Manuscritos Liberados Vol. 21 Selección, edición y traducción: MINISTERIO EVENTOS FINALES.

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El tiempo de prueba está justo sobre nosotros. Debemos construir sobre la Roca que
soportará la tormenta de prueba y juicio. Como vemos el cumplimiento de la profecía,
sabemos que el fin de todas las cosas está cerca. Presentad los eternos principios de la verdad.
Muestre lo que la Palabra de Dios declara que tendrá lugar en esta tierra. El Dios que dio la
instrucción a Daniel con respecto a las escenas finales de la historia de esta tierra, ciertamente
confirmará el testimonio de Sus siervos que en el tiempo señalado den el fuerte pregón.
_Manuscript Releases, vol. 21. 436, 437

Cristo dijo: "Bienaventurados vuestros ojos, porque ven, y vuestros oídos, porque oyen
Porque de cierto os digo, que muchos profetas y justos desearon ver lo que vosotros veis, y
no lo vieron.; Y oír lo que oís, y no lo oyeron "(Mateo 13:16, 17). Bienaventurados los ojos
que vieron las cosas que se vieron en 1843 y 1844.
El mensaje fue dado. Y no debe haber demora en repetir el mensaje, porque las señales de
los tiempos se están cumpliendo; El trabajo de cierre debe ser hecho. Un gran trabajo se hará
en poco tiempo. Un mensaje pronto será dado por los nombrados de Dios que crecerá en
un fuerte pregón. Entonces Daniel estará en su suerte, para dar su testimonio.
_Manuscript Releases, vol. 21. 437

La atención de nuestras iglesias debe ser despertada. Estamos de pie en las fronteras del
evento más grande de la historia del mundo, y Satanás no debe tener poder sobre el pueblo
de Dios, haciendo que duerman. El papado aparecerá en su poder. Ahora todos deben
despertar y buscar las Escrituras, porque Dios dará a conocer a Sus fieles lo que fue en el
pasado. La palabra del Señor viene a Su pueblo en poder.
Las señales del fin tienen rápido cumplimiento. El tiempo de angustia está muy cerca de
nosotros ahora. Debemos ser llevados a lugares estrechos de una manera en la que no hemos
sido llevados hasta ahora. El tiempo de angustia está cerca, y debemos despertar para
comprender esto. Debemos estar seguros de que nuestros pies están en el sendero estrecho.
Necesitamos una experiencia que aún no hemos tenido, para tener la seguridad de que el
Dios de toda gracia es una ayuda muy presente en tiempos de necesidad. El tiempo de
angustia, tal como no ha sido desde que hubo nación, está justo sobre nosotros, y somos
como las vírgenes dormidas. Debemos despertar y pedir al Señor Jesús que coloque debajo
de nosotros Sus brazos eternos, y nos lleve a través del tiempo de prueba que está delante de
nosotros.
_Manuscript Releases, vol. 21. 437

Dejemos nuestra atención lejos de cosas sin importancia, y entreguémonos a Dios.

Escasamente soñamos con los ángeles destructores que ya están autorizados para traer
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desastre y destrucción en su camino. ¿Dispondré mi vida para participar en las escenas finales
de la historia de esta tierra?
¡Qué poco sabemos de lo que está pasando en el cielo! ¡Qué temerosa indiferencia muestran
aquellos en esta tierra a las realidades eternas! Las almas no están preparadas para lo que está
por suceder en nuestro mundo; La advertencia debe ser dada, El fin de todas las cosas está a
la mano.
_Manuscript Releases, vol. 21. 438

Esto es lo que se me ha presentado: que estamos durmiendo, y no sabemos el tiempo de

nuestra visitación. Pero si nos humillamos ante Dios y lo buscamos con todo el corazón, Él
será encontrado de nosotros.
_Carta 54, 1906.

En los días de Noé, el mundo estaba tan lleno de maldad que el Señor declaró que no
soportaría más. Tal estado de cosas existirá antes de la segunda aparición de Cristo. Pero,
aunque la maldad del mundo era tan grande, el Señor dio a los hombres ciento veinte años
de libertad condicional, en los cuales, si así lo deseaban, podían arrepentirse. Pero a pesar de
la tolerancia de un Dios bueno y misericordioso, el pueblo no aprovechó sus oportunidades.
Durante poco tiempo se quedaron asombrados y temerosos de seguir con tanta imprudencia
como lo habían hecho. Entonces, los hábitos depravados prevalecieron sobre la restricción.
A medida que el pueblo se resistía a la convicción, su discernimiento se nubló y su deseo de
seguir un curso de impiedad se fortaleció. Judas describe la condición de las cosas entonces
existentes: "Y Enoc también, el séptimo de Adán, profetizó de estos, diciendo: He aquí que
el Señor viene con diez miles de Sus santos, para ejecutar juicio sobre todos, y para convencer
a todos los impíos, de todos sus actos impíos que han cometido, y de todas las cosas duras
que los pecadores impíos han hablado contra Él. Estos son murmuradores, quejumbrosos,
que andan según sus propios deseos; y su boca habla cosas soberbias, adulando a personas
para sacar provecho "[Judas 1: 14-16].
En este cuadro, el siervo inspirado de Dios, ha trazado la instrucción y advertencia de todos
los que vivirán en los últimos días de la historia de esta tierra. Hay hombres que ven la verdad
y que deben permanecer firmes en su integridad, porque son responsables delante de Dios
por la influencia de sus palabras y acciones, y que hablan a aquellos que están haciendo su
trabajo en el temor del Señor, luchando para preparar a un pueblo para vigilar y estar sobrio,
"No podemos contradecir su evidencia. Sus razones son lógicas, pero si trabajamos en contra
de los consejos legislativos, perderíamos nuestra posición. Tendremos que ir a dónde van los
líderes”. Cuán estrechamente se asemeja a las palabras de algunos durante la vida de Cristo
en la tierra. "Entonces Jesús les dijo: Todavía un poco de tiempo está la luz con vosotros.
Andad mientras tenéis la luz, para que la oscuridad no venga sobre vosotros; porque el que
anda en tinieblas no sabe adónde va. Mientras tenéis la luz, creed en la luz, para que seáis
hijos de luz… Pero, aunque había hecho tantos milagros delante de ellos, no creyeron en él,
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para que se cumpliera lo dicho por el profeta Isaías, el cual habló: Señor, ¿quién ha creído
en nuestro testimonio? ¿A quién se ha revelado el brazo del Señor? Por esto no podían creer,
porque también dijo Isaías: Cegó los ojos, y endureció su corazón; Para que no vean con sus
ojos, ni entiendan con su corazón, y sean convertidos, y yo los cure. Sin embargo, también
entre los principales sacerdotes muchos creían en él; Pero por causa de los fariseos no le
confesaron, para que no fueran sacados de la sinagoga. Porque amaban la alabanza de los
hombres más que la alabanza de Dios "[Juan 12: 35-40, 42, 43].
El reino de los cielos, en el sentido de la verdad celestial, es como el tesoro escondido en un
campo, el cual cuando un hombre lo ha encontrado lo esconde, y por gozo va y vende todo
lo que tiene y compra ese campo. Cava sobre cada parte de él hasta que pueda entrar en
posesión de sus tesoros.
Así, al buscar en el campo y cavar las preciosas joyas de la verdad, se disciernen los tesoros
ocultos. Inesperadamente encontramos mineral precioso que debe ser recolectado y
atesorado. Y la búsqueda debe continuar. Hasta ahora mucho del tesoro hallado se ha
encontrado cerca de la superficie, y se obtuvo fácilmente.
Cuando la búsqueda se lleva a cabo correctamente, se hace todo lo posible para mantener
una comprensión y un corazón puros. Cuando la mente se mantiene abierta y está
constantemente buscando en el campo de la revelación, encontraremos ricos yacimientos de
verdad. Las verdades viejas se revelarán en nuevos aspectos, y verdades que se han pasado
por alto en la búsqueda.
_Manuscript 75, 1897, 3.

