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DILTHEY, Wilheim, “Las ciencias del

espíritu constituyen un todo Soto Martín del Campo J. Jesús


autónomo frente a las ciencias de la
naturaleza” en Introducción a las Curso de Filosofía E01
ciencias del Espíritu”, Edit. Fondo
de Cultura Económica, 2da. 31 de Marzo de 2011
Reimpresión, México, 1978,
pp. 13-21.

Idea Central
Dilthey explica y fundamenta el concepto de las ciencias del espíritu y la delimitación de
estas frente a las ciencias de la naturaleza

Conceptos Principales
Ciencia; Ciencias del Espíritu; ciencias de la sociedad; ciencias morales; ciencias
históricas; ciencias de la cultura; Psicología racional; construcción autónoma de las
ciencias;

Desarrollo
Dilthey, partiendo de lo que en le lenguaje corriente se entiende por ciencia, designa a
la ciencia, como un complejo de hechos espirituales que se han desarrollado en el
hombre históricamente y que constituyen la realidad que se trata de comprender
previamente. El autor señala que el método empírico; en oposición al método
practicado por los positivistas, para quienes no existe una designación común para los
hechos espirituales que quedan fuera de las ciencias de la naturaleza; exige que los
procesos del pensamiento sea decidido Histórico-críticamente dentro del cuerpo de
esas ciencias y se esclarezca la naturaleza del saber y del conocer.
Dilthey llama ciencias del espíritu a la otra mitad, en que el método positivista
divide ese complejo de hechos históricos. Al respecto, Dilthey nos dice que, una teoría
que pretende descubrir y analizar los hechos histórico-sociales no puede prescindir de
esa totalidad de la naturaleza humana y limitarse a lo espiritual y que las
denominaciones que han sido empleadas para explicar los hechos histórico sociales,
tales como: ciencias de la sociedad, ciencias morales, ciencias históricas, ciencias de la
cultura, han sido demasiado estrechas respecto al objeto que tratan de señalar. El autor
explica que la tendencia a separar estas ciencias de las de la naturaleza se encuentra
en la autoconciencia y voluntad del pensamiento humano.
En cuanto a la época metafísica, el autor señala que esta, ha luchado
inútilmente por obtener y fundamentar formulas que sirvan de base objetiva a esta
diferencia entre los hechos de la vida espiritual y los del curso natural. Perteneciente a
esta metafísica es, la teoría de las sustancia de la Psicología racional, una oposición
entre sustancias materiales y espirituales. Ante esto, Dilthey sugiere una construcción
autónoma de las ciencias; una oposición entre el mundo exterior, el mundo de lo dado
en la percepción externa a través de los sentidos (sensación) y el mundo interior que se
nos ofrece primariamente por la capacitación interna de los acaeceres y actividades
Psíquicos (reflexión); surge un campo peculiar de experiencias que tiene su origen
propio y su material en la vivencia interna y que, por lo tanto, es objeto de una ciencia

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empírica especial y resulta que en esta ciencia se hallan los principios de nuestro
conocimiento que determinan hasta que punto la naturaleza puede existir para
nosotros.
Dilthey dice que la fundación de la posición autónoma de las ciencias del espíritu
frente a las de la naturaleza, se lleva a cabo en ella paso a paso al verificarse el análisis
de la vivencia total del mundo espiritual en su carácter incomparable con toda la
experiencia sensible acerca de la naturaleza. Con esto el autor pretende aclarar el
problema al referirse al doble sentido en el cual se puede afirmar la incompatibilidad de
ambos grupos de hechos y los limites del conocimiento natural. Dice, Dilthey que, no se
trata de límites externos con que tropieza el conocimiento natural, sino de condiciones
inmanentes de la experiencia misma y que estos límites no constituyen un obstáculo
para la función del conocer; no nos queda sino aceptar los datos con la
incomparabilidad con que se nos presentan debido a su procedencia diferente. Sien
embargo, el autor dice que, la imposibilidad de derivar hechos espirituales del orden
mecánico de la naturaleza no impide la acomodación de los primeros en el sistema de
los últimos.
Dilthey puntualiza que, solo cuando las relaciones entre los hechos del mundo
espiritual se muestran incomparables con las uniformidades del curso natural en una
forma tal que quede excluida la subordinación de los hechos espirituales a los que
establece el conocimiento mecánico natural, solo entonces habremos señalado los
limites en los que termina el conocimiento natural y comienza una ciencia autónoma del
espíritu que se encuentra en torno a su propio centro; pues la existencia de limites
inmanentes de la experiencia en modo alguno decide la cuestión acerca de la
subordinación de los hechos espirituales a la conexión del conocimiento material.

Conclusión
Dilthey, lo que hace en realidad es una critica a la concepción histórica, acerca de la
oposición entre las sustancia materiales y espirituales, lo hace de una manera analítica
en general, deshebrando las diferentes concepciones que han aparecido, y es
precisamente en el corazón mismo de esas concepciones hacia donde va dirigida esa
critica. Rechaza por tanto la concepción de los metafísicos de “la diferencia entre el
mundo de los espíritus y el mundo de los cuerpos, y luego la relación de esos dos
mundos con la divinidad”. En contraparte Dilthey propone una construcción autónoma
de las ciencias del espíritu. Dilthey hace a un lado lo divino y plantea que no existe
oposición entre materia y espíritu, argumenta que: “no se hallan separados los hechos
de la vida espiritual de la unidad psicofísica de vida que es la naturaleza humana”; a su
vez sugiere una oposición entre el mundo exterior con el mundo interior y como se
relacionan a través de los sentidos y la actividad psíquica. Y es precisamente el hombre
a través del razonamiento y la experiencia que puede explicar los hechos histórico-
sociales valiéndose de manera general tanto de las ciencias de la naturaleza como de
las del espíritu como las llama DIlthey; y tenerlas por separado como ajenas, pero de
cierta manera unidas por lo divino, dejando fuera la razón.

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