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go Press, J 986), p . x i.

JJruno Lutour ~rgu m eul;1 ele lünn<1 s imiJ:-w que sólo CAPÍTULO 2
po r· el hech o ele que ulgu icn estud ie un de tcnnin<1do lema n o sign ifica que
esté mttomá ticam e ute en contra ele él. Se prcgunt« si «(.Son los biólogos
~nt i -vicl a, los astnínomos anl í-cstn:JI ::~s, los ÍlllllUnó logos anti-cu eq JOs?» en CONTEXTUALJ.ZACTÓN SOCIAL EN
l'muloru's 1-lope: Essays 011 the l<eality o{ Science Suulies (C<tmlnidge: llar- LA FILOSOFÍA, LA SOCIOLOGÍA Y LA 1-ITSTORTA
vard Univcrsity Pr-css, 1999), p. 2 [La esperanza de l'andom: ensarus so/m~ la
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22. IJc.<;;.úottunadamente no existe 1Jillg.Lma g11fa exlra1 Jstiv;.t ac11J;¡l de los prngra- La lécnic<l ... no fo rm a tl ll s.i stenra iJJdcpendicn -
mas de CTS. Sin emlxugo, algunos estud ios sobre los p rug:r:unas de CfS rmli7.ados le. como el del univer~o; existe como el e le m en -
a mediudos de la década de 1970 SOil útiles para comptcrl<ler cl ¡1eti<XIo limualivo: to en la culrum hum;1n:1 que p rom11eve e l bien o
Evn D. Hcitowit, J<JJJel Epslcin y Gemid SteiJ1bcrg. Science, Tecltllologv and So- el mal segú n los gn.rpos que la explotan progm-
ciety: A G11ide lo the Fit4d (Tth aca. N. Y.: Pmgrmttn de Ciencia, Tecnologia \' Sorie- m c n el b ie n o el mal.
dad de la U11iversidad tle Corue/1, 1977). y I'.VIST r<esource Directal')'.' A Dilt!CIUI)'
LF.Wls MuMrORD. Técnica v Civi/iz.aciún
o{' Progmn ts ami Cuurse5 in tite Field o( Ethic<tl llalues in Science mul Tedmo-
logy, Document 78-6 (Washi ngton, D.C.: AmeJican Associa tiou for thc Adv;,n-
CCI nelll o[ St:ience, 1Y78). Rustrum Ro.v y Josh11a Lclller hicieron 'uw breve El surgimie nto de Ciencia, Tecnología y Sociedad corno disci-
profumli wdón en los estudios d e lle ilowil en 1982- 1.9R3: Roy ~ nd Lctner, plina académica de estudio, hace tres d écadas, reOejaba, e n gran
«The Sta111s o[ STS ActiviLies al U.S. IJni vers il ic.~>• , nullt!titt u(Science, Tedtno- medida, la necesidad percibida de una comprensión tnás comple-
logy arul Society, 3, n." 5 (1 983), pp. 417-432, y, m ás recien te111entf', la Jw11a ta del contexto social de la ciencia y la tecnología. Como seiialo en
Di nxtiva ele los Program as d e Ciencia y las Po lfticas ele Actuación ['¡'rblica, de
el capflulo 1, uno ele los resultados de. las tensiones producidas
la Asociación Ametica 11a pat<l el Desanollo d e la Cie 11ci<1. h~' publicado la lctt~e­
ra ed ición de Nbctt II. Teicl r, cd .. Guide lo Gmduate I':Liucatio11 in ,<;cimce. e n la década de 1960 y p1incipios ele la de 1970 fue u na crítica de
Dtgineering a111l Public Policy (Washington, D.C.: AAAS, 1995). que i11cluye la ciencia y la Lecnologfa, a medida que los analistas cmpe:wmn a
i rúom1ación sobre los veintiocho pmgr;unas de licc rlcia lLna en Esl~tdos Unidos co ncentrar-se en aquellas externalidades negativas d e dichas activi-
y otms caton:e li.rel'a de EE.UU. sobre esta pa11ic ular htcela de CTS. La Asocia- dades, que eUos percibían que estaban afectando al mundo mo-
ción Nacional de Cie ncia, Tecnología y Sociedad, bajo la dirección de Cod
derno. Como consecuencia de esta confus ión, surgió un campo de
Mitcltan1 y S tephen IJ. CutcliiTe, him una segtu rúa edidú11 d e s11 STS Directmy
(Un iv. de Park, Pa.: Nt\STS, 1996) un es- ludio, que rt.'Conoccn es incompleto. estudio activista. interdisciplinario y orient ado a problem as que
so bt-c unos sesen ta pmgt~1mas d e CTS en Jos E~. U U. e i11temacionalcs. Recien- trataba d e entende r y responder a las complejiclacles de la c iencia
leJnenle, la Comisión Eu ropea Ita l~tcilit::~rlo la guía Eumpeou Guide to Science, modem a y la tecnologfa en la sociedad conte mporá nea.
Teclmologv, attd lnttOI'alion Srurlies, de Paul Woulers, .Jan A11ners ledt y Loet Aproximada me nte al m ismo tie mpo que CTS estaba sw·-
Leydesdodi (Bru selas: Com isió n Europea, IWY). dispo11ible en la p:'igina web:
giendo, también se produje•·o n cambios afines e n los e nfoques
b ltp:l/www.con:lis.lu!LseJi home.html. A pesar de que coulienc n cril t<ldas t'rli.lcs
solm : muchos de los pmgmmM espcciali~dos ert Estad os Unidos, Gran Brelaria, c.le algunos ca mpos de estudi o m ús es trec hamen te orientados a
Europa y Oll<ls partes del mundo, estos itúi.nmes no lisian los cientos de ctn ~os una sola discip lina. La enorme in!luc ncia d e La estructura de las
que conldbuyeron t;unbién a ] ::~ viabilid<1d ac::~d élnico del C<II11JX> de CTS. revoluciones científicas de Thomas Ku hn, publicado po1· p1·ime-

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ra vez en 1Sl62 , 1 ilustró y contribuyó a es tos ca m bios. Más o atenció11 al co nfuso pl'Oceso ele la investig<1ción ci ~ntífi ca, qu e se
me nos de forma independie n te, los filósofos, sociólogos e h isto- consideró en gran medida irrelevante para el d escubrimi..:nto ele
riadores de la ciencia y In tecnología se alejaron de los estud ios las leyes que existían con inde pendencia cid observndo r.3
internalistas, pasando a reaUzar ín teq)re taciones más cont ex- Algunos positivistas como Cad He mpel y Willa rcl V.O. Qui-
tuales. El co m ún deno minador entre estos seis ca m pos de es tu- ne, s in embargo, no ta rdaron e n empe7.<u- n cuestiona r la capa-
d io fue la cl'ftica a las n ocion es tradicionales de «ob je tividad» cidad ele la cie ncia para separa r los e lemen tos o té rmin os teóri-
dentro del con ocimienro cient íl'ico y tecnológico y ele la acción , cos de los observacionales e n u na teoría c i en t í f'icr~; m;is bie n
una crítica q ue ponía é nfasis e n el ca rácter con tingen te de la pensaron qu e los té rminos es taban rdac ionacios de forma holís-
carga valorati va de es tas ac ti vidades. E sta es la t<t'I.ÓII por la que tica y argu mentaron q ue dc:bían ser aceptados como pa1'te de
Melvin K1·~mzbet·g argu111en tó que b tecno logía nunca ha sido 111ta t·ed inte rd c:p enclie n te. Y a la i ttvers<~. empezó a evide nciarse
«neut ral» 2 Para b mayo r ía de los espec ialistas esto no qued a que las afi n naciones sobre los fe nóm e nos observ abl..:s ta mbién
decir que se negara por comple to la «realidad » ele la na tu rale za d ep endía n d e ot ras cree ncias y teoi'ÍitS rnante ni<.hts por los pro-
o de los artel'actos, sino sólo que ddJía ins is ti rse en qu e nuest ra pios científicos. Esto llevó a N.R. lla n son a argu111en t;1 r q ue
compt·ensió n de: la na turaleza y la ciencia, así como la creación todas las nl'i rmacio nes cic:n líficas es taban «Ca rgadas de teoría »
de la tecnología, eran procesos socialmente m ediados. En este y, relacio nado con lo :mte r·ior, que «son las pt> rsonas, y 110 s us
capítulo se exa minarün brevement e algllllOS de los desa tTollos ojos, las que ven ».'1Tales vis io nes holbt icas ser1alan d co ntex to
clave en cada t mo de los seis campos de estudio. c a1·gado ele teoría cid fe nó meno y d e los térm inos c ientíl icos y,
por tanto. d e jan la puerta abi erta pa1·a c uest ionar la supu esta
«objetividad» de la ciencia. Quine 1'11e m :'ls al!<'\, e n lo que se ha
Filosofín ele la ciencia llegado a conocer como la Tesis d e Qtline-Duhe m, para a rgll-
11lentar q11e, de hecho, es imposible llevar a c<1 bo experimentos
El potlt.! r ex plicativo ele lns cie ncias nrlt u ralc:s, en es pecial de que dt 11111es tren o ref111e n con absolu ta certeza 1111:1 teoría dada.
la física, se inc remen tó gradualmente a principios del s iglo XX, Incluso la di ~conf'onT1idacl ele la evide ncia obse1vacional puede
s iendo muc ha la gente qu e las veía como una importante fuerza set· aco m odada por el cie nt ífico. Desde es te pu n to de vista, la
mot riz e n la c reación de la sociedad moderna. Los filósofos. y leol'Ía está «subde terniinacla» por la evidencia ohse 1vr~ci o na l.
también otros, tomaron no ta r<.'\pidame nlé y deja ron a un lado E ~ l o q ni¡•re decir que, p o r ella misma, la evide ncia no p11ede
sus a nte riores preocu paciones me tafís icas ge nerales pa ra cen- detem1inar d e l'o rma absulut a la verdad o la va lidez de una teo-
trarse en áreas que tratasen ¡xoblernas más conc re tos. De este l'Ía dada l!n detdmento de 0 11-a explí n lció lt alternativa q11e e nca-
modo, la fil osofía de la cie ncia se convi1·1ió e n una de las prime- je igualmente bien con la t:viclencia. Por ta nto. somos 11osotros,
ras «filosofías de ... », fundándose o ficialmen te la A<;ociación de la y no la nnllll·a le:z.a, los qu~ de te m1inamos la legiti 1nidad de una
Filosofh d e la Ciencia en 1934. D urante casi todo el segu ndo teoría cic ntífi ca 5 Y fue a t ravés d e esta pu erta, que se d ejó par-
tercio del siglo XX, los filósofos de la ciencia adopta ron t 111 mode- c inl m enl t abiert a a la int e rpretació n COitstructivista, por la que
lo positi vista ele la ciencia . E n est e en foq ue, los hechos cie ntífi- Tho mas Kuhn se introd ujo, med ian te la publ icació11 de su tra-
cos y las teorías sirven para representa1·, ge neralmente e n té rmi- bajo sobre las revolucio nes c ie ntíllcas.
nos lógicos o matemáticos, algo del mundo ex te rior rea l que, Aunque no fue ele n ing1'tn modo el prime1· ni eltínico especia-
au nque esté med iado pot· la experie ncia humana, no está con- lista que su gilió b natumleza cont extua! de la cie ncia, Ku hn
figu rado fundamentalmen te p or facto res sociales. Por ta nto, el reo1·ientó de form a mdical el enfoque ele; la Filosofía de In cie ncia
positi vismo se centra sobre todo en la estructu ra lógica ele la con la publi crt ción <.J,~ 1.11 e.,/rll cl um de l11s rl.'voluciones cien tíficas.
explicac ión cientfl'ica, partiendo de la experiencia percep tiva. no Se produjo un g iro desde el amilísis abstracto de teorías acepta-
del m u ndo en sf m ism o. Por e llo, los positi vistas prestamn poca das, hacia un inlerpretacrón históri ca de l p roceso act ual de ha-

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~--:._:._- ~ -· ~ -- .