Muchos de los que están sirviendo como ministros del evangelio necesitan estudiar la
Palabra. Revelación significa algo revelado, que todos deben entender. Cavar profundo para
la verdad. Pida al Señor que usted comprenda Su Palabra. Aquellos que sienten su necesidad
de la ayuda especial de Dios le preguntarán a Él, que es la Fuente de toda sabiduría, para
proveer sus necesidades. Pídele que ilumine tu entendimiento, para que sepas dar luz a los
demás. Pon tu mente para evaluar. Nunca descanse satisfecho con un conocimiento parcial
de la verdad, reconstruida con algunas suposiciones débiles. _Manuscript 174, 1899, 7, 8.

Las verdades poderosas han sido enterradas bajo el sofisma del error, Pero serán hallados por
el buscador diligente. Cuando encuentra y abre la casa del tesoro de las preciosas joyas de la
verdad, No es un robo; para todos los que aprecian estas joyas pueden poseerlas, y entonces
también ellos tienen una casa del tesoro para abrir a otros. El que imparte no se priva del
tesoro; pues mientras lo examina para que lo presente de tal manera que atraiga a otros,
encuentra nuevos tesoros.
_Manuscrito 88, 1898, 6. ("La parábola del dueño de casa", 10 de julio de 1898.)

El aumento de la luz brillará sobre todas las grandes verdades de la profecía, y serán vistos
con frescura y brillantez, porque los brillantes rayos del Sol de Justicia iluminarán todo...
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El Señor quiere impartirnos mayor luz. Desea que tengamos distintas revelaciones de Su
gloria, que los ministros y el pueblo se fortalecerán en Su fuerza. Cuando el ángel estaba a
punto de revelar a Daniel las profecías intensamente interesantes que debían ser registradas
para nosotros, quienes somos testigos de su cumplimiento, el ángel dijo: "Sé fuerte, sí, sé
fuerte”. Debemos recibir la misma gloria que se reveló a Daniel, porque es para el pueblo de
Dios en estos últimos días, para que puedan dar a la trompeta un sonido certero.
_Manuscript 18, 1888, 13.

Debemos proclamar el mensaje del tercer ángel a un mundo que perece, y no debemos
permitir que nuestras mentes se desvíen por minucias que prácticamente no equivalen a
nada. Si nuestros hermanos consideraran los asuntos importantes relacionados con la vida
eterna y la muerte eterna, muchos de los asuntos más pequeños que tanto desean ajustar, se
ajustarán.
El Señor llama a sus siervos ministradores a proclamar el mensaje de la verdad, hablando de
aquellas cosas que son de gran importancia. Cuando Jesús nos guíe por el lado de las aguas
vivas que fluyen del trono de Dios, Él nos explicará muchos de los misterios de la Biblia que
no podemos ahora comprender. Él es el Gran Maestro de Su Palabra, que no puede
entenderse plenamente en esta vida, sino que en la vida futura estará revestida con el
resplandor de la luz del claro entendimiento.
_Carta 16, 1903, p. 7

Cuanto más estrechamente y más estudiosamente buscamos la verdad en cuanto al tesoro

escondido, porque hay verdades brillantes e importantes de las cuales ahora sólo discernimos
las sombras, más seguramente avanzaremos en la luz como Él está en la luz. Veremos el brillo
y el valor de la verdad como joyas preciosas. La voz de Dios es oída, pero podemos estar tan
lejos de Él, que sólo podemos escuchar el eco. Hay palabras de instrucción que vienen de
Dios día a día, y en el momento que no sabemos Él puede dar palabras a Sus mensajeros
escogidos para nosotros, lo cual perdemos por falta de discernimiento y aprecio. Luego nos
tropezamos en la incertidumbre de la noche, y no sabemos por qué tropezamos. Hay una
gloria brillante para nosotros a medida que avanzamos, pero que nunca veremos a menos
que avancemos. Podemos obtener algunas chispas, pero eso es todo. El brillo de la gloria
celestial no la vemos.
_Carta 147, 1897, págs. 6, 7.

Este libro [Apocalipsis] exige un estudio de cerca y con oración, para que no se interprete de
acuerdo con las ideas de los hombres, y se dé una falsa interpretación a la Sagrada Palabra
del Señor, que en sus símbolos y figuras significa mucho para nosotros. Hay tantas cosas que
debemos comprender positivamente para que podamos dar forma a nuestro curso de acción
para que no recibamos las plagas que vienen sobre el mundo.
Manuscritos Liberados Vol. 21 Selección, edición y traducción: MINISTERIO EVENTOS FINALES.

En el Apocalipsis las cosas profundas de Dios son retratadas. Aquellos cuyos corazones son
completamente santificados a Dios, se acercarán a ver gemas inestimables a través del
telescopio de la fe. Y cuando aplican la verdad a la práctica, los misterios todavía más
profundos están grabados en el alma. Aquellos así honrados deben comunicar a otros lo que
han recibido. Y mientras hacen esto, los ángeles hacen la impresión en los corazones.
Todos los que entienden la Palabra de Dios se darán cuenta de que las cosas de menor
importancia que en el pasado han ocupado su tiempo y han consumido sus fuerzas, les han
privado de una experiencia y conocimiento que habrían obtenido si hubieran mantenido la
fe intacta por el egoísmo. Si hubiesen hecho esto, habrían comprendido el resultado de
poseer esa fe que obra por amor y purifica el alma.
Que nadie piense, porque no puede explicar el significado de cada símbolo en el Apocalipsis,
que no sirve para ellos buscar este libro con profundo anhelo y deseo intenso de conocer el
significado de las verdades que contiene. El que reveló estos misterios a Juan, puede y dará
al buscador diligente de la verdad un anticipo de las cosas celestiales, que en lo futuro se
realizarán. Ricas bendiciones vendrán a el que lee y oye las palabras de esta profecía, y guarda
esas cosas que están escritas en ella.
_Carta 16, 1900, pp. 2, 3.

