juez resolver cuestiones no regladas que


surjan en el juicio, cuya resolución es necesaria para su efectiva y debida
continuación”.
Como es de recibo, el poder disciplinarario se manifiesta en la potestad
del juez (unipersonal) o del juez presidente (integrante del colegiado) a
mantener el orden y el respeto de la Sala, aplicándose la correspondiente
disciplina durante la audiencia. Es obligación que en la Sala de Audiencia
impere la tranquilidad, que se refleje en el debido respeto a la autoridad y sin
que medie interferencia por hechos que son ajenos al Juicio Oral,
desarrollándose en un ambiente adecuado.

Ya desde el inicio de la audiencia, el juzgador tiene el legitimo poder de


prohibir que en la Sala de Audiencias se produzca algún intento de desorden
así como el publico manifieste ostensiblemente cualquier manifestación de
aprobación o desaprobación cuando ocurre una incidencia en la audiencia, o se
emite algún pronunciamiento a favor o en contra de uno de los sujetos
procesales. Es por ello que no se ha de permitir ninguna bulla, vivas, aplausos,
risas, silbidos, gestos incorrectos y, si bien es cierto, el pueblo tiene el
derecho de concurrir a las audiencias, también tiene el deber de guardar orden,
respeto y silencio. Si ocurre lo contrario, el director de debates (juez), según el
caso, ha de ordenar que se guarde la compostura del caso, ya que en caso de
persistir, dispondrá su desalojo del local de la audiencia, contando para ello con
el apoyo de la Policía.

Por otro lado, esta facultad disciplinaria no solo se hace aplicable al


público que asiste a la audiencia, sino también se hace extensiva al Defensor,
bien sea de la parte acusada, tercero civil o del agraviado; es decir, se podrá
llamar la atención al abogado que incurra en evidente falta de respeto o, sino,
que toque temas que no son materia de juicio oral. Estas facultades han sido
claramente detalladas en la Ley Orgánica del Poder Judicial, la cual incluso
faculta la imposición de la llamada de atención, el apercibimiento, la multa,
pedir suspensión o sustitución o imponer otra sanción a todas las personas que
se conduzcan de modo inapropiado en la audiencia, actúan de mala fe,
plantean solicitudes maliciosas o dilatorias, incumplen los mandatos y no
actúan con lealtad, probidad, veracidad y buena fe, esto último conforme a los
artículos 8° y 9° del T.U.O de la L.O.P.J.

En ese sentido, el órgano jurisdiccional puede expulsar al abogado


reemplazándolo por el que se designe en este acto o por el de oficio. Si el
acusado es expulsado se procederá de acuerdo al artículo 269° del CPP-2004,
es decir, se continuara la audiencia con la concurrencia de su abogado y
demás sujetos procesales, así está establecido en el artículo 364° del CPP-
2004.
En cuanto al poder discrecional, como podemos reparar, este se
manifiesta en la libre actuación que han de tener los magistrados, actuando con
plena libertad y sano juicio, es decir, actuaran dentro de un oportuno espacio
de libertad de pensamiento para resolver en forma oportuna, eficiente y
previsoria una situación imprevista, conocida o no, y que incluso pueda que no
se encuentre regulada por la ley. cuando en plena audiencia surja algún hecho
que merezca un pronunciamiento inmediato, y si este fuera de cierta
complejidad, lo que se hace es la consulta entre los miembros de la sala y
tomaran una decisión colegiada, pudiéndose o no disponer, que previamente
se escuche al Fiscal provincial, ello si fuera pertinente.

Esta facultad de libertad de actuación que tienen los magistrados, de


ninguna manera ha de llegar a confundirse con la arbitrariedad, ya que esto
último no se concibe en un proceso penal, siendo incompatible con la alta
función que el Estado ha delegado en los miembros de la Sala. Una de las
formas en que se manifiesta este poder discrecional, es cuando por ejemplo el
juez da por precluida una etapa del juicio oral, y ya no permite volver a una
estación ya desarrollada; o sino cuando se plantea una pregunta impertinente,
repetitiva o ambigua, podrá ser declarado improcedente por el juez director de
debates.

Como vemos, el juez ostenta estas dos facultades: poder disciplinario y


poder discrecional, pero, además de estas, posee otras facultades cono el
poder de dirección que tiene mucho que ver con el poder disciplinario, y poder
administrativo que se manifiesta cuando imparten ordenes o disposiciones a su
personal administrativo o auxiliar en aras de el personal colabore en la
diligencia de juicio oral y con ello ser permita el normal desarrollo de la misma.

