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PINTURA EGIPCIA

Está muy relacionada con la forma de representar en los relieves. Tiene una finalidad
religiosa y ornamental, cubriendo todos los muros de los monumentos.
Es a partir de la II Dinastía cuando la pintura adquiere personalidad propia. La composición
se sitúa en franjas o registros, aunque también se puede llenar todo el muro con una
representación.
Las figuras suelen representarse de perfil, al igual que en el relieve, y con el cuerpo de
frente, lo que veremos también en las representaciones del arte mesopotámico. Se trata de
cubrir completamente los muros de decoración.

Por lo general hablamos de pintura mural, es decir, al fresco, con la preparación previa de
la pared en la que se va a trabajar con la pintura.
Es lo que se llama "Enfoscado y enlucido", cubriendo el muro con una capa de arena y yeso
húmedos para que absorba la pintura, esta capa de enfoscado se alisa o enluce para que
la pintura que se aplica a continuación quede uniforme. Si la pintura se mezcla con agua se
denomina “buen fresco”, ya que la pared seca absorbe la pintura. A veces se utiliza clara
de huevo, goma o cola en lugar de agua, que se denomina "fresco seco", que mantiene con
mayor firmeza la pintura en el muro. Es un tipo de pintura lineal, con una línea oscura que
bordea todas las figuras, sin buscar volumen en la imagen, así como tampoco busca
profundidad, con figuras en diferentes planos, aquí hay un plano único.
El color es plano, sin dar tonalidades, y rellenando las líneas de contorno, sin claro-oscuro.

Hay también pintura sobre papiro, sobre todo de temática religiosa, como el "Libro de los
Muertos".
La temática puede ser religiosa, sobre todo en el caso de las tumbas con las
representaciones de "El Libro de los Muertos", pero también hay escenas cotidianas, de
cosecha, de trabajo, pesca, caza, bailes, etc.
“Anubis con una momia”, es uno de los ejemplos de pintura funeraria en la que se puede
ver con claridad la linealidad del dibujo. Primero se pinta el contorno y luego se rellena con
color. Las zonas vacías de dibujo se completan con escritura jeroglífica.

No se busca la perspectiva, sino que las figuras se superponen.


“Las Plañideras” representan el dolor por la muerte del difunto, los ojos se muestran de
frente en contraposición del perfil de la figura. En algunos casos la postura de las plañideras
es parecida a las de las estatuas cubo.

“Ofrendas para el sacrificio”, escena de la tumba de Tutankamón (s. XIV a. C.), sigue
diferenciando el tono de color de la piel del hombre, más oscura, frente al de la mujer.

La población egipcia es de rasgos negroides, la llamada población Camita, y así serán


también los propios faraones, aunque su piel fue diferenciándose dado que solían contraer
sus primeros matrimonios, aquellos que más importancia tenían y de los que surgía el
heredero, con mujeres de origen asiático, de la zona de Mesopotamia. El faraón tiene en
sus manos todos los poderes del reino, el político, religioso, militar, jurídico, administrativo,
económico, etc. con lo que deducimos que se da una fuerte centralización estatal.

En pintura mural destaca la "Tumba de Nefertari" (s. XIII a. C.), esposa de Ramsés II, que
ha llegado a nosotros en muy buen estado. Escenas del "Libro de los Muertos" y el camino
a seguir por la reina hasta el más allá. No aparecen ya franjas superpuestas, sino una única
escena que llena toda la pared.
Esta tumba es el mayor ejemplo de la pintura egipcia, muestra escenas cotidianas,
banquetes, escenas de caza y pesca, juegos, músicos, ...

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