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1. INTRODUCCIÓN
La palpación rectal es el método más comúnmente usado, rápido, preciso, efectivo, seguro,
precoz, de bajo costo e ideal en el diagnóstico de preñez en vacas. Un diagnóstico veraz
depende en gran parte de la sensibilidad en las manos que ha desarrollado el examinador, lo
cual se logra únicamente con práctica (Trigo, 2000). Con la palpación o tacto rectal es más
fácil predecir el momento del parto con exactitud al examinar un animal recientemente
preñado, que al hacer la palpación en etapas intermedias o finales de la gestación. La
palpación rectal exige un veterinario al pie de los animales, con un entrenamiento mínimo
para reducir al máximo los posibles errores de diagnóstico y de abortos por malas maniobras.
La palpación rectal se pueden aplicarse en diferentes casos (Bavera y Peñafort, 2000). El
sistema de evaluación se utiliza para seleccionar las hembras de reposición que integrarán el
rodeo general, ya que se sabe que las vaquillonas que entran al servicio habiendo ciclado
tres veces tienen tasas de preñez superiores que aquellas que ciclaron solo una vez. Este
sistema se utiliza una escala de calificación que va de 1 a 5 (Alejandra y Luzbel, 2016). En
el examen de los ovarios a la inspección de los ovarios los folículos se palpan suaves y
fluctuantes como una vesícula llena de líquidos (Trigo, 2000). El ovario se coloca entre los
dedos índices y mayor y se palpa con el pulgar. Los folículos se palpan como estructuras
redondeadas, lisas y tensas, que generalmente no se deforman el ovario. El cuerpo lúteo
posee una consistencia hepática y puede presentar una corona, que es una extensión del tejido
luteal en forma de prominencia que sobresale sobre la superficie (Alejandra y Luzbel, 2016).
El presente informe reúne, describe, compara y discute con las informaciones existentes y el
método de diagnóstico realizado en la práctica y cuyo objetivo es obtener la sensibilidad en
las manos con la palpación “in vivo” del ovario.
2. REVISIÓN BIBLIOGRÁFICA
La experiencia que los médicos veterinarios tienen para la técnica de palpación rectal,
conocimiento y habilidad para utilizar las diversas aplicaciones prácticas representa el éxito
del programa reproductivo dentro de la unidad de producción. La palpación rectal es un
método físico utilizado para la exploración del aparato reproductor de la hembra bovina con
el cual podemos determinar estados fisiológicos (funcionalidad ovárica, momentos del ciclo
estral, gestación o vacuidad), o patológicos (endometritis, metritis, piometras, quistes
ováricos, aplasia segmentaria, y otras). La palpación rectal es un método más comúnmente
usado, rápido, perciso, efectivo, seguro, precoz, de bajo costo e ideal en el diagnóstico de
preñez en vacas. Un diagnóstico veraz depende en gran parte de la sensibilidad en las manos
que ha desarrollado el examinador, lo cual se logra únicamente con práctica. La revisión se
debe realizar con un guante delgado y que se ajuste perfectamente a la mano. Los guantes
desechables de plástico, no son los más adecuados para los principiantes, por lo que se
recomienda; cortar al guante la parte que cubre los dedos y en su lugar utilizar un guante de
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Estudiante de Reproducción Animal; Medicina Veterinaria Sede Canchis; UNSAAC
Sicuani; 28 de enero de 2018
crishuaHC@gmail.com
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látex, con esto se obtiene una mayor sensibilidad en la mano. Es importante que al momento
de palpar se utilice un guante por vaca, ya que con esto evitamos la transmisión de
enfermedades como leucosis bovina y diarrea viral bovina (Trigo, 2000; Alejandra &
Luzbel, 2016).
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La introducción de la mano se realiza por el esfínter anal, en forma de cuña. Al contactar
con la ampolla rectal, se produce el reflejo de defecación provocando peristaltismo. Para
realizar una buena palpación se mejor eliminarla materia fecal. Para esto se coloca la mano
en forma de cuchara y se lleva la materia fecal hacia caudal sin sacar la mano del recto.