cer ciencia . Kuhn y otros, observando de cerca la evide ncia his- - fen ó meno:; que la teoria no puede explica r- se producirán
tórica, d escubrieron que la formación de las teorías cientfficas inevitablem ente. En el transcurso de la ¡·eali zación d e la investi-
no era ta n racional ni t~n progresivam ente acumulativa como gació n cie nlffica norm al , la m ayoda de tales anoma lías no lo-
imagi n ar-on los positivistas; de h echo, la prácti ca científica era gra n pone r e n eluda el paradigma y, pm· tanto, son ignoradas.
má:; desordenada y mucho más arbitrada. Aunqu e esa no fue la Sólo cuando se produce un n úmero s u ficie nte ele anomalías
inten ción del propio Kuhn , su trabajo introdt~o una i nterpreta- fuera del m a rco explicativo del paradigma su rge un pe ri odo de
ción relati vista en la filosofía de la ciencia (y en la historia y la <<Crisis» q ue desafía al paradigm a reinan te. Cu a ndo el d esa[ío es
sociología), la c uai, en manos de otros y e n su presentación tm1s de m asiado g m ncle parn t·esistirl o, se produce una «revolució n
extrem a, se convirtió en una pos tura a n tirrealis ta. cicntffica», un periodo caracte ri zado p ot· el conOic to y la con-
E l análisis d e Kuhn sug it;ó que el con oci miento científico troversia, y finalmente por el reemplazo del viejo po r un nue-
evolucionaba, de forma sim ilar a como lo hace el arte a lo la rgo vo paradigm a, u n o q ue parece explicar las recientes a no malías.
d e su historia, bas tante m ás discontinuamente de lo que ha bía Y es así como puede e mpeza r o tro periodo de ciencia n onTtal.
sugerido el modelo positi vis ta, el c ual descd bia un inct·emento La ciencia h a avan zado pero ele fo rm a cli:;continua, n o g radual
pr-og resivo de la acumulació n del conocimien to que reOejaba como creían los positivis tas.
cada vez en m aym· medida la «realidad» o la verdad referi da a K uhn at·gumenta que los parad igm as que com piten son, por
la na turaleza. Más que centrarse e n el análisis de teorías mad u- defi nición, incompatibles e ntre sf, y d e ahí que la trad ición nor-
t·as y explicaciones científicas, como habían hecho los positi vis- mal n~ás reciente sea << inconmensurable con la qu e se ha dado
tas, Kuhn dirigió su a te nción a la práctica cotidiana d e la cien- con anterioridad ». 7 E l que un cienlifico elija (o rechace) a linea r-
cia. Argume ntó que la cie ncia está o rgani zada al rededor ele lo se con el nuevo paradigma no d e pende de un tipo ele j uicio ra-
gue denominó «paradigmas», o patrones de o rga nizacióu d e cionalmente n eutral, q ue no puede existÍI·, s ino ele lo q ue Kuhn
c reencia:; y prácticas. Aunque cualq uie r nu evo campo cie ntífico ha d enominado en varias ocasio nes como un giro Ges tal l e n re-
pasa por un periodo formativo en el q ue puede h aber confusión lación a una cierta percepción ele lo que constituye << m e jores»
teórica y diferentes escuelas de pensamien to confrontadas, fi- explicaciones, problemas << más interesantes» o prediccion es <<no-
nalme nte s ie mpre surge un paradig ma que define la pdcti ca d e vedosas». Semejante cambio d e la vi:;ión del mundo está .i nlluido
la <<cien cia normal» dentro del campo en c uestió n. Una vez que por factores «sociales» - la educación, el control de la fina ncia-
el pa radigm a s urge, la práctica de la denominad a ciencia nor- ción d e la in vestigación, la or-ie n tación de los libros de texto y de
mal opera de ntro d e las normas y los p rincipios aceptad os y las p ublicaciones, la estética. Kuhn ta m bié n argumenta qu e los
solidifica la:; nuevas teorfas al trabaja r p oco a poco e n las solu- nuevos paradigm as no necesari a me nte se apn)xima n m ás a la
ciones a los d etalles y a las c uestion es men ores que el marco de representación d e la <<verdad » sobre la naturaleza. La cie ncia se
trabajo d el paradigma, más a mp lio y necesm·iamente incomple- constituye como <<Un p roceso evol u tivo desde los principios p ri-
to, había dejado sin resolver. K uhn llamó a este trabajo d e in- m itivos - un proceso en el que las sucesivas e tapas se ca racteri-
vestigación <<operaciones de limpie7.a y recons trucció n ». 6 E n la 7.an p o r una compre nsión gradualmente de tallada y r efinada d e
cicncb nonnal se presta p oca a te nción a lo imprevisto, o a lo la natu raleza» pero no n ecesariame nte <<Un proceso evoluti vo ha-
nuevo; m<1s b ien, la a te nció n se dirige a Jos problemas q ue se cia algo (concreto)». 8 De nuevo, pod ríamo:; comparar esto con
s upon en solucionables dentro d el marco d el paradigm a. De esta los desarrollos producidos en el a rte, d onde los cam bios his tóri-
forma, los paradigmas t~m bi én constriñen la práctica de la cos de una escuela a o tra representan ca m bios en el gusto y en el
ciencia n orma l, iden ti ficand o tales proble mas y defi niendo lo e nfoque p e ro n o necesariamente << mejoras».
que son «soluciones adm isibles». Los filósofos rela tivistas y antiircalistas han seguido es ta línea
Sin embargo, los paradigmas son inherentemente imperfec- argumental, po:;tula nclo que lo que p<tsa po1· ser la realidad es un<:~
tos y necesaria mente incomple tos; con lo que las «anomaLías» fu nció n de la teorización humana sobre la cstn.tctt.u-a de la natura-

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leza. Que una teoiÍa c ientífica ¡xn·ezca exitosa empí•·ica mente se sociólogos empezaron a conside.-a r que las 11oci< Hll's lle «comu-
debe o bien a la sue11e, o bien a l hecho de que el éxi to se haya nidad c ien tífican e incluso la d<.! «pnmdigma>>, 1111 poseían podt>r
definido de tal manera qt 1e haga a la teoiÍa adecuada, incluso si no explicativo com ple to, ¡1rgunwnta11Clo que, en Vt:l'. de esto, las C<Hl-
la hace lite ralmente c ie11 a. Aunqu e él mismo se sentía incómodo sas <<sociales» no c ie11 tílicas constit uía 11 el ce n tro d e la Cttc·<;tión.
con estas implicacio nes rt>laLivistas, la inte1prc tnción d e la ciencia E ntre los primeros sociólogos d e oricnt ;:~ció11 In;'is empídca y C(lle
orientada al pamdigma realizada por Kuhn puso en entredicho la fueron nüs allá ele la inteq1retación mr:rtOIIian<t, estahan Mi-
«reaJidad» ele la naturaleza, y de ese modo abrió aú n más la puetia c hacl M11lkay, Da vid Bloor y H any Colli1 1s. lVlulkny asumió d
a puntos de vista antirrealistns, que han s ido camcted zados gene- pu nto de vista que sitúa ill conocim iento cien tí! ico cumo d epen-
ralmente como «constn1ctivism o socia l»Y dien te del contexto soc ial, clent ro dd cual los interc!>eS di! IIJs
ciell tíficos, s11 posició n en la jerarqttía dd csw/Jiishlltellt ci<!nt ífi-
co, las L'1testioncs finallc ieras, el apoyo del gobierno o e111presr~­
Socio1o6>Ía de la ciencia ri a l y ct1 esti ones s i1 n ilares inrl u in\n en lo q 11c ~;e co nsid era corno
«Út il». Pur· esto, aunque acepta el hec ho ele qt lc' la realilbd físiL·a
Aunque el planteamiento y la perspectiva constntctivista han «constriñe!» las condusionés c ien tíficas, Mui!Gty especifica que
influido a la mayoría de las disciplinas relacionadns con los estu- dic ha t·ealídad no es lo Cmico que ddennilla liJ qtlc se ace pta
dios de ciencia, s u mayor intluencia se produjo e n el área de la co mo ciencia. 11 Yendo u11 poco más lejos e n In concepción 1-elat i-
socio logía. Antes d e la Segunda Guen<t Mundial. la socio log (a de vista, aunque sin negru· la ex istencia de u11 mundo material inde-
la c iencia estaba muy ligada a las visiones lilosólicas positivis- pend ie n te, se sitúa el trabajo d el sociólogo del conocim iento
t<tS del conocimiento que consideraban la ciencia como·algo fue- científico, David B lom·, que aboga por lo qu.: él Lf¡;noll1Ína d
ra de b s inlluencias socia les, y por tanto no apropiada para el «progra ma fu erte». Esté pbnlt'am i<!ltl o, a l que a lgt 11tas veces se
estud io sociológico. Quizás el más destacado, e ntre los pocos rl'l.iere como Escueb de Edimburgo en 1TC0110Ci 1Iliento de la afi-
sociólogos q ue e mpezaron a estudiar con más detenimiento la liación instituciona l ele TI Joot· y s us colegas, •trgumenta que tod~tS
ciencia durante los años c uarenta y cinc uenta, fue el funcionalis· las pretensiones de conocimiento - tan to las «ve rcbde ras>> como
la Robet·t Menan. Aunque aceptando b cien cia como un méto- las «falsas>> c reenc ias e n b cic:ncia- deben ser explicadas por las
do ele investigación objetivo y, po1· tanto, excluyendo el conoci- mis mas razones sociales y 110 racional és. Según esta postura. 110
mien to c ie ntífi co mismo de b investigación sociológica, Merton sólo la conducta ele los cie ntíficos s ino tambi én e l co ntenido de
y otros colé'gas con ideas simila res inte ntaron expl ica r el fun cio- la expli cació n científica es constru ido. Esta es la razón por ht
nallliento de b ciencia en s u ¡\mbilo ins titucio nal y m·ganiza- cu<d aq t1 ello qu L! es d escar tado d ebe se t· tratado exactamente d e:
cional. Mert on crda que la ciencia operaba dentro de un conjun- la mi s ma fonna que el conocimiento q11e es aceptable. Ex po-
to de nom1as - universa lismo, m·ganización e n comunid;des, niendo este argumento de fon11a aún llllís dramática, para l:l
escepticismo m-ganizado, impa•-cialid ad- , 1111 et!tos colectivo a programa fuerte, b «n:!a liJad >> científica no es aceptabll: como
partir del cual los científicos clesatTollan un conocimiento objeti- expl icación ele una ct·eencia con tt·apucsta a ideas «el-roneas» e
vo ele la natura leza y s u funcionamiento, y son reconocidos por irra cionales q ttc, por tanto, so11 desca rtad as. Ambos tipos de
haberlo hecho. 1o c reenc ia debe n ser tra t<tdos de la mis1na forma en tt'rm inos so-
La aparición d eltrnbajo d e Kuhn sobre los paradigmas cien- c iu lógicos; 11ingt lllO de los dos es necesariru nenk rue~_io r. Aceptar
tíficos a principios ele 1960, que en cie•·to sentido no fue ta n es to l"1 ltimo cons titui ría una ex plic a ció n «débi l» dd clesmTüllo
diferen te d e la 110ción de M et·ton sobre las no rmas en tém1inos ele! co nocimient o c it!ll tílko. Por tanto. para llloo r y otms estu-
de necesidad ele consenso si es qu e la ciencia debe «avanzan•, sin diosos ele ideas s i1ni larés, el conocimit>nto ciL'n tífi co está itdl1 1ido
embargo. hizo surgir la p reb'l lllt<'l de pm ·1111~ lo<; r.ien tíl1co<; eligt>n por b sociedad; este enfoque t-dativi s ta también ha sido cot 1oci-
act uar como lo hacen. E n el transcut·so d e los años setenta, los do como el enfoque de los «in t en~ses>> . 1 2