I.11. DELITO EN EL JUICIO

Artículo 365°:

“Si durante el juicio se cometiera un delito perseguible de oficio, el Juez Penal


ordenará levantar un acta con las indicaciones que correspondan y ordenará la
detención del presunto culpable, a quien inmediatamente lo pondrá a
disposición del Fiscal que corresponda, remitiéndosele copia de los
antecedentes necesarios, a fin de que proceda conforme a Ley”.
El texto de este articulo nos permite aseverar que en el local de
audiencia de juico oral, en el interín de su desarrollo, se pueden dar eventos
delictivos, lo que nos lleva a la conclusión que el delito no discrimina los
lugares en donde se puede producir. Estos eventos delictivos que tienen
cabida en la audiencia de juicio oral pueden tener sus causas o sus móviles a
la venganza por parte del ofendido, del perjudicado contra el agente del delito
y, como no puede de ser de otra manera, en un sistema acusatorio en donde
no existe juicio sin previa acusación fiscal, en donde quien conduce y controla
la investigación es el Ministerio Publico a través de su representante que es el
fiscal provincial penal de dicha agencia de persecución penal. Es así que
cuando el juez o el juzgado colegiado frente a un suceso delictivo que da en
su vista y paciencia, no le queda otra cosa que, ordenar a la policía judicial a
que proceda a tener al que cometió eh hecho punible, ordenar al auxiliar
jurisdiccional a que levante acta de lo ocurrido y ponerlo a disposición del fiscal
al detenido. Por lo que ante la consecución de la verdad histórica del de los
hechos bajo el principio de acusación, del previo juicio, el juez no podrá
sentencias en ese acto al que comete un hecho punible en plena audiencia de
juicio oral.

I.12. AUXILIAR JURISDICCIONAL

Artículo 366°:

“1. El Auxiliar Jurisdiccional del Juzgado adoptará las acciones pertinentes para
que se efectúen las notificaciones ordenadas y se encuentren en lugar
adecuado los objetos o documentos cuya presentación en audiencia ha sido
ordenada.

2. Igualmente, está obligado a realizar las coordinaciones para la asistencia


puntual del Fiscal, de las partes y de sus abogados, así como para la
comparecencia de los testigos, peritos, intérpretes y otros intervinientes citados
por el Juzgado.

3. Corresponde además al Auxiliar Jurisdiccional del Juzgado la fe pública


judicial, así como, a través del personal a su cargo, el control de la
documentación y registros del Juzgado, el apoyo al Juzgado durante el Juicio y
la responsabilidad de la confección y custodia de las actas del juicio y demás
registros, incluso de los medios técnicos de reproducción y archivo, de
conformidad con el Reglamento aprobado por el órgano de gobierno del Poder
Judicial”.

En toda audiencia de juicio oral, la Sala Penal ha de contar con el


apoyo permanente y eficaz de dos personas que cumplen una importante labor
de apoyo y que incluso la ausencia de uno de ellos y la falta de autorización de
las actas por parte del que las extiende, dan lugar a que la diligencia sea
afectada por una causal de nulidad.

Estos son el relator y el secretario.

El relator es un profesional del derecho, que tenga vasta experiencia, por lo


que para ser relator se requerirá que se tenga 2 años en ejercicio de la
abogacía, como secretario de juzgado o docente universitario y además, que
se cuente con un mínimo de 23 años de edad, siendo nombrado previo
concurso por el consejo ejecutivo del Distrito Judicial correspondiente. Entre
sus principales obligaciones atinentes a su intervención en la audiencia oral -de
común acuerdo el Articulo263° del T.U.O de la L.O.P.J-, tenemos los siguientes:

ü Poner de conocimiento de la Sala y del Juez, cuando algunos vocales


(integrantes del colegiado) o el juez unipersonal estén legalmente impedidos de
conocer una causa.

ü Concurrir a las audiencias y dar lectura a las piezas del proceso que el juez
ordene.

ü Llevar un libro en que notara el día y hora señalada para las audiencias e
informes orales, con indicación del nombre de las partes intervinientes, su
situación procesal, el Fiscal que ha de actuar y de los defensores designados,
así como indicar el juzgado de donde procede la causa.
ü Dar a conocer al juez y a la Sala Penal y especialmente al Vocal Ponente,
las nulidades y omisiones que hubiera advertido en los autos y las
insuficiencias de los poderes.

ü Cuidar que la denominación del Juez y los Vocales, al margen de las


resoluciones, corresponda exactamente a los miembros de la Sala o el Juez
que las haya dictado, bajo responsabilidad que le es exclusiva y que hace
efectiva la misma Sala o Juzgado, aplicando las medidas disciplinarias que
correspondan.

Por su parte, el Secretario de Sala -quien reúne los mismos requisitos


que el señalado para ser Relator-, acorde a los Artículos 259° y 260° de la
L.O.P.J., tiene entre sus obligaciones:

ü Guardar secreto de lo que ocurre en la Sala.

ü Cuidar que se notifiquen las Resoluciones en los términos y formas de Ley.

ü Controlar que el personal autorizado redacte las actas de la audiencia,


durante el juicio oral. Estos se harán cuidando que se transcriba los dichos de
mayor importancia.
ü Vigilar y cuidar que las actas de la audiencia sean agregadas al
correspondiente expediente, dentro del término de cuarentiocho horas de
realizado el acto de juzgamiento.

ü Dar cuenta al Juez o al Presidente de la Sala en forma inmediata, del retardo


en que incurra en la redacción de las actas correspondientes.

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