Luego se continúa introduciendo el brazo en forma suave, más allá de las estructuras a
palpar. Durante la presencia de ondas peristálticas NO se debe continuar con el examen, ya
que se puede lesionar la mucosa rectal. Para facilitar el examen transrectal existen puntos de
referencia que nos ayuda a orientarnos e identificar los órganos que queremos evaluar. Los
puntos de referencia fácilmente reconocibles son: el piso de la pelvis, el borde craneal del
pubis y el íleon. Para la exploración genital lo primero que debemos localizar es el cérvix o
cuello uterino. Para ello colocamos la mano sobre el piso de la pelvis cerca del borde craneal
del pubis. Con los dedos levemente encorvados deslizamos la mano hacia uno de los lados
hasta la pared de la pelvis y posteriormente realizamos la misma maniobra hacia el lado
contrario. El cérvix se reconoce como una estructura firme y cilíndrica, generalmente en la
línea media del piso de la pelvis. Durante la exploración del mismo se evalúa: tamaño, forma,
y posición. Estas características son importantes ya que nos brindan información que nos
ayuda a aproximarnos al diagnóstico ya que por ejemplo, el tamaño del cérvix varía con la
edad, durante la gestación y el parto, en procesos inflamatorios/infecciosos o en
enfermedades congénitas como freemartin o enfermedades de las terneras blancas. Luego se
evalúa el resto de órganos y los ovarios. Método de exploración directa: se toma el cérvix y
se lo tracciona hacia cuadal. Se dirigen los dedos índice y mayor hasta localizar la
bifurcación de los cuernos uterinos y se sujeta el útero por el ligamento intercornual ventral.
Posteriormente se toma un cuerno y se realiza la palpación en todo su largo, reconociendo
la presencia de líquidos, grosor de la pared, diámetro, etc. luego se precede a realizar la
misma maniobra para la explotación del cuerno contralateral. Método de exploración
indirecta: una vez localizado y traccionado el cérvix hacia caudal, se sostiene el cuerpo
uterino colocando el pulgar por debajo. Se gira la mano hacia fuera, y con los dedos
encorvados se toma el ligamento ancho del útero. Una vez tomado el ligamento ancho, se
levanta y dirige hacia la línea media y el cuerno se sostiene en la palma. El cuerno se tira
hacia atrás y los dedos se deslizan hacia la bifurcación cornual donde se va a palpar el
ligamento intercornual ventral. El útero no gestante puede presentar cambios que
corresponden a distintas situaciones tanto fisiológicas como patológicas. Dentro de las
cambios fisiológicos están aquellos que se relacionan al ciclo estral normal de la vaca
(Alejandra & Luzbel, 2016).
El útero no gestante puede presentar cambios que corresponden a distintas situaciones tanto
fisiológicas como patológicas. Dentro de los cambios fisiológicos están aquellos que se
relacionan al ciclo estral normal de la vaca. Durante el proestro, donde los estrógenos
comienzan a aumentar, se produce un aumento gradual de tono uterino que alcanza su
máxima expresión durante la etapa del estro. El útero se palpa más turgente y los cuernos se
curvan sobre si mismo adquiriendo la apariencia de un manubrio de bicicleta de carrera. En
el diestro, donde la progesterona está alta, el útero pierde tono presentándose más flácido.
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Otro caso podemos encontrar útero involucionado, que corresponde al puerperio clínico. El
útero gestante se diagnostica basándose en la detección de uno o más signos primarios. Los
signos de gestación se dividen en primarios y secundarios. Los signos primarios, son
específicos de gestación y con la presencia de solo uno de ellos es posible diagnosticarla
(vesícula amniótica, amnios contiene al embrión y líquido amniótico forman la vesícula;
signos de pellizco positivo o doble pellizco, es la determinación de la presencia de
membranas corioalantoideas; placentroma, se reconocen como formaciones bien limitadas
que se palpan a través de la pared del útero; feto, a partir de la pérdida de la turgencia de la
vesícula amniótica). Los signos secundarios no son específicos de gestación ya que pueden
encontrarse en otros procesos fisiológicos o patológicos (asimetría de cuerno uterino,
fluctuación, aumento de progesterona, ausencia de celo, etc) (Alejandra & Luzbel, 2016). La
retracción del útero involucra la sujeción del cérvix, levantamiento caudal y lateral, fijación
caudolateral, en el que se coloca el dedo pulgar debajo del cuerpo uterino y se enganchan
los dedos de bajo del ligamento ancho. En la mayoría de las vacas el útero se ve retraído,
excepto en vacas de 70 a 80 días de gestación (Trigo, 2000).
Figura 3: Prueba de tacto para membrana fetal deslizable y vesícula amniótica (Robles,
2007).