30 31
Los soció logos a m enudo se han d ado cuenta de que el estu- minado colectivamen te AED, debe ser valorado reflexivamente.
dio de las con troversias científicas es p mticularmen te revela- A pesar de que no todos los sociólogos han creído q ue tal enfo-
dor d e aquellos «in tereses» sociales y poHticos mantenidos por que reflexivo fuera provechoso, en parte porque tiende a desviar
los c ienlfficos y que innuyen en el ¡-csultado de sus t rabajos. la atención del objeto de estudio de la propia actividad científi-
A m od o ele eje mplo, H arry Collins ha examinado debates sobre ca, ha ofrecido, sin embargo, algu nos resultados ú tiles au nque
temas ta n diversos como la construcción de los l:'íseJ-es TEA, las polémicos. Probablem en te, el estudio de este tipo m ás .i mpor-
ondas gmvitacionales y la pél rapsicologfa para dem ostnu· q ue tante, ampliamente citado y, al menos para algunos, el más pro-
los científicos, lejus ele segui r eltiguroso «modelo científico» de blemático d e todos ellos ha sido el trabajo d el filósofo y sociólo-
la «fa lsación» expcdm ental de Popper, fr·ente él una determ ina- go fTancés Br uno La tour.
da con troversia, usan una a m plia gam a ele creencias negocia- A mediados de la década de 1970, Latour pasó un largo pe-
das y mediatizadas socialmen te para llegar a un consenso. La tioclo ele tiempo realizaudo o bservaciones etnográficas de cien-
obra ele Trevor Pinch sobre la detecció n ele neutrinos solares tíficos en el Salk Institute for B iologica l S tud ies d e La Jolla,
tiene una perspectiva rela tivista similar. 13 Algunos sociólogos ele Califomia . Sus conclusiones se publicar on en un volumen escri-
la ó encia ha n reconocido, según sus propios c1·itetios, q ue sus to conju nta mente con S teve Woolgar ti tulado La vida en el labo-
es tudios sobre el c-onocim iento científico son ta mbién construc- ratorio: la cOI!Sirucción de los hechos científicos . Constituyó, ele
ciones o <<i nter pretacio nes». Por tan to, sus estud ios no son más hecho, el primer estudio de u n caso práctico llevado a cabo con
p rivilegiados o «reales» que otras explicaciones. Al ser ellas mis- tal m inuciosidad. E l enfoque ele los au tor es consistió en obser-
mas cons truidas, sus conclusiones sobre el conocimiento cientí- var y recoger etnogr:'íficamente lo que los cien tíficos hic ieron
fi co d eben estar igualmen te abiertas a u na deconstrucción n le· y dijeron, en vez d e tomar en sentido li teral lo q ue los cien tíficos
d iCJn te lo qu e suelen deno minar un anális is «au torefl exivo» . dijeron sobre lo q ue hacían. Lo que Latour y Woolgm· conclu-
Esta visió n p uede con ttibuir a una vis ión más relativista del yen, y que pos terio rmente Latour cla bomr á de forma más com-
mundo y, por extensió11, ha fo mentado u na m <'ts extensa crítica pleta en u n estudio m :'ís generalizado denominado Ciencia en
social de la ciencia y sus implicaciones negativas. 14 acción, es que tod os los hechos científicos son <<ConstJU idos so-
Inspirándose en esta percepción p rogresiva ele que incluso cialmen te». Es d ecir, lo que se considera com o hecho cien tffico,
sus p ropios estudios estaban m ediati?.aclos socia lmen te, y si- como naturale?.a, no es única y lógicam ente el resultad o de una
guiendo el ejemplo de los antropólogos de cam po, algunos so- realidad o bjetiva <<extema», sino el ¡-esultado de un proceso co-
ció logos ele la c iencia cleterminc:~ ron que el estud io de los cientí- lectivo de persuasión , construcción de herramientas y laborato-
ficos en acción permitiría o btener una comprens ió n más pro- r ios, pu blicación de a rtículos y ci tas -en resu men, el resu ltado
funda y reveléldora de la ciencia . Ct·eyero n que anal izar lo que de la constmcción de una red. Con el tiempo estos facto res se
los cientíGcos hacen y dicen mie ntras lo estún hacie ndo, es mu- da n conjun tamente, y, así, los cien tfficos pueden alcanzar el
cho más revelador que esperar hasta qu e, una vez ya in!luiclos, <<Cierre» y <<encerrar en la caja negra» lo q ue son realmen te los
aunqu e d e manera sutil y sin que ellos lo sepa n, por los d istin- <<hechos». Un acuerdo de esle tipo en relación con la na tm-ale-
tos in tereses y el con texto social, haya n cosificado sus conclu- za , las teorias cien tíficas e incluso con la tecnología no se pro-
siones en relación con las pretensiones de conocimiento admi- du ce porque existan hechos que son <<Vet·daderos» independ ien-
sible. Con este propósito, a m ediados de la década de 1970, temente, sino porque hay su ficientes pet"Sonas que se han co n-
empezaro n a estud ia r la actividad de los cient íficos den tro de vencido, o en palabras de Latour, se ha n <<alistado», en relación
los laboratorios, tanto m ediante estud ios «etnogrMicos» com o a a su veracidad. Es d ecir, la gente llega a acept·ar que lo q ue los
través d el <<a n:ílisis del d iscui'SO», que consis te en el estud io ele cientfficos dicen que fu nciona, ele hecho, realmen te lo hace, y,
lo q ue los c ienlfficos d icen y pu blica n de hecho. por tanto, es aceptado como ¡·cal. De este modo, lo q ue de fine la
Es te ·anál isis etnográfico y del discurso, algu nas veces cieno- realidad es el conten ido ele la ciencia, y no al revés. Latou1· ex-

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pone que, para lleg:n· a comprender sociológica mente este pro- va liosos sus am'\lisis de la cie nc ia y la léc nologia, a las que con-
ceso, «debemos estudiar la c iencia en acci611 y no la ciencia o la sidera n matet"ias in teresa tttes por sí mbmas y ach::nt ;\s dignas
tec nología ya acabadas; para conseguirlo, llegamos antes de de estud io. En segundo luga r·, ha n proporcionndo 11n lrasfondo
que los hechos y las máq uinas queden e ncerradas en cnjas ne- hi st órico para muchos ~stucl ios sociulógicos d e casos ¡mk1icos
gras, o seguimos las controversias que n:abren esas cajas>> . A p e- y para la renexión filosófica.
sar de que esl"e breve reSLtmen apenas hace justicia a la con tri- La historia de la c ie nc ia se inició, al menos en el mundo de
bución e influencia real de la obra ele Latour, sí que muestra la habla inglesa, con el 11·abajo de Willinm Whewdl, di rector del
línea a rgumental cnda vez más relativista dentro de la Sociolo- Trinity College de la Universidad de Cambridge. W hewell escri-
gía del Conocimiento Científico (SCC). E5ta es una perspectiva bió sobt-e muchos temas, pero se concentró en la investigac ión
que ha suscitndo una gran polémica en algu nos sectores, espe- ele la h isto ri a de lns c ie nc ias exactas, espt'Cialmenl.e en el est u-
cialmente entre científicos y técnicos, aunque también en tre fi- d io e n l. res voll!tnenes qt te esct·ibió en 1837, flis/01)' o( 1lu: ln-
lósofos e historiadores que pretenden defender una concepción dur-tive Scieuces. 17 De hecho, fue él quien acuf'ió e l ti\rmi no
más realista de la cienc ia y la tecnología, incluso a unq ue reco- «c ie nt íl"ico» seis años antes, en el curso de la fundación dC' la
nocen su dependencia del entorno socia l. 15 13rilish Associ<~tiott for the Advancemen t for Scit'nce.
El interés en la sociologb de la ciencia no se institucionaliza- Attnque en realidad hubo muchos ulros hislori;tdon:s de b
rín hasta mediados de la década ele 1970. Antes ele esa época. cie nc ia británicos y europeos dumnte e l ~ig lo XIX, b funda c ió n
con tan sólo algunas excepciones como Merlon, Bernard Barber ele la histO!-ia de la c ienc i<1 co mo una di sciplina <1cadt'mica mo-
y Joseph Ben-Davicl, los sociólogos no especializados no conside- derna se atribuye generalmen te a George S:u·ton, un científico
raron que la ciencia y la tecnología fnemn Lemas que suscitaran y matemá ti co belga q ue se convirtió en ltis loriaclol". 111 Anles de
demasiado interés . Sin embargo, a fina les de la déc<tda de 1960 y dejar Bélgica e n 1915 para tras!aJa rse a Es m dos U nidos , don-
al pdncipio de la de 1970, había surgido e l interés suficiente d e oc uparía un puesto en la Un ivers idad de Harvm·cl, Sarton va
para que, ante la aclitud todavía reticente de la Asociación So- había fundado lsis, «una revis ta dedicada a la historia de ..la
c iológica Americana, que exigía un mínimo de 200 mi embros c ienc ia», y publicado en 1913 su prime1· número. Act ualmente,
parn e:;tablecet- una sección de intet-és especia l. un gntpo de es- la revista sigue siendo la p u bl icación pel"iódica más importanle
tudi osos fundara una n ueva e independien te Sociedad para los sobre es ta discipl ina . /\demás es la p ublicaciótt oficial el<· la
Est udios Sucia les de la Ciencia (SESC) en 1975. Merton fue su llis lory of Science Society que fue creada, e n 1924, por Sarton
primer presidente, lo cual mu es tra la influct tcia sociológica que y otn)s que concibit' t"On la h is lori a d e la c iencirt como una
está en la base de la fundac ión ele clichn o t·ganización, pero los apot·l ación a lo qtte f'l denom inó «Nuevo llu ma ttismo». Sat-t<)n
intereses de las políticas de actuación cientffic<1 también han des- estuvo muy inrluido por el positivi:,ta fran cé:, Augttst Cumte y
empei'iado un papel destacado dentro d e la esfera de la SESC, :-; u fe secula1· en el carácter progresivo de la c ie ncia. Cotno edi-
como lo hicieron b historia y, en menor grado, otras disciplinas. tot· de lsis, bibliógrafo pmlíl'ico y autm· d e numerosos ensayos
Última menle, los intereses de Lt SESC se lwn ampliado para ~obn· el cantpo, Snrtott fue capa?. de infuttdit· a intlltmet·ahles
inclu ir c ttestiones tecllológicas además de las c ientíficas. 1ó colegas y estt tdia tltes su concepcion progresiva y ac urn tdaliva
sob re el c recimien to de l c uerpo ele conocimientos cien líl~icos.
S<tl"lt1n y muchos de sus colt.:gas te11di ero n a co tlct·n trarse e n
H is toria de la ciencia momen tos h istóricos clave~' en aquellos ind ividuos «h eroic-os»
qtte e ll os creírt tt que' habían cont ribuido v definido el des:trro-
Los historiadores de la c ie ncia y ele la tecnología también llu progresivo de la ciencia. Al co ntrario q.ue sus s uceso res, e~ta
h:m desempcñ:ld') un r:~pel imrx>rtante en el <:urgimit>ntA de pri111et·a gcne1·ación de e ·ntdiosos prr"-;ló m11y !'"'.'' <ttenci6n al
estud ios de cie ncia y tecnología. En pt·imet·lugar, han resultndo cnulexto sociopolítico.

