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Hace más de un siglo el politólogo, sociólogo y jurista italiano Gaetano Mosca formuló
la ‘doctrina de la clase política’ (en español, edit. Fondo de Cultura Económica). Decía:
“En todas las sociedades humanas llegadas a cierto grado de desarrollo y de cultura, la
dirección política en el sentido más amplio de la expresión, que comprende por lo tanto
la administrativa, la militar, la religiosa, la económica y la moral, es ejercida
constantemente por una clase especial, o sea por una minoría organizada”. Según
Mosca, en todo tipo de sociedad civilizada “existen dos clases de personas: la de los
gobernantes y la de los gobernados”. Siempre ha habido, hay y habrá, por lo tanto, un
grupo de personas que dirigen al conjunto. Ese grupo es lo que se conoce como “clase
política”.
Esta clase no es homogénea ni uniforme, ya que en su seno también existen diferencias
de rango. Como recordó Mosca, “en todo organismo político hay siempre una persona
que está por encima de la jerarquía de toda la clase política y que dirige lo que se llama
el timón del Estado”. Por otro lado, este grupo tampoco es impermeable a las influencias
del resto de la población, ya que “la presión proveniente del descontento de la masa de
gobernados, las pasiones que agitan a ésta, pueden ejercer cierta influencia sobre la
dirección de la clase política”. Pero no sustituirla.
Es decir, Mosca señaló que siempre hay una élite dentro de la élite y que la influencia
de la mayoría gobernada es un factor ineludible para el grupo dirigente a la hora de
tomar decisiones políticas, es decir las que afectan al conjunto de la sociedad, pero éstas
siempre se tomarán en el seno de esa élite y por parte de sus miembros, que según el
académico italiano, serán en todo caso una minoría selecta de dominadores frente a una
mayoría de dominados que nunca podrá hacer valer su peso numérico para revertir esta
situación: “Se deduce fácilmente la consecuencia de que, cuanto más vasta es una
comunidad política, tanto menor puede ser la proporción de la minoría gobernante con
respecto a la mayoría gobernada, y tanto más difícil le resultará a ésta organizarse para
actuar contra aquella”, escribió Mosca.
Fases de evolución de la clase política
¿Cómo se ha ido forjando esa minoría gobernante? La clase política ha ido
evolucionando a lo largo de la historia y se ha ido adaptando a las diferentes fases
económicas y políticas de la humanidad.
Mosca señaló que en un primer estadio, en el que la civilización era todavía reciente y
la agricultura suponía la principal fuente de riqueza “la clase militar por excelencia
correspondía a la clase política y dominante. En cualquier parte, el uso de las armas
quedaba reservado exclusivamente a esta clase” que “acaparaba la propiedad casi
exclusiva de las tierras” gracias a su poder. Es decir, usó el poder coactivo de las armas
para hacerse con las tierras y por lo tanto con las riquezas.
Una vez asegurado el control de las tierras por parte de esta clase militar, “puede ocurrir
una transformación muy importante”, aseguró Mosca: “la calidad más característica de
la clase dominante, más que el valor militar, pasa a ser la riqueza; los gobernante son
los ricos más que los fuertes”. Es decir, el poder se traslada de las armas a la riqueza: el
poderoso ya no lo es porque lleve armas, sino porque es rico. La clase dominante se va
transformando y deja de ser una élite guerrera para convertirse en la clase que controla
la riqueza.
La protección de la propiedad privada se convierte entonces en la principal prioridad de
la clase dominante, lo que acarrea nuevas transformaciones, según Mosca: “Es preciso
que la organización social se perfeccione de manera que el respaldo de la fuerza pública
resulte más eficaz que el de la fuerza privada. En otras palabras, se necesita que la
propiedad privada sea tutelada suficientemente por la fuerza práctica y real de las leyes,
de modo de hacer inútil la tutela del propietario mismo”. Se pasa de una etapa feudal
del poder, en la que cada señor pugna por su cuenta, a una etapa burocrática en la que
el poder es ejercido por el Estado y el señor es asimilado a una clase dominadora que
ejerce el poder dentro del Estado.
Es decir, en esta etapa la clase dominante ve en el Estado la mejor y principal
herramienta para defender su riqueza que es también la clave de su poder. Según
Mosca, “una vez consumada dicha transformación ocurrirá que, así como el poder
político produjo riqueza, ahora la riqueza producirá el poder”. Es decir, “en todos los
países del mundo, otros medios de influencia social como serían la notoriedad, la gran
cultura, los conocimientos especializados, los grados elevados en la jerarquía
eclesiástica y militar, los adquirirán siempre más fácilmente los ricos que los pobres”.