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Para el examen de los ovarios, a la inspección de los ovarios los folículos se palpan suaves
y fluctuantes (como una vesícula llena de líquido), resaltando del estroma ovárico. Los
colículos miden diez milímetros justo antes de la ovulación. Los ovarios cuando están
desprovistas de estructuras funcionales, tienden a parecer una almendra las dimensiones de
los ovarios que no contienen estructuras funcionales como son; el cuerpo lúteo (CL) o algún
folículo. Las tallas tienden a ser menores en novillas y mayores en vacas. Los folículos
provocan pequeños cambios en la estructura o talla del ovario. Sin embargo, cuando existe
desarrollo del cuerpo lúteo (CL), se presenta una marcada distorsión de la estructura y la
talla, el estroma ovárico se palpa firme y nodular debido a los cuerpos albicans y folículos
en desarrollados. Los folículos que se desarrollan en el mismo ovario en que se encuentran
el cuerpo lúteo del ciclo previo, se palpan con mayor facilidad debido a la talla de este, así
como una mayor protuberancia sobre la superficie del ovario, esto es, sobre la línea de
demarcación entre el CL y el resto del ovario es de escaso valor en la predicción del estado
reproductivo de la vaca, sin la correspondiente palpación uterina de los cambios que estén
también presentes en este momento. Varios de los folículos desarrollados pueden presentar
atresia durante la fase lútea del ciclo estral y no causa cambios palpables en el útero. Cuando
un folículo ovula, el líquido folicular escapa y las paredes se colapsan formando un área
suave con una depresión de aproximadamente 10 milímetros de diámetro. Esta área es la
depresión de ovulación y puede ser palpada entre las 12 y 24 horas siguientes a la ovulación.
La DOV está acompañada por edema marcado del útero. Durante los siguientes 5 y 6 días,
la depresión se llena de sangre, y las células de la granulosa comienza a luteinizarse y el CL
se desarrolla. Con el propósito de recordar los cambios en el ovario, el desarrollo del CL es
referido a un cuerpo hemorrágico (CH) donde un desarrollo completo es referido a un CL.
Los cambios en talla y consistencia del CL junto con los cambios característicos que ocurren
en el útero durante el ciclo estral son la base para predicción del estro. Las características
que ayudan a identificar un CL maduro son: incremento en la talla del ovario que dobla su
tamaño, distorsión de la apariencia del ovario (los ovarios estáticos tienen la apariencia de
almendras o de frijol), la corona del CL, superficie y consistencia (hepatización, liso y de
consistencia uniforme), línea de demarcación entre el CL y el resto del ovario (consistencia
del estroma ovárico es firme y nodular) (Trigo, 2000).
3. MATERIALES Y MÉTODOS
3.1. Materiales
- Vacas
- Guantes obstétrico
- Jabón carbólico
- Una cantidad determinada de agua
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- Botas y soga
3.2. Métodos
4. RESULTADOS Y DISCUSIONES
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la palpación rectal podemos determinar las alteraciones patológicas o fisiológicos del
órganos reproductor de la hembra y es muy usado por ser rápido, preciso, efectivo, seguro,
precoz de bajo costo e ideal en el diagnóstico de preñez en vacas (Trigo, 2000). Para poder
palpar los órganos internos se tomó mucha preacuación de no dañar la mucosa del epitelio
rectal por lo tanto, se lubricó con jabón carbólico mas agua al guantes obstétrico con el fin
de desinfectar cuando ésta se dañe. La introducción de la mano se realiza por el esfínter anal,
en forma de cuña. Luego se sigue los procedimientos ya establecidos. Se toma como
referencia el piso de la pelvis, el borde craneal del pubis y el íleon. Luego se desliza la mano
hacia el cérvix que descansa en el piso del pelvis cerca al borde. El cérvix es consistente,
firme, cilíndrica y mide entre siete y diez centímetros de longitud y tres a cuetro centímetro
de diámetro (Trigo, 2000; Alejandra y Luzbel, 2016). Luego deslizamos la mano hacia uno
de los lados hasta la pared de la pelvis y posteriormente realizamos la misma maniobra hacia
el lado contrario para evaluar la cérvix. Luego pasamos a evalúar el útero y los ovarios.
Tomamos el cérvix se dirige los dedos índece y mayor hasta localizar la bifurcación de los
cuernos uterinos y realizamos palpación a todo su largo y llegando hasta el ovario. Del ovario
obtenemos el tamaño, posición, forma y consistencia (Trigo, 2000). Y, en una de las vacas
se encontró una asimetria de los ovarios, en la izquierda muy pequeña con cierta turgencia
que aparenta a folículos y el derecho a un cuerpo lúteo de talla grande (Trigo, 2000).
5. CONCLUSIONES
La palpación rectal es el método más comúnmente usado, rápido, preciso, efectivo, seguro,
precoz, de bajo costo e ideal en el diagnóstico de preñez en vacas y también de otras
alteraciones fisiológicas o patológicas del aparato reproductor de la hembra, por lo que para
nosotros es necesario obtener un conocimiento en palpación rectal y obtener la sensibilidad
y para ubicarnos la dirección demos hacer paso a paso tomando como referencia al cérvix
por una región del órgano de mayor consistencia y llegar a los ovarios.
6. BIBLIOGRAFÍA