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A pesar de que en el pedodo entre las dos guerras mundia les trarse en las raíces y el contexto sociales de la ciencia . Muestra
se adoptaron algunas influencias e ideas marxistas, como se de este enfoque cada vez más predominante fueron libros como
manifiesta en la obra del cientffico-histotiador de Ca mbridge Scieutific Knowledge and lts Social Prublems, ele Jerome R. Ra-
J.D. Bemal o, con anterioridad, en el trabajo del sociólogo-his- vetz, en 1971; Thematic Origi11s of' Scientific Thoughl, ele Gerald
toriador alemán Max Weber, la mayol'fa ele los historiadores, Ilolton, en 1973; The Structure of' Scimtific 117f'erellce , de Mary
desp ués de la Segunda G ue rra Mundial, continuamn viendo la D. Ilessc, en 1974; No Other Guds: Scieuce ami A111erica11 Social
cien cia como una bllsqueda intelectualmente abstracta y teóri- Thought, de Charles E. Rose nberg, e n 1976; y The Physicists, ele
ca de la verdad. IY Entre los defensores de esta pers pectiva esta- Daniel J. Kevles, en 1978. 22 E l m a temático y filósol'o Rave tz es-
ba Alexandrc Koyré. 20 Inspirados por el poder visible y creciente cribió sobre có111o af'eclaban las cuestiones industriales a la in-
de la ciencia, los his toriadores ele la ciencia creyeron q ue su vestigación científica, ele hec ho, «industlializa ndo» el conoci-
disciplina podría a traer a estudi antes de ca rreras cie ntífi cas y . miento científico. Rosenberg trataba sobre los usos sociales ele
al mismo tie mpo, promover el valor d e la ciem:ia entre el pllbli- las ideas cicntfhcas. Kevles hizo hincnpié en las dimension es
co más general. Recurriendo a menudo a personas original- polfticas q1te subyacen al clcsmTollo insti tucional ele la comu ni-
mente fonnadas en el ámbito científico, la histOt-i<l de la ciencia, dad amerjcana ele físi<.:os.
ele manera muy simila r a l<l filosofía de la ciencia, tendió a con- A m ed ida que la historia de la cie ncia iba adquiriendo u n
centrarse e n cuestiones •<Í n terna listas» ¡-eJa ti vas a las teorías carácter mús social, y la sociología de la ciencia un carácter
m ás importan tes y consolid adas, especialmeute en las ciencias más his tórico, a finales de la década de 1970 y durante la ele
ffsicas. Por ejemplo, I.B. Cohen escribió sobre la apa r-ici ón de 1980 basta ntes est udi os crnpeza¡-on a hacer uso de las perspec-
una nueve\ f-ísica durante la r evolución científica, y Tho mas ti vas y m etodologías ele nmbas disciplinas. E stos trabajos tras-
Ku lm sobre la astronomía copernicana , mientras que !lenry pasaban algunas veces los límites discipl inarios , algo no del
Guc rlac se fijaba en la obra de Lavoisier y Charles Gillispie en todo malo desde el pu n to de vista ele los estudios de ciencia y
la de Carnot. 21 Una vez convertida e n disciplina oficial. la histo- tcí'nología. El estudio de David Edge y Michael Mulkay, sobre
ri a de la ciencia se expa ndi ó rápidamente du rante las décadas el surgimiento de la radioas tronomía e n Gran Bretafia, y el Ira-
de 1950 y J 960 aunque al final ele este pedodo algunos especia- bajo más reciente del sociólogo S tephe n Shapin y el historiador
listas empezaron a cuestionm- el m odelo de c recimiento lineal y Simon SclmiTer, Leviathan al'ld the l tir-Pwnp , son dos ejernplos
progr-esivo del desat-rollo científico. de esta tendencia interdiscip linaria. 2·1 S ha pin y Schaffer intenta-
Quizús estimulados en parte por es te gran creci mie nto y ron de mostr·ar el carácter confu so de ]a conceptuali zación cien-
buscando nuevos desafíos intelectuales, pero ciertamente inf1ui- tífica m edia nte el ex<lmen histórico de la disputa e nu-e Robert
dos por un mayor n Ctm ero ele te mas sociales y políticos relacio- Boyle y Thomas IIobbes sobre la bomba d e vacío. Estaba en
n ados con la ciencia y la tecnologfa, preocupacio nes medioa m- juego el apoyo de Boyle al uso, en cie ncia, ele la infe re nc ia in-
bientales , presiones relativas a la población y la alimentación, ductiva basada en la expelimentación empírica, frente a la posi-
armas nucleares, la Gue1-ra ele Vietnam, mu c hos his to1iadores ción de llobbes, que defendía los sistemas de conocimiento de-
americauos y europeos comenzaron a estu diar con más dete- ducti vo a priori. Cada uno desconfiaba de los motivos y los ar-
nimiento los valores que impreg nan la ciencia y los obje tivos gume ntos del o tro en relación a la comp rens.ión del conoci-
que persiguen aquell os que realizan actividades cie ntíficas. En mie nto. Tradicional m ente, e n la historia de la <.: iencia, el enfo-
cuanto a este cambio de ot'ienlación, no puede su bes tima rse la que ele Boyle ha sido considerado como e l más científico y «Co-
import ancia de La estructura de las revolucioues cieutf{icas, sie n- n·ecto», mientms que el de IIobbes fue gener·a lmente rcclta:~.aclo
do a l m enos tan importan te como lo fu e para la sociologfa de la como erróneo. S hapin y Schaffer le dieron la vuelta a esta i nter-
ciencia. Siguiendo el camjno abierto por Ku hn, du rante la dé- pretación, argumentando que la «vicfori a>> de Boyle e n esta dis-
cada de 1970, una gran canlid<lcl de estudios empe?.aron a cen- puta fue el resultado de u na red de re laciones personales de

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apoyo partid ista ft>rmr~da por sus colegas, así como por otros niería y la Tec nología y, e n 1920, empezaron a publicar la rev ist:-~
def;: nsores m ás tarclfos d e su posic ión, sus «:1listados>>, porto- Tm11.wu:tiu11S . Estos primeros histoJ·iadon:s de la tet·ttologi;,, gue
m a r prestado un térm ino ele La tou r. Los ~1uto res argumt: n ta n te nían un espí1·it1t de pmg reso .;n !--. U1rahajo sit stiLu· al ele Sarton
que co n una per¡uefia redist ribuc ión d el a poyo, Hobbes podría e n la ls istos·ia clt' la c iencb , a do pt.nron lll:1yoriLtr·iame nt c: un
ha ber resultad o vencedor . En su conclus ión , "La orga nizació n m odo de prese11 tac ió n «inten1a lista» o no sociológico. Un buen
política ele la ciencia>>, d esta can qu e «somos nosotros y n o b ejemplo clt! esto es la L'nciclopedia l!isrwy of" T.:clnwlogy. E l ed i-
rea lidad los responsables de lo q ue conocemos. El conocimien- turjefe, Charles S ingcr. fttes·temeJ•le inll ui clo por Sarton, organi-
to, e n la misma med ida q ue e l Es tado, es el producto de las "t.ó los contenidos st·gú n el proceso inclt sstri<.l y el tipo de artefac-
acc iones hu mnnas>>. Los esl11diosos est u viero n lejos ele acept a r to, sin tener e n cuenta el com exto sociopolít ico. 26
un ifo rmeme nte las concl11s iones ele S ltapin y Scl sa ffe r; sin e m- Por supuesto, hubo algu nas excepciones respecto a esta vi-
l.Ja rgo, este es tud io an spliament c c itado !m sido de una gran sión de ht tecnología co sno u n p s·oceso progresivo y d eterm in is-
importancia p or la form a en q ue ha reenl"oc<~ do e l ti po ele pre- ta , s iend o q ui zás las rnús importan tes la obra te mp rana ele Le-
gun tas q ue fon nu lnn los his to ri ado res de la c ie nc ia 2 ·1 w is Musnlünl. planificado r regiona l e historiador de la ;¡rqui tec-
ll sra, y la de Siegfried Ciedion, his toriad,)!" de·! nrlc' y de la arqtsi-
kcttJJ·a. Tant o Mumlord como Gied ion concebían la tecnología
Historia de la tecno log ía como una materia que va lía la pena esttld iéll" por sí misma.
Adoptando un pun to d l.! vista más «ILOiíst ico», inknlanm hacer
Aunque hoy en d ía es bas tant e corrient e qu é los histo ri adores frt·nte a la concepción erró nea de que la té("JH >Iogía se desarrolla
de la cienc ia trabaje11 desde ttt la pes·spe\:t iva conte:x tu al o cons- bajo sus p ropios imperativos, e n cics·to tnodo sepa ra d;1 dd go-
truc tiv.ista, 110 siem pre fue así. Tam poco e r<l habitual que m os- b ie rno cid ho nsb re y del contexto cultura l. Fue pn·cisame nte
t m ran dem asiado inte rés por la histo ria ele b tecnología n )J1sicle- esta idea In c¡tte llc-.'6 a Mum[ord, c:n s u libro 'J.'á.·uica v civilim -
racla com o algo distin to de la c iencia . De hecho, los historiadores cióu y con u na perspectiva m<b optimista que la que cm·.. cteri-
profesionales, así como el público e n general, a menudo concep- ?aría su trabajo a pat"tit· de entonces, a de-.cribi s· b técnica, no
tualizaba n erróne<unen te la tecnología y la inge niería como si cosno u n «Sistema iltde pend ieme>>, sino cnss10 un «dc:lssén to de
fueran meras a plicacion<"'s de un co nocimiento más te<'wico. E n la cultura hu ma na>>, qul.! «promete el bien o el ma l de b tni srna
parte, esta fa lta ele inter¿s p11do cleb<:rsc a u n ciel"lo des precio l"omsa que los grupos sociales gue la explo ta11 lo l1ac es1 »27
por la inge niería y la tecnología. Sin em ba rgo, y <1 pesar ele es tas A ¡x·sar de las profuncl izaciones contextua les de: a1 t1 ores como
concepciones erróneas, existía ttna larga ~tllt t qt t e «LTLÍ norita ri a>> Muntford y G iedio11, no se ría hasta fi n<tlt:s dL~ la década de 19SO
tradición de profesionales de la h is torb qtt e se int¡; resas-on por cuando los historiadores de b tecnologín em])('/.;.l rían a dcsa li a r
las cuestiones kcnológicas. Muc hos de c:stos prillleros h is to ria- la hegemonía profesional de lns lsistos·i;H.Iores d e l: i c ienci:1. 1nspi-
dores interesados pos· la tecnología adoptaron u na postura pro- rados eu parte por la Sociedad Amt'ricalla de f::tlucnc ión l nge-
gresista e ideal il'aron las contti bucion('s de la tecnología al bie- nieri l, que itth:ntaba fomcsttar el intert~s por b historia de la
nesta r social. Tal iclenlización a m e nudo conllevó que se ca ta lo- i ngen iel"Ía entre los jóvenes est u el ia nte:; de i ngenicría, y al 111 is-
gamn las con tribuciones desd e una pe rsrwctiva «in terna lista >>. 11 10 tiempo decepc ionados por la aparen te f"n lta d e isllerés c.:ntsc
Así, ya e n 1862 el biógra fo británico Samucl S mil es elogiaría los los h istor·iaclores de la c ienc i<t e n rc:laciótl a talts considt·,·rtcio-
logros tec nológicos ele los he1·o icos inve nt ores, inclttst ria l.;s e in- JJes práctiGIS, un pequeño grupo de espec i[il islas bajo la d irec-
genie ros, en su libro Lives o{ !he ~ngint'ers, de l c ual se h ic ieron c ión ele Melvin Kmnzbcrg, en ton ces pru l'e sos· del Cas•! Ttsstillttc.:
numerosas ecl icioncs.25 Ya en el siglo XX, jt1sto desp tsés de la of Technology, c reó e n 1<JSH la Sociedad para la Historia d<~ la
Primera Gtlf'P<I Mtmd bl, varios cspeci<tl is tas hritüssicos funda- Tecnología (SHT). Al Ciño sigu ien te, la sociedad em pezó ~1 publi-
ron la Socied ad Newcomen de Estudios de l fistoria de la l nge- car Tt•clnwlogy mul Cul!ttn• bajo la direcciós s de Krn11zberg,