La proclamación de los mensajes del primer, segundo y tercer ángel ha sido establecida por
la Palabra Inspirada. No se debe quitar una clavija o pasador. Ninguna autoridad humana
tiene más derecho a cambiar la ubicación de estos mensajes que a sustituir el Nuevo
Testamento por el Antiguo. El Antiguo Testamento es el evangelio en figuras y símbolos. El
Nuevo Testamento es la sustancia. Uno es tan esencial como el otro. El Antiguo Testamento
presenta lecciones de los labios de Cristo, y estas lecciones no han perdido su fuerza de nada
en particular.
El primer y segundo mensaje fueron dados en 1843 y 1844, y ahora estamos bajo la
proclamación del tercero; Pero los tres mensajes aún no han sido proclamados. Es tan
esencial ahora como siempre, que serán repetidos a los que buscan la verdad. Por pluma y
voz debemos hacer sonar la proclamación, mostrando su orden y la aplicación de las profecías
que nos traen al mensaje del tercer ángel. No puede haber un tercero sin el primero y el
segundo. Estos mensajes debemos darlos al mundo en publicaciones, en discursos,
mostrando en la línea de la historia profética lo que ha sido y lo que será. El libro que fue
sellado no era el libro de Apocalipsis, sino aquella parte de la profecía de Daniel que se
refería a los últimos días. La Escritura dice: "Mas tú, oh Daniel, cierra las palabras, y sella el
libro, hasta el tiempo del fin: muchos correrán de aquí para allá, y el conocimiento será
aumentado". Cuando se abrió el libro, se hizo la proclamación: "El tiempo no será más." El
libro de Daniel está ahora sin sellar, y la revelación hecha por Cristo a Juan viene a todos los
habitantes de la tierra. Con el aumento del conocimiento un pueblo debe estar preparado
para permanecer en los últimos días.
Manuscritos Liberados Vol. 21 Selección, edición y traducción: MINISTERIO EVENTOS FINALES.

Hemos llegado a un tiempo en que la obra sagrada de Dios está representada por los pies de
la imagen en la que el hierro se mezcló con la arcilla de barro. Dios tiene un pueblo, un
pueblo escogido, cuyo discernimiento debe ser santificado, que no debe ser profano por la
imposición de la fundación de madera, heno y rastrojo. Cada alma que es leal a los
mandamientos de Dios verá que el rasgo distintivo de nuestra fe es el séptimo día Sábado.
Si el gobierno honrara el sábado como Dios lo ha ordenado, estaría en la fuerza de Dios y
en defensa de la fe una vez entregada a los santos. Pero los hombres de Estado defenderán
el sábado espurio y mezclarán su fe religiosa con la observancia de este niño del Papado,
colocándolo por encima del Sábado que el Señor ha santificado y bendecido, poniéndolo
aparte para que el hombre lo santifique, como un signo entre Él y Su pueblo a mil
generaciones. La mezcla de la artesanía de la iglesia y del arte estatal está representada por el
hierro y la arcilla. Esta unión está debilitando todo el poder de las iglesias. Esta inversión de
la iglesia con el poder del estado traerá malos resultados. Los hombres casi han pasado el
punto de la paciencia de Dios. Han invertido su fuerza en la política y se han unido con el
papado. Pero vendrá el tiempo en que Dios castigará a aquellos que han invalidado su ley, y
su mal trabajo recaerá sobre sí mismos.
_Manuscrito 63, 1899, 12, 13.

Tercer mensaje no comprendido

Hay pocos, incluso de aquellos que dicen creerlo, que comprenden el mensaje del tercer
ángel, y sin embargo este es el mensaje para este tiempo. Es la verdad presente. ¡Pero cuán
pocos toman este mensaje en su verdadero porte y lo presentan a la gente en su poder! En
muchos tiene poca fuerza... La obra final del mensaje del tercer ángel será atendida con un
poder que enviará los rayos del Sol de Justicia en todas las carreteras y caminos de la vida, y
se tomarán decisiones para Dios como gobernador supremo; Su ley será considerada como
la regla de Su gobierno.
_Manuscrito 15, 1888, 5

El tema de mayor importancia es el mensaje del tercer ángel, abrazando los mensajes del
primer y segundo ángeles. Todos deben comprender las verdades contenidas en estos
mensajes; Porque son esenciales para la salvación. Tendremos que estudiar seriamente para
comprender estas verdades; Y nuestro poder de aprender y comprender será gravado al
máximo.
_Carta 97, 1902, pág. 2.

Una cosa es cierta: los Adventistas del Séptimo Día que se ponen de pie bajo la bandera de
Satanás primero renunciarán a su fe en las advertencias y reproches contenidas en los
Testimonios del Espíritu de Dios.
_Carta 156, 1903, pág. 2.
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Moisés fue elegido por Dios como el mensajero de su pacto. El Señor lo llamó al monte, para
recibir las palabras de Dios a Israel. Hoy Dios escoge a los hombres como Él escogió a Moisés,
para ser Sus mensajeros. No deben ser mediadores. Ellos deben señalar a Cristo como el
Mediador todo-suficiente. Primero deben recibir la instrucción de los oráculos vivientes de
Dios, entonces deben impartir el conocimiento que han recibido, línea tras línea, precepto
sobre precepto, un poco aquí y un poco allí. Cada palabra que hablan debe ser pronunciada
en verdad. Dios requerirá la vida de aquellos que convierten la verdad de Dios en mentira,
y enseñan falsedad. Su ejemplo llevará a otros a falsificar, pero aquellos que así pervirtieron
la verdad de Dios nunca llegarán a ser miembros de la familia real. Es peligroso ahora ser
incapaz de discernir la verdad. Aquellos que deben ministrar la Palabra de Dios deben ser
hombres que conocen Su voluntad. Deben tener cuidado para no malinterpretar la Palabra
de Dios, y cometer errores que necesitarán ser rectificados. Deben ser hombres de
conocimiento, capaces de instruir a otros. ¿Cómo pueden hablar con claridad e inteligencia
si no tienen tiempo ni oportunidad para comunicarse con Dios, para buscarlo en oración
ferviente? Deben obtener de Dios su sabiduría. Deben “instar a tiempo y fuera de tiempo”,
siempre preparados para lo que se les pide hacer.
_Manuscrito 64, 1903, 1-7

