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La Identidad de Género.

Una decisión de Corazón

Históricamente desde las civilizaciones antiguas y en los tiempos modernos se

visibilizado casos y situaciones de maltrato, discriminación de ciertos grupos

poblacionales por diversas razones entre ellas las de género. Evidenciándose una

posición dominante del hombre sobre la mujer patrocinada cultural, social,

institucional y políticamente colocando en posición de desventajas al género

femenino y propiciando un sostenido y cuestionado machismo.

En efecto, “cada individuo” desarrolla un sentido personal de sí misma en

función de su experiencia historias, sus características y sus percepciones como

también en función de sus interacciones y los valores que rigen sus culturas

Rocha (2009)

Así las cosas, los seres humanos desarrollan una identidad de género que los

hace masculino y femenino y que tengas su propio auto conceptos de lo que

significa pertenecer a uno o a otro género.

Por ello, debe tenerse claro que la identidad de género en términos generales

tiene una perspectiva psico-sociocultural lo que lleva que cada persona sea

reconocida en su singularidad y unicidad y a partir de esta se identifique con

determinado grupo y se diferencie de otro.

No obstante, existen muchas posturas sobre la identidad de géneros una de las

más aceptadas podía ser la sociológica que según Parsons (1968) la identidad se

presenta con un sistema central de significados orientando de manera normativa y

dando sentido a la acción de las personas.


En el caso particular, se analiza como la identidad de género ha sido un

argumento al que no se le ha dado la debida interpretación ni aplicación, pues,

lejos de fungir como un factor protector de la igualdad y equidad de género ha sido

utilizado como un pretexto para violar la delgada línea que separa la debida

convivencia, de la discriminación bajo argumentos de genero reservándose un rol

dominante al hombre llamándole a este grupo el sexo fuerte y poniéndose una

serie de razones para lograr y mantener en su misio a la mujer por siglos bajo el

argumento biológico cuando lo que cuenta es lo que piensa y como actúa un

individuo masculino y femenino .

En este orden de ideas sorprende que el siglo XXI, donde se habla de

civilización e igualdad de hombre y mujer aún se siga presentando caso de

violación de los derechos humanos, manifiesto en situaciones violentas en donde

al hombre casi que le está permitido maltratar a las mujeres, sean estas sus

madres, esposas, hijas, compañeras, u otras. Situación que no es nueva pero que

hoy día se conoce mucho más por la publicidad e información en los medios de

comunicación y redes sociales que tratan demostrar esta oscura, oculta y dura

realidad que soportan las mujeres en todos los lugares del mundo

independientemente de su nivel socio económico.

Situación que ha llevado a que el género femenino se empodere y reclame con

sabido derecho condiciones de equidad e igualdad de género sin embargo, la

iniciativa sea buen no falto quienes la utilizaran para caer en libertinaje y

aprovechar aún más la imagen de la mujer para promover el consumismo y la

explotación de la mujer con fines sexuales, eróticos y comerciales permitiéndole y


sugiriéndole conductas y comportamientos “de hombres” como tener barias

parejas, consumir drogas y alcohol y prostituirse bajo la mirada permisiva de la

sociedad, instituciones y el estado. Observándose estos casos en todos los

escenarios como los hogares, escuelas, vecindario y comunidades.

De acuerdo con lo anterior hoy día se les aceptó a las mujeres casi todo, lo que

no es tan bueno, aunque tampoco no lo es el machismo. Estas razones han

llevado a que se considere la necesidad de replantear la identidad de género bajo

nuevos principios, normas que garanticen un sitial y posición de privilegio para las

mujeres, basadas en el respeto, cuidado, atención, oportunidades y trato que

merecen al ser ´éstas las responsables, progenitoras, y perpetradora de la especie

humana que cada día desde sus roles sustenta la unión familiar.

En conclusión, el estado, la sociedad y las personas deben procurar espacios

de participación, equidad y dignidad para que las mujeres y hombres de acuerdo

a sus roles, expectativas y necesidades vivan en condiciones de dignidad, lejos de

los estereotipos que impone la falsa sociedad que hasta ahora llevaron a las

mujeres a la pérdida de valores, siendo usadas en todas sus dimensiones y luego

condenadas socialmente. ¿Qué piensa hacer usted para que esta situación

cambie?
Referencias Bibliográficas

Parsons, T. (1968). La posición de identidad en la Teoría General de Acción. En C.


Gordon y K. Gergen (Editores)., el yo en la interacción social (pp. 16-23). Nueva
York: Wiley.

Rocha, S. T. E. (2009). Socialización, cultura e identidad de género: el impacto de


la diferenciación entre los sexos. Unpublished doctoral dissertation, Universidad
Nacional Autónoma de México, DF.

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