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quien se iba a mante ne r com o director varios anos. En este estaban ta n ligados a las restricciones y los factores polflicos y
caso , la elección del titulo es signilkat iva, pues to que podría económicos como a c ua lqu ier aspec to técnico. Aunque el traba-
haberse elegido un título muc ho más r utinario, como Joumal jo ele Hu ghes se coloca más cer ca del extremo técnico dentro de
jor the Hislo1y o{ Tecl111ulogy, si no fu era por el h echo de que irl amolia gama de posiciones contextualist as, tambié n rencja y
des de el p rincipio, los fundadores ele la SllT intenta ron llevar a se clit·.ige al contexto social e n el que los s iste mas técnicos se
cabo una aproximación m ns cultu ral o «contextua! ». De esta insertan. La obra d e 1Iug hes, a través ele sus ideas sobre los
manera, t¡uüo la SHT com o s u Teclwology a11d Culture se han sistemas tecnológicos, 1ambién ha p ro p orcionado un puente
«ocupado no tan sólo de la historia ele los artefactos y procesos hacia el campo en desarrollo de la socio logía ele la tec nología y
tecnológicos, sino también las relacion es de la tec nologfa con la ' .
su interés por Jas rec1es el e fac tores tecmcos y 11umanos.' 29
ciencia, la política, los cambios sociales, las mtcs y las humani-
dades y la economía ». Los primeros núme ros ele la revista ten-
dían a inclu ir m uch os a rlfculos que podían set· considerados Sociología de la tecnología
con1o «inte nmlistas »; pot· ejemplo, un nt.'tme ro e ntero de 1960
se dedi có a l anál is is de la ffislu1y o{Techo11ology de Singer el al. La socio logía ele la tecn ología, en cu anto diferenciada de su
y d e dive rsos tra bajos nacionales similares, cleclicados a otros prima científica, ti e ne una historia muc ho mús corta. Aunque
países. Sin embargo, adoptó muy pro nto una perspec ti va y una Kad Marx escribió ciertamente sobre el papel de la tecn ología
orientación «Con textuales». 28 e n la sociedCid, especialmen te en relación con los s istem as eco-
Un a d e las primems obras de este periodo y represe ntativa nó micos y el lugar de trabajo, no es taba interesado funda m e n-
del g iro contextu a! fue Medieval Teclmolugy ami Social Cha11ge, talmente e n la tecnología. El ptimero en interesarse por ella fue
de Lynn Whitc jr. (1962), que explica ba la relación entre el ele- el teórico social William Ogburn, qui e n en s u obra de 1922,
mento técnico (pot· ejemplo, el estribo) y su contexto social (los Social Cluwge wilh Respect 10 Culture and Original Nat ure, in-
ton1eos y el auge del fe uda lism o y la ca ballería ). E l trabajo ele tentó e nte nde r y m edi r el ca mbio cultural. Es taba interesado
Ruth Sc hwartz Cowan es representa tivo de estudios contextua- sobre todo en el proceso d e la inven ción , que e ntendía en témli-
les más recientes. Cowan explica en térm inos contex tu ales, pti- nos de evolución, y su s impactos e n la sociedad, impac tos a los
m e ro en 1976 en un artíc ul o en Techuolugy aml Culture y poste- que más tarde la sociedad se adaptaba. Cuando las innovacio-
ri ormente e n el libro Mure Work (or Mothcr (1983), la a¡x1rente nes tecnológicas super a ban la capacidad de adaptarse rápida-
pa radoja e ntre la prolire ración ele nuevas tecnologías pa ra la m ente de la sociedad, Ogburn concebía di c ha situació n como
realización d e ta reas domésticas - p lanchas, aspit-acloras, lava- evidencia de lo qu e é l denominó <<relmso c ultu ral ». A pesar ele
doras- y el hecho de que no reduj eron e n realidad la¡; horas d e que la visión determ inista d e Ogbum sobre el impacto tecnoló-
trabajo r ealm ente dedicadas a la casa. La explicación es tá e n los gico en la sociedad ha sido ampliamente rechazada, su a nálisi.s
factores c ulturales y sociales - un menor número de s irv ien tes, sociológico representa un prime¡· paso importante en la teon-
mucha m ás ropa sucia que lavar ahora q ue pat1.e del tr-abajo zación social sobt·e la tecnología. Su trabajo fu e ampliado por
más pesado se había eliminado y la aparición de nu evas tareas S . Colu m Gilfillan, colega y algunas veces coautor con Ogburn .
con1o, por ejemplo, la ele it· a compra r a1tículos que a ntes se La obra d e Gilfillan, Sociolog)' o( Jnventio11 ( [935), se centra en
recibían d irectamente e n casa. Para Cowa n, su es tudio se cen- la invenció n como un proceso ele cambi o lento y crecie nte. Esta
tra en «la din{un ica social, más que e n la dinámica téc nica». perspectiva evolutiva ll evó a Gilfillan y Ogburn a in terE~sarse por
e:.:Htrándose más en la parle técnica, Thomas P. 1-Iughcs, en 5'~: el asesoramiento tecnológico y los le mas rela tivos a la previ-
.~.'2:~ !'orles o{ r ower (1983), examinó com para tivam e nte el clesz.- sión. Escribiero n juntos varios estudios valorativos, incluyendo
rrollo técnico de los <<Sistemas>> eléc tri cos en Estados Unidos, Thc Social Efrecls o(Aviatioll, entre o tros. Aunque ambos publi-
Gran Bn·talia y Ale mania ent re 1880 y 1930 y se p erca tó ele que caron más estudio s sobre la tecnología , su inl1uencia sobre el

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nunho de: los estudios sociológicos acr~déiiJico'> pos teriores dis- prime ra, la <deo da de s istemas>>, se desan·olh a partir de l traba-
minuyó, q ui zás debido a la c1·eciente inAuencia de la escuda jo de Tlto mas ll ughes y es de nattn-alezn al me nos tan his t óric::~
mer ton iana de pe nsamien to y el t1·abajo pos tt>rior de Kuhn so- como sociológ ica. A pnrlir d e su estudio de los .sist e mas t: nergé-
bre las revol ucion es científi cas. Cualesqu iera qt lt! fue 1an las m- licos déc tri cos, J lu ghcs defi ende <J IIe la lecno logía, como míni-
zones, la sociología ele la tecn ología cayó en un vacío inte lectu a l mo en s istcmns a gmn escala. debe.-ía se:•· con rc bida en térmi-
duran te una generación, res urg ie ndo tan sólo en la década ele nos d t: «1ed<:s» consistentes no sólo e n nrll' la c tos téc nicos, sino
1980, e ll lo qtle algunos es r ecialis tas han d enominado «e l g iro tambié n en d entorno en que se encuen tran - la ge111 e. las ins ti-
hacia la tecnología ».10 tuciones y los ap<tratos fu ncionan en un tejido «s in co ~t111 as >>.
En realidad, durante la en.\ ele posgue tTa hubo numerosos es- Puesto que tal es redes involuc l-a lJ ca ntid ades cadn ve z may•Xt:s
tudi os sobre lt!cnología q ue podr-íe~n ser conside rados de orien- cll! ge ll lc: y reSllclve n problem<tS - tanto técnicos con 1o po líti-
tación sociológi c~'; tan sólo hace falta p e nsa r en r a rt e d e: la obra cos-, son cnpnces de to ma¡· u n cierto «im p 1dso » por s11 cuenta.
de l sociólogo indus trial Georgcs Frieclmann, e l teóri co social 1<> rp 1e ha ce cpiC cnd n vez sea n más cl il"íciles de: ;tlt e mr en té n n i-
Jacq11es E lull, arnbos franceses, y del hi stori ~,cl o r y c rít ico so- llOS ele s u clc:pe nd encia del m a1-co social e n el CJ ilt' t:s tnn inlhu i-
cial Tvnn fll ich3 1 Sin e mb::~rgo, no fue h.t s1::~ la apnric ió n de l das. Au lK]IIC en ] ; ¡ concepción d e IIug hes el i1n p 1dso no es ni
volumen edit ado e n J!)HS po1· Do nalcl MncKenzic y Jt1dy Wajc- mu c ho m enos autó no mo, p1 1esto q ue c o nkxt os c ull11r:1lcs dife-
man, TI u' Sucia/ Slwpiu.~ o{ Tcclnwlogv, y del aún 111¡\s in !luyen- rentes inrluyl"ll din:c !ame 1~tc en la cnnstn!ccion d,l '>Í~ I e 1 na y
te Social Con si ruc l ion n{ Ter·llllologicol Svslcn1 ~. ed i tad n por co ndu ce n. por e jc:n1pl o. hacia vari os «es ri los nac ion:tleS•>, c-1iln-
Wiebc: Bijkc:r, Tho mas Hugh es y Trevor Pinclt dos a1'íos mns pu lso ca11 Sa efectivnmenlé a lgunos i111pac1os e n la so, ied ad y
ta rde, cuando los sociólogos empezaro n a p restat· u na n~novada t:jerce lo q ue é l llama «detl'rminisl1lo s uavc »33
atenc ión a la tecnología. Ta l «g iro» hac ia b tecnología no debe- Mient•·as q1te Hug hes se 1nan1ien e dentro ele tl ll m a l eo llis-
ría h aber SOlprendiclo a n:ulie, excepto q ui zns a los soc iólogos lórico tradic io na l, los "constn1c1 ivistas ;,oc iall·s>> tom nn una pos-
académi cos atr:1p:1dos en s u e ntusi:1smo por la soc iologí:1 del tura explícitame nte mñs soc iológk:-~ y exponen !JI IC lo C] lll" COII-
conocimie nt o cie nt ílko (SCC); c ie rtamen te. Jos his to ri;td o rcs y rhrce a un ~<Cie rrt'>> de tlll disef'ío recnn lógi co «e:d toso>> ti e ne m<'\s
filósofos de la tecnología. así como otros escritores sobre CTS relaci ó n co n los g r u pos de interés que ¡·oclean nn ¡trl c fac lo q111.!
más ac ti vistas, habían conside.-ado dt1ranre nlgún tie mpo lo tec- con los dc:menros tf>cnicos c!d apm·ato e n sí mismo. Así. P inch
no lóg ico como algo di s tinto, aunque ig ualme11le importa1t te, de y fli ker argument a n que lo q ue d efin e el «éxi iO>> el ..: la h ic icll.!-
lo c ientífico. S in emb<trgo, los sociólogos, sig ui e nd o e l ejem- la JnotlL•rna «seg11r<t» sobre e l monociclo, tit' lle que ver· con e l
plo de SCC 1ra taron ahora de comprend er los JI IOdos m ed ia nte modo en qu e las p:1rtes inte¡-esaclas. inc h 1ye ndo las n 1ujLTes c i-
los c ualés la soc icclnd coni"igura bn y «conslrtlÍ<P> l;t tCC!Hllo gía. cl ist :t-;, los con tpe ticl o res vamne::. y los ingeniPrus q tl e disdiabn n
MacKe111.ie y 'vVajc man buscaron respu estas a la s p reg u ntas: las hic id c:tas, alcnnza mn e l «c ien-e>> de s11s iclt·as II.!SJ1t'L'tn a los
"¿Qué es lo qut: ha con figur::~do la tecnología qne es tá te iJicndo tema .:; de s t•gtwiclncl, ve luciclad y vihr<tc ió n. Así. In Con~tn 1 rt ió n
«eft:clus»?, y «¿qué ... es lo q ue estn proch ¡c iendo e l cambio kc- Soda ! d e la Tec n ologh~ (CST) se ce nt ra <" 11 las n egt •ciaciones
nológ ico, c uyo «impac tO>> esta mos experimentand o? >>. D e for- ent 1·e la red de las panes inkrc:sFldas, C) lle con~till l_vrn Ir, q1,1e
mn simi lar, Pinc h y Bijker q tlis ieron «abrir lo q t1e se conoce Bij ker c¡tlifica en oira pa1·te ele «111<11-c o lt'c nolúg ico>> , o sis ten1a
como la caja negra q ue aloj a el funcionami e nto de la tec nolo- de pe nsan 1icnt o y d e pdc tic a en el qu e UII cle'ltTltlin acl•' a rte fac-
g ía», un te ma co n1prtrable a l esLtJd io de Lllo ur apuntndo mns to es tá inc m s tado.1 '1
arrih:1 en este capftu!o. 32 Lo~ <<IL'óricos d e la rcch , r' rr·l·scn t.Hlos pol· l-i lr.tbajo de Mi -
Como era de esper<tr, al i;'lt::~l que ocu t-re co1t la SCC, hay che! Callon, .Jo hn Lmv y Bruno La tour, ql t l~ fue nh" ltCio :Jnc!o
v;n·ias apmxim::~c iones d is t ín tas al es tud io soc io lógico el e b tec- pn"vinrtt t'nle en el contex to de b socio log ía dél co nocimien to
no logía. Tres de ellas clehedan ser comentadas breve men te. La c ie ntífico, lle van la pos ición cons t111 c ti vist a u11 paso 111;'\s adt' -