"Los labios del sacerdote deben guardar conocimiento, y deben buscar la ley en su boca,
porque él es el mensajero del Señor de los ejércitos" (Malaquías 2: 7). El pueblo debe
aconsejarle, como mensajero designado por Dios. No sólo deben oír, sino que deben hacer
preguntas, para que tengan un claro conocimiento de la verdad. Él no debe retener su
conocimiento del pueblo, sino que debe guardarlo como un fideicomiso sagrado, para ser
impartido a otros.
El sacerdote debe mantener el conocimiento, no sólo en la mente, sino que los "labios deben
guardar el conocimiento", él debe tenerlo al final de su lengua. Él debe estar listo siempre
para hablar de las cosas buenas y hermosas de Dios.
Los mensajeros de Dios deben hacer de sus mentes una casa de tesoros de cosas buenas, de
la cual puedan ser capaces de dibujar un "Así dice el Señor" siempre que la ocasión lo exija.
Deben presentar cosas nuevas y viejas. Deben mantener continuamente el pacto de paz entre
Dios y el hombre, que Él hizo con su pueblo Israel.
_Manuscrito 64, 1903, 1-7

Después de que Dios le había dado a Moisés varias leyes y ordenanzas, Él le ordenó que
bajara al pueblo y les hiciera conocer estas leyes. Moisés fue instruido para leerlos al pueblo.
Mientras en el monte los había escrito tal como habían sido dichas por el Hijo de Dios. "Y
Moisés vino, y dijo al pueblo todas las palabras del Señor, y todos los juicios; y todo el pueblo
respondió con una sola voz, y dijo: Todas las palabras que el Señor ha dicho haremos" (Éxodo
24: 3).
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Ahora se preparaba la ratificación del pacto, de acuerdo con las instrucciones de Dios. Moisés
"edificó un altar bajo el monte, y doce columnas, según las doce tribus de Israel. Y envió
varones de los hijos de Israel, los cuales ofrecieron holocaustos, y ofrecieron sacrificios de
paz a Jehová. Y tomó Moisés la mitad de la sangre, y la puso en vasijas; Y la mitad de la sangre
que rociaba sobre el altar.
Aquí el pueblo recibió las condiciones del pacto. Hicieron un pacto solemne con Dios,
tipificando el pacto hecho entre Dios y cada creyente en Jesucristo. Las condiciones estaban
claramente expuestas al pueblo. No les dejaron malentenderlos. Cuando se les pidió que
decidieran si aceptaban todas las condiciones dadas, consintieron unánimemente en
obedecer todas las obligaciones. Ya habían consentido en obedecer los mandamientos de
Dios. Los principios de la ley estaban ahora particularizados, para que supieran cuánto estaba
involucrado en el convenio para obedecer la ley; Y aceptaron los detalles específicamente
definidos de la ley. Si los israelitas hubieran obedecido las exigencias de Dios, habrían sido
cristianos prácticos. Habrían sido felices; Porque habrían estado guardando los caminos de
Dios, y no siguiendo las inclinaciones de sus propios corazones naturales. Moisés no los dejó
a malinterpretar las palabras del Señor o mal aplicar sus requisitos. Él escribió todas las
palabras del Señor en un libro, para que pudieran ser referidas después. En el monte los
había escrito como Cristo mismo los dictó.
Los israelitas hablaron valientemente las palabras prometedoras de obediencia al Señor,
después de escuchar su pacto leer en la audiencia del pueblo. Ellos dijeron: "Todo lo que el
Señor ha dicho, lo haremos, y seremos obedientes" (Éxodo 24: 7). Entonces el pueblo fue
separado y sellado a Dios. Un sacrificio fue ofrecido al Señor. Una porción de la sangre del
sacrificio fue rociada sobre el altar. Esto significaba que el pueblo se había consagrado a sí
mismo, cuerpo, mente y alma. Una porción fue rociada sobre la gente. Esto significaba que,
a través de la sangre rociada de Cristo, Dios los aceptó como su tesoro especial. Así, los
israelitas entraron en un pacto solemne con Dios.
_Manuscrito 126, 1901, 15-17. ("La ley es dada", 10 de diciembre de 1901.)

"Pedid, y se os dará; Busca y encontrarás; Llamad, y se os abrirá "(Mateo 7: 7). Ponernos en

estrecha relación con Cristo, por ferviente oración creyente, este es nuestro deber. Por
nuestra parte del contrato somos responsables. Por lo demás debemos confiar en Aquel que
sabe y entiende lo que mejor nos ayudará en nuestros esfuerzos para hacer Su voluntad.
Coloquémonos en la línea de cooperación con Dios, haciendo posible que Él responda a
nuestras oraciones. Él ha emitido sus pagarés, declarando: "También te daré un corazón
nuevo" (Ezequiel 36:26). Él dice que Él será encontrado de aquellos que lo buscan con todo
el corazón. Cuando pierdes tu apego a Cristo, la orilla del cielo no ha fallado, pero has
quebrantado tu pacto con Dios. Él no puede cubrir su pecado mientras continúa en el
pecado, negándose a permitir que Él quite su transgresión, porque usted supone que, al
desobedecer los mandamientos de Dios, usted se ha colocado más allá de la ayuda. El Señor
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dice: "Que tome posesión de Mi fortaleza, para que haga paz Conmigo; Y hará paz conmigo
"(Isaías 27: 5).
_Manuscrito 56, 1903, 1, 2.

"Y Moisés vino y llamó a los ancianos del pueblo, y puso delante de sus rostros todas estas
palabras que el Señor le mandó. Y todo el pueblo respondió, y dijo: Todo lo que el Señor ha
dicho, lo haremos "(Éxodo 19: 3-8).
Esta es la promesa que el pueblo de Dios debe hacer en estos últimos días. Su aceptación
con Dios depende del cumplimiento fiel de los términos de su acuerdo con Él. Dios incluyó
en su pacto a todos los que le obedecerían. A todos los que hagan justicia y juicio, guardando
su mano de hacer cualquier mal, la promesa es: "A ellos daré en mi casa y dentro de mis
muros un lugar y un nombre mejores que hijos e hijas. Dales un nombre eterno, que no sea
cortado "(Isaías 56: 5).
_Carta 263, 1903, págs. 6, 7.

Bajo el nuevo pacto, las condiciones por las cuales se puede ganar la vida eterna son las
mismas que las de los antiguos. Las condiciones son, y han estado siempre, basadas en la
obediencia perfecta. Bajo el antiguo pacto, había muchos delitos de un carácter atrevido,
presuntuoso, para el cual no había ninguna expiación especificada por la ley. En el nuevo y
mejor pacto, Cristo ha cumplido la ley para los transgresores de la ley, si lo reciben por fe
como un Salvador personal. "A todos los que le recibieron, les dio poder para ser hechos
hijos de Dios" (Juan 1:12). La misericordia y el perdón son la recompensa de todos los que
vienen a Cristo confiando en sus méritos para quitar sus pecados. Somos purificados del
pecado por la sangre de Cristo Jesús nuestro Salvador.
_Carta 216, 1906, p. 2

El Señor le dijo a Moisés que santificara al pueblo, porque se acercaba a ellos. Requiere de
Su pueblo hoy que permanezca como un pueblo separado y distinto, libre de todas las
influencias mundanas. Deben ser un pueblo peculiar para el Señor. Y luego les dio Sus
mandamientos, prometiéndoles vida si guardaban los mandamientos. Y nosotros, si los
obedecemos, hallaremos entrada en el reino de nuestro Dios, donde continuaremos
observando la ley de Dios. Que nadie se atreva a jugar con los mandamientos de Dios.
_Manuscrito 71, 1907, 1, 2

Cristo no fue el único que hizo Su gran sacrificio. Fue el cumplimiento de la alianza
establecida entre Él y Su Padre antes de la fundación del mundo. Con las manos entrelazadas
habían entrado en la promesa solemne de que Cristo se convertiría en el aval de la raza
humana si fueran vencidos por la sofistería de Satanás.
_The Youth's Instructor, 14 de junio de 1900, pág. 186.
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Los terribles desastres que están ocurriendo en las grandes ciudades, deben despertarnos una
intensa actividad en dar el mensaje de advertencia a la gente en estos centros congestionados
de población, mientras que todavía tenemos una oportunidad. El tiempo más favorable para
la presentación de nuestro mensaje en las ciudades ha pasado. El pecado y la maldad están
aumentando rápidamente; Y ahora tendremos que redimir el tiempo trabajando con más
empeño.
_Carta 148, 1906, págs. 3, 4.

Algunos asuntos se han abierto ante mí que se cumplirán pronto. Debemos saber más de lo
que sabemos en la actualidad. Debemos comprender las cosas profundas de Dios. Hay temas
sobre los que hay que mencionar que son dignos de más que un aviso de paso. Los ángeles
han deseado mirar las verdades que se revelan a las personas que están buscando la Palabra
de Dios y con corazones contritos pidiendo sabiduría, para mayores longitudes y anchuras y
alturas de ese conocimiento que sólo Dios puede dar.
Cientos de comentarios han sido escritos en el evangelio por hombres que son llamados
grandes, y cuando nos acercamos a las escenas finales de la historia de esta tierra, se harán
más representaciones maravillosas. Necesitamos estudiar las Escrituras con corazones
humildes y contritos. Aquellos que dedicarán sus poderes al estudio de la Palabra de Dios, y
especialmente a las profecías que se refieren a estos últimos días, serán recompensados por
el descubrimiento de importantes verdades.
_Manuscrito 75, 1899, 4, 5.

Estúdiese el capítulo 9 de Ezequiel. Estas palabras serán literalmente cumplidas; Pero el

tiempo está pasando, y la gente está dormida. Se niegan a humillar sus almas y a convertirse.
No mucho tiempo más el Señor soportará con la gente que tiene verdades tan grandes e
importantes reveladas a ellos, pero que se niegan a llevar estas verdades a su experiencia
individual. El tiempo es corto. Dios está llamando; ¿Vas a escuchar? ¿Recibirá su mensaje?
¿Se convertirá antes de que sea demasiado tarde? Pronto, muy pronto, cada caso se decidirá
para la eternidad.
_Carta 106, 1909, págs. 2, 3, 5, 7.

Necesitamos ahora mostrar en la vida y en el carácter la santificación del evangelio, y la

creencia en la próxima venida de Cristo en poder y gran gloria. ¿Mostraréis fe genuina en las
señales de la segunda venida del Señor?
Debemos traer la verdad a todas nuestras obras; Debemos ser santificados por la verdad, y
mostrar a un mundo muerto en delitos y pecados que nosotros somos una nación santa, un
pueblo peculiar, una generación escogida, celosa de buenas obras.
La muerte de Cristo fue realizada para hacernos auténticos cristianos a través de la fe en Él.
Llevamos un mensaje de verdad sagrada, y por la justicia de Cristo debemos llegar a ser uno
en Él, separados del mundo, distinguidos de él por los rasgos de nuestra fe que nos hacen
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herederos de Dios y coherederos con Cristo. Somos testigos de Cristo. Por nuestro voto
bautismal estamos bajo solemne compromiso de ser testigos de Él. Por los méritos de Cristo,
debemos dejar que nuestra luz brille al mundo, para que ellos, al ver nuestras buenas obras,
glorifiquen a nuestro Padre que está en los cielos.
_Carta 10, 1907, pp. 2, 3

Que en este momento vengan poderosas súplicas de aquellos que temen y honran a Dios. El
que trabaja con fe y humildad, aferrándose a las promesas de Dios, prevalecerá. La grandeza
del reino bajo todo el cielo será dada a los fieles hijos creyentes de Dios.
_Carta 198, 1908, pág. 4.

Los médicos deben educar a los pacientes para alejarlos del uso de cosas dañinas y deben
señalar caminos seguros para que los pies puedan entrar. Si las mentes de los pacientes son
dejadas a sus propias direcciones, muchos, por supuesto, elegirán la dieta bruta de la carne,
en lugar de los frutos de la tierra y de los árboles para la alimentación. Cuando los que actúan
como médicos se alejan de los principios de salud, Dios no es honrado.
_Manuscript Releases. Vol. 1, 280

El mensaje a la iglesia de Laodicea se aplica más decididamente a aquellos cuya experiencia

religiosa es insípida, que no dan testimonio decidido en favor de la verdad. Dios pide una
reforma en Sus instituciones; Porque se han impregnado del espíritu del mundo. Pide a
todos que den testimonio decidido a favor de la reforma sanitaria. La carne no debe colocarse
delante de los pacientes en nuestros sanatorios.
Muchos han perdido el poder del mensaje del tercer ángel. ¿Acaso el cumplimiento de los
juicios pronunciados hace tanto tiempo no requiere un despertar entre los adventistas del
séptimo día? Con calma y confianza cada creyente debe estar en su parte y en su lugar, fuerte
en la fuerza del Poderoso.
_Carta 98, 1901, pp. 3-5.