42 43
lante. En este caso, el concepto cla ve es el d e la «red d e actores» negar, c ualq uier dis tinción s ignific..'ll iva enll·e lo «Socio-» anima-
- un grupo de e nl idades que incluye, además de pe rso nas, teo- do y lo «téc nico» inanimado. Fue es ta combinación la que, en
rías , artefactos técni co s, i nsti Lucion es y a el uacioncs políticas, e pa1i e, cond ujo a una polé mica impo rta n te sobre el valor y la
incluso el enta mo natural. En su totalidad, este co nju nto or ga- p1·ecisión descriptiva ele lo téc nico Y• A pesar de todo, aproxima-
nizado d e «actores» animados y «actan tes» inanimados consti- damente e n tre la mitad y el final ele la déc<:1da ele 1980, el es tudio
tuye un <d e jidon s in costuras . E stos «ele men tos he te rogéneos» sociológ ico de la tecn ología quedó tipificado en su m ayor pa rte
son importantes por igual y deben ser considerados «s imé trica- por un m od o ele am'ilisis genemlmcnte conslnJcl ivista q ue utili7.a
mente», es decir, como igualmente importantes. Cuand o un nú- estudios de casos e mpíricos, a menud o de naturaleza his tó rica.
mero suficiente d e estos actores se ha «al is tado», o se ha reuni -
do pam da•- apoyo al sistema socio-técnico, se pmcluce el cierre
y se crea así la «caja negra». De este modo, Jolm Law sostiene Filosofía de la tecnología
que el «éxilo» de los viajes de exploración ele los portugueses a
lo largo d e la cos ta africana dLm.tnlc el sig lo XV no se produjo Con ante rioridad al reconocimie nto por parte de his toriado-
meramente gracias a Jos cambios técnicos del tipo ele ba rco, res y sociólogos ele la tecnología como una mate ria dig na ele
sino también a la dis ponibilidad ele n uevas tablas , cartas e ins- es tudio, los filósofos ya h abían empezado a exam ina r las impli-
l.nunentos de navegación marítima junto con la «invenció n » o caciones de la tecnología para s us propias á1·eas de es tudio.
la comprens ión ele cómo usar la volta, un patrón de co nducta Como ocun·e con muc has ele las otras disciplinas rel acionadas
circ uhu- de los vien tos y co rrient es predo minantes. Únicamente con la tecnología, la filosofía ele la tecn ología como p roble máti-
de forma co njunta pu di eron estos ele men tos he te rogé neos, ca con sciente y definida se origina a fina les del siglo XJX , c uan-
aunque igualmente impmtantes, fo rmar una red esta ble que do el fil ósofo al em á n, Erns t Kapp, ac uii ó ]a h·ase «filosofía ele la
per mitió a los portugueses zm-par d esde Lis boa para navegar a tecn o logía» en su libm ele 1877, Gnmdliuie11 ei11er Philosophie
lo la rgo de la costa africana aun s in tene r la tieJTa a la vis ta y, lo der Techuik [Esbozo de w w filosof[a de la. tecuología ). Kapp pen-
que es más importante, regresar a salvo. Es te es el mecanism o só la tecnología como herr amien tas y a rm as que son <<proyec-
por el cual un problema so cio-técnico se derine y se le halla una ciones d e órganos» que, creyó, merecían una reflexión filosófi -
solución acepta ble.35 ca. Junto a otms filósofos co n co no cimientos en ingeni e1·ía o
1\ pesar de las d iferencias en tre estos pu ntos de vista, existe co n intereses por este campo , com o el r·uso Pel.er K . Engel-
u n imp or tante rasgo común a todos ellos que ha llevado a que se meie r, d e finales de siglo XIX, y el <~lemán F1iedrich Dessaue r,
los cons idere conjunta me nte bajo la e tiqu eta ele «conslructivis- ele mitad del siglo XX, Kapp rep resenta una te ndencia d e inves-
mo social>>. Como debería quedar claro a pa1tir d e las breves tigación filosófica qu e Carl Mitc ha m cal ificó como <<filosofía in-
referencias ele casos expuestas, el enfoque constru clivista ti ende geni er il de la tecnolog ía ». Esta COITienle hi zo h incapié e n l<t
a pensm· la tecnología dentro del marco ele sis te mas o redes en «filosofia de la tecnología más qu e en Ja f/losofla d e la tec nolo-
los que los componentes «Sociales» modelan o «construyen » el gía, es d eci1·, en fat izó una filosofía orientada a lo tecnoló gico a
resu ltado técnico que a su vez, pm· supuesto, puede influir en los diferencia de los modos d e pensar sobre la tec nolog ía. En. gene-
valores culturales e institucionales . Este e nfoque destaca la elec- ral, todos es tos autores tenían una visión posiliva d e la tecnolo-
ción humana y la co n tingencia, en vez de centrarse en el c<~mbio gía. Engelmeier, p or eje mplo, tra tó de aplica¡· Ja racionalid ad d e
tec nológ ico linealmente detem1inist·a. Al co n11·m·io que CSDT, la ingenie ría a la sociedad y apoyó al movimiento tecnocr áclico
q ue tiende a ptivilegiar los elemen tos sociales o humanos en la durante la década de 1920. Dessa u e r, un ingenie ro-empresario
construcción de los sistemas téc nicos . la teoría sobre la red de que fue pionero en el desarrollo de la tecnología ele rayos X,
ac to res, como sugiere el ejemplo de la navegación portuguesa, es tuvo particularmente inte resado e11 el ¡x oceso de la c reació n
no lo h ace as í. De hecho, lo q ue ti e nde es a d esdibujar, sino a tecnológica. Vio la tecn ología m od erna com o una n ueva mane-

44 45
ra de vivir e n el mu ndo, una m ane r:~ qu e te nía conno tac io n es ma tel'iales. F ueron precisamen te esta s inquietudes d urante las
trasce nde nt es, ca s i m orales y re li gios as . Más recie n te m ente , el d écad as d e 19ó0 y 1970 las que generaron e ntre los espec ia listas
argcnt ino-can<1 die nse Ma rio Bu nge s e h a ceJJtraclo e n lo q tte él profes io nales u na nueva e xp ansión «a u toconsc ie Jlle» d e l in ter és
llama <<l ecn o filoso !'ía» , un ittt e n to d e exp li cnr b r ealidad clesd ..: hl osófico en los t e m as t ecnológicos3~
ttn::\ pe rspecliva tec nocie ntíl'i ca. En b concepc ió n d e Bunge, la Esta preoc!t p<tc ió n a u tocons cie n te se plas m ó e n u na sel'ie de
solt tción de los probl em as sociales no co ns is te e n m e nos s ino confr re n cia s, publ icacio nes y revistas nu evas, y fin a lmen te me-
ll l:'íS b ien en 1mb tec no logía; de es te m o dn, es muy c d t ico con d ia nt e el establecimient o de u n a socieclnd pml'es io nal. Ya en
las persp ecti vas cons truc tivistas p ostm ocle rn ::~s d e b tec no lo gía. t ':l62, el Centi'O para el Es tudio d e las l nstitltCivnes De m ocrá ti-
En co njtm to , esta te nde n c ia de n tro ele la fi loso Fía d e la tecno lo- cas, q u e emp lea ha a J o lm Wil kinso n e n la tra d ucció n d e T/w
gía tie nde a fa vo rece r o privi l egi::~r los cr it e rios y los para d ig mas 1i'cln w logical S ociety ele Fll u l, obn1 que poste l'i o nne n te pu blicó,
técnicos s obre lo s pr ob lemas lnml all íst ico s. 37 o rga nizó ttna con fer en c ia so bre «El o rd e n tecn o lóg ico>>. A con-
E.tJ contrast e con la «l'ilosofi<l i11genie ri l d e la tec no logb>>, clu - tin uaci ó n se cele bró e n 1 9ó~ el s im pos io de f'i losol'ía el e la le-e-
mnte las t'1 lt imas d écadas, es ta disciplina se ha c:1racferizad o po r nología en la l'é'lt ll ió n a nu al d e b Soc ied ad p:ll'a la Tl is to r ia de
11 na filosofía de l:ts «ltunJanida dcs >> tnñs co ntex tua! q u e cnfati 7.a la T ecn ología , e n 1973 un s imposio int e rn:-tcional so bre historia
la dime ns ión no técni ca . La ta mbié n lla m ad<! l'iloso l'ía d e la tec- y filosofía ele la tecn o logía en la Uni versidad el e fllin o is en Chi-
nología de las hu ma n ida des, tiene u na la rga tt <lcli c ió tt que incl tt- cagu, y las con l'erencias, o rganb:adas en 197"i y 1977, en la Uni-
ye esc ri tores q ue son his tori adores y soc ió logos. pe ro ta m bi én versi d ad d e Delaware, por Pa u l Durhin q u ien ;:¡de m ás l'und arí:-t
impo rtantes filosól'icament e, como Lewi:; l'vlltlnf'urd y Jacqu es y ed it a d <t Philnsn¡1hy 111ul Tedn wlogy Nc•t \'.\ll'!tcr y la p tthlicació n
E.llul, y los filósofos de profesió n José Ortega y Gasse t y Ma rtín a nu¡d l?esearc!t iu 1'/tiloso¡J/ly o ud 71·clntolor:y. !\ p an ir de es t:~s
Heidegger. Todos ellos int ent a ron, en un p ri nc ip io, carac te rizar co n fere n c ias y pu bl icac io nes l'i llalm e nt e se prod ujo e n 1980-
la tecnología d is tinguiendo d iversos niveles o tipos, ele ta l ma ne- 198 1 la co n s titu ció n ele la Sociedad p a ra la Fi lusoi'í¡; y la Tecno-
ra q ue esto les. p erm iti era pos terio r m ente ident ific<1 r b s clases de logía, d o nde el «y» (com o co nt ra rio a u n «d e>>) re flejaba e l d e-
tec no logía que d aba n la p rim<~ cía a los seres humanos po1· e nc i- seo d e ser tan o mni compt·ens ivo com o fuen1 pos ib Je3'J
ma de las cuestio nes t éc n i c<~ s pOI- s í mismn-;. As í, la a uto r ita r ia Como ocu tTi ó con la sociología de la c ienci;, y de la tecnolo-
<<tnegamá qu ina » ele Mum ford no está s inc ro n izada co n la «bio- gía, muc has d e las m ejores ideas d e la fi los()l'ía ~l e la tec nologí:~
técni Gl>> m ás a ju stada a esca la hu man a, ele ig tt nl m odo que E ll ul S!.! ha n plas mado en los a t'l ícu los d e dife rentes p u blicac io nes.
conc ibe el «fenómeno técni cO>> -la «técni ca >> om ni co mpre ns iva S in e m bargo, ta m b ién hay <~l gunos lib ros destacados qtt u refle-
d e la so cied a d tecnológica m ode rna (que lo e t1g loha to d o)- ele jan las preoc upaciones hu m anísti ca s o soc ia les sobre la tecno lo-
ta l lllanera que va m:'ís a lh\ d el «ftm c io na m iento téc n ico>> trad i- gía q ue s lll·giemn e n b d écada el e 1970. En tre ell os d chemus
c io nal. Po r s u parte, O rt eg<:~ criticó nt t es tr~J te ndencia a em p lea r c ita r la o b ra d d fil ósofo pol ítico La ngdon W inne r, qu ien en Ji'l'-
bs ca pacidad es técn icas m odemas p~1ra d c u mplimi en to d e l'i- unlogírt ttutóum na (1979) examin<tba y p toft\t td izaba n u estra
nes que no han s ido todavía cons idem dos d esd e una perspectiva com prensión d e la idea d e un im perativo tecn(¡lógico, apunt ado
humanís tica ser ia, mi entras q u e H e id egger d e fe nd ió un «cu es- en p r im er lugar por E llu l. Sin cae r d e ntro de 11 11 determin is m o
t io na m ien to» m:h profundo de la esen c i:-t o n <~ t u rale za d e b tec- si tllpl ista , W inner exa m inó a d emás el te m a de In n at ura leza in-
n ología . H eidcgge1·, com o Mumfmd y E llt ll, qu iso di s tingu ir las lw re n tetn ente polft ica ele la tecnología e n ttna serie d e e n ~ayt)s
Lcc nologías m :is tradicio nales, 1·e la c i on a d ~J s d irec tame nte con la q tte se recop ilaro n como La lw!ll:'tto y el u ·rtctor: Una ln í.w¡ucdo
tie rra, por e jemplo los m o linos d e agu a y ch.: vie n to . de las tecno - ~~~ lus limites m la em de la al tu tcrnolug fo ( 19R7). Uno dt~ los
logías ntoder nas com o las cen tra les e léctrica s qu e que man ca r- te mas más destacados que Lrat ó Winner i'u e el ele q ue las tecuo-
bón y t ra :1::ifo:~~~!~ b ~~~~ ~ ~u-:.~leza en '~rtd:1ctos can e! m ero (11'1 •- logías se conviFrten rn «fn n 11:1" dt>. vida,, ran i nr n t-;tac!<:~s rl ! h1
pósit o del cons umo humano, deja ndo de lado las cu es tio nes no sociedad que, d e h ech o , crea n n uevos m undos don de b vida si n