Cuando la obra del juicio haya terminado y las decisiones hayan sido tomadas para la
eternidad, se verá que son los que se han entregado sin reservas al servicio de Dios, que
estarán en pie justos con el cielo.
_Manuscrito 93, 7 de septiembre de 1909

Al pequeño remanente disperso en el extranjero

Como Dios me ha mostrado en santa visión los viajes del pueblo Adventista a la Santa
Ciudad y la rica recompensa que se debe dar a aquellos que esperan el regreso de su Señor
de la boda, debe ser pues mi deber darles un breve bosquejo de lo que Dios me ha revelado.
Los queridos santos tienen que pasar muchas pruebas. Pero nuestras ligeras aflicciones, que
no son sino por un momento, nos traen un peso de gloria mucho más excesivo y eterno,
Manuscritos Liberados Vol. 21 Selección, edición y traducción: MINISTERIO EVENTOS FINALES.

mientras miramos las cosas que no se ven, porque las cosas que se ven son temporales, pero
las cosas que no se ven son eternas. He tratado de traer de vuelta un buen informe, y algunas
uvas de la Canaán celestial, por las cuales muchos me apedrearían, como la congregación
pidió a Caleb y Josué por su informe, (Números 14:10.) Pero yo os declaro, mis hermanos y
hermanas en el Señor, es una buena tierra, y nosotros somos capaces de subir y poseerla.
Mientras oraba en el altar de la familia, el Espíritu Santo cayó sobre mí, y yo parecía estar
subiendo cada vez más alto, muy por encima del mundo oscuro. Me volví para buscar al
pueblo Adventista en el mundo, pero no pude encontrarlos, cuando una voz me dijo: "Mira
de nuevo, y mira un poco más alto." En esto levanté mis ojos y vi un camino recto y estrecho,
elevado sobre el mundo. En este camino el pueblo Adventista viajaba a la ciudad, que estaba
en el extremo más lejano del camino. Tenían una luz brillante puesta detrás de ellos en el
primer extremo del camino, la cual un ángel me dijo que era el Clamor de Medianoche. Esta
luz brilló a lo largo del camino y dio luz para sus pies para que no pudieran tropezar. Y si
mantenían los ojos fijos en Jesús, que estaba justo delante de ellos, llevándolos a la ciudad,
estaban seguros.
Pero pronto algunos se cansaron, y dijeron que la ciudad estaba muy lejos, y esperaban haber
entrado antes. Entonces Jesús los animaba levantando su glorioso brazo derecho, y de su
brazo vino una luz gloriosa que ondeó sobre el grupo Adventista, y gritaron ¡Aleluya! Otros
precipitadamente negaron la luz detrás de ellos, y dijeron que no era Dios que los había
llevado hasta el momento. La luz detrás de ellos salió dejando sus pies en la oscuridad
perfecta, y tropezaron y quitaron sus ojos del blanco y perdieron de vista a Jesús, y cayeron
del camino abajo en el oscuro y malvado mundo. Era igual de imposible que volviesen al
camino y fueran a la Ciudad, como todo el mundo perverso que Dios había rechazado.
Cayeron por todo el camino a través del sendero, uno tras otro, hasta que oímos la voz de
Dios como muchas aguas, que nos dio el día y la hora de la venida de Jesús. Los santos
vivientes, 144.000 en número, conocían y entendían la voz, mientras que los malvados
pensaban que era un trueno y un terremoto. Cuando Dios habló el tiempo, Él derramó sobre
nosotros el Espíritu Santo, y nuestros rostros comenzaron a iluminarse y brillar con la gloria
de Dios como lo hizo Moisés cuando bajó del monte Sinaí, (Éxodo 34: 30-34). En ese
momento los 144.000 estaban todos sellados y perfectamente unidos. En sus frentes estaba
escrito, Dios, Nueva Jerusalén, y una Estrella gloriosa que contiene el nuevo nombre de Jesús.
En nuestro feliz y santo estado, los malvados se enfurecieron y se apresuraron violentamente
a imponernos las manos para empujarnos a la cárcel, cuando extendíamos la mano en el
nombre del Señor, y los impíos caían desamparados en el suelo. Entonces fue que la sinagoga
de Satanás supo que Dios nos había amado, que nos lavábamos los pies unos a otros, y
saludábamos a los santos hermanos con un santo beso, y adoraban a nuestros pies. Pronto
nuestros ojos se dirigieron al Oriente, porque una pequeña nube negra había aparecido
aproximadamente de la mitad de la mano de un hombre, todos supimos que era el Señal del
Hijo del Hombre. Todos en un silencio solemne contemplábamos la nube a medida que se
acercaba, se hacía más ligera, más brillante, gloriosa y aún más gloriosa, hasta que era una
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gran nube blanca. La parte inferior parecía como el fuego, un arco iris sobre ella, alrededor
de la nube había diez mil ángeles que cantaban una canción más encantadora. Y en ella
estaba sentado el Hijo del Hombre, sobre su cabeza había coronas, su pelo era blanco y rizado
y descansaba sobre sus hombros. Sus pies tenían la apariencia de fuego, en su mano derecha
había una hoz afilada, en su izquierda una trompeta de plata. Sus ojos eran como una llama
de fuego, lo cual buscaban a sus hijos de un lado a otro.

Entonces todos los rostros palidecieron, y los que Dios había rechazado se tornaron negros.
Entonces todos clamamos: ¿Quién podrá resistir? ¿Está mi manto impecable? Entonces los
ángeles dejaron de cantar, y hubo algún tiempo de terrible silencio, cuando Jesús habló. Los
que tienen las manos limpias y el corazón puro podrán resistir, bastaos mi gracia. En esto,
nuestras caras se iluminaron, y la alegría llenó cada corazón. Y los ángeles tocaron una nota
más alta y cantaron de nuevo mientras la nube se acercaba aún más a la tierra.
Entonces sonó la trompeta de plata de Jesús, mientras descendía sobre la nube, envuelta en
llamas de fuego. Miró las tumbas de los santos durmientes, luego alzó los ojos y las manos al
cielo y clamó: ¡Despertaos! ¡Despertaos! ¡Despertaos! Vosotros los que dormís en el polvo, y
levantaos. Luego hubo un poderoso terremoto. Las tumbas se abrieron y los muertos
aparecieron vestidos de inmortalidad. Los 144.000 gritaron: ¡Aleluya! Al reconocer a sus
amigos que habían sido arrancados de ellos por la muerte, y en el mismo momento fuimos
transformados y alcanzados junto con ellos para encontrarnos con el Señor en el aire. Todos
entraron juntos en la nube, y fueron siete días ascendiendo al mar de cristal, cuando Jesús
trajo las coronas y con su propia mano derecha las colocó sobre nuestras cabezas. Él nos dio
arpas de oro y palmas de victoria. Aquí, en el mar de cristal, los 144.000 estaban en un
cuadrado perfecto. Algunos de ellos tenían coronas muy brillantes, otros no tan brillantes.
Algunas coronas parecían pesadas de estrellas, mientras que otras tenían pocas. Todos
estaban perfectamente satisfechos con sus coronas. Y todos estaban vestidos con un glorioso
manto blanco desde sus hombros hasta sus pies. Los ángeles nos rodeaban mientras
avanzábamos por el mar de cristal hasta la puerta de la ciudad. Jesús levantó su poderoso
brazo glorioso, tomó la puerta y la volvió a girar sobre sus goznes dorados, y nos dijo: Ustedes
han lavado sus vestidos en mi sangre, han permanecido firmes en mi verdad, entrad. Todos
entramos y sentimos que teníamos perfecto derecho en la ciudad. Aquí vimos el árbol de la
vida, y el trono de Dios. Del trono vino un río puro de agua, y a ambos lados del río estaba
el árbol de la vida. En un lado del río había un tronco de un árbol y un tronco en el otro
lado del río, ambos de oro transparente puro. Al principio creí ver dos árboles. Miré de
nuevo y vi que estaban unidos en la parte superior de un árbol. Así era el árbol de la vida, a
cada lado del río de vida; sus ramas se inclinaron ante el lugar donde nos hallábamos; Y el
fruto era glorioso, que parecía oro mezclado con plata. Todos pasamos bajo el árbol y nos
sentamos a contemplar la gloria del lugar, cuando los hermanos Fitch y Stockman, que
habían predicado el evangelio del reino, y que Dios había puesto en el sepulcro para salvarlos,
vinieron a nosotros y nos preguntó qué habíamos pasado mientras ellos dormían. Tratamos
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de evocar a nuestras mayores pruebas, pero parecían tan pequeñas comparadas con el peso
de gloria que nos rodeaba, que no podíamos pronunciarlas, y todos clamaban ¡Aleluya!, el
cielo es bastante barato, y tocamos nuestras gloriosas arpas y las hacíamos sonar por las
bóvedas del cielo. Y mientras contemplábamos las glorias del lugar, nuestros ojos se veían
atraídos hacia algo que tenía la apariencia de plata. Le pedí a Jesús que me dejara ver lo que
había dentro.

En un momento volábamos hacia arriba y entramos; Aquí vimos al buen padre Abraham,
Isaac, Jacob, Noé, Daniel, y muchos como ellos. Y vi un velo con una franja pesada de plata
y oro como un borde en el fondo; era muy hermoso. Le pregunté a Jesús qué estaba dentro
del velo.

Lo levantó con su propio brazo derecho, y me pidió que prestara atención. Vi allí un arca
gloriosa, cubierta de oro puro, y tenía un borde glorioso, parecido a las coronas de Jesús; En
ella estaban dos ángeles brillantes: sus alas estaban extendidas sobre el arca mientras se
sentaban en cada extremo, con sus caras giradas una hacia la otra y mirando hacia abajo. En
el arca, debajo donde se extendían las alas de los ángeles, había una vasija de oro de maná,
de color amarillento; y vi una vara, la cual Jesús dijo que era de Aarón; Lo vi brotar, florecer
y dar fruto. Y vi dos largas barras de oro, sobre las cuales colgaban alambres de plata, y sobre
los alambres uvas más gloriosas; Un racimo era más de lo que un hombre aquí podría llevar.
Y vi a Jesús subir y quitar el maná, almendras, uvas y granadas, y llevarlos a la ciudad, y
ponerlos en la mesa. Me puse de pie para ver cuánto se había quitado, y quedaba lo mismo;
Y clamamos Aleluya. Amén. Descendimos todos de este lugar a la ciudad, y con Jesús a
nuestra cabeza todos descendimos de la ciudad a esta tierra, sobre un gran y poderoso monte,
que no pudo soportar a Jesús, y se dividió en pedazos, y allí fue una enorme llanura. Entonces
alzamos la vista y vimos la gran ciudad, con doce cimientos, doce puertas, tres a cada lado, y
un ángel en cada puerta, y todos clamaban: "La ciudad, la gran ciudad, viene, viene de Dios,
del cielo ", y vino y se estableció en el lugar donde estábamos. Entonces comenzamos a mirar
las cosas gloriosas fuera de la ciudad. Allí vi las casas más gloriosas, que tenían la apariencia
de plata, sostenidas por cuatro columnas, apoyadas con perlas, las más gloriosas para
contemplar, que serían habitadas por los santos; En ellos había un estante de oro; Vi a
muchos de los santos entrar en las casas, quitarse sus coronas brillantes y ponerlas en el
estante, luego salir al campo por las casas para hacer algo con la tierra; No como hacemos
con la tierra aquí; no, no. Una luz gloriosa brillaba sobre sus cabezas, y continuamente
clamaban y ofrecían alabanzas a Dios. Y vi otro campo lleno de todo tipo de flores, y cuando
las arranqué, exclamé, nunca se desvanecerán. Luego vi un campo de hierba alta, el más
glorioso de contemplar; Era verde vivo, y tenía un reflejo de plata y oro, mientras ondeaba
orgullosamente la gloria del Rey Jesús. Entonces entramos en un campo lleno de todo tipo
de bestias: el león, el cordero, el leopardo y el lobo, en perfecta unión; Pasamos por medio
de ellos, y ellos siguieron pacíficamente después. Entonces entramos en un bosque, no como
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los bosques oscuros que tenemos aquí, no, no; sino luz, y todo glorioso; Las ramas de los
árboles se movían de un lado a otro, y todos exclamábamos: "moraremos seguros en el
desierto y dormiremos en este bosque." Pasamos por el bosque, porque estábamos en camino
al monte de Sión. Mientras viajábamos, conocimos a una compañía que también estaban
contemplando las glorias del lugar. Me di cuenta del rojo en el borde de sus vestidos; sus
coronas eran brillantes; sus vestidos eran de un blanco puro. Cuando los saludamos, le
pregunté a Jesús quiénes eran ellos. Dijo que eran mártires que habían sido muertos por Él.
Con ellos había una innumerable compañía de pequeños; Tenían un dobladillo de rojo en
sus prendas también.