46 47
estas tecnologías --electric idad, automóviles, teléfonos, ordena- análisis más gen eral sobre la responsabil idael é tica fu era el de
dores- sería ya casi impensable. Con relación a este lema, Hans Jo nas en su estudio de 1984, The l mperalivc o{ Respuusibi-
mantielle ad emás qu e todas las tecnologías o artefactos tienen lity, d o nde argumentaba qu e <das nuevas clases y dimensio nes
s u << po lítica». Es deciJ·, todos los artefactos, debido a s u clisei'ío y d e la acción [tecnológica] requi eren una ética ele la previsión y
naturaleza, expresan relaciones d e pode r y auto ridad de una la responsabilidad acorde con ellas».
fon11a u otra. Por ú ltimo, Winne r· reclama a la sociedad qu e También es perspicaz la obm del ético-teólogo Jan Barbour,
preste mucha más a tención a las m elas que deberíamos estable- especialme nte en su E thics iiL an AJ:e o{ Tecln rulogy (1992). Otras
cernos en rel ac ión con nu estra tecnología. E n breve, necesita- á reas más específicas de inte rés en ética apl icada son los cnmpos
mos d espertar de nuestro <<so nambu lism o Lecno lúgico». 40 de la energía nuclear, el mecUo ambien te, la biornedicina, la infor-
Otra figura destacada, a unqu e e n apariencia 111enos d irecta- mática, la investigación científica y la ingeniería. Ejemplos re pre-
mente p reocupada por las consecue ncias sociales ele la tecnolo- sentativos d e este enfoque, que a me nudo e ngloba obras ele profe-
gía, es el fenomenólogo a me.-icano Don Tilde, autor ele una im- sionales técnicos sin estudios en fil osofía, son: Kristin Schradcr-
portante serie de m onografías sobre la nnturaleza inheren te- Frechette, Nuclear Power ancl Public Policy (1980); Avner Cohen
mente tecn ológica de los seres hum a nos y ele las formas con y Steven Lec, ecUtorcs, Nuclear Weapuns au the Future o{ flwnan-
que la tecnología, qu e debid o a s u n a tural eza inherentement e ity (1986); Eugene Hargrove, Foundatiur1s o(Enviroru11ental E.thics
cm·gada de connotaciones va loralivas nunca es ueutral, h ace ( l 989); TI-ist ram H. Engelha rdl Jr., The Fou11datiuns o{Bioethics
posible o mediatiza la expedencia humana e n el mundo. 41 (1986); Deborah Johnson, Cu111puter Ethics, 1985 [f.'/ ica irr{orm á-
F ina lmen te, por lo que se refict·e al pe riodo e nt re finales de la tica, Po1filio, 1996]; William Broacl y N icltolas Wade, Betmyers
década de l 970 y m ediados de la ele 1980, debe me ncionarse el o( the 1i-uth ( 1982), y Stephen H . Unger, Currtrullirrg Te.clmulugy:
trabajo de Albert Borgmann, especial mente su Tecnology fl nd the Ethics n11d the Re~porrsible Engineer (j982). Como se desprende de
Character o{ ContellljJUrary Li{e ( 1984). Borgmann distingue en- estos ejemplos, hacia mediados o fina les de la década ele 1980 la
tre lo q ue él llama <<cosas focales» (por e je m plo , una c himenea) y fi.losoffa de la tecnología tam bién ha bía centrado su atención en
los <<atiefactos» tecn ológicos (pOI- ejemplo, el sistema de calefac- Jos temas sociales relacionados con Ja tccnología.44
ción central). Aunque ambos generan calor. e n la concepción de Tomados en conjunto , todos estos a vances separados, obteni-
Bor gmann el ptimero <<eS inseparable ele su contexto>>, mie ntras dos e n cada una de las di sciplinas ¡·ef]cjaron, un mayor entend i-
que el segundo tiende a separar los fines de los medios. E n otras miento de las complejidades d e Ja ciencia y tecnología mod e rnas
pal abras, <das relaciones que se establecen e n el mundo so11 sus- e n la sociedad contempon't nea. Cada campo inte ntó aplicar sus
ti tu idas por... maquinaiÍa», y la tec nología puede domi nar la na- ideas en Jo que se refiere a la naturaleza del con ocimiento cientí-
turaleza. Solamente pres tando aten ció n a las cosas focales sere- fico y explorar tanto los evidentes beneficios como las conse-
mos capaces de resolver los problemas ele la sociedad. Encontra- c uencias negati vas previamente ig noradas. Aunque no fueron
u tos aquí, como en la obra d e Winner, u na crecie nte sensibilidad realmente interdisciplinarios, se produjeron interacciones entre
hacia la naturaleza contextual de l<1 tecnología y una lla mada a distintos cam pos, dado q ue los fi lósofos y, es pecia lmente, los so-
la sociedad para que considere, ele m odo más co m pleto, los fines ciólogos hicieron uso de es tud ios his tóricos ele casos prácticos,
hacia los que dirige esa tecnologfa. 4 2 mientras que Jos histori adot-cs adoptaron gradualmente m e táfo-
Además ele la variada te má tica ele estos estudios, los filóso- ras construclivis tas para la explicación del elesa 1-rollo cont.cxtual
fos t.raÚ1ron también sobre c uestiones y temas tecnológicos más d e la cie ncia y la tecnología. Así fue co mo, hacia mediados d e la
especfficos, y e n p a rticular empezaron a inves tigar los proble- década ele 1980, el campo ele CTS e n sentido an1pl io junto con
mas éticos asociados con varios desarrollos Lecn ocientíficos da- cada uno de sus compon e ntes más o rientados hacia disciplinas
ve. Por d esgracia, esta á t-ca no se ha in tegrado a los estud ios de concretas, habían alca nzado un cie1io nivel ele m adurez, p or de-
CTS tan ampliamente como poclria ha berlo ltecho. 43 Qui zás el c h-lo de alguna forma. E n el próximo capítulo realizaré u na des-

48 49
c r ipc1on del estado nct11al de b disci plina. induycndo u n brcvl! -1 . Nonvood Rus~ell l l tlii~UII , f'atlents o/ J)i:,cr11•en•: !111 flll¡uin• iuw !he
purén lesis para disc 111 ir la nalltra lezn de la inlérclisciplinat·icdad Cutt<'epluol Fowulalintts o( .'>riettce (Can1bridge: Ct1 mbridgc lJI', 1'.!68) , p. ó
ll'alruttc:\ de des< ubriutiett/O: obetwtci.itt v explicm:iott, Ali:11rta, 19B:i l.
y lo que s ignifica para la CTS como campo ele es tud io.
S. ll.o he1·t K lec·, ftllr<ldttclio tt lo Jite Philusn¡•lty oj ,...,·,,ettce: Cwlittg Na/itre
111 lis Serttus (Oxllltd: Oxlord University l'ress, 1997), aport a u11 res u1t1el1
recie nte y t't1 il sobn; J¡, .:scud::t positivis ta y los desafío~ a qm' J,a ~idu S<llth;ti-
d .1 ,·on pl)sterioriddd; v~:111'e especi<<lmenl e los cnpí lul o~ 2-4.
NOTAS 6 . Kuhn. 71te Smtl'ltltl' o(SI'ic:llli(í,· Re,,o/uiin/1.\, p. ~4 .
7. !bit!.• p. 103.
l. Thomas S. Kuh11. 71te Sirucfltre n( Scie111iji'c l?ct•olulinus (Chic~tgo: 8. lhirl., p. 170.
Unive1sity o[ Chicago l'ress, 1962, 2:' ctl., 1970) IL() c~IIIIC/IIW de las r¿¡•olu- 9. K lec, ftllrntlucliotJ 10 Pftilnsnphy o( Scieuce, especíalntentc d capíttdn
ciwres cieulí(icas. fo'ondo de Cult1 11<t l ~cOI!Ó IIIica d" t ·:~ pa1ia, 2000]. Es intcre- 7 . ni'rece u11 prácJ icn ¡·e,umen de Kuhn desde: In ¡wrspecl iva de nn lilósofo
s::tnte no1:u· el hecho, qtlt:' a la va n' fleja s11 inlhlt'IICÍ:t, de que los tilósoi'os, que d esea a l ine~u-se en 1111a posición realislc\. Klce 1a m bk11 d hcuk s11bn; l;¡
lrislol·iad m·es y sot:iólogos de la ci~11c í a con stntctivist:\s J¡¡111 ::~clmilido ser posición ¡¡nlirrealista, ~ob re todo a tm vés de un cu tc\lis is dd fil ósol(, d ~ 1:\
herecbus de b obra de .Kul 111. A11nq uc se J'ormó o rigi nalrnente como físico, 1ísica Bns van f'mas sen, pp. 21 f>-2 18, 226-23 1. Ent re l•1s obms de"''" h:1:1s-
Kuhn hizo su conlribución int~lect ual escribiendo ~ubn, b his101ia de la sen •·stún 71Je Scienlt{i'c IJnag.• (Ox ford: Oxliml Univc1~i1y l'ress. I'JKil); A11
cicnc b - po r ejemplo, hizo est11dios sobre la n;vo lución copemicana en as- fnll oduclion lo 1he 1J/Jilosophy of' Time al)(/ S¡J(II'e (Nueva Yotk Columbia
tronomía o la Teoría de los Cuc·q1os Negms- mientras que al mismo tiem- llnive¡sity p,·ess, 1985) y !..ttll'.' 111ul Sy11nne1ry (Chlo rd : Oxfonl Ul', 1989).
po se t·n h·entaba a cuestio11es filosó!lcas, especi:\lmenle en su ll~tbajo sobre lO. Tnnto la ohm d e: Allllrew Wehste1·, Sf'ie11CI!, Tecluwlogy, awl Socio!! V
d t.:oncepto de las revoluciones científicas. Lo~ sociólogos de la ciencia, ( New Dn111swick. N.J. : Rut gt:1~ Unive1sity P1ess. 1') ') 1) como la de Randall
111icntras en su campo de estudio se iban abandon:1nd(J las discu~iones sobre Collin~ y Snl ResJivo, «Dcvelop111e1H, Divci'Si ty, ami Conllict in1he Sociology
el COI!ocilllienlo cicntillcn orientadas bajo la óplicel positivisla tl~)(l i ciona l. o f Science», The Snciologicnl Quarlerlv 24 (primavera d e: 1983). pp. 185-200,
l'ic!COIIocieron pronto e11 Kni 11 1, o a l menos en bs Ílliplic.tcioncs sociológ icas tmlan sobre la aparición de: la sociología de la r ie ncia co1no c<1mpo de e~Lu ­
ele s u obra, a su nlma gc!ll\d:t. Rc!s! tlta a lgo i n~nico, dnda s u inllucne ia en d io. F.n cu anto a Merton, véase s11 Soda/ Thenry ottd Social.'i!ruc/ure (Nueva
e,tos tres campos, que se hau unido en un dete nllillado nivel y han gc!nera- YOI'k: Free Pn~ss , t9:J9) y~ ~~ colección de ensayr•s 111:\ ~ tardía, Th e Sociolot)'
dn el interés acwal ~~~ Jos estudios sobte ciencia, qn~; d pmpio Kuhn en n(Sciellf'e (Chicago: Uuiwrsity o r Chicago f'ress, 1')73) 1Socfr,/n.~ia do! la cien-
aparienc ia nunca se sintiera particulanuente cómodo en ni11guna ele estas cia, tdianz::t,l977}.
asociaciones profesion<tles , o al menos esto es lo que c n:e Ronald Gierc en 11 . So11 repn'sentativ<lS ele las Jll-imeras ob1 ~1s de: Mulkay su a 11íc ulo,
• Kuhn's Leg:Ky for Nor1h i\u terican l'hilosophy ol' Science», n ecml6gic;\ «Nonns and ldeology in Sciencc", Social Scie1u·e 1u{iJtt llllfiou 15 ( l lJ76), pp.
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3. Enh·e los p!'incipalcs po~itivistas estaba RudoiJ' Camap; véase su Phi/o- una pci'SJ'lt'Ctiva similar. Karl Popper argumentó q ue sólo de~ pnes del frara-
sophiml Foumlalions o( f'J¡y,ic · (Nueva Y0rk: Ha~ ic 1'\''"k~. !0AA) " l•1tmdur- so de Jo-; inlenlos c ientíficos l'ig11mSos y deliheradus de: «i'als~u·· una tcoiÍa,
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sophy o( Science, como Paul Gross y Non ni\n Levitl , d esde la pe1'S pectiva de cosa que m uestra la in iJuencia actual d e esta pet'Spccliva.
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do de algunas ele las im plicaciones an tin-ealistas d e Sll t1-::1bajo m{¡s templ-a- lliCllll Revolwion: Planetmy Astronomy in the Deve/o¡nnent o( Westem
no. La tou r, adem ás ele antropólogo y filósolí>, es consider;1clo un sociólogo, Thought (Cam bridge: 1-la lvard UniveJ'Sity Press. 1957), de T homas S. Kuhn;
au nque hay quien n o considera acertad o este cali ficativo. dada su poca dis- Lavoisier: 11te Crucial Year (Jtlmca, N.Y.: Comell U n i vea~ i ty Press, 196 1), ele
posición en genenJ para privilegiar lo h11m a1Jo sob1·e lo no-hu m<ll lO en su 1-lcn ry Gucrlac; y Lazare Camnt, Snlllm/ (P1·incenton: Pt·incen ton Un ivei'Sity
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d estaca má,; por In provm:~lthll' ele su anólisis teórico q ue• por l:t in tpt WllliiCi:l uulo¡;v: llotv tite f?L·¡ i·i~erato r Got lts 1-111111 (M ilto n Keyn <!s, tJ.K.: Opc n Uni-
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28. Subro.:: la fu11d:-tción d ~.: la S I IT, véase .Io im S t~H td t: tun:t i ,' r, Tecl11wlu- Co11 tu visión g.:n e ral de cslt: g im h acia la tecllnlogb, véas~.: S lcvc Woolgar,
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Carmll W. Pursell .lr., sobt·e lodo pp. 73-74, en Cuide, ed. Durbin. !.a decla- 33. Pa ra una introd ucción a las ideas d e IIug hes sohn~ la teoría de s is te-
m c ió n de prop<hilos origina l d e b SHT , coulenida ' '" Tecnolog(a 1' cultura, mas, véase Nottworb o{ floll'a; .<fhe Evohll ion of Lmg,, Technn logical Sys-
ha s idn algo revbad:-t últi m amcme p am incluir «las rd.tciones de: b te cn olo- lé liiS», en Social Cnnstmction o( Tt!Clmolugical S)•stenls , cd . Hijken·/ al. , Sl-
gía con la política. b econo•nía, el t mbaju, los twgocios, el n wdio ambiente , ll2; Y Atiii!I'ÍCIIII Gene.;is: A Ce11t111y o{ Inve111ion mul Tec/awlogical r;,.
las polít icas pública s a d e~•lrrullat ·. la c ie nc ia y las a n es ». Con ludo, d pmpó- tllllsirmll. 1870- JCJ?U (Nuc:va Yor k: Vikin g , 1989), doucle amplia at'tn tnás
s itu contextua l sigu e ~ie 11d o cbm tt~ts la revisión . esta> i<leas.
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n ulogy Mig hl Bcndit Each O the r » y Wicbe E . IJijkcr, «The Social Consl n rc- Teclmology, capfl11lo 2, contiene un¡¡ buena d iscusión ele este grupo ele filó-
tion u f Bakcli lc: Tuw;trd ;r Theory o[ ln venliorl», en Social Clmstruction o f' sofos . ·conviene resallm· que Jos límites entre las aproximaciones d esde la
Teclmological Syste1115, ed. Bijker el al., pp. 17-50, 159-187. Véase a demús el ingeniería y desde las hu manidades a la filosofía d e la tecnología no están
c sl.11dio 1~1~1s ¡·ccientc d e Bij ker , O( Bicycles, Bakelites, ami JJulb.\: Toward a lm l claros com o se sugiere aquí o como d ice Mitc ham, si no que los aulores
TIIPory o( Sociotech11ical Cfrrmge (Cambrid ge: MlT P ress. 1995). donde am· cnrzaban frecuentemente los límites cul re un¡¡ y ol ra. S in embargo, la dis-
plía eslas ideas. tinción es úti l a moclo d e heurística para g uiar al lecto1· en la lccllll11 de o b ras
35 . .l o h u Lmv, «Techno logy ;mcl He le rugcno us Engineel"in¡l:: The C,,se o[ sobre el tema .
Po rtuguese Expansion», en Social Co11s lrllctio11 o( Teclmulugicol Svslf'111S, 39. Vé<lse Milcham , 711inking throu glr Tf'cl111ology. p p. 9- ll, para una
ed. Uijker el al. , pp. J 11- 134. Véase ta mbié n d e~ ludio de Michael Callon explicación m ás detallada de este dcsan'OIIo ins lilllc ional. S in e m bargo. m e-
sobre Jos vehículos cléc lricos en f'nmc ia, «Society in il re M<1king: The Study rece b pena hacer nol¡¡r dos cosas m ás. E l afro 1962 , durante el cual se
o[Tecltnolu¡zy as a Tool lor Sociological Analys is», en Social Co11Sirttctim1 o/ celebró la confere ncia sobre el <<Orden Tecnológico», fue el mis mo af1o en el
Tecl1nuln¡;icnl Syste111S, cd. B.ijke1· el al., PfJ· 83- 103. que Kuh n publicó La estructu.rn de las revoluciones cienlí{icas. y aparec ió
36. Enlre aquellos que ha n c r·il icado el cons l.ructivismo soci<tl cslá Lan g- tnm bién Si/en/ S¡;ring, de Rache! Catson [Pri111avera silenciosa, C rítica,
don W irmer con su e nsayo t i lul ::~do <<Upon Openi ng lhe Blac k 11ox <tlld Fin- 200 1]. En ~egunclo lugar, no fue Lma casualidad que M elvin Kranzbcrg, que
clin g It Empty: Social Cons tmctivism ¡¡nd lhe Philosophy o [ Teclmo logy.-, había establecido poco <1 ntcs la S flT com o una o rga11 iZ<~ci ón con inlereses
Science, 1i>cluwlogy, el:< fJu.1na11 Val11es 18 (Venrno d e 1Y93), p p. 362-378. distin tos a los de los hisloriad nres de la cien ci<1, <1bl'icm las p11 er1as a los h is-
\Vinner reconoce <~ lgtm<ls contribuciones valiosas del coustruc livismo, pem loriadon•s de la tecnología y publicara posleri01m em e 11 11 nú mero de Tech-
ve en é l «una absolul::~ dc~p rcon r pación de l::~s consecuencias sociales de In nolgy and Culture (verano d e 1966) basándose en el s imposio del aito ante-
r...
elección lecn ológiGl» , p . 368, y SU [ raCiiSO genera l e11 «Ofrecer j 111 1 ju ic io rior. Publicó posleriomie nl e un ~ upl e m ento d e Teci1110iogy a n d Culture 14
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tlt~ Future of' IJJJIIIliJJity: 1/¡e Fwulallleutal Otte>ÚOII\, l'h ilt>so p hy ami So -
CAPÍTULO 3
c il!ty Sedes (S::wa ge, Md.: Rowm::m & Liulefield, 1<)Ro); E ugc11c l l :u-g~<W<.!,
FnullrltJtinlls nf "nviromenttJI F.rhics (Englewood Cl ilfs, N.J .: Prcnticc llall,
1989); Tlis tam 11. Engelha rl Jr. , The Fou nd(/fions o( Uinerhin (Oxi<Hd : 0:<- L/\ TNTERDTSClPUNARTE DAD
fonl Univcrsity Prcs~. 19il6); lkborah .fuhn son , ü mtpurer l:.'rhic~ (i'::nglc- Y EL ESTADO ACTUAL DF. CTS
wood Clills, N.J.: Prenlicc Hall, 1985); W illiam H10a d y Nic! to la> Wadc ,
Berraycrs ofrhe 1i~tlh (Nueva Y o•·k: Simon ::md Schu ste r. 1 9~2); y Stcphcn
I J. Unger, Controlling 'f'echllology: l:.'rhics and rhe l?eSfJOI1si!Jie Eugiul!er (Nue-
va Yot k: Wiley, 2." ed ., 19<)3). P;wa una lis ia bibliugrMica n•:\s •·:<te nsa sobn :
o bn1s f'il osól'icas e n estas áreas, véase Mitc h:; m, Think iug rlu uug/1 'f'echuo-
logy, además d e «Teclmology in Applicd Eth ics: Moviug fro111 tl1c M:u gin s to
the Ccnlc r», Bullefl·¡¡ of'Science, Tecllllologv & Societv 1ó ( 1Sl96). pp . 2 17-226,
de Mithcam y l.conard J. Waks.
La cucS IÍÓil 110 es cómo elitni11:11· lus v;tl"r"s ct tl-
t tllalcs, sino córno avl~rig11:11 · qll c ~ valon.."l ¡,;ultuJ'i\-
l e ~ l'Si lttc ltmlll la c it'uc ia y a w l'igll:ll · si stn gi l'Í:lll
otras cie nc i a~ n1 c: jun~s y dd ~n.; lllt: ~ l'll d cnso de
q lle o tros valot"s reetn¡ .ta ~anu • los ac lt tales.

Tl ,\\1111 1 IF SS, S<'ience S rw/ie:;

Como ~l' s u g iere e n el capíltllo a Htc:l·iur a l ro.:~ u mi r la t•volu -


c::ión disciplinaria denlro dd estudio soci aln1en l<' o 1·ien tado d ..: la
c iencia y la le c no log ía, aproximadamcnlt e nt re likdi a d tJS v lina-
Jes d e la déca da de 1980, CTS hc1bía rnalh tntdo com• 1 ttn ,·a mpo
de es lud io mullid isc ipli ua rio, s ino interd isl·ipl inario. H a b í:1 desa-
n n lla do u11 c ie rt o c ue rpo d oc lrinal am pli a m e nte k·ído y c it;tdo, y
se lt nuía consti tuid o in s ti tu c iona!J,,e n le a tmvés de prog m mas
a cadém icos y organiz:tciones pmfcsiona k s, :t'illnt o:; l]ll <-' será 11
tm tnclos cotl d.::t a lle en e l ca pítu lo 4. Ot~cd: t p e ncl ie t1l e la c l lé':;-
lión de la ;,it 11ac ió n actua l d e1 1tm de CT S, qut• set ó e l terna de
es te C:t pftulo. Pero antes de res11m i1· d óndr~ p a rece e nc o t1trarsc
l1oy t;tl disc iplin~t. es necesa ri o dar un peq u eño r,¡clc o pn1 :1 di scu -
tir 1:1 c ues tió n dl! la int crdisc iplín~II'Í<.:d:H I y lll qt t ~ e lla s upo ne
pm·a uu c~1 1 11 pn c::omn CTS .

Lt cuestión de la in1e niisdplinariedad

lnlerdisci¡J/iu{/rietl(/{1 es un término ttsa , l<l co11 lt ecuenc i<t


para a han;m· un a banico de de fi11ic iones que a ltlrnt tdo sf' sola -
pan . .Julie TIHlll tp-;o n Kl e in. en su li bro l u !tnlisci!'liu{/ritv: [ /i <;-
twy, The01y, wull·'t oclice , s u g ie l'e t tna d is tinc ióll e u11·e b invesl i·

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