El monte de Sión estaba justo delante de nosotros, y en la montaña había un templo glorioso,
y alrededor de él había otros siete montes en los que crecían rosas y lirios, y vi a los pequeños
subir o, si lo deseaban, usar sus pequeñas alas y volar a la cima de las montañas, y arrancar
las flores que nunca se desvanecen. Había todo tipo de árboles alrededor del templo para
embellecer el lugar; La caja, el pino, el abeto, el olivo, el arrayán, la granada y la higuera,
inclinados con el peso de sus higos, que hicieron que el lugar pareciera glorioso. Y cuando
estábamos a punto de entrar en el santo templo, Jesús alzó su hermosa voz y dijo: Sólo los
144.000 entran en este lugar, y exclamamos Aleluya. ¡Vaya!, bendigan al Señor, queridos
hermanos y hermanas, es una reunión extra para aquellos que tienen el sello del Dios vivo.
Este templo fue sostenido por siete pilares, todos de oro transparente, con perlas más
gloriosas. Las cosas gloriosas que vi allí, no puedo empezar a describir. Oh, que yo pudiera
hablar en el lenguaje de Canaán, entonces podría contar un poco de la gloria del mundo
superior; Pero, si eres fiel, pronto lo conocerás todo. Vi allí las tablas de piedra en las que
estaban grabados en letras de oro los nombres de los 144.000; después de haber contemplado
la gloria del templo, salimos. Entonces Jesús nos dejó, y fue a la ciudad; Pronto oímos de
nuevo su hermosa voz, diciendo: "¡Ven pueblo mío!, has salido de gran tribulación y has
hecho mi voluntad; Sufrido por mí; ven a cenar, porque yo me ceñiré y te serviré.
Exclamamos Aleluya, gloria; Y entramos en la ciudad; y vi una mesa de plata pura, tenía
muchos kilómetros de longitud, pero nuestros ojos podían extenderse sobre ella. Y vi el fruto
del árbol de la vida, el maná, las almendras, los higos, las granadas, las uvas y muchos otros
frutos. Todos nos reclinamos en la mesa. Le pedí a Jesús que me dejara comer del fruto. Dijo,
no ahora. Los que comen del fruto de esta tierra, no vuelven más a la tierra. Pero en poco
tiempo, si eres fiel, comeréis del fruto del árbol de la vida, y beberéis del agua de la fuente; Y
dijo: Tú debes volver a la tierra otra vez, y referir a otros, lo que te he revelado. Entonces un
ángel me llevó suavemente a este mundo oscuro. A veces pienso que no puedo quedarme
aquí más tiempo, todas las cosas de la tierra se ven tan sombrías, me siento muy sola aquí,
porque he visto una tierra mejor. Oh, si tuviera alas como una paloma, entonces yo volaría
lejos, y estaría en reposo.
En febrero de 1845 tuve una visión de los acontecimientos que comenzaban con el Clamor
de Medianoche. Vi un trono y en él estaba sentado el Padre y el Hijo. Miré el rostro de Jesús
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y admiré su encantadora persona. No pude ver la persona del Padre, porque una nube de
gloriosa luz lo cubrió. Le pregunté a Jesús si su Padre tenía una forma como él. Dijo que la
tenía, pero no pude verlo, porque dijo que si alguna vez vieras la gloria de su persona dejarías
de existir. Delante del trono vi al pueblo Adventista, a la iglesia y al mundo. Vi a una
compañía, inclinada ante el trono, profundamente interesada, mientras la mayoría de ellos
se ponía de pie desinteresada y descuidada. Los que estaban inclinados ante el trono ofrecían
sus oraciones y miraban a Jesús; Entonces miré a su Padre, y parecía estar suplicando con Él.
Una luz venía del Padre al Hijo, y del Hijo a la compañía de la oración. Entonces vi una luz
brillante que provenía del Padre al Hijo, y del Hijo agitó sobre el pueblo delante del trono.
Pero pocos recibían esta gran luz; Muchos salieron de debajo e inmediatamente se
resistieron; otros eran descuidados y no apreciaban la luz, y se alejaba de ellos; Algunos la
acariciaron, y fueron y se agacharon con la pequeña compañía de oración.
Esta compañía recibió la luz, y se regocijó en ella, mientras sus rostros brillaron con su gloria.
Y vi que el Padre se levantaba del trono, y en un carro llameante entraba al Santo de los
Santos, dentro del velo, y se sentaba. Allí vi tronos que nunca había visto antes. Entonces
Jesús se levantó del trono, y la mayor parte de los que estaban inclinados se levantó con él;
Y no vi un rayo de luz pasar de Jesús a la multitud descuidada después de que él se levantó,
y fueron dejados en perfecta oscuridad. Aquellos que se levantaron cuando Jesús lo hizo,
mantuvieron sus ojos fijos en Él cuando Él dejó el trono y los condujo hacia fuera por un
pequeño camino. Entonces Él levantó su brazo derecho y nosotros oímos su voz encantadora
diciendo, "Esperen aquí, yo voy a Mi Padre para recibir el Reino; Y en poco tiempo volveré
de la boda y los recibiré a mí mismo. "Y vi un carro nebuloso, con ruedas como fuego
ardiente, y Ángeles estaban alrededor de Él mientras vino donde Jesús estaba. Entró en el
carro y fue llevado al Lugar Santísimo donde estaba sentado el Padre. Allí vi a Jesús, como
estaba delante del Padre, un gran Sumo Sacerdote. En el dobladillo de Su vestido había una
campana y una granada. Entonces Jesús me muestra la diferencia entre fe y sentimiento. Y
vi que aquellos que se levantaron con Jesús presentaron su fe en el Lugar Santísimo, y oraron:
Padre mío danos tu Espíritu. Entonces Jesús exhalaba sobre ellos el Espíritu Santo. En el
aliento había luz, poder y mucho amor, gozo y paz. Entonces me volví para mirar a la
compañía que seguía inclinada ante el trono; No sabían que Jesús la había dejado. Satanás
parecía estar en el trono, tratando de continuar la obra de Dios; Los vi alzando la vista hacia
el trono y orando, Padre mío danos tu Espíritu; Entonces Satanás respiraría sobre ellos una
influencia impía; En ella había luz y mucho poder, pero nada de amor dulzura, gozo y paz.
El objetivo de Satanás era mantenerlos engañados, retroceder y engañar a los hijos de Dios.
Vi uno tras otro dejar la compañía que estaba orando a Jesús en el Lugar Santísimo, e ir y
unirse a aquellos que estaban delante del trono, y ellos inmediatamente recibieron la
influencia profana de Satanás. Alrededor de cuatro meses desde que tuve una visión de todos
los eventos en el futuro. Vi el tiempo de angustia, como nunca lo fue. Jesús me dijo que era
el tiempo de la angustia de Jacob, y que seríamos librados de ella por la voz de Dios. Entonces
vi que los cuatro ángeles dejaban de sostener los cuatro vientos. Y vi hambre, pestilencia y
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nación de espada contra nación, y el mundo entero estaba en confusión. Entonces clamamos
a Dios día y noche por la liberación, hasta que comenzamos a oír las campanas de las prendas
de Jesús. Y vi a Jesús levantarse en el Lugar Santísimo, y al salir, oímos el tintineo de las
campanas y supimos que nuestro Sumo Sacerdote estaba saliendo. Entonces oímos la voz de
Dios que estremeció los cielos y la tierra, y dio a los 144.000 el día y la hora de la venida de
Jesús. Entonces los santos fueron libres, unidos, y llenos de la gloria de Dios, porque Él ha
vuelto su cautividad. Y vi una nube llameante donde estaba Jesús.

Entonces Jesús despojó su vestidura sacerdotal y se puso su túnica Real, y tomó su lugar en
la nube que lo llevó al Este, donde primero apareció a los santos en la tierra, una pequeña
nube negra que era la señal del Hijo de Hombre. Mientras la nube pasaba del Lugar
Santísimo al Este, que tardó varios días, la sinagoga de Satanás adoraba a los pies de los
santos.
Ellen G. Harmon
Portland,
Abril 6